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01-abril-2020

TEMA: NO TEMAN, YO ESTOY CON USTEDES.


Queridos amigos de Dios, les doy la bienvenida a todos a esta conferencia.
Que la Preciosísima Sangre que brota de la Sagrada Cabeza de nuestro Señor Jesucristo,
Templo de la Divina Sabiduría, Tabernáculo del Divino Conocimiento, y Luz del Cielo y de la
Tierra, nos cubra a nosotros y al mundo entero.

Recemos un Padre nuestro, un Ave María y un Gloria por todos aquellos que han muerto por
esta pandemia.

Muchos nos están llamando y solicitando esta conferencia en este momento tan
turbulento del mundo. Inicialmente, no vi la necesidad porque todo lo que necesitaban saber
se les había dado.

Ustedes son personas privilegiadas que han permanecido en la hora de oración de


Getsemaní todas las noches del jueves al viernes, en oración, en vigilia y en sacrificio.
Jesús, que pidió a sus discípulos que rezaran y velaran, no permitirá que caigan en la
tentación.

Además, hemos sido preparados para encontrarnos con esta hora, permaneciendo en
oración durante nueve meses consecutivos de Cenáculo, que terminaron el pasado junio de
2019.

¿No fuiste parte del Cenáculo?


Si es así, ¡deberías ser una mujer o un hombre de fe en este momento!
Si no fuiste parte del Cenáculo, podrías reclamar tu origen. ¡Eres un hijo de Dios! ¡A través
del Bautismo, fuiste incorporado al Cuerpo de Cristo! Así que Jesús te dice: "¡No temas,
quédate quieto! Yo estoy contigo. Pronto, les digo muy pronto, la agitada ola se calmará".

Por el bien de los más vulnerables, que se mueven como ovejas sin pastor, y que son
víctimas de los extremistas fanáticos, decidimos dar esta conferencia.

Este discurso o mensaje tendrá tres dimensiones:


1. la refutación de los extremistas que han utilizado este período para inyectar miedo en la
gente, reduciendo así el mensaje que Dios está dando al mundo a una mera broma.
La mayoría de ellos dirigen su ataque a los líderes del mundo y de la Iglesia. De esta
manera, impedirán que la gente rece por sus líderes.
2. En la segunda parte, intentaremos destacar el mensaje de este tiempo. Lo que está
sucediendo y lo que Dios nos está diciendo.
3. En la última parte, consideraremos cuál será nuestra respuesta a todos estos
acontecimientos.

Debo mantener que ahora, ¡es la Hora de la Oración y del Silencio! El mundo está en
guerra con un enemigo invisible, el coronavirus.

Pareciera al ver la situación, que el enemigo invisible está ganando terreno en esta
batalla. ¡Imaginen al mundo entero paralizado en este momento!
¡Imaginen al 90% de las aerolíneas en tierra! ¡Imaginen que países enteros o incluso el
mundo entero están en cuarentena!
¡Imaginen al mundo ajetreado promoviendo el distanciamiento social!
El enemigo invisible ha logrado separarnos de nuestros seres queridos, pero no
permitamos que nos divida entre nosotros.
Todos hemos sido forzados a un cenáculo obligatorio. ¡Vamos a unirnos en nuestras
diferentes celdas y formemos un ejército unido de Dios en la Oración y el Sacrificio,
en la Humildad y el Amor, en la Obediencia y la Fe, en la Paciencia y en la Santa
Espera!

Recuerdo la voz de la Virgen llorando a sus hijos el 15 de enero de 2004 diciendo:


"Escucha, oh criatura de Dios, oh aquellos redimidos por la preciosa Sangre de Cristo,
una voz que llora de dolor; la voz de una mujer en pena, la voz de una madre que
busca a sus hijos perdidos.
Ella llorando te dice: ¡Reparación! ¡Reparación! ¡Reparación! ¡Reparación!
¡Reparación! ¡Reparación! ¡La reparación es la esperanza de su supervivencia!”

Dicho esto, volvamos a doblar las rodillas en oración y en reparación. Encontremos refugio
en nuestras horas de oración en Getsemaní, todas las noches de jueves a viernes, en
nuestras casas donde ahora estamos confinados.

Contemplemos el silencio de esta hora y dejemos de hacer ruido innecesario.


FELICES SON TODOS LOS QUE ENCUENTRAN LA GRANDEZA EN EL SILENCIO DE UN
NIÑO, EL PODER EN LA DEBILIDAD Y LA MAJESTAD EN LA HUMILLACIÓN. Disfrutarán
de las bendiciones reservadas para los pequeños, como nos dijo Nuestro Señor el 13 de
septiembre de 2002.

