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Carmen Bermúdez Romero Eduardo Brik Galicer
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Prólogo
Introducción
Parte 1
1.3.3. La pareja
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1.4. Los nuevos desafíos de la familia
2.2.3. La Cibernética
Preguntas de autoevaluación
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Preguntas de autoevaluación
4.2.3. Integración
Preguntas de autoevaluación
Parte II
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5.4. Ciclo vital familiar y su relación con la funcionalidad y disfuncionalidad en la familia
Preguntas de autoevaluación
6.1.1. Objetivos
6.1.3. Fases
6.2.1. Genograma
62.3. Tarea
6.4. El diagnóstico
Preguntas de autoevaluación
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7.3.1. Enfoque intergeneracional
Preguntas de autoevaluación
Preguntas de autoevaluación
Bibliografia
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Escribir el prólogo de un libro es aceptar la delegación de los autores de ser el
responsable de diseñar una especie de carta de invitación a personas cuya lectura del
contenido de esta obra puede aportarles beneficios, tanto personales como profesionales.
En el enfoque sistémico consideramos que no se puede separar a la persona del
profesional, lo que en otras palabras significa reconocer que el instrumento que permite el
efecto terapéutico es la relación interpersonal, donde la calidad de la persona del
terapeuta juega un papel fundamental. Para las personas que no conocen a los autores,
Eduardo Brik y Carmen Bermúdez, este prólogo me da la oportunidad de presentárselos
y, al mismo tiempo, contextualizar la lectura de su libro. Estos dos profesionales de la
Salud Mental, reconocidos por sus aportes teóricos y clínicos en el campo sistémico
familiar, en la comprensión de la emigración y del exilio y en el tratamiento sistémico de
alcoholismo y drogodependencias, forman un equipo diádico que simboliza la columna en
la que se sostienen otros sistemas de pertenencia más amplios: el Equipo de ITAD,
Instituto de Terapia Familiar Sistémica, Alcoholismo y Drogodependencias de Madrid, y
el equipo de la Asociación Española de Psicoterapia Transcultural "Terapias sin
Fronteras".
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interactuar de mejor calidad que las anteriores. Por lo tanto, los mapas no son la realidad
humana que es siempre eco-sistémica, éstos son artificios operativos que organizan el
conocimiento para comprender y realizar una finalidad. La metáfora de los mapas
geográficos a este respecto sigue siendo de utilidad para comprender lo que queremos
explicar, son confeccionados a partir de la información que entregan exploradores sobre
un territorio. Habrá tantos mapas como exploradores. En el caso de algunos modelos
teóricos psicológicos de psicoterapia se cree que el territorio es el mapa, lo que puede
producir graves consecuencias para las personas. Esto acarrea el riesgo de que, si la
fenomenología personal o la de sus sistemas de pertenencia no corresponden al mapa
preferido o dominante del profesional y éste lo impone a partir de su posición de poder,
los sujetos, en vez de sentirse comprendidos, se sienten violentados, excluidos o
estigmatizados. En otras palabras, los sujetos pueden ser víctimas de una violencia
organizada, que emerge cuando las creencias preferidas son la realidad. Al contrario de
esto, los autores de este libro permiten a los principiantes y a los ya formados en el
paradigma sistémico realizar un viaje interesante a través de todos los capítulos de este
libro, por el territorio de la complejidad y el enorme desafío que ha representado crear un
cuerpo de conocimiento riguroso y con identidad propia, y al mismo tiempo abierto a la
observación participante y al conocimiento experiencial. Los autores se refieren al
paradigma sistémico como un sistema vivo, en constante evolución. No significa que los
pilares del sistema se pierdan sino al contrario: su apertura hacia nuevos conocimientos
no ha hecho más que fortalecer su permanencia. El paradigma sistémico es una excelente
metáfora del conocimiento humano, al mismo tiempo que es un producto de la
pragmática del conocer eco-sistémico: abierto, incluyente, dinámico y dialéctico. La
diversidad de modelos expuestos en esta obra, así como la insistencia de los autores en la
importancia de trabajar en terapia con enfoques transculturales, es una excelente manera
de insistir en la importancia de la plasticidad estructural del terapeuta. El enfoque
transcultural no se refiere sólo a la evidencia de la existencia de diferencias entre
personas que pertenecen a pueblos o etnias diferentes, sino al respeto de la diferencia
cultural que existe entre las familias, los grupos sociales, los géneros, los oprimidos y los
opresores y, por último, entre las personas. El o la terapeuta transcultural respeta y siente
curiosidad por la forma en que cada persona y cada sistema humano operan en la
realidad y el sentido a sus experiencias y las de los demás. El único límite del respeto de
estas diferencias está en las transgresiones o violaciones a los derechos humanos que
pueden contener los modelos culturales, de allí la importancia de la dimensión ética que
los autores defienden a lo largo de su obra. En la medida que los terapeutas introducen
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en los diálogos terapéuticos elementos de su propia cultura permiten también que los
otros experimenten el mismo fenómeno. Esta dinámica es sin duda lo que facilita un
mestizaje cultural que favorece positivamente a todos los participantes en el proceso
terapéutico: los terapeutas, las personas ayudadas y los miembros de sus sistemas de
pertenencia.
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En otro orden, el interés que los autores demuestran por los enfoques individuales
sistémicos es una muestra más del sentido ético que los anima. Aunque parezca
paradójico, no hay nada más sistémico que el enfoque individual sistémico. El insistir
sobre la necesidad de ubicar a la persona como sujeto central del complejo entramado de
sus relaciones y, por ende, de las intervenciones terapéuticas sistémicas, es un antídoto a
lo que hemos llamado reduccionismo sistémico. Todavía es frecuente que profesionales y
formadores de la terapia familiar reduzcan al individuo sólo al sistema de pertenencia
familiar como único contexto relacional. En este libro los autores, al introducir la
psicoterapia individual sistémica, implícitamente defienden la idea de que son las
personas que componen el sistema familiar las que son los sujetos de la psicoterapia y no
sólo el sistema.
Los autores dan mucha importancia a la persona del terapeuta y a la eficacia del
desarrollo del vínculo y de sus intervenciones con una mejora de las condiciones de vida
de las personas. El sistema terapéutico puede ser considerado como un sistema
transicional de per tenencia e, incluso para ciertas personas, forma parte de su red de
apoyo real o simbólico a lo largo de toda su vida. Terapia y resiliencia se pueden articular
como un todo. Los terapeutas no partirán del planteamiento: éste es su problema y yo le
ayudaré, sino más bien: su problema es también el nuestro, juntos veremos y buscaremos
cómo salir adelante.
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poniendo el énfasis precisamente en ésta.
Jorge Barudy
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La condición biológica familiar del ser humano permite su desarrollo como ser
psicológico, relacional y cultural, siendo la familia el contexto natural de su convivencia,
aprendizaje grupal y desarrollo evolutivo. Sin la familia es imposible el crecimiento del
individuo en todas sus dimensiones.
En las últimas décadas, la familia ha dejado de entenderse de una sola manera para
dar paso a la aceptación de la existencia de diferentes unidades familiares, todas ellas
legítimas, que conviven dentro de una pluralidad intercultural en las distintas sociedades
occidentales.
La Terapia Familiar Sistémica, con casi 60 años de vida, ha supuesto una revolución
en la práctica de la psicología y la psiquiatría, ha crecido y evolucionado como modelo
terapéutico igual que un sistema vivo, abierto a cambios relacionales, transformaciones
contextuales y factores culturales que se dan tanto en contextos científicos como sociales.
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grandes bloques. El primer bloque, formado por los cuatro primeros capítulos, aborda el
estudio de la familia, los fundamentos teóricos de la Terapia Familiar Sistémica y su
evolución hacia el campo de la Terapia Sistémica Individual y la perspectiva transcultural
aplicada al campo sistémico. El segundo bloque está compuesto por los capítulos que se
ocupan de abordar la complejidad de la funcionalidad y disfuncionalidad de la familia, las
distintas herramientas que se emplean para llevar a cabo la evaluación familiar y las
estrategias y técnicas a aplicar. El último capítulo aborda el interesante campo de la Etica
aplicado al paradigma sistémico.
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capítulo, trabajar con el sistema familiar ya no es la única forma de trabajar
sistémicamente, cada vez hay una mayor demanda de psicoterapia individual que
también requiere un conocimiento por parte del terapeuta sistémico sobre esta nueva
materia.
De igual modo que el objetivo del capítulo sobre Psicoterapia Individual Sistémica es
formar sobre cómo se aborda sistémicamente la terapia cuando sólo hay un individuo con
el que trabajar, el capítulo 4, "La perspectiva transcultural en Terapia Familiar Sistémica',
tiene como objetivo transmitir cómo se trabaja sistémicamente en contextos donde las
variables culturales y transculturales tienen un peso específico. Cada vez con más
frecuencia acuden a consulta individuos, parejas y familias que provienen de culturas
diferentes, que han dejado sus países de origen por diversos motivos, apareciendo una
complejidad de fenómenos psicológicos y relacionales que requieren una especialización
teórica. El profesional no puede desentenderse de esta realidad transcultural que ya se ha
impuesto en el mundo globalizado y llega a las consultas diariamente.
Una vez que se sabe cómo llevar a cabo este primer paso de un tratamiento es
necesario conocer las estrategias y técnicas que se pueden emplear para lograr los
objetivos terapéuticos. En el capítulo 7, "Estrategias y técnicas fundamentales en Terapia
Familiar Sistémica" se desarrollan las "herramientas" de trabajo que el clínico puede usar,
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desde las distintas escuelas explicadas en el capítulo 2, de manera que se pueden
conectar las diferentes estrategias y técnicas con sus respectivas escuelas.
Para finalizar, cabe comentar que la estructura del libro está pensada para que el
lector se vaya introduciendo en el "mundo sistémico" como el que entra en un mar, poco
a poco, hasta que llega a las profundidades y descubre grandes tesoros, ya que la familia
y todo lo que crece a su alrededor es un mar inmenso que nunca deja de sorprender y el
enfoque sistémico es "el mejor traje de buceo" para explorar estas aguas.
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Quienes hablan contra la familia no saben lo que hacen, porque no
saben lo que deshacen (Gilbert Keith Chesterton)
En la última década del siglo xx y comienzos del xxi los profundos cambios sociales,
políticos y tecnológicos han sido responsables de que la definición de familia aparezca de
manera imprecisa al surgir nuevas formas de la misma que empiezan a ser aceptadas
progresivamente en la cultura occidental, no sólo en el ámbito de las ideas sino también
en el ámbito de la legalidad. Ya no se puede hablar de "familia tipo", dar una definición
única o afirmar que la familia tradicional es la válida.
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La familia es un elemento creador y receptor de cultura, una correa de transmisión de
los valores, tradiciones y habilidades de la sociedad al individuo y del individuo a la
sociedad; provee señas de identidad a cada uno de sus miembros desde los primeros años
de vida.
Aunque la familia constituye el punto de referencia para sus integrantes, éstos tienden
a buscar autonomía, individualización y nuevas identificaciones diferentes al marco
original, en el entorno más próximo o lejano, como parte de su desarrollo y crecimiento.
De esta manera, cuando se empieza a tener contacto con otras familias se vivencian
"realidades familiares" diferentes y se interiorizan nuevas construcciones vinculares. Así,
cuando los niños y los adolescentes visitan a sus amigos, tíos, abuelos... conocen otra
dinámica familiar, lo que les nutre de nuevas formas de socialización y significación. La
adopción de nuevas ideas y nuevos modelos familiares, unida a la búsqueda de amor,
vínculos y afectos, sustitutos o complementarios a la familia original, no dejan de ser
motivos frecuentes de conflictos familiares. Sin embargo, la familia original siempre es un
referente importante para cada uno de sus miembros e influye en el potencial de sus
recursos y de su felicidad. Se vuelve a ella en búsqueda del amor, de los valores
compartidos y también se acude ante la necesidad de apoyo en los buenos y malos
momentos.
El ser humano se distingue de otras especies por su condición plural, como ser biológico,
psicológico, emocional, familiar y cultural, condiciones que aseguran su supervivencia.
Para alcanzar esta múltiple condición desarrolla el lenguaje como medio de interacción y
crecimiento, y se convierte en una "especie conversadora". De igual forma la familia es
una institución biológica, emocional, psicológica, relacional y cultural que cumple una
función sostenedora del individuo y la prole, asegurando así su continuidad.
Han sido diversas las disciplinas que tratan de explicar el fenómeno de la existencia de
la familia, entre ellas, la biología, la antropología, la economía, la psicología.
La obviedad de que la familia es una institución con bases biológicas se aprecia en las
características biológicas del vínculo entre la madre y el hijo, constituyéndose éste en el
primer parentesco de la especie. Este vínculo imprescindible y particular que marca el
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comienzo de la familia como institución se amplía posteriormente al conjunto de las
relaciones más próximas de parentesco.
Como bien explica Cyrulnik (2008: 47), el vínculo no comienza el día del nacimiento
del bebé sino antes:
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Pero el desarrollo del lenguaje y el cultivo emocional en el contacto con el bebé marcan
un antes y un después en la especie humana y en la conformación de la familia.
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Como se comenta anteriormente, el avance cultural ha modificado la estructura
biológica en la evolución del individuo y de la familia que se ha reflejado en el aumento
del tamaño del encéfalo y, por lo tanto, de sus funciones como el desarrollo del lenguaje
y de las emociones, del pensamiento abstracto y de la producción simbólica. Gracias a
este avance se llega a la creación simbólica y de rituales, que comienzan con el entierro
de los muertos, lo que permite el desarrollo de la memoria y la necesidad de velar por el
recuerdo y la sabiduría de los seres queridos. También se logra el desarrollo de la moral y
la ética, lo que permite una mejor convivencia con menor agresividad.
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La diversidad de formas familiares, de tipos de noviazgo, de ritos de iniciación, de
ceremonias de bautizo, de aceptación o no de la diversidad cultural, como de igual
manera la importancia que se da a ser primogénito o ser parte de una comunidad
patriarcal o matriarcal en las diferentes culturas va a responder entre otras a una creación
cultural propia, que no se puede explicar desde un punto de vista biológico.
Según las teorías marxistas de Engels (1977) el surgimiento de la familia está vinculado a
una serie de circunstancias económicas. En los períodos antiguos, el ser humano vive en
lo que el autor denomina "comunismo primitivo", período que se caracteriza, en el
ámbito de la familia, por la pertenencia de cada mujer a todos los hombres y viceversa,
todos los hombres pertenecen a todas las mujeres, mediado por un comercio sexual
promiscuo donde no se tienen en cuenta las relaciones de parentesco. En este período la
conformación familiar es matriarcal, ya que la descendencia está asegurada por la mujer
que cuida a los hijos y recolecta los frutos, mientras que el hombre aporta el alimento del
grupo a través de la caza y la pesca, estando la mayor parte del tiempo fuera de la
comunidad. Posteriormente, cuando las tribus se asientan gracias al desarrollo de la
agricultura y la ganadería, el hombre, que trabaja en el campo, acumula riqueza y surge
la propiedad privada, lo que le da un poder que ejerce también en el ámbito familiar,
generando un patriarcado y la familia monógama, donde el hombre asegura su dominio y
los hijos son los herederos directos de sus bienes.
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Max Weber trata de fundamentar la existencia de la familia creando un nexo entre lo
económico y lo social y acuña el concepto "solidaridad para la subsistencia', según el
cual, cada uno aporta según su posibilidad y recibe de la comunidad según su necesidad
(Pastor Ramos, 1988). Esta economía no busca la ganancia, sino cubrir las necesidades
básicas de alimentación, residencia y vestimenta.
Con la llegada de la revolución industrial este tipo de familia descrito por Weber no
tendría cabida porque ya no es necesaria una economía de subsistencia, puesto que este
nuevo sistema económico conlleva la creación de bienes de consumo y el establecimiento
del dinero como elemento de intercambio. En este proceso ya no es el hombre, como
cabeza de familia, quien produce y genera trabajo y sustento, sino que el capitalismo
permite producir fuera del núcleo familiar, desarrollar profesiones, acceder al mercado
laboral por parte de la mujer, generando una división profunda entre hogar, familia y
trabajo lo que, desde estas teorías, conduciría a la disolución de la familia. Obviamente,
esta visión meramente económica no se cumple, dado que no contempla las diferentes
variables que hacen necesarias las relaciones familiares. De hecho, a lo largo de la
historia, marcados por el sistema económico y social, ha habido intentos alternativos a la
familia, como el "kolhoz" en la Unión Soviética y la "comuna popular" en China, que
resultaron fallidos. Así mismo, en un período posterior, los teóricos del neoliberalismo,
desde la caída del muro de Berlín, plantean el final de la familia (no solamente de la
tradicional) ya que la movilidad física y los desplazamientos de los individuos por
motivos laborales y económicos en el mundo globalizado hacen inviable el mantenimiento
de la unidad familiar.
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formas necesarias y básicas para que cada individuo se inserte en la sociedad y conozca,
entre otros aspectos, sus normas, sus valores y su organización. Pese a las diferencias
entre los pueblos o tribus, la familia, al igual que la religión, existe en todas las culturas
garantizando a sus miembros el aprendizaje de las funciones básicas, lo que contribuye a
que el resto de las instituciones sociales funcionen.
Los cambios socioeconómicos han llevado a que la familia extensa de las zonas
rurales en los países industrializados haya mermado o dejado de existir, imponiéndose la
familia nuclear, debido a una necesidad de movilidad de sus miembros por la búsqueda
de trabajo. Las familias nucleares alejadas geográficamente del contexto comunitario o
familiar tradicional presentan mayor complejidad en el desarrollo de las múltiples
funciones que la vida actual exige dado que, frecuentemente, sus miembros están solos
fisicamente y también, por qué no decirlo, presentan mayor soledad emocional,
especialmente en los grandes núcleos urbanos. Estas familias tienen problemas para
cumplir las funciones de antaño como cuidar a los ancianos o proporcionar apoyo a los
más necesitados.
Las funciones de la familia tradicional han sido suplidas por el estado de bienestar a
través de servicios sociales, servicios de salud, guarderías o residencias geriátricas. Sin
embargo, el amor y la entrega que ofrece la familia a sus miembros difícilmente pueden
ser suministrados por organizaciones sociales o estatales.
Este individuo "individualizado" tiene que construir una biografía y una organización
propia dentro de un mercado laboral y de consumo que le lleva a contradicciones como
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afrontar su vida personal y la necesidad de servir a su trabajo como medio para su
ascenso y reconocimiento individual.
Desde el punto de vista psicológico, toda familia, como sistema vivo y relacional,
requiere una serie de adaptaciones psicológicas para poder superar las etapas propias de
su ciclo vital de manera exitosa. Esta adaptación implica la aceptación del cambio en las
reglas de interacción, un respeto a los acuerdos, una toma de conciencia de que se está
viviendo una etapa nueva como parte del proceso evolutivo familiar, y una capacidad de
negociación que permita una fluidez y no un estancamiento. En el capítulo 5 se aborda
de forma detallada el proceso del ciclo vital familiar y las tareas correspondientes para
superar las distintas etapas de manera exitosa.
La diversidad de relaciones familiares hace imposible concebir una única definición del
término familia, cada definición se adapta a diferentes teorías, ideologías y períodos
históricos. Andersen (1997) afirma que "la familia como concepto abstracto no existe,
sino que existen tantos tipos de familia como sujetos que la definan en su discurso". Sin
embargo, es necesario considerar las distintas definiciones que facilitan la aproximación a
la complejidad actual de los tipos de familias.
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definir de distintas maneras como, por ejemplo, "un grupo de personas que conviven
bajo un mismo techo y les unen lazos de parentesco" o "conjunto de ascendientes,
descendientes, colaterales y afines de un linaje", según el diccionario de la RealAcademia
de la Lengua. También se entiende como familia el conjunto de personas cuyos lazos
afectivos son intensos, pudiendo o no convivir bajo el mismo techo, donde la prioridad es
la "comunidad de sentimientos" por encima del parentesco, consanguinidad o
cohabitación.
En la actualidad no se puede entender la idea de familia sin que ésta sea un espacio de
intercambio, solidaridad, cooperación, pluralidad y tolerancia donde el desafio está en
encontrar la armonía entre la individualidad, el grupo y el contexto.
Los hijos legítimos o reconocidos por el padre son libres por nacimiento si legalmente
están exentos de la servidumbre. El padre no tiene necesariamente que ser el progenitor y
su posición en la estructura social le confiere supremacía y autoridad sobre las mujeres,
hijos y esclavos.
Los matrimonios son concertados en función de los intereses entre clanes y familias,
sin que el amor tenga cabida. La sexualidad, cuyo objetivo es la procreación, está regida
por las normas religiosas, que tienen una influencia decisiva en la vida familiar; de
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ninguna manera se contempla el placer sexual sino que, por el contrario, se limita. Los
vínculos amorosos y la búsqueda del placer se buscan fuera del matrimonio.
En Europa, sólo quien posee casa puede tener familia propia (nobleza, burguesía y
agricultores). Hay una conexión entre casa, apellido y nombre de la familia. Las personas
están adscritas a una casa, cortijo o castillo y son reconocidas por el nombre o título de
quien las cobija, apareciendo no sólo en los documentos de propiedad, sino también en
sus fachadas, a través de la inscripción del apellido y el escudo representativo de éste.
Esta modalidad decae cuando se comienzan a construir apartamentos pequeños y las
casas o edificios se nombran por un sistema de calles y números. Sólo las grandes
mansiones y haciendas rurales conservan los nombres de sus dueños.
Esta idea de familia vinculada al hogar, que se conoce desde los antiguos romanos y
comienzos del cristianismo, se extiende a oriente y occidente, conservando las
características patriarcales donde la autoridad del varón es indiscutible, su monopolio en
la vida familiar y la propiedad es absoluta y donde la potestad es transmitida sólo a su
muerte. En este contexto familiar inicial no hay posibilidad de autonomía ni existe la
mayoría de edad para tener derechos iguales a los del padre.
En esta primera etapa, se constituyen más claramente diversos tipos de familia que se
ven obligados a incorporar nuevas estrategias y formas de vida con el objeto de
adecuarse y sobrevivir a los nuevos tiempos.
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Los cuatro tipos de familia que se van a conformar en el primer período de la
Revolución Industrial son la familia campesina, la familia obrera, la familia de clase
media y la familia de clase alta, las cuales se van a distinguir entre ellas por la jerarquía
en el trabajo, las obligaciones frente a la producción, las categorías sociales y la
movilidad social:
•La familia de la clase media se inspira en el amor romántico que nace con la
Ilustración, concepto éste que se desarrolla como elemento de unión de las parejas
que van a constituir familias posteriormente. Esta familia se caracteriza por el
impulso de los trabajos no manuales (funcionarios, pequeños y medianos
comerciantes, académicos, profesores, administrativos, etc.). Goza de un estatus
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económico, cultural y profesional muy diferente al de la clase obrera o de las clases
altas. Busca trabajar para tener mayor estatus social y profesional y fomenta que
cada individuo pueda tener una cuota de ahorro como base para asegurar un futuro
estable. Su interés por dicho ahorro y los depósitos de pequeñas cantidades en los
bancos unido a la necesidad de tener una vivienda en propiedad como forma de
darle seguridad son elementos que la definen.
•La familia cíe clase alta se caracteriza por gozar de un alto estatus socioeconómico
que imprime particularidades en la relación entre sus miembros y en los valores que
promueven como familia.
Durante el siglo xx muchas familias siguen conviviendo bajo este modelo a pesar de
los cambios acontecidos y coexistiendo con otros nuevos tipos de familia.
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1.2.3. La familia en Occidente en el siglo xx
Algunas de las configuraciones familiares que surgen en este siglo son producto de la
instauración en Europa de regímenes autoritarios y brutales como el nazismo, el
franquismo y el estalinismo, con sus respectivas particularidades. Estos regímenes
producen un estancamiento en el avance de las familias y de la sociedad debido a la
necesidad del cumplimiento estricto de lo que marca el Estado.
La familia se cierra sobre sí misma, tornándose hermética y rígida, donde los criterios
de jerarquía y autoridad son dominantes. Los aspectos que se imponen en la vida familiar
son, entre otros, la falta de movilidad y libertad, la falta de igualdad de la mujer frente al
hombre y el autoritarismo de los padres frente a los hijos. La vida familiar está focalizada
en el apoyo incondicional a lo que dicta el régimen, tanto en educación,
comportamientos, hábitos, religión y mentalidad de servicio. Las opciones al desacuerdo
son la autosegregación para preservarse y vivir de forma disociada, la resistencia que
conlleva la persecución o la muerte, o el exilio, en caso de ser posible.
En la segunda mitad del siglo xx, los países nórdicos, que habían desarrollado
regímenes democráticos y de bienestar social, mejoran la calidad de vida de las familias,
beneficiándose más directamente de los avances tecnológicos, a pesar de que la mayoría
de ellos sufren las consecuencias de la ocupación nazi en Europa, con desplazamientos
de población, absorción de exiliados de la guerra de los países más castigados y
migraciones internas y externas, prestando un gran servicio de solidaridad y acogida.
A partir de los años 60, surgen otras configuraciones familiares fruto de la influencia
de movimientos sociales y políticos que pretenden modificar y crear alternativas
diferentes a la vida tradicional de la familia y del conservadurismo que ésta representa, en
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especial el movimiento hippie y el movimiento feminista en Estados Unidos, que
extienden su influencia en Europa posteriormente.
La comuna hippie, en muchos casos, compuesta por los hijos de las clases medias
americanas, se caracteriza por el rechazo de la normativa social impuesta desde el
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sistema capitalista, las normas sociales y la posesión de bienes materiales, al igual que
muchas de las convenciones de la familia tradicional, aceptando la libertad sexual entre
sus miembros y el consumo habitual de marihuana y otras drogas. Esta alternativa entra
en decadencia en los años 70 pero tiene una gran influencia en el arte, la literatura, la
música y el cine, en los movimientos ecológicos y libertarios.
En la década de los 70, después del "Mayo francés", se desarrolla en Europa una
corriente intelectual y política que cuestiona la familia, considerándola una de las
principales fuentes de opresión y violencia que sufre el ser humano. Esta corriente
contracultural ve en la familia la raíz de todos los males padecidos por el individuo, como
agente continuador y transmisor de la ideología dominante de la sociedad. Psiquiatras,
filósofos y sociólogos plantean, a través de sus escritos, estos cuestionamientos, como
David Cooper, psiquiatra sudafricano, líder del movimiento de la antipsiquiatría, que
plantea la muerte de la familia y, como alternativa, la vida en comunidades. También en
el campo de la psiquiatría Laing y Esterson (1967) cuestionan la psiquiatría
contemporánea, contradiciendo las tesis tradicionales de la esquizofrenia como
enfermedad mental individual, definiéndola como una enfermedad social cuya aparición
depende del ambiente familiar inmediato en el que crecen los enfermos.
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Estos debates se prolongan hasta finales de siglo xx; cuando ya no se puede definir
claramente qué es la familia, qué funciones debe cumplir, si se mantiene el apoyo a un
modelo único o se abre a las alternativas que van surgiendo.
Los defensores de la familia como modelo único, si bien admiten que existen
cambios, platean al unísono que la familia no se extingue pero, en sus análisis, no
integran la diversidad de los cambios que se han experimentado en los núcleos familiares
y las problemáticas en cada uno de ellos; como las luchas de género, la diferencia entre
los proyectos individuales dentro de las familias, las nuevas familias monoparentales o las
familias inmigrantes.
A partir de 1989, con la caída del muro de Berlín, la familia socialista de los países de
Europa del Este sufre un nuevo proceso de transformación brusco y sin preparación
previa que deja a millones de familias con poca o nula protección estatal, sanitaria,
laboral y educativa dado que el Estado, que hasta entonces cubría todas estas
necesidades, deja de hacerlo. En estos países, muchas familias dejan de vivir de los
subsidios del Estado y sobreviven gracias a la ayuda recibida de los hijos que han
emigrado tanto a Europa occidental como a América.
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psicológicas propias.
La formación del mosaico familiar que se va creando a lo largo de las últimas décadas
está determinada por una serie de factores sociológicos que se van a analizar a
continuación. A causa de ellos el grupo familiar es un sistema relacional en constante
movimiento y cambio, necesitándose una continua adaptación de la sociedad a los
cambios que ésta experimenta.
Existen también oficinas del defensor del menor, del ciudadano o del paciente a las
cuales se acuden para denunciar injusticias cometidas contra ellos. Sin embargo, las leyes
no bastan, es importante su cumplimiento, rapidez y efectividad en la aplicación.
Pese a estos logros aún es necesario seguir avanzando en dos asuntos fundamentales:
la educación y el cuidado de los menores, siendo ambas cuestiones claves para un
crecimiento social saludable. En el caso de la educación existe un conflicto significativo
en los diferentes países entre sectores que plantean que los fondos públicos sean
desviados para sub vencionar una educación privada y otros sectores que proponen que
el dinero público sea destinado a una educación pública.
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Estado de Bienestar en relación a las familias que previamente habían sido su
responsabilidad, argumentando la necesidad de ahorro económico, lo cual contribuye a
una mayor conflictividad intrafamiliar. Hay una reducción de dispositivos intermedios
para enfermos crónicos, menor inversión en el sistema sanitario público, y menor
inversión en servicios fundamentales como, por ejemplo, guarderías.
De igual forma, el Estado de Bienestar, que trae consigo unos aportes sustanciales a
las familias como la educación gratuita, pública y obligatoria, va perdiendo su eficacia y
calidad pese a las distintas reformas, ofreciendo un servicio deficiente que se comprueba
en las conclusiones de diversos estudios a nivel europeo sobre conocimiento y
preparación de la población en formación.
Otro factor a tener en cuenta que produce cambios en las relaciones familiares es la
conquista por la igualdad de género en los diferentes ámbitos sociales. Esta pugna por la
igualdad permite que tanto el hombre como la mujer generen una conciencia de
autosuficiencia por parte de ésta, teniendo proyectos de vida propios, abriéndose camino
igual que el hombre, y no dependiendo de un varón para su manutención. La libertad de
elección de la mujer se ha extendido a todos los ámbitos: académico, profesional y
familiar. El rol tradicional que desempeñaba en la familia y en la sociedad en donde todo
estaba programado (ser buena esposa, buena ama de casa y buena madre) empieza a ser
parte del pasado, especialmente en las generaciones jóvenes.
La progresiva incorporación de la mujer al trabajo fuera del ámbito del hogar conlleva
que tenga mayor participación en la vida pública, tanto en lo laboral como en lo
sociopolítico, lo que le supone pagar un elevado precio que se traduce en que la mayoría
de las mujeres trabajan más horas que el hombre, dado que adicionalmente a su trabajo
fuera de casa realizan gran parte de las tareas de crianza, educación de los hijos y labores
domésticas.
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mero colaborador en lo referente a las cuestiones domésticas y educativas.
La vida de la mujer presenta gran complejidad, tanto si vive en pareja, con la familia
de origen o si tiene hijos. Los nuevos roles le asignan la exigencia de ser buena
profesional, buena madre, buena esposa mientras mantiene el vínculo con su familia de
origen y la familia política, en caso de tenerla. Toda esta sobrecarga de tareas y funciones
suponen situaciones de estrés que pueden derivar en estados de desbordamiento físico y
emocional, conflictos de pareja y con las familias y la aparición de molestias físicas,
como respuestas somáticas a una situación de agotamiento que pueden ser el inicio de
enfermedades graves.
El día después de la mujer de su casa designa el ciclo histórico que coincide con
el reconocimiento social del trabajo de las mujeres y su acceso a las actividades y
formación otrora coto vedado de los hombres. Sin embargo, tales cambios forman
parte de un conjunto más amplio, en el que subyacen tres fenómenos de fondo: el
poder femenino sobre la procreación, la "desinstitucionalización" de la familia y la
promoción del referente igualitario en la pareja (1999: 213).
Con esta afirmación, el autor quiere aclarar que el cambio del rol de la mujer en la
sociedad es mucho más que salir de la casa y trabajar fuera de la misma, es una ruptura
histórica que supone una realineación de la relación entre el hombre y la mujer. Sin
embargo, esto no implica una igualdad entre los sexos, sino la falta de modelos sociales
imperantes, la pluralidad de normas, la autodeterminación de cada uno de los sexos y la
indeterminación subjetiva de ambos géneros.
1.3.3. La pareja
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A lo largo de su ciclo vital, la mayoría de los individuos van a tener más de una pareja
estable. Hasta llegar a convivir o casarse se experimentan varias relaciones, lo que nutre
de mayor experiencia a la hora de elegir y construir una pareja estable. En esta mayor
experiencia también se incluye la sexualidad, ya que las conductas sexuales también han
experimentado un cambio sustancial debido a las libertades obtenidas. Cada persona
busca mayor nivel de placer y de gratificación. Las nuevas experiencias y el
descubrimiento de lo lúdico en el sexo se alternan en las distintas prácticas que se ejercen
y no en una sola forma de realizar y vivencias el sexo.
Ante la complejidad actual la pareja se vuelve más vulnerable, son muchas las
decisiones que tienen que tomar y se piensa que "el amor lo puede todo". Sin embargo, la
complejidad de los problemas que se presentan, unidos a la falta de paciencia, tiempo o
de habilidades para negociar o ceder de sus integrantes hacen que la pareja sea una
construcción frágil en constante prueba de resistencia.
49
posibilidades que abarcan desde lo cotidiano hasta cuestiones propias del mundo global.
De igual forma, a través de la pareja, el ser humano busca encontrarse a sí mismo,
reconociéndose en el otro, reconciliándose consigo mismo a través del otro y poniendo
todas sus expectativas personales en manos del otro. Todo ello hace que sobre el vínculo
amoroso pese una gran responsabilidad convirtiéndolo en el blanco de todas las
exigencias y justificaciones: "si me quisieras no me harías esto", "porque me quieres
tendrías que saber aquello", "alguien que me quiere nunca se comportaría así". El ser
humano tiene que aprender que el amor es imprescindible, pero nunca suficiente para
mantener una pareja.
En occidente las motivaciones para tener un hijo se han ido modificando a lo largo del
siglo xx. Hasta bien avanzada la centuria no había un planteamiento consciente del
porqué tener un hijo; simplemente era el siguiente paso después de un matrimonio o una
vez que se está conviviendo.
Alberdi advierte de las paradojas que se producen como resultado de los cambios en
las relaciones familiares y en la decisión de tener hijos. "La relevancia de la pareja
coexiste con la pérdida de la importancia del matrimonio como institución y, a la vez, la
creciente valoración de los hijos es paralela a la reducción de su número" (Alberdi,
1999).
50
En el siglo xx el deseo de tener un hijo está relacionado, en numerosas ocasiones, con
necesidades psicológicas. Dichas necesidades pueden ser el deseo de trascender a la
propia muerte a través de la siguiente generación, la salvación de un matrimonio en crisis,
lograr, a través de un hijo, una meta o sueño profesional que no se culminó o un modo
de encontrar un sentido a una vida que se siente vacía.
Unidas a las razones personales están las razones sociales que apoyan la decisión de
no tener hijos. Entre estas razones se encuentran la carga económica que supone la
llegada de un hijo, el poco apoyo que ofrece el estado, la organización social de la vida
cotidiana que deja poco espacio para traer al mundo a un ser tan dependiente de sus
progenitores. La tan nombrada conciliación de la vida laboral y la vida personal sigue
siendo una utopía. Se necesitan una gran cantidad de servicios que permitan compaginar
ambas esferas: guarderías, cuidadores, campamentos urbanos para el tiempo vacacional
en el que los padres siguen trabajando, actividades extraescolares para alargar la estancia
de los niños en colegios hasta que los padres finalizan su jornada laboral, etc.
Además de los motivos económicos, los estudios indican que hay otro factor que
aparece con frecuencia como una razón para no tener hijos: la responsabilidad que
supone cubrir todas sus necesidades. Estas necesidades van más allá de las materiales y
son las que más pesan a la hora de no procrear. Entre ellas se encuentran dar a un hijo
una educación adecuada, el afecto que le permita crecer como un ser seguro de sí
mismo, las experiencias vitales que le ayuden a crecer como persona y el entorno
necesario para que aprenda a enfrentarse a un mundo complejo donde el individuo se
siente una mínima pieza en un entramado social global que se le escapa de su control. En
definitiva, poder cubrir todas las necesidades psicológicas de un hijo es una tarea difícil
que, en ocasiones, los adultos no se sienten preparados para cubrir, lo que hace que les
51
parezca injusto traer un niño al mundo en dichas condiciones.
Todo este conjunto de motivos hacen que o bien se decida no tener hijos o se retrase
la llegada de los mismos. Este retraso supone que la edad en la que la mujer se plantea la
maternidad sea cada vez más tardía con los consiguientes problemas de fertilidad. Pese a
que la biología no cambia y el período de mayor fertilidad de las mujeres es el mismo
que el de sus madres y abuelas, sin embargo la edad promedio se retrasa alrededor de
diez años respecto a las generaciones anteriores. Esto supone que el "reloj biológico"
sigue avanzando y la mujer no es consciente de que no puede "ponerlo en hora' en
función de sus necesidades personales, profesionales, económicas, etc.
Todo esto supone que cada vez con más frecuencia se tenga que recurrir a técnicas
de reproducción asistida, con todo lo que eso implica en relación al estrés que genera en
la pareja un proceso de este tipo con esperas, incertidumbre y un gran coste emocional,
siendo la esterilidad la segunda causa de ruptura de la pareja en casi todos los países,
dato que Varela obtiene del libro de Helen Fisher La anatomía del amor (Varela, 2002).
52
La posibilidad de disfrutar de esta etapa va a depender, fundamentalmente, de tres
factores: el estado físico y mental, su situación económica y la demanda de ayuda por
parte de sus hijos.
