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PALIATIVOS
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Contenido
1. OBJETIVO...................................................................................................................................................... 3
1.1 OBJETIVOS ESPECIFICOS..............................................................................................................................3
2. ALCANCE..................................................................................................................................................................4
3. DESCRIPCIÓN DE LOS PROCEDIMIENTOS.........................................................................................................4
5. RESULTADOS.........................................................................................................................................................24
6. DOCUMENTOS APLICABLES...............................................................................................................................24
7. REFERENCIAS.......................................................................................................................................................24
1. OBJETIVO
Establecer las guías básicas para las actividades a realizar en el manejo de pacientes en cuidados
paliativos adicional a la adopción de la guía del ministerio, “dando un enfoque que mejore la calidad de
vida de pacientes y familias que se enfrentan a los problemas asociados con enfermedades amenazantes
para la vida, a través de la prevención y alivio del sufrimiento” basados en los lineamientos de la OMS,
Guías latinoamericanas de manejo del dolor.
2. ALCANCE
Este protocolo aplica para el manejo de todos los pacientes con cuidados paliativos. Los procedimientos
aquí descritos serán puestos en práctica por todos los integrantes de las áreas asistencial y
administrativa, asegurando el bienestar social, físico, mental de nuestros usuarios.
SITUACIÓN TERMINAL
Es un estado particular en la vida de gran número de enfermos que viene definido por cinco
características:
– Presencia de enfermedad avanzada, progresiva y sin posibilidades razonables de respuesta a
manejo definitivo o curativo.
– Síntomas multifactoriales, cambiantes y de intensidad variable.
– Gran impacto emocional o sufrimiento sobre el paciente, la familia y el personal sanitario. –
Pronóstico de vida limitado temporalmente.
CUIDADOS PALIATIVOS
1. Los Cuidados Paliativos se entienden como la asistencia total, activa y continuada de los pacientes y
sus familias por un equipo interdisciplinario cuando la expectativa no es la curación. La meta
fundamental es dar calidad de vida al paciente y su familia, sin intentar alargar la supervivencia, ni
acortarla específicamente, debiéndose atender las necesidades físicas, psicológicas, sociales y
espirituales del paciente y su familia, incluyendo si es necesario el apoyo en el proceso de duelo.
Los Cuidados Paliativos deben regirse por los principios generales de la Bioética.
CUIDADOS DE SOPORTE
Es un término que describe el ejercicio de los cuidados en todas aquellas enfermedades crónicas
debilitantes que aún no pueden ser catalogadas como fase terminal. Los cuidados de soporte se dan a
pacientes que están en situación de sufrimiento.
CUIDADOS PALIATIVOS: ATENCIÓN INTEGRAL AL PACIENTE Y SU F AMILIA todavía en
régimen de tratamiento activo de su enfermedad. Se benefician de los mismos los enfermos oncológicos
en tratamiento específico, enfermos crónicos avanzados, pluripatológicos y sintomáticos persistentes,
que no están en situación terminal.
La valoración en Cuidados Paliativos tiene unas características particulares y desde el principio debe
detectar:
– Quién es el cuidador principal y cuál es su situación.
– El grado de conocimiento que el paciente y su familia tienen sobre la enfermedad.
– La actitud familiar sobre la oportunidad o no de que el enfermo conozca el diagnóstico.
– La existencia de una conspiración de silencio.
– La actitud del paciente y la familia ante la enfermedad.
Esta valoración integral paciente-familia debe incluir que las necesidades físicas, psicológicas, sociales
y espirituales. Es una labor de todo el equipo interdisciplinario y la información recogida debe quedar
reflejada de manera clara en la historia del paciente.