1. La refutación de los extremistas.


En una época como ésta, muchos profetas siempre se levantarán para afirmar que
están hablando en nombre de Dios.
¡Tengan cuidado de no dejarse llevar por el mal camino!
Mi deber es señalar los errores de estos profetas extremos y predicadores demasiado
entusiastas. A ustedes les corresponde discernir cada espíritu.

¿Qué ganas con tener miedo?


El objetivo principal del extremista es inyectar miedo en la gente.
A los ojos de la gente común, son profetas que están ganando almas para Dios, pero en el
sentido real de esto, ¡son el verdadero enemigo de la obra de Dios y el plan de
salvación!

¡Tengan cuidado! Son los que tocan la trompeta más allá del sonido habitual y causan
una tensión innecesaria en la tierra que se supone debe estar calmada para recibir a
su Rey.

Si Jesús va a venir mañana, ¿por qué deberíamos estar tensos? ¿No será una alegría
recibir a nuestro Rey? De hecho, Jesús estará feliz de recibir a cada uno de nosotros en
nuestro lugar de trabajo, en el servicio y en el amor.
¡El miedo es el enemigo de la fe!
No estamos hablando del santo temor, que es uno de los dones del Espíritu Santo;
estamos hablando del vicio que viene con la ansiedad, la inquietud, la curiosidad por
conocer el futuro y el insomnio. Este tipo de miedo es el enemigo de la fe.

Cualquier conversión como resultado de este tipo de miedo nunca durará.


Como las puertas de muchas iglesias se están cerrando, y a muchos sacerdotes se les pide
que se retiren del confesionario; vemos ansiedad y tensión por todas partes.
¡Los extremistas lo llamarán el fin del mundo! ¡Muchos cristianos vulnerables estarán en
riesgo! Jesús dijo: "Cuando oigas hablar de guerras y rumores de guerras, no se
inquieten; porque es necesario que ocurra, pero todavía no es el fin (Marcos 13, 7)".

El COVID-19 no es el fin del mundo. ¿Cuál será su Fe cuando la pandemia termine?

¿Quién es la causa de este mal que nos asedia?


¿Quién ha traído este mal sobre nosotros?
¡Para los extremistas, los pecadores son la causa! No están entre ellos.

¿Quiénes son los pecadores?


Los extremistas señalarán primero a los líderes de las naciones y a los líderes de las iglesias,
después señalarán a los incrédulos.

Queridos amigos, ¡todos hemos pecado! Si Dios está castigando al mundo por nuestros
pecados, ¡todos somos la causa!
Jesús nos dijo el 22 de noviembre de 1999 que el pecado en nosotros lo tortura mucho:

Entonces, pregunté: "Señor, estoy dispuesto. ¿Qué haré para consolarte y limpiar
Tu rostro sangriento?" (BREVE SILENCIO)
Nuestro Señor respondió: "Hijo mío, ten piedad de Mí si realmente Me amas.
¡Aléjate de tu pecado! ¡¡Ese pecado en ti Me tortura mucho!! Ese pecado Me ha
mantenido en una gran agonía durante 2000 años. Lleva tu cruz y sígueme.
Si lo haces, seré consolado. Mi Rostro ensangrentado será limpiado, y Mi Reino
Glorioso vendrá.
Quiero que sepas hijo mío, que muchos han abandonado sus cruces. Estoy solo
con una pesada cruz, esperando que vengas. Hijo Mío, este será el mayor regalo
que me ofrecerás para Mi Jubileo. Limpia Mi Rostro Sangriento".

Reconozcamos nuestra condición pecadora y respondamos al llamado de la


reparación.

¡Algunos extremistas han desvirtuado la devoción del Sello, el santuario vivo de Dios en
nuestra alma, abusándola al presentar un símbolo externo como un Sello de Dios!
Qué grave daño a esta hermosa devoción que los Santos han practicado durante siglos de
muchas maneras.

¿Cómo puede el Sello de Dios ser un símbolo externo que se desvanece?


En el Bautismo, el Espíritu de Dios se nos da como un Sello por el cual Dios nos posee,
en la Confirmación lo recibimos en plenitud y en la Eucaristía, somos fortalecidos.

San Pablo escribió: "Y es Dios quien nos confirma con ustedes en Cristo, y quien nos
ungió; y quien nos marcó con su sello, y nos dio como arras el Espíritu en nuestros
corazones
(2 Cor 1, 21-22)".

