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ciervo ¥ la pata de una jirafa en la misma imagen. Lo que Je apasionaba era ef Diluvio. Filmar el agua que entta en las casas, eso le obsesionaba» (Balsan, 2000: 24) En 1988 se le concedi6, por el conjunto de su carrera, el Kurosawa Life Achievement Award del Festival de San Francisco. En 1993 fue galardonado con el «Felix Euro- peo de Berlin Diccistis afios después del estreno de su tltima obra, el 21 de diciembre de 1999, la agencia France Press di- findié el siguiente y escucto comunicado que les habia hecho Megar fa esposa del cineasta, Mylene van der Mersch: sJe yous annonce que mon époux Robert Bres- son, autcur de films, est décedé le 18 décembre 1999 et sera inhumé dans Vintimité» [¢Les anuncio que mi espo- so Robert Bresson, autor de films, ha fallecido el 18 de diciembre y sera inhumado en la intimidad]. En 1976, entrevistado por Paul Schrader (Schrader, 1976) Bresson respondia de la sigaiente mancra (en la que oimos, por anticipado, ccos de algunas frases que resona- rin en Le diable probablemen() a la pregunta de qué pensa- ba que sucederia tras su muerte: «No puedo apartar mis pensimientos del hecho de que se continuari sintiendo cosas. Sintiendo la soledad, la oscuridad del ataid, el fri. Ya es més difieil cteer en la resureccién. La resurreccion del cuerpo, équé es? No lo sé. Pero siento que lo siento. Tengo la certeza de que hay algo distinto de la tierra en a que vivimos que no puedo imaginar, pero uno puede Jmaginar que cso es algo que se puede imaginar. A veces he tenido en mi vida, no ahora, la sensacién de algo como una presencia, De qué, no lo sé. Fue muy breve, pero me impresioné mucho. Es algo que no puedo ex: plicar. Voy muy # menudo los fines de semana al campo donde siento los érboles, las plantas, No puedo com: prender a la gente qe dice que no hay Dios. {Qué quie- te decir esto? {Que todo es natural para ellos?» tt Sistema Bresson ew frm pu coro un ae pes ene sJansenista de la puesta en cscenar (George Sadoul), maestro del estilo espiritual» (Susan Sontag), méximo re- presentante del denominado «estilo trascendentaly (Paul Schrader), «formalista pricticos (P. Adams Sitnes), ejem- plo privilegiado del «estilo paramétrico» (David Bordwell y Kristin Thompson). Estos han sido algunos de los sin- {éticos calificativos con los que los estudiosos han trate do de atrapar la singulatidad del cine de Robert Bresson. Sin negar la capacidad comprensiva que cada una de es tas definiciones facilita sobre la obra de uno de los cic neastas mas personales del siglo X, la via que emprende remos en las paginas que siguen adopta la orientacin comtratia: la indagacién analitica, el escrutinio cercano de sus opciones estilisticas esenciales en un intento de fijar las claves estéticas sobre Jas que se construye su propues ta cinematogrifica. Aunque en el fondo no haremos mis que seguir, pese a que en principio no lo parezca, las sugerencias oftec das por las formulas arriba citadas. De hecho, trataremos, de verter una luz lo més concreta posible sobre el siste ma formal de Bresson estudiado en sus clecciones pricti= cas (los parimetros que definen su cinematdgrafo), tal y como pueden encontrarse en los films por él realizados. Buscaremos dar contenido preciso a la nocién de janse nnismo 0 mejor atin la tomaremos como criterio de apro: ximacién que, en el fondo apunta, hacia Ia idea de de- puracién expresiva tanto cualitativa como cuantitativa de una obra que apenas se compone de ttece largometra jes! cn cuarenita aiios de carrera efectiva (los que van de de 1943 a 1983) y cuyos elementos formales no pueden, dejar de telacionarse con determinados elementos del con- tenido. Entonces seri posible, quizas, proceder a medir de ‘manera precisa lo que de iluminador pueden tener las for mulas que tienden a hacer de Bresson un cineasta de lo spiritual. Enapecemos por el principio. Para ello tomemos como nunto de partida la negacién de una expresién que hemos utilizado en el primer parrafo. Alli se habla del scine de Robert Bresson». Pues bien, ésta seria la primera de las im pugnaciones a realizar