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Según el estudioso Christophe Bourseiller, autor de la obra Los falsos Mesías (1993), que
llegó a contabilizar 160 entre el último siglo antes de la era cristiana y el año 1993, eran
disidentes de las tres religiones principales (cristianismo, islam y judaísmo) que no tuvieron
la suerte de marcar la historia fundando cultos universales.
Etimológicamente, la palabra "mesías" procede del término hebreo mashiah que significa
ungir. Por lo tanto, mesías es aquel que ha sido ungido por la divinidad. No sabemos si
hubo muchos mesías en la época del Antiguo Testamento. Seguramente cientos de ellos,
siendo uno de los más destacados Zorobabel, gobernador de Judea en 520 a.C. un Ungido
de Yahvé que reconstruyó el templo de Jerusalén. Pero el primer "mesías histórico" del que
tenemos constancia documental no aparece hasta la era cristiana en el siglo I. En los
Hechos de los Apóstoles (5, 34-37) el fariseo Gamaliel, discípulo de Hillel y maestro de
Pablo. Compara a Jesucristo con dos personajes de la misma naturaleza: Teudas ("se le
adhirió un número de unos 400 hombres, cayó muerto y todos lo que le obedecían se
disolvieron y acabaron en nada") y Judas el Galileo ("también él pereció y todos lo que le
obedecían se dispersaron").
Según refiere Flavio Josefo, en La guerra de los judíos, Judas el Galileo era un
revolucionario fundador de los zelotes (una secta judía ultranacionalista que defendía al
mismo tiempo la liberación social y la sumisión plena a Dios). Judas incitó a la rebelión a
los habitantes de Palestina, acusándoles de cobardía si aceptaban pagar tributos a los
romanos. Por consiguiente, este judas era muchas cosas a la vez: un mesías que se creyó
ungido por Dios, un revolucionario, un libertador y un bandolero.
Desde que en 1188 León diera el paso hacia un parlamentarismo embrionario, otros
siguieron en siglos sucesivos sus pasos. Carlos I acababa de llegar a Castilla con ideas que
no causaron mucha gracia entre los nobles y ricos de la tierra. El que se acompañara de
asesores flamencos a quienes daba los cargos más importantes de la corte y del gobierno,
dejando de lado a los nobles locales que siempre habían estado al quite de estas
operaciones, no sentó bien. De ahí que las comunidades, que además se veían apretadas con
nuevos impuestos, se negaran a pagar y a seguir los pasos que marcaba el nuevo rey
castellano.
En este nuevo programa de SER Historia hecho desde las Cortes de Castilla y León en
Valladolid gracias al apoyo de la Fundación de Castilla y León, queremos recordar la
historia de esos protagonistas, hombres y mujeres que lo dejaron todo para acabar en una
derrota el día de Villalar, el 23 de abril de 1521, pero abriendo las puertas a un futuro que,
en parte, es el que hoy disfrutamos.
Todas las naciones del mundo reconocerán al Mashíaj como un líder mundial, y aceptarán
su soberanía. En la era mesiánica habrá paz en el mundo, no habrá más guerras ni
hambrunas y, por lo general, reinará una gran prosperidad.
Toda la humanidad adorará a un solo Di-s y vivirá una vida más espiritual y moral. El
pueblo judío se dedicará a estudiar la Torá y a desentrañar sus secretos.
La llegada del Mashíaj completará los designios de Di-s para la creación: que el hombre
construya una morada para Di-s en el mundo terrenal; o sea, que revele la espiritualidad
inherente del mundo material.
En la sociedad de hoy, mucha gente está muy disgustada por la ruptura de las normas éticas
y morales. La vida tiene poco valor, el crimen está descontrolado, aumenta el abuso del
alcohol y las drogas, los niños ya no respetan a sus mayores. Al mismo tiempo, la
tecnología ha avanzado con saltos cuantitativos. No hay duda de que hoy el hombre cuenta
con todos los recursos –si se usan correctamente– para ofrecer un buen nivel de vida a toda
la humanidad. Sólo le falta la voluntad política y social. El Mashíaj inspirará a todos los
hombres a concretar esa meta.
Otros creen en un Armagedón, que el mundo se autodestruirá, ya sea por una guerra nuclear
o por el terrorismo. Nuevamente, el judaísmo rechaza esta perspectiva.
Nuestros profetas hablan del advenimiento de un líder humano de una magnitud que el
mundo aún no ha conocido. Su ejemplo y liderazgo singulares inspirarán a la humanidad
para cambiar de dirección.
Los profetas Ieshaiau, Irmiahu, Iejezkel, Amós, Ioel y Oshea hablan de la era mesiánica.
(Para una lectura más completa, remitimos al lector al libro Mashíaj escrito por el rabino y
Dr. J. I. Schochet.) Es interesante señalar que en una pared del edificio de las Naciones
Unidas de Nueva York está inscripta la cita de Ieshaiau (11:6), “Y el lobo yacerá junto al
cordero”. Es más, está claro en los escritos de los profetas, cuando se los estudia en el
hebreo original, que el del Mashíaj es un concepto judío, y que su llegada implicará un
regreso a la ley de la Torá, descartando firmemente cualquier “otra” creencia mesiánica.
Sin embargo, el Talmud dice que hay un tiempo predestinado para el arribo del Mashíaj. Si
lo merecemos, puede llegar aún antes de ese tiempo predestinado. Este “fin de los tiempos”
sigue siendo un misterio, aunque el Talmud indica que será antes del año 6000 del
calendario hebreo.
Esto no descarta la posibilidad de que el Mashíaj llegue hoy mismo, si así lo merecemos.
Debemos notar que muchas autoridades en Torá opinan que estamos en la “época del
Mashíaj”, y el Rebe de Lubavitch, Rabí Menajem Mendel Schneerson, de bendita memoria,
declaró en numerosas ocasiones que la redención mesiánica es inminente.
Todo potencial Mashíaj debe ser descendiente directo del rey David, como así también ser
un erudito en Torá. Debemos notar que hoy hay mucha gente que puede remontar su linaje
al rey David. A fines del siglo XVI, el rabino principal de Praga, el Rabí Iehuda Loew (el
Maharal), tenía un árbol genealógico que llegaba a la dinastía del rey David. Por lo tanto,
todo descendiente directo del Maharal es descendiente del rey David.
El Rambam, un gran filósofo y codificador judío del siglo XII, establece que si se identifica
a un ser humano que posee las cualidades superiores atribuidas al Mashíaj, podemos asumir
que es el potencial Mashíaj. Si este individuo tiene verdadero éxito en reconstruir el
Templo y reunir a los exiliados, entonces será el Mashíaj.
