Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Recemos un Padre nuestro, un Ave María y un Gloria por todos aquellos que han muerto por
esta pandemia.
Muchos nos están llamando y solicitando esta conferencia en este momento tan
turbulento del mundo. Inicialmente, no vi la necesidad porque todo lo que necesitaban saber
se les había dado.
Además, hemos sido preparados para encontrarnos con esta hora, permaneciendo en
oración durante nueve meses consecutivos de Cenáculo, que terminaron el pasado junio de
2019.
Por el bien de los más vulnerables, que se mueven como ovejas sin pastor, y que son
víctimas de los extremistas fanáticos, decidimos dar esta conferencia.
Debo mantener que ahora, ¡es la Hora de la Oración y del Silencio! El mundo está en
guerra con un enemigo invisible, el coronavirus.
Pareciera al ver la situación, que el enemigo invisible está ganando terreno en esta
batalla. ¡Imaginen al mundo entero paralizado en este momento!
¡Imaginen al 90% de las aerolíneas en tierra! ¡Imaginen que países enteros o incluso el
mundo entero están en cuarentena!
¡Imaginen al mundo ajetreado promoviendo el distanciamiento social!
El enemigo invisible ha logrado separarnos de nuestros seres queridos, pero no
permitamos que nos divida entre nosotros.
Todos hemos sido forzados a un cenáculo obligatorio. ¡Vamos a unirnos en nuestras
diferentes celdas y formemos un ejército unido de Dios en la Oración y el Sacrificio,
en la Humildad y el Amor, en la Obediencia y la Fe, en la Paciencia y en la Santa
Espera!
Dicho esto, volvamos a doblar las rodillas en oración y en reparación. Encontremos refugio
en nuestras horas de oración en Getsemaní, todas las noches de jueves a viernes, en
nuestras casas donde ahora estamos confinados.
¡Tengan cuidado! Son los que tocan la trompeta más allá del sonido habitual y causan
una tensión innecesaria en la tierra que se supone debe estar calmada para recibir a
su Rey.
Si Jesús va a venir mañana, ¿por qué deberíamos estar tensos? ¿No será una alegría
recibir a nuestro Rey? De hecho, Jesús estará feliz de recibir a cada uno de nosotros en
nuestro lugar de trabajo, en el servicio y en el amor.
¡El miedo es el enemigo de la fe!
No estamos hablando del santo temor, que es uno de los dones del Espíritu Santo;
estamos hablando del vicio que viene con la ansiedad, la inquietud, la curiosidad por
conocer el futuro y el insomnio. Este tipo de miedo es el enemigo de la fe.
Queridos amigos, ¡todos hemos pecado! Si Dios está castigando al mundo por nuestros
pecados, ¡todos somos la causa!
Jesús nos dijo el 22 de noviembre de 1999 que el pecado en nosotros lo tortura mucho:
Entonces, pregunté: "Señor, estoy dispuesto. ¿Qué haré para consolarte y limpiar
Tu rostro sangriento?" (BREVE SILENCIO)
Nuestro Señor respondió: "Hijo mío, ten piedad de Mí si realmente Me amas.
¡Aléjate de tu pecado! ¡¡Ese pecado en ti Me tortura mucho!! Ese pecado Me ha
mantenido en una gran agonía durante 2000 años. Lleva tu cruz y sígueme.
Si lo haces, seré consolado. Mi Rostro ensangrentado será limpiado, y Mi Reino
Glorioso vendrá.
Quiero que sepas hijo mío, que muchos han abandonado sus cruces. Estoy solo
con una pesada cruz, esperando que vengas. Hijo Mío, este será el mayor regalo
que me ofrecerás para Mi Jubileo. Limpia Mi Rostro Sangriento".
¡Algunos extremistas han desvirtuado la devoción del Sello, el santuario vivo de Dios en
nuestra alma, abusándola al presentar un símbolo externo como un Sello de Dios!
Qué grave daño a esta hermosa devoción que los Santos han practicado durante siglos de
muchas maneras.
