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Exp. Nro.

2005-000540
SALA DE CASACIÓN CIVIL
                                                                           
Ponencia de la Magistrada  ISBELIA PÉREZ VELÁZQUEZ.
 
 
                   En el juicio por nulidad de venta seguido por CARMEN SUSANA
ROMERO; representada por los abogados Antonio Pernalete López, Marlene
Santiago Verdi y Maribel García Ávila, contra LUÍS ÁNGEL ROMERO
GÓMEZ y VIOLETA DEL CARMEN GÓMEZ DE ROMERO; representada por
los abogados Hugo Montiel Borjas, Carlota Casanova García, Carlos Ramírez Silva y
Hugo Montiel Rubio; el Juzgado Superior Primero en lo Civil, Mercantil y del
Tránsito de la Circunscripción Judicial del estado Zulia, con sede en Maracaibo, dictó
sentencia en fecha 15 de junio de 2005, mediante la cual declaró sin lugar la apelación
interpuesta por los demandados, confirmando así la decisión proferida por el Juzgado
Cuarto de Primera Instancia en lo Civil y Mercantil de la mencionada Circunscripción
Judicial que declaró con lugar la demanda. Condenó a los demandados al pago de las
costas.
 
                   Contra la referida decisión de la alzada, los apoderados judiciales de los
demandados anunciaron recurso de casación, el cual fue admitido por el juez de la
recurrida, y posteriormente fue formalizado en tiempo oportuno. Hubo impugnación.
 
Concluida la sustanciación del recurso de casación la Sala procede a dictar
sentencia, bajo la ponencia de la Magistrada que con tal carácter la suscribe, en los
siguientes términos:
 

RECURSO POR INDEFENSIÓN


ÚNICO
 
 
 
                   De conformidad con el ordinal 2° del artículo 313 del Código de
Procedimiento Civil, el formalizante denuncia la infracción de los artículos 449 y 445
del citado Código, por errónea interpretación. Asimismo, señala el quebrantamiento
de las normas 7, 15, 20, 198, 204 y 444 eiusdem por falta de aplicación; y, por último,
denuncia la violación del derecho a la defensa y del debido proceso con fundamento
en los artículos 26, 49 ordinal 3° y 257 de la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela.
 
                   A tal efecto, el recurrente expresa la siguiente:
 