Pese a las ayudas estatales la familia sigue siendo la primera fuente de apoyo y
cuidado del anciano. De ahí que las políticas que ofrece el estado están, en muchas
ocasiones, dirigidas a "apoyar al cuidador", es decir, se brindan recursos para sostener la
primera fuente de ayuda: el sistema familiar. Estos recursos se materializan en ayudas
económicas, en oferta de profesionales especializados en el cuidado del anciano para
permitir momentos de respiro al familiar cuidador, en atención médica orientada a esa
circunstancia, etc.
La familia es quien mejor puede cuidar de sus mayores siempre y cuando tenga un
apoyo del estado que le permita realizar esta importante función sin llegar al frecuente
estado de agotamiento físico y mental, al conocido "síndrome del burn out" o "síndrome
del quemado" que tanto se observa en el denominado cuidador primario de una persona
dependiente.
En relación con la situación económica hay que tener en cuenta que el sistema de
pensiones que ofrece el estado es un sistema limitado que hace que, en algunos estratos
sociales, la llegada a la jubilación suponga el inicio de una vida precaria. El Estado de
Bienestar proporciona otro tipo de servicios para "compensar" una economía limitada en
la ancianidad. Ofrece una reducción de precios en servicios como el transporte público,
oferta de ocio accesible como entrada reducida a cines, teatros, museos o exposiciones,
53
viajes dirigidos a esta población a precios razonables y oferta de actividades de formación
como universidad para mayores, talleres y cursos para todos aquellos que quieran
ampliar su formación o simplemente tengan el gusto por aprender.
Un tercer factor que influye en cómo se vive esta etapa vital es la demanda de ayuda
por parte de los hijos. En los países desarrollados es frecuente que las personas mayores
vuelvan a ejercer su labor de crianza con los nietos. La escasa oferta de plazas de
guarderías públicas y el largo horario laboral de los padres que les impide estar con los
hijos mucho tiempo hace que se busque la ayuda de los abuelos como la fuente más
fiable y segura de cuidado del niño.
54
están más tiempo con sus abuelos que con ellos mismos. Esta situación puede generar
dificultades en la educación de los niños, ya que no hay una definición clara de los roles,
lo que hace que se genere confusión en el niño a la hora de entender e incorporar los
límites y las normas educativas.
A diferencia de las sociedades más tradicionales en las que la figura del anciano era
respetada, valorada y admirada, en las sociedades modernas se tiene una visión
peyorativa de la misma. La ancianidad se relaciona con degeneración, pérdida de
capacidades y facultades, lo que supone que el resto de la población no valore su
experiencia, sus opiniones y sus actitudes.
Los cambios que se han ido sucediendo en esta institución han sido fruto de la
adaptación necesaria para la supervivencia de la misma frente a las transformaciones
económicas, culturales, sociales, científicas y tecnológicas que se han ido produciendo a
lo largo de la evolución del ser humano. Cada período histórico ha supuesto un ejercicio
de acomodación por parte del sistema familiar, como única forma de sobrevivir al mismo
y acompañar la evolución hasta llegar al siglo xxi.
55
diferentes estudios. Lo que está en crisis y en retroceso es la familia tradicional y el
modelo único de familia. Lo que florece es la diversidad de nuevas relaciones familiares y
la necesidad de su aceptación por el conjunto de la sociedad, tanto a nivel legal, cultural y
emocional, libre de prejuicios y ataduras del pasado.
El gran cambio en las estructuras familiares se debe, por un lado, al avance de los
sistemas democráticos y, por otro lado, al crecimiento económico y al desarrollo
tecnológico que incorporan a la mujer al ámbito laboral y social.
56
ocasiones ayudan a las parejas heterosexuales a definirse y esto no se da en las parejas
homosexuales, donde todo se tiene que negociar y establecer.
Como ocurre con todo lo nuevo y desconocido, para que la sociedad incorpore los
nuevos modelos de familia tiene que hacer un ejercicio de apertura y una revisión de
prejuicios basados en ideas que bien refleja el refrán español "más vale malo conocido
que bueno por conocer". Se puede ser crítico con aspectos de la familia tradicional, con
ciertas características de la misma como falta de flexibilidad o cierto anacronismo, sin
embargo, se tiene temor ante estos cambios relacionales en tan poco tiempo que hacen
que la sociedad no haya tenido margen para una asimilación progresiva de los mismos.
Uno de los desafíos fundamentales que las relaciones familiares deben superar se
enmarca en torno a la igualdad del hombre y la mujer en relación con la conciliación de la
vida laboral y familiar. Para que este desafío se supere satisfactoriamente es necesario el
apoyo de las empresas y del estado empleador y para conseguir dicho apoyo es
57
fundamental que tanto las fuerzas políticas como sociales incorporen un nuevo discurso
que corrija planteamientos vigentes que están dificultando el logro de este objetivo.
58
los motivos fundamentales por los que este hecho se considera de este modo es que la
incorporación de la mujer al trabajo fuera del hogar no ha ido acompañada de la
incorporación del hombre al trabajo doméstico. Este desequilibrio es lo que lleva a pensar
que es la mujer la que necesita conciliar las dos áreas (laboral y familiar), puesto que está
en una situación de sobrecarga que en casos extremos supone una duplicación de su
jornada de trabajo.
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Para hacer frente a todos estos aspectos que dificultan la conciliación de la vida
personal, familiar y laboral es necesario tomar medidas de tipo legislativo y social-
cultural. A modo de propuesta, a nivel legislativo, las leyes tienen que ir orientadas a
incentivar y premiar a aquellas empresas que tengan en cuenta la realidad individual y
familiar de sus empleados. Las empresas, por su parte, tienen que incorporar una
flexibilidad horaria y una parcialidad de la jornada laboral. De igual manera, es necesario
crear servicios internos apoyados por subvenciones estatales que apoyen las necesidades
de los empleados para poder llevar a cabo la conciliación.
Estas medidas y muchas más que hay que tomar no se pueden llevar a cabo sin que
se produzca un cambio de mentalidad que se logra con la ruptura de esquemas pasados
tanto por hombres como por mujeres, donde la igualdad laboral se convierta en una
realidad en los diferentes aspectos como el salario, acceso a puestos directivos o la
"igualdad doméstico', donde el trabajo del hogar se democratice y el hombre se incorpore
en igualdad de condiciones que la mujer al mismo. Para ello es necesaria una labor
educativa fundamental en las siguientes generaciones que requiere un cambio de
mentalidad en las actuales. Tanto hombres como mujeres tienen que llevar a cabo dicho
cambio, ya que no sólo es la mujer rural o con menor formación la que mantiene el
esquema machista, también mujeres formadas y en puestos relevantes se siguen sintiendo
responsables de aspectos como que la casa esté en orden, la ropa esté preparada o la
compra esté hecha, de manera unilateral.
Los valores son guías que conducen la conducta del ser humano hacia determinados
objetivos; hacen que se califiquen los hechos como buenos o malos, señalan lo
conveniente a hacer y aclaran qué es lo correcto e incorrecto; ayudan a las personas a
consolidar su vida y reflexionar si ésta es coherente con las metas propuestas. Actúan en
el plano ético favoreciendo los modos de comunicación, la salud física y psíquica, el
desarrollo de habilidades sociales y son claves para medir qué ventajas y desventajas
60
puede tener una decisión. Para que exista una práctica de los valores es necesaria la
libertad de elección.
En esta sociedad occidental más individual, más diversa, donde la diferencia es algo
que ya no sorprende, hay unos valores que aparecen como fundamentales para la
integración y continuidad social.
61
diferencia. La incorporación a la sociedad de la mujer, de sectores antes "escondidos"
como los homosexuales o las personas con una discapacidad física o psíquica, y de
personas pertenecientes a otras culturas ha eliminado prejuicios porque permite
enfrentarse al miedo a lo desconocido favoreciendo el crecimiento de una sociedad con
mayor madurez.
Estos tres valores representan tres pilares en la sociedad y en la familia actual. Son
fundamentales para el desarrollo de la autoestima del individuo y un concepto propio
realista y positivo; permiten generar una confianza básica en el ser humano y vincularse
con el otro sin temor.
62
63
Tengo por imposible conocer las partes sin el todo, no más que
conocer el todo sin conocer particularmente las partes (Pascal)
El escritor Fernando Sánchez Dragó afirma que "el hombre es un animal no social sino
cordial, y la familia es la forma menos imperfecta de la cordialidad humana". El término
"cordial' se refiere a la cualidad de fortalecer el corazón y eso es lo que hace la familia
sana en cada uno de sus integrantes. Ya Freud fue consciente de la gran importancia de la
familia y lo demostró a través del desarrollo de su teoría psicoanalítica con conceptos
como, por ejemplo, el complejo de Edipo. El cambio que introdujo la Terapia Familiar
Sistémica fue que, reconociendo también esta importancia, focaliza su intervención en la
familia, no en el individuo, tal como se hacía (y se hace) desde el psicoanálisis.
64
"madre esquizofrenógena" o madre generadora de esquizofrenia. Don Jackson, discípulo
de la psiquiatra, junto con Gregory Bateson, Jay Haley y John Weakland (1956)
desarrollan una teoría sobre la esquizofrenia fundamentada en el "doble vínculo", noción
novedosa creada por los autores que parte de la idea de que los comportamientos de un
esquizofrénico, en el contexto familiar, son un intento de adaptarse a una forma de
comunicarse confusa y contradictoria. Este tipo de comunicación se desarrolla en un
contexto interaccional caracterizado por una relación estrecha entre los implicados, donde
uno de ellos depende emocional y funcionalmente del otro (como en el caso de la
relación madre-hijo), cierta tensión como la que se produce ante el miedo al castigo, y la
exposición a un mensaje paradójico en el que hay una contradicción entre mensajes, por
ejemplo, diciéndole a un hijo que se le quiere con gesto de enfado y gritos. Para que se
produzca esta situación de "doble vínculo" tienen que darse, además, tres condiciones en
ese contexto comunicacional: en primer lugar, la imposibilidad de metacomunicar, ya que
hablar sobre lo que ocurre está prohibido; en segundo lugar, la prohibición de salir de la
situación y, por último, la presencia constante de esta forma de comunicar, que supone
una vivencia paradojal permanente. Los síntomas propios de la esquizofrenia son, desde
esta teoría, el resultado de un intento de "sobrevivir emocionalmente" tratando de
responder a ese tipo de mensajes.
En 1958 Jackson funda el Mental Research Institute (MRI) (Palo Alto, California)
junto con Jules Riskin y Virginia Satir. Posteriormente se unieron Paul Watzlawick, Jay
Haley y John Weakland. El objetivo de este grupo de trabajo es la incorporación de la
Teoría General de los Sistemas y la Cibernética a las interacciones dentro del sistema
familiar. El enfoque de trabajo de estos autores es comunicacional ya que consideran que
la base de estudio del comportamiento humano es la interacción, como conducta
observable que se desarrolla entre los individuos. Del trabajo desarrollado por este grupo
surgieron otros enfoques de intervención como la terapia estratégica de Jay Haley y Cloe
Madanes, la terapia estructural de Minuchin y un abordaje de terapia breve desarrollado
por Richard Fish, Lynn Segal, Weakland y Watzlawick.
En 1960, Virginia Satir publica Terapia familiar conjunta, donde deja explícita la idea,
hasta ahora no contemplada, de trabajar conjuntamente terapeuta y grupo familiar.
65
Murray Bowen, que como se comentó anteriormente trabaja en el campo de la
esquizofrenia, comienza a desarrollar su teoría sobre la diferenciación basándose en una
investigación que se dirigía en el Instituto Nacional de Salud Mental entre los años 1954
y 1959. Para hacer el estudio toda la familia vivía en el hospital con los pacientes
esquizofrénicos. En 1959 se traslada al Centro Médico de la Universidad de Georgetown,
donde investiga sobre problemas menos graves, pero sin olvidar la influencia
intergeneracional en la cristalización de la sintomatología.
Para este autor, la formación en 1950 del Comité sobre la Familia del "Grupo para el
Avance de la Psiquiatría' supone un hito importante en los primeros pasos del
movimiento familiar (Bowen, 1989). Este comité se constituye por sugerencia de
W.C.Menninger, quien considera a la familia como un elemento fundamental de estudio.
En 1970 el comité se disuelve con la publicación de un informe acerca del movimiento
familiar que se rea liza basándose en un cuestionario respondido por más de 300
terapeutas familiares. A partir de las respuestas dadas se elabora una clasificación de
terapeutas familiares en un orden de la "A" a la "Z". Los terapeutas cercanos a la "A" se
caracterizan por un abordaje individual en el que incluyen la terapia familiar como técnica
para completar la terapia individual, sin embargo, los que se aproximan a la "Z" tienen
incorporada la visión sistémica, piensan en términos de sistemas e interacciones.
Según Folley (1974) fue Nathan Ackerman, afincado en Nueva York, el primero que
realizó entrevistas con la familia de una manera regular en su trabajo psicoanalítico con
niños y adolescentes, dando la misma relevancia a los fenómenos intrapsíquicos como a
los interaccionales. En 1962 este autor y Don Jackson fundan la revista "Family
Process", que favorece el afianzamiento del movimiento de terapia familiar que se estaba
desarrollando desde los años 50. Sigue editándose en la actualidad.
66
denominación de "terapia simbólico-experiencial", que desarrolla en la Wisconsin Medical
School. Este ginecólogo, "convertido" a psiquiatra por azares de la vida, crea un modo
original y único de abordar la terapia que hace imposible su inclusión en cualquiera de las
escuelas desarrolladas. Como aportaciones importantes cabe destacar el método de la
coterapia, con el trabajo de dos profesionales en el trabajo con familias y la incorporación
obligatoria de las familias de origen. Lo más destacado de este autor es su personal estilo
terapéutico, caracterizado por actitudes rompedoras como mostrarse somnoliento,
desafiante o distraído frente a las familias, como una manera de removerlas y romper su
equilibrio.
En Europa autores ingleses empiezan a interesarse por este campo. Ochoa de Alda
(1995) destaca la aportación de R D.Laing que, en 1958, comienza a trabajar con
familias de esquizofrénicos en la Tavistock Clinic de Londres, partiendo de la premisa de
que la sociedad debe centrarse en sus componentes más débiles. A principios de los
sesenta, Howells publica un estudio sobre familias realizado en Ipswich, Inglaterra,
paralelo a otro similar que se estaba realizando en Estados Unidos.
En 1967, Mara Selvini Palazzoli funda en Milán el primer centro de terapia familiar y
en 1971 se une a Gianfranco Cecchin, Luigi Boscolo y Giuliana Prata para formar la
conocida "Escuela de Milán". Fueron pioneros en el trabajo familiar con familias con un
miembro con anorexia y con un miembro con esquizofrenia. El grupo se disolvió en 1980
después de haber dejado grandes aportaciones como el trabajo sobre los "juegos
familiares", la original estructura de las sesiones o los principios de hipotetización,
circularidad y neutralidad.
67
En Alemania, en los años 70, destaca la figura de Helm Stierlin, que desarrolla su
trabajo con familias como director médico del departamento de Investigación
Psicoanalítica Básica y Terapia de Familia de la Universidad de Heidelberg, integrando el
psicoanálisis y la terapia sistémica y trabajando con problemáticas tan diversas como
alcoholismo, esquizofrenia y trastornos de la conducta alimentaria. A lo largo de su
desarrollo ha ido integrando conceptos del campo de la narrativa y del enfoque centrado
en soluciones. Von Schlippe y Schweitzer (2003) destacan también en el grupo de
Hamburgo, dirigido por Kurt Ludewig que, en 1992, presentó un proyecto sobre terapia
sistémica haciendo referencia explícita a la teoría constructivista de Humberto Maturana.
En los años 90, destacan Michael White y David Epston, que desarrollan el enfoque
narrativo con técnicas novedosas como la "externalización del problema' (White y
Epston, 1993) y Steve de Shazer, que trabaja con terapias cortas centradas en
soluciones.
Los últimos años de la década de 1990 se caracteriza por la aplicación de una visión
ecológica y transcultural al abordaje sistémico, como forma de atender e integrar el
desafío de trabajar con familias de diversas culturas, minorías étnicas e inmigrantes,
consecuencia de un mundo globalizado, en el que los traslados, la inmigración y la
separación de familias se convierten en una realidad cotidiana. Brik (2006) define la
psicoterapia transcultural ecosistémica como la disciplina que "interviene en los
problemas que presentan los individuos, las parejas, las familias y los grupos de
inmigrantes, abordando la influencia que tienen tanto los aspectos individuales como los
culturales, sociales, económicos, políticos y jurídicos en la aparición de los mismos y en
su resolución".
En los últimos años, la terapia sistémica destaca por el abordaje de las nuevas
realidades sociales que demandan una atención específica y diferente, suponiendo un
68
nuevo desafío para todos los profesionales que trabajan en este campo. Además de la
transculturalidad, algunas de estas realidades que determinan el funcionamiento sistémico
de la familia son los problemas de fertilidad en parejas, la cada vez menos escondida
realidad de la violencia machista y la violencia familiar, las nuevas tecnologías que se han
convertido en "un miembro conflictivo" en las familias o las nuevas tipologías familiares
como las familias reconstituidas, monoparentales o familias compuestas por una pareja
homosexual.
Las "nuevas familias" son un reto para los terapeutas familiares consagrados y una
puerta abierta a la adaptación y la creatividad para los terapeutas noveles.
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comunidad humana. El observar entendido como un distinguir en lenguaje
constituye un proceso social que precisa esencialmente de una comunidad o cultura
en la cual se puedan establecer condiciones duraderas para un entendimiento y una
consensualización exitosa que permita generar los significados, normas, usos, etc.
que van constituyendo las tradiciones.
La "Teoría General de los Sistemas" (TGS) fue descrita por primera vez en 1937 por el
biólogo austriaco Ludwing ven Bertalanffy. El gran mérito de esta teoría es que no sólo
es aplicable al ámbito de la biología, sino que también da respuestas en el ámbito de las
ciencias sociales. Desde la misma se afirma que el universo está compuesto por
elementos que se interrelacionan entre sí constituyendo sistemas. De igual forma que hay
un sistema solar o el ser humano tiene un sistema nervioso, la familia constituye un
sistema formado por las continuas interacciones entre sus miembros y su relación, como
una totalidad, con el exterior.
¿Qué es un sistema?
70
Watzlawick y otros (1995: 117) emplean la definición dada por Hall y Fagen para
explicar el concepto de sistema. Estos autores lo definen como "el conjunto de objetos
así como de relaciones entre los objetos y entre sus atributos". Los objetos son las partes
del sistema, los atributos son las propiedades de los objetos y las relaciones mantienen
unido el sistema.
•Equifinalidad.• este concepto se refiere a que dos resultados idénticos pueden tener
orígenes diferentes, puesto que el resultado va a depender de la naturaleza del
proceso. Así, dos personas que provienen de familias de origen distintas, desde el
punto de vista del manejo de las emociones, pueden expresarse emocionalmente de
forma parecida en su familia de procreación. De igual modo, idénticos orígenes
71
pueden llevar a diferentes resultados (equipotencialidad). En relación con la familia,
dos hijos nacidos y criados en las mismas condiciones pueden terminar eligiendo
dos parejas totalmente diferentes.
•Causalidad circular: en la interacción entre sistemas o entre partes del sistema todo es
principio y fin, todo comportamiento es causa y efecto, no hay una causalidad
lineal. Para entender cómo funciona un sistema es preciso que se comprenda cómo
son las interacciones recursivas entre sus elementos. Para comprender cómo se
relaciona una familia la observación y el abordaje terapéutico no puede limitarse,
por ejemplo, a la interacción madre-hijo, ya que supondría una parcialidad, puesto
que sería atender "un segmento de todo el círculo" que forma la interacción familiar.
Como bien explican los autores de esta teoría, Watzlawick, Beavin Bavelas y Jackson, en
la comunicación hay tres áreas de estudio: la sintáctica, referida a la transmisión de
información en relación con aspectos como la codificación, el canal o la redundancia; la
semántica, que abarca lo relativo al significado en la comunicación; y la pragmática, la
influencia de la comunicación en la conducta del individuo. Así,".. .desde la perspectiva
de la pragmática, toda conducta, y no sólo el habla, es comunicación, y toda
comunicación, incluso los indicios comunicacionales de contextos impersonales, afectan a
la conducta' (Watzlawick y otros, 1995: 24). Desde un marco de trabajo sistémico, estos
autores se centran en el estudio de la pragmática.
72
esta comunicación, ya que éste aporta información sobre la relación establecida. De este
modo, si se considera que el síntoma es una forma de comunicación, no se puede
comprender su significado sin tener en cuenta el contexto en el que se manifiesta. Así, si
en una familia hay un hijo adolescente con problemas de conducta, hay que estudiar, por
ejemplo, cómo son las relaciones entre los padres y las relaciones de los padres con el
hijo para poder entender qué significan esos problemas de conducta en el contexto
familiar.
73
fundamental conocer cómo es dicha puntuación para entender qué se está
transmitiendo y cómo se está haciendo. Por ejemplo, una persona ha quedado con
una amiga para merendar y le envía un mensaje de texto al móvil diciéndole que se
va a retrasar media hora porque tiene una reunión, pero la amiga no recibe el
mensaje, espera y no entiende por qué la persona con la que ha quedado no la ha
avisado, lo que hace que se enfade. Ambas partieron de dos puntuaciones
diferentes: la primera parte de la puntuación "he avi sado a mi amiga, así sabe que
llego tarde", la segunda parte de la puntuación "he quedado con mi amiga, llega
media hora tarde y no sé nada de ella'.
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Danny de Vito y protagonizada por Kathleen Turner, Michael Douglas y el propio
director, adaptación de la novela de Warren Adler. Sin desvelar el final, es
interesante destacar cómo la película transcurre a lo largo de esa escalada simétrica,
en un juego de "quién puede más" llevado hasta el límite.
2.2.3. La Cibernética
75
morfogénesis.
Mujer de 39 años, casada desde hace diez con un hombre alcohólico. En los
últimos tres años, la adicción se ha ido agravando, pasando de beber los fines de
semana a hacerlo prácticamente todos los días. Acude a consulta sola puesto que
le planteó a su marido que le acompañara pero él no cree tener ningún problema
con el alcohol. El terapeuta explora cómo la mujer ha intentado afrontar este
problema y ella comenta acciones como ir a buscarle los fines de semana al bar
para que no regrese solo a casa en malas condiciones, llamar a la oficina en caso
de que esté con resaca diciendo que está enfermo y controlar a los niños para
que el padre no se enfade y beba más (medidas que mantienen la homeostasis
en la familia, puesto que son feedbacks negativos, ya que no favorecen el
cambio, al contrario, mantienen la situación en casa igual y que el marido no se
plantee dejar de beber). Se trabaja con ella para que implemente nuevas medidas
(feedback positivo) que favorezcan el cambio y supongan una ruptura de la
homeostasis del sistema familiar. Las medidas que se plantean son: no encubrirle
ante su jefe, de manera que el marido tenga que afrontar esas explicaciones,
dejar de hacerle la comida y la cena los días que venga bebido del trabajo. En
último extremo, se le plantea a la mujer que le plantee la separación en caso de
no acompañarle a consulta (siempre y cuando ella esté convencida de dar ese
paso). Con la práctica de estas últimas medidas se rompe el equilibrio en la
relación, puesto que son medidas que hacen que el marido alcohólico tenga que
enfrentarse a las consecuencias de seguir bebiendo, algo que hasta ahora no
76
tenía que hacer puesto que era la mujer la que abordaba dichas consecuencias.
Dentro del campo de la cibernética, se distinguen dos líneas de estudio de los sistemas
bien diferenciadas: la primera cibernética o cibernética de primer orden y la segunda
cibernética o cibernética de segundo orden.
77
abordar la psicoterapia. Estos autores demuestran una gran apertura al abrir el campo de
la salud mental a otras disciplinas provenientes de ámbitos tan diversos como la
Cibernética o la Biología. Gracias a ello, se va creando un collage de múltiples piezas,
que son todos los pioneros de este paradigma y todas las escuelas desarrolladas, con una
base común: la ruptura con la influencia predominante del psicoanálisis y la incorporación
de nuevos conceptos de otras disciplinas. Ante la imposibilidad de reunir todas las
aportaciones que han realizado los diferentes autores en la formación del "universo
sistémico" se explican, a continuación, los denominados "modelos clásicos" en Terapia
Familiar.
Estos teóricos trabajan con, al menos, tres generaciones sobre aspectos como los
acontecimientos claves que han influido en sus vidas, las creencias que sostiene la
familia, las lealtades familiares y la influencia intergeneracional en el funcionamiento
actual familiar.
Este modelo invita a que los individuos, parejas y familias "vuelvan" a sus familias de
origen para resolver asuntos pendientes ya que, de esta manera, se puede alcanzar un
nivel de maduración que permita establecer relaciones sanas sin proyectar asuntos no
resueltos del pasado en las relaciones actuales.
78
•Aprender, a partir de una nueva narrativa de la relación con la familia de origen,
nuevas pautas de interacción con los otros.
Murray Bowen
En su libro Terapia familiar en la práctica clínica este autor desarrolla dos nociones
claves de su teoría: el grado de diferenciación del self y el grado de ansiedad. Basándose
en ellas, elabora los siguientes conceptos básicos que constituyen "los muros de cargó'
sobre los que se asienta su concepción de las relaciones familiares: triangulación, proceso
emocional de la familia nuclear, proceso de proyección familiar, proceso de transmisión
multigeneracional, desconexión emocional y regresión social.
-Grado de diferenciación del self. Para Bowen (1989: 90) este concepto define "a los
individuos de acuerdo con el grado de fusión o diferenciación entre el
funcionamiento emocional e intelectual" que, a su vez, los vincula con el grado de
madurez. Elabora una "escala de diferenciación" (de 0 a 100) que clasifica a las
personas en función de su grado de diferenciación y, en consecuencia, de madurez.
Los polos de la escala son: la fusión total emoción-intelecto y la diferenciación total
emoción-intelecto. En el grado inferior de la escala se sitúan las personas cuya parte
emocional e intelectual están fundidas. Describe a estas personas como poco
flexibles, poco adaptativas y dependientes emocionalmente. "El intelecto funciona
como un apéndice del sistema emocional" (Bowen, 1989: 91). Heredan una gran
cantidad de problemas familiares que dificultan su diferenciación. En el grado
superior de la escala sitúa a los individuos más diferenciados, que se caracterizan
por ser más flexibles, más autónomos y más independientes emocionalmente. El
intelecto es suficientemente independiente como para hacer razonamientos y tomar
decisiones basadas en dichos razonamientos, no exclusivamente en la emoción.
79
-Grado de ansiedad. Todo ser humano sufre ansiedad en algún momento de su vida
como una respuesta normal ante una situación amenazante. La ansiedad se
convierte en un "problema familiar", tal como lo entiende Bowen, cuando se
mantiene en el tiempo generando un estado de tensión que se traslada al resto del
grupo familiar, llegando a originar síntomas físicos o psicológicos en uno o más
miembros del mismo. En función del grado de diferenciación, la familia es más o
menos capaz de manejarse con niveles de ansiedad. La ansiedad, como síntoma
familiar, puede determinar el modo de funcionar del sistema y su capacidad de
adaptación a las situaciones críticas.
80
madre, lo que ella interpreta como un problema del hijo, estableciéndose una actitud
de infantilización del mismo que no le permite crecer ni madurar.
-Regresión social. El autor parte de la premisa de que la "ansiedad social' tiene una
gran repercusión en las familias, haciéndolas más vulnerables a todos los procesos
anteriormente mencionados. La tensión social elevada causada por factores como la
falta de bienestar social, la violencia, la desprotección, etc. hace que la familia se
vea expuesta a un grado de ansiedad crónica que le lleva a perder el contacto con su
parte intelectual, recurriendo cada vez más a lo emocional para enfrentarse a las
dificultades y tomar decisiones.
Iván Boszormenyi-Nagy
81
Este psiquiatra, que emigra desde Hungría a Estados Unidos, desarrolla la Terapia
Familiar Contextual, que se caracteriza por determinar qué ideas, creencias y lealtades se
heredan de las generaciones pasadas, en qué medida éstas se mantienen y qué
vinculación tienen con el funcionamiento actual de las relaciones familiares. Este modelo
pone el acento en los siguientes conceptos: lealtad, equilibrio y justicia y ética relacional.
También introduce el concepto multigeneracional que, posteriormente, Stierlin (1979)
reelabora como delegación e individuación referencial.
En una familia, la ética relacional tiene que ver con la imparcialidad equitativa, que
está directamente vinculada con la idea de justicia que debe existir en las diferentes
generaciones. Cada persona tiene que ser considerada de forma justa tanto para sus
82
propios intereses y bienestar como para el de los demás miembros de la familia. Si han
existido injusticias, uno de los objetivos de la terapia es hacer un "registro de méritos", es
decir, un reconocimiento de la deuda, una actitud hacia la compensación que, de no ser
pagada en esta generación, se tendrá que pagar en la siguiente. Si la justicia emocional no
llega o es demasiado lenta puede generar síntomas. Por ejemplo, un hijo ha sido tratado
con una excesiva protección porque tuvo problemas físicos en la infancia, originando que
su hermana no recibiera la atención deseada. Ésta, al no ser reconocida en su abandono
emocional, desarrolla un trastorno de la conducta alimentaria, lo que hace que inicien una
terapia familiar. En el trabajo terapéutico con esta familia se reconoce, entre otros
aspectos, la injusticia cometida y se plantea un ritual de compensación.
James Fralno
Su abordaje terapéutico lo lleva a cabo bien con individuos que en ese momento no
están en terapia con él o bien con pacientes suyos que, a su vez, pueden estar realizando
la terapia en distintos contextos: terapia familiar, terapia conyugal, terapia en grupos de
parejas o terapia individual.
83
individuo puede vivir las experiencias más difíciles, como maltrato, abuso sexual,
humillación o abandono. Las sesiones con las familias de origen ayudan a retomar todas
estas experiencias, positivas y negativas, y a abordar cuestiones-relaciones no resueltas
en un contexto seguro y aséptico, con el que ninguno está vinculado emocionalmente. El
terapeuta tie ne que generar un ambiente de confianza y contención emocional que
permita a la familia expresar todo aquello que siente y que, tal vez, nunca se haya
permitido compartir. Esta experiencia ayuda a poder pasar del enfado a la comprensión,
del dolor a la empatía y del odio a la reconciliación.
Gran parte del trabajo que elaboran los terapeutas sobre sus propias familias de origen
(FOT, Familia de Origen del Terapeuta) está basado en el abordaje de Framo. Se aplica
grupalmente, dirigido por un experto en este campo, y pretende que los profesionales de
la salud mental, y los terapeutas familiares en particular, indaguen en su historia familiar y
personal con varios objetivos:
84
individual o familiar.
En 1953 publica con Thomas Malone la obra Las raíces de la psicoterapia, en la que
desarrollan nuevas técnicas para abordar la vida desde el presente, no desde el pasado.
Los autores advierten que las técnicas son una forma de potenciar el afecto entre los
miembros de la familia y recomiendan a los terapeutas ser comprensivos y, al mismo
tiempo, firmes con las familias, lo que les permitirá introducirse en su mundo.
Para explicar en qué consiste su terapia, Whitaker (1992: 179) hace una comparación
metafórica con el cuidado parental:
Este cuidado involucra los problemas del cuidado y del funcionamiento. Es decir,
que uno tiene que ser no sólo una persona preocupada por el bienestar del otro
(paciente individual, pareja o familia), sino también estar dispuesta a dejar de lado
parte de su propia personalidad para funcionar del modo más beneficioso para el
otro. Del mismo modo que un adulto no puede descontrolarse al luchar con un niño,
85
uno no puede ser sólo una persona cuando hace psicoterapia. Uno tiene que
disciplinar su personalidad. El propósito de nuestro cuidado parental es permitir al
paciente la libertad de convertirse cada vez más en sí mismo, descubrir nuevos
límites a su propia operación, una nueva libertad para la cólera, para la intimidad,
para centrarse en sí mismo. Esta libertad surge del hecho de que el terapeuta (es
decir, el progenitor) maneja la situación, provee la seguridad y el bienestar.
-¿Hay alguien en la familia que esté contento porque las cosas vayan tan mal?
-¿Por qué vuestros padres se unieron antes de que esperaran a que llegara alguien
mejor?
En el cuadro 2.3 se presentan los aspectos más relevantes del proceso terapéutico,
según este enfoque.
86
La figura del terapeuta debe reunir no sólo una preparación técnica sino que su "curar
terapéutico" tiene que ver con su humanidad y su arte. La forma y la intensidad con la
que se actúa con la familia están basadas en su criterio personal de experiencias, valores
y creencias.
87
-Tiene un estilo provocativo; compasivo a la vez que duro y cálido al mismo tiempo
que distante.
-Tiene que ser honesto y consecuente, hablando a la familia de una manera franca y
directa.
En su libro Danzando con la familia, Whitaker (1988: 49) hace una reflexión que
resume todo su planteamiento de trabajo:
[...1 Las familias que tratamos pueden estar dispuestas a vernos como
sabelotodos. Debemos hacerles saber que, en realidad, no podemos mostrarles el
camino. Que para llegar a cualquier parte deben ensuciarse las manos. Mi manera
favorita de hacerlo es revelar pedacitos de mi propia condición humana. Alentarlos a
reconocer algunas de mis limitaciones. Una réplica-tipo cuando piden que se les diga
qué hacer con su vida es: "No sabría ni cómo empezar a decirles qué hacer en su
situación. Tengo bastantes problemas para llevar adelante mi propia vida. Pero me
alegraría tratar de ser de alguna utilidad en su lucha con la vida".
Las escuelas desarrolladas en este apartado forman "las ramas de un árbol" cuya raíz es
el enfoque interaccional que está basado en la Teoría de la Comunicación Humana o de
las Interacciones y en los principios de la Cibernética de Primer Orden, siendo sus
precursores Bateson, Jackson, Haley, Weakland, Beavin-Bavelas y Ray, cuyo objetivo es
entender la naturaleza de la conducta humana.
88
Como explican Ray y Watzlawick (2006), en 1958 Don Jackson funda el Mental
Research Institute (MRI) para continuar las investigaciones realizadas por Gregory
Bateson y su equipo, el llamado "Grupo de Palo Alto" formado por éste, Weakland,
Haley y Fry, uniéndose, posteriormente, Virginia Satir, como directora de formación.
Este grupo utiliza la metodología de la Antropología Cultural de Weakland y la Teoría
Interpersonal de H.S.Sullivan.
89
La conducta interaccional tiene sentido sólo en el contexto, dado que es adaptativa y,
por lo tanto, las preguntas hacia el individuo van a incluir factores contextuales.
Esta escuela se enmarca dentro los "enfoques de Terapia Breve". Se crea en 1968,
después de la muerte de Don Jackson, fundador del primer grupo del MRI, Watzlawick,
Weakland, Fish y Segal integran el Brief Therapy Center del Mental Research Institute en
Palo Alto (California), que sigue funcionando en la actualidad.
Al contrario que en sus inicios, este grupo deja de lado el estudio de la influencia del
ciclo vital en la aparición de los problemas y del origen de los mismos para centrarse en
comprender qué es lo que está manteniendo el problema en la actualidad y cuáles son los
intentos de solución que la familia ha llevado a cabo. Estos profesionales parten de la
hipótesis de que un problema permanece porque, tras fracasar en el intento de solución,
se intenta aplicar la misma solución de forma más insistente y continuada, con lo que el
problema se mantiene.
Este grupo establece una tipología de soluciones intentadas por parte de los pacientes
y sus familias (Ochoa de Alda, 1995):
•Forzar algo que sólo puede ocurrir espontáneamente. Abarca problemas como tics,
dolor de cabeza, tartamudeo o insomnio. En estos casos, se le pide al paciente que
"no intente solucionar el problema', como en el caso de los tics, en el que se le pide
que intente hacer el tic a propósito. La idea que subyace a esta intervención es que
si el paciente "provoca" el síntoma o, simplemente, no intenta terminar con él,
aprenderá a "acercarse a él y conocerlo", de manera que terminará controlándolo y,
de este modo, suprimiéndolo.
90
sociales, comportándose de manera que sea rechazado. Se pretende que se
"acostumbre" al rechazo, se inmunice y, de este modo, termine enfrentando la
situación.
•Llegar a un acuerdo mediante coacción. Solución habitual que intentan los padres
con los hijos adolescentes rebeldes, reprendiéndoles y coaccionándoles para que les
obedezcan. El clínico pide a los padres justo lo contrario, lo que se denomina
sabotaje benévolo: se les pide a los padres que tomen una postura de inferioridad
frente a los hijos. La hipótesis subyacente es que si suspenden la conducta
dominadora se extinguirá la conducta rebelde del chico. En lugar de reprender o
"dar la brasa' (en el lenguaje de los chicos), ante los desafíos y las desobediencias
de los hijos reaccionarán de forma imprevista, por ejemplo, cerrarán la puerta de la
casa "sin darse cuenta', estropearán la ropa al lavarla "por despiste" o echarán sal al
café en vez de azúcar. Después se disculparán, aduciendo que no saben qué les
ocurre. Esta situación desconcertará a los chavales y dejarán de lado su conducta
oposicionista.
91
Enfoque estructural
Entre los años 1965 y 1970 Salvador Minuchin desarrolla este modelo, trabajando
como director en la Clínica de Orientación Infantil de Filadelfia. Como su nombre indica,
el concepto clave de esta escuela es la estructura, que se define como "un conjunto
invisible de demandas funcionales que organizan los modos en que interactúan los
miembros de una familia". (Minuchin, 2005: 86). Desde esta perspectiva, el autor define
la familia de la siguiente manera:
Desde los años 80, este modelo ha sufrido profundas modificaciones, con críticas del
propio Minuchin, ya que, hoy en día, el terapeuta ya no observa solamente la estructura,
sino que se incluyen otros factores como la biología, los valores, las creencias, las
narrativas que se van construyendo, comunicando y modificando a través de las
interacciones. De hecho, los terapeutas estructurales actuales abordan cómo las
narrativas del pasado influyen en las conductas problema del presente y cómo se pueden
utilizar para reestructurar la situación familiar actual.
