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EL PERRO DORADO

Había una vez una finca donde había muchos animales. El señor Tomás era el
dueño de aquella finca a la cual cuidaba todos los días atendiendo muy bien a
sus animales. A la gallina le daba sus granos, a los patos los llevaba al lago, a
los cerdos los llevaba al lodo y el señor gallo cantaba todas las mañanas
anunciando la salida del sol. Todos los animales eran muy felices, pero había
uno que era el más feliz de todos y este era Tobías, el perro. Tobías vivía en
casa del señor Tomás y lo acompañaba a todos los lugares.
Una vez, Tobías salió con su dueño al bosque. Mientras el señor Tomás
cortaba los árboles, el perro con su gran nariz pudo olfatear un olor muy raro
y peculiar que salía de lo más profundo del bosque, entonces el perro salió a
buscar ese gran olor, después de algunas horas pudo llegar a un gran árbol y
con sus garras comenzó a hacer un gran agujero en la tierra y consiguió un
hueso bastante extraño; Tobías muy feliz, lo tomó y salió corriendo hacia su
dueño a mostrarle su maravilloso hallazgo. Moviendo su cola y ladrando
mucho soltó el hueso frente al señor Tomás y este, muy cansado de cortar
madera, mira muy detenidamente el hueso, pero no lo convenció mucho y le
pidió que lo devolviera de donde lo había sacado.
El perro muy triste llegó nuevamente al gran árbol y enterró su hueso, de
camino a casa se acerca un búho y le dice a Tobías: - ¿quieres impresionar a
tu amo? el perro muy emocionado dice. - ¡sí! ¿Qué tengo que hacer?
Entonces el búho le dijo: -Ven al gran árbol a la media noche y allí
encontrarás una gran recompensa Tobías muy asustado le dice que sí.
A media noche el perro salió de su casa y llegó al enorme árbol, estaba muy
asustado porque le temía a la oscuridad, pero su valentía fue mayor. Estando
el perro en el gran árbol comenzó con sus garras a buscar ese hueso que
había enterrado, pero se llevó una gran sorpresa. había encontrado un gran
hueso de oro.
Muy feliz salió corriendo donde su amo y lo llevo al lugar, el señor tomas muy
preocupado por los ladridos del perro tomo su linterna y fue al gran árbol.
Cuando el señor tomas ve el gran hueso dorado se llena de mucha felicidad,
abrazo a su perro y le dio un gran beso. Al día siguiente Tomas hizo una

Compañía Francisco José de Paula Santander, tercera sección


reunión con todos los animales de la finca donde exaltaba a su perro por su
gran hallazgo. Y desde allí todos los animales de la granja lo bautizaron como
el perro dorado.

Compañía Francisco José de Paula Santander, tercera sección

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