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A nivel molecular, las proteínas llevan a cabo labores biológicas como la catálisis,
el soporte, el transporte y la señalización gracias a la estructura que presentan en
el estado nativo, un colectivo de conformaciones que hacen posible el
reconocimiento molecular y la transformación de moléculas.
Plegamientos de proteínas
Para que las proteínas lleven a cabo su función se requiere que tengan una
estructura tridimensional precisa. El ribosoma sintetiza las proteínas de manera
lineal, forma cadenas de aminoácidos mediante la síntesis de los enlaces
peptídicos.
En 1961 Anfinsen demostró que el plegamiento de las proteínas puede llevarse a
cabo in vitro, esto es, en un tubo de ensayo que sólo contiene moléculas de
proteína en un ambiente acuoso.
Ya que la proteína adopta de manera espontánea la conformación nativa, ésta
debe localizarse en un mínimo de energía, a este razonamiento se le conoce
como la “hipótesis termodinámica de plegamiento”. La conformación nativa es
favorable de manera energética, ya que en ella los grupos no polares se
encuentran escondidos del solvente en el interior de la molécula.
En soluciones acuosas diluidas, las proteínas monoméricas pequeñas pueden
plegarse en unos cuantos milisegundos, pero el plegamiento de proteínas
oligoméricas multidominio puede llevar minutos u horas.
En el interior de la célula, ciertos pasos del plegamiento son catalizados por
enzimas como la peptidil-prolil-cis-trans-isomerasa, que como su nombre indica,
cambia la conformación de las prolinas de cis a trans, y la proteína isomerasa de
disulfuros que rompe enlaces disulfuro, permitiendo que éstos se vuelvan a formar
entre cisteínas diferentes; mientras que otro grupo de proteínas, conocidas como
“chaperonas” o “chaperoninas”, evitan la agregación irreversible de las proteínas
durante condiciones ambientales extremas.
El término “proteóstasis” para referirse al control de concentración,
conformación, interacción y localización de las proteínas. Se lleva a cabo por
chaperoninas y otra gran cantidad de efectores, y es un mecanismo que permite el
mantenimiento adecuado de la conformación de las proteínas. Deficiencias en su
control son responsables de alteraciones metabólicas, oncológicas o
neurodegenerativas relacionadas con la edad.
Proteínas estructurales
α-queratina
Es una proteína fibrosa presente en todos los vertebrados; es el componente
principal de la región callosa externa de epidermis, cabellos, uñas, cuernos,
plumas y pezuñas. Adopta estructuras jerárquicas.
La estructura primaria de la α-queratina muestra unidades seudorrepetitivas de
siete aminoácidos a, b, c, d, e, f, g con residuos no polares en las posiciones a y d.
Estos dos residuos forman una cara de la hélice, que se asocia con la cara
hidrófoba de la hélice adyacente.
La ondulación del cabello, característica macroscópica que se observa a simple
vista, está determinada de forma parcial por el patrón de puentes disulfuro entre
hélices de α-queratina adyacentes.
Si se trata el cabello con calor y reductores, las hélices de la α-queratina se
desenrollan de forma parcial; así, el cabello puede manipularse para adoptar una
forma diferente, como sucedería al enrollarlo en un tubo. Al reoxidar el cabello en
la nueva forma, los disulfuros se restablecen y se estabiliza la conformación
artificial, por lo que, al quitar los tubos, el rizado permanece.
Colágeno
El colágeno es la proteína más abundante en los vertebrados y es una proteína
fibrosa, extracelular, insoluble en agua y resistente a todo tipo de tensiones que
forma tendones y cartílagos. Es el componente orgánico de la matriz de los
huesos y existen varios tipos de colágeno.
El colágeno adopta una conformación helicoidal característica con giro hacia la
derecha. Tres hélices de colágeno se asocian para formar una superhélice con
giro hacia la izquierda, conocida como tropocolágeno.
Las hélices de tropocolágeno se asocian para formar fibrillas. Tanto las fibrillas
como la triple hélice del tropocolágeno están estabilizadas por interacciones de
van der Waals, puentes de hidrógeno y enlaces covalentes formados por
derivados de la lisina.
La estructura del colágeno, que depende del tejido y la especie, tiene la secuencia
repetitiva común, donde X y Y suelen ser prolina e hidroxiprolina, en ese orden. La
hélice de colágeno presenta tres residuos por vuelta, la glicina en la tercera
posición es indispensable.