en la misma medida que Bresson hicga que sus peliculas (al menos las realizadas a pattie del Journal dan curd de campagge, 1951) puedan ser adscrtas a semejante categoria. Tal y como se formula en repetidos ‘A fos que hai que sont el medomtzse Aas pigs ra 2d en 1984 5, sean ya hems wba, Ls Noa sao male Rio, aforismos de ese texto esencial que forman las Notas sobre al cinematigrafo: (redactadas mayoritariamente entre 1950 y 1958, con una breve prolongacién escrita entre 1960 y 1974), los films de Bresson se presentan bajo la exigencia de no-sercine. Bin qué sentido debe tomarse la pretensién bressoni: na? El mismo lo ha explicado con meridiana claridad: ef ine de todos los dias (y aqui Bresson no parece dejar res pcos a tras de los que svar a tants y tants gan les nombres) no cs sind teatro bastardo>, eteatro foto: grafiado», ‘Por qué? Porque en él apenas se ofrece al sspectador otra cosa que «la reproduccidn fotogrifica de ‘un especticulo», un mero simulacro en el que se hace re presentar una comedia preexistente a unos actores que son filmados en un acto euyo resultado carecers de aquello aque califica auténticamente a un espécticulo autentico: la presencia irrefutable, en vivo, con st presencia carnal, de Jos actores. Asi-el cine se limita a- poner -en- funciona ‘miento los recursos tradicionales del arte teatral (de los ac- tores a la puesta en escena pasando por los decorados) li: mitindose a reproducr (Ia expresion es del propio Bresson) aquello que se desarrolla delante de la cémara filmador. Un tinico aforismo puede valer para sintetizar la firmeza de la postura bressoniana: «Tomar en préstame medios teatrales conduce fatalmente a lo pintoresco visual y auditives’ y ya veremos que el rechazo de todo «pintores {quismo» seri justamente una de las marcas de su estilo. No es de extraZiar que bajo esta perspectiva Bresson de- rnuncie sla terrible costumbre del teatro» ni que vea en la Robert Bresson: Nat tr indatgaphe, Pa, Galina, 1975. Aen gin tan econ fee, io, 0 Detsimientoc pe se prscuan como el deviido cencal de Wea pis Nuc cue no con wot fsa mir Ge mms Bit a i tty edielnnes ea lecgua casellus » alee vce la Biblio dfuda ca ete volumes: Todas auc cir se roman de lr edn Gavia de Eartous brs apurcta en Mexia er 1973 9 ted per Sul Yuko § dpc page 13 4 Opa, pig 9. ineapeidin del cine senor ese momento en que el teatro puso cerco a [a plaza filmica estrangulando su futuro de sarallo creativo. Por eso no debe sorprender que Bresson apenas reconozca otto valor a las peliculas de cine que cl de acabar convirtiéndose en docamentos de historiador, en testimonios del arte interpretativo de determinados ac tores en ciertos momentos histdricos’ o que establezca un paralelismo sugestivo entre las peliculas del céze y Ia pine fhura pompier, en cuyos cuadros se recogen acciones que sparece(n) cinematogrifica(s), previamente ensayada(s Al otto lado de Ia linea de demarcacion trazada por Bresson se yergue el edificio solitario, minimalista y de contomnos depurados, del sistema del cinematigiafo'. Anote- mos de pasada gue Bresson reivindiea para su praxis la de ominacién primigenia, el primer nombre, el elegido por Lumite para el invento que iba a revolucionar {as técni cas de teproduccién de Is realidad visible e iba a dit so porte (écntolgico a un muevo arte en ef que, precisamente, rho cre‘a su deseubridor. Bresson hari suya esta nomen clatura fundadora para dotarla de una significacién muy precisa. Uso de la denominacién primera que, justamen: te, reivindica para el grafis el ser la determinacion nodal de un arte lamentablemente desviado de sus fines para ser Puesto, tantas veces, al servicio de intcreses espunics. 