El Sanedrín –la suprema corte judía con 71 sabios– será restablecido y decidirá en todo lo
que concierne a la ley. En ese momento, todos los judíos volverán de lleno a observar y
practicar la Torá. Observemos que en la era actual, de gran asimilación y emancipación, se
ha producido un retorno sin precedentes de los judíos a los verdaderos valores de la Torá.
Este fenómeno de “baal teshuvá” va en aumento y prepara el camino para el retorno
completo en la era mesiánica.
¿Ocurrirán milagros?
El Talmud discute esta pregunta y nuevamente concluye que, si lo merecemos, la redención
mesiánica estará acompañada de milagros. Sin embargo, la realización del sueño mesiánico,
aún si ocurre naturalmente, será el milagro más extraordinario.
De acuerdo con algunas tradiciones, Di-s mismo reconstruirá el tercer Templo. De acuerdo
con otras, será reconstruido por el Mashíaj; y aun otros sugieren una combinación de ambas
opiniones. Algunos sugieren que habrá dos períodos diferentes en la era mesiánica: primero
un período sin milagros, que conducirá a un segundo período, esta vez milagroso.
El Rambam escribe: “Ni el orden en que ocurran estos acontecimientos ni su detalle preciso
están entre los principios fundamentales de la fe […] se debe esperar y creer en la
concepción general de la cuestión”.
En la era mesiánica habrá grandes avances en tecnología, que permitirán un alto nivel de
vida. La comida será abundante y barata.
Sin embargo, el foco de las aspiraciones humanas será la búsqueda del “conocimiento de
Di-s”. La gente será menos materialista y más espiritual.
Existe una tradición que dice que se producirá una gran guerra, llamada la guerra de Gog y
Magog, y se especula mucho en cuanto al momento exacto en que esta guerra ocurra con
respecto a la llegada del Mashíaj.
Existe una tradición que dice que el profeta Eliahu vendrá al mundo y anunciará la
inminente llegada del Mashíaj. Sin embargo, de acuerdo a otras opiniones, el Mashíaj
puede llegar sin aviso. En ese caso, Eliahu llegará para ayudar en el proceso de paz.
Algunos sugieren que si el Mashíaj llega en el momento predestinado, entonces Eliahu
anunciará su llegada; pero si el Mashíaj llega súbitamente, entonces Eliahu aparecerá
después de la llegada del Mashíaj.
Existe un pequeño hueso en el cuerpo humano llamado el hueso luz (algunos identifican
este hueso con el coxis) a partir del cual se reconstruirá el cuerpo en el momento de la
resurrección. Nuestros rezos diarios están repletos de pedidos por la resurrección, y hay
muchas costumbres relacionadas con ella. (Ver el libro To Live and Live Again del autor de
este artículo, publicado por S.I.E. Publications.)
Resumen
En conclusión, el judío siempre fue y continúa siendo un eterno optimista. Aún en su horas
más oscuras, conserva la esperanza y reza por un futuro más luminoso: un mundo de paz y
espiritualidad.
La fuente de la expresión en hebreo está en el libro de las alabanzas (Salmos) “Que tus
enemigos vituperaron/socavaron oh YHWH que vituperaron/socavaron los talones de tu
mashíaj” (Salmo 89:52).
Entre los sabios de Yisra’el se multiplicaron las explicaciones sobre cómo entender esta
expresión, si en la forma (literal) de los talones del pie, o si en la forma (alegórica) de
“atraso” (en el sentido de “me retuvo”) o (en el sentido de) futuro (‘aqev).
El talmud fija que la forma y el orden del desarrollo de estos eventos, y las guerras en su
fin, a propósito, es la indicación clara de la venida del Mashíaj.
“En ‘Iqvatá’ Dimshijá’ (la era llamada “Los talones del Mesías), la osadía se multiplicará,
la gloria será cambiada, la vid dará su fruto y el vino será cambiado en algo costoso y el
reino será convertido en herejía, sin que haya reprensión… la casa de asamblea será
cambiada en casa de prostitución, Galilea será devastada y el Golán será deshabitado y los
hombres del lugar andarán por los alrededores de ciudad en ciudad (en cinturones de
miseria), sin que sean favorecidos. La sabiduría de los escribas apestará, los temerosos del
pecado serán despreciados, y la verdad estará extraviada. Los jóvenes insultarán a los
ancianos, los ancianos se levantarán delante de los pequeños, el hijo contra el padre, la hija
se levantará contra la madre, la novia contra su amado, los enemigos del hombre serán los
de su propia casa el rostro de esa generación será como el rostro de un perro, el hijo no
sentirá vergüenza delante de su padre, ¿pero sobre quién podremos apoyarnos? Sobre
nuestro padre que está en los cielos” (Mishnah, final del tratado Sotá’).
Vamos a hablar sobre la maldición puesta sobre el linaje de Jeconías la cual el judaísmo
contemporáneo declara y cita para descalificar a Yeshúa como el Mesías, y así mismo
hablaremos sobre el nacimiento virginal, el cual ellos dicen que no es válido.
En nuestro estudio vamos a investigar qué es lo que la Torah y el Tanaj tienen que decirnos
concerniente a estos asuntos, y también qué nos dicen los más antiguos sabios del Talmud y
otras autoridades de fuentes Rabínicas, sobre estos temas.
2- Él no prosperará,
Consecuentemente esto elimina toda posibilidad que el Mashiaj (Mesías) pudiese llegar por
medio de Salomón.
25:27 Aconteció a los treinta y siete años del cautiverio de Joaquín /Jeconías; nombre
alternativo… rey de Babel… libertó a Joaquín rey de Judá, sacándolo de la cárcel;
25:28 y le habló (el rey de Babel) con benevolencia, y puso su trono más alto que los tronos
de los reyes que estaban con él en Babel.
Indicando que la segunda maldición que fue levantada contra él fue retirada también.
“…El concilio religioso judío se reunió para considerar este asunto, porque temían que el
Reino de David llegará a su fin, de quien está Escrito, ‘Su descendencia será para siempre,
Y su trono como el sol delante de mí.’ Salmo 89:36
“¿Qué es lo que podemos hacer para ayudar? ¿Para que las Sagradas Escrituras se
puedan cumplir? Iremos y le suplicaremos a la institutriz, y la institutriz suplicará a la
reina, y la reina al rey.”
