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Dice Richard Schechner: No es fácil definir el Nación, la ley natural, la lógica racional, la autoridad patriarcal, la

posmodernismo porque significa una cosa para los bailarines, coherencia obligatoria, y las historias con un principio, un desarrollo
muchas cosas para los críticos y otras más para los arquitectos. La y un final. Pero tras la deconstrucción de las líneas narrativas
definición y teorización del posmodernismo empezó en los sesenta maestras, ¿qué quedaba? ¿La fragmentación, el pastiche, el
con ataques a las “líneas maestras” del modernismo: el Estado- relativismo, las verdades locales, el deleite de las contradicciones?

DOMINGO 11 DE ABRIL DE 2021

ARIEL JIMÉNEZ
MEMORIA >> UN VIAJE A CUBA, 1989

E
l seminario se perdía en in-
tervenciones huecas. La acos-
tumbrada seguidilla de pro-
yectos utópicos, de sueños sin
fundamento, dejaba arrinconadas
las pocas experiencias concretas. Yo
escuchaba distraído, huyendo de la
interminable guirnalda de palabras
que se deshacían en lo oscuro. Na-
da me interesaba en verdad. Había
aceptado aquel viaje con el objetivo
exclusivo de enfrentarme con el pa-
sado de mis padres, para mí lejano,
cuya existencia fue siempre un miste-
rio, un mito infantil de personajes sin
cuerpo, sin vísceras ni espalda, a me-
nudo sin piernas, para siempre apre-
sados en la epidermis brillante de las
fotografías que guardaba la familia.
Cuba, la tierra de los viejos, pasado
íntimo sin arraigo en las cosas, sin un
aquí tangible, sin espacio ni tiempo.
Ese día, segundo del seminario, de-
cidí averiguar la manera de tomar el
primer avión disponible para Guan-
tánamo. El papelito plegado en el que
mi madre había escrito las direccio-
nes de su familia –en su letra tamba-
leante y trabajada de analfabeta– pe-
saba en mis bolsillos. Allí esperaba,
como un organismo vivo, como un
animal apresado entre la tela. Eran
las mismas coordenadas de trein-
ta años atrás, cuando salió de Cuba
por primera vez y para siempre. Des-
de entonces tuvo muy pocos contac-
tos con ellos y ya no sabía si habían
muerto o seguían vivos, mucho me- ARIEL JIMÉNEZ / VASCO SZINETAR©
nos si habitaban aún el mismo lugar.

Cercana lejanía. Un fragmento


Sus vidas se borraban para ella como
los recuerdos de la infancia, como los
sueños.
La posibilidad real de encontrar-
me con los personajes que habitaban
esa familia de fantasmas me impor-
taba tanto como el hecho mismo de Ariel Jiménez (1958) es crítico de arte, museógrafo, ensayista, curador y autor de
ir hasta allá; conocer ese paisaje, ese
punto del planeta donde mi historia numerosos títulos dedicados a artistas y arte latinoamericano. Ha tenido altas
familiar echaba raíces. Quería llegar
hasta el caserío donde mis padres vi-
responsabilidades en museos y ha dirigido colecciones privadas. Lo que sigue es la
vieron su infancia, recorrer sus ca- primera parte de Cercana lejanía, libro recién publicado, que trata la memoria de un viaje a
lles, estar frente a la casa que fue su-
ya –si aún existía– y entregarme a la Cuba en 1989, en búsqueda del mundo en el que vivieron sus padres
eventual experiencia de detectar en
un rostro ajeno la huella biológica de nable de hombres y mujeres mal vesti- Guantánamo, pero aquí dice que no Una planta trepadora de un verde ra que no había muchas opciones, en
una familia: la comisura de los labios dos delató la ubicación de la agencia. hay boletos hasta la semana próxima, oscuro y de hojas cortas, sostenida particular si quería asistir al cierre
característica de mi madre, la entra- Esperaban en la puerta, ordenados al y yo me voy el sábado. por un tutor de madera, cubría par- del seminario.
da pronunciada en los cabellos de mi lado de la entrada, en la ligera pen- —Entra —repitió, con voz pausa- te de la columna que dividía el área —Si es posible me gustaría regresar
padre, el tono de su piel, el color de diente de la calle. Algunos conversa- da—, para los turistas siempre hay administrativa del espacio reservado el jueves, a finales de la tarde o tem-
sus ojos. Un hombre, una mujer, se- ban como viejos amigos, o esperaban boletos. —Me dio la espalda y retomó al público. Tres sillas de metal, una prano por la noche.
guramente mayor, que compartiría tranquilos, la mirada distraída, si- su lugar. para cada escritorio, habían sido dis- —Hay un vuelo de regreso para el
conmigo un pasado que yo ignoraba guiendo por momentos a la mujer que Miré de nuevo la larga cola de per- puestas para los clientes. Hacia el jueves a las seis de la tarde, ¿le sirve?
pero que, en parte, o en gran medida, atravesaba la calle, o leían el periódi- sonas que esperaba su turno. Por un fondo, detrás de los dos hombres, de —Perfecto.
explicaría lo que soy. O quizás cons- co. Sobre la puerta vieja, de vidrio y instante pensé regresar al hotel, ol- la planta y la columna, el resto de la Preguntó mi nombre y apellido. To-
tatar la realidad de una familia sin metal, había decenas de anuncios es- vidarme de Guantánamo y de las ha- oficina se perdía entre las sombras. mó un talonario preimpreso y lo com-
existencia concreta, restringida a la critos a mano; unos minúsculos, otros ciendas de mis padres, los tíos y tías Más allá parecía haber otra oficina. pletó con los datos necesarios. No re-
memoria de mis padres y a lo poco medianos, en los más diversos papeles que imaginaba; los caballos, los ca- Me dirigí a la mujer cuyos movimien- cuerdo el costo del boleto, pero sí que
que pude conocer de ella por algunos y retazos de cartón. En uno de ellos, el fetales, las palmeras que me habita- tos y gestos le daban una apariencia su precio me pareció ridículo. Tam-
relatos aislados, frases y gestos soli- de mayor tamaño, situado a la altura ban. Pero el hombre que se me había más amable. Pregunté si podía viajar poco olvidé el curioso sentimiento de
tarios que poco a poco fueron entre- de los ojos y en pleno centro de una de acercado hizo de nuevo un gesto con a Guantánamo. Hice la pregunta co- asombro ante el cupón relleno a mano
tejiéndose en la intimidad de la me- las hojas de vidrio, pude leer: “No hay la cabeza indicándome que entrara. mo si no hubiera leído el anuncio en en las líneas que indicaban el nombre
moria. Me bastaba, incluso, con ver boletos para Guantánamo”. Me acerqué a la puerta buscando la la entrada. Expliqué que había veni- del pasajero, el día, el número y la ho-
el paisaje que un día recorrieron ig- Creo recordar que a uno de los clien- complicidad de su mirada, como pi- do a Cuba por pocos días y que desea- ra del vuelo, como si en mi imaginario
norando que lo dejaban varado en ese tes le recomendaban volver la sema- diéndole permiso, mientras atisba- ba conocer el oriente del país antes de nutrido por una historia de cubanos
allá de su infancia, como un barco en- na entrante, es decir, cuando yo ya ba la reacción de los que esperaban marcharme. exiliados, los boletos de una compa-
callado entre corales lejanos. no estaría en La Habana. No tendría cerca. No parecía importarles. Final- —Siéntese —dijo—. El avión sale ñía aérea socialista tuvieran que ser
Debían ser las diez de la mañana y tiempo de ir, todo había terminado. mente, decidí entrar. mañana a las nueve de la mañana. diferentes. No sabía en realidad qué
en las zonas de la ciudad que el sol Por tierra, en carro o en bus necesi- Era un local estrecho y oscuro que ¿Cuándo quiere regresar? característica distintiva esperaba en-
no alcanzaba todavía, el aire conser- taría doce o catorce horas para llegar ocupaba el ángulo entre dos vías: una Era martes, el seminario concluía contrar; quizás algún signo como la
vaba el fresco de las madrugadas. al extremo sur este de la isla; otras que bajaba hacia la costa, otra para- el viernes, el regreso a Caracas esta- hoz y el martillo o una propaganda
Aproveché la pausa que siguió a la tantas para regresar. Era imposible. lela al mar. La entrada daba hacia la ba pautado para el sábado, de mane- con la cara de Fidel y una de sus fra-
primera conferencia y me acerqué a Mi desconcierto debió ser tan eviden- calle que, en una pendiente suave, ses más conocidas. No sé, lo cierto es
uno de los cubanos que me asistía. Lo te que uno de los hombres apostados conducía al Malecón. Del lado dere- que me asombró su insignificancia.
hice para preguntarle cómo llegar a a la entrada, entre los primeros de la cho, hacia la otra calle, dos ventanas En todo caso, fuera de cierta pobreza
Guantánamo. Mis padres son cuba- cola, se acercó para decirme: medio obstruidas por letreros y afi- en el papel y de la anticuada compo-
nos, le expliqué, y nunca he conoci- —Entra, que para ti sí hay boletos. ches de propaganda turística dejaban sición tipográfica, no encontré nada
do al resto de la familia. Sin mayores Me sorprendió lo espontáneo de su entrar algo de luz. Tras una serie de que pudiera delatar ese algo extraño
preguntas, como si no le interesara, comentario y en un primer momen- escritorios viejos, no sé si grises o de que esperaba. Apenas lo tuve en mis
aunque amable, me indicó un lugar to no supe cómo ni qué responderle. un azul desvaído por los años, había manos, los tres funcionarios retoma-
a pocas cuadras de distancia donde
podría adquirir el boleto aéreo. Tan
Vestía camisa de cuadros en varios
tonos de marrón y de un rojo desvaí-
tres funcionarios: en el primer escri-
torio de la izquierda, una mujer; tras
Lo hice para ron su conversación, indiferentes no
solo a mí, sino a todas las personas
pronto como estuve solo me dirigí a do. Los faldones por fuera del panta- los otros dos, a la derecha, un par de preguntarle que esperaban afuera. Me sorpren-
la agencia que me había indicado, de- lón caqui. Zapatos negros de suela hombres de pie conversaban con ella. dió que nadie entrara después de mí.
cidido a enfrentar, de una vez por to- gruesa. Mi presencia no pareció perturbarlos cómo llegar a ¿Qué estarían esperando?
das, el verdadero objetivo de mi viaje.
Poco antes de llegar una fila intermi-
—No, no hay —respondí con un
ligero tono de duda.— Quería ir a
y, por un tiempo que no sabría pre-
cisar, no me atreví a interrumpirlos.
Guantánamo” (continúa en la página 2)

Esta edición PDF del Papel Literario se produce con el apoyo de Banesco
2 Papel Literario EL NACIONAL DOMINGO 11 DE ABRIL DE 2021

Cercana lejanía.
Un fragmento
(viene de la página 1)

