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Bullen Margaret y Diez Carmen 2008 Retos Teoricos y Nuevas Practicas XI Congreso de Antropologia
Bullen Margaret y Diez Carmen 2008 Retos Teoricos y Nuevas Practicas XI Congreso de Antropologia
1
INTRODUCCIÓN
1
Agradecemos a Mari Luz Esteban la lectura crítica de este escrito, sus comentarios y
aportaciones.
2
Los Congresos de Antropología en el Estado español se convocan, trianualmente, por la
FAAEE (Federación de Asociaciones de Antropología del Estado español) y son
organizados simultáneamente por una de las asociaciones miembro. En esta XI edición la
organización estuvo a cargo de ANKULEGI (Asociación Vasca de Antropología) y se
celebró en la Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea en la Facultad de
Filosofía y Ciencias de la Educación.
3
La Comisión Estatal del Grado de Antropología (CEGA), compuesta por representantes
10 MARGARET BULLEN, CARMEN DIEZ MINTEGUI
4
Existe una publicación de cada uno de los Simposios y un volumen que recoge los
contenidos de las Mesas de Trabajo y los Posters. Ver: http://www.pangea.org/ankulegi/
kongresoa2008/
12 MARGARET BULLEN, CARMEN DIEZ MINTEGUI
depresiva.
Con este telón de fondo, se dibujan cuestiones de gran calado para la
práctica etnográfica, no solamente en las áreas descritas aquí, sino en
la antropología en general. Ferrándiz nos propone una revisión
epistemológica de la etnografía, señalando su potencial pero a la vez
su problemática. Defiende la etnografía como herramienta apropiada
para el futuro del quehacer antropológico precisamente porque es
adaptable a la realidad cambiante y cada vez más compleja que nos
toca analizar. A la vez que insiste en el consenso de que la condición
sine qua non de la etnografía es la presencia del investigador o
investigadora en el terreno estudiado, admite la posibilidad propuesta
por Robben del trabajo de análisis etnográficos desde la distancia, en
situaciones peligrosas de violencia y guerra donde la observación
directa no es viable. En su ponencia titulada, “El trabajo de campo
desde la distancia: enfrentando la paradoja de una antropología de la
guerra contra el terror”, Robben defiende el estudio desde la lejanía
como una técnica válida para abordar problemáticas que de otra
manera se quedarían sin análisis antropológico. No es que este tipo de
planteamiento pueda sustituir al ejercicio etnográfico presencial, pero
lo asemeja a lo que la paleontología es para la zoología, ya que puede
complementarlo, iluminarlo.
Es interesante la reflexión que ofrecen estas ponencias sobre la forma
de abordar los problemas actuales. No se trata de innovar tanto como
de adaptar, de rescatar, de revalorizar ciertos métodos que la
modernización, urbanización y diversificación de la antropología
habían dejado de lado o atrás. Volvemos a la historia, volvemos a la
antropología de sillón, a la multidisciplinariedad pregonada por
Margaret Mead, a la empresa comparativa. Pero como en todo proceso
de acumulación de conocimiento, no es un viaje de vuelta a ciegas,
sino una vuelta iluminada por la experiencia, insiste Robben. Este
antropólogo compara una experiencia propia de trabajo de campo in
situ y en persona, llevada a cabo en Argentina, con otra sobre Iraq,
que ha estudiado desde la distancia. Argumenta que la etnografía a
distancia es posible en el caso de personas que partiendo de una
experiencia previa y profunda en el trabajo de campo y de unas buenas
cualidades investigadoras, hayan desarrollado una imaginación
16 MARGARET BULLEN, CARMEN DIEZ MINTEGUI
esa influencia. Esta última ha sido la posición preferida por las y los
antropólogos que, a través de la etnografía, han explorado por una
parte los usos que hacen las y los espectadores de los medios, y los
contextos de esa utilización y, por otra, el cómo los medios están
arraigados en sistemas sociales, políticos y económicos. La
originalidad de la propuesta de Comas está en la unión de estas dos
posiciones aparentemente opuestas: propone estudiar los medios desde
las resistencias de los individuos y los grupos, sin olvidar las
relaciones de poder en las cuales se enmarcan estas respuestas.
Partiendo de este marco teórico, Comas lanza una mirada crítica sobre
la función de integración social que cumplen los medios de
comunicación y hace una serie de preguntas en torno a la
representación, el pluralismo y la reflexividad en relación a las
mujeres y la nueva inmigración en los medios de comunicación. En
primer lugar, incide en la sobrerrepresentación de los sectores
hegemónicos, cualquiera que sea el eje de desigualdad (género, poder
adquisitivo o asignación identitaria) y la subrepresentación de las
mujeres o de las personas inmigrantes, o bien la tendencia a repetir
viejos estereotipos y valores tradicionales que frenan los cambios
sociales. No obstante, indica la potencialidad de los medios como
reflejo y motor de esos cambios y, a través del tema de la violencia de
género, demuestra el poderoso papel de los medios en convertir en
problema social y político una cuestión antes relegada al ámbito
privado. Sin embargo, achaca a los medios la representación excesiva
de esta problemática, conduciendo a la banalización y simplificación
de la violencia y a la victimización de las mujeres; y en este sentido
apunta a los “claroscuros” de los medios, de los efectos tanto positivos
como perversos.
Con respecto al pluralismo, una vez más Comas deja clara la pugna
por el poder entre los medios de comunicación y los diferentes
sectores de la sociedad, quienes a través de sus luchas y conflictos de
interés complican – por su propia pluralidad - la imposición de
mensajes unidireccionales o visiones homogéneas. No obstante, en
relación a la población inmigrante, los medios no reflejan en absoluto
la diversidad cada vez mayor de nuestra sociedad, transmitiendo una
imagen negativa del inmigrante como problema o como víctima, lo
Introducción 23
5
Por razones de cambios organizativos ha sido imposible incluir la ponencia de Joseba
Zulaika en este volumen y será publicada en forma de separata.
Introducción 25
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RELACIONES EXPERIMENTALES:
LA ANTROPOLOGÍA Y LA IMPRECISA CIENCIA DE LA
INGENIERÍA1
PENELOPE HARVEY
ESRC Centre for Research on Socio-Cultural Change2
Universidad de Manchester
1
Traducción del original en inglés “Experimental relations: anthropology and the imprecise
science of engineering” por Margaret Bullen y Amaia Casares.
2
Centro para la Investigación sobre el Cambio Sociocultural.
3
Para más detalles de todos estos proyectos ver http://www.arup.com
30 PENELOPE HARVEY
4
Para más detalles ver Harvey (de próxima publicación).
Relaciones experimentales: La Antropología y la imprecisa ciencia de la Ingeniería 31
8
Aportaciones no-etnográficas clásicas incluyen Wolf, 1977; Mintz, 1985; y más recientemente
Mitchell, 2002.
36 PENELOPE HARVEY
etnógrafos podían “comprender que las culturas están cada vez más en
circulación” (Marcus, 1998: 5), y pensar de forma más profunda
acerca de la articulación social de lo que antes se podía haber
comprendido como campos de práctica inconmensurables. Marcus
apelaba a un imaginario multi-situado (y no necesariamente una
práctica multi-situada) que trazara y describiera “las conexiones y
relaciones entre lugares que antes se consideraban inconmensurables”
(Marcus,1998: 14). Esta es, en su opinión, la manera en que la
etnografía puede elaborar sus argumentos, pero es un proceso que
creía no había sido explorado más que superficialmente. Es
especialmente interesante reflexionar sobre esta idea en relación con
los campos de práctica técnica donde la desarticulación y re-
articulación de entidades es de una importancia fundamental. El
planteamiento de Marcus a mí me sugiere que la mirada etnográfica
nos puede permitir hacer conexiones no-autorizadas importantes y al
hacerlas, nos puede descubrir algo sobre cómo los territorios sociales
(y técnicos) se delimitan habitualmente y con qué efecto.
