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RITOS INICIALES

(Primera parte)
MONICION DE ENTRADA. (Martha Loja)
Bienvenidos a celebrar la Eucaristía y el Sacramento de la
Confirmación. El Sr. Obispo, P. Alfredo Espinoza Mateus como
representante principal de Jesucristo en la Diócesis de Loja y
nuestro Párroco P. Francisco Ochoa, presidirán esta asamblea, en
la cual el Espíritu Santo, que ya habita en el corazón de los
bautizados, se les infundirá con mayor plenitud, a fin de hacerlos
madurar y crecer como cristianos. Renovemos nuestra fe en la
presencia del Espíritu Santo en medio de su asamblea, y
dispongámonos a recibir, tanto los que se han de confirmar como
los que ya lo estamos, una nueva efusión de sus dones. Que el
Espíritu Santo nos mueva hoy a iniciar con gozo esta solemne
celebración de Pentecostés.

Nos ponemos de pie y cantamos.

PROCESION DE ENTRADA.

CANTO: Vienen con alegría

1. CANTO DE ENTRADA

ACLAMAD A DIOS, con alegría toda la tierra, cantad la gloria de


su Nombre.
Poned gloria en su alabanza, decid a Dios, //cuán asombrosas
son sus obras// maravillosas son su obras.
//Toda la tierra te adorará
Toda la tierra canta a Tu Nombre//

//Toda la tierra canta a Tu Nombre//


CUANDO EL PUEBLO ALABA A DIOS,
//suceden cosas// maravillosas.

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Cuando el pueblo alaba a Dios,
//suceden cosas// maravillosas.
/Hay sanación, liberación
y se siente la bendición./

/Hay santidad, fraternidad


y se vive la libertad./
//aquí se siente la presencia de Dios//
//Yo siento el fuego del espíritu santo//
//Yo siento gozo, paz
Yo siento el amor que Dios me da//
//Sentimos gozo, sentimos paz
Sentimos el amor que Dios nos da//

INICIO DE LA EUCARISTÍA.

El Obispo: En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.


Asamblea: Amén.
El Obispo: El amor de Dios que ha sido derramado en nuestros
corazones por medio del Espíritu Santo, esté con todos ustedes.
Asamblea: Y con tu Espíritu.

Acto penitencial.

El Obispo: Antes de celebrar los sagrados misterios de la


pasión, muerte y resurrección del Señor, reconozcamos
humildemente nuestros pecados.

Digamos juntos: Yo confieso ante Dios todopoderoso y ante


vosotros, hermanos, que he pecado mucho de pensamiento,
palabra, obra y omisión. Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran
culpa. Por eso ruego a santa María, siempre Virgen, a los ángeles,
a los santos y a vosotros, hermanos, que intercedáis por mí ante
Dios, nuestro Señor.

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El Obispo: Dios todopoderoso tenga misericordia de nosotros,
perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna.
Asamblea: Amén

Señor Ten piedad

KYRIE LEISON, Christie Eleison


Kyrie Leison, Christie Eleison
CORO
Señor ten piedad, Cristo ten piedad
Señor ten piedad, Cristo ten piedad

CANTO: EL GLORIA.

Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres que ama


el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te
adoramos, te glorificamos, te damos gracias, Señor Dios, Rey
celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor, Hijo único, Jesucristo.
Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que quitas el
pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado
del mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la
derecha del Padre, ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres
Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu
Santo en la gloria de Dios Padre. Amén.

Oración colecta.

