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Deberes morales
Los deberes o mandatos morales señalan las buenas acciones que debemos
practicar para construir una sociedad armoniosa. Los deberes o mandatos
siempre se inician con un verbo. Por ejemplo, «cumplir las promesas» o «debo
cumplir las promesas».
Índice
Esa tendencia culminó con la obra de Albert Dicey (Study of the Law of the Constitution,
1885), a quien se considera el formulador definitivo de la concepción actual del principio
de rule of law. Según él, esa regla está constituida por tres principios:
Generalmente se acepta que esa máxima -como principio gubernativo- busca resguardar
los derechos de los ciudadanos contra un posible abuso del poder gubernamental en la
medida que todos -gobierno incluido- están sujetos a la misma ley.
Así por ejemplo el gobierno de Canadá define así la primauté du droit:
Este principio es que todos están sujetos a la ley. De hecho, nadie es tan importante o poderoso que
escapa a la ley: ni el Gobierno ni el Primer ministro ni ningún otro ministro ni la Reina misma o el
Gobernador General o Tenientes Gobernadores, ni el más alto funcionario del Estado o de las
fuerzas armadas o el propio Parlamento, ni ningún legislador de las asambleas provinciales. Estos
individuos y organismos no tienen otras competencias que las que les confiere la ley: la Ley de
Constitución, 1867 o una modificación del mismo; por una ley federal o provincial, por el derecho
común Inglés, que heredado y que, incluso si ha sido considerablemente modificado, enriquecido y
podado en los últimos años por el Parlamento federal y las legislaturas provinciales, sigue siendo el
fundamento de nuestro derecho constitucional, nuestro derecho penal y de nuestro derecho
civil (derechos de propiedad y de los derechos civiles) para todo el país a excepción de Quebec (que
tiene su propio código civil).13
De acuerdo con el Rule of Law Index14 publicado anualmente por el proyecto mundial de
justicia (World Justice Project),15 el imperio de la ley incluye tanto elementos procesales
como sustantivos, tal como la protección de derechos fundamentales de los ciudadanos.
Se ha argumentado que la rule of law es una condición necesaria pero no suficiente para
la existencia de la democracia; o que la rule of law no implica que la ley sea justa. En
efecto, para que exista rule of law basta con que la ley -cualquiera sea- sea observada.
Esto no es solo una cuestión de puntillismo legal sino uno de gran importancia jurídico
política, en que el sistema inglés está experimentando, en la primera década del siglo XXI,
tensiones (bajo la influencia de la Guerra contra el terrorismo) que se están manifestando
en la socavación de algunos derechos tradicionales.
Esos temas han sido explorados por Lord Bingham, Senior Law Lord,16 quien sugiere como
solución la introducción de una "Constitución formal" al sistema inglés:
es el caso que no hay un consenso, histórico o contemporáneo, que dé a los juicios de un personal
jurídico no electo precedencia sobre la de un parlamento elegido, por muy opresivo que ese sea. La
respuesta, concluye, tiene que ser una constitución codificada que limite lo que el Parlamento puede
hacer - si es que, agrega cautamente, eso es lo que el pueblo británico desea.17
Otras tradiciones[editar]
Los primeros teóricos no ingleses del concepto de "imperio de la ley" buscaron -bajo la
influencia de ideas liberales y republicanas- restringir el poder del Estado a fin de evitar
abusos del poder estatal contra el ciudadano y sus derechos existentes en el estado
absolutista. Según Hans Reichel en el Estado absolutista:
la divisa política y jurídico-política... la constituyen las palabras l’Etat c’est moi (el Estado soy yo): lo
que quiere el Rey lo quiere la ley. El monarca era todo en todo; todos los demás en el Estado, aun
los funcionarios políticos, son solo súbditos. Dentro de la corporación de los empleados,
completamente dependientes, el juez no constituía ninguna categoría substantiva y peculiar. El juez
era un empleado y solo un empleado. No había por qué hablar de garantías de independencia
judicial. El juez podía ser nombrado y depuesto al arbitrio del Soberano, como cualquier otro.18
Elías Díaz afirma:
El Estado de Derecho se institucionaliza de modo coherente por primera vez y con
un cierto carácter general tras las revoluciones francesas en los estados liberales
del pasado siglo. Existen, no obstante, precedentes más o menos imprecisos de esa
idea del “imperio de la ley”, en la Antigüedad, Edad Media y Ancien Régime.19
Pero eso sugiere un problema fundamental: ¿qué constitución y qué leyes? ¿de qué
origen y legitimidad?. En el sistema anterior había una multitud de fuentes legales: la
tradición, la religión, las costumbres y el racionamiento de juristas y -quizás más
importante- la voluntad de los monarcas, quienes tenían el derecho absoluto no solo a
instaurar o derogar leyes sino también de instaurar o remover jueces y tribunales. En
el nuevo sistema la fuente es “la voluntad ciudadana”;23 pero por lo menos la tradición,
la costumbre y las opiniones razonadas de los juristas, filósofos y políticos se pueden
llamar representaciones de la voluntad ciudadana.