“...El recurso procede en base a lo establecido en el ordinal 2° del artículo
313 del Código de Procedimiento Civil, por haber incurrido el Juzgador en
un error de interpretación acerca del contenido y alcance de una
disposición expresa de la ley.
En efecto, la sentencia recurrida en relación al planteamiento hecho en el
escrito de informes presentados en fecha 16 de noviembre de 2004, en el
cual se replantea de nuevo ante dicho Tribunal lo alegado en el escrito de
informes presentado ante el Juzgado Superior Segundo en lo Civil y
Mercantil de la Circunscripción Judicial del estado Zulia, de fecha 11 de
febrero de 2003, que declara extemporánea nuestra solicitud de ampliación
del término de ocho días del lapso probatorio que establece el artículo 449
del Código de Procedimiento Civil, al decidir en esa interlocutoria
textualmente:...”
             ...Omissis...
“...El Juez de la recurrida, al resolver este planteamiento se limita a
referirse al contenido de la sentencia de fecha 26 de septiembre de 2003, en
la cual dicho Juzgado Superior Segundo dictó sentencia interlocutoria, de
la cual transcribe el dispositivo del fallo, que textualmente establece:...”
...Omissis...
“...La interlocutoria dictada por el Juzgado Superior Segundo en lo Civil y
Mercantil de la Circunscripción Judicial del estado Zulia, de fecha 26 de
septiembre de 2003, en lugar de analizar los planteamientos hechos por
nosotros, en el escrito de informes, se limita a decir que acoge y hace suyo
el criterio sustentado por esta Sala de Casación que parcialmente
Transcribe en la misma sentencia en la cual establece dicha Sala: “2° Al
producirse el desconocimiento, se abre una incidencia, la que según la
doctrina autoral será ope legis- sin necesidad de decreto del juez- destinada
a la comprobación de la autenticidad del documento”, sin analizar, como
antes dijimos, ninguno de los argumento esbozados por nosotros para
demostrar que no estableciendo el legislador de manera expresa que el
término probatorio en la incidencia para evacuar la prueba de cotejo en el
artículo 499 del Código de Procedimiento Civil se aperture ope legis, una
vez negada la firma por la persona a quien se opone el instrumento. Como
hemos sostenido en nuestros escritos de informes presentados ante los
respectivos Jueces Superiores, es necesario que el presentante del
instrumento promueva dicha prueba de cotejo para dar inicio al término
probatorio. La decisión recurridamenoscaba el derecho a la defensa que
consagra el artículo 49 de  la Constitución  de la República Bolivariana  de
Venezuela,  que dispone que la garantía de ese derecho es el debido proceso
que se aplicará a todas las actuaciones judiciales y administrativas. Ese
artículo, en su ordinal 3° establece en forma expresa: “toda persona tiene
derecho a ser oída en cualquier clase de proceso, con las debidas
garantías y dentro del plazo razonable determinado legalmente por un
tribunal competente,  independiente e imparcial establecido con
anterioridad”.
…Omissis…
El artículo 449 del Código de Procedimiento Civil dispone que el término
probatorio en la incidencia de cotejo es de ocho días, que puede extenderse
a quince, pero no dice que se apertura el mismo una vez que la persona a
quien se opone el instrumento niega la firma. La norma del artículo 445
eiusdem dice: “Negada la firma o declarado por los herederos o
causahabientes no conocerla, toca  a la parte que produjo el instrumento
probar su autenticidad. A este efecto puede promover la prueba de
cotejo, y la de testigos, cuando no fuere posible hacer el cotejo”.
Si aplicamos por analogía lo dispuesto en el artículo 23 del Código de
Procedimiento Civil, debemos admitir que como el legislador dice, en su
artículo 445 analizado,  que el presentante del documento puede promover
la prueba de cotejo, se entiende que tiene la potestad de hacerlo según su
prudente arbitrio y no puede estar sujeto a la voluntad de la persona a
quien se opone el instrumento como emanado de ella. La oportunidad
procesal para dar inicio al término probatorio depende de un acto de
voluntad del presentante del documento. Si el promovente de la prueba no
insiste en hacer valer el instrumento no puede darse inicio al lapso
probatorio. El inicio de ese lapso, como dijimos, depende de la voluntad
del promovente de la prueba, no de aquél a quien se opone el instrumento.
Como sostuvimos en nuestro escrito de informes presentados ante el juez
de la recurrida: toda incidencia tiene una estructura procesal que
configura el contradictorio que requiere de la intervención de las
partes interesadas en el mismo, que el tribunal no puede suprimir y
que debe cumplirse en garantía del derecho a la defensa. No puede
omitirse el cumplimiento de la actuación que corresponde a cada una
de las partes en el proceso. Si la persona a quien se opone el
instrumento tiene cinco días para desconocerlo, cuando el instrumento
se produce dentro del proceso y veinte días que es el lapso establecido
para la contestación de la demanda, cuando el instrumento se produce
con el libelo, no puede negársele al promovente de la prueba un lapso
para promover el cotejo; pero como el legislador no estableció ningún
lapso para ello, el promovente de la prueba debe tener un lapso no
menor de cinco días para promover dicha prueba, puesto que el
artículo 204 del Código de Procedimiento Civil, establece que. “los
términos y recursos concedidos a un aparte se entenderán concedidos a
la otra, siempre que de la disposición de la ley o de la naturaleza del
acto no resulte lo contrario”.
...Omissis...
“...La decisión del Juzgado Superior Segundo en lo Civil y Mercantil de la
circunscripción Judicial del Estado Zulia, que acoge en la sentencia
definitiva el Juzgado Superior primero en lo Civil y mercantil de la misma
circunscripción Judicial, viola el artículo 7 de la Constitución
Nacional  porque no aplica,  como norma suprema y fundamento del
ordenamiento jurídico al cual están sujetos todas las personas y los
órganos que ejercen el poder público. Esta decisión viola también el
artículo 49 eiusdem, en su ordinal 3°  que establece que toda persona
tiene derecho a ser oída en cualquier clase de proceso, con las debidas
garantías y dentro del plazo razonable determinado legalmente por un
Tribunal competente, independiente e imparcial, establecido con
anterioridad; y viola también por falta de aplicación los artículos 26 y 257
de la misma constitución.  El artículo 26 porque ignora los derechos e
intereses de mi mandante de no valorar y aplicar los principios que tutelan
los derechos de mis mandantes; y el artículo 257 porque viola el debido
proceso, que es instrumento fundamental para la realización de la justicia y
no aplica las leyes procesales en la forma en que están redactadas, que son
las que establecen la uniformidad y eficacia de los tramites para no
sacrificar la justicia por omisión de formalidades no establecidas en las
leyes procesales.
Viola también el artículo 20 del Código de Procedimiento Civil, por falta
de aplicación,  ya que la misma norma no establece que cuando la
Ley vigente cuya aplicación se pida colidiere con alguna disposición
constitucional, los jueces aplicarán ésta con preferencia. Igualmente viola
el artículo 445 eiusdem por  errónea interpretación  ya que esta norma
dispone expresamente y de manera muy clara que sí la firma es negada por
el otorgante del documento privado, corresponde a la parte que produjo el
documento probar su autenticidad y que a este efecto puede promover la
prueba de cotejo y la de testigos cuando no fuere posible hacer el cotejo,
por lo cual debe entenderse que cuando la Ley concede un derecho a una
parte y un plazo para ejercer ese derecho, debe igualmente concedérselo a
la contra parte, en razón de lo establecido en el ordinal 3° del artículo 49
de la Constitución Nacional, que consagra el derecho que tiene toda
persona en cualquier clase de proceso para defenderse, con las debidas
garantías y dentro del plazo razonable determinado, indicado por las
leyes...”.
...Omissis...
“...La sentencia interlocutoria del Juzgado Superior Segundo en lo Civil,
Mercantil de la circunscripción Judicial del Estado Zulia, de fecha 26 de
septiembre de 2003, contra la cual interponemos este recurso, produjo un
gravamen no reparado por la decisión del Juzgado Superior Primero en lo
Civil y Mercantil de la Circunscripción Judicial y contra dicha sentencia
del Juzgado Superior Segunda mencionada, se agotaron todos los recursos
ordinarios. Esa decisión interlocutoria, es determinante del dispositivo de
la sentencia recurrida, por cuanto se viola el derecho a la defensa y al
debido proceso, porque impidió evacuar la prueba de cotejo que promovió
mi mandante, que es fundamental en esta causa.
De conformidad con lo establecido en el ordinal 4° del artículo 317 del
Código de Procedimiento Civil, el juez de la recurrida debió aplicar la
disposición contenida en el ordinal 3° del artículo 49 de la constitución
de la República Bolivariana  de Venezuela,  concediéndole a nuestro
mandante, como promovente de la prueba documental desconocida por la
demandante, un plazo igual al que concede el artículo 444 del Código de
Procedimiento Civil, a quién se opone un documento como emanado de él,
dentro del cual podía promover la prueba de cotejo; y si, consideraba que
el lapso probatorio del artículo 449 del Código de Procedimiento Civil
quedaba abierto a partir del momento en que la parte a quien se opuso el
documento lo desconoció, en aplicación al criterio sustentado  por el
Tribunal Supremo de Justicia, en sentencia de fecha 22 de mayo de 2001,
con ponencia del Magistrado Carlos Oberto Vélez, debió conceder un lapso
al promovente de la prueba, no menor de dos días, para ejercer su derecho
a la defensa, ya que esa sentencia es vinculante para los jueces de instancia
a partir de la fecha en que se publicó.
Debió aplicar también, el juez de la recurrida, lo dispuesto en el artículo 7
del Código de Procedimiento Civil  el cual señala que los actos procesales
se realizarán en la forma prevista en este Código y en las leyes especiales y
cuando la ley no señale la forma para la realización de algún acto, serán
admitidas todas aquellas que el juez considere idóneas para lograr los fines
del mismo; así como también la disposición contenida en el artículo 15
eiusdem,...”.
...Omissis...
La recurrida violo el artículo 198 del Código de Procedimiento Civil por
falta de aplicación  porque efectuó el computo del lapso probatorio desde la
fecha en que se desconoció el instrumento, acto que no se cumplió dentro
de los cinco días siguientes, como lo establece el artículo 444 eiusdem sino
el mismo día en que se promovió la prueba instrumental, y no dejó
transcurrir los cinco días establecidos en esa disposición; y viola también
en consecuencia, el mismo artículo por falta de aplicación, ya que abrevia
el lapso concedido a quien se opone el instrumento privado, para
desconocerlo y la citada norma dispone que los términos o lapsos
procesales no podrán abreviarse sino en los casos permitidos por la ley, o
por voluntad de las partes o de aquella a quien favorezca el lapso,
expresada ante el juez y dándole conocimiento a la otra parte. Viola
también por falta de aplicación el artículo 204 del Código de
Procedimiento Civil, por falta de aplicación , (sic) ya que esa norma
establece que los términos y recursos concedidos a la parte se entienden
concedidos a la otra, siempre que la disposición de la Ley o de la
naturaleza del acto, no resulte lo contrario...”. (Resaltado del texto y
subrayado de la Sala).
 
 
 
La Sala, para decidir observa:
 
Como puede observarse de la precedente transcripción, el recurrente
sostiene que la recurrida violó el derecho a la defensa a su representado, al interpretar
erróneamente el artículo 449 del Código de Procedimiento Civil, en concordancia con
el  445, 23 y 20 por falta de aplicación, y en sustento de ello alegó que “...si la norma
que rige esta materia procesal no establece expresamente que ese término se abre ope
legis, no puede interpretarse del modo que lo hizo el Juzgado Superior Segundo en lo
Civil y    Mercantil de  la Circunscripción Judicial  del estado Zulia, en sentencia
interlocutoria de fecha 26 de septiembre de 2003, que desconoce el derecho a la
defensa, porque niega al promovente de la prueba su derecho a un plazo razonable
dentro del cual puede ejercer su derecho a promover la prueba de cotejo para
demostrar la autenticidad del documento...”;
 
Asimismo, indicó que el juez de la recurrida quebrantó el debido proceso al
no interpretar el sentido y alcance que aparece evidente en el contenido de las
referidas normas, ni tomó en consideración la intención del legislador.
 
 
Del examen de los anteriores alegatos del recurrente,  se desprende la
deficiente manera en que el formalizante pretendió cumplir con la carga de expresar
de manera separada e independiente las denuncias que demuestran los vicios
invocados, pues alegó la violación del menoscabo a la defensa, el cual configura un
quebrantamiento de forma, y simultáneamente formuló denuncias propias de un
recurso de infracción de ley.
 