Los conceptos básicos que se emplean en este modelo son clásicos en el lenguaje
sistémico:
92
mismas personas en su función de pareja; el subsistema filial, constituido por los
hijos, y el subsistema fraternal, integrado también por los hijos pero en su función
de hermanos.
•jerarquía. Hace referencia al orden en el que se sitúan los miembros de una familia
en función de variables como son la toma de decisiones, el control de la
información familiar, la organización de las actividades o el manejo de la economía.
En definitiva, define la función de poder dentro del sistema familiar.
En todas las familias tiene que haber una jerarquía que contribuya a mantener un
orden. También se puede dar la denominada jerarquía incongruente, basada en la
disposición simultánea de dos posiciones incompatibles. Por ejemplo, esto se
observa en el poder que da una enfermedad como la adicción. El hijo adicto tiene
dos posiciones: como hijo está en una posición inferior en la jerarquía a la vez que,
93
como adicto que provoca conflictos, tiene una posición de control sobre los padres.
Para evaluar el grado de funcionalidad del sistema familiar, se hace una valoración de
cómo está establecida la jerarquía, de qué coaliciones se encuentran y cómo son los
límites en dicho grupo familiar.
El síntoma es el resultado de una estructura familiar alterada, bien por una jerarquía
inadecuada o incongruente, bien por unos límites demasiado rígidos o demasiado
porosos. El objetivo a alcanzar en la terapia es alterar la estructura familiar que mantiene
el síntoma o el problema, de manera que llegue un momento en que éste no tenga cabida.
Enfoque estratégico
El enfoque estratégico, desarrollado por Jay Haley y Cloé Madanes, tiene su origen en
la hipnosis, práctica terapéutica desarrollada por Milton Erickson, quien brindó una
extraordinaria variedad de técnicas hipnóticas sin el empleo formal de lo que se conoce
como hipnosis. El concepto de hipnosis de Erickson no alude a un ritual, sino a un tipo
de comunicación entre los individuos; así, define el trance hipnótico como un intercambio
entre dos personas.
94
de la familia, con el fin de aclarar las posiciones dentro de la jerarquía.
Es una terapia activa y directiva, alienta la idea de que las personas, el espacio y el
tiempo son modificables, y proporciona ideas específicas acerca de cómo conducir a un
individuo, a fin de que se haga más autónomo.
Los objetivos que se pretenden alcanzar son alterar los patrones de comunicación y
los comportamientos que mantienen la conducta sintomática.
•El pasado. No se explora el mismo a menos que exista alguna circunstancia especial
que lo requiera, dado que el presente interaccional es suficiente muestra para
entender el problema, por lo tanto, el terapeuta se centra en la comprensión de la
interacción y en las tareas que hay que realizar para su modificación.
•Causa del cambio. El cambio se produce por la alteración de los patrones repetitivos
de comunicación y comportamiento, no por la comprensión.
•Plan particular para cada caso. Dada la complejidad de los problemas en las distintas
95
familias, sociedades y culturas es necesario diseñar una terapia para cada caso en
función de lo específico del mismo.
•Ciclo vital. Es objetivo de este enfoque ayudar a las personas a sobrellevar las crisis
que deben afrontar en las diferentes etapas del ciclo vital, para poder pasar a la
etapa siguiente.
Escuela de Milán
En 1974, Selvini publica el libro Anorexia sentando las bases de su modelo de Terapia
Familiar. En 1975 el grupo publica Paradoja y contraparadoja (1991), donde desarrolla la
intervención paradójica y contraparadójica para neutralizar el doble vínculo en las
familias esquizofrénicas. Estos autores conciben a la familia como un sistema que
establece una serie de reglas y significados que, con el tiempo, van a delimitar el
funcionamiento de los individuos. Cuando la familia presenta problemas de relación, el
terapeuta tiene que identificar qué reglas del juego son las que sustentan el poder en
dicha familia. Precisamente, cuando la familia acude a consulta, envía este mensaje al
terapeuta "cambia al paciente (portador del síntoma) sin cambiarnos a nosotros", lo que
plantea una situación paradójica para el profesional. Éste responde de forma
contraparadójica "si queréis que os ayude, no podéis cambiar".
En 1980, el grupo se escinde de manera que, por un lado Selvini Palazzoli y Prata se
centran en el desarrollo de la técnica de la prescripción invariable (ver capítulo 7) basada
en una hipótesis válida para las familias con un miembro con esquizofrenia, mientras que,
por otro lado, Cecchin y Boscolo se centran en la necesidad de generar hipótesis
específicas y variadas que se adapten a cada familia, cuestionando la disyuntiva de
96
normalidad o patología.
Para estos autores lo patológico es el juego familiar que consiste en el mapa de las
relaciones familiares, alianzas y exclusiones. ¿Qué está y qué no está permitido en este
juego? El juego familiar se convierte en patológico cuando asigna a sus miembros roles y
funciones que ya no corresponden al momento que atraviesan.
•Hipotetización. El término hipótesis proviene del griego y significa aquello que está
por debajo. La hipotetización es el proceso mediante el cual el terapeuta formula
una hipótesis basada en la información que posee de la familia. La hipótesis es un
supuesto temporal que debe verificarse posteriormente para explicar un fenómeno,
de manera que puede ser confirmada, conservada o rechazada. Su valor radica en
su utilidad, es decir, si cumple una función ordenadora y estimulante. En relación a
la función ordenadora, el terapeuta va a clasificar las diversas informaciones en
significativas o irrelevantes; de esta forma construye un orden cognitivo. En relación
a la función estimulante, su cometido es abrir o analizar nuevas perspectivas y
posibilidades y no sólo remitirse a verificar lo que ya se sabe. Su objetivo es
implementar lo inesperado y lo improbable.
Toda hipótesis debe ser sistémica, por lo tanto, incluir a todos los miembros de la
97
familia, proporcionando una suposición que explique la función relacional del
síntoma.
Hay situaciones clínicas que no toleran ningún tipo de neutralidad, como por
ejemplo, el abuso sexual, la violencia física, el maltrato a los hijos o a los padres, la
continuidad de una adicción incontrolable, la amenaza suicida, entre otras.
98
tiene un largo historial de relaciones, ello es lo que dicta el tipo de reacciones a tener,
las cuales pueden repetirse en diferentes contextos y algunas veces son transmitidas
de una generación a otra.
Todas estas ideas novedosas las desarrollan siguiendo dos principios básicos de su
maestro Bateson: "una información hace una diferencia" y "la introducción de una
diferencia hace una relación o un cambio en la misma" (Bateson, 1972).
99
Una de las aportaciones más importantes fuera del campo de la psicoterapia es la del
biólogo Maturana y el científico cognitivo Varela (1990) que desarrollan el concepto de
"autopoiesis" (en griego autocreación) o autoorganización de los sistemas vivientes;
afirmando que todo sistema viviente está sujeto a una organización espontánea. Von
Schlippe y Schweitzer (2003: 76) distinguen las siguientes características de los sistemas
autopoiéticos:
•No tienen otra finalidad más que la de reproducirse. Cualquier otra consideración
sobre su sentido es una aportación del observador.
•Son operacionalmente clausurados, es decir, sólo pueden operar con estados propios,
no con componentes ajenos al sistema. El mundo exterior y la información que de
él proviene sólo son relevantes en la medida en que sean capaces de impulsar o
"perturbar" estados propios del sistema.
Las críticas a esta teoría se basan, por un lado, en que desatiende demasiado la
importancia del contexto en el que las unidades individuales y autopoiéticas crean
realidades comunes y, por otro, si es posible trasladar conceptos de la biología a los seres
humanos.
100
A partir de los años 90, fruto de la incorporación e influencia de estos aportes, el
paradigma sistémico da paso a las "terapias de cooperación", más metafóricas y menos
directivas.
Por su parte, Neimeyer y Mahoney (1998) explican que los orígenes filosóficos de
esta perspectiva se remontan a filósofos como Giambattista Vico, Emmanuel Kant y
Hans Vaihinger, quienes señalaron al ser humano como un ser proactivo y modelador a la
hora de configurar las realidades a las que responde.
Fernández Liria y Rodríguez Vega (1998: 34), siguiendo los estudios de Von Foester y
Von Glaserfeld, explican lo siguiente:
Desde esta perspectiva, Watzlawick (1981: 15) formula la siguiente pregunta: "¿cómo
101
sabemos lo que creemos saber?". Para el autor, lo que el ser humano sabe es fruto de la
información obtenida a partir de su indagación, pero hay algo más importante, que es
cómo el ser humano adquiere el conocimiento. Para poder entender cómo es este
proceso de adquisición de lo que se sabe es imprescindible que el ser humano "salga de sí
mismo" y estudie cómo funciona. Por lo tanto, lo que se sabe depende de cómo se sabe,
de ahí que el autor habla de una "realidad inventada', puesto que no existe una realidad
única y verdadera, ya que ésta va a depender de cómo es el proceso de adquisición del
saber.
El psicólogo social Ken Gergen está considerado como uno de los pioneros del
Construccionismo Social. Gergen (1994) plantea que el Construccionismo Social es una
teoría postmoderna que intenta sustituir las concepciones modernistas, donde los seres
humanos son concebidos como "máquinas" o como algo "objetivo", por un modelo
donde el ser humano es un constructor social, cuyo funcionamiento se entreteje de un
modo complejo con los procesos sociales.
El Construccionismo Social postula que las ideas, las imágenes mentales y los
recuerdos se producen a través del intercambio social y se reproducen a través del
lenguaje. Aplicado al ámbito terapéutico, el lenguaje es el problema y necesita ser tratado
en terapia. De este modo, los objetivos a alcanzar con los pacientes son,
fundamentalmente, dos. Por un lado, lograr que la comunicación sea comprensible
dentro de la relación terapeuta-paciente; por otro lado, prestar atención, en las
conversaciones terapéuticas, al uso del lenguaje y a las acciones comunicativas para
102
observar su influencia entre los miembros de la familia y entre éstos y el terapeuta. La
conversación o el diálogo terapéutico es la herramienta básica para animar a las personas
a que piensen en términos de historias, metáforas y retórica. En definitiva, cómo se han
creado los significados que dan cuerpo a los discursos vigentes.
103
El proceso terapéutico se comienza explorando la experiencia de la situación-problema
dentro del mundo lingüístico de cada uno. Más adelante, el terapeuta trata de captar el
significado de lo que se está transmitiendo. Para Botella y Pacheco (2001) el proceso
terapéutico consta de siete fases que se recogen en el cuadro 2.4.
104
Kim Berg (1991) y sus colaboradores. El aporte de estudiosos como O'Hanlon y Weiner
Davis (1990) ha sido de gran relevancia para ampliar la repercusión de este modelo en el
ámbito de la psicoterapia.
Este modelo, a través de un proceso lingüístico que construye realidades con los
clientes, toma en cuenta los puntos de vista de éstos como creaciones cuya valoración
está en función de su utilidad. De esta manera, la forma en que los individuos se cuentan
a sí mismos los problemas debe ser negociada en la terapia, a través de la interacción,
para que sea más útil, a fin de resolver la queja inicial.
En relación con la figura del terapeuta, hay una serie de características diferenciales:
•Explora con la familia lo que ya les ha funcionado anteriormente y les pide que sigan
haciéndolo.
105
•Convoca a todas aquellas personas que pueden ayudar a crear soluciones, identificar
otras que se pasaron por alto, buscar las excepciones.
•Utiliza técnicas con proyección al futuro como "la pregunta milagro", "la fantasía
guiada' o "la bola de cristal" (ver capítulo 7).
•Más de lo mismo. La idea es tan sencilla como plantear que si algo ya funciona es
necesario seguir haciéndolo y ampliarlo. En terapia breve no se cuestiona la calidad
de las soluciones que el individuo intenta, sólo se valora su utilidad.
•El lenguaje del problema es diferente al lenguaje de la solución. Para este modelo, el
lenguaje de la solución tiene que ser positivo, optimista y orientado hacia el futuro,
a diferencia del lenguaje focalizado en el problema, que suele estar teñido de
connotaciones negativas ubicadas en el pasado.
•No hace falta conocer el problema para solucionarlo. De Shazer (1997) dice que "no
es necesario tener una llave que se corresponda exactamente con la forma de la
cerradura, sino que es suficiente usar una ganzúa que abra el mecanismo". Este
modelo, orientado en el presente y en el futuro, invierte poco tiempo en conocer los
orígenes y las disfunciones del cliente o del sistema familiar, centrándose, de una
forma muy pragmática, en la solución.
106
todas las personas. Una de las funciones de la terapia es lograr que el cliente sea
capaz de reconocérselos, de modo que se conviertan en una herramienta para
alcanzar la solución.
•El terapeuta, cuando interrumpe la sesión, ofrece a la familia dos posibilidades: bien
puede ver y escuchar la reflexión del equipo (metálogo) a través del espejo,
realizada por dos o tres miembros del mismo, o bien estar junto al ER en la misma
habitación, sin tener la necesidad de participar, sólo escuchando las reflexiones que
genere el equipo. Los miembros de la familia pueden hacer comentarios entre sí
107
sobre lo que éste habla.
•La sesión tiene una duración entre sesenta y noventa minutos, en la que se hacen
entre dos y tres interrupciones de diez minutos cada una, aproximadamente. Estos
son los espacios de reflexión en lo que se trata de focalizar sobre temas específicos
y no un torrente de ideas.
•La familia tiene la última palabra. Una vez finalizada la sesión, se les pregunta si lo
comentado en la sesión les ha ayudado a aclararse, si desean volver y cuándo.
Es de destacar que tanto el empleo del espejo unidireccional como del ER, con todas
sus posibles aplicaciones, tienen un impacto de cambio tanto en las familias como en los
miembros del equipo terapéutico.
108
La aplicación de este modelo tiene la ventaja de que la familia tiene a su disposición
otros profesionales "pensantes", además del terapeuta, que trabajan sobre su caso,
logrando un abordaje más diverso y completo. Esto conduce a una intensidad vivencial y
analítica de los problemas planteados que acortan el tiempo de la terapia. La ventaja para
el terapeuta es saber que no está solo, interactúa con el equipo reflexivo continuamente,
comparte la responsabilidad sobre el tratamiento de una forma mucho más igualitaria, al
mismo tiempo que elabora y modifica las hipótesis de una manera fluida. Todo esto
potencia la eficacia del tratamiento y el grado de satisfacción de los pacientes.
PREGUNTAS DE AUTOEVALUACIÓN
109
110
Tres facultades hay en el hombre: la razón que esclarece y domina; el
coraje o ánimo que actúa, y los sentidos que obedecen (Platón)
Desde finales del siglo xx y comienzos del XXI, la vida del individuo está influenciada
por las transformaciones sociales, económicas, ideológicas y políticas que modifican su
vivir diario. Así, su vida se convierte en una carrera sin fin que le obstaculiza el vital
ejercicio de la reflexión como medio para anticipar las consecuencias de sus actos, pensar
en positivo y actuar solidariamente con el otro. Este ritmo vertiginoso impuesto por un
sistema de trabajo, producción y consumo altera el sentido que cada uno da a la vida y,
como consecuencia, pone en entredicho, entre otras cuestiones, la relevancia de las
relaciones interpersonales.
•La crisis de los modelos ideológicos y de identidad que pretendían dar respuesta,
desde una concepción de "verdad única", a todos los interrogantes que se plantea el
ser humano acerca de sí mismo y el sentido que le da a su existencia.
•La influencia de los modelos que provienen de los medios de comunicación y las
nuevas tecnologías, de donde el individuo recibe múltiples y continuos mensajes
sobre formas de sentir, pensar y comportarse, dando lugar a una gran confusión
sobre la imagen que construye de sí mismo y su actuación en relación con los
demás.
111
•La necesidad de especializarse para poder competir en un entorno cada vez más
individualista, con escasa oportunidad para la planificación y el desarrollo de un
pensamiento integral y no siempre disociado.
•La menor influencia de los sistemas significativos del entorno, como la familia, el
grupo o la comunidad de referencia, debido a un modo de vida que reduce los
momentos de encuentro, diálogo e intercambio. A esto se une la poca relevancia
que concede el sujeto a los legados culturales dejados por la familia y la comunidad
de origen, fundamentales en la construcción de una identidad cultural.
•El desarrollo de las nuevas tecnologías, que favorece que el individuo entre en una
carrera interminable para atrapar la inconmensurable información y dar como
válidas las oportunidades a las que tiene acceso a través de la red, que aparece
como una fuente de seguridad y felicidad. De esta forma, arbitrariamente pretende
alejar la idea de la mortalidad. En esta era digital, el ser humano pretende pasar de
homo sapiens científico de su vida y de su entorno a un acumulador y procesador
de información.
112
tradiciones con exigencias funcionales actuales lleva al individuo a una disociación
permanente que lo abruma.
De igual modo, la persona piensa, de forma equívoca, que todo lo que le sucede
depende de sus decisiones, sin relacionar sus vivencias con lo que ocurre en la sociedad,
y viceversa. Este pensamiento sistémico, que intenta vincular individuo y entorno, en una
doble dirección, es clave para comprender lo que acontece en ambos elementos. Esta
doble dirección permite ver al individuo como un ser proactivo que influye con sus actos
en dicha socie dad y, a la vez, es influido por ésta en una espiral de interacciones. Por
ejemplo, una situación de desempleo estructural genera, psicológicamente, estados
anímicos diversos como depresión, ansiedad o estrés lo que, de ninguna manera, tiene
que ser visto solamente como algo individual, independiente de la influencia social. Sin
embargo, como consecuencia del pensamiento parcial y lineal "causa-efecto", el sujeto se
considera único responsable de sus estados emocionales y piensa, de forma omnipotente,
que tanto sus logros como sus fracasos dependen exclusivamente de él. Esta falsa
individualidad le aísla aún más, no permitiendo reconocerse como un ser "individual -
relaciona)".
113
relaciones volátiles, ligeras y endebles que fluctúan de un objetivo a otro, encubriendo,
en definitiva, una soledad no reconocida, una necesidad de amor no admitida y un temor
a mostrar debilidad e inseguridad.
Hasta finales del siglo xx, la individualización es vista como un concepto a rechazar,
como una conducta ilógica y desviada, aislada de lo colectivo y que, en definitiva, atenta
contra éste último. Sin embargo, en la actualidad, la idea de poder vivir juntos siendo
114
diferentes va teniendo más preponderancia, aunque se desconocen las consecuencias
sociales que esto implica:
Sin embargo, durante muchos años, la Terapia Familiar negó la posibilidad de que los
terapeutas realizaran terapia individual sistémica, basándose en los siguientes argumentos:
•Si toda la familia no estaba presente no se iban a poder entender los diversos
115
problemas del sistema y su relación con la aparición del síntoma.
•Si algún miembro de la familia no acudía era porque tenía resistencias cuando, con
frecuencia, eran problemas laborales o de horario los que impedían que acudiera.
El terapeuta sistémico que piensa que los problemas psicológicos del individuo sólo se
pueden entender en el marco de la relación está anticuado; de igual forma, se equivoca
cuando analiza las dinámicas del individuo sólo desde la perspectiva intrapsíquica,
dejando de lado lo contextual.
Hasta finales del siglo xx, el patrimonio de la terapia individual ha sido propiedad de
los modelos psicoanalítico y cognitivo-conductual. Dichos modelos no ayudan a entender
de forma circular la relación entre conducta y síntoma y su correlato con el
funcionamiento del sistema familiar o el entorno significativo del individuo. Tampoco
contribuyen a la comprensión de cómo las relaciones están afectadas por el problema y
cómo dichas relaciones, dentro del sistema, se han acomodado disfuncionalmente,
permitiendo que el problema continúe.
116
del trauma o conflicto para alcanzar un "insight", asumiendo que el cambio viene
determinado por la comprensión del trauma y la sustitución de los mecanismos de
defensa patológicos por unos más sanos. Las nuevas "teorías del apego" y el concepto de
"resiliencia" desarrollados por autores como Boris Cyrulnik y Jorge Barudy ponen en
entredicho esta metodología, dando relevancia a la interiorización de las relaciones
significativas y constructivas que desarrolla el individuo a lo largo de su vida como medio
para la superación y resolución de conflictos a partir del trauma y la adversidad.
117
en una armonía entre la aceptación de uno mismo y el entorno. Para dar protagonismo al
otro significativo que no está presente en la sesión, la psicoterapia individual sistémica
emplea una metodología que incluye diferentes técnicas como la interrogación sistémica,
la silla vacía y la escultura, entre otras.
Algunas de las indicaciones para llevar a cabo una Terapia Individual Sistémica son:
118
Varón de treinta años que vive en casa de sus padres. Él mismo pide tener el
espacio terapéutico de manera individual. Según refiere: "Siempre he compartido
todo con mis padres: los problemas con mis amigos, decisiones importantes y
menos relevantes, información como mi sueldo, los sitios adonde voy, las chicas
con las que he estado..., tengo la sensación de no tener nada propio, para mí
este espacio terapéutico y este tiempo representa lo primero que tengo mío y así
lo quiero mantener".
Varón de treinta y dos años que vive con su pareja desde hace tres y son padres
de un niño de año y medio. Acude solo a consulta porque no sabe si quiere
continuar con la relación. Refiere decepción y apatía en la misma pero,
explorando sobre su familia de origen, comenta que la relación entre sus padres
siempre fue muy conflictiva y que él se fue de casa con veinte años para salir de
un infierno. Paciente y terapeuta deciden hacer un trabajo individual dado que,
como hipótesis, se establece que gran parte de su funcionamiento en la relación
de pareja está influido por el modelo que vivió con sus padres. A medida que se
aborda este tema, el paciente descubre que, al contrario de lo que hacían sus
padres, que discutían permanentemente pero no resolvían los problemas, él ha
resuelto siempre los conflictos con sus parejas terminando la relación, sin
intentos previos de resolución. Gracias a esta indicación de terapia individual
sistémica, el paciente pudo entender la influencia de su familia de origen en el
modo de relacionarse con su pareja y afrontar los problemas.
•Individuos que acuden a consulta a petición de su pareja o familia, dado que éstos
han observado que los problemas relacionales de aquellos devienen de sus rasgos
caracterológicos. Varón de veintinueve años, acude a consulta a petición de su
pareja, con la que convive desde hace cuatro años. El paciente refiere ser
excesivamente ordenado y organizado en todo lo que realiza. Esta forma de
funcionar ha provocado conflictos con la convivencia y en su trabajo. Además
reconoce que cuando un tema le preocupa (sea de la índole que sea) necesita hablar
de ello de una manera recurrente hasta que consigue "ver una solución". Terapeuta
y paciente deciden hacer un trabajo fundamentalmente individual con el fin de
poder abordar estos rasgos de personalidad que le crean problemas relacionales.
119
•Personas con carencias emocionales básicas de sus padres (fríos, distantes,
narcisistas, ausentes, etc.) y entorno, tanto provenientes de la infancia o a raíz de
sucesos traumáticos inesperados y severos, como fallecimientos prematuros,
separación, abandono del hogar... Estas personas necesitan tener una relación
diádica con el terapeuta a fin de desarrollar e interiorizar un potencial de confianza
humana esencial y suficiente para ser capaz de trasladar este aprendizaje terapéutico
a otras relaciones.
Mujer de cincuenta años, separada, con dos hijas adolescentes y una nueva
relación de pareja de varios años en la que se siente desvalorizada e
incomprendida. Laboralmente es una mujer exitosa, con un puesto importante
en una multinacional, algo que ella no valora. Sus padres murieron en un
accidente de tráfico cuando ella tenía veintisiete años, es hija única. Refiere
necesitar "un espacio donde pueda mirarme y reconocerme porque no sé quién
soy". Decide acudir a terapia a raíz de la última discusión que ha tenido con su
hija menor, con la que tiene problemas en la convivencia diaria. Se siente
sobreexigida por esta hija y por el resto de las personas que la rodean. Terapeuta
y paciente acuerdan iniciar una terapia individual sistémica con el fin de afrontar
la sensación de soledad y desorientación que siente desde la desaparición de sus
padres, agravada por su posterior separación y las dificultades que tiene para
establecer relaciones interpersonales sanas.
•Sujetos que acuden con un problema psiquiátrico grave que no desean compartir con
la familia, al menos en una etapa inicial, bien sea por vergüenza, temor a la
marginación o evitar preocuparles. Estos son los casos de adicción a las drogas
(incluido el alcohol), ludopatía, inicio de un cuadro psicótico y trastornos de
personalidad, entre otros. En estos casos, la posibilidad de trabajar individualmente
con éxito solamente ocurre cuando el paciente tiene una alta motivación para el
cambio y un compromiso con el tratamiento desde el inicio. En caso de no ser así,
se le advierte al paciente que la única forma de resolver el problema con éxito es
mediante la incorporación de la familia al tratamiento.
Varón de treinta y nueve años, casado desde hace cuatro, acaba de ser padre por
primera vez hace unos meses. A raíz de este evento decide ponerse en
tratamiento para dejar el consumo de cocaína que comenzó cuando tenía veinte
años aproximadamente. Reconoce que consume diariamente, comenta que su
mujer no sabe nada. Ahora está preocupado porque, a raíz del nacimiento del
niño, por las noches se despierta y ha empezado a consumir en casa, algo que
120
no había hecho hasta ahora. Ha intentado dejarlo solo, pero no ha estado más de
dos días sin consumir. No quiere decírselo a su mujer y su familia no está en la
cuidad en la que vive. Se le plantea intentar hacer un tratamiento ambulatorio,
iniciando una desintoxicación con un análisis de detección de droga en orina y
estar más tranquilo para, posteriormente, plantear la posibilidad de acudir con su
mujer.
•Familias que se niegan a acudir a una terapia familiar, dado que consideran al
paciente como "un caso perdido" después de haber colaborado en otros
tratamientos sin obtener resultados.
Varón de cincuenta y cinco años, que ha llevado a cabo varios tratamientos por
alcoholismo, llegando a mantener una abstinencia de tres años. Desde hace dos
vuelve a beber, ahora decide iniciar de nuevo un tratamiento pero la familia no
está dispuesta a acudir con él. Se elabora un plan de tratamiento ambulatorio en
el que el centro se convierte en "la familia sustituta" en aspectos como control de
la medicación, apoyo y refuerzo por los logros que va consiguiendo, fuente de
relaciones a través de las terapias de grupo, etc.
•Individuos que acuden a terapia solos porque sus familias aducen dificultades
horarias y laborales. Otras porque piensan que no tienen nada que aportar a pesar
de las insistencias por parte del terapeuta de necesitar que participen en el
tratamiento.
•Individuos que son conscientes de que tienen problemas en las relaciones personales
tanto con la familia, amistades o en el ámbito laboral. Es frecuente en personas con
rasgos paranoides, obsesivos, con conductas impulsivas, fobia social, etc.
Mujer de veintiséis años que acude a consulta por problemas en la relación con
121
su madre y en la relación con sus amigos. En la exploración se obtiene
información sobre pensamientos obsesivos e ideas paranoides en relación con
amigos y familia como, por ejemplo, que su madre siempre está a favor de su
hermano mayor y no tiene en cuenta sus propias necesidades. También piensa
que sus amigos están "tramando" algo en contra de ella porque les nota esquivos
y con actitudes extrañas, como quedar y no avisarla; ha decidido no salir más
con ellos hasta aclarar los motivos de estas actitudes. Acepta acudir a
tratamiento siempre y cuando venga sola.
•Temas delicados que un individuo prefiere abordar a solas con el terapeuta, dado que
miembros de la familia pueden ser reacios a un abordaje conjunto o por las
repercusiones en la familia de hablar del asunto, como casos de maltrato o abuso en
el pasado.
122
•Personas que acuden a terapia con el fin de iniciar un proceso de autoconocimiento y
crecimiento personal. Buscan un enfoque sistémico, puesto que entienden que ese
objetivo se logra a través del descubrimiento y profundización de la historia de las
relaciones familiares: los mitos, los valores, las creencias, los roles y la comprensión
de cómo este bagaje familiar y cultural ha repercutido en su desarrollo psíquico,
emocional y relacional.
123
fluyen en la interacción entre ambos.
Una de las formas más efectivas que emplea el modelo sistémico para que tanto el
terapeuta como el paciente accedan a este conocimiento mutuo es la participación del
equipo observador o de una supervisión externa. Estas modalidades son claves para el
descubrimiento de nuevas perspectivas en la terapia, para que cada uno pueda ponerse
en la situación del otro: el terapeuta en el lugar del paciente y del equipo observador, el
paciente en el camino que toman el terapeuta y el equipo para ayudarle y el equipo
supervisor, influido por la observación de ambos (terapeuta y paciente) aportando una
mirada diferente y generando hipótesis que tendrán que validarse posteriormente. Una
vez más se confirma que la evolución individual y de los sistemas diádicos se hace a
partir de la incorporación de un tercero; se necesita la mirada de éste para lograr un
cambio y crecer. El supervisor y/o el equipo observador son el tercero esencial para este
fin.
124
Para conseguir una adecuada relación terapeuta-paciente se tienen en cuenta tres
aspectos fundamentales: la empatía, la transferencia y el poder.
• La empatía
125
se consigue cuando el terapeuta se pone el "casco de explorador", muestra curiosidad,
interés y comprensión e indaga en los dramas y dilemas del paciente. De este modo crea
una imagen global de éste que se construye a través de su práctica clínica en la atención a
casos similares, su propia experiencia vital, sus modelos teóricos de referencia, sus
prejuicios y su marco cultural, unido a toda la narrativa que el paciente transmite.
Por su parte, el paciente tiene que mostrar "su lado más feo", pero siempre está
presente el temor a la crítica. Consigue hacerlo cuando siente que el terapeuta no es un
juez, sino alguien que se preocupa sinceramente por entender su sufrimiento, se acerca
sin miedo a "esa parte fea", envía un mensaje de esperanza y trabaja para lograr posibles
soluciones. La intimidad se logra cuando el paciente siente la libertad de poder expresar
todo lo que le ocurre sabiendo que nadie le va a juzgar.
A estos tres elementos hay que añadir otros básicos que nutren la comunicación: el
"diálogo interno" que mantiene el terapeuta consigo mismo acerca de lo que fluye durante
la sesión y la metacomunicación, que consiste en la transmisión de lo que se está
percibiendo y recibiendo, al igual que la explicitación del tipo de relación y los
significados que se están creando entre el terapeuta y el paciente.
Para que se establezca la empatía, el terapeuta no sólo aborda los temas de rigor de
126
una entrevista sistémica, sino que ésta va acompañada de un estado anímico positivo,
que tras mita confianza y humor, que ayude a desdramatizar los problemas, sin relativizar
la importancia de los mismos. La relación empática se afianza gracias a la curiosidad y la
creatividad del terapeuta, que estimula al paciente a indagar y afrontar sus dificultades.
• La transferencia
Los terapeutas sistémicos que trabajan con un enfoque individual tienen en cuenta
este concepto desde un ángulo interaccional, es decir, el paciente no sólo traslada al
terapeuta aspectos importantes (sentimientos, emociones, pensamientos, estilos) de cómo
percibió a sus padres u otros significativos, sino también la interacción que ha tenido y
tiene con dichas figuras. En las relaciones, el paciente no es un sujeto pasivo, no sólo
recibe estímulos del otro que quedan fijados en su retina y reacciona conforme a ellos,
sino que también es protagonista de esta interacción en un juego de "a dos".
127
hermano mayor que guía?", "aun hijo que acompaña?"...). Todo paciente desarrolla una
expectativa transferencial de rol que le asigna al terapeuta. El cumplimiento de dicha
expectativa por parte de éste supone un factor positivo y de avance en la terapia. En
cambio, si ésta no se cumple, aunque sea parcialmente, es probable que la relación
empática y de cooperación no sea suficiente motivación para crear una alianza
terapéutica que favorezca el cambio.
• El poder
128
que se pueda hacer ningún cuestionamiento sobre lo pautado.
El movimiento feminista, dentro del campo sistémico, con figuras como Peggy Papp
u Olga Silverstein, cuestiona el paradigma sistémico por la forma de abordar la cuestión
del poder del hombre frente a la mujer en la terapia y la postura del terapeuta en relación
al género. Estas autoras, junto con Walters y Carter (1991: 32) afirman que:
La búsqueda del consenso, a través del diálogo terapéutico, hacía tomar posturas de
una neutralidad irreal. La práctica psicoterapéutica no planteaba qué hacer cuando
aparecía el disenso que ponía en cuestionamiento el "statu quo" del poder en las
relaciones.
129
que se tiene y se pierde, ha evolucionado hacia una idea de un elemento presente en
todas las relaciones. Nadie puede desentenderse en terapia sistémica de la cuestión del
poder, ya que el poder es una forma de conexión que adquiere peso y relevancia y tiene
diferentes significados en los distintos sistemas relacionales, sean microsistémicos o
macrosistémicos.
La introducción del disenso en la familia permite que las luchas por el poder en las
mismas sean más sanas. En las relaciones, consenso y disenso se alternan de igual forma
que se alterna el poder. Individuo y familia no constituyen términos excluyentes, dado
que se admite la particularidad de cada persona dentro del sistema de igual forma que se
respeta la idiosincrasia propia de cada grupo familiar y el poder que conlleva. Para llegar
a ello, la terapia ayuda a generar diálogos que contemplen y potencien la diversidad.
El terapeuta sensible al tema del poder explora los problemas existentes en relación a
éste en las familias, los problemas de los pacientes en la aceptación de la autoridad, la
dificultad del establecimiento de relaciones interpersonales por un mal manejo del poder,
tanto propio como el respeto al poder del otro y las consecuencias de un mal uso del
poder del terapeuta frente al paciente.
Terapeuta de veintiocho años, atiende a una familia con un hijo adolescente con
adicción a la marihuana. La madre, muy angustiada, cuestiona al terapeuta
porque le parece que es demasiado joven y no va a poder "controlar" la
situación. Además dice que, como seguramente no es padre, tampoco va a
entender la angustia que tiene ella como madre, no puede comprender el
130
sufrimiento que están padeciendo. El terapeuta le comenta a la madre que puede
entender su sufrimiento pero que seguramente tenga razón en que no alcance a
ser consciente de la dimensión del mismo, ya que él está ahí en calidad de
profesional y no como padre (sin entrar a revelar si tiene hijos o no) y que ésa es
la mejor manera de ayudarles: estar en su posición de clínico. Respecto al
"control" de su hijo, comenta que es normal que ellos tengan sus dudas pero, tal
vez, el hecho de ser joven puede ayudar a que su hijo vea menos amenazante
acudir a tratamiento e, incluso, pueda favorecer el vínculo terapéutico con él.
La cuestión del poder, en la relación terapéutica, pasa por distintas fases, siendo la
primera de mayor dependencia del paciente al terapeuta; la intermedia de menor
dependencia y, finalmente, el poder se diluye, dado el crecimiento y la autonomía
psicológica y operativa que alcanza el paciente, constituyéndose en una relación cuasi
igualitaria.
Terapeuta que, en supervisión grupa¡, plantea que lleva seis meses trabajando
con una pareja que acudió a tratamiento por conflictos importantes entre ellos.
Tiene la sensación de que no ha avanzado en el mismo y siente que, cuando está
con ellos, es el espectador de un partido de tenis, donde la pelota va a un lado y
otro de la pista hasta que cualquiera de los miembros de la pareja para el juego
para preguntar al "juez" si "la pelota entró o no entró". Siente que está atrapado
en este juego y no ha sabido mantener su poder, dejándose enredar en la
dinámica disfuncional de la pareja, intentando "contentar" a los dos, por miedo a
que abandonaran el tratamiento.
131
3.4. El proceso terapéutico
El abordaje de las diferentes variables que todo problema clínico presenta abre un
abanico de posibilidades a explorar y, por lo tanto, es necesario relacionar la descripción
del problema con la emoción, el síntoma con las relaciones y la conexión de los
problemas individuales con los familiares.
132
Figura 3.1. Modelo ecológico del desarrollo humano (Bronfenbrenner, 1979).
133
terapia no siempre es coincidente y va a estar determinada por una serie de factores en
relación a:
•El motivo de consulta, tipo de problema planteado y diagnóstico individual. Hay una
serie de trastornos que van a requerir un tratamiento prolongado, incluso de años, y
un seguimiento continuo. Estos son los problemas de personalidad, los trastornos de
la conducta alimentaria, psicosis y trastornos bipolares, problemas vinculados a la
depresión, todo tipo de adicciones, incluida la dependencia emocional, entre otros.
Sin embargo, otro tipo de trastornos van a demandar una atención de menor
duración, como son los trastornos de ansiedad, fobias, depresiones reactivas, duelos
o trastornos adaptativos.
Además del tipo de problema, el terapeuta también tiene en cuenta los "tiempos
internos" de cada paciente. Cada persona tiene un ritmo en relación a la terapia, necesita
un tiempo específico hasta estar preparado para afrontar su problemática, que está
condicionada por su motivación, su conciencia del problema y el estado emocional que le
134
acompaña. La confianza que deposita el paciente en el terapeuta se refleja a la hora de
revelar infor mación íntima nunca antes compartida, lo que constituye un salto cualitativo
en el proceso terapéutico, pero requiere un tiempo.
• Fase inicial
135
predisponen a "construir" dos historias: una sobre la relación bidireccional paciente-
terapeuta y otra acerca del sufrimiento que trae el paciente. Las ideas vertidas en estos
encuentros iniciales se irán confirmando o modificando a medida que el proceso avanza.