San Pablo escribió: "Y es Dios quien nos confirma con ustedes en Cristo, y quien nos
ungió; y quien nos marcó con su sello, y nos dio como arras el Espíritu en nuestros
corazones
(2 Cor 1, 21-22)".
Todos los que están practicando la devoción al Sello, encontrarán fácil seguir la comunión
espiritual que se nos anima a realizar en ausencia de la comunión Eucarística sacramental;
porque ambas devociones son iguales.
La lección aquí es que los que están vacíos de Dios sufrirán mucho en cualquier
tribulación, como esta del COVID-19. Ellos estarán confundidos.
De modo que, no somos mejores que los que murieron en el Señor en esta pandemia. ¡Lo
que importa es estar con el Señor! Algunos extremistas incluso considerarán a los que se
verán afectados por el virus como pecadores a los que el Señor está castigando por sus pecados.
¡Esta es una concepción falsa! ¡Algunas víctimas son santos!
En el principio, Dios creó el cielo y la tierra de la nada con el poder de Su Palabra. Del polvo
de la tierra, formó al hombre.
San Atanasio nos dirá que los seres humanos fueron creados para compartir las
cualidades de la vida de Dios viviendo en comunión con su Creador. Sin embargo, con
el pecado, se han alejado del conocimiento de Dios.
En nuestra época, con muchos logros y descubrimientos del hombre, ¡el hombre parece
olvidar su origen!
El coronavirus nos recuerda que somos criaturas de Dios. Dependemos de Dios para
nuestra existencia. Nosotros somos nada si nos separamos de nuestro Hacedor y
nuestro Dios (cf. Juan 15, 5).
El fin de nuestra guerra con el coronavirus vendrá tan pronto como nos demos cuenta
de nuestra nada y levantemos los ojos y digamos: "¡Nuestra ayuda viene del Señor
que hizo el Cielo y la Tierra (cf. Salmo 124, 8)!"
Que todas las naciones que escuchen mi voz hoy se vuelvan a Dios y lo reconozcan
como el Señor, porque el hombre es nada; ¡Dios es todo!
Por primera vez en la historia del hombre, que yo sepa, casi todas las actividades se han
detenido. ¡Casi todos los negocios están suspendidos! El mundo entero se ha visto forzado a
un obligatorio reposo.
¿Realmente necesitamos este reposo? ¡La respuesta es SI!
Necesitamos permanecer tranquilos para luchar contra el coronavirus.
Más fructíferamente, necesitamos este reposo para acercarnos a nuestro verdadero
ser.
¡El mundo atareado nos ha llevado lejos de nosotros mismos! El hombre está dividido
dentro de sí mismo por el pecado y la inquietud. (Cf Gaudium et Spes no. 22)
¡Ni siquiera podemos vernos unos a otros, a nuestro alrededor, e incluso a nosotros mismos!
¡La inquietud nos ha cegado!
San Agustín dirá: "En la Eternidad reposaremos, reposaremos y veremos, veremos y
amaremos. Al amar, alabaremos (cf. Ciudad de Dios)".
¡Dios parece estar llamando a toda la humanidad a entrar en una eternidad en el
tiempo para calmarnos, y así ver, y así amar y alabar con esta llamada de "permanecer
en casa"! ¡Pueden imaginar lo poderosa que puede ser el arma del reposo! ¡En la
conversión y en la calma, el mundo hostil será sanado!
Una buena acción es suficiente para salvar al mundo entero. Por otro lado, un mal en
una parte del mundo puede destruir muchas vidas; este COVID-19 es un típico ejemplo.
"Reúnanse todas ustedes naciones del mundo. Reconozcan que el Señor Dios es su
Creador y su vida. Llenen el vacío que los divide entre ustedes mismos. Véanse a sí
mismos como hermanos de una familia. Amen y dejen de matar a sus semejantes.
¡Deténganse! ¡La sangre de sus hermanos Me grita venganza!