Envía, Señor, sobre nosotros a tu Espíritu Santo, para que


caminemos todos en la unidad de la fe y, sostenidos por la fuerza
de su amor, podamos llegar a la madurez de la vida en Cristo. Él,
que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios
por los siglos de los siglos.
Asamblea: Amen

LITURGIA DE LA PALABRA
(Segunda parte)
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MONICIÓN A LA PALABRA DE DIOS (Martha Loja)

Los textos de este domingo nos recuerdan una vez más el


proyecto amoroso de Dios y la actitud de incomprensión y rechazo
que este proyecto encuentra en el corazón humano. El libro del
Génesis nos explica el origen del pecado y el mal en el mundo. El
evangelio nos afirma la derrota de Satanás y la segunda lectura
recuerda a los cristianos la promesa de una casa eterna construida
por Dios en los cielos. Pongamos atención a la Palabra que se nos
proclamará. Escuchemos

PRIMERA LECTURA: ()

Lectura del libro del Génesis (3,9-15)

Después que Adán comió del árbol, el Señor Dios lo llamó: «


¿Dónde estás?» Él contestó: «Oí tu ruido en el jardín, me dio
miedo, porque estaba desnudo, y me escondí». El Señor le replicó:
« ¿Quién te informó de que estabas desnudo?, ¿es que has
comido del árbol del que te prohibí comer?» Adán respondió: «La
mujer que me diste como compañera me ofreció del fruto y comí.»
El Señor dijo a la mujer: « ¿Qué es lo que has hecho?» Ella
respondió: «La serpiente me engañó y comí.»
El Señor Dios dijo a la serpiente: «Por haber hecho esto, serás
maldita entre todo el ganado y todas las fieras del campo; te
arrastrarás sobre el vientre y comerás polvo toda tu vida;
establezco hostilidades entre ti y la mujer, entre tu estirpe y la suya;
ella te herirá en la cabeza, cuando tú la hieras en el talón.
Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL: ()

Del salmo 129,1-2.3-4.5-6. 7-8

R/. Del Señor viene la misericordia, la redención copiosa.

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Desde lo hondo a ti grito, Señor: Señor, escucha mi voz;
estén tus oídos atentos a la voz de mi súplica. R/.

Si llevas cuenta de los delitos, Señor, ¿quién podrá resistir?


Pero de ti procede el perdón y así infundes respeto. R/.

Mi alma espera en el Señor, espera en su palabra;


mi alma aguarda al Señor, más que el centinela la aurora. R/.

Aguarde Israel al Señor, como el centinela la aurora;


porque del Señor viene la misericordia, la redención copiosa;
y él redimirá a Israel de todos sus delitos. R/.

SEGUNDA LECTURA ( )

Lectura de la segunda carta del apóstol San Pablo a los


Corintios (4,1 3 - 5, 1)
Hermanos: Teniendo el mismo espíritu de fe, según lo que está
escrito: «creí, por eso hablé», también nosotros creemos y por eso
hablamos; sabiendo que quien resucitó al Señor Jesús, también
con Jesús nos resucitará y nos hará estar con vosotros.
Todo es para vuestro bien.
Cuantos más reciban la gracia, mayor será el agradecimiento, para
gloria de Dios.
Por eso no nos desanimamos. Aunque nuestra condición física se
vaya deshaciendo, nuestro interior se renueva ida a ida.
Y una tribulación pasajera y liviana produce un inmenso e
incalculable tesoro de gloria.
No nos fijamos en lo que se ve, sino en lo que no se ve.
Lo que se ve, es transitorio; lo que no se ve, es eterno.
Aunque se desmorone la morada terrestre en que acampamos,
sabemos que Dios nos dará una casa eterna en el cielo, no
construida por hombres.
Palabra de Dios.

ANTÍFONA ANTES DEL EVANGELIO. ()


R. Aleluya, aleluya
Ya va a ser arrojado el príncipe de este mundo. Cuando yo sea
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levantado de la tierra, atraeré a todos hacia mí, dice el Señor
R. Aleluya

EVANGELIO
Lectura del Santo Evangelio según san Marcos (3, 20 - 35)

