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Mito de Prometeo:

El mito de Protágoras contiene algunas verdades importantes. Primera, que el género humano no
puede sobrevivir sin el arte mecanico y sin el arte de la convivencia. Segunda, que estas artes, por
ser tales (es decir, artes y no impulsos naturales) deben ser aprendidas. Actualmente decimos que
el hombre debe aprender a comportarse con los demás hombres de un modo que garantice la
colaboración y la solidaridad, de acuerdo con lo que platón denominaba “el respeto reciproco y la
justicia” .

Por consiguiente el hombre tiene una infancia mucho mas larga (relativamente a la duración de la
vida) y fatigosa que la de otros animales. También estos deben aprender el empleo de los órganos
de que la naturaleza los ha dotado , y por tanto atraviesan todos , mas o menos, un periodo de
adiestramiento que corresponde a lo que es la educación en el hombre.

Al hombre, el uso inmediato de sus órganos, no le garantiza en modo alguno la vida: necesita los
dones de Prometeo y Zeus, las técnicas mecánicas y morales que exigen un adiestramiento mucho
más largo y penoso. Y es de señalar que la adquisición de tales técnicas requiere el lenguaje,
porque sin él no sólo no podrían ser comunicadas de un hombre al otro, sino que no hubieran
nacido ni se desarrollarían.

Pedagogía
La palabra pedagogía tiene su origen en el griego antiguo paidagogós. Este término estaba
compuesto por paidos (“niño”) y gogía (“conducir” o “llevar”). Por lo tanto, el concepto
hacía referencia al esclavo que llevaba a los niños a la escuela.
Es aquello que tiene por objeto estudiar el fenómeno de la educación dentro del contexto
social, histórico, político, etc.

En la actualidad, la pedagogía es el conjunto de los saberes que están orientados hacia la


educación, entendida como un fenómeno que pertenece intrínsecamente a la especie
humana y que se desarrolla de manera social.

La pedagogía, por lo tanto, es una ciencia aplicada con características psicosociales que
tiene la educación como principal interés de estudio.

Escolastica y edad media


sabemos que por la vida en la Europa bárbara durante los siglos VII y VIII, disminuye la actividad
cultural, sin embargo, para el siglo VIII la existencia de escuelas es inminente, se fundan en
monasterios, parroquias y catedrales.
Los primeros vestigios se encuentran bajo el reinado de Federico II en Sicilia donde se manejan las
corrientes de filosofía árabe y cristiana y la primera escuela italiana de poesía. La catedral de
Chartres se especializaba en gramática y literatura, en la de París en lógica y teología, en la de
Bolonia derecho y en la de Salerno, medicina. Contando a finales del siglo XV con más de 75
universidades que tenían como objetivo el mejor entendimiento de la fe cristiana dividiéndose en
dos partes lectio (comentario de un texto) y disputatio (debate). También los gremios de
artesanos, la burguesía comercial, entre otros, promueven la existencia de escuelas comunales
donde se enseñaba materias de utilidad práctica como contabilidad o cálculo.
A esto se le llama escolástica, que se divide en tres periodos de tiempo:

La alta escolástica (siglo IX – siglo XII) Perfecta armonía de la razón y la fe.

El florecimiento de la escolática (siglo XIII – siglo IV) El acuerdo entre fe y razón en parcial.
Los dialécticos sostienen que la razón sirve para entender la fe mientas que los
antidialécticos limitan la filosofía a la defensa de las doctrinas reveladas.

La disolución de la escolástica (siglo XIV – Renacimiento) Contraste entre fe y razón.
La educación básica se encontraba en las parroquias; en monasterios y catedrales se daba
instrucción media y superior. Sin embargo, había escasez de maestros, ante este déficit, las
escuelas catedralísticas comenzaron a dar diplomas licencia docenci que acreditaban a las
personas para dar clases, luego el Papa concedió la licencia docenci ubique con la que se podía dar
clases en cualquier lugar. Así mismo se forman grupos de docentes para defender sus intereses y
su disciplina de estudios, lo que pudiera ser un antecedente de los gremios y posteriormente,
transformándose en sindicatos.
Por lo anterior, Juan Escoto argumenta que el mundo es absolutamente idéntico a Dios, pero Dios
no es absolutamente idéntico al mundo. (Abbagnano, 2009, p. 158) al tiempo que San Anselmo
sostiene que no se puede entender nada si no se tiene fe, pero es necesario confirmar y demostrar
la fe con argumentos racionales (Abbagnano, 2009, p. 159). Acordando también con San Agustín
en el amor que debía existir entre docente y alumno.

