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Sinopsis de la Literatura védica:

Tradición y trascendencia de la India milenaria


Prof. Carlos Rocha G.
—Bhaktivedanta Institute—
crocha@binstitute.org

Resumen
Los textos sánscritos de la antigua India fueron compilados por Vyasadeva y constituyen el verdadero
legado espiritual de la India. Los Vedas se consideran las obras más antiguas de la humanidad. Representan la
tradición sagrada de la gran cultura védica que floreció hace más de cinco mil años. Veda significa
conocimiento revelado (sruti), trasmitido oralmente de maestro a discípulo. El extenso corpus de la Literatura
védica se divide en sruti (lo revelado) y smrti (lo tradicionalmente recordado). El mensaje trascendental del
conocimiento védico expone una sabiduría perenne y concierne con el proceso de autorrealización del ser.
Con el propósito de simplificar y facilitar su comprensión, el Veda original fue divido en cuatro grandes
colecciones o antologías (samhitas): Rig, Yajur, Sama y Atharva. Después surgieron otros textos: Brahmanas,
Sutras, Aranyakas, Upanisads, Puranas, etc. Este ensayo ofrece un resumen sustancial de la tradición literaria
de la India milenaria, destacando el aspecto trascendente de los valores eternos del conocimiento védico, así
como la importancia de su mensaje inmemorial para el desarrollo espiritual de la condición humana.

Palabras clave: Vedas, Literatura de la India, sruti y smrti, indología, Bhagavad-gita, tradición védica, sánscrito y
textos sagrados, Upanisads, Puranas, tradición oral, Vyasadeva.

Asbtract
The Sanskrit texts of ancient India were compiled by Vyasadeva and they constitute the true spiritual legacy
of India. The Vedas are considered the humanity's older literary works. They represent the sacred tradition of
the great Vedic culture that flourished more than 5.000 years ago. Veda means revealed knowledge (sruti),
orally transmitted from master to disciple. The vast corpus of Vedic Literature is divided in sruti (what is
revealed) and smrti (what is traditionally remembered). The vedic transcendental message expose a perennial
wisdom and it concerns with the process of self-realization.
With the purpose of to simplify and to facilitate their understanding, the original Veda was divided in four
collections or anthologies (samhitas): Rig, Yajur, Sama and Atharva. Then came other texts; Brahmanas, Sutras,
Aranyakas, Upanisads, Puranas, etc. This essay offers a substantial summary of the literary tradition of the
millennial India, highlighting the transcendent aspect of the eternal values of vedic knowledge, as well as the
importance of his immemorial message for the spiritual development of the human condition.

Key words: Vedas, Indian Literature, sruti & smrti, Indology, Bhagavad-gita, vedic tradition, Sanskrit & sacred
texts, Upanisads, Puranas, oral tradition, Vyasadeva.

***
Sinopsis de la Literatura védica: Tradición y trascendencia de la India milenaria

Contenido

Los Vedas y el propósito de la Literatura védica.


Una aclaratoria sobre el “hinduismo” y el uso de la palabra “hindú”
Acerca del uso correcto de la palabra “védico”.
El sruti y el smrti y los textos en cada categoría
El siddhanta y el dharma
Los textos fundamentales
La trasmisión del conocimiento védico a través del sistema parampara
El Bhagavad-gita: la esencia del conocimiento védico
La tradición histórico-literaria
El aporte fundamental de Srila Bhaktivedanta Swami Prabhupada
El origen milenario de los textos védicos
Los cuatro Vedas
Estructura y mitología de los cuatro Vedas
El Rg Veda
El Sama Veda
El Yajur Veda
El Atharva Veda
Los textos Brahmanas
Los Sutras
Los Aranyakas o “libros del bosque”
Los Upanisads
Estructura y temática de los Upanisads
Las Itihasas (historias): El Mahabharata y el Ramayana
El Mahabarata
El Ramayana
Los Puranas
Los seis tratados filosóficos (Sad-darsanas)
El Vedanta-sutra y sus comentarios
Otros textos védicos
Notas
Referencias bibliográficas

***
Los Vedas y el propósito de la Literatura védica.

La palabra veda significa conocimiento. Los Vedas son las leyes de Dios, la fuente original de todo
conocimiento. Son aparauseya; no provienen de ninguna persona mundana sino que son el aliento de
Visnu, el Señor Supremo. Proveniente de la tradición oral (sruti) el conocimiento védico fue
originalmente revelado a Brahma por el Señor Supremo, tal como se declara en el Srimad-
Bhagavatam Purana (1.1.1). Brahma es el primer ser creado y apoderado para la creación del mundo
material. Aunque el Veda original era uno, el sabio Vyasadeva compiló todos los Vedas hace más de
cinco mil años. Estos y otros textos sánscritos posteriores constituyen una sabiduría perenne, siendo
el mayor legado espiritual de la antigua India védica.

El origen de los Vedas se explica en el Srimad-Bhagavatam Purana (2.5.15), donde se relata la historia
de su aparición en las conversaciones entre Narada Muni y su discípulo Vyasadeva (Bhagavatam,
1.4.5). El conocimiento védico es eterno, pero debido a la transformación del mundo las enseñanzas
védicas necesitan ser reafirmadas y adaptadas por medio de los acharyas o maestros espirituales,
fieles representantes de la tradición védica. El intento puramente académico por comprender los
orígenes y la historia de la literatura védica mediante el método empírico, no es un medio
satisfactorio ni tampoco recomendable.

Aclaratoria sobre el “hinduismo” y el uso de la palabra “hindú”


Un gran error que se comete con desmesurada frecuencia consiste en agrupar o nombrar como
“hindú” y/o “hinduismo” a aquello que no se corresponde con la genuina tradición espiritual de la
cultura védica, llamada sanatana-dharma, la religión universal y eterna, y también varna-ashrama-
dharma, la organización natural de la sociedad humana.

Vemos incluso como ciertos autores publican títulos como Hindu Scriptures (Escrituras hindúes),
Hindu dharma, Literatura Hindú y cosas por el estilo, asignando erróneamente un apelativo a obras y
a un conjunto de designaciones culturales de la India que no corresponden al concepto védico
original, ni a lo que significa la palabra “védico”, término cuyo uso apropiado se explicará en la
próxima sección. Por lo tanto, es preciso aclarar la reiterada confusión que lamentablemente ha
surgido desde hace tiempo sobre el mal uso de la palabra “hindú” y del término “hinduismo”
derivado.

En primer lugar, el término y gentilicio apropiado para referirse a los nativos de la India es “indios” y
no “hindúes”, así como llamamos venezolanos a los originarios de Venezuela, españoles a los nacidos
en España o ingleses a los que nacen en Inglaterra. En segundo lugar, también se suele llamar “hindú”
al que profesa el así llamado “hinduismo”, lo cual es igualmente una expresión incorrecta, pues en la
India hay habitantes nativos que son musulmanes, cristianos, parsis, judíos, jainas o budistas. Aunque
todos ellos son indios, no pueden ser llamados “hindúes” porque no profesan una creencia similar, ni
tampoco cultivan las religiones tradicionales que conforman el conjunto de lo que se llama
“hinduismo”, siendo llamado “hinduista” la persona que las practica y que forma parte de esa misma
cultura tradicional.

El hecho que la mayoría de la población de la India profese el “hinduismo”, explica que prácticamente
desde su introducción al idioma español a finales del siglo XIX, se haya usado también la palabra
“hindú” para designar a los naturales de la India, evitando la ambigüedad del gentilicio “indio”, que
también es usado para designar a los indígenas del continente americano. Esto explica en parte dicha
convención comúnmente aceptada.

Originalmente, la confusión surgida en torno al mal uso de estos y otros términos, proviene de las
especulaciones occidentales sobre la historia de la India y sus primeros pobladores, los cuales se
diseminaron en la tierra comprendida entre los ríos Ganges y Sindhu (actualmente llamado rio Indus).

El término hindu es la forma iraní de sindhu, que originalmente designaba a las tribus que se
establecieron a orillas del sagrado río que tenía ese nombre, el Indu (Indo o Hinda), y de allí el origen
toponímico. Por eso la palabra hindu es una deformación moderna del término que proviene
etimológicamente del sánscrito sindhu, que significa realmente “río” y que designó al río Indu, al
convertirse la “s” inicial de esa palabra en una “h” aspirada, para luego perderse.

Así pasó esa palabra de nombre genérico a nombre propio, como lo han advertido precisamente los
expertos lingüistas. Es pertinente reiterar que esa aparente equivalencia (hindu = sindhu), se debió a
que los persas no podían pronunciar la h aspirada, pues esa palabra era casi la misma para el persa y
el urdu, salvo por la pronunciación diacrítica. Por esa razón, la voz persa hindu fue el nombre del río
Indo y de la región bañada por ese río, y se convirtió en el gentilicio (del latín indus) para designar a
los habitantes naturales de esa región, sin que esa noción se refiriera a ninguna creencia religiosa.
Debido a que en esa zona geográfica se desarrollaron diversas creencias religiosas, es por ello que el
término hinduismo se deriva de hindu.

La región del Indus o Sindhu, designó posteriormente a toda la India (en persa Hind), cuya lengua
actual es el hindi o industani (o Indostaní), siendo también llamado hindustán el territorio de la India.
De esta manera, el uso del término “hindú” (así acentuado en nuestra lengua) sufrió metamorfosis
etimológicas, generalizándose de manera inexacta para designar a la etnia, el país, la cultura, la
lengua y las costumbres de la India. En su libro The Hindu Tradition, Ainslee T. Embree explica esta
generalizada confusión:

“Desde la antigüedad, el asentamiento físico de esa tierra es conocida como India en el mundo
occidental; una palabra tomada de los griegos y que procedía de los Persas, quienes, debido a la
dificultad que tenían con la inicial ‘s’, llamaron el ‘Hindu’ al gran río Sindhu (el moderno Indus).
Esta palabra fue aplicada y usada por los extranjeros para designar a la religión y la cultura de las
personas que vivían en la tierra bañada por los dos ríos, el Indus y el Ganges, aunque esas mismas
personas no usaran el término” *.

Los registros históricos de las investigaciones arqueológicas presuponen que hacia la mitad del tercer
milenio antes de Cristo, emergió en India la primera civilización, con las ciudades de Harappa y
Mohenjo-daro. Estos dos lugares, separados por 640 km, quedaban a lo largo del río Indus o Indu, que
fluía a través de lo que actualmente son las áridas planicies de Pakistán, pero que anteriormente era
una región bien regada.

La civilización urbana que floreció en esa área es llamada la cultura del Valle del Indus,
aproximadamente contemporánea con las culturas de Mesopotamia y Egipto. No obstante, a pesar de
los numerosos descubrimientos arqueológicos, no existen registros escritos de la vida en esa región.
Actualmente, en base a la evidencia de los diseños regulares de las calles y los planos comunes de las
casas, ruedas y los desagües, la mayoría de los expertos aceptan que las ciudades de Harappa y
Mohenjo-daro fueron ambas construidas por una cultura similar.

Los utensilios del Valle del Indus han sido desenterrados en setenta lugares diferentes, tanto en
Pakistán, como en Gujerat y Rajasthan, que son partes de India. El área encerrada por todos esos
distintos sitios descubiertos tan lejanamente unos de otros, es mayor que la moderna Pakistán,
indicando esto la existencia de un considerable imperio o confederación, habiendo incluso evidencia
de vínculos comerciales con Mesopotamia.

El arqueólogo inglés Sir Mortiner Wheeler, quien excavó esos lugares a comienzos de 1950, creía que
eran parte del mayor “experimento político antes del advenimiento del imperio Romano”; una gran
cultura urbana de la era de bronce, con una jerarquía política y un sistema social. Ciertamente, sus
logros en sanidad no tienen parangón con lo que los Romanos construyeron posteriormente; el Gran
Baño en Mohenjo-daro tiene un área de 83 metros cuadrados; en Lothal es igualmente impresionante
un puerto para embarcaciones, etcétera.

Resultaron así varias suposiciones las cuales aún no han sido esclarecidas, incluso con los nuevos
descubrimientos de la arqueología satelital, que ha sondeado desde el espacio los asentamientos
originales de los antiguas regiones de la India. Tal es el caso del Puente de Rama (Rama setu, llamado
en Occidente puente de Adam), que evidencia registro submarino de esa conexión entre el Sur de la
India (en Rameswaram) y la isla de Sri Lanka (Ceilán).

*
A.T. Embree, The Hindu Tradition, Vintage, New York, 1972.
Un error aún mayor en el uso inapropiado de los términos, aparece en los diccionarios y los libros
sobre la filosofía y la cultura de la India, llegando incluso a definir a Visnu como “el dios hindú”, a
pesar de que ninguna autoridad védica usa la palabra “hindú” para referirse a las divinidades védicas
alabadas en los himnos del Rg Veda y otros antiguos textos sánscritos como los Puranas.

Tales malinterpretaciones y usos incorrectos no concuerdan absolutamente con la tradición védica.


Sin embargo, han proliferado en el contexto occidental, llegando a ser indebidamente usadas dichas
palabras incluso en la misma India. El reciente “fundamentalismo hindú” de la India, también
constituye una contradicción de términos, porque no son definidos sus fundamentos. Este
movimiento insurgente es más bien un esfuerzo por fraguar una cultura nacional singular de ese país,
sobre las bases religiosas de diversas creencias que han convivido tradicionalmente, cuya
heterogénea agrupación es lo que suele llamarse popularmente como “hinduismo”.

La cultura ahora mal llamada en occidente “hindú”, en referencia a todo lo que indiscriminadamente
tenga que ver con la India, surge así del gran equívoco ya señalado. Cundió por ello el mal uso de
expresiones derivadas, como “hinduismo” e “hinduista”, las cuales, tras pertinentes aclaratorias de
los lingüísticas españoles contemporáneos, fueron aceptadas en postreras versiones del Diccionario
de la Real Academia Española (DRAE), aclarando las modificaciones o tergiversaciones de que fueron
objeto previamente.

Cabe mencionar que en la edición 19 del DRAE que se publicó en 1970, se daba entrada a la palabra
“hindú” (con acento) como proveniente del término persa hindú, denotando al “natural de la India”.
Esta definición fue modificada en la edición número 20 de 1984, donde leemos textualmente la
entrada: “hindú [del persa hindú]: partidario o adepto del hinduismo”, con lo cual se introdujo
también este último término, hinduismo, que ameritó de la explicación dada, pues su significado era
también oscuro e inapropiado.

Por intervención de quienes sugirieron a la Real Academia dicha modificación, se volvió a cambiar en
1994 la definición de la palabra en la edición número 21 del DRAE: “hindú: natural de la India.
Partidario del hinduismo o adepto a él”, añadiendo las palabras “hinduismo” e “hinduista”, que no
aparecían previamente.