En aquel tiempo volvió Jesús a casa y se juntó tanta gente, que no


los dejaban ni comer.
Al enterarse su familia, vinieron a llevárselo, porque decían que no
estaba en sus cabales.
Unos letrados de Jerusalén decían:
–Tiene dentro a Belcebú y expulsa a los demonios con el poder del
jefe de los demonios.
El los invitó a acercarse y les puso estas comparaciones:
–¿Cómo va a echar Satanás a Satanás? Un reino en guerra civil,
no puede subsistir; una familia dividida, no puede subsistir. Si
Satanás se rebela contra sí mismo, para hacerse la guerra, no
puede subsistir, está perdido. Nadie puede meterse en casa de un
hombre forzudo para arramblar con su ajuar, si primero no lo ata;
entonces podrá arramblar con la casa.
Creedme, todo se les podrá perdonar a los hombres: los pecados
y cualquier blasfemia que digan; pero el que blasfeme contra el
Espíritu Santo no tendrá perdón jamás, cargará con su pecado
para siempre.
Se refería a los que decían que tenía dentro un espíritu inmundo.
Llegaron su madre y sus hermanos, y desde fuera lo mandaron
llamar.
La gente que tenía sentada alrededor le dijo:
–Mira, tu madre y tus hermanos están fuera y te buscan.
Les contestó:
–¿Quiénes son mi madre y mis hermanos?
Y paseando la mirada por el corro, dijo:
–Estos son mi madre y mis hermanos. El que cumple la voluntad
de Dios, ese es mi hermano y mi hermana y mi madre.
Al anochecer del día de la resurrección, estando cerradas las
puertas de la casa donde se hallaban los discípulos, por miedo a
los judíos, se presentó Jesús en medio de ellos y les dijo: “La paz
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esté con ustedes”. Dicho esto, les mostró las manos y el costado.

Cuando los discípulos vieron al Señor, se llenaron de alegría. De


nuevo les dijo Jesús: “La paz esté con ustedes. Como el Padre
me ha enviado, así también los envío yo”

Después de decir esto, sopló sobre ellos y les dijo: “Reciban al


espíritu Santo. A los que les perdonen los pecados, les quedarán
perdonados; y a los que no se los perdonen, les quedarán sin
perdonar”.

Palabra del Señor.

Asamblea: Gloria a ti Señor Jesús.

Después del Evangelio, el Obispo se sienta en la sede con la mitra. A continuación, los que
han de ser confirmados son presentados al Obispo.

PRESENTACIÓN DE LOS CONFIRMANDOS.


Diálogo entre el responsable de Catequesis y el Obispo de la Diócesis de
Loja.

Solo los jóvenes ponerse en pies

Párroco: Rvdo. P. Alfredo Espinoza Mateus, Obispo de la Diócesis


de Loja, le presento hoy, a este grupo de jóvenes de la Parroquia
Santa Madre de Dios, para que reciban de sus manos el
Sacramento de la Confirmación.

Obispo: ¿Tienes seguridad de que están suficientemente


preparados y son dignos de recibir este Sacramento?

Párroco: Estos jóvenes fueron bautizados con la promesa de que


serían “educados en la fe”, y de que “un día recibirían por la
Confirmación la plenitud del Espíritu Santo”. Ése fue el
compromiso que sus papás y padrinos adquirieron en el Bautismo.
Como responsable de la instrucción catequética, tengo la
satisfacción de poder decir a toda la comunidad aquí presente y
también a su pastor, nuestro padre y Obispo, que estos jóvenes
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han recibido la catequesis conveniente a su edad, y por eso creo
que son dignos de recibir el Sacramento del Espíritu Santo, que
confirmará su Bautismo.

El Obispo: Queridos jóvenes, acogiendo el testimonio y la petición


de su Párroco y catequista los admitimos a recibir el Sacramento
de la Confirmación.

HOMILIA…

LITURGIA DEL SACRAMENTO.


(TERCERA PARTE)

Los jóvenes se ponen de pie. Prenden la vela ()


El Obispo, interroga a los confirmandos, les pide la renovación de los compromisos
bautismales y al final proclama la fe de la Iglesia.

El Obispo: Queridos jóvenes, antes de recibir el don del


Espíritu Santo, conviene que renueven personalmente la profesión
de fe, que sus papás y padrinos hicieron, en unión con toda la
Iglesia, el día de su Bautismo, y renuncien a todo lo que aparte del
Reino de Dios, prometiendo seguir a Jesucristo con la fidelidad de
los apóstoles y mártires.