A pesar de la mezcla indebida de denuncias observada y la falta de
fundamentos del escrito de formalización, esta Sala procede a examinar la denuncia de
infracción de las normas 26, 49 y 257 ordinal 3° de la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela, por falta de aplicación, con fundamento en los artículos 26
y 257 de la Constitución de la República Bolivarianade Venezuela, que garantizan a
los justiciables que los procesos judiciales se llevarán a cabo sin formalismos.
 
En primer lugar, esta Sala debe indicarle al recurrente que la denuncia de
indefensión requiere de una técnica que ha desarrollado a través de su constante y
pacífica doctrina esta Sala de Casación Civil, estableciendo que el referido el
vicio debe estar fundamentado en el ordinal 1° del artículo 313 del Código de
Procedimiento Civil, pues este se encuentra situado dentro de los quebrantamiento de
forma en que puede incurrir el juez.
                  
 
Asimismo, ha indicado que además es necesaria la delación del artículo
208 del Código de Procedimiento Civil, cuando el quebrantamiento u omisión de la
forma que menoscabó el derecho a la defensa o lesionó el orden público, haya sido por
el Juez de la causa, o por parte de los particulares. De la combinación de estas
denuncias es que resulta una correcta formalización del vicio de indefensión.
 
 
Aunado a lo anterior, este Alto Tribunal ha establecido que no es admisible
la denuncia aislada del artículo 15 del Código de Procedimiento Civil, como tampoco
es aceptable la sola delación de las normas particulares cuya violación demuestre el
estado de indefensión por parte del recurrente, o el quebrantamiento del principio de
la igualdad procesal, pues éstas deben ser denunciadas conjuntamente, para así dar por
cumplida la  adecuada fundamentación exigida por este Alto Tribunal para este tipo de
denuncia.
 
Por otra parte, esta Sala ha indicado de forma reiterada que la indefensión
debe ser imputable al juez, pues este vicio se produce cuando se priva o coarta a una
parte alguna facultad procesal para efectuar un acto de petición que privativamente le
corresponde por su posición en el proceso, o bien resulta afectado o menguado por
haber acordado el juez una disminución o reducción de los plazos concedidos en la ley
para ejercer el derecho de defensa, o cuando el sentenciador concede indebidamente
derechos a una parte, con perjuicio evidente de la otra. (Ver, entre otras, sentencia del
24 de abril de 1998, Caso: Antonio Locantore Gallo c/ Eleonora Capozzi de
Locantore).
 
 
Sobre el particular, el maestro de maestro Humberto Cuenca, en su obra,
“Curso de Casación Civil”. Tomo I. Pág. 105., expresó lo siguiente:
 
“...se rompe la igualdad procesal cuando: Se establecen preferencias y
desigualdades; se acuerdan facultades, medios o recursos no establecidos
por la ley o se niegan los permitidos en ella; si el juez no provee sobre las
peticiones en tiempo hábil en perjuicio de una parte; se niega o silencia una
prueba o se resiste a verificar su evacuación; en general cuando el Juez
menoscaba o excede sus poderes de manera que rompe el equilibrio
procesal con perjuicio de un litigante....”.
Por lo tanto, reitera la Sala, que hay menoscabo del derecho de defensa,
cuando se niegan o cercenan a las partes los medios legales con que puedan
hacer valer sus derechos. La indefensión debe ser imputable al Juez, para
que pueda conformarse una violación del precepto respectivo, pero no
cuando el hecho se debe a la impericia, abandono o negligencia de la
propia parte, pues en tal caso, ella debe sufrir las consecuencias.
Ahora bien, en el caso sub iudice el formalizante denuncia el
quebrantamiento de formas procesales que menoscaban el derecho a la
defensa, debido a que el juez de la recurridaerróneamente estableció que a
partir de la solicitud de abocamiento formulada por la demandante, se
había reanudado el lapso para la contestación a la demanda, sin necesidad
de providencia alguna, colocando así al formalizante en estado de
desigualdad procesal frente al parte demandada.
Así las cosas, corresponde a esta Sala verificar en que momento debía
considerarse reanudado el proceso, a los fines de determinar si el juez de la
recurrida con tal proceder, causó el vicio de indefensión aquí
denunciado…”.
 
 
En efecto, como bien ha sido expresado en la doctrina, la indefensión o
menoscabo del derecho de defensa, se produce cuando es alterado el principio de
equilibrio procesal de las partes.  Pues bien, bajo la vigencia del Código derogado,
según lo disponía el artículo 421, la indefensión o menoscabo del derecho de defensa
era causal para interponer el recurso de casación. En igual sentido, el Código vigente
en el ordinal 1º del artículo 313, expresa que: “...Se declarará con lugar el recurso de
casación: 1º Cuando en el proceso se haya quebrantado u omitido formas
sustanciales de los actos que menoscaben el derecho de defensa...”.
 
Hechas estas consideraciones, esta Sala de Casación Civil observa que el
juzgado superior dictó sentencia en fecha 26 de septiembre de 2003, en la cual
expresó:
 
“...Con base en las anteriores consideraciones y en atención a que el
proceso civil venezolano está regido por el principio de orden consecutivo
legal y fases de preclusión, observa este Operador de Justicia, que en la
presente causa, una vez impugnado el documento ya citado, la parte
demandante tempestivamente promovió la prueba de cotejo y el día 21 de
Enero de 2003 solicitó la extensión del término probatorio con arreglo a lo
estatuido en el artículo 449 del Código de Procedimiento Civil, tomando en
consideración el cómputo de lapsos procesales realizado por la
Secretaría del Juzgado A-quo, y con fundamento en la articulación
probatoria de esta incidencia se apertura ope legis a partir del día siguiente
en que se verifique el desconocimiento del documento objeto de la misma,
concluye este Operador de Justicia, tras analizar las actas contenidas en el
presente expediente, así como los argumentos de las partes y con base a las
normas adjetivas señaladas y la doctrina jurisprudencial Ut
Supra  transcrita, sobre la actividad de la resolución dictada por el Juzgado
Cuarto de Primera instancia en lo Civil y mercantil de la circunscripción
Judicial del Estado Zulia de fecha 11 de febrero de 2003. Y ASÏ SE
DECIDE…”.
 
De la precedente trascripción, se evidencia que el juez de alzada al
examinar las actas que conforman ese expediente, estableció que la incidencia
probatoria quedó abierta de pleno derecho una vez que la parte actora desconoció el
documento y negó la firma.  En este sentido,  dejó claramente establecido que la
extensión del lapso para poder evacuar la referida prueba de cotejo solicitada el 21 de
enero de 2003 por la parte demanda, era extemporánea; y en tal sentido argumentó que
el cómputo de lapsos procesales realizado por la Secretaría del Juzgado de la
causa; y  de seguidas el superior dejó expresamente establecido que el juez de la causa
acertó en la solución del presente caso.
 
Ahora bien, la Sala considera conveniente revisar su criterio en relación con la
evacuación de la prueba de cotejo, y a tal efecto observa:
 
Los artículos 445 y 449 del Código de Procedimiento Civil, denunciados
como infringidos son del tenor siguiente:
 
Artículo 445: Negada la firma o declarado por los herederos o
causahabientes no conocerla, toca a la parte que produjo el instrumento
probar su autenticidad. A este efecto puede promover la prueba de cotejo, y
la de los testigos, cuando no fuere posible hacer la de cotejo.
Si resultare probada la autenticidad del instrumento, se le tendrá por
reconocido, y se le impondrán las costas a la parte que lo haya negado,
conforme a lo dispuesto en el artículo 276.
 