Paciente de treinta y nueve años que acude a consulta con el fin de poder
manejar mejor la relación con su hermana. La paciente, adicta a la cocaína y en
abstinencia desde hace dos años, siente que tiene una deuda con su hermana,
que se hizo cargo de su hija todo el tiempo que ella estuvo "enganchada" a la
droga y durante su posterior rehabilitación. Después de varios meses de terapia,
donde se trabaja este aspecto y otros relacionados con la autoestima y el
autorreconocimiento, la paciente le confiesa a la terapeuta que al principio del
tratamiento no se sintió nada cómoda, le pareció que la terapeuta era vanidosa y
poco cercana. Decide comentárselo porque después se fue sintiendo cada vez
más cómoda con ella y ahora se da cuenta de que parte de su reacción tuvo que
ver con que ya había acudido a dos terapeutas anteriormente con los que se
había sentido muy bien pero que, por diferentes motivos, habían tenido que
finalizar la terapia. La paciente estaba enfadada por estos abandonos y, hasta ese
momento, no se lo había reconocido a ella misma. Las emociones ante el
encuentro con una nueva terapeuta eran contradictorias, de expectativa y
desconfianza.
El paciente puede acudir a consulta por muchos motivos que no son la "curación", en
el sentido de lograr lo que se denomina, desde la Segunda Cibernética, un cambio de
segundo orden, es decir, un cambio cualitativo. El paciente acude con la expectativa de
que "le solucionen el problema", "le den una fórmula mágica', "le den la razón", "le
contengan", pero pocas veces es consciente de que en terapia no hay magia, que el
terapeuta no es alguien que tiene todas las respuestas y que el cambio pasa,
inevitablemente, por él mismo. Es interesante observar cómo el paciente expresa todas
estas expectativas tanto a nivel verbal como no verbal. Se detectan incongruencias en
ambos niveles, como una respuesta afirmativa ante la propuesta de una tarea y un gesto
136
de desagrado por "el trabajo que hay que hacer", una cara de sorpresa ante preguntas
como "¿qué está usted dispuesto a hacer frente a este problema?" o un tono de
decepción cuando el terapeuta aclara que si el paciente no colabora no se puede hacer
nada al respecto.
•Preguntas relacionadas con el problema. Son preguntas que permiten conocer los
motivos por los cuales se solicita ayuda profesional en este momento. El terapeuta
explora los aspectos más significativos de los relatos y su vinculación con el
problema actual. Desde un enfoque sistémico se aborda la posición del entorno
significativo frente a dicho problema. ¿Qué le ha llevado a consultar ahora?, ¿ha
consultado anteriormente o había pensado hacerlo?, ¿fue decisión suya o influido
por alguien de su entorno?, ¿qué opinión tiene su entorno sobre lo que le ocurre?,
¿recibe algún tipo de ayuda o apoyo de ellos?
137
fuente valiosa para construir hipótesis sobre su funcionamiento. ¿Cómo es la
relación con tus padres y hermanos?, si tu padre estuviera aquí ¿qué diría sobre lo
que estás comentando?, de tu familia ¿a quién le cuentas tus problemas?, ¿cómo se
sentiría tu hermana si supiera lo que piensas?
•Preguntas relacionadas con las expectativas del tratamiento. Estas preguntas están
138
orientadas a conocer el deseo, la motivación y el compromiso para el cambio. Hay
pacientes que esperan que la resolución del problema venga dada por un cambio del
entorno o circunstancial sin que ello suponga cambios en él. Por ello, también hay
que explorar la motivación para el cambio en actitudes, comportamientos,
emociones, relaciones y narrativas del paciente. ¿Qué espera al venir aquí?, ¿qué le
gustaría conseguir?, ¿qué le bastaría para sentirse bien?, ¿qué está dispuesto a hacer
para estar mejor?, ¿con quién puede contar para ello?, ¿cómo influiría el cambio en
su entorno?, ¿qué cambios espera su familia?, ¿quién de su familia quiere que
cambie?
• Fase intermedia
También es frecuente comenzar las sesiones con una pregunta abierta, por ejemplo,
",cómo te ha ido la semana?", con el fin de verificar si existen cambios significativos y su
evolución. En relación con esta cuestión, se explora cómo está organizada su vida diaria
139
y qué hace desde que se levanta hasta que se acuesta y, de este modo, se le ayuda a
expresar de una manera más puntual hechos, actitudes, comportamientos y emociones
que atestiguan el reflejo de los cambios en la vida.
140
para ser consciente de sus recursos terapéuticos y, de este modo, implementarlos cuando
la ocasión lo requiera.
De igual modo, el terapeuta recapacita acerca de los posibles errores que puede
cometer, está cometiendo o ha cometido y no permiten el cambio. Esta reflexión es
fundamental para conocerse en su rol profesional ya que, en función de sus
características personales, tiende a cometer unos errores más que otros. Por ejemplo, en
el caso de un terapeuta que se caracterice por ser una persona muy cuidadosa en sus
relaciones, paternal y excesivamente pendiente de los demás, es fácil entender que esto lo
traslade a su labor terapéutica cometiendo el error de ser excesivamente protector con el
paciente, asumiendo cuestiones que no son suyas, no dejando que sea el paciente quien
las enfrente.
Para poder realizar estas reflexiones y no perderse en el largo camino que conlleva
una psicoterapia, el terapeuta dedica un tiempo anterior a preparar cada sesión y un
tiempo posterior a reflexionar y analizar lo que ha ocurrido durante la misma, y pensar
sobre lo que se quiere trabajar en la siguiente. El "diario de sesiones", resumen y
anotaciones sobre cada sesión, es una herramienta fundamental para elaborar este
trabajo.
141
• Fase final
142
áreas ha cambiado, cómo lo ha logrado y qué ventajas tienen dichos cambios en el
presente.
•El afrontamiento por parte del paciente de su vida actual, sin la presencia del
terapeuta. Se exploran posibles miedos, se anticipan situaciones probables que
puedan acontecer y se afianzan y valoran los vínculos que su entorno le ofrece en el
afrontamiento de las dificultades que va a tener como parte de la vida.
•El establecimiento de las circunstancias que puedan requerir una nueva consulta
terapéutica, como puede ser un nuevo problema que se presenta o la reaparición de
la circunstancia que le hizo acudir por primera vez a consulta, como en el caso de
una recaída por parte de un paciente alcohólico.
•El abordaje del duelo que implica esta despedida. Toda separación implica una
pérdida, en este caso una pérdida ambigua que es diferente según las características
de cada paciente y su problemática. Para favorecer la elaboración de dicha pérdida
se emplean rituales que sirven como "objetos de transición" a una nueva etapa. Un
ejemplo de ritual de separación es la creación de un relato, por separado, del
terapeuta y del paciente acerca de lo que le ha supuesto para cada uno el camino
recorrido juntos. En la última sesión, ambos se intercambian los relatos y cada uno
lee el relato del otro, de manera que incorporan lo que ha supuesto este proceso en
cada uno. Se puede ser creativo y hacer este relato de diferentes maneras: a modo
de cuento, a través de dibujos o con objetos que simbolizan lo que se quiere
transmitir.
El terapeuta también tiene que hacer un duelo por esta pérdida. Se producen
emociones contradictorias, como la alegría por la despedida, que significa que el
paciente está bien, la satisfacción de "verle caminar solo" y la tristeza de que alguien
que, de alguna manera, ha permanecido tiempo en la vida del terapeuta, ya no va a
estar. De igual modo, se tiene cierta sensación de vacío, ya que el resultado final del
trabajo de un terapeuta no es algo que se pueda tocar o ver, es algo sutil e intangible,
lo que hace que sea más difícil de reconocer como logro personal. Por todo ello, es
interesante que el terapeuta pueda desarrollar, fuera de su práctica clínica, alguna
actividad, labor creativa o manual que le permita llegar a un "final palpable", bien
sea una pieza de artesanía, una fotografía, un jardín...
143
3.5. Técnicas sistémicas aplicadas al abordaje individual
Las preguntas son la clave en esta interacción para que el terapeuta logre un
acercamiento a las verdaderas preocupaciones no sólo del individuo, sino también del
sistema en el cual está inmerso, de manera que dicho individuo mostrará interés por
responder, o al menos reflexionar, dado que cada pregunta constituye la llave para abrir
nuevas puertas al cambio.
•Preguntas circulares. El empleo de las preguntas circulares es una de las técnicas más
relevantes en este encuadre terapéutico. Se pueden formular de diferente manera,
en función de la información que se quiera recoger o del aspecto relacional que se
quiera abordar. Los tipos de preguntas circulares más empleados desde un enfoque
individual sistémico son:
144
cuenta de que estás mal?, ¿cómo reaccionan los demás ante tus
comportamientos?
145
•La silla vacía: técnica guestáltica que tiene como objetivo establecer un diálogo con
una persona significativa ausente, con el fin de encontrar nuevos significados a un
conflicto, a una experiencia o afrontar cuestiones del pasado sin resolver. Consiste
en que el individuo se sitúe frente a una silla vacía (se puede poner un cojín que
represente la persona con la que se va a llevar a cabo el diálogo) y se imagine que
en esa silla está la persona a la que se va a dirigir. Es importante cuidar las
condiciones del diálogo, a saber: tanto la mirada como la postura corporal tienen
que ser de disposición hacia una conversación (por ejemplo, no mirar al terapeuta),
se habla en primera persona (por ejemplo, "papá, yo te quiero decir...", en lugar de
"yo le quiero decir a mi padre...), mantener unos minutos de silencio para que el
paciente pueda centrarse en lo que se va a trabajar, el terapeuta tiene que estar
fuera del campo de visión del paciente, de modo que no le distraiga y, a la vez,
cerca, para que el paciente pueda sentir el apoyo y la contención emocional del
profesional.
Esta técnica también se puede aplicar en un diálogo del paciente consigo mismo;
al hablarle como si fuera otra persona se toma la distancia emocional necesaria para
poder afrontar y manejar cuestiones que le están haciendo sufrir.
Mujer de treinta años de edad, acude a consulta porque sufre ataques de pánico
desde hace seis meses. Relaciona la aparición de esta sintomatología con un
encuentro casual que tuvo con un ex novio, al que llevaba sin ver más de diez
años. La paciente refiere que esa relación comenzó cuando ella tenía catorce
años y terminó a los dieciocho años, aproximadamente. Fue una relación muy
tortuosa, en la que hubo malos tratos y abuso sexual por parte de él. Desde que
146
terminó la relación ella había intentado dejar de lado todo lo ocurrido: al cabo de
un tiempo comenzó otra relación, que mantiene hasta la actualidad, se siente
muy feliz y satisfecha con esta pareja pero admite que nunca habla de lo
sucedido. El encuentro con su ex novio un día en la calle para ella no fue
significativo pero, desde entonces, siente ansiedad. Una de las cuestiones que se
trabaja con esta paciente es el enfado y el rencor que todavía manifiesta por esa
chica que era ella con catorce años que "fue tan imbécil de dejarse hacer todo lo
que se le hizo y no tener narices para pararlo antes", manifestado así por la
paciente. Después de haber trabajado su historia familiar (familia
desestructurada, padre alcohólico que les abandona cuando ella tenía seis años,
haciéndose ella cargo de su hermano tres años menor, mientras su madre
trabajaba hasta altas horas de la noche) en una sesión, se la sienta frente a una
silla y, tras una preparación y explicación previa, se le pide que le diga "a la chica
de catorce años que era" qué es lo que siente por ella. La paciente empieza a
expresar el enfado, la rabia y el rencor por "esa chica", finalmente llora diciendo
que ella no tiene la culpa de nada porque pensaba que siempre estaría sola y ese
chico, durante mucho tiempo, representó para ella una tabla de salvación ante
una idea de no poder gustar a nadie.
•El role playing: técnica psicodramática que se define como la representación de una
situación emocional determinada. López y Población (1997) destacan como
objetivos básicos de esta técnica los siguientes:
-Mejorar roles que no se realizan de forma eficaz o adecuada, por ejemplo, el rol
de padre en algunas áreas.
-Crear roles nuevos, hasta ahora inexistentes, cuando los individuos no saben
147
cómo manejarse en una nueva función, como en el caso de alguien al que
hayan ascendido y no sabe cómo relacionarse con sus subordinados.
-Adquirir herramientas para relacionarse, como alguien que tiene una primera
cita y no sabe cómo comportarse. J1
-Generar espontaneidad, a través del ensayo con esta técnica, que ayuda a
perder miedos y enfrentar situaciones que generan angustia.
148
paciente que prepare la colocación de la sala de terapia como si fuera la
habitación en la que va a hablar con los padres, después que sitúe a cada uno de
los "participantes" en la escena y, por último, que comience a hablar.
Posteriormente, se exploran las posibles reacciones de sus padres ante la noticia
y se plantean diferentes reacciones del paciente que se ensayan a continuación.
De esta manera, se va elaborando el "papel que tiene que representar" el
paciente hasta que lo haga suyo; lo consigue cuando se cree capaz de poder
hacerlo, cuando es capaz de poder imaginárselo.
•La escultura: otra técnica proveniente del psicodrama definida por López y Población
(1997: 29) como "la expresión plástica simbólica de la estructura vincular de un
sistema, obtenida mediante la instrumentalización de los cuerpos de dicho sistema".
Como bien dicen estos autores:
Esta técnica se puede aplicar con un individuo, con parejas y familias. En el caso de
trabajar con familias y parejas, se pueden llevar a cabo diferentes modalidades, ya que
cada uno de los miembros del sistema puede ser el escultor que cree la escultura en
función de la consigna dada por el terapeuta. Dicha consigna estará en función de lo
que se quiera explorar o trabajar: se puede trabajar sobre el pasado, el presente, el
futuro, la situación deseada, un momento vital determinado o cualquier otra actitud o
temática que el terapeuta considere importante trabajar. La palabra no está presente; el
escultor tiene que ver al resto de la familia como figuras de barro (u otro material para
esculpir) que modela de manera que, sin necesidad de explicación verbal, ese grupo
escultórico represente lo que el escultor quiere transmitir. Es importante que éste, una
vez que ha terminado de modelar a los miembros de la familia, también pueda incluirse
en la escultura. El terapeuta tiene que estar preparado para contener esa situación que
149
suele movilizar emocionalmente y, en muchas ocasiones, desbordar a los pacientes;
éste es el poder de las técnicas no verbales.
En un primer momento, los pacientes pueden tener sus reticencias para llevar a
cabo lo que se les está pidiendo porque les da vergüenza, les parece poco serio o,
simplemente, se sienten ridículos haciendo algo así. El terapeuta tiene que estar
convencido de lo que está pautando ya que, ante la duda del profesional, la familia no
se siente contenida y segura para entrar en este tipo de dinámicas.
La consigna puede ser similar a: "Os pido, por favor, que os pongáis de pie porque
ahora vamos a hacer una obra de arte o un juego, como queráis. Necesito un
voluntario para ello (en caso de que dé igual quién comienza siendo el escultor,
siempre la persona tiene que estar dispuesta a ello). Tú vas a ser un escultor (ya
elegida esa persona) y el resto de tu familia son masas de barro que tienes que modelar
(sin el empleo de la palabra) de manera que, una vez que termines tu obra, ésta
exprese cómo estáis en este momento. Es importante que cuando hayas terminado de
esculpir a cada uno tú también te incluyas en la escultura". El terapeuta da la consigna
de que, una vez terminada la escultura, se queden durante unos minutos en esa
posición, con los ojos cerrados y, a continuación, se les pide a cada uno en esa
posición, que exprese en voz alta lo que está sintiendo. Es importante que lo hagan
mientras la escultura se mantiene, ya que esto facilita la conexión con las emociones.
Una vez deshecha la escultura puede repetirse el mismo proceso siendo otro el
escultor.
150
También se pueden elaborar esculturas individuales incluyendo miembros de la
familia, la pareja u otras personas significativas. Varón de cuarenta y un años que
acude a consulta porque tiene problemas en la relación con su jefe y esto le está
causando un estado de ansiedad elevado. Se le pide que haga una escultura que
represente la relación entre su jefe y él; en primer lugar, tiene que imaginársela
mentalmente para después, poder representarla. Una vez que tiene la idea, representa
primero una figura y después la otra. En ambos casos, estando en esa posición,
expresará las emociones que le producen ambas figuras en las que está inmerso.
•El cuento: una de las acepciones de la definición de cuento dada por la Real
Academia Española (2001) es "la narración breve de ficción". La palabra
"narración" enlaza con la idea constructivista de que la experiencia vital se compone
de todo aquello que el ser humano se narra ya que "el acto de conocer es el acto de
poner en palabras" (Anderson, 1988).
151
sintió identificado con ese personaje, ya que siempre había manejado su vida,
pero era cierto que necesitaba que se hiciera justicia con él como él lo había
hecho con todos los demás.
-Creación del cuento por parte del paciente. La consigna dada al paciente es: "Si
tuvieras que pensar en un personaje de un cuento, de una novela, de una
película o alguien imaginario ¿quién serías?". El paciente puede elegir un
personaje como los anteriormente comentados o bien crear uno a partir de la
experiencia que está viviendo.
Mujer de treinta y cinco años que acude a consulta a causa de crisis de angustia
que sufre desde hace bastantes años, acompañadas de síntomas depresivos. En
una sesión confiesa que se siente "la actriz secundaria de su propia película",
desde una sensación de estar siempre pendiente de los demás, hacer lo que los
demás espe ran de ella, pensar en las necesidades del otro antes que en las
suyas, etc. A lo largo de la terapia se trabaja con la "actriz principal" que ella
quiere ser a través de cómo se imagina ese papel protagonista, de manera que
ella "juega" con esta idea: "¿Cómo actuaría si fuera la actriz principal?".
Brik Levy y Cornejo (2003) trabajan con una técnica basada en el cuento creada
por el psicólogo y dramaterapeuta Mooli Lahand, que se emplea para la evaluación de
los recursos y dificultades del paciente a la hora de enfrentar situaciones difíciles. En
este caso, la creación del cuento se hace a través de un dibujo y se realiza en seis
pasos. En un folio se dibujan seis cuadros, en cada uno de ellos se dibujan los pasos
del cuento:
-¿Qué dificultades tendrá que superar para poder cumplir dicha misión?
Cuadro 3.4. Técnica del cuento de Mooli Lahad (Brik Levy y Cornejo, 2003: 78)
152
•El empleo de fotografías. El empleo de fotografías es un recurso sencillo y permite al
terapeuta una gran variabilidad de opciones de trabajo con este material. En función
del objetivo que quiera alcanzar el profesional, la consigna para el paciente puede
variar. Por ejemplo, si se quiere trabajar sobre la autoestima del paciente se le
puede prescribir que haga una selección de fotografías donde sólo esté él y que
representen las diferentes etapas de su vida. Con ello, se pretende abordar, a partir
de esas imágenes, cómo se ha ido percibiendo el paciente y qué recuerdos tiene de
cada una de esas etapas en relación a su forma de relacionarse, reconocerse
físicamente, la realización de la actividad que abordara en esa etapa, etc.
Sea cual sea el objetivo a alcanzar, el terapeuta le pide al paciente que haga una
selección de fotografías (entre cinco y siete) y en la sesión se trabaja sobre por qué ha
elegido cada una de ellas, una descripción del contexto que aparece en cada fotografía,
personas que aparecen en la imagen (si son otras además del paciente), recuerdos de esa
época o momento y todo lo que se pueda preguntar en relación con el tema que se quiera
abordar.
PREGUNTAS DE AUTOEVALUACIÓN
153
154
La cultura es un adorno en la prosperidad y un refugio en la
adversidad (Diógenes Laercio, historiador griego)
Hasta la década de 1980, la terapia familiar sistémica no se hace eco de la conexión entre
el individuo, la familia y la sociedad y, por lo tanto, no incorpora la importancia de la
cultura en su quehacer terapéutico. Los primeros aportes significativos en esta área son
realizados en Estados Unidos por autores como McGoldrick y colaboradores en su
trabajo sobre la necesidad de una concienciación de los terapeutas acerca de las minorías
étnicas, y las aportaciones de Sue, que plantean que no toda familia es igual a otra, sino
que difieren acorde a distintas variables culturales como la clase, raza, género, religión,
etnicidad, y otras (Pinderhughes, 1989).
155
mantenían en África subsahariana, mientras que la migración mayoritaria a Alemania
proviene de Turquía en esa misma época.
Estas nuevas realidades interculturales son las que demandan de los profesionales de
la salud, y de la salud mental particularmente, nuevos enfoques que permitan intervenir
adecuadamente con la mayor eficacia posible.
El cambio social que supone la llegada de inmigrantes que traen cuestiones como sus
costumbres, idioma, estilo, valores o gastronomía, en definitiva, su cultura, supone que
haya una mayor complejidad a la hora de abordar terapéuticamente diferentes problemas,
de ahí la necesidad de una mayor sensibilidad, formación y competencia por parte de los
profesionales para tener presente todas las variables relacionadas con la cultura.
La cultura se puede entender como una amplia base de modos de vida construidos
por unas personas de una determinada área, que incluye roles, creencias, hábitos,
156
comportamientos, rituales, significados, objetivos colectivos y modos de expresarse y
sentir (Glick, 2003: 358).
Kim (2001) afirma que la cultura es una propiedad emergente de individuos que
interactúan, dirigen y cambian su entorno. Representa el empleo o la reproducción
colectiva de los recursos naturales y humanos para lograr determinados resultados. Según
este autor, las diferencias en las culturas existen si la gente utiliza diversos métodos y
recursos para alcanzar dichos objetivos y, al mismo tiempo, relaciona diferentes
significados y valores de éstos. Sin embargo, las similitudes culturales existen si las
personas buscan objetivos parecidos, utilizan métodos y recursos similares para alcanzar
los objetivos y vinculan sus significados y valores. La cultura, en este sentido, representa
la utilización colectiva de los recursos humanos y naturales para lograr los resultados
esperados.
Geertz (1996) define la cultura como "el conjunto de conductas adaptativas y formas
de ver el mundo compartidas, las cuales provienen de ser miembro simultaneo de
distintos contextos".
El siguiente cuadro recoge algunos de los contextos significativos en los que el ser
humano está inmerso. Cada uno de estos contextos conlleva su propia cultura.
157
constructos que conforman la cultura se articulan unos con otros, se modifican en el
curso del tiempo y tienen significados diferentes para cada individuo y contexto.
Se emplea la cultura para comprender el mundo, dado que se piensa a través de ésta,
de lo contrario el ser humano estaría reducido a instintos básicos como cualquier otra
especie animal. El desarrollo de los símbolos en la cultura es una herramienta clave que
permite a los humanos comprender, predecir, controlar el entorno y comunicarse entre sí.
Las políticas culturales actuales, desde una perspectiva antropológica, ponen énfasis
en la igualdad de todas las formas de expresión y en las características únicas e
irreductibles de cada una de éstas (Jopke y Lukes, 1999). Ya no se acepta una única
forma cultural, ni de pareja, ni de familia, ni de organizaciones. En la sociedad aparecen
nuevos colectivos diariamente que defienden su especificidad, no necesariamente para
aislarse, sino para integrarse y autoafirmarse desde la diferencia. Por ejemplo:
inmigrantes, el colectivo homosexual, enfermos crónicos en salud mental, víctimas del
terrorismo, colectivos profesionales, así como de cooperación internacional, asociaciones
por la paz, movimientos contra la pobreza, entre otros.
158
•Las culturas son congruentes con los diferentes grupos poblacionales.
•A pesar de que existe más de una cultura en cualquier grupo humano, las políticas
culturales no llevan a la práctica este principio, dado que no hacen la distinción
necesaria cuando hablan de los diversos fenómenos o grupos culturales.
Estas premisas falsas también están incorporadas en los profesionales de salud mental
cuando, por ejemplo, tratan a una población cultural específica y no hacen distinciones
entre los diferentes grupos o las particularidades de los individuos acerca de su
implicación con la cultura.
159
analizar entre diferentes culturas, sino también dentro de la misma.
160
factores, uno de los acontecimientos vitales más estresantes y con mayor riesgo de
producir problemas y generar disfunciones. De igual modo, la migración puede reactivar
fenómenos psíquicos o relacionales que estaban encubiertos en el país de origen.
Los profesionales de la salud deben conocer tanto los cambios culturales como el
proceso y las consecuencias del mestizaje cultural existente. Ello implica conocer y
apreciar las diferencias entre los colectivos inmigrantes en cuestiones como el modo de
expresar su malestar psíquico, sus concepciones sobre la salud y la salud mental y qué
supone para cada colectivo el hecho de iniciar tratamiento psicológico o psiquiátrico y
qué expectativas tienen sobre el mismo.
Cuando el individuo entra en contacto con otras culturas pueden darse cuatro
fenómenos. Si el individuo no desea mantener su identidad cultural y busca la interacción
con la sociedad dominante se está frente al fenómeno de la asimilación; si el individuo
valora más su cultura de origen y evita la interacción con la otra cultura o las otras
culturas está ante un proceso de separación o segregación; cuando el individuo no valora
ni su cultura de origen ni tampoco intenta entrar en contacto con la cultura local, se habla
de un proceso de marginación; por último, si al individuo le interesa conservar su
identidad cultural de origen y al mismo tiempo mantiene una interacción con la cultura
local de tal manera que se pueda relacionar con ambas se está hablando de una
integración bicultural.
161
el conflicto.
Los problemas psicológicos que pueden surgir como derivados de este proceso de
aculturación son diversos, tales como ansiedad, depresión, confusión, dificultad para
tomar decisiones, impulsividad o problemas en las relaciones de pareja y familiares y
otros. Estos problemas que surgen no sólo son individuales, sino que afectan a la relación
del individuo con el entorno que es culturalmente diferente.
Las fuentes de estrés provienen del propio proceso de aculturación, de las supuestas
incompatibilidades culturales y de los conflictos sociales que el individuo sufre durante el
proceso de asentamiento y ajuste social. Puede sufrir, por ejemplo, "estrés económico"
en relación a la dificultad de encontrar un trabajo estable, vivienda adecuada o ingresos
suficientes; "estrés social' en relación a actitudes y comportamientos negativos hacia los
inmigrantes o los miembros de un grupo étnico minoritario; "estrés psicológico" fruto de
la sole dad o el enfrentamiento con traumas pasados y presentes; e incluso "estrés físico"
al ser víctima de una agresión física.
El estado en el que se encuentra un individuo que vive entre dos culturas es generador
de estrés precisamente por este proceso de aculturación. La incompatibilidad cultural y,
por tanto, el reajuste que ha de hacer de forma constante de sus costumbres en la nueva
sociedad de acogida puede ser motivo de estrés.
El siguiente cuadro recoge las variables que influyen en el grado de estrés que puede
presentar el inmigrante.
162
Cuadro 4.2. Variables que determinan el grado de estrés que sufre el inmigrante
Otro de los procesos psicológicos que pasa el inmigrante es el duelo migratorio, que se
caracteriza por la pérdida parcial y ambigua, lo que hace que sea un "duelo particular". El
inmigrante tiene que elaborar un proceso que comienza con la aceptación del abandono
de los seres queridos, las costumbres, la geografía, la alimentación, el clima, el idioma, la
pérdida del estatus socioeconómico, hasta la necesidad de adaptación e incorporación de
lo nuevo y diferente de la sociedad de acogida, lo cual supone un esfuerzo cultural
importante que frecuentemente deriva en fatiga emocional.
El tiempo es una variable que juega un papel particular en todo proceso de migración.
Por un lado, favorece la integración al nuevo país, aunque con frecuencia se siga
considerando o lo consideren como un extraño; a su vez hace que cuando regresa a su
país de origen se vaya sintiendo cada vez "menos de allí", dado que se da cuenta de los
cambios que van sucediendo en su tierra natal y en él mismo.
Achótegui (2002) plantea que elaborar el duelo migratorio supone resolver los siete
elementos que lo componen: la familia y los amigos, la lengua, la cultura, la tierra, el nivel
163
social, el contacto con el grupo étnico y los riesgos físicos ligados a la migración. Además
de estos siete elementos hay que tener en cuenta un duelo más: el duelo por la
imposibilidad de ejercer la profesión u oficio, lo que supone, en muchos casos, la pérdida
de una identidad laboral ("soy ingeniero") y la adaptación a un nuevo trabajo con el que
el individuo no se identifica. Este proceso de elaboración de duelo requiere tiempo y cada
persona puede sentirse afectada por un tipo de duelo más que por otros.
El duelo migratorio puede ser un proceso normal y satisfactorio, como parte de una
adaptación saludable a una nueva cultura o, si es patológico, puede devenir en depresión,
somatizaciones, síntomas de ansiedad o ideas de suicidio, entre otras reacciones.
4.2.3. Integración
164
valores y normas de la cultura dominante. El argumento oficial que se da en las distintas
sociedades donde este modelo es aplicado es llegar a una homogeneidad sociocultural de
tal forma que no exista discriminación o desigualdad entre los habitantes. Ejemplos de
ello es el modelo aplicado en Francia, o Estados Unidos, sólo a principios del siglo xx.
El modelo de fusión o melting pot" surge como una oposición a la asimilación cuyo
objetivo es integrar socialmente a comunidades diversas en cuanto a origen, lengua,
religión y tradición. El objetivo también es alcanzar una sociedad homogénea, poniendo
el acento en el esfuerzo tanto de los que llegan como de los locales, es decir, que no sólo
es un esfuerzo de los inmigrantes.
Como mayor exponente de la aplicación de este modelo está Estados Unidos, pero la
crítica es que dicha fusión ha sido parcial: Sin embargo, no todas las comunidades
europeas que emigran en su momento a este país se fusionan entre sí y desaparecen
como tales. Las comunidades latinas, árabes y asiáticas no están integradas dentro del
"melting pot" y mantienen sus particularidades, al mismo tiempo que determinados
grupos o partidos políticos explotan estas diferencias para favorecer la segregación y
obtener un beneficio de ello.
En la actualidad, existe una progresiva fusión de las comunidades negras con las
blancas y de la comunidad judía con la protestante y la católica. El "fenómeno Obama"
alienta la posibilidad de la transculturalidad.
165
sociedad en asociaciones múltiples caracterizadas, en primer lugar, por poseer un carácter
voluntario y, en segundo lugar, por no ser exclusivas, de tal manera que están abiertas a
afiliaciones múltiples. Esta corriente plantea que nadie tiene por qué perder su cultura o
identidad, donde la tolerancia es un rasgo fundamental para la convivencia.
166
La opción de la integración bicultural es la más sana para amplios colectivos de
inmigrantes, dado que permite al individuo mantener aspectos significativos de su cultura
nativa o de origen, al mismo tiempo que asimilar otros de la cultura mayoritaria. Moverse
entre dos o más culturas sin la obligación de adscribirse sólo a una u otra permite al
individuo ser más fiel a su historia y a su realidad actual sin que ello suponga el desarrollo
de síntomas graves. Este fenómeno puede ser posible en determinadas sociedades
democráticas y de afluencia migratoria, pero no así en sociedades que son también
destino de inmigrantes, pero que restringen las libertades de culto, culturales y los tratan
como mano de obra barata.
167
escapado, pero seguía manteniendo vínculos muy estrechos, con mucha
ambivalencia emocional. Una terapia sistémica transcultural, desde la perspectiva
de la integración, le ayuda a conectar sus síntomas con su situación actual de la
pareja, con el proyecto migratorio original y con la problemática relaciona) de
individuación no resuelta con su familia de origen.
El cuadro 4.3 recoge los factores de riesgo que complican la capacidad de adaptación
en el proceso de inmigración y ponen en peligro la salud mental del inmigrante.
168
En cuanto a la nacionalidad o cultura de origen, existe mayor vulnerabilidad para la
salud mental cuando la diferencia cultural con la sociedad de acogida es notable. También
se presentan problemas cuando los patrones culturales de relación y afrontamiento que
emplea no son válidos en el nuevo contexto social. Cuanto más diferente es la cultura
original, más esfuerzo requiere su adaptación, especialmente en temas como religión,
lengua, costumbres, entre otros.
Los problemas de identidad son uno de los mayores riesgos para la salud mental del
inmigrante, que tiene que hacer un esfuerzo por la transmutación e integración de nuevas
culturas.
En inmigración todo cambia rápidamente para el individuo que tiene que actuar en
situaciones sociales diferentes que, finalmente, van a modificar su identidad original y se
va a nutrir de algunos aspectos de otras identidades, lo que requiere un proceso de
reorganización entre la identidad previa y la nueva.
169
resolver para llegar a sentirse integrado satisfactoriamente en el país de acogida, obtener
una nueva conciencia de sí mismo como ciudadano diferente del nuevo país y redefinir
positivamente su posición social.
170
figura.
Figura 4.1. Fases del proceso de adaptación (Pérez Sales, 2004: 154).
Por último, en referencia a la situación social del inmigrante, hay que tener en cuenta
que tanto la pobreza relativa como absoluta conducen a la enfermedad y a una muerte
171
temprana. El estrés en el trabajo, el aislamiento, la cantidad de horas que se emplean, el
trabajo físico exagerado, los salarios bajos, los cambios laborales y el paro frecuente
producen una inestabilidad psíquica a causa de la incertidumbre que todas estas
situaciones generan.
La evaluación de la información general requiere obtener los datos sobre las siguientes
cuestiones:
•Motivo de de consulta.
•Vivencia del problema por parte de cada miembro de la familia y grado de malestar
172
que ha ocasionado.
•Intentos previos por resolver el problema, cuáles de ellos han funcionado y cuáles
no.
•Motivo de consulta desde las normas culturales y la propia experiencia del paciente
(duelo migratorio, estrés de aculturación, retorno, reagrupación familiar...).
173
•Diferenciación entre conflictos culturales dentro del sistema familiar y conflictos
familiares no vinculados a la cultura de origen.
El terapeuta tiene que hacer una reflexión sobre si los métodos terapéuticos que
emplea son consonantes con su cultura y la cultura del inmigrante y si, por lo tanto,
facilitan el tratamiento.
El cuadro 4.4 recoge una guía práctica para la evaluación transcultural sistémica.
174
En relación con el apartado sobre identidad cultural del individuo y la familia, se
evalúan:
•La lengua: evaluar si la legua materna se habla, lee y escribe igual que la lengua local.
Evaluar las posibles dificultades de comunicación con la población local o con los
profesionales y personal que le asisten.
175
•Factores culturales en el desarrollo: se explora la influencia de la tradición, las
costumbres o la religión en las conductas y comportamientos. Se formulan
preguntas como ¿existen diferencias significativas con la cultura del país de acogida?
Si es así: ¿cómo le repercuten esas diferencias?, ¿cómo siente el trato de la sociedad
de acogida hacia usted y hacia su cultura?, ¿ha tenido dificultades en encontrar
trabajo o alquilar una casa debido a su cultura de origen?, ¿ha sufrido pérdida de
estatus en la jerarquía familiar?, ¿cómo ha encajado estos cambios o problemas en
su vida?
•Implicación con la cultura de acogida: se formulan preguntas del tipo ¿habla la nueva
lengua bien, regular, o no se puede comunicar en ella?, ¿tiene o intenta hacer
amigos del país de acogida?, ¿utiliza las redes de los servicios públicos del país de
acogida (salud, educación, etc.)?, ¿idealiza o critica continuamente la sociedad de
acogida?, ¿interioriza los cambios culturales y los adopta como propios en distintos
ámbitos, relaciones familiares, igualdad de género, relaciones y prácticas sociales?,
¿la búsqueda de información está orientada a la nueva cultura o también a la del
país de origen?, ¿se orienta hacia una integración bicultural?
176
haber menor o mayor rigidez en el trato, más tolerancia, más cercanía. Se hacen
preguntas como ¿quién de la familia cuida del paciente?, ¿es de acuerdo a las pautas
culturales?, ¿ejercen el rol de cuidadores sin ninguna dificultad?
•Modelos explicativos de las causas que el individuo o familia perciben como origen
de la enfermedad. Se explora cuáles son las explicaciones que cada miembro de la
familia se da para entender el porqué de la enfermedad, su origen y la interpretación
de la misma.
177
presencia de un traductor o intérprete.
Dentro de los modelos psicoterapéuticos, el modelo familiar sistémico es uno de los que
más se ha ocupado de analizar el comportamiento humano en relación con su entorno
más próximo (familia, pareja, amigos) y de forma secundaria con el ámbito social y
cultural. Las aportaciones de autores como Minuchin y Mc Goldrick han sido claves para
este comienzo. Sin embargo, los terapeutas familiares aún piensan en términos del
microcosmos "individuo-familia"' 0 11 individuo-pareja" más que en términos de
macrosistemas "individuopareja, familia-cultura', sin tomar en cuenta la importancia de
relacionar los problemas planteados con el conjunto de sistemas que actúan sobre el
individuo y viceversa.
Dentro del campo sistémico, las escuelas que más se emplean son el modelo
comunicacional estratégico, la escuela estructural, la intergeneracional, y el enfoque
narrativo y el ecosistémico aplicado a la transición cultural en inmigración. En función del
caso que se atienda, el terapeuta familiar implementa un modelo o la combinación de
varios.
Para trabajar desde un punto de vista sistémico transcultural con familias inmigrantes
hay que distinguir tres tipos de familias. En inmigración hoy se hace referencia al
concepto de familias vinculadas a la inmigración o familias afectadas por la inmigración y
no sólo familia inmigrante, dado que es una idea sistémica más amplia que se refiere a
178
unidades familiares cuya naturaleza, funcionamiento, estructura y dinámica están
influidos de forma relevante por la migración, es decir, por ser de origen extranjero, por
las políticas de migración, por la continuidad de sus vínculos con sus orígenes, etc.
Otro tipo de familias son las familias extranjeras, cuya característica es la de ser
familias también inmigrantes pero más pequeñas, que se encuentran en una mediana o
buena posición económico-social, profesional y legal y, por lo tanto, no sufren los
problemas graves de la inmigración en cuanto a sustento, trabajo y vivienda. Éstas, en
Europa, son provenientes de los propios países de la Unión Europea, la mayoría en
situación de retiro o de clases medias altas y adineradas de países de Latinoamérica u
otros países. A pesar de que la sensación de pérdida y el desarraigo pueden estar
presentes en ambos grupos, las familias extranjeras tienen más facilidad para viajar o
regresar, mientras que las primeras están privadas y limitadas en muchas áreas.
