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Atención

Cuando determinamos el funcionamiento  neuropsicológico analizando el comportamiento


observable de un sujeto, deducimos a partir de éste el funcionamiento real del cerebro.

La corteza prefrontal se encarga de la función ejecutiva: cómo planificar una acción, iniciarla,
regular si se está haciendo mal o bien, darse cuenta de los errores y corregirlos, ver si se está
siguiendo un plan, evitar distracciones por estímulos irrelevantes, rechazar interferencias, ser
flexible si las circunstancias cambia, y ser capaz de acabar una acción iniciada.

Cuando observamos la conducta de los niños/as con trastorno por déficit de atención e


hiperactividad (TDAH), observamos que comenten errores en estas áreas y presentan
dificultades a la hora de realizar la mayoría de estas acciones. Esto se debe a que el
funcionamiento cerebral subyacente de los afectados con TDAH está caracterizado por una
menor actividad funcional y un menor tamaño en esta córtex prefrontal responsable de estas
acciones.                                           

El cerebro tiene circuitos especiales para cada una de sus diferentes funciones. Los circuitos
de la atención están en la corteza cerebral de la zona frontal, en el área llamada  prefrontal, y
que controlan la memoria de trabajo, la atención, la atención y la inhibición de las respuestas.
(Soutullo y Díez, 2007.)

También en los niños con TDAH, los circuitos y los grupos de neuronas que controlan la
atención son de menor tamaño y menos activos (hipofunción neuronal). En las personas con
TDAH al presentar esta función deficiente en estos circuitos, el cerebro compensa activando
otras zonas (zonas emocionales, zonas motoras), lo que hace que el procesamiento de los
datos sea defectuoso (Soutullo y Díez, 2007).

Los dominios de la atención

La realización exitosa de una tarea depende de la capacidad del sujeto de poner su atención
en dicha tarea, seleccionar las partes importantes, localizar los posibles problemas, atender a
los detalles e inhibir los elementos distractores y que nos alejan del objetivo o meta.

La atención se divide en dominios en función del objeto de la atención y la respuesta


atencional o el grado o nivel de atención del sujeto. Cada dominio de la atención tiene su
función e importancia a la hora realizar una tarea, y cada acción o tarea requiere de un tipo
de atención u otra.

 Arousal o estado de alerta: Es la capacidad de estar despierto y de mantener la alerta.


Es la activación fisiológica del organismo. Se trata de una respuesta de activación
primaria. Se activa ante un estímulo muy relevante, atractivo, novedoso o ante una
situación de peligro. También Implica la capacidad de seguir estímulos u órdenes.
 Atención focalizada: Habilidad para enfocar la atención a un estímulo visual, auditivo o
táctil. No se valora el tiempo de fijación al estímulo, sino la capacidad de redirigir el
foco atencional hacia el estímulo correcto.

 Atención sostenida: Es la capacidad de mantener una respuesta de forma consistente


durante un período de tiempo prolongado. Se divide en dos subcomponentes: se habla
de vigilancia cuando la tarea es de detección de un estímulo y
de concentración cuando se refiere a otras tareas cognitivas. La atención sostenida se
relaciona de manera directa con la memoria de trabajo especialmente en tareas que
implican el mantenimiento y manipulación de información de forma activa en la mente
(operaciones matemáticas, cálculo, gestión de alternativas...).

 Atención selectiva: Es la capacidad para seleccionar, de entre  varias posibles, la


información relevante a  procesar o el esquema de acción apropiado, inhibiendo la
atención a unos estímulos mientras se atiende a otros. Los  pacientes con alteraciones
en este nivel  sufren numerosas distracciones, ya sea por estímulos externos o
internos.

 Atención alternante: Es la capacidad que permite cambiar el  foco de atención entre
tareas que implica requerimientos cognitivos  diferentes, controlando qué información
es procesada en cada momento. Las alteraciones de este nivel impiden alternar la
atención entre varias fuentes estimulares no siendo capaces de de intercalaar la
atención cuando debemos de prestar atención a más de un estímulo. 

 Atención dividida: Capacidad para atender a dos cosas al mismo tiempo. Es la


capacidad de realizar la selección de más de una información a la vez o de más de un
proceso o esquema de acción simultáneamente. Es el proceso que permite distribuir
los recursos de una misma.

Mecanismos que permiten el funcionamiento de la atención: las redes neuronales


atencionales

Para que un estímulo del exterior entre en nuestro de campo de atención y sea procesado
correctamente es preciso que estos circuitos atencionales pongan en funcionamiento una den
una serie de mecanismos para realizar correctamente la acción de atender.

Las fuentes de atención se divide por tanto en estos tres mecanismos o sistemas anatómicos
y funcionales independientes y diferenciados: orientación o selección, vigilancia y control
ejecutivo, que a su vez se divididos en redes funcionales, esto es redes neurales que se
relacionan integrando diferentes áreas de la atención.

Las tres redes son independientes pero funcionan de manera interrelacionada:

 El Sistema reticular: El primero es el Sistema Reticular o Sistema de Alerta.


