Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
INTRODUCCIÓN
Con similares dimensiones a las de los Estados Unidos, Brasil abarca casi la mitad del continente
sudamericano. Es un país con amplias zonas de selva tropical, playas increíbles, hermosas islas y
largos ríos. Su capital es Brasilia y cuenta con una superficie de 8.547.403 km². Con una población
de 175.000.000 habitantes, su gente está distribuida entre mulatos, europeos y descendientes de
africanos. Los idiomas originarios son portugués y Portugués brasileño
La segunda ciudad más poblada del mundo es Sao Paulo. El idioma oficial de Brasil es el portugués
y el 70% de sus habitantes profesa la religión católica, aunque también existen otros cultos en
menores proporciones. Es una de las más importantes explotadoras de la industria textil, además de
contar con otros muchos recursos económicos como el cemento, el acero, el café, el azúcar, la soja,
la industria automotriz de piezas de recambio, zumo de naranja, entre otros.
Brasil, por contar con un territorio ubicado en diversas zonas de América del Sur, goza de varios
tipos de climas, siendo el clima tropical el predominante en el país. Cuenta con bastante humedad y
calor por su cercanía al Amazonas y la línea ecuatorial, pero la región más fría se encuentra en la
zona sur.
En materia de salud es importante que recuerdes que el coste de los servicios médicos en Brasil es
bastante elevado, por lo que es aconsejable que adquieras un seguro antes de viajar. Para ingresar al
país se exige un certificado de vacunación contra la fiebre amarilla a todos los viajeros mayores de
9 años y que provengan de regiones afectadas como Angola, Bolivia, Camerún, Colombia, Ecuador,
Gabón, Gambia, Ghana, Guinea, Liberia, Malí, Nigeria, Perú, Sierra Leona, Sudán y la República
Democrática del Congo.
Se aconseja a aquellos visitantes que tengan en mente viajar a zonas rurales vacunarse, como por
ejemplo: Acre, Amazonas, Goiás, Maranhão, Mato Grosso, Mato Grosso del Sur, Pará, Rondônia,
Tocantins, así como a los territorios de Amapá y Roraima la vacuna contra el cólera no es exigida
pero igualmente es aconsejable que tomes las correspondientes precauciones ya que ha habido casos
en el año 1996. Se recomienda la vacunación contra las fiebres tifoideas.
Si piensas llevar actividades de riesgo es mejor que pienses en vacunarte contra la rabia ya que
existe en Brasil. Las hepatitis A, B y D también están presentes, así como la fiebre purpúrea
brasileña y la brucelosis. Cerca de Río de Janeiro hay epidemias de meningitis.
Un dato a tener en cuenta es que existe riesgo de malaria durante todo el año en las zonas rurales
antes mencionadas y además en las zonas de las afueras de Manaos (Manaus) y Pôrto Velho.
Debes tener en cuenta que el agua en Brasil no es de buena calidad y podría decirse que casi toda
ella está contaminada. Es por eso que antes de utilizar el agua hay que hervirla y esterilizarla, ya sea
para lavarte los dientes, hacer hielo o algo similar. Se consume mucha agua mineralizada y
embotellada en todo Brasil. Los productos lácteos también son de cuidado, especialmente en zonas
rurales, es mejor que optes por la leche en polvo y la prepares con agua hervida. Las carnes y
pescados deben ser frescos y bien cocinados, al igual que los vegetales.
Brasil es un país muy rico en varios sentidos y a la hora de hacer compras la gran cantidad de
artículos puede convertirlo en toda una aventura. Los típicos recuerdos se concentran sobre todo en
los centros turísticos más visitados. Río de Janeiro y Sao Paulo son los centros de compra por
excelencia, especialmente si se trata de artesanías. Los precios son más caros que en otros sitios,
salvo en la Feria de Ipanema, un mercadillo de artesanías que funciona los domingos en Plaza
General Osorio.
INFORMACIÓN GENERAL
Brasil, oficialmente República Federativa de Brasil, es un país soberano de América del Sur que
comprende la mitad oriental del subcontinente y algunos grupos de pequeñas islas en el océano
Atlántico. Con una superficie estimada en más de 8,5 millones de km²,3 es el quinto país más
grande del mundo en área total (equivalente a 47% del territorio sudamericano). Delimitado por el
océano Atlántico al este, Brasil tiene una línea costera de 7491 km.3 Al norte limita con el
departamento ultramarino francés de la Guayana Francesa, Surinam, Guyana y Venezuela; al
noroeste con Colombia; al oeste con Perú y Bolivia; al sureste con Paraguay y Argentina, y al sur
con Uruguay. De este modo tiene frontera con todos los países de América del Sur, excepto
Ecuador y Chile. La mayor parte del país está comprendido entre los trópicos terrestres, por lo que
las estaciones climáticas no se sienten de una manera radical en gran parte del mismo. La selva
amazónica cubre 3,6 millones de km² del territorio. Gracias a su vegetación y al clima, es uno de los
países con más especies de animales en el mundo.
A pesar de que sus más de 202 millones de habitantes hacen de Brasil el quinto país más poblado
del mundo, presenta un bajo índice de densidad poblacional. Esto se debe a que la mayor parte de la
población se concentra a lo largo del litoral, mientras que el interior del territorio aún está marcado
por enormes vacíos demográficos. El idioma oficial y el más hablado es el portugués, que lo hace el
mayor país lusófono del mundo. Por su parte, la religión con más seguidores es el catolicismo,
siendo el país con mayor número de católicos nominales del mundo. La sociedad brasileña es
considerada una sociedad multiétnica al estar formada por descendientes de europeos, indígenas,
africanos y asiáticos.
La economía brasileña es la mayor de América Latina y del hemisferio sur, la sexta mayor del
mundo por PIB nominal y la séptima mayor por paridad del poder adquisitivo (PPC).15 El país es
miembro fundador de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), G20, Comunidad de Países
de Lengua Portuguesa (CPLP), Unión Latina, Organización de los Estados Americanos (OEA),
Organización de los Estados iberoamericanos (OEI), Mercado Común del Sur (Mercosur) y de la
Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur), además de ser uno de los países BRIC.
HISTORIA
HISTORIA DEL BRASIL: EL BRASIL ANTIGUO Y LOS PUEBLOS INDÍGENAS
Las excavaciones arqueológicas llevadas a cabo en la zona donde ahora están las ciudades
amazónicas de Santerem y Monte Alegre parecen indicar que Brasil ha sido habitado desde el año
9.000 antes de Cristo y tal vez incluso antes. En las tierras bajas del Amazonas se formaron
asociaciones mixtas de agricultores, pescadores y cazadores, mientras que, en las sabanas secas y
las tierras altas del país, la actividad se limitaba a la caza y la recolección. Los expertos creen que,
en los primeros años del 1500, cuando los exploradores europeos llegaron a Brasil, había entre dos
y seis millones de indios nativos que vivían en la región.
Alrededor del año 1.000 ac, algunos de los primeros brasileños se dedicaron a la agricultura a gran
escala para su sustento. Para preparar la tierra para la siembra, practicaban lo que se conoce como
"tala y quema", una técnica por la cual la vegetación es cortada y quemada, dejando la ceniza para
ayudar a fertilizar el espacio abierto. Los indios trabajaban diferentes cultivos, como el maíz, la
batata, la yuca, y, en algunos casos, incluso algodón y el tabaco. Los agricultores vivían en
primitivas chozas de madera con tejados de paja, dormían en hamacas y confeccionaban cestas y
cerámica para la recogida de cultivos y para cocinar.
Los primeros brasileños más destacados fueron los indios de lengua tupí, la mayoría de los cuales
ocuparon las zonas costeras de la región del este. Los exploradores de Portugal fueron los primeros
en encontrar el pueblo Tupí y convivieron con ellos durante años. De hecho, la mayoría de los
historiadores creen que los indios tupis fueron la influencia más importante en la época colonial de
Brasil y en la cultura que se desarrolló poco después. Sin embargo, gran parte de la población
indígena acabó siendo aniquilada por las enfermedades europeas y los supervivientes tuvieron que
soportar el duro trato impuesto sobre ellos por los colonos portugueses.
HISTORIA DEL BRASIL: LA ÉPOCA COLONIAL
DESCUBRIMIENTO DE BRASIL
Durante el siglo XVI, Portugal, un país pequeño con recursos limitados y poca población, fue
esencialmente aislado del resto de Europa por una España hostil. Los líderes del país decidieron que
el crecimiento futuro vendría a través del mar y de la colonización.
En 1494, bajo el pontificado de Alejandro VI, se ratificó el Tratado de Tordesillas. En virtud de este
tratado, se decidió que el mundo "no cristiano" se dividiría entre España y Portugal a lo largo de
una línea norte-sur que se trazó a unas 1.100 millas (1.770 kilómetros) al oeste de las islas de Cabo
Verde. Tras la ratificación del tratado, Pedro Alvares Cabral encabezó una expedición portuguesa a
las Indias en el año 1500, durante la cual fue desviado por los vientos y desembarcó el 23 de abril
de 1500 en lo que él creyó ser una isla nueva. Alvares Cabral reclamó la tierra para Portugal, al
estar convencido de que la tierra que había descubierto estaba al este de la línea de Tordesillas, y la
llamó Isla de Santa Cruz. Después de otros viajes y exploraciones posteriores se conoció que a
donde Alvares Cabral había llegado era la costa de América del Sur, a la ciudad que hoy es Porto
Seguro, Brasil.