RENOVACIÓN
DE LAS PROMESAS DEL BAUTISMO.
El Obispo: ¿Renuncian ustedes al pecado para vivir en
la libertad de los hijos de Dios?

Los confirmandos: Sí, renuncio.

El Obispo: ¿Renuncian ustedes a todas las


seducciones del mal para que el pecado no
los esclavice?

Los confirmandos: Sí, renuncio.

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El Obispo: ¿Renuncian ustedes a Satanás, padre y
autor de todo pecado?

Los confirmandos: Sí, renuncio.

El Obispo: ¿Creen ustedes en Dios Padre


todopoderoso, creador del cielo y de la
tierra?
Los confirmandos: Si, creo.

El Obispo: ¿Creen ustedes en Jesucristo, su Hijo único,


Señor nuestro, que nació de María Virgen,
padeció, fue sepultado, resucitó de entre los
muertos y está sentado a la derecha del
Padre?

Los confirmandos: Si, creo.

El Obispo: ¿Creen ustedes en el Espíritu Santo, Señor


y dador de vida, que hoy, por el sacramento
de la Confirmación, se les da de manera
excelente, como a los apóstoles en el día de
Pentecostés?

Los confirmandos: Si, creo.

El Obispo: ¿Creen ustedes en la Santa Iglesia católica,


en la comunión de los santos, en el perdón
de los pecados, en la resurrección de los
muertos y en la vida eterna?

Los confirmandos: Si, creo.

El Obispo: Y vosotros, padres, padrinos y fieles de esta


Comunidad: ¿Asentís con estos
confirmandos, reconociendo que ésta es
nuestra fe?

Todos: Sí, ésta es nuestra fe.


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El Obispo: ¿Reconocéis que es la fe de la Iglesia?

Todos: Sí, ésta es la fe de la Iglesia.

El Obispo: ¿Os gloriáis de profesar esta fe en Cristo


Jesús, Señor nuestro?

Todos: Sí, nos gloriamos de profesar esta fe en


Cristo Jesús, Señor nuestro.

IMPOSICIÓN DE LAS MANOS


MONICIÓN (Martha Loja)

El día de Pentecostés, los Apóstoles recibieron una presencia muy


especial del Espíritu Santo. Los Obispos, que son sucesores de
los Apóstoles, transmiten desde entonces el Espíritu Santo como
un don personal por medio del sacramento de la Confirmación. La
imposición de las manos, que ahora tendrá lugar, es uno de los
gestos que aparecen habitualmente en la historia de la salvación y
en la liturgia para indicar la transmisión de un poder o de una
fuerza o de unos derechos.

El Obispo:

Deja la mitra y el báculo, se pone de pie y con las manos juntas, exhorta al pueblo, diciendo:

Oremos hermanos, a Dios Padre todopoderoso, por estos hijos


suyos, que renacieron ya a la vida eterna en el Bautismo, para que
envíe abundantemente sobre ellos el Espíritu Santo, a fin de que
este mismo Espíritu los fortalezca con la abundancia de sus dones,
los consagre con su unción espiritual y haga de ellos imagen fiel
de Jesucristo.

Todos oran en Silencio unos instantes.

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El Obispo
Impone las manos sobre todos los confirmandos. El Obispo, él sólo dice:

Dios todopoderoso, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que has


hecho nacer de nuevo a estos hijos tuyos por medio del agua y del
Espíritu Santo, librándolos del pecado, escucha nuestra oración y
envía sobre ellos el Espíritu Santo Paráclito: espíritu de sabiduría
y de inteligencia, espíritu de consejo y de fortaleza, espíritu de
ciencia, de piedad, y de tu santo temor. Por Jesucristo, nuestro
Señor.

Asamblea: Amén.

El Obispo se sienta y recibe la mitra.

UNCIÓN CON EL SANTO CRISMA


MONICIÓN (Martha Loja )

Hemos llegado al momento culminante de la celebración del


sacramento de la Confirmación.