Salí de la agencia cabizbajo, simu-


lando leer el papel impreso para no
cruzar la mirada con los que espera-
ban a la entrada, para eludir sus po-
sibles reproches y mi vergüenza. Me
avergonzaba haber comprado pasaje
sin hacer la inmensa cola que no pa-
recía moverse nunca. Para los cuba-
nos que esperaban en la calle, era sin
duda común que los turistas tuvieran
privilegios negados a la mayoría de
ellos. Para mí resultaba ofensivo, casi
insoportable. Imaginaba sus miradas
como decenas de líneas que confluían
sobre mí, escudriñando con rabia mis
gestos, mis zapatos, mi pantalón, mi
camisa; y mi cámara fotográfica. To-
davía vibraba en mi memoria la ima-
gen del letrero donde podía leerse:
“No hay boletos para Guantánamo”.
Me alejé tan rápido como pude por
las calles grises de La Habana, huyen-
do de los reproches que imaginaba, de
la tristeza o la rabia que hubiera senti-
do yo de haber estado en su lugar. No
logro recordar si tomé la guagua o si
regresé a pie hasta el Habana Libre ARIEL JIMÉNEZ / VASCO SZINETAR©
donde me hospedaba y donde tenía
lugar el seminario de ALADI. Con el sociedades donde el cliente, sea quien milia y la suya, jamás de la situación no saber si lo que hacía era permitido
tiempo, los recuerdos se mezclan, se sea, tiene derechos y puede reclamar- política. o si estaba a punto de emprender un
desplazan o se funden entre ellos se- los. No sabía cómo podría reaccionar, Cuando nos dirigíamos hacia el Ha- viaje que las autoridades cubanas pu-
gún las leyes secretas del inconscien- si mi comentario despertaría en él ese bana Libre fingí un leve malestar es- dieran reprocharme. A su vez, lo co-
te; la ciudad misma, que recorrimos sentimiento de solidaridad que surge tomacal: —No es grave; —ofrecí una rroboraba a cada instante, el turista
palmo a palmo, se va reduciendo a entre los que se sienten víctimas de un excusa: —Comí muy rápido. Camina- –yo entonces era uno de ellos– podía
una serie de imágenes desconecta- mismo agravio o si, por el contrario, Con el tiempo, ré un poco. Al volver me sentiré me- sentirse protegido al detentar un es-
das, de contrastes significativos: la es- encendería las alarmas defensivas de jor. Regresaré antes de que comience tatus diferente, casi superior, al de los
quina de un parque donde un grupo un sincero revolucionario, de un hom- los recuerdos el seminario. ciudadanos cubanos. Todas las mira-
de hombres discutía –con agitación
caribeña– a la sombra de los árboles,
bre comprometido con la realidad so-
cial y política de su país pese a todas
se mezclan, se Quería estar solo.
—No puedo acompañarte, lo siento,
das me lo decían –discretas o agresi-
vas– a cada instante.
las librerías y tiendas de las áreas tu-
rísticas con aquella sorprendente va-
las eventuales deficiencias del siste- desplazan o se tengo que regresar al hotel a ocupar-
me de otros asuntos. Te espero en el
Al terminar el desayuno me dispuse
a buscar un taxi. No quería llegar tar-
ma. Preferí callar.
riedad de discos en vinil y libros fan- —En verdad no creí que pudiera funden entre ellos” seminario. de, ni perder un segundo siquiera de
tásticos: clásicos de la literatura y la conseguirlo. Me quedo tan poco tiem- —Okey, nos vemos al rato. una experiencia que vivía como algo
filosofía, grandes compositores y con- po en Cuba que lo imaginé imposible. Mientras él se dirigía a la izquierda extraordinario, como un sueño extra-
ciertos a precios increíbles, lo que me Ademas, siento un poco de vergüen- cervezas, despachando los platos, dan- para regresar al hotel tomé a la dere- ño. A la entrada del hotel pude tomar
pareció entonces un acierto evidente za por mis faltas en el seminario. No do órdenes a los mesoneros. Pregunté cha, rumbo al Malecón. Pocas cuadras un pequeño taxi blanco. Parecía un
de esa voluntad educativa que, decían, quisiera perderme las conferencias a mi invitado si aceptaba una cerveza. nos separaban del mar y su rumor. A Fiat, aunque con una marca diferen-
caracterizaba a la Revolución cubana. que puedan aportarme la información —Claro, cómo no, si las pago yo, pesar de tener dos días en La Haba- te que entonces descubría por prime-
También la entrada oscura y destar- que necesito. eso sí ¿eh? Que ya tú pagas el al- na no había tenido oportunidad de ra vez: LADA. El taxista era un hom-
talada de los edificios, con una multi- —Bueno, tú no tienes ninguna inter- muerzo. Espérame aquí, que yo voy a caminar por la costa, siguiendo el so- bre delgado y menudo, de piel blanca
tud de cables eléctricos que subían de vención, lo importante en tu caso es buscarlas. brio paseo de cemento que bordea la quemada por el sol, cuyo tono contras-
la planta baja hacia los pisos superio- que hagas los contactos indispensa- No entendí bien por qué decidió ir- ciudad por el norte. Al llegar a la ori- taba suavemente con el blanco curti-
res –que me hicieron recordar los ár- bles para montar el proyecto de uste- se sin esperar al mesonero, y prefirió lla, tras atravesar la gran avenida del do de su guayabera. Las venas de sus
boles de raíces serpentinas entre las des en Caracas. acercarse al bar para ordenar las cer- Malecón, me senté frente al mar, so- manos y antebrazos se dibujaban con
ruinas de Angkor– aferrándose a los —Es cierto, y eso lo hice ya, al me- vezas. Lo observé con detenimiento bre el gran muro gris. La brisa cálida claridad bajo la piel brillante y seca.
muros, penetrando por ventanas y nos en parte. Trataré también de con- mientras se alejaba. Era un hombre de mediodía palpaba mi rostro con el Un bigote delgado, que debía llevar
puertas con la fluidez de los reptiles. seguir el texto de las conferencias de joven, de piel blanca y pelo negro. Los sigilo de los ciegos ante un objeto que desde los años cincuenta, bailoteaba
El llamado directo y a la vez sigiloso mayor interés. cañones de su barba eran evidentes desconocen. La curiosa nostalgia que sobre sus labios. Aunque hubiera de-
de las prostitutas en la calle ofrecién- —Yo te ayudo con eso, no te preocu- a pesar de estar bien rasurado, como no me dejaba nunca cargaba al aire de seado observar la ciudad en silencio,
dome sexo por dólares. La belleza de pes. Ver a tu familia es tan importan- tantos descendientes de españoles. De- un sabor arcano, como si el mar que no pude evitar la conversación fácil y
aquella plaza en el viejo centro histó- te, sino más, que este seminario. Ade- bía tener mi edad, con un par de años le prestaba su aroma le confiara tam- amena del cubano.
rico de La Habana, con la perfecta ar- más, entre las cosas que nos interesan de diferencia a lo sumo. Vestía blue bién su memoria de siglos, la secreta —¿De dónde tú vienes?
monía de sus proporciones y los tron- de estos encuentros está la red de jeans y camisa azul de manga corta. multitud de seres y cosas que encon- —De Venezuela.
cos nudosos y grises de sus árboles amistades que pueda construirse, es- Siempre me sorprendieron su correc- traron en él un destino. Con el olor a —Alabao. ¿Y cómo están las cosas
centenarios. trechar los lazos entre latinoamerica- ción y formalidad. Nunca un gesto in- sal y a vida marina parecía llegarme por allá, mijito?
Tan pronto como regresé al hotel nos. Que nos conozcamos mejor, que adecuado y en cambio una respuesta el eco de sus voces: la de cientos, miles —Bien —respondí en un tono seco,
me integré con discreción al semina- intercambiemos ideas, que hagamos clara para todas mis dudas. Desde mi de hombres y mujeres que, de Europa esperando que la conversación se de-
rio. La última ponencia de la maña- proyectos juntos. Eso es lo central. mesa pude verlo dirigirse al encarga- a las Antillas, de las Antillas a Euro- tuviera allí—. Pero una interminable
na había comenzado y una ligera pe- A pesar de su función oficial y del do. Intercambió unas palabras con pa y ahora de las costas de Cuba a las serie de preguntas y respuestas ocu-
numbra lo cubría todo. Tras la sesión tono calculado de sus palabras, había él. Me pareció que discutían. Al po- costas de Florida, persiguieron y per- pó por completo la media hora que
de preguntas y respuestas fui hasta sido tan amable, tan calurosa su re- co tiempo regresó sin las cervezas. siguen sus fantasmas de progreso, li- nos separaba del aeropuerto. Si por
la mesa donde se servían jugos y ca- cepción en La Habana, que no quise El encargado del bar lo siguió con la bertad y esperanza. un instante callaba observando algún
fé, situada en un pasillo largo a la en- irme sin tener un gesto con él. Pensé mirada. A la mañana siguiente me levanté detalle del paisaje, un árbol, una for-
trada del gran salón de conferencias. invitarlo a cenar, aunque enseguida —¿Qué pasó? muy temprano. Todavía recuerdo el ma cuyo nombre llegaba hondo en mi
Allí estaba el anfitrión cubano que me supuse que sería complicado, y que Nada, hermano, nada, que se dio inmenso salón del Habana Libre don- memoria, él seguía hablando y obser-
había indicado cómo llegar a la agen- después de un día entero de trabajo lo cuenta de que estoy contigo y tú sa- de servían el desayuno. Todo parecía vándome por el retrovisor. La situa-
cia de viajes. Hablaba con una pare- más seguro es que quisiera estar con bes que aquí hay control de la mone- viejo, como detenido en el tiempo. Las ción venezolana le ofreció un punto de
ja de invitados en medio de pequeños su familia o sus amigos, de modo que da. Es lamentable, pero no puedo in- alfombras, de un tejido grueso, se sen- partida fácil. En febrero de 1989 —es-
grupos. Por sus acentos podía distin- me decidí a invitarlo para el almuerzo. vitarte. Los turistas tienen que pagar tían esponjosas al caminar. Los man- tábamos en mayo— Venezuela había
guir la procedencia de los asistentes: —¿Qué vas a hacer ahora? ¿Tienes en dólares. teles y las grandes cortinas de las ven- vivido una gigantesca rebelión popu-
los de Argentina y México discutían algo previsto para el almuerzo? —¿Y entonces cómo voy a hacer con tanas eran rojas, de un rojo bordeaux lar. Un grito sordo salió de las entra-
con brasileños, peruanos y haitianos. —No, no, mi trabajo es estar con los pesos que cambié? oscurecido por los años y sin duda ñas de ese pueblo mestizo. La rabia y
Algunos angloparlantes, que supuse ustedes y asistirlos en todo lo que —No, no, si tienes pesos tú puedes ensombrecido aún más por la luz la humillación acumuladas brotaron
de Trinidad o de otras ex colonias in- necesiten. pagar, lo único es que te van a pedir mortecina del amanecer. Poca gente por sus bocas como heridas abiertas,
glesas del Caribe, conversaban entre —Sí, pero somos un grupo grande un recibo de cambio. Tienes que de- ocupaba las mesas. Los invitados del dictaba sus palabras, movía sus bra-
ellos. Me acerqué con discreción al y quizás tengas tareas urgentes por mostrar que cambiaste tus dólares en seminario debían dormir. Los tem- zos. Saqueos, incendios, enfrentamien-
grupo del cubano, quería agradecerle resolver. la isla. praneros estaban quizás bañándose y tos armados contra el poder estableci-
la información que me había permi- —No hombre, no, si quieres almor- No quise agravar su malestar y de- bajarían de un instante a otro. Deci- do, contra los ricos, contra los blancos,
tido obtener el boleto. Al verme detu- zamos juntos. Hay un restaurante cidí buscar el recibo que, por simple dí comer rápido para no encontrarme contra ellos mismos. Una furia irra-
vo la conversación que sostenía y se muy bueno cerca de aquí. azar –nunca imaginé que fueran a pe- con ellos. No deseaba verme en la obli- cional y autodestructiva lo estreme-
acercó hasta mí. La pequeña delega- —Yo invito, eso sí, por favor. Subo dírmelo– conservaba en mi billetera. gación de dar explicaciones, si acaso ció todo dejando a su paso una cifra
ción de Venezuela, reducida a mi sola a la habitación, me baño y nos en- —No te preocupes —dije—, ¡lo im- alguno preguntaba lo que hacía, tan nunca revelada de víctimas, y un sa-
presencia, parecía interesarle de ma- contramos aquí en media hora. ¿Te portante es que las cervezas estén temprano, con mi morral en la mano bor amargo, como murmullo secreto y
nera particular. parece? bien frías! Voy a buscarlas y regreso y sin los materiales del seminario. La profundo. Lo que se produjo allí fue un
—¿Qué tal? ¿Cómo te fue en la —Perfecto. Así nos da tiempo de enseguida. perplejidad y el temor que sentía an- quiebre en la psiquis colectiva, en la
agencia? regresar para las conferencias de la Ordené las cervezas que el encarga- te la posibilidad de ir a Guantánamo, historia nacional. Todas las heridas de
—Bien, bien, conseguí mi boleto sin tarde. do se apresuró a servirme. No inter- la tierra de mis padres, no me dejaba un pueblo sangraban abiertas, eran vi-
problemas, muchas gracias por tu Nos instalamos en la terraza de un cambiamos ni una palabra más de las un instante. Guantánamo, ese nombre sibles, palpables. Ambiciones oscuras
ayuda. Mañana temprano salgo para café-bar. Las puertas del estableci- indispensables. escuchado una y otra vez en la Cara- de poder y angustias generosas se pu-
Guantánamo. miento se abrían hacia las mesas que —¿Tiene un recibo de cambio? cas de mi infancia, junto con la evo- sieron en movimiento, pero en secre-
—Me alegro —dijo—, yo tampoco me ocupaban el ángulo formado entre dos —Claro, como no, aquí lo tiene. cación de las haciendas con sus cafe- to, mientras la vida parecía retomar la
perdería una ocasión como esta. calles. A pesar del calor, soplaba una Pagué en pesos cubanos y regresé a tales floridos en medio de los bosques cotidianidad de los gestos y la ligereza
No quise comentarle la desagrada- brisa agradable y la ligera vibración la mesa. Almorzamos en medio de la y sus palmas reales vibrando contra despreocupada de los jóvenes.
ble experiencia de la agencia, lo humi- de las palmeras parecía materializar brisa y el sol. Hablamos del seminario el viento. Tampoco lograba eludir la
llante que ese tipo de situaciones re- las ráfagas de viento. Desde la mesa y de Cuba, de La Habana y Caracas, angustia, el miedo de ser detenido en *Cercana lejanía. Ariel Jiménez. Archivo de
sultaba para alguien acostumbrado a podía ver al encargado sirviendo las de mis estudios en Francia, de mi fa- algún momento, la incertidumbre de Fotografía Urbana. España, 2021.
EL NACIONAL DOMINGO 11 DE ABRIL DE 2021
Papel Literario 3

ENSAYO >> LA FOTOGRAFÍA COMO OBJETO DEL PENSAMIENTO

Cuatro textos de Guillermo Cerceau


Entre la mirada y el tacto
Ensayista, estudioso de los fenómenos visuales y conferencista, Guillermo Cerceau