LOS PRIMEROS ASENTAMIENTOS
En los primeros años después del descubrimiento de Brasil, la actividad de los portugueses se limitó
a negociar con los indígenas de Brasil con el palo Brasil, o Pernambuco, (utilizado en Europa para
hacer colorante rojo) y con las aves exóticas y plumas. Años más tarde, después de una exploración
más profunda de Brasil, se descubrió que el azúcar podría ser cultivado en la sección noreste de la
región. Sin embargo, como ya había imperios comerciales existentes en África, Asia del Sur y el
Lejano Oriente, el monarca portugués de la época, D. Manuel I (1495-1521), decidió no utilizar sus
recursos para el desarrollo de Brasil. Durante este período, muchas otras potencias europeas, en
particular los franceses, se vieron libres para comerciar con las tribus indígenas amerindias, ya que
no había asentamientos portugueses permanentes en la región.
El rey Juan III (1521-1557), asustado por el interés de Francia por Brasil, ordenó en 1532que el
primer asentamiento real y permanente se construyera en São Vicente, una zona en la costa sur muy
cerca de lo que hoy es São Paulo. El éxito de la fundación de São Vicente y más tarde el
asentamiento de Pernambuco en la costa noreste demostró la viabilidad de la producción de azúcar.
De hecho, la monarquía portuguesa proyectó extender las áreas de Brasil bajo los asentamientos
permanentes como refuerzo a la producción. Entre los años 1533 y 1535, el rey D. Juan III divide y
ofreció 15 donaciones de terrenos, conocidas como capitanías, a 12 soldados y administradores
portugueses. Estas vastas extensiones de tierra se extendían hacia el interior desde la costa, justo al
sur de lo que hoy es la actual São Paulo, a la costa norte de Brasil. Este modelo de asentamiento
había sido utilizado por Portugal en Madeira y las Azores y reflejaba la falta de recursos de la
corona portuguesa para colonizar un país que era aproximadamente 10 veces su propio tamaño.
LA INDUSTRIA BRASILEÑA DEL AZÚCAR Y LOS CONFLICTOS CON FRANCESES Y
HOLANDESES
Únicamente dos capitanías prosperaron en Brasil, pero por la división del territorio se pudo
establecer que el azúcar podría ser cultivado y procesado en cantidades comerciales, sobre todo en
el noreste. Para obtener un control más directo de esta floreciente producción de azúcar, el gobierno
portugués envió a Tomé de Souza a la región y, en 1549, lo nombró el primer gobernador general
de la colonia. La monarquía portuguesa designó Salvador de Bahía como capital de la colonia y
sede del nuevo gobierno (esta región tiene uno de los puertos naturales más grandes de la costa
oriental atlántica de Brasil).
Para finales del siglo XVI y principios del siglo XVII, la producción brasileña de azúcar prosperaba
y suministraba a todo el mercado europeo. Brasil seguiría siendo el principal proveedor mundial de
azúcar hasta que se fundaron las islas francesas, holandesas e inglesas del Caribe en los siglos XVII
y XVIII.
Rio de Janeiro Cristo Redentor Como se puso de manifiesto que la producción de azúcar de Brasil
tenía un gran potencial de riqueza, otros países europeos, especialmente los franceses y los
holandeses, trataron de reclamar el país como propio. En 1555, las tropas francesas se apoderaron
del pintoresco puerto de Río de Janeiro, que, inexplicablemente, los portugueses no habían
ocupado. Para detener esta incursión, una fuerza portuguesa, liderada por Mem de Sá, el nuevo
gobernador general, bloquearon la entrada al puerto obligando a la guarnición francesa a rendirse.
En 1567, Portugal fundó la ciudad de Rio de Janeiro, para defenderse de cualquier ataque futuro.
Desde el año 1580 al 1640, Portugal estuvo unido a España. Por ello, las posesiones del país fueron
expuestos a ataques por parte de los numerosos enemigos de España, entre ellos los recién
independizados Países Bajos. Entre 1624 y1625, las fuerzas holandesas se apoderaron del
asentamiento en Salvador, y en 1630 la compañía holandesa de la India Occidental envió una flota
que capturó el asentamiento de Pernambuco, el cual permanecería bajo el control holandés durante
25 años. La compañía holandesa de la India Occidental eligió a John Maurice como gobernador de
su nueva posesión. Sin embargo, después de muchos años de éxito al mando, los directores de la
Compañía Holandesa de las Indias Occidentales, motivados por el afán de lucro, se negaron a
apoyar las políticas sociales progresistas de John Maurice, obligándole a dimitir en 1644. Tras su
renuncia, João Fernández Vieira, originario de Portugal y próspero dueño de una plantación, lanzó
una rebelión contra los holandeses y poco a poco fue ganando terreno al incompetente sucesor de
John Maurice. Los brasileños, que actuaron sin la ayuda portuguesa, derrotaron y expulsaron a los
holandeses en 1654; este fue un logro que ayudó a activar el orgullo nacionalista brasileño.
Conforme los portugueses ampliaban sus asentamientos en Brasil, y el pueblo se unificaba en
lengua y cultura, el país se fortalecía. Su sociedad y su economía se basaban principalmente en la
agricultura y la minería, especialmente en la exportación de azúcar y oro. La industria azucarera en
Brasil, confinada principalmente al noreste, fue la principal fuente de riqueza de Brasil desde el
siglo XVI hasta el XVIII, a la vez que proporcionaba a la corona portuguesa la mayor parte de sus
ingresos hasta la independencia de Brasil. Fueron necesarias fuertes inversiones en terrenos,
maquinaria y mano de obra para facilitar la producción de azúcar, por lo que un segmento
relativamente pequeño de la población, las familias adineradas propietarias de plantaciones
controlaron la mejor y mayor parte de la industria. Los pequeños propietarios de tierras se centraron
en el cultivo de algodón y la producción de café, los cuales se convirtieron en las principales
exportaciones en el siglo XVIII.
LA QUIMERA DEL ORO
Desde que los portugueses llegaron a Brasil, los colonos habían estado buscando oro sin éxito. Sin
embargo, en 1695, los prospectares descubrieron grandes depósitos del precioso mineral en lo que
hoy es el estado de Minas Gerais. La fiebre del oro que rápidamente sucedió alteró el rumbo del
asentamiento brasileño. Pequeños pueblos mineros surgieron prácticamente de la noche a la mañana
en el hasta entonces intacto desierto brasileño, mientras que grandes aéreas de las principales zonas
costeras fueran esencialmente despobladas por un tiempo. Las minas de oro tuvieron un efecto
enormemente positivo en la economía brasileña y llevaron tanto dinero al sudeste del país, que el
gobierno portugués decidió trasladar la capital colonial de Salvador, en el noreste, a Río de Janeiro
en 1763. Finalmente, el auge de la minería se desaceleró casi por completo una vez que los
depósitos originales se hubiesen agotado, aunque se continuaron extrayendo pequeñas cantidades de
oro y diamantes con menor éxito en las regiones de Minas Gerais, Bahía y Mato Grosso.
HISTORIA DEL BRASIL: EL CAMINO HACIA LA INDEPENDENCIA
Si se compara la trayectoria de Brasil hacia la independencia con el de las naciones de habla
hispana del Nuevo Mundo, se puede apreciar mucho menos conflicto y derramamiento de sangre.
Eso no quiere decir que la transición fue totalmente pacífica. En 1789, Joaquim da Silva Xavier,
conocido popularmente como Tiradentes o "sacamuelas", instigó la primera rebelión contra los
portugueses, quienes derrotaron rápidamente a sus tropas, lo ejecutaron, y, sin darse cuenta, lo
convirtieron en héroe nacional por su martirio.
Las guerras napoleónicas y la Revolución Francesa tuvieron un profundo efecto en Brasil, a pesar
de que esos eventos estaban ocurriendo al otro lado del Atlántico. En 1807, las fuerzas de Napoleón
invadieron Portugal, un aliado británico, sobre todo en el refuerzo del bloqueo europeo de Gran
Bretaña. El príncipe regente portugués, Don João (el que sería más tarde rey Juan VI), decidió
refugiarse en Brasil, lo que convertiría a Brasil en la única colonia que sirviera de sede del gobierno
de su madre patria. El príncipe, la familia real y un grupo de nobles y funcionarios abandonaron
Portugal el 29 de noviembre de 1807 bajo la protección de la flota británica. Después de varios
retrasos, llegaron a Río de Janeiro el 7 de marzo de 1808.
Los colonos dieron la bienvenida a Dom João, que casi inmediatamente inició una serie de
reformas: se abolió el monopolio portugués del comercio brasileño, se abrieron todos los puertos al
comercio de las naciones amigas, y fueron derogadas las leyes que habían prohibido la manufactura
en Brasil. Dom João estableció su ministerio y el Consejo de Estado en Río de Janeiro, así como un
Tribunal Supremo, el Tesoro Público y Tesoro Real, la Casa Real de la Moneda, la imprenta y el
Banco de Brasil. El 16 de diciembre de 1815, Dom João designó a los dominios portugueses como
el "Reino Unido de Portugal, Brasil y Algarves," una medida que esencialmente igualaba a Brasil
con Portugal, aunque aún no fuera independiente.
Después de la retirada francesa de Portugal, la mayoría de los portugueses querían que Dom João
volviera a la madre patria, pero él se mantuvo alejado durante varios años, a medida que
aumentaban los problemas en la península ibérica. Finalmente, el rey se obsesionó con la situación
en el extranjero, que culminó con las revueltas radicales que estallaron y amenazaban a Lisboa y
Oporto, por lo que el 24 de abril de 1861, Dom João zarpó para Lisboa y nombró a su hijo Don
Pedro como regente del país.