2Qué es, en concreto, este cinematigrafo, este desafia: te novcne? Las Nous lo ‘expresan. con nitides. extrema: al servilisme teproductor del cine abismado en la reprewntac «ifn se le opone una préctica consistente en UNA ESCRY TURA CON IMAGENES IN MENTMIENTO ¥ SONIDOS®". Escritura que se fundamentard en #las relaciones de imagenes y so aidos» y que tratard éstos y aquéllas como si tratase de Fp eh, pig. 13 5 dh ts a 1 ue dae Aoteos ie Breson som buen euidado de epecicar que an sigma no lo tego todo, Es el comiznan de agon op oh, pip TP Opts pig. 12. Convene seakar ue eta eutenca © fa pers de li ince cinco que Bravo elige descar mediante uxt de it taayiaculas ede poner qoe etusoy en eos aonsnos 2 ame dul concept el Hive ; palabras del diccionario», elementos que extraen todo su valor de la posiiée que ocupan en la serie sistemdtica en ccuyo interior se ubican. Valor relacional. de las imigenes ¥ de los sonidos que se acompaia de una politica cons ciente de aplanamiento de aquellas, de busqueda de lo que Bresson denomina imagenes insignifcantes (ao significan- tes) puesto que si «una imagen, contemplada aparte, ex presa algo, si conlleva una interpretacién, no se transfor mari al contacto con otras imagenes». Busqueda, pues, de imagenes y sonidos digonshies, que se eligen menos por su pretendido valor intrinseco. que por su capacidad de modificarse al contacto con otras y ottos que les prece eno os siguen Definitivamente liberado de toda tentacién imicativa (la cémata y ls grabadora ya mimetizan por s{ mismas las apariencias en un gesto que plantea, al mismo tempo, tun hallazgo téenico y un problema estético) el cineastz se encontzaré con las manos libres para ubicar su creat vidad en el doble terreno, primero, de la eleccién de los fragmentos de Is realidad que va a manipular y, después, para establecer vinculos entre esos pedazos de realidad, buscando los «intercambios» que puedan surgir centre ims xgenes ¢ imigenes, entre sonidos y sonidos, entre imigenes ¥ sonidos», S60 asf podri resolver el auténtico proble- ‘ma que le plantea la tecnologia que funda el arte cinem: togrifico y que Bresson formula con destambrante simpli- cidad: «Problema. Hacer ver lo_que ves, por intermedio de una maquina qué Ho To ve como ti lo ves. Es, justa- mente, en esta distancia entre la visién de la maquina y Ja visibn del artista donde reside todo el problema-de' la creacién cinematogeifica. Poner la primer al servicio de Ja segunda serirel tinbajo esencial al que se entregari Row bert Bresson, Todo ello en pessecucién de un arte en el que, como veremos més adelante, el control de le éntligencia (oque todo lo complica» y que aparece como propia del cine) es 5 Op. et, pig. 17. Op aly pi 5 sustituido por Ia busqueda de un automatismo creativos donde la reivindicacién del sorido se asentard sobre su ca: pacidad de revelar el silencio; en el que los actores van a ser sustituidos por modelos y donde Ia consecucién de la emocién va a realizatse sin pasar por la via de la represen faci - No es imi recordar en este momento que en su chix sico texto sobre Bresson incluido en su celéberrimo Com trata intepretacton", Susan Sontag propone una distincién entte dos tipos de arte: uno que apunta a despertar sen- timientos de manera directa y prioritaria y un segundo gue sélo los produce mediante un desvio a través de la inteligencia. En este tltimo tipo de arte, recuerda Sontag, la forma de las obras se presente dotada de un énfasis sin gular, hasta el punto de producir dos efectos interrelacio nados: ef primero tiene que ver con el hecho de que esta clase de obras son capaces de offecer a sus frecuentadores un tipe distinto de placer sensual derivado, precisamente, del uso que exigen de su inteligencia. Inteligencia ante la gue incluso dimensiones como el «temar tratado en aque: lias (y que suele considetarse, convencionalmente, como fuente esencial del poder emocional de un objeto antsti- 0) se presentarin investidas de una dimensi6n cstricta mente formal. El segundo, de manera menos paradéjica de lo que pueda parecer a primera-vista, se relaciona con el hecho de que la «disciplina de las emociones, el re tardo de las mismas, creado por el desvio formal que se impone a su aparicidn, no las anulan sino que las con vierten en mucho mis intensas y duraderas. Es posible encontrar en las Notas bressonianas simila res ideas, Vatios pensamicntos! se adentran en esta direc cidn. Uno de ellos recuerda al lector que al cinematdgre fo es una nueva manera de escribir, por tanto de sentir. 