Cada familia es única y genuina. Las familias vinculadas a la inmigración, además, tienen
unas características especiales por su condición de "familia inmigrante". Son familias más
numerosas que las autóctonas, pero incompletas, ya que parte de sus miembros están en
179
el país de origen, su estatus económico está influido por la necesidad de ahorro para
poder enviar remesas mensuales a sus familiares y su estabilidad va a estar más expuesta
a los cambios económicos, políticos, legales o sociales de los países de acogida.
También puede ocurrir que un miembro de la pareja o familia decida retornar, ya que
no logra adaptarse al país de acogida, no consigue trabajo en su profesión, echa de
menos la familia, por problemas familiares en el país de origen, enfermedades, crisis,
dramas familiares, por no conseguir la renovación legal de los permisos de residencia,
entre otras.
Al quedar la familia sin uno de sus miembros puede experimentar temor, estrés,
soledad, angustia y tristeza que afectan al estado de ánimo y al equilibrio de cada uno de
los miembros. El sistema se reorganiza, asumen nuevas responsabilidades, y se
establecen nuevas reglas y roles.
180
En estas familias el núcleo familiar queda dividido entre en el país de acogida y el de
origen. En el caso de que los hijos queden separados de uno de sus padres, los tíos o
abue los significativos, el otro padre se hace cargo de ellos, pudiendo variar las normas y
reglas. Los padres a distancia intentan dictar, sugerir normas o se abstienen totalmente de
la educación de sus hijos, dejando en manos del otro toda la responsabilidad.
Los problemas que se observan en los hijos cuando uno de los padres está ausente
son: falta de límites, problemas de escolaridad, impulsividad, falta de tolerancia a la
frustración, tendencia a buscar identificaciones de pertenencia fuera del núcleo de
convivencia en amigos o, en casos más graves, en grupos marginales. También puede
aparecer sintomatología como depresión o inhibición psicosocial.
La mujer inmigrante sola que deja un hijo en su país de origen tiene sentimientos de
culpabilidad, que no pueden ser suplidos ni por las llamadas telefónicas diarias, ni por los
mensajes o encuentros por Internet. Los posibles viajes de estas madres tratan de paliar
esta situación pero su brevedad, la edad de los hijos y la pronta partida no lo resuelven.
En estos casos las relaciones de apego entre la madre y el hijo pueden sufrir una fractura
emocional, cuya reparación psicológica depende de la edad del hijo cuando la madre se
separa, el tiempo de separación, el contacto que se mantiene durante su ausencia y las
habilidades, disposición y el ejercicio flexible de la maternidad social cuando se
reagrupan.
Cuando la familia migra y los hijos son pequeños, éstos suelen incorporar
características del país de acogida más fácilmente que sus progenitores.
181
de la vida, los referentes y las identificaciones externos de los hijos son más significativos
que la familia, por lo que la separación del grupo de iguales es vivida de manera dolorosa
y la llegada al nuevo país puede desencadenar conflictos psicológicos individuales y en la
relación padre-hijo. La no resolución de esta situación puede derivar en problemas de
integración que se manifiestan a través de abuso de alcohol y drogas, fracaso escolar,
dificultad para acatar las normas sociales, integración en bandas juveniles y trastornos
severos de la conducta, o todo lo contrario, estados de depresión o inhibición psicosocial.
Otro motivo de consulta en las relaciones de padres e hijos obedece a que ambos
atraviesan procesos de aculturación diferentes. Con frecuencia los hijos se adelantan
asimilando más rápidamente todo lo nuevo de la cultura debido al aprendizaje del idioma,
las costumbres, estilos de vida, la experiencia educativa y facilidad para las relaciones
más próximas que crean con sus iguales, lo que les faculta para ayudar a los padres en
este proceso. Si los padres encajan mal esta inversión de roles que los hijos asumen o si
éstos no están dispuestos a hacerlo puede estallar un conflicto en las relaciones paterno-
filiales.
Por su parte, la sociedad puede considerar a esta segunda generación aún como
extranjeros, lo que les crea un malestar psicológico de identidad, dado que ellos se
consideran parte integrante de la misma. Si, por un lado, estos jóvenes pertenecen a
minorías culturales o étnicas discriminadas por el entorno (como las musulmanas,
182
andino-indígenas o asiáticas) y al mismo tiempo no se sienten identificados con la cultura
de sus padres, pueden aparecer trastornos graves de identidad, conductas disruptivas,
posibles trastornos de la personalidad y problemas en las relaciones entre padres e hijos.
• La reagrupación familiar
183
que supone el retorno: valoración de los mecanismos de afrontamiento para una
adecuada adaptación, posibles alternativas, redefinición de su identidad cultural y
anclaje con los vínculos y las situaciones emocionales y cognitivas probables,
dando esperanza y sentido de realidad.
Otro conflicto en relación con el retorno se da en las parejas cuando uno quiere
regresar y otro no. Así como en la inmigración de una pareja siempre uno es el que tiene
la iniciativa y mayor deseo de inmigración y el otro le sigue, pero finalmente ambos
migran, en el caso del retorno no siempre se consuma el regreso de ambos y esta
cuestión, sumada a otras, puede desencadenar la separación o una redefinición de la
relación de la pareja y del proyecto migratorio. No hay intervención única para las
parejas y se atienden las particularidades de cada caso.
También hay casos en los que las mujeres inmigrantes son las que intentan modificar
la estructura machista, adoptando pautas culturales y de relación vigentes en la sociedad
de acogida.
El terapeuta familiar examina, junto con los padres, la posibilidad de que éstos
compartan más horas con los hijos y ayuda al ejercicio de una paternidad social
responsable y que no se queden en la idea de una paternidad biológica; de igual forma,
intenta que los temas de roles y jerarquías sean más igualitarios y democráticos en la
184
familia.
Los conflictos familiares que devienen de estas cuestiones de identidad cultural son
frecuentes motivos de consulta.
Los problemas surgidos por conflictos de género en las comunidades inmigrantes son
muy frecuentes. Se espera que la mujer cumpla el rol de ama de casa, esté al cuidado de
sus hijos, que cuando éstos nazcan ella deje de trabajar y que sea la responsable del
cuidado emocional de todo el sistema familiar; en caso de divorcio pierde su estatus
social y económico. En determinadas comunidades pobres o indígenas, la mujer está
educada en la sumisión al marido y "soportar" los malos tratos lo que, en muchas
ocasiones, deriva en violencia machista, al mismo tiempo que la familia extensa, ante este
problema, presiona para que no se separe.
La terapia familiar desde un pensamiento cultural aborda el tema del género, teniendo
presente el choque entre los estereotipos y normas de la cultura de origen y del país de
acogida. Los problemas de género que surgen en la pareja (lucha de poder, maltrato,
violencia) están conectados no sólo con la educación originaria de sus miembros, sino
también con el proceso de aculturación y cambio que atraviesa cada comunidad. En estos
casos, la terapia familiar implementa intervenciones culturales enfatizando el papel y los
185
derechos de la mujer en estas sociedades a fin de desmontar las verdades inamovibles
acerca del género que traen de los países de origen, muchos de ellos no democráticos o
cuyas leyes están muy retrasadas en el tema del género.
Las mujeres inmigrantes sufren un "shock cultural' en los países de acogida que
promueven relaciones de género más igualitarias. El cambio cultural de la mujer y su
nuevo comportamiento más igualitario en las relaciones de género puede ser interpretado
por el hombre como una deslealtad a la cultura y a la relación, lo que es motivo de
conflicto que puede derivar en violencia, separación o discusión crónica.
Otro tema de género al que cualquier terapeuta familiar se enfrenta es que las mujeres
inmigrantes son las más afectadas cuando existen situaciones de discriminación, pobreza
o explotación laboral. La cronicidad de estas situaciones es interiorizada por ellas,
llevándoles a sufrir el denominado "síndrome de indefensión aprendida", es decir, "haga
lo que haga no puedo salir de esta situación". Por ello, su apertura a relaciones más
igualitarias con los hombres y en las relaciones sociales requiere un trabajo cultural de
género haciendo foco en la autoestima y en las diferencias ideológicas de las distintas
sociedades y su repercusión en las relaciones de género.
Los conflictos culturales ligados a la identidad que presentan los inmigrantes y familias
inmigrantes pueden resumirse en tres tipos:
186
persona.
187
rechazo a su cultura de origen por el malestar sufrido cuando vivió en él, y ante
la enfermedad grave de su madre, se ve forzado a regresar por la situación
familiar. Previamente a su regreso consulta por presentar síntomas de ansiedad,
obsesiones, replanteamiento de sus identidades culturales, etc. Se le trata,
ayudándole a redefinir y construir una nueva narrativa de lo que vivió en su país
de origen, valorando positivamente lo que adquirió en el país de acogida, de tal
forma que pueda integrar constructivamente sus diversas identidades.
Cuando se atiende a una familia inmigrante se explora e interviene sobre los siguientes
aspectos:
•Los problemas vinculados a las etapas del ciclo vital familiar e individual antes,
durante y después del proceso migratorio y las influencias recibidas de los contextos
socioculturales en las conductas interactivas.
•Los factores de riesgo en salud mental, como estatus legal, si son de primera o
segunda generación, tiempo de residencia, patologías previas a la inmigración, entre
otros; dado que las características, las preocupaciones, los problemas planteados y
la forma de intervenir son diferentes.
188
•Esquemas de salud mental de cada cultura, que pueden diferir de idea de salud
mental que hay en el país de acogida.
El profesional también interviene en las cuestiones de la conexión que cada uno tiene
con su origen cultural. Para algunos es una fuente de energía, interés y apoyo, mientras
que otros prefieren no hablar de este tópico, ya que se sienten avergonzados, defensivos,
y rechazan su origen cultural.
189
electrónico, llamadas telefónicas, organización de encuentros, no dejando que estas
figuras sean sólo un refugio para el inmigrante cuando se encuentre mal, sino que se
intenta mantener contacto habitual con elementos relacionales positivos.
Pareja colombiana de 35 años, conviven hace dos años y hace cuatro que
ambos están en España. La pareja consulta por un estado depresivo de ella que
lo vincula con la inseguridad que su pareja le da dado, ya que no está pendiente
de ella como ella quisiera, y piensa que él tiene una relación paralela con una
antigua novia de Colombia que recientemente llegó a España. Ella es la segunda
de tres hermanos con unos padres emocionalmente muy distantes, ensimismados
en su profesión y que le han dado muy poco cariño desde la infancia. Sus
vínculos actuales con su madre, que está en Colombia, son de distancia y ella
evita llamar o conectarse para no sufrir. Se observa que en otros momentos ha
estado también depresiva y con mucha inseguridad y consigue vincular su estado
psíquico actual y el conflicto con su pareja con la inseguridad afectiva que sufrió
toda su vida, fruto de la relación de apego insegura que tuvo con sus padres.
Durante la terapia, se anima a que pueda retomar o redefinir el vínculo con sus
padres desde otra perspectiva, tomando la iniciativa y no cerrándose en un
callejón sin salida y teniendo expectativas realistas, lo que funcionó para que sus
padres se pudiesen conectar de otra forma con ella. A partir de este enfoque
intergeneracional y narrativo, la relación de pareja cambió positivamente.
190
Los inmigrantes son resilientes en el proceso de la migración y el profesional ayuda a
validar los mecanismos propios de la resiliencia experimentada como elementos positivos
de crecimiento de la persona o familia.
El terapeuta explora las estructuras y los valores familiares de los diversos grupos
culturales. En culturas no occidentales es frecuente que los valores principales sean la
familia, las jerarquías, la autoridad, la espiritualidad, la solidaridad, la lealtad y la
cooperación. Se nota la aparición de resistencias familiares frente a intentos de cambios
individuales que están influidos por la nueva cultura, donde se enfatiza más lo individual
por encima de la familia y la comunidad. Esta situación crea inseguridad y conflicto
poniendo en cuestionamiento algunas de las verdades inamovibles de la cultura de origen.
El terapeuta también detecta aquellos grupos culturales que, a pesar de una cultura
muy diferente, tienen un funcionamiento familiar más flexible y adaptativo, permitiendo
la incorporación de otros valores y no estigmatizando, de esta forma, la idea de que en
cada cultura o nación existe una sola forma de reaccionar frente a los cambios.
En los grupos que sufren hostilidad y discriminación del entorno es necesario trabajar
no sólo con la familia nuclear y la familia extensa, sino también con la Iglesia o
consejeros religiosos y grupos comunitarios de origen, y ayudarles a que puedan defender
sus derechos y plantear movilizaciones sociales frente a los posibles abusos. Esta
orientación brinda un sentido de identidad, coherencia y cohesión social. Zúñiga-
Martínez (1988) propone una "politización" de las minorías que les ayude a identificar
situaciones de racismo y cómo enfrentarlas, incluso dirigiendo el enfado hacia un cambio
social efectivo.
La psicoterapia transcultural promueve que los inmigrantes tengan relaciones con las
comunidades de origen al menos en las primeras etapas y, de igual manera, se trabaja en
red con los diversos servicios asistenciales para el inmigrante, como servicios de sanidad,
sistemas sociales, ONG, etc.
191
aprende la cultura del paciente y los significados que éste le da en su vida. También
utiliza el humor, muestra signos de apertura e interés y reciprocidad y emplea su sí
mismo cultural para acercarse al otro diferente, logrando una conexión entre lo cultural y
lo relacionar: "Yo soy también culturalmente diferente como usted y eso no significa
sentirme excluido".
Para sintonizar con la cultura del otro es necesario hablar de los valores culturales del
otro, como pueden ser trabajo, familia, historia, profesión, política, religión, temas de
género, sexualidad, actividades de ocio preferidas, deporte, entre otros. A través de
preguntas, reflexiones, comentarios se procura relacionar lo cultural con su
sintomatología actual, en caso de que proceda.
192
•Poseer una formación en psicoterapia transcultural amplia que le permita abordar los
distintos problemas transculturales que se presentan en la práctica clínica.
•Diferenciar situaciones familiares en las que los aspectos culturales tienen relevancia
de aquellas que no la tienen.
•Conocer y manejar las diferencias culturales, lo que significa ni estar obsesionado por
ellas ni ignorarlas.
•Adquirir conocimientos sobre el grupo cultural asistido para ayudarle desde el ámbito
de su cultura. Reconocer las diferentes reacciones emocionales y relacionales
vinculadas a la cultura.
•Respetar y apreciar los valores, las creencias y las prácticas de las otras culturas en
un plano de igualdad, siempre que respeten los derechos humanos.
•Revelar el sí mismo cultural del terapeuta como estrategia útil, para facilitar la
construcción de la relación terapéutica, por ejemplo, "yo conozco el sufrimiento que
estás pasando porque también fui inmigrante" "yo conozco su país", "he conocido
gente de su comunidad" o comentar algunas palabras o expresiones de su cultura,
siendo el objetivo lograr una resonancia con la cultura del asistido.
193
•Conocer a fondo los problemas de género en las distintas culturas y cómo influye en
las relaciones de pareja y familiares.
•Tener presente que las respuestas de los inmigrantes a los problemas psíquicos y a
los equipos profesionales están directamente relacionadas con las experiencias y
modelos adquiridos tanto en su país de origen como los experimentados en las
sociedades de acogida.
La terapia familiar también aborda los problemas transculturales que aparecen en el curso
de la terapia que pueden ser diversos y no específicos de la migración, sino
pertenecientes a las diferencias y cambios culturales que existen y se producen en los
miembros de una comunidad, país, nación, religión o etnia.
La idea de clase social o económica que tienen los habitantes de una comunidad o
país depende de la estructura de la sociedad, de los cambios económicos que se
producen en ella y de la movilidad social que esta sociedad ofrece. En países
desarrollados, democráticos, donde existe una gran mayoría de sectores medios, la
diferencia de clase está menos acentuada que en países emergentes o subdesarrollados,
donde una minoría puede concentrar toda la riqueza mientras que la mayoría vive en
condiciones de pobreza, mayor o menor, y por lo tanto la movilidad de clase puede estar
más restringida a un sector reducido.
En las sociedades emergentes o desarrolladas, la percepción que cada uno tiene sobre
la clase puede ser diversa. Así mientras que unos piensan que si se estudia, trabaja y se
es competitivo se puede ascender en la clase social, otros piensan que a pesar de la
formación académica profesional o universitaria las posibilidades de ascenso social de
194
clase están restringidas porque el mercado y los mecanismos de producción están
monopolizados por grandes corporaciones que no permiten el desarrollo de las pequeñas
empresas o limitan la promoción de sus propios trabajadores. Cada situación de clase
debe ser analizada en un contexto social, económico, político y familiar determinado y no
es extrapolable a otras, aunque la gran crisis económica mundial ha producido
comportamientos de clase parecidos en muchos países.
195
mayores responsabilidades, dado que han incorporado que todo es posible sin
ningún tipo de consideración interpersonal hacia el otro.
Las terapias familiares no son suficientes para asistir en estas cuestiones sino que, en
forma aislada, se pueden tornar ineficaces. Se requiere de un profesional con formación
transcultural que desarrolle las habilidades para abordar las diferentes cuestiones en
forma específica, integral y multidisciplinar, ampliando el espectro de intervención: al
sistema de la familia extensa, los servicios sociales, servicios de atención médica y, en el
caso de que el problema esté vinculado con dificultades o quejas escolares, al sistema
escolar. La necesidad de diferenciar contextos es clave en cada caso. Por ejemplo, es
diferente abordar problemas de delincuencia de un hijo, alcoholismo del padre o violencia
entre los familiares, vinculados a situaciones de pobreza. La coordinación de servicios y
la necesidad de un liderazgo de uno de los servicios implicados es clave en la ayuda de
estos problemas.
Estas familias necesitan un gran apoyo y entrega por parte del terapeuta y de los
servicios, y de igual forma la información necesaria acerca de la disponibilidad de
recursos asistenciales económicos y sociales que ofrece la comunidad, como ayudarles a
entender y aceptar su situación actual a fin de que puedan afrontar de forma realista y
esperanzadora sus dificultades.
Los modelos de las escuelas estructural y estratégica, que incluyen técnicas directivas,
redefinición de los problemas, delimitación de los subsistemas, son de gran utilidad.
Para el trabajo con familias con dificultades económicas y situadas en una clase social
baja es necesario apartarse de los esquemas y programas asistenciales tradicionales de la
196
consulta, o un centro de salud mental o servicio social, donde la familia acude al
despacho; hay que ofrecer un amplio abanico de programas específicos de atención para
familias en exclusión social, para familias con problemáticas monoparentales, para
familias en proceso de separación y divorcio y otros. Estos servicios con frecuencia
disponen de programas de intervención en crisis, visitas domiciliarias, disposición de una
línea telefónica 24 horas, oferta de acompañantes terapéuticos como parte del servicio de
atención, entre otros. La necesi dad de interiorización por parte de las familias de la
nueva situación de pobreza o disminución de los recursos es un punto clave a trabajar
para su adaptación o mejora en su estado psíquico y social.
Toda sociedad democrática está expuesta a que sus ciudadanos cambien sus valores o
posiciones políticas debido a cambios económicos, políticos o sociales, a la inserción
socioeconómica y cultural de sus ciudadanos, y por la defensa y respeto que se hace de
sus derechos. Determinados colectivos calibran su voto en función de cómo son
reconocidas y apoyadas sus reivindicaciones.
Dentro de las familias este proceso de cambio también va a estar presente. En terapia
familiar se han observado diferentes problemas que surgen vinculados a diferencias
políticas dentro del sistema.
197
vinculado al movimiento "okupa". Los padres están sorprendidos, dado que su
hijo ha dejado el hogar familiar y hace dos meses vive en una casa "okupa". Ha
tomado una conducta de distanciamiento considerable con la familia y los padres
no saben qué hacer ni cómo actuar. Expresan "si nos oponemos frontalmente a
sus ideas nos ataca verbalmente y se va, pero si no le decimos nada nos
sentimos mal nosotros". Los padres admiten haber educado a su hijo único con
mucha rigidez, lo que obviamente no funcionó como ellos esperaban. No pueden
entender cómo, teniendo toda la casa, el chico se ha marchado y ha decidido ese
estilo de vida.
El terapeuta familiar, con un enfoque cultural, revisa con los padres tanto la
relación y la educación que le dieron a su hijo como las expectativas que depositaron
en él. De igual forma detecta dónde están los puntos conflictivos en la interacción
entre ambas partes y diseña con ellos una nueva forma de relacionarse con su hijo.
Se redefine el fenómeno de los "okupas" y los diferentes porqués de la inclusión de
su hijo en ese contexto.
•Familias que acuden a consulta a causa de problemas relacionales originados por una
diferencia de opinión política dentro del sistema familiar.
Pareja de padres con ideas socialistas que descubren que su hijo adolescente de
18 años está vinculado a jóvenes con ideología neonazi, hecho que el chico
niega y argumenta que él no pertenece a ningún grupo de ese tipo, pero sí
conoce a algunas de estas personas y en algunos aspectos simpatiza con ellos. El
padre, ante este hecho, reacciona de forma brusca, hiriente, insultando y
despreciándole, no intentando dialogar con él acerca del asunto. Ambos padres
preguntan en terapia qué actitud han de tener con su hijo. La madre propone
dialogar con él, explicarle las consecuencias de estas ideas y que ellos no las
comparten; el padre plantea una actitud más punitiva y restrictiva para el chico,
limitándole las salidas, el dinero, etc. Desde la terapia se observa que
previamente los padres no habían sido un modelo de autoridad con el hijo ni
tampoco en su educación le habían explicado suficientemente en qué consistían
198
sus valores socialistas y qué aplicación tenía eso en las prácticas sociales. La
madre es una persona hiperactiva muy entregada a los hijos y a la familia, pero
que no les había exigido ningún tipo de responsabilidades. El padre valora en sus
hijos como algo fundamental el tema académico, si éstos no responden a sus
expectativas se enfada de forma inadecuada, con críticas y descalificaciones.
El terapeuta hace una valoración de las relaciones familiares al mismo tiempo que
la significación de las ideologías políticas en la familia y señala estrategias que
permitan un diálogo con el hijo, no desde la imposición o el ataque, sino desde el
cuestionamiento mediante preguntas circulares acerca de los valores sociales y
cuestiones relacionadas con esto, ya que las preguntas son cuestionamientos que
favorecen la reflexión y permiten la búsqueda de nuevas alternativas.
Pareja de 40 años casados desde hace 15 y padres de dos hijos, consultan por el
deterioro de la vida de la pareja por discusiones permanentes y continuas,
especialmente en torno a valores e ideas políticas diferentes, siendo él de una
ideología más conservadora y ella más progresista. Los dos defienden con
mucho énfasis sus posiciones políticas, lo que termina finalmente en enfados.
199
culturalmente muy sensibles que todo terapeuta familiar debe considerar en la medida
que suponga un conflicto, discusión, enfriamiento o ruptura de una relación.
Con cierta frecuencia acuden a consulta casos de parejas en conflicto por controversia
religiosa bien sea a causa de que no comparten las mismas ideas religiosas, bien uno es
creyente y otro agnóstico o ateo, bien porque una de las familias de origen presiona para
mantener celebraciones o rituales que uno de los miembros de la pareja no está dispuesto
a realizar.
-PREGUNTAS DE AUTOEVALUACIÓN
200
•¿Qué "aspectos culturales" se evalúan al trabajar con inmigrantes?
201
202
203
204
Las familias felices son todas iguales, las familias infelices, por el
contrario, son infelices cada una a su modo (Anna Karenina. León
Tolstoi)
¿Qué es una familia sana? Trabajar con familias en el ámbito clínico puede hacer pensar
que no existe la familia sana, sobre todo, si esto lleva a equiparar salud con ausencia
de enfermedad. Todas las familias han tenido, tienen o tendrán un miembro enfermo,
momentos de crisis, dificultades, pérdidas, etc. Esto no tiene por qué indicar
disfuncionalidad, sino cambio, transformación e incluso crecimiento si obtienen un
aprendizaje de la experiencia.
Al llegar a consulta, las familias muestran su "lado oscuro", todo lo que les hace sufrir,
y el clínico suele quedarse con ese mismo enfoque. Sin embargo, el mejor modo de
ayudar a lograr un cambio es enfocar en otra dirección, es decir, mirar hacia el lado sano
que toda familia posee. El terapeuta tiene la labor de indagar y descubrir ese lado, ya que
las familias tienen grandes dificultades para ver su parte saludable. Virginia Satir
comenzaba sus sesiones solicitando a sus pacientes que resaltaran sus aspectos sanos y
205
de unión.
206
La funcionalidad en la familia viene definida por el cumplimiento de las funciones
básicas necesarias para generar individuos válidos para la sociedad en la que viven,
respetando la estructura creada y siendo capaces de superar con éxito las diferentes
etapas del ciclo vital, a través de una comunicación abierta en la que prevalezca el
respeto y el manejo adecuado de las emociones.
Lo más importante que hace una familia con una buena funcionalidad es dar sentido
de pertenencia a un sistema único, diferente a todos los demás y vivir esta experiencia de
una forma plena, con lo que esto implica: dedicación, compromiso y generosidad entre
cada uno de sus miembros.
207
La disfuncionalidad en una familia viene determinada por un funcionamiento que está
mediatizado por el síntoma o problema, no permitiendo un cambio. A su vez, el síntoma
es la expresión de la necesidad de una ruptura de la homeostasis familiar para lograr
dicho cambio. El sistema está atascado en su proceso de crecimiento, ha habido una
parada y el síntoma es la voz de alarma que indica que "hay que hacer una revisión antes
de continuar viaje".
208
miembros de la familia.
A modo de resumen, las diferencias fundamentales entre las dos maneras de actuar se
recogen en el cuadro 5.3.
209
Aunque estas clasificaciones ayudan a la hora de organizar el trabajo terapéutico,
también pueden convertirse en obstáculos para avanzar en el proceso, puesto que no
permiten "ver" lo positivo de cada familia. Por ello, tal como se explica al principio del
capítulo, es importante no trabajar con la familia en términos globales, sino en términos
específicos como, por ejemplo, esta familia presenta disfunciones a la hora de
comunicarse.
210
adolescente se le pide que les diga a sus padres cómo se siente sin gritar, sin buscar
culpables, sin el empleo de amenazas.
Lluís Flaquer (1998: 36) afirma que "la importancia de la familia en el mundo actual
radica en que de ella depende la fijación de las aspiraciones, valores y motivaciones de
los individuos y en que, por otra parte, resulta responsable, en gran medida, de su
estabilidad emocional, tanto en la infancia como en la vida adulta". Siguiendo la
afirmación de este sociólogo, la familia es fundamental como fuente generadora de la
identidad del individuo, como primer contexto relacional donde éste puede aprender a
desarrollar sus habilidades sociales, como uno de los agentes con más peso en el
desarrollo de la autoestima y como transmisora de cultura, valores y creencias.
•Función educativa, transmitiendo los valores sociales y siendo, de este modo, una
fuente de orden social.
211
clasificación de las funciones de la familia en los siguientes términos:
•Funciones como agente de crianza y socialización de los hijos, los roles de padre y
madre. Los padres desarrollan un proyecto vital educativo que abarca todas las
etapas del ciclo vital del hijo, desde nacimiento, adolescencia, edad adulta y los
hijos como padres, a través de la figura de los nietos. Este proyecto tiene que tener
un contenido que se irá gestando a lo largo de los años y se adaptará a las etapas del
ciclo vital, en función de las demandas de cada hijo, de su personalidad y de sus
circunstancias vitales.
•Funciones de la familia cuando se considera a los padres como sujetos que están en
proceso de desarrollo. En este caso la familia es:
-Escenario donde se establece la red de apoyo necesaria para poder superar las
distintas etapas del ciclo vital.
212
implica que el hijo incorpore que el otro también tiene derechos, que no hay
una verdad única, que hay que negociar para llegar a acuerdos.
-Ser fuente generadora de autoestima. Los padres tienen que reconocer a su hijo
en su totalidad, compartir actividades con ellos y los demás miembros de la
familia, establecer una comunicación abierta y clara, enseñarles a valorarse y
manejar la frustración, enseñarles a aprender de sus errores, a divertirse y a
responsabilizarse de sus decisiones. Todo ello con el sentido del humor y la
desdramatización como dos grandes herramientas para mejorar la autoestima.
Dar un sentido de identidad a cada miembro de la familia significa hacer que se sienta
un ser único e irrepetible. Las personas que se sienten valoradas, aceptadas e integradas
en el núcleo familiar presentan un nivel alto de autoestima, además de una buena
integración social. En el caso de niños y adolescentes, éste es un factor preventivo de
fracaso escolar, de consumo de drogas y de conductas disruptivas. La falta de identidad
supone para los hijos una pérdida de orientación. La identidad que da la familia es como
el espejo en el que el individuo se refleja y se reconoce. Cuando no hay espejo en el que
mirarse, la persona se siente perdida, entonces busca otros espejos como el grupo de
pares, se adapta masivamente a ellos, generando relaciones de dependencia y está
dispuesto a pagar cualquier precio por no perder ese sensación de pertenencia. Un
ejemplo es el adolescente que mitifica a un amigo, generalmente mayor que él, viviéndolo
como un "padre sustituto" al que adora y admira y por el que estaría dispuesto a hacer
cualquier cosa.
213
temor, más confianza y curiosidad en esta aventura que supone salir al exterior, en
definitiva, crecer y madurar. Cuando los padres dan un mensaje de inseguridad e
incertidumbre del tipo "el mundo es muy peligroso, no hay que fiarse de nadie", el hijo
puede reaccionar de dos formas contrapuestas: bien quedándose pegado a sus padres o
bien intentando desafiar este mensaje a través de conductas disruptivas como huidas del
hogar o consumo de drogas. En ambos casos, tiene miedo y no sabe cómo manejarlo.
La familia es el primer taller donde se ponen en práctica todas las estrategias para una
adecuada adaptación social, si en este taller no se realiza este período de prueba; el
individuo sale al contexto social con inseguridad, torpeza y recelo. Todo esto también
214
repercute negativamente en el desarrollo de la familia, puesto que no hay una salida
natural de los miembros de ese núcleo, generando tensiones y conflictos, estancamientos
en etapas del ciclo vital, dependencia familiar, aislamiento y demandas exageradas a la
familia.
Mientras no hay hijos, la estructura viene determinada por los tipos de interacción
establecidos entre la pareja. El modo de relacionarse de este sistema marca la posterior
estructura que se genera cuando aparecen los hijos.
En las parejas que funcionan bien hay una flexibilidad en la interacción, lo que
permite una adaptación a las diferentes demandas que van a enfrentar. Estas demandas
vienen generadas por factores como la familia de origen de cada uno, las expectativas
propias, presión social y necesidades personales, entre otros. Cuando la pareja es capaz
de reconocer dichos factores y abordarlos conjuntamente, sin criticarse, sin despreciarse,
y respetándose, se fortalece como sistema, logrando unión, intimidad y complicidad. Por
el contrario, las parejas con una pobre funcionalidad se caracterizan por una rigidez en la
interacción que les lleva al establecimiento de patrones complementarios o simétricos
inmutables, a juegos de poder peligrosos, a desafíos, a autoengaños para justificar
actuaciones propias y del otro y otras formas inadecuadas de manejar la diferencia. Esto
debilita el sistema conyugal y, en ocasiones, la solución para manejar esa debilidad es
incluir a un "tercero" que ejerza de "viga de contención" en esta construcción, la pareja,
que se puede caer en cualquier momento. Este tercero puede ser el cuerpo (con quejas
somáticas u otras enfermedades como alcoholismo, depresión, etc.), un amante, un hijo
e, incluso, un terapeuta.
Con la llegada de los hijos, la pareja tiene que ejercer el rol parental, hasta ahora
inexistente. Para el buen funcionamiento familiar, la jerarquía tiene que estar claramente
establecida y los límites entre los subsistemas parental y filial bien marcados. Los padres
215
tienen un acuerdo en cuestiones básicas como normas, valores, prioridades, etc., aunque
puedan tener diferencias en otros temas menos relevantes. La transmisión de este
acuerdo es básica para que los hijos sientan seguridad y sepan hacia dónde tienen que
dirigirse en su camino de crecimiento. A medida que el hijo crece, la frontera entre
ambos subsistemas es más permeable, aunque es fundamental para su buen desarrollo
que dicha frontera se mantenga, ya que marca la diferencia generacional, entendida como
diferencia en el proceso de crecimiento, de experiencias, de funciones, en definitiva, de
madurez.
Cuando hay problemas en la relación de pareja el hijo puede ser "el tercero" que antes
se comentaba, a través de cuatro patrones de interacción:
•Desviación: evitación del conflicto por parte de los padres, centrándose en el hijo
bien porque está enfermo y hay que cuidarlo, bien porque se porta mal y hay que
corregirlo.
El caso de un joven de 21 años que acude a consulta traído por sus padres. Los
motivos de consulta son sus malas calificaciones académicas y su
comportamiento, llegando a tener escapadas de la casa, volviendo al cabo de dos
días. Después de varias sesiones en las que se trabaja el vínculo con el chico,
éste expone en una sesión familiar que nunca ha sentido que sus padres se
quisieran y que sólo les ve unidos para castigarle, criticarle o estar encima de él y
esto le llena de tensión porque siente que hay un complot de sus padres contra
216
él. Cuando no puede más, se marcha de casa, algo que vive como una
liberación.
•Coalición estable: alianza entre un padre y un hijo en contra del otro progenitor. El
hijo funciona como sistema de apoyo para uno de los padres, lo que desequilibra el
sistema parental.
Respecto al exterior, el límite también tiene que estar bien definido. En las familias
funcionales, los límites son lo suficientemente permeables como para permitir un flujo de
entrada y salida de otros individuos, otros sistemas, información, etc. y lo
suficientemente consistente como para generar en sus miembros la sensación de
contención, pertenencia e identidad. Si el límite con el exterior es demasiado rígido, la
familia se aísla socialmente, lo que provoca una acumulación de tensión, una falta de
apoyo en momentos críticos y no poder enriquecerse a través de otros sistemas de
relación. Si el límite es demasiado difuso, la familia se expone a cualquier tipo de
amenaza en su equilibrio, a la entrada indiscriminada de otros sistemas y de influencias
negativas que ponen en peligro la intimidad familiar.
217
como dentro del sistema familiar, Minuchin establece dos tipos de familias con
dificultades para funcionar adecuadamente:
•Familias aglutinadas, que se caracterizan por unos límites rígidos hacia el exterior,
pero difusos entre los distintos subsistemas dentro de la familia. Son familias en las
que el problema de un miembro se vive con la misma intensidad por parte de los
demás, como si el problema fuera de todos. La entrada de un nuevo miembro a la
familia es difícil, tal como lo definió una paciente "la familia de mi marido es una
piña y yo nunca conseguí un hueco para entrar en ella". Estas familias no permiten
relaciones significativas fuera del "clan familiar". Así, los hijos comentan que no
pueden llevar amigos a casa, los padres no establecen relaciones de intimidad con
amigos, vecinos o compañeros... llevando al sistema familiar a un aislamiento, a
dificultades en el crecimiento y a grandes problemas a la hora de enfrentar
separaciones naturales, como puede ser la independización de un hijo.
•Familias desligados, que se caracterizan por unos límites difusos hacia el exterior y
rígidos entre los distintos subsistemas. Son familias en las que sólo una situación
extrema, por ejemplo, un intento de suicidio, puede moverlas y ser un apoyo.
Desde el punto de vista clínico, son familias que les cuesta participar en los
tratamientos, piensan que el problema es de uno y que los demás no tienen por qué
intervenir. El hijo no siente el apoyo familiar, no hay control y, en muchas
ocasiones, son los sistemas del exterior los que ejercen esas funciones, bien sea un
profesor, un vecino, o los servicios sociales. Una adolescente cuya madre murió
cuando tenía 8 años, vive con su padre y cuatro hermanos mayores que ella.
Manifiesta en una sesión "me dan envidia mis amigas, yo nunca tuve hora para
llegar a casa, de hecho cuando llego nunca hay nadie para recibirme o esperando a
oír la puerta, siento que mi casa es una pensión".
Toda familia necesita una organización en sus roles y su reparto de poder, lo que
determina la estructura. Si esto se da de manera inadecuada surge el síntoma, como
resultado de una homeostasis o equilibrio disfuncional; como en el caso de hijos que
ejercen una función parental. Como afirman Boszormenyi-Nagy y Spark (1983: 182)
"hasta cierto punto todo hijo debe ser parentalizado por sus propios padres en
determinados momentos; en caso contrario, no aprendería a identificarse con roles
responsables para su existencia futura. La interiorización de la imagen del sí mismo como
progenitor que puede dar algo de sí constituye un importante paso en dirección al
crecimiento personal".
218
La aparición del síntoma puede ser una manera de ejercer esta parentalización de
forma continuada y sin posibilidad de cambio, como en el caso de un chico que presenta
fobia escolar, un modo de quedarse en casa protegiendo o cuidando a una madre que no
supera la separación matrimonial. También puede darse una rebelión contra este rol
parental, como en el caso de niños exitosos académicamente, responsables en las tareas
del hogar y de sus propios padres que en la adolescencia comienzan a tener problemas de
fracaso escolar o consumo de drogas como una vía de escape de ese rol que les ahoga y
no pueden seguir asumiendo. Éste es el caso del protagonista de la película inglesa Pure
(2002) dirigida por Gillies MacKinnon, en la que un niño ejerce todas las funciones
parentales tanto con su hermano menor como con su madre, una joven heroinómana. El
niño termina rebelándose, escapándose de su casa y consumiendo heroína.