Hablando del sello, nuestro Señor dijo:


"Hijos de la Luz, piensen en lo que significa que en su alma hay un Santuario de la
Santísima Trinidad. Esto significa que su alma es un pequeño Cielo, una morada de la
Santísima Trinidad. Den gracias al Cordero Inmaculado cuya Sangre abre el Sello.
Honren a la Mujer de quien el Verbo tomó Su Sangre y se hizo hombre. Que Ella abra
su mente para entender el valor de la Preciosísima Sangre de Cristo, Amén." 6 de
enero de 2000.
EL SELLO DE DIOS ES EL SANTUARIO VIVO DE DIOS EN NUESTRA ALMA.
Algunos santos practicaron esta devoción refiriéndose a "vivir en la presencia de Dios".
Jesús desea vivir en nuestra alma de una Santa Comunión a la siguiente.
San Pablo nos dice que nosotros somos templo del Espíritu Santo, que el Espíritu de Dios
vive en nosotros.
Incluso, él nos advirtió que no destruyamos el templo de Dios que es nuestro cuerpo, y, que,
si lo hacemos, Dios nos destruirá (cf. I Cor. 3,16-17).

En nuestra oración de Súplica de Angustia, Jesús se lamenta:


"Estoy en el santuario de tu alma, un solitario Getsemaní, esperando a que tu vengas" (3
Suplica de Angustia). ¡Vamos a encontrarlo allí! El será quien nos Sane y nos Consuele.
Esta suplica debería tener sentido ahora que muchos de nosotros estamos lejos del
santuario de nuestras Parroquias debido a la pandemia del coronavirus.

Todos los que están practicando la devoción al Sello, encontrarán fácil seguir la comunión
espiritual que se nos anima a realizar en ausencia de la comunión Eucarística sacramental;
porque ambas devociones son iguales.

Escuchen lo que Jesús dijo sobre el Santuario Vivo en nuestra alma:


"Hijos, la más grande preparación que les estoy dando es el Santuario Vivo que
estoy haciendo con sus almas. Este es mi Gran Sello.
Pero aun ahora, ninguno de ustedes ha entendido que su alma es un pequeño Cielo.
La mayor ofrenda que ustedes pueden darme es su alma. Hagan de su alma, un
Sagrario Vivo para Mí. Estoy dispuesto a venir y morar en él. Yo lo hare Mi morada
eterna.
Hijos, este es el Sagrario eterno, su misma alma, la que estoy purificando con Mi
Gracia Santificante. Ofrézcanmela y que sea sólo para Mí. El sagrario terrenal se
acabará en el último día, pero Mi Sagrario Vivo en sus almas permanecerá por
siempre, digo, en aquellos que Me aman.
Hijos, denle la bienvenida a su solitario Maestro, su Salvador y el que los Ama. Estoy
completamente solo. Estoy totalmente abandonado con una Corona de Espinas.
La iniquidad en sus almas ha llenado Mi Santo Santuario. Hijos, este Templo sufrirá
enormemente, el Templo del que ha salido la Gloria de su Dios. El enemigo marchará
sobre él y destruirá el Templo. Esten seguros de no ser ese Templo.
En el día en el que el enemigo de Mi Santa Muerte se levante para luchar contra el
Santo Templo, todos los Santuarios abandonados serán destruidos. Me refiero a su
propio Santuario. Su alma, el Arca de la Alianza será llevada a tierra extranjera.
La casa de Israel será exiliada. Hijos, Yo sé que muy pocos entenderán cómo sucederá
esto. A lo que Me refiero es a la captura de sus almas por el poder de la oscuridad.
El exilio de la casa de Israel, significa el exilio de ustedes a la tierra de los espíritus

malignos, que se manifestarán en este mundo físico.


Yo les digo, hijos, que esto ocurrirá tanto a todos los Sagrarios abandonados de Mi
Iglesia como a todos los Sagrarios abandonados de sus propias almas.
Sepan ustedes, hijos, que la mayor agonía que ustedes sufrirán durante la hora de la
Gran Tribulación será la salida de la Gloria de su Dios del Sagrario de sus almas, Me
refiero a las almas pecadoras.
Oren y observen la Hora del Sello que les di. Confiesen sus pecados a un sacerdote
con un corazón sincero y arrepentido. Esto es una verdadera renovación del sello.
Yo visitaré sus almas con Mi Gracia Santificante durante la Hora del Sello. Yo haré que
Mi Luz Divina ahuyente la oscuridad de sus almas. Yo la purificaré. Yo moraré allí en
plenitud. Cuando el enemigo de Mi Santa Muerte venga, Yo los protegeré. Ellos no
destruirán Mi Templo porque la Gloria de su Dios estará morando allí en plenitud"
(6 de julio de 2000).