2 Berita on 1964 que, por tants slo fe ocupa de Los peimetcs sis Jargomtrmsies de Brea, Vente [ntelerencis complete de ste texto ct 1h Bibfiografa Sontag, 198} * Open iy 34, De esta forma Bresson vincula su busqueda esiética no gon una desencarada investigacion formalista sino que seconoce la dimensién emocional de todo arte y, muy par sscularmente, la de aguel del que él mismo se declara prace ficante. Un nuevo aforismo prolonga esta veta al sostener [b existencia de formas que no solo parecen ideas sino que deben ser consideradas verdaderas ideas’. Bresson propone, por tanto, derribar la tradicional muralla china que separa las dimensiones formales y cematicas de los films para uni- ficarlas en un tratamiento nico, Por eso insistita en que todo en un film debe estar sometido a rigurosa formaliza- cién y para ello ningiin mejor instrumento que el riomo, mecanismo «omnipotente» que se aplica por igual a los ya indistintos forma y contenido: splegar el fondo a Ia forma y cl sentido a los ritmose*. La posible empatia emecional el espectador con un film no se lograri proponiéndole imagenes conmovedoras, sino telaciones entre imagenes gue has vuelvan a la vex vividas y emocionantese" Siguiendo esta linea de pensamiento no me parece des- cabellado ver en Ia conceptualizacién del cinematdgrafo bressoniano un nuevo y ejemplar avatar de uno de los ele- mentos que conforman el par del que se servia André Ba zin para proponer su famosa tipologia de cineastas. Re cordemos que Bazin distinguia entre cineastas que creen en la realidad y eineastas que oveen en la imagen. Sin duda Bres son forma parte inequivoca de estos dltimos, aquellos que no se conforman con la contemplacién de ia realidad tal, y como 2s atripada por Ia cimara filmadora y la grabado ra para, venciendo las falsas potencias de Ia fotografia apuntar no hacia la mera reproduccién de la realidad apa rencial sino en direccién de la brisqueda de «lo verdade- zo»; verdadero cuya emergencia no esta garantizada por la presencia de -lo real en Brutor*. En el fondo el cincmatdgrafo se concibe en Bresson como un maquinaria de dos tiempos. Uno primero, el del rodaje en el que la cémara y a grabadora faciitan al cineasta un stock de imégenes y sonidos en los que <5 registra lo real en brutar. Imagenes y sonidos que, como ya hemos visto, deben ser seleccionados no en funcion de su belleza ni de su capacidad de conmover por si mismas sino de su apertura hacia [a potencial relacién con otras imdgenes y sonidos. De hecho se trata de proceder a anes- tesiar las propiedades de lo real (mediante procedimicntos come le rpeticién y la fragmentacion; ver infra) para, var siando,a tas imagenes de todo contenido intsinseco, de jatlas disponibles para ulteriores operaciones de yuxtapo- cigu 7 coubiaicsse: Por exp el wlomento del todaje 28 concibe por Bresson como auténtica momento de dese snucinraciba, de extraccién del bloque de mérmol indi- ferente que séfo cobrari vida tras su inclusion en una cadena formada por otros bloques al mismo ticmpo sik rilares y diferentes. Nuevamente un pensamiento lo ex- presa admirablemente: «Filmar no es hacer algo definiti- vvo, es hacer tos preparativoss". "Al momento de la desestructuracién le sigue el mo- mento de la recomposicié, de la colocaztone, del enlace, Seri en la fase de montaje" donde le combinatoria de image nes hard surgit, mediante la logica de la yuxtaposicién, de Ie puesta en serie, la ransformacidn (no hay arte sin trans formacién, recordara Bresson) que convertiré imagenes ini- cialmente planas en «otras que lo que sone”. Porque para el cineasta francés el viaje no se realiza desde la realidad hacia lo verdadero ya que lo segundo no se encuentra oculto en fo primero a la espera de ser tevelado. De ma nera contraria, sastiene Bresson, es el aire de verdad que las imigencs (de las personas vivas y de los objetos reales utilizados) cobran cuando los pones juntos en un cierto © Op at, pig. 100 © . De esta manera se sefala el hecho de que el c= mematigrajo cs, si, un arte de lo teal a condicién de en tender que lo teal ¢s menos lo que lo fonda que aquetlo hacia Io que apunta y que sdlo se revela en toda su