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Orígenes de la jerarquía de Género

Después de la segunda guerra mundial, surgió un movimiento social en


búsqueda del reconocimiento de libertades, la llamada “segunda ola”, esto fue el
feminismo europeo y norteamericano entre los siglos XIX y XX, debido a que en
aquella época, la mujer de clase media y casada se encontraba privada de
cualquier tipo de desarrollo como persona, se excluía del empleo remunerado y se
les dejaba al alcance de una dominación patriarcal por parte del marido
respaldado legalmente para subordinar a la mujer a su antojo en el ámbito privado,
además en razón de la minusvalía del trabajo doméstico por no ser remunerado,
se relegó a la mujer en el hogar como su lugar.
El feminismo es un movimiento social que lucha por la igualdad de derechos
entre hombres y mujeres.

EL estudio del feminismo se divide en 3 etapas históricas, conocidas como “olas”


(movimientos sociales):

 Primera ola. Siglos XVIII - XIX


 Segunda ola. Mitad del siglo XIX y XX.
 Tercera ola. Mitad del siglo XX y comienzos del XXI.

Resultaría importante hacer referencia a la cultura del patriarcado y la


masculinidad hegemónica, este segundo concepto, que fue desarrollado por R.
W. Connell, feminista que estudió y escribió sobre la sociología masculina. Ella
destaca una línea ligera que diferencia ambos conceptos como dos sistemas de
poder por medio del cual, los hombres pueden asegurar su dominio sobre las
mujeres (patriarcado) pero también, el dominio de los hombres “viriles” sobre los
más “afeminados” (masculinidad hegemónica), sin embargo, tanto el patriarcado
como la masculinidad hegemónica, dan poder a los hombres sobre las mujeres.

Para Bob Connell, quien es uno de los autores de Towards a New Sociology of
Masculinity, “la masculinidad no es inmutable, sino una identidad adquirida”;
además asegura que “en toda época y lugar las formas de masculinidad se
organizan en una jerarquía y es la forma más dominante la que corona dicha
jerarquía”. La jerarquía de género origina diversos controles sobre la mujer, como
el económico o social, sin embargo, cuando las mujeres aceptan, reconocen y se
adhieren a dicha hegemonía masculina, no sólo sostienen y ayudan a continuar
a los hombres dentro de la jerarquía de género, sino que estas mujeres son
cómplices de la jerarquía de género al favorecer la continuidad de un sistema
patriarcal que oprime lo femenino y enaltece lo masculino, otorgando poder y
estatus a quien ostenta dicha masculinidad y humillando a quien no lo hace.

Los grupos feministas, surgidos en la llamada “segunda ola”, lucharon por ideas
que creían ser parte de dichos problemas, restricciones o ideas, pero se les
reclamó la falta de lucha por todos los derechos que competen a una mujer y no
únicamente los que a ellas les afectaban, por lo que no sólo se debía pelear por
los derechos de las mujeres blancas sino por el derecho de todas las mujeres.

Por ejemplo:

Mientras una mujer blanca sufría violencia al no ser contratada laboralmente, una
mujer negra no sólo, no era contratada, sino además se le discriminaba por su
raza.

