Está en la página 1de 7

HORA SANTA MARIANA

Lector: Introducción

Estamos aquí reunidos como una gran familia en adoración , siguiendo el ejemplo del Beato Francisco Marto, uno de los tres pastorcitos
de Fátima, que todos los días acudía frente al sagrario en su parroquia para adorar a “Jesús Escondido”. Vamos a orar, vamos a adorar,
vamos a hacer reparación, vamos a elevar nuestras peticiones ante Jesús, nuestro Redentor, quien es Dios, presente de manera real y
verdadera, su Cuerpo, su Sangre, su Alma y su Divinidad, en el Sacramento del Altar, la Eucaristía.

Vamos a pedir por la paz del mundo, para que cese la violencia, la criminalidad, el aborto, la
eutanasia, las guerras y los conflictos. Por eso meditaremos el Santo Rosario de Santa María.

Vamos a pedir que Dios proteja nuestras familias contra tantos peligros y maldad, sobre todo a
nuestros niños y jóvenes, que el Señor los libre de los vicios de la droga, el alcohol, el sexo fuera
del matrimonio y todos sus excesos, para que el Buen Jesús una a la familia con paz y armonía
entre los esposos, entre padres e hijos y entre hermanos, para que reine la alegría y el amor
cristiano entre todos.

Vamos a pedir por el triunfo del bien sobre el mal, para que Dios ayude a los constructores de su Reino en la tierra a superar toda
adversidad, para que pronto tengamos una verdadera civilización de Amor, una nueva primavera para la Iglesia, que se vea renovada por
el Espíritu Santo, para que se cumpla la Promesa de Nuestra Señora del Rosario en Fátima, el triunfo de su Inmaculado Corazón. Hoy
celebramos su fiesta en la Iglesia.

Vamos a pedir por la conversión de los pobres pecadores, para que se arrepientan de sus pecados y vuelvan a buscar a Dios con un
corazón renovado. Pidamos que acepten la salvación que el Buen Jesús les ofrece, que abandonen el mal y abracen el bien.

Con el canto de entrada recibimos al Padre Rafael Ríos, quien nos dirigirá esta hora Santa.

CANTO: EL TRECE DE MAYO.

Padre Rafael:

Bienvenida y oración Inicial.

CANTO AL ESPIRITU SANTO. INÚNDAME ( Pág. 66)

CANTO DE MEDITACIÓN : DAME UN NUEVO CORAZÓN.

Lectura del santo evangelio según san Lucas 11, 37-41

En aquel tiempo, cuando Jesús terminó de hablar, un fariseo le rogó que fuese a comer con él.
Él entró y se puso a la mesa.
Como el fariseo se sorprendió al ver que no se lavaba las manos antes de comer, el Señor le dijo:
«Vosotros, los fariseos, limpiáis por fuera la copa y el plato, pero por dentro rebosáis de rapiña y maldad.
¡Necios! El que hizo lo de fuera, ¿no hizo también lo de dentro? Con todo, dad limosna de lo que hay dentro, y lo tendréis limpio todo».

Palabra del Señor.

EXPOSICIÓN DEL SANTÍSIMO.

CANTO: MI JESÚS SACRAMENTADO. ( Pág. . 71)

Padre Rafael:

CANTO DE FONDO: JESÚS EUCARISTIA (Pág. 62) y MIRAME SEÑOR. (Pág. 29)

Querido Jesús Eucaristía, venimos a adorarte en tu Presencia sacramental, y a darte infinitas gracias porque te has quedado en la Hostia
consagrada para ser nuestro consuelo y nuestra esperanza en este “valle de lágrimas”.
Santa Teresa de Ávila decía que esta vida es una “mala noche en una mala posada”, pero tu Presencia Eucarística es como la Estrella
radiante de la aurora, que anuncia el fin de la noche y el comienzo del día. Tú en la Eucaristía nos recuerdas nuestro destino final, que no
es la noche de nuestra vida terrena, sino el día sin ocaso de la eternidad feliz en la Casa del Padre.