Finalmente, en la vigésima segunda edición del año 2001, el DRAE da la siguiente entrada, con cuatro
acepciones: 1. “hindú [del francés hindou] natural de la India; 2. Perteneciente o relativo a este país
de Asia; 3. Perteneciente o relativo al hinduismo; 4. Partidario del hinduismo o adepto a él. En nuestro
parecer, ninguna contribuye realmente a esclarecer debidamente las ambigüedades y/o inexactitudes
etimológicas.
En conclusión, en su sentido más adecuado, el término hindú debiera significar algo más sustancial
que el uso trivial e inadecuado que le se ha dado. Podría decirse que un verdadero hindú es alguien
que reconoce la autoridad de la tradición védica, o más ampliamente, quien la acepte y ajuste su
existencia a ella, de la misma manera que un americano nativo puede aceptar, a causa de una
conversión o convencimiento, profesar la fe musulmana o judía, más allá de cualquier
convencionalismo o interés puramente social o de su raigambre patriótica.

Acerca del uso correcto de la palabra “védico”.

En la exposición de otros trabajos relacionados con el presente tema, he usado el término “védico”
en referencia a los textos védicos o a la Literatura védica, de cuyo corpus forman parte. Conviene
pues aclarar aquí el buen uso de esta palabra.

Originalmente, el Veda fue más un conocimiento revelado que un texto per se. Como será expuesto,
el extenso corpus de la Literatura Védica comprende muchas obras de distintas categorías. Por lo
tanto, las palabras españolas “védico” y “védica” así acentuadas, son usadas y aplicadas para definir
cualquier texto o conocimiento de allí derivado. En la tradición india, la palabra inglesa vedic se aplica
a cualquier texto, incluso si fue escrito en una fecha posterior, que simplemente y autoritativamente
desarrolle o trasmita el conocimiento del Veda original. Es en este sentido que se aplica actualmente
la palabra védico (sin cursivas) o incluso Veda.

Hecha esta válida aclaratoria, sería por lo tanto algo rudo o inapropiado criticar a un autor que llame
védicos o Vedas a ciertos textos que no son parte de los cuatro Vedas originales, los cuales serán
descritos en las próximas páginas. Por lo tanto, en este y otros estudios similares, se han usado las
palabras védico, védica y Vedas, para referir no sólo a los cuatro Vedas o samhitas (las colecciones o
antologías originales), sino también al smrti (“lo recordado”), lo que explica tradicionalmente al sruti
(la revelación oral), tal como es la costumbre en India y también han concordado los indólogos
occidentales.

El sruti y el smrti y los textos en cada categoría.

Conviene aclarar desde el comienzo de esta síntesis de la Literatura védica que el conocimiento
védico es llamado viddhi y que el Veda proviene de la raíz sánscrita vid, que significa “conocer” o
“conocimiento”. Los textos sagrados de la India contienen la esencia del conocimiento, cuyo carácter
es de dos tipos: el sruti y el smrti.

Sruti significa “revelación”, literalmente “escuchar”, “lo que es oído”, “el conocimiento directamente
revelado por Dios”, que desciende del plano superior trascendental (adhoksaja), mediante un proceso
descendente llamado (avarodha-panta), no como ocurre con el método mundano inductivo de
aprendizaje, que es ascendente (aroha-panta), donde el sujeto limitado trata de ascender hacia lo
superior. La misma palabra sruti trae a la memoria el hecho de que antes de ser escrito, este
conocimiento fue impartido oralmente, de boca a oído, implicando que debe ser escuchado.

La palabra smrti, literalmente “memoria”, se refiere a la “tradición” o “lo que es recordado”. El smrti
son las enseñanzas del sruti y comprende los textos que fueron escritos posteriormente por
autoridades espirituales. Los Vedas usualmente están en versos don distintos metros y cada verso se
llama un mantra. Los versos también se llaman slokas. Una colección de mantras es llamada un sukta
y una colección de suktas es llamada samhita.

En las dos divisiones del sruti y smrti se ubican todos los textos del vasto corpus de la Literatura
védica. Al sruti pertenecen las cuatro samhitas o recopilaciones antológicas principales (Rg Veda,
Sama Veda, Yajur Veda y Atharva Veda), los Brahmanas, Aranyakas y Upanisads, los tratados
filosóficos que conciernen con brahma-vidya y rahasya-vidya, el conocimiento espiritual secreto
impartido por el guru al discípulo.

El smrti comprende tradicionalmente las Itihasas (historias épicas), los Puranas y Upapuranas, y las
Dharma-sastras (códigos y leyes de conducta, como el Manu-smrti o las Leyes de Manu, el Visnu-
smrti, etc.). El sruti también incluye naturalmente al Bhagavad-gita, que aunque es parte del
Mahabharata (que pertenece a la categoría de textos del smrti), se considera la esencia del
conocimiento védico, porque el conocimiento del Gita (también llamado Gitopanisad) fue
directamente revelado al guerrero Arjuna por Sri Krishna Bhagavan, la Suprema Personalidad de Dios.

Aparte de estas dos categorías principales, se encuentran otras obra como los Sutras (códigos
aforísticos), Vedangas (ciencias auxiliares), Darsanas (los seis antiguos sistemas filosóficos ortodoxos),
Upavedas (ciencias que no están directamente relacionadas con el estudio védico), Pañcharatras
(tratados de adoración y parte del tantra), Agamas (también parte del Tantra, sobre adoración de
semidioses para obtención de beneficios), Ayurveda (el antiguo sistema de medicina natural),
Gandharva-veda (estudio de la música y la danza), Natya-sastra (teatro o arte dramático), Kavya-
sastra (poesía), Dhanur-veda (ciencia militar), Sthapatya-veda (arquitectura) o Vastu-sastra (antigua
doctrina compuesta por una serie de tratados sobre la influencia de las leyes de la naturaleza en las
construcciones humanas. En estos tratados están los distintos preceptos que deben respetarse al
diseñar un edificio para cualquier uso; ya sea una vivienda o un templo), los Tikas o Bhasyas (los
comentarios escritos por diversas autoridades espirituales a través de la historia); cabe mencionar en
este último renglón los importantes comentarios de textos védicos como el Vedanta-sutra, el Srimad-
Bhagavatam, el Bhagavad-gita, etcétera.
Los smrtis están basados de modo directo en los srutis originales. Ya sea que tome el sruti o el smrti,
el tema es el mismo. Tanto el sruti como el smrti es verdad espiritual. No podemos prescindir ni de
uno ni del otro. El Bhakti-rasamrta-sindhu (1.1.2.101) —escrito por Sri Rupa Goswami en el siglo XVI—
, el cual también es considerado smrti, explica que las autoridades espirituales toman en
consideración tanto los srutis como los smrtis, citando el siguiente verso del Brahma-yamala:

sruti-smrti-puranadi-
pañcaratra-vidhim vina
aikantiki harer bhaktir
utpatayaiva kalpate

“La ejecución del bhakti que ignora o desconoce las Escrituras védicas autorizadas como los
Upanisads, los Puranas y el Narada-pañcaratra, no es más que un trastorno innecesario para la
sociedad”.

Por lo tanto, los smrtis no pueden ser cambiados, pero según la época, se han de aplicar los principios
del modo adecuado. Ese ajuste es hecho por los acharyas, las almas autorrealizadas, quienes pueden
recomendar determinado método de acuerdo a la época, el lugar y las circunstancias, de la misma
manera que las órdenes del médico no pueden ser cambiadas; sino que sólo de acuerdo con el
horario dichas prescripciones exigen cierto medicamente. Pero el método específico es recomendado
por el médico, no de manera caprichosa. Las Escrituras (sastras) son la autoridad a seguir y no se
puede modificar nada.

Para cualquier afirmación espiritual, se deben dar referencias del sruti y del smrti. Eso es el rol del
auténtico acharya. De lo contrario, no es válida ninguna declaración que no esté sustentada en las
Escrituras védicas. En las discusiones, afirmaciones o intercambios espirituales, debe haber veda-
pramana, sabda-pramana: debe exponerse una prueba sustentada en los Vedas y en la literatura
védica explicativa consecuente. Sin esas citas no hay validez en ninguna prueba o afirmación. Ese el
único método para hacer una declaración espiritual válida.

No se puede cambiar el sruti-smrti original. Por eso se dice que en el conocimiento védico y científico
del Absoluto (bhagavat-tattva vijñanan) no hay nada que investigar: sólo hay que citar la evidencia de
las Escrituras (sastra-pramana). Las reglas y regulaciones específicas del sruti-smrti son para tiempos
específicos y circunstancias específicas, y deben ser aceptadas sin especulación.

Los cuatro Vedas originales son considerados sruti, pero simplemente por escucharlos no se puede
obtener un entendimiento completo. Por eso los smrtis han explicado más a fondo —purayati iti
purana: por estudiar los Puranas y otros smrtis se llega a adquirir una comprensión más completa. Los
mantras védicos tampoco son siempre entendidos. Por ejemplo, el Vedanta, que es sruti, comienza
con la declaración (sutra) janmady asya yatah: “El Supremo es aquel ser del cual todo ha emanado”.
Esta es una explicación muy concisa. Pero El Srimad-Bhagavatam, que es smrti, explica mejor —
janmady asya yato 'nvayad itaratas carthesv abhijñah sva-rat: “El Ser Supremo, de quién todo ha
emanado, es directa e indirectamente consciente de todo, y tiene plena independencia”. De este
modo, el smrti explica el sruti.

En las siguientes páginas se da una resumida descripción de las obras clasificadas en el sruti y el smrti,
junto con otras obras arriba mencionadas. El propósito de los Vedas está destinado a la purificación
de la existencia individual para el beneficio de la sociedad humana, de acuerdo al eterno sistema de
sanatana-dharma, el cual perpetúa la tradición espiritual del vasto conocimiento védico.

El siddhanta y el dharma

Para el beneficio de la población en general, los rsis, los acharyas o maestros espirituales pueden
ajustar la esencia conclusiva de la tradición védica (siddhanta) de acuerdo al tiempo, el lugar y las
circunstancias históricas, sin desviarse del dharma. La palabra dharma significa algo más que religión
o creencia. Una persona puede que cambie una fe por otra, pero dharma es aquello que mantiene el
principio eterno, lo que es inherente al alma, así como la cualidad de ser líquida es inherente al agua o
el calor al fuego. El apego a las escrituras y al dharma es lo que distingue el carácter de un acharya o
preceptor védico del comportamiento de un erudito materialista o un analista empírico.

El Bhagavad-gita, libro de libros por excelencia, declara que los Vedas son una manifestación de
Visnu, el Ser Supremo: “Los cuatro Vedas —Rg, Yajur, Sama y Atharva— son emanaciones de la
respiración de la gran Personalidad de Dios, Sri Visnu”. (Bhagavad-gita, 3.15). Los Vedas son
comparados a un gran “árbol de deseos” porque contienen todas las cosas conocidas por el hombre.
Tratan tanto de las necesidades mundanas como de la realización espiritual. Los Vedas versan sobre
los principios y regulaciones del conocimiento, tanto en los temas cosmogónicos, socio-políticos y
religiosos, como económicos, militares, médicos, astronómicos, físicos y metafísicos, así como todo
aquello que es necesario para mantener el alma y el cuerpo en armónica conjunción.

La difusión de los Vedas fue confiada a diferentes sabios para que se desarrollara en diferentes
formas. Paila Rsi fue responsable del Rg Veda, Jaimini del Sama Veda, Vaisampayana recibió el Yajur
Veda, y Angira Muni el Atharva Veda. A Romaharsana, el padre de Suta Goswami, se le confiaron los
Puranas y los registros históricos. Esto es confirmado en el Srimad-Bhagavatam (1.4.21-24).

El corpus de la Literatura védica es muy extenso y heterogéneo. En las secciones siguientes se


presenta un resumen sustancial de las obras fundamentales de la literatura Védica.
Los textos fundamentales

El panorama de la Literatura védica comprende los cuatro Vedas, considerados como Samhitas
(colecciones o antologías); los Brahmanas, tratados simbólicos y rituales sobre el sacrificio; los Sutras,
las Itihasas, grandes obras clásicas o historias épicas como el Ramayana y el Mahabharata, que
incluye al Bhagavad-gita, obra universalmente reconocida y considerada como la joya de la sabiduría
de la India y la esencia del conocimiento védico. Vienen luego los Aranyakas o libros de los ascetas del
bosque (la palabra aranya significa bosque) y los 108 Upanishads, las doctrinas filosóficas secretas.

Los Itihasas son las grandes narraciones históricas ya mencionadas (Ramayana y Mahabharata).
Incluyendo a los Puranas (antiguas narraciones). Existen además los Pañcaratras (literalmente “cinco
noches” en sánscrito) textos devocionales sobre normas de adoración, y los Tantras, textos de carácter
ritual relacionados con las reglas para la ejecución de rituales. Luego están los Vedangas o ciencias
auxiliares: Gramática, Fonética, Lexicología, Métrica y Jyotir Veda (Astrología y Astronomía), llamada
“el ojo de los Vedas”. Este amplio conjunto conforma los principales textos de la literatura védica.

Al Srimad-Bhagavatam se le considera el fruto maduro del gran árbol de la literatura védica. Aparte
de este conjunto principal, existen otros textos, así como los seis sistemas filosóficos principales del
pensamiento de la India, conocidos como Darsanas, que son atribuidos a varios filósofos.

Este cuerpo fundamental de obras escritas en sánscrito y provenientes de la tradición oral, constituye
el genuino patrimonio tanto literario como espiritual de la India milenaria. Para comprender la
vastedad de esta literatura milenaria, hay que tener en cuenta que su origen y su evolución no
responden a un orden histórico convencional.

El origen del sruti y el smrti se sustenta en los mismos Vedas. El conocimiento védico se fundamenta
en la fidelidad a la esencia de la tradición filosófica aceptada por todas las escuelas del pensamiento.
Este aspecto primordial se conoce como siddhanta. La palabra siddhanta significa “conclusión”, la cual
engloba sus fundamentos y une en su esencia a todos los textos reconocidos como védicos o sastras.
Por lo tanto, la literatura védica debe entenderse a la luz de sus propias conclusiones o siddhanta.

Una clasificación general de los Vedas se basa en los tres senderos principales que ellos mismos
prescriben: karma-kanda —el camino de las actividades fruitivas—, jñana-kanda —el camino del
conocimiento)—, y upasana-kanda, el cultivo del conocimiento superior. El valor Srimad-Bhagavatam
Purana trasciende estos senderos debido a que su finalidad es la verdad absoluta, la raíz y sustancia
de todas las demás categorías de conocimiento. El análisis de esta obra merece estudio aparte.
No obstante la primera división general, en los Vedas se recomiendan principalmente dos senderos
(margas) o tipos de ocupación: pravrtti-marga, el camino del goce sensorial regulado, y nivrtti marga,
el sendero de la renunciación. Dentro del primer tipo se encuentran las cuatro búsquedas
tradicionales: dharma (religiosidad), artha (desarrollo económico), kama (complacencia sensorial), y
moksa (liberación), considerándose como la verdadera liberación aquella que resulta del cultivo de la
renunciación (tyaga), las austeridades (tapasya), el sacrificio (yajña), y el cultivo del conocimiento
superior (para-vidya).