Conviene definir qué profesional valorará cada aspecto, evitando la duplicidad en las preguntas y la
inducción de las respuestas, y poniendo en común la información obtenida para poder elaborar un plan
de actuación conjunto que incluirá, entre otros aspectos, el plan de cuidados y el control de síntomas:
enfermera y médico, Para facilitar la realización de una valoración global recordamos de forma breve
algunas herramientas útiles básicas:
ESTADO FÍSICO
Actividades básicas de la vida diaria (Índice de Barthel, I. de Katz; capacidad para deambular, bañarse,
vestirse, uso del retrete, higiene.
– Actividades instrumentales de la vida diaria trabajo, manejo de dinero, uso del teléfono, ocio, cocina,
deporte, ejercicio.
– Limitaciones en la capacidad funcional: disnea, tos, cansancio.
– Toma de signos vitales: tensión arterial, frecuencia cardíaca y respiratoria.
Se tendrán en cuenta otras variables como creencias, auto concepto, sueño y patrón cognitivo que
evaluara médico y enfermera al entrar al programa.
En Cuidados Paliativos esta asistencia integral debe abarcar un adecuado Plan de Cuidados y control de
síntomas.
Conviene garantizar la continuidad de la atención desde el momento inicial hasta la agonía y el proceso
del duelo.
Para elaborar el Plan de manejo Tendremos en cuenta el proceso de valoración. Integral, que no aborde
sólo el estado clínico del paciente. Sino la evaluación interdisciplinaria ya que cada paciente es individual
y particular, capaz de cambiar con las necesidades del paciente. Todo esto pactado con el paciente y su
familia. Y Coordinado, entre los diferentes niveles y servicios.
Cuidados de enfermería
Este manejo se encamina a la administración de medicamentos.
Ayudar al paciente en actividades básicas.
Explicar al paciente y la familia el proceso, acompañar a paciente en actividades de autocuidado.
Cuidados de la piel.
Tratamiento de ulceras.
Apoyo en el proceso de alimentación.
Deshidratación.
Cuidado de ostomías y traqueotomías.
Gastrostomía.
PRIMER ESCALÓN:
AINES
1.Ácido acetilsalicílico: 325-1000 mg/4 h vía oral, hasta un máximo de 4 g/día.
2. Ibuprofeno: 400-800 mg vía oral 3-4 veces al día, hasta una dosis máxima de
3,2 g/día.
3. Diclofenaco: Se recomienda administrar 75 mg-100 mg al día.
4. Paracetamol (Acetaminofén): Se recomienda en dosis máxima de un gramo cada 8 horas, se debe
recordar que si bien el paracetamol se encuentra clasificado en el grupo de AINES solo tiene efecto anti
inflamatorio in vivo.
5. Metamizol (Dipirona): Ampolla con 2 g de Dipirona magnésica en 5 ml de solución.
vía oral: de 1 a 2 g cada 8 horas
vía parenteral: una ampolla de 1g de metamizol por vía intramuscular profunda o intravenosa lenta (3
minutos) cada 8 horas, salvo criterio médico, sin sobrepasar las 3 ampollas por día. En la indicación de
dolor oncológico puede ser usado 1/2 -1 ampolla cada 6-8 horas por vía oral.
La OMS estableció como DDD para la dipirona 3 g/día
Indicado usar AINES en el dolor leve y moderado (si la clasificación es de moderado-severo no usar por
su baja probabilidad de eficacia).
Inhiben la síntesis de prostaglandinas, poseen efecto antitérmico y antiinflamatorio (salvo el
paracetamol), y tienen una ‘dosis techo’, a partir de la cual pueden aumentar y especialmente, hepática,
hematológica y/o renal.
SEGUNDO ESCALÓN:
Opioides débiles: codeína, dihidrocodeína, tramadol (+/- primer escalón) (+/- coadyuvantes).