L
o primero que noto es mi
cuerpo delgado, mis piernas
(Argentina, 1957) es autor de libros como Equivalencias, Teoría de las despedidas y Oculta tu
que apenas me sostienen y rostro. También de una serie de intervenciones-conferencias sobre diversos aspectos de la
que con los pantalones cortos
y los zapatos de goma me dicen, an- teoría de la imagen, fija o en movimiento, entre las que se encuentran Mutaciones de cuerpo
tes de que llegue al rostro, lo frágil
que soy, lo asustado, lo incómodo que
femenino, Fotografía e inteligencia artificial y La imagen cinematográfica y la creación en Gilles
me encuentro en aquel lugar, rodea-
do de gente que soy incapaz de reco-
Deleuze. Su más reciente libro es Fotografías imaginadas y otros encuadres (Caobo, 2019),
nocer. No veo el entorno ni las ves- del que provienen los textos que siguen
timentas de los demás, la pared del
fondo, la silla a la derecha, hasta que instante, por el contrario —al menos
comprendo que se trata de la imagen así lo creo— es lo que perdura en la
mental más remota que conservo imagen, esa densidad casi infinitesi-
de mí mismo: el flacuchento, que en mal de tiempo, ese t + delta t que la
ciertos momentos quería decir débil foto delimita. Si las circunstancias así
y en otros, más socarrones, delicado, registradas fueron aleatorias o plani-
femenino (más tarde sería sinónimo ficadas, si se trató de un talento para
de “intelectual”). presentir lo que va a ocurrir o, por el
El tiempo, sin duda, ha hecho su contrario, para acelerar el que ocurra,
trabajo. La sucesión de las estaciones si todo fue verdad o fue mentira, es ab-
no es una simple e inocente noria que solutamente irrelevante: el instante
repite sin cesar el color del cielo, las seguirá latiendo, palpitando suave e
hojas de los árboles o las exigencias imperceptiblemente entre el papel y la
de la vestimenta, eso que, a falta de capa de fijador y seguirá siendo deci-
un nombre mejor, llamamos el clima sivo para siempre (¿no sucede, acaso,
y que en nuestra lengua también se con el miliciano de Capa?). Muchas ve-
llama el tiempo. El ciclo de las esta- ces, las malas teorías, esos conceptos
ciones marca tanto ese tiempo “at- atropellados con los que los practican-
mosférico” como el otro, el que ver- tes de un arte le dan sentido a lo que
daderamente cuenta. Uno es circular, no lo tiene, no son malas por ser fal-
repetitivo y predecible y está asocia- sas, sino por ser a destiempo, por re-
do a la esperanza (todo ritual de ce- caer sobre los objetos equivocados o,
lebración fue en sus orígenes un ri- como en este caso, por la pereza men-
tual de fertilidad, del cambio de las tal de sus detractores.
estaciones, de las cosechas, de la vi-
da); el otro es o se percibe (o se ima- Perro en diagonal
gina) como lineal, lo que transcurre y En una esquina formada por ángu-
no vuelve, esa fatalidad heracliteana los cerrados, debido a la inclinación
que nos atraviesa y nos envejece. de la cámara, está como atrapado
En estas copias veladas, marrones, GUILLERMO CERCEAU / ORLANDO BAQUERO© este perro que camina mal (tal vez
casi doradas, me hago consciente de tiene herida una pata) y que nos mi-
este segundo tiempo y de sus huellas. numérica, solo puede ser vista. Es co- la foto no permite distinguir pero que mismos y hasta qué punto, como escri- ra como si fuera una víctima. Sabe-
Esta mujer, a mi lado, y la muchacha mo si entre la imagen y quien la ob- yo sé que es una pared de ladrillos, la bió una vez André Breton, la existencia mos que el gato de Derrida inspiró
que me toma la mano, son posible- serva hubiera un grueso vidrio (eso medianera que separaba nuestra ca- está en otra parte. una reflexión sobre el sujeto, el Otro,
mente familiares, tal vez una prima es la pantalla), un muro, una distan- sa de la del señor que tenía los árbo- y la ética. El gato de Montaigne, el
lejana o una vecina, pero solo han so- cia inabarcable que no hace sino po- les de frutas que siempre estábamos * “Se ve claramente que no hay cien- loro de Flaubert, el perro de... Este
brevivido como extrañas (como des- ner un término definitivo a la tenden- robando. cia de lo accidental. Toda ciencia tiene pobre animal que no sería otra co-
conocidas: como objeto de una inte- cia interior de toda reproducción, la Imposible saber ni suponer, casi cin- por objeto lo que acontece siempre y sa que una criatura desgraciada ha
rrogante). Hasta aquí la experiencia escisión entre la mirada y el tacto. Es cuenta años más tarde, qué cosa me de ordinario”. Metafísica, libro sexto. quedado plasmado con cierta heroi-
normal, digámoslo así, de la contem- esta escisión, lo entiendo ahora, la que distrajo, por qué esta foto me inquie- cidad, de hecho, con cierta fiereza.
plación del pasado que quedó atra- en verdad me hace ver tan frágil, tan ta como si se tratara de esos dioses bi- Momento Son las líneas del encuadre las que
pado en un papel, gracias a un dis- indefenso, tan triste. frontes de los antiguos. Algo llamó mi Un muchacho salta sobre un charco y lo dotan de estas virtudes, dicién-
positivo técnico. Lo que no me puede atención, o tal vez mi padre hizo click uno de los grandes fotógrafos que han donos una vez más que no hay foto-
explicar la técnica y de lo que no en- Existencia, accidente, comprensión en el instante preciso en que me mo- vivido no solo consigue una foto mag- grafía inocente o neutra. Pero si me
cuentro consuelo es la constatación, Mi hermana menor, que moriría unos vía por moverme, como sucede a ve- nífica, sino que se convierte en un teó- permito este comentario tan banal,
más bien melancólica, de que todo lo diez años después de tomada esta foto, ces, sin otra razón que el movimiento rico del instante. Después vendrán los tan de crítico de fotografía, es por-
que la imagen preserva lo pierde la en un accidente que nunca compren- mismo, como la risa y otras alteracio- desmitificadores, los que carecen de que, entre el encuentro con el perro
vida, que la inmortalidad o la longe- dí (¡como si los accidentes se pudieran nes del cuerpo que nos hacen ser ni- talento, los historiadores y los críticos y la contemplación de la foto que to-
vidad vicaria de la imagen no es sino comprender, como si el ser accidental ños. Un accidente, tal vez sea esa la a decirnos que todo fue posado (es de- mó mi hijo, han pasado dos años y
una mentira, a veces cruel, porque no no fuera en sí mismo esa imposibili- respuesta. Entonces, la foto bifronte, cir, que el momento decisivo se puede mis emociones no han hecho sino in-
deja de recordarnos la infranqueable dad de entender! Aristóteles: “No hay ambigua, polisémica (lo digo en bro- manufacturar) y nada de eso logrará crementarse. En otras palabras, qui-
distancia entre lo que vemos y lo que ciencia de lo accidental”*), mira son- ma) es incomprensible. romper el encanto de esa imagen. El siera saber que el animal está bien,
podemos tocar, distancia que la foto- riente a la cámara porque, muy pro- La pregunta sería, entonces: ¿por instante no es ese momento de la rea- que encontró “un dueño” (¡que ex-
grafía digital hace más extrema. bablemente, estábamos riéndonos de qué lo que nunca será comprendido de- lidad que la suerte o el ojo agudo o la presión tan reaccionaria!), que tie-
El papel puede ser acariciado, besa- alguien (¿de mi padre, que tan seria- be o puede ser recordado? Argumentar sensibilidad privilegiada del fotógrafo ne quien lo cuide. Las líneas diago-
do, sostenido en las manos con amor mente hacía esfuerzos por meternos que la razón y la memoria son “funcio- sabe capturar para siempre, derrotan- nales, en verdad, no importan tanto
o con rabia. La foto que solo existe co- en el encuadre? ¿de nuestra última nes” separadas, como si viviéramos en do, por así decirlo, la arbitrariedad del como parece en la foto.
mo una configuración de electrones travesura? O mejor: de nada y de todo, el siglo XVIII, no me sirve de nada. Eso azar, imponiendo orden, segmentacio-
que se estrellan contra una pantalla como es la vida de los niños), mientras es precisamente lo que aprendemos nes, anclas y barreras en el flujo per- *Pertenecen a su libro Fotografías
(o una matriz de diodos que se encien- yo, distraído, miro hacia atrás, ambas de este tipo de imágenes: de cuán poco petuo de lo real (aunque nuestro fotó- imaginadas y otros encuadres. Caobo
den o apagan), según una disposición figuras colocadas contra un fondo que sirven las ideas heredadas de nosotros grafo filósofo parezca pensar eso). El Ediciones. 2019.

El ceremonial de la imagen
la conciencia, siempre apurada pa- roicidad al enseñarnos la grandeza
ra minimizar el impacto del conoci- de un momento, la belleza de un ins-
miento. Nietzsche se acercaba a esta tante que se basta a sí mismo, histo-
impresión al afirmar que teníamos rias congeladas para siempre como
arte para no morir de verdad. La fo- en la invención de Morel. Redundan-
“Las fotografías analizadas por Guillermo Cerceau, que solo podemos tografía se empeña en mostrarnos
una realidad, sin matices emociona-
cia absoluta.
Cerceau escribe sobre el impacto
imaginar, fijaron ese instante, detuvieron para siempre el segundo de les capaces de suavizar la carga tes- de las fotografías en su memoria. No
timonial. Las imágenes hacen vida analiza, aunque pudiera hacerlo, el
la partida, la fuga precipitada de la conciencia, siempre apurada para política, militan, presentan sus exi- encuadre de las imágenes, las mate-
minimizar el impacto del conocimiento” gencias y nos interpelan, argumenta
Guillermo. Ya no podemos estable-
máticas de su composición, la estilís-
tica o el simbolismo plástico. Se inte-
cer relaciones y apurar una cone- resa en su capacidad para indicar el
RICARDO BELLO del espejo se ha cumplido. La foto- mente, niega el cuerpo a partir del xión capaz de poner en movimiento contacto entre el cuerpo perfecto de
grafía muestra esa fisura entre lo cuerpo, habla de lo que está más allá dinámicas psíquicas. Las fotografías la imagen congelada y la mente cie-
Las fotografías no tienen pudor que somos y creemos ser, congela el de él. La fotografía hace el camino son monumentos, edificaciones no- ga, que no necesita de corporalidad
en mostrarnos una realidad ajena movimiento que hace posible cargar inverso, obstaculiza el esfuerzo de la bles, sólidas y perdurables, ajenas al alguna, que trasciende la materia y
a nuestro querer. Se empeñan en el cuerpo humano con significados voluntad por influenciar el volumen deterioro del tiempo, independientes se reconoce sorprendida en el cuer-
mostrarnos un momento de la vida. ajenos a su más estricta materiali- corporal y las formas materiales de de su historia, solidifican el pasado. po que una vez fue. Pero justamente
Las nuestras sobre todo: cuando el dad. Rilke detectaba en las escultu- nuestra identidad, su expresión físi- Lo contrario de otras formas artís- en ese reconocimiento de lo definito-
intento de incorporar a la visión al- ras de Rodin exactamente lo contra- ca final. La distancia intelectual en- ticas que precipitan el cambio: “Ah, rio, del pasado que acosa y niega el
guna instancia de subjetividad, aún rio: una carga de espiritualidad que tre lo que nuestro cuerpo afirma y lo que tú escapes el instante en el que presente, arranca la posibilidad del
la más frívola e inconsecuente, ha trasciende el cuerpo y lo ilumina con soñado deja de tener interés, se tor- habías alcanzado tu definición me- cambio. Somos el cumplimiento de
sido neutralizado, bloqueado para cierta energía encaminada a clamar na irrelevante. jor”, escribía Lezama Lima y más una promesa, el cambio constante, la
siempre. La carga emocional de la por el espíritu, la nostalgia de un Las fotografías analizadas por adelante: “Ah, mi amiga, si en el invitación al viaje.
mirada no puede ya distorsionar y aliento sobrenatural. La escultura Guillermo Cerceau, que solo pode- puro mármol de los adioses hubie-
amoldar el campo visual a sus inte- El Hijo Pródigo, o La plegaria, como mos imaginar, fijaron ese instante, ra dejado la estatua que nos podía *Fotografías imaginadas y otros
reses. La independencia psíquica, el también se le conoce, me viene a la detuvieron para siempre el segundo acompañar”. Las fotografías provo- encuadres. Guillermo Cerceau. Caobo
desprendimiento final de la imagen mente. La escultura, contradictoria- de la partida, la fuga precipitada de can nostalgia, son crueles en su he- Ediciones. 2019.
4 Papel Literario EL NACIONAL DOMINGO 11 DE ABRIL DE 2021

EXPOSICIÓN >> UNA ARTISTA VENEZOLANA EN PARÍS

Mariana Bunimov:
La Beauté a été Convulsive
Hasta el pasado Las dos entramos. Nos resguardamos
en el taller de la artista. Nos calen-
“A veces cuando estoy pintando o
en el estudio surge un lugar que pa-
30 de marzo tamos. Nos servimos una copa. Buni
generosamente comienza la antesala
rece que no tuviera tiempo y que está
dividido en espacios. Es un poco co-
estuvo abierta en de su exposición “La Beauté sera Con- mo la vida del inmigrante que vive en
vulsive” que se exhibió en París, en dos realidades. A veces estás aquí o
la Galerie Michel la Galerie Michel Rein, hasta el 30 de allá, pero el allá no existe en el aquí.

Rein, de París, la Marzo 2021.