Después de asumir la regencia, Dom Pedro se enfrentó a una situación política complicada: la
oposición crecía entre los portugueses y brasileños, los propagandistas republicanos estaban
ganando influencia, y las Cortes de Lisboa aprobaron una serie de políticas carentes de visión para
Brasil que enfurecieron al pueblo. La mayoría en las Cortes apoyaba la restauración de Brasil a su
anterior condición colonial dependiente y el parlamento comenzó a derogar la mayoría de las
reformas introducidas por el padre de Dom Pedro, Dom João. Las Cortes ordenaron a Don Pedro
que regresara a Europa al temer que pudiera encabezar un movimiento independentista.
Desafiando la orden de regreso de la corte de Lisboa, Don Pedro respondió con un discurso
conocido como "Fiço" (Me quedo), y la mayoría de los brasileños apoyaron su decisión. En enero
de 1822, Pedro instituyó un ministerio bajo la dirección de su asesor más cercano, José Bonifacio de
Andrada e Silva. El 3 de junio se formó una asamblea legislativa, y el 7 de septiembre de 1822, en
la llanura de Ipiranga, cerca de la ciudad de São Paulo, se proclamó la independencia de Brasil.
Pedro fue coronado emperador el 1 de diciembre de ese mismo año. Como la estabilidad y la
prosperidad resultó ser la norma en el recientemente independizado Brasil, el país se ganó el respeto
de la comunidad mundial. Brasil fue reconocido oficialmente como país por Estados Unidos en
1824, y los portugueses reconocieron la independencia de Brasil el año siguiente. Una vez que esto
sucedió, muchas monarquías europeas comenzaron a establecer relaciones diplomáticas con Brasil.
HISTORIA DE BRASIL: EL IMPERIO BRASILEÑO
LOS PRIMEROS AÑOS Y PEDRO I
Pedro I Una vez que Brasil se independizó de Portugal, sus primeras dos décadas fueron
complicadas, aunque no tanto como las de las repúblicas de habla hispana de América del Sur. Una
serie de revueltas regionales se desataron en todo el Brasil, causando miles de muertos, pero a pesar
de toda la economía nacional se mantuvo firme y el gobierno central en gran parte intacto. Muchos
pensaron que Don Pedro (Pedro I) era demasiado arbitrario e impulsivo en su toma de decisiones al
disolver la Asamblea Nacional en 1823 y enviar Andrade e Silva y sus dos hermanos al exilio.
Pedro I logró escribir una Constitución brasileña liberal y bastante avanzada y, aunque otorgaba
más poder al emperador, los consejos municipales, después de mucho debate, decidieron ratificarla.
El contenido de la Constitución ayudó a centralizar el gobierno al otorgar al emperador autoridad
para disolver la Cámara de Diputados, elegir a los miembros del Senado, y nombrar y remover a los
ministros de Estado.
La popularidad de Don Pedro en Brasil disminuyó poco a poco, debido, en gran parte, a que perdió
la provincia Cisplatina del Brasil, que es hoy la República de Uruguay, tras una costosa guerra con
Argentina (1825-1828). Por otro lado, estuvo excesivamente preocupado por los asuntos de
Portugal, no pudo llevarse bien con el poder legislativo, y firmó tratados impopulares con Gran
Bretaña, que incluía el compromiso (impopular) de abolir la esclavitud en Brasil. Bajo presión,
Pedro I abdicó el trono el 17 de abril de 1831, en favor de su hijo de cinco años, Don Pedro de
Alcántara, quien sería más tarde Pedro II.
La siguiente década en Brasil fue uno de los períodos más problemáticos en la larga historia de la
nación. Como Pedro II era demasiado joven para ser coronado, se formó una regencia que trató en
vano de poner fin a la guerra civil en las provincias y de controlar la anarquía y la insubordinación
de los soldados. Muchos brasileños se impacientaron con la regencia y creían que la nación entera
se uniría al joven gobernante una vez que fuese coronado. El 23 de julio de 1840, ambas cámaras
del Parlamento acordaron que Pedro II había alcanzado su mayoría de edad, a pesar de que tenía
sólo 14 años.
PEDRO II
El reinado de Pedro II abarcó casi medio siglo y posiblemente represente el período más diverso y
rentable de la historia de Brasil. A medida que crecía en edad y madurez, Pedro II demostraba ser
un gobernante discreto e inteligente, un hombre modesto, sencillo y democrático. Era generoso y
magnánimo en extremo, y su amor por el aprendizaje se podía ver en los muchos viajes que hizo
para visitar a niños en las escuelas boyantes de Brasil.
Bajo Pedro II, el gobierno parlamentario funcionó eficazmente. El emperador fue asistido por Luis
Alves de Lima e Silva, uno de los más destacados líderes militares de Brasil, y el hijo del general
Francisco de Lima e Silva, quien encabezó la primera regencia tras la abdicación de Pedro I.
Durante el reinado de Pedro II, Brasil ayudó a Argentina en el derrocamiento del dictador argentino
Juan Manuel de Rosas en 1852. En 1864, Brasil invadió Uruguay para ayudar a sofocar una guerra
civil. El dictador paraguayo Francisco Solano López declaró la guerra primero en Brasil y luego en
Argentina, al creer que Brasil estaba ampliando su poder en la región de forma peligrosa para su
país. El resultado fue una guerra costosa y sangrienta conocida como la Guerra de la Triple Alianza,
la más sangrienta de la historia de América del Sur. Después de aliarse con Argentina y Uruguay,
Brasil destruyó las fuerzas paraguayas y diezmó la población paraguaya. La guerra presentó una
oportunidad para liberar a un importante número de esclavos de Brasil, condujo a una falta de
voluntad por parte del ejército a perseguir a los esclavos fugitivos, y debilitó en gran medida la
capacidad de cada estado para capturarlos.
La esclavitud fue un tema importante a mediados del reinado de Pedro II. El emperador brasileño
había acordado en 1831 eliminar la trata de esclavos, aunque había llegado a ese acuerdo
presionado por Gran Bretaña. En Brasil, la agitación sobre la idea de liberar a los esclavos comenzó
en la década de 1860. Pedro II se oponía a la esclavitud, pero no quería correr el riesgo de
enemistarse con los dueños de esclavos, y en consecuencia, consideró que la nación debía abolirla
por niveles. En 1871 Brasil promulgó la Ley del Vientre Libre, que concedió la libertad a todos los
niños nacidos de esclavos y así condenó eficazmente la esclavitud a una eventual extinción. Se
abolió la esclavitud oficialmente en Brasil el 13 de mayo de 1888, con la liberación de 700.000
esclavos del país y sin ofrecer ninguna compensación económica a sus "dueños".
HISTORIA DEL BRASIL: PRINCIPIOS DEL SIGLO 20
A partir de mediados de 1870, muchos europeos comenzaron a emigrar de sus países de origen a
Brasil. Algunos fueron por la promesa de oportunidades económicas, mientras que otros llegaron
para escapar de varios tipos de persecuciones, entre ellas la religiosa. Desde la década de 1890 hasta
mediados de 1920, Brasil registró un enorme aumento de inmigración, personas descendientes
principalmente de portugueses, italianos y alemanes, y también de otros países del este y occidente
de Europa, así como de Asia y hasta del Medio Oriente.
Brasil siguió prosperando durante las tres primeras décadas del siglo 20. El país continuó siendo
uno de los mayores productores de azúcar del mundo, pero el foco principal de la economía
cambiaría al café, una industria que aún hoy en día es una parte integral de la economía de la
nación.
Hacia finales de la década de 1920, concretamente en 1929, Brasil, al igual que el resto del mundo,
sufrió duramente la Gran Depresión. La demanda del café brasileño había casi cesado y el gobierno
trató de ayudar a los propietarios de las plantaciones mediante la compra del café que no podían
vender, aunque a un precio muy por debajo de lo que estaban acostumbrados a conseguir en el
mercado abierto. El descontento por la economía brasileña, que veían hundirse, finalmente llevó al
país a la revolución. Después de meses de violencia, intervino el ejército e instaló a Getulio Vargas
como líder de Brasil. Vargas se desempeñó primero como dictador (1930-1934), y luego como
presidente elegido por el Congreso (1934-1937) y de nuevo como dictador, desde 1937 a 1945, con
el respaldo de la coalición revolucionaria.
Al último régimen de Vargas se le llamó el Estado Novo, que significa "Nuevo Estado". Bajo su
gobierno muchas de las industrias del país fueron nacionalizadas, como el petróleo, el acero y la
electricidad. Despojó a los estados de su autonomía y reemplazó a los gobernadores con
funcionarios federales designados y el mecenazgo fluía desde el presidente hacia abajo. Se
disolvieron todos los partidos políticos hasta 1944. Así se limitaron las oportunidades para que
cualquiera oposición pudiera organizarse y de paso Vargas eliminó cualquier amenaza que pudiera
venir tanto de la izquierda como de la derecha. Los años que Vargas estuvo en el poder tuvieron su
mayor impacto en la política y la economía nacional y su menor impacto a nivel local, donde las
antiguas formas de poder continuaron hasta bien entrada la década de 1950.