Artículo 449: El término probatorio en esta incidencia es de ocho días, el
cual puede extenderse hasta quince, pero la cuestión no será resuelta sino
en la sentencia del juicio principal.
 
 
 
El primero de los artículos transcritos, establece que una vez desconocido
el documento, es decir, negada la firma de aquél o declarada no conocerla por sus
herederos o causahabientes, toca a la parte que produjo el instrumento, probar su
autenticidad, y ello se hace mediante la promoción del cotejo, y supletoriamente a
través de la prueba testimonial, pues ésta última se llevará a cabo siempre que no sea
posible hacer el cotejo.
 
El segundo, se refiere a la articulación probatoria para promover y evacuar
tanto la prueba de cotejo, o en su defecto la de testigos, el cual es un lapso único de de
ocho (8) días, prorrogable a quince (15) días, a solicitud de la parte interesada.
 
Sobre el particular, Arístides Rengel Romberg, en su obra “Tratado de
Derecho Procesal Civil Venezolano” . Tomo IV, página 173, explica en relación a la
articulación prevista para la evacuación de la prueba de cotejo lo siguiente:
 
“...El desconocimiento en juicio del instrumento privado no reconocido ni
autenticado, es lo contrario del reconocimiento; así como éste hace adquirir
al instrumento privado la calidad de auténtico y por tanto público, el
desconocimiento en juicio, en cambio, impide que el instrumento produzca
su efecto como medio de prueba en la instrucción de la causa, lo hace
ineficaz para demostrar el hecho documentado y hace necesario el
procedimiento de verificación o cotejo, el cual tiene así la función -como
enseña Denti- de producir el efecto instructorio de la utilización del
documento como medio de prueba, sin dar lugar a un juicio autónomo, sino
a un incidente instructorio que se inserta en la actividad dirigida a la
adquisición y a la valoración de la prueba.
El desconocimiento en juicio del documento privado se produce pues,
cuando la parte niega su firma, o cuando sus herederos o causahabientes
declaran no conocerla (Art. 1.365 cc); también cuando desconoce el
contenido (lo intrínseco) y la firma (lo extrínseco). La casación tiene
establecido -como se ha dicho antes- que una cosa es el documento privado
y otra el negocio que contiene, por lo que al impugnarse éste y no aquél, el
documento queda reconocido en su contenido y firma, salvo lo que  arrojen
los autos en relación con la negociación que contiene. En estos casos, toca
a la parte que produjo el instrumento, probar su autenticidad, lo que se
hace mediante la prueba de cotejo, y la de testigo, cuando no sea posible
hacer el cotejo (Art. 445 C.P.C.) El cotejo es, pues, el medio probatorio
previsto por la ley para verificar la autenticidad del documento
desconocido, y supletoriamente la prueba testimonial, carga probatoria
que corresponde a la parte que produjo el documento. En el derecho
argentino, algunos tribunales han sostenido que la prueba testimonial es
inadmisible para probar la autenticidad de la firma cuando el documento
constata la celebración de un contrato cuyo monto excede el límite
cuantitativo que fija la ley; en cambio PALACIO se adhiere a la decisión
contraria sostenida por otros tribunales, según la cual se admite la
testimonial basándose en que no se trata, en tal caso, de probar el acto
jurídico documentado, sino un simple hecho, como es la autenticidad de la
firma.
En nuestro derecho, el desconocimiento del documento privado por la parte
a la cual se opone, da origen a una incidencia en la cual debe promoverse
el cotejo, y el término probatorio de esta incidencia es de ocho días, el cual
puede extenderse hasta quince, pero la cuestión no se resuelve sino en la
sentencia del juicio principal (Art. 449 CPC). No dice expresamente la ley
cuándo debe pedir la parte el cotejo, pero como la necesidad de la
prueba se origina por el desconocimiento del documento, y el término
probatorio de la incidencia debe entenderse abierto por ministerio de
la ley (Art. 449 CPC), desde que ocurre el desconocimiento, se admite
que la petición del cotejo y el nombramiento de los expertos para
realizar la prueba, deben hacerse dentro del término probatorio de la
incidencia, el cual es único tanto para la promoción de la prueba como
para su evacuación...”. (Cita doctrina G.F. Nº. 30, 2da. etapa. pág.
116). (Negrillas de la Sala).
 
 
 
En concordancia con lo establecido por la doctrina, esta Sala en
sentencia Nº 354 de fecha 8 noviembre 2001, caso: Bluefield Corporation C.A., c/
Inversiones Veneblue c.a., expediente N° 596, señaló:
En este orden, pasa la Sala a analizar la normativa preceptuada ex artículos
444, 445, 446, 447 y 449 de la Ley Adjetiva Civil, los que establecen el
mecanismo procedimental a través del cual, una vez producido un
documento privado en juicio, la parte a quien se le endilgue su autoría o la
de algún causante suyo, pueda desconocerlo, lo que deberá hacer
formalmente, de manera expresa. Tal procedimiento consiste en 1º.-
rechazar el instrumento. 2º- al producirse el desconocimiento, se abre una
incidencia, la que según la doctrina autoral será ope legis- sin necesidad
de decreto del juez- destinada a la comprobación de la autenticidad del
documento. En esta oportunidad la parte promovente del impugnado y
sobre quien, por expresa disposición del artículo 445 del Código de
Procedimiento Civil, recae la carga probatoria respecto a la autenticidad
del mismo, podrá a tal efecto promover la prueba de cotejo y ante la
imposibilidad de practicar ésta, si fuere el caso, utilizar la de testigos. Es
oportuno puntualizar que la prueba testimonial es supletoria a la de cotejo,
para el caso de establecer la autenticidad de un documento.
Entiende la Sala, que al producirse el desconocimiento de un documento y
con ello la apertura de la incidencia, promoviéndose, como opción
preferencial, el cotejo, se presente imposible de realizar, este es el
momento, se repite, dentro de la incidencia, para que se promueva la
testimonial. Ahora bien, las declaraciones de esos testigos tendrán que ser
de tal manera fehaciente, que sean capaces de llevar al juez al
convencimiento de que la firma desconocida en el documento de que se
trate, es autentica, vale decir que ellos deben tener un conocimiento
fidedigno, que no deje lugar a dudas, en referencia a la firma cuestionada.
En tal virtud, deberán testificar, cuando menos, el haber presenciado el
momento en que la rúbrica fue estampada. 3º.- Establece así mismo el
artículo 447 del Código Adjetivo Civil, de manera imperativa, que la
persona que pida el cotejo designará el instrumento o los instrumentos
indubitados con los cuales se realizará la verificación. 4º.- Señala el
artículo 499 ejusdem, que la incidencia en cuestión, tendrá un lapso
probatorio de ocho (8) días, el cual podrá extenderse hasta quince (15).
Establecido como ha sido el procedimiento que debe observarse en las
oportunidades en que se desconozca un documento privado acompañado,
bien con el libelo de demanda, bien con posterioridad a la contestación de
la demanda…”.
 