Cualquiera de estas escenas que
Esto me pasa cuando veo las pintu-
ras y me doy cuenta de los temas y
notable exposición abren el texto, todas ciertas y vividas
con la artista, podrían formar parte
siento que salto de un tema al otro,
de un lugar a otro. A veces me siento
La Beauté sera de la familia del imaginario de Ma- responsable de los sueños que sueño
riana Bunimov. Su pintura se nu- y veo el espacio donde estoy dormida
Convulsive, de la tre de todo, de lo que sobresalta, de soñando que estoy despierta”. Dice
artista Mariana lo que conmueve, de lo cotidiano, de
los excesos informativos de nuestros
Mariana sin respirar.
Nos sentamos en el piso y me em-
RODARTE (2017), DE MARIANA BUNIMOV

Bunimov (1972), tiempos, de una fruta, de un diseño


textil, de un avance tecnológico, de
pieza a mostrar la exposición que la
curadora Ángeles Alonso Espinosa
car una verdad en ese quebramien-
to. Ese militar puede convivir con la
sita privada que “Cambur Européen-
ne” era un masterpiece”. Comenta
curada por Ángeles una escena hogareña, sus hijas, de ha curado con un criterio fragmenta- pintura de mi mamá que murió o la Bunimov.
una llamada de Caracas, de un asun- rio. Yo tengo el honor de ver las obras de Rodrigo Amarante o David Bowie. “Yo siempre he pintado. Desde que
Alonso Espinosa to político. Todo lo que capta su aten- sobre el concreto del piso. Digo el ho- Puedo ver una imagen en la calle o en tenía 12 años estaba en clases de pin-
ción corre el riesgo o la fortuna de nor pues el desparpajo y la naturali- Instagram o en el periódico que dis- tura. Tomaba clases de pintura con
quedar inmortalizado en sus obras. dad impregnan la experiencia y la ha- pare la inspiración y ponga en mar- Gladys Medina y escultura en la Fe-
MARÍA ÁNGELES OCTAVIO Todo forma parte de su corpus. Bu- cen informal y mágica. La artista me cha una idea. También puede ser derico Brandt. Luego entré a la UCV

D
nimov transforma ese bombardeo de muestra las obras que van a la galería un suceso o un sentimiento” –Dice y allí solo aprendí la teoría. Paralela-
omingo, enero 24, 2021. Cin- imágenes que nos llegan en el espa- y las otras que se quedan en el taller. Bunimov. mente seguí mis estudios con Gladys
co días antes de la apertura cio público y el privado en parte de su Todas me cautivan. Algunas son gran- La detengo ante unos cambures Medina. Después de la invitación a la
de la exhibición La Beauté obra. Las hace íntimas a través de la des en lienzos, otras pequeñas obras que me guiñan el ojo. Le pregunto Bienal de São Paulo me fui a Nueva
sera Convulsive. Una tarde pintura. Ralentiza el procesamiento al óleo sobre papel o tela, varias son embriagada por esta obra y me res- York. Allí se dio un proceso en el que
lluviosa. París desolado. Sillas apila- de la información a través de los tra- dibujos diminutos. Me siento en una ponde: “Cambur Européenne”, es cuestioné la validez de la pintura. Se
das dentro de los restaurantes, cafés zos y el tiempo que le toma pintarlas. sala de edición de cine. Como si estu- una pintura que hice a principios del hablaba mucho del fin de la pintura
y bares. Todo cerrado. Shutdown. CO- Les orquesta una diégesis intensa, viera frente a los “fotogramas” o imá- 2020 a partir de otra más pequeña. El y la muerte del arte. Hoy en día en-
VID. No hay música en las calles. Po- profunda, oscura con rayos lumino- genes de una película espasmódica, tiempo estaba muy feo afuera. Cielo tiendo que las pinturas nos han ayu-
cos transeúntes. Dos o tres peatones. sos y como dice el título de la exposi- llena de contemporaneidad y dinamis- gris. Es una mezcla de lo natural y dado a ver durante los últimos 30000
Todos con máscaras. Pocos carros. ción les da un golpe convulsivo. mo. Digresiones y elipsis que sin fade lo urbano. Esa imagen existe en Ve- años. La cámara como dice Hockney
Menos autobuses o taxis. De pron- Al ver las obras sentimos que nos in pasan de un tema a otro completa- nezuela pero aquí no. El título usa la ve geométricamente, pero nosotros
to un rugido. Volteamos. Es como si sumergimos en sueños, metáforas o mente alejado de la línea narrativa palabra cambures que es una palabra vemos psicológicamente”. Se mudó a
un león se acercara. París es París alucinaciones. De estos lienzos brota con la que comienza el discurso, con muy nuestra y no bananas que es la París hace casi 20 años y allí vive y
y la Place de la Republique siempre un aura psicológica de lo pintado. Es violentos cortes y saltos. Una historia palabra que los europeos y los ame- crea sus obras.
es convulsa y está llena de gente que como si un inconsciente quedara des- llena de otras historias sin relaciones ricanos utilizan. Me viene la idea de Hace unos cinco años volvió defini-
protesta por cualquier razón. Alzan nudo delante de los ojos ingenuos que o nexos que sin embargo, enriquecen una suerte de ironía, del romanticis- tivamente a la pintura. Fue un inten-
su voz bajo un cielo muy gris. Muchas se acercan a disfrutar una belleza inu- el conjunto de la muestra y resigni- mo de la pintura de la naturaleza co- to por separarse de la tecnología que
razas. Demasiado color lavándose en sitada y desprevenidos son asaltados fican todo amarrándolas y dándoles mo si la pintura fuese más vieja de siente que la devora. Quería ir más
la lluvia. Consignas. Carteles. Mira- por lo que yace bajo esos trazos per- sentido en la belleza. lo que es. Es un rescate por tratar de lento. Deseaba conectarse a una ac-
mos. Me distraigo. Caigo en un char- turbadores cromáticamente perfectos “Este trabajo es una especie de dia- estar en un lugar que no existe”. tividad que contrariamente a las ins-
co. Pies mojados, empapados. Bote- que nos seducen con su aesthesis, pero rio, en el que puedo pintar a mi hi- Mariana Bunimov es una mujer ve- talaciones que dependen de mucha
lla de vino en mano. Un clochard nos que están llenos de picante y un pinch ja Clara y al día siguiente hacer un nezolana de pura cepa insertada en gente, solo dependiera de ella, de su
mira. Extiende su mano. En nuestras o punto de burla. Son composiciones fantoche que es una serie de milita- Europa, con apellido y sangre rusa y inspiración. La pintura es intimista
manos milhoja de praliné de Jacques virulentas, envenenadas de signifi- res. Un tema suave como puede ser por supuesto venezolana. Su pintu- e individual y solo depende de quien
Genin. La mejor de París. Dos muje- cados no intencionales a veces y bus- una niña tocando el piano acompaña ra es de una belleza tan perturbado- pinta. Con sus trazos Mariana conju-
res que caminan apresuradas por la cados otras. Son puertas a un mundo al militar corrupto latinoamericano. ra que crea un lugar inexistente. “El ga el verbo convulsionar en pasado,
rue de Chateau d’eau hasta cruzar en onírico a través de los ojos, las manos Son dualidades de la vida. Veo de esa presidente de todos los museos de presente y futuro para producir be-
la rue de Lancry. Abre la santamaría. y el talento de Mariana. manera fragmentada. Trato de bus- Paris, Chris Dercon, dijo en una vi- lleza.

Espacios para la memoria en la obra de Luisa Duarte


“Deja abierta la presar su idea o remembranza del
territorio, tema que está presente en
la deconstrucción de la imagen o del
recuerdo de su casa –plena de color–
posibilidad para que toda su obra. Esta demarcación es-
pacial se acentúa cuando ella “dibu-
en Maracaibo. Las impresiones de es-
ta serie reciente han sido presentadas
lo impredecible, ja” con un hilo real sujeto al papel como maquetas de libros de artista
con alfileres, continuando así el di- hechas en diversos formatos, y es un
así como lo bujo geométrico propuesto en la es- proyecto susceptible por materializar

razonablemente tampa. Criterio similar lo ha trabaja-


do en gran formato en instalaciones
en el futuro como instalación.
Al final de este recorrido, surge la
calculado, funcionen en las que el muro es el soporte.
El color por otra parte también es
pregunta acerca de cómo en una obra
abstracta se puede hacer referencia
simultáneamente en tema de indagación en la obra de a contenidos tan densos –y frágiles–
Luisa Duarte. En la serie de pinturas como esos espacios personales que
su proceso creativo” titulada Blues realizada en 2011 ya se desdibujan en la memoria. El arte
tenía interés en crear “climas” cro- abstracto supone la negación de todo
máticos a partir de diversos matices tipo de representación de contenidos
SUSANA BENKO de azul. No obstante, el gran salto lo ajenos a los criterios plásticos for-
ejecuta tiempo después, en 2014, con males. La respuesta la encontramos

L
uisa Duarte es artista plástico la tecnología digital. Gracias a esta, precisamente en los elementos ex-
y arquitecta. Nació en Cara- la posibilidad de crear formas con di- presivos que la artista utiliza: forma,
cas, vivió y se formó en Mara- ferentes enfoques y perspectivas se luz, transparencia, color. Con ellos es
caibo y desde hace unos años vuelve descubrimiento y revelación. como la artista sugiere aquellos espa-
reside en Houston, Texas. Este reco- El color –y, por tanto, sus matices, cios que se le develan a través de la
rrido geográfico –y vivencial– es más tonos y transparencias– en combi- memoria, y, sobre todo, a pesar del
que un señalamiento biográfico. Es nación con las formas, se enriquece tiempo.
el eje conductor que nos permitirá con los múltiples pases que la artis- Recientemente Luisa Duarte expuso
aproximarnos a la artista y a su obra. ta realiza a una misma pieza con la en el Atrium del icónico edificio TC
Su lenguaje es abstracto. Lo traba- PINTURA + COLLAGE + ACCIÓN DESMANTELADA” / LUISA DUARTE© impresora digital. Esta se vuelve la Energy Building, (anteriormente el
ja tanto en su expresión más lírica e herramienta fundamental. Es así co- Bank of America Building), diseñado
informal como en hermosas composi- Esta apertura o versatilidad le per- una pintura de factura informal, mo dominando este medio la artista por el reconocido arquitecto Phillip
ciones geométricas. No obstante, ca- mite ampliar el campo de sus investi- de gran formato, ha sido recortada se plantea a través de la forma y el Johnson. La muestra, curada por la
be señalar, el pase de una modalidad gaciones con la voluntad expresa de en pequeños segmentos y converti- color develar contenidos que sugie- empresa Kinzelman Art Consulting,
a otra no se explica cronológicamen- no encasillarse en una opción deter- da luego en un collage de carácter ren frágilmente espacios y geografías se tituló Inseparable Ties (Lazos inse-
te. Resultan de situaciones formales minada. Deja abierta la posibilidad geométrico; o, lo vemos cuando tra- que habitan en su memoria. Enton- parables). Allí se visualizaban piezas
y anímicas que pueden ocurrir a un para que lo impredecible, así como baja imágenes integrando ambos es- ces, no solo la mancha evoca a aque- relativas a los temas sustanciales de
mismo tiempo. Todo depende de los lo razonablemente calculado, funcio- tilos: por ejemplo, en Los centinelas, llos territorios de sequía de Maracai- esta artista: el hogar, la fragilidad, la
medios y las técnicas que ella utili- nen simultáneamente en su proceso monotipos cuyas formas son geomé- bo. También los planos superpuestos, memoria, los recorridos territoriales
ce, sea pintura o impresión sobre pa- creativo. Ello ocurre en sus imáge- tricas, pero en su interior, las man- diferenciados con diversos matices y los lazos o vínculos, eje central de la
pel, así como de la intención concep- nes o composiciones como también chas sugieren texturas que resultan de color, aluden a espacios persona- exposición, vistos en diversas series y
tual que subyace en cada una de sus en la escogencia y uso de sus mate- del frotado de tinta sobre el papel. El les como aquella casa suya que ya no medios expresivos que Luisa Duarte
series. riales. De este modo, vemos cómo conjunto le permite a la artista ex- es, proyecto último en el que trabajó realizó en los últimos 10 años.
EL NACIONAL DOMINGO 11 DE ABRIL DE 2021
Papel Literario 5

INVESTIGACIÓN >> EL PRIMER PINTOR POSTIMPRESIONISTA VENEZOLANO

Cristóbal Rojas: una caja


BEATRIZ SOGBE

E
l 15 de septiembre de 1990 –ha-
ce ya treinta años– asistimos a
la única retrospectiva que se

