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La polisomnografía es el estudio a realizar para ahondar en la patología del sueño.

En ella se evalúan los movimientos oculares, el electroencefalograma, se realiza


electromiograma de mentón, brazos y piernas, flujo aéreo (respiración buco nasal),
electrocardiograma, oximetría de pulso y los sonidos por medio de un micrófono.
El electroencefalograma es indispensable para diagnosticar las etapas de sueño
REM no REM. El hipnograma es un gráfico en el cual se representa el estado de
vigilia y las distintas etapas del sueño. Los ciclos del sueño REM y no REM tienen
una duración aproximada de 90 a 120 minutos. Durante el comienzo de la noche el
porcentaje de sueño profundo es mayor y con el correr de las horas el sueño REM
aumenta. La duración de cada etapa depende de la edad y el estado farmacológico
del sujeto. El sueño REM resulta ser el 18% al 20% del tiempo total del sueño. Con
la edad disminuye el sueño profundo.
Puede que los trastornos de la respiración produzcan múltiples despertares. En este
tiempo pueden producirse des saturaciones de oxígeno. Este cuadro puede
acompañarse de ronquidos y un body mass index elevado (normal:20-25,
aceptable:25-30 y de riesgo:30-35). Este tipo de pacientes suelen presentar
somnolencia diurna y provocar accidentes, e incluso puede que este sea el motivo
de consulta o bien que se queje por bajo rendimiento diurno. Paralelamente la
hipoxemia crónica produce poliglobulia. Estos pacientes no son pasibles de cirugía,
sino de tratamiento clínico. La apnea puede ser de causa obstructiva (en la cual
existen movimientos respiratorios, pero hay una obstrucción de vía aérea), de causa
central o mixta.
Es muy común que las reacciones de despertar no se relacionen con apnea sino
con reflujo gastroesofágico. En otros casos de pacientes con Cheines-Stokes en los
cuales existe obesidad sobreagregada puede que empeoren sus apneas por
restriccón sobreagregada. En estos casos puede ser de utilidad un CIPAP. Otra
causa de trastornos del sueño son las arritmias cardíacas, que producen reacciones
de despertar. Existe un índice que es el índice de apnea-hipopnea o de perturbación
respiratoria, siendo el valor normal de 10.

El sueño también es estudiado


Si el sueño es uno de los indicadores clave de nuestra calidad de vida,
cuando no se consigue dormir bien, el descanso tanto físico como mental
tampoco se lo puede lograr, y con ello se presentan desórdenes de la
salud.

“El dormir no es sólo un período de ‘reposo’ de la rutina de cada día. Es un


estado activo que es importante para ayudar a mantener nuestra salud
física y mental”, dice la Academia Americana de Medicina del Sueño,
AAMS.
Para el médico psiquiatra Gonzalo Matovelle, miembro de la AAMS, el
insomnio (dificultad para iniciar o mantener el sueño) y la hipersomnia
(somnolencia durante el día) constituyen dos de los principales motivos de
consulta psiquiátrica, pues están relacionados con problemas de ansiedad
y depresión.
Aclara que lo más común en pacientes con ansiedad y depresión es el
insomnio primario crónico —meses o años de no dormir bien—, cuyas
causas más comunes son la ansiedad, el estrés, el alcohol, el café.
También señala al insomnio primario agudo, que son lapsos de semanas
de no dormir bien.
Cualesquiera de los tipos de insomnio no permiten lograr una buena noche
de reposo, lo que conlleva repercusiones graves en la salud.
El 40 por ciento de la población mundial —dice Gonzalo Matovelle— sufre
de alguna forma de insomnio, del cual el 16 por ciento lo tiene crónico. Es
decir, de los dos millones de habitantes de la ciudad de Quito, 800 mil no
duermen bien.
LAS ETAPAS DEL SUEÑO
Se conocen dos etapas del sueño: sueño sin movimientos oculares rápidos
(NREM, por sus siglas en inglés) o sueño desincronizado, y sueño con
movimientos oculares rápidos (REM, por sus siglas en inglés) o sueño
sincronizado.
Según información de la Biblioteca Nacional de Medicina de los EEUU, el
acto de soñar está asociado con el sueño REM. Durante esta etapa, no se
mueven los músculos corporales, con excepción de los ojos y los
pulmones.
Entre tanto, el sueño NREM tiene 4 etapas que se pueden diferenciar por
medio de ondas cerebrales, EEG.
Una persona con sueño normal tiene un promedio de 4 a 5 ciclos de sueño
REM y de sueño NREM durante una noche. Las dos etapas de sueño se
alternan cada 90 minutos aproximadamente.
Foto_2: Con los exámenes polisomnográficos se registran las ondas
cerebrales, frecuencia cardiaca, movimientos musculares del paciente.