Esto indica que nuestros sabios antiguos comprendían que, si la maldición sobre Joaquín no
era retirada, entonces todas las esperanzas para un Reinado Mesiánico llegarían a su fin;
porque previamente a la maldición, Joaquín era el único rey que estaba calificado para ser
portador de la simiente del Mashiaj (Mesías) que vendría.
Nuestros sabios de la antigüedad comprendieron que esto significa que Joaquín le pidió a
Elohim que le perdonase mientras él estuvo en la cárcel, y Elohim demostró su perdón
dándole hijos.
Como consecuencia, nuestro pueblo al retornar de Babel nombró a Joaquín para que fuese
su príncipe.
Los sabios de la antigüedad tenían una expectativa más amplia, pues que, si Elohim retiró
las primeras dos maldiciones, entonces quizás Él también retiraría la tercera para que la
esperanza del Reinado Mesiánico continuase.
4:7 ¿Quién eres tú, Oh gran monte? Delante de Zorobabel serás reducido a llanura; él
sacará la primera piedra con aclamaciones de: “Gracia, gracia a ella.”
4:9 Las manos de Zorobabel echarán el cimiento de esta casa, y sus manos la acabarán…
Mostrando que, aunque la tercera maldición aún no había sido retirada, el pueblo, y
nuestros sabios, a la luz de la cancelación de las anteriores dos maldiciones, aún tenían la
esperanza de que quizás la tercera sería retirada también.
Esto está respaldado por 1 Crónicas 3:19-24, que refleja la única genealogía preservada y
registrada después de la muerte de Zorobabel siendo esta, la misma genealogía
de Zorobabel.
Y como es evidente, aún hoy en día, ningún descendiente de este linaje nunca subió al trono
de David.
El mundo sufrirá 6,000 años, y en el milenio siguiente será destruido. Esto es, los
enemigos de Elohim serán destruidos, de lo cual está escrito, solo Adonay será exaltado en
aquel día.” Como en cada siete años, cada siete años es el año de remisión, entonces de
los siete mil años del mundo, el séptimo milenio será los 1,000 años de remisión, para que
Elohim solo sea exaltado en aquel día.
El mundo está destinado para 6,000 años. 2,000 años vacíos sin Torah; 2,000 años con
Torah; y 2,000 años de tiempos Mesiánicos.
Y en Sanhedrin 97a y b:
“en el tercer milenio que le sigue a los 2,000 años Mesiánicos (el séptimo milenio), la
resurrección de los muertos ocurrirá. Como está declarado en Óseas 6:1, 2”
6:1 Venid y volvamos a Adonay; porque Él arrebató, y nos curará; hirió, y nos vendará.
6:2 Nos dará vida después de dos días; en el tercer día nos resucitará, y viviremos delante
de Él.
Esta expectativa del Reino Mesiánico después de 4.000 años, primeramente, fue debida a la
profecía de Daniel el cual predijo la venida del Mashiaj al final de las 69 semanas (Daniel
9:24-26)
Como consecuencia de esta profecía de las 70 semanas (69 semanas de años hasta el
Mashiaj, y una semana de años para el Pacto final), los sabios situaron la venida esperada
del Mashiaj en la primera mitad del primer siglo DM.
“Y (la Voz del Cielo) Salió y exclamó, “¿Quién es aquel que ha Revelado Mis secretos a la
humanidad?” Él siguió indagando la revelación por el Tárgum del significado interno de
la Hagiografía, pero una Voz del Cielo salió y dijo, “Basta”, ¿Y cuál fue la razón? Porque
la fecha del Mashiaj estaba señalada en él!”
La profecía de Daniel también declara que el Templo será destruido en algún momento
después de las 69 semanas, como está declarado en Nazir 32b, donde Rabí Yosef habla
concerniente el tiempo del Segundo Templo:
Si yo hubiera estado allí, les habría dicho: “¿No está escrito, el Templo de Adonay, el
Templo de Adonay, el Templo de Adonay son estos, lo cual apunta a la destrucción del
Primer y Segundo Templo?
Quedando de acuerdo que ellos conocían que sería destruido, ¿Pero conocían ellos cuando
esto debía de ocurrir?
“¿No conocían ellos cuándo?” ¿No está Escrito, 70 semanas (70 semanas de años) están
determinadas para el pueblo, y para la Ciudad Santa?”
Esto también está en el Yalkut, volumen 2, página 79d, y dice que esta profecía de Daniel
era la que revelaba el cronometraje de la Venida del Mashiaj, y de la destrucción del
Templo.
Y concerniente a las dos perspectivas del Mashiaj, la una es Ben Yosef (José), y la otra es
ben David, Rabí Yoshuah bar Leví declara en Sanedrín 98ª, el versículo que dice:
“he aquí con las nubes del Cielo venía Uno como un Hijo de hombre”; Daniel 7:13, y el
otro versículo que dice, “humilde, y cabalgando sobre un asno”; Zacarías 9:9. Si es que
somos dignos, el Mashiaj Vendrá sobre las nubes del Cielo; si es que no somos indignos,
Él vendrá humilde y cabalgando sobre un asno.”
El hecho que nos ha sido permitido solamente construir el Templo en el tiempo cuando
nosotros, como nación éramos merecedores, y que Elohim permitió que nuestro Templo
fuera destruido cuando éramos indignos, indica que la destrucción del Templo mencionada
por Daniel el profeta sería el resultado de la indignidad de nuestra parte.
Y continúa declarando:
Mostrando que entendieron, que el Mashiaj Ben José aparecerá primero, y será muerto, y
que el Mashiaj Ben David aparecerá después. Y que bajo el Mashiaj Ben José, el pecado y
la muerte continuarán existiendo en el mundo; pero que bajo el Mashiaj Ben David, le
seguirá un mundo donde el pecado y la muerte no existirán.
49:10 No será quitado el Cetro de Judá, Ni el dador de la Torah de entre sus pies, hasta
que venga Silo; Y a Él será la obediencia de todos los pueblos.
Y en Sanhedrin 98b: “El mundo fue Creado para el bien del Mashiaj, ¿Cuál es el
Nombre del Mashiaj? La escuela del Rabí Shila dijo, “Su Nombre es Silo, porque está
escrito, ‘Hasta que venga Silo.”
Como está escrito en el Talmud Babilónico, capitulo 24, folio 37: “Cuando los miembros
del Sanhedrin se encontraron privados de su derecho sobre la vida y la muerte, una
consternación general tomo posición de ellos, y ellos cubrieron sus cabezas con ceniza, y
sus cuerpos con arpillera, y exclamaron: “¿Quién estará para con nosotros porque el
Cetro se ha quitado de Judá y el Mashiaj no ha Venido?””