negra llena de sorpresas


le ha realizado a Cristóbal Ro-
jas (Venezuela, 1857-1890), en la Gale-
ría de Arte Nacional, bajo la curadu-
ría de Juan Calzadilla. Varias veces la
visitamos para poder analizar la obra
en su conjunto, en sus diferentes eta-
pas. Sus piezas entre 1887 a 1890, con-
centraron nuestra mirada. Se eviden- en el balcón. Se trata de un óleo sobre
ciaba que el artista había llegado al “Ya no hay más dudas, ni presunciones. Probablemente existan tela. Observamos la pincelada corta
post impresionismo.
Esa muestra me hizo releer todas
otras piezas que irán apareciendo en el tiempo. Este pequeño óleo y vertical. No hay boceto previo. Los
colores son primarios y secundarios.
las notas que poseía sobre Rojas. Po-
co a poco, en el tiempo, fui reunien-
sobre tela es el testigo más importante que tenemos para demostrar No hay mezcla en la paleta. No tie-
ne firma. La tela de soporte es lino.
do más material y referencias. Revi- certezas. Es, sin duda, un descubrimiento que llenará de alegría a Mucho uso del rojo, rosado y verde.
sé las edulcoradas notas de Junyent, Existe un “paisaje” en la Colección
las de Calzadilla, Da Antonio, Boul- los venezolanos. Se convierte así nuestro olvidado e incomprendido del Ministerio de Relaciones Exterio-
ton, Silva. Posteriormente, la tam-
bién acaramelada biografía del pa-
Cristóbal Rojas, en el primer postimpresionista venezolano” res, de Rojas, que también posee im-
pronta postimpresionista y que, inex-
dre Duplá, la “extraña” monografía plicablemente, nunca ha sido tomado
de Anna Gradowska, de 1993 –de la academicismo? Porque fueron encar- en cuenta.
cual rescato que reconoce una cuar- gos. Y necesitaba al apoyo económico Nuestra pieza se titula “Joven en la
ta etapa postimpresionista. Releí las de una beca que Guzmán Blanco les hierba” (Jeune fille sur l’herbe). Se
cartas que Michelena y Rojas les en- había cancelado. Y tenía que apoyar, trata de un pequeño óleo sobre tela,
viaban a sus madres –de alguna ma- además, a su familia en Caracas. Por de 1890, firmada por el autor con una
nera ambos eran “niños enfermos”. esa razón Calzadilla le llama “Rojas, dedicatoria: “C. Rojas. A mon cher ami
Los testimonios de Egea López, Mar- el incomprendido”. Egui...Bon souvenir... Cristóbal Rojas.
cos Castillo, Tito Salas y la reseña de En 1886 fue exhibida la última ex- 1890” (C.Rojas. A mi querido amigo
Alejandro Otero, quien, a mi juicio, posición de los impresionistas en Egui. Buenos recuerdos. Cristóbal Ro-
nos obsequió la mejor interpretación París. Sin duda, nuestros pintores jas, 1890). Era evidente que el artista
de la obra de Rojas, en una nota suya la visitaron. Michelena abandona la no estaba triste. Por lo contrario, re-
en la revista El Farol, en 1959. Muy casa-taller que compartía con Rojas, fleja un momento de felicidad y placer.
pocas notas críticas de la obra de Ro- en la Calle Delambre, en 1887. Se des- Y estaba muy próximo al desenlace fi-
jas. Como que fuera materia vista. Y conoce, con certeza, el motivo de la nal. La debe haber realizado en la ciu-
no hubiese nada que añadir, cuando, mudanza. Hay posibles dos razones. dad de Pau –donde se recuperaba para
por lo contrario, había muchas du- La primera. ¿De qué podían hablar su vuelta a Venezuela.
das que despejar. Debo hacer un re- los jóvenes Michelena, Rojas y Rive- En ella reconocemos el mismo so-
conocimiento a cada uno de los men- ro Sanabria? Pues de arte. Había mo- porte de la Dama en el balcón, pero
cionados, ya que dieron aportes que, tivos más que suficientes, no solo la además se trata de la misma pincela-
bajo la mirada actual, nos permiten pasión que compartían, sino las dife- da corta y vertical. Los mismos colo-
hacer un análisis con la objetividad rentes tendencias del arte que se vi- res luminosos. No hay boceto previo.
que nuestro artista merece. vían en un París decimonónico. Y en Los colores son primarios y secunda-
Boulton es el primero en desen- esas discusiones surgieron las inevi- rios. No hay mezcla en la paleta. La
mascarar el mito de que Rojas era un tables diferencias de punto de vista. única diferencia es que está firma-
menesteroso, un envolvedor de ta- La segunda, que es evidente, el miedo da, dedicada y fechada. Es evidente
baco de Cúa. Localiza su partida de al contagio. que el artista estuvo satisfecho con
bautismo, ya que su partida de naci- Michelena y Rivero decidieron con- la pieza. Está totalmente eliminado
miento fue arrancada del libro como tinuar en el camino del academicis- el negro. En su realización usa pin-
parte de los desmanes de la Guerra mo –donde tenían más probabilida- celadas menos empastadas, para dar
Federal. Refiere que su familia no era des de sobrevivir económicamente, más sensación de profundidad. La
humilde. Simplemente, que su padre en una Venezuela que no entendería composición es asimétrica y se aleja
médico se vino a menos. Las guerras las vanguardias. Y Rojas –desahucia- del academicismo. No usa imprima-
de Independencia y Federal dejaron a do y sin nada ya que perder– decidió ciones con colores oscuros. De hecho,
Venezuela en una profunda pobreza. dar un paso al frente con las nuevas es una pieza muy alegre. Igualmen-
Ya no existían los grandes cacaos, si- tendencias. El avance plástico que tu- te, el trazo es suave y grueso es eje-
no los importadores extranjeros que vo Rojas, en tan solo tres años, es algo cutado de forma rápida en el lienzo.
se enriquecieron trayendo insumos. realmente asombroso. Las personali- Es una pincelada descriptiva. Al yux-
El esquema socio-económico cambió. dades de ambos artistas eran, defini- taponer pinceladas consiguen mayor
También Boulton analiza su obra co- tivamente, opuestas. luminosidad y brillantez en la obra,
mo oscura y coloca a Rojas como un JOVEN SOBRE LA HIERBA (1890), CRISTÓBAL ROJAS / ARTNET.COM Michelena fue dócil ante Laurens. que si se hubiese realizado una mez-
hombre de personalidad lúgubre. No Rojas se arriesgó. No dejó cartas, no cla. La sensación es de tipo óptico y
se percató de que Rojas solo quería personalidad muy interesante, en ese tenía comunicación con nadie, sino tiene lugar en la retina del especta-
impresionar a los jurados de los sa- mundo de rivalidades que fueron los con una familia que no podía enten- dor. De este modo renuncia a la mo-
lones franceses con un realismo exa- pintores académicos del siglo XIX. der sus angustias. Prefirió dejar su dulación tonal tradicional.
cerbado y un tanto efectista. Su últi- Ahí reinaban William-Adolphe Bou- testimonio en la obra. Lamentable- La firma es auténtica, no tiene nin-
ma etapa la ve confusa y no la valora. guereau (Francia, 1825-1905), Jean- mente esta obra se dispersó. No tuvo gún tipo de retoque. La firma y la de-
Y deja caer una lamentable frase: “ León Gérome (Francia, 1824-1904) y la suerte de tener a alguien que ve- dicatoria se ve muy atenuada porque
Todos los cuadros de esa etapa no
totalizan 1 m2 de tela”. Como que si
En ella Jean-Paul Laurens (Francia, 1838-
1921). Muy laureados y, además, pro-
lara por ella. Han tenido que trans-
currir 130 años para cerrar un ciclo
puede haber sido realizada con rapi-
dez o, quizás, por escasez de los pig-
el genio se mide en metros cuadra-
dos. Da Antonio generó una polémi-
reconocemos fesores y miembros de peso en el
jurado de los salones. Bouguereau
sorprendente. Hasta ahora son solo
46 piezas que hemos identificado del
mentos. No tiene enmendaduras, ni
tachaduras.
ca con Calzadilla. Pero ambos vieron el mismo soporte cultivaba la tendencia –dentro del maestro, en sus diferentes etapas.
al genio. Para el catálogo de la GAN, academicismo–, de emular las ninfas Inspección organoléptica
Calzadilla hace una exhaustiva in- de la Dama en perfectas, de las pieles transparen- Un Rojas postimpresionista Se procedió a hacer una inspección
vestigación, en cuanto a su vida y al
desarrollo de la obra. Pero Otero los
el balcón” tes y los trajes drapeados. Laurens y
Gérome eran historicistas. Querían
En el año de 2019 recibí un correo
electrónico. Desde el primer momen-
organoléptica, con el objeto de de-
terminar si el trazo corresponde a la
supera a todos. No se basó en asun- que las pinturas tuvieran contenido, to, fue portador de una noticia ines- mano del artista. El mismo se reali-
tos de cotilleos, ni comentarios. Lo hi- que revelaran hechos. Esa es la razón perada, pero de buenos augurios. Era zó con estudio de luz rasante, luz UV
zo como correspondía: analizando la lación histórica con la época en que de las piezas realistas de Michelena el hallazgo de una pieza de Rojas pos- y con uso del microscopio estereos-
obra. Y de qué manera. Cito a Otero: Rojas inaugura este cuadro. La factu- (Pentesilea, La vara rota, El niño en- timpresionista, de 1890, en París. Su- cópico, con el apoyo de la licenciada
“A partir de 1888 Rojas realiza una ra abocetada, la pincelada libre que fermo) o las de Rojas (La miseria, El perada la sorpresa inicial pedí una fo- Mireia Patiño Coll, experta restaura-
serie de obras en las que ya no se tra- inició Delacroix con el romanticis- plazo vencido). Mientras más drama, to en alta resolución, para un primer dora de arte, en Barcelona, España.
ta de atisbos, de buenas influencias, mo... Esta técnica, característica del el público se conmovería mucho más. análisis. No quedaban dudas. Era su
captadas aquí o allá... A partir de ese movimiento pre-impresionista fue No es que Rojas fuera un pesimista. firma, su policromía, su trazo. Deci- Colofón
año, las mejores telas de Rojas apare- utilizada por Renoir y Manet como Es que estaba dándole al jurado lo dí viajar para analizar, en persona, Finalmente mostré mis experiencias
cen libres de todo vestigio académi- primer paso hacia la factura propia que ellos pedían. Y con ello obtener la pieza, que fue enviada a Barcelo- a la Dra. Bélgica Rodríguez –como ex-
co... y de ello es testimonio su “Natu- del impresionismo” el codiciado galardón. na (España), para su revisión y posi- perta conocedora del arte venezola-
raleza muerta del faisán”. Otero vio al genio oculto dentro de ble restauración. Pero antes contac- no–, a objeto de compartir el hallazgo.
En su accidentada evolución, ex- la caja de Pandora. Lo que Calzadi- Quiero que mi obra hable por mi tamos a la directora de la Galería de Y el trabajo de campo. Nunca antes se
traordinaria por cuanto fue cumpli- lla y Da Antonio presumieron, Ote- Vincent Van Gogh (Cartas a Theo) Arte Nacional (GAN), en Caracas. Pe- había hecho una investigación orga-
da en el escaso tiempo de siete años, ro lo desmembró con el análisis de dimos ver, a detalle, las últimas pie- noléptica y técnica de estas caracte-
la obra de Rojas pasa por el mismo la pintura de Rojas. Cuando leí ese Rojas el incomprendido zas de Rojas, para analizar el tipo de rísticas, en nuestro país.
camino que recorrió la pintura des- documento imprescindible de Ote- En 1887 conoce Rojas el lapidario soporte, el trazo, los colores, la firma Ya no hay más dudas, ni presuncio-
de los realistas hasta los albores del ro pensé que hacía falta un cuadro diagnóstico médico, que ya era irre- y demás detalles. nes. Probablemente existan otras pie-
impresionismo. Pintura de betunes y contundente de 1890, que cerrara el versible. Tenía tuberculosis. Para ese Fuimos recibidos por el equipo de la zas que irán apareciendo en el tiem-
claroscuro, primero; después pintura ciclo. Una obra que demostrara que tiempo, de acuerdo a la opinión de los GAN y la directora licenciada Yemai po. Este pequeño óleo sobre tela es el
tonal donde el aire circula, luego el Cristóbal Rojas había sido el primer especialistas, de cada siete personas, Quintero. Con su autorización pro- testigo más importante que tenemos
descubrimiento del color inaugurado postimpresionista latinoamericano, una moría de tisis. Ante lo inevitable, cedimos a realizar una inspección de para demostrar certezas. Es, sin du-
por los románticos, hasta desembo- del siglo XIX. Jamás pensé que sería Rojas decide abandonar el academi- las últimas piezas del maestro Cris- da, un descubrimiento que llenará
car finalmente en experiencias muy la afortunada en encontrar esa pieza. cismo. La pincelada se vuelve libre, tóbal Rojas. Estuvieron presentes el de alegría a los venezolanos. Se con-
similares a la de los precursores del abocetada. No hay descuidos, ni de- jefe de investigación de la GAN y el vierte así nuestro olvidado e incom-
movimiento impresionista Jean-Paul Laurens y su tiempo bilidades. Tampoco hay las precisio- jefe de conservación. Revisamos las prendido Cristóbal Rojas, en el pri-
La “Naturaleza muerta del faisán” Tito Salas relató que, en 1909, le pre- nes estáticas del pasado. Solo tintas siguientes piezas: Dama del balcón mer postimpresionista venezolano.
nos da pie para hacer esas asevera- guntó al maestro Jean-Paul Laurens fluidas y la aparición del color. Su (1889), Muchacha vistiéndose (1889) y Primero que Boggio –que lo inicia en
ciones...De inconclusa han califica- si recordaba a Cristóbal Rojas. Con- preocupación fue la luz. Son obras el Boceto para Dante y Beatriz (1890). 1900–, que el colombiano Andrés de
do algunos esta obra, pasándose por fesó no recordarlo como su alumno acabadas. Por eso las firmó. ¿Por qué La visita fue realizada el 16 de agosto Santa María y el mexicano Joaquin
alto uno de sus méritos sobresalien- de la Academia Julian, pero sí a Bo- realizó entonces El purgatorio y el Re- de 2019. Clausell –ambos para 1904. Triunfó el
tes, en cuanto toca al grado de nive- ggio y a Michelena. Laurens fue una trato del Dr. Rojas Paul –con marcado De las tres nos detenemos en Dama legado plástico del artista.
6 Papel Literario EL NACIONAL DOMINGO 11 DE ABRIL DE 2021

DESPEDIDA >> RAFAELA BARONI (1935-2021)

Rafaela Baroni: Aleafar en el espejo


“Reconocida en la acción directa de la ejecución
del canto, como en el rezar (en lo que
especialmente como también era “faculta”), esa especie
de mantra dirigido a mantener la vi-
tallista (todas sus da, o a aliviar el tránsito a la muerte,
ayudar a bien morir, para lo cual ella
obras son en madera, era especialmente requerida.

aunque tiene algunas La muerte le sienta bien


pocas pinturas Extrañamente la muerte no estuvo
presente en su obra plástica. Deci-
e innumerables mos extrañamente porque fue la
costuras; además su muerte una constante recurren-
cia tanto en las múltiples entrevis-
principal herramienta tas que de ella se publicaron, como
en su principal performance: La
fue la navaja), sin Mortuoria.
Los ataques de catalepsia fueron
duda trasciende esa determinantes para definir su rela-
denominación, y le ción con el “otro mundo”. Para ella
ese otro mundo no fue un lugar oscu-
es más apropiada la ro y tenebroso, muy al contrario fue
el Edén cristiano, un lugar de paz,
de ‘imaginera’, tan flores y aves, un lugar de armonía,
como es la naturaleza. Y la natura-
utilizada en el arte leza, en la persona de las aves y las
popular” flores sí estuvo muy presente en su
obra plástica. No olvidemos que Ra-
faela empezó a tallar cuando vivía
en Boconó, “Jardín de Venezuela”,
una especie de Edén en el que encon-
PANCHO CRESPO QUINTERO tró no solo una profusión de flores y
aves, como en todo jardín, sino afec-
Si un hombre atravesara el Paraíso to y reconocimiento, y a Rogelio, su
más querido compañero. En ese otro
[en un sueño, mundo quien le habló fue la Virgen,
y le dieran una flor como prueba de que es la madre por antonomasia,
[que había estado allí, como también lo es la Naturaleza, a
y si al despertar encontrara esa flor su vez símbolo de aquella.
[en su mano… ¿entonces, qué? Ese tránsito a la muerte le permi-
(S.T. Coleridge) tió no solo encontrarse con la Vir-
gen del Espejo, es decir, encontrarse