LA POLISOMNOGRAFÍA AYUDA AL DIAGNÓSTICO


“El momento en que uno entienda bien a la persona en su noche, tiene más
opciones de entenderla mejor durante el día”, afirma el doctor Matovelle,
quien destaca además la importancia de estudiar algo que representa la
mitad de nuestras vidas: el sueño. Por ello, él abrió en Quito el Laboratorio
del Sueño, Insomnolab. Allí se realizan exámenes polisomnográficos.
En la actualidad, los problemas del sueño pueden diagnosticarse y ser
tratados de formas más precisas mediante la polisomnografía, que mide la
actividad del cerebro y del cuerpo mientras la persona duerme.
La polisomnografía es en un estudio del sueño que mide sus ciclos y
etapas por medio del registro de las ondas cerebrales (EEG), la actividad
eléctrica de los músculos, los movimientos oculares, la frecuencia
respiratoria, la presión arterial, la saturación del oxígeno en la sangre y el
ritmo cardiaco.
Entre los trastornos del sueño que se pueden evaluar con un estudio
polisomnográfico, explica Gonzalo Matovelle, están el insomnio,
hipersomnia (somnolencia diurna excesiva), apnea obstructiva del sueño,
narcolepsia, problemas respiratorios o alteraciones de comportamiento
durante el sueño.
Los exámenes polisomnográficos son realizados sobre todo en niños,
ancianos y embarazadas.
 
EXÁMENES POLISOMNOGRÁFICOS, PASO A PASO
Los exámenes polisomnográficos se realizan en centros especializados en
estudios del sueño, la mayoría de las veces durante la noche.
La recomendación inicial: no consumir ningún medicamento para dormir, ni
alcohol ni bebidas que contengan cafeína antes del examen.
Al paciente, acostado en una cama, el médico, o el tecnólogo, le coloca
electrodos en el mentón, el cuero cabelludo y en el borde externo de los
párpados.
Las señales provenientes de los electrodos se registran mientras la persona
está despierta con los ojos cerrados y durante el sueño. Se mide el tiempo
que la persona necesita para conciliar el sueño y el tiempo que toma para
entrar en el sueño MOR (movimiento ocular rápido).
También se le colocan monitores en el pecho para registrar la frecuencia
cardiaca y la respiración.
Para su posterior análisis y verificación de si han ocurrido eventos
anormales durante el examen, el periodo de sueño del paciente puede
grabarse en un video.
Los resultados del examen permiten determinar si el paciente muestra
patrones normales o usuales de las ondas cerebrales y de los movimientos
musculares durante el sueño, o si se confirma la presencia de un trastorno
del sueño del cual se sospecha.
La polisomnografía ayuda a una mejor comprensión del sueño del paciente.
El tratamiento que recomendará el médico será diseñado de acuerdo con la
alteración del sueño diagnosticada.

HIGIENE DEL SUEÑO


Si el dormir ocupa gran parte de nuestras vidas, como parte de una “higiene
del sueño”, lo primero que recomienda el médico psiquiatra Gonzalo
Matovelle es “sacar la televisión del dormitorio”. ¿Por qué? Porque, dice el
especialista, este aparato es una fuente luminosa que estimula al cerebro
que no induzca el sueño.Un buen colchón es otro elemento de la higiene
del sueño. Aunque, “la cama sólo debe servir para dormir o para tener
relaciones sexuales, no para leer ni ver televisión” dice Matovelle; algo que
rara vez se lo cumple.
OTRAS RECOMENDACIONES PARA DORMIR BIEN
• Mantenga un horario regular de sueño, incluso en días que no trabaje o
durante el fin de semana.
• En caso de estar en la cama y no sentirse con sueño, siendo incapaz de
dormirse en 20 minutos, salga de la habitación y entreténgase con una
actividad tranquila en otro sitio de la casa. No se quede dormido fuera de la
habitación. Regrese a la habitación sólo cuando se sienta con sueño.
Repita este proceso tantas veces como sea necesario durante la noche.
• Use su habitación sólo para dormir, sexo y cuando esté enfermo.
• Si tiene dificultad durmiendo por la noche, evite la siesta durante el día. Si
hace siesta, intente tomarla a la misma hora cada día y no por más de una
hora. A media tarde (no más tarde de las 15:00) es la mejor hora para la
siesta en la mayoría de los casos.
• Establezca hábitos y rituales que le permitan relajarse antes de irse a
dormir. Por ejemplo un baño caliente, un tentempié ligero, o leer un poco.
• Haga ejercicio regularmente. Evite hacer ejercicio vigoroso antes de
acostarse e idealmente evite programarlo durante las y horas antes de
acostarse.
• Mantenga horarios regulares. Mantener horarios predecibles para comer,
así como para tomar medicamentos o realizar tareas laborales u otras
actividades ayuda a mantener el reloj interno sincronizado y facilita el buen
dormir.
• Evite comidas pesadas un par de horas antes de acostarse. Sin embargo,
un tentempié ligero antes de ir a la cama puede ayudar a dormir mejor.
• Evite bebidas o alimentos con cafeína (café, te, refrescos con cafeína, o
chocolate) durante las seis horas anteriores a irse a dormir.
• No beba alcohol si se encuentra somnoliento, ya que tan sólo una
pequeña cantidad de alcohol puede afectar actividades como conducir.
Evite el alcohol si toma pastillas para dormir u otros medicamentos que
afectan al sistema nervioso.
• Consulte a su médico si tiene dudas respecto a posibles interacciones
entre sus medicamentos y bebidas alcohólicas. Evite el uso de alcohol para
ayudarse a dormir mejor. A pesar de que el alcohol puede ayudarle a
dormirse más rápidamente, se sabe que puede afectar seriamente la
calidad de su sueño durante el resto de la noche.
• No fume antes de acostarse o durante la noche.

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