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Edición especial
Catamarca 2021
GRACIAS POR TUS SACERDOTES José Bevilacqua
¡GRA CIAS,SE ÑOR, POR TUS SA CER DO TES!
1. Señor Jesús, / para continuar tu misión en el mun do
fundaste tu Iglesia / una, santa y ca tó li ca
sobre Pedro y los A pós to les.
Dios nuestro,
que al ungir con el Espíritu Santo a tu Hijo unigénito
lo hiciste Señor y Mesías,
concede bondadosamente
a quienes participamos de su misma consagración
ser ante el mundo testigos de la Redención.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo,
y es Dios, por los siglos de los siglos.
LECTURAS
El espíritu del Señor está sobre mí, porque el Señor me ha ungido. Él me envió a llevar
la buena noticia a los pobres, a vendar los corazones heridos, a proclamar la liberación a los
cautivos y la libertad a los prisioneros, a proclamar un año de gracia del Señor, un día de
venganza para nuestro Dios; a consolar a todos los que están de duelo, a cambiar su ceniza
por una corona, su ropa de luto por el óleo de la alegría, y su abatimiento por un canto de
alabanza.
Y ustedes serán llamados «Sacerdotes del Señor», se les dirá «Ministros de nuestro Dios.»
Les retribuiré con fidelidad y estableceré en favor de ellos una alianza eterna. Su
descendencia será conocida entre las naciones, y sus vástagos, en medio de los pueblos: todos
los que los vean, reconocerán que son la estirpe bendecida por el Señor.
Palabra de Dios.
Llegue a ustedes la gracia y la paz de parte de aquel que es, que era y que vendrá, y de los
siete Espíritus que están delante de su trono, y de Jesucristo, el Testigo fiel, el Primero que
resucitó de entre los muertos, el Rey de los reyes de la tierra. Él nos amó y nos purificó de
nuestros pecados, por medio de su sangre, e hizo de nosotros un Reino sacerdotal para Dios,
su Padre. ¡A él sea la gloria y el poder por los siglos de los siglos! Amén.
El vendrá entre las nubes y todos lo verán, aún aquellos que lo habían traspasado. Por él se
golpearán el pecho todas las razas de la tierra. Sí, así será. Amén.
Yo soy el Alfa y la Omega, dice el Señor Dios, el que es, el que era y el que vendrá, el
Todopoderoso.
Palabra de Dios.
EVANGELIO
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas 4, 16-21
Jesús fue a Nazaret, donde se había criado; el sábado entró como de costumbre en la
sinagoga y se levantó para hacer la lectura. Le presentaron el libro del profeta Isaías y,
abriéndolo, encontró el pasaje donde estaba escrito:
El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha consagrado por la unción. Él me envió a
llevar la Buena Noticia los pobres, a anunciar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos,
a dar la libertad a los oprimidos y proclamar un año de gracia del Señor.
Jesús cerró el Libro, lo devolvió al ayudante y se sentó. Todos en la sinagoga tenían los ojos
fijos en él. Entonces comenzó a decirles: «Hoy se ha cumplido este pasaje de la Escritura que
acaban de oír.»
Obispo:
¿Quieren unirse y conformarse más estrechamente al Señor Jesús,
renunciando a ustedes mismos
y cumpliendo los sagrados deberes que,
movidos por el amor de Cristo, para servicio de su Iglesia,
asumieron con alegría el día de su ordenación sacerdotal?
Presbíteros: Sí, quiero.
Obispo:
¿Quieren ser fieles administradores de los misterios de Dios
en la celebración eucarística y en las demás acciones litúrgicas,
y cumplir fielmente el sagrado deber de enseñar,
siguiendo a Cristo, Cabeza y Pastor,
movidos, no por la codicia de los bienes terrenos,
sino sólo por el amor a las almas?
Presbíteros: Sí, quiero.
Obispo:
Recen también por mí, para que sea fiel a la misión apostólica,
que sin merecerlo me fue encomendada,
y pueda reflejar entre ustedes
una imagen más viva y perfecta de Cristo sacerdote,
buen Pastor, Maestro y Servidor de todos.
Obispo:
El Señor nos proteja con su amor
y nos conduzca a todos, pastores y ovejas, a la vida eterna.
Todos: Amén.