1. Codeina: 15-60 mg vía oral, SC, IM o IV cada 4-6 horas.
2. Dihidrocodeina: 60 mg cada 12 horas Dihidrocodeína a dosis máxima (180 mg cada 12 horas.
3. Tramadol: 25 a 100 mg cada 6 horas sin sobrepasar los 400 mg al día.
(Se pueden añadir fármacos del primer escalón y coadyuvantes). Indicados en dolor moderado que no
cede a los AINE asociándolos a éstos y coadyuvantes si es preciso. Actúan en varios niveles, uniéndose a
receptores de opiáceos (ver tercer escalón).
– Toxicidad: Estreñimiento (sobre todo la codeína y dihidrocodeína), sequedad de boca, náuseas, mareos,
vómitos, hipotensión.
– Laxantes: Se añaden desde el principio, pudiendo asociar más de uno de distinta familia.
– Antieméticos: Sólo si se precisan se debe recordar que tan aproximadamente el 20 % de los pacientes
lo presentan, sobre todo en los primeros días. El inicio del tratamiento en pacientes frágiles o vulnerables
(ancianos, adolescentes, caquécticos.) se comienza con dosis inferiores a las habituales (50%)
empleando jarabes o soluciones, o partiendo comprimidos si no son de liberación retardada, ya que en
este grupo de edad es susceptible de presentar efectos adversos como extra-piramidalismos, acaticia.
Pasados 2-3 días se aumenta la dosis si es preciso, según sea la relación analgesia/toxicidad.
Establecida la dosis adecuada, la pasaremos a fórmulas retard.
TERCER ESCALÓN:
Opioides mayores: morfina y otros opioides potentes. (+/- primer escalón), (+/- coadyuvantes):
1. Fentanilo.
2. Eventos adversos frecuentes de opioides (Prurito, Hiperalgesia inducida por opioides).
3. Morfina.
4. Concepto de ‘titulación’.
5. Concepto de ‘rescate’.
6. Concepto de ‘rotación’ de opioides.
7. Metadona y otros fármacos de tercer escalón.
8. Cambio de opioide y de vía de administración.
FENTANILO
Se trata de un opiáceo agonista de los receptores mu con una potencia analgésica 80 veces mayor que
la morfina. Las características lipofílicas del fentanilo hacen que se acumule en tejido graso y de allí se
libere de forma continua desde el parche al tejido subcutáneo, y de ahí al torrente sanguíneo. Por otro
lado, al atravesar muy bien las membranas permiten su administración transoral y transdérmica.
Su baja afinidad por el receptor hace que su efecto dure poco tiempo.
FENTANILO TRANSDÉRMICO
Sólo está indicado si el dolor es muy estable, la intensidad apenas cambia a lo largo del día, ni entre el
reposo y la actividad, y si hay riesgo de incumplimiento terapéutico. Está contraindicado en pacientes
con dolor progresivo o inestable.
Se aplica sobre piel intacta por encima de la cintura a primera hora del día y se cambia a los 3 días. Los
niveles plasmáticos se consiguen a las 2-3 horas y sus efectos analgésicos se inician a las 8 horas. Se
forma un depósito intradérmico de manera que después de retirar el parche los niveles plasmáticos
tardan unas 16 horas en descender al 50 por ciento. Por lo tanto, al iniciar el tratamiento se debe pautar
morfina de liberación normal las primeras 8 horas desde que se pone el parche y tener en cuenta la
existencia de analgesia las 12-16 horas siguientes tras la retirada del mismo.
Siempre se deben prescribir dosis de rescate para tratar los episodios de dolor irruptivo con morfina de
liberación normal o con citrato de fentanilo oral transmucoso (CFOT). Errores muy frecuentes son no dejar
dosis de rescate, dejarla con un fármaco que no sea un opioide potente o dejar una dosis insuficiente
para aliviar el dolor irruptivo.
