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El té viene de la planta Camellia Sinensis que contiene teína, a diferencia

de la tisana que proviene de las hierbas y, se mezcla con frutos y especias.


Y si, en realidad todos estos años has tomado tisana para relajarte o te
duele el estómago, o tal vez te preguntas por qué después de un rico y
calientito té están más despiertos que nunca si lo que querían es irse a
dormir, bueno, esto es porque no has elegido el adecuado así que ahora
te convertirán en todos unos expertos del tema.
La planta Camellia Sinensis, de origen chino, es la que te brinda
del té blanco, rojo, negro, amarillo y azul; el proceso de cada uno es
diferente pero la base es la misma, así que elige alguno para esa reunión
laboral en la que necesitas aumentar la dosis de dopamina y el glutamato
en tu cuerpo para estar alerta o quédate con el tradicional té verde que
además te ayudará a quemar grasa y brindará muchos otros beneficios.
Por el contrario, si lo que deseas es relajarte después de un ajetreado
día, ahuyentar al insomnio, acabar con algún malestar o simplemente
disfrutar de un sabor frutal, entonces la opción es una tisana de
manzanilla, hierbabuena, lavanda, limón, moras, vainilla, jengibre o la
combinación frutal de tu preferencia, solo asegúrate de que NO contenga
teína porque causará el efecto contrario.
¿Para qué sirve cada tipo de té?

Descubre las propiedades de cada tipo de té, qué beneficios tienen para
nuestra salud, y ¡sácales el máximo partido!

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Hogarmania
La variedad de tés e infusiones es muy amplia y a veces resulta difícil
recordar qué beneficios tiene cada uno para nuestra salud. Cada tipo
tiene distintas propiedades, y aunque en muchas ocasiones coincidan
en los beneficios que nos aportan, debemos conocer qué tipo nos
conviene para cada momento.

A continuación, repasamos los distintos tipos de tés y sus beneficios.


Té verde
El té verde es el tipo más conocido y popularizado. Es considerado el más
saludable, contiene un bajo contenido de teína y entre todos sus
beneficios, sube las defensas naturales del cuerpo. No cura
enfermedades, pero es un buen complemento para ayudar a prevenirlas.

Ayuda a reducir el colesterol y el azúcar en sangre. Además, tiene


propiedades diuráticas, que ayudan a eliminar toxinas y a reducir la
retención de líquidos.
 Recomendación: Es importante que a la hora de la preparación el
agua del té no hierva, ya que esto le daría un sabor demasiado
amargo. Y para la temporada de verano, puedes dejar enfriarlo y
añadirle hielo para disfrutar de una bebida refrescante.
Té negro
El té negro es el tipo con más teína de todos y es el que más energía nos
aporta con su poder estimulante. Sin embargo, sus minerales y curtientes
tienen un efecto contrario en el estómago, relajándolo y facilitando así
las digestiones demasiado pesadas. Además, tiene
propiedades antioxidantes, es bajo en calorías y cuenta con una
sensación saciante.
 Recomendación: Puedes combinarlo con leche o algún otro
ingrediente dulce, como el chocolate.
Té rojo
El té rojo es el quemagrasas estrella entre todos los tipos. Entre sus
beneficios, ayuda a controlar el colesterol y la grasa en nuestra sangre.
Es utilizado en las, cada vez más populares, dietas détox con un máximo
de tres tazas al día. Además, es un gran aliado para ayudarnos con
las digestiones pesadas.
 Recomendación: Puedes aromatizar este té con una gran variedad
de ingredientes como limón, lavanda, canela, vainilla, frutos rojos,
zanahoria… pero te recomendamos que lo tomes sin edulcorar. El
té rojo tiene un buen sabor de por sí y si le añadimos azúcar u otro
edulcorante estamos contradiciendo su propiedad antigrasa.
Té blanco
El té blanco es el más exclusivo de todos. Éste proviene de los primeros
brotes del árbol del té, el cual solo se cosecha durante unos pocos días de
primavera en las montañas de Fujian en China. Su corta cosecha y su
cuidada producción hacen que su presencia en el mercado sea menor y
por consecuencia, su precio mucho más alto.

Tiene la mitad de teína que el té verde y es conocido por sus


grandes propiedades antioxidantes, popularmente conocido como “el
elixir de la juventud”. Y al igual que el té verde, es diurético, por lo que
es una gran ayuda para la retención de líquidos.
Té azul o té Oolong
El té azul es un intermedio entre el verde y el negro. También conocido
como té Oolong o semifermentado, es fruto de un laborioso proceso en el
que se interrumpe su fermentación y en el cual se presta especial atención
y cuidado al color cobre de las hojas.

Entre los beneficios de este tipo de té destaca su poder en cuanto a regular


el colesterol y la tensión arterial. Se considera
un quemagrasas excelente, incluso llegando a superar al té verde.
 Recomendación: Es un tipo de té con un sabor muy ligero,
perfecto para los primerizos en el complejo mundo de los tés o para
los que no acaban por encontrarles el gusto. Además, también es
idóneo para tomar en frío en los días más calurosos.
Té Chai
El té chai tiene una de las historias más interesantes. Su origen se remonta
a las colonias inglesas en India, donde Inglaterra creó una plantación de
té para evitar el monopolio de China. Influenciados por la cultura de India,
no tardaron en añadírselo a todo tipo de especias, acabando por crear a
partir del té verde o negro un nuevo tipo de té especiado, el té Chai.

Con uno de los sabores más intensos, este tipo es considerado el más
nutritivo de todos. Sus beneficios van desde
poderes antiinflamatorios, antioxidantes y digestivos, hasta ser
beneficioso para los problemas cardiovasculares y respiratorios.
 Recomendación: Puedes combinarlo con leche para rebajar el
grado de sabor y antes de consumirlo, fíjate bien en las especias que
se le hayan añadido, puede incluso a llegar a ser picante.

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