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No existe una única concepción uniforme del Derecho, sino una pluralidad de
concepciones del mismo.
Afirma que antes del Derecho positivo existe un conjunto de normas y valores que
están en la naturaleza humana y que son válidas por sí mismas, que han de cumplirse
siempre.
Si se afirma la existencia del Derecho natural, tiene que admitirse que el Derecho
positivo debe, inexorablemente, atenerse en sus prescripciones a las de aquél, pues un
ordenamiento jurídico que conculcase los mandatos y prohibiciones del Derecho natural
estaría violentando las tendencias de la naturaleza humana.
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El iusnaturalismo ontológico: mantiene que el Derecho natural es el “ser” del Derecho,
de tal forma que el Derecho positivo, para ser Derecho, tiene que ajustarse al Derecho
natural.
Positivismo jurídico
Esta concepción del Derecho está integrada por aquellos que defienden la preeminencia
de la ley como fuente del Derecho. Desde este planteamiento, se entiende por Derecho
el conjunto de normas que emanan del poder estatal, bien directamente o por
delegación.
Esta es la concepción del Derecho más propia del mundo occidental, siendo su máximo
representante Hans Kelsen.
Se trata de una concepción monista, ya que sólo reconoce como Derecho el dictado por
el legislador, marginando las valoraciones éticas o la realidad social. No obstante, la
preeminencia de la ley estatal no descarta la existencia de otras fuentes de producción
del Derecho como la costumbre o la jurisprudencia, sin embargo, éstas quedarán
siempre supeditadas a la ley y tendrán validez como fuente jurídica dentro de los límites
que la propia ley establezca.
El positivismo como teoría del Derecho: ofrece más propuestas concretas sobre el
concepto de Derecho: supremacía de la ley, carácter coactivo de las normas jurídicas,
así como una teoría sobre la interpretación y sobre la norma.
El positivismo ideológico: sostiene la obligación de cumplir las leyes por su valor moral
o como instrumento eficaz para conseguir los valores de orden, paz y seguridad.
Realismo jurídico
Para el realismo jurídico el núcleo fundamental del Derecho no son las leyes, sino los
hechos, los comportamientos sociales efectivos, teniendo en cuenta principalmente los
intereses, fines y alores que se ponen de manifiesto por el jurista intérprete y por el juez
aplicar del derecho en relación con los casos y situaciones concretas que presenta la
vida real.
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El realismo jurídico entiende que la seguridad jurídica no puede lograrse a través de los
métodos normativistas tradicionales, sino a través de la adecuación a las exigencias y
aspiraciones de los ciudadanos que viven inmersos en una realidad social en constante
cambio. De esta manera, un Derecho dinámico, flexible, adaptable a la realidad social
de cada lugar y de cada momento puede proporcionar más seguridad que un conjunto de
normas anquilosadas y petrificadas por la dificultad para su adecuación a las
necesidades de cada momento.
Realismo escandinavo: no existe otro Derecho que el que realmente aplican los jueces
“de facto”, siempre que las reglas sean realmente vividas como obligatorias por los
jueces.
Así, el Derecho vigente está compuesto por aquellas normas que operan en el espíritu
del juez porque éste las vive como socialmente obligatorias y socialmente las obedece.
Sistema jurídico
Se denomina sistema jurídico al conjunto de las normas, las instituciones y los agentes
que hacen al derecho que rige en un determinado territorio. Este sistema se relaciona
con el diseño, la aplicación, el análisis y la enseñanza de la legislación.
Puede entenderse el sistema jurídico como la serie de normativas de tipo objetivo que
tienen vigencia en un lugar y en un momento determinado. El sistema jurídico es regido
por el Estado con la finalidad de favorecer la convivencia y de fijar pautas para la
regulación de la conducta de las personas.
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El sistema jurídico mantiene una relación directa con el ordenamiento jurídico (el
conjunto sistematizado de leyes, normas y reglas). Aquellos países que están
organizados como una democracia, tienen la Constitución como norma suprema del
ordenamiento jurídico y como pilar del sistema jurídico.
Una posible clasificación para los sistemas jurídicos reconoce las familias del Derecho
Continental, del anglosajón y del socialista, además de los sistemas de Derecho
religioso. A continuación se detalla cada uno de ellos.
Derecho Continental
Este tipo de sistema jurídico se usa en la mayoría de los países de Europa, así como en
sus colonias y se caracteriza por anteponer la ley a la jurisprudencia, además de
contener sus normas en cuerpos legales conocidos con el nombre de códigos, los cuales
presentan una estructura sistematizada y ordenada.
Derecho anglosajón
En inglés se conoce como Common law y deriva del sistema jurídico que se aplicó en la
Inglaterra del medioevo. En la actualidad, se usa en la mayoría de los territorios
influenciados por Gran Bretaña. Entre sus principales características, podemos decir que
su creación surge de decisiones que toman los tribunales y que se apoya más en la
jurisprudencia que en las leyes. Junto con con el cuerpo de normas denominado equity
(que en este contexto puede traducirse como «equidad» o «justicia»), forma parte de la
base del derecho de Norte América.
Derecho socialista
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Éste es el nombre que reciben los sistemas jurídicos que surgieron de los estados
socialistas. A grandes rasgos, por Derecho socialista también se entiende el conjunto de
leyes u ordenamientos jurídicos que suelen ir de la mano del socialismo y sus diversas
vertientes. Su fuente de inspiración fue la ideología marxista-leninista, aunque presenta
ciertas diferencias.
Derecho religioso