10
The Shorter Oxford English Dictionary, 1988.
38 PENELOPE HARVEY
11
Este emparejamiento de lo social y lo técnico caracterizó las posiciones de incluso los
críticos más vociferantes de la sociología de la ciencia en las “guerras científicas”. Véase,
por ejemplo, Sokal, 2001 para una versión que por poco llega a reconocer las dinámicas
sociales íntegras a las cuestiones de hecho.
40 PENELOPE HARVEY
4. LABORATORIOS DE CAMPO
El trabajo en laboratorio es parte integral del proyecto de ingeniería
civil que estoy siguiendo en Perú. Es en los laboratorios donde “barro”
y “polvo”, (las categorías de materiales problemáticos que
normalmente más se citan como motivo por el cual es necesario
disponer en primer lugar de carreteras bien asfaltadas) se transforman
en versiones potenciales de la sustancia con la que se construirá la
nueva carretera. La primera vez que fui a los laboratorios me
sorprendió la diferencia de escala entre las máquinas gigantescas y los
paisajes abiertos de la carretera y la sutileza del detalle, la precisión y
compacidad de los objetos dentro del espacio del laboratorio. El
trabajo que allí se desarrolla es minucioso y analítico. Es también
trabajo experimental, en cuanto que los ingenieros tienen que crear
permutaciones de sustancias que mejoren lo que ya se encuentra allí.
Los laboratorios que, según dicen los y las que trabajan en ellos, se
encuentran en el núcleo del proceso de construcción, son espacios en
los que el conocimiento se produce a través de una compleja
interacción de materiales, personas y máquinas. Estas asociaciones
42 PENELOPE HARVEY
12
Latour desarrolla este vocabulario relativo al trabajo de laboratorio en Latour, 1987.
13
Véase por ejemplo Allen, 1988; Gose, 1995; Harris, 1999.
44 PENELOPE HARVEY
14
Por supuesto, es importante resaltar que el estudio que la etnografía realiza en los
laboratorios nos muestra la dinámica entre campo y territorio dentro de estos espacios,
dirigiendo nuestra atención hacia los modos en que se defienden las prácticas, se negocian
los modelos y se acepta que los resultados sean abiertos. Para consultar otros estudios
Relaciones experimentales: La Antropología y la imprecisa ciencia de la Ingeniería 45
etnográficos más detallados, véase Latour, 1987 y 1999; Latour & Woolgar, 1979; Knorr-
Cetina, 1992 y 1999.
46 PENELOPE HARVEY
15
Aquí me baso en Stengers, 2007b.
16
Véase también Stengers 2007a.
Relaciones experimentales: La Antropología y la imprecisa ciencia de la Ingeniería 47
5. NEGOCIACIONES ETNOGRÁFICAS
Las personas que practican la etnografía negocian la tensión que
produce situarse entre el riesgo y la profesionalidad de manera
bastante diferente a las que practican la ingeniería. Las y los
defensores de los métodos etnográficos alegan tener un mejor
conocimiento (que otras disciplinas) por su exposición al riesgo,
fomentando la incertidumbre y estando abiertos a la transformación.
La etnografía que me interesa es un proceso de compromiso
experimental con otros, en el que nuestros dispositivos experimentales
son nuestras propias personas y las relaciones que con el tiempo
establecemos con los demás. Es una práctica lenta, maravillosamente
recogida en la descripción de Kathleen Stewart de ese “hábito de
esperar a que pase algo”, un modo de comprometerse con los demás
que resulta a la vez un poco aburrido y también emocionante (Stewart,
2007). He intentado señalar en este punto que este hábito de esperar a
que pase algo fuerza incluso a los territorios más defendidos a que
revelen los ingeniosos medios mediante los cuales mantienen a raya a
las características abiertas y contingentes del campo. Es en este
sentido que la etnografía resulta reveladora.
Como conclusión, me gustaría establecer algunas conexiones
explícitas con la idea general de la conferencia e invitar a la reflexión
sobre la articulación de pensamientos críticos interdisciplinarios y las
nuevas propuestas que surjan de nuestros trabajos etnográficos y
teóricos. En este artículo he intentado sugerir en qué modo el estudio
etnográfico de la práctica de la ingeniería, tanto en Perú como en el
Reino Unido, me ha enseñado cosas importantes sobre la especificidad
disciplinaria y sobre la manera en que podemos esperar se forjen
nuevas conversaciones que atraviesen los campos de diferencia. Mi
razonamiento ha sido que la atención etnográfica revela la dimensión
artesanal de las prácticas del conocimiento que han estado sumergidas
en el proceso de creación de la diferencia disciplinaria. Al recuperar la
noción de artesanía e ingenuidad para las ciencias de la ingeniería, he
intentado mostrar cómo en las expresiones dominantes de desarrollo y
planificación modernos, que acentúan las limitaciones de la medición
y contención técnicas, se pierden dimensiones importantes de la
práctica de la ingeniería y por tanto se cierran los espacios en los que
Relaciones experimentales: La Antropología y la imprecisa ciencia de la Ingeniería 49
17
Véase Edwards et. al. , 2007, para un conjunto de trabajos recientes sobre este tema.
50 PENELOPE HARVEY
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Relaciones experimentales: La Antropología y la imprecisa ciencia de la Ingeniería 53
1
Traducción de la versión original en inglés, “Fieldwork from afar: facing the paradoxes of
an anthropology of the war on terror” por Jon Elizondo.
56 ANTONIUS C.G.M. ROBBEN
2
La mayoría de las objeciones mencionadas por Marshall Sahlins (1967) en una charla que
dio sobre el Proyecto Camelot durante las reuniones que la AAA mantuvo en 1965 siguen
teniendo validez en lo que respecta a la participación actual de antropólogos en
organizaciones militares, de seguridad e inteligencia. El Proyecto Camelot fue una
iniciativa de la Oficina de Investigación de Operaciones Especiales del Ejército
estadounidense para financiar el estudio de los movimientos revolucionarios por parte de
los científicos sociales.
58 ANTONIUS C.G.M. ROBBEN
3
Algunos antropólogos han escrito acerca de la tortura en la prisión de Abu Ghraib (Caton,
2006; Feldman, 2005) y de la difícil situación de las mujeres iraquíes (Al-Ali, 2007), pero
no se trata más que de algunas voces aisladas que se han alzado para dar a conocer una
tragedia internacional con cientos de miles de muertos y millones de refugiados.
Un trabajo de campo desde la distancia: Las paradojas de una Antropología… 59
4
Se han estudiado ya algunos temas sin una observación de los participantes en Irak, en
particular la situación de las mujeres (Al-Ali, 2007), los regímenes penitenciarios (Caton,
2006; Feldman, 2005), y blogs y relatos de los combatientes (Brown and Lutz, 2007).
60 ANTONIUS C.G.M. ROBBEN
3. ANTROPOLOGÍA COMPARATIVA
El método comparativo se ha convertido en el hijastro de la
antropología cultural5. Sabemos que la comparación es parte del ser
humano y que la comparación transcultural está implícita en la
antropología, y, sin embargo, desde el giro postmoderno de los
ochenta, hemos rehuido los estudios comparativos porque las
comparaciones no son en ningún caso equiparables al análisis
profundo y a los intricados detalles de la etnografía. Con esto, no
estoy proponiendo la vuelta al estudio del carácter nacional, al
enfoque holocultural de la Human Relations Area Files (HRAF), al
funcionalismo estructural, al estructuralismo, al neoevolucionismo ni
a ninguna otra búsqueda científica de teorías ambiciosas, sino que más
bien me adhiero al reciente llamamiento a una “pluralidad de
metodologías comparativas cualitativas” sensibles al contexto, el
significado, la agencia, el poder y el proceso (Fox and Gingrich, 2002:
12; ver también Holy, 1987). Lo que propongo es una
“macrocomparación controlada de estudios de casos distantes”
(Gingrich, 2002: 229), siendo totalmente consciente de que cada caso
tiene unos significados, unas prácticas, unos discursos y unas
interpretaciones culturalmente específicos.