Otro aspecto importante que dio lugar al estudio del género, es la figura conocida
como patriarcado, en donde Bell Hooks, estudió el concepto que resulta
indispensable para poder visualizar la desigualdad de género. A través de esta
figura, ella explica los roles de género presentes y que son reforzados por todas
las instituciones de una comunidad, ya sea la familia, la escuela, campos
deportistas o tribunales. Dichos roles son marcados por la sociedad e imponen a
los sujetos comportarse de determinada forma, sin embargo, cuando dichos
sujetos se “salen” del comportamiento esperado, la sociedad puede o
bien rechazarlos, desaprobarlos o castigarlos, con el fin de regresar al buen
camino, marcando de esta forma, diferencias en la jerarquía de poder dentro de
una sociedad a partir del género.
Bell Hooks, hablo de una especie de intersección, una especie de cruce -como lo
sería en un crucero vial- por lo que las mujeres que se encuentran en la
intersección mujer-indígena-pobre, podrían sufrir varios tipo de discriminación,
así los sistemas políticos interconectados llamados por ella misma; “patriarcado,
capitalista, imperialista, supremacista blanco” (Hooks 2014: 1), son sistemas que
pueden combinarse de tal forma que originen la asignación de un lugar específico
de cada una de las personas en una jerarquía social. Por lo que las mujeres, que
cuentan con un estatus social como el ser blancas, adineradas, etcétera, sólo
verán una forma de discriminación y no la intersección entre varias formas de
opresión y discriminación como las que sufre una mujer pobre y de color, por lo
que Bella Hooks considera que el problema mayor en el patriarcado no son los
hombres, sino las mujeres, al no reconocer o no querer verse inmiscuidas en
movimientos que pongan en riesgo, incluso sus propios privilegios. Ella
plantea cambiar la estructura filosófica que sustenta la opresión en general.
Desarrollo conceptual: del sistema sexo-género a un concepto
multidimensional

Como ya se dijo, las ideas respecto al sexo y al género comenzaron a tener


interés entre la población a partir de la segunda guerra mundial y de los
movimientos feministas de la década de 1960 a 1980, surgidos por grandes
afirmaciones como la de los siguientes personajes:

Simone de Beauvior

“No se nace mujer, se llega a serlo”

Margaret Mead

Consideró que el comportamiento de los hombres y mujeres son producto de su


cultura y no de origen biológico. También estudió respecto al comportamiento
según los roles sociales, identificando características de la sociedad donde los
sujetos se desarrollaban.

Michael Focault

Reflexionó que los discursos para mantener el poder, sobre lo que se considera
que es verdad, deben ser reforzados de forma constante y dichos
discursos controlan los pensamientos y conductas que, a su vez, modelan
un sistema de creencias. Por ello, Foucault estudió las convenciones
sexuales donde determinó que el poder en la sociedad se ejerce mediante
la imposición de reglas sociales y que tanto nuestro género, como nuestra
sexualidad, se determina por la cultura en la que vivimos.

Sin dejar de destacar que antes de esta época, ya se habían increpado ideas
opuestas a un dominio masculino, sin ser escuchadas con interés por la misma
humanidad, como fue la postura de Harriet Martineau, quien denunció la
hipocresía de una sociedad que ostentaba ideas de libertad sin dejar de oprimir a
la mujer -siendo las mujeres la mitad de la raza humana- ya fuera en el ámbito
doméstico o en la vida pública. Martineau, fue considerada la primera mujer en
realizar un estudio metodológico de la sociedad desde una perspectiva
feminista.

Judith Butler, es la figura más influyente en la actualidad sobre los estudios de


género, ella es una feminista influyente en el colectivo LGBTT (lesbianas, gays,
bisexuales, transgéneros y transexuales) de 1990. Pero también ha luchado por
causas antibelicistas, anticapitalistas y antirracistas.

Butler, en su teoría sobre la performatividad, considera que la adquisición de un


género es a través de la imitación, esto es, reproducir un ideal. Para ella,
el género es un constructo social, señalando que el género, no sólo es respecto
a lo femenino o lo masculino, ni la sexualidad está limitada a lo heterosexual-
homosexual; por lo que el género no está limitado, ni polarizado, sino que es
fluido y abarca un espectro amplio de identidad de género.

Como vemos, con la explicación anterior, la identidad de género está


determinada por la constante repetición de actos que moldean la identidad de
una persona. Por lo tanto, el género NO es parte de la esencia de la persona,
sino que se construye a partir repeticiones y/o imitaciones llamado por
Foucault, convenciones sexuales, que la sociedad marca a cada individuo
respecto a un determinado comportamiento que debe seguir; son tabús
impuestos por la sociedad a sus miembros quienes aceptarán un discurso como
verdadero, sujetándose a él para pertenecer. Por ello, la percepción de las
personas, miembros de un grupo social, respecto a la sexualidad, es moldeada
por las ideas que dicha sociedad asume como ciertas o verdaderas y rechaza
otras, reflejando una estructura imitativa.