Vargas fue finalmente depuesto por el ejército brasileño en 1945 y la democracia regresó a Brasil,
al menos por un tiempo. Muchas personas estuvieron de acuerdo con la manera en que Vargas había
gobernado el país. Esto se hizo evidente cuando el dictador depuesto se postuló para la presidencia
del país en 1950 y ganó las elecciones por una mayoría considerable. Durante su presidencia, los
intentos de Vargas por establecer su gobierno electo en el populismo provocaron temores al
nacionalismo. El emocional y discutido debate sobre la creación de Petrobras, una empresa nacional
brasileña de petróleo envenenó a su vida política y contribuyó a las intervenciones militares
posteriores que trataron de deponerle de su cargo. Ya disuelto el gobierno de Vargas y ante las
acusaciones de corrupción por parte de los militares brasileños, el líder se disparó a sí mismo
causando su propia muerte el 24 de agosto de 1954.
Brasilia, Capital de Brasil A Vargas le sucedió Juscelion Kubitschek, quien en 1960 trasladó la
capital de Brasil a Brasilia. A este le sucedió Janio Quadros, quien renunció tras sólo 7 meses en el
cargo. A Quadros le sucedió Jao Goulart. Ninguno de estos líderes fue capaz de detener la ola de
deterioro de los problemas económicos de Brasil durante la década de 1960, y en 1964 el ejército
dio un golpe de estado.
HISTORIA DEL BRASIL: EL RÉGIMEN MILITAR DE BRASIL
Tras el éxito del golpe de estado del ejército brasileño en 1964, se prohibieron todos los partidos
políticos a excepción de dos, y los sindicatos fueron fuertemente reprimidos. Los medios de
comunicación estaban estrictamente controlados por el nuevo gobierno militar, mientras que el
descontento del pueblo se intensificaba. A finales de 1960 y principios de 1970, el gobierno militar
de Brasil se hizo aún más opresivo, dando lugar a una ola de guerrillas urbanas en las calles de
Brasil y en sus comunidades.
A pesar de la dureza asociada con el régimen militar, la economía del país experimentó un período
de rápido crecimiento, conocido como el "milagro económico brasileño." De 1964 a 1974, la
economía creció a un ritmo de más del 10 por ciento al año y algunas de sus principales industrias
volvieron a su antigua gloria. Sin embargo, el repunte en la economía no benefició a todos en Brasil
pues gran parte del pueblo continuó viviendo en la pobreza. Hacia mediados de 1970, la inflación
en el país comenzó a subir bruscamente y el desempleo aumentó. Ante el temor de una revolución,
el gobierno militar de Brasil en la década de 1970 se volvió un poco menos represivo. Tras una
importante huelga y manifestación en Sao Paulo sobre salarios y condiciones de trabajo, se permitió
que los sindicatos se formaran y operaran de nuevo en el país. A principios de la década de 1980, el
ejército cesó la censura en Brasil y permitió la formación de partidos políticos.
Las elecciones estaban previstas para el año 1985 en Brasil, el año en que el ejército cedería el
control y permitiría que Brasil volviera a un gobierno y una sociedad más democrática y
representativa. Sin embargo, se decidió que el siguiente presidente del país no sería elegido
directamente por el pueblo, sino por un colegio electoral integrado por congresista y senadores. El
ejército esperaba que el Colegio Electoral eligiera un presidente pro-militar y beneficioso para el
ejército, pero no resultó ser así. En cambio, el Colegio Electoral eligió a un hombre que había sido
siempre crítico con el régimen militar, un hombre llamado Tancredo Neves, ex Primer Ministro de
Brasil desde 1961 hasta 1962. Después de su victoria, Neves anunció el inicio de una “Nueva
República".
HISTORIA DEL BRASIL: HISTORIA RECIENTE
Tancredo Neves asumió el cargo de presidente el 15 de marzo de 1985, pero no realizaría su sueño
de transformar a Brasil en la Nueva República. Sólo 37 días después de que asumiera el cargo, el 21
de abril de 1985, Neves murió a la edad de 75 años.
A Tancredo Neves le sucedió José Sarney, el Vice Presidente del gobierno de Neves. Samey sirvió
durante cinco largos años durante los que sería incapaz de resolver los profundos problemas
económicos de Brasil. La inflación se disparó y el desempleo subió a niveles no vistos desde la
Gran Depresión.
En 1990, el pueblo de Brasil eligió a Fernando Collor de Melo como su nuevo presidente.
Aproximadamente al año del inicio de su mandato, Collor fue acusado de corrupción y, finalmente
renunció en 1992. Su vicepresidente, Itamar Franco, le sustituyó como presidente del país.
Durante el mandato de Franco, el hombre al que había nombrado como Ministro de Hacienda,
Fernando Henrique Cardoso, formuló y presentó un plan para frenar la espiral inflacionaria del país
y lograr su estabilidad económica. Esas políticas fueron muy eficaces y poco a poco la economía
tomó un giro positivo. En octubre de 1994, el pueblo de Brasil dio un voto de confianza a Cardoso
al elegirle como el siguiente presidente del país.
Cardoso sirvió dos mandatos como presidente de Brasil, el máximo permitido, desde el 1 de enero
de 1995 al 1 de enero de 2003. Cardoso, un experto sociólogo, profesor y político, fue galardonado
en el año 2000 con el prestigioso Premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional.
Hoy Brasil no es sólo el país más grande de América del Sur, sino también el más estable
económicamente. Si bien el país sigue siendo conocido por su enorme producción y exportación de
café y azúcar, se ha diversificado con bastante éxito en otras áreas económicas. Brasil es un
productor importante de carne de res, y su industria minera es rica en minerales como el oro y otras
piedras preciosas. Otras industrias importantes en el país incluyen la fabricación de automóviles, la
herrería, la producción química, la aviación, los textiles y el cemento. En 2011, Brasil superó al
Reino Unido como la sexta economía más grande del mundo.
La población estimada actual de Brasil es de 201 millones de habitantes, por lo que es el quinto país
más grande del mundo en términos de población. La actual presidente de Brasil es Dilma Rousseff,
quien asumió la presidencia en enero de 2011. Rousseff es la primera mujer en ocupar el cargo de
presidente en la historia de Brasil.
GOBIERNO Y POLÍTICA
La Federación Brasileña está formada por la unión indisoluble de tres entidades políticas distintas:
los estados, los municipios, y el Distrito Federal. La Unión se conforma por los estados, el Distrito
Federal, y los municipios, son las «esferas del gobierno». La Federación está definida en cinco
principios fundamentales: soberanía, ciudadanía, dignidad de la persona, los valores sociales del
trabajo y de la libre iniciativa, y el pluralismo político. La clásica división del poder en tres:
ejecutivo, legislativo, y judicial, está establecida oficialmente por la constitución. El ejecutivo y el
legislativo están organizados de forma independiente en las tres esferas del gobierno, en tanto que el
judicial solo está organizado a nivel federal y en las esferas estatal y del Distrito Federal.
Todos los miembros del poder ejecutivo y del legislativo son elegidos directamente. Los jueces y
otros funcionarios judiciales son nombrados tras aprobar un examen de admisión. El voto es
obligatorio para los ciudadanos alfabetizados entre 18 y 70 años, y es facultativo para analfabetos y
aquellos con 16 a 18 años de edad o con más de 70 años.9
Brasil es una república democrática con un sistema presidencial. El presidente es el jefe de Estado
y el jefe de gobierno de la Unión, y es elegido para un mandato de cuatro años, con la posibilidad
de reelegirse para un segundo mandato consecutivo. También es el responsable del nombramiento
de los ministros de Estado, que lo ayudan en el gobierno.
Las sedes legislativas de cada entidad política son las principales fuentes del Derecho en Brasil. El
Congreso Nacional es la legislatura bicameral de la Federación, compuesto por la Cámara de
Diputados y por el Senado Federal. Las autoridades judiciales solo ejercen funciones
jurisdiccionales, casi exclusivamente.
Quince partidos políticos están representados en el Congreso, esto se debe a que es común que los
políticos cambien de partido y, de esta forma, la proporción de asientos parlamentarios ocupados
por los partidos cambia regularmente. Junto con varios partidos menores, cuatro partidos políticos
se destacan en las elecciones: el Partido de los Trabajadores (PT), el Partido de la Social
Democracia Brasileña (PSDB), el Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB) y el
Demócratas (DEM). Casi todas las funciones gubernamentales y administrativas son ejercidas por
autoridades y agencias del poder ejecutivo.
DERECHO
El Derecho brasileño está basado en la tradición jurídica del Derecho continental. Así, los conceptos
de derecho civil prevalecen sobre las prácticas del derecho anglosajón. La mayor parte de la
legislación brasileña está codificada, a pesar de que las leyes no codificadas son una parte
significativa del sistema, desempeñando un papel complementario. Las obras de doctrina, de
juristas o académicos, tienen una fuerte influencia en la creación de leyes y en procesos judiciales.
El sistema jurídico tiene como norma primordial a la Constitución Federal, que fue promulgada el 5
de octubre de 1988 y es la Ley Fundamental del país. Todos las demás normas legales y las
resoluciones de los tribunales deben corresponder a sus principios. Los estados tienen sus propias
constituciones, que no deben estar en contradicción con la Constitución Federal. Por su parte, los
municipios y el Distrito Federal no tienen constituciones propias, sino leyes orgánicas. Las
entidades legislativas son la principal fuente de las leyes, aunque, en determinadas cuestiones,
organismos de los poderes judicial y ejecutivo pueden dictar normas jurídicas.
La administración de justicia corresponde a las entidades del poder judicial, aunque la Constitución
Federal permite que el Senado Federal intervenga en las decisiones jurídicas en ocasiones muy
especiales. También existen jurisdicciones especializadas como el tribunal militar, el tribunal del
trabajo y el tribunal electoral. El tribunal más alto es el Supremo Tribunal Federal. Durante las
últimas décadas, este sistema ha sido criticado debido a la lentitud con la que se emiten las
resoluciones: los procesos judiciales pueden tomar varios años en resolverse y, en algunos casos,
pasa más de una década antes de que se dicten las sentencias definitivas.