Para el establecimiento de una adecuada comunicación hay que tener en cuenta las
premisas de las que parte Satir (1991:14): la forma de comunicarse del ser humano puede
219
afectar lo que siente respecto de él mismo, de los demás y de la situación en que está; el
ser humano reacciona ante la forma en que los demás expresan sus pensamientos,
sentimientos y sensaciones corporales y los sentimientos afectan la comunicación.
•La escucha empática de lo que el otro transmite. Cada miembro siente que "tiene su
importancia', es decir, todo lo que pueda decir va a ser recogido y tenido en cuenta.
En estas familias, los padres saben adaptarse a las edades de sus hijos para manejar
un tipo de comunicación u otro. En todos los casos, habrá un mensaje de
aceptación.
•La asunción de responsabilidad del mensaje transmitido. Cada uno se hace cargo de
lo que dice y cómo lo dice, no se busca justificar la actuación de uno por el
comportamiento del otro. Hay una comunicación directa sobre lo que pasa entre las
personas, por ejemplo, entre dos hermanos con un problema, no se busca un
tercero que medie, sino que se fomenta que ellos mismos resuelvan su conflicto.
220
serie de patrones comunicacionales que son disfuncionales. En las familias en las que la
dimensión comunicativa falla se pueden encontrar dichos patrones. Uno de ellos es el
rechazo que, como su nombre indica, supone el rechazo de la definición que el otro hace
de sí mismo a partir de sus comunicaciones, pero no la negación de su existencia, como
se da en la desconfirmación. Sería la diferencia entre "no estoy de acuerdo en cómo
eres" y "no existes".
De igual modo, formas de comunicar como el uso del imperativo, los mensajes
formulados en negativo, las generalizaciones, los términos absolutos (siempre y nunca)
son formas de comunicar propias de estas familias.
221
mediador que les transmita confianza y seguridad. El adolescente busca a esa persona
para no sentirse solo frente a los padres y éstos buscan a ese mediador para que les
ayude a tener la mejor reacción, ya que se sienten desorientados y confundidos.
El término ciclo vital proviene del campo de la Sociología y hace referencia a una
serie de etapas por las que pasa una persona desde el nacimiento hasta su muerte. Desde
el punto de vista familiar se definen una serie de acontecimientos por los que la mayoría
de las familias van a pasar a lo largo de su existencia de una forma más o menos
secuencial. Estos acontecimientos se pueden categorizar en una serie de fases que Haley
(1980) enumera de la siguiente manera: período de galanteo (noviazgo), matrimonio,
nacimiento de los hijos y el trato con ellos, dificultades matrimoniales en el período
intermedio, destete de los padres y retiro de la vida activa y vejez.
Producto de los cambios que se dan en las familias, esta clasificación se queda
obsoleta y da paso a una categorización mucho más amplia, variada y flexible. Por
ejemplo, se pueden encontrar familias en las que nacen hijos sin que los padres se hayan
ido de la casa familiar, en las que los abuelos lleguen a serlo sin que se hayan retirado de
su vida laboral, hijos que se marchan de la casa sin que haya un matrimonio por medio,
etc.
Para tener una visión más amplia, el ciclo vital se analiza en función de tres
dimensiones:
222
•Dimensión sociocultural. Hace referencia a la cultura y el momento social en los que
están inmersos los miembros de esa familia. Los valores culturales y la influencia de
los sistemas sociales más amplios influyen directamente en el modo y el tiempo de
desarrollo de cada etapa. Por ejemplo, la etapa de de salida de los hijos del hogar no
se da en el mismo momento ni circunstancia en un país como España, donde no es
raro que haya hijos mayores de 25 años en la casa, como en otros países europeos,
donde esto es impensable.
El interés por el estudio del ciclo vital en Terapia de Familia data de los años 70.
Autores tan influyentes como Carter, Mc Goldrick, Haley o Stierlin empezaron a
estudiarlo como factor fundamental para evaluar y analizar las dificultades de las familias
y los recursos que presentan.
Desde el paradigma sistémico se plantea la hipótesis según la cual una familia presenta
un problema como resultado de un estancamiento en la etapa del ciclo vital en la que está
a causa del estrés que le supone pasar al siguiente estadio. Cambios como el nacimiento
de un hijo, la jubilación de un padre o la marcha de los hijos suponen a la familia una
reacomodación a una nueva estructura, a un cambio en los roles familiares y al ejercicio
de nuevas funciones. Todo ello genera un estrés que, en algunos casos, la familia no
maneja adecuadamente dejándola paralizada.
Partiendo de esta perspectiva, las familias que funcionan de manera adecuada en esta
dimensión son aquellas que son capaces de generar los recursos necesarios para llevar a
cabo las tareas que requiere cada etapa del ciclo vital, mientras que la disfuncionalidad
viene marcada por esa falta de habilidades, que se va poner de manifiesto a través de un
223
síntoma o problemas.
Los cambios sociales están produciendo una mayor complejidad en el desarrollo del
ciclo vital tanto individual como familiar. Desde el ámbito clínico, el análisis de la familia
va a ser incompleto y sesgado si no se tienen en cuenta otros aspectos tan importantes
como la cultura de la que proviene la familia, la religión o el contexto socioeconómico,
que van a influir directamente en cómo se avanza a lo largo del camino que supone el
ciclo de vida.
La autora aclara que, aunque en todas las culturas el desarrollo del ciclo vital puede
224
ser más o menos paralelo, los significados atribuidos, los mecanismos y marcadores de
cambios, las edades de paso de etapa y los rituales que marcan dicho paso varían en los
diferentes contextos culturales, dando lugar a múltiples narrativas locales del ciclo vital.
Los 15 años en España no son los mismos 15 años en países de Latino América. Si un
terapeuta no tiene en cuenta esta variable puede resultarle difícil entender, por ejemplo,
por qué una familia peruana es capaz de endeudarse para celebrar la fiesta de los 15
(mayoría de edad) de su hija.
225
De igual forma, el paciente también puede sentir esas resonancias ante cambios en el
ciclo vital del terapeuta que, por distintos motivos, se manifiestan en la terapia.
En una ocasión, una paciente, al observar que su terapeuta llevaba una alianza,
que hasta entonces no tenía, le pregunta si se ha casado, ante lo que ésta
responde afirmativamente. A raíz de este hecho, la paciente plantea la dificultad
que podría tener si la terapeuta se quedara embarazada, ya que era algo que ella
deseaba pero no era compartido por su pareja. Este hecho permitió trabajar
cómo esto podría afectar a la alianza terapéutica, qué tipo de emociones le
generaba a la paciente y qué alternativas había. La paciente manifestó que
pensar en ello le provocaba enfado y rabia hacia la terapeuta. Esto permitió que
sacara esas emociones y pudiera recolocarlas, ya que ella, hasta ese momento,
no había sido consciente de que eso mismo es lo que llevaba sintiendo hacia su
pareja hace tiempo y no había podido expresar. Esta paciente tenía un acuerdo
con su pareja, bastante mayor que ella, de no tener hijos, ya que él estaba en
otro momento de su ciclo vital, en el que la procreación no tenía cabida, puesto
que ya era padre de dos hijos jóvenes. Ella había aceptado este acuerdo, sin
embargo, al ver que se acercaba la edad límite para plantearse la maternidad,
empieza a dudar de querer renunciar a la misma.
El siguiente cuadro desarrolla las etapas del ciclo vital familiar, con los cambios
emocionales que se dan en cada una de ellas y las diferentes tareas a realizar para poder
avanzar en las mismas.
226
227
PREGUNTAS DE AUTOEVALUACIÓN
•Desde una perspectiva psicológica, ¿cuáles son las funciones que ha de cumplir una
familia?
228
•Desde el punto de vista del ciclo vital, ¿qué tareas debe realizar una pareja que
decide separarse?
229
230
Siempre la respuesta más hermosa a quien inquiere la pregunta más dificil
(E.E.Cummings)
Cuando la familia llega a consulta trae consigo sufrimiento, miedo y expectativas que
el terapeuta tiene que escuchar y atender, precisando cuál es la demanda más acuciante.
Frecuentemente, el profesional tiene una idea clara de cómo abordar el problema o
problemas, sobre qué focalizarse y en qué orden. Pero si el clínico se olvida de lo que la
familia espera viniendo a consulta, aunque su criterio sea el adecuado, no puede trabajar
con ella, puesto que ésta no se siente ni escuchada ni atendida. Esto es algo que se
observa, por ejemplo, en casos de alcoholismo y drogodependencias, en los que el
terapeuta tiene claro que el primer objetivo es la abstinencia y, sin embargo, en muchas
ocasiones, tendrá que esperar a que el paciente y la familia estén preparados para ello. Es
ahí cuando hay que negociar una serie de objetivos intermedios para lograr, finalmente, el
objetivo de la interrupción del consumo.
Las familias vienen con la idea ayúdanos a cambiar sin cambiarnos. Hay un miedo a
ese cambio porque piensan que les va a generar más sufrimiento, que van a perder
identidad, pueden creer que sólo uno tiene que cambiar o, simplemente, porque el
cambio siempre produce vértigo. El mensaje del terapeuta es no estáis solos, os voy a
escuchar y respetaré vuestro ritmo. Cada familia necesita un tiempo para confiar y
dejarse ayudar. La creencia en el poder terapéutico, la confianza en las habilidades y la
experiencia del terapeuta familiar permite a la familia desnudarse ante este desconocido,
enseñarle lo más íntimo y, juntos, poder trabajar para dejar de sufrir.
231
Para poder llevar a cabo este trabajo en equipo, familia y terapeuta tienen que crear la
alianza o vínculo terapéutico. Ya Freud destaca la importancia de este concepto a través
del desarrollo de la transferencia y contratransferencia.
El terapeuta ha de ser capaz de reconocer sus valores, sus prejuicios, sus limitaciones,
sus temores, además de sus recursos personales y profesionales. Esta exploración y
autoconocimiento son imprescindibles para el buen hacer terapéutico y se consiguen a
través de diferentes vías: el diálogo interno durante la sesión, la reflexión después de cada
sesión, la supervisión grupal o individual sistémica, y un trabajo de análisis y
reconocimiento de su propia familia de origen, conocido como "FOT" (Familia de Origen
del Terapeuta) o denominado por algunos profesionales de manera metafórica como
232
"ruta de los orígenes".
Cuando se trabaja con familias, lograr establecer el vínculo es más complejo, ya que
hay que conseguirlo con cada uno de los miembros del grupo familiar. Cada uno tiene sus
características, sus prejuicios, sus temores y trae sus expectativas, sus objetivos y sus
deseos, que no necesariamente son comunes. Debido a ello, el terapeuta de familia se
convierte en un "malabarista que tiene que mantener varios platos en el aire y no permitir
que ninguno caiga al suelo". Al salir de la consulta, cada integrante de la familia tiene que
sentir que ha sido escuchado, comprendido, contenido y con deseos de volver.
Minuchin (2005) denomina la alianza como unión. Esta unión está basada en la
experimentación, por parte del terapeuta, de la realidad de la familia y la necesidad de su
implicación en las interacciones repetidas que muestra la misma. Desde esta perspectiva,
el terapeuta se une a la familia para resolver un problema. Sin embargo, con la
incorporación de la Cibernética de Segundo Orden al estudio de las familias, se va aún
más lejos y se habla de la formación de un "sistema terapéutico", no sólo como esa unión
terapeuta-familia, sino como la creación de un nuevo sistema que surge del encuentro de
la familia y el terapeuta, pero va más allá de la suma de esos dos elementos, cumpliendo
una de las propiedades de los sistemas: la ley de la totalidad (un sistema es más que la
suma de sus partes). Juntos construyen una nueva realidad que no existe hasta que no se
da el encuentro entre ambos sistemas (terapeuta y familia).
233
hacia una dirección más solucionable. Desde la Primera Cibernética, período de inicio de
la Terapia Familiar, los problemas se ven como la expresión de una disfunción en el
sistema familiar, es decir, el sistema crea el problema. Por ejemplo, en el caso de la
anorexia nerviosa, durante muchos años se explica el síntoma como el resultado de un
tipo de familia que Minuchin (1978) define como "familia psicosomática', aquella
caracterizada por roles poco definidos, sobreprotección, rigidez, excesiva implicación y
ausencia de resolución de conflictos debido a la evitación de los mismos, por lo tanto, las
características del sistema son las que originan los problemas. Sin embargo,
investigaciones posteriores no han podido demostrar esta correlación entre tipo de familia
y aparición del problema. Sin embargo, sí se ha comprobado que la anorexia nerviosa
origina en la familia aislamiento, tensión, culpa, ira y otras reacciones que determinan su
forma de relacionarse tanto dentro como fuera del sistema familiar. Es decir, el problema
dispone la forma de interactuar del sistema. El problema crea y organiza el sistema.
Desde esta perspectiva, la familia es partícipe de una situación e interacción
problemática, pero no es el problema.
Von Schlippe y Schweitzer (2003: 116) explican claramente esta nueva visión con una
definición novedosa de lo que es un problema: "El problema es algo que alguien
considera, por un lado, como un estado no deseado que requiere un cambio y, por otro,
como un estado que, en principio, es modificable".
•Estado modificable: todo estado se define como una situación en la que alguien se
encuentra. Como tal es modificable, se puede cambiar. Habrá personas que quieran
cambiarlo, otras no. Llegar a un acuerdo sobre la necesidad de un cambio es un
primer paso para lograr una solución.
234
•No deseado y requiere un cambio: llegar a un estado diferente supone un cambio y
alguien tiene que estar motivado para ello. Desde una perspectiva sistémica, en el
momento que un miembro de la familia hace un cambio, todo el sistema queda
afectado por el mismo. Por consiguiente, lo fundamental es que alguien desee ese
cambio; con esa persona es con la que se empieza a trabajar.
•Si el síntoma tiene una función protectora, se trabaja, en primer lugar, sobre el miedo
al cambio que tiene la familia. También hay que identificar qué es lo que protege el
síntoma.
•Si el síntoma es un elemento de poder, hay que lograr distribuir el mismo en los
diferentes miembros de la familia para que el síntoma desaparezca. Por ejemplo, en
el caso de familias con adolescentes sintomáticos, los padres tienen que volver a
tener su rol de reyes de la casa, en el sentido de que sean ellos los que tomen las
decisiones importantes, establezcan las pautas educativas y ejerzan su función
protectora hacia los hijos. Cuando la jerarquía está adecuadamente establecida,
entonces el síntoma no tiene cabida porque deja de tener poder para el paciente
identificado, en este caso, el adolescente.
235
•Si el síntoma es la expresión de una denuncia o llamada de atención, hay que lograr
un acuerdo en la interpretación del fenómeno para, posteriormente, enseñara
comunicar los problemas de una forma abierta, de modo que no sea necesario
recurrir al síntoma.
En los casos en los que es importante que todos acudan y no es posible, bien por
causas ajenas a la persona (como un miembro de la familia que viva en otro país) o bien
por no desear participar en el tratamiento, se puede trabajar con la persona ausente
trayéndola en forma de silla vacía u objeto que la represente e incluyéndola a través de
preguntas circulares. También se puede establecer contacto a través de intercambio de
correspondencia, correos electrónicos o llamadas telefónicas siempre y cuando el resto de
la familia esté de acuerdo y sepa la información que se está manejando. Si un miembro
de la familia no quiere acudir y es importante su participación en el tratamiento, se puede
trabajar con la familia para que haga cambios interaccionales que favorezcan que la
persona venga. Esto suele darse en casos en los que el paciente identificado, portador del
síntoma, no piensa que tiene un problema o no cree que sea el único que lo tiene. En este
caso, el resto de la familia le pide que acuda con ellos porque le necesitan para resolver
"el problema familiar que todos tienen". Si aún así no se le convence, se trabajan
236
diferentes pautas, persuasivas o más disuasorias, con el fin de lograr su participación.
En casos graves se puede llevar a cabo una visita domiciliaria, que suele tener un gran
impacto sobre la persona porque valora como una gran muestra de interés el hecho de
que el terapeuta esté dispuesto a ir "a su terreno". En estos casos, como pueden ser
alcoholismo o psicosis, se puede llegar a indicar el ingreso hospitalario.
Sean quienes sean los que acuden a la primera entrevista, una vez que el terapeuta y
la familia están en la consulta, comienza la entrevista. Desde este momento, el clínico ya
tiene una serie de labores importantes que efectuar: observar, escuchar, dirigir la
conversación, recopilar información. Además de éstas, hay otros cometidos aún más
importantes: empatizar, valorar, confirmar y dar confianza y esperanza. Sin estos últimos,
las labores anteriormente citadas no sirven y, sobre todo, la familia no va a volver a
consulta.
6.1.1. Objetivos
237
situaciones con alta carga emocional o no brindar un espacio específico para cada uno
pueden provocar no sentirse escuchado ni comprendido y determinar que la familia
decida no comenzar el tratamiento. Para manejar adecuadamente dichas cuestiones y
otras es importante tener muy claro qué es lo que se pretende lograr en este primer
encuentro.
•Definir cuál es el problema y el cambio que hay que hacer. El uso del término
"problemá' va a depender de cómo el terapeuta quiera orientar el trabajo
terapéutico. Haley (1980) hace cuatro propuestas a la hora de definir el motivo de la
consulta:
-¿En qué puedo serles útil? Esta pregunta acorta la distancia entre el terapeuta y
el paciente, es más personal. Hay que valorar si la familia está preparada para
238
esa cercanía o es necesaria una postura más distante, desde un rol más
profesional. A su vez, con esta pregunta ya se está indicando a la familia que el
terapeuta está dispuesto a hacer algo, él va a trabajar para que ellos estén
mejor.
-¿Por qué motivo han venido a verme? De esta manera la familia puede
centrarse en el problema y también en el cambio. Por ejemplo, pueden
contestar que han venido a consulta porque su hijo tiene un problema o para
ver si se puede hacer algo con su hijo.
El terapeuta tiene que tener claro que la forma y el tipo de pregunta que formula
para comenzar la exploración orienta tanto la evaluación como la intervención
posterior, ya que determina estos dos aspectos.
-Relación tipo demandante: en este caso, el paciente se reconoce como parte del
problema, pero no parte de la solución como, por ejemplo, el caso de la mujer
de un alcohólico, que sufre el alcoholismo del marido, pero piensa que ella no
239
puede hacer nada al respecto. En muchas ocasiones, esta persona intuye lo
que tiene que hacer, pero no parece dispuesta a hacerlo o no está preparada
para ello.
Según estos autores, para que el tratamiento tenga éxito, los objetivos que se
establezcan deben poseer una serie de cualidades:
-Tener importancia para el paciente: esta característica tiene una relación directa
con la motivación. Si el paciente no vive dicho objetivo como algo relevante,
nunca trabajará para lograrlo.
240
-Ser limitados, concretos y específicos: de esta manera es más fácil cumplirlos y,
sobre todo, darse cuenta de que se han alcanzado.
-Estar definidos en términos positivos: es mucho más fácil "hacer algo" que "no
hacer algo". El cerebro humano responde mucho mejor a planteamientos
positivos que implican una actitud y conducta activa, dirigida a una meta, al
contrario que un enunciado negativo como puede ser "no vomitar más", en el
caso de una bulimia.
-Ser realistas: los objetivos tienen que estar ubicados dentro del marco de
pertenencia del sujeto, el cual tiene que vivirlos como propios, no ajenos a su
realidad, y plausibles. Por ejemplo, una paciente acude a consulta porque su
novio "se ha cansado de sus arranques de ira y sus cambios de humor" y hace
dos meses ha terminado la relación. Ella viene con el objetivo de recuperarlo.
En este caso, el objetivo de la paciente no es realista, ya que hacer una terapia
no le asegura recuperar a su pareja. En otro caso, un paciente que lleva veinte
años trabajando como cocinero en un restaurante acude por problemas de
alcoholismo. La mujer quiere que deje de trabajar en la hostelería, el paciente
plantea que no sabe hacer otra cosa y que, con 48 años, no está dispuesto a
hacer ese cambio. En este caso el objetivo realista es dejar de beber sin dejar
su puesto de trabajo.
-Ser percibidos como un trabajo duro": esta cualidad tiene que ver con la
valoración que se hace de algo que ha supuesto un esfuerzo lograr en
contraposición con algo que "te ha sido regalado"; (no se gasta igual el dinero
ganado en la lotería que el ganado con el esfuerzo de un año de trabajo). Al
paciente hay que transmitirle la idea de que el trabajo terapéutico no es un
trabajo fácil; de este modo se le está diciendo que tiene que implicarse,
esforzarse y superar contratiempos. El paciente se implica más en el
tratamiento y, una vez alcanzado el objetivo, siendo consciente del trabajo que
ha supuesto, es difícil que esté dispuesto a perderlo.
•Explicar las condiciones de trabajo que se van a seguir. En función del contexto en el
241
que se trabaje, sea público o privado, las condiciones van a variar. En el ámbito
público, dichas condiciones vienen marcadas por la normativa de organización
general que está establecida dentro del área de salud que corresponda. En el ámbito
privado, hay que informar de la duración aproximada del tratamiento, los precios de
las sesiones, los horarios de las mismas, la frecuencia de las visitas, la normativa del
centro en relación con la cancelación de citas, las llamadas al terapeuta fuera del
horario de consulta, si hay atención médica, empleo del espejo unidireccional,
grabación de sesiones y todas las cuestiones relacionadas con el método de trabajo.
Es importante que el paciente y la familia se marchen de la primera entrevista con
una idea clara sobre todas estas cuestiones, ya que les permite crear un mapa
cognitivo que les guiará a lo largo del proceso terapéutico. La aceptación de las
condiciones del proceso terapéutico es el primer paso para el comprometerse en
dicho proceso.
Antes de que la familia llegue a consulta, ya se ha hecho un primer contacto a través del
teléfono, con lo que hay una serie de datos previos que están disponibles. El siguiente
cuadro recoge los principales datos que se obtienen en la entrevista telefónica.
El terapeuta conoce estos datos antes del primer encuentro con la familia y empieza a
desarrollar alguna idea respecto a cómo orientar la primera entrevista. Hay autores que
no comparten esta idea y creen que no es conveniente tener mucha información de la
familia, ya que puede condicionar la postura del terapeuta. Es importante que el terapeuta
242
llegue lo más "virgen" posible al contacto con este nuevo sistema; liberándole de
presunciones y prejuicios y teniendo la humildad necesaria ante "un nuevo mundo que se
abre a sus ojos", una nueva familia. Es como no querer saber mucho de un libro que uno
comienza a leer o una película que va a ver. Esto mantiene la curiosidad, el interés y la
humildad; cuestiones fundamentales para el genuino contacto con la familia.
•Datos del derivante: en caso de que el servicio sea privado, es interesante saber
cómo llegaron a él y a través de quién entran en contacto con el centro. Si se
considera necesario, se piden los datos del derivante para poder contactar él, como
en el caso de que sea otro profesional el que ha atendido a la familia.
Una mujer de 40 años llama para pedir cita, derivada por un amigo que estuvo
anteriormente en tratamiento en ese centro. En la entrevista telefónica comenta
que no está bien en su relación de pareja; no sabe si quiere continuar, tiene
dudas sobre sus sentimientos hacia su marido. Está casada desde hace diez años
y es madre de dos hijos, de 8 y 5 años, respectivamente. Explorando la familia
de origen, comenta que desde hace un año se siente mal, a raíz de que su padre
243
(que vivía en otra ciudad) enfermó de cáncer de estómago. Por esta causa las
visitas a la casa familiar se han incrementado y esto le ha hecho revivir una serie
de emociones y conflictos que "enterró" con 25 años, cuando se marchó por
motivos laborales a vivir fuera de su ciudad natal. A medida que se evalúa
empieza a relacionar los conflictos no resueltos con su familia de origen con los
problemas que tiene con su pareja.
-Crisis estructurales: las define el autor como "aquellas crisis en las que se
exacerban de manera regular determinadas fuerzas dentro de la familia'
(Pittman, 1987: 37). Son crisis que se pueden producir por tensiones
extrínsecas aunque, en esencia, son una intensificación de una pauta
intrínseca. Son las familias más complejas para trabajar, puesto que la forma
de relacionarse en la crisis es su forma habitual de funcionamiento; las crisis
aparecen de manera repetida a lo largo del desarrollo del sistema familiar. Se
dan, por ejemplo, en familias donde la pareja está en una constante amenaza
de separación que nunca llevan a término, donde hay un continuo cambio de
244
empleo con la consiguiente inestabilidad o donde se dan intentos de suicidio
reiterados por parte de uno o más miembros de la familia. Es como si estas
familias dedicaran todos sus esfuerzos a impedir que se produzca el avance a
través del ciclo vital familiar normal.
-Crisis de desvalimiento: este tipo de crisis ocurre en familias con uno o más
miembros dependientes, con alguna patología o, en general, disfuncionales.
Este miembro genera una dependencia crónica del sistema familiar a causa de
su discapacidad o disfuncionalidad. Estas crisis pueden producirse por diversos
motivos: por agotamiento del cuidador primario que se encarga del miembro
discapacitado, por la toma de decisiones del cuidador sin tener en cuenta a los
demás o cuando se produce algún cambio en el sistema que requiere una
negociación de la organización actual. La crisis de desvalimiento más típica es
la que se produce por la falta de aceptación por parte de la familia de la
discapacidad o disfuncionalidad de ese miembro del sistema. Por ejemplo, en
el caso de un padre diagnosticado de Alzheimer o el nacimiento de un hijo con
una discapacidad intelectual.
245
•Intentos anteriores de resolver la situación: hacer una valoración de los esfuerzos
anteriores para resolver la situación, solicitar información sobre qué caminos hacia
la solución comenzó la familia y no funcionaron, qué otras personas participaron y
en qué "trampas" tiene que tener cuidado el terapeuta de no caer, dentro de los
procesos llevados a cabo por la familia. Aquí también se exploran tratamientos
anteriores, lo que brinda información sobre cómo la familia puede vivir la
experiencia de una terapia familiar.
Estos autores denominan dichos recursos como "los lados fuertes" de la familia.
Una pareja acude a terapia porque el nivel de discusión cada vez es mayor y han
llegado a niveles que ellos mismos reconocen como intolerables, como amenazas
de agresión física, insultos, gritos... Al plantearles qué puede aportar cada uno
para que la situación cambie, la mujer destaca el buen humor que siempre ha
tenido su marido y él destaca la paciencia que tiene ella. Juntos también apuntan
que no se guardan respeto, ingrediente principal que perdieron hace tiempo.
246
explícita, de este modo el terapeuta sabe lo que cada uno espera y tiene que hacer
todo lo posible por cubrir parte de dichas expectativas, para que ningún miembro
boicotee el tratamiento. Tanto la familia como el profesional tienen que ser
conscientes de que no se van a cumplir todas las expectativas que cada uno tiene a
la hora del encuentro terapéutico.
6.1.3. Fases
247
esta manera, la familia puede empezar a relajarse y confiar.
En esta fase se incluyen los aspectos sociales: se pregunta cómo han llegado
hasta la consulta, si han tenido alguna dificultad y se les pregunta por los datos
demográficos. Antes de abordar el tema por el que vienen, el terapeuta establece un
primer contacto con cada miembro de la familia, sabe algo de cada uno. Hasta que
esto no se ha producido no se pasa a la siguiente fase.
2.Fase de émpape": en esta fase, el terapeuta entra en contacto con la realidad que la
familia trae. Se formula la primera pregunta en relación con el motivo de consulta,
observando quién contesta en primer lugar, ya que es una pregunta abierta dirigida
al grupo en general. Esta actitud permite respetar la jerarquía de la familia, desco
nocida por el terapeuta. Hay que manejarse sin ideas preconcebidas, marcadas por
roles sociales, como pensar que el padre es el más alto en esa jerarquía o que la
madre va a ser la más colaboradora.
En caso de realizar alguna intervención, tiene que ser con una finalidad clara,
para ir introduciendo cambios en la interacción familiar.
Antes de pasar a la siguiente fase, el terapeuta tiene una idea aproximada del
motivo por el que la familia acude a consulta, y tiene una idea aproximada de cómo
es "el mapa interaccional" de la familia, en cuanto a alianzas, jerarquía, roles, límites
y clima emocional familiar y, en especial, la detección de los patrones interaccionales
repetitivos y disfuncionales.
248
El terapeuta crea "un boceto" utilizando dos materiales: el nivel de contenido del
mensaje y el nivel relacional del mismo. A medida que la evaluación avanza, va
"pintando" el cuadro familiar.
En este momento, el terapeuta ya tiene una idea de qué persona es la que tiene la
capacidad de hacer que vuelvan a la siguiente sesión. Así, da mensajes a cada uno
sobre lo evaluado, acercándose y reforzando a los que más resistencias presentan y
apoyando y confirmando a la persona que tenga capacidad de convocatoria.
A continuación, se explican todos los aspectos relacionados con las condiciones del
tratamiento, en relación con la frecuencia y duración de las sesiones, los miembros a
convocar, las cuestiones relacionadas con el método de trabajo (empleo de espejo
unidireccional, grabación de las sesiones, etc.), y el aspecto económico (precio de las
sesiones, forma de pago, cuándo hacer el abono, quién hace el abono).
249
Finalmente, se pregunta si hay alguna duda o comentario sobre lo expuesto.
Una vez que la primera entrevista finaliza, es aconsejable que el terapeuta dedique un
tiempo para reflexionar sobre:
•Cuáles son los aspectos a rescatar en la familia sobre los que hay que incidir.
6.2.1. Genograma
250
Sistémica. Su gran ventaja radica en que permite tener recopilada la información familiar
más importante de una manera gráfica, visual, clara y sencilla, de modo que el clínico,
con una rápida observación, obtiene una visión general y completa de la constitución de
la familia con sus datos biográficos básicos, los acontecimientos más relevantes y los
vínculos relacionales desarrollados por los distintos miembros de la misma. Además, al
ser una herramienta de uso común entre los profesionales que trabajan en este campo, se
convierte en un lenguaje compartido que permite una transmisión de información de
manera concisa y rápida. Esto se aplica también en el ámbito de la formación, a la hora
de aprender a estudiar y analizar las familias.
Un formato para dibujar un árbol familiar que registra información sobre los
miembros de una familia y sus relaciones durante, por lo menos, tres generaciones.
Presenta la información en forma gráfica de manera tal que proporciona un rápido
gestalt de complejas normas familiares y una rica fuente de hipótesis sobre cómo un
problema clínico puede estar relacionado con el contexto familiar y la evolución
tanto del problema como del contexto a través del tiempo. (Mc Goldrick y Gerson,
1985: 17).
251
El genograma se elabora en tres pasos, fundamentalmente:
Los cuadros 6.4, 6.5, 6.6 recogen los símbolos que se emplean en el trazado del
genograma, los símbolos relacionales y un ejemplo de genograma, respectivamente.
252
Cuadro 6.5. Símbolos relacionales
253
Cuadro 6.6. Ejemplo de genograma (realizado con el programa Genopro)
254
2.El registro de la información más significativa. Esta información abarca tres
generaciones. Se comienza recogiendo la información demográfica, que incluye
edades, fechas de nacimiento y fallecimiento, profesión o formación y nivel
educacional. Dicha información se completa con fechas de noviazgos, inicios de
convivencia, matrimonios, separaciones, divorcios y nuevos emparejamientos, en
caso de que se den.
255
como un logro laboral o funcionamientos exitosos.
La información recogida tiene que darse de tal modo que el terapeuta tenga una
idea cronológica del desarrollo de esta familia, con los datos más significativos, lo
que le permite tener una visión general de cómo se ha ido gestando el grupo familiar.
256
•Del contexto sociocultural actual al marco histórico en el que ha crecido esta
familia.
Para recoger dicha información se pueden hacer preguntas como ¿hay miembros
de la familia que han estado tiempo sin hablarse o que no se hablan en la
actualidad?, ¿qué conflictos han marcado las relaciones entre sus padres?, ¿qué
miembros de la familia son los más allegados?, ¿en qué personas de su familia tu
padre confía más?, ¿cómo se llevan los hermanos de tu madre entre ellos?, etc.
Las ventajas del empleo de estos instrumentos de evaluación son la obtención de una
información rápida, concisa y fiable sobre las distintas dimensiones de la familia y su fácil
aplicación. En algunos casos es la propia familia la que los cumplimenta, en otros es
necesaria la presencia de un profesional entrenado para ello. También son la base
necesaria para la realización de investigaciones, ya que aportan los datos validados
necesarios para poder desarrollar el campo experimental.
•Escala de Familia de Origen (FOS). Es una escala diseñada por Hovestadt y otros
(1985) compuesta por 40 ítems que mide procesos familiares, en relación con la
257
autonomía y la intimidad familiares.
•Escala de Ambiente Familiar (FES). Diseñado por Moos y Moos, este cuestionario
está compuesto por 90 ítems que evalúan el clima familiar en tres dimensiones: las
relaciones interpersonales, el crecimiento personal y el cambio o no cambio del
sistema familiar. Está compuesto por diez subescalas: cohesión, expresividad,
conflicto, independencia, orientación al logro, orientación intelectual-cultural,
orientación activo-recreacional, énfasis moral-religioso y orientación y control. Se
emplea tanto para medir cómo se ve la familia en la actualidad como para saber
cómo les gustaría verse en el futuro.
•Escala de Ajuste Diádico. Diseñada por Spainer (1976), está compuesta por 76 ítems
que evalúan cuatro aspectos: satisfacción, cohesión, consenso y expresión de
afecto.
6.2.3. Tarea
La tarea se diseña en función de los objetivos que se quieran alcanzar; va a ser útil
para conocer el grado de implicación de los miembros de la familia al proceso terapéutico
que se inicia, para recoger más información sobre aspectos en los que el terapeuta quiera
profundizar y para orientar la intervención posterior que se llevará a cabo.
258
familia para la siguiente sesión. De esta manera, se da una continuidad a las primeras
intervenciones que se efectúan y se puede emplear como una recogida de más
información que el terapeuta necesita para continuar la evaluación. También permite
conocer qué miembros de la familia tienen una actitud colaboradora, cuáles pueden estar
más reticentes, qué dificultades presentan a la hora de hacer una actividad conjunta y
cómo es la interacción cuando se presenta esa situación. Por ejemplo, una pareja acude a
consulta por problemas de comunicación, discusiones y faltas de acuerdo. Se le pide a
cada uno que, para la siguiente sesión, traiga un registro de las situaciones del pasado en
las que, según su opinión, lograron hacer algo diferente que funcionó, bien porque no
llegaron a discutir o porque fueron capaces de conseguir un acuerdo. Gracias a esta tarea
se puede obtener más información sobre cuáles son los recursos que la pareja ya tiene,
aunque no los habían reconocido todavía, saber si están dispuestos a implicarse en el
trabajo terapéutico, valorar qué significa para cada uno "algo que funcionó', ver si hay
acuerdo respecto a esto, y orientarles en la búsqueda de soluciones.
Como define el diccionario de la Real Academia Española, una hipótesis, en el ámbito del
trabajo, es "una suposición que se establece provisionalmente como base de una
investigación que puede confirmar o negar la validez de aquella". En el marco de la
Terapia Familiar Sistémica, son Selvini Palazzoli y el resto del grupo de la Escuela de
Milán (Selvini Palazzoli y otros, 1980) los que introdujeron el empleo de este
instrumento de trabajo, pero con un significado bien distinto. Para estos autores, la
finalidad de una hipótesis es que sea útil; no importa si es verdadera o falsa, sino que se
pretende que ayude a orientar al terapeuta en la organización de la información dada por
la familia, la formulación de preguntas, el plan teamiento de intervenciones, y el
descubrimiento de formas de funcionamiento relacional hasta ahora ignoradas.
Para elaborar dicho mapa, hay que tener en cuenta las siguientes cuestiones:
259
•La información previa de la familia que se recoge en la entrevista telefónica: quién
hace la llamada, cuál es el motivo de la misma, quién va a acudir a la primera
entrevista y quién les deriva a consulta.
La hipótesis que se formule tiene que incluir a todos los miembros de la familia que
estén, de una manera u otra, influidos por el problema o que influyan en el mismo.
Además se debe formular como una suposición que se refiere al conjunto de las
relaciones familiares (Selvini Palazzoli y otros, 1980). Es interesante también que esta
hipótesis sea diferente a las que trae la familia como explicación de lo que les sucede.
Con ello no se pretende buscar una verdad que ellos no han encontrado, sino abrir un
marco de interpretaciones diferentes de las contempladas hasta ahora. Para ello, antes
hay que preguntar a todos los miembros de la familia, ya que cada uno tiene una idea
diferente o, tal vez, compartida con otro, sobre el problema que les trae a consulta.
La hipótesis tiene que tener en cuenta aspectos tan importantes como la etapa del
ciclo vital en la que está la familia, el manejo por parte de ésta de situaciones similares a
la actual o crisis anteriores, y todo lo relacionado con la dimensión cultural; cuestiones
como el origen, las creencias religiosas o el contexto socio-cultural en el que está inmersa.
Este contexto determina el discurso de la familia sobre la pertenencia a la comunidad, las
cuestiones de género o las tradiciones y, por tanto, va a tener una influencia directa en los
discursos dominantes de dicha familia.
260
de una hipótesis relacional que ofrece una explicación a la aparición de un problema, una
enfermedad o una disfunción. Es decir, el marco en el que se sitúa la aparición del
problema es el marco de las interacciones entre los diferentes miembros de la familia. Sin
embargo, se produce un cambio con la incorporación de la Cibernética de Segundo
Orden al ámbito de la terapia familiar. Dicho cambio se caracteriza por la elaboración de
hipótesis que parten no sólo de variables interaccionales, sino también individuales, como
pueden ser experiencias del pasado del individuo o aspectos caracterológicos.
6.4. El diagnóstico
•No se centra en el individuo que sufre el síntoma, sino que abarca todo el sistema
familiar y otros sistemas significativos. La familia suele acudir a consulta con la idea
clásica de paciente como portador del síntoma. Desde la perspectiva sistémica, esta
261
conceptualización del problema se amplía, siendo toda la familia la que participa, de
una manera directa o indirecta, en el síntoma y va a ser toda la familia la que va a
participar en la desaparición del mismo.