Venimos a adorarte, a honrarte, a bendecirte, a alabarte y a darte gracias por tanto amor demostrado por cada uno de nosotros, en
toda tu vida, en tu Pasión, y en el misterio de la Eucaristía.

Querido Jesús Eucaristía, de modo especial queremos ofrecerte el homenaje de nuestra humilde adoración, recordando con gozo y
alegría a tu Madre, María Santísima, que también está en esta hora de adoración, porque donde está el Hijo, ahí está la Madre, y así
como María estuvo a tu lado toda tu vida terrena, sobre todo en los dolorosos momentos de tu agonía en la Cruz, así también está Ella
ante Ti, en tu Presencia Eucarística, adorándote junto a legiones innumerables de ángeles. En esta adoración eucarística queremos
adorarte y al mismo tiempo venerar y honrar a tu Santa Madre, María Santísima, Madre nuestra por tu gran amor
Señor hoy me pongo a reflexionar acerca de mi pasado y las imágenes que pasan por mi mente son tan “obscuras”, tan confusas, Dios
mío, no alcanzo a entender cómo es posible que yo pudiera haber estado tan alejado de ti.

La penumbra invade mi alma, mi corazón siempre está agitado, mi mente siempre confundida y abrumada con tantas cosas, no se a
donde voy y tampoco me detengo a pensar en lo que hago, no tengo conciencia de mi proceder y en otras ocasiones los pensamientos
negativos, el orgullo, la ira y el coraje me hacen su presa y no se como librarme de estas cosas.

Sin embargo Dios mío, Tú estas allí siempre, cuando todo me irrita, cuando reacciono sin pensar, pero Tú señor, en tu misericordia, allí
sigues a mi lado, protegiéndome, tienes a tus ángeles cuidándome, como guardianes invisibles, aunque yo te rechace Tú invisible me
cuidas.

Me proteges siempre, me libras del mal, Gracias Señor porque Tú no tomas en cuenta mi mal comportamiento ni mi ingratitud para
seguir conmigo.

Hoy humildemente te pido que me perdones por ser ciego a tu presencia y también te pido perdón por ser sordo a tus palabras, te pido
perdón por el mal que causé a mis semejantes consciente e inconscientemente.

Te doy gracias Señor por no haberme abandonado, te doy gracias porque nunca perdiste la paciencia conmigo, te doy gracias por
acercarme a ti y por seguirme limpiando cada día, para poder servirte y amarte con un corazón limpio y mostrar ese mismo amor a mis
semejantes.

Gracias también a ti Virgen María, gracias Madre porque nunca dejaste de interceder por mi, porque me amas tanto como una
verdadera madre ama a sus hijos y quieres lo mejor para mi. Perdona mi actitud de soberbia y ayúdame a tener un corazón humilde
como el tuyo.

HAGAMOS UN SANTO SILENCIO POR ALGUNOS MOMENTOS PARA ENCONTRAR EN EL SILENCIO LA VOZ DE DIOS EN NUESTROS
CORAZONES.

¿Señor, qué quieres de mí? ¿Cómo puedo servirte mejor? Te amo Jesús y te pido perdón
por todas las veces que me he apartado de Ti, por no orar lo suficiente, por no acudir a la
Santa Misa, por no recibirte dignamente en la Santa Comunión. Perdón, mi
Dios por no agradecer lo suficiente todos los favores y bendiciones que he recibido de Ti.

Lector:

CANTO DE FONDO: LA FE DE MARIA.

Durante su vida en la tierra, los niños y jóvenes eran los preferidos del Señor Jesús. Los padres traían a sus hijos a Jesús y Jesús les pedía
que se congregaran alrededor de El para bendecirlos: “Dejen que los niños vengan a mí y no se lo impidan porque de los que son como
ellos es el Reino de los cielos.” (Lucas 18:16)

Al Beato Francisco de Fátima le gustaba consolar a Jesús escondido en el Santísimo Sacramento del Altar por tantos seres humanos que
son indiferentes, que no le aman y peor aún, que lo ofenden de muchas maneras. Al consolar a Jesús que se siente triste por
los seres humanos alejados de El, encontraremos mucha paz y felicidad para nuestras
almas, pues Jesús vendrá a vivir a nuestro corazón y nos dará el regalo de su alegría.