 
 
 
Al respecto, el tratadista Jesús Eduardo Cabrera Romero, expresó
que: “Una vez que se ha negado la firma (Art. 445 CPC), toca a la parte que produjo
el instrumento probar su autenticidad, y el Art. 449 CPC sin hacer distinción sobre la
oportunidad en que haya interpuesto el desconocimiento, expresa que el término
probatorio de esta incidencia será de 8 días, el cual puede extenderse hasta por 15,
pero la cuestión será no resuelta sino en la sentencia del juicio principal, donde por
cierto, deben resolverse todos los desconocimientos. Por lo tanto, el desconocimiento
que surge dentro de un proceso, el cual según los casos puede acontecer en dos
oportunidades distintas de acuerdo al estado procesal en que se promueva el
instrumento privado simple, tiene previsto un solo procedimiento para sustanciarlo,
como tradicionalmente lo han aceptado los Tribunales.  No indica el CPC cuando
comienza la incidencia para instruir la prueba de la autenticidad.   Si se desconoce
en la contestación de la demanda, en virtud del Art. 359 CPC, habrá que dejar
transcurrir íntegramente lo que falta del lapso de emplazamiento, para las
actuaciones posteriores, por lo que la incidencia probatoria debe comenzar de pleno
derecho el primer día de despacho después de vencido el lapso de emplazamiento,
siendo ya ese día hábil para promover la prueba.  Si tiene lugar en otra etapa del
proceso, la incidencia comenzara el día siguiente del acto de desconocimiento, si
fue opuesto oportunamente”.  (“Contradicción y Control de la Prueba Legal y Libre”,
Tomo II, página 280).
 
 
De conformidad con la doctrina  y la jurisprudencia antes citadas, la
articulación para la promoción y evacuación de la prueba de cotejo, o en su defecto la
de testigos, se abre ope legis,sin necesidad de decreto del juez, en razón de lo cual no
se requiere que el tribunal dicte un auto estableciendo que comenzó la referida
incidencia. Por lo cual, esta Sala considera que el juez actuó acertadamente al
considerar que una vez desconocido el documento se abre de pleno derecho la
articulación probatoria.
 

Sin embargo, la Sala presenta serias dudas en cuanto al plazo tan breve de


ocho (8) días prorrogable a quince (15), que el Código de Procedimiento Civil
establece para la evacuación de la prueba de cotejo.

En efecto, el legislador en el referido artículo 449 del citado Código, no


estableció distinción en cuanto al lapso para promover y evacuar la prueba de cotejo o
de testigos, de lo que se deduce que cualquiera de estas actuaciones deberán realizarse
dentro de ese plazo.

Lo anterior pone de manifiesto, que dichas pruebas se pueden promover en


el último día de esa articulación, es decir el día ocho (8); pero entonces nos
preguntaríamos ¿Cuando se evacuaría la prueba de cotejo, si el lapso probatorio
fenece el mismo día en que fue promovida la prueba?.
 

La Sala considera que al no hacer la distinción el legislador, en cuanto a


los días para promover y evacuar la prueba de cotejo o la de testigos, mal podría
hacerlo el intérprete, ya que en la ley se establece un único lapso para la promoción y
evacuación de pruebas en la incidencia.

Por otra parte, se observa que en la mayoría de los casos es casi imposible
que tales pruebas puedan evacuarse en este breve lapso debido a lo dilatado de su
tramitación y dada la naturaleza de la prueba de cotejo y de testigos. Por tanto,  al no
ser posible la evacuación de la  prueba en el corto plazo que establece la ley para la
evacuación de la prueba destinada a  probar la autenticidad del documento impugnado,
resulta perjudicado el proceso, pues no cumple su finalidad de hallar la verdad y la
justicia.

                   De allí, que la Sala Constitucional de este Supremo Tribunal ha dejado


expresamente establecido que: “...el artículo 26 de  la Constitución  establece el
derecho de todo ciudadano de acceso a los órganos de justicia. Esta disposición
recoge el derecho a la tutela judicial eficaz, la cual incluye, no sólo el acceso a la
justicia, sino también que las peticiones que se formulen en el marco de un proceso
judicial sean decididas en forma acorde con las pretensiones y a obtener un
pronunciamiento del órgano jurisdiccional en un lapso razonable, pues, de lo
contrario, la justicia no sería eficaz…”.  (Sentencia del 2/6/03, caso: Leonor María
Infante y otra).
 
 
                   En efecto,  el artículo 26 de la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela, consagra de manera expresa el derecho a la tutela judicial efectiva, conocido
también como la garantía jurisdiccional que encuentra su razón de ser en que la justicia es,
y debe ser, tal como lo consagran los artículos 2 y 3 eiusdem, uno de los valores
fundamentales presentes en todos los aspectos de la vida social, por lo cual debe impregnar
todo el ordenamiento jurídico y constituir uno de los objetivos de la actividad del Estado,
en garantía de la paz social. Es así como el Estado asume la administración de justicia, esto
es, la solución de los conflictos que puedan surgir entre los administrados o con la
Administración misma, para lo que se compromete a organizarse de tal manera que los
mínimos imperativos de la justicia sean garantizados y que el acceso a los órganos de
administración de justicia establecidos por el Estado, en cumplimiento de su objeto, sea
expedito para los administrados.
 

                   En ese sentido, este  Alto Tribunal ha indicado que “…El derecho a la


tutela judicial efectiva, de amplísimo contenido, comprende el derecho a ser oído por
los órganos de administración de justicia establecidos por el Estado, es decir, no sólo
el derecho de acceso sino también el derecho a que, cumplidos los requisitos
establecidos en las leyes adjetivas, los órganos judiciales conozcan el fondo de las
pretensiones de los particulares y, mediante una decisión dictada en derecho,
determinen el contenido y la extensión del derecho deducido, de allí que la vigente
Constitución señale que no se sacrificará la justicia por la omisión de formalidades
no esenciales y que el proceso constituye un instrumento fundamental para la
realización de la justicia (artículo 257). En un Estado social de derecho y de justicia
(artículo 2 de la vigente Constitución), donde se garantiza una justicia expedita, sin
dilaciones indebidas y sin formalismos o reposiciones inútiles (artículo 26 eiusdem),
la interpretación de las instituciones procesales debe ser amplia, tratando que si bien
el proceso sea una garantía para que las partes puedan ejercer su derecho de
defensa, no por ello se convierta en una traba que impida lograr las garantías que el
artículo 26 constitucional instaura…”. ((Sentencia de la Sala Constitucional de fecha
2 de junio de 2003, caso: Leonor María Infante y otra).
 
Es evidente, pues, que la correlación de los artículos 2, 26 y 257 de la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, obliga al juez a interpretar las
instituciones jurídicas tomando en consideración los actuales principios que
fundamentan el sistema de derecho, que persiguen hacer efectiva la justicia. En ese
sentido, se ha indicado que “...las normas procesales cumplen también una función
social; que ellas, aunque permitan interpretaciones diversas con mayor o menor amplitud
influyen en la aplicación del derecho sustantivo, beneficiando a alguien, y se proyectan,
por tanto, socialmente; de manera que no podemos seguir pensando que los jueces están
limitados sólo a dirimir conflictos de intereses individuales...”. (Molina Galicia,
René. “Reflexiones sobre una visión constitucional del proceso y su tendencia
jurisprudencial. ¿Hacia un gobierno judicial?” Caracas, Ediciones Paredes, 2002,
p.193). (Sentencia de fecha 12 de abril de 2005, (caso: Mario Castillejo Muelas, c/
Juan Morales Fuentealba).
 