RELACIONES EXTERIORES
Aunque algunos problemas sociales y económicos impiden que Brasil ejerza un poder global
efectivo, el país es un líder político y económico en América Latina. Sin embargo, esta afirmación
es parcialmente rechazada por otros países, como Argentina y México, que se oponen al objetivo
brasileño de obtener un lugar permanente como representante de la región en el Consejo de
Seguridad de las Naciones Unidas. Entre la Segunda Guerra Mundial y la década de 1990, los
gobiernos democráticos y militares procuraron expandir la influencia de Brasil en el mundo,
siguiendo una política exterior industrial e independiente. Actualmente el país tiene como objetivo
reforzar sus lazos con otros países de América del Sur y ejercer una diplomacia multilateral, a
través de organizaciones como las Naciones Unidas y la Organización de los Estados Americanos.
La política exterior vigente de Brasil está basada en la posición del país como una potencia regional
en América Latina, un líder entre los países en vías de desarrollo y una de las superpotencias
emergentes. Brasil también se ha convertido en un importante donante de ayuda al desarrollo a nivel
internacional. Su actividad se ha concentrado especialmente en África, donde destina más del 60 %
de su ayuda. Su relación es destacadamente intensa con los países africanos de habla portuguesa, los
cuales reciben más del 80 % de la ayuda brasileña en África. En general, la política exterior
brasileña se ha reflejado en el multilateralismo, la resolución de disputas de forma pacífica y la no
intervención en los asuntos de otros países. La Constitución también determina que el país debe
buscar una integración económica, política, social y cultural con las naciones latinoamericanas.
ORGANIZACIÓN TERRITORIAL
Brasil es una federación constituida por la unión indisoluble de 26 estados miembros, un Distrito
Federal y los municipios. Los estados y municipios poseen la naturaleza de una persona jurídica de
derecho público, por lo tanto, como cualquier persona en el territorio nacional (ciudadano o
extranjero), tiene derechos y obligaciones establecidos por la Constitución de 1988. Los estados y
municipios se caracterizan por tener autogestión, autogobierno y autoorganización, es decir, eligen
a sus líderes y representantes políticos y administran sus asuntos públicos sin interferencia de otros
municipios, estados o de la Unión. Para permitir la autogestión, la Constitución Federal define qué
impuestos recauda cada unidad de la federación, así como la manera en que se pueden distribuir
entre ellos. Los estados y municipios, atendiendo al deseo de su población expresado mediante el
voto, pueden dividirse o unirse; sin embargo, la Constitución no les otorga el derecho a
independizarse de la Unión.
Los estados de la federación están agrupados en cinco regiones geográficas: Centro, Oeste,
Nordeste, Norte, Sudeste y Sur. Esta división tiene un carácter legal y fue propuesta, en primera
instancia, por el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE) en 1969. Además de la
proximidad territorial, el IBGE tomó en cuenta otros aspectos naturales para la división del país,
tales como el clima, relieve, vegetación e hidrografía; por esa razón, las regiones también son
conocidas como las «regiones naturales de Brasil». Las regiones, como son definidas por la ley, no
poseen personalidad jurídica propia y los ciudadanos tampoco eligen representantes de cada región.
En consecuencia, no existe ningún tipo de autonomía política de las regiones brasileñas como la
existente en otros países.
Las unidades federativas son entidades subnacionales autónomas (autogobierno, auto legislación y
autor recaudación) dotadas de gobierno y constituciones propias que juntas conforman la República
Federativa de Brasil. Actualmente el país está dividido política y administrativamente en 27
unidades federativas: 26 estados y un Distrito Federal. El poder ejecutivo es ejercido por un
gobernador elegido cada cuatro años. El poder judicial se ejerce por los tribunales estatales de
primera y segunda instancia que velan por la administración de la justicia. El Distrito Federal tiene
características comunes a los estados y municipios, aunque al contrario de los estados miembros, no
puede ser dividido en municipios. Por otro lado, puede recaudar impuestos tanto a nivel estatal
como a nivel municipal.
Los municipios son una circunscripción territorial dotada de personalidad jurídica y con cierta
autonomía administrativa. Son las unidades autónomas más pequeñas de la Federación y cada uno
de ellos tiene su propia Ley Orgánica que define su organización política, aunque está limitada por
la Constitución Federal. Hay cerca de 5565 municipios en todo el territorio nacional, algunos con
una población mayor que la de varios países del mundo (São Paulo cuenta con cerca de 11 millones
de habitantes) y otros con menos de mil habitantes; mientras que algunos abarcan un área mayor
que varios países (Altamira, en Pará, es casi dos veces mayor que Portugal), otros tienen menos de 4
km²).
La zona económica exclusiva de Brasil, también llamada la «Amazonia azul», son las aguas
territoriales brasileñas que ocupan un área de aproximadamente 3,5 millones km², aunque podría ser
ampliada a 4,4 millones km² en respuesta a la reivindicación brasileña sobre la Comisión de Límites
de las Naciones Unidas, que propone prolongar la plataforma continental en 900 000 km² de suelo y
subsuelo marinos que el país podrá explotar
GEOGRAFÍA
Mapa topográfico de Brasil
El territorio brasileño es atravesado por dos líneas geográficas imaginarias: el ecuador, que pasa por
la desembocadura del Amazonas, y el trópico de Capricornio, que cruza por la ciudad de São Paulo.
El país ocupa un área vasta a lo largo de la costa este de América del Sur y abarca gran parte del
interior del continente, compartiendo fronteras terrestres con Uruguay al sur; Argentina y Paraguay
al suroeste; Bolivia y Perú al oeste; Colombia al noroeste y Venezuela, Surinam, Guyana y
Guayana Francesa al norte. De esta forma, tiene una frontera en común con todos los países de
Sudamérica, con excepción de Ecuador y Chile. El territorio brasileño también engloba una serie de
archipiélagos, como Fernando de Noronha, el Atolón de las Rocas, San Pedro y San Pablo y
Trinidad y Martín Vaz. El tamaño, relieve, clima y recursos naturales hacen de Brasil un país
geográficamente diverso.
Brasil es el quinto país más grande del mundo, después de Rusia, Canadá, China y Estados Unidos,
además de ser el tercero más grande de América, con una superficie total de 8 515 770 km²,
incluyendo 157 630 km² de agua. Su territorio abarca tres husos horarios, desde UTC-4 en los
estados occidentales, a UTC-3 para los estados del este (y la hora oficial de Brasil) y UTC-2 para
las islas del Atlántico.
La topografía brasileña también es muy diversa, e incluye varias colinas, montañas, planicies,
mesetas y cerros. Gran parte del terreno se sitúa a una altitud de entre 200 a 800 msnm. La mayor
parte de las tierras altas se ubican principalmente en la parte sur del país. El noroeste brasileño es
una meseta compuesta por un terreno amplio interrumpido por algunos cerros. La región sureste es
más accidentada, con una masa compleja de cordilleras y sierras que alcanzan altitudes de más de
1200 msnm. Estos accidentes incluyen la sierra de la Mantiqueira, la sierra del Espinazo y la sierra
del Mar. En el norte, el escudo guayanés constituye una fosa de drenaje principal, separando los ríos
que corren hacia el sur de la cuenca del Amazonas de los ríos que desembocan en el sistema del río
Orinoco, en Venezuela, al norte. El punto más alto en Brasil es el Pico da Neblina, en la frontera
con Venezuela, con 2994 msnm.
El país es bañado exclusivamente por el océano Atlántico, un tramo del litoral sudamericano en
general poco recortado que va desde el cabo Orange, en el norte, hasta el arroyo Chuy, en el sur,
con una longitud de 7491 km3 que aumenta hasta los 9198 km si se consideran los salientes y
entrantes costeros; esto lo convierte en el 15º litoral más largo del mundo. Cabe mencionar que 4
De los 26 estados brasileños nueve no tienen litoral, así como tampoco el Distrito Federal. La
mayoría de los 17 estados costeros tienen sus capitales situadas cerca de la costa, salvo Porto Alegre
(Río Grande del Sur), Curitiba (Paraná), São Paulo (São Paulo), Teresina (Piauí), Belém (Pará) y
Macapá (Amapá). Porto Alegre, Belém y Macapá se encuentran emplazadas cerca de grandes ríos
navegables, accesibles por ello desde el litoral.
ECONOMÍA
De acuerdo con el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, Brasil es la mayor economía
de América Latina y la segunda del continente, detrás de los Estados Unido, la sexta economía más
grande del mundo según su PIB nominal y la séptima más grande en términos de paridad de poder
adquisitivo (PPA). El país cuenta con varios sectores económicos grandes y desarrollados como el
agrícola, minero, manufacturero y el de servicios, así como un gran mercado de trabajo. En años
recientes las exportaciones brasileñas han estado creciendo, creando una nueva generación de
empresarios magnates. Los principales productos de exportación incluyen aeronaves, equipos
electrónicos, automóviles, alcohol, textiles, calzado, hierro, acero, café, jugo de naranja, soya y
corned beef. El país ha venido expandiendo su presencia en los mercados financieros
internacionales y en los mercados de commodities y forma parte de un grupo de cuatro economías
emergentes llamadas BRIC.
