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DESARROLLO
I lesa rro llo ontogenético, concepto central de la P E, tiene una dificultad adicio-
■ I i . i su a bo rd aje episte m o lóg ico : la de se r un proceso Invisible, por lo oue resulta
" « lili, p o r vía d e las transform aciones conductuales y com portam entales.
requiere para su estudio de elem entos m ediadores, y de una necesaria
' ‘ . r e e l P ^ o lo g o /a ot)servador/a y el desarrollo, porque el observador/a
ii ,il ' per^! desarrollo directam ente, va a observar com portam ientos que se
' " Im ello entonces, estam os ante la posibilidad de e n u n cia r leyes del desa-
wi .|im '« « •« ija s que definan el escenario donde van a tran sfo rm arse conductas
• i<” ("I. cit.) la define com o todas las m an ifesta cion es del s e r hum ano
m Hurí mi prosentación.
con°un s e n U d ^ A lz a ^ u ^ b r a z o ^ e d e '^ 9 sS0Uf° ^ ^ ™ í^ ° ^ ^ a<'^ l'íe^
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específico. ' - S i f
com r s iento
portam r rclaram
— ente -definido y con un seniido
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tensiones propias del m om ento e v o l u L lo que d e fh e a b c o n d ic .» d ! ^
y no de otra. «une a la conducta de una m anera
zación. VSr 13 referenda 3 ° traS Parad0jas del desarro"° ^ el capítulo acerca de Proceso de Sociali -
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hay un m ovim iento e volutivo de transform ación y cam bios. B ásicam ente, recorde-
mos a E. Erikson, quien trabaja con un esquem a bien interesante respecto de lo que
define com o las ocho edades del hom bre. Su últim o libro lleva por título: E l ciclo vital
com pletado. Es un texto que luego re-edita su esposa, con algunas m odificaciones
que el a u to r venía trab aja nd o. Tam bién nos interesa la idea de curva vital, que es la
i (¡presentación gráfica del ciclo vital.
Cabe reco rd ar aquí los aportes de D. Levinson (1986) quien d istingue entre
el concepto de curso vital (que refiere a la constante evolución de la vida); ciclo
vital (dando cuenta de un orden subyacente que define el curso vital, m arcando las
estaciones o eras por las que el sujeto ha de transitar); y e structura vital (concepto
que articula “estru ctu ra so cia l” con "estructura de la person alida d ” , en tanto patrón o
diseño que subyace a la vida de un sujeto en un m om ento determ inado).
El d esarrollo com ienza, por definición, con la unión de los gam etos en el fe -
nóm eno que conocem os com o concepción, que dispara m ecanism os biológicos de
m ultiplicación ce lu la r y finaliza con la m uerte. D iscrepam os con autores cuya pers-
pectiva concibe el desa rrollo hasta la m adurez, el estado adulto del ser, entendiendo
que luego prim a lo involutivo. Entendem os que hay desarrollo perm anentem ente, aún
" ii las fases involutivas biológicas propias del e nvejecim iento (sí bien, en definitiva,
com enzam os a e nve je cer desde que nacem os: otra paradoja del d esarrollo). Es
••vidente que d esde antes de la vejez se viene produciendo un deterioro paulatino
>n la esfera b io-som ática y en procesos generales que podem os describir, siguiendo
il<lunos autores, com o de retrogénesis de las e structuras cognitivas, lo que no obsta
|uim que d efe nd a m o s la idea de que el desarrollo continúa hasta el final de la vida,
" ii tonto g e n erad or de cam bios evolutivos en los com portam ientos.
C lásicam ente se ha graficado el desarrollo por m edio del dibujo de la llam ada
■ urva vital resultante de un eje de coordenadas donde en el eje horizontal se colocan
l.v, edades cronológicas (el tiem po que transcurre, lo cronológico, ente nd ien do por
till lo que m iden las a gujas del reloj) y en el eje vertical se da cuenta de los niveles
>l" Im nsform ación m erced a la intensidad, m agnitud y celeridad de los cam bios y
iiiiiilific a c io n e s producidas por el proceso de desarrollo, el em puje de los cam bios.
