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ACTO DE DESAGRAVIO

(Nocturno Homenaje del P. Llopart, S.J.)

PREPARA UN ALTAR EN TU HOGAR, PONIENDO UNA IMAGEN DE CRISTO Y DE LA


VIRGEN Y ENCENDIENDO EL CIRIO PASCUAL.

De rodillas.

Todos: Jesús, Salvador de los hombres, cubiertos de confusión nuestros rostros, nos prosternamos en tu
presencia eucarística, con nuestros corazones llenos de pena y dolor por las ingratitudes de la humanidad
pecadora; pero con infinita misericordia, permite que unamos esta noche nuestros gemidos a los tuyos,
nuestras lágrimas a las que brotaron por nuestra causa de tus ojos en el monte de los Olivos, a la sangre
que amorosamente derramaste en la cruz. Sagrado Corazón de Jesús, te rogamos por los que no ruegan,
te bendecimos por los que te maldicen, te adoramos por los que note adoran; y con toda la energía de
nuestras almas, deseamos bendecirte y alabarle en todos los instantes de esta noche y en todos los
sagrarios de la tierra y con los valiosos afectos de tu amante Corazón. Suba, Señor, hasta ti, el doloroso
grito de expiación y arrepentimiento sincero de nuestros contritos corazones.

Comienza el lector y los demás contestan, perdón Señor, perdón.:

V. Por nuestros pecados, por los de nuestros padres, hermanos y amigos, por los del mundo entero.
R. Perdón, Señor, perdón.
V. Señor, perdona todos los sacrilegios eucarísticos.
R. Perdón, Señor, perdón.
V. Señor, perdona todas las comuniones indignamente recibidas.
R. Perdón, Señor, perdón.
V. Señor, perdona todas las profanaciones al Santísimo Sacramento del altar.
R. Perdón, Señor, perdón.
V Señor, perdona todas las irreverencias en la iglesia.
R. Perdón, Señor, perdón.
V Señor, perdona todas las profanaciones, desprecios y abandono de los sagrarios.
R. Perdón, Señor, perdón.
V Señor, perdona todo desprecio de los objetos sagrados.
R. Perdón, Señor, perdón.
V Señor, perdona a todos los que pasaron a las filas de tus enemigos y todos los pecados del ateísmo.
R. Perdón, Señor, perdón.
V Señor, perdona todos los insultos a tu Santo Nombre.
R. Perdón, Señor, perdón.
V. Señor, perdona toda la frialdad e indiferencia contra tu amor redentor.
R. Perdón, Señor, perdón.
V. Señor, perdona todas las irreverencias y calumnias contra el Santo Padre.
R. Perdón, Señor, perdón.
V. Señor, perdona todo desprecio de los obispos y sacerdotes.
R. Perdón, Señor, perdón.
V. Señor, perdona todo desprecio hacia la santidad de la familia.
R. Perdón, Señor, perdón.
V. Señor, perdona todo desprecio a la vida humana.
R. Perdón, Señor, perdón.

ORACIÓN POR LOS AGONIZANTES


¡Misericordioso Jesús, abrasado en ardiente amor de las almas! Te suplicamos por las agonías de tu
Corazón y por los dolores de la Inmaculada Madre; que laves con tu Sangre, a todos los pecadores de la
tierra que están en la agonía y tienen hoy que morir. R. Amén.

V. Corazón agonizante de Jesús.


R. Ten misericordia de los moribundos.

Después del acto de desagravio, debe decirse lo siguiente:

Oraremos en acción de gracias por todos los beneficios que hemos recibido de nuestro Señor Dios.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria al Padre.

V Alabemos y demos gracias en todo instante y momento.


R. Al Santísimo y Divino Sacramento.

Oremos otra vez en expiación por los pecados nacionales.


Padrenuestro, Avemaría y Gloria al Padre.

Se dicen las siguientes jaculatorias, alternando cada una tres veces:


¡México!¡México! ¡Conviértete al Señor tu Dios!