Tomando en consideración la precedente apreciación, esta Sala de
Casación Civil estima que existen medios de prueba que dada su naturaleza no
permiten su evacuación dentro del lapso establecido para ello. Por esa razón, esta Sala
cree oportuno señalar que en los casos en los que la evacuación de la prueba se
extienda más allá del lapso que establece la ley, esta debe ser igualmente apreciada en
conformidad con principios y normas constitucionales que rigen el proceso. En efecto,
las pruebas de experticias, inspecciones judiciales, las declaraciones de testigos, la
reproducción judicial, la exhibición de documentos, entre otros, generalmente su
evacuación sobrepasa el lapso concedido para ello, pero en aras de una justicia
efectiva éstas deben ser incorporadas en el proceso, y el juez deberá apreciarlas como
pruebas regularmente promovidas y evacuadas, pues la brevedad de los lapsos no es
una razón contundente para que el juez desestime la prueba, y con ello lesione el
derecho a la defensa, que tienen las partes de demostrar sus alegatos.

 
Por tanto, este Alto Tribunal considera que si el legislador no prohibió de
manera expresa que la prueba tiene que evacuarse obligatoriamente dentro de la
articulación, y que si allí no se reciben, las que se insertaren luego resultaren
extemporáneas; es porque si no existe tal distinción en la ley, el intérprete tampoco
debe distinguirla.
 
 

       En este sentido, la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia en


sentencia de fecha 8 de marzo de 2005, caso: Banco Industrial, expediente N° 03-
2005, estableció:
 
 
“…Del análisis de las actas que conforman el presente expediente, y de la
apreciación de las exposiciones realizadas por las partes en la audiencia
oral del presente procedimiento, la Sala observa que:
Hasta el Código de Procedimiento Civil de 1897, el término probatorio no
se encontraba segmentado como en el actual, para que, dentro de cada
segmento, llevaran a cabo las partes y el tribunal actividades preclusivas,
sino que dentro de él, conjuntamente, se promovían y evacuaban las
pruebas.
Observa el tratadista Arminio Borjas (Comentarios al Código de
Procedimiento Civil Venezolano, tomo III, p. 193, Edit. Bibloamericana.
Argentina-Venezuela) “…Antes de la reforma de 1897, la ley declaraba
que el lapso de pruebas era de treinta días, sin destinar especialmente a la
promoción de éstas ninguna parte de él, por lo cual, durante todos dichos
días se las podía indistintamente promover y evacuar, … omissis … y tanto
para el Juez como para las partes se hacía embarazoso, y aún quedaba
expuesto para éstas a peligrosas alevosías, el derecho de promover nuevas
probanzas hasta en el último de los treinta días del término.”
Para esta Sala, conforme a los comentarios de Borjas, era claro que en los
términos diseñados para que conjuntamente se promovieran y evacuen
pruebas, hasta los últimos días del lapso eran hábiles para ofrecer medios
de pruebas, ya que ese era un derecho de las partes.  Reminiscencias en el
vigente Código de Procedimiento Civil de este tipo de término único para
promover y recibir pruebas es la articulación probatoria del artículo 607,
norma que establece una articulación  por  ocho días sin término de
distancia, lo que significa –ya que el Código de Procedimiento Civil no
distingue- que dentro de la articulación se promoverán y evacuarán
pruebas, ya que necesariamente el lapso probatorio es para ello.
Al no limitar el artículo 607 en comento los medios a promoverse,
entiende la Sala que en un sistema de libertad de medios, los ofrecibles son
tanto medios nominados como innominados.
En consecuencia, testigos, experticias, inspecciones judiciales,
documentos y otros medios no prohibidos expresa o tácitamente para
las incidencias, pueden proponerse en estas articulaciones; y no señala
el Código de Procedimiento Civil, que las pruebas deban evacuarse
obligatoriamente dentro de la articulación, y que si allí no se reciben,
las que se insertaren luego resultaren extemporáneas.  Si no existe tal
distinción en la ley, el intérprete tampoco debe distinguir.
Por lo tanto, a juicio de esta Sala, es posible que pruebas  ofrecidas por
las partes dentro de la articulación sean recibidas fuera de ella,  como
incluso ocurre con probanzas no evacuadas en el término de
evacuación del juicio ordinario.
Para la Sala, sería contrario al derecho de defensa de las partes,
cercenarles tal derecho, concretado en el ofrecimiento de pruebas,
creándoles la carga de promoverlas en los primeros días de la
articulación de ocho días (de despacho), cuando la ley no distingue
oportunidad dentro del término para promoverlas, ni ordena tal
proceder.  Luego, todos los días, hasta el último de la articulación, son
oportunos y temporáneos para ofrecer pruebas.  Lo que sucede es que hay
pruebas que pueden evacuarse sin lapso probatorio alguno para ello, ya que
se reciben en un día prefijado, independientemente del lapso, mientras hay
otras que requieren de un término destinado a la recepción de pruebas para
que puedan ser incorporadas al proceso.  Ello, debido a que con algunos
medios pueden surgir diversas actividades concatenadas a su práctica, y
por aplicación del principio de concentración de la prueba, el legislador ha
querido que ellas se lleven adelante dentro de un lapso probatorio
específico.
 