Esto fue proclamado en el tiempo de la venida de Yeshúa cuando ellos reconocieron que el
Cetro se había quitado; pero en lugar de aceptar a Yeshúa como el Mashiaj, declararon, “y
el Mashiaj no ha Venido”, por lo cual inhabilitaron la profecía, y negaron los escritos de los
sabios.
Esto también ocurrió en los días de Yeshúa, de hecho, en el mismo año de la muerte y
resurrección de Yeshúa.
También está declarado en Yoma 39b: “En este mismo tiempo, 40 años previos a la
destrucción del Templo, la luz occidental no seguía encendida como lo fue anteriormente,
y que las puertas del templo nunca más se abrieron por sí mismas.”
Basados en los pasajes de la Torah citados arriba, del Tanaj, y en los escritos de los sabios
de la antigüedad, en el Talmud y en otras fuentes, podemos llegar a la siguiente conclusión:
1- Que el mundo durará 7,000 años, y que el Séptimo Milenio será diferente de los
otros. Sanedrín 96b-99a
2- Que el Mashiaj Vendrá después de 4,000 años, y que la era Mesiánica que le seguirá
durará 2,000 años. Midrash Rabbah 98:3, sobre Bereshit (Génesis)
3- Que en el tercer milenio que le sigue a los 2,000 años de la era Mesiánica (el Séptimo
Milenio), la resurrección de los muertos se llevará a cabo donde viviremos en la Presencia
de Elohim; Sanedrín 97ª y b; Hosha (Óseas) 6:1, 2
1. Vendrá en la primera mitad del primer siglo DM; 69 semanas (483 años) después
que el decreto fue dado para restaurar y reconstruir Jerusalem; Daniel 9:24; Rabí
Mosheh Avraham Leví; Targum de los profetas, Megilah 3ª
2. Y que el Templo será destruido en algún tiempo después de las 69 semanas, y
previo al pacto de los 7 años del final, semana 70; Daniel 9:26, 27; Nazir 32b, y
elYalkut, volumen 2 página 79d
6- Que el Mashiaj Ben Yosef (José) vendrá antes que el Mashiaj Ben David, y será muerto;
y que el pecado y la muerte continuarán existiendo sobre la tierra después de Su
muerte: Sukah 51 a
7- que el Cetro que fue quitado de Judá será una señal que el Mashiaj ha llegado. Bereshit
(Génesis) 49:10; Targum Onkelos; Targum Yerushalmi; Sanedrín 98b
8- Que en la primera mitad del primer siglo DM, y previamente a la destrucción del
Templo, el Sanedrín reconoció que el cetro fue quitado de Judá. Talmud
9- Y que 40 años previos a la destrucción del Templo, la porción en la diestra del Kohen
Hagadol (Sumo Sacerdote) sobre los sacrificios de cabras había cesado, el cordón de color
carmesí dejó de tornarse en blanco, las luces occidentales cesaron de estar encendidas, las
puertas del Templo cesaron de abrirse por sí mismas. Rosh Hashana 31b, Yoma 39b
De acuerdo a todos estos escritos de la Torah, Tanaj, Talmud y otras fuentes Judías,
el Mashiaj debía venir en la primera mitad del primer siglo DM; en el tiempo que el
cetro fue quitado de Judá, y previamente a la destrucción del Segundo Templo. Que
Él sería muerto. Que el pecado y la muerte seguirían en el mundo después de Su
muerte. Y que la resurrección de los muertos ocurrirá 2.000 años después.
Las evidencias para apoyar que estas cosas han ocurrido son:
1- Que el Sanedrín, en la primera mitad del primer siglo DM admitió que el cetro fue
quitado de Judá, una señal que el Mashiaj había Llegado.
3- En los 70 DM el Templo fue destruido como Daniel profetizó que sucedería después que
las 69 semanas (los 483 años) fueron completadas, y por lo tanto ocurriría después que el
Mashiaj debía venir.
Pero si el Mashiaj no ha venido aun en el primer siglo d.m. como Daniel profetizó que
vendría, y como nuestros más antiguos sabios creyeron y afirmaron que vendría, entonces
Daniel sería un falso profeta. Como está escrito en Devarim (Deuteronomio) 18:20-
22: 18:20 El profeta que tuviere la presunción de hablar palabra en Mi Nombre, a quien
Yo no le haya mandado hablar, o que hablare en nombre de dioses ajenos, el tal profeta
morirá.
Y si el Mashiaj no fue Yeshúa, entonces, ¿Quién fue? Debo declarar a esta altura que no
existe un individuo en la historia de nuestro pueblo que encaje en este criterio de manera
mejor que Yeshúa de Nazaret. De hecho, ningún otro siquiera se acerca. Toda la
descalificación de Yeshúa como el Mashiaj que mi pueblo presenta parece estar basada casi
en la totalidad de la maldición de Jeconías, y en la profecía del nacimiento virginal.
Del mismo modo, Yeshúa es referido sólo como hijo de Yosef (José) en conexión del linaje
de Miriam entregado en Lucas 3:23, pero no según la línea de José la cual contiene la
maldición.
Esto nos deja con el tema si es que Elohim es capaz de producir un nacimiento virginal, y si
la palabra “almah” en realidad significa virgen o no. Porque si José no “engendro” a
Yeshúa, y Miriam no fue una virgen, entonces ella debía ser una adultera o una prostituta.
Y yo no me atrevería en acusar a una persona de pecado sin tener pruebas
concretas (aunque esté muerta).
16, que una “almah” concebirá y tendrá un hijo; y que eso se nos presentaría como una
“señal”. Primero debemos considerar el hecho de que 70 judíos eruditos expertos en los
idiomas hebreo y griego, tradujeron la palabra hebrea “almah” en la Septuaginta con la
palabra griega “parthenos”, la cual significa, sin excepciones, “una virgen soltera”, y no
una mujer joven.
También, el término equivalente en ugarítico, el cual es similar al hebreo, también significa
“una virgen soltera” y no una mujer joven. De la misma manera, la palabra “señal”
proviene de la palabra hebrea “ot” la cual puede significar “un evento sobrenatural” o
“milagro”. De hecho, las diez plagas en contra de Faraón, y el arco iris dado a Noé, ambos
son descritos por la palabra “ot”.
Por supuesto, no es ningún milagro para una “joven mujer” dar a luz un hijo, pero si es un
milagro para una virgen dar a luz un bebé.