La lección aquí es que los que están vacíos de Dios sufrirán mucho en cualquier
tribulación, como esta del COVID-19. Ellos estarán confundidos.

Los predicadores demasiado entusiastas se aprovecharán de ellos. Escuchen las palabras


de San Pablo: "Pues si vivimos, vivimos para el Señor; y si morimos, morimos para el Señor;
porque vivamos o muramos, somos del Señor” (Romanos 14, 8).

De modo que, no somos mejores que los que murieron en el Señor en esta pandemia. ¡Lo
que importa es estar con el Señor! Algunos extremistas incluso considerarán a los que se
verán afectados por el virus como pecadores a los que el Señor está castigando por sus pecados.
¡Esta es una concepción falsa! ¡Algunas víctimas son santos!

2 EL MENSAJE SOBRE LA HORA


El salmista nos habla en esta hora: "Quédense quietos y conozcan que yo soy Dios; seré
exaltado entre las naciones, seré exaltado en la tierra" (Sal 46,10).
“NO TEMAS, que YO ESTOY CONTIGO; no te preocupes, porque soy tu Dios. No
temas, que Yo estoy contigo, no desmayes, que Yo soy tu Dios. Te daré fuerzas, te
socorreré, te sostendré con mi diestra victoriosa.” (Isaías 41,10).
Queridos amigos en Cristo Jesús, ¡no estén tensos con la ola de este tiempo!
No se unan a los que critiquen a sus líderes; en cambio, ¡recen por sus líderes!
¡NO ANDEN EN BUSCA DE LA SEGURIDAD, quédense quietos y sepan que son
portadores de Dios!
"Pues donde hay dos o tres reunidos en mi Nombre, Jesús dijo, allí estoy yo en medio de
ellos” (Mateo 18:20). TU FAMILIA, TU CASA DE GETSEMANÍ ES EL HOGAR DE DIOS.
¿Cuál es el mensaje de esta hora?
¿Qué nos dice nuestro Señor con este acontecimiento?

Lo resumiré rápidamente en tres puntos:

1. El hombre es nada; Dios lo es TODO.


2. Por su conversión y tranquilidad serán salvados (Isaías 30,15).
3. Somos hermanos y nos necesitamos mutuamente.

El hombre es nada; Dios es TODO


¿Dónde están las potencias mundiales que pueden destruir naciones en segundos?
¿Dónde está el poder del Consejo de Seguridad de la ONU?
¿Dónde están los Reyes, Presidentes y Primeros Ministros que gobiernan al mundo?
¡Un virus común los ha pisoteado! En su presencia, "él" está matando a sus
ciudadanos por miles, ¡y ustedes no puede hacer nada!
¡Incluso están corriendo por sus propias vidas! ¡Salgan y luchen! ¡Salgan y muestren
su poder! De hecho, el COVID-19 nos ha mostrado que el HOMBRE ES NADA.

En el principio, Dios creó el cielo y la tierra de la nada con el poder de Su Palabra. Del polvo
de la tierra, formó al hombre.
San Atanasio nos dirá que los seres humanos fueron creados para compartir las
cualidades de la vida de Dios viviendo en comunión con su Creador. Sin embargo, con
el pecado, se han alejado del conocimiento de Dios.

Como consecuencia de este acto, un doble mal cayó sobre el hombre.


Primero, en su cuerpo, ahora sometido a la muerte física. La segunda consecuencia, en su
alma, fue la muerte espiritual, la cual consiste en la pérdida de su santidad original que era
reflejo de Dios.
PERO POR LA GRACIA DE LA ENCARNACIÓN, MUERTE Y RESURRECCIÓN DE
CRISTO, EL HOMBRE FUE RESTAURADO A SU ANTIGUA GLORIA EN DIOS.

En nuestra época, con muchos logros y descubrimientos del hombre, ¡el hombre parece
olvidar su origen!
El coronavirus nos recuerda que somos criaturas de Dios. Dependemos de Dios para
nuestra existencia. Nosotros somos nada si nos separamos de nuestro Hacedor y
nuestro Dios (cf. Juan 15, 5).
El fin de nuestra guerra con el coronavirus vendrá tan pronto como nos demos cuenta
de nuestra nada y levantemos los ojos y digamos: "¡Nuestra ayuda viene del Señor
que hizo el Cielo y la Tierra (cf. Salmo 124, 8)!"
Que todas las naciones que escuchen mi voz hoy se vuelvan a Dios y lo reconozcan
como el Señor, porque el hombre es nada; ¡Dios es todo!