Resulta indispensable diferenciar entre sexo y género. Podemos señalar que:


Perspectivas teórico-metodológicas en el estudio del género

Sociedad Civil y Feminismo ante la Violencia de Género


Sociedad: Conjunto de personas, pueblos o naciones que conviven bajo normas
comunes. (RAE, 2014)

Como se ha estudiado, toda sociedad cuenta con costumbres, tradiciones o


aspectos culturales que entrelazan a sus miembros y que se encuentran inmersos
en las personas de dicha sociedad, las cuales naturalizan y aceptan como
“buenas” costumbres, tradiciones o cultura. En México reconocemos la educación
llamada patriarcal en la que hemos sido educados, donde el varón cuenta con el
poder y dominio sobre la mujer y sus bienes, recordando que en algún momento
de la historia, la mujer fue considerada uno de esos “bienes”.
Otro aspecto que es importante resaltar es que, quien crea la norma, sea una ley
o un tratado internacional, así como quien la aplica, pertenece a una sociedad y
por ende cuenta con una historia de vida, una educación, costumbres, cultura y
tradiciones -en su mayoría patriarcal-, es por ello que en la Cuarta Conferencia
Mundial sobre la Mujer (Plataforma de Acciones de Beijing), la CEDAW realizó
varias reservas, en razón de ideas arraigadas por los Estados Partes, pero
también a las personas encargadas de juzgar, legislar y el resto de la población,
ya que dichas personas fueron criada bajo la idea de superioridad del varón sobre
la mujer, bajo una educación basada en el patriarcado, por lo que dicho convenio
internacional obliga a cambiar la forma de actuación, primeramente del personal
del servicio público que deben garantizar los derechos preservándolos bajo una
vertiente de igualdad de género, es por ello que dichas autoridades al ser
personas también deben de modificar la forma en la que fueron criadas.

Importante! La CEDAW, por sus siglas en inglés, es la Convención sobre


la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer. Es un
tratado internacional de las Naciones Unidas firmado en 1979, que define el
significado de la discriminación contra la mujer, reconoce el papel de la cultura y
las tradiciones en el mantenimiento de dicha discriminación y obliga a los Estados
a eliminar los estereotipos en los roles de hombres y mujeres.
Dicha Convención, también es conocida como la “carta internacional de los
derechos de la mujer”.

Las mujeres en la Sociología


Luz Gabriela Arango Gaviria y Giovanna Arias Pinilla nos presentan el artículo “En
busca de las sociólogas fundadoras: Marianne Weber”, en el cual buscan rescatar
la obra de Marianne Weber, entre otras sociólogas fundadoras.

Luz Arango y Giovanna Ari


“El trabajo de sociólogas como Patricia Madoo Lengermann y Jill Niebrugge-
Brantley […] en 2004, han contribuido a rescatar del olvido la participación de las
mujeres en la conformación de la sociología a finales del siglo XIX y comienzos del
XX. […] La lucha de las norteamericanas por reincorporar en la historia de la
disciplina la contribución [de Harriet Marineau, Beatrice Potter Webb, Marianne
Weber, Florence Kelley, Edith Abbot, Anna Julia Cooper, entre otras], ha tenido
uno de sus éxitos simbólicos en el reconocimiento de la inglesa Harriet Martineau
(1802-1876) como la primera mujer socióloga en cuyo honor se creó la Sociedad
Sociológica Harriet Martineau y un premio del mismo nombre” (2006: 193).

Las madres de la Sociología


El rezago de la mujer en relación con el varón, así como la violencia imperante en
contra de la fémina, ya sea por razones culturales o bien desventajas físicas,
sociales o económicas, ha permeado hasta nuestros días, lo que hizo necesario
se tomarán medidas especiales de carácter temporal con el fin de acelerar la
igualdad entre el hombre y la mujer.
Un determinante en la adopción de estas medidas por parte del Estado mexicano
fue la sentencia dictada por la Corte Interamericana de Derechos Humanos en
contra de México en el caso “Campo Algodonero”.