Proteínas de transporte
Una de las propiedades más interesantes de las proteínas es la unión específica
de moléculas pequeñas, conocidas como ligandos.
Las proteínas tienen la capacidad de transportar de manera práctica a cualquier
otra molécula: agua, gases, iones, metales, carbohidratos o lípidos.
la mioglobina y la hemoglobina, dos proteínas transportadoras de O2 con las
cuales se conocieron por vez primera los principios de la estructura de las
proteínas.
Hemoglobina y mioglobina
El transporte de O2 se lleva a cabo en los eritrocitos, que contienen grandes
cantidades de hemoglobina. Gracias a este transportador, la concentración de O2
en la sangre es cercana a 0.01 M, semejante a la encontrada en el aire que se
respira.
La hemoglobina es la proteína responsable de la captación de oxígeno en los
pulmones y de su transporte hacia el resto del organismo.
La mioglobina, facilita el transporte de O2 a los músculos; en ciertas condiciones,
la mioglobina funciona además como almacén; tal es el caso de las ballenas,
focas y otros mamíferos acuáticos.
La mioglobina es una proteína monomérica, mientras que la hemoglobina es un
heterotetrámero formado por dos subunidades α y dos ß.
La mioglobina y cada uno de los monómeros que forman la hemoglobina
contienen un grupo prostético responsable del color rojo de la sangre: el grupo
hemo, capaz de unirse de modo covalente a una molécula de O2.
El grupo hemo contiene un átomo de hierro que por lo común permanece en su
estado ferroso (Fe2+) y un derivado de la porfirina formado por cuatro anillos
pirrólicos y por la protoporfirina IX.
En el tetrámero de la hemoglobina cada subunidad se mantiene unida mediante
enlaces no covalentes a los otros tres monómeros.
La hemoglobina es un transportador eficiente, ya que es capaz de saturarse de
O2 en los pulmones y de liberar este gas de modo paulatino en los tejidos, a
medida que la pO2 disminuye. Además de transportar oxígeno desde los
pulmones hacia los tejidos, la hemoglobina, transporta CO2 y H+ desde los tejidos
hacia los pulmones y los riñones.
El transporte de oxígeno es regulado también por el 2,3-bisfosfoglicerato
(BPG) presente en los eritrocitos. Una molécula de BPG se une a cada tetrámero
en la cavidad central de la forma T.
El BPG es un modulador alostérico, debido a que modifica la afinidad por el O2, a
pesar de que se une en un sitio diferente al sitio de unión del O2.
Proteínas de señalización
Algunas hormonas son proteínas, por ejemplo, la insulina, la hormona de
crecimiento o la hormona estimulante del folículo (FSH).
Se producen en las glándulas y viajan a través del torrente sanguíneo, en el
torrente sanguíneo deben ser reconocidas por proteínas receptoras específicas
para cada hormona.
Los receptores transmembranales unen la hormona en el exterior celular
llevando a cabo un cambio conformacional que es detectado al interior celular.
La señalización también involucra la acción de proteínas que interactúan con el
DNA, como los dedos de zinc.
Degradación
La degradación selectiva de algunas proteínas es importante en varios procesos
celulares. Algunas condiciones, como la inanición se acompañan de la
degradación selectiva de algunas proteínas.
En la degradación de proteínas participan proteinasas intracelulares como las
calpaínas.
El lisosoma, el cual contiene variedad de proteinasas que hidrolizan las proteínas
que ingresan en la célula por endocitosis y recambian las proteínas internas
mediante invaginaciones transitorias. El incremento en la actividad lisosómica se
relaciona con varios procesos, como la regresión del útero en el posparto y
algunas enfermedades como diabetes mellitus y artritis reumatoide.
Existe otro mecanismo de degradación intracelular, independiente del lisosoma, en
el que la proteína que va a degradarse se une de modo covalente al carboxilo
terminal de la ubiquitina.
Mediante la acción concertada de otras enzimas, la proteína ubiquitinilada es
degradada por una proteinasa de alrededor de 1 500 kDa. Después, la ubiquitina
se libera y puede unirse a otras proteínas.
La unión de ubiquitina está determinada en gran parte por la identidad del
aminoácido en el extremo amino terminal; cuando este grupo es Arg, Lys, Asp,
Leu, o Phe, su promedio de vida es de unos minutos; no obstante, cuando el
residuo amino terminal es Met, Ser, Ala, Thr, Val o Gly, la vida media es
mayor a 20 h.