PROCESIÓN CON LOS ÓLEOS
(El coro canta:)
Himno “O REDÉMPTOR, SUME CARMEN”
O REDÉMPTOR, SUME CARMEN
TEMET CONCINÉNTIUM.
Arbor fœta alma luce Lota mente sacro fonte
Hoc sacrándum prótulit, Aufugántur crímina,
Fert hoc prona præsens turba
Salvatóri sǽculi. Uncta fronte sacrosáncta
Ínfluunt charísmata.
Consecráre tu dignáre, Corde natus ex Paréntis
Rex perénnis pátriæ, Alvum implens Vírginis,
Hoc olívum, signum vivum, Præsta lucem, cláude mortem
Jura contra dǽmonum. Chrísmatis consórtibus.
Ut novétur sexus omnis Sit haec dies festa nobis,
Unctióne Chrísmatis: Sæculórum sǽculis
Ut sanétur sauciáta Sit sacráta digna láude,
Nec senéscat témpore.
Dignitátis glória.
R. Amén
(La conclusión “que vive y reina…” señalada entre paréntesis, se dice solamente cuando la bendición se
realiza fuera de la Plegaria eucarística)
R. Amén.
CONSAGRACIÓN DEL CRISMA
Queridos hermanos:
Pidamos a Dios Padre todopoderoso
que bendiga y santifique este aceite perfumado
para que quienes sean ungidos exteriormente con él, lo sean también en su interior
y sean dignos de la redención divina.
(Entonces el obispo, según las circunstancias, sopla sobre la boca de la vasija del crisma, y con las manos
extendidas dice una de las siguientes oraciones de consagración:)
1
Señor Dios, autor de todo crecimiento
y de todo progreso espiritual;
recibe con bondad este homenaje
que, gozosamente, por mi voz, te tributa la Iglesia.
Al crear la tierra estableciste que produjera árboles frutales e hiciste nacer entre ellos el olivo
que nos brinda su generoso aceite
con el que hemos preparado este santo crisma.
Ya en tiempos antiguos, David,
previendo con espíritu profético los sacramentos
que tu amor instituirá en favor de los hombres,
nos invitaba a ungir nuestros rostros con óleo
en señal de alegría.
También, cuando en los días del diluvio
las aguas purificaron el pecado de la tierra,
una paloma, signo de la gracia futura,
anunció con un ramo de olivo
la restauración de la paz entre los hombres.
Y en los últimos tiempos,
el símbolo de la unción alcanzó su plenitud:
después que el agua bautismal lava los pecados,
el óleo santo consagra nuestros cuerpos
y da paz y alegría a nuestros rostros.
Además, Señor; tú ordenaste a Moisés, tu servidor,
que después de purificar con agua a su hermano Aarón,
lo consagrase sacerdote con la unción de este aceite.
Pero su mayor grandeza fue alcanzada
cuando tu Hijo, nuestro Señor Jesucristo,
después de ser bautizado por Juan en el Jordán,
recibió el Espíritu Santo en forma de paloma
y se oyó tu voz declarando que él era tu Hijo, el Amado, en quien tenías puesta tu
predilección.
De esa manera corroboraste
lo vaticinado por el profeta David
que ya hablaba de Cristo cuando proclamó
“El señor, tu Dios, te ha ungido con aceite de alegría más que todos los hombres”.
(Todos los concelebrantes, en silencio, extienden la mano derecha hacia el crisma, y la mantienen así hasta el
final de la oración.)
R. Amén.
PREFACIO
El sacerdocio de Cristo y el ministerio de los sacerdotes
V. El Señor esté con ustedes
R. Y con tu espíritu.
V. Levantemos el corazón.
R. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
CP
Padre misericordioso,
te pedimos humildemente
por Jesucristo, tu Hijo, nuestro Señor,
que aceptes
y bendigas ✠estos dones,
este sacrificio santo y puro que te ofrecemos,
ante todo, por tu Iglesia santa y católica,
para que le concedas la paz, la protejas,
la congregues en la unidad
y la gobiernes en el mundo entero,
con tu servidor el Papa N.,
conmigo, indigno siervo tuyo,
y todos los demás Obispos que, fieles a la verdad,
promueven la fe católica y apostólica.
C1
Acuérdate, Señor,
de tus hijos N. y N.
y de todos los aquí reunidos,
cuya fe y entrega bien conoces;
por ellos y todos los suyos,
por el perdón de sus pecados
y la salvación que esperan,
te ofrecemos, y ellos mismos te ofrecen,
este sacrificio de alabanza,
a ti, eterno Dios, vivo y verdadero.