Edad media (resumen del libro)

Las condiciones de vida en la europa barbara son a tal punto difíciles que la cultura queda
reducida casi a cero y todo lo que se puede hacer es salvar del naufragio a algunos elementos que
mas adelante alimentaran su resurgimiento. Este renacer se delinia ya en la época carolingia (fines
del siglo VII y principios del siglo IX). La existencia de escuelas, sobre todo de gramatica, retorica,
leyes y medicina en algunas de las principales ciudades italianas, a partir del siglo VIII, esta fuera
de toda duda.

En el resto de europa la cultura empezó a reflorecer solo bajo la influencia de Carlomagno, cuyo
móvil principal era procurarse un numero de funcionarios laicos y eclesiásticos suficientes para
administrar el imperio. Su primera preocupación fue restablecer un sierto nivel cultural entre los
clérigos ( no todos sabían leer y escribir), de forma que a su vez pudieran fundar escuelas y
difundir la cultura.

El mayor monumento de este interés de Carlomagno por la cultura fue la creación de la Schola
palatina o “Academia Palatina”. La Academia Palatina se convirtió en el centro de la reconstrucción
intelectual de Europa, dirigida por Juan Escoto Erigena.
En Alemania, Rabano Mauro, trabajaba fructuosamente en pro de la difusión del estudio, al punto
de ser llamado “el preceptor de Alemania”.

LAS ESCUELAS DE LA EDAD MEDIA

Se constituyeron escuelas en las instituciones religiosas, es decir, al amparo de los monasterios, las
parroquias y las catedrales (o sea, se formaron escuelas monásticas, parroquiales y catedralicias u
obispales). Las parroquias de las ciudades importantes daban la instrucción elemental. Los
monasterios y las catedrales daban también instrucción media y superior.
La instrucción superior se ofrecía en las escuelas de los monasterios y las catedrales. Las escuelas
monásticas predominaron hasta el siglo XI; sucesivamente fueron superadas en importancia por
las escuelas catedralicias.
El Papa concedió a las más importantes escuelas catedralicias el derecho de conceder una licentia
docendi ubique que habilitaba para enseñar dondequiera. Algunas de esas escuelas se llamaron
Studium generale porque atraían estudiantes de un área mucho más extensa que la diócesis y
concedían diplomas válidos fuera de la circunscripción de la diócesis misma.

EL FEUDALISMO Y LA EDUCACIÓN CABALLERESCA

la sociedad medieval, de economía pobre, basada en gran parte en el trueque y de estructura


política feudal, si por una parte mantenía sencillas formas de aprendizaje para los trabajadores
manuales y artesanos, por la otra, en lo tocante a la sociedad de los señores y caballeros,
desarrolló formas de tirocinio para la profesión de las armas y reglas de vida “cortés” que se
organizaron para constituir la típica educación “caballeresca”.

La sociedad feudal, se funda en las relaciones personales de fidelidad entre señor y vasallo, vasallo
y valvasor, valvasor y valvasino.
El mundo feudal no conoce otros derechos que los de la fuerza y la estirpe, corroborado este
último por la tendencia a trasmitir los feudos de padre a hijo. Pero, como en general los
segundones no pueden aspirar a la sucesión, aprender el oficio de las armas es para ellos todavía
más importante que para los primogénitos, pues sólo entrando al servicio de algún poderoso
pueden esperar a su vez el galardón de una investidura.
Nace de ese modo la caballería. Por otra parte, la Iglesia interviene y se esfuerza por transformar a
la caballería en una institución dedicada a la protección de los inermes, las mujeres, los viejos y los
niños, contra la arbitrariedad de los violentos. habrá aprendido no sólo el uso de las armas, sino
también las formas “corteses” organizadas en una especie de “código caballeresco”.