Del mismo modo, concerniente a este mismo pasaje, algunos de nuestros sabios pensaron
en un tiempo que esta profecía estaba relacionada con el rey Ezequías, pero fue descartado,
porque la profecía fue dada 9 años después que el rey naciera.
¿Pero y Yeshúa? Yeshúa fue todo lo que la Torah y el Tanaj han dicho que sería el
Mashiaj, en lo referente a Ben Yosef (José), y por encima de todo lo que los sabios
pensaron que Él sería.
Llamar al Todopoderoso el creador del universo, y asegurar que Él formó a Adam del polvo
de la tierra, y después mantener que un nacimiento virginal no es un acto razonable de la
creación, manteniendo que Él no lo puede hacer, es muy peligroso.
Si es usted de los que argumentan de esta manera, usted está insultando al Todopoderoso.
Pues usted está negando su misma esencia: Todopoderoso; y todo, por sus prejuicios a no
confesar que un nacimiento virginal es posible para Adonay.
Nosotros como meros humanos, en los últimos 15 años, tuvimos la habilidad de realizar
implantes, fertilizar óvulos en el útero de una mujer virgen y exitosamente embarazarla. ¿Y
el Todopoderoso no puede?
Nuestros rabinos de estos días, necesitan seriamente reconsiderar sus posiciones sobre este
asunto último.
Luego está la profecía dada a Daniel (Daniel 9:24-27); la cual describe la obra que
haría Yeshúa de manera precisa.
Cuando usted lea esto, recuerde también, que no sólo describe la primera venida de Yeshúa
de manera precisa; pero si el Mashiaj no ha venido, entonces Daniel es un falso profeta.
Y si Daniel no es un falso profeta, sino verdadero, entonces el Mashiaj ha venido, por tanto
lo verdaderamente correcto y acertado es aceptarle a él como Mashiaj.
Daniel 9:24-28
9:24 Setenta semanas (70 semanas de años) están determinadas sobre tu pueblo y sobre tu
santa ciudad, para terminar la prevaricación, y poner fin al pecado, y expiar la iniquidad,
para traer la Justicia perdurable, y sellar la visión y la profecía, y ungir al Santo de los
santos.
9:25 Sabe, pues, y entiende, que desde la salida de la orden para restaurar y edificar a
Jerusalem hasta el Mashiaj (Mesías) Príncipe, habrá 7 semanas, y 62 semanas; se volverá a
edificar la plaza y el muro en tiempos angustiosos.
9:26 Y después de las 62 semanas se quitará la vida al Mesías, mas no por Sí; y el pueblo
de un príncipe que ha de venir destruirá la ciudad y el santuario; y su fin será con
inundación, y hasta el fin de la guerra durarán las devastaciones.
9:27 (Este versículo es sobre las 70 semanas y los últimos 7 años de pacto, esta última
semana aún no ha ocurrido)
Estas cosas son solo una breve descripción de Yeshúa; más de 10 paginas
podrían ser fácilmente escritas respaldando el concepto del Mashiaj (aun fuera del Talmud)
y en respuesta al concepto actual del judaísmo rabínico.
Pero en cuanto a nosotros, nuestro gran y terrible error (por las consecuencias salvíficas) es
fallar en reconocer a Yeshúa como el Maestro de la Torah y Mashiaj de Israel.
Para más detalles sobre este mismo tema importante usted puede adquirir de Amazon.com,
y otros vendedores de libros, el libro de Rachmiel Frydland titulado, “What the Rabbis
Know about Messiah”.
El Mashiaj
I.
Hay ciertas cosas que distinguen a una fiesta judía de cualquier otra. Podemos afirmar, sin
temor a exagerar, que no hay fiesta judía sin la famosa canción: “Mashiaj”. Cuando esta
canción es reproducida un fervor automático genera descontrol en la pista de baile.
Mientras cantamos, bailamos, saltamos y sudamos al son de esté “hit” muchos de nosotros
desconocemos cual es el profundo significado de esta canción. Sin embargo, de lo que
estamos seguros, es que trata sobre el “Mashiaj”, es decir: el mesías.
Está canción tan popular en cada una de nuestras celebraciones se remonta, o por lo menos
su letra lo hace, no así su melodía, al siglo XII. Fue Maimonides, una de las mentes más
brillantes de la judería de todos los tiempos, quien escribió muy a su pesar los 13
fundamentos de la fe. El doceavo principio afirma: “Yo creo con fe sincera que el Mashiaj
vendrá. Y aunque se demore esperamos cada día su llegada”[1]. La creencia en la venida
futura de un Mashiaj [literalmente: ungido] es uno de los pilares que movilizan la fe judía.
Un pueblo que vivió más de dos mil años de exilio, persecuciones, matanzas y destierros
debía albergar en su interior un halito de esperanza. Los sabios le dieron forma a una figura
que en la Torá no es mencionada y que en los profetas está someramente esbozada. Los
rabinos del Talmud y luego los filósofos medievales fueron los que construyeron la imagen
del Mashiaj que más o menos hoy conocemos.
II.
A lo largo de la historia muchos han sido los que se han adjudicado ser los mesías. Estos,
por lo general, aparecían en momentos de crisis y de persecución del pueblo judío. Jesús
tan sólo fue uno del montón, quizás, quien tuvo más eco mediático como diríamos hoy.
Tiempo después de Jesús Rabi Akiva consideró a Bar Kojvá [el hijo de la estrella] como el
mesías, hasta que murió en la guerra por la recuperación de Israel y allí las esperanzas
desaparecieron. Estos dos personajes ilustran de manera adecuada como el Talmud
considera al Mashiaj. El mismo no es un hombre que entrega dólares y saluda
apaciblemente y con una sonrisa encantadora a todo el mundo, el mesías, según el Talmud,
es un rey guerrero. A los reyes en la antigüedad se los ungía con un aceite especial antes de
asumir su trono, por eso lleva el nombre de Mashiaj [el ungido]. El ideal del mesías, según
lo plantea Maimonides, es recuperar la autonomía de la tierra de Israel a manos del pueblo
judío y traer a los exiliados nuevamente a su hogar. Por este motivo muchos apologistas
sionistas consideraron a David ben Gurion, el primer primer ministro de Israel, como el
mesías ya que él, más que ningún otro en la historia, comenzaba a cumplir las profecías
mesiánicas. En los últimos siglos, muchos falsos mesías han aparecido. En el siglo XVII el
famoso Shabetai Tzvi, en el XVIII Jacob Frank, y en el siglo XIX los seguidores de la
dinastía jasídica de Rabbi Najman de Breslav consideraron a su líder como el mesías. Lo
mismo ocurrió en el siglo XX con una ramificación de la dinastía jasídica de Jabad que
hasta el día de hoy consideran a su último Rebbe como el mesías.