in: rensidad en los espacios que designan Jos intersticios, las janturas, Si las grandes batallas se libran, recordard Bres- on, «casi siempre en los puntos de interseccion de los mapas de estado mayor", otro tanto sucedera en las obras de arte: el exxematdgrajo, axte militar. En este sentido puede sostenerse que es la verdad crear da por el arte lo que hace surgic una mucya realidad que ino se confunde con ninguna preexistente. Nucva realidad ‘que nace del hecho de que imagenes en principio insig: nificantes dejen de serlo de una vez pot todas tras su yu taposicion, was de su puesta cn contacto. Podria decirse aque menos que apuntar a una verdad que estuviese oct! ta tras las apartencias, el cinematdgrafo tend 3 revelar aquella gue reside en Ia misma realidad pero que sélo bro ta cuando detetminadas imagenes son sometdas al fra miento con ottas sometidas 2 similar proceso de rarifica ¢ién. Hacia ahi parece apuntar Bresson cuando en el finico aforismo que, significativamente, se repite por dos veces en el despojado texto de las Noias, reclama el «te toque de lo real con [o reals. Desde este punto de vista el cine de Bresson es uno de los mis materialistas pos: bles puesto que fo nico que hace es extraet las poten: cialidades oiriwales de las imagenes y volverlas actuaes, sin perder nunca de vista que esa actualizacién io €6 sino una de las posibles, ya que «la misma imagen Hevada por diez caminos distintos seri dice veces una imagen distinta>®. Quizés pueda entenderse bajo esta perspectiva, desprovis- tu de todo ™. Este rechazo radical del actor se combina con una rci- windicacién no menos radical del modelo. Si para Bresson Jos actotes se asemejan a los fantasmas (el star-system dard una existencia fantamnal a los hombres y mujeres que lo hhabitan)', s6lo una decidida desfantasmizacién del figu- rante mediante la que éstos dejen de fingir que son el ico: no de! personaje —al que realmente habitan como un fat: tasma— para admitir, con todas sus implicaciones, que sélo pueden ser sence de si mismos, estara en condicic- nes de garantizar la emergencia de unos cuerpos capaces de devalver al cinematdgrajo wna auténtica sustancia a par tir de los gestos y palabras que les sean dictados a los mo- delos por el cineasta”. Por eso una doble exigencia: la de utilizar siempre no proftsionales para encarnat los distintos personajes de sus films, primero, ya que ésta es la mica manera de evitar la contaminacién con cl cine, prescindiendo de actores que iinicamente podrian enconttazse en el cimematdgrafo como. en un pais extranjero cuya lengua ignorarian”. Porque alli & Op cia pis 4. - 19.20, 2% Op at, pag. 82. © Op att pig 35 * Op aie Dig IS. donde el actor PARFCE, el modelo (tomado de la vida) ES. Fn segundo lugar, yen légico corolario con la idea anterior, [a negativa a eimplear «en dos peliculas los mismos modelos. 1°. nadie creeria en ellos. 2°, Fllos se micarian cn el primer film como se miran en el espejo, querrian aque se les viera como desean ser vstos, se impondrian una disciplina y al corregirse se desencantariane". Come se construe un modo? Ya que el mode of ce, nus alla de su apariencia (0 gracias a ella), la posibili- Sei de que el dnshta extaga Ge eles saquillquc ne sospechan que esti en ellosr, la tinica garantia de poder acceder a esa verdad interior pasar por suprimir radical: mente cualquier inlencidn que habite en st: intetior*, He cho que s6lo se conseguird mediante la antomatizacin de sus presfaciones, recurso esencial para Ja obtencidn de la revelacién de lo que se oculta tras las meras apariencias: «Modelos exteriormente mecanizados, interiormente libres. En su rostzo nada voluntasio. "Lo coastante, lo eterno bajo Io accédental”»", La justificacién de esta idea la ofrece una seccidn de limites imprecisos (se sabe dénde comienza pero no dénde termina)" de las Noras colocada bajo el cpigrafe «Del automatismo» y en cuyo primer pensarito se afirma que slos mueve décimos de nuestros movimien % Op. ct, pie. 1. (hp i, Big, 8S, Hay que veislar que al menos una vee Bresson ha lncucapldo vin popias nate el 80-4 uso elegils pars dae cust Po piano a Ameld en lx Asc! Balzar (1966) ¥ lusgo 4 Area 2 Monehcte (1947), Puede pensarse que el hecho se justfca por uatar 52, en cierto seni, de pesoaaies sinilates v porgus ambos lias for mus pane de un mismo movimentd crauvo (ver ina. En al fondo, fie grta ao e# ino la ietratan de ono de Tes afossinae Dh impor later (eset, parece sr, e tomtenton eteanos alos dt le realizvion dle ambos films), el que afrma que hay que sfriarse leyer de hiero, fsiague solo sex para Obedsls © desobedevetlas cn dices op et pig. LI). 