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Transferencia 4
Transferencia 4
ciertos objetos. En general tiene que ver con la repetición de prototipos infantiles, solo que
vividos con un sentimiento de actualidad (el sujeto no se da cuenta de que está transfiriendo
característico de ellas es que se sustituye una persona anteriormente conocida por la persona
del psicoanalista pero se revive en la transferencia la relación del sujeto con las figuras
material reprimido.
Todo ser humano, conjugado por sus disposiciones innatas e influjos que recibe desde su
infancia, adquiere una especificidad determinada para el ejercicio de su vida amorosa
(condiciones de amor que establecerá, pulsiones que satisfará, metas que fijará); y esto da por
resultado un clisé (o varios) que repite de manera regular durante la trayectoria de su vida.
Ahora bien, solo un sector de tales mociones ha recorrido el desarrollo psíquico y se ha vuelto
hacia la realidad objetiva; pero el otro sector se encuentra apartado de la personalidad
consiente del sujeto, y si tal necesidad de amor no está satisfecha de manera exhaustiva, el
sujeto la volcará con representaciones libidinosas sobre cada nueva persona que aparezca
(probablemente sobre el analista) → la transferencia es la más fuerte resistencia al
tratamiento, pero ¿por qué?
resistencias frente al trabajo de traer a la conciencia tales recuerdos (cura analítica). Entonces,
si se persigue un complejo patógeno (desde lo CC hacia lo ICC), enseguida se entrará en una
región donde la resistencia se hace valer con tanta nitidez que la ocurrencia siguiente no
puede menos que dar razón de ella y aparecer como un compromiso: allí que nos topamos
con la transferencia.
(sentimientos hostiles), y son la positiva erótica y la negativa las que resultan apropiadas como
resistencia dentro de la cura.
enfermo; dominadas aquellas, el paciente narra con total facilidad las situaciones y los nexos
olvidados. El objetivo es llenar las lagunas del recuerdo y vencer las resistencias de represión.
El recordar cobra allí una forma muy simple: el paciente se traslada a una situación anterior,
que no parece confundir con la situación presente, y comunica los procesos psíquicos de ella
hasta donde habían permanecido normales. Ahora bien, el olvido de impresiones, escenas,
vivencias, se reduce las más de las veces a un bloqueo de ellas. Por esto mismo, es igual de
importante, no solo prestar atención a lo que el paciente dice (recuerda), sino también a lo
que actúa, es decir, a lo que repite (y que no sabe que lo está haciendo) → la transferencia es
una pieza de la repetición, y la repetición es la transferencia del pasado olvidado (y no
únicamente sobre el médico sino también sobre todos los otros ámbitos de la situación
presente).
Por esto mismo es que tenemos que estar preparados para que el analizado se
simultáneos de su vida.
Ahora bien ¿qué es aquello que repite/actúa el analizado? repite todo cuanto desde las
Es preciso, sin embargo, dar tiempo al paciente para enfrascarse en la resistencia no consabida
para él, para relaborarla y de esta forma poder vencerla: es en el apogeo de la resistencia que
uno descubre las mociones pulsionales reprimidas que la alimentan y de cuya existencia y
poder el paciente se convence en virtud de tal vivencia. El analista no tiene más que ser
paciente.
¿Cómo debe comportarse un analista para no fracasar, frente a una situación de amor de
transferencia? Desde la abstinencia, y no en el sentido de la privación corporal ni la privación
de todo cuanto se apetece, sino en que hay que dejar subsistir en el enfermo necesidad y
añoranza como unas fuerzas pulsionantes del trabajo y la alteración, y guardarse de
corresponderle. Uno retiene la trasferencia de amor, pero la trata como algo no real, como
una situación por la que se atraviesa en la cura, que debe ser reorientada hacia sus orígenes
compone por entero de repeticiones y calcos de reacciones infantes, entonces el trabajo del
analista seria simplemente descubrir la elección infantil de objeto y las fantasías que conlleva.
Entonces, por un lado no hay que negar el carácter de amor “genuino” (verdadero) al
enamoramiento que sobreviene dentro del tratamiento analítico (ya que todos los amores son
sustitutos del amor verdadero e incestuoso, un amor que no puede ser; es edípico, donde la
libido esta puesta en el objeto), y tampoco eliminar el hecho de que proviene de repeticiones
infantiles. De esta forma queda planteado (el amor de transferencia) como lo siguiente:
La técnica psicoanalítica
- de la realidad objetiva
- del ello (exigencias)
Regla fundamental del psicoanálisis → que el paciente comunique todo lo que le venga a su
mente, lo que le traiga alivio, ya sea desagradable decirlo y aunque le parezca sin importancia
o sentido. Si el paciente tras esta consigna, consigue desarraigar su autocrítica, nos ofrecerá
una gran cantidad de material, pensamientos, ocurrencias, recuerdos, que estarán bajo el
permanezcan intactas es una condición para la función normal del yo. Ahora bien, mientras
más intimidado se sienta el YO, más se aferrará a estas contrainvestiduras a fin de proteger lo
que es suyo. El objetivo del análisis es que el YO, al cobrar osadía por la seguridad de nuestra
ayuda, arriesgue el ataque para reconquistar lo perdido, lo que en simples palabras es vencer
las resistencias.
Como analistas evitamos, dentro de lo posible, hacer el papel de mentores: lo que más
ansiamos es que el enfermo adopte sus decisiones de manera autónoma. Dicho con otras
palabras, nos valemos de volver consiente lo inconsciente, de cancelar las represiones y así,
producida por la contrainvestidura que se erigió para reprimir la moción chocante. Por lo
tanto, interpretarla y comunicarla es la clave, pero desde el lugar correcto: la
Y ¿con qué fuerzas pulsionales trabajamos un caso así? en primer lugar, con la aspiración del
paciente a sanar, que lo movió a avenirse al trabajo en común con nosotros, y en segundo
Ahora bien, existen ciertas formas de enfermedad en las que, no obstante ser idénticas las
condiciones, nuestro procedimiento terapéutico nunca alcanza el éxito: notamos quizás que el
paciente, al que no le interesaría sino encontrar una salida para sus conflictos patológicos,
desarrolla un interés particular hacia la persona del médico: todo lo que tiene que ver con esta
persona le parece mucho más importante que sus propios asuntos, y lo distrae de su
y durante un tiempo constituye el más poderoso impulsor del trabajo. Nada se registra de ella
ni tampoco hace falta tomarla en cuenta mientras opere en favor del análisis, pero si se muda
A diferencia de la terapia hipnótica que usa la sugestión para prohibir los síntomas, refuerza
la represión y deja intactos los procesos que han llevado a la formación del mencionado
síntoma; la terapia analítica llega hasta los conflictos de donde nacen los síntomas y
irreales (que son reemplazados por un objeto fantaseado: el medico). El éxito del tratamiento
se produce por superación de las resistencias.
de él. La libido del neurótico está ligada a los síntomas, que le procuran la satisfacción
sustitutiva. Es entonces necesario resolverlos, para lo cual hay que remontarse hasta su
génesis, renovar el conflicto del que surgieron y llevarlo a otro desenlace con el auxilio
de fuerzas no disponibles en ese momento, pero no en las huellas mnémicas de los
médico. Cuando la libido vuelve a desasirse del objeto provisional no puede volver
atrás a sus primeros objetos, sino que queda a disposición del Yo.