Conmemoración de los santos.
C2
Reunidos en comunión con toda la Iglesia,
veneramos la memoria,
ante todo, de la gloriosa siempre Virgen María,
Madre de Jesucristo, nuestro Dios y Señor;
la de su esposo, San José;
la de los santos apóstoles y mártires
Pedro y Pablo, Andrés,
[Santiago y Juan,
Tomás, Santiago, Felipe,
Bartolomé, Mateo,
Simón y Tadeo;
Lino, Cleto, Clemente, Sixto,
Cornelio, Cipriano,
Lorenzo, Crisógono,
Juan y Pablo,
Cosme y Damián,]
y la de todos los santos;
por sus méritos y oraciones
concédenos en todo tu protección.
CP
Acepta, Señor, en tu bondad,
esta ofrenda de tus servidores
y de toda tu familia santa;
ordena en tu paz nuestros días,
líbranos de la condenación eterna
y cuéntanos entre tus elegidos.
CC
Bendice y santifica esta ofrenda, Padre,
haciéndola perfecta, espiritual y digna de ti,
de manera que se convierta para nosotros
en el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo amado,
Jesucristo, nuestro Señor.
(Después prosigue:)
Del mismo modo, acabada la cena,
tomó este cáliz glorioso
en sus santas y venerables manos,
dando gracias te bendijo,
y lo dio a sus discípulos, diciendo:
CP:
Éste es el Sacramento de nuestra fe.
CC
Por eso, Padre,
nosotros, tus servidores,
y todo tu pueblo santo,
al celebrar este memorial
de la muerte gloriosa de Jesucristo,
tu Hijo, nuestro Señor;
de su santa resurrección del lugar de los muertos
y de su admirable ascensión a los cielos,
te ofrecemos, Dios de gloria y majestad,
de los mismos bienes que nos has dado,
el sacrificio puro, inmaculado y santo:
pan de vida eterna
y cáliz de eterna salvación.
C3
Acuérdate también, Señor,
de tus hijos N. y N.,
que nos han precedido con el signo de la fe
y duermen ya el sueño de la paz.
C4
Y a nosotros, pecadores, siervos tuyos,
que confiamos en tu infinita misericordia,
admítenos en la asamblea
de los santos apóstoles y mártires,
Juan el Bautista, Esteban,
Matías y Bernabé,
[Ignacio, Alejandro,
Marcelino y Pedro,
Felicidad y Perpetua,
Águeda, Lucía,
Inés, Cecilia, Anastasia,]
y de todos los santos;
y acéptanos en su compañía,
no por nuestros méritos,
sino conforme a tu bondad.
CP
Por Cristo, Señor nuestro.
Por quien sigues creando todos los bienes,
los santificas, los llenas de vida, los bendices
y los repartes entre nosotros.
RITO DE LA COMUNIÓN
(Después toma la patena o la píxide y se acerca a los que van a comulgar. Muestra el pan consagrado a cada
uno, sosteniéndolo un poco elevado y le dice:)
El Cuerpo de Cristo.
Amén.
(Y comulga.)
CANTO DE COMUNIÓN
Adoro Te Devote – Santo Tomás de Aquino
R. Amén
SALUDO A LA VIRGEN
SALVE REGINA Ed. Vaticana
(Tono simple)
Sal ve Re gi na, Ma ter mi se ri cor di ae; vi ta, dul ce
do, et spes nos tra, sal ve. Ad te cla má mus éx u les fi
li He vae. Ad te sus pi rá mus ge men tes et flen tes in hac la cri
ma rum val le. E ja er go ad vo ca ta nos tra. il los tú os mi
se ri cor des ó cu los ad nos con vér te. Et Je sum be ne
di ctum frú ctum vén tris tu i, no bis post hoc ex i
li um os tén de. O cle mens. O pi a. O
dul cis Vir go Ma rí a!
RITO DE CONCLUSIÓN
(El Obispo recibe la mitra y, extendiendo las manos, dice:)
El Señor esté con ustedes.
R. Y con tu espíritu.
R. Amén.
SALIDA
OH VIRGEN DEL VALLE Alberto S. Miranda - Himno de Fátima -Armonización: R. P. Miguel Konz S. V. D.