Querido Jesús Eucaristía, cuya encarnación fue anunciada por el Arcángel Gabriel a María Santísima, convirtiéndola luego de su “Sí” en
Madre de Dios, te pedimos que nuestros ángeles custodios nos recuerden permanentemente el glorioso día en que María dio su “Si” a la
Voluntad divina, y así como Ella te recibió en su seno inmaculado, así también nosotros, santificados por la gracia del sacramento de la
Confesión, te recibamos por la Comunión eucarística con un corazón puro.

Querido Jesús Eucaristía, apenas nacido fuiste llevado en brazos por tu Madre, María Santísima, al templo de Dios, y allí los santos
Simeón y Ana, llenos del Espíritu Santo, se alegraron sobremanera al reconocer en Ti, pequeño niño recién nacido, al Hijo de Dios; haz
que la Virgen María nos presente ante Ti, para que iluminados por el Espíritu Santo, te reconozcamos como Dios Hijo, y así nuestra vida
se llene de alegría, aun en medio de las tribulaciones y pruebas.

Querido Jesús Eucaristía, que cuando tenías doce años, te quedaste en el templo, asombrando con tu sabiduría infinita a los
maestros y doctores de la Ley, siendo finalmente encontrado por María Santísima, haz que tu Madre lleve de la mano a tantos y tantos
hermanos nuestros que te han perdido, y no saben dónde estás, para que te encuentren en el templo, en el sagrario, en la Eucaristía,
desde donde concedes gracias infinitas a quienes acuden a Ti.
Querido Jesús Eucaristía, que cuando eras adolescente, fuiste cuidado y educado con amor sin igual por María Santísima, quien te
preparó de esta manera para tu sacrificio en Cruz por amor a nosotros, haz que tu Madre nos instruya acerca del misterio eucarístico,
misterio por el cual prolongas tu Pasión de amor por los hombres.

Querido Jesús Eucaristía, cuando subías por el Calvario, con la Cruz a cuestas, y cuando eras crucificado y quedabas en agonía por
tres horas hasta morir la dolorosísima muerte de Cruz, te suplicamos que sea también tu Madre la que nos acompañe en el via crucis de
la vida, en todo momento, para que al momento de partir, nuestra alma sea recibida por Ti en el cielo.

Querido Jesús Eucaristía, que luego de resucitar fuiste al encuentro de tu amadísima Madre, a quien diste el privilegio de ser la
primera en verte resucitado, te pedimos que, así como Ella se alegró por tu resurrección, así también nosotros nos alegremos ante tu
Presencia Eucarística, en donde te encuentras con tu Cuerpo glorioso, resucitado, lleno de la luz, del amor y de la gloria de Dios Uno y
Trino.

Padre Rafael: CANTO DE FONDO: MARIA MIRAME.

Santísima Virgen, Madre de Dios y Madre mía, a ti te debo la gracia de estar aquí, en presencia de tu Divino Hijo. Pongo a tus pies mi
pobre oración para que Jesús la reciba como venida de tus propias
manos, y así mis ruegos sean agradables a sus divinos ojos.

A cada petición respondemos:

“ Madre María, intercede por mi ante tu Hijo Jesús “


1. Por nuestro Santo Padre el Papa, nuestro Obispo, por todos los sacerdotes y personas consagradas a Dios para que sean buenos y
santos y nos ayuden a encontrar el camino que conduce a Jesús. Roguemos al Señor.