POR SU CONVERSIÓN Y TRANQUILIDAD SERÁN SALVADOS (Isaías 30,15)


La segunda parte del mensaje se entiende bien, al menos literalmente, porque parece ser el

lema de estos días: la cuarentena, el encierro y la instrucción de muchos países diciéndole a


sus ciudadanos que PERMANEZCAN EN CASA y se queden tranquilos.

Por primera vez en la historia del hombre, que yo sepa, casi todas las actividades se han
detenido. ¡Casi todos los negocios están suspendidos! El mundo entero se ha visto forzado a
un obligatorio reposo.
¿Realmente necesitamos este reposo? ¡La respuesta es SI!
Necesitamos permanecer tranquilos para luchar contra el coronavirus.
Más fructíferamente, necesitamos este reposo para acercarnos a nuestro verdadero
ser.
¡El mundo atareado nos ha llevado lejos de nosotros mismos! El hombre está dividido
dentro de sí mismo por el pecado y la inquietud. (Cf Gaudium et Spes no. 22)
¡Ni siquiera podemos vernos unos a otros, a nuestro alrededor, e incluso a nosotros mismos!
¡La inquietud nos ha cegado!
San Agustín dirá: "En la Eternidad reposaremos, reposaremos y veremos, veremos y
amaremos. Al amar, alabaremos (cf. Ciudad de Dios)".
¡Dios parece estar llamando a toda la humanidad a entrar en una eternidad en el
tiempo para calmarnos, y así ver, y así amar y alabar con esta llamada de "permanecer
en casa"! ¡Pueden imaginar lo poderosa que puede ser el arma del reposo! ¡En la
conversión y en la calma, el mundo hostil será sanado!

¡En la conversión y en la calma, el mundo hostil se salvará! ¡En la conversión y en la calma,


derrotaremos al COVID-19! SÍ, EL PROFETA HABLA DE "CONVERSIÓN" Y "CALMA"
COMO DOS ARMAS PARA SER SALVADOS.

LA CONVERSIÓN exige retomar nuestros pasos y volverlos hacia nuestro Creador;


Y LA CALMA nos ayudará a ver a Aquel que es nuestra Vida y al mismo tiempo a Amarlo.

¡Vamos a aprovechar al máximo este precioso tiempo!! ¡ESTE ES UN PRIVILEGIO DE


ESTA GENERACIÓN QUE SE DA UNA VEZ EN UN MILENIO!
¡Una vez que termine, el mundo nunca lo volverá a ver! ¡Deja de quejarte! ¡Conviértete y
cálmate! Nunca tropezarás en la oscuridad, y tu alma estará en paz en estos días difíciles
3 CUÁL SERÁ NUESTRA RESPUESTA A TODOS ESTOS ACONTECIMIENTOS.

Somos hermanos y nos necesitamos mutuamente


El último mensaje puede resumirse en esta breve frase: "Somos hermanos y nos
necesitamos mutuamente".
El Señor quiere que sepamos que somos hermanos y que fácilmente podemos afectarnos
mutuamente.
Imaginen que lo que comenzó en una pequeña casa en la ciudad de Wuhan, China es ahora
un problema en el mundo entero. ¡Vean cuan conectados estamos! Este virus ha expuesto
las cadenas de nuestra interrelación.

Una buena acción es suficiente para salvar al mundo entero. Por otro lado, un mal en
una parte del mundo puede destruir muchas vidas; este COVID-19 es un típico ejemplo.

Conquistaremos a este enemigo invisible si nos unimos y enterramos nuestro orgullo.


¡Juntos venceremos! ¡Ningún país puede hacerlo solo! Dios incluso avergonzará a los
poderosos y exaltará a los humildes.