Corresponde a la atención más básica o primaria y lo regula el sistema reticular
activador y sus conexiones talámicas, límbicas, frontales y de los ganglios basales.
Estas áreas se comunican a través de la dopamina. Es la habilidad para mantener la
atención consciente o vigilancia durante largos períodos de tiempo. La vigilancia
o atención sostenida, asegura que esas metas se mantendrán en el tiempo. Existe
evidencia de que el componente de selección y el de atención sostenida pueden ser
procesos opuestos en cierto sentido, que aseguran un equilibrio atencional en el
organismo. Por ejemplo, cuando este sistema falla o sufre alteraciones, como en el
caso de los TDAH, la persona no es capaz  de mantener su atención en una tarea
durante períodos de tiempo relativamente prolongados y por tanto la probabilidad de
obtener un mal resultado en la resolución de la tarea es mayor (un examen, a la hora
de hacer los deberes, a la hora de atender en clase, etc.) Es importante apuntar que
esta red de vigilancia influye tanto en la red anterior (S.A.A) como en la posterior
(S.A.P) de forma que se incrementa la actividad en una o en otra de forma  alternativa.
Así, a más activación de una red, menos de la otra.

 El Sistema Atencional Posterior (S.A.P.): esla atención focalizada/selectiva. Este sistema


nos proporciona la capacidad de atención deliberada o atención ejecutiva, o dirigida a
la acción. Lo integran zonas del cingulado anterior, las zonas prefrontales
dorsolaterales y el núcleo caudado Estas áreas se comunican a través de
la noradrenalina (neurotrasmisor). La atención selectiva es sin duda el mecanismo más
estudiado del campo de la atención. Sin  este mecanismo de selección, los organismos
no estarían bien equipados para hacer frente a las diversas fuentes de estimulación
distractoras del entorno (Parasuraman, 1998). Debido a las limitaciones en la
capacidad atencional debemos filtrar y jerarquizar la relevancia de los estímulos,
localizando y seleccionando aquel estímulo que consideramos objetivo-meta frente a
los demás estímulos del ambiente. Conlleva un componente más ejecutivo que lleva a
cabo la resolución de los conflictos en las respuestas.  Gracias  a los mecanismos de
inhibición, podemos seleccionar y clasificar los estímulos de entrada seleccionando el
que nos interesa procesar, e inhibiendo la respuesta hacia aquellos que consideramos
innecesarios. En el caso de los afectados con TDAH, los fallos en los sistemas de
control, inhibición y atención, hacen que tengan más dificultades a la hora de
seleccionar y aislar un estímulo determinado frente a otros estímulos distractores, lo
que deriva en un procesamiento erróneo y sesgado de la información, aprendizajes
incorrectos y distractibilidad en el rendimiento de una tarea específica.

 El Sistema Atencional Anterior (S.A.A.): El S.A.A juega un papel importante en el


procesamiento de la información interna. Se trata de un procesamiento reflexivo,
voluntario, flexible y orientado a una meta y dirigido por el SAP, en el que el SAA actúa
como un instrumento. El SAA se subdivide en tres tipos de atención: la Atención
Selectiva, la Atención Sostenida y la Atención Dividida.  Las bases neuroanatómicas del
SAA se asientan fundamentalmente en el córtex prefrontal y en sus múltiples
conexiones con otras áreas subcorticales, como los ganglios basales (Cummings,
1993). Estas áreas se comunican a través de la noradrenalina (neurotrasmisor). El SAA
representa por tanto, el Mecanismo de Control, es decir, la habilidad para mantener el
procesamiento de la información en el tiempo con la presencia de distractores. Implica
mantener la conducta consciente dirigida a metas-objetivos. Se trata de un mecanismo
que debe activarse de manera controlada y consciente, ya que la información puede
que tenga que ser detenida temporalmente y luego retomada, puede haber otras
actividades paralelas, y en el futuro puede que tengan que llevarse a cabo algunas
tareas con información que hemos almacenado previamente. Estas operaciones las
lleva  acabo la memoria de trabajo. El mecanismo de control depende de la capacidad
de la persona de esforzarse y de la motivación sobre la tarea. En el caso de los TDAH,
que ante la presencia de una tarea que requiere inicialmente de un esfuerzo atencional
grande de mantener la atención, mantienen el control de la atención en los primeros
minutos, pero ese nivel de activación y control sobre la atención va disminuyendo
hasta que pierden casi totalmente la capacidad atencional (se distraen, de fijan en
otras cosas, pierden en el hilo, se aburren?). 

Fallo atencional en el TDAH

Por tanto, en los afectados por TDAH se producen alteraciones anatómico-funcionales a nivel
de las estructuras cerebrales (corteza frontal, zonas prefrontales, el tálamo, las zonas
dorsolaterales, núcleo caudalado, ganglios basales...), sino que también se producen
deficiencias a nivel de las redes neuronales atencionales y los circuitos reguladores de las
sustancias encargadas de trasmitir la información: los neurotransmisores dopamina y
noradenalina, especialmente en la zona prefrontal y ganglios basales.
Estas alteraciones producen fallos a nivel de los diferentes dominios atencionales,
especialmente de la atención selectiva y la atención sostenida, especialmente en el caso de
los TDAH inatento, la sintomatología principal está caracterizada por este aspecto.

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