El Obispo ungirá a cada uno de los confirmandos con el Santo


Crisma, trazando la señal de la Cruz en su frente y diciéndole:
“Recibe por esta señal el don del Espíritu Santo”. Y el confirmado
responde amén. El padrino o la madrina colocan la mano derecha
sobre el hombro del confirmando y dice el nombre de éste al
Obispo.
De esta manera, el cristiano ya bautizado queda configurado con
Cristo que fue ungido por el Espíritu Santo para cumplir fielmente
su misión y los compromisos que adquirió en el Bautismo.

CANTOS APROPIADOS MIENTRAS TODOS RECIBEN LA


UNCIÓN CON EL SANTO CRISMA.

CRISMACIÓN: El presbítero presenta al Obispo el Santo Crisma. El


Obispo con mitra y báculo, se acerca a cada confirmando. El celebrante

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moja el dedo pulgar de su mano derecha en el Crisma y traza el signo de
la cruz sobre la frente del confirmando, diciendo:

El Obispo: recibe por esta señal el Don del Espíritu Santo.


Y el confirmado responde: Amén.
El Obispo añade: La paz sea contigo.
El confirmado responde: Y con tu Espíritu.
Terminada la unción, el Obispo, deja el báculo y se lava las manos.

ORACIÓN DE LOS FIELES


El Obispo: Oremos, hermanos, a Dios Padre todopoderoso,
unidos en la misma fe, en la misma esperanza, en la misma
caridad, que proceden del Espíritu Santo.

1. () Por nosotros, los que acabamos de ser confirmados, para


que el don del Espíritu Santo que nos ha hecho miembros más
perfectos del pueblo de Dios, nos arraigue en la fe y nos haga
crecer en el amor, y así demos con nuestra vida testimonio de
Jesucristo, roguemos al Señor.
Asamblea: Te rogamos, óyenos.

2. () Por nuestros papás y padrinos, para que son su palabra y


ejemplo nos ayuden a seguir a Cristo y a ser fieles a la fe,
roguemos al Señor.
Asamblea: Te rogamos, óyenos.

3. ()Por la Santa Iglesia de Dios, congregada por el Espíritu Santo


en la unidad de la fe y de la caridad, para que, en comunión
con nuestro santo padre el Papa Francisco; con nuestro
Obispo Alfredo Espinoza Mateus, y con todos los Obispos del
mundo, crezca y se difunda entre todos los pueblos, roguemos
al Señor.
Asamblea: Te rogamos, óyenos.

4. () Por el mundo entero, para que el Espíritu Santo mueva los


corazones de tantos hombres que inculpablemente no lo

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conocen, pero que quieren actuar en la vida con buena
voluntad, roguemos al Señor.
Asamblea: Te rogamos, óyenos.

5. () Por todas las personas que sufren: por los pobres, los que
se sienten solos y por todos los enfermos para que con ayuda
del Espíritu Santo encuentren las fuerzas para afrontar el
sufrimiento, roguemos al Señor
Asamblea: Te rogamos, óyenos.

6. () Para que nuestros hijos, con la ayuda del Espíritu, puedan


descubrir la llamada del Señor y surjan en ellos y en nuestra
comunidad, vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada,
roguemos al Señor.
Asamblea: Te rogamos, óyenos.

7. () Por nuestra comunidad parroquial, para que el Espíritu Santo


sea realmente su corazón, su fuerza y su guía, roguemos al
Señor.
Asamblea: Te rogamos, óyenos.

El Obispo:
Dios nuestro, que haces crecer siempre tu Iglesia con nuevos
hijos, y a los que han renacido del agua del Bautismo les das
también la plenitud de tu Espíritu, concede a cuantos han recibido
hoy el sacramento de la Confirmación, y a toda tu familia santa,
manifestar en su vida los sacramentos que con la fe han recibido.
Por Jesucristo, nuestro Señor
Asamblea: Amén.

LITURGIA EUCARÍSTICA
(CUARTA PARTE)

PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDA


Responsable:
Hostia, Pan, Vino, Uvas, Cirios, Flores, Frutas.