3 op eit pi. LI peat, pas 21 © Op. at, pgs. 3152, + Goo ante sede am is dul, por sjmpo, «De Lis Vista y oidox, «Gestos y palabras, ete, = tos obedecen a Ja costumbre y al automatismo. Subordi narlos 2 la voluntad y al pensamiento es antinatural>". De agui que la direci6u de modeos de Bresson se oriente prin ipalmente a reducir al minimo la parte de conciencia de tunos interpretes (denomainacidn realmente impropia) a los gue se les recomienda con énfasis que no piensen lo que facen o dicen, como tampoco ex lo que hacen © e# lo ue dicen". Como es légica la abtencidn del autonsatimo pasa por ln repeticidn incesante y mecanica (Bresson precisaré: «nin guna mecdnica intelectual ni cerebral. Simplemente me Cinica»)” de gestos y palabras, hasta que aquellos y éstas hayan sido vaciados de cualquier intencionalidad cons ciente. Sélo entonces los modelos dejarin de representar hi o:fos ni a si mismos, ya que no hay que representar nadie, tinicamente hay que entregar lo que de virgen © desconocide poseen y que ¢s extraido mediante un largo proceso de desgaste y observacién por parte del cineasta atento. Una vee que la actuacién del modelo haya alcan- zado ese estadio de automatismo incoasciente que solo slo que se hace sin control de si mismo» (auténtico prin- epi activa de los mods sein Brewon) e capez de pro: dlucis, «sus zelaciones con las personas y con los objetos que los rodean serin justas, porque no sexin pensadasy Montaigne ofrecer al cineasta a justificacién teérica del uso de] automatismo como mecanismo de revelacidn: pri ‘mero, a través de su afirmacion de que «los movimicntos del ima vactan a la par que los del cuerpor”. Proposicién que encadena naturalmente con la que sostiene que «ada mo- vimisnio noi descrbrer, aunque Bresson no se privars de puntualizar que «s6lo nos descubre si es autématico (10 Conitolado, no querido)e, Finalmente, haciendo suya la Op. ci pi. 38 Op at, pag 28. » Op dls pag 10. 2, pag 121 siguiente afirmacién del clisico: «No ordenansos a nnesiros tall: que se ericen mi a nuestra piel estremecere de desca 0 de tabi; la mano oa a menudo donde no la eniamose" ‘Asi el modelo bressoniano impugna frontalmente las convenciones que sosticnen Ia tradicional teoria del actor de cine (de teatro). Alki donde el cine busca li expresion inmediata y definitiva por medio de la mimica, gestos, en tonaciones de voz», el cinematégrafo, renunciando a la no- ciém habitual de exprestvidad (poner sentimientos en la cara yy en los gestos del actor), acaba buscindola por caminos bien distintos haciendo que ef modelo permita «a través de sus rasgos [que] pensamientos o sentimientos no ex presados matetialmente, se vuelvan visibles por interco- Mmunicacién ¢ interaccién de dos o varias otras image: nes», También pertenece a esta dimensién la sensacion indudable que offecen los films de Bresson de que en ellos no existen didlogos propiamente dichos. No porque no existan de hecho sino porque la manera de decirlos por los modelos acaba convirtiéndolos en auténticos mo- ndlogos, También las Notas recogen esta instruccién a los modelos: «Hablad como si os hablarais a vosotros mis- oS, MONOLOGO EN VET. DF DIALOGO: De idéntica manera se rechaza ese dasioniomo que hace que el actor extraiga de sf slo que verdaderamente no hay en él y se recomienda vevitar los paroxismos (cdlera, ¢- panto, etc.) que uno esta obligado a simular y donde todo el mundo se parecer, De esta manera se consigue purgar al cnematdgrajo de cualquier tentacién de dramaticidad, de tal manera que la expresividad de un film se alcance «con fos seres y Las cosas de la naturaleza, limpiados