La trasmisión del conocimiento védico a través del sistema parampara

El conocimiento védico revelado (sruti) es trasmitido de maestro a discípulo a través del sistema
de sucesión discipular conocida como parampara. El viddhi o conocimiento védico espiritual es
trasmitido mediante esta cadena del parampara, sistema descrito en el Bhagavad-gita (4.2). Las
declaraciones védicas se deben aceptar tal como son. Cuando los Vedas no se aceptan a través de la
sucesión discipular autorizada, su lenguaje florido desorienta a los lectores fortuitos.

Ya fue mencionado que la palabra sánscrita sruti significa revelación. La evidencia védica (sabda-
pramana) desciende del plano superior y se transmite por vía oral, de maestro a discípulo. Esa es la
esencia del conocimiento trascendental. Smrti se refiere sin embargo a la tradición, aquello que se
sigue, lo que se recuerda y es aceptado en las Escrituras. Por ejemplo, la siguiente declaración védica
debe aceptarse tal como es, sin ninguna especulación mental, aunque la analogía implícita de cabida
para interpretaciones mundanas:

atmanam rathinam viddhi sariram ratham eva ca


buddhintu sarathim viddhi manah pragraham eva ca
indriyani hayanahur visayams tesu gocaram
atmendriyani-mano-yukto bhoktery ahur mansinah

“El individuo es el pasajero del cuerpo material y la inteligencia es el conductor. La mente son las
riendas o el instrumento para conducir, y los sentidos son los caballos. Así, el yo es el disfrutador o el
sufridor en la asociación de la mente y los sentidos. Así lo entienden los grandes sabios (rishis)”.

El proceso de la trasmisión genuina del conocimiento védico es explicado por Krishna a Arjuna en
diferentes versos del Bhagavad-gita: (2.41-42), (11.15 y 11. 53) —vedais ca sarvair aham eva vedyo /
vedanta-krd veda-vid eva caham: “... A través de los Vedas soy Yo [Krishna] El que debe ser conocido.
Yo soy el compilador del Vedanta y conozco los Vedas tal como son”. Por lo tanto, en base a esta
declaración autoritativa, no se puede comprender el verdadero significado de los Vedas sin someterse
a un sadhana o disciplina espiritual ni sin seguir las instrucciones de un maestro espiritual o guru.
El hecho de que para reconocer la autenticidad de estas obras haya que remitirse a las propias
conclusiones de la versión védica, se debe al propio origen trascendental de la literatura védica. Los
estudios occidentales han tratado de establecer un orden histórico, en el cual se supone que
aparecieron las obras literarias de la India. Así se ha propuesto la teoría de que el Rg Veda apareció
antes de los Upanisads y los Puranas. Pero debido a su naturaleza eterna, en todas las sastras u obras
de conocimiento revelado, encontramos una coherencia de propósito y la unidad orgánica de un
mensaje único, el cual permanece incólume a través del tiempo.

Debido a su carácter divino y a la trasmisión del conocimiento trascendental que representa, el Veda
se diferencia de las demás literaturas o sistemas de pensamiento mundano, donde al cambiar las
actitudes subjetivas, se desarrollan también distintas filosofías y visiones del mundo, las cuales son
imperfectas porque surgen de la especulación mental, sin estar insertas en la tradición inmemorial de
la Verdad Absoluta, la cual es trasmitida en forma revelada (sruti).

La literatura de la antigua India tiene su propia versión tradicional de la historia y del siddhanta
védico. En consecuencia, para comprender cabalmente la interpretación védica, es preciso acudir a
los textos originales para dejar que hablen por sí mismos.

El Bhagavad-gita: la esencia del conocimiento védico

La Bhagavad-gita, literalmente La Canción del Bienaventurado Señor, constituye por excelencia la


esencia de todo el conocimiento védico. Este libro, también llamado el Gita Upanisad, es considerado
como guía fundamental del conocimiento analítico del ser y la conclusión de todas las Escrituras
védicas.

Aunque vastamente publicado e interpretado en diversas traducciones a lenguas occidentales, el


Bhagavad-gita constituye originalmente un episodio del Mahabharata, la historia épica de la India,
llamada Bharata-varsa en la antigüedad. El Mahabharata relata los sucesos que condujeron a la
presente era de Kali, la oscura era de ignorancia, riña e hipocresía. Fue al comienzo de esta era, hace
cincuenta siglos, cuando Sri Krishna transmitió el mensaje del Bhagavad-gita a Su amigo y devoto, el
guerrero Arjuna, en medio del campo de batalla de Kuruksetra, un lugar sagrado de peregrinación que
aún existe en la India.

El núcleo del Bhagavad-gita es la sublime conversación entre Krishna y Arjuna. Tiene 18 capítulos y
700 versos. Constituye el diálogo filosófico y religioso más relevante para la comprensión del ser. El
episodio ocurrió antes del comienzo de la guerra de Kuruksetra, un conflicto fratricida entre los hijos
de Dhrtarastra, que lucharon contra sus primos, los Pandavas, los cinco hijos de Pandu, siendo Arjuna
uno de ellos y de cuyo carruaje Krishna era el auriga.
La traducción inglesa del Bhagavad-gita Tal Como Es de A.C.Bhaktivedanta Swami Prabhupada ha sido
difundida en más de 42 idiomas y apareció por primera vez en 1968. La editorial Macmillan de Nueva
York y Londres, publicó luego la obra en 1972. La edición española completa, corregida y aumentada
de El Bhagavad-Gita Tal Como Es, con el texto sánscrito original, la transliteración latina de los versos,
los equivalentes en español palabra por palabra, la traducción y elaborados significados, fue publicada
por el Bhaktivedanta Book Trust en 1984. La séptima edición apareció en 1996.

El estudio profundo del Bhagavad-gita excede los propósitos de esta sinopsis. Quienes deseen
profundizar sobre ese clásico de la literatura de la India, pueden acudir a la insuperable edición
mencionada del Bhagavad-gita Tal Como Es1.

La tradición histórico-literaria

El estudio apropiado de los textos sánscritos de la antigua India implica necesariamente la


comprensión del significado y la naturaleza de su tradición histórico-literaria. En general, las
investigaciones y ediciones modernas occidentales sobre la literatura oriental, son mayormente
versiones académicas deficientes, con interpretaciones ambiguas o inciertas. Las diversas referencias
bibliográficas, antiguas y modernas, sólo ofrecen las visiones fragmentarias, imprecisas o parcializadas
de sus autores.

Tales ediciones suelen presentar un enfoque anacrónico, parcializado y/o inexacto de las obras
originales. Las exégesis o traducciones que circulan en el mercado editorial, están mayormente
dirigidas al ávido consumismo del lector occidental y a su interés circunstancial o diletante por la
exótica cultura del Oriente, incluyendo a la antigua cultura de la India.

Las referencias autorizadas sobre la tradición védica son aún más escasas en nuestra lengua. Este
vacío cultural debe ser llenado, tanto desde el punto de vista divulgativo como pedagógico. El lector
hispanoamericano no dispone de referencias confiables que le permitan acercarse en forma veraz a
una tradición literaria tan apasionante y profunda como la de la India clásica. Esas y otras deficiencias
en el enfoque y el tratamiento temático, responden a la mentalidad especulativa de los académicos
occidentales o a la falta de una apropiada compenetración con el mensaje mismo de los textos
originales. El autor del presente ensayo ha intentado contribuir con otro trabajo de mayor
envergadura para suplir ese vacío con un libro aún no publicado acerca del tema.

El aporte fundamental de Srila Bhaktivedanta Swami Prabhupada

Las obras y traducciones de A.C.Bhaktivedanta Swami Prabhupada de los textos clásicos védicos
más importantes, han sido traducidas a diversas lenguas y reconocidas internacionalmente en los
medios académicos, como la exposición más erudita y ajustada al mensaje védico original. Su autor es
considerado por ello como el mayor erudito y exponente del conocimiento y la tradición védica en el
mundo moderno.

De la edición del Bhagavad-gita Tal Como Es, con sus comentarios devocionales en la tradición bhakti
de la escuela Gaudiya-Vaisnava, basada en la filosofía acintya-bhedabheda-tattva de Sri Chaitanya, se
han vendido más de diez millones de copias, publicadas en más de cincuenta idiomas. El Dr. Thomas J.
Hopkins, profesor de Religión, Franklin and Marshall College, ha expresado lo siguiente acerca de esta
obra:

No hay duda de que esta edición es uno de los mejores libros que pueden conseguirse del Gita y
de la devoción. La traducción de Prabhupada es una combinación ideal de exactitud literal y de
profundidad religiosa.

El Dr. Kailash Vajpeye, director de Estudios de la India, en la Universidad de México, emite su


esclarecedora opinión:

Como un nativo de India en el Occidente, me ha dado mucha pena ver a tantos de mis
compatriotas venir a Occidente en el papel de gurus y líderes espirituales. Por esta razón, estoy
muy entusiasmado al ver la publicación de El Bhagavad-gita Tal Como Es, por Sri
A.C.Bhaktivedanta Swami Prabhupada. Ayudará a detener el terrible engaño de falsos y
desautorizados “gurus” y “yogis”, y dará una oportunidad a todas las personas de entender el
verdadero significado de la cultura oriental.

J. Stillson Judah, antiguo profesor de Historia de las Religiones y director de la Biblioteca en la


Graduate Theological Union, de Berkeley, California, reconoce la deuda que el mundo académico
tiene con esta gran edición del Gita:

El mundo erudito está de nuevo en deuda con A.C.Bhaktivedanta Swami Prabhupada. Aunque el
Bhagavad-gita ha sido traducido muchas veces, Prabhupada aporta una traducción de singular
importancia con su comentario.

Francois Chenique, profesor de Ciencias Religiosas del Instituto de Estudios Políticos de París,
reconoce el aporte que significó para Francia esa edición del Gita:

La edición de Srila Prabhupada llena así un hueco sensible en Francia, donde muchos esperan
familiarizarse con el pensamiento tradicional de la India, por encima de la comercial mezcolanza o
revoltijo Oriente-Occidente que ha surgido desde que los europeos invadieron por primera vez a la
India. Si el lector es un adepto de espiritualismo de la India o no, la lectura de El Bhagavad-gita Tal
Como Es, será extremadamente provechosa. Para muchos este será el primer contacto con la India
verdadera, la antigua India, la India eterna.
Desde el punto de vista histórico no existe ninguna estimación empírica exacta de la tradición oral de
la literatura de la India. Algunos intérpretes cronologistas, como M. Winternitz, concluyen que “la
literatura védica se extiende de un pasado desconocido hasta el año 500 antes de Cristo”.2
El origen milenario de los textos védicos

No obstante la imposibilidad de un registro histórico preciso, se ha admitido que las enseñanzas


del Veda original son en realidad muy antiguas y fueron recopiladas en forma escrita muchos siglos
antes de su verdadera composición. Es por lo tanto inapropiado elegir un procedimiento histórico
para el registro del conocimiento védico original. Así lo ha reconocido el Dr. S. Radhakrishnan,
profesor de Oxford y primer Vicepresidente de la India: “Ni los mismos pensadores indios han
considerado un tratamiento histórico de la filosofía de la India”.3

Algunos académicos sólo consideran como literatura védica genuina a los cuatro Vedas: Rig, Atharva,
Yajur y Sama. Sin embargo, en los Vedas mismos no se respalda este criterio, ni tampoco lo hacen sus
preceptores más prominentes, como Ramanuja, Sankara y Madhva. Incluso obras como el
Mahabharata, el Ramayana, los Puranas, y el Pañcharatra, se consideran todas como literatura
védica.

M.Winternitz ha afirmado erróneamente que los Puranas “son libros sagrados de un segundo grado”.
Max Müller supuso que eran “salvajes y degradados”, y la oposición o antítesis de los Vedas.
H.H.Wilson atribuye la composición del Bhagavata Purana al gramático Vopadeva, una apreciación
igualmente errónea, porque su compilador fue realmente Vyasadeva, también llamado Vaisampayana
Vyasa. Estas son algunas muestras de las interpretaciones inexactas, aún por parte de los supuestos
“eruditos” occidentales, quienes consideran como menos genuinas a las obras distintas a los cuatro
Vedas originales o de producción posterior.

La razón de que no haya habido un indicio histórico exacto de las antiguas obras literarias de la India,
se debe básicamente a que para confirmar su arcana legitimidad, los mismos acharyas o preceptores
del conocimiento védico no han requerido de mayor investigación desde el punto de vista histórico.
Las Escrituras védicas se fundamentan originalmente en la tradición oral, que comenzó al unísono de
la creación cósmica, cuando el Ser Supremo le impartió el conocimiento Védico (vidhi) a Brahma, el
primer ser creado. Posteriormente, el sabio Vyasadeva, la encarnación literaria apoderada del Señor,
registró los Vedas al comienzo de la era de Kali, hace aproximadamente cinco mil años. Esta última
declaración se sustenta en el Srimad-Bhagavatam Purana (1.4.16-25).

Viendo que las personas en general carecían de suficiente inteligencia, Vyasadeva dividió el Veda
original en muchas ramas y sub-ramas, tal como se explica en el Srimad-Bhagavatam Purana (1.3.21).
Vyasadeva comprendió que los sacrificios (yajñas) mencionados en los Vedas estaban destinados para
que las personas pudieran purificarse a través de sus ocupaciones.
La tradición explica que originalmente existía un solo Veda llamado Yajur, que mencionaba
específicamente las cuatro divisiones de sacrificio. Para expandir y simplificar el proceso, Vyasadeva
dividió el Veda primigenio en cuatro partes; Rg, Yajur, Sama,y Atharva, que corresponden con las
cuatro divisiones del sacrificio, con diferentes partes explicativas. Así surgieron de las fuentes
originales del conocimiento estas cuatro divisiones o Vedas, denominándose el “quinto Veda” los
hechos históricos y las historias auténticas descritas en los Puranas.

Los cuatro Vedas

Los Vedas reciben este nombre de la palabra sánscrita veda, que significa conocimiento (viddhi) o
sabiduría revelada (sruti). Veda se relaciona con la raíz vid, “saber”, “conocer”, “comprender”. De allí
el término sánscrito vidya, “conocimiento”, “discernimiento”, lo contrario a avidya o ignorancia. Por
ser el sánscrito la primera de todas las lenguas, muchas de sus palabras tienen acepciones similares
con otras expresiones lingüísticas. Por eso veda o vid, se compara con la raíz latina vid, que aparece
en la palabra videre, “ver”, “percibir”, “conocer” o “comprender”.