Friedrich Karl von Savigny sugiere la figura del jurista (en su doble sentido de
legislador y juez) como creador del Derecho. Solo ellos pueden reflejar y evaluar la
tradición popular y la costumbre, seno originario del Derecho, combinándola con
“principios rectores” generales (derivados de la doctrina y la jurisprudencia). Aun
cuando un código general (Constitución) exista, este debe ser complementado y
adaptado a la realidad del momento por los juristas.24 Para Savigny el estudio del
derecho es una ciencia, y como tal, algo que requiere especialización. El estudio
histórico de las leyes es una precondición esencial para la comprensión del derecho.
Esa percepción se generalizó. Así, por ejemplo, el estadista y escritor venezolano-
chileno Andrés Bello (en su Código Civil de Chile, obra de gran influencia en la
legislación latinoamericana) afirma:
La ley es una declaración de la voluntad soberana que, manifestada en la forma
prescrita por la Constitución, manda, prohíbe o permite.
Para Bello y otros, ni la costumbre ni la jurisprudencia tienen valor legal a menos que
sean sancionados explícitamente por el legislador, es decir, a menos que sean
expresadas en leyes.
A partir de ese periodo, y para muchos que siguieron a Adams, el concepto significó el
gobierno de las leyes y no de los hombres: "En este orden constitucional, la
impersonalidad y la irretroactividad de la ley es lo que asegura su credibilidad y
cumplimiento".[cita requerida]25
Hugo Krabbe, en una visión "nomocrática" del imperio de la ley, significando la ley
como verdadero gobernante, llegó a sugerir que el Estado no tiene el poder de crear
leyes y que es a estas, no al Estado, a quien realmente corresponde la soberanía.26
Constitucionalismo y normativismo[editar]
Pero es conveniente observar que nada en lo anterior resuelve el problema que el
sistema de Imperio de la ley no implica o demanda que la ley sea justa.
Esa situación dio origen a dos perspectivas: la del Constitucionalismo en EE. UU. y
normativismo en Europa.
En las palabras de Fritz: "Esas controversias políticas y constitucionales también
levantaron cuestiones de constitucionalismo -como identificar el colectivo soberano,
que poderes posee ese soberano y como reconocemos cuando ese poder soberano
actúa. A diferencias de cuestiones constitucionales, cuestiones del constitucionalismo
no podían ser respondidas con referencia a textos constitucionales extantes o incluso
opiniones judiciales. Más bien, ellas eran preguntas generales acerca de opiniones
divergentes que los (norte)Americanos desarrollaron después de su independencia
acerca de la soberanía popular y el papel constante del pueblo para controlar el orden
constitucional que descansaba sobre su autoridad soberana."27
Una percepción de gran importancia en esos desarrollos fue la del jurista Oliver
Wendell Holmes, Jr., quien, aceptando la importancia de la Constitución afirma que
“los hombres hacen sus propias leyes. Esas leyes no emanan de alguna presencia
omnipresente y misteriosa en el cielo, y los jueces no son los parlantes independientes
del infinito”.28 En otras palabras: que ni las reglas de esa ni ningún otra normativa
puede ser inmutables o superiores a todo sino que cambian conforme a la sociedad y
las circunstancias cambien. Un juez debe estar al tanto de los desarrollos sociales
porque solo quien este apercibido de los aspectos históricos, sociales y económicos
de la ley esta en posición de cumplir sus funciones apropiadamente. (La visión de
Wendell Holmes ha sido acusada de constituir un relativismo moral por sus oponentes)
Desde el punto de vista del normativismo, Hans Kelsen, concibió el derecho como un
sistema gradual de normas, en la cúspide de la cual hay una norma básica o
fundamental, que constituye la fuente de la estructura jerárquica de un determinado
gobierno o régimen jurídico y cuya función es la determinación por el legislativo de los
órganos y procedimientos del derecho en general. Kelsen no concibe esa norma
general como siendo la Constitución de ningún país en particular, sino una a ser
encontrada, posiblemente en el Derecho Internacional, pero, doquiera esa ley
fundamental se encuentre, es eterna, inmutable.29
A partir de la concepción de Kelsen se han postulado los siguientes elementos como
las características del Imperio de la Ley:30
Situación actual[editar]
Lo anterior ha dado origen a la incorporación de principios éticos en la concepción
contemporánea del Imperio de la ley.
Así, por ejemplo, Mohammed afirma el imperio de la ley implica lo siguiente:41
Crítica[editar]
Se ha sugerido que el concepto de Imperio de la ley conlleva o implica la
disminución de la relevancia de lo política en decisiones gubernamentales.
Algunos perciben esa actitud como reflejando una percepción “pos moderna” que
la acción gubernamental es reducible a decisiones técnicas: “Cuando se conciben
de esta forma los problemas de la política, es natural que la ciencia política y la
teoría jurídica vayan estrechamente unidas y que compartan muchos conceptos
comunes. Sin embargo, para los especialistas modernos de las ciencias sociales,
el enfoque jurídico de los problemas políticos es en buena medida inadecuado.