RECOLECCIÓN DE OFRENDA MATERIAL


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Responsable:
Catequistas:

1. CANTO.

CON AMOR TE PRESENTO, SEÑOR,


lo mejor de mi vida, te presento, Señor, mi amistad.
Con amor te presento, Señor, para ser mi manjar,
La viña, el racimo, el trigal, el pan de mi hogar
te presento con amor.

Con mis manos abiertas a Ti,


contemplando tu lámpara,
te presento, Señor, mi esperanza.
Hacia Ti se dirige mi barca,
hacia el cielo se va.
Es largo el camino, el remar,
ruta pascual, Dios me guía al caminar.

Presentación del pan y el vino


El Obispo:
(Pan) Bendito seas, Señor, Dios del universo por este pan,
fruto de la tierra y del trabajo del hombre que
recibimos de tu generosidad y ahora te
presentamos, él será para nosotros pan de vida.

(Vino) Bendito seas, Señor, Dios del universo por este


vino, fruto de la vid y del trabajo del hombre que
recibimos de tu generosidad y ahora te
presentamos, él será para nosotros bebida de
salvación.

El Obispo: Orad, hermanos, para que este sacrificio, mío y


vuestro, sea agradable a Dios, Padre todopoderoso.

Asamblea: El Señor reciba de tus manos este sacrificio, para


alabanza y gloria de su nombre, para nuestro bien y el de toda su
santa Iglesia

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ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS.
Recibe, Señor, las ofrendas de tu pueblo y haz que tus hijos, que
acaban de recibir el don del Espíritu Santo, sepan conservarlo
fielmente y lleguen a obtener los premios eternos. Por Jesucristo,
nuestro Señor.
Asamblea: Amen

PLEGARIA EUCARÍSTICA.
PREFACIO DE LA CONFIRMACIÓN

V. El Señor esté con ustedes. R. Y con tu espíritu.


V. Levantemos el corazón. R. Lo tenemos levantado
hacia el Señor.
V. Demos gracias al Señor, nuestro Dios. R. Es justo y necesario.

El Obispo: En verdad es justo y necesario,


es nuestro deber y salvación
darte gracias siempre y en todo lugar,
Señor, Padre Santo, Dios todo poderoso y eterno,
Por Cristo, Señor nuestro.

Porque él, después de subir al cielo


donde está sentado a tu derecha,
derramó sobre sus hijos de adopción
el Espíritu Santo prometido.

Por eso, Señor, con todos los ángeles,


te aclamamos ahora y por siempre, diciendo:

Santo, Santo, Santo…..

CANTO: SANTO

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/SANTO ES EL SEÑOR, MI DIOS, digno de
alabanza, a Él el poder, el honor y la gloria. /
/ Hosanna, hosanna, hosanna, hosanna, hosanna,
oh Señor. /
/ Bendito es el que viene en el nombre del Señor,
con todos los santos cantando para Tí. /
(Se ponen de Rodillas)

El Obispo: Santo eres en verdad, Padre, y con razón te alaban


todas tus criaturas, ya que por Jesucristo, tu Hijo, Señor nuestro,
con la fuerza del Espíritu Santo, das vida y santificas todo, y
congregas a tu pueblo sin cesar, para que ofrezca en tu honor un
sacrificio sin mancha desde donde sale el sol hasta el ocaso.

Por eso, Padre, te suplicamos que santifiques por el mismo


Espíritu estos dones que hemos separado para ti, de manera que
sean Cuerpo y Sangre de Jesucristo, Hijo tuyo y Señor nuestro,
que nos mandó celebrar estos misterios.

Porque Él mismo, la noche en que iba, a ser entregado tomó pan,


y dando gracias te bendijo, lo partió y lo dio a sus discípulos,
diciendo:

TOMEN Y COMAN TODOS DE ÉL,


PORQUE ESTO ES MI CUERPO,
QUE SERÁ ENTREGADO POR USTEDES.

Asamblea: Señor mío y Dios mío, Señor mío y Dios mío, Señor
mío y Dios mío

El Obispo: Del mismo modo, acabada la cena, tomó el cáliz,


dando gracias te bendijo, y lo pasó a sus discípulos,
diciendo:

TOMEN Y BEBAN TODOS DE ÉL,


PORQUE ÉSTE ES EL CÁLIZ DE MI SANGRE,
SANGRE DE LA ALIANZA NUEVA Y ETERNA,
QUE SERÁ DERRAMADA
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POR USTEDES Y POR MUCHOS
PARA EL PERDÓN DE LOS PECADOS.

