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2005-000540
SALA DE CASACIÓN CIVIL
Ponencia de la Magistrada ISBELIA PÉREZ VELÁZQUEZ.
En el juicio por nulidad de venta seguido por CARMEN SUSANA
ROMERO; representada por los abogados Antonio Pernalete López, Marlene
Santiago Verdi y Maribel García Ávila, contra LUÍS ÁNGEL ROMERO
GÓMEZ y VIOLETA DEL CARMEN GÓMEZ DE ROMERO; representada por
los abogados Hugo Montiel Borjas, Carlota Casanova García, Carlos Ramírez Silva y
Hugo Montiel Rubio; el Juzgado Superior Primero en lo Civil, Mercantil y del
Tránsito de la Circunscripción Judicial del estado Zulia, con sede en Maracaibo, dictó
sentencia en fecha 15 de junio de 2005, mediante la cual declaró sin lugar la apelación
interpuesta por los demandados, confirmando así la decisión proferida por el Juzgado
Cuarto de Primera Instancia en lo Civil y Mercantil de la mencionada Circunscripción
Judicial que declaró con lugar la demanda. Condenó a los demandados al pago de las
costas.
Contra la referida decisión de la alzada, los apoderados judiciales de los
demandados anunciaron recurso de casación, el cual fue admitido por el juez de la
recurrida, y posteriormente fue formalizado en tiempo oportuno. Hubo impugnación.
Concluida la sustanciación del recurso de casación la Sala procede a dictar
sentencia, bajo la ponencia de la Magistrada que con tal carácter la suscribe, en los
siguientes términos:
Por otra parte, se observa que en la mayoría de los casos es casi imposible
que tales pruebas puedan evacuarse en este breve lapso debido a lo dilatado de su
tramitación y dada la naturaleza de la prueba de cotejo y de testigos. Por tanto, al no
ser posible la evacuación de la prueba en el corto plazo que establece la ley para la
evacuación de la prueba destinada a probar la autenticidad del documento impugnado,
resulta perjudicado el proceso, pues no cumple su finalidad de hallar la verdad y la
justicia.
Por tanto, este Alto Tribunal considera que si el legislador no prohibió de
manera expresa que la prueba tiene que evacuarse obligatoriamente dentro de la
articulación, y que si allí no se reciben, las que se insertaren luego resultaren
extemporáneas; es porque si no existe tal distinción en la ley, el intérprete tampoco
debe distinguirla.
De la precedente trascripción, se evidencia que en las incidencias
comprendidas en los artículos 607 y 449 del Código de Procedimiento Civil, no hace
distinción en cuanto a la promoción y evacuación de las pruebas, por lo que se deduce
que ambas se realizan en ese mismo lapso.
Asimismo, en criterio de la Sala Constitucional existen medios de prueba
que por su tramitación, requieren mayor tiempo para poder evacuarlas que el lapso
establecido en dichas articulaciones; como son, las inspecciones judiciales, las
declaraciones de los testigos, las experticias y otros medios no prohibidos expresa o
tácitamente por la ley; por lo que una vez promovidas dentro de la articulación, es
posible que sean recibidas fuera de ella, como incluso ocurre con probanzas no
evacuadas en el término de evacuación del juicio ordinario.
Aunado a lo anterior, la Sala Constitucional dejó establecido que el
desconocimiento de un documento privado (cotejo), comprende una experticia, la cual
es una prueba de mucho peso, debido a su esencia y tramitación por lo que conforme a
la jurisprudencia antes transcrita puede recibirse fuera del término probatorio, pues
sería contrario al derecho de defensa de las partes, cercenarles tal derecho, concretado
en el ofrecimiento de pruebas, creándoles la carga de promoverlas en los primeros
días de la articulación de ocho días (de despacho), cuando la ley no distingue
oportunidad dentro del término para promoverlas, ni ordena tal proceder.
Esta Sala de Casación Civil acoge los anteriores criterios, y establece que al no
señalar el Código de Procedimiento Civil que estos medios de pruebas deban evacuarse
obligatoriamente dentro de la articulación, debe interpretarse que la tramitación de la
experticia e inspección judicial, entre otros medios de prueba, que deban ser
evacuadas en una incidencia, podrán sustanciarse en un plazo mayor, en cuyo caso
corresponderá al sentenciador fijarlo atendiendo la naturaleza y necesidad de la
prueba, tal como fue establecido por la Sala Constitucional de este Supremo Tribunal;
sin embargo, dicho lapso en ningún caso podrá exceder el de evacuación ordinario
establecido en la ley. Además, bajo estas circunstancias, la parte debe haber
promovido el medio probatorio en el lapso de la incidencia.
En consecuencia, la Sala modifica el criterio sostenido en la decisión del 8 de
noviembre de 2001, caso: Bluefield Corporation C.A., c/ Inversiones Veneblue
c.a., expediente N° 596 y las que se opongan al establecido en esta decisión, y en lo
sucesivo deberá considerarse que la tramitación de esos medios de prueba podrá efectuarse
en un plazo mayor, siempre que el medio probatorio halla sido promovido en el lapso de la
incidencia. Por tanto, los jueces de instancia están obligados a ponderar cada situación para
fijar el plazo que para la evacuación de la prueba, aun cuando la misma haya
sido promovida en el último día de la articulación probatoria, ya que la posibilidad de
promover pruebas en el juicio, incluso incidentalmente, es una manifestación del derecho
de defensa.
En el caso bajo examen, la parte actora en fecha 14 de noviembre de 2002
desconoció el contenido y negó la firma de
una transferencia de propiedad de cinco mil (5000) acciones de
la sociedad mercantil “HACIENDA RÍO CHIQUITICO, C.A.”. Posteriormente, en
fecha 25 de noviembre de 2002 la parte demandada promovió la prueba de cotejo, la
cual fue admitida el día 27 del mismo mes y año; y, el 21 de enero de 2003 el
demandado solicitó la prorroga de ocho (8) a quince (15) días de conformidad con el
artículo 449 del Código de Procedimiento Civil, la cual fue declarada extemporánea,
por tardía.
De allí que, la Sala considere que en el caso sometido a estudio si hubo
indefensión, por cuanto el sentenciador no extendió el lapso para evacuar la prueba de
cotejo, la cual era fundamental para la solución del caso concreto, lo cual evidencia el
error procesal del juez, lo que también hace palpable la lesión del derecho a la defensa
que se le causó a la parte demandada. Lo anteriormente expresado evidencia que la
decisión tomada por el juez de la causa violó el debido proceso y menoscabó el
derecho a la defensa de la parte demandada.