"Reúnanse todas ustedes naciones del mundo. Reconozcan que el Señor Dios es su
Creador y su vida. Llenen el vacío que los divide entre ustedes mismos. Véanse a sí
mismos como hermanos de una familia. Amen y dejen de matar a sus semejantes.
¡Deténganse! ¡La sangre de sus hermanos Me grita venganza!
¡Salven a los niños inocentes indefensos en el vientre de sus madres! ¡Salven la vida de
los más débiles y vulnerables! ¡Liberen a los que tienen cautivos, sino Yo te tendré
cautivo! ..." (El Mensaje de la Preciosa Sangre)

Queridos amigos en Cristo Jesús, reconozcamos lo dependientes que somos unos de otros
y dejemos de matarnos entre nosotros mismos.
La respuesta esperada
¿Cómo has reaccionado ante el drama del COVID -19?
Por supuesto, podemos esperar muchas reacciones. Algunos lo verán al principio como una
enfermedad china. A medida que el virus se extiende, muchos comenzaran a darse cuenta
de la verdad del drama.
De una broma, se convirtió en una realidad. Ahora, algunos lo ven como el fin del mundo y
reaccionan preparándose para la muerte; quieren salvar sus almas.
Aquellos que aman sus vidas comenzaron a reaccionar y a tomar todas las medidas
necesarias. Algunos inteligentes de entre nosotros están almacenando comida y medicinas
en caso de que los días se vuelvan más duros. Todo esto está en la naturaleza del hombre
para preservar su propia vida.
¿QUÉ ESPERA ENTONCES NUESTRO SEÑOR QUE HAGAMOS EN ESTA HORA?
Debemos reconocerlo y saber que Él cuida de nosotros.

El Señor:
"¿Podré abandonarte, Efraím, podré entregarte, Israel?
¿Podré abandonarte como a Admá, tratarte como a Seboim?
Me da un vuelco el corazón, se conmueven a la vez mis entrañas.
No dejaré que prenda el ardor de mi cólera, no volveré a destruir a Efraím, porque Yo soy

Dios, y no un hombre; soy el Santo en medio de ti y no voy a llegar con mi ira.” (Oseas 11,
8- 9).

Queridos amigos en Cristo Jesús, nuestro Dios no nos ha abandonado.


Él sólo quiere que lo reconozcamos y confiemos en Él. Él vendrá y nos salvará.

Permanezcamos en las horas de oración de Getsemaní en nuestros hogares e


intercedamos por el mundo. Seamos más caritativos en este tiempo y compartamos
nuestra comida con el prójimo. Ayudemos a los ancianos y a los débiles a satisfacer sus
necesidades diarias.

Llámense por teléfono y anímense unos a otros con el mensaje de esperanza. Recen el
rosario a diario. Observen la devoción al Sello, el Santuario Vivo en nuestra alma a
través de la comunión espiritual frecuente.
Nunca le deban a sus trabajadores. Páguenles su salario como corresponde. Recen por sus
líderes. Recen por el personal médico. Recen por todos los que están al servicio de la
humanidad en esta hora peligrosa. Sobre todo, recen por nuestro querido Papa Francisco y
por todos los obispos del mundo. Recen por el aumento de la fe, la esperanza y la caridad
entre todos los cristianos.
En este momento, recemos por todos los afectados por el coronavirus para que por los
méritos de la Preciosísima Sangre de Jesucristo, todos sean sanados.

Oración:
Padre Eterno, hemos pecado contra ti, contra el Cielo y la Tierra. Hemos cambiado a nuestro
Dios por ídolos sin valor (Jer. 2,11). Nos hemos olvidado de Ti y sólo dependíamos de
nuestro limitado poder y conocimiento. Nos llamamos a nosotros mismos creadores y
constructores del universo. Te hemos desafiado y abusado de nuestra libertad. Señor, tienes
razón al juzgarnos. Tienes razón al condenarnos.
Pero, ¿olvidarás la Preciosísima Sangre de tu unigénito Hijo, Jesucristo? Mira a tu Hijo y ten
piedad de tu mundo. Te presentamos a todos los afectados por el coronavirus y te pedimos
que los sanes en Tu misericordia. Libéralos a través de las llagas de tu Hijo, Jesucristo. Que
la pasión, muerte y resurrección que conmemoramos en esta época de cuaresma y en
plenitud en la Pascua cree un mundo de tu Paz y Gloria. AMEN.
Aquí terminamos nuestra conferencia de hoy. Nuestro querido obispo llamó y dijo que no
pudo salir hoy debido a la restricción severa de desplazamiento. Esperamos verlo durante el
fin de semana. Cuídense.
No tengan miedo. En la conversión y la calma, serán salvados (Isaías 30,15).

En 30 minutos pueden unirse a nosotros en una sección interactiva de solo 20 minutos con la
siguiente contraseña s7H0mw17.

De
BERNABE NWOYE, CAJC

1ero de abril de 2020.

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