I m i ciuce de a bscisas y ordenadas nos da com o resultado esta curva.
La curva vital, si la consideram os desde el punto de vista de la ecuación: edad-
tii li >\lón de nuevos com ponentes determ inados por el desarrollo, tiene desde su inicio
un.» .iceleración im portante en ascendencia, luego va te nd ien do a desa celera rse y
•lisponerse hacia una fase de m eseta, y finalm ente entra en un declive paulatino.
Am bos ejes se interceptan en el fenóm eno del nacim iento, allí se dem arca el
i «unto 0 ¡dentificable, absolutam ente observable, que dispara el conteo cronológico de
lii m iad del sujeto. Si bien nosotros vam os a m encionar edades, datos cuantitativos,
i m itológicos, fechas, que expliquen la sum atoria de tiem po tran scurrid o desde el
m u Im icnto hasta el m om ento del que se trate, es necesario a clarar que no asociam os
•limt I.intente m om ento evolutivo con edad cronológica: no se es ado le scen te por
iunni 15 años, ni adulto por te ne r 40 años. No es la edad lo que define la esencia
>l"! <l<".«trrollo, si bien en general, cada m om ento evolutivo a con tece para la m ayoría
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de ,os sujetos en consonancia o c o l e s e ^ En * £ * -
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m om ento e volutivo dado. M ás bien d e b e re m o a p e te r » ' ^ t o p c o ^ ¡
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zas biológicas y m en os por lo psico log icciy bienta| a dm itiendo el desarrolla
^ “ d ^ ^ S n ^ s . p * ^ ^ —
S r r o T e ^ ' e v o l u t l v ^ q u e engloba todos los ..........
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^ ñ , r a nd L qpaes o ea C m e ra
evolucion de las estructuras cogm tiv ca p ítulo co rrespondiente) donde
todo un gran estadio que es el sensorio m otor e sq u e m as que
la herram ienta es la acción y em piez nensam iento representativo. Desde
preparan el adve nim ie nto de la com enzando a
el punto de vista e m ocional y cog instalándose p sicoafectivam ente en lo
m anejar rudim entos de lenguaje y qu m e H¡0 está en un m om ento critico
que Freud llam ó fa se anal. u " " in* ° iogrando una
evolutivo m uy significativo, esta abil¡tante de m ayor autonom ía, está pasando
e r ó g e n a ^ ^ c o m o rectora « « . in—
4) Los 3 años (teniendo en cuenta siem pre el m argen relativo que conlleva toda
" i' i encía a edades) son un m ojón a partir del cual niños y niñas estructuran fu e r-
temente sus d inam ism os psico-socíales en torno a su curiosidad sexual, enfocada
I i i k .ü las d iferen cias anatóm icas genitales, que ahora cobran significación a nivel
mii. ipsíquico. Em piezan a m anifestarse con gran vigor las fantasías inconscientes y
11<■.eos respecto de la pareja parental, con finalidad libidinal y tanática. Si ponem os el
nnlasís en el d esarrollo afectivo sexual encontram os que en estos años finales de la
primera infancia (previo a la escolarización en enseñanza prim aria) debem os señalar
l.i im portancia crítica, en especial para la futura constitución de la identidad sexual,
■lo las vicisitudes y form as que adquiere el com plejo d ispositivo que el psicoanálisis
lie definido com o C om plejo de Edipo.
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la pubertad tam bién está dado por un hecho biológico m adurativo e xpresa do por la
eyaculación.
8) La a dolescencia, si bien paradigm a de referencia en lo que respecta a crisis
evolutivas, ha perdido en parte su hegem onía en este sentido en tanto el concepto de
ciclo vital actual apuntala la idea de que en cualquier m om ento del d e sa rrollo pueden
darse tran sfo rm acio ne s de enorm e significación y d ram atism o (particu larm e nte en
la dim ensión psico-social).
