Está en la página 1de 2

Caso C

Este es el caso de una madre que acude a consulta con su hijo C, niño de 7 años.
Acudo ante usted debido a que necesito ayuda, ya no puedo mas y quiero saber
realmente que es lo que sucede, me encuentro emocionalmente inestable y con
cierta preocupación, puesto que refiere que desde hace un tiempo C viene
presentando insultos graves y de forma frecuente hacia ella (llamándola “hija de
puta”) y una constante manipulación afectiva poniéndola a prueba a cada
momento.

También manifiesta que hay una frecuencia de situaciones por ejemplo a nivel
social tales como (aniversarios, encuentros padres, actividades varias) su hijo la
insulta o presenta verbalizaciones en público tales como “Vete de aquí” “No te
quiero ver”. La señora M refiere también que ha tenido que soportar inevitables
comentarios de terceras personas al respecto de la educación de algunos niños lo
que aún hacia estar más insegura en cualquier situación con su hijo. Asimismo,
sostiene que “las relaciones en casa con la madre eran muy complicadas con
episodios frecuentes de desobediencia y desafío a su autoridad”. Con el padre
estas situaciones eran de menor intensidad, si bien, era la madre quien pasaba la
mayor parte del tiempo con C.

C, pese a ser hijo único, parecía alternar una gran necesidad de atención y afecto
por parte de su madre (preguntarle constantemente si le quería, interrumpir
conversaciones con otras personas, celos del padre, etc.) y al mismo tiempo iban
produciéndose episodios de menosprecio y agresividad verbal. En algunos
momentos, especialmente si la madre era capaz de mantener la calma, los
menosprecios podían volverse hacia el mismo, victimizándose de que era “muy
malo” “se le iba la cabeza” o “tengo ideas de bombero…”La madre solía
responder ante estas conductas con un gran temor e inseguridad hasta el punto
de ver a su hijo como un problema para su propia estabilidad emocional y
manifestaba haber perdido el amor de madre, llegando a odiar el período
vacacional porque suponía estar más tiempo con su hijo.

En el colegio se habían empezado a producir algunas conductas impulsivas (pegar


a algún compañero) por lo que había sido castigado. A C, no le gustaba contar
estos episodios en casa y cuando lo hacía solía victimizarse (“no me puedo
controlar”, “todos los niños me van a odiar”).

C pertenece a una familia normal de clase media acomodada y nivel de estudios


universitario. La familia nuclear está compuesta por los padres y C. Viven en el
centro de la ciudad en un amplio piso. No hay ningún otro factor de riesgo
informado por la familia.

El padre obedecía a un perfil bastante rígido e impulsivo y el niño de pequeño


había presenciado ciertos episodios hostiles (verbales) del padre hacia la madre.
Estos episodios aumentaron a raíz de que el padre sufriera un accidente de coche
y estuviera dos meses reposando en casa. Esto había deteriorado las relaciones de
la pareja hasta el punto de que se planteó por parte de la madre una posible
separación que no se produjo. Cuando llegaron a consulta el padre estaba
totalmente implicado en encontrar ayuda para corregir los comportamientos de
C, especialmente con su madre.

La madre refiere que C nació por parto natural, pero con ayuda de fórceps.
Primeras palabras a los 14-15 meses. Empezó a andar al año y medio. Percentiles
de peso y talla siempre por encima de su edad. No hay enfermedades relevantes
ni ningún tipo de intervención o accidente. Control de esfínter nocturno no asumido
hasta los 6 años. Alergia a algunos alimentos (algunos tipos de fruta).

Cuidadores habituales los padres hasta los 7 meses que empezó en la guardería.

C presenta cierta torpeza motriz. Patrón de sueño bastante normalizado si bien hay
días que parece muy inquieto con despertares nocturnos.

Se conoce información sobre los primeros informes escolares (P-4, P-5) determinan
una buena adaptación a la escuela y la consecución sin ningún tipo de problema
de los objetivos de aprendizaje. Actualmente está en el ciclo de Primaria y no hay
ningún tipo de problema o retraso en su aprendizaje.

Sus padres lo definen como desafiante e impulsivo (primero hace, luego piensa). A
nivel emocional como muy sensible y baja autoestima, si bien, puede mostrarse
también alegre en muchas ocasiones.

También podría gustarte