LAS UNIVERSIDADES Y LAS ESCUELAS COMUNALES

Las escuelas catedralicias dieron origen a la más importante institución cultural de la Edad Media,
la Universidad. El término universitas se aplicaba en el medievo a toda comunidad organizada con
cualquier fin.
El mismo espíritu asociativo o corporativo que caracteriza el surgimiento de las universidades
anima también, como se ha indicado, el desarrollo de las comunes, sobre todo cuando éstas
empiezan a admitir a los representantes de los gremios artesanos o se forman en torno a éstas. No
es de maravillar que la nueva burguesía comercial o artesana promoviesen en muchos casos las
escuelas comunales, que se distinguían por no estar vinculadas al dominio eclesiástico y en las
cuales, además de los rudimentos de la lectura y escritura, se enseñaba cálculo, contabilidad y
otras materias de utilidad práctica.

LA ALTA ESCOLÁSTICA

En los frecuentes decretos con que las autoridades medievales prescribían o autorizaban la
apertura de una escuela se dice con frecuencia que tales escuelas debían servir principalmente
para el mejor entendimiento de la fe cristiana. Ahora bien, ésta era precisamente la finalidad de la
filosofía que en esas escuelas se profesaba y que por eso se denomina escolástica. La palabra
escolástica designa la filosofía cristiana de la Edad Media. En los primeros siglos medievales el
nombre de scholasticus indicaba al que enseñaba las artes liberales o sea las ciencias que
formaban el “trivio” (gramática, lógica o dialéctica y retórica) y el “cuadrivio” (geometría,
aritmética, astronomía y música).
Posteriormente se denominó scholasticus también al profesor de filosofía o teología, cuyo título
oficial era magister y quien dictaba sus lecciones primero en la escuela del claustro o la catedral y
luego en la Universidad (studium generale).
Por su carácter y método la escolástica está estrechamente ligada a la actividad didáctica de los
maestros medievales.
Esta actividad se desenvolvía de dos maneras: la “lectio” que consistía en el comentario de un
texto, y la “disputatio” que consistía en el examen de un problema mediante el debate de todos
los argumentos que se pudieran aducir en pro o en contra. De modo análogo, la actividad literaria
de los escolásticos asumió la forma de comentarios (a la Biblia, a Boecio, a las obras lógicas de
Aristóteles
y, posteriormente, a las Sentencias de Pedro Lombardo y las otras obras de Aristóteles) o de
repertorios de cuestiones (Quaestiones disputatae y Quodlibeta, es decir, a propósito de un
argumento cualquiera, quolibet).
El problema fundamental de la escolástica es llevar al hombre a la inteligencia de las verdades
reveladas.
La escolástica no se propone pues formular ex novo doctrinas y conceptos. No se trata de
encontrar la verdad, dada ya en la revelación, sino sólo de entenderla.
Dado que el problema de la escolástica es el de poner al hombre en condiciones de entender la
verdad revelada, es decir, de conciliar fe y razón, se pueden distinguir varios periodos de acuerdo
con la solución dada al problema.
1) La alta escolástica, que va de mediados del siglo IX hasta fines del siglo XII. En este periodo fe y
razón se consideran en perfecta armonía.

2) El florecimiento de la escolástica, o sea, la época de los grandes sistemas escolásticos, que va


desde principios del siglo XIII hasta los primeros años del siglo XIV. En este periodo el acuerdo
entre fe y razón se considera parcial; se admite la posibilidad de que la razón llegue a resultados
independientes aunque opuestos a las enseñanzas de la fe.

3) La disolución de la escolástica, que va desde los primeros decenios del siglo XIV hasta el
Renacimiento. Se caracteriza por el hecho de admitir que existe contraste entre fe y razón, con lo
cual el problema escolástico mismo acabó por vaciarse de su significado.

DIALÉCTICOS Y ANTIDIALÉCTICOS
la cultura deja de ser patrimonio exclusivo de las abadías y la enseñanza tiende a organizarse en la
forma que adoptará en el siglo XIII con las universidades. Nace entonces la primera y auténtica
escolástica, dominada por la polémica entre dialécticos y antidialécticos. Los dialécticos confían en
la razón para entender la verdad de la fe; los antidialécticos apelan a la autoridad de los santos y
profetas, limitando la tarea de la filosofía a la defensa de las doctrinas reveladas.
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