HAGAN ESTO EN CONMEMORACIÓN MÍA.

Asamblea: Señor mío y Dios mío, Señor mío y Dios mío, Señor
mío y Dios mío

El Obispo: Éste es el Sacramento de nuestra fe.

Asamblea: Anunciamos tu muerte, proclamamos tu


resurrección. ¡Ven, Señor Jesús!

El Obispo: Así, pues, Padre, al celebrar ahora el memorial de


la pasión salvadora de tu Hijo, de su admirable resurrección y
ascensión al cielo, mientras esperamos su venida gloriosa, te
ofrecemos, en esta acción de gracias, el sacrificio vivo y santo.

Dirige tu mirada sobre la ofrenda de tu Iglesia, y reconoce en ella


la Víctima por cuya inmolación quisiste devolvernos tu amistad,
para que, fortalecidos con el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo y
llenos de su Espíritu Santo, formemos en Cristo un solo cuerpo y
un solo espíritu.

Concelebrante: Que él nos transforme en ofrenda permanente,


para que gocemos de tu heredad junto con tus elegidos: con María,
la Virgen Madre de Dios, los apóstoles y los mártires, ( ) y todos
los santos, por cuya intercesión confiamos obtener siempre tu
ayuda.

Concelebrante: Te pedimos, Padre, que esta Víctima de


reconciliación traiga la paz y la salvación al mundo entero.
Confirma en la fe y en la caridad a tu Iglesia, peregrina en la tierra:
a tu servidor, el Papa Francisco., a nuestro Obispo Alfredo José,
al orden episcopal, a los presbíteros y diáconos, y a todo el pueblo
redimido por ti.

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Acuérdate también de tus hijos (N. y N.) que regenerados en el
Bautismo, hoy has confirmado, marcándolos con el sello del
Espíritu Santo: custodia en ellos el don de tu amor

A nuestros hermanos difuntos y a cuantos murieron en tu amistad


recíbelos en tu reino, donde esperamos gozar todos juntos de la
plenitud eterna de tu gloria, por Cristo, Señor nuestro, por quien
concedes al mundo todos los bienes.

Por Cristo, con él y en él, a ti, Dios Padre omnipotente,


en la unidad del Espíritu Santo, todo honor y toda gloria
por los siglos de los siglos.

Asamblea: Amén.

RITO DE LA COMUNIÓN.

El Obispo: El amor de Dios ha sido derramado en nuestros


corazones con el Espíritu Santo que se nos ha dado;
digamos con fe y esperanza:

Asamblea: PADRE NUESTRO, que estás en el cielo, santificado


sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en
la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a
los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos
del mal.

El Obispo: Líbranos de todos los males, Señor, y concédenos


la paz en nuestros días, para que, ayudados por tu
misericordia, vivamos siempre libres de pecado y
protegidos de toda perturbación, mientras
esperamos la gloriosa venida de nuestro Salvador
Jesucristo.

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Asamblea: Tuyo es el reino, tuyo el poder y la gloria, por
siempre, Señor.

RITO DE LA PAZ

El Obispo: Señor Jesucristo, que dijiste a tus apóstoles: «La


paz os dejo, mi paz os doy», no tengas en cuenta
nuestros pecados, sino la fe de tu Iglesia y,
conforme a tu palabra, concédele la paz y la unidad.
Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Asamblea: Amen

El Obispo: La paz del Señor esté siempre con vosotros.


Asamblea: Y con tu espíritu.
El Obispo: Daos fraternalmente la paz.