Se contesta las tres veces:


¡Señor! ¡Señor! [Perdona a tu pueblo!

Oraremos por última vez el Padrenuestro y Avemaría, en sufragio de las ánimas benditas del
Purgatorio.
Padrenuestro y Avemaría.

V Dales, Señor, el descanso eterno.


R. y la luz perpetua los alumbre.
V Descansen en paz.
R. Amén.

En seguida se orará lo que sigue:

Oración a san Miguel, arcángel

San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha. Sé nuestro amparo contra la perversidad y las acechanzas
del demonio. Que Dios manifieste sobre él su poder, es nuestra humilde súplica; y tú, príncipe de las
milicias angélicas, con la fuerza que Dios te ha conferido, arroja al infierno a Satanás y a los demás
espíritus malignos que vagan por el mundo para la perdición de las almas. R. Amén.

Una estación mayor al Santísimo Sacramento, por las intenciones de los Pastores mexicanos,
particularmente por el de nuestra arquidiócesis (o diócesis).

Estación Mayor al Santísimo Sacramento:

† Creo en Jesús Sacramentado


Padre Nuestro, Ave María y Gloria.
† Espero en Jesús Sacramentado
Padre Nuestro, Ave María y Gloria.
† Amo a Jesús Sacramentado
Padre Nuestro, Ave María y Gloria.
† Adoro a Jesús Sacramentado
Padre Nuestro, Ave María y Gloria.
† Pésame en el alma haber ofendido a Jesús Sacramentado
Padre Nuestro, Ave María y Gloria.
† Deseo que todas a criaturas conozcan y alaben, amen y sirvan a Jesús Sacramentado
Padre Nuestro, Ave María y Gloria.

ORACIÓN

¡Oh Espíritu Santo! ¡Ven Luz de las almas!


¡Abre nuestros ojos para que podamos comprender las maravillas que poseemos en nuestros corazones!
¡Ilumínanos, Muévenos, Vivifícanos, Impúlsanos, para que olvidemos este pobre mundo exterior y tan
deficiente y tan imperfecto, y vivamos en este otro mundo interior en donde Tú habitas y en donde nos
das como soberano espléndido tus dones magníficos, ¡los de tu omnipotencia infinita! Amén.

Un Padrenuestro al Sagrado Corazón de Jesús con esta jaculatoria:


"Sagrado Corazón de Jesús en ti confío; sé nuestro rey".

Cuatro Avemarías a la Virgen santísima de Guadalupe con esta jaculatoria final:


''Virgen santísima de Guadalupe, defiende y salva a tus niños mexicanos".

Un Padrenuestro, Avemaría y Gloria al Padre, por las intenciones de nuestro Consejo arquidiocesano (o
diocesano).

ORACIÓN PARA ROGAR A DIOS NOS LIBRE DEL CORONAVORUS:.

Dios y Padre nuestro, Tú, Señor, eres Todopoderoso, eres nuestra fortaleza. Ante el virus que amenaza
nuestra salud y nuestra vida, hoy, Señor, imploramos tu auxilio: confiamos plenamente en Ti: Tú nos
librarás de la peste funesta; nos cubrirás con el manto de tu compasión, pues eres muestro refugio y
salvación. Enséñanos a no tener miedo al mal que nos acecha, a la peste que avanza entre los pueblos, al
azote del virus que devasta las naciones. Enséñanos también a ser responsables de cuidar nuestra salud,
observando las recomendaciones que favorecen la higiene. Da a los científicos, médicos y todos los
responsables de la salud en el mundo, la luz que necesitan para encontrar el remedio a este mal que
padecemos. Recibe en tu casa a quienes han fallecido a causa de esta enfermedad. Concede, Padre,
serenidad a nuestras mentes, paz y consuelo a nuestros corazones, no nos dejes caer en la tentación del
pánico y líbranos del mal, Amen.

Santa María de Guadalupe, Reina de México, cuida nuestra salud.

Se puede terminar con el Santo Rosario.

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