Los cuatro Vedas—Rg Veda, Yajur Veda, Sama Veda y Atharva Veda—, se consideran los textos
literarios más antiguos. Eso se debe a que de todas las lenguas llamadas indoeuropeas, el sánscrito es
la primera en la que se registra la literatura escrita. Como se describe en el Srimad-Bhagavatam
(1.4.21-23), Vyasadeva encargó a diferentes sabios eruditos estas partes de los Vedas para que las
desarrollaran de diferentes maneras. El título del Rg Veda también se escribe como Rig Veda, y
concierne con las alabanzas a diferentes divinidades. La palabra rg significa “alabanza”, “verso”,
“adoración” y contiene una colección sagrada de himnos védicos en sánscrito. Ahondar en su
temática requiere un estudio aparte.

A Paila Rsi se le encargó que explicara el Rg Veda, a Jaimini el Sama-veda, a Vaisampayana el Yajur
Veda, y a Sumantu Muni Angira se le confió la enseñanza Atharva .Veda. Y a Romaharsana, el padre
de Suta Goswami, se le confiaron los Puranas y los registros históricos (Itihasas), los cuales se
explicarán más adelante. A su vez, todos estos sabios eruditos difundieron a sus muchos discípulos y
discípulos de sus discípulos los Vedas que les habían sido confiados, creándose de esta manera las
respectivas ramas (unas 1.130) de los seguidores de los Vedas, para el beneficio de la población en
general. Fue así como el Veda se dividió en muchas partes, creándose diferentes escuelas mediante
distintas sucesiones discipulares, que difundieron el conocimiento védico en diferentes ramas de la
tradición védica. Las diferentes escuelas surgidas de esta división se conocen como sakhas.

Siendo el conocimiento védico trasmitido en sus antiquísimos orígenes mediante la tradición oral, es
difícil precisar históricamente con exactitud la composición de los Vedas originales. La dificultad de la
reconstrucción cronológica de la historia de la filosofía védica presenta el mismo problema, incluso en
sus antecedentes históricos y sus diferentes épocas de evolución. Esta imprecisión se debe al largo
desarrollo que siguió desde que se conocía una obra hasta que fue registrada en forma escrita.

Los investigadores discrepan incluso en varios siglos al tratar de establecer la época en que fue escrita
una obra determinada, o en la que vivió su autor u otro filósofo, responsable de algún tratado. De allí
la dificultad de registrar la fecha de los primeros textos védicos. La conclusión es que, en realidad, los
Vedas son de origen inmemorial.

A partir de los Vedas se erige el fundamento espiritual del sistema religioso de la India. Los cuatro
Vedas son también llamados samhitas (colecciones o antologías de himnos) o libros canónicos. El Rg
Veda es el Veda de los himnos, el Yajur Veda el Veda de los sacrificios, el Sama Veda el Veda de los
cantos, y el Atharva Veda el de las fórmulas mágicas o encantamientos. Los brahmanas o sacerdotes
oficiantes usaban sólo los tres primeros para fines rituales. A estos tres libros canónicos (Rg, Yajur y
Sama), se les llama tri-vedi o trayi vidya, “triple sabiduría”. Sri Gayatri, la madre de los Vedas, se
manifestó ante Brahma o Padmanabha —“el nacido del loto”—, cuando el primer ser creado recibió
el conocimiento original y fue apoderado para crear el universo (jagat o brahmanda)

Estructura y mitología de los cuatro Vedas

De los cuatro Vedas originales existen diferentes sakhas o versiones, de acuerdo a las escuelas. Se
han calculado 5 o 21 del Rg Veda, 42 del Yajur Veda, 2 (entre mil) del Sama Veda, y 12 del Atharva
Veda. Cada Veda se compone de dos partes principales: Samhita—colecciones de himnos—, y
Brahmana, preceptos ritualistas y enseñanzas para los sacerdotes en cada samhita. Estos segundos
textos conocidos como Brahmanas, son instrucciones para los sacerdotes brahmanas que dirigían la
adoración de las divinidades invocadas en los himnos.

Unido a cada Brahmana existe un Upanisad, el cual contiene la doctrina secreta o mística implicada.
Los Upanisads pertenecen al smrti (la tradición, lo que ha sido oído). Están destinados a las
investigaciones filosóficas. Un estudio acerca de su temática y trascendencia excede el propósito de
este resumen.

El Rg Veda

El Rg Veda tiene 1.017 himnos o alabanzas, dispuestos en 10 libros o ciclos (mandalas). Contiene
el pensamiento de varias generaciones e incluye por lo tanto varios estratos de pensamiento. Por ser
la parte más antigua de los samhitas o colecciones antológicas, al Rg Veda se le concede especial
importancia genérica. De los primeros versos del Rg Veda surgen las estrofas (rich), las fórmulas
rituales (yajus), las melodías (saman), y todo el cúmulo de materiales políticos orales generadores de
una evolución religiosa, desde el estado animista hasta fórmulas más evolucionadas. Su forma
canónica es el samhita, en el cual es regla la unión de las distintas palabras entre sí, según las normas
de composición (sandhi y vritti) del lenguaje sánscrito. Junto a esta versión samhita del Rig Veda, hay
que mencionar la versión pada (pie, cadencia métrica), en que cada palabra es reproducida
aisladamente, deshaciendo los efectos estructurales del sandhi (para los sinónimos equivalentes
palabra por palabra).

En las creencias religiosas del Veda existe una mitología muy elaborada. Las divinidades védicas,
descritas principalmente en el Rg Veda, son seres activos y de naturaleza ambivalente. Estos devas
(semidioses) y devis (semidiosas), intervienen a menudo en los asuntos humanos, complaciéndose
con las invocaciones y ofrendas hechas en su honor, por lo cual conceden favores específicos a sus
adoradores.

Principalmente, en la mitología de los Vedas, han sido enumerados 33 semidioses, divididos en


divinidades terrestres, del espacio intermedio, y celestes; de acuerdo a sus funciones y regencias en la
naturaleza. Estas son divinidades soberanas, guerreras, patronos de la economía, la agricultura, la
ganadería, la artesanía, la sabiduría, la fortuna, el mar, el cielo, los planetas, el aire, el fuego, el viento,
las montañas, los ríos, etcétera.

Las atribuciones de los devatas regentes (masculinos y femeninos) son múltiples y conexas, lo cual ha
dificultado el estudio de la mitología védica y puránica, descrita en los trabajos de W.J.Wilkins. La
palabra devata equivale por lo general a una “deidad”, aunque su significado en relación con los
mantras (oraciones o himnos) no siempre debe tomarse literalmente, debido a que existen himnos en
los cuales no se invocan dioses o seres divinizados, sino objetos u utensilios de culto.

Entre los antiguos semidioses se cuentan los Adityas o descendientes de Aditi, cuyos nombres se dan
en un pasaje del Rg Veda: Mitra, Aryaman, Bhaga, Varuna, Daksha y Amsa. En otros pasajes se
refieren siete u ocho. Debido a que a veces no coincide un nombre con otro, ha sido difícil establecer
quienes son realmente los Adityas, aunque en el Satapatha Brahmana y en los Puranas se describe
que los hijos de Aditi son doce. Por los muchos himnos que le son consagrados, se infiere que ocupan
un lugar importante en la mitología védica. Sus descendientes también son loados en el Rg Veda.
Entre ellos, se nombra a Surya, Savitri, Agni, Indra, y otros más.

En los textos llamados Taittiriyas se describen estos Adityas: Mitra, Varuna, Aryamam, Amsu, Bhaga,
Indra y Vivasvat (Vivasvan o Surya, el dios del Sol). Un texto del Rg Veda dice así: “De los ocho hijos
que nacieron del cuerpo de Aditi, Ista compareció ante los dioses con siete, pero echó fuera al
octavo”. Este octavo vástago (Vivasvan) fue desechado porque era deforme y fue negado por sus
hermanos. Indra y Surya poseen atributos muy parecidos. Agni, el dios del fuego, es por sí mismo una
clase aparte muy prominente. Exceptuando a Indra, se dedican a Agni más himnos que a cualquier
otro devata. A Vayu, Chandra, Varuna y otros semidioses también le han sido consagrados diversos
himnos.
El Sama Veda

El Sama-veda o Sama-veda samhita, son cantos y estrofas melódicas distribuidas en 1.549 versos,
muchos de los cuales aparecen en el Rg Veda, en diferentes contextos. Es llamado el “Veda de los
cantos o melodías”. Comprende 585 estancias que corresponden a las melodías usadas en los
sacrificios. Si un mantra es métrico y puede ser cantado, es llamado saman (igual), siendo por ello el
Sama Veda el Veda que contiene esos samans. Se usan esas indicaciones métricas porque aún no se
conocía la notación musical en el tiempo en que fueron compuestos. Generalmente, en el Sama Veda
hay alabanzas a la bebida celestial soma que merece una explicación por separado. La entonación
correcta de estos himnos requiere de cantores calificados.

El Yajur Veda

Es el Veda original y no había necesidad de leerlo. Las personas con suficiente inteligencia, poseían
una memoria tan aguda que lo comprendían con escucharlo tan sólo una vez del maestro espiritual. Si
un mantra védico se encuentra en prosa, por lo cual debe ser murmurado en forma inaudible para los
demás, se denomina Yajus, de la raíz yaj, “sacrificio”. El Yajur Veda es pues el Veda que contiene tales
yajus.

El Yajur Veda es la colección de fórmulas rituales que conforma la parte litúrgica del Veda. Son
instrucciones para la ejecución sacerdotal de los sacrificios a cargo de los sacerdotes brahmanas.
Debido a la discrepancia entre los seguidores de esta escuela, la historia del Yajur Veda se diferencia
de los otros Vedas. Por eso está dividido en dos partes; la sección “negra” o el Yajur Veda Negro (con
comentarios), y la “blanca” o Yajur Veda Blanco (sin comentarios).

Una leyenda de los Puranas relata como ocurrió esta división: surgió por una disputa entre los
discípulos de Vyasadeva, quien enojado con la arrogancia de Yajñavalkya, pronunció una maldición,
que tuvo el efecto de que Yajñavalkya vomitara todos los textos Yajus que había aprendido de su
maestro Vyasa, mientras que el otro bando de la disputa, que fueron transformados en perdices
(tittiri), cogieron esos textos mancillados y los guardaron. Por eso tales textos fueron llamados
Taittiriyas. Yajñavalkya quiso porfiadamente obtener unos textos Yajus y oró para ello a Surya, la
divinidad del Sol, quien le concedió su deseo de “obtener unos textos que no fuesen conocidos por su
maestro”. De allí la existencia de dos Yajus Vedas, siendo la porción “negra” la más antigua.

En todos los mantras védicos la palabra om (suele pronunciarse aum), llamada pranava, es una
vibración trascendental que representa al Señor Supremo. El pranava o el omkara es una forma
invocatoria y todos los himnos de los cuatro Vedas suelen empezar como esta palabra resaltante, la
cual es considerada como Dios mismo en forma de encarnación sonora. La finalidad de los Vedas
también consiste en regular el trabajo. Todo aquello que se aparte de sus preceptos es considerado
vikarma, acción ilícita que engendra malas reacciones.

El Yajur Veda contiene instrucciones para el desarrollo de sacrificios, de acuerdo a las prescripciones
de la sección llamada karma-kanda, a la cual está atraída la gente en general. La porción karma-kanda
de los Vedas se relaciona principalmente con la acción fruitiva regulada: mediante la ejecución de
yajña, sacrificio, las personas pueden elevarse a los planetas celestiales. Esta parte es muy seguida en
India por la gente común, quien para elevar su condición y beneficios materiales adora a los
semidioses —deva-puja—, los cuales conceden bendiciones específicas. Se dice que existen unos 33
millones de devatas, pero todos son agentes del Señor Supremo, Bhagavan, al cual nunca pueden
superar.

Haciendo concesiones para este tipo de gente, se dice que si uno desea la opulencia material debe
realizar sacrificios védicos. Pero las personas con escasa inteligencia piensan que esta es la finalidad
de los Vedas, ignorando que la conclusión (siddhanta) de los Vedas no es precisamente eso, sino
alcanzar el objetivo supremo de la vida, prema-bhakti o amor puro por Dios. La mayor perfección de
la vida espiritual consiste en ser promovido a la morada suprema de Sri Visnu. Los himnos que se
cantan en los sacrificios (divididos en las tres categorías de bondad, pasión e ignorancia), suelen
concluir con las palabras om tat sat, que designan a la Verdad Absoluta, y se profieren conjuntamente
con el santo nombre del Señor Supremo, como om tad visnoh, tal como está señalado en la Literatura
Védica.

El Rg Veda (1.2.22.20) declara: om tad visnoh paramam padam sada pasyanti surayah: “Los
semidioses siempre aspiran a esa suprema morada del Señor Visnu”. Esto se confirma en la
Bhagavad-gita (17.23):

om tad sad iti nirdeso


brahmanas tri-vidhah smrtah
brahmanas tena vedas ca
yajñas ca vihita pura

“Desde el comienzo de la creación, las tres palabras om tat sat se han empleado para indicar a la
Suprema Verdad Absoluta. Esas tres representaciones simbólicas las usaban los brahmanas mientras
cantaban los himnos védicos, y durante los sacrificios que se hacían para la satisfacción del Supremo”.

El Atharva Veda

Por último, el Atharva Veda es una colección de 731 himnos mágicos. Son cantos y ritos con
muchas indicaciones para curar enfermedades. Se indican antes de que apareciera el Ayur Veda, la
ciencia Védica de la vida y la medicina natural que comprende biología, botánica, herbología,
anatomía, nutrición, higiene, medicina, e incluso elementos de cirugía. Al Atharva Veda también se le
conoce como “el libro del sacerdote del fuego,” por provenir de los atharvanos, los más antiguos
sacerdotes que tenían a su cargo el culto del fuego. Parecen haber pertenecido a la línea de los
sacerdotes de la religión de Zaratustra.

El Atharva Veda despliega sus fórmulas para hechizos y encantamientos en 731 himnos rituales,
divididos en 20 libros, la mayor parte escrita en verso. Es de composición posterior al Rig Veda,
aunque está escrito en la misma lengua, el sánscrito védico (el devanagari, “la lengua de los dioses”).
Sus textos se encuentran en la colecciones de expresiones y formas gramaticales posteriores. Es el
samhita menos literario y más primitivo, con las mismas divinidades mayores y menores que
aparecen en el Rg Veda, pero con cierta pérdida de su carácter hierático (solemne o majestuoso) y de
su grandeza, con el fin de ser más asequible al pueblo común e inculto.

Debido a que se consideraba tácitamente al Atarva Veda samhita como una parte ajena a la suma
dignidad del conocimiento sagrado que es atributo exclusivo de los tres Vedas anteriores, la tradición
habla generalmente de los “tres Vedas” (tri viddhi), o de la “triple sabiduría”.

En el Atharva Veda encontramos esta declaración: “La Suprema Persona deseó crear las entidades
vivientes, y así Narayana creó a todos los seres vivientes. De Narayana, surgió Brahma. Narayana creó
a todos los Prajapatis [los patriarcas de la humanidad]. Y Narayana también creó a Indra”. Esto
comprueba la supremacía de Narayana o Visnu por encima de todos los semidioses.

Cuando alguien desee adorar a un semidiós (deva o devi) particular (Indra, Laksmi, Sarsvati, Varuna,
Durga, Ganesh, etc.), debe primero reverenciar a Visnu para tener éxito, porque como se afirma en el
Bhagavad-gita (7.22), los beneficios de la adoración a una determinado semidiós únicamente los
otorga la Suprema Personalidad de Dios, Sri Krishna, la forma original del Señor Visnu o Narayana.

En los cuatro Vedas hay muchas referencias acerca de la supremacía de Bhagavan por encima de
todos los devas. Al comienzo de la creación cósmica, cuando no existía Brahma, ni Siva, ni había Luna
ni estrellas, sólo existía Bhagavan Sri Krishna, quien lo creó todo y disfrutó todo. Fue Él quien evaluó
los Vedas cuando expresó lo siguiente en el Bhagavad-gita (2-45):

“Los Vedas tratan principalmente de las tres modalidades de la energía material [las gunas;
bondad, pasión, e ignorancia]. ¡Oh, Arjuna! Vuélvete trascendental a todas ellas [nitya-sattva-stah].
Libérate de todas las dualidades y de todas las ansiedades que proceden del anhelo de ganancia y
seguridad, y establécete en el Ser [atma-van]”.
Los textos Brahmanas

Los Brahmanas forman la segunda etapa de la evolución del pensamiento védico. Son los textos
literarios que aparecen después de los cuatro Vedas. Estas obras escritas en prosa surgen de la
necesidad de explicar los Vedas y forman parte del corpus o canon de los libros sagrados. Están
vinculados a cada uno de los cuatro Vedas y pertenecen a las distintas escuelas que surgieron al
interpretarlos.

Los textos Brahmanas son deliberaciones entre sacerdotes (brahmanas) e instrucciones dirigidas a los
discípulos para la conducción o ejecución de los rituales y sacrificios. Elaborados en forma de
sentencias, explican principalmente la relación entre el texto sánscrito y el complejo ceremonial del
yajña o sacrificio. Los Brahmanas son pues interpretaciones teológicas en prosa y explican los ritos y
su efecto místico, así como los procedimientos del ritual védico.

Del Rg Veda han persistido dos Brahmanas: el Aitareya Brahmana, atribuido a la escuela de los
Aitareyin, cuyo líder fue Mahidasa Aitareya; y el Kausitaki Brahmana, de la escuela de los Kausitakin.
El Sama Veda carece de la forma canónica Brahmana, pero le han sido asignados una serie de
tratados, que por sus características los autores coinciden en que deben ser clasificados bajo el
género de los Sutras.

El Yajur Veda tiene asociado el Taittiriya Brahmana, el cual fue mencionado en la descripción de ese
Veda, (así como su etimología, que viene de la palabra “perdiz”), a cuyo texto está muy ligado. Se ha
convenido por lo tanto considerar como una unidad el texto del Yajur Veda y su comentario, el
Taittiriya Brahmana, relacionado especialmente con el sabio Yajñavalkya y la sección “negra” del
Yajur Veda, que es la más antigua. El Atharva Veda tiene un solo comentario asociado, el Gopatha
Brahmana, de composición posterior y de menor importancia para ciertos autores.

En su famoso Diccionario, el profesor Apte describe la sección Brahmana de los Vedas como la parte
que se distingue de la sección de los mantras, estableciendo las reglas para el empleo de los himnos
en varios sacrificios. También ofrece explicaciones detalladas acerca de su origen, a veces con
extensas ilustraciones, en forma de leyendas e historias.

Los Sutras

Tras la tradición oral mediante la cual se difundió el Veda original, concretándose en forma escrita
los cuatro Vedas, se pasa a la segunda etapa de los Brahmanas o comentarios teológicos de los Vedas,
con el fin de explicar las técnicas del ritual y el sacrificio, según diferentes sectas o escuelas.
Posteriormente, con la necesidad de registrar con mayor certeza la doctrina o filosofía de una escuela
particular, fueron escritos los Sutras, que son una serie de instrucciones concisas o breves que
recuerdan, resumen o esclarecen las enseñanzas que son autoevidentes para aquellos que las
conocen.

A la palabra sánscrita sutra se le ha dado el significado etimológico de “cuerda” o “cordón”. Sin


embargo, esta definición no es la más precisa. Una acepción más apropiada pudiera significar “hebra”,
“hilo” o “fibra”, en comparación al cordón sagrado (upavita) que un brahmana lleva atravesado en el
pecho después de recibir su iniciación como “dos veces nacido” (dvija-bandhu). De acuerdo al Vayu
Purana y Skanda Purana, la definición más exacta de sutra es la siguiente:

Un sutra es un código o colección de aforismos que expresa la esencia de todo conocimiento en


un mínimo de palabras. Debe ser universalmente aplicable e impecable en su representación
lingüística.

La primera acepción de la palabra sutra, tal vez se deba a que algunos autores dicen que los sutras se
les consideraba como la hilada o cadena de aforismos, junto con explicaciones condensadas. Ese
encadenamiento de códigos o fórmulas concisas tenía el propósito de resumir y recordar las
postulaciones filosóficas, una tras otra, así como un rosario en el que se ensarta una sucesión de
cuentas o bolitas, o en el conjunto de hebras tejidas que forman un cordón de algodón, de cuyos hilos
se puede devanar o extraer la esencia de una determinada doctrina. Esta comparación analógica,
representa una aproximación al verdadero sentido de la palabra sutra dentro de este contexto. Lo
mismo que ocurre con otras expresiones sánscritas, puede admitir diversos significados.

La palabra sutrama también alude al “hilo”, de donde se puede desenvolver o llegar a extraer o hilar
más extensamente aquello cuya esencia está condensada en el aforismo que constituye propiamente
el sutra. Es curioso notar, por comparación filológica con la palabra yehida, que en la Cábala hebrea
(Kabalah o Qabbalah, propiamente escrita) significa “el alma de las cosas”, que el significado de este
término podría compararse al de la palabra sutra o sutrama.

Se cree que la aparición de los Sutras ocurrió en una época en que las distintas escuelas estaban
interrelacionadas. De allí, nuevamente, la dificultad en la determinación exacta de sus fechas
aproximadas de aparición. Por eso se supone que entre la aparición de los Upanisads más
importantes y el siglo III o IV, hubo una fértil actividad de investigaciones filosóficas, algunas de cuyas
formas han podido ser históricamente conocidas en los registros disponibles de las fuentes
comparativas.

Los sutras cayeron en desuso cuando fueron escritos los comentarios (bhasyas) de las diferentes
escuelas filosóficas. Sin embargo, la forma textual del sutra no se considera arcaica. De acuerdo a la
definición anterior que se encuentra en los Puranas, la función más importante de los sutras como
aforismos o declaraciones solemnes, es de vital importancia en la comprensión final del conocimiento
védico.
Los sutras adquieren su expresión culminante en el Vedanta-sutra, que contiene relevantes
conclusiones ontológicas y teológicas. Tal es el caso del Narada-bhakti-sutra, escrito por el gran sabio
Narada Muni, maestro espiritual de Vyasadeva.

Los Aranyakas o “libros del bosque”

Este grupo de textos védicos están muy relacionados con los Brahmanas y a veces forman parte de
su conjunto. Los Aranyakas son llamados “libros del bosque” o “tratados de la selva”. La palabra
aranya significa bosque o jungla. Se designan de esta manera porque servían a los ascetas, ya que
representaban una doctrina de carácter tan profundo que debía ser trasmitida bajo la sombra de los
grandes árboles. Las corrientes esotéricas del pensamiento védico se encauzan con ellos hacia una
mayor libertad. Este fenómeno dio origen a la aparición de las Upanisads o “doctrinas secretas”, las
cuales son disertaciones filosóficas, cuya filosofía y ritual, incluyendo la serie de obras anteriores,
tienden hacia una mayor especulación, como se expondrá en la próxima sección.

Los Aranyakas solían leerse o discutirse lejos de las aglomeraciones. Los sabios y ascetas ermitaños
son llamados aranyaukas. Las obras que fueron compuestas para ser leídas y explicadas por ellos en la
placida serenidad de la selva llevan así el nombre de Aranyakas. Es preciso destacar que ciertas
palabras sánscritas no pueden ser traducidas apropiadamente a las lenguas occidentales, habiéndose
optado por darle a esas palabras los significados más aproximados.

De manera que tales ascetas, debían estar bastante libres de miedo para trasladarse a esos apartados
lugares de la jungla, aunque otros sabios moraban en las vecindades de las aldeas pobladas, donde
solían meditar bajo un árbol, a la orilla de un río sagrado, siendo incluso auxiliados por algún discípulo
o por su propia esposa, cuando el asceta ya estaba socialmente separado de ella por encontrarse en
la vida de retiro o el vanaprastha-ashram, una de las cuatro divisiones de la sociedad védica.

Los ascetas más extremos casi no usaban ninguna ropa. Habiendo renunciado a las cosas mundanas,
iban de un lado a otro, sin destino fijo, peregrinando a los lugares sagrados, donde se encontraban
con grupos de ascetas similares, que sólo tenían las pertenencias necesarias, siendo ésta una
característica tradicional de los sannyasis, yogis y tyagis (ascetas renunciantes). Estos hombres en la
época final de la vida, estaban dedicados por completo a la trascendencia, llevando una vida
consagrada al conocimiento, las austeridades (tapasya) y la meditación.

Otros no eran tan rígidos en su disciplina o sadhana, y tenían métodos más sociales, optando por el
camino de la reflexión y buscando seriamente la sabiduría a través del estudio dentro de su grupo
social. Otros se quedaban en ciertas comunidades siguiendo la guía de un maestro (guru). Vivían
incluso en lugares pacíficos y propicios para consagrarse a la trascendencia; ermitas (ashrams),
monasterios (maths) y templos (mandiras), donde cultivaban en sereno retiro la vida espiritual,
consagrados al estudio, la meditación y la adoración particular de una divinidad. Este sistema aún se
mantiene en la actualidad en los lugares sagrados (tirthas) de India. En el mundo occidental también
funciona diversos ashramas, templos y monasterios, donde los adeptos practican la vida monacal en
un retiro espiritual, bajo determinadas reglas y regulaciones.

Los Upanisads

Los Upanisads son disertaciones filosóficas y marcan el comienzo de la vida trascendental. Existen
108 Upanisads y se dice que llegan a 250, aunque sólo una docena de ellos se consideran los más
importantes, destacándose el Sri Isopanisad que comprende 18 slokas más una invocación. Su
nombre se debe a la primera palabra del primer sloka (isavasyam idam sarvam), que establece el
principio de que Dios posee y controla todo lo animado e inanimado dentro del universo. Sus versos
describen al Paramatma (la Superalma), a la entidad viviente o alma individual (jiva-atma) y su meta,
centrando el concepto filosófico sobre la diferencia entre ambos y el predominio del supremo
controlador (Isvara). El Sri Isopanisad es el último capítulo del Sukla-yajur Veda que contiene 40
capítulos. Debido a que está contenido dentro de la sección Vajasaneya-samhita, también es llamado
Vajasaneya-samhitopanisad.

La palabra upa-ni-sat significa literalmente “sentarse cerca”. Se refiere a la reunión de los discípulos
en torno al maestro para recibir el conocimiento trascendental. Upa significa “cerca” y nisidati
significa “traer”. La palabra pudiera dividirse en upa-ni-sad (“cerca”-“ciertamente”-“aflojar”,
“destruir” o “alcanzar”), queriendo significar que el conocimiento que afloja ciertamente el cautiverio
material, destruyendo la ignorancia relativa a la identidad eterna del alma (jiva-svarupa) y
acercándonos a Dios, se llama Upanisad. Por lo tanto, las escrituras que ayudan a que el practicante
alcance la liberación y se acerque al Señor Supremo, son llamadas Upanisads.

Max Müller dio una interpretación filológica de la palabra upanisat, derivando la raíz sat, “estar
sentado” (aunque también significa “eterno” y aún “santo”, “inmaculado”), de upa, “cercanía” o
“estar próximo a”; y ni, “reverentemente”, “algo venerable” o “con devoción”. Según esta
interpretación, que no contradice a la anterior, la palabra upanisad expresaría el acto de estar
sentado cerca del maestro (guru o sadhu, quien se sitúa en un lugar más elevado que la audiencia),
para escuchar atentamente sus instrucciones (siksa) alrededor de él. De allí que el maestro perfecto
sea también llamado sat-guru y la asociación o asamblea (sanga) de personas santas se denomine
como sat-sanga o sadhu-sanga.

El mundo occidental parece haber tenido una primera información de los Upanisads en el año 1801, a
través de un manuscrito persa, cuando el francés A. Duperron descubrió el Zend-Avesta, los textos
sagrados de la doctrina de Zoroastro. El tradujo los Upanisads al latín, versión en las que fueron leídos
por el filósofo alemán Shopenhauer, que los consideró como una revelación, llegando a decir lo
siguiente:
Este libro incomparable, conmueve el espíritu hasta las mismas raíces del alma. De cada frase
brotan pensamientos profundos, originales y sublimes, y el conjunto está impregnado de espíritu
elevado, santo y serio...

El carácter de los Upanisads es más profundo y místico que los Aranyakas. En las clasificaciones
tradicionales de la literatura de la India, los Upanisads se consideran parte o apéndices
complementarios de los Aranyakas, de la misma manera que estos se vinculan a los Brahmanas, y
estos últimos a los cuatro Vedas. De allí la relación de este grupo de textos sánscritos, que son como
diferentes evoluciones de las frondosas ramas de la Literatura védica.

Los Upanisads fueron traducidos del sánscrito al bengalí, hindi, tamil, oriya, y otras lenguas y dialectos
de la India. Luego surgieron versiones a otros idiomas como el inglés, alemán y francés. A partir del
conocimiento de los Upanisads comienza en Occidente un estudio más sistemático de la filosofía de la
India y sus diversas expresiones, siendo considerados los Upanisads como la mayor expresión
intelectual del pensamiento de la India y su fundamento filosófico-religioso.

Hasta el presente, todos los sabios han encontrado inspiración en las profundas doctrinas expuestas
en los Upanisads. Esta continua interrelación data de más de tres mil años, lo cual no es un período
imaginario, si se tiene en cuenta que los Puranas más antiguos, como el Bhagavatam Purana, ya se
conocían al comienzo de Kali-yuga, hace cinco mil años.

Aunque los Upanisads no constituyen per se un estudio filosófico sistemático, pueden considerarse
los primeros razonamientos filosóficos de la literatura escrita de la India. Se consideran la mayor
expresión intelectual del pensamiento védico y el fundamento de su religión y filosofía. La mayoría de
los grandes pensadores y reformadores de la India, así como algunos intelectuales de Occidente, han
encontrado inspiración en la doctrina de los Upanisads.

Los Upanisads son textos filosóficos relevantes que exponen varias doctrinas. Tras las traducciones al
inglés y otras lenguas occidentales, surgiendo diversas interpretaciones y comentarios. Por eso los
Upanisads han sido considerados como el punto de partida del pensamiento filosófico de la India,
dentro del mosaico evolutivo del conocimiento trascendental que ha nutrido su milenaria sabiduría.

Estructura y temática de los Upanisads

Los Upanisads son tratados de la teología brahmánica en forma de conversaciones sobre el tema
de la Verdad Absoluta entre almas liberadas y sus estudiantes o discípulos. Los aspectos filosóficos de
todos los procesos y prácticas del conocimiento (conocidos como vidyas) que son dados en los Vedas,
son discutidos en los Upanishads.
El tema central de los Upanisads es el monoteísmo, la deliberación acerca de un único Ser Supremo
como principio cardinal del universo, el cual es designado como Brahman, Atman, Aksahara, Akasha,
Prana, etc. En estos textos, los términos akasha y prana pueden también significar el elemento
akasha (el espacio o medio cósmico etéreo), la divinidad Vayu, que rige el viento, etcétera.

El significado que se asigna en un texto particular tiene que ser interpretado de acuerdo a los
atributos mencionados en el contexto. El principio supremo o Brahman, es descrito como el creador,
mantenedor, regulador, destructor, iluminador, y liberador de todos. Su naturaleza divina es el única
principio independiente del cual dependen todas las demás entidades vivientes. El Brahman es
inmanente y trascendental.

Básicamente, en los Upanisads se establece la realidad eterna no manifestada (Brahman) y la


naturaleza filosófica del atman (alma), en base a la lógica del Vedanta. Describen al Brahman como
eterno: la realidad espiritual de la cual surgen todas las manifestaciones y donde reposan
nuevamente. Ontológicamente, es simultáneamente atómica (anu) e infinita (mahat).

Siendo inconmensurable en todo sentido, el Brahman no puede ser comprendido por nadie de
manera completa. Por eso es descrito como sat, chit y ananda en su naturaleza esencial. Todos los
demás seres derivan de Él sus cualidades y capacidades limitadas, aunque posean su misma esencia
respecto a estos tres aspectos (sat-cit-ananda) de eternidad, conocimiento y bienaventuranza.

Estas características del Ser Supremo se describen en casi todos los Upanisads, aunque el término
prana ya referido, ocupa un lugar importante, cercano al Supremo Creador, como en el caso del
Chandogya y Shatprashna Upanishads, donde el rol de prana es el principal y superior a las otras
divinidades allí mencionadas. Los Upanisads tienen su propio y único estilo y sus exposiciones se
hacen mediante el siguiente esquema:

1. Diálogos con preguntas y respuestas diversas.


2. Narraciones y episodios interconectados.
3. Analogías, metáforas e ilustraciones sobre aspectos filosóficos.
4. Alegorías y descripciones simbólicas.

En la presentación de los símiles y las analogías, y en los sucesivos pasajes que presentan el tema, hay
indicios o pistas que permiten descifrar el sentido de los mismos. Esta es una forma de acceder a la
comprensión de la enseñanza de los Upanisads. Debido a su aparente abstracción, muchos textos han
sido objeto de comentarios e interpretaciones escritas por acharyas como Madhava, Sankara y otros
preceptores védicos.
Como a veces puede variar ligeramente el tema en distintos textos, los simbolismos usados en los
Upanisads requieren un estudio cuidadoso. Son esencialmente de tres tipos: el simbolismo de la
Naturaleza; sacrificios (yajñas) y artículos de sacrificio usados como símbolos; y sílabas místicas
sonoras, tales como el Om (o Aum, tal como se pronuncia), también usado de manera simbólica, de
acuerdo al contexto. El significado correcto de estos símbolos o alegorías, puede deducirse aplicando
la prueba de consistencia a los diferentes sucesos, además del otro criterio ya mencionado.

En los Upanisad se examinan varios temas, desde la eternidad del alma, las energías del universo, el
karma y las causas fenoménicas, la transmigración del alma (atma), la naturaleza de la divinidad, la
trascendencia, la diferencia entre la realidad espiritual y la material, los poderes psíquicos e
intelectuales, hasta la relaciones entre el hombre y Dios, según distintos procesos o caminos
espirituales en busca del absoluto. La principal contribución filosófica que aportan los Upanisads
consiste en que establecen el Absoluto como una entidad no-material.

La sabiduría de los Upanisads trasciende las secciones karma-kanda de los cuatro Vedas para enfocar
la atención en el Brahman. Los Upanisads no niegan que la Verdad Absoluta tenga personalidad; sólo
niegan que el Supremo tenga personalidad material, afirmando su naturaleza trascendente. Por eso,
el Bhagavad-gita es también llamado Gitopanisad.

Esta comprensión de la Personalidad de Dios, con forma, nombre y atributos completamente


espirituales, es el aspecto más completo de la Verdad Absoluta conocido como Bhagavan. De todas
las encarnaciones (avataras) o porciones plenarias de la Verdad Absoluta que aparecen para proteger
a los teístas, con diversos propósitos programados en las Escrituras Védicas, Sri Krishna es reconocido
como svayam bhagavan, la Personalidad de Dios original (isvarah paramah krsnah), tal como se
afirma en el Srimad-Bhagavatam Purana (1.3.28).

En el Muktikopanisad (30-39) hay una lista de los 108 Upanisads escritos en prosa y en verso. La
extensión de cada uno es variable. Aunque se sigue un orden tradicional de acuerdo al canon formal,
conocido como muktika, estos textos han sido clasificados de acuerdo a su importancia. Según ciertos
criterios lingüísticos de vocabulario, estilo, tesis doctrinal, analogías y otros aspectos relevantes,
algunos especialistas han dado un orden cronológico apropiado. En base a estos factores, los
siguientes doce Upanisads se consideran los más importantes y dignos de estudio filosófico: Isha
(Isopanisad), Brhad-aranyaka, Chandogya, Taittiriya, Aitareya, Kena, Katha, Prasna, Mundaka,
Mandukya, Svetasvatara y Maitrayana.

Entre este grupo principal, el Isha Upanisad (Sri Isopanisad) se considera muy importante debido a
que afirma el predominio de Isha o Ishvara como el controlador supremo, tal como ya fue
mencionado. Es curioso notar que en el transcurso de la historia no se han dado ninguno de los
nombres de los autores de estos tratados, aunque en ellos aparecen mencionados distintos rsis y sus
respectivas enseñanzas, tales como el sabio Yajñavalkya, Shakayanya, Gargya, Shvetvasvatara,
Uddalaka, Pippalada, Baka, Ushasti, Satyakama, los Valakhilyas (ascetas castos y enanos), Sanat
Kumara, Kapeya, Vamadeva, Angiras, etcétera. Entre estos elevados filósofos se destaca el poético
Yajñavalkya, ocupando sus disertaciones la mayor parte del extenso Brhad-aranyaka Upanisad.

Las Itihasas (historias): El Mahabharata y el Ramayana

Los Itihasas se consideran literaturas védicas suplementarias. Incluyen el Mahabharata y los


Puranas. Los Itihasas son generalmente designados como los Puranas o los incluyen El Mahabharata y
el Ramayana son las dos grandes epopeyas históricas, los dos monumentos de la Literatura de la
India. Debido a que los rituales védicos son complejos o difíciles de entender y que el Vedanta-sutra
es un tratado condensado y de carácter profundamente filosófico, los Itihasas o historias presentan el
conocimiento védico en forma de narraciones, relatos e incidentes históricos.

El Mahabarata

El Mahabharata, el poema más extenso de la literatura mundial y la epopeya de la cultura védica


por excelencia, erigiéndose como el registro histórico del antiguo imperio de la India. La narración
describe las acciones de los grandes personajes heroicos de la tierra de Bharata, el antiguo nombre de
la India. Literalmente, el Mahabharata es “la historia de Bharata-varsa, el reino más grande y de
mayor esplendor”. La obra está dividida en 18 parvas, cantos o secciones, que contienen unas
100.000 estrofas, con breves pasajes en prosa intercalados, por lo cual se ha dicho que esta obra
épica consta casi de 200.000 versos.

El Ramayana

El Ramayana es literalmente “La historia de Rama”, como así se deriva de su nombre sánscrito. Es
la menor de las dos grandes obras épicas de la India antigua, siendo la mayor el Mahabharata. En
ambas epopeyas se mezclan temas mundanos con enseñanzas trascendentales. El Mahabharata
describe las actividades de los Pandavas, en el linaje real de los Kurus, y la gesta del Ramayana narra
los pasatiempos de Ramachandra. Así como en la parte esencial del Mahabharata, que es el
Bhagavad-gita, la conclusión es entregar plenamente el alma al Señor Krishna, la enseñanza final del
Ramayana es también entregarse y refugiarse en el Señor Rama.

El Ramayana original fue relatado por Brahma en un billón de versos. Posteriormente, fue resumido
por Narada Muni y relatado a Valmiki, quien luego lo presentó al mundo para que los seres humanos
pudieran alcanzar idealmente, con el ejemplo histórico gestado por Rama, las metas de la religiosidad
(dharma), el bienestar económico y social (artha), la complacencia sensorial regulada (kama) y,
finalmente, llegar a la liberación (moksha). Por lo tanto, cuando se habla del auténtico Rayamayana,
se hace especial referencia a la obra de Valmiki.

Los Puranas

La palabra purana significa “viejo”. En el Chandogya Upanisad (7.1.4) y el Srimad-Bhagavatam


Purana (1.4.20), se dice que el Mahabharata y los Puranas, generalmente conocidos como historias
(itihasas), constituyen lo que se conoce como “el quinto Veda”. El diccionario Amarakosa define a los
Puranas. Otra definición se encuentra en el Visnu Purana (3.625), Matsya Purana, Vayu Purana y
otros Puranas. El smrti declara que los Puranas son comentarios de los Vedas. Los Puranas
representan diferentes fases o aspectos de la antigua vida de la India en diferentes épocas. En casi
todos ellos hay narraciones que describen las actividades sobrehumanas de Sri Bhagavan en Sus
diferentes encarnaciones, en diferentes épocas. También contienen las crónicas de las actividades de
los sabios y devotos del Señor.

Un examen objetivo de las historias de los Puranas ha desmitificado la antigua creencia de que el Rg
Veda era el documento literario más antiguo de la India, tal como siempre se había pensado y
sostenido, considerándolo como la primigenia fuente histórica, además de preservar la forma más
arcaica de la lengua sánscrita.

Las nuevas investigaciones históricas, desprejuiciadas de las ideas colonialistas británicas y de las
argucias de misioneros y lingüistas, han permitido aclarar la cronología de ciertos textos sánscritos,
considerando a los Puranas como los registros védicos más antiguos. Este enfoque coincide con las
opiniones de los grandes acharyas fieles a las conclusiones del siddhanta, quienes siempre vieron en
las narraciones puránicas los registros más genuinos y relevantes sobre la verdadera historia y la
tradición védica. Sin embargo, algunos autores insisten en una visión historicista, al declarar que “la
literatura de los Puranas alcanzó probablemente gran extensión desde los primeros siglos de nuestra
era hasta el XII, y acaso aún más allá…”4

Vyasadeva, el creador de los Puranas, compiló el Pauranika-samhita, un conjunto de tradiciones


históricas y legendarias, oraciones, himnos y cronología sagrada. Vyasa le dictó los Puranas a su
discípulo Suta Romaharsana, quien a su vez tuvo seis discípulos: Suniati, Agnivarca, Mitrayu,
Sansapayana, Akritamana (Kasyapa Muni) y Sabrán. Los tres últimos compusieron un cuarto samhita,
llamado Romaharsanika. La esencia de los samhitas se incluye en el Srimad-Bhagavatam Purana y en
el Visnu Purana.

Existen 18 Puranas que se clasifican en tres grupos, de acuerdo a las tres modalidades de la
naturaleza material—sattva, rajas y tamas—, regidas por Vishnu, Brahma y Siva, respectivamente.
Esta división surge debido a que todos los hombres no son iguales; en uno predomina la bondad,
otros están gobernados por la pasión, y otros están bajo el control la ignorancia. Esta clasificación
permite que de acuerdo a su tendencia natural, tales personas puedan liberarse gradualmente de la
existencia material.

Visnu es la deidad que preside los seis sattva-puranas: Visnu Purana, Naradiya Purana, Padma
Purana, Garuda Purana, Varaha Purana, y el Srimad-Bhagavatam Purana, que tiene 18.000 versos y
es considerado el más importante de todos los Puranas. Brahma preside los seis raja-puranas:
Brahmanda Purana, Brahma-vaivarta Purana, Markandeya Purana, Bhavisya Purana, Vamana
Purana, y Brahma Purana. Siva preside los seis tama-puranas: Matsya Purana, Kurma Purana, Linga
Purana, Siva Purana, Skanda Purana, y Agni Purana.

Estos 18 Puranas principales también son conocidos como upapuranas. Las tres clasificaciones
anteriores suelen variar ligeramente, por ejemplo, entre los sattvika puranas, la clasificación del
Padma Purana omite el Matsya, Kurma y Vayu Puranas, que son reemplazados por el Narada, Padma
y Varaha Puranas, y en otras codificaciones se omiten o se incluyen unos u otros nombres. Por
motivos didácticos, es preferible la clasificación dada arriba.

También existen 18 Puranas menores que llevan el nombre de sus compiladores: Sanatkumara,
Narasimha, Naradiya, Siva, Durvasa, Kapila, Manava, Usana, Varuna, Kalika, Samba, Saura, Aditya,
Mahesvara, Devibhagavata, Vasistha, Vishnudharmottara y Nilamata. De acuerdo al Amarakhasa los
Puranas describen cinco temas básicos:

sargas ca pratisarga ca
vamsa manvantarani ca
vamsanu caritam capi
puranam panca laksanam

“Un Purana describe: 1. Sarga, la creación; 2. Pratisarga, la creación secundaria; 3. Vamsa, la


historia de los sabios; 4. Manvantara, los períodos de Manu, los primeros ancestros; 5.
Vamsanucharita, la genealogía de las dinastías reales, solares y lunares”.

Esta definición es sin embargo inadecuada debido a que los textos que se conocen con el título
“Purana” contienen algo más, o algo menos, de las cinco características anteriores, como lo han
señalado los mismos redactores de los Puranas, quienes posteriormente adoptaron una definición
dasa-laksana, es decir, considerando las diez características que contienen los textos puránicos. La
definición más completa se da en el Srimad-Bhagavatam (12.7.9-10):
sargo ’syatha visargas ca
vrtti-raksantarani ca
vamso vamsanucaritam
samstha hetur apasrayah
dasabhir laksanair yuktam
puranam tad-vido viduh
kecit pañca-vidham brahman
mahad-alpa-vyavasthaya

“¡Oh, brahmana!, las autoridades en la materia entienden que un Purana contiene diez temas
principales: la creación de este universo [sarga], la subsiguiente creación de los mundos y los seres
[visarga], la manutención [vrtti] y protección [raksa] de todas las entidades vivientes, la regencia de
diversos Manus [antaraksi], las dinastías de los grandes reyes y las actividades de esos reyes [vamsa-
anucarita], la aniquilación [samstha], la motivación [hetuh], y el refugio supremo [aparasraya]. Otros
eruditos que conocen las cosas [viduh], han declarado que los grandes [mahat] Puranas tratan sobre
esos diez [dasabhih] temas o características [laksanaih], mientras que los Puranas menores pueden
tratar de cinco de esos temas [pañca-vidham], de acuerdo a la distinción [vyavasthaya]”.

Los diez temas principales de un gran Purana (maha-purana), se describen en el segundo canto del
Srimad-Bhagavatam (2.10.1), donde Sri Sukadeva Goswami le dice al rey Pariksit:

atra sargo visargas ca


sthanam posanam utayah
manvantaresanukatha
nirodho muktir asrayah

“Sri Sukadeva Gosvami dijo: En el Srimad-Bhagavatam hay diez divisiones de declaraciones en


relación con lo siguiente: la creación del universo, la sub-creación, los sistemas planetarios, la
protección de parte del Señor [Isvara-asrayah], el ímpetu creativo, el cambio de Manus y sus
períodos, la ciencia de Dios, el regreso al hogar [de vuelta al Supremo], la liberación y el summun
bonum, la Verdad Absoluta”.

De acuerdo a Sri Jiva Goswami, los Puranas tales como el Srimad-Bhagavatam Purana tratan acerca
de esos diez temas, mientras que otros Puranas menores tratan solo de cinco: la creación, la creación
secundaria, las dinastías de los reyes, los reinados o períodos de los Manus, y las actividades de varias
dinastías. Lo Puranas que cubren esas cinco categorías temáticas deben considerarse como literatura
puránica secundaria.

El Visnu Purana tiene 23.000 versos. Su temática incluye historias de varias personalidades santas,
una descripción del varnasrama (las divisiones sociales y las órdenes espirituales de la sociedad
védica), las seis Vedangas, una descripción de la era de Kali, y una descripción del Sveta Varaha kalpa,
el Visnu dharmotara. El Naradiya Purana tiene 25.000 versos y se da una gran sinopsis, describiendo
las ciudades de Jagannatha Puri, Dwaraka, Badrinatha, etcétera.

El Padma Purana tiene 55.000 versos y describe la gloria del Srimad Bhagavatam, las historias de
Rama, Jagannatha, Matsya, Ekadasi (el onceavo día de la luna en el calendario védico, en el cual no se
comen granos), Bhrgu, etcétera. En el Padma Purana se declara que existen en total 8.400.000 formas
de entidades vivientes en diferentes especies biológicas de la cadena evolutiva de la vida: “Hay
900.000 especies que viven en el agua, 2.000.000 especies inmóviles como los árboles y las plantas,
1.100.000 especies de insectos y reptiles, y 1.000.000 de especies de pájaros. En lo que respecta a los
animales, existen 3.000.000 de variedades, y hay 400.000 especies humanas”.

El Garuda Purana tiene 19.000 versos. Su nombre se debe a que Garuda, el orador original, se lo narra
al sabio Kasiapa. Es un Purana heterogéneo o enciclopédico. Contiene temas del Bhagavad-gita,
describe las encarnaciones de Visnu, y varis adoraciones (de Surya, Siva, Gopala, Visnu, Gayatri,
Durga, y otros devas). También se exponen temas como la reencarnación, la descripción de los
planetas, astrología, fisonomía, pruebas de gemas, los 14 Manus, Vastu puja, características de los
palacios, dinastías solares y lunares, descripción de enfermedades, enseñanzas de Yajñavalkya y
Parasara, los ritos sagrados y la descripción del Tarsya kalpa. También incluye el Visnu-sahasra-stotra
(los mil nombres de Visnu), mantras para cautivar mujeres, mantras y hechizos contra el veneno de
serpientes, etcétera5.

El Varaha Purana contiene 24.000 versos y describe diferentes votos (vrata), las glorias de Visnu y
otros temas. El Bhagavata Purana contiene 18.000 versos. Debido a su naturaleza trascendental y su
su posición relevante entre los demás Puranas, su temática merece un detallado estudio aparte.

Entre los raja-puranas el Brahmanda Purana tiene 12.000 versos. Describe los Vedangas, la estructura
del universo, el Adi kalpa, etcétera. El Brahma-vaibharta Purana tiene 18.000 versos. Contiene una
historia sobre la aparición de Salagrama y Tulasi (que también se encuentra en el Bhavisya Purana), y
describe las glorias de Radha y Krishna, por lo cual es muy apreciado por los devotos Vaisnavas. El
Markendeya Purana tiene 9.000 versos. Entre otras cosas, describe episodios de la vida de Rama y de
Krishna. El Bhavisya Purana tiene 14.500 versos y trata de las glorias del bhakti y predice la aparición
de Sri Chaitanya en Kali-yuga. El Vamana Purana tiene 10.000 versos y contiene la historia del Señor
Trivikrama, una de las diez principales encarnaciones de Visnu. El Brahma Purana tiene 10.000 versos.

En la tercera división de los tama-puranas está el Matsya Purana, que tiene 14.000 versos y trata
sobre construcción de templos, describiendo también la Vamana kalpa, Varaha kalpa y otra temática.
El Kurma Purana tiene 17.000 versos y contiene la conversación entre Krishna y Surya, el dios del Sol.
Describe a Danvantari y el Laksmi kalpa. El Linga Purana tiene 10.000 versos y describe las glorias de
Narasimhadeva, una de los diez Visnu avataras. También habla de Janardhana, de la historia de
Ambarisha Maharaja, y de las glorias del Gayatri mantra.

El Siva Purana tiene 24.000 versos. Como su nombre lo indica, se relaciona con muchas historias del
Señor Siva, el gran místico y devoto del Señor Supremo. El Skanda Purana tiene 81.000 versos y entre
sus diversos temas se describen las piedras sagradas (salagrama-silas), sus formas, marcas, colores y
métodos de adoración, así como los buenos y malos resultados derivados de la veneración de estas
piedras, que son consideradas como deidades. El Agni Purana tiene 15.400 versos y también contiene
descripciones sobre las salagrama (las cuales de acuerdo al Gautamiya Tantra se encuentran en el río
Gandaki, en Nepal), refiriendo los beneficios de adorarlas. También dilucida el Isana kalpa.

Esta es una descripción muy resumida de los 18 Puranas principales.

Los seis tratados filosóficos (Sad-darsanas)

Además de las obras fundamentales resumidas en las secciones precedentes, en la tradición


literaria de la India existe otra serie importante de textos filosóficos. Entre ellos se destacan los Sad-
dharsanas o seis sistemas ortodoxos de filosofía de la India. Darshana significa visión, punto de vista.
Hay filósofos que consideran diferentes estados de la fuente original y explican la filosofía de acuerdo
a su visión.

Estos seis antiguos tratados son los siguientes: Nyaya, Vaisheshika, Purva-mimansa, Sankhya, Yoga y
Vedanta. Tal como se conocen en la actualidad, pudieron ser escritos en el curso de un largo período,
aunque existen dudas e imprecisiones para establecer una clara cronología. Los filósofos que
compusieron estos tratados son Gautama, Kanada, Jaimini, Kapila, Patanjali y Vyasadeva,
respectivamente. Vivieron en épocas distintas y presentaron una variedad de propuestas ideológicas.
La síntesis de estos seis sistemas ortodoxos es la siguiente:

1) Nyaya —Propuesto por Gautama. Es la filosofía de la lógica. Sostiene que el átomo es la causa de la
manifestación cósmica.

2) Vaisesika —Propuesto por Kanada como la filosofía de la lógica especializada. Sostiene que la
combinación de átomos es la causa de la manifestación cósmica;.

3) Sankhya —Propuesto por Kapila. Es la filosofía del estudio analítico de la naturaleza material y los
24 principios de la manifestación cósmica. Se encuentra descrito en el tercer canto del Srimad-
Bhagavatam Purana.
4) Yoga—El sistema de Yoga fue propuesto por Patanjali en los Yoga-sutras como la filosofía de las
perfecciones místicas (siddhis). El complejo sistema del Yoga6 está relacionado con la evolución de la
conciencia individual hacia el plano trascendental. Comprende la práctica de ciertas disciplinas
espirituales (sadhana), desde la meditación hasta alcanzar la perfección del trance místico (samadhi).

5) Mimamsa —Propuesto por Jaimini. Es la filosofía de las acciones y reacciones (karma) y sostiene
que las acciones fruitivas son la causa de la manifestación cósmica.

6) Vedanta —Es el resumen final de Vyasadeva después de estudiar las seis tesis filosóficas anteriores.
En la filosofía Vedanta la primera pregunta formulada es ¿cuál es la fuente de todo? La Verdad
Absoluta no se considera en forma impersonal, sino es contemplada como la Suprema Persona, la
causa de todas las causas y poseedora de todos los atributos, incluyendo nombre (nama), forma
(rupa), cualidades (guna), morada (dhama), y ejecución de pasatiempos trascendentales (lila).

El término sánscrito vedanta es una combinación de dos palabras, veda y anta. Veda quiere decir
“conocimiento revelado” y anta significa “el fin”. Por consiguiente, la palabra vedanta quiere decir el
fin del conocimiento trascendente, el conocimiento final de la verdad absoluta (param satyam).

Como ciencia espiritual el Vedanta es expresión única y singular del pensamiento indio. Es el mayor
tratado científico y filosófico de su herencia espiritual y filosófica. El Mundaka Upanisad (1.1.1)
declara —sa brahma-vidya sarva-vidya pratistha—, el Vedanta es la base ontológica de todo
conocimiento.

Debe aclararse que Vedanta no sólo se refiere al Vedanta-sutra, sino también a toda la literatura
védica que describe las conclusiones de los Vedas, específicamente el Bhagavad-gita, el Srimad-
Bhagavatam y los Upanisads. El Vedanta profundiza en la existencia y naturaleza del alma (atman), y
la conciencia (chetana), la cualidad manifestada del alma. El Vedanta proporciona un detallado
trasfondo para demostrar que existe una dimensión diferente de realidad, incluyendo la realidad de la
existencia de Dios, la cual sólo puede ser percibida por los sentidos espiritualizados y la mente libre de
dualidades y concepciones mundanas.

La escuela Bhaktivedanta se refiere al proceso del bhakti-yoga o el sendero de la devoción, tal como
ha sido establecido por Sri Chaitanya (quien propugnó en el siglo XV la filosofía acintya-bhedabheda-
tattva) y sus seguidores, especialmente por Sri Rupa Goswami y otros fieles seguidores, que han
mantenido hasta nuestros días la línea conocida como Gaudiya Vaisnava-sampradaya.
El Vedanta-sutra y sus comentarios

El Vedanta-sutra, compuesto por Vyasadeva, se considera el comentario natural del Srimad-


Bhagavatam Purana. Está compuesto por sutras o códigos aforísticos y de allí su título e inclusión en
la categoría de los sutras.

El Vedanta-sutra —también conocido como Brahma-sutra, Sariraka, Vyasa-sutra, Badarayana-sutra,


Uttara-mimamsa y Vedanta-darsana—, expresa el último propósito de los Vedas e indica tres pautas
o normas principales para entender el significado de los Upanishads. Debido a que esas pautas
esenciales no se utilizan de manera correcta, muchos comentadores de los Upanisads han caído en
apreciaciones incorrectas, recayendo en el monismo y absolutismo, que no responde al espíritu del
Vedanta, estando fuera del enfoque filosófico de esta clase de textos sánscritos.

En los Vedanta-sutras se reconcilian diferentes declaraciones aparentemente contradictorias de


varios Upanishads, ubicando cada enseñanza en un contexto doctrinal. Ya vimos que el término
sánscrito sutra significa “hilo”, y los Vdanta-sutras entretejen literalmente las enseñanzas del
paradigma vedántico completando un todo orgánico coherente. Sin embargo, debido a que el tratado
es muy lacónico, y los sutras tan concisos o sucintos son brevísimas respuestas a preguntas de índole
similar que no aparecen en el texto, el Vedanta-sutra no sólo ha sido motivo de diversas
interpretaciones, sino que su comprensión cabal no es posible sin la ayuda de comentarios escritos
posteriormente. Es por ello que describir apropiadamente o ahondar en la compleja naturaleza del
contenido del Vedanta-sutra, amerita per se un estudio más detallado.

Los Vedanta-sutras con considerados nyaya-prasthana, la base filosófica de la escuela Nyaya (la
lógica, parte de los Vedangas ). Los Upanisads con considerados sruti-prasthana o base doctrinas
revelada. Junto con el Bhagavad-gita, estos tres textos son considerados como base axiomática del
viddhi y ningún conocimiento nueve debe contradecir a ninguno de estos dogmas o conocimiento allí
contenido.

En cuanto a su estructura, el Vedanta-sutra contiene 564 sutras en total, comprendiendo 16


divisiones de códigos en cuatro capítulos (adhyayas). En cada capítulo hay cuatro secciones (padas) y
temas específicos (adhikaranas), a veces explicados en un sutra, y otras veces en varios sutras. En
total hay 22 adhikaranas. El tema de cada división o sección se describe en términos de los cinco
argumentos siguientes:

1. pratijña —Declaración solemne del propósito.


2. hetu —Las razones (los argumentos expresados).
3. udaharana —El tema en sí.
4. upanaya —Aproximación o acercamiento al tema.
5. nigamana —Citas autoritativas de las Escrituras Védicas que sustentan el tema y las razones
expuestas al comentar los sutras de cada división.

Cada tema debe ser necesariamente explicado en referencia a pratijña, la declaración enfática que es
el propósito del tratado. Esta declaración o sentencia, especie de afirmación o dictamen conciso que
amerita ser explicado, es el código que motiva las argumentaciones a tratar sobre el enunciado. Por
ejemplo, la declaración solemne dada al comienzo del Vedanta-sutra es athato brama jijñasa, la cual
indica que este libro fue escrito con el propósito solemne de investigar acerca de la naturaleza del
Brahman o la Verdad Absoluta, y por eso también esta obra ha sido llamada Brahma-sutra.