Los actuales métodos comparativos difieren de los anteriores en su
rechazo de ambiciosas teorías objetivistas, y en su énfasis en la
construcción de significados y en la reflexividad. Gingrich (2002)
defiende de manera convincente que las macrocomparaciones
cualitativas deberían ser auto reflexivas debido al hecho de que la
postura del investigador ante el mundo se traslada a los problemas de
investigación estudiados y al análisis realizado. Esto es aún más
5
Los libros de metodología más importantes hacen referencia a los métodos comparativos
principalmente en términos de análisis estadísticos y correlaciones HRAF (por ejemplo
Bernard, 1994).
66 ANTONIUS C.G.M. ROBBEN
con una fuerza masiva (Herring and Rangwala 2006: 180-185). Sin
embargo, la situación en Irak muestra que no son sólo los insurgentes
los más afectados por esta táctica, sino muy especialmente la
población civil. La situación tras la invasión fue de mal en peor al
adoptar una táctica de swarming irregular que hizo que la población
iraquí, a la que se suponía había que ganarse, se distanciara aún más.
La idea de las operaciones de swarming es que la combinación de
unas tecnologías avanzadas de vigilancia, detección y comunicación
dé a las pequeñas unidades de combate americanas una ventaja
importante sobre el enemigo en lo que se refiere a movilidad,
iniciativa, factor sorpresa y perspectiva general de la situación. Según
David Kilcullen (2004: 16), el Estratega Jefe de la Oficina del
Coordinador de Contraterrorismo del Departamento de Estado
Americano, “Las tácticas adoptadas por una unidad modular
organizada en equipos semi-autónomos se parecen al “swarming”—
los equipos cooperan en base a unas pocas y sencillas normas de toma
de decisiones, un conocimiento compartido de la situación y la
autoprotección gracias a un acceso conjunto a los efectos combinados
de las armas.” En un futuro cercano, las unidades de swarming no
estarán dirigidas por un mando central, sino que operarán como una
red de nodos operativos independientes que se mantendrán informados
entre sí de sus acciones mediante dispositivos electrónicos. A la
espera de la siguiente generación de equipos de comunicación, las
operaciones contrainsurgentes de swarming se llevan ya a cabo
mediante: “operaciones frecuentes de acordonamiento y registro
realizadas al azar; el establecimiento de controles que varían
aleatoriamente de lugar y hora; reaccionando rápidamente ante las
zonas sospechosas de actividad insurgente siempre que sea necesario;
y recabando constantemente información” (Edwards, 2000: 83). El
ejército americano en Irak utiliza imágenes de satélite, información
local e información obtenida mediante interrogatorios para seguir la
pista y capturar a los insurgentes mediante controles improvisados,
patrullas nocturnas y redadas a domicilios. Este método es similar a
las tácticas de contrainsurgencia argentina de los años setenta.
Los grupos de tareas argentinos capturaron a muchos sospechosos
mediante tácticas de swarming. Patrullaban las calles en coche o
70 ANTONIUS C.G.M. ROBBEN
una visión maniquea del mundo, los errores de combate pueden dar
paso a violaciones de los derechos humanos. La creencia de que el
enemigo es una fuerza del diablo y que se está luchando por el bien de
la humanidad puede acarrear la mala conducta de los comandantes y
soldados receptivos a dichas ideas. Tanto en el caso de Argentina
como en el de Irak, existía la idea de que los terroristas no sólo
deseaban conseguir sus objetivos político-militares mediante la
violencia, sino que además intentaban destruir todo un modo de vida y
abolir valores considerados universales. Si los líderes políticos y
oficiales de alto rango declaran que el enemigo es malvado e
inhumano, y que supone una amenaza para el mundo, dicho
maniqueísmo puede provocar en las tropas sobre el terreno una
violencia indiscriminada tanto contra sus oponentes armados como
contra aquellos civiles sospechosos de ayudarlos. El mimetismo
operativo de enfrentar a pequeñas unidades móviles con unidades
igualmente pequeñas y móviles de insurgentes adquiere así una carga
ideológica con graves consecuencias morales.
La guerra de guerrillas tuvo su éxito en algunas de las luchas
anticoloniales que tuvieron lugar en África y Asia tras la Segunda
Guerra Mundial. Los oficiales franceses que conocieron la derrota en
Indochina fueron de los primeros en desarrollar una nueva doctrina
militar basada en el mimetismo con las guerrillas (Galula, 2006;
Trinquier, 2006). Estos oficiales franceses hablaban de la guerra
contrarrevolucionaria de la misma manera que lo hace el presidente
Bush cuando se refiere a la guerra al terror como una nueva forma de
guerra que requiere de un enfoque radicalmente nuevo. El método
contrarrevolucionario francés influyó en el pensamiento militar
argentino con tres novedades: 1. el cuadriculado del territorio; 2. la
imitación; y 3. la inteligencia. En la actual doctrina de swarming, la fe
ciega en las últimas tecnologías de la comunicación ha otorgado a
estas tres características una renovada relevancia.
El cuadriculado del territorio fue desarrollado por los oficiales
franceses en Argelia para combatir a los insurgentes urbanos en los
callejones de Argel. Propugnaron la división de Argelia en grandes
sectores y zonas más pequeñas, y la ciudad de Argel en sectores,
subsectores y manzanas. Las tropas regulares debían patrullar las
Un trabajo de campo desde la distancia: Las paradojas de una Antropología… 73
CONCLUSIÓN
Las guerras de Irak y Afganistán ponen de manifiesto las dos
paradojas de la antropología de la guerra al terror que pueden llevar a
la antropología a una crisis profunda si no se tratan seriamente. La
Asociación Antropológica Americana se ha hecho cargo de la primera
paradoja —el conflicto potencial entre la ética profesional y el empleo
por parte de los militares— instando a los antropólogos de seguridad a
que: 1. reflexionen sobre las implicaciones éticas de su compromiso
con organizaciones militares, de seguridad e inteligencia; 2. sean
80 ANTONIUS C.G.M. ROBBEN
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LA ETNOGRAFÍA COMO CAMPO DE MINAS:
DE LAS VIOLENCIAS COTIDIANAS A LOS PAISAJES
POSBÉLICOS
FRANCISCO FERRÁNDIZ
Instituto de Lengua, Literatura y Antropología del
Centro de Ciencias Humanas y Sociales del CSIC
1. CAMPOS MINADOS
En este texto defenderé la etnografía como un arma cargada de futuro,
como una herramienta de investigación y análisis de fructífero pasado
e innegable proyección, con un formidable potencial para analizar
críticamente las circunstancias cambiantes de la realidad social y
90 FRANCISCO FERRÁNDIZ
que muchos de los parajes rurales en los que algunos siguen viviendo
y otros disfrutábamos de las bucólicas vacaciones veraniegas,
contenían, en no pocos casos, fosas abandonadas y diversos escenarios
de la represión, en una escala impactante, supuso al principio para
muchos una fuerte conmoción que se ha ido atenuando con el tiempo.
Siguiendo la metáfora de las minas, podría incluso pensarse que las
propias exhumaciones tienen algo de desactivación de un secreto
público que ha sido históricamente cubierto por distintos tipos de
silencios e indiferencias (Ferrándiz, 2005).