2. Por todos los que están alejados de Dios para que se conviertan y se salven, para que vuelvan a encontrar el camino de amor y paz.
Roguemos al Señor
3. Por todos los que abusan de los medicamentos, de las drogas, del alcohol y el tabaco, por
todos los que están atrapados en vicios que destruyen sus vidas y las de sus seres queridos,
para que sientan la liberación de sus males por el poder del Buen Jesús y la intercesión de la
Virgen de Fátima, que se vean renovados y puedan llevar vidas
productivas junto a sus seres queridos. Roguemos al Señor.

4. Por nuestras familias, por nuestros padres, hermanos, abuelos, tíos, primos y demás
familiares, para que todos crezcamos en el amor a Dios y a nuestros familiares, que tengamos
paciencia para resolver nuestras diferencias, que tengamos perdón para
olvidar las cosas desagradables, que tengamos caridad para ayudarnos todos a vivir una vida
mejor, de alegrías y felicidades al tener a Dios en nuestros corazones. Roguemos al
Señor.

5. Por la paz del mundo, para que termine la violencia y el odio, los crímenes y los asesinatos,
que tanto desagradan a Dios y ponen en peligro nuestras vidas. Para que el Buen Jesús nos
proteja de la maldad de los que buscan hacernos daño y para que toque sus corazones y les
deje probar su paz y amor y con ello sus vidas se vean transformadas. Roguemos al Señor.

6. Por todos los que necesitan de nuestras oraciones para enderezar sus vidas, para curar sus
enfermedades, para aliviar su sufrimiento, para remediar las injusticias y compartir en la
pobreza. Roguemos al Señor.

7. Por los niños y jóvenes para que sigan los llamados del Buen Jesús, “Jesús

Escondido” y sean generosos en su respuesta. Que tengamos buenas madres y padres, buenos
esposos y hermanos, buenos sacerdotes y religiosas, buenos solteros y personas consagradas a
Dios, según el Espíritu Santo les indique su vocación para que puedan
realizarse como mejores personas, personas sanas y equilibradas, que sepan amar y ser
amadas. Roguemos al Señor.

8. Por los problemas que nos preocupan más en nuestras vidas personales y en

nuestras familias. Para que el Señor muestre el camino para superarlos poco a poco, con fe y
esperanza, de manera que los problemas nos sirvan para encontrar a Dios en
nuestras vidas, cargando nuestras cruces como el Buen Jesús cargó la suya por nuestra
redención. Roguemos al Señor.

9. Por aquellos que niegan la virginidad de María y su condición de Madre de Dios. Roguemos
al señor.

10. Por los padres y adultos que no enseñan a los niños que María Santísima es Inmaculada y
Llena del Espíritu Santo. Roguemos al Señor.

Lector: Oración de despedida: Querido Jesús Eucaristía, debemos ya retirarnos a nuestras


ocupaciones diarias, pero dejamos nuestros corazones a los pies del sagrario, para que María
Santísima los una al coro de ángeles y santos que te adoran por la eternidad.

Padre Rafael.

Señor Jesús, que te entregaste a nosotros como alimento en la Sagrada Eucaristía y con ella
renuevas el Sacrificio de la Cruz, tu Pasión, Muerte
y Resurrección, agradecemos estos momentos maravillosos que hemos pasado delante de Ti
en el Santísimo Sacramento del Altar, mientras te pedimos que mantengas nuestra fe viva,
nuestro corazón inflamado de tu Amor Divino. Llénanos de tu gracia y
misericordia.

Gracias por darnos por Madre a Tu Madre, María Santísima, Nuestra Señora del Santo Rosario
de Fátima y por su maravilloso mensaje a los tres pastorcitos, mensaje que es un gran regalo
de Dios para la Iglesia Universal y para toda la humanidad. Que el Mensaje de Fátima nos
ilumine el camino para abrazar el Evangelio de Cristo con todo el corazón.

BENDICION CON JESUS SACRAMENTADO.

CANTO QUÉ BIEN SE ESTA AQUÍ.

CANTO A LA VIRGEN. TU CORAZON INMACULADO TRIUNFARÁ. ( Pág. . 85)

También podría gustarte