Entre los efectos adversos del fentanilo transdérmico en estos pacientes, con frecuencia aparece fiebre
tumoral que hace aumentar la absorción del fentanilo, apareciendo cuadros de NIO. Si aparece fiebre
hay que bajarla rápidamente y/o retirar el parche, ya que se aumenta la absorción del fentanilo por vaso
de dilatación periférica. Siempre se deben evitar fuentes de calor sobre el parche ya que la sudoración
excesiva produce una pobre adhesión de éste. Existe evidencia de que el fentanilo transdérmico produce
menor estreñimiento que la morfina14. En ocasiones, un cambio de morfina oral a fentanilo puede
mejorar una situación de estreñimiento pertinaz que no responde a laxantes.
Es una buena alternativa en caso de insuficiencia renal.
PRURITO
1. El prurito es uno de los efectos adversos más comunes de los opioides y aunque no es considerado un
síntoma urgente, tiene implicaciones importantes en la calidad de vida de los pacientes.
METADONA
Es un opioide clasificado como agonista puro de los receptores mu. Además de interactuar con este
receptor, posee una afinidad por el receptor opioide delta que inhibe la recaptación de noradrenalina y
serotonina. Además, es capaz de unirse a receptores de N-metil-D aspartano del transmisor excitador del
glutamato. Este hecho puede explicar que la metadona sea eficaz en dolores que no respondan a otros
opioides y en los casos en que exista tolerancia a la morfina.
La dosis equianalgésica de morfina y metadona aparece en la tabla 7. La dosis de metadona oral es la
mitad de la dosis subcutánea. En caso de sobredosificación habrá que disminuir un tercio la dosis y
repartirla cada 12 horas.
OXICODONA
Es un opioide semisintético derivado de la tebacaína clasificado como agonista puro con afinidad para
los receptores mu y kappa.
No existe ninguna ventaja clínica de la oxicodona sobre otros opioides potentes que justifique su mayor
coste, por lo que no debe de ser utilizado como tratamiento de primera línea. Puede utilizarse como
fármaco para tratamiento del dolor intenso no controlado con morfina o en caso de intolerancia a ésta.
La dosis de inicio es:
1. En pacientes con dolor severo no controlado con opioides débiles (400 mg de tramadol) la dosis inicial
es de 20 mg cada 12 horas.
2. En paciente virgen de opioides o en anciano debilitado, la dosis de inicio es de 10 mg/12 horas.
3. En pacientes con insuficiencia renal y/o hepática evolucionada se ajusta la dosis de la mitad o a un
tercio. En caso de tratamiento con morfina habrá que dividir por dos la dosis diaria.
Diez miligramos de oxicodona de liberación retardada cada 12 horas equivalen a 20 mg de morfina de
liberación sostenida. La dosis se aumenta cada 24-48 horas en un 30-40% para el control del dolor.
Los efectos adversos son los típicos de los opioides: somnolencia en el 37% de los casos, náuseas en el
32%, vómitos en el 8%, mareo en el 12%, cefalea en el 7%, prurito en el 5% y ortostatismo en el 5%.
Finalmente, las dosis equianalgesicas de los opioides más frecuentes utilizados en el manejo del dolor
oncológico.
NECESIDADES PSICOEMOCIONALES DEL PACIENTE, LA FAMILIA Y EL PROFESIONAL DE SALUD
La enfermedad, en general, provoca en la persona que la padece distintas reacciones emocionales como
angustia, miedo, incertidumbre, ansiedad, tristeza, desamparo, etc. Si la enfermedad es crónica y/o
amenazante para la vida, estas reacciones emocionales se intensifican y tienen características propias
según su etiología y la idiosincrasia del enfermo.
Los problemas a los que se enfrenta el paciente en situación terminal son tanto físicos como
psicoemocionales y espirituales (dolor total). Por ello, es necesario conocer las fases o etapas por las que
atraviesa el paciente en esta situación, y adecuar en cada caso la comunicación, tanto en la transmisión
de información como en la relación de ayuda.
ATENCIÓN A LA FAMILIA
La familia es un elemento clave en la atención al enfermo en situación terminal, siendo la base de su
apoyo emocional y, si el enfermo está en CASA, la principal proveedora de cuidados.