•El diagnóstico relacional cambia a lo largo del proceso terapéutico, no es algo estático
e inmutable. La evaluación y la intervención van unidas, no son dos etapas
consecutivas. Ambas se interrelacionan desde el comienzo de la terapia, de manera
que son dos procesos inseparables. El diagnóstico familiar es una guía provisional
que ayuda en la generación de hipótesis, es algo dinámico y modificable en función
de la información que se va recopilando a medida que la familia y el terapeuta se
acomodan y se reestructuran, formando el sistema terapéutico.
262
6.5. La planificación del tratamiento
263
familia, considerando el propósito que para cada uno tiene el trabajo terapéutico. Los
objetivos del terapeuta y la familia no siempre son coincidentes, de igual modo que no lo
son los de los distintos miembros que componen el sistema familiar. Para llegar a un
acuerdo, hay que comenzar sabiendo qué es lo que la familia pretende lograr acudiendo a
consulta, ya que la disposición para el cambio depende de si las metas a alcanzar tienen
importancia para cada uno de ellos. Por lo tanto, el terapeuta tiene que conocer las
expectativas de cada uno y conseguir un consenso sobre lo que se va a trabajar.
Acude a consulta una familia compuesta por un padre de cuarenta y cinco años,
una madre de cuarenta y dos años y una hija de catorce años. La madre llama al
centro a raíz de encontrarse unos preservativos en la habitación de la hija, esto
le asusta mucho porque piensa que su hija no tiene edad para tener relaciones
sexuales, no sabe si está con algún chico y se angustia mucho al pensarlo. A la
primera entrevista acuden los tres: la madre muy angustiada, el padre
sorprendido por la situación y sin saber cómo reaccionar y la hija muy enfadada
porque la madre le registra su habitación y, por eso, encontró los profilácticos.
Cuando se les pregunta qué esperan lograr acudiendo a consulta las respuestas
son: la madre espera que el terapeuta convenza a la hija de que es muy pequeña
para tener relaciones y le explique todos los riesgos que eso conlleva, el padre
pide que la madre se tranquilice y la hija, enfadada, dice que ella no quiere venir
y si acude es porque su madre no la deja tranquila (no la deja salir con sus
amigas, va todos los días a buscarla al colegio, le sigue registrando la habitación,
etc.), no aguanta más. Ante la disparidad de expectativas en relación con la
terapia, el terapeuta plantea a la familia que habrá que consensuar los deseos de
cada uno, de manera que todos estén satisfechos con las propuestas. Para ello,
se le pide a la hija que piense qué está dispuesta a hacer ella para que la madre
se tranquilice y a los padres se les plantea qué creen ellos que pueden hacer para
que la hija confíe en ellos y puedan hablar de lo ocurrido y otras cuestiones que
les preocupan de su hija sin que esto sea un motivo de conflicto.
Cada miembro de la familia tiene que sentir que, al menos, parte de sus expectativas
se van a cumplir, ya que esto es lo que les motiva para trabajar en terapia. En caso de
que el terapeuta se plantee unos objetivos diferentes a los de la familia, los expone y
explica la importancia de lograr dichos objetivos para el bienestar del grupo familiar.
En el caso anteriormente expuesto, una vez que el terapeuta logra que cada uno
vea que para estar bien, los demás también tienen que estarlo, plantea la
264
importancia de lograr una mayor comunicación entre los padres, más acuerdos
en relación con asuntos relacionados con la hija y a ésta se le plantea la
importancia de aprender a negociar con sus padres las normas y otros asuntos
relacionados con ella, de un modo que no suponga una pelea constante entre
todos. El terapeuta sugiere dejar un espacio de las sesiones para la hija, un
espacio para los padres y un espacio para los tres. En cada espacio se irá
trabajando para ir consiguiendo los diferentes objetivos.
El terapeuta está atento a las reacciones de los miembros de la familia ante sus
propuestas, para conocer si están de acuerdo con lo que plantea o, por el contrario, no lo
comparten. En este caso, habrá que intentar negociar un objetivo intermedio o en caso de
que no sea posible, posponer dicho objetivo ya que, si el terapeuta es demasiado
insistente en mantener su objetivo y la familia no lo comparte, es probable que ésta no
acuda de nuevo a consulta.
En el caso de que haya varios temas que abordar o problemas que resolver, el
terapeuta establece prioridad en función de criterios como las consecuencias negativas de
cada uno de los problemas, la facilidad o dificultad con que se pueden resolver, el grado
de importancia que tiene cada problema para la familia y el grado de competencia que la
familia valora que tiene para afrontarlos. Para conocer cómo la familia se percibe en
relación al grado de competencia, importancia que le da a cada problema, motivación
para su resolución, etc., se puede hacer una "pregunta de escala", por ejemplo, "En una
escala del 0 al 10, si 0 corresponde a nada y 10 a todo ¿cuál el grado de importancia que
dan a cada problema?, ¿cuánto se ven preparados para afrontar cada uno de ellos?".
265
"Sitúen, en un orden de menor a mayor, el problema que menos les preocupa al
problema que más les angustia". De esta manera, el terapeuta tiene una información más
precisa de cómo la familia percibe los problemas.
Habitualmente, los pacientes formulan los objetivos que quieren alcanzar de forma
vaga y abstracta, por ejemplo, "quiero que me hijo se porte bien", "quiero que mi marido
me trate mejor", "quiero estar tranquila". El terapeuta, una vez escuchada la demanda del
paciente, ayuda a formularla de una manera concreta y, sobre todo, alcanzable. Con este
fin se formulan preguntas como: "cuando usted dice que quiere que su hijo se porte bien,
¿qué espera que haga él?", "¿qué significa para usted que su marido la trate mejor?",
"¿qué tendría que hacer él para que usted me dijera que está siendo mejor tratada por su
marido?", "¿cómo se traduciría en su día a día el hecho de estar más tranquila?". Juntos
"construyen" una nueva definición del objetivo y establecen acciones específicas para
lograrlo. Es muy importante que tanto el profesional como el paciente compartan la
definición del problema, de la solución y de los pasos que dan para alcanzarla, de esta
manera se logra que todos "sigan el mismo rumbo para llegar al mismo puerto".
Aunque es importante tener clara la definición del problema, más importante aún es
determinar cuál es la solución, lo deseado, lo esperado. Trabajar con un enfoque
orientado a la solución y no al problema permite que el paciente salga del discurso
saturado que trae a consulta, dirigiendo la mirada hacia una dirección diferente, no tenida
en cuenta hasta ahora. Como afirma De Shazer "[...] el objetivo de la terapia no consiste
en la eliminación del síntoma, sino en ayudar al paciente a establecer las condiciones que
permitan el logro de la meta enunciada o implícita." (1986: 31). Se logra mediante
preguntas como: "¿recuerda, en el pasado, haber hecho algo diferente a lo que me está
contando para resolver el problema?", "¿qué cosas ha hecho para intentar cambiar su
situación?", "de estos intentos de cambio, ¿alguno dio algún tipo de resultado, aunque
fuera mínimo?", "¿cómo lo hizo?", "¿qué condiciones diferentes a las actuales se
dieron?". Al situarle en esta nueva dimensión de cambio, el paciente es capaz de
reconocer, por ejemplo, intentos anteriores de solución que no tuvieron resultados
positivos y otros que sí los tuvieron y quedaron olvidados. Al identificar soluciones
llevadas a cabo por él y no tenidas en cuenta, el paciente recupera el sentido de
competencia, es decir, valora su capacidad para salir del problema, un potencial omitido
hasta ahora.
266
credibilidad sobre sus capacidades. Plantear los objetivos enfocándolos desde la
competencia en lugar de los fracasos hace que la familia se haga responsable de su
cambio, sin esperar que sea el terapeuta quien resuelva el problema "porque que nosotros
no hemos podido". Midori y Brown (1998) establecen unas estrategias para ayudar a la
familia a identificar sus competencias:
•Subrayar las afirmaciones positivas manifestadas por los miembros de la familia. "Me
parece importante valorar lo que ha comentado en relación a que en los momentos
difíciles su marido siempre ha estado a la altura'.
•Advertir de las interacciones familiares que reflejen puntos fuertes. "Ustedes vinieron
aquí porque no estaban bien como pareja. Sin embargo, ahora que su marido está
mal por la muerte de su hermano veo cómo son capaces de unirse, apoyarse y dejar
los problemas a un lado. Creo que esto es importante destacarlo".
•Destacar las cosas que la familia hace bien. "Observo que el humor es algo que
nunca falta en esta familia y esto es muy sano".
Una vez que los objetivos están aclarados y consensuados, terapeuta y familia los
ordenan de modo que cada uno de ellos represente un paso a dar hasta llegar al final del
267
camino, los objetivos a largo plazo. Esta idea está avalada por lo descubierto por De
Shazer:
268
Una vez que se ha escuchado lo que la familia quería transmitir y se ha recogido la
información que, en este momento, se ha considerado más relevante, el terapeuta
comparte con la familia un breve resumen de lo que él considera que es lo que hay que
abordar y ofrece una explicación razonada para argumentar dicha exposición. De este
modo, la familia conoce dónde está ubicado el profesional respecto a lo que ella ha
comentado y puede manifestar su acuerdo o desacuerdo al respecto.
Los objetivos por establecer en este momento se encuadran en un corto plazo, hay
que ver cómo evoluciona el tratamiento para poder ir más lejos, planteándose logros a
medio y largo plazo. Aunque el terapeuta tenga una idea bastante aproximada sobre "el
final del camino" al que pretende llegar, no se precipita a la hora de trasmitirlo con el fin
de acomodarse al ritmo de la familia, no generar excesivas expectativas sin haber
comenzado a trabajar y para no crear ansiedad en ellos por el camino que queda por
recorrer. Como se explicó ante riormente, los objetivos tienen que ser formulados de
forma precisa y realista, de manera que la familia los perciba como alcanzables. En
función de estos objetivos se establece un encuadre terapéutico, es decir, qué personas
269
van a acudir a las sesiones y cómo se van a organizar éstas en tiempo y abordaje.
A continuación se relata un caso que expone cómo se lleva a cabo todo este proceso,
a través de los variables recogidas en el cuadro anterior.
270
Los padres, por su parte, refieren estar muy preocupados por su hijo. Le definen
como un chico tranquilo, sociable, buen estudiante, aficionado a deportes que
este año ha abandonado y cariñoso, tanto con ellos como con su hermano
menor. No entienden bien qué está ocurriendo, pero ya no pueden hablar con él
porque se enfada, se altera, se encierra en su habitación y sólo está pendiente del
Messenger. Les preocupa que pueda estar tomando algún tipo de droga y que
esté yendo con chicos que le metan en problemas.
Reunidos con los tres, después de haberlos escuchado, el terapeuta comenta que
"tanto para Rubén (el chico) como para Ana y Luis (los padres) la situación no
es fácil puesto que todos estáis sufriendo. Parece que se ha llegado a un punto
en el que, después de intentarlo por parte de todos, no se consigue llegar a
acuerdos sobre diferentes aspectos, además de que cada parte tiene sus propias
preocupaciones. Rubén, por un lado, se siente agobiado por los estudios y poco
comprendido por sus padres respecto a sus ganas de salir y estar con sus
amigos. Ana y Luis, por su parte, están muy preocupados porque piensan que
Rubén puede estar tomando alguna droga (ya que le observan reacciones que
antes no tenía), además de que no le ven centrado en los estudios y muy
irascible con ellos" (Exposición por parte del terapeuta). "Por todo ello, y tal
como se están desarrollando los acontecimientos es importante que nos
reunamos, de modo que podamos hacer un trabajo conjunto: por un lado, veré a
Rubén a solas como he hecho hoy para que él tenga un espacio propio (ya se va
haciendo mayor y es bueno que se lo demos) en el que pueda hablar de sus
preocupaciones, miedos, intereses... Sí dejo claro que ese espacio no sirve para
mantener secretos que puedan perjudicarte, si considero que hay cuestiones que
tus padres tienen que conocer te lo transmitiré y, juntos, las hablaremos con
ellos. Habrá otras que son tuyas y quedarán en ese espacio. Por otro lado, con
vosotros (los padres) también tendré espacios para que podáis transmitir
vuestras preocupaciones y otras cuestiones relacionadas con Rubén. También
tendremos un espacio conjunto en el que llegaréis a acuerdos sobre las
cuestiones que queráis trabajar, después de poder abordarlas y negociarlas
(Previsión estimada).
271
Rubén y, una vez hecho, ambos se pondrán de acuerdo sobre lo que quieren
hacer, valorando la importancia que pueda tener para Rubén y valorando la
actitud positiva que se compromete a intentar mantener. Le transmitirán a Rubén
las decisiones que tomen y los motivos que les han llevado a tomarlas. Por otro
lado, y ya que Rubén asegura que no consume ninguna droga, para tranquilizar a
los padres, se le tomarán muestras de orina, de manera que se analizará y se
comprobará lo dicho por él, así sus padres podrán confiar en él"
(Establecimiento de objetivos a corto plazo).
"Para trabajar sobre todo ello es importante que acudáis a sesión los tres, más
adelante (en dos o tres sesiones) incorporaremos al hermano pequeño de Rubén
que, como otro miembro más de esta familia, tiene derecho a ser escuchado y
también me interesa saber cómo lleva toda esta situación" (Establecimiento del
encuadre terapéutico).
"Por último, para poder hacer todo esto, estableceremos un horario semanal que
nos venga a todos bien, intentaremos que siempre sea el mismo, con el fin de
que no haya confusiones. La duración de la sesión es de 60 minutos. En caso de
tener que cancelar la sesión o cambiar el día os pido, por favor, que lo hagáis
con 48 horas de antelación ya que, en caso contrario, se tendrá que abonar dicha
sesión. En caso de tener que hacerme alguna pregunta, aclarar alguna duda o
comentarme algo, prefiero que se haga en el espacio de las sesiones. Si es algo
más urgente podéis llamar por teléfono, pero quiero que sepáis que yo decidiré si
comunicar o no a los demás si he hablado con alguno de vosotros por teléfono
en el intervalo de tiempo entre sesión y sesión y en relación a qué versó esa
conversación. Los honorarios por cada entrevista son X y se abonan al final de
cada sesión" (Establecimiento de los aspectos organizativos).
En el caso de que se trabaje con un equipo que está detrás de un espejo bidireccional,
se explica a la familia este modo de trabajo y se hace hincapié sobre la ventaja de poder
contar con un equipo como una fuente de enriquecimiento para el proceso terapéutico ya
que "tendrán varios terapeutas para trabajar con ellos, por el precio de uno", como una
forma de explicar, con humor, que ellos son los grandes beneficiarios, a todos los niveles,
de la presencia de estos profesionales. En cualquier caso, la familia tiene que firmar un
consentimiento para que el equipo esté detrás del espejo observando y participando en la
misma, al igual que firma una autorización en el caso de que se hagan grabaciones de las
sesiones.
272
Los siguientes cuadros recogen dos ejemplos de formularios que los pacientes firman
para dar el consentimiento para ser observados tras el espejo y para ser grabados.
273
PREGUNTAS DE AUTOEVALUACIÓN
•¿Qué aspectos terapéuticos debe incluir un contrato con la familia y en qué consisten
dichos aspectos?
274
275
El más grande descubrimiento de mi generación es que un ser humano puede
cambiar su vida si cambia su actitud (William James)
En toda actividad organizada los seres humanos desarrollan estrategias y técnicas para
lograr sus objetivos. La gestión empresarial, los juegos, las competiciones, la seducción,
la actividad creativa, entre otras, requieren aprendizaje de estrategias y técnicas para
conseguir los fines buscados. También es verdad que el logro de dichos fines dependerá
de igual forma de otras variables, independientemente de la capacitación que tenga el
sujeto. En las teorías sistémicas las otras variables a considerar en este juego de
interacción son los otros contextos (grupales, familiares, sociales) y las personas, que no
son elementos pasivos, sino que reaccionan de forma diversa y activa según la atribución
de significados de los discursos propios y ajenos.
276
incorrecto, de los prejuicios, tabúes, prohibiciones y todo tipo de dogmatismos que
obstaculizan el avance de la terapia.
El clínico diseña una estrategia global del tratamiento, que valida en cada caso y en
cada sesión. Tan importante es la aplicación de ésta como la experiencia cognitiva y
emocional que emana de la relación entre el terapeuta y la familia.
Glick y otros (2003) afirman que, para elegir una estrategia, hay que considerar tanto
la motivación de la familia como su estilo. Si la motivación es escasa, el terapeuta
comenzará su andadura con técnicas sencillas y breves, siguiendo el refrán de Baltasar
Gracián "lo bueno, si breve, dos veces bueno". Si la motivación es alta, la familia va a
estar dispuesta a seguir sus pasos. En relación al estilo, existen familias más
comunicativas, con intención de profundizar en sus problemas y otras más pragmáticas,
donde la acción es lo habitual. Para trabajar con las primeras, se elegirán estrategias que
les introduzcan en sus dinámicas, llegando a una comprensión y autoconocimiento,
mientras que el trabajo con las segundas requerirá el uso de estrategias que prescriban
técnicas activas con tareas específicas.
Hoberman y Lewinson (1985: 39-81) afirman que "la mayoría de las investigaciones
terapéuticas han hallado pocos efectos diferenciales entre las distintas estrategias y
técnicas terapéuticas, argumentando que los elementos comunes a las diferentes
estrategias son los más importantes". Estos elementos son:
277
La estrategia es un plan de acción que diseña el psicoterapeuta para situaciones
relativamente predecibles, permitiéndole tomar decisiones que le facilitarán el logro de
sus objetivos. De acuerdo con la Segunda Cibernética, no se puede anticipar qué va a
suceder exactamente entre sesión y sesión, porque la actividad humana es cambiante y
sujeta a diferentes variables. Sin embargo, cuando se dice que la estrategia que aplica el
profesional es "relativamente predecible" se señala que el plan de acción frente a un caso
se basa tanto en la experiencia previa de su intervención en casos similares como en la
formación teórico-práctica que posee.
La necesidad del conocimiento de las estrategias está relacionada con la pregunta que
todo terapeuta debe responder: ¿Qué es hacer psicoterapia?
De acuerdo con Golfried y Padawer (1982), las estrategias están vinculadas tanto a
un nivel teórico como práctico. Son principios clínicos que guían, implícitamente, los
esfuerzos del terapeuta durante la terapia.
Las reglas familiares son las reglas de un juego. En todo individuo y familia pueden
existir estrategias adecuadas e inadecuadas; precisamente los que acuden a consulta
aplican estrategias inadecuadas como, por ejemplo, la rigidez, la inconsistencia de los
mensajes, la ausencia de límites, entre otras, que al ser dominantes y continuas originan
un sistema de interacción disfuncional.
El clínico diseña un plan con métodos estratégicos eficaces de acuerdo con el juego
particular que cada sistema ha creado, con el fin de lograr objetivos a corto, medio y
largo plazo.
278
Las técnicas están directamente ligadas a las estrategias. Son los instrumentos
necesarios e imprescindibles para alcanzar los objetivos. Las técnicas comunes utilizadas
en las distintas formas de practicar la psicoterapia desde diferentes modelos teóricos son
numerosas. En el siguiente cuadro se nombran algunas de ellas.
•Construcción del vínculo terapéutico. La alianza con el paciente está sostenida por
una comunicación clara, empática y libre de prejuicios, que genere confianza y
respeto mutuo. Es una disposición al diálogo intercultural que promueve el
intercambio de posibles diferencias de valores, creencias, posturas ideológicas,
concepto de enferme dad y curación, aparte de las diferencias que puede haber en
cuanto a religión, lengua y nacionalidad. En este diálogo, yo aprendo del otro, el
otro aprende de mí.
279
•Contención. Disponibilidad del terapeuta para hacerse cargo del paciente en distintas
situaciones emocionales (tristeza, euforia, desesperación, ansiedad, enfado,
conducta impulsiva, etc.). Por ejemplo, ante una situación que un paciente no
soporta, se levanta y se marcha de la sesión. Es tarea del terapeuta permitir que
salga, hablar con él, tranquilizarlo e intentar que vuelva a la consulta con otra
actitud, si la situación lo permite.
•Cambio en la percepción del problema. Se trabaja para que el paciente tenga una
actitud más flexible que le permita cambiar el discurso sobre sí mismo, sobre sus
relaciones y los esquemas cognitivos que le impiden favorecer dicho cambio,
mediante técnicas de señalamiento, confrontación, redefinición, construcción de una
nueva narrativa, entre otras.
•Promoción de los recursos personales y relacionales del paciente. Toda persona tiene
recursos que el terapeuta rescata y "pone encima de la mesa". Las soluciones
intentadas con éxito en otros momentos de su vida van a ser de utilidad hoy, como
el caso del ejercicio de habilidades parentales o la capacidad de resolver conflictos.
280
sino que responden a factores ambientales, los cuales sólo estamos empezando a
entender".
281
•Suministrar información. Se da información al paciente y los familiares sobre
enfermedades como: trastorno límite de personalidad, esquizofrenia, trastorno
bipolar o el trastorno de hiperactividad, y otros que marcan las dinámicas
relacionales de la familia.
•Construir una nueva narrativa que permita encender una luz sobre el discurso
repetitivo, sin aparente solución, que trae la familia. Ante el discurso de una madre
que afirma "mi hijo siempre va a ser un dependiente emocional porque es muy
sensible y es el que más sufrió el problema entre mi marido y yo", es necesario
mostrar los recursos y los logros del hijo para ofrecer a la madre "pruebas de
realidad" que cuestionen esa narrativa determinista.
Es el primer enfoque en Terapia Familiar que se interesa por temas tan importantes como
las creencias, las lealtades, los valores, los secretos y su conexión con la situación familiar
actual.
Las contribuciones más destacadas son las de Murray Bowen, Iván Boszormenyi-
Nagy y James Framo. Cada uno de ellos hace un abordaje diferente, pero todos
"rescatan" a las generaciones anteriores, como foco principal de tratamiento, para
282
abordar los problemas actuales, individuales y familiares. Bowen aborda la diferenciación
de la familia de origen focalizándose en el individuo; Framo, basándose en la Teoría de
las Relaciones Objetales de Melanie Klein, comienza con el análisis de los problemas de
pareja, convocando a cada uno de sus miembros por separado, con sus respectivas
familias de origen, y Boszormenyi-Nagy desarrolla la Terapia Contextual, convocando
también a diferentes generaciones, enfatizando las problemáticas de lealtad, equilibrio y
justicia relacional.
El cuadro 7.3 recoge las estrategias y las técnicas empleadas por los autores
principales de este enfoque.
283
•Lograr la diferenciación de la familia de origen.
•Poner el énfasis en la ética de las relaciones, basada en la equidad entre las personas.
Cada autor va a emplear diferentes técnicas para trabajar con las diversas
generaciones.
284
problemas actuales que presenta la pareja con las dinámicas relacionales y
emocionales que pudieron existir o existen con la familia de origen.
285
•Eliciting. Se alienta a la familia para que plantee, de manera constructiva, sus
propuestas para mejorar las relaciones familiares, haciendo hincapié en la necesidad
de justicia o igualdad entre los individuos.
•Técnica del perdón. Hacer comprender, de una forma más humana y relacionada
con el contexto, aquellos comportamientos de los padres y abuelos que pueden
generar en sus hijos sentimientos de vergüenza, acusación, connotaciones negativas.
Este modelo, creado por Carl Whitaker y Virginia Satir, busca potenciar la capacidad
de los miembros de la familia para experimentar sus vidas de forma más completa. Se
genera una experiencia mutua, en el aquí y ahora, compartida con el terapeuta, cuya
finalidad es lograr el crecimiento personal y familiar.
El viaje de la terapia familiar empieza con una cita a ciegas y termina con un nido
vacío. Como sucede con cualquier otro tipo de relación, pasa a través de una serie
de fases y luchas. Mientras que muchas de las cosas que sucederán son predecibles,
respecto al resultado final siempre hay incertidumbre. Nunca se sabe realmente si
uno va a lograr entenderse bien con una persona desconocida. (Whitaker y
Bumberry, 1988: 61).
286
La familia aprecia que tiene un terapeuta cercano y profundo que comparte con ella
este "trabajo" tan especial y le ayuda a experimentar una nueva forma de sentir y
reaccionar. El terapeuta, por su parte, de forma espontánea y provocadora, trata de
eliminar las creencias previas de la familia. Para ello, utiliza elementos inconscientes
como las fantasías, los sueños, las emociones, los comportamientos absurdos o las
intuiciones, con el fin de sacar a la luz aspectos que las personas tienden a ocultar y, de
esta manera, bajar el telón de la estructura defensiva que cada familia tiene.
•Buscar una relación personal con la familia, enfatizando el compromiso con cada uno
de ellos, compartiendo sus convicciones y transmitiendo sus sentimientos.
287
•Introducir a la familia en el mundo de la reciprocidad, considerándola como base de
toda relación humana.
•Potenciar la influencia de los padres como maestros de los hijos a través del amor, la
guía y la protección que requieren tiempo, atención y compromiso.
-Confusión de roles. Por ejemplo, en una familia formada por los padres y dos
hijas, de veinticinco y veinte años, respectivamente, la hija mayor se presenta
en la terapia afirmando: "En esta casa la única que pone orden soy yo". El
terapeuta, dirigiéndose a los padres, comenta: "Bueno, parece que ustedes
tienen más de una madre, ya que su hija es una madre que les ha adoptado a
todos".
•El crecimiento. Descrito por Whitaker (1988: 85) como "el modo de lograr un estado
288
de equilibrio entre la pertenencia y la individuación". El terapeuta transmite que el
crecimiento es un proceso que dura toda la vida y que es necesario incluir en el
mismo la presencia del dolor. Cuando las personas incorporan que el sufrimiento es
parte de la vida, entonces aprenden a vivir.
La duración del tratamiento puede oscilar entre diez y veinte sesiones, según el caso,
a razón de una vez por semana.
Cuadro 7.5. Estrategias y técnicas del enfoque del Mental Research Institute (MRI) de
Palo Alto
289
Las estrategias básicas son:
•Determinar los objetivos, estableciendo unos criterios para evaluar los cambios
esperados.
•Elegir un cambio mínimo. Es la elección de una nueva conducta que se acuerda con
la familia para iniciar los cambios esperados.
El terapeuta pregunta: ¿cuál sería el cambio más leve que tendría que ocurrir
para que usted se percatara de ello?, ¿qué es lo mínimo que esperan para
reconocer que algo distinto está pasando?
290
Acude a consulta una mujer de 50 años porque su marido tiene un problema de
ludopatía grave que éste no reconoce. El terapeuta le plantea que se marche de
casa para que el marido reaccione. La mujer, sin embargo, comenta que es
creyente y jamás podrá "abandonar" a su marido por una cuestión de ética. Hay
que tener en cuenta los valores de cada familia para no hacer propuestas
inviables. La pregunta ¿se imagina usted haciendo...? es clave, ya que lo que
uno no es capaz de imaginar menos será capaz de realizarlo.
En este modelo, las técnicas tienen el objetivo de lograr el cambio, aunque no exista
una comprensión inicial total de lo que sucede ni un insight al respecto. Las principales
técnicas son:
• Clarificación de las soluciones intentadas por la familia, con el fin de hacerles ver
que estas soluciones no han funcionado.
291
Ella refiere: enfadarse con él cuando llega a casa ebrio, tener relaciones sexuales
para que no se marche a beber, amenazar con hablar a su familia del problema,
amenazar con marcharse de la casa, no hablarle durante días, acompañarle al
bar para intentar llevarle a casa antes de que se emborrache. El tratamiento va a
ir encaminado ahora a buscar a soluciones que no tengan nada que ver con las
anteriores.
En una sesión de pareja, se les pide a ambos miembros que se miren mientras se
hablan, que bajen el tono de voz y que no interrumpan el turno de palabra. Una
vez hecho esto, se les prescribe que lo hagan dos veces por semana en casa;
cada uno elegirá un tema trivial del que hablar, siguiendo las pautas indicadas.
Minuchin y Fishman (1992) afirman que los problemas aparecen en las familias en forma
de síntomas cuando la estructura familiar está alterada en relación con la jerarquía
(padres incompetentes o negligentes con sus hijos), los límites (demasiado rígidos o
difusos) o las coaliciones de dos contra uno.
Según este enfoque, los síntomas también aparecen cuando la familia se vuelve rígida
en la manera de actuar ante circunstancias cambiantes, como en el desarrollo del ciclo
vital de sus miembros (crisis de la pareja ante el nacimiento del primer hijo, dificultad en
la aceptación de la jubilación, etc.).
292
Cuadro 7.6. Estrategias y técnicas del enfoque estructural
-Posición intermedia: el terapeuta toma cierta distancia que le permite tener una
escucha activa y neutral sobre lo que le transmite la familia.
-Posición distante: se toma una actitud más lejana aún, de observador experto,
trasladando así a la familia la idea de que son competentes para lograr el
cambio. Ellos tienen los recursos, ellos lo pueden conseguir.
•Crear el mapa relacional (mapeo): el terapeuta elabora un mapa que permita ver, de
forma gráfica, los datos relevantes de la familia como composición, edades o
relaciones de parentesco.
293
El mapa familiar indica las posiciones respectivas de los miembros de la familia.
Revela las coaliciones, afiliaciones, conflictos explícitos e implícitos, y la forma
como los miembros se agrupan a la hora de resolver conflictos. Identifica a los
miembros que operan como desviadores del conflicto y a los que funcionan como
central telefónica. Registra quiénes son los que "nutren", los que "sanan" y los
chivos emisarios. Al delinear las fronteras entre subsistemas, indica las zonas donde
hay movimiento y sugiere posibles áreas de fortaleza o de disfunción (Minuchin y
Fishman, 1992).
Las técnicas más características de este enfoque se pueden dividir en dos grandes
bloques: técnicas basadas en el síntoma y técnicas basadas en la estructura familiar.
-El terapeuta propone formas de "interpretar" más sanas desde el punto de vista
de la interacción.
294
los niños constantemente, y está muy pendiente del padre; éste se muestra más
relajado y pendiente de la decoración del despacho. En el tercer movimiento, el
terapeuta propone al padre que invente un juego con los chicos y juegue con
ellos y pide a la madre que los observe, dejando que sea el padre el que "lleve la
batuta".
Un joven comenta a su terapeuta que quiere que él les diga a sus padres que ha
decidido dejar de estudiar. El terapeuta le comenta que es mejor que sea él
mismo quien lo hable y, después de tranquilizarlo, invita a los padres a entrar en
el despacho comunicándoles que su hijo quiere decirles algo (aumento de la
intensidad). El chico, en un principio, le pide al terapeuta dejarlo para otro
momento, pero éste le comenta que esté tranquilo, es un buen momento para
hablar, los padres le van a escuchar y no va a pasar nada.
295
-A través de los indicadores cognitivos en los que Minuchin era un experto:
"usted es el ventrílocuo y ella es el títere", "si tu padre hace las cosas por ti,
nunca dejarás de ser una persona torpe", "si tus padres saben cuándo necesitas
la insulina, nunca serás dueña de tu propio cuerpo" (Minuchin y Fishman,
1992: 153).
296
familia se sienta como un ser individual y como parte de una entidad más amplia,
que es la familia. Desde la perspectiva sistémica, se cuestiona lo que trae la familia,
en relación con:
-La definición del problema. La familia trae a consulta la idea de que hay un
miembro enfermo y los demás son sanos. El terapeuta les hace ver que todos
son responsables del mantenimiento y solución del problema y, a veces,
incluso del origen. El terapeuta dice a unos padres que es probable que no
hayan prestado suficiente atención al problema severo de conducta de su hijo,
dado que aún no han podido elaborar la pérdida de su hijo mayor (fallecido en
accidente de tráfico dos años atrás).
-La explicación lineal del problema. El terapeuta cuestiona que un solo miembro
puede controlar todo el sistema familiar con su problema, más bien cada uno
participa en el contexto donde aparece el problema. El terapeuta le dice a un
adolescente, "actúas como un niño de cuatro años" y, dirigiéndose a los
padres, pregunta "¿cómo consiguen que se comporte así?".
Tal como se avanza en el capítulo 2, hay una serie de particularidades que caracterizan
este enfoque:
•El terapeuta aparece ante la familia como "el experto" y único responsable del éxito
297
del tratamiento.
•El terapeuta es un "estratega", crea una estrategia específica para cada caso que
consulta. En caso de que no obtenga los resultados esperados de su estrategia,
creará otra diferente hasta conseguir sus objetivos.
•Se establece una relación de colaboración con la familia y respeto hacia los distintos
tipos de interacción que ésta presenta. El terapeuta tiene que conseguir que la
familia confíe en él plenamente para seguir las indicaciones, aunque no se las
encuentre el sentido.
•No se pretende que la familia entienda lo que el terapeuta plantea, tampoco que la
terapia les lleve a un crecimiento personal, familiar y a un insight.
Es más fácil para un terapeuta experto que para un principiante lograr el uso del
poder, ya que el primero ha acumulado un bagaje profesional suficiente que le permite
transmitir una seguridad y una presencia sólida que le ayuda a vencer más fácilmente los
prejuicios, miedos y resistencias de los pacientes. El neófito se ubica en una posición más
igualitaria y empleará más tiempo en la conversación antes de implementar la estrategia.
298
Las estrategias básicas en este enfoque son (Madanes, 1982; Haley y Richeport-
Haley, 2006):
El terapeuta activa técnicas vinculadas con la estrategia creada para cada caso. Las
técnicas más empleadas son:
299
persona. Con las preguntas se pretende obtener información sobre las personas y
secuencias que mantienen el problema: ¿quiénes están involucrados en elproblema?
¿de qué manera?
Una mujer inmigrante de treinta y cinco años trabaja como empleada de hogar
durante diez horas al día y vive con su hija de quince años. En la exploración se
detectan problemas graves en la relación madre-hija (discusiones frecuentes,
amenazas, reproches por ambas partes). Una vez detectado el problema, se
implementa una directiva directa que consiste en fijar unos horarios de llegada a
la casa con un margen de 15 minutos de demora, unos horarios de estudio y
unas tareas concretas a realizar en la casa. De parte de la madre se pauta como
tarea directa gratificar a la hija en las cosas que hace bien, no hacer críticas
demoledoras y no entrar en las provocaciones de la hija.
300
El caso de una mujer de cincuenta años, casada desde hace treinta y madre de
dos hijos de 26 y 24 años, respectivamente. Durante cinco años su marido le ha
sido infiel en diversas ocasiones. Esto hace que él se marche de casa durante
períodos breves, regresando siempre a petición suya (previa promesa de cambio)
y con el beneplácito de ella, pero en contra de la opinión de los hijos. Después
de la última infidelidad, la mujer acude a consulta confusa y desesperada, no
sabe cómo actuar. El terapeuta interviene: "Creo que puedo ayudarla, pero no
considero que esté preparada para tomar una medida drástica; por lo tanto, es
mejor que por ahora acepte a su marido como es y acepte que él seguirá
yéndose con otras mujeres".
301
Una pareja acude a consulta por problemas de comunicación, el marido se
resiste a participar, respondiendo con monosílabos y mostrando una actitud de
desagrado y silencio. El terapeuta se dirige a la mujer diciendo: "tengo claro que
su marido no estará de acuerdo en hablar sobre su silencio cuando se enfada y,
por ello, sólo me dirijo a usted". El marido comienza a hablar mostrando su
desacuerdo con la opinión del terapeuta y dando su versión sobre los enfados.
•Empleo del espacio y la posición. Dentro de la terapia, el terapeuta puede jugar con
los lugares que ocupan los miembros de la familia dentro de la consulta,
relacionándolo con el lugar que ocupan en su vida diaria. Existe la posibilidad de
modificar estos espacios durante la terapia para facilitar el cambio.
302
con los aportes de la Cibernética de Segundo Orden, centra su interés en la importancia
del lenguaje y en el intercambio entre terapeuta y familia de la información, de los
significados y de las emociones. Está más interesada en el proceso terapéutico como
generador de cambio que en la obtención inmediata del mismo.
303
través de las ideas y emociones acerca de sí mismo, del sistema de pertenencia y
del entorno emocional significativo.
•Ser irreverente. Cecchin y otros (2003) recomiendan ser irrespetuosos con cualquier
tipo de certeza. La idea básica es no confiar ciegamente en ninguna teoría,
autoridad, verdad única. También significa ser parcial en determinadas situaciones,
culpabilizar y no ser neutral. En definitiva, tener la flexibilidad de no aceptar como
verdad absoluta todo lo que dicen los pacientes y todo lo que dicen los libros.
A) Preguntas
•Lineales. ¿Cuál es su explicación del problema?, ¿desde cuándo estáis así?, ¿a qué
atribuyes tu estado de ánimo?
•Circulares. ¿Qué hace tu madre cuándo tú gritas?, ¿qué hace tu padre cuando tu
madre y tú discutís?, ¿cómo reaccionan sus hijos mientras ustedes se pelean?, ¿qué
crees que estoy pensando yo (terapeuta) sobre lo que me cuentas?
•De comparación y clasificación. ¿Quién se ríe más en tu casa?, ¿quién tiene mejor
humor, tu madre o tu padre?, ¿quién se preocupa más por los demás?
•Orientadas al futuro. ¿Cómo crees que vais a estar tu pareja y tú dentro de seis
meses?, ¿cuándo piensas que tu hija va a mejorar?, ¿cuándo te podrás poner en
"madre-autoridad" y dejar de ser "amiga-madre"?
304
relación con tus padres?, ¿qué pasaría si tu marido cambiase como tú esperas?
B) Intervenciones cognitivas
Son intervenciones que tienen como objetivo modificar las atribuciones que hace la
familia respecto a los síntomas, los problemas o la intencionalidad de las acciones de los
miembros del sistema.