¡Salven a los niños inocentes indefensos en el vientre de sus madres! ¡Salven la vida de
los más débiles y vulnerables! ¡Liberen a los que tienen cautivos, sino Yo te tendré
cautivo! ..." (El Mensaje de la Preciosa Sangre)
Queridos amigos en Cristo Jesús, reconozcamos lo dependientes que somos unos de otros
y dejemos de matarnos entre nosotros mismos.
La respuesta esperada
¿Cómo has reaccionado ante el drama del COVID -19?
Por supuesto, podemos esperar muchas reacciones. Algunos lo verán al principio como una
enfermedad china. A medida que el virus se extiende, muchos comenzaran a darse cuenta
de la verdad del drama.
De una broma, se convirtió en una realidad. Ahora, algunos lo ven como el fin del mundo y
reaccionan preparándose para la muerte; quieren salvar sus almas.
Aquellos que aman sus vidas comenzaron a reaccionar y a tomar todas las medidas
necesarias. Algunos inteligentes de entre nosotros están almacenando comida y medicinas
en caso de que los días se vuelvan más duros. Todo esto está en la naturaleza del hombre
para preservar su propia vida.
¿QUÉ ESPERA ENTONCES NUESTRO SEÑOR QUE HAGAMOS EN ESTA HORA?
Debemos reconocerlo y saber que Él cuida de nosotros.
El Señor:
"¿Podré abandonarte, Efraím, podré entregarte, Israel?
¿Podré abandonarte como a Admá, tratarte como a Seboim?
Me da un vuelco el corazón, se conmueven a la vez mis entrañas.
No dejaré que prenda el ardor de mi cólera, no volveré a destruir a Efraím, porque Yo soy
Dios, y no un hombre; soy el Santo en medio de ti y no voy a llegar con mi ira.” (Oseas 11,
8- 9).
Llámense por teléfono y anímense unos a otros con el mensaje de esperanza. Recen el
rosario a diario. Observen la devoción al Sello, el Santuario Vivo en nuestra alma a
través de la comunión espiritual frecuente.
Nunca le deban a sus trabajadores. Páguenles su salario como corresponde. Recen por sus
líderes. Recen por el personal médico. Recen por todos los que están al servicio de la
humanidad en esta hora peligrosa. Sobre todo, recen por nuestro querido Papa Francisco y
por todos los obispos del mundo. Recen por el aumento de la fe, la esperanza y la caridad
entre todos los cristianos.
En este momento, recemos por todos los afectados por el coronavirus para que por los
méritos de la Preciosísima Sangre de Jesucristo, todos sean sanados.
Oración:
Padre Eterno, hemos pecado contra ti, contra el Cielo y la Tierra. Hemos cambiado a nuestro
Dios por ídolos sin valor (Jer. 2,11). Nos hemos olvidado de Ti y sólo dependíamos de
nuestro limitado poder y conocimiento. Nos llamamos a nosotros mismos creadores y
constructores del universo. Te hemos desafiado y abusado de nuestra libertad. Señor, tienes
razón al juzgarnos. Tienes razón al condenarnos.
Pero, ¿olvidarás la Preciosísima Sangre de tu unigénito Hijo, Jesucristo? Mira a tu Hijo y ten
piedad de tu mundo. Te presentamos a todos los afectados por el coronavirus y te pedimos
que los sanes en Tu misericordia. Libéralos a través de las llagas de tu Hijo, Jesucristo. Que
la pasión, muerte y resurrección que conmemoramos en esta época de cuaresma y en
plenitud en la Pascua cree un mundo de tu Paz y Gloria. AMEN.
Aquí terminamos nuestra conferencia de hoy. Nuestro querido obispo llamó y dijo que no
pudo salir hoy debido a la restricción severa de desplazamiento. Esperamos verlo durante el
fin de semana. Cuídense.
No tengan miedo. En la conversión y la calma, serán salvados (Isaías 30,15).
En 30 minutos pueden unirse a nosotros en una sección interactiva de solo 20 minutos con la
siguiente contraseña s7H0mw17.
De
BERNABE NWOYE, CAJC