La actitud que toma la familia ante la enfermedad condiciona la situación del enfermo. Cada familia se
plantea objetivos distintos ante la enfermedad de un ser querido que son importantes conocer para
consensuar un plan de actuación. Por tanto, la unidad paciente familia es el objetivo fundamental de la
asistencia en Cuidados Paliativos.
ATENCIÓN AL DUELO
El duelo es un estado de pensamiento, sentimiento y actividad que se produce como consecuencia de la
pérdida de una persona amada, asociándose a síntomas físicos y emocionales.
Tiene una función adaptativa que es la de ayudar al doliente a adaptarse a la pérdida y a continuar
viviendo sin esa persona significativa.
EQUIPO INTERDISCIPLINARIO
El equipo interdisciplinario es uno de los instrumentos básicos de los Cuidados Paliativos.
Los problemas que se presentan en la asistencia a los pacientes con enfermedades en situación terminal
requieren la intervención de un equipo interdisciplinar, que valora y aborda de modo integrado los
distintos aspectos de la atención en la terminalidad.
El médico determinara en el plan de manejo que profesionales deben intervenir el en proceso de la
enfermedad (terapia respiratoria, terapia física, nutrición o psicología).
La actuación del equipo debe ser más intensa y exquisita en situaciones cercanas a la muerte.
Se favorece así que el paciente y la familia perciban que existen unos profesionales coordinados en su
trabajo y con objetivos comunes.
Trabajar en equipo nos obliga a coordinarnos, a compartir información y responsabilidad, distribuir tareas
y otra serie de actuaciones.
Es conveniente cuidar las relaciones con el equipo de trabajo ya que trabajar en equipo nos ayuda
prevenir el desgaste profesional. Todo ello resulta más fácil si se emplean las habilidades de
comunicación, emocionales, y de motivación para el cambio ya expuestos
El Proceso Asistencial Integrado Cuidados Paliativos explica la estructura del Equipo Coordinado de
Cuidados Paliativos, desarrollando los componentes y funciones del mismo
En esta atención, el núcleo del equipo está constituido por la Unidad de Atención Familiar, médico de
familia y enfermera. El resto de los profesionales cumple funciones importantes que conviene que sean
coordinadas para asegurar el trabajo en equipo. Nos parece oportuno contar con el apoyo de psicología.
Es conveniente identificar los recursos para la atención espiritual disponibles en cada caso, por si fueran
demandados por el enfermo.
Además, resultará necesario trabajar de manera coordinada con otros profesionales dependientes de
equipos distintos: Urgencias, Equipo Coordinado de Cuidados Paliativos y Unidades Hospitalarias.
5. RESULTADOS
Con la aplicación del presente procedimiento se cumplen los requisitos básicos de atención en
relacionado con cuidados paliativos de pacientes que hacen parte del programa asistencial
complementando la guía de cuidados paliativos del ministerio de salud de 2016
6. DOCUMENTOS APLICABLES
Historia clínica electrónica.
Formato de fórmula médica.
7. REFERENCIAS
Grupo de trabajo de Cuidados Paliativos. Plan Nacional de Cuidados Paliativos: Bases para su desarrollo.
Ministerio de Sanidad. Madrid, 2000.
Proceso Asistencial Integrado. Cuidados Paliativos. Consejería de Salud. Junta de Andalucía, Sevilla,
2002.
Plan de Calidad. Consejería de Salud. Junta de Andalucía, Sevilla, 2001.
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López de Maturana, A; La conspiración de silencio. En: López Imedio, E; Enfermería en Cuidados
Paliativos. Pág: 245. Ed: Panamericana. Madrid, 2000
Gómez SM, Ojeda MM. El dolor: Analgésicos opiáceos. En:González MB (ed.). Tratado de medicina
paliativa y tratamientode soporte en el enfermo con cáncer. Madrid: Panamericana; 1996.p. 467-481.2.
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