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Encuentro Nº 2
Encuentro Fe y Cultura - San Justino
Vida: Nacido en Palestina, de padres paganos, al inicio del siglo II. Filósofo
laico. Una vez convertido, se dedicó a enseñar la fe por muchos lugares.
Murió mártir en Roma en el 165 junto a varios de sus discípulos.
Obras: escribió muchas obras. Se conservan dos Apologías, el Diálogo con
el judío Trifón, y también se le atribuyen los fragmentos de un texto sobre la
resurrección.
Contenidos: emplea sus conocimientos filosóficos para explicar la fe;
establece un puente entre la filosofía pagana platónica y el cristianismo; el
Logos es la verdad total, Hijo de Dios e igual a Dios, y nos redimió; papel de
la Virgen: paralelismo Cristo-Adán y María-Eva; Cristología; Trinidad;
testimonia el culto a los ángeles; describe el modo de celebrarse la
Eucaristía y el Bautismo.
Las Actas de San Justino y compañeros. Estas actas no tienen precio por
contener el proceso oficial del tribunal que condenó al más importante de
los apologistas griegos, el célebre filósofo Justino. Fue encarcelado junto
con otros seis cristianos por orden del perfecto de Roma, Q. Junio Rústico,
durante el reinado del emperador Marco Aurelio Antonino. Las actas
consisten en una breve introducción, el interrogatorio, la sentencia y una
corta conclusión. La sentencia que pronuncia el prefecto es la siguiente:
“Los que no han querido sacrificar a los dioses ni someterse al mandato del
emperador, sean azotados y llevados a ser decapitados conforme a la
ley.” El martirio tuvo lugar en Roma, probablemente el año 165
«... Luego los llevamos a un lugar donde haya agua, y por el mismo modo
de regeneración con que nosotros fuimos regenerados, lo son también
ellos: en efecto, se someten al baño por el agua, en el nombre del Padre
de todas las cosas y Señor Dios, y en el de nuestro salvador Jesucristo y en
el del Espíritu Santo …»
«... Este baño se llama iluminación, para dar a entender que son iluminados
los que aprenden estas cosas. Y el que es así iluminado, se lava también
en el nombre de Jesucristo, el que fue crucificado bajo Poncio Pilato, y en
el nombre del Espíritu Santo, que nos anunció previamente por los profetas
todo lo que se refiere a Jesús …» Apol I-61
«... Fue el diablo quien, en el momento en que Jesús salía del río Jordán y
la voz le acababa de decir: "Tú eres mi Hijo, yo te he engendrado hoy“,
según lo que está escrito en las "Memorias de los Apóstoles",
acercándosele, le tentó hasta el extremo de decirle: "Adórame". Pero
Cristo le respondió: "¡Vete detrás mío, Satanás! Adorarás al Señor tu Dios y a
Él solo le servirás". Es que como había logrado engañar a Adán, contra Éste
presumía que también era posible intentar alguna empresa” …»
Objetivos:
Defender el cristianismo contra ataques de palabra y de obra demostrando que
eran injustificados o que carecían de poder de convicción.
Desenmascarar las concepciones equivocadas sobre el cristianismo exponiendo
la verdadera realidad.
Fundamentar y justificar de modo racional la fe cristiana demostrando la
inferioridad de las convicciones de fe de los adversarios. Esto último solía ir de la
mano del celo misionero para convertir al cristianismo al adversario.
«..Nos reunimos todos el día del sol porque es el primer día (después del
sábado judío, pero también el primer día), en que Dios, sacando la
materia de las tinieblas, creó al mundo; ese mismo día, Jesucristo nuestro
Salvador resucitó de entre los muertos..»
«Porque también yo, cuando seguía las doctrinas de Platón, oía las
calumnias contra los cristianos; pero al ver cómo iban valientemente a la
muerte y a todo lo que se tiene por espantoso, me puse a pensar que no
era posible que ésos viviesen en la maldad y en el amor a los placeres»
«En conjunto, la figura y la obra de san Justino marcan la decidida opción de la Iglesia
antigua por la filosofía, por la razón, más bien que por la religión de los paganos. De hecho,
los primeros cristianos no quisieron aceptar nada de la religión pagana. La consideraban
idolatría, hasta el punto de que por eso fueron acusados de “impiedad” y de “ateísmo”. En
particular, san Justino, especialmente en su primera Apología, hizo una crítica implacable de
la religión pagana y de sus mitos, que consideraba como “desviaciones” diabólicas en el
camino de la verdad. (...). Sin embargo, la filosofía constituyó el área privilegiada del
encuentro entre paganismo, judaísmo y cristianismo, precisamente en el ámbito de la crítica
a la religión pagana y a sus falsos mitos. (...) En una época como la nuestra, caracterizada
por el relativismo en el debate sobre los valores y sobre la religión –así como en el diálogo
interreligioso–, esta es una lección que no hay que olvidar. Con esta finalidad –y así
concluyo– os vuelvo a citar las últimas palabras del misterioso anciano, con quien se encontró
el filósofo Justino a la orilla del mar: “Tú reza ante todo para que se te abran las puertas de la
luz, pues nadie puede ver ni comprender, si Dios y su Cristo no le conceden comprender”
(Diálogo con Trifón, 8, 3)».