Para que dicha medida no sea discriminatoria de “otros” grupos, debe surgir en
razón de una distinción objetiva con un fin legítimo. En este caso, el género es
esa distinción objetiva, un fin legítimo el cual es evitar un mayor daño a la mujer y
la proporcionalidad entre los medios y los objetivos, los cuales serán los
necesarios para salvaguardar a la mujer, impidiendo que quien ejerza violencia
sobre ella, se le acerque o la moleste hasta resolver el asunto en definitiva.

Lo anterior son consideradas acciones afirmativas por parte de la autoridad para


la protección de la mujer, aunque éstas serán temporales, hasta el momento
de erradicar la violencia que sufre una mujer, pero en la práctica surge un
problema mayor, el desconocimiento de las autoridades sobre las medidas que
deben tomar, así como el miedo de llevar a cabo acciones fuera de su
competencia.

En razón de dichas desventajas entre hombres y mujeres, así como en respuesta


a las exigencias tanto nacionales como internacionales, ya que México había
firmado los acuerdos internacionales CEDAW y Convención de Belém do Pará.
Importante! Adoptada en 1994, la Convención Interamericana para Pervenir,
Sancionar, y Erradicar la Violencia Contra la Mujer, conocida como
Convención de Belém do Pará, define la violencia contra las mujeres, establece
el derecho de las mujeres a vivir una vida libre de violencia y destaca dicha
violencia como una violación de los derechos humanos y de las libertades
fundamentales.
La Convención propone, por primera vez, el desarrollo de mecanismos de
protección y defensa de los derechos de las mujeres como fundamentales para
luchar contra el fenómeno de la violencia contra su integridad física, sexual y
psicológica.

México en el 2008, implementa la protección a las mujeres en el Distrito Federal,


hoy Ciudad de México, a través de la Ley de Acceso de las Mujeres a una Vida
Libre de Violencia, por medio de la cual se faculta a quien juzga en materia penal
y familiar, para que cuando una persona del sexo femenino sufra cualquier tipo de
violencia, se ordenen medidas de protección a favor de ella.

Sin embargo, en razón de que nuestra sociedad aún no se encontraba -y no se


encuentra- preparada para dicha protección, surgieron distintas críticas que
argumentan la existencia de un trato discriminatorio al promover una protección
únicamente hacia la mujer, señalando así, por ejemplo, que las personas de la
tercera edad también pueden ser objeto de violencia, incluso por parte de mujeres,
además de que dichas acciones advertían una “discriminación” hacia los hombres
pues no se daba un trato igualitario entre hombre y mujeres como se marcaba en
la Constitución Política. Sin embargo, esto no es una opinión fundamentada y
mucho menos congruente para nuestra actualidad, ya que con fundamento en
el artículo 4.° de la CEDAW se menciona que:

Artículo 4°. La adopción por los Estados Partes de medidas especiales de


carácter temporal encaminadas a acelerar la igualdad de facto entre el hombre y la
mujer no se considerará discriminación en la forma definida en la presente
Convención, pero de ningún modo entrañará, como consecuencia, el
mantenimiento de normas desiguales o separadas; estas medidas cesarán cuando
se hayan alcanzado los objetivos de igualdad de oportunidad y trato.
Importante! Señalado en su artículo 1.°, la Ley General de Acceso de las
Mujeres a una Vida Libre de Violencia, tiene como objeto:

Cada entidad federativa cuenta con una Ley General de Acceso de las Mujeres
a una Vida Libre de Violencia, por lo que resulta importante consultar la de su
localidad y relacionarla con los tratados internacionales aquí mencionados, Belém
do Pará y CEDAW, con el propósito de formarse en la interpretación y control de
convencionalidad que se nos obliga como profesionales de la abogacía por el
artículo 1° de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
Una vez identificada la Ley de su estado, realice su lectura ya que le permitirá
elaborar su “Experiencia de aprendizaje”.

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