La primera pregunta que me hice fue, ¿hay alguna razón para que la
antropología social y cultural se involucre en el estudio de memorias
suprimidas –de las “cajas negras”- de la represión, de los esquemas
victoriosos de los vencedores de una guerra civil, de la deriva de los
monumentos conmemorativos, de los residuos de antiguas cárceles y
campos de concentración, del movimiento y gestión pública y privada
de esqueletos y fosas comunes? Pienso que sí, por diversas razones.
Primero, porque como algunos colegas han señalado, (Verdery, 1999;
Robben, 2000; Sanford, 2003), el análisis de fosas comunes y cuerpos
violentados permite una convergencia productiva de antropologías de,
entre otras, la violencia, la muerte, la victimización, los derechos
humanos, el duelo y el sufrimiento social, la memoria, el ritual, los
medios de comunicación o el arte. Al mismo tiempo, las
exhumaciones y las acciones sociales, políticas y simbólicas que
tienen lugar en torno a ellas son lugares etnográficos de “juego
profundo”, al tiempo complejos, exigentes y enormemente fértiles,
condensando múltiples procesos que van desde las emociones más
profundas y los gestos casi imperceptibles a los espasmos mediáticos
o la alta política.
Los campos minados más destacados con los que me he encontrado en
esta investigación son, fundamentalmente: la complejidad y
competitividad del espacio etnográfico preferente de la primera fase
de la investigación –las exhumaciones— y la insuficiencia del
conocimiento público del papel del antropólogo social, la presión
social y mediática sobre la devolución de conocimiento y, de nuevo,
vinculado también a lo anterior, la representación. Las exhumaciones
son espacios etnográficos difíciles de manejar para todos los actores
La Etnografía como campo de minas: de las violencias cotidianas… 105
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112 FRANCISCO FERRÁNDIZ
EMILY MARTIN
Universidad de Nueva York
INTRODUCCIÓN
En este artículo, planteo algunos dilemas metodológicos con los que
tropecé al realizar el estudio etnográfico que recientemente concluí
sobre el trastorno del estado de ánimo conocido como depresión
maníaca. En primer lugar, expondré algunos antecedentes: la historia
de la “depresión maníaca” se remonta a la antigua Grecia donde creían
que la salud del cuerpo estaba relacionada con los cuatro humores
corporales: sangre, flema, cólera (bilis amarilla) y bilis negra. En la
segunda mitad del siglo XIX, manía y melancolía fueron
delimitándose y se redefinieron como “trastorno(s) primario(s) de la
afectividad y la acción” (German Berrios, 1996: 298). Estas nuevas
formas se “combinaron en el nuevo concepto de locura alternante,
periódica, circular o en doble forma” (Berrios, 1996: 298-99). Este
proceso culminó con el concepto de Emil Kraepelin de “locura
maníaco-depresiva” que incluía la mayoría de las formas de trastornos
afectivos en el mismo espectro de diagnóstico. Tras seguir miles de
casos clínicos en Alemania, Kraepelin reclasificó todas las
enfermedades mentales conocidas en dos categorías principales:
demencia precoz (posteriormente rebautizada como esquizofrenia) y
depresión maníaca. En esta audaz reorganización, llamada síntesis de
Kraepelin, una de las categorías principales (demencia precoz) era una
enfermedad del intelecto; la otra (depresión maníaca) una enfermedad
de las emociones2. La síntesis de Kraepelin continúa estando vigente
1
Traducción de la versión original en inglés, “Interior Experience and Ethnographic
Fieldwork”, por Amaia Casares.
2
Berrios ha cuestionado cuál era el interés central de Kraepelin con respecto al campo
afectivo. La distinción de Kraepelin entre demencia precoz y depresión maníaca “parece
basarse en la distinción entre intelecto y afectividad respectivamente.” Pero junto a sus
criterios para el pronóstico de depresión maníaca, la herencia implicaba sólo la "presencia
118 EMILY MARTIN
4
Wolfe puede estar aludiendo al importante papel que Ted Turner jugó en el desarrollo
empresarial de Atlanta y su conexión con el trastorno bipolar.
120 EMILY MARTIN
etnográfico más al estilo del trabajo que había realizado en las aldeas
chinas de Taiwán años atrás, que al del trabajo de campo más reciente
realizado en los EE.UU. Participaría en los acontecimientos, los
observaría principalmente sin grabarlos y me lo pensaría muy
detenidamente antes de solicitar entrevistas. Tomaría notas al vuelo,
cuando fuera posible o si no, inmediatamente después de que se
produjesen los hechos. Es importante explicar cuáles eran mis
motivos. Algunos eran de tipo práctico: el estigma contra la
enfermedad mental es tan grande que el hecho de que yo conociese el
teléfono y dirección de alguien a quien yo necesitase hacer una
entrevista larga y confidencial, podría ser amenazante. Hay gente que
ha perdido sus trabajos y relaciones cuando esa información ha caído
en malas manos y por ello las y los participantes rara vez revelan sus
apellidos o direcciones en los grupos de apoyo. Para entender algo
como la locura, definida como “racionalidad” externa, necesitaría
aventurarme en terreno poco conocido, Mary Weismantel (2001).
2. SIGNIFICADO DE RACIONALIDAD
Si una persona es calificada de maníaco-depresiva, su racionalidad
queda cuestionada. Hay mucho en juego cuando alguien pierde la
condición de persona racional, ya que todo, desde la capacidad que
tiene para realizar su trabajo, enseñar a su alumnado, respetar la ley o
vivir con su familia, puede ponerse en duda. Desde la época clásica
hasta el siglo diecinueve, la locura se definía como la pérdida de las
funciones racionales, intelectuales. Platón y Aristóteles consideraban
la “razón” como la característica que definía a la especie humana, el
medio para alcanzar el conocimiento y el requisito previo a la libertad
ética. En ausencia o desaparición de la razón, el resultado era el error
y el mal: las “pasiones” desatadas serían el origen de los trastornos.
Sin embargo, las pasiones, como parte animal de los seres humanos,
servían de fuente de energía: por eso era importante que las emociones
estuviesen presentes, aunque reducidas y subordinadas, German
Berrios (1996)6. Para los griegos, cosas como los sueños, la pasión y
6
Para Platón y Aristóteles, según Berrios, "La ausencia o desaparición de la razón conduce
al error y el mal, siendo las ‘pasiones’ la principal fuente de perturbación y caos" (Berrios,
1996: 291). “En la cultura griega, la excitación afectiva que culminaba en irracionalidad era
Experiencia interior y trabajo de campo etnográfico 123
8
El estudio que Martha Nussbaum hace del papel de las emociones en la ley, relacionado
con las tradiciones occidentales derivadas de Aristóteles, aporta luz sobre cómo la ley está
dotada principalmente para tratar estados emocionales más corrientes (2004: 23ff).
126 EMILY MARTIN
necesitaba ese tipo de grupos. Dijo que los alumnos y alumnas con
ese tipo de problemas mentales graves no podrían responder a las
demandas intelectuales del entorno de Princeton, por lo que no había
necesidad de formar ningún grupo. En este marco social, si dices que
tienes depresión maníaca, seguramente serás catalogado de persona
afuncional, inferior a una persona plenamente racional. No le dije que
yo también tenía el diagnóstico porque en ese momento la admisión
de ese hecho parecía demasiado terrible como para hacerla pública.
¿Me juzgarían a mí también incapaz de ejercer mis funciones en
Princeton?
En las dos secciones siguientes, describo dos contextos en los que
exploré las experiencias que produce el vivir en ese gran tercer
espacio entre racionalidad e irracionalidad.