Ahora bien, a juicio de la Sala, para que las probanzas promovidas
puedan evacuarse dentro o fuera de la articulación es necesario
ponderar varias situaciones.
No prevé el artículo 607 que las partes puedan oponerse a las pruebas de su
contraparte, pero siendo la oposición una emanación del derecho de
defensa, ella es posible, y el juez tendría que decidirla, a fin de que la
prueba pueda recibirse, si declara sin lugar la oposición y admite el medio.
Si el juez no decide la oposición, conforme al artículo 399 del Código de
Procedimiento Civil, la prueba no podrá evacuarse, y en articulaciones de
tan corto lapso, la recepción del medio necesariamente tendría que ser
fuera del término probatorio del artículo 607. No aceptar tal situación sería
dejar indefensa a la parte, infringiéndose así el artículo 49
constitucional.  Si una de las partes promoviere testigos con citación previa
a la declaración, podría ocurrir que el alguacil citara a los testigos para que
declararan al octavo día, y sería injusto que el promovente no pueda
examinar a sus testigos, que comienzan a declarar ese día, porque se agota
la audiencia, y aún no ha podido formular todas las preguntas, por lo que
necesariamente la declaración de los testigos debería prorrogarse fuera del
lapso.
Si se promoviere una experticia, en los primeros días del término, y las
partes no se pusieran de acuerdo un solo experto, al segundo día de
admitida la prueba, tendría lugar el acto de nombramiento de
expertos, su juramentación será el tercer día siguiente al
nombramiento (artículo 458 del Código de Procedimiento Civil), la
notificación del nombrado por el juez, tendrá lugar tres días después
de su notificación (artículo 459 del Código de Procedimiento Civil) y en
este último supuesto, luego vendría la reunión para establecer el
tiempo de la pericia, lo que necesariamente conduce a que el peritaje
no pueda evacuarse dentro de las ocho audiencias ya que, por lo
menos, cinco de ellas se han consumido en los trámites señalados. De
allí que le propio Código de Procedimiento Civil en la incidencia
nacida del desconocimiento de instrumentos privados (artículo 449)
donde la prueba de experticia –cotejo- es la de mayor peso (artículo
445), y cuyo término probatorio es de ocho días, señaló que éste puede
extenderse hasta quince días.
Estos ejemplos, a juicio de  la Sala, demuestran que fuera de la
articulación se pueden recibir pruebas, independientemente de la
oportunidad de su promoción, pero que tal recepción obedece a
situaciones especiales.
Es criterio de la Sala que con relación a la articulación probatoria del
artículo 607, surge una situación casuística de acuerdo a la esencia de
los medios de prueba que propongan las partes; correspondiendo al
juez de oficio en algunos medios, señalar la evacuación de la
prueba  fuera de la articulación, dada la dificultad innata al medio de
evacuarla dentro de los ocho días de despacho, y ese es, por ejemplo, el
caso de la experticia.
También este es el caso de la inspección judicial, ya que el tribunal que la
va a practicar, que es el de la causa, tiene que ejecutarla cuando sus
ocupaciones lo permitan, lo cual puede ser fuera de la articulación
probatoria, siempre que la provea dentro de ella.
Luego, en aras a garantizarle el derecho de defensa a las partes, a quienes
el artículo 607 les ha otorgado un término probatorio de ocho días para
promover y evacuar, no puede cargarse a las partes a que promuevan todas
sus pruebas dentro de los primeros días, y tildárselas de negligentes o
torpes, si no lo hacen, sobre todo cuando hay medios de alta dificultad,
debido a su naturaleza, para ser recibidos en la articulación, por lo que la
audiencia que se utilizare para ofrecerlos sería indiferente, siempre que sea
dentro del lapso.
A juicio de la Sala, resultaría un contrasentido que a las partes se les
diere un término de ocho días para promover pruebas, y que las
promovidas, en ejercicio de su derecho, el último día no fueran
proveídas por el juez aduciendo que no puedan evacuarse dentro del
lapso porque éste finalizó, cuando ya se ha apuntado que hay medios
que pueden evacuarse fuera del término probatorio.
Es de recordar que con respecto a las pruebas temporáneas del último día,
el juez tiene tres días para proveerlas, y esos días caen fuera de la
articulación probatoria.
El quid del asunto, en criterio de esta Sala, radica en si el término para
proveer o evacuar las admitidas se prorroga de oficio, o si él sólo se
prorroga a instancias de parte, aplicando el artículo 202 del Código de
Procedimiento Civil.  La Sala hace la salvedad de que los medios que por
su esencia o naturaleza pueden recibirse fuera del lapso de evacuación,
necesariamente, como garantía del derecho de defensa de quien lo propuso,
se evacuarán fuera de la articulación en la oportunidad que fije el tribunal,
como ocurre con la inspección judicial, o con el tiempo que el tribunal
señale a los expertos. 
Se trata de medios que por su esencia, y sin que exista prórroga del término
probatorio, ya que éste, como tal dejó de correr, se pueden evacuar fuera
de dicho término, como ocurre con la experticia o inspección judicial, u
otras pruebas cuya naturaleza sea semejante, y que debido a esa
característica pueden proponerse hasta el último día de la articulación.
Pero con el resto de las probanzas, para las cuales la ley no previno, como
lo hizo en la experticia (artículos 460 y 461 del Código de Procedimiento
Civil) un término fijo que puede exceder del normal de evacuación, o que
su práctica depende de cuando la actuación judicial puede llevarse a cabo;
la prueba debe ser evacuada dentro de un término para ello, el cual no
puede exceder del establecido en la ley, y con respecto a esos medios, de
no poder recibirse dentro del lapso, funciona a plenitud la institución de la
prórroga de los términos, señalado el artículo 202 del Código de
Procedimiento Civil y que se funda en la existencia de una causa no
imputable a la parte que lo solicita, que hace necesaria la prórroga del
lapso.
Es criterio de la Sala, que desde este ángulo, hay medios que de ser
promovidos en el último día de la articulación, el promovente debe pedir se
prorrogue el término para que el tribunal los provea y se evacuen dentro
del lapso de evacuación, que así se alarga.  El juez examinará si acuerda o
no acuerda la prórroga, juzgando si ella atiende realmente a una causa no
imputable a quien la pide.  Es en casos como éste, donde el juez puede
examinar la negligencia en estos ofrecimientos tardíos de la prueba, y
negar la prórroga, por lo que la articulación no se extenderá por ocho
audiencias más para que se reciban las pruebas.
Resalta  la Sala  que se trata de una situación casuística, que depende de
cada medio y de la necesidad, por su naturaleza, que se evacuen dentro
del término de evacuación.  Aquellos como la experticia, la inspección
judicial, la exhibición de documentos o los informes (artículo 433 del
Código de Procedimiento Civil), por ejemplo, que se reciben en una
fecha, la cual puede señalarse fuera del término probatorio, podrán
recibirse fuera de éste,  al igual que lo que sucede con las comisiones o
las rogatorias a evacuarse en cumplimiento de un término
extraordinario de pruebas.
Con relación a los otros medios simples, nominados o innominados
(documentos privados, testigos, etc), que deben recibirse dentro de un
término de evacuación (así sea conjunto con el de promoción), la
posibilidad de insertarse al proceso fuera del término sólo es viable si éste
se prorrogó o reabrió, y para ello es necesario que exista petición de parte,
ya que es ella quien debe alegar y justificar la causa no imputable que le
impide actuar dentro del término probatorio natural.
En el caso de autos, el juez ordenó la prórroga para que se evacuara,
fuera de la articulación probatoria, la experticia y la exhibición
documental. Se trata de un medio, como la experticia, que por su
esencia puede recibirse fuera del término probatorio, como ya lo
señaló este fallo,  y en igual situación se encuentra la exhibición
documental.
El que el juez del fallo impugnado fundara la prórroga en la tutela del
derecho de defensa del demandado, obviando la verdadera razón de
fondo que justifica la evacuación fuera de lapso y decretando  con
respecto a esos medios una prórroga innecesaria, no significa que con ello
lesionará derecho constitucional alguno al Banco Industrial de Venezuela,
C. A., y así se declara.
Ambos medios, pericia y documental, no requerían de la prórroga para ser
evacuadas fuera de lapso, pero el que el juez la acordara en nada
perjudicaba a los accionantes en amparo, ni al debido proceso, ya que no
surgió ninguna lesión al derecho de defensa de los hoy accionantes.
De tratarse de unas posiciones juradas, ellas resultan inadmisibles y la
prórroga ordenada no consolida tal situación.  Si se trataba de confesiones
contenidas en documentos públicos, ella podría ser recibida fuera de la
articulación, antes del fallo, por lo que la prórroga, aunque innecesaria, no
perjudicaba a los hoy accionantes.
Por todos estos motivos, la Sala considera que el fallo impugnado no
lesionaba a los accionantes, y así se declara…”. (Negrillas y subrayado
de la Sala).
 
 

 
De la precedente trascripción, se evidencia que en las incidencias
comprendidas en los artículos 607 y 449 del Código de Procedimiento Civil, no hace
distinción en cuanto a la promoción y evacuación de las pruebas, por lo que se deduce
que ambas se realizan en ese mismo lapso.
 
 
Asimismo, en criterio de la Sala Constitucional existen medios de prueba
que por su tramitación, requieren mayor tiempo para poder evacuarlas que el lapso
establecido en dichas articulaciones; como son, las inspecciones judiciales, las
declaraciones de los testigos, las experticias y otros medios no prohibidos expresa o
tácitamente por la ley; por lo que una vez promovidas dentro de la articulación, es
posible que sean recibidas fuera de ella, como incluso ocurre con probanzas no
evacuadas en el término de evacuación del juicio ordinario.
 