Por importante que sea el derecho en una sociedad, constituye solamente una de
las muchas agencias a través de las cuales se controla la conducta social. Los
politologos contemporáneos piensan en general que debe estudiarse el poder
político en todas sus manifestaciones, y no únicamente en sus aspectos jurídicos.
El Estado no debe definirse, desde luego, en términos jurídicos.”.44
Sin embargo se aduce también que tal visión corresponde a una posición que es,
en sí misma, política: “ Por ejemplo, Mathews (1986, 269) define el imperio de la
ley como una institución destinada a proteger ciertos derechos básicos (la libertad
de palabra, la libertad individual y la libertad de movimiento), y que también está
destinada a limitar el poder del Estado. Pero además interpreta el imperio de la ley
más en términos de procedimiento cuando afirma que constituye un arma contra el
crecimiento del autoritarismo estatal y una inhibición del poder estatal.45
¿Qué es el imperio predominó de la ley?
Respuesta: El imperio o predominio se refiere a la obligación que tiene el
estado y sus instituciones de hacer respetar las leyes y los principios
constitucionales y la soberanía popular se refiere a la necesidad de que el
pueblo reconozca en las leyes la condición del interés general o el bien común.
La pirámide kelseniana representa gráficamente la idea de sistema jurídico
escalonado. De acuerdo con Kelsen, el sistema no es otra cosa que la forma en que
se relacionan un conjunto de normas jurídicas y la principal forma de relacionarse
éstas, dentro de un sistema, es sobre la base del principio de jerarquía.
La responsabilidad moral es aquella en la que se toma responsabilidad sobre un suceso
específico o persona, poniendo la moral por encima de lo demás. Se trata entonces de
la responsabilidad que se relaciona con las acciones y su valor moral. Desde una ética
consecuencialista, dicho valor será dependiente de las consecuencias de tales acciones.
Sea entonces al daño causado a un individuo, a un grupo o a la sociedad entera por las
acciones o las no-acciones de otro individuo o grupo.
En una ética deontológica, en cambio, tales acciones tendrán un valor intrínseco,
independiente de sus consecuencias. Desde esta perspectiva, es un sistema de principios
y de juicios compartidos por los conceptos y las creencias culturales, religiosas y
filosóficas, lo que determina si algunas acciones dadas son correctas o incorrectas. Estos
conceptos son generalizados y codificados a menudo por una cultura o un grupo, y sirven
así para regular el comportamiento de sus miembros. De conformidad a tal codificación se
le puede también llamar moralidad, y el grupo puede depender de una amplia conformidad
a tales códigos para su existencia duradera.
Desde el punto de vista de la organización social, la responsabilidad moral se diferencia de
la responsabilidad jurídica por su carácter interno. La responsabilidad moral se refiere
principalmente al carácter interno de las conductas (la conciencia o intención de quien ha
actuado), sin importar aspectos externos como el hecho de que éstas hayan sido
descubiertas o sancionadas. Por el contrario, los procesos jurídicos no son
necesariamente procesos de intención (por ejemplo, la prescripción del delito de robo por
el mero transcurso del tiempo puede invalidar la responsabilidad jurídica sin invalidar la
responsabilidad moral).
La responsabilidad moral ocupa un lugar cada vez más importante en la opinión pública
cuando la adjudicación de la responsabilidad jurídica a través de los tribunales es
insuficiente para cerrar casos como son, por ejemplo, escándalos de corrupción ligados al
ocultamiento de cifras en la contabilidad de empresas, derramamiento de petróleo en
zonas naturales, financiamientos ilegales de campañas y escándalos de corrupción
política.
El término aparece también en la discusión de temas como determinismo o libre albedrío,
puesto que sin la libertad es difícil ser culpado por las propias acciones, y sin esta
responsabilidad moral la naturaleza del castigo y la ética se convierten en una
interrogante.
¿Cómo se aplica el método científico para resolver un
problema?
El método científico tiene cinco pasos básicos (y un paso
más de "retroalimentación"):
Se hace una observación.
Se plantea una pregunta.
Se formula una hipótesis o explicación que pueda ponerse a prueba.
Se realiza una predicción con base en la hipótesis.
Se pone a prueba la predicción.
Divisiones topográficas del cuerpo humano[editar]
La anatomía topográfica divide el cuerpo humano en tres zonas
principales : Cabeza , tronco y extremidades que, a su vez, estas son subdivididas en
porciones más pequeñas denominadas regiones anatómicas.3
Regiones de la cabeza[editar]
Crédito: Freepik
Cereales y frutos secos
Su diversidad hará que tengas muchas opciones para cada día.
También por su practicidad, resultan unas de las mejores opciones
cuando estamos desanimados. Además de aportar muchos minerales,
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Dulces
Bien sabemos que el azúcar, especialmente el chocolate, aporta a
nuestro organismo energía y nos hace sentir mejor. Así que en estos
momentos tan duros, necesitamos un dulcito.
Puedes comer chocolate oscuro, gelatina o postres bajos en azúcar.
Recuerda que no te debes exceder con esto.