9) La a du ltez jove n se verá m uchas veces m atizada por el influjo de la inercia de
las fases ta rd ía s de la adolescencia o por fenóm enos dinám icos pos adolescentes.
Esta entrada en el m undo adulto requiere tam bién de una elaboración crítica gradual
y parece producirse hoy de m anera m enos contundente y precipitada respecto de
lo que acontecía en el desarrollo hace apenas m edio siglo atrás (por lo m enos para
los sectores m edios de la población). Se trata por lo general del m om ento evolutivo
en el que se consolida la vida de pareja, se funda una nueva fa m ilia y se produce la
inserción en el m undo laboral.
10) La a du ltez m edia se ha constituido en un ve rd ad ero crisol de potenciales
tran sfo rm acio ne s vitales, y las definiciones im puestas por la crisis de la m itad de la
vida exigen en la actualidad ser problem atizadas profundam ente. En especial las
novedosas form as de pro cesa r los vínculos afectivos y la diversidad de dispositivos
utilizados para dar o rganización a los agrupam ientos fam iliares que poseen, a este
respecto, un sitial preponderante.
11) La a du ltez tardía centra sus aspectos críticos en la e la bo ración de los
cam bios so breve nid os por aspectos ¡nvolutivos4, y la transición hacia el m om ento
de la vejez.
12) A la vejez, desde un tiem po a esta parte, se la ha te nd ido a a sociar más
bien con el m om ento de la adultez, pasando a designarla com o la edad del adulto
mayor. Es m uy difundida tam bién la expresión tercera edad y dado el aum ento de
la e xpectativa de vida y la longevidad, se ha propuesto tam bién la expresión cuarta
edad. Sus d in am ism o s responden en general a la profundización de los aspectos
¡nvolutivos, y la incidencia de procesos de duelos y m icro-duelos.
La ocurre ncia de crisis evolutivas es a bsolutam ente d ete rm ina nte del proceso
de desa rrollo que da sustento al ciclo vital. Una crisis (del griego: k rin o ) es por defi-
nición cam bio, tran sfo rm ació n, m odificación, alteración, decisión, separación, juzgar.
P odem os relacionarla con p e lig ro , ya que la d esestabilización pro du cto del cam bio,
introduce en el sujeto una m ovilización tal que, en ausencia de recursos re-adaptativos
externos e internos, podría llevar a la no recuperación de la hom eo sta sis perdida (en
realidad se trata de la producción de una nueva hom eostasis d iferen te a la anterior).
E ntendem os aquí la h om eostasis com o un equilibrio psicosocial (sie m pre inestable)
dinám ico que im plica los niveles autoorganizatívos y alo org an iza tivo s. Si el equilibrio
h om eostático no es recom puesto el sujeto queda expuesto a p ro ble m a s que pueden
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ni causa de a lteraciones y d esviaciones del desarrollo, y éstas a su vez de conflictos
y im stornos que trascie nd an la crisis evolutiva tornándola una crisis de otro orden.
Si un sujeto no reconstruye el nuevo equilibrio h om eostático se instala una
(in du ra que puede d a r origen a sintom atologías del orden de lo psicosom ático, de lo
psicológico, de lo v in cu la r y de relación con el m undo. Allí radica el com p on en te de
i t’lltjro, en la no reco m p osición del equilibrio que deja al sujeto sum ido en un trastor-
nn A este aspe cto se le asocia el de o po rtu n id ad , que consiste en la posibilidad de
rtccoder a un estado que trasciende y supera el anterior, acorde con los cam bios de
Im vida, con la co nsigu ien te posibilidad de una lectura autocrítica del m om ento que
i|(if}da atrás. La crisis en tanto corte prom ueve el pasaje de un e quilibrio dinám ico
(pnlcosocial) a otro.