Entre las empresas brasileñas más importantes se encuentran: Brasil Foods, Perdigão, Sadia y JBS
(sector alimenticio); Embraer (sector aéreo); Havaianas y Calçados Azaleia (calzado); Petrobras
(sector petrolero); Companhia Vale do Rio Doce (minería); Marcopolo y Busscar (automóviles);
Gerdau (siderúrgica) y Organizações Globo (comunicaciones). Brasil es visto por muchos
economistas como un país con un gran potencial de desarrollo, al igual que Rusia, India y China —
los países
Algunos especialistas en economía, como el analista Peter Gutmann, afirman que en 2050 Brasil
podrá alcanzar el nivel de vida estadísticamente obtenido en 2005 en los países de la Zona Euro. De
acuerdo con datos de Goldman Sachs, en ese mismo año Brasil contará con un PIB de US$ 11 366
000 y una renta per cápita de US$ 49 759, transformándose en la cuarta economía más importante
del planeta.
DEMOGRAFÍA
La población de Brasil, conforme a lo registrado en el censo de población de 2010, es de más de
190 millones de habitantes, 22,31 habitantes por kilómetro cuadrado, con una proporción de
hombres y mujeres de 0,95:1270 y 84,36 % de la población definida como urbana. La población
está fuertemente concentrada en las regiones Sudeste (80,3 millones de habitantes) y Noreste (53,0
millones de habitantes), mientras que las dos regiones más extensas, el Centro-Oeste y el Norte que
conforman el 64,12 % del territorio brasileño, cuentan con apenas 29,8 millones de habitantes.
Las áreas metropolitanas más grandes son las de São Paulo, Río de Janeiro y Belo Horizonte todas
en la región Sureste con 20,8, 12,1 y 5,7 millones de habitantes, respectivamente. Casi todas las
capitales estatales son las ciudades más grandes de sus respectivos estados, con excepción de
Vitória, capital de Espírito Santo, y Florianópolis, la capital de Santa Catarina. También existen
varias áreas metropolitanas importantes que no pertenecen a la capital de algún estado, como
Campinas, Santos, Vale do Paraíba (en São Paulo), Vale do Aço (en Minas Gerais) y Vale do Itajaí
(en Santa Catarina).
El natural de Brasil se denomina brasileño o brasileña, aunque en el habla corriente de varios países
hispanos limítrofes con Brasil, también se usa con carácter de sinónimo tanto brasilero como
brasilera, así como también se usan estos dos términos en otros diferentes contextos, al utilizarlos
por ejemplo como adjetivo o como sustantivo.
FLORA, FAUNA Y MEDIO AMBIENTE
El guacamayo es un animal emblemático de Brasil, país con una de las poblaciones de aves y
anfibios más diversas del mundo. Al zorzal colorado (Turdus rufiventris) se lo considera ave
nacional de Brasil.
La gran extensión territorial de Brasil comprende diferentes ecosistemas, como la Amazonia,
reconocida por albergar la mayor diversidad biológica en el mundo, la Mata Atlántica y el Cerrado,
que también sustentan una gran biodiversidad, por los cuales Brasil es clasificado como un país
megadiverso.
La rica vida silvestre de Brasil refleja la variedad de hábitats naturales. Los científicos estiman que
el número total de especies vegetales y animales en Brasil es de aproximadamente cuatro millones.
Dentro de los grandes mamíferos brasileños se incluye a pumas, jaguares, ocelotes, zorros vinagre,
zorros, coyameles, tapires, osos hormigueros, perezosos, zarigüeyas y armadillos. Los venados son
abundantes en el sur y muchas especies de platyrrhini pueden ser encontradas en la selva tropical
del Norte. Según datos de 1993, Brasil albergaba entonces 69 de las 244 especies de primates
conocidas en el planeta. La preocupación por el medio ambiente creció en respuesta al interés
mundial en las cuestiones ambientales.
El patrimonio natural de Brasil está seriamente amenazado por la ganadería, la agricultura, la
explotación forestal, la minería, el reasentamiento, la extracción de petróleo y gas natural, la
sobrepesca, el comercio de especies salvajes, las presas e infraestructura, la contaminación del agua,
el cambio climático, el fuego y las especies invasoras. En muchas áreas del país, el ambiente
natural está amenazado por el desarrollo urbano. La construcción de carreteras en medio de la
vegetación, tales como la BR-230 y la BR-163, abrieron áreas anteriormente aisladas a la
agricultura y al comercio; las presas inundaron valles y hábitats salvajes y las minas crearon
cicatrices en la tierra que alteraron el paisaje.
INFRAESTRUCTURA
Transportes
Con una red de caminos de cerca de 1,8 millones km, de los cuales 96 353 km están pavimentadas,
las carreteras son la principal vía de comunicación para el transporte de carga y de pasajeros. Las
primeras inversiones para la construcción de carreteras se dieron en la década de 1920, en el
gobierno de Washington Luís, aunque Vargas y Gaspar Dutra le dieron continuidad al proyecto.
El presidente Juscelino Kubitschek (1956–1961), quien concibió y construyó la capital Brasilia, fue
otro impulsor de la construcción de caminos. Kubitschek también fue responsable de la instalación
de los grandes fabricantes de automóviles en el país Volkswagen, Ford y General Motors llegaron a
Brasil durante su gobierno, de modo que uno de los puntos utilizados para atraerlos fue,
evidentemente, el apoyo a la construcción de carreteras. Con los años, en el país se instalaron otros
grandes fabricantes de automóviles, como Fiat, Renault, Peugeot, Citroën, Chrysler, Mercedes-
Benz, Hyundai y Toyota. Esto permite que Brasil sea el séptimo país más importante en la industria
automovilística.
Existen cerca de cuatro mil aeropuertos y aeródromos en Brasil, 721 de estos son pistas
pavimentadas, incluyendo las áreas de desembarque. Es el segundo país con mayor número de
aeropuertos en el mundo, solo detrás de Estados Unidos. El Aeropuerto Internacional de Guarulhos,
localizado en la Región Metropolitana de São Paulo, es el aeropuerto más grande y más importante
a nivel nacional, gran parte de este movimiento se debe al tráfico de mercancías y pasajeros del país
y al hecho de que el aeropuerto une a São Paulo a prácticamente todas las grandes ciudades del
mundo. Brasil tiene 34 aeropuertos internacionales y 2464 regionales.
Brasil posee una extensa red ferroviaria de 28 857 km de extensión, la décima más grande del
mundo. Actualmente el gobierno brasileño procura incentivar este medio de transporte; un ejemplo
de estas acciones es el proyecto del Tren de Alta Velocidad de Río-São Paulo, un tren bala que
unirá las dos principales metrópolis del país. Hay 37 puertos importantes en Brasil, de entre los
cuales el más grande es el Puerto de Santos. La red fluvial brasileña es una de las más grandes del
mundo, con una extensión de 50 000 km de ríos navegables.
Energía
Brasil es el décimo consumidor más importante de energía del planeta y el tercero más grande del
hemisferio occidental, detrás de Estados Unidos y Canadá. La generación de energía está basada en
fuentes renovables, sobre todo la energía hidroeléctrica y el etanol, así como de fuentes no
renovables de energía, como el petróleo y el gas natural.
A lo largo de las últimas tres décadas Brasil ha trabajado para crear una alternativa viable a la
gasolina. El programa Pró-álcool tuvo su origen en la década de 1970 en respuesta a la inestabilidad
de los precios del petróleo, aprovechando las ganancias intermitentes. De cualquier forma, la
mayoría de los brasileños utiliza los llamados «vehículos de combustible flexible», que funcionan
con etanol o gasolina, permitiendo al consumidor abastecerse con la opción más barata en el
momento, muchas veces el etanol.
Los países con un gran índice de consumo de combustible como India y China están siguiendo el
progreso de Brasil en esta área. Sumado a lo anterior, países como Japón y Suecia están importando
etanol brasileño para ayudar a cumplir sus obligaciones ambientales estipuladas en el Protocolo de
Kioto.
Brasil posee la segunda reserva de petróleo bruto más grande de América del Sur y es uno de los
productores de petróleo que más aumentaron su producción en los últimos años. El país también es
uno de los productores de energía hidroeléctrica más importantes del mundo. De su capacidad total
de generación de electricidad, que corresponde a más de 106 000 MW, la energía hídrica es
responsable de alrededor del 74 %. Por su parte, la energía nuclear representa cerca del 3 % de la
producción energética. Como lo demuestran las grandes reservas descubiertas en la Cuenca de
Santos, Brasil puede transformarse en una potencia mundial en la producción de petróleo.
Medios de comunicación
Los medios impresos brasileños tienen su origen en 1808, con la llegada de la familia real
portuguesa al territorio nacional, ya que anteriormente estaba prohibida cualquier actividad de
edición tanto para la publicación de periódicos y libros. La imprenta brasileña nació oficialmente
en Río de Janeiro el 13 de mayo de 1808, con la creación de «Impressão Régia», hoy «Imprensa
Nacional», por el príncipe regente Juan VI de Portugal.
La radio surgió en Brasil el 7 de septiembre de 1922,266 siendo un discurso del entonces presidente
Epitácio Pessoa la primera transmisión hecha en el país; sin embargo, el verdadero comienzo de la
radio ocurrió el 20 de abril de 1923 con la creación de la «Sociedad de Radio de Río de Janeiro».
En la década de 1930 comenzó la era comercial de la radio, con la autorización para incluir
publicidad en la programación, iniciando la contratación de artistas y el desarrollo técnico para el
sector. En el siguiente decenio, con el surgimiento de las radionovelas y de la popularización de la
programación, comenzó la llamada «época de oro» de la radio brasileña que provocó un impacto en
aquella sociedad semejante al que la televisión produce hoy. Con la introducción de la televisión, la
radio sufrió varias transformaciones, de modo que los programas de humor, los artistas, las novelas
y los programas en vivo fueron sustituidos por música y servicios públicos.