III.
Volvamos ahora a los orígenes y ver dónde comienza la idea mesiánica. Dijimos ya que la
Torá calla al respecto. No hay siquiera mención de la idea de un salvador futuro. Es el libro
del profeta Jeremías (33:15) que nos dice: “En aquellos días y en aquel tiempo haré brotar
a David un Renuevo de justicia, y hará juicio y justicia en la tierra.” Está frase por su
ambigüedad es la característica de los profetas y la que dará origen a nuestra concepción
mesiánica. De aquí aprendemos que el mesías deberá ser de la línea real del rey David y
que vendrá “en aquellos días”, o como se interpretó luego, en el final de los días. También
aprendemos de aquí que su función será colmar de justicia al mundo. Para quien le interese
profundizar le recomiendo que investigue un poco los orígenes mismos del rey David, son
historias llenas de incestos y promiscuidad[3]. Es interesante afirmar que el Mashiaj no
provendrá de una casa inmaculada ni perfecta, sino de una simiente llena de errores y
transgresiones, es decir: de una genealogía muy humana.
El Talmud[4], llama al Mashiaj “el hijo del caído” ya que antes de su llegada todo será
horror y destruición. Así dice el Talmud: “La generación en la que venga el hijo de David,
los sabios disminuirán […] Habrá una enorme cantidad de problemas y decretos malvados
que se renovarán a diario. Cada hecho terrible que ocurra vendrá antes que el anterior
haya terminado.” Esto es lo que se denomina los Jeblei Mashiaj, los dolores de parto del
Mashiaj. Antes de que se vislumbre una luz de esperanza el mundo estará lleno de dolor y
de desesperación. Está concepción era una forma de decirle a los judíos en momentos de
persecución y matanzas que mantengan viva la esperanza ya que el Mesías está por venir.
Cuando vemos que todo está mal, que nada podría ser peor, allí debemos encender aún más
nuestra fe en la salvación. En relación a los dolores de parto y al sufrimiento que
antecederán a la llegada del Mashiaj dijo Rab Ulá: “que venga el Mashiaj, pero
permítanme no verlo”. Este sabio prefería no ser parte de aquella generación que tendrá el
“honor” de ver al Mashiaj. Prefería evitar los sufrimientos en exceso. ¿Quién lo puede
juzgar? Era un hombre piadoso pero no un masoquista.
La salvación según los rabinos del Talmud vendrá al finalizar alguno de los ciclos de siete
años [Shnat Shmita]. En cada uno de los años algo ocurrirá. En el tercer año, por ejemplo
“ocurrirá una gran hambruna en la cual hombres, mujeres y niños santos y piadosos
morirán, y la Torá será olvidada por sus estudiantes.” En el quinto año las cosas
comenzarán a estar mejor “la gran mayoría se saciará, comerán, tomarán y se alegrarán”.
Al final del séptimo año luego de las guerras vendrá el mesías. Sin embargo, tal como
afirmó Rabi Iosef hace ya 1700 años: “muchos ciclos de siete [años de Shmitá] han pasado
y todavía no ha venido.” Luego de tanto tiempo el Mesías sigue sin venir. Algunos ya
habían perdido la esperanza.
Ahora bien, los rabinos del Talmud debían decirle a la gente, más o menos, cuando vendrá
el Mesías (para evitar así reacciones como la de Rabi Iosef). La esperanza no podía ser
mantenida sin algún dato concreto, la desesperación sería catastrófica. En la casa de
estudios de Eliahu se enseñó que el mundo debe existir por seis mil años. En los primeros
dos mil años habrá desolación, en los segundos dos mil años la Torá florecerá, y en los
últimos dos mil años serán los tiempos de la era mesiánica. O sea, que a partir del año 4000
al año 6000, en ese periodo de 2000 años, el Mashiaj en algún momento debe aparecer. Dos
datos de color: los tiempos de Jesús y Bar Kojva marcaban los comienzos de este tercer
ciclo de dos mil años, por eso tanto fervor mesiánico en aquel entonces. Por otro lado,
estando en el año 5773, a menos de 230 años del fin de este ciclo, se explica el porqué del
fervor de tantas sectas fundamentalistas judías sobre la pronta venida del Mashiaj.
Otros sabios nos enseñaban que no se debía pronosticar la llegada del Mashiaj. Rabi
Iojanan nos dice al respecto: “Que sean destruidos los huesos de los que calculan el fin de
los días porque ellos dirán “porqué el tiempo predeterminando ha llegado, y él todavía no
ha venido, él nunca llegará. Aún así debemos esperar ya que esta dicho: a pesar de que se
retrasé debes esperar.” No debemos calcular el fin de los tiempos, sino más bien, debemos
esperar y mantener la esperanza. Ese es el ideal. Por eso dijo Rabi Iojanan: “cuando veas a
una generación que se llena de aflicciones como un río, espera por él”.
Los rabinos del Talmud, sin embargo, sentían una gran desolación. Rab enfatizó que todas
las fechas predeterminadas para la llegada del mesías ya habían pasado. ¿De qué dependía
ahora nuestra salvación? Y él mismo contesto: “ahora el asunto solo depende del
arrepentimiento [Teshuva] y las buenas acciones [Maasim Tovim]”. Y sobre esto comentó
Rabi Iojanan cuando dijo que el Mesías no vendrá sino hasta que haya una generación en la
cual sean todos inocentes [justos] o todos culpables [malvados]. Es decir: el Mashiaj vendrá
para redimir a una sociedad perdida por la injusticia y la maldad o bien para poner un sello
y mantener a una sociedad donde la justicia y la bondad afloren por doquier. De nosotros
depende.
IV.
