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Hans Habe:

El autor cita a Hans Habe, para darnos una idea por medio de ejemplos y de
un contexto donde empezaba el siglo xx y como la población se encontraba
ilusionada por dejar esos males del pasado, pero lo que se encontró esta
civilización fueron más víctimas del odio, junto con ellos moría la agradable
imagen hogareña del mundo. Que gracias a la gran guerra que fue un
acontecimiento que nadie tenía preparado o planeado que ahora lo que
importa es aprender de esos erros y de este modo su futuro se vuelve menos
propenso a accidentes. Y que la idea de que, con el conocimiento y la
tecnología suficientes, el futuro puede calcularse, Y que todas esa muertes
era la esperanza de que la civilización tuviera una victoria en la razón con la
confianza, la sabiduría y la benevolencia de la historia se lograra un presente
seguro y un futuro garantizado.

Jean Paul: Facul hace referencia a él acordándose a su niñez y de cómo ese


proyecto de vida que describía Jean era una de las elecciones muy
importante donde con ella es el principio y el fin de todo el resto de
elecciones. Y de cómo cada proyecto de vida tenía una ruta ya marcada y en
cuanto se alla escogido el destino erra buscar la ruta más corta, de cómo
buscamos adaptar los caminos, a pesar de ser cambiados del destino y el
mensaje nunca va a cambiar. El autor nos dice que lo único seguro es que
futuro será diferente al momento de ahora y por esta razón nuestros
conocimientos, sin duda mucho de lo que hemos aprendido tenemos que
olvidarlo y de cómo las opciones más recomendadas hoy mañana son un
error y por esta razón debemos adquirir la siguientes cualidades, fliexibilidad,
olvidar rápido, cambiar todo con rapidez evitar lealtad a alguien. Nosotros
tenemos la pacacidad de escribir nuestro guion pero sin saber este como
afecta nuestra vida ya que alfin y al cabo las oportunidades siempre van a
esatar ahí sin saber cuando y a que puerta tocran

Tzvetan Todorov: Desde su punto de vista, la satisfacción del tipo que es


capaz de ofrecer, y se espera que ofrezca, una obra de arte con éxito de una
vida que alcance, o al menos se acerque, a la Verdad, de belleza una vida que
se aproxime a las categorías universales consideradas dignas del deseo y el
esfuerzo diligente, gracias a su propia naturaleza. Sin embargo,
paradójicamente, y a pesar de nuestras presunciones y declaraciones
verbales (presunciones de las que no podemos prescindir por si las categorías
en cuestión pierden su poder magnético, y declaraciones que estamos
obligados a hacer si queremos que nuestras opciones adquieran la
aprobación social. Hay que en «ser alguien distinto» y no lo que las presiones
externas obligan a todo el mundo a ser buscamos en este caso es un
«absoluto individual». el «absoluto» es, por definición, universal y, por tanto,
jwpraíndividual y, en este sentido, ráper-sonal; un «absoluto
individual(elegidos individualmente y elevados individualmente al rango de
valor supremo bajo la responsabilidad indivídual’del que los elige) los que
nos permiten distinguir una vida cautivadora, atractiva, gozosa, realmente
llena y que nos llena de sentido, de una vida que es una colección de puras
baratijas y diversiones pasajeras.

Arte de la vida:
Practicar el arte de la vida, hacer de la propia vida una «obra de arte»,
equivale en nuestro mundo moderno líquido a permanecer en un estado de
transformación permanente, a redefinirse perpetuamente transformándose
(o al menos intentándolo) en alguien distinto del que se ha sido hasta ahora.
«Transformarse en alguien distinto» equivale, sin embargo, a dejar de ser el
que se ha sido hasta entonces;a destruir y sacarse de encima la vieja forma,
Para exponer al público un nuevo yo y admirarlo en un espejo y en los ojos de
los otros, uno necesita sacar de su vista y de la vista pública al viejo yo y,
posiblemente, también de su propia memoria y de la delos demás. Cuando
emprendemos una «autodefinición» y una «autoconfirmación», practicamos
una destrucción creativa. Día tras día.
Para mucha gente, en especial para los más jóvenes, que sólo han dejado
atrás unos cuantos rasgos, superficiales y fáciles de destruir, esta nueva
edición del arte de la vida puede parecer atractiva y agradable. Hay que
reconocer que tienen una buena razón. Este nuevo tipo de arte promete una
serie larga, aparentemente infinita, de futuras alegrías. Promete, además,
que quien busca una vida alegre y satisfactoria nunca sufrirá una derrota
final, definitiva e irrevocable, que después de cada contratiempo habrá una
segunda oportunidad y una posibilidad de recuperarse, con posibilidades de
interrumpir las pérdidas y «volver a empezar o incluso recuperar o
compensar plenamente lo que se perdió en el acto de «volver a nacer»

El mundo no nos viene a estático imposible cambiar sino que nosotros


mismos somos capaces de dibujarlo o de dibujarlo y que en la modernidad
líquida podemos dar formas a las cosas. No nos creamos un guión de vida el
cual vamos amoldando según sea posible, siempre acompañados de la
incertidumbre que se produce por la posibilidad de ganar o perder

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