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DECLARACIÓN DEL INSTITUTO DOMINICANO DE DERECHO

CONSTITUCIONAL (IDDEC) SOBRE LA SITUACIÓN EN EL SALVADOR

El Instituto Dominicano de Derecho Constitucional (IDDEC), instituto dedicado a fomentar


el estudio del Derecho Constitucional en la República Dominicana, manifiesta su profunda
preocupación por la subversión del orden constitucional en El Salvador. La decisión de la
Asamblea Legislativa de destituir, sin observar el debido proceso, el derecho de defensa y
la existencia de una justa causa, a los magistrados de la Sala de lo Constitucional de la
Corte Suprema de Justicia constituye un atentado contra los principios que articulan el
constitucionalismo democrático y el modelo de Estado social y democrático de Derecho.

El constitucionalismo democrático se sustenta en dos elementos esenciales: (a) por un


lado, la separación y limitación de los poderes públicos y; (b) por otro lado, la protección
efectiva de los derechos fundamentales de las personas. De ahí que el objetivo de un
modelo de democracia constitucional consiste en asegurar el desarrollo del sistema
democrático a través de la protección de un conjunto de derechos fundamentales que
constituyen precondiciones esenciales de la democracia. Es decir que se trata de derechos
sin los cuales la democracia no sería posible, de modo que condicionan las decisiones
públicas adoptadas por el cuerpo político. Entre estos derechos se encuentran un conjunto
de reglas universales que permiten la adopción de decisiones colectivas consensuadas.
Estas reglas son el sufragio universal, la igualdad democrática, el pluralismo político, la
regla de la mayoría y los mecanismos de participación política de las minorías.

La Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia no sólo tiene la


responsabilidad de asegurar el ejercicio regular de las funciones estatales a través de la
subordinación de las decisiones públicas adoptadas legítimamente por los poderes
políticos al conjunto de disposiciones constitucionales reconocidas en la norma
fundamental, sino que además actúa como un mecanismo de defensa de los derechos de
las minorías. En efecto, la justicia constitucional actúa como un medio de protección eficaz
de la minoría contra la imposición de decisiones arbitrarias y abruptas por parte de las
mayorías y, en consecuencia, como un instrumento indispensable de un modelo de
democracia constitucional.

La decisión de la Asamblea Legislativa de destituir a los magistrados de la Sala de lo


Constitucional de la Corte Suprema de Justicia y al Fiscal General de la República es un
atentado en contra del principio de separación de poderes y el constitucionalismo
democrático. Decimos esto, pues la idea de la limitación del poder político responde a la
necesidad de funciones de control y oposición democrática, lo que no es posible en un
Estado donde no se garantice la independencia y neutralidad de los contrapesos
orgánicos.

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La decisión de los órganos estatales no sólo debe estar fundamentada en el Derecho
aplicable y vigente, sino que además deben ser el resultado de un análisis correctamente
razonado y justo. Es decir que no basta con que las decisiones estatales hayan sido
dictadas en un proceso regular y conforme al ordenamiento jurídico, con respeto a todas
las garantías formales en su tramitación y expedición, sino que además se requiere que el
contenido de la resolución sea justo, es decir, sea razonable y respetuoso del mínimo de
justicia material consagrado en el ordenamiento constitucional. La justicia, al igual que la
seguridad jurídica y el bien común, constituye uno de los principios fundamentales de El
Salvador, de modo que forma parte del ámbito que representa el mínimo de justicia
material en su ordenamiento jurídico. En efecto, conforme el artículo 1 del texto
constitucional, “El Salvador reconoce a la persona humana como el origen y el fin de la
actividad del Estado, que está organizado para la consecución de la justicia, de la
seguridad jurídica y del bien común”.

De lo anterior se infiere que el artículo 186, inciso primero, de la Constitución de El


Salvador no puede ser aplicado con abstracción de los valores y principios fundamentales
que articulan el constitucionalismo democrático y que, sobre todo, organizan al propio
Estado. De ahí que cualquier decisión que sea contraria a estos principios, tal y como ha
ocurrido con la medida adoptada por la Asamblea Legislativa, no es verdadero Derecho,
sino que se trata de una especie de corrupción del Derecho. Es por esta razón que
Instituto Dominicano de Derecho Constitucional (IDDEC) manifiesta su profunda
preocupación por la situación en El Salvador y exhorta a sus autoridades a respetar la
decisión adoptada por la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia,
mediante la cual se declara inconstitucional la decisión de la Asamblea Legislativa por
violar el artículo 85 de la Constitución, y, en consecuencia, revierta su decisión y reponga
en sus cargos a los jueces destituidos.

Santo Domingo de Guzmán, República Dominicana, 3 de mayo de 2021.

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