A
leafar en el espejo es Rafae- a sí misma, sino regresar de ella con
la Baroni Miliani, nacida conocimientos, que es una constan-
en la Mesa de Esnujaque, te en este tipo de experiencias mís-
Trujillo, el 1 de noviembre ticas, conocimientos para hacer el
de 1935, y encaminada hacia lo que bien a quienes padecen enfermeda-
pareciera ser su muerte definitiva, el des. Y le permitió también compro-
pasado 8 de marzo del presente 2021, bar que no es en la muerte donde
dos fechas de especial significación necesariamente está el mal, ni que
para quien hizo de su vida un diora- esta es un castigo, muy al contrario
ma de símbolos dramatizados. Llega la muerte es un espacio de paz y so-
al mundo el Día de Todos los Santos, siego. Por eso tranquilizaba a los mo-
y sabemos, por las muchas palabras ribundos, por eso representó infini-
que en su momento le escuchamos y dad de veces su velatorio y cortejo
por otras tantas que hemos leído, que fúnebre, y por eso se refugiaba en su
estos le fueron una constante compa- urna cuando emocionalmente algo
ñía. Se despide del mundo el Día In- la agobiaba, o cuando no encontra-
ternacional de la Mujer, ella siempre ba plasmar alguna imagen que daba
mostró con especial teatralidad y no vueltas en su cabeza… o que la ma-
poco orgullo, los “sufrires” y las po- dera le decía.
tencias de su condición de mujer; a
diario, sin estridencia alguna, entre Las formas ocultas de la madera
sirena y oráculo, talló su podio sin Rafaela Baroni tenía una facultad es-
disputárselo a nadie. pecial para develar las “formas ocul-
Reconocida especialmente como ta- tas” de los trozos de madera, parti-
RAFAELA BARONI / FERNANDO BRACHO BRACHO©
llista (todas sus obras son en madera, cularmente (no exclusivamente) las
aunque tiene algunas pocas pinturas años. Comenzó con un dolor de cabe- se sabe, también son una especie de raíces. Richard Sennett señala esto
e innumerables costuras; además su za demasiado terrible y así estuve du- espejos) para curarla, como una en- como la tercera habilidad del arte-
principal herramienta fue la nava- rante siete meses. Sentí un tremendo fermera que ayuda a los padecientes. sano: localizar, indagar y develar. Es
ja), sin duda trasciende esa denomi- tortazo en mis ojos y se me alivió el La Virgen le dice, “búscame para que también la idea aristotélica de “cau-
nación, y le es más apropiada la de dolor de cabeza, pero entonces, me te mires en mí, para poderte curar”. sa”, que refiere aquello por lo que al-
“Imaginera”, tan utilizada en el arte quedé sin hablar y sin la luz de mis Es mirándose en la Virgen como ella go es, o llega a ser; lo que está, aun
popular. Creadora de mundos tam-
bién en costuras y tejidos, ensam-
ojos… Así pasaron estos dos años
durante los cuales soñé tres veces se-
se cura, y siendo que en ese espejo a
quien ve es a sí misma, también ella
fue Rafaela un sin develarse completamente, en la
materia, y que llega a ser gracias a la
blajes, poemas-canciones, artes de guido con la Virgen del Espejo”. En podrá curar. Cuenta la propia Rafae- ser preocupado intermediación de un demiurgo, en
el sentido platónico del término, de
la adivinación, curaciones y reme- esos sueños la Virgen se le presenta la: “Yo le decía a mi mamá que que-
dios, performances, actos de la tradi- en forma de niña y le anuncia: “Soy ría estudiar medicina y no me deja- por hacer y un artesano según Sennett, o de un
tallador en la completa figura de Ra-
ción cultural, fue Rafaela un ser pre-
ocupado por hacer y componer, en
la Virgen del Espejo y te vengo a cu-
rar… búscame para que te mires en
ron porque yo era la mayor (sic) de
mi casa… Me gané el título de enfer- componer, faela Baroni. Primero la forma na-
el sentido de mejorar o curar, y por
mostrar los mensajes que en su ima-
mí, para poderte curar”. Esta rela-
ción entre Virgen y espejo ha sido de
mera en seis días y trabajé durante
diecisiete años como tal…”.
en el sentido tural del pedazo de madera o la raíz,
luego la forma y el movimiento dado
ginación una mano divina parecía ha- antiguo estudiada; por ejemplo Hans El decir popular señala que los ojos de mejorar por la mano humana, como si tallar
fuera un develamiento.
ber colocado. Bidermann dice: “… el espejo es un son el reflejo del alma, pero los ojos
símbolo de María, ya que en la Virgen de Rafaela nada reflejaban porque o curar” Tres elementos principalísimos
Como es adentro es afuera María se reflejó y se reprodujo Dios estaban oscuros, ella estaba ciega; en las tallas de Rafaela Baroni, que
El principio medieval de explica- por medio de su fiel trasunto Jesús su alma (su fuerza vital) se le mos- de quince o treinta años vuelve a pa- son absolutamente dialogantes: Las
ción del mundo dice: como es arriba sin herir y alterar el espejo mismo”. tró en un espejo-sueño para el que sar otra vez”. imágenes católicas y o bíblicas; cier-
es abajo, lo que hay en la tierra es el Es como si Rafaela Baroni hubiese no necesitaba ojos. La Virgen la res- Rafaela entraba así en una espe- ta alegría, picardía, armonía; colori-
reflejo del orden celestial, hechura sido escogida doblemente: para ala- cata y le da una facultad adicional, cie de aleph (todos los tiempos) de do y exuberancia de naturaleza. Pue-
del aliento divino a su imagen y se- bar a la Virgen representándola, y pa- la de leer lo oculto, intuir las formas, las vidas de los “consultantes”; en de haber seriedad en algunas piezas,
mejanza. En el caso de Rafaela Baro- ra alabarse a sí misma representán- quizá una especie de tercer ojo. Es sus laberintos, en los que va des- pero no hay tiesura ni rigidez en las
ni, todo lo que ella construyó fue da- dose en la Virgen. En esa imagen de una facultad adivinatoria que en ella entrañando el camino con la intui- tallas de Rafaela. Son, en general,
do por el mensaje de su muy honda la Virgen del Espejo, se manifiesta la comienza “leyendo” la cédula de las ción-imaginación, que no necesita piezas muy lúdicas, frescas, felices.
creencia católica. Esa creencia, y los ancestral idea de que la imagen refle- personas: “… cuando yo quedé ciega ojos. Y también sin mirar, con el pu- Decía Rafaela que Aleafar fue un
órdenes socialmente impuestos que jada y el modelo real están unidos en empecé a ver a los enfermos por me- ro tacto (porque no utilizaba agujas) nombre que se le ocurrió. Como Ale-
de ella se desprenden, la definieron una correspondencia mágica, que en dio de la cédula, por la fecha de na- de quien no requiere de la vista (ni afar es ella misma (de hecho muchas
psicológicamente. algunos casos puede conducir a que cimiento y describía a la persona… bastón), tejía, creando nuevas for- de sus obras las firmó con ese nom-
Pudiéramos aventurar la idea de el espejo retenga el alma o la fuerza le iba diciendo cómo era sin poder mas o quizá recreando mapas o man- bre), lo que creo es que cuando ella
una extra-sensorialidad en Rafaela vital de la persona reflejada. Pero en verla… Yo sé lo que es un presente, dalas que son un atributo divino y vio a la Virgen del Espejo, también
Baroni a raíz de un evento de cata- el caso de Rafaela Baroni, su fuerza un futuro, un pasado. Lo que está pa- también una forma de encantamien- vio su nombre reflejado en ese espe-
lepsia que se convertiría en una ex- vital no es retenida, sino al contrario sando o lo que pasará o se devolverá, to. Dice Cirlot que hilar, y también jo, y Aleafar, que parece nombre de
periencia mística y marcaría defini- es liberada (o encausada) por la ex- porque la vida es igual que una cre- cantar es una acción equivalente a flor, fue la flor que ella descubrió en
tivamente su hacer. “Un día quedé trema bondad de la Virgen que se le ciente. Es más o menos así: que hoy crear y mantener la vida; y cantar sus manos cuando abrió los ojos, de
completamente ciega durante dos manifiesta en sus sueños (que como pasó por aquí una creciente y dentro fue otro de los “oficios” de Rafaela, regreso del Edén.
EL NACIONAL DOMINGO 11 DE ABRIL DE 2021
Papel Literario 7

ARTES VISUALES >> ARTISTA RESIDENCIADA EN ESTADOS UNIDOS

¿
NELSON RIVERA

Podría resumirnos su tra-


yectoria, el camino que la
ha llevado de Caracas has-
ta Idaho?
Hace veinte años salí de Venezuela
para emprender en una vida inter-
nacional de gran diversidad que co-
menzó con un año en España. Lue-
go, tres años en Suiza, seguidos de 4
años en Malasia. A partir de enton-
ces he vivido en Estados Unidos: un
par de años en el desierto de Califor-
nia y cuatro años en las montañas al
este de Idaho. Cada sitio ha ofrecido
un contraste grande con el anterior
y vivir en continentes diferentes me
ha permitido viajar con frecuencia
y conocer el mundo. Cada experien-
cia se ha ido filtrando en el trabajo
creativo nutriéndolo con algo nuevo.
Vive usted en un lugar que no
parece accidental, “rodeada del
paisaje de la montaña de Teton”.
Sugiere un lugar elegido. Como
un destino vital. ¿Podría hablar-
nos del lugar y su vínculo con el
mismo?
En el 2015 llegué a Jackson Hole,
Wyoming, con una residencia de ar-
tista que me ofreció un espacio de tra-
bajo por un mes en el otoño. La natu-
raleza me capturó y decidí mudarme
a esa zona escogiendo una vida de
retiro rural rodeada de ríos, lagos,
montañas y paisajes hermosos junto
a los parques nacionales Yellowsto-
ne y Grand Teton. La naturaleza es
para mí un templo de regeneración
que nutre mi cuerpo y mi alma. Ex-
cursiones, paseos de aventura, baños
en aguas de río, serenidad y contacto CLAUDIA BUENO / MORRIS WEINTRAUB©
con fauna salvaje son aquí parte de