C) Intervenciones conductuales
Tienen como objetivo lograr que la familia lleve a cabo conductas distintas a las
realizadas hasta ahora, ya que no han supuesto ningún bienestar.
305
conducta del paciente o la familia durante la entrevista. "Por todo lo que nos han
contado, nos damos cuenta que un valor por excelencia en esta familia es la unión,
siempre van a estar juntos, nadie de esta familia va a fallar al otro. Esto es algo a
reconocerles a todos ustedes". 2.° Connotar positivamente la conducta sintomática.
"Por eso, no es de extrañar que el pequeño de la casa empezara a tener problemas
académicos y conductas disruptivas al quedarse como `hijo único'. Es el único que
queda en casa y es la mejor manera de asegurarse y asegurar que la familia sigue
siendo este bloque que siempre está unido". 3.0 Se prescribe la conducta
sintomática. "Así que pensamos que es mejor que este chico siga sin estudiar y
teniendo ataques de ira ya que, con esta conducta, sigue quedando patente que el
valor por excelencia en esta familia sigue vigente, pese a que los demás ya no están
en casa, cada uno tiene su vida'. 4.° Se establece un tiempo determinado en el que
se realizará la conducta sintomática. "Durante un mes vamos a seguir así; al cabo de
este tiempo vendrán de nuevo a consulta y nos comentarán cómo han ido las
cosas". Se espera que la familia, a lo largo de este mes tome medidas para
interrumpir la conducta sintomática, contradiciendo lo que había pedido el
terapeuta.
D) Rituales
Varón de treinta y cinco años, casado desde hace cinco años y separado hace un
año. Ahora su mujer le pide volver y él no sabe qué hacer. Se le prescribe que
en los días impares de la semana, lunes, miércoles y viernes, piense y actúe
como si hubiera decidido volver con su mujer. Los días pares, martes, jueves y
sábado, pensará y actuará como si hubiera decidido separarse definitivamente.
El domingo actuará de manera espontánea. En la sesión, se trabajarán las
emociones que le han acompañado en unos días y otros, sus reacciones, las
reacciones que le han transmitido la mujer y sus conclusiones.
306
La "prescripción invariable" (Selvini, 1990) es otra prescripción ritualizada creada por
este grupo, a partir de su trabajo con familias con un miembro con esquizofrenia, que
tiene como objetivo la separación de los subsistemas parental y filial, ya que parte de la
premisa de que, en estas familias, hay una falta de separación entre dichos subsistemas.
Se evita que se desarrollen coaliciones entre miembros de un subsistema con miembros
del otro. La aplicación de la prescripción se lleva a cabo de la siguiente manera:
•Una o varias entrevistas de evaluación con la familia nuclear y las familias de origen
(abuelos, hermanos de los padres...) en las que se recoge la información más
relevante y se establece el vínculo terapéutico con todos ellos.
•En la siguiente sesión se exploran las relaciones entre los padres y los hijos y se les
informa que a la siguiente sesión sólo acudirán los padres. Sin esperar a que la
familia haga preguntas sobre el motivo de esta indicación se termina la sesión.
•En la sesión con los padres, se pregunta sobre las reacciones de los hijos y de ellos
mismos a raíz de lo dicho. A los padres se les prescribe el secreto de no hablar con
los hijos sobre lo que se trabaja en la sesión. Mantener este secreto es una
condición indispensable para continuar la terapia. Los padres tendrán que anotar las
reacciones de los hijos ante la negativa a compartir lo que ocurre en las sesiones.
•Se trabaja con los padres sobre las reacciones de los hijos y se les prescribe una
salida juntos y solos durante una tarde, regresando a casa para cenar. Los padres
tienen que organizar dicha salida y dejarán una nota anunciando que salen y que
llegarán tarde. En caso de que los hijos pregunten dónde van, a qué hora volverán,
los padres contestarán que es un asunto de ellos.
•De nuevo, se trabajan en sesión las reacciones de los hijos que los padres han
observado y se prescribe la siguiente salida, esta vez, una salida que implique una
noche fuera de casa.
•Se termina prescribiendo una salida de diez días a un mes, con el mensaje escrito
307
habitual indicando cuándo vuelven, pero sin dar información de dónde están y
cómo contactar con ellos. En caso de que se necesite dejar un teléfono por alguna
urgencia, se deja escrito en el mensaje.
Toda esta prescripción logra que los cónyuges se unan gracias al secreto, se
establezca un límite con los hijos y se puedan analizar las diferentes reacciones y
estrategias que puede poner en juego cada miembro para "boicotear" este límite.
El siguiente cuadro recoge las estrategias y técnicas propias de este enfoque, teniendo
en cuenta las diferentes dimensiones propias de un proceso terapéutico.
308
Tal como se expone en el cuadro, las técnicas empleadas son:
-La terapia como una ciencia personal. Basada en la "Teoría de los constructos
personales" de Kelly, en la que plantea que el ser humano es un científico que
procede de una forma hipotética o conjetural tratando de adecuar y validar sus
hipótesis con la realidad (Feixas, 2000). Terapeuta y paciente, como
científicos, se unen para analizar e interpretar el mundo, las relaciones, las
emociones y cuestionar las premisas de los problemas planteados que derivan
de todo ello.
309
base del desarrollo del sí mismo.
•Flujo de conciencia. Mahoney (1991: 295) define esta técnica como "el ejercicio en
el que se invita al cliente a prestar atención y a informar, lo mejor que pueda, de los
pen samientos, sensaciones, imágenes, recuerdos, sentimientos que fluyen
continuamente", siendo el terapeuta un guía cuidadoso que acompaña al paciente en
este camino.
-Las explicaciones mediatas, las formas de auto-referir los hechos para que sean
comprensibles.
310
En una pelea marital, un nivel de análisis es conocer las percepciones que cada
uno tiene frente a los hechos y sentimientos generados; otro nivel es cómo se
explican lo que ocurrió, por ejemplo, las razones que propiciaron la pelea, cómo
creen que se sentía el otro, cuáles eran sus intenciones, etc.
•Externalización del problema. Técnica creada por White y Epston (1993) y piedra
angular del enfoque constructivista. El problema llega a formar parte de la vida del
individuo hasta el punto que se integra como parte inamovible de él. La consigna
que se le da al paciente es, entre otras, que le dé forma y nombre al problema, por
ejemplo, una paciente denominó a sus celos "la madrastra de Blancanieves", otra
llamó "party" (virus informático) a la anorexia restrictiva, un paciente llamó al
alcoholismo "mi debilidad". De esta forma, se ve el problema como algo externo, se
puede dialogar con él, hacerle preguntas por su origen, lo que busca, y escuchar sus
respuestas.
311
dominio que tiene la persona sobre el problema.
•Postura del no saber. Posición de escucha activa desde la ignorancia del terapeuta
sobre el paciente o familia, que son los "expertos en ellos mismos". Esta técnica
promueve la detección de los significados de cada miembro de la familia o sistema
frente al problema. El papel del terapeuta es escuchar sin introducir
interpretaciones. Después, el terapeuta añadirá otras posibles explicaciones o
narrativas, siempre considerando su aporte como una alternativa más.
312
ti misma?, ¿cómo te influye esta forma de hablarte? El cuestionamiento facilita la
deconstrucción de un diálogo inaceptable por otro tolerable.
Es un enfoque que no parte del problema planteado como el principio del camino para
llegar a la solución, tampoco busca los orígenes ni la naturaleza del problema, ni indaga
en la historia familiar ni en sus interacciones disfuncionales. La estrategia es buscar y
crear la expectativa de cambio basada en los recursos que tiene el paciente, a partir de
una postura positiva, compartida y orientada a soluciones.
El terapeuta tiene que ser un hábil conversador que ayude a la familia a conseguir los
objetivos que ella desea, por medio de la co-construcción de nuevas realidades orientadas
a la solución. Explora los aspectos satisfactorios del funcionamiento de los clientes en el
área del problema y en otras áreas de su vida.
El cuadro 7.10 recoge la estrategia y las técnicas empleadas desde la Terapia Breve
centrada en la solución.
313
Las técnicas empleadas en este modelo son:
•Preguntar por los cambios que se han producido en el intervalo de tiempo desde que
soli- citanla entrevista hasta que acuden a la primera sesión. Weiner-Davis y otros
(1987) comprobaron que, antes de la primera entrevista, dos tercios de los clientes
que habían pedido cita ya habían percibido cambios que consideraban valorables en
relación con los problemas que habían detectado. Se pregunta: "¿qué cambios, en
relación con el motivo de consulta, han experimentado desde que pidieron la cita
hasta hoy?". Pueden darse dos respuestas:
-El cliente comenta que las cosas han empezado a mejorar. En este caso, el
terapeuta resalta los recursos del cliente y pregunta: "den qué dirección quiere
que continúen los cambios?".
•Focalización sobre el presente y el futuro. Hay dos técnicas para trabajar sobre el
futuro:
-La pregunta milagro (De Shazer, 1986). Técnica que invita a la persona a
imaginarse que se va a producir un milagro que va a hacer desaparecer el
problema. Se da una consigna, que efectivamente ocurre un milagro y su
problema está resuelto. Posteriormente se le pregunta ¿cuál sería ese milagro?,
314
¿qué es lo que ha cambiado para que su problema se resuelva? Esto generará
diferentes respuestas que, a su vez, se convertirán en los objetivos a conseguir
en la terapia. La consigna más empleada es: "Supongamos que esta noche,
mientras está durmiendo,sucede una especie de milagro y los problemas que le
han traído aquí terminan de resolverse del todo, no como en la vida real, poco
a poco y con esfuerzo, sino de repente, de forma milagrosa. Como está
durmiendo no se da cuenta de que este milagro se produce. ¿Qué cosas va a
notar diferentes mañana que le hagan darse cuenta de que el milagro se ha
producido?". También se hacen otras preguntas del tipo: "¿cómo reaccionaría
tu mujer ante tu cambio?, ¿a quién le gustaría el cambio?, ¿quién preferiría
que no se produjera el cambio?".
315
qué número te colocarías esta semana?".
•Las tareas. A diferencia de las otras escuelas, en este enfoque son los propios clientes
los que plantean las tareas, a partir de lo que esperan conseguir. Para ayudar al
cliente a diseñar su tarea, Rodríguez Morejón y Beyebach (1994) describen tres
criterios: pedir algo que sea coherente con lo hablado durante la entrevista, sugerir
sólo aquello que se considere que los clientes pueden hacer y plantear la sugerencia
más sencilla posible.
PREGUNTAS DE AUTOEVALUACIÓN
316
317
Quien procede injustamente es más desgraciado que la víctima de su
injusticia (Demócrito)
La Ética es una disciplina que trata los problemas fundamentales de la conducta humana
y está asociada a la idea de la moral. La diferencia entre moral y ética radica en que la
moral es un concepto con un significado específico en cada cultura, mientras que la ética
pretende construir una moral universal y transcultural, aplicable a todos los seres
humanos. Moral y cultura incluyen valores, normas y costumbres que guían la conducta
de un individuo o grupo determinado; la ética aborda específicamente qué es lo bueno y
lo malo, lo correcto y lo incorrecto, lo permitido o prohibido, en las diversas dimensiones
del comportamiento. Por ejemplo, la prohibición del homicidio, el incesto, la violación o
el abuso son construcciones éticas universales evolucionadas, aceptadas y aplicadas por
casi todo grupo humano.
El término ética proviene del griego ethos, que significa refugio o morada, donde el
individuo hace su vida, y el lugar donde se pierde y se gana constantemente en la tragedia
humana. Este concepto está relacionado con la costumbre y el hábito. El hábito es un
elemento educador de ideas imperantes en cualquier sociedad y genera una determinada
moral que permite la reproducción social de dichas ideas y de sus prácticas sociales. Los
hábitos son el sostén instrumental de la ética. Los cambios sociales y económicos en la
era postmoderna, acompañados de la revolución tecnológica, obligan a repensar la ética,
lo que implica la modificación de los hábitos.
La historia del ser humano corre paralelamente al desarrollo de la ética, la cual se basa
en su evolución biológica y cultural. Dicho desarrollo ha estado íntimamente conectado
con las continuas construcciones culturales de la especie humana, que le han permitido
establecer unos valores y unos principios que han asegurado su funcionalidad y
supervivencia acorde a los distintos períodos de su historia.
318
La formación ética permite al clínico disponer de herramientas básicas de actuación para
abordar adecuadamente los diversos conflictos éticos que se presentan en el ejercicio
profesional.
Los casos extremos, en los cuales este principio se pone en entredicho, son
aquellos en los que está en peligro la integridad física y psíquica del paciente, y del
entorno, como en los casos de estados psicóticos, amenaza de suicidio, violencia
familiar o conductas perjudiciales graves.
319
•Principio de justicia: defiende el derecho de que las personas sean tratadas con
equidad, sin ser discriminadas, segregadas o marginadas.
Una joven terapeuta presenció malos tratos a su madre por parte de su padre
durante su infancia y adolescencia. Se observa en la supervisión del caso que
cuando atiende varones que acuden solos o en pareja los trata como potenciales
maltratadores o interpreta todo tipo de su conducta como producto de una
actitud machis ta y, por lo tanto, los discrimina o hace alianza con las mujeres en
contra de éstos. La aplicación de este principio debe ser supervisada para ayudar
a la terapeuta a manejar su dificultad y así superar su historia personal aún no
resuelta.
•Principio de fidelidad: hace referencia a ser leal, cumplir lo que se promete y respetar
los derechos de los otros. La fidelidad permite establecer vínculos significativos y
promueve la alianza terapéutica que implica, entre otras cuestiones, el cumplimiento
del encuadre (horarios, respeto de los objetivos que persigue el tratamiento,
confidencialidad, etc.).
320
terapeuta, miedo a perder prestigio? En definitiva, ¿falta de una educación ética?
La necesidad de una formación ética es más acuciante debido a los cambios que han
generado la globalización, la migración y la interculturalidad. El reconocimiento de
nuevos grupos cuya situación jurídica y social eran impensables hasta el presente
(familias multiculturales, parejas transculturales, matrimonios homosexuales, hogares
unipersonales, pare jas infértiles, familias monoparentales, etc.) compromete a los
profesionales a sumergirse en la complejidad de las situaciones de carácter ético que se
plantean a diario.
Cuadro 8.1. Declaración de los Derechos del paciente en Psicoterapia (Peyru y Brusca,
1992)
321
8.2. Ética en la familia
Todo grupo cohesionado exige un compromiso de lealtad a sus miembros, más aun
cuando sus interrelaciones son intensas. El problema puede surgir cuando uno de los
miembros decide situar sus motivaciones por encima de la lealtad familiar. El enfoque
sistémico permite y demanda que los profesionales atiendan tanto las motivaciones
individuales y familiares como las multipersonales, teniendo en cuenta la relación entre
322
éstas. Lo que une a las personas son las acciones comunes y las intenciones o proyectos
compartidos, más que los pensamientos y los sentimientos.
En la práctica clínica se observa que gran parte de los problemas de lealtades que
tiene el individuo con su familia de origen están relacionados con el mantenimiento de los
vínculos nacionales, culturales y religiosos, y de la empresa familiar. Estos problemas se
presentan ante la necesidad de adaptación a los nuevos cambios, transiciones dentro del
ciclo vital, y ante situaciones sociales o económicas inesperadas.
323
"verdades únicas".
Para que exista equidad tiene que darse reciprocidad. La reciprocidad hace referencia
a la acción o sentimiento que se ejerce simultáneamente entre dos personas; se interioriza
en la trama interpersonal para tener, posteriormente, una proyección como norma en el
marco social. Los individuos que tienen carencias emocionales por parte de sus
progenitores pueden desarrollar dos tipos de conducta diferentes caracterizadas por la
falta de reciprocidad: o bien, en las relaciones que establecen, dan muy poco o nada a
nivel afectivo, o bien establecen relaciones de dependencia donde el otro se constituye en
un objeto utilitario para cubrir las necesidades no cubiertas en la infancia, de tal manera
que hay una explotación afectiva del otro. La falta de reciprocidad también puede llevar a
la infidelidad, el incesto, a un conflicto crónico o a conductas adictivas, entre otras.
La terapia familiar sirve, entre otros aspectos, para aclarar y reparar las injusticias
cometidas en caso de que sea posible o, simplemente, poder asumir que el otro no está
dispues to a reconocer su responsabilidad en lo sucedido y así elaborar un duelo de lo
que se denomina una "pérdida ambigua" o, en casos extremos, admitir la inevitabilidad de
324
la ruptura. Es frecuente observar en las terapias que las interpretaciones del mismo
fenómeno son diferentes para los distintos miembros de la familia, lo que obliga al
terapeuta a ayudar a reconstruir la narrativa actual y co-construir una nueva narrativa
más saludable, que implique menos sufrimiento. Es muy diferente pensar "mi madre me
abandonó durante tres años porque tuvo que emigrar a otro país para poder mantenerme
económicamente" que pensar "mi madre se marchó y no le importó dejarme con la
abuela, no asumiendo su responsabilidad de madre".
325
que la madre reconoce). Ambas tienen necesidades intrapsíquicas que generan y
potencian la dependencia mutua. La posición de la madre es "mientras te
mantenga no voy a estar sola" y la posición de la hija es "no necesito esforzarme
por mantenerme porque tú lo haces por mi". Éticamente, en la intervención, es
diferente abordar este caso desde un punto de vista dual, tanto intrapsíquico
como relaciona), a observarlo como algo exclusivamente intrapsíquico.
Woody (1990) desarrolla un modelo pragmático que consta de cinco cuestiones que
ayudan al terapeuta a tomar decisiones éticas equilibradas:
•Teorías de la ética: las decisiones tomadas en base a estas teorías están sustentadas
en los principios universales de la ética.
•Premisas teóricas profesionales: la terapia familiar tiene unas bases propias, unos
principios y definiciones que explican los comportamientos humanos, los
comportamientos terapéuticos, la forma en que se generan los conflictos o las
patologías relacionales y, de igual forma, los elementos que permiten la salud del
individuo y la familia.
•El contexto socio-legal: este apartado incluye los distintos aspectos sociales y
culturales en los cuales se desarrolla la psicoterapia, la legislación vigente para el
ejercicio de la misma y la atención de los problemas legales que se presentan en la
práctica clínica. Este contexto también incluye el sitio en que se lleva a cabo la
terapia (en un despacho privado, consulta externa de salud mental, un hospital, un
domicilio, etc.).
326
propio código ético", es decir, se va afirmando en su postura ética profesional. Para este
fin es interesante tener en cuenta las dimensiones propuestas por Woody.
A la hora de trabajar con familias hay que tener en cuenta los siguientes aspectos para no
perder la vista la orientación ética que guía el trabajo terapéutico.
Uno de los dilemas que encuentra el terapeuta familiar es definir quién es el paciente
(el individuo, la familia o un subsistema familiar) y, por tanto, si hay que incidir más en el
individuo, una díada o en toda la familia. Si el terapeuta puede llegar a la conclusión de
que tiene que involucrar a toda o parte de la familia en el proceso es porque piensa que
los convocados participan en el problema y son parte de la solución. La toma de decisión
del terapeuta no origina, inicialmente, una respuesta colaboradora por parte de la familia
que se quiere convocar, ya que ella no tiene por qué verse como parte de la solución y
menos aún como parte del problema. En terapia familiar no es infrecuente que la familia
acuse al terapeuta de las consecuencias negativas de esta convocatoria. Para que el
dilema ético de la convocatoria se resuelva satisfactoriamente, el terapeuta previamente
hace lo indecible para negociar las distintas posibilidades con los miembros de la familia,
exponiendo las ventajas de las mismas y los problemas que se pueden originar en caso de
no llevarse a cabo.
327
B) El manejo del secreto y de la confidencialidad
La revelación del secreto depende del tipo de información que contiene y de sus
consecuencias. Si la información afecta directamente a las relaciones familiares debe ser
revelada, sin embargo, si pertenece al ámbito privado del individuo y no influye en las
relaciones no tiene por qué ser conocida por los demás. Más concretamente, esta
revelación se hace en las siguientes circunstancias: que pongan en peligro a algún
miembro de la familia (como en el caso de abuso sexual), cuando el secreto crea alianzas
y coaliciones familiares, cuando un miembro del sistema sospecha el secreto, lo expresa y
es recriminado como loco, culpable, paranoico, exagerado o imaginativo, o cuando el
secreto hace que el sujeto portador del mismo se excluya o se aísle en la relación con los
demás.
Hay secretos que los padres mantienen acerca de cuestiones relacionadas con los
hijos como, por ejemplo, ser adoptado o que alguno de los padres haya tenido hijos fuera
328
del matrimonio. También hay secretos de los hijos a los padres, como su homosexualidad
o haber sufrido abuso sexual. En el caso del secreto sobre la identidad sexual, la
revelación al terapeuta supone un "paso intermedio" hasta que pueda transmitirlo a su
familia. En el caso de abuso sexual, a sabiendas que un alto porcentaje se produce en el
ámbito de la familia y el entorno próximo, la complejidad de la situación hace que su
revelación al terapeuta requiera tiempo. Una vez compartido con el terapeuta, ambos
evalúan la conveniencia de decirlo al resto de la familia.
En terapia, el secreto en las parejas es uno de los asuntos éticos más complejos de
manejar para el terapeuta, ya que puede quedar enredado en todo lo que se construye
alrededor de "lo no sabido" y ubicarle en lugares en los que le resulte muy difícil
intervenir. Hay infinidad de situaciones en las que el secreto marca la dinámica de una
pareja, como son la infidelidad, decisiones laborales, operaciones económicas, asuntos
relacionados con las familias de origen, diagnóstico de enfermedades como cáncer o
sida... Frente a cada una de ellas, la revelación del secreto por parte del terapeuta va a
depender de muchas variables, como son las consecuencias de dicha revelación, la
329
circunstancia en la que se ha dado esa situación, si es ocasional o habitual, si es una
circunstancia actual o pertenece al pasado, etc. En cualquiera de los casos y como una
forma de poder manejarse, el terapeuta puede dejar claro desde el inicio de la terapia
que, sea cual sea el secreto que alguno de los miembros de la pareja le quisiera
comunicar, en el momento que le hacen depositario del mismo, él tiene la potestad de
decidir qué hacer con esa información, es decir, él decide si revelar el secreto o, por el
contrario, mantenerlo. Con ello evita entrar en juegos de alianzas con la pareja y, de esa
forma, alienta a que la pareja no emplee información como modo de "controlar" la
terapia.
El siguiente cuadro ofrece una guía de trabajo para que el paciente pueda reflexionar
sobre las consecuencias del mantenimiento del secreto sobre él mismo y sus relaciones.
Cuadro 8.3. Revelación del secreto: ejercicio de reflexión para el portador del secreto
(Traducido y adaptado de Elia Asen, 1995)
330
C) El sistema de valores del terapeuta
Los valores están vinculados a las construcciones culturales o creencias duraderas que
guían aspectos específicos de la conducta o de la existencia personal o social. Es
imposible pensar en un terapeuta que esté libre de valores y prejuicios. En las actuales
sociedades multiculturales las construcciones culturales son conceptos cambiantes que
acontecen no solamente en los terapeutas, sino en la sociedad en su conjunto. Dicho
fenómeno va a adquirir una dimensión más relevante cuando se trabaja con familias que
al hacerlo con individuos.
D) El consentimiento informado
331
participación del mismo, bien de forma indirecta, a través de reuniones de supervisión,
bien de mane ra directa, a través de la observación tras el espejo unidireccional, o
participando en el caso a través del visionado de sesiones grabadas. Como se explica en
el capítulo 6 es imprescindible que, en casos de grabación u observación a través del
espejo, la familia dé su permiso por medio de un consentimiento escrito firmado.
Se plantea una terapia de pareja para una mujer que se queja de que su marido
no hace otra cosa que trabajar, no se hace cargo de los hijos y cuando se dirige a
ellos tiene una conducta inadecuada de explosiones de ira que causa que ella y
los hijos se atemoricen. Después de varias sesiones de pareja, sin avances
efectivos, el terapeuta plantea un abordaje individual con el marido, ya que
considera que hay un trastorno de personalidad y, por lo tanto, problemas a
trabajar que están dificultando el avance en la relación de pareja. En este caso,
inicialmente el tratamiento estaba focalizado en la pareja, pero se logra, a través
del consentimiento informado y consensuado con el paciente, que el hombre
acepte una terapia individual considerando que, en ese momento, es el abordaje
más adecuado. En este punto es importante advertir las consecuencias o
cambios de dicha decisión y su posible incidencia en el sistema.
¿Cuándo y de qué manera se finaliza el tratamiento?, ¿se da por concluido una vez
que se resuelve el problema o problemas que trajeron a consulta a los pacientes?, ¿se
continúa trabajando en otras áreas disfuncionales a fin de aumentar la calidad de vida?
Lo que se pretende lograr es una mejoría funcional del sistema en su conjunto y, de igual
forma, el crecimiento individual, emocional y relacional de cada uno de los miembros del
sistema familiar.
Una vez que se han resuelto los problemas fundamentales de la familia, éticamente,
se les pregunta sobre su deseo de continuar con el tratamiento con el fin de seguir
trabajando en otros aspectos que quisieran mejorar o, por el contrario, el terapeuta da
paso a la finalización del tratamiento.
En este punto tiene que haber consenso entre la familia y el terapeuta, manteniéndose
332
éste alerta si la familia plantea el alta unilateralmente, en contra del criterio profesional.
En el caso de que exista peligro de deterioro del funcionamiento individual o sistémico
familiar o en caso de violencia, maltrato, estado psíquico grave u otros riesgos, el
terapeuta intenta, por todos los medios a su alcance, que se continúe el tratamiento; si no
lo logra, se convoca a la familia (aquellos que deseen acudir) para una reunión final en la
que se explicitan las consecuencias de un abandono prematuro del tratamiento y se
extiende un documento escrito que incluye la evaluación, el diagnóstico, el tratamiento
llevado a cabo y las conse cuencias del alta voluntaria, en contra del criterio facultativo,
que es firmado por el paciente y los miembros de la familia presentes. Si la familia no
acude se envía el documento por correo certificado. El alta voluntaria del tratamiento
también se puede dar cuando el paciente o la familia consideran que están mejor o
porque quieren buscar otra metodología; el terapeuta accede dejando abierta la puerta
para lo que necesiten.
Finalmente, es ético que el terapeuta haga algún tipo de ritual de despedida con la
familia, tarea que siempre va a facilitar esta separación.
La familia F., compuesta por cinco miembros, padres y tres hijos de 25, 23 y 20
años, acuden a la última sesión de terapia, después de un tratamiento familiar de
cinco años. Acudieron a consulta porque la hija mediana sufría un trastorno
obsesivo-compulsivo grave. Después de todo este tiempo, y habiendo trabajado
diferentes dimensiones familiares (con la paciente identificada individualmente,
familiarmente y en pareja, ya que los padres presentaban problemas importantes
333
que estuvieron de acuerdo en abordar), se ha estado haciendo un seguimiento en
el último año, con una frecuencia de una sesión cada tres meses. Para la última
sesión, el terapeuta les ha pedido que cada uno traiga un objeto que represente
lo que para cada uno ha significado este largo proceso terapéutico. El padre trae
un mapa de carreteras, la madre una caja de pañuelos de papel vacía, el hijo
mayor unas llaves, la hija mediana una pastilla de jabón, el hijo menor un libro
de texto. En la sesión, el terapeuta pide que cada uno explique a los demás qué
representa cada objeto, los motivos por los que ha elegido el objeto, y qué
relación hay entre dicho objeto y la terapia. Una vez que se ha hecho esto, cada
uno expresa cómo cree que van a ir las cosas a partir de ahora y, finalmente, se
les pide que piensen qué quieren hacer con estos objetos, se les da la consigna
de que tienen que hacer algo conjunto con ellos. Finalmente, acuerdan que, tras
finalizar la sesión, irán a comprar una caja grande en la que van a meterlos todos
y buscarán un sitio en la casa donde guardarla, puesto que ninguno quiere
tirarlos. Una vez hecho esto harán una comida especial.
Al igual que en el campo asistencial, la dimensión formativa abarca una serie de factores.
A) La calidad formativa
334
Otros parámetros que el terapeuta toma en cuenta para la toma de decisiones es su
experiencia en el empleo de determinadas técnicas y su eficacia probada.
Ejemplo I.En una primera etapa de tratamiento de una familia con "problemas
estructurales" (límites, jerarquía, poder, otros) el terapeuta puede emplear
técnicas de la escuela estructural, mientras que en una segunda fase puede
aplicar técnicas de la escuela narrativa, donde habrá que "externalizar" el
discurso-problema, "deconstruir" el mismo y "co-construir" con la familia una
nueva narrativa más sana y más funcional.
B) La supervisión
335
La supervisión grupal indirecta, al igual que la individual, se lleva a cabo mediante la
presentación oral y gráfica de casos, a través del genograma familiar, o el visionado de
sesiones pregrabadas, mientras que la supervisión grupal directa se realiza a través del
espejo unidireccional y la aplicación del equipo reflexivo o de la visualización de la sesión
por medio de un circuito cerrado.
Lo que distingue una supervisión sistémica de otros modelos son los siguientes
aspectos:
•Se analiza la narrativa de cada uno, a través de sus creencias y sus prácticas diarias y
su influencia en el mantenimiento del problema, y se alienta el diálogo entre los
miembros de la familia.
•Se explora y detecta la forma en que los conflictos y los enredos se han perpetuado a
nivel interpersonal.
•Se observa cómo trascienden y repercuten los problemas en los diversos contextos
sistémicos externos a la familia.
•Se procura una comprensión y conexión entre cada uno de los diferentes sistemas y
subsistemas relacionales, a partir de las dificultades existentes.
•Se ayuda al terapeuta a resolver los diferentes dilemas éticos con los que se pueda
encontrar.
336
•Se implementan métodos y se desarrollan habilidades específicas para resolver los
diversos problemas planteados.
•Se promueve la reflexión como elemento central para entender y abordar las diversas
complejidades sistémicas y construir una nueva narrativa.
•El supervisor debe tener presentes en todos los casos que supervise los aspectos
éticos, aunque no haya demanda explícita sobre esta cuestión.
337
contesta: "contándoos mi historia acabo de entender por qué es tan importante
para mi madre que estemos siempre juntos, llegando a agobiarnos a mí y a mis
hermanos. Ella siempre dice que cuando mejor se siente es cuando estamos
todos en casa y puede cerrar la puerta con llave, así no nos puede pasar nada. Al
preparar el genograma de mi familia, ella me contó cómo todavía tiene la imagen
clara de ver a su padre abrir la puerta de su casa, despedirse de ella con un beso
y no volver a verle nunca más, entonces ella tenía ocho años. Este abandono le
marcó la vida: la relación con su madre, con el resto de la familia y las relaciones
que estableció con nosotros. Hasta ahora siempre la he visto como una mujer
angustiada y negativa; ahora veo a una niña abandonada y temerosa".
•Capacidad de creación de un clima de intimidad por parte del grupo. Esto implica
tener una actitud de respeto, empatía y solidaridad hacia la persona que está
trabajando su FOT. También es fundamental que el grupo tenga capacidad para
contener las emociones que surgirán a medida que se exponga la historia personal.
338
Un alumno consiguió poder hablar de manera íntima con su madre a partir de
pedirle que le ayudara a realizar el genograma familiar. La madre vivía en otro
país y le dijo a su hijo que, al ser complicado contar la historia familiar por
teléfono, iba a hacer un relato de la misma, de manera que cada semana le
mandaría un capítulo de la historia por correo electrónico. A partir de ahí el
alumno conoció una historia familiar hasta ahora desconocida llena de
abandonos, rupturas y recursos vitales para sobrevivir. Gracias a este trabajo su
madre pudo también elaborar parte de su historia con su propia madre, algo que
no había logrado hasta que no empezó a escribir para su hijo.
En ocasiones, las personas que realizan este trabajo se plantean iniciar una
psicoterapia, bien familiar o individual, para poder abordar aspectos de los que no eran
conscientes o simplemente por hacer un análisis más profundo de lo planteado en el
trabajo con el FOT y ampliar su autoconocimiento. Aunque desde la formación sistémica
no se obliga a hacer una psicoterapia, a diferencia de la orientación psicodinámica, sí es
altamente recomendable realizarla, como una manera de prevenir que los asuntos
personales y familiares no resueltos tengan un impacto negativo y hasta iatrogénico sobre
la relación terapéutica y el tratamiento con familias.
339
adaptación frente a la diversidad de situaciones que pueden darse en consulta.
340
Segundo caso, derivación a Servicios Sociales.
Pareja que inicia una terapia de pareja con el fin de que se les ayude con sus
problemas relacionales. Al cabo de varias sesiones, la mujer plantea su deseo de
separarse, a lo que el marido responde con gran disgusto, reproche, y planteando
que va a poner todas las trabas posibles para impedir la separación. El terapeuta
plantea la imposibilidad de seguir con una terapia de pareja, dada la situación
actual, y les deriva a un servicio de mediación familiar, con el fin de que les
ayuden a negociar una separación con el menor daño posible, a lo que ambos
muestran acuerdo.
Muchos terapeutas familiares son mediadores y pueden realizar esta nueva tarea.
341
su práctica clínica, puesto que es algo inevitable. Hay una serie de errores que todo
terapeuta puede cometer. Los más frecuentes los resumen Fernández Liria y Rodríguez
Vega (2002) en el siguiente cuadro.
La ética del terapeuta sistémico se caracteriza por tener una visión circular del sistema
familiar, esto le permite "acercarse a la realidad familiar" desde una perspectiva más
amplia y completa. Es consciente de cómo participa en la construcción de esa realidad en
el momento que entra en contacto con la familia, teniendo claro que no hay una realidad
única que se acerca más a lo supuestamente correcto. Desde esta perspectiva, es
consciente de su "no neutralidad", saber que inevitablemente va a sentir preferencias y
empatía hacia unos miembros de la familia, así como rechazo y disgusto frente a otros.
El problema de no ser neutral es no reconocerlo. La supervisión y el trabajo personal es
la mejor manera de manejar esta cuestión.
Por último, hay que destacar la importancia ética que tiene para el buen desarrollo de
la terapia que el profesional no entre en la visión pesimista, negativa y determinada que
342
trae la familia de ella misma. Cuando una familia acude a consulta es porque las
soluciones intentadas por ella para resolver su problema o dificultad no han funcionado y
eso le genera una idea de incompetencia e inutilidad. El terapeuta ético no se queda con
esta imagen; mira en otras direcciones y explora hasta encontrar la competencia que toda
familia tiene aunque, en este momento, no sea capaz de reconocerla. Además de dicha
competencia, todas las familias tienen valores, recursos y fortalezas que el terapeuta tiene
la obligación ética de reconocer, ya que son la materia prima con la que se van a
construir las respuestas y las salidas a sus dificultades.
-PREGUNTAS DE AUTOEVALUACIÓN
•¿Sobre qué cuestiones puedes apoyarte para tomar decisiones éticas equilibradas?
•¿Qué errores crees que cometes o cometerías con más probabilidad en caso de
dedicarte a la práctica clínica?
343
344
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352
Barcelona.
353
Índice
Prólogo 14
Introducción 20
1. La familia desde la perspectiva histórica, sociológica y
27
psicológica
1.1. Bases teóricas de las diferentes disciplinas acerca de la
30
existencia de la familia
1.1.2. Bases culturales y antropológicas 31
1.1.3. Bases económicas 33
1.1.4. Bases sociológicas ypsicológicas 35
1.2. La familia y su evolución histórica 37
1.2.2. La familia en la Revolución Industrial 39
1.2.3. La familia en Occidente en el siglo X 41
1.3. Cambios sociológicos de la familia en el siglo XX 45
1.3.2. La igualdad de género 46
1.3.3. La pareja 48
1.3.4. La decisión de tener hijos 49
1.3.5. La llegada a la ancianidad 52
1.4. Los nuevos desafíos de la familia 54
1.4.1. La aceptación de nuevos modelos de familia 55
1.4.2. La conciliación de la vida laboral y familiar 57
1.4.3. El cambio de valores 59
2. La Terapia Familiar Sistémica 62
2.2. Bases teóricas 69
2.2.1. La Teoría General de los Sistemas 70
2.2.2. La Teoría de la Comunicación Humana 71
2.2.3. La Cibernética 75
2.3. Principales escuelas en Terapia Familiar Sistémica 77
2.3.2. Escuela Simbólico-Experiencial 84
354
2.3.3. Escuelas enmarcadas en la Cibernética de Primer Orden 87
2.4. Escuelas enmarcadas en la Cibernética de Segundo Orden 98
Preguntas de autoevaluación 108
3. La Psicoterapia Individual Sistémica 109
3.2. Indicaciones para una Terapia Individual Sistémica 117
3.3. La posición del terapeuta y la relación terapeuta-paciente 123
3.4. El proceso terapéutico 131
3.5. Técnicas sistémicas aplicadas al abordaje individual 144
4. La perspectiva transcultural en Terapia Familiar Sistémica 153
4.2. Migración, cambio cultural y salud mental 160
4.2.1. Estrés de aculturación 161
4.2.2. Duelo migratorio 162
4.2.3. Integración 163
4.2.4. Factores de riesgo para la salud mental del inmigrante 168
4.3. Evaluación sistémica y transcultural en inmigrantes 171
4.4. Abordaje sistémico transcultural en familias inmigrantes 177
4.4.1. Problemas frecuentes de consulta 179
4.4.2. Terapia familiar desde una perspectiva cultural 188
4.4.3. Competencias culturales del terapeuta 192
4.5. Terapia familiar en problemas transculturales no vinculados a
193
la migración
5. La funcionalidad y disfuncionalidad en la familia 203
5.1. Funciones familiares 210
5.2. Estructura familiar 214
5.3. La comunicación en la familia 219
355