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El tenor y la voz lírica

El encanto de la voz de tenor reside en que , por la radiante fuerza y el tono de su


apasionamiento heroico, recibe un registro incomodo y poco natural.
Buenas voces de tenor son tan poco habituales como las piedras preciosas.
Se pueden encontrar diez bajos excelentes y veinte buenas sopranos, hasta que aparezca
una voz de tenor auténticamente grande.
Un tenor de “bel canto” tiene un timbre diferente al de un tenor “Wagneriano”. Este
último necesita mucha resistencia y una cierta monumentalidad.
Al tenor de “bel canto” le caracterizan una belleza delicada y una fluida naturalidad.
Hay quienes sostienen que la gran profusión de magníficos tenores en Italia y España,
se debe a las particulares condiciones de la Europa meridional: el clima moderado, la
luz y el aire suaves o el estilo de vida más apasionado.
La voz se puede clasificar en diversas categorías, atendiendo a la tesitura y timbre de la
misma.
La tesitura, que en italiano significa tejido, es la extensión de la voz, es decir, el
conjunto de notas musicales en las cuales el cantante se encuentra cómodo y “borda” las
piezas que interpreta.
El timbre es algo sutil. Es aquello que hace que dos voces, al cantar la misma nota,
parezcan distintas una de la otra y sean inconfundibles a la hora de distinguirlas. Es el
color, la personalidad misma de la voz.
Atendiendo a esto una voz puede tener un timbre o color claro, redondo, cálido,
metálico, profundo, cristalino, etc.
La mezcla de tesitura y timbre es lo que permite clasificar a una voz en una determinada
categoría.
Así, grosso modo, las voces se clasifican en las siguientes categorías:
Voz aguda: Soprano (mujer), Tenor (hombre), contratenor (hombre)
Voz media: Mezzo-soprano (mujer), barítono (hombre)
Voz grave: Contralto (mujer), Barítono (hombre)
Dentro de cada apartado, cabe distinguir distintas subcategorías de cada voz; así la voz
de tenor, que es de la que nos ocuparemos, se puede dividir en:
Tenor ligero: Dentro del tenor es la voz más capacitada para la agilidad. Se caracteriza
por su flexibilidad y musicalidad.
Afronta los papeles con más agilidades entre los que se encuentran los de algunas
óperas de Mozart y Rossini.
Tenor cómico: Equiparable al ligero. En Francia se denomina tenor “trial”.
Tenor lírico: De mayor potencia y firmeza en la proyección de la voz que los tipos
anteriores.
Su repertorio suele ser la ópera francesa romántica, J. Massenet, Gounod, Donizetti, etc.
Alfredo Kraus o Pavarotti son claros representantes de esta voz.
Tenor lírico-spinto: De mayor potencia y expresión que el tenor lírico. Cuenta con el
repertorio más amplio de esta cuerda.
La mayoría de obras de Puccini y Verdi forman parte de este repertorio. Jaume Aragall,
José Carreras o Placido Domingo, son claros exponentes de este tipo de voz.
También si recuerdas, yo mismo me encuentro dentro de esta clasificación tal y como
especificó en su día Miguel Zanetti. Aquí puedes ver el documento que lo acredita.
Tenor dramático, heroico o wagneriano: De gran potencia en la octava central y los
graves. Se caracteriza por la fuerza de la voz y la valentía con que emiten la nota.
Este es el tipo de voz idóneo para afrontar papeles de las óperas de Wagner, del
Verismo (Mascagni, Leoncavallo) y algunas de Verdi (Cotello); Puccini (Manon
Lescaut, La Fanciulla dell West, Il Tabarro).
Grandes tenores dramáticos han sido Mario del Mónaco, Ramón Vinay o Jon Vickens.
Para concluir cabe afirmar que las clasificaciones son relativas y que cada voz en
particular esta concebida para determinadas obras que no tienen porque ser las
“académicamente” idóneas para su voz.
Así por ejemplo, la ópera “Pagliacci” de Leoncavallo, obra dramática por excelencia, ha
sido afrontada por tenores más líricos que le han dado un tono más intimista a la obra
por las características de su voz. Giuseppe di Stefano es un buen ejemplo.

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