La televisión empezó oficialmente en Brasil el 18 de septiembre de 1950,268 introducida por Assis
Chateaubriand, quien fundó el primer canal de televisión en el país, la TV Tupi. Desde entonces la
industria de la televisión ha ido creciendo, al mismo tiempo que se crearon varias redes de emisoras
como Globo, Record, SBT, Bandeirantes y RedeTV. La televisión aún representa un factor
importante en la cultura popular moderna de la sociedad brasileña. La televisión digital comenzó el
2 de diciembre de 2007, inicialmente en la ciudad de São Paulo.
CULTURA
La cultura de Brasil es el resultado de la mezcla de las tradiciones y costumbres propias de los tres
grupos que dieron forma a la identidad nacional actual: los amerindios nativos, los colonizadores
portugueses y los inmigrantes africanos y europeos. La base de la cultura brasileña se deriva de la
cultura portuguesa, a causa de sus fuertes lazos con el Imperio colonial portugués. Entre la herencia
cultural portuguesa aún presente en el país se encuentran el idioma portugués, el catolicismo y los
estilos arquitectónicos coloniales. De manera similar, aún persisten algunos rasgos culturales que
fueron fuertemente influenciados por las tradiciones y costumbres africanas, indígenas y de otros
países europeos. Algunos aspectos específicos o regionales de su cultura y arte también fueron
influenciados por las contribuciones de los italianos, alemanes y otros inmigrantes europeos que
llegaron en gran número a las regiones Sur y Sudeste. Los amerindios influenciaron el idioma y la
gastronomía del país, mientras que los africanos también dejaron su marca en la música, la danza y
la religión.
DANZAS TÍPICAS
Las danzas folclóricas de Brasil tienen un origen relativamente reciente y son el resultado del
encuentro de tradiciones culturales diferentes, principalmente de influencias europeas, africanas y
nativas. La herencia africana, transmitida por los esclavos que llegaron en la época de la colonia, es
sin duda el aporte que aporta la singularidad a los bailes típicos de Brasil. La riqueza rítmica, los
colores llamativos y la expresión de lo fantástico son el carácter distintivo de la danza brasilera. La
iglesia católica también desempeñó un papel importante en el proceso de formación del folclore
brasilero, introduciendo danzas en los cortejos.
Samba: la samba es la danza más representativa y reconocida de Brasil, gracias a la popularidad del
desfile del Carnaval carioca. Como danza, tiene sus orígenes posiblemente en Angola o en el Congo
y fue introducida a Brasil por los esclavos. Inicialmente la bailaban por la noche, luego de un día de
labor en las haciendas. La samba se difundió primero en Maranhão y en Bahía, y llegó a Río de
Janeiro a fines del siglo XIX. Por entonces era una danza coreográfica con movimientos marcados
por el sonido violento y alegre de la percusión, y con el tiempo comenzó a tener el ritmo estilizado
que se conoce hoy.
Capoeira: la capoeira es una danza acrobática con elementos de lucha. Se dice que tiene su origen
en la época colonial, cuando los africanos se reunían para practicar movimientos de lucha
disimulados con pasos de baile, para no ser descubiertos por los esclavistas. Actualmente es un
baile muy difundido en las principales ciudades de Brasil y es también una de las danzas más
conocidas en el extranjero.
Maracatu: esta danza nació en Recife como un cortejo para alabar a Nossa Senhora dos Negros. Los
grupos eran precedidos por estandartes representando figuras de animales, ligadas al origen
totémico de las tribus africanas, en particular de Sudán. En el estado de Ceará, el maracatú es el
baile que marca el paso en los desfiles de Carnaval.
Candomblé: en el marco de una ceremonia religiosa de origen Bantu, los dioses Orixás son alabados
con danzas representativas de sus mitos e historias. Estas danzas rituales tienen su origen en las
tribus africanas, pero en Brasil se mezcla con elementos del catolicismo. El baile se acompaña con
cuatro instrumentos principales el Gã, que es una campana, un tambor agudo conocido como Lé, el
Rumpi y el Rum, tambor medio y tambor grave respectivamente.
Fandango: este baile fue introducido en todo el territorio brasilero y con el tiempo se adaptó a los
gustos y las características de cada región. Es particularmente popular en los estados del nordeste y
del sur. La estética y la elegancia son los elementos distintivos de esta danza con un impactante
efecto escénico y diversidad de coreografías locales.
Carimbó: es la danza típica del estado de Pará. Hombres y mujeres forman un círculo para bailar al
ritmo de los tambores. Su nombre proviene del principal instrumento que se utiliza, un tambor
hecho con un tronco ahuecado y piel de venado bien tensa que se golpea con las manos.
Caboclinho: es una de las danzas más populares del nordeste, con partes coreográficas conocidas
como “manobras”, que exigen habilidad y mucha agilidad. Es una danza de mímicas que simulan
luchas guerreras, rituales de caza y los trabajos agrícolas de los indígenas. La danza está bien
presente en las capitales nordestinas y también tiene popularidad en el interior del territorio
brasilero.
Maculelê: esta danza pertenece al folclore del estado de Bahía y representa la lucha entre hombres,
provistos de bastón y facón, con movimientos marcados por el ritmo musical. Tradicionalmente se
forma una ronda de personas, cada una llevando un par de Grimas, unos bastones largos que chocan
entre sí de forma rítmica.
Maxixe: en sus orígenes era una danza extremadamente sensual, repudiada por la burguesía de la
época. Posteriormente los salones burgueses la aceptaron, haciendo algunas modificaciones
discretas del ritmo. El primer compositor en estilizar el baile fue el pianista Ernesto Nazareth.
Como danza, el maxixe murió en la década de 1930, pero sus ritmos persisten mezclados con
algunas sambas.
Xaxado: es una danza típica del sertón brasilero. Tiene un nombre onomatopéyico: “xá, xá, xá” es
el sonido de las alpargatas de los cangaceiros cuando hacen su baile rápido y vigoroso, golpeando el
suelo con el pie derecho e izquierdo alternativamente. Usualmente se acompaña este baile con el
sonido de la viola. Actualmente el acordeón, el bombo y el triángulo también acompañan al xaxado.
Bumba meu boi: es una danza típica en todo el territorio brasilero y el elemento folclórico más
importante de Maranhao. Es un elemento popular, ligado a la vida del campo, con variaciones en la
música, el ritmo y la indumentaria, según la región. En sus orígenes el baile representaba la muerte
y la resurrección de un buey, un mito muy popular y conocido en Brasil.
La mezcla de culturas es la responsable de la variedad de danzas representativas que tiene el
territorio brasilero, es por ello que a esta lista aún hay que agregar otros estilos, como la Congada
traída por los esclavos del Congo, el Reisado que es popular en el nordeste del país, el fuerte ritmo
del Cabaçais do Cariri y el Torém, que constituye la herencia de los indios tremembés. La lista
continúa estando incompleta: el Coco, Pau da bandeira, Maneiro pau en el estado de Ceará, Afoxé,
Frevo, Samba de roda y Caninha Verde también forman parte del folclore brasilero.
Brasil ocupa un territorio tan extenso que en sus distintas regiones encontramos culturas de las más
variadas, producto de la inmigraciones de todas partes del mundo. En un país tan cosmopolita, es
imposible hablar de un solo traje típico, porque cada estado tiene sus propias variaciones e
influencias. Aquí vamos a describir la vestimenta típica de cinco regiones del país, que tienen
orígenes y manifestaciones distintas: vamos a describir la vestimenta baiana del estado de Bahía, la
ropa que se estila en los desfiles de carnaval para bailar samba, en particular el caso de Río de
Janeiro, la ropa tradicional de las tribus del estado de Amazonas, la vestimenta de las fiestas juninas
utilizadas en los estados de Paraíba y Pernambuco, y las típicas pilchas del gaucho de Rio Grande
do Sul.
Trajes típicos de Salvador de Bahía
La baiana es la vestimenta típica del candomblé, una religión animista afro brasilera, que se
extiende por varios territorios de Brasil. En esta ocasión nos enfocamos en la ciudad de Salvador de
Bahía, porque allí las manifestaciones del camdomblé son las más predominantes en la vida
religiosa de la metrópolis. Las mujeres de Bahía usan baianas en su vida cotidiana, en una versión
más simplista de la vestimenta, y con más adornos en época de festejos y celebraciones religiosas.
Cada estado tiene su propia versión de baiana, incluso el carnaval de Río tiene sus propias baianas
más coloridas y ornamentadas.
En términos generales, podemos decir que las baianas usan faldas largas, con blusas blancas
bordadas a mano, collares largos de cuentas y aretes grandes y llamativos, que remiten al legado de
las culturas africanas. Pero los colores, la amplitud de la falda y otros detallas, varían dependiendo
de la ocasión en que se usa el traje. La denominada ropa de ración es la vestimenta usada
diariamente en una casa de candomblé. Son ropas simples, que emplean telas como muselina o
cretona, una tela de algodón blanco bastante gruesa y fuerte.
Las ropas de ración pueden ser todas blancas, o combinar con algunos colores. Componen este
vestuario una falda de poca rueda para facilitar el movimiento, el singuê (una especie de faja
amarrada en el pecho para sustituir el corpiño), una camisa, generalmente blanca y adornada con
encajes y bordados, el calçolão, una especie de bermuda atada con una cuerda a la cintura, y el pano
da costa, una tela amarrada a la cabeza a modo de turbante.