CANTO: CORDERO DE DIOS


//CORDERO DE DIOS, tú que quitas
el pecado del mundo, ten piedad
ten piedad ten piedad oh Señor//

//Cordero de Dios, tú que quitas


el pecado del mundo, danos la paz
danos la paz, danos la paz oh Señor//

El Obispo: Este es el Cordero de Dios, que quita el pecado del


mundo. Dichosos los invitados a la mesa del Señor.
Asamblea: Señor, no soy digno que entres en mi casa, pero una
palabra tuya bastara para sanarme.
Obispo: El Cuerpo de Cristo
Asamblea: Amén

CANTOS PARA LA COMUNION: EL ESPÍRITU DE DIOS

El espíritu de dios está en este lugar.


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El Espíritu de Dios se mueve en este lugar
Esta aquí para consolar, está aquí para liberar
Esta aquí el Espíritu Santo, el Espíritu de Dios.

CORO
/Mueve en mí, muévete en mi
Toca mi alma, mi corazón, llena mi vida de tu amor
Mueve te en mi Dios Espíritu muévete en mi/
ESPÍRITU DE DIOS
/Espíritu de Dios llena mi vida
Llena mi alma, llena mi ser/
Lléname, lléname, con tu
Presencia lléname, lléname
Con tu poder lléname, lléname
Con tu bondad (bis)
Si Dios no vive en mí, vivo sin rumbo
Vivo sin calma, vivo sin luz. (bis)

ACCIÓN DE GRACIAS
(Después de la comunión)
Señorita: (Lexi Xenoa Pesantez)

Gracias, Dios, por haberme creado, por haberme llamado


a la existencia, por grabar en mí Tú divino sello, y lo has
hecho únicamente por amor.
Gracias, Jesús por quedarte en la Santa Eucaristía y por la
Santa Comunión de hoy, en la cual Tú mismo te das como
alimento.
Gracias, Espíritu Santo, por el sacramento de la
Confirmación, que nos hace soldados tuyos y defensores
de tu iglesia. Gracias Señor por nuestros padres,
sacerdotes, catequistas, familiares, padrinos y madrinas y
por todas las personas aquí reunidas que han sido
testigos de nuestra confirmación. AMEN

ORACIÓN PARA DESPUÉS DE LA COMUNIÓN.

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Padre santo, infunde en nuestros corazones tu Espíritu de amor,
para que todos aquellos que hemos sido alimentados con el
Cuerpo de tu Hijo, podamos vivir como hermanos.
Por Jesucristo nuestro Señor.

RITOS DE CONCLUSIÓN

El Obispo: El Señor esté con vosotros.


Asamblea: Y con tu espíritu

Bendición solemne
El Obispo: Que Dios Padre todopoderoso,
que los ha adoptado como hijos,
haciéndolos renacer del agua
y del Espíritu Santo,
los bendiga
y los haga siempre dignos
de su amor paternal.
Asamblea: Amén.

El Obispo: Que el Hijo unigénito de Dios,


que prometió a su Iglesia
la presencia continua del Espíritu de la
verdad, los bendiga y los confirme
en la confesión de la fe verdadera.
Asamblea: Amén.

El Obispo: Que el Espíritu Santo,


que encendió en el corazón de los discípulos
el fuego del amor,
los bendiga y, congregándolos en la unidad,
los conduzca,
a través de las pruebas de la vida,
a los gozos del Reino eterno.
Asamblea: Amén.

El Obispo toma el báculo y prosigue:

Y que a todos ustedes aquí presentes


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los bendiga Dios todopoderoso
Padre +, Hijo + y Espíritu + Santo.

Asamblea: Amén.

El Obispo: Pueden ir en paz.

Todos: Demos gracias a Dios.

CANTO FINAL.

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Recibir el Sacramento de la Confirmación nos compromete de una
manera muy especial, a difundir y a defender nuestra fe, es decir, a
hacernos verdaderos testigos de Jesús con las palabras y con la vida.
El Sacramento del Bautismo nos compromete a seguir a Jesús, a
buscar ser como El, el Sacramento de la Confirmación va más allá,
no sólo nos corresponde seguir a Jesús, sino también y muy
especialmente, darlo a conocer a los demás, dar testimonio de El en
el lugar en el que vivimos, a las personas que comparten con
nosotros su vida, así como El dio testimonio del Padre.

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