Entrevista a Claudia Bueno


la vida diaria y me ofrecen la mayor
inspiración que alimenta mi trabajo
plástico.
Una revisión de las obras que es-
tán exhibidas en su página web
habla del uso de una diversidad
de materiales muy amplia. ¿Có-
mo los investiga, cómo decide qué
Hizo estudios en Venezuela, España y Estados Unidos. Ha tenido exposiciones
usar en cada caso? individuales en Malasia, Suiza y Estados Unidos. Dos impactantes obras suyas, Pulse
Cada trabajo de instalación es un
acertijo que comienza con una visión y FractaLife, han sido inauguradas en la ciudad de Las Vegas
y pasa por un proceso de extensa ex-
perimentación para descubrir cuál
to: cómo el desplazamiento de la instalación Pulse es testimonio de es- Los fractales hablan de lo infini- ¿Dónde está ubicada su obra?
va a ser la técnica adecuada y los ma-
fuente de luz va cambiando el con- ta dedicación durante tres años. La to. Una forma encontrada en la na- ¿Dónde ha sido expuesta?
teriales apropiados para llevar a cabo
tenido de la obra (Forgotten Cities tecnología me sirve para animar y turaleza que se repite infinitamente Mi obra vive en colecciones priva-
el proyecto, cumpliendo con todos los
o en Light Tunnels). En el caso de brindarle un efecto de vida a la obra. de modo geométrico formando una das en distintos países y en colec-
requerimientos técnicos y prácticos
Breeze, al efecto de la luz se añade En colaboración con un equipo de ex- nueva forma que a su vez se repite ciones permanentes en El Element
de diseño, ingeniería, transporte, du-
la acción de un ventilador. pertos en sonido y luz hemos logrado infinitamente de modo geométrico Hotel, Kuala Lumpur, Malasia, y en
rabilidad y otros. Me emociona mu-
Desde la universidad he tenido una una técnica de sistemas LED progra- y así, sin final. Lo fractal me resulta Meow Wolf, Las Vegas.
cho esta fase inicial de descubrir el
gran fascinación por el movimiento mados que iluminan la obra llenán- fascinante y aparece en mi obra co- ¿Qué viene ahora? ¿Cuál es su
sistema que se va a utilizar, encon-
y la tridimensionalidad. Los prime- dola de movimiento. Los sonidos tam- mo representación del carácter mul- próximo proyecto?
trar la respuesta al acertijo.
ros diez años de mi camino artísti- bién responden a la programación de tidimensional, inefable e infinito de Después de tres años dedicados
Habla de investigación y concep-
co estuvieron enfocados en el juego luz y así se aprecian formas que lu- nuestra existencia. a mis dos proyectos de gran escala
tualización asociadas a una prác-
de la sombras, utilizando diferentes cen como organismos vivos que están ¿Qué hay en su obra, que pudie- para Meow Wolf, ahora viene una
tica de diálogo. ¿A qué se refiere
mecanismos de luz para crear som- pulsando. se remitirnos a Venezuela? Por serie de versiones de mediano for-
concretamente? ¿Concibe la obra
bras que se mueven, crecen y trans- Una idea de lo fractal está en el ejemplo, ¿Gego? ¿Otros artistas mato de Pulse para coleccionistas
antes de ejecutarla? ¿Durante la
forman. Viendo hacia atrás ahora núcleo de su obra. ¿Puede hablar- venezolanos? ¿Qué lugar ocupa y una serie de esculturas pequeñas
ejecución se producen cambios?
entiendo que la sombra tenía que nos de ello? Venezuela en sus pensamientos? inspiradas en mi vida de montaña.
Todo comienza con una idea que
ver con mi propio proceso personal Venezuela siempre llega a mis re- Paralelamente estoy desarrollan-
persiste lo suficiente en mi mente
de intentar entender, revelar y pro- cuerdos trayendo mucha nostalgia. do un programa llamado “Creative
hasta que gana mi atención por enci-
cesar mis sombras internas y partes Extraño el clima, la belleza natural, Unlock” que ofrecerá talleres, reti-
ma del constante río de ideas que van
de mi ser que permanecían descono- el mar, las frutas, los quesos caseros, ros y sesiones privadas para ayudar
y vienen. Una vez que la idea está en
cidas y anónimas. Los últimos ocho las familias grandes y unidas, y la al cliente a encontrar su expresión
la mira, la coloco en papel, la escri-
años le he dedicado una gran parte gente querida. Al principio de mi ca- creativa auténtica, mientras inda-
bo, la dibujo, busco referencias que
de mi vida a un proceso de descubri- rrera, mi trabajo reflejaba escenas tí- ga hacia adentro y con el objetivo de
la alimenten, la converso, y así se va
miento y sanación interna detonado picas de Caracas llenas de claves que lograr desarrollar un proyecto que
incubando. Algunas veces la idea lle-
ga ya con gran definición y otras ve-
por una crisis personal. Este trabajo Cada trabajo contaban historias de algo que pasó y va desde la idea hasta la creación.
ces toma tiempo en formarse. Es un
personal aquí lo llaman shadow work
y consiste en ir invitando a las som-
de instalación en las cuales encontraba mucha poe-
sía: un papagayo o zapatos enredados
También estoy trabajando con mis
expertos de luz y sonido diseñando
diálogo en el cual la idea comienza a
hablar de vuelta y a pedir lo que nece-
bras internas a que se vayan mos-
trando y nos enseñen qué represen-
es un acertijo” en los cables de luz, la ropa secando
al sol en un hilo, una reja rota.
una propuesta a gran escala para es-
pacios públicos.
sita para desarrollarse. Este proceso
tan, de dónde vienen, y qué historias,
me gusta mucho y a veces la idea to-
traumas y creencias limitadas contie-
ma un rumbo propio completamente
nen. Así, podemos ir desmantelando
inesperado para mí.
las asociaciones oscuras y negativas
Ha hecho pinturas; esculturas
que están en el subconsciente y las
que surcan el espacio con pecu-
transformamos en luz y conciencia.
liarísimas formas y luminosidad
Paralelamente, y sin darme cuenta,
(como Lumina, Fiberspace o Frac-
el foco de mi trabajo artístico fue pa-
taLife); otras que parecen des-
sando de la sombra a la luz y ahora
prenderse de los techos (como Li-
utilizo mi arte para intentar expre-
fe: Resilient); y otras, como Pulse
sar lo que se ha revelado para mí en
Meow Wolf donde el espectador
momentos de profunda meditación,
experimenta la sensación de estar
cuando mente y cuerpo se han disuel-
sumergido, envuelto en un espec-
to y lo que ha quedado es una expe-
táculo de formas y luces en movi-
riencia de conexión absoluta con la
miento. ¿Cómo se relacionan estas
vida y la energía universal.
obras entre sí? ¿Qué las vincula?
La creación de las obras combi-
El vínculo que hila mi obra es la
na fases artesanales, muy exigen-
búsqueda de la luz y el movimien-
tes, que luego se combinan con re-
to con intención de crear ambientes
cursos tecnológicos. ¿Cómo logra
que celebran la vida. Presento teji-
que todos esos elementos convi-
dos orgánicos naturales de micro a
van de forma armónica? Viéndo-
macro, formando redes que llenan
las –a través de la pantalla– uno
un espacio, en las cuales distintos
tiene la sensación de encontrarse
organismos se conectan entre ellos
ante seres vivos.
creando una relación de simbiosis y
Para mí, siempre ha sido impor-
retroalimentación.
tante el tiempo que uno le dedica a
Háblenos de su investigación, de
la obra. Me gusta crear una relación
sus hallazgos sobre el movimien-
íntima con mi trabajo, y mi última CLAUDIA BUENO Y ASISTENTES / ADOLFO BUENO©
8 Papel Literario EL NACIONAL DOMINGO 11 DE ABRIL DE 2021

EXPOSICIÓN>> CARLOS CRUZ-DIEZ, EL DISEÑADOR

Carlos Cruz-Diez o el arte de comunicar


ALBERTO FERNÁNDEZ R.
Fruto del trabajo curatorial de Ariel Jiménez, la exposición El peso gráficos; así como perfeccionó la idea
de sus Fisicromías y, exactamente en
I. Una arqueología del diseño
Marta Traba señaló cómo “el dise-
de la forma. El diseño gráfico de Carlos Cruz-Diez está abierta en 1965, concretó sus Cromosaturaciones,
esos ambientes cromáticos en los que
ño encuentra en Venezuela su me- el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, Madrid, hasta el el color se vive como una experien-
jor campo de trabajo” ya en los años cia, tal vez la mejor expresión de toda
setenta1. Se refería a que, desde la próximo 11 de junio su teoría. Ese proceso de máxima re-
segunda mitad del siglo XX, de los flexión “sino inversa, sí considerable-
talleres venezolanos han salido las mente distinta” que vivió en sus dos
más “cuidadas”, “bellas” y “origina- facetas profesionales es explicado con
les” publicaciones de América Lati- acierto por Jiménez a través del con-
na, gracias al trabajo de diseñadores cepto “el peso de la forma”.
gráficos como Gerd Leufert, Nedo y En su obra artística, este concepto
John Lange. Si bien cuestionó que, alude a su lucha por reducir el peso
a su entender, dicho fenómeno res- de los elementos formales en su len-
pondía exclusivamente a las necesi- guaje visual, para así liberar al color
dades de las élites, y por tanto estaba y expresar su naturaleza lumínica en-
desconectado del grueso de la socie- tre el público. Ese esfuerzo es evidente
dad. Una tesis similar a la que utilizó en cómo fraccionó las formas geomé-
para explicar –y descalificar– el au- tricas hasta obtener finas bandas de
ge de la abstracción geométrica. Lo color, que son el principal insumo de
cierto es que el desarrollo del diseño, su sistema de tramas yuxtapuestas.
tempranamente reseñado por Traba, Mientras que, en su obra gráfica, se
no fue una casualidad; está estrecha- refiere a cómo la forma se vuelve un
mente relacionado con los procesos elemento imprescindible para alcan-
de modernización, y ninguna otra zar la eficacia discursiva, logrando
nación de la región abrazó con tan- cierta sincronía entre el contenido y
to entusiasmo el proyecto moderno la configuración formal de las piezas.
como esta. “Allí, pues, la forma no era el enemi-
Las condiciones que le permitieron go, sino el aliado del diseñador”, expli-
al país abrazar la modernidad, abrir- ca el curador. Un buen ejemplo de esto
se a ella sin reservas, surgieron con CARLOS CRUZ-DIEZ EN SU TALLER DE DISEÑO (1957) / REVISTA MOMENTO © ESTATE OF CARLOS CRUZ-DIEZ, BRIDGEMAN IMAGES (2021) es su trabajo en la revista Robho, que
el fin de la dictadura de Juan Vicente diseñó entre 1967 y 1971.
Gómez en 1935. Entonces, fue cuan- El análisis de los trabajos de esos te de la tipografía”, anota Jiménez. la utilidad de un arte que denuncia Esa diferenciación de lenguajes, así
do se pasó de una economía agraria años evidencia que su tarea consis- También fue el caso de los ya men- pero no soluciona los problemas de la como su uso eficaz, es una señal in-
a una petrolera, cuya rápida expan- tía en “componer” piezas guiado por cionados Leufert y Nedo, artistas-di- comunidad, a mediados de los años equívoca de su extraordinaria capaci-
sión permitió transformaciones so- la sensibilidad de un artista educado señadores de origen lituano-alemán cincuenta, abandonó la figuración y dad de comunicación. Una capacidad
cioeconómicas como el crecimiento por paisajistas como Armando Reve- e italiano respectivamente, cuyas formuló sus primeras obras abstrac- que –junto a su intelecto y creatividad–
de la empresa privada y la aparición rón, Manuel Cabré y Marcos Castillo; obras se desarrollaron y cobran sen- to-geométricas, la tradición artística es el sustento de toda su obra. Su inte-
de una pujante clase media. Esta si- es decir, él se encargaba de distribuir tido en el contexto venezolano. Des- en la que se inscribe toda su obra ma- rés por la comunicación se remonta a
tuación se tradujo en un aumento textos e imágenes en el espacio siguien- de principios de los años cincuenta, dura. Y es que a través de las formas sus inicios en la prensa, en lo cual su
de oportunidades de negocio para la do estrategias de composición propias la presencia de ambos fue definitiva básicas del arte, de su manipulación padre jugó un papel central, y fue de-
industria gráfica y, por consiguien- de la pintura, y no a partir de una re- para esa emergencia del concepto del consciente, libró su larga cruzada pa- terminante en su trayectoria, al ir in-
te, para los diseñadores. Entre ellos flexión de los elementos gráficos y de diseño. Sobre todo de Leufert, por su ra tratar de liberar el color de la for- corporando o descartando los mecanis-
Carlos Cruz-Diez (1923-2019), quien la estructura y contenido de la pieza trabajo e influencia sobre otros dise- ma. Toda una paradoja, que resultó mos visuales que con acierto identificó
alternó las artes visuales con las como tal. Así lo señala Ariel Jiménez, ñadores como el propio Cruz-Diez. muy fértil en su investigación. para transmitir lo mejor posible su dis-
artes gráficas durante casi toda su curador de la exposición El peso de la Cruz-Diez centró su atención en el curso al espectador. Un interés que es
trayectoria. forma. El diseño grafico de Carlo Cruz- II. La eficacia del discurso color por dos razones. La primera tie- palpable en la terminología que utilizó
Cruz-Diez se inició profesionalmen- Diez2, organizada por el Museo Reina Hacia finales de los años cincuenta, ne que ver con la condición del color e, incluso, le llevó a humanizar su abs-
te como ilustrador en 1941, cuando Sofía de Madrid en colaboración con el de acuerdo con la investigación de Ji- como elemento intrínseco a la pintu- tracción al situar al público en el cen-
fue contratado por el diario La Esfe- Archivo Fotografía Urbana y la Cruz- ménez, Cruz-Diez pasó de operar co- ra, esa disciplina en la que él se sen- tro de su práctica: “(…) si el receptor
ra para realizar una historieta sobre Diez Art Foundation. mo un artista que distribuye textos tía experto, en la que tenía formación del mensaje no contaba para el artista,
Simón Bolívar y, un año más tarde, Otro episodio significativo en dicha e imágenes, según las reglas de com- académica. La segunda razón es que, ¿para qué se exponían esas obras en sa-
otra sobre la Independencia. A esto arqueología tiene que ver con el arri- posición pictórica, a pensar en las po- según él, no muchos artistas habían lones y museos?”4. Ahí radica, en gran
le siguieron sus trabajos para la re- bo de profesionales norteamericanos sibilidades de los elementos gráficos reflexionado sobre este elemento medida, esa fuerza de atracción que
vista Élite. Dicha experiencia resultó y europeos formados como diseñado- para expresar determinadas carac- pictórico y, por tanto, ahí había una ejerce su obra, al establecer un víncu-
decisiva cuando, en esos tempranos res. Fue el caso del estadounidense terísticas del contenido de una pieza. oportunidad de decir algo original, de lo con quien la experimenta. Lo suyo es
años cuarenta, un alto funcionario Larry June, quien llegó en 1946 para Es decir, a pensar en estos elementos enunciar un nuevo discurso. Él creía el arte de comunicar.
de la Standard Oil Company acudió trabajar en la industria petrolera y, como signos: imágenes significantes, que en esa capacidad de comunicar, En 1967, Cruz-Diez consiguió un
a la Escuela de Artes Plásticas y Apli- “según testimonio del mismo Cruz- con las que se transmite informa- de decir algo significativo, radicaba contrato con la galería Denise René
cadas de Caracas en búsqueda de un Diez, le enseñó un empleo conscien- ción. “Es en ese momento que sus in- la diferencia entre artesano y artista. que le permitió concentrarse en su
alumno que pudiera encargarse de tervenciones comienzan a cobrar las Ya centrado en el color, se percató que práctica artística. Esto cambió su re-
ilustrar las publicaciones institucio- características del diseño”, puntuali- históricamente este había estado su- lación con el diseño, que dejó de ser
nales de la petrolera. Él fue el alum- za el curador. peditado a la forma, pese a ser luz, una el medio de subsistencia, quedando
no escogido gracias a su conocimien- Esto ocurre como consecuencia – materia efímera e inestable; se perca- reservado para sí mismo y sus ami-
to previo de los procesos técnicos además de ese ambiente favorable pa- tó que era un fenómeno en continuo gos; fue muy importante su relación
de reproducción masiva de textos e ra el desarrollo del diseño– del mismo movimiento o, dicho en sus palabras, profesional con el Centre Noroit, ins-
imágenes. proceso intelectual que encarna su “una ‘circunstancia’ en el tiempo y en titución cultural al norte de Fran-
Ese episodio resulta significativo en obra; específicamente, cuando empe- el espacio”. Fue entonces cuando se cia, y el historiador Alfredo Boulton,
la arqueología del concepto de dise- zó a reflexionar sobre nociones como propuso liberarlo, y hacer sensible su para quien diseñó una decena de li-
ño y su función en la industria grá- lenguaje o la eficacia del discurso en naturaleza lumínica. Para ello ideó in- bros entre los que destaca El arte en
fica venezolana. En ese entonces, no su práctica artística y, por extensión, geniosos soportes y experiencias, que la cerámica aborigen de Venezuela
existía la figura del diseñador, de ese también en su faceta como diseñador. fueron su código o lenguaje. (1978). Para Jiménez es evidente que
profesional encargado de proyectar Porque, en esencia, Cruz-Diez fue un Al darse cuenta que esas primeras esa situación explica por qué su di-
en términos gráficos las piezas edi- artista –un pintor, a su entender– que, obras abstractas no comunicaban seño, si bien alcanza un máximo de
asertivamente su idea del color, que eficacia, “pierde progresivamente en
no transmitían de manera eficaz su la intensidad de su reflexión gráfica,
discurso, comenzó a trabajar en el lo que se traduce en piezas más con-
sistema de tramas de colores yuxta- vencionales”. También cree que esa
puestas que constituye la base de to- es la razón por la que, a partir de los
do su lenguaje visual. Entre las for- años ochenta, el tránsito de lo analó-
mulaciones más significativas de ese gico a lo computarizado potencia su
lenguaje están sus emblemáticas Fi- obra artística, mientras que sus efec-
sicromías, cuya idea concretó en 1959. tos son más limitados en su gráfica.
Esta serie de obras son una suerte de Estaba enfocado en comunicar, cada
máquinas ópticas activadas por la ac- vez con mayor acierto, su discurso so-
ción conjunta de la observación y el bre el color.
cuerpo en movimiento, en las que se
funden las finas tramas de color para 1 Marta Traba, Mirar en Caracas, Monte
crear la ilusión de brumas saturadas Ávila Editores, Caracas, 1974, p. 81.
toriales y de comunicación. Esta ta- como muchos de sus contemporáneos de nuevas tonalidades que quedan 2 La exposición repasa la producción grá-
rea era asumida, sin conciencia como en América Latina, vio el diseño como flotando en el espacio. Son artefactos fica de Carlos Cruz-Diez a través de una
tal, por técnicos especializados como un medio con el cual podía solventar productores de destellos de luz, efí- amplia selección de libros, catálogos y
impresores, tipógrafos y fotograbado- sus necesidades materiales hasta lo- meros e inestables, que reivindican la afiches; se inauguró el pasado 12 de
res. El crecimiento de dicha industria grar ganarse la vida a través del arte. acción de mirar como un fenómeno marzo y estará abierta al público hasta
creó la necesidad de ese profesional, La relación entre ambas facetas es di- subjetivo o una forma de pensamien- el 11 de junio en el museo español.
que en un primer momento fue sol- recta, y no se puede entender su pro- to en sí misma. 3 Carlos Cruz-Diez, Reflexión sobre el
ventada con artistas. No es de extra- ducción gráfica sin tener en cuenta su color, Madrid, Fundación Juan March,
ñar pues, en esencia, artista y dise- compleja trayectoria. III. El peso de la forma 2009, p. 13.
ñador son afines, ambos producen El inicio del sofisticado proceso Los años sesenta serán particular- 4 Ibídem., p. 23.
imágenes. De ello da cuenta que, en intelectual que atraviesa su prácti- mente fecundos en la obra gráfica y
1946, Cruz-Diez abrió su primer ta- ca artística puede fecharse en 1945, artística de Cruz-Diez, quien se ins- *El peso de la forma. El diseño gráfico de
ller para prestar servicios a la agen- cuando realizó sus primeras pinturas taló definitivamente en París en 1960. Carlos Cruz-Diez, ha sido organizada por el
cia de publicidad McCann-Erikson, TRANS-VERBALES 1. ALFREDO SILVA- figurativas de marcado corte social En esos años realizó sus diseños más Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía,
que llevaba la cuenta de la Standard ESTRADA. DISEÑO CARLOS CRUZ-DIEZ tras legalizarse el Partido Comunista destacados, en los que demostró plena en colaboración con el Archivo Fotografía
Oil Company, y luego a otros clientes. (1969) / RAFAEL GUILLÉN© en Venezuela. Luego de cuestionarse conciencia y dominio de los elementos Urbana y la Cruz-Diez Art Foundation.
EL NACIONAL DOMINGO 11 DE ABRIL DE 2021
Papel Literario 9