F en om enológicam ente una crisis es un conjunto o concurrencia de fenóm enos
i|Uti im prim en una e xigencia al sujeto, en tanto am enazan con a lterar o alteran el
■ |i illibrio de los co m p orta m ie nto s cotidianos. Una situación crítica instalada no se
pmide esquivar, diferir, im p ed ir y exige una respuesta, una tram itación. Tram itar, en
I ü i minos laxos, sería p on er algo en otro lugar. La tram itación requiere de tiem pos
—1< i nos e internos de procesam iento, donde el psiquism o trab aje para lig a ry religar
11 tnergla a sus o bjetos internos.
Venim os tran sitan d o el desarrollo con un curso de e xistencia continua (más
propiam ente con una sensación de continuidad existencial), y la configuración de
mi lenóm eno crítico produce un disloque de dicho estado, sacando al sujeto de ese
liigni, le usurpa un equ ilibrio en el cual estaba sostenido/a, alteran do su continuidad
* i .lnncial, im p actan do con m enor o m ayor intensidad en aspectos de su identidad,
i I (mntlm iento de co ntinuidad existencial asegura un soporte a la identidad, porque
• l i >i ¡e sostiene sobre la cotidianeidad que es m ed ianam ente estable y continua,
nn l.i ilusión de que la existencia lleva un curso sin rupturas. El hecho de que nos
-ii iittmos uno y el m ism o al cabo de nuestras vidas, ocurre porque el psiquism o articula
i*' yoos que fuim os, los yoes que serem os y el yo que som os (M offatt). El yo que
nindü adm ite va rio s personajes, varios roles, varios e stados ante la “re a lid a d ” .
I -ílo que nos pasa m uchas veces en la vida exige de parte del psiquism o el
Mi-,lio por un proceso de elaboración. La oportunidad está tam bién en la posibilidad
i Im i 'I. tliorar y tra sce n d e r ciertos esquem as em ocionales. E laborar tiene que ve r con
Irtln h " y lab or tiene que ve r con trabajo. Entonces el aparato p síquico está som etido
.( Iii D«i(|nncia de un trab ajo de sustitución de la hom eostasis perdida. El yo tiene que
iim im ponerse para p on er en m archa los m ecanism os defe nsivo s ada pta tivo s que le
im .i perm itir readaptarse, está exigido a d estinar energía psíquica para reelaborar
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h\ la asunción de lo nuevo.
MientraTdúra e, proceso de ei— c n tic ^
se va adquiriendo paulatinam ente o tra nacim iento hasta
m oviliza a nsiedades e spe cifica s a le a b o de toda la vKla iw s a ^ ^ ^ ^ ^
la m uerte se e videncian tres tipos ®SIC sia u ie n d o term inología proveniente
bolizar nos pueden llevar al proceso de en ■ 9 dispara el trabajo de
de te orizacio ne s de M elanie Klein,
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de lo m acro-cultural.
“Una crisis evolutiva e s justamente aquel evento constituido por ro.
«es psico-socteies c,ue dinamizan -p o r su Y * . , ... ,
evo, a to a d o .» ,,,.......... |
•im i ir.is puede se r traum ática básicam ente por diversas razones. Primero:
p H ltlfttl do loa e lem entos críticos externos. A unque el estado del aparato psíquico
■.......m ili ¡Iones adecuadas, la intensidad del aflujo de tensión externa es des-
!*mIm .n(|undo: el estado del aparato psíquico. Esto es, la capacidad para m e-
' M* (in-.iodades, que se haya ido obteniendo m ediante expe rie ncias pasadas y
■ id td a d.iptativa de los m ecanism os de defensa que el yo pone en juego.