El vestuario de la Iyalorixá, que tiene una jerarquía destacada dentro de un templo de candombé, se
caracteriza por el uso de una bata por fuera de la falda, que ninguna otra mujer del grupo religioso
puede utilizar, porque es el símbolo de la jerarquía de la sacerdotisa. Los turbantes de estas jefas de
la religión son más grandes y más adornados. En general todo el vestuario de una Iyalorixá es más
elaborado que el baiana simple, con hilos de oro y telas africanas.
FIESTAS
campamentos
Otras excelentes opciones para los visitantes son los campings. Hay zonas en las que requieren
permisos especiales para acampar. Si tienes la ‘tarjeta de campista internacional’ solo tendrás que
abonar la mitad de la tarifa. Las tarifas normales oscilan los 4 euros.
Albergues juveniles: En Brasil existen cerca de 90 albergues juveniles y si es lo que estás buscando
deberás contactarte a la Federação Brasileira dos Albergues de Juventude.
otros alojamientos
Brasil además ofrece alojamientos muy económicos a través de las Pousadas y los Dormitórios para
quienes viajen con poco presupuesto.
GASTRONOMÍA
La gastronomía de Brasil tiene influencia de la cocina europea, africana e indígena. En sus
ingredientes es común el uso de tubérculos como la yuca y el ñame; frutas como el açaí, cupuaçu,
mango, papaya, guayaba, naranja y piña.
El plato nacional de la gastronomía brasileña es la feijoada. Los postres más populares son los
brigadeiros, la cocada, los beijinhos y la goiababa. La bebida nacional es la caipirinha, hecha a base
del aguardiente de cachaça, además son populares el vino y la cerveza. Las bebidas más consumidas
son los batidos de zumo de frutas con hielo picado y el café.
Comidas típicas de Brasil
La feijoada es el platillo tradicional de Brasil y es un guiso hecho con frijoles negros, carne de
cerdo deshidratada. Es servida con arroz y naranjas y espolvoreada con harina de yuca. Es un plato
que se considera pesado, por lo que se come con tranquilidad. Es habitual que se ofrezca en los
restaurantes los miércoles y sábados.
Arroz cocido con pequi: El pequi con arroz está hecho con una fruta de fuerte sabor que se cocina y
se acompaña generalmente con arroz cocido y pollo sazonado con pimienta al gusto.
Tacacá: La tacacá es un caldo que se consume caliente. Está hecho a base caldo de yuca y de
algunas hojas de jambú, al que se le agregan camarones. Este plato se vende en las calles por unas
mujeres llamadas tacacazeiras y es habitual en la zona amazónica del país.
Moquecas: Es un cocido hecho a base de mezclas de mariscos y pescados. Para su preparación se
usa principalmente cebollas, pimiento, tomate, hojas de cilantro, aceite de palma y leche de coco.
El bobó de camarão es una sopa de camarones con puré de mandioca, harina, leche de coco, aceite
de palma y camarones, condimentado con aceite de palma. Puede acompañarse con arroz blanco
dependiendo del gusto.
Comida típica del Sureste de Brasil
Los platillos de la región sureste de Brasil se caracterizan por hacer uso de la carne de cerdo, maíz,
queijo minas (queso), angu, pão de queijo, (pan hecho de harina de mandioca). Las comidas más
populares son el feijão tropeiro, el tutu à mineira y couve-de-folhas, entre otros.
El jeijao tropeiro es un plato tradicional en el sureste de Brasil. Los ingredientes básicos consisten
en frijoles cocidos con harina de yuca, linguiça (embutido de cerdo), huevo, ajo y cebolla.
El tutu de feijao es un plato cocido, de consistencia cremosa, hecho con frijoles aplastados y
mezclados con harina de mandioca.
Comida típica del sur
En la región del sur de Brasil la comida tradicional se caracteriza por usar en sus platos carne roja.
Los más populares son el churrasco y el berreado.
EL churrasco es la carne asada a la parrilla, cocida sobre una plancha o directamente al fuego. En su
preparación se usa sal gruesa y harina de mandioca.
El barreado es un plato típico cocido al fuego lento. Tiene como ingredientes principales el tocino,
carne, harina de yuca, cenizas y agua caliente. Se acompaña con arroz, naranjas y bananas.
La cerveza es una bebida muy popular entre cerveza. La más consumida es la de tipo Lager. Es
usual tomarla muy fría y directo del refrigerador.
Entre los brasileños son muy populares las marscas de cerveza Brahma, Antarctica y Skol.
El batido de coco es un cóctel hecho a base de leche de coco, azúcar y chachaza.
Paçoca de amendoim Es un postre tradicional de Brasil. Está hecho con harina de yuca, maní y
azúcar. Se puede encontrar en los supermercados. Y su preparación artesanal se suele hacer en la
Semana Santa.
El beijinho es un dulce tradicional de Brasil también conocido como Branquinho. Está hecho con
leche condensada y coco rayado
SITIOS TURÍSTICOS y PRINCIPALES DESTINOS DE BRAZIL
Brasil es considerado como principal destino turístico internacional y de América del Sur.
Destaca por los paisajes que ofrece desde el Cristo de Corcovado o el teleférico de Pan de Azúcar.
Las playas de Ipanamea y Copacabana. La arquitectura peculiar de Oscar Niemeyer que se expresa
en la Catedral de Brasilia y el Museo de Arte Moderno de São Paulo.
Además, es reconocida por brindarle al turista las mejores atracciones nocturnas en ciudades como:
Río de Janeiro, Sao Paulo y Brasilia.
Sitios turísticos más importantes de Brasil
Cristo Redentor – Río de Janeiro Cristo Redentor
Es el monumento de Jesús de Nazaret con los brazos abiertos. La estatua se ubica en Río de Janeiro,
tiene 30 metros de altura y es la figura más representativa de Brasil.
Cataratas del Iguazú
Es el conjunto de cataratas que se forman en el río de Iguazú. Limita con el estado brasileño de
Paraná y la provincia argentina Misiones.
Pan de Azúcar – Río de Janeiro Pan de Azúcar
Es una montaña que está a 396 msnm. Se ubica en la Bahía de Guanabara, en Río de Janeiro. Posee
un teleférico de cristal artesonado que transita entre los morros de Babilonia y Urca.
Copacabana
Es uno de los principales barrios de Río de Janeiro. Se caracteriza por poseer a “La Princesita del
Mar”, una playa en forma de media luna.
Sitios turísticos de Brasil por categorías
Museo Oscar Niemeyer Museos en Brasil
Cristo Redentor
Monumento a las Bandeiras
Catedral de Brasilia
Monumento de Ipiranga
Obelisco de Sao Paulo
Puente Juscelino Kubitschek
Memorial Ucraniano
Iglesias en Brasil
Catedral de Sao Paulo
Catedral de Brasilia
Basílica de Nuestra Señora Aparecida
Iglesia y Convento de San Francisco
Catedral de San Sebastián de Río de Janeiro
Catedral Metropolitana de São Paulo (Catedral da Sé)
Iglesia de la Tercera Orden de San Francisco de la Penitencia
Catedral de Nuestra Señora de Lourdes
Playas de Brasil
Playa de Ipanema – Río de Janeiro
Playa de Copacabana
Playa de Leblon
Playa de Ipanema
Playa Porto da Barra
Playas de Jericoacoara
Playa de Pipa
Playa de Angra dos Reis
PARQUES NACIONALES DE BRASIL
Brasil posee, actualmente, 71 parques nacionales, una de las categorías de unidades de conservación
de protección integral de la naturaleza definidas en la Ley del Sistema Nacional de Unidades de
Conservación de la Naturaleza. Son administrados por el Instituto Chico Mendes para la
Conservación de la Biodiversidad (ICMBio), una autarquía vinculada al Ministerio del Medio
ambiente creada en 2007. Ha como objetivo básico la preservación de ecosistemas naturales de gran
relevancia ecológica y belleza cênica, posibilitando la realización de investigaciones científicas y el
desarrollo de educación e interpretación ambiental, de recreação en contacto con la naturaleza y de
turismo ecológico.
De los cuales se destacan:
Parque Nacional do. Iguaçu.
Parque Nacional de. Brasília - Agua Mineral.
Pantanal Matogrossense.
Parque Nacional dos. Lençóis Maranhenses.
Parque Nacional da. Chapada Diamantina - Trilha do Capão e Águas Claras.
Playa de Jericoacoara.
Parque Nacional Marino. Fernando de Noronha.
PATRIMONIOS
Brasil es el país en Latinoamérica, que posee la mayor cantidad de Patrimonios Culturales y
Naturales de la Humanidad, declarados por la Organización de las Naciones Unidas para la Cultura,
Ciencia y Educación (Unesco).
En total, existen once Patrimonios Culturales y siete Patrimonios Naturales, permitiendo que
turistas de todo el mundo, puedan conocer estos importantes bienes para la humanidad.
Para el Instituto Brasileño de Turismo esto motiva el interés tanto de turistas nacionales como
extranjeros por conocerlos y apreciarlos, sobre todo si se tiene en cuenta que los patrimonios
culturales encierran una historia y una tradición dispuesta a mostrarse al mundo, mientras que los
patrimonios naturales revelan una riqueza en flora y fauna.
PATRIMONIOS CULTURALES DE LA HUMANIDAD EN BRASIL
Monumentos, edificios, trechos urbanos y hasta ambientes naturales de importancia paisajística que
tengan valor histórico, estético, arqueológico, científico, etnológico o antropológico, han obtenido
este reconocimiento.
Los siguientes, son los lugares declarados Patrimonios Culturales de la Humanidad en Brasil: