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UNIVERSIDAD DE ESPECIALIDADES

ESPIRITU SANTO

FACULTAD DE DERECHO, POLÍTICA Y DESARROLLO

RESUMEN DE ANTECEDENTES Y ANALISIS ACCION


REIVINDICATORIA

AUTOR: Carlos Rizzo Viteri

TUTOR: Robert Friend

SAMBORONDON, DICIEMBRE, 2015


CORTE SUPREMA DE JUSTICIA

TERCERA SALA DE LO CIVIL Y MERCANTIL

NULIDAD DE CONTRATO DE COMPRAVENTA. Expediente 425, Registro


Oficial 355, 26 de Junio del 2001

Quito, 7 de diciembre del 2000; a las 09h00

Resumen de los antecedentes

Fidel Benito Orrala Tomalá alega que el día 26 de octubre de 1988 falleció
su padre y abuelo, su padre Gelacio Orrala González fue conyuge de María
Esperanza Tomalá Muñoz. Los conyuges procrearon varios hijos, entre ellos Luz
Petronila Orrala Tomalá y Segundo Jonás Orrala Tomalá, Fidel Benito Orrala
Tomalá textualmente alega “están queriendo quedarse con lo que dejó nuestro
padre y abuelo, atropellando ellos la ley y nuestros derechos”
Se manifiesta también que Gelacio Orrala González recibió como herencia
el lote B s/n, de la manzana 16 en el sector de Chipipe de la cuidad de Salinas
provincia de Santa Elena, en el cual se indica construyo una casa que fue vendida
por la viuda de Orrala a Luz Petronila Orrala Tomalá, se dice que la viuda de
Orrala era dueña con su abuela del 50% de la casa y solar, pero eso es nulo porque
dicho objeto no ha sido parte de la partición por un juez competente.
Lo importante es que se debe tener en consideración estos aspectos,
Gelacio Eleodoro Orrala González adquirió el terreno de Chipipe a título de
herencia, esto hace que el bien pase a su patrimonio personal y no se incluya en la
sociedad conyugal ergo en su muerte el bien adquirido por herencia no podría ser
transferido a su conyuge ni derecho alguno sobre el predio, por lo tanto al
momento de venderse el 50% de ese bien se vendió cosa ajena.
“Cuando hay venta de cosa ajena, la acción reivindicatoria del dueño tiene
vida propia e independiente; no está subordinada por relación alguna de
casualidad con una acción de nulidad previa. En consecuencia, el dueño puede
entablar de inmediato y directamente la acción reivindicatoria contra los actuales
poseedores de la cosa que le pertenece"
Análisis personal
Según lo visto en los antecedentes del caso, hay una cosa muy clara la
viuda de Orrala nunca fue dueña, solo dispuso de la cosa, fue una mera tenedora
ya que no obtuvo el derecho real de dominio, esto se justifica debido a que se
establece que cuando un bien ingresa en el patrimonio personal de una persona no
forma parte de la sociedad conyugal ergo la viuda no obtuvo el dominio nunca.
Aquí hay algo muy claro que es la figura de la acción reivindicatoria
contra el ex poseedor que enajenó al poseedor actual. La viuda de Orrala enajena
el bien a su hija pero como exprese antes ella solo era una poseedora así que tiene
total cabida la acción reivindicatoria porque se cumplen los requisitos, entonces
Fidel Benito Orrala Tomalá deberá demandar a su hermana Luz Petronila Orrala
Tomalá ya que es la actual poseedora y no a su madre ya que ya no posee la cosa.
En este caso yo veo mala fe por parte de ex poseedor pero yo aconsejaría que no
pida la reivindicación del dominio ya que no se la puede pedir a la viuda que le
devuelva el dominio porque ya no lo tiene, y como se presume que Luz Petronila
Orrala Tomalá la compro en buena fe y la posee, es más sencillo que se busque la
reivindicación del dinero y así se confirma el hecho de la enajenación, va a ser
más sencillo.

Registro Oficial 356 de 27-jun.-2001

REIVINDICACION. Expediente 27, Registro Oficial 356, 27 de Junio del 2001.

JUICIO ORDINARIO DE REIVINDICACION QUE SIGUE MARIA MAGDALENA VDA. DE


ROLANDO Y OTROS EN CONTRA, DE HUGO ARELLANO PERALTA.

CORTE SUPREMA DE JUSTICIA


TERCERA SALA DE LO CIVIL Y MERCANTIL

Quito, 9 de febrero del año 2001; las 08h50.


Resumen de los antecedentes

El demandado Hugo Arellano Peralta interpone recurso de casación


respecto de la sentencia pronunciada por la Tercera Sala de la H. Corte
Superior de Justicia de Guayaquil, dentro del juicio ordinario de reivindicación
seguido por María Magdalena Vda. de Rolando, Juan Arturo y Luis Rolando
Rodríguez; y, Gisselle de las Mercedes Rolando Banchón, por sus propios
derechos y como procuradora común de los herederos de Tomás Enrique
Rolando Galán; sentencia confirmatoria de la dictada por el Juez de primer
nivel que declara con lugar la demanda y ordena que el demandado entregue a
los actores el bien inmueble materia de la acción reivindicatoria, modificándola
en la parte que declara con lugar la reconvención.
Gisselle de las Mercedes Rolando Banchón, en su calidad de procuradora
común de los herederos del actor Tomás Enrique Rolando Galán.

El recurrente estima que en la sentencia de la Tercera Sala de la Corte


Superior de Guayaquil se han infringido los Arts. 953. 158 y 1050 del Código
Civil, y que "también existe aplicación indebida del citado Art. 952 del Código
Civil". Se finida en la causal primera del Art. 3 de la Ley de Casación, por
aplicación indebida de las citadas normas legales.

La reivindicación o acción de domino es la que tiene el dueño de una


cosa singular de que no está en posesión, para que el poseedor de ellas sea
condenado a restituirla. "Sus elementos esenciales son: cosa singular
individualizada en la demanda, independiente de la posesión, para poder
distinguirla de otras de la misma especie; ser propietaria de ella, y que el
demandado la tenga como poseedor con ánimo de señor y dueño..."

Análisis

En el caso se revelan que, al contrario de lo que el impugnante sostiene,


el Tribunal de segunda instancia ha aplicado en debida forma el Art. 953 del
Código Civil, que trata de la reivindicación y señala los requisitos que debe
reunir la misma para su procedencia. Dicha Sala, en efecto, ha analizado a
través del fallo el cumplimiento de los mencionados requisitos: primero que
Maria Magdalena Vda. de Rolando, Juan Arturo y Luis Rolando Rodríguez y
Enrique Rolando Galán han justificado con las partidas del Registro Civil la
calidad de cónyuge sobreviviente e hijos del causante Guillermo Alfonso
Rolando Crow, adjudicatario del lote de terreno, signado con el No. 1 de 41,59
hectáreas, ubicado en el cantón Yaguachi provincia del Guayas, según consta
de la escritura de partición celebrada el 7 de marzo de 1959, ante el Notario
Dr. Gustavo Falconí Ledesma e inscrita en el Registro de la propiedad del
cantón Yaguachi el 25 de noviembre del mismo año ; por tal razón y de
conformidad con el Art. 1313 del Código Civil: "El heredero podrá también
hacer uso de la acción reivindicatoria sobre las cosas hereditarias reivindicables
que hayan pasado a terceros y no hay sido prescritas por ellos". Luego pasa a
examinar la posesión por parte del demandado, señalando que él mismo la ha
reconocido; y, además, que la singularización de las 25 hectáreas materia de la
reivindicación, se encuentra clara.

Gaceta Judicial 72 de 18-jun.-1884


Estado: Vigente

ACCION DE REIVINDICACION

Resumen de los antecedentes

Para ejercitar la acción de dominio o reivindicatoria no era menester


que los demandantes hubiesen obtenido previamente la posesión efectiva de la
huerta, pues aquella, como también las siguientes inscripciones, solo son
necesarias para los efectos determinados en el artículo 677 del Código civil
Gaceta Judicial. Año 1. Serie II. Nro. 72. Pág. 571.
(Quito, 18 de Junio de 1884)

TERCERA INSTANCIA
Se observa: Los actores adquirieron, por el título de sucesión
hereditaria, como hijos y herederos de su finada madre Juana Zambrano, el
dominio de la huerta de cacao sobre que versa el juicio, sin que la parte
demandada hubiese negado que el cacaotal pertenecía a dicha sucesión, ni que
los expresados actores tienen la calidad de herederos: 2o. Para ejercitar la
acción de dominio o reivindicatoria no era menester que los demandantes
hubiesen obtenido previamente la posesión efectiva de la huerta, pues aquella,
como también las siguientes inscripciones,3o. La adjudicación de la referida
huerta, hecha en la partición de fs. 61 vuelta a favor de Juan de Dios Zuluaga,
y en la que consiste la única excepción del demandado, no es un título legal de
dominio, ni lo es, con mayor razón, el documento de fs. 120 en que consta que
dicho demandado se obligó a pagar a Zuluaga una cantidad debida a éste por la
testamentaría de la Zambrano. No lo primero, ya porque el divisor no tuvo
facultad legal para adjudicar la huerta a un acreedor en pago de la deuda, pago
para el cual pudo únicamente señalar el lote que debía venderse; ya porque la
partición misma es nula, tanto por no haberse obtenido previamente la
autorización judicial exigida por el artículo 1312 del citado Código, puesto que
habían menores entre los interesados, cuanto porque no ha sido aprobada en
conformidad con lo que, de acuerdo con el sentido del artículo 1332, ordenó al
auto cuya copia corre a fs. 17, después de aprobar el inventario y disponer que
el divisor nombrado por la testadora desempeñe su cargo.

No lo segundo, porque la sesión o enajenación del cacaotal en favor de


Pazmiño Días, la que no consta, ni siquiera se menciona en el indicado
documento no, se ha celebrado con las solemnidades legales; pues, aún
prescindiendo del dominio del suelo que ocupa la huerta, las plantas y árboles
que la forman son también inmuebles mientras permanecen adheridos al suelo
por sus raíces, 4o. El derecho de Agustín Loor a la mitad de los gananciales no
impedía el ejercicio de la acción reinvindicatoria respecto de toda la huerta;
pues tal acción incumbía, en el caso actual, únicamente a los actores en su
calidad de herederos; sin que por esto quedará privado de aquel derecho el
cónyuge sobreviviente: 5o. Los demandantes han podido proponer legalmente
la acción reivindicatoria sin que proceda la de nulidad, ya que, si es cierto que
ésta, una vez declarada, da derecho a aquella; no se deduce que no se pueda
intentar la reivindicación sino como efecto de la nulidad; y 6o. El error de
derecho en el demandado, en cuanto a la validez de la partición en la cual se
adjudicó el cacaotal a Zuluaga, y del documento presentado para probar la
cesión, constituye una presunción de mala fe que no admite prueba en
contrario; por lo que Pazmiño Díaz tiene la responsabilidad que la ley impone a
los poseedores de mala fe.
Análisis

Por los anteriores fundamentos, y no existiendo la nulidad alegada en


esta instancia, puesto que la solicitud de fs. 24 no contiene una verdadera
reconvención, administrando justicia en nombre de la República y por
autoridad de la ley, se reforma la sentencia de que se recurrido, declarándose
que el demandado debe restituir la huerta de cacao y el valor de los frutos
naturales y civiles, y también responder de los deterioros de ellos. Todo en
conformidad con los artículos 949, 950 y 950 del Código Civil.

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