Si- i i la Ir .agilidad o fortaleza del aparato psíquico y el te n o r em ocional residual
*• i",H u n d a s vividas, un m ism o evento puede en un sujeto ocasionar una situa-
.............Ii i y o n otros no. Tercero: la sumatoria, concurrencia o contem poraneidad
!!()'••* 11 mito:, de la “realidad” que im pactan y exigen cam bio crítico. Un evento
Iflllm |<1 1 unido deve nir traum ático o no tam bién en función de su asociación (ya
)H mI i "iito o, por vía de resignificación, con episodios ya vividos) con otros
n i o Im ‘tildó se recíprocam ente en su potencialidad desestructurante. Cuar-
¡fiMIM id o no de anticipación. El carácter de inesperado de un evento puede
m. mi mayor im pacto y acrecentar su potencialidad traum ática; tom a al sujeto
A i § ( i y no lo perm ite prepararse. Quinto: presencia o ausencia de recursos
pvo* . Uno elem entos pueden hacer que una persona tenga disponibilidad de
MfMitn iidaptatlvos, defensivos, etc., a m odo de recursos, para que un evento
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que pudiera se r traum ático no lo soa? A este respecto es necesario el soporte social
para e la bo rar una crisis, el cual implica:
- Apoyo e m o cio n a l, que significa contar con alguien y confiar en alguien. Puede
se r que te ng am o s a alguien, pero si no confiam os de nada nos sirve.
- Apoyo ta ng ible , material, o sea elem entos fácticos, de relevancia com o aportes
de respaldo y ayuda concreta.
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V nutoorganizadas). Las totalidades se organizan en configuraciones donde alternan
urden-desorden, determ inism o-caos, lo q u e podría grafícarse m ediante la secuencia:
llnoalidad-m eseta-bifurcaciones.
Veam os de form a bien concreta qué procesos biológicos (nunca totalm ente
il<-¡m arcados de lo am biental), determ inantes del desarrollo, podem os identificar
m s d e una m irada panorám ica. La m aduración es sin duda el aspecto central a este
inspecto. D epende del program a genético, que puede considerarse al m odo de un
plun constructivo filog en ética m en te codificado. Éste va a pro m o ver d isp osiciones o
■’.lructuras disp osicion a le s que se desplegarán en dirección centrífuga en base a
Inyes inm anentes (las que tienden a definir un destino, una progresión y un tiem po
■nlrolazado por ritm os). Se determ inan así com portam ientos de aparición espontánea
|iuk.'ncialm ente actualizables y actualizados (no d eterm inados) por el am biente.
Las e structuras d isp osicionales pueden clasificarse com o conteniendo d isp o -
siciones estables e inestables. Las prim eras se im ponen frente al am biente presen-
i. ii ido m ayor resistencia a su influjo. Son m ás im perm eables en este sentido y se
■ responden con las llam adas disposiciones específicas. P odem os e jem plificarlas
tundíante reflejos, instintos, im pulsos elem entales, actitud sensorial, etc., y lo que
i H» Iríamos llam ar las capas psíquicas m ás profundas.
Las disposiciones inestables com prenden las funciones intelectuales, los rasgos
im cterológicos, etc., aquellos aspectos que adm iten un m oldeam íento convergente
ilm ide lo am biental.
Autores m ás actuales proponen por ejem plo, acerca del desarrollo, la existencia
tlti cinco m otivos básicos en la infancia tem prana (Em de, R., 1993), que seguirían
I h o;¡untes al cabo del d esarrollo posterior, por lo cual se definen com o “m odos fun-
ilttinontales del d e sa rrollo ” :
1) La actividad. La especie hum ana está dotada desde el nacim iento de una
capacidad b io lógicam ente determ inada para se gu ir adelante, pro gresa r y
a van zar en el proceso de desarrollo.
2) La auto rre gu la ción . D ependiente de funciones correctoras que arm onizan el
proceso de desarrollo.
3) La a daptación social. Parte de la capacidad de ensam ble o “e n ca je ” biológico
con el entorno. A quí está incluido el concepto de apego conside rad o más
a delante en este texto.
A) M onitorización afectiva. R efiere al papel central que cu m ple la com unicación
em ocional en el desarrollo.
'>) A sim ilación cognitíva. Está en función de la tendencia innata a buscar lo no
fa m iliar en el entorno para hacerlo fam iliar (retom arem os este concepto en
el capítulo sobre d esarrollo cognitivo).
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