Fue el gran autor y polémico filosofo israelí Ieshaiau Leibowitz, quien afirmó que el
Mesías siempre habrá de venir. “Vendrá, el Mashiaj que viene es un falso Mashiaj ya que
la esencia del Mashiaj es que habrá de venir”, decía este gran pensador. Del Mashiaj
siempre debemos hablar en futuro ya que su esencia está en el porvenir. Todo mesías que
viene es un falso mesías, ya que la era mesiánica representa la culminación del desarrollo
de la historia. Y como suelen decir algunos: siempre se puede estar mejor. Afirmar que el
mesías ya ha venido es ir en contra de nuestro deseo continuo y perpetuo de mejorar el
mundo y de mejorarnos a nosotros mismos. Sin embargo, como enseñó uno de los grandes
filósofos del siglo XX, Walter Benjamin, al final de sus Tesis sobre el concepto de historia
(1940): “Se sabe que a los judíos les estaba prohibido escrutar el futuro. En cambio la
Torá y la plegaria les instruyen en la conmemoración. Esto desencantaba el futuro, al cual
sucumben los que buscan información en los adivinos. Pero no por eso se convertía el
futuro para los judíos en un tiempo homogéneo y vacío. Ya que cada segundo era en él la
pequeña puerta por la que podía entrar el Mesías.” Cada instante puede ser el momento
que anuncie nuestra redención. La esperanza es el pilar que nos moviliza, y en la cultura
judía la denominamos “Mashiaj”.
[1] עם כל זה אחכה לו בכל יום שיבוא, ואף על פי שיתמהמה,בביאת המשיח. Su original en hebreo se
encuentra en la introducción que hizo Maimonides al decimo capitulo del tratado de
Sanedrín.
[3] Para quien quiera averiguar los orígenes del rey David, fundador de la “línea
mesiánica”, le recomiendo que lea Bereshit 19:30-38 , Bereshit 38:11-19, Rut 4:21-22.
[4] A continuación todas las citas talmúdicas, a menos que se haga referencia explícita, será
extraías del tratado de Sanedrín de la página 96b a la 99a.
Una nota metodológica: para lo que voy a escribir sobre el Mashiaj me voy a basar en la palabras de
Maimónides, que fue el primer rabino que formuló los 13 principios de la fe judía. Maimónides (1135-
1294) escribió un libro fundamental llamado "Mishné Torá". Este libro es el código más extenso que
existe sobre ley judía. Mishné Torá consta de exactamente 1000 capítulos, el mismo número de
capítulos que tiene la Mishná. Maimónides escribe sobre el tema del Mashiaj en el penúltimo capítulo de
su libro. Y en el último, capítulo 1000, escribe sobre los tiempos mesiánicos. Estos textos constituyen
sin duda, los textos más autorizados escritos sobre este tema (el Shulján Aruj no escribe sobre el tema
del Mashiaj). Y son los que voy a utilizar en ésta y en las próximas halajot.
También voy a hacer uso de otro libro en inglés (que alguna vez fue traducido al castellano), y que en mi
opinión es lo mejorcito escrito sobre este tema. Me refiero a libro "The Real Messiah" de Aryeh Kaplan,
que tal como lo dice en su subtítulo, es también "una respuesta judía a los misioneros" cristianos.
El Mashiaj por lo tanto, será el monarca del pueblo judío. Por supuesto que no será un líder político
secular, sino que tal como el rey David, seguirá estrictamente las leyes de la Torá, las defenderá y las
establecerá como la ley para todo su pueblo.
De acuerdo a nuestros profetas (ver Yesha'ayahu 11) será un líder que habrá de ser reconocido por su
"sabiduría e inteligencia, su consejo, su fortaleza, su conocimiento y veneración por HaShem."
Dice Aryeh Kaplan que el Mashiaj será: "... el líder que traerá, la redención completa a los judíos, tanto
en lo espiritual como en lo físico. Y junto con esto traerá paz duradera, prosperidad y la perfección
moral de todo el mundo.
Sobre este mismo punto podemos agregar que Maimónides dice que hay 3 pre requisitos que deben
cumplirse para que una persona pueda ser considerada como el verdadero mesías. Y la primera de esas
condiciones es que tiene que ser un descendiente del rey David .
¿Por qué? Porque HaShem le prometió al rey David que la monarquía le pertenecerá a su descendencia.
De aquí que el "nombre completo" del mashiaj en hebreo es "mashiaj ben david", es decir, "el rey
ungido, descendiente de la dinastía de David" .
¿Quién puede ser considerado el Mesías?
Estamos estudiando el principio número 12 de la fe judía: nuestra creencia en la llegada del Mesías o en
hebreo "Mashiaj".
Cuando hablamos del Mashiaj, hay dos temas que tienen que ser tratados de manera independiente. Uno
es la persona del Mashiaj y el otro es los tiempos mesiánicos. Hablaremos hoy sobre la persona del
Mashiaj, es decir, quién puede ser considerado como un candidato a ser el Mashiaj.
Maimónides dice que para que un individuo pueda ser considerado como el Mashiaj tiene que cumplir
con 3 requisitos a priori y 2 a posteriori. Y sólo cuando TODOS estos 5 elementos sean realizados
podemos decir que esa persona es el verdadero Mashiaj:
Este es el texto de Maimónides, en el capítulo 11 del Sefer Melajim, Halajá 4 (los números y paréntesis
los agregué para una mejor comprensión):
"Si surgiera un rey (1) de la Casa de David que (2) diligentemente estudiara la Torá y observara sus
mitsvot según lo establecido en la Torá Escrita y en la Torá Oral como David, su antepasado, e instara a
todo el pueblo de Israel a encaminarse en el (camino de la Torá) y corrigiera las brechas de la
observancia de la Torá [es decir: corrigiera lo que el pueblo judío está haciendo mal respecto a la
observancia religiosa], (3) y luchara las guerras de HaShem, se lo podría considerar como el Mashiaj.
Si tiene éxito en todo lo anterior, y (4) construye el Bet haMiqdash [=Templo] en su lugar [=har habayit,
Jerusalem], y (5) reúne a los dispersos de Israel, se podrá entonces afirmar sin duda que él es el
Mashiaj."
(1) Ser descendiente del rey David. Esto excluiría automáticamente, por ejemplo, a todo aquel que es
Cohén o Leví, ya que David pertenencia a la tribu de Yehudá. Para más detalle ver lo que escribimos
ayer.
(2) Para calificar como candidato a Mashiaj, esta persona deber ser un estudioso y observante de la Torá,
tanto la ley escrita como la Torá Oral, como lo fue el Rey David, y debe ser un líder que le importe y
haga todo lo posible para que el pueblo judío se comporte de acuerdo a la Torá, tanto individual como
colectivamente.
(3) El Mashiaj debe luchar las "guerras de HaShem" ()'לוחם מלחמות ה. ¿Qué significan "Las guerras de
Di-s"? No se refiere aquí a "guerras" en un sentido metafórico, como si el Mashiaj debiese comandar un
"ejército de salvación" o luchar "guerras espirituales" (eso es en realidad parte del segundo requisito).