 
Aunado a lo anterior, la Sala Constitucional dejó establecido que el
desconocimiento de un documento privado (cotejo), comprende una experticia, la cual
es una prueba de mucho peso, debido a su esencia y tramitación por lo que conforme a
la jurisprudencia antes transcrita puede recibirse fuera del término probatorio, pues
sería contrario al derecho de defensa de las partes, cercenarles tal derecho, concretado
en el ofrecimiento de pruebas, creándoles la carga de promoverlas en los primeros
días de la articulación de ocho días (de despacho), cuando la ley no distingue
oportunidad dentro del término para promoverlas, ni ordena tal proceder. 
 
 
                   Esta Sala de Casación Civil acoge los anteriores criterios, y establece que al no
señalar el Código de Procedimiento Civil que estos medios de pruebas deban evacuarse
obligatoriamente dentro de la articulación, debe interpretarse que la tramitación de la
experticia e inspección judicial, entre otros medios de prueba, que deban ser
evacuadas en una incidencia, podrán sustanciarse en un plazo mayor, en cuyo caso
corresponderá al sentenciador fijarlo atendiendo la naturaleza y necesidad de la
prueba, tal como fue establecido por la Sala Constitucional de este Supremo Tribunal;
sin embargo, dicho lapso en ningún caso podrá exceder el de evacuación ordinario
establecido en la ley.  Además, bajo estas circunstancias, la parte debe haber
promovido el medio probatorio en el lapso de la incidencia.
En consecuencia, la Sala modifica el criterio sostenido en la decisión del 8 de
noviembre de 2001, caso: Bluefield Corporation C.A., c/ Inversiones Veneblue
c.a., expediente N° 596 y las que se opongan al establecido en esta decisión, y en lo
sucesivo deberá considerarse que la tramitación de esos medios de prueba podrá efectuarse
en un plazo mayor, siempre que el medio probatorio halla sido promovido en el lapso de la
incidencia. Por tanto, los jueces de instancia están obligados a ponderar cada situación para
fijar el plazo que para la evacuación de la prueba, aun cuando la misma haya
sido promovida en el último día de la articulación probatoria, ya que la posibilidad de
promover pruebas en el juicio, incluso incidentalmente, es una manifestación del derecho
de defensa.
 
En el caso bajo examen, la parte actora en fecha 14 de noviembre de 2002
desconoció el contenido y negó la firma de
una  transferencia  de  propiedad  de  cinco  mil  (5000)  acciones de
la  sociedad  mercantil  “HACIENDA  RÍO  CHIQUITICO,  C.A.”. Posteriormente, en
fecha 25 de noviembre de 2002 la parte demandada promovió la prueba de cotejo, la
cual fue admitida el día 27 del mismo mes y año; y, el 21 de enero de 2003 el
demandado solicitó la prorroga de ocho (8) a quince (15) días de conformidad con el
artículo 449 del Código de Procedimiento Civil, la cual fue declarada extemporánea,
por tardía.

Asimismo, esta Sala de Casación Civil observa que el juzgador superior


estableció en su sentencia que una vez desconocido el documento, dicha incidencia se
abre de pleno derecho, lo cual es cierto pues como bien señala la jurisprudencia antes
transcrita al producirse dicho desconocimiento, la parte promovente del documento
tendrá la carga probatoria respecto a la autenticidad del mismo, por lo que podrá a tal
efecto promover la prueba de cotejo y en su defecto la de testigo, lo que conlleva a
que se abra una incidencia para la evacuación de dicha prueba de conformidad con el
artículo 449 del Código de Procedimiento Civil.
 

Esta Sala en aplicación a la jurisprudencia antes transcrita y en atención a


los principios fundamentales del derecho a la defensa y el debido proceso consagradas
en nuestra carta magna, considera que el juez ad-quem debió admitir la solicitud de la
prórroga del lapso establecido en el artículo 449 del Código de Procedimiento Civil,
pues se trata de la prueba de cotejo (experticia), que es de aquellos medios de prueba
que por su naturaleza y tramitación pueden evacuarse inclusive fuera de la extensión
del lapso de quince (15) días consagrado en el citado precepto legal.

En efecto, la recurrida debió admitir la referida prorroga, y si hubiese sido


igualmente evacuada fuera del mencionado lapso también tenía la obligación de
incorporarla en el proceso, pues aunado a las anteriores razones, en el caso bajo
análisis estamos en presencia del documento fundamental de la demanda, y por esa
razón es importante su apreciación en el fallo, para que el juez decida justamente la
controversia.

 
De allí que, la Sala considere que en el caso sometido a estudio si hubo
indefensión, por cuanto el sentenciador no extendió el lapso para evacuar la prueba de
cotejo, la cual era fundamental para la solución del caso concreto, lo cual evidencia el
error procesal del juez, lo que también hace palpable la lesión del derecho a la defensa
que se le causó a la parte demandada. Lo anteriormente expresado evidencia que la
decisión tomada por el juez de la causa violó el debido proceso y menoscabó el
derecho a la defensa de la parte demandada.

Por estas razones, la Sala repone la causa al estado de que se evacue dicha


prueba, a fin de que se corrija los vicios cometidos por el sentenciador a-quo.

En consecuencia, se declara procedente la denuncia de infracción de los


artículos 26, 49 ordinal 3° y 257 de la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela, por error de interpretación del artículo 449 del Código de Procedimiento
Civil.
 
 
DECISIÓN
 
 
 
 
                   Por las razones expuestas, este Tribunal Supremo de Justicia de la
República Bolivariana de Venezuela, en Sala de Casación Civil, administrando
Justicia en nombre de la República y por autoridad de la Ley, declara: CON
LUGAR  el recurso de casación, anunciado y formalizado por el parte demandada,
contra la sentencia proferida en fecha 26 de Septiembre de 2003 por el Juzgado
Superior Segundo en lo Civil, Mercantil y del Tránsito de la Circunscripción
Judicial del estado Zulia, con sede en Maracaibo; en consecuencia , se ANULA  la
sentencia recurrida, y  REPONE  la causa al estado en el cual el Tribunal a quo evacue
la prueba de cotejo solicitada por el parte demanda. Queda de esta
manera CASADA  la sentencia impugnada.
 
 
Dada la naturaleza de la decisión no hay condenatoria en costas, de
conformidad con la ley.
 
 
                   Publíquese y Regístrese. Remítase el expediente al tribunal de la causa, es
decir, al Juzgado Cuarto de Primera Instancia en lo Civil y Mercantil de la
mencionada Circunscripción Judicial. Particípese esta remisión al Juzgado Superior de
origen ya mencionado de conformidad con el artículo 326 del Código de
Procedimiento Civil.
 
 
                   Dada, firmada y sellada en la Sala de Despacho de la Sala de
Casación  Civil,   del  Tribunal  Supremo  de Justicia,   en Caracas, a  los  diez (10)
días del mes de octubre dos mil seis. Años: 196º de la Independencia y 147º de la
Federación. 
Presidente de la Sala,
 
 
_______________________________
CARLOS OBERTO VÉLEZ
Vicepresidenta,
 
 
______________________
 YRIS PEÑA ESPINOZA
                  Magistrado,
 
 
______________________________
ANTONIO RAMÍREZ JIMÉNEZ
Magistrada-ponente,   
                      
 
_____________________________
ISBELIA PÉREZ VELÁSQUEZ       
Magistrado,
 
                                                     _____________________________________
LUÍS ANTONIO ORTÍZ HERNÁNDEZ
Secretario,
 
_____________________________
ENRIQUE DURÁN FERNÁNDEZ
 
Exp. Nro. AA20-C-2005-000540
 

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