11
Cuando supe por mis colegas primatólogos de la NYU que ellos llamaban eye flash
(“destello ocular”) a una señal similar de “levantar la cabeza” entre primates no humanos,
adopté el término.
12
Algunos ejemplos: ¿Cuál es el colmo del pene? Tener un buen par de huevos y dar por
culo al gilipollas. ¿Por qué el ombligo de una rubia está amoratado después de practicar
sexo? Porque su novio también es “un poco cortito” (N. del T. = la palabra “blonde” en
inglés tiene el doble significado de “rubia” y de “poco inteligente”).
13
Me estoy inspirando en el concepto de doble voz de Mikhail Bakhtin: “En . . . la palabra
a doble voz, el sonido de una segunda voz es parte del proyecto de la expresión. De un
modo u otro, por una razón u otra, el autor hace uso ‘del discurso de otra persona para sus
propios fines insertando una nueva intención semántica en un discurso que ya posee y
132 EMILY MARTIN
retiene, un intención suya propia’” (Gary Morson y Caryl Emerson, 1990: 149).
Experiencia interior y trabajo de campo etnográfico 133
hacia acciones cuyo sentido era hacer comentarios sobre todos los
tipos de fenómenos que estaban manifestando. En cierto modo los
grupos mostraban un mensaje dirigido a ellos mismos—estaban tanto
actuando como observando—y en cierto modo el público, aunque no
literalmente presente, estaba formado por aquellos que comparten la
concepción convencional de la depresión maníaca. Reflexionar sobre
esos sucesos con el concepto de interpretación, nos ayuda a ver cómo
la separación entre lo racional y lo irracional flaquea y cambia.
Las situaciones en que personas etiquetadas de “irracionales” actúan
“racionalmente” sacan a la luz tanto la arbitrariedad de la
categorización racional-irracional como la poca nitidez de la
separación entre ambos. Un escéptico podría replicar que las personas
que viven con la etiqueta de maníaco-depresivas no hacen más que
moverse entre la lucidez y la confusión, pero sin perturbar la
separación entre lo racional y lo irracional. Un suceso acaecido en mi
trabajo de campo, en el que un doctor pidió a miembros de un grupo
de apoyo a la depresión maníaca de California que ayudasen a un
hombre esquizofrénico, ilustra con precisión que su posición sí
perturba la línea entre lo racional y lo irracional.
El grupo se reunió al atardecer, en una sala facilitada por un hospital
de la costa. La reunión había comenzado hacía algún tiempo cuando
entró Sam, un hombre a quien, según me habían dicho otros
miembros, habían diagnosticado con mucho acierto como
esquizofrénico, no maníaco-depresivo. Por las reuniones anteriores,
yo sabía que era inevitable que perturbase la rutina del grupo y que el
facilitador había intentado sin éxito hacerle asistir a un grupo NAMI,
que está más orientado a la esquizofrenia14. Cuando Sam entró y se
sentó, todos pudimos ver que tenía un corte importante en la cabeza.
Nos dijo que había tenido un accidente con su furgoneta; en realidad,
la había destrozado al chocarse contra una viga del techo del garaje y
había roto el parabrisas con la cabeza. Nos enseñó una carta que
había escrito al presidente en Washington, y comenzó a describir sus
planes para entregársela en persona, pero una enfermera y un
asistente con una silla de ruedas irrumpieron en la habitación y se lo
llevaron a la sala de urgencias. Algo después la enfermera volvió para
14
NAMI es la Asociación para los Enfermos Mentales.
Experiencia interior y trabajo de campo etnográfico 137
pedir que alguien del grupo fuese a hablar con el Dr. Torrance a la
sala de urgencias para “valorar” a Sam.
Cinco de nosotros, Erica, Larry, Michelle, John, y yo, bajamos a la
sala de urgencias para ver a Sam. El Dr. Torrance salió a la sala de
espera con Sam, y se quedó de pie junto a nosotros formando un
círculo. El Dr. Torrance era muy joven, no llegaba a la treintena, de
porte serio y con vestimenta de quirófano. Dijo a Sam, “¿Podemos
hablar abiertamente? ¿Hay algo que no deba mencionar? ¿Podemos
hablar con libertad, como hemos hecho en el cuarto piso (la sala de
psiquiatría)?” Sam asintió. El Dr. Torrance nos dijo que la cabeza de
Sam estaba bien, su lesión no presentaba problemas: “Lo único que
me preocupa es que me gustaría dejarlo marchar sabiendo que se
encuentra en situación segura. Hemos charlado largo rato, es evidente
que es muy inteligente, pero deberían saber que ayer salió del hospital
y me preocupa el hecho de que ahora se encuentra en medio de un
viaje a través del país en una misión presidencial. Puede pasar una
noche en casa de su hermano hasta que se recupere y consiga reparar
su coche, pero esto supone llevarlo hasta Misión Viejo.” Erica dijo
que ella tenía coche y podría llevarlo allí. “El hermano,” continuo el
Dr. Torrance, “dice que Sam puede quedarse allí, pero no de muy
buena gana, ya que justo acaba de conseguir que se independice y
esto supondría comenzar de nuevo todo el ciclo.” El Dr. Torrance se
quedó entonces callado y nos miró a todos atentamente. Lo imaginé
dándose cuenta de que acababa de pedir a un grupo de personas
integrantes de un grupo de apoyo a la depresión maníaca que le
ayudase a valorar la situación y se responsabilizase de una persona
esquizofrénica. Después nos preguntó repetidamente si podía confiar
en que cuidaríamos bien de Sam y nos aseguraríamos de que llegaría
a casa de su hermano.
Todos nos enfrentábamos en ese momento a una especie de problema
doble: si estábamos locos, no podíamos valorar ni cuidar de Sam,
pero si no lo estábamos quizás Sam tampoco lo estuviese. No
sabiendo qué más hacer, todos, incluido el Dr. Torrance, fuimos en
tropel al garaje para comprobar los daños ocasionados por el
accidente. El coche era una vieja furgoneta VW convertida en
autocaravana de fabricación casera. La furgoneta había sido pintada
en algún momento de rojo, pero el brillo había desaparecido y los
138 EMILY MARTIN
CONCLUSIÓN
Al final, mi pánico a no ser capaz de seguir las líneas racionales y
lineales de la entrevista fue sustituido por el asombro: asombro ante la
importancia de lo que no se dice, asombro ante lo que se puede
aprender de cosas socialmente reprimidas, asombro ante las nuevas
percepciones conseguidas al participar y observar la vida “en solución.”
BIBLIOGRAFÍA
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BERRIOS, German E. (1996) The history of mental symptoms:
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140 EMILY MARTIN
niña que tiene una experiencia de las personas como individuos más
que como personas que ejercen roles concretos, lo que lleva a unas
mayores identificaciones. Por el contrario el resaltar la
condescendencia, la maternidad, la amabilidad como medios para
conseguir objetivos está presente en orientaciones dirigidas a las
niñas. El niño va adquiriendo esas dotes que le llevan a apreciar el
éxito, a conseguir sus objetivos para buscar un espacio reconocido y a
mantener la distancia social y especialmente a cultivar la distancia
emocional que se requiere para el ejercicio de la autoridad (del Valle,
1987 Ibid.). La distancia emocional la entiendo en varios sentidos
como evitar las exteriorizaciones de sentimientos que aminoren el
impacto de los contenidos a transmitir así como impedir las fisuras a
que pueden dar lugar las manifestaciones de culpa, desconcierto,
inseguridad. Diferenciar el lugar que ocupa el que manda de aquel
sobre quien recae el mandato. Comunicar de manera efectiva para
evitar cuestionamientos Estas características pueden explicar el
monopolio universal del hombre sobre lo público y la fuerza que tiene
la vinculación de la mujer con la esfera de lo privado.