ENSAYO>> MODOS DE PENSAR A FRANCIS BACON

La subasta de una tragedia:


La Orestíada y las furias de Bacon
“Francis Bacon (1909-
1992), en la plenitud
de su vida artística,
revisita esta tragedia
para recrear y trasponer
rasgos de su atormentada
personalidad”

EDGAR CHERUBINI LECUNA

L
a puja entre un coleccionista en China y
otro en Nueva York apenas duró 10 mi-
nutos. La última suma cantada y el silen-
cio de uno de los postores precedieron al
golpe de martillo del subastador, adjudicando
la venta por 84 millones de dólares del Tríptico
inspirado en la Orestíada de Esquilo (1981), de
Francis Bacon. El 29 de junio de 2020, en medio
de la pandemia que había confinado a más de
tres mil millones de personas en el mundo, So- TRÍPTICO INSPIRADO EN LA ORESTÍADA DE ESQUILO (1981) / FRANCIS BACON©
theby’s decidió realizar su primera subasta glo-
bal digital en tiempo real, a través de pantallas Las Euménides (las benévolas) es la tercera expresó el artista en una entrevista. Si bien el lo que sentía en su interior: “El centro en mí es
en docenas de capitales alrededor del mundo, representación, siendo su título un eufemismo, objetivo de la tragedia griega era incitar a la ca- siempre y eternamente un extraño dolor salvaje,
reinventando de esa forma su negocio. ya que, bajo ese título, oculta a las innombra- tarsis en el espectador, Bacon se apropia de su una búsqueda de algo situado más allá de lo que
Es difícil saber si el coleccionista de Nueva bles Erinias, las diosas de la venganza que per- iconografía para exorcizar algo en sí mismo, sin el mundo contiene, algo transfigurado e infinito”.
York que adquirió la obra conocía la historia seguirán a Orestes, culpable de matricidio. En embargo, el tríptico de Bacon no es secuencial y
subyacente en tan cotizado tríptico o la adquirió esta última pieza, Orestes, Apolo y las Furias tampoco tiene progresión ni resolución de la tra- Francis Bacon o el desmembramiento
a sabiendas de que una obra producto del dis- comparecen ante el Areópago (roca de Ares), ma, siendo la catarsis el acto final de toda trage- de las certezas
curso coherente de un artista es una inversión donde el tribunal de Atenas decidirá la suerte dia griega. Como explica Michael Peppiatt, “Ba- En sus obras, la identidad del sujeto plasmado
más atractiva y menos riesgosa que apostar en de Orestes. Serán los hombres quienes lo juzga- con no intenta purgar sus turbulentas pasiones, en el lienzo se transfigura en rostros contorsio-
la bolsa de valores. En todo caso, la Orestíada, rán, no la justicia divina. al contrario, en su masoquismo profundamente nados en trance de desdibujarse. Esa tosquedad
trilogía dramática escrita por Esquilo en 458 a. Francis Bacon (1909-1992), en la plenitud de arraigado, el artista eligió el dolor constante so- con la que desechó los convencionalismos y apa-
C, la componen las piezas “Agamenón”, “Las su vida artística, revisita esta tragedia para bre la catarsis” (Francis Bacon; Anatomía de un riencias de la pintura figurativa, la describe De-
Coéforas” y “Las Euménides”, unidas por una recrear y trasponer rasgos de su atormenta- enigma, 1996). leuze cuando lo entrevistó en 1984: “La mayoría
misma trama de venganza, crimen y desola- da personalidad. En el primer lienzo, colgando A propósito de la exposición Francis Bacon en de los cuadros son siempre convención, aparien-
ción, leitmotiv de los personajes. dentro de una jaula virtual, una bestia se re- el Museo del Prado (2009), el periodista José de cia, y es eso es lo que intento eliminar de mis pin-
La primera parte se sitúa al final de la guerra tuerce de dolor a causa de una herida profun- Segovia escribió en su reseña: “El pintor irlandés turas. Busco lo esencial, que la pintura asuma de
de Troya y versa sobre el regreso del rey Aga- da, mostrando al fondo una puerta entreabierta intentó plasmar en sus pinturas la esencia del ser la manera más directa posible la identidad ma-
menón a la ciudad de Argos. Su esposa, la reina que deja colar un torrente de sangre. El panel humano, que no era para él otra cosa que una dis- terial de aquello que representa. Mi manera de
Clitemnestra lo espera ansiosa por asesinarle central muestra una figura decapitada sobre un torsión. Sus personajes aparecen enjaulados co- deformar imágenes me acerca mucho más al ser
en venganza por la muerte de su hija Ifigenia, fondo púrpura evocando los telones que Clitem- mo animales, aunque no dejan de ser hombres. Es humano que si me sentara e hiciera su retrato.
a quien el rey ofrendó en sacrificio a la diosa nestra ordenó colgar antes de asediar y asesi- un mundo de personas que han perdido la cabeza Consigo una mayor cercanía mientras más me
Artemisa a cambio de vientos favorables para nar a su esposo. En el lienzo de la derecha, una o gritan pidiendo ayuda. La obra de este artista, alejo”. (Gilles Deleuze, Francis Bacon. Logique
su flota. En la segunda parte de la trilogía, el eje enigmática figura desdibujada, se encuentra en vez de escandalizarnos, debería producirnos de la sensation, 1984).
de la acción se centra en el coro, compuesto por confinada a unos límites que la enclaustran y una tremenda compasión”. A pesar de su vida Michael Peppiat, amigo del pintor y autor de la
las portadoras de libaciones o Coéforas, escla- de los que intenta salir desplazándose hacia el desenfrenada, Bacon expresaba con humildad biografía arriba citada, lo describe así: “Encan-
vas de la casa del rey que acompañan a Electra umbral de una puerta entreabierta hacia la na- tador y seguro de sí mismo, con una vena sado-
y Orestes, hijos de Agamenón, a la tumba del da. El cuerpo está distorsionado más allá del re- masoquista, llevó una vida siempre encaminada
rey asesinado. En el camino, narran la vengan- conocimiento, ni siquiera se refleja en el espejo. a los extremos”. Los excesos del pintor, su fasci-
za que culminará con la muerte de Egisto, el nación por Proust, T.S Eliot, Tiziano, Esquilo o
usurpador del trono y de Clitemnestra a manos “Un extraño dolor salvaje” Velázquez, así como su atracción por lo munda-
de su propio hijo. Acto que convoca a las Furias, Siendo un lector apasionado, Bacon se reencon- no, sus borracheras y orgías sexuales con muje-
que desde ese instante perseguirán a Orestes, tró con Esquilo al leer el libro de William Bedell res y hombres lo convirtieron en una leyenda en
haciendo de su vida un suplicio. (Aeschylus and his Style: a Study in Language
and Personality, 1942), sintiéndose conmovido
Bacon desacraliza los clubes nocturnos londinenses. Dicho autor
desnuda las pulsiones del artista, refiriéndose a
“Pero es ley que las gotas de sangre
vertidas por tierra exigen otra sangre.
por “algo muy poderoso y fundamental sobre
la existencia humana”. La tragedia de Ores-
el cuerpo humano, su inusitada pasión de visitar los zoológicos para
observar durante horas a los animales enjaula-
Homicidio grita la Erinia, que en nombre tes sacudió la fibra sensible de su propia vida, pintando lo abyecto dos, con la idea de comprender y plasmar en sus
de las primeras víctimas inspirándolo a plasmarlo en esos tres lienzos: telas al hombre, como ser instintivo e inhumano.
envía calamidad sobre calamidad”. “Esquilo me abre las válvulas de la sensación”, e innoble” Para Bacon, “la civilización encubría una mara-
ña de furias y bramidos de miedo, escondidos en
la mayoría de los individuos”.
En el valioso ensayo de Adolfo Vásquez Rocca,
Francis Bacon. El cuerpo como objeto mutilado,
el autor analiza el porqué de la serie de cuerpos
crucificados, contorsionados, mutilados, con
rostros en el límite de la desaparición, que lo
convirtieron en un referente crucial de la pin-
tura posterior a la Segunda Guerra Mundial:
“Cuando los basamentos modernistas parecie-
ron desfallecer, Bacon pone de manifiesto el cho-
que de fuerzas que se origina en el mundo occi-
dental: por un lado la vertiente racionalista, por
otro, la vertiente organicista, en el centro Bacon,
sosteniendo en espacios ascéticos los cuerpos
que se desmiembran en esa lucha por la fijeza,
por la estabilidad jamás conseguida”.
Bacon desacraliza el cuerpo humano, pintan-
do lo abyecto e innoble subyacente en el interior
de todo individuo, esas pulsiones contenidas que
los totalitarismos y las guerras del siglo XX des-
pertaron e hicieron emerger desde lo más oscuro
del corazón de los hombres. En sus retratos, el
rostro humano es representado con la intención
de que la identidad del sujeto, sus rasgos, su yo,
comiencen a borrarse, a desdibujarse. Los ros-
tros clamando a la nada y las figuras desmem-
bradas o animalizadas que Bacon pinta con ob-
sesión serial, representan el dolor y el horror del
lado siniestro de nuestra civilización. A la vez
repulsiva y fascinante, la obra de Bacon refleja
el desmembramiento de las certezas del mundo
FRANCIS BACON EN SU ESTUDIO (1980) / JANE BOWN© actual.

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