En el primer aforismo del Vedanta-sutra (1.1.1) se declara athato brahma-jijñasa: “Ahora, por lo tanto
es el momento de inquirir [se deben hacer las preguntas] sobre el Brahman. Esa indagación es el
comienzo de los Vedanta-sutras. Se refiere a que uno debe investigar acerca del Supremo, definido al
comienzo del Srimad Bhagavatam (1.1.1) como janmady asya yato ’nvayad itaratas carthesv abhijñah
svarat, o “El origen de todo es el Brahman Supremo”, quien es plenamente consciente (abhijñah) y
totalmente independiente (svarat).

El sutra (1.1.12) declara ananda-mayo 'bhyasat: Todos buscamos placer o bienaventuranza (ananda).
Las entidades vivientes, al igual que Dios, poseen conciencia (chetana) y buscan la felicidad. El Señor
Supremo es eternamente feliz y si nos relacionamos amorosamente con El, entonces también
seremos felices. Esta es la posición ontológica y teísta del Vedanta-sutra y la finalidad del proceso del
bhakti-yoga o el sendero de la devoción.

El teísmo del Vedanta-sutra se explica en su forma más completa, mientras que en otros sistemas de
especulaciones filosóficas no se hace caso ninguna mención de la causa última de todas las causas. En
el Vedanta-sutra, asi como en el Srimad-Bhagavatam, se acepta el Señor Supremo como la causa de
todas las causas (sarva-karana-karanam) y el origen de todas las emanaciones inferiores y superiores.
Las entidades vivientes pertenecen a la naturaleza superior, tal como se declara en el capítulo siete
del Bhagavad-gita.

Aunque no hay ninguna diferencia entre la energía y el energético, al energético se lo acepta como el
Supremo y energía superior, y a la energía inferior o la naturaleza material, se la acepta como lo
subordinado. Las entidades vivientes (jivas) son energía marginal (tatastha-sakti) y partes eternas del
supremo, estando siempre subordinadas al Señor Supremo, como ocurre en el caso del amo y el
sirviente, o el instructor y el instruido.
Tales son entre otras, las enseñanzas fundamentales del Vedanta-sutra, cuyo aforismo (2.8.19)
declara que la constitución atómica infinitesimal del alma (jiva-atma) es parte (ksara) del Paramatma
o la Superalma, lo cual concuerda con la declaración del Bhagavad-gita (15.7).

Se dice que Parasara muni (el padre de Vyasadeva) y el asceta Karmandu-bhiksu, también deliberaron
sobre los aforismos del Vedanta-sutra antes de Vyasa. Lo más importante que cabe entender es que
Vyasadeva es la encarnación literaria de Dios, quien es omnipresente y está situado en el corazón de
toda entidad viviente. Después que Vyasadeva completó el Vedanta-sutra, por orden de su maestro
espiritual Narada Muni, compuso el Srimad-Bhagavatam Purana como el comentario original del
Vedanta-sutra, para proteger los sutras de comentarios de personas inescrupulosas no autorizadas.

Entre los comentarios más importantes del Vedanta-sutra se cuentan el que escribió Ramanujacharya
(1017-1137) llamado Sri Bhasya, que sentó las bases de la tradición vedántica visishta-advaita, donde
refuta cada argumento del Sariraka-chasya, el comentario más antiguo del Vedanta-sutra de
Sankaracharya (788-820), el precursor de la escuela Mayavada de carácter monista e impersonalista,
donde también se escribieron después sub-comentarios de Vachaspati y Padmapada de la misma
escuela.

Otros autores también escribieron comentarios del Vedanta-sutra, dando inicio a otras escuelas de la
doctrina Vedanta. Entre ellos se destacan los comentarios de Visnuswami (siglo II a.C), y de
Madhvacharya (1238-1317), el fundador de la doctrina visnuista en el Sur de la India, también
conocida como la Sri Vaisnava-sampradaya. El escribió cuatro comentarios sobre el Vedanta-sutra. Su
influyente doctrina tattva-vada acerca de la verdad es normalmente conocida como dualismo o
dvaita-vedanta, opuesta a la no-dualidad (advaita) del vedantismo impersonalista de Sankaracharya.

El acharya Nimbarka (siglo XII) también escribió otro comentario, basado en la filosofía Dvaitadvaita
(unidad y dualismo). Otro comentarista fue Vallabhacharya (1479-1531), contemporáneo de Sri
Chaitanya Mahaprabhu, quien propugnó la doctrina filosófica acintya-bhedabheda-tattva: “Todo es
inconcebiblemente uno y diferencia a la vez”; siendo esta “inconcebible unidad y diferencia
simultáneas” la base de la Sri Brahma-Madhva-Gaudiya-sampradaya, la sucesión discipular de Sri
Chaitanya, refiriéndose el término Gaudiya a Sus sucesores de Bengala (antiguamente la tierra
oriental de Gauda-desa en India).

Otro comentario importante del Vedanta-sutra se debe al gran erudito Baladeva Vidyabhusana, que
apareció en Orissa en la primera parte del siglo XVIII, y desapareció en 1768. Este comentario es
conocido como Sri Govinda-bhasya, el único que pertenece a la escuela Vaisnava, y también es
llamado Siddhanta Ratna, “La joya de las conclusiones”. La historia de cómo fue escrito este famoso
comentario de la escuela Gaudiya Vaisnava es muy singular y sería extenso contarla debidamente.
Srila Visvanatha Chakravarti Thakur (1626-1708) fue el siksa-guru (maestro espiritual instructor) de
Baladeva Vidyabhusana. Por orden suya, Baladeva Vidyabhusana fue de Vrindavana a la ciudad de
Jaipur para aclarar cierta controversia en el templo de Radha-Govinda. Allí escribió su comentario del
Vedanta-sutra, el cual le fue prácticamente dictado por Sri Govinda deva, la deidad de Srila Rupa
Goswami adorada en el templo de Jaipur. Por eso su impecable comentario se titula Sri Govinda-
bhasya. Desde entonces, la escuela Gaudiya-Vaisnava es considerada como una sampradaya genuina,
pues era la tradición que para ser aceptada una sucesión discipular como tal, un acharya (preceptor
espiritual) debía haber escrito un comentario consistente del Vedanta-sutra.

Debido a su gran erudición y la importancia de su comentario, cabe insertar aquí una reseña sobre
Baladeva Vidyabhusana. En su juventud él aprendió Gramática sánscrita (Vyakarana), poesía (Kavya),
retórica y lógica (Nyaya). Después de volverse experto en todos esos temas, comenzó a visitar
diferentes lugares santos de peregrinaje (tirthas). Se volvió un dig vijaya pandit (conquistador de
todos sus oponentes). Dondequiera que fuera derrotaba a los sabios locales, pandits y sannyasis.

Tras deambular por algún tiempo y visitar muchos tirthas, se quedó en un templo de los seguidores
tattvavadis de Sri Madhvacharya. Allí estudió los comentarios de Sankara y Madhva del Vedanta-
sutra, volviéndose experto en el tattva-vada-siddhanta, es decir, las conclusiones filosóficas y
teológicas de los seguidores de Madhvacarya. Luego tomó sannyasa, la orden de la vida de renuncia,
y predicó muy vigorosamente tattvavada-siddhanta en toda la India, hasta que llegó a Jaganatha Puri,
donde escuchó la divina sabiduría de Radha-Damodara Goswami, quien conmovió profundamente su
corazón. Días después aceptó su iniciación y comenzó a estudiar los Sat-Sandarbhas de Jiva Goswami
bajo la guía de su guru.

En poco tiempo, Baladeva Vidyabhusana se volvió experto en el Gaudiya Vaisnava siddhanta. Después
de haber estado durante algún tiempo con Radha-Damodara Goswami, este le ordenó que fuera a
Vrindavana para proseguir sus estudios del vaisnavismo bajo la custodia del gran santo y erudito
Vaisnava Srila Visvanatha Chakravarti Thakura (1638-1708), una extraordinaria personalidad,
reconocido como el gran rasacharya de la Sri Gaudiya-Vaisnava-sampradaya durante el siglo XVII. El
se opuso a la casta ortodoxa y desviada de los Goswamis y escribió profundos comentarios sobre el
Srimad-Bhagavatam y otras obras excelentes. Baladeva Vidyabhusana se volvió su distinguido
discípulo.

El hermoso comentario sobre el Vedanta-sutra que escribió Srila Baladeva Vidyabhusana, se llama Sri
Govinda Bhasya en homenaje a la Deidad de Sri Govinda Deva de Vrindavana que había sido llevada a
la ciudad de Jaipur. La deidad le dictó personalmente esa obra a Sri Baladeva Vidyabhusana, en
respuesta a los smartha brahmanas (sacerdotes ortodoxos) de la Sri Sampradaya seguidores de
Ramanujacharya, quienes habían impugnado la adoración de Sri Radha-Govinda que realizaban en
Jaipur los Gaudiya-Vaisnavas. Esta es en síntesis la historia del comentario Sri Govinda-bhasya y de su
autor.

Otros textos védicos

Además de los textos descritos, existe otra serie de obras que se consideran parte de la tradición
literaria védica. Entre ellos se encuentran los Tantras o tratados sobre adoración, los cuales consisten
en prescripciones sobre reglas y normas específicas para los adeptos, según la escuela filosófica o los
senderos místicos practicados. Los Agamas, también forman parte del Tantra y se relacionan con la
adoración de diferentes semidioses (devatas), para recibir de ellos algún beneficio.

Los Vedangas o ciencias auxiliares de los Vedas, se mencionan en el Mundaka Upanisad (1.1.5) y son
seis tratados: siksa (fonética, pronunciación), kalpa (la ejecución de sacrificios y rituales), vyakarana
(gramática), nirukta (etimología, el significado conclusivo), chandas (métrica), y jyotisha (astronomía y
astrología). Entre otros textos védicos podría incluirse el Pancharatra, un sistema de adoración de
origen divino. Finalmente, el Brahma-samhita constituye una descripción esotérica del mundo
espiritual. Este texto es un himno de Brahma en alabanza a Sri Govinda. Sólo se conoce el quinto
capítulo, descubierto por Sri Chaitanya Mahaprabhu en el siglo XV en el templo Kesava del Sur de la
India.

Aunque este resumen es una descripción sustancial de las principales obras de la literatura védica,
cabe profundizar en un estudio de mayor rango sobre este vasto tema, incluyendo las
interpretaciones analíticas de ciertos textos sánscritos. El conocimiento de la Literatura védica ha
motivado un creciente interés de investigadores y estudiosos, tanto en los especialistas del Oriente
como los indólogos del mundo Occidental, cuyas disertaciones o enfoques no responden o se ajustan
siempre al espíritu original de los textos védicos ni a su fundamento teísta.

No obstante la proliferación de este disímil rango de interpretaciones y publicaciones, en los estudios


de indología aún persiste un vacío que es preciso llenar, en aras de una mayor precisión interpretativa
y un enfoque pedagógico conciso y confiable. Con este y otros trabajos intentamos exponer de
manera fidedigna el paradigma vedántico tal como es, ofreciendo al lector novicio una perspectiva
veraz sobre la importancia de la literatura védica, su tradición y su trascendencia en la historia del
conocimiento revelado.

***
Notas

1. The Bhagavad-Gita As It Is, por A.C. Bhaktivedanta Swami Prabhupada, publicado por The Bhaktivedanta
Book Trust, traducido a múltiples lenguas, incluyendo diversas ediciones españolas. Véase El Bhagavad-gita Tal
Como Es, traducción y significados de A.C.Bhaktivedanta Swami Prabhupada.
Para una mayor exploración en este y otros aspectos, ver La Literatura védica: Tradición y trascendencia, de
Carlos Rocha (de próxima aparición). La última fase de esta obra fue completada por el autor en India a finales
del 2006, con una beca concedida por el Indian Council of Cultural Relations (ICCR).

2. A History of Indian Philosophy, vol.1, M. Winterniz, University of Calcutta, Calcutta, 1927.

3. Indian Philosophy, Sarvepalli Radhakrishnan, Macmillam Co., New York, 1923. Véase también A Sourcebook
in Indian Philosoply, S. Radhakrishnan and C.A.Moore, Princeton University Press, Princeton, N.J., 1957.

4. Así lo expresa el estudioso francés L. Renou al discurrir sobre los Puranas en su libro L’hindouisme. Les
textes, les doctrines, l’histoire. Presses Universitaires de France, Paris, 1951. En su visión historicista, Renou
dice que a los Puranas secundarios “se les pueden anexar el Yoga-vasistha, imponente poema legendario y
filosófico (¿siglo X?), y el Caturvarcintamani de Hemadri (siglo XIII), vasta compilación mixta ente el género
puránico y la smrti”. Estas y otras especulaciones han proliferado en todos los idiomas.

5. Entre las diversas ediciones de este y otros Puranas, existe una traducción inglesa del Garuda Purana a cargo
de un grupo de expertos, con anotaciones importantes, y con ayuda de la UNESCO. Se trata de una publicación
de Motilal Barnasidas, Indological Publishers & Booksellers, casa editora que ha publicado todos los Puranas. La
Parte I del Garuda Purana (Caps. 1.146), fue publicada en Delhi en 1978.

6. La práctica del yoga tal como se ha popularizado en Occidente a partir de la década de los 60, dista mucho
del verdadero proceso del Yoga místico tradicional practicado en la India. Los Yoga-sutras escritos por el sabio
Patanjali establecen el sendero óctuple en la práctica del yoga. Las ocho partes del yoga son yama, niyama,
asana, pranayama, pratyahara, dharana, dhyana y samadhi. Son etapas progresivas hasta alcanzar la
perfección mística. La meta principal de la práctica del Asthanga-yoga es el control de las distintas
modificaciones o cambios de la mente, hasta llegar al estado de kaivalya samadhi. Patanjali define por lo tanto
el yoga como cittavrtti nirodha, “el control de las modificaciones de la mente”. Las primeras cinco etapas son
ayudas externas y las tres restantes son internas.

***
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Tórrida, Revista de Cultura de la Universidad de Carabobo, No. 19, 1990, Valencia, Venezuela, pp. 150-174. Al
final del ensayo (originalmente publicado en Les Cahiers du Sud, No. 236, París, 1941, “Message actuel de
l’Inde”, y republicado en Bharata: L’Origine du Teatre, la Poésie et la Musique en Inde, Ed. Gallimard , Paris,
1972), se da un esquema de la operación poética según la teoría hindú.
Esta referencia también se encuentra en mi libro La vida y la obra de René Daumal (2 vols. 850 páginas), de
Carlos Rocha, Monte Ávila Editores Latinoamericana, Caracas, 2012. (Ver Vol. I, pp.29-50)

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original francés, LC Ediciones (Colección Perseo), Buenos Aires, 1988. Véase especialmente las siguientes
secciones: “¿Qué hay que entender por tradición?”; “La realización metafísica” (ambas en la Segunda Parte);
“Significado preciso de la palabra ‘hindú’.”; “La perpetuidad del Veda” (ambas en la Tercera Parte); “El Vedanta
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***

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