de todo arte y en particular de todo arte dramaticon” Esta renuncia a cualquier dramatizacién de corte tradi cional lleva consigo otra no menos importante: los films 4 Opi pg. 121 Op. ets pie $6 1 Op ae, Big: 9 8 Op st) pig. 63 © Op. pla. 69. del cinematdgrafo evacuan radicalmente esa dimensién sin 1 cul cs cas imposible pensar en Jot peronsis del cine: la psicolgeia. Si el cine de Bresson renuncia a dotar a sus personajes de atributos psicoldgicos no es por un mero esto de diferenciacién sino por mantener la coherencia del sistema, Susan Sontag supo verlo bien: «el porqué de aque las personas se comporten como Io hacen es, en tk timo térmaino, incomprensible, La psicologia aspira, preci samente, a la comprensiéne", El misterio esencial del com portamiento queda muchas veces suprimido mediante explicaciones simplistas que funcionan como metos ttat guilizantes («nada de psicologia, de aquella que slo des- cubre lo que puede explican)”. Al contrario, en los mo- dlos de Bresson se preserva siempre un secreto central que tnunca se desvela de la misma forma que muchas de sus acciones (¥ no las menos importantes) nunca se justifican mediante recursos de tipo psicolégico. Por so la tarea del cineasta sera «extrae{r] de tus modelos la pracba de que cxisten con sus rarezas y sus ettigmasr™ ZEs tan raro que, dadas estas premisas, Bresson se plan- tee [a relacién con sus modelos bajo férmulas que son cualquier cosa menos convencionales? Escuchémosle de evo: «Modelo. La causa que le hace decir esta frase, realizar este gesto, no reside en él sino en ti. Las causas no estin en tus modelos. Sobre las tablas y cn las pelicu: las de cine, cl actor debe hacernos creer que la causa esta en dle. Lo que no es incompatible con que, no pocas ‘veces, 10 inesperado surja cuando menos se piensa y, a ve ces, contra toda idea preconcebida: «Modelo que, 2 pear de sé mismo 9 de ti, desprende al hombre verdadero del hombre ficticio que habias imaginado-”. Peto no se pien- se que estas epifanias pueden surgir en cualquier circans tancia, Sélo una muy atenta y laboriosa Tabor de escudri- Susan Som (1969: 222), 2 Op. ct, Pg. 77 Op, cia paw 26 # Opa, pag. 89. 8 Op at, pe 10. Aamiento permitiré al artista atraparlas, Gnicamente el tra bajo constante y un disefio preciso permitird merecer la captacién de las mismas: «Trazar bien los limites dentro de los cuales buscas dejarte somprender por tu modelo. In- finitas sorpresas dentro de un marco finito>" Junto 2 ta extrafieza que produce en el espectador con- dicionado por Ia frecuentacién del cine la radical ruptura que Bresson propone con los hibitos interpretativos do- minantes (modelos versus aetores), existe, sin duda, oto tipo de extrafieza no menos fuerte: la que deriva de la con- templacion de unas imigenes (y el seguimiento de unos, relatos) que parecen situarse bajo el signo de la més ex tremada fragmentacién, Hasta el punto de que en estas peliculas ef tratamiento del espacio (y la organizacién de Ia intriga) parecen Hevarse a cabo cn flagrante ausencia de esos marcos generales {visuales, narrativos) que en el cine tradicional cnmarcan, bajo criterios de tipo dramati: coppsicolégico, el devenir de los films". Nada de esto sucede en Bresson, riguroso cultivador de una poética de la fragmentacidn que se acompaha de una podtica de ia epeticién sin la que el efecto de la primeta no seria completo, Como veremos jragmentaciu y repetcion se vineulan estrechamente hasta el punto de no son sino ca ras de la misma moneda. De hecho estamos ante un punto central de la esilis tica bressoniana. Puesto bajo la advocacién de Pascal, uno de los aforismos centrales de las Notas, precisamente titulade De la fragmentacién, afiema con’ rotundidad el cardcter esencial de esta ultima: «Es indispensable si no se quiere caer en la representacién. Ver las cosas y los seres en sus partes separables. Aislar esas partes. Volver 3 Op. cts pie. 101 % Puede verse un ejemplo cancreto del Guncionamicato dela pho sca clisea y au suboriinaciin 4 Ios criterion dramitcicolégicot fn Santor /tsnnegsis que hha ocupado 1a totalidad de la escena, la primera se