Las guerras de HaShem son las guerras y batallas militares que los judíos luchamos contra nuestros
enemigos, como ocurre hoy en día en Israel (ver Hiljot Melajim 4:10, 7:15).
Los modelos que Maimónides tiene en consideración, y menciona, en esta descripción del Mashiaj son
específicamente dos personalidades: una es el mismo rey David, que obviamente cumplía con estos 3
requisitos, (los otros 2 no eran aplicables en su reinado). Y el otro es Bar Kojbá (ca. 90 -135 de la era
común).
Maimónides cita a Bar Kojbá en otro contexto: para explicar que hacer milagros no es un pre requisito
para ser considerado el Mashiaj:
Hiljot Melajim, Halajá 3
"No hay que suponer que el Mashiaj deberá hacer milagros y maravillas... o llevar a cabo otras acciones
similares [para ser considerado como un candidato a ser el Mashiaj] como dicen los ignorantes. Esto
definitivamente no es cierto. La evidencia que tenemos es el caso de Rabbi Aqibá, uno de los mayores
sabios de la Mishná, que apoyaba al rey Bar Kozibah [bar Kojbá] y lo consideró [a priori] como el
Mashiaj. Él y todos los sabios de su generación lo consideraron como el rey ungido [=Mashiaj] hasta que
fue asesinado [en la guerra] a causa de los pecados. Una vez que murió, [los sabios] se dieron cuenta de
que él no era el Mesías. Los sabios nunca le pidieron que hiciera milagros o maravillas [para
considerarlo como el Mashiaj]."
Bar Kojbá cumplía con todos los requisitos del Mashiaj: (1) era descendiente de David (2) era un Yehudí
muy observante, imponía la ley de la Torá y (3) luchaba contra los enemigos de Israel, en ese entonces,
los Romanos, con el fin de establecer un estado judío, independiente de Roma, en el que la la Torá sería
la ley de Israel. En ese estado independiente se deberían cumplir las otras dos condiciones (4) reconstruir
el Bet haMiqdash (destruido por los Romanos en el año 68 de la era común) y (5) repatriar a Israel a
todos los judíos que fueron exiliados cuando se destruyó el Bet haMiqdash.
Al morir en la batalla, los sabios se dieron cuenta que si bien Bar Kojbá poseía los atributos del Mashiaj,
no lo era.
Explicamos anteriormente que el Mesías o Mashiaj del que habla el judaísmo será un monarca,
gobernante de Israel, descendiente de la dinastia de David, parecido en su cargo y naturaleza al Rey
David y a Bar Kojbá. Su misión: traer a los Yehudim nuevamente a israel y reconstruir el tercer y
definitivo Bet haMiqdash.
Maimónides también insiste una y otra vez que el Mashiaj NO vendrá a cambiar las leyes de la Torá.
Todo lo contrario: vendrá a enseñarlas, aplicarlas y defenderlas.
Así dice Maimónides cuando habla de cómo identificaremos a quien NO es el Mashiaj (Melajim 11:3):
"Nuestra Torá, sus preceptos y leyes, nunca jamás, serán cambiadas. Nada se agregará a sus preceptos y
ninguno se anulará. Y si alguien sugiere [en nombre de Di-s] agregar o quitar un precepto, o
interpretarlos fuera de lo que nuestra tradición explica [ ]גילה פנים בתורה והוציא הדברים שלמצוות מפשוטן,
sabemos que se trata de un farsante o de un hereje..".
En otras palabras, si un candidato a Mashiaj propusiera cambiar aunque solo sea una ley de la Torá,
sabremos que se trata de un falso Mesías.
Aquí Maimónides hace alusión a las dos grandes religiones bíblicas, que aceptaron la biblia Hebrea pero
intentaron cambiar, agregar o quitar de sus preceptos. Aunque más específicamente Maimónides se
refiere aquí a Yeshu (Jesus), ya que él se auto-proclamó como el Mesías del pueblo judío.
No todos saben que hay varias fuentes rabínicas que mencionan a explícitamente a Yeshu y cómo
intentó modificar la Torá. El Talmud lo menciona por ejemplo, en Masejet Sanhedrin. Claro que los
comentarios de los rabinos, muchos de ellos contemporáneos de Yeshu, no fueron recibidos con mucho
entusiasmo por la iglesia. Y especialmente durante la edad media, el Talmud fue quemado públicamente
muchas veces con este pretexto. En algunos casos excepcionales la iglesia permitió que se reimprimiera
el Talmud, siempre y cuando se omitiesen los párrafos que hablan de Yeshu.
Con el libro de Maimónides ocurrió algo similar. En el capítulo 11 de Hiljot Melajim, donde
Maimónides habla del Mashiaj, menciona a Yeshu. Este párrafo también fue censurado por siglos, pero
sobrevivió en las ediciones manuscritas del Mishné Torá producidas en países árabes. Y recién hace 15 o
20 años atrás se volvió a reimprimir en las nuevas ediciones del Mishné Torá.
¿Qué dice Maimonides sobre Yeshu? Lo voy a citar:
"También Yeshua imaginó que él era el Mashiaj y fue ejecutado por orden del tribunal. Esto había ya
sido profetizado por Daniel, que dijo: "Y los hijos de los indecentes de tu propio pueblo, serán
enaltecidos, y tratarán de que se cumpla la vision profética [que ellos mismos concibieron], pero
fracasarán" (Daniel 11:14). ¿Y acaso existe algún fracaso más grande que éste? Todos los profetas
dijeron que el Mashiaj redimirá a Israel y los salvará [de sus enemigos], los traerá de nuevo a su tierra y
fortalecerá la observancia de la Torá. Y este [hombre, Yeshu] provocó [todo lo contrario]: la muerte de
los judíos por la espada, el exilio de los judíos y su dispersion, e intentó reemplazar la Torá, y engañó a
la mayoría de mundo [haciéndolos] que sirvan a un dios, que no es HaShem" .
Maimónides explica muy claramente por qué Yeshu representa todo lo contrario a lo que el Mashiaj
debía ser para el pueblo de Israel. Su intención de cambiar la Torá y la persecución permanente que
sufrió el pueblo judío, irónicamente, "en nombre de Yeshu".
El verdadero Mashiaj será el líder del pueblo de Israel que los defenderá de sus enemigos, los protegerá
y los hará regresar a la tierra de Israel, donde vivirán en paz con sus vecinos, libres para estudiar la Torá
y observar sus mandamientos.