con ibe como el instrumento privilegisdo para combatirla La fiagmentacién afectars, por supuesto, a la organizer on de los relatos. Las historias de Bresson se organizan como telatos mediante varias claiisulas motrices: Primeto, Js minimizacién, en muchos casos, de un material anec dotico que rechaza el organizarse alrededor de nicleos fuertes claramente definidos y al que le hace eco la pat quedad de una construccién que suele desdeiar todo ar tificio compositivo, que se presenta como claramente an tidramatica y exhibiendo una impostacién marcadamente lineal. De hecho habra que esperar hasta su noveno lar gometraje (Une ferme dowce, 1969) pata encontrar un film gue se estructure de manera explicita en tomo a ut atti ficio tan recurrente en el cine de todos los dias como es, Ja akernancia entre momentos tempotales diversos, entre presente y pasado". Por tanto, no serd facil encontrar en las obras de Bres son las tipicas escenas pivote en tomo a las cuales des- pliega su poder la dramaturgia clisica, tifendo con su fuerza las eatalisis que las completan. En Bresson esta dis fincidn entre niicleos narrativos y catilisis esté (para utile zar su terminologia predilecta) aplanada. Igualmente seri ilusotio esperar que estos films contengan escenas limi ticas a Ja manera de las peliculas convencicnales. Como tampoco serd sensato exigirles un suspense que 5 extit pado de raiz y sustituido, las mis de las veces, por e! ine Xorable acontecer del azar y la ausencia brutal de unas ex 8 Op. ct, pig. 88 31 Aunque lias como Jonna ur ond, Dw condenné, Pcpacke, Le proto Manche t2 petenten como ris Wsputig,, ol exit Que we eatzae de evta pets pcnece todos este Cakes, a eam po diterene plicaciones que permitan al espectador situar e1 devenir del relato en el interior de parimetros tranguilizadores. Evacuando toda contingencia que no sea la del aled, s¢ dibuja im niverso en el que los relatos dejan de regitse primordialmente por la retérica tipica (y topica) de tipo procestal en la que causas y efectos se encadenan en un movimiento ascendente que lleva inexorablemente hacia un climax dramitico, para sustituitla por un mecanismo que extrae toda su fuerza del uso sistématico de ciertos ‘topos. Tropes entre fos que se encuentran el histeon proteron que se convierte para Bresson ca una forma privilegiada tanto de subvert la ldgica narrativa (los efectos preceden unas causes que muchas veces ni siquiera se manifesta- rin explicitamente) y encontrar una particular légica com- positiva, como de extraer posibilidades ineditas de emo- ion vinculadas con el misterio que abre un efecto que se presenta aislado del motive que lo causa. De nuevo las ‘Notas: «Que la causa sige al efecto y que no lo acompa fie ni lo preceda. El otro dia atravieso los jardines de No- te Dime y me cruzo con un hombre cuyos ojos per ben detris de un algo que no pucdo ver, y de golpe se iluminan. Si a la par gue el hombre hubiese divisado a la joven y al pequeo hacia los cuales fue corriendo, ese ros: tuo feliz no me hubiera impresionads tanto; tal vez nits: quiera habria teparado en ale". Otro tanto sucede con el rol concedido a la elipsis como medio fundamental para eagnjerear el relato, para huir de los eneadenamientos cramsticos previsibles y para, como ya hemos sefalado antes, hacer que el azar se en sefioree del relato en tanto que principio rector del mis mo, instaurando un territorio e el que los personajes pa. recen carecer de cualquier control sobre las repercusiones de sus hechos y que, sin duda, tiene que ver con que tat tas veces se haya tildado el cine de Bresson de determi: nista en cl sentido de que sus héroes parccen moverse eft 5 Op. pigs. 9697. un mundo en el que estén al albur de fuerzas exteriores aque les exceden y los zarandean, conduciéndoles por ca minos imprevisibles. La fidelided de Bresson a esta lgica de os encadenamientos azarosos puede medirse considerando gue la misma ya encuentra un uso soberbio en cl frnd do encadenado que relaciona a la Héléne despechada de Les dames du Bois de Boulogne (tedricamente un Bresson aiin

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