Esta reflexión sobre la relación entre socialización y la preparación
para el poder sí que se corresponde con la presencia dominante de los
hombres en la política y así recojo la reflexión de Dolors Comas
d’Argemir (2006: 16-19) en la que a partir de datos de mujeres en los
parlamentos de 187 países muestra que “La clase política es
masculina”. También cabe señalar que existe un abanico de
características atribuidas a las mujeres que se mencionan cuando se
argumenta a favor de los cambios que aportan las mujeres a la práctica
política. Y simultáneamente, muchas mujeres señalan que en la
actualidad para poder estar en el poder tienen que reproducir
cualidades que aparecen tradicionalmente en la cultura política
protagonizada por los hombres.
Blema Steinberg autora de Women in Power: The Personality and
Leadership Styles of Indira Gandhi, Golda Meir, and Margaret
Thatcher señala en una entrevista2 que la diferencia mayor entre
2
En McGill-Queen’s University Press Blog “Women on top”, Blema Steinberg analiza las
mujeres líderes de estado en Women in Power.
148 TERESA DEL VALLE
4. EL EXCEDENTE
Para las mujeres el nivel de exigencia es siempre mayor que el de los
hombres de ahí que García de León las denomine paradójicamente
“élites discriminadas” y correspondería a todas esas mujeres
profesionales de élite con independencia del área donde se lleve a
cabo su actividad (2004: 512) y de la especialización que represente:
política, profesión, empresa, universidad. Han tenido que pasar una
sobre elección semejante a cierto “darwinismo social” (Ibid.: 517) y se
las va a exigir un mayor rendimiento ya que como pioneras que son,
La cultura del poder desde y hacia las mujeres 151
lo que supone la administración del bien escaso más allá del ámbito
doméstico. No pretendo deificar cualidades femeninas ni masculinas
inherentes a las mujeres y a los varones ya que son producto de las
socializaciones desiguales de la naturalización sexista. Pero ello no
implica reconocer que puede haber tradiciones de gestión efectiva
realizada por las mujeres que aunque llevadas a cabo en el marco
familiar hayan sido muy positivas. Lo mismo de cualidades
desarrolladas que favorecen las implicaciones personales o que sirven
de base para el desarrollo de redes capaces de hacer que circulen
conocimientos, apoyos, trabajo articulado en torno a objetivos
concretos, transmisión generacional sin que ello implique atribuciones
naturalizadas. Es más, en muchos casos una puede identificar
cualidades desarrolladas por las mujeres como resultado de las
desigualdades por ejemplo en las responsabilidades mayoritarias del
cuidado que luego aparecen como cualidades descubiertas
recientemente y que se atribuyen al campo acotado como “inteligencia
emocional”. En la demostración de su efectividad para la gestión
empresarial no se indica su procedencia sino que parecen descubiertas
como resultado de estudios científicos.
5. LOS TUTELAJES
La transmisión de conocimientos es clave para el ejercicio del poder.
El hecho de alcanzar posiciones superiores en la política, en la
universidad, la empresa requiere atravesar muchas organizaciones y
barreras sociales, más para las mujeres que para los hombres. Se
originan las dificultades como resultado de la socialización, estigmas
y estereotipos y en su sentido más amplio en las estructuras de poder.
Un camino para enfrentarse a esas dificultades es el de acceder a una
persona que actúa de mentor/mentora en el camino de definir la
carrera profesional, áreas de interés, de especialización, la entrada en
nuevos campos como puede ser la política, el mundo universitario.
amplio y generoso.
El tutelaje de las mujeres combinó más campos: de visión, de
compromiso individual, de complicidades y en su conjunto ofreció
más matices. Tuvo en muchos casos una visión amplia de orientación
ya que abarcaba a su vez la transmisión de formas de cómo entendían
ellas la profesión científica o en el caso de una antropóloga, vinculaba
su tutelaje desde su puesto de prestigio en la universidad con
experiencias personales del trabajo de campo y de su trayectoria
académica. Entre mis coetáneas el tutelaje informal de una
historiadora y una científica de la salud combinaron a su vez pautas
culturales propias de la sociedad norteamericana necesarias para la
vida cotidiana y universitaria con la aportación científica. En el
aspecto científico me ofrecieron una crítica constructiva hacia mi
trabajo y una interlocución frecuente y estimulante. A mi vuelta a
Euskadi fue clave el tutelaje amplio de una mujer fuera del medio
académico que aportó su ayuda para situarme en Euskadi después de
una larga ausencia y rellenar lagunas de experiencias políticas durante
el franquismo. También reconozco el tutelaje de coetáneos pero ya
asentados en el mundo universitario que en Madrid, Barcelona me
proporcionaron conocimiento, apoyo, entrada en redes. Con el haber
de tantos años fuera de la estructura universitaria española fue clave el
tutelaje específico para llevar a cabo múltiples convalidaciones en
Barcelona y en Euskadi. Y en la Universidad del País Vasco/EHU
para presentarme a la primera plaza de Antropología Social ubicada en
la Facultad de Filosofía del campus de Gipuzkoa.
A vista de pájaro las dos experiencias geográficas y culturales de
tutelaje tienen distintos matices. La de Estados Unidos la relaciono
directamente con el campo del saber, con mi búsqueda y opción por la
antropología y con las experiencias multiculturales en la Universidad
de Hawaii y de manera específica en el East West Center ubicado en
su campus. Los de la vuelta a casa con mi ubicación en una situación
sociopolítica diferente y con un medio universitario desconocido para
mí así como en la inserción en redes profesionales nuevas. La
experiencia del tutelaje durante mi estancia en la Universidad de
Hawaii fue tan importante y efectiva que pensé desde ese momento
que una manera de devolver lo que había recibido iba a ser la de
158 TERESA DEL VALLE
alguien que detenta poder de esta forma tenga que ser ratificada, y si
no es ratificada, esa decisión permanezca simplemente en los
márgenes de lo relativamente opinable, es decir, se convierta en una
protodecisión y no justamente en decisión.” (Ibid.: 16). Es decir que la
palabra de poder de una mujer deba ser repetida por un hombre. El
resultado de esa falta de poder conlleva que no pueda ser transferido.
Por ello es importante reflexionar acerca del tutelaje que transfiere
conocimiento específico y aquel conocimiento relacionado con el
acceso al poder sin que en ninguno de los dos casos sea necesaria la
ratificación ya que por ello podrá ser a su vez transferido por la
persona, personas que lo reciban y ejercerlo en una tarea continua que
pueda llegar a establecer genealogías. El tutelaje reconocido reafirma
la individuación tal como la entiende Amorós (2005: 101-109) Se trata
de procesos importantes que afectan de una manera más directa al
tutelaje ejercido desde las mujeres y hacia las mujeres y desde las
mujeres hacia los hombres y que llevan implícito el enunciado y la
práctica de nuevas socializaciones. Y la experiencia tanto de hombres
como de mujeres que recibieron la ayuda de mentores los hará
extensibles a las generaciones más jóvenes.
Es de esperar que en la medida que más mujeres estén en dicho
campo, los tutelajes serán más fluidos como expresión de la
ampliación de lo que ahora pueden considerarse fisuras en el sistema
de género.
CONCLUSIONES
El hilo conductor de este texto es que el poder tiene que dejar de ser
un ejercicio de dominación para pasar a ser un campo de reflexión y
actuación donde sea posible las individualidades que potencian y
empoderan en la articulación de la persona con el medio social. De ahí
la importancia que he dado al análisis de los mecanismos que
contribuyen al poder y o al no poder por su correlato con la visibilidad
y o invisibilidad estructural y cultural. Se desarrollan en contextos
172 TERESA DEL VALLE
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Consejería de la Presidencia, pp. 15-31.
La cultura del poder desde y hacia las mujeres 175
2
Desde la metodología y análisis del cine etnográfico se ha hecho una interesante reflexión
sobre la representación de la alteridad cultural, así como la producción y recepción de los
productos audiovisuales (Ardèvol, 2006).
Construyendo imaginarios, identidades, comunidades… 185
4
La publicidad está incorporando los incipientes cambios que afectan a la concepción de la
masculinidad, por ejemplo, en coherencia con la diversificación de los mensajes que se
dirigen a audiencias fragmentadas.
194 DOLORS COMAS D’A RGEMIR
5)5. Una de ellas, Tele-5, lo hizo en 104 ocasiones, incluyendo las que
proyectaba insaciablemente como fondo de una tertulia. Puede
deducirse fácilmente que esta sobreexposición del vídeo iba más allá
de la intención de informar y que era un recurso sensacionalista para
atraer la atención del público. Y aunque algunos medios pensaron que
ésta era una forma de denunciar el racismo, desde el CAC se invitó a
reflexionar sobre la incidencia en la opinión pública de la reiteración
excesiva de unas imágenes que vinculan violencia física con personas
inmigradas y con mujeres, porque en lugar de contribuir a luchar
contra el racismo y el sexismo pueden tener el efecto contrario,
reafirmando determinados prejuicios y reforzando los tópicos y
estereotipos que identifican la población inmigrada con los desórdenes
sociales, aunque se sea víctima de los mismos, e incluso contribuyen a
trivializar los hechos.
Por consiguiente, los inmigrantes no aparecen sólo como problema en
los medios; también lo hacen como víctimas. La llegada en pateras, la
explotación, el desarraigo, las colas interminables en las oficinas de
regularización, los muros, la prostitución, las agresiones racistas, las
expulsiones, las denuncias efectuadas por ONGs, son noticias que
aparecen frecuentemente en los medios de comunicación relacionadas
con inmigrantes. Y éstas predominan sobre las que subrayan las
aportaciones de la inmigración a la economía, al trabajo, al
sostenimiento de la seguridad social, al incremento demográfico, al
cuidado de niños y ancianos, etc., que sólo aparecen en momentos de
determinados debates públicos.
La victimización, además de reforzar tópicos y estereotipos, tal como
he comentado, revierte contra los propios inmigrantes, dificultando su
construcción como sujetos, como actores sociales y protagonistas de
lo que están viviendo. Tiene además un efecto no buscado, que es
5
El informe realizado por el CAC (2007b) se centró en el análisis de los informativos y
magazines de las televisiones referenciadas. En él se señalan los excesos e irregularidades
cometidas en algunos casos (como identificar al testimonio, o no proteger la identidad de la
menor) y se constata que las televisiones públicas mostraron una mayor contención que las
privadas en la utilización de recursos sensacionalistas, y que recurrieron en mayor medida a
expertos para analizar el tema. La enorme presión mediática que hubo en torno a este caso
y el excesivo protagonismo que algunos medios otorgaron al agresor motivó la protesta de
la Asociación de la Prensa de Madrid y del Colegio de Periodistas de Cataluña, así como
del Tribunal de Justicia de Cataluña, por ver interferida la labor judicial.
200 DOLORS COMAS D’A RGEMIR
del extranjero que hace los trabajos más penosos o peor pagados y que
es fuente de problemas. ¿Sería ésta una visión distanciada de la
realidad? No exactamente. Lo sería desde un punto de vista
sociológico, pero sí correspondería en cambio a un punto de vista
hegemónico.
No solamente las mujeres y las personas procedentes de la
inmigración están subrepresentadas en los medios, también son objeto
de una perspectiva minusvalorizadora y a veces descualificadora. Lo
que se proyecta responde, de hecho, a una discriminación positiva de
los hombres autóctonos y refleja de forma bastante realista el estado
de las relaciones sociales y de las discriminaciones en España.
Debemos plantearnos, y la antropología puede suministrar útiles
análisis al respecto, hasta qué punto nuestras sociedades están creando
las condiciones para integrar la diversidad. Hay que pensar y actuar en
un marco nuevo, en unas democracias diferentes, en unas sociedades
que han experimentado grandes mutaciones, porque las desigualdades
de clase asociadas al trabajo se han modificado, y a su vez han
aparecido nuevos actores sociales, que reivindican sus derechos y
configuran una sociedad cada vez más diversa y plural. No estamos
predispuestos “naturalmente” a convivir con la diversidad (distintas
generaciones, hombres y mujeres, personas con distinta cultura y
distintas prácticas religiosas, personas con discapacidades) y llegar a
hacerlo implica un recorrido de negociaciones y constante
aprendizaje.
Las experiencias de las mujeres y el feminismo aportan los elementos
del cambio cultural necesario para integrar la diversidad, pues la
perspectiva de género ha dado centralidad a estos principios, haciendo
compatibles el valor de la diferencia y el de la igualdad.
Efectivamente, las mujeres han llevado a cabo una revolución social
acumulativa que ha implicado cargar a la vida privada de significado
político, cambiar sus condiciones y transformar desde ella el espacio
público. Se rompe con ello la simplificación de tener como universo y
perspectiva predominante la del hombre para introducir un panorama
de mayor complejidad, de más matices, que supera las dicotomías
discriminadoras de público-privado, superior-inferior, masculino-
femenino, mezclando la esfera pública y la privada, y dando valor a la
204 DOLORS COMAS D’A RGEMIR
diferencia.
La nueva inmigración, por su parte, obliga a interrogarnos sobre
nosotros mismos y sobre la necesidad de repensar la sociedad y la
democracia desde la coexistencia de sistemas de valores muy
diferentes. De nuevo la necesidad de incorporar el reto de la
diversidad.
Hoy los medios transmiten unas referencias y unos valores que son los
hegemónicos, y quien participa del orden de valores predominantes no
suele ser consciente de hasta qué punto lo son, y especialmente de que
sean predominantes respecto a y por encima de otras personas (las
mujeres, los inmigrantes). Y si quienes tienen la hegemonía no se
cuestionan nunca a ellos mismos, los demás sólo pueden interactuar
socialmente aceptando la sumisión, quedando permanentemente fuera
o confrontándose. Si no hay presión, si los actores sociales no
empujan, difícilmente se cede poder. Los medios de comunicación
son justamente una arena donde se dirimen y se reflejan los conflictos
de definición entre actores sociales en relación al orden social o
cultural establecidos. Y son al mismo tiempo un instrumento básico de
integración: en un contexto de pluralidad, de fragmentación, se
requiere la cohesión que suministran las referencias compartidas, y en
este punto la responsabilidad de los medios de comunicación es
fundamental.
Una mayor visibilidad en los medios de quienes hoy están
subrepresentados no implica necesariamente su reconocimiento
político, ni su desestigmatización. Una mayor presencia (de las
mujeres, de la población inmigrada) debe ir asociada a una política de
representaciones, desde un análisis de las relaciones de poder en las
relaciones sociales, unas representaciones que traduzcan las
aportaciones diferenciales en un contexto de pluralismo. Las
informaciones, la publicidad, los programas de ficción o de
entretenimiento contribuyen a producir imaginarios colectivos. Y hay
razones para pensar que la transformación del imaginario social no se
producirá sin conflictividad, pues, como he venido insistiendo, la
construcción de imaginarios sociales y de identidades tiene una
dimensión política y es fruto de conflictos sociales y culturales entre
los sectores implicados.
Construyendo imaginarios, identidades, comunidades… 205
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Buenos Aires. Amorrortu
208 DOLORS COMAS D’A RGEMIR
INTRODUCCIÓN
Todo empezó por la alarma en torno a crímenes contra niñas y
mujeres en Ciudad Juárez hace más de quince años. Del horror y la
consternación surgieron la denuncia y la exigencia de justicia. A
pesar de ello, pasó el tiempo y no hubo una respuesta satisfactoria
por parte de las autoridades. Surgieron organizaciones de apoyo a
familiares de las víctimas y de lucha frente a la violencia contra las
mujeres, así como grupos de atención a víctimas que se manifestaron
con fuerza como parte de movimientos civiles en defensa de los
derechos humanos y de los movimientos de mujeres y feminista. A
pesar de todo, los homicidios han continuado. De la denuncia local se
pasó a la nacional y desde entonces, Ciudad Juárez es conocida en el
mundo por los crímenes de niñas y mujeres, mediante intensas
campañas para abatir la impunidad que los han acompañado.
El feminicidio ha trascendido las fronteras mexicanas porque, con
legítimo derecho, las organizaciones directamente vinculadas al
proceso de justicia y al movimiento, han recurrido a organismos
internacionales civiles e institucionales. Se han pronunciado al
respecto, Amnistía Internacional, la Corte Interamericana de Derechos
Humanos, el Parlamento Europeo, congresos de países europeos,
como el Congreso de los Diputados de España, además del Congreso
de los Estados Unidos, ayuntamientos de localidades de diversos
países, ongs, redes de mujeres y muchos más. En su última visita al
país, la Alta Comisionada para los Derechos Humanos de la ONU,
1
Una versión preliminar de este ensayo me fue solicitada por la Secretaría de Estado de
Cooperación Internacional para el libro Nuevas líneas de investigación y mecanismos de
conocimiento, de la Serie Universidad, Género y Desarrollo, Universidad Autónoma de
Madrid (en prensa).
210 MARCELA LAGARDE Y DE LOS RÍOS
2
La Jornada, marzo, México, 2008.
3
Recomendaciones hechas al gobierno de México por organismos nacionales e
internacionales en torno del feminicidio. Publicación en DVD, Comisión Especial para
Conocer y Dar Seguimiento a las Investigaciones Relacionadas con los Feminicidios en la
República Mexicana y a la Procuración de Justicia Vinculada, H. Congreso de la unión,
Cámara de Diputados LIX Legislatura, México, 2006.
Antropología, feminismo y política: Violencia feminicida y derechos humanos… 211
2. APROXIMACIONES
En los medios y entre las organizaciones circulan explicaciones
emanadas de diversas ideologías, de distintos grados y niveles de
conocimientos y de información, tanto periodísticos como académicos
212 MARCELA LAGARDE Y DE LOS RÍOS
y políticos.
Se ha especulado a partir de visiones criminalísticas en las que
predominan hipótesis sobre la condición de los agresores como
asesinos seriales; siquiátricas, que los conciben como enfermos
mentales, sicóticos, como locos; psicoanalíticas y semióticas que
plantean los crímenes y a los criminales como parte de un sistema de
comunicación y de poder de pertenencia entre fratrías y formas de
control totalitario de cuerpos y territorios4.
Hay también análisis sociológicos y antropológicos que analizan los
crímenes en el marco fronterizo y ponderan la situación económica
incluso de clase y de poder, tanto de las mujeres víctimas como de
los victimarios y de la zona, así como el impacto del TLC y las
maquilas en el crecimiento desorganizado socialmente, la
marginación y la pobreza5; o en la coincidencia del establecimiento
del llamado cartel de Juárez y el inicio de los crímenes. Finalmente,
las visiones culturalistas que, en combinación con algunas
explicaciones anteriores, ponen el acento en la cultura machista y
misógina propia de una supuesta identidad esencial mexicana.
Algunos puntos de vista son simplistas y tradicionales y otros más
evolucionados, documentados y complejos. Los primeros han
contribuido a generar mitos fantásticos y los segundos han hecho
contribuciones muy importantes al conocimiento científico, profundo
y complejo no sólo de la violencia sino de su relación con la
organización social patriarcal y con el poder patriarcal6. Algunos
4
Véase Rita Laura Sagato: La escritura en el cuerpo de las mujeres asesinadas en Ciudad
Juárez, Universidad del Claustro de Sor Juana, México, 2006. Las estructuras elementales
de la violencia. Prometeo/3010, Universidad Nacional Ouilmes, Buenos Aires, 2003.
5
Washington, Diana: La cosecha de mujeres. Safari en el desierto mexicano. Océano,
México, 2005.
6
Parte de los trabajos de investigación de Patricia Ravelo sirvieron de base al texto:
Violencia feminicida en Chihuahua. Es parte de Violencia feminicida en 10 Entidades de la
República Mexicana., de la Comisión Especial para Conocer y Dar Seguimiento a las
Investigaciones Relacionadas con los Feminicidios en la República Mexicana y a la
Procuración de Justicia Vinculada , H. Congreso de la Unión, Cámara de Diputados, LIX
Legislatura, México, 2005. Son relevantes también los trabajos de Julia Estela Monárrez
Fragoso, La cultura del feminicidio en Ciudad Juárez, 1993-1999; Frontera Norte, Vol.12,
no.23: 87-111; Feminicidio sexual serial en Ciudad Juárez: 1993-2001, Debate feminista,
año 13, Vol. 25, México 2002; Elementos de análisis del feminicidio sexual sistémico en
Antropología, feminismo y política: Violencia feminicida y derechos humanos… 213
Ciudad Juárez para su viabilidad jurídica. En: Comisión Especial para Conocer y Dar
Seguimiento a las Investigaciones Relacionadas con los Feminicidios en la República
Mexicana y a la Procuración de Justicia Vinculada: Feminicidio, justicia y derecho, H.
Congreso de la Unión, Cámara de Diputados, LIX Legislatura,, México, 2005. Monárrez,
Julia E..y César M. Fuentes: Feminicidio y marginalidad urbana en Ciudad Juárez en la
década de los noventa,. En Torres Falcón Marta: Violencia contra las mujeres en contextos
urbanos y rurales, 43-70, El Colegio de México, 2004.
7
González Rodríguez, Sergio: Huesos en el desierto. Anagrama, Barcelona, 2002.
214 MARCELA LAGARDE Y DE LOS RÍOS
3. ¿QUÉ ES EL FEMINICIDIO?
Como antropóloga feminista fui llamada por colegas feministas
involucradas en el esclarecimiento de los casos y en la justicia, para
contribuir a explicar, desde esa perspectiva, al análisis de los sucesos
Antropología, feminismo y política: Violencia feminicida y derechos humanos… 215
5. LA INVESTIGACIÓN DIAGNÓSTICA
En cuanto al conocimiento del problema, la Comisión realizó un
Antropología, feminismo y política: Violencia feminicida y derechos humanos… 219
4
niñas y mujeres
fueron asesinadas cada día12
más de 6000
niñas y mujeres fueron asesinadas
en 6 años, entre 1999-2005
Por lo que es posible deducir más de 1000 niñas y mujeres son
asesinadas cada año en México y la situación no ha cambiado.
11
Investigación diagnóstica sobre violencia feminicida en la República Mexicana, 13
tomos, y la Geografía de la violencia feminicida 1 tomo. Comisión Especial para Dar
Seguimiento a los a las Investigaciones Relacionadas con los Feminicidios en la República
Mexicana y a la Procuración de Justicia Vinculada, Cámara de Diputados, LIX Legislatura,
México, 2006.
12
Esta cifra y la anterior tienen como fuente INEGI / SSA.
220 MARCELA LAGARDE Y DE LOS RÍOS
15
Abatir la mortalidad es uno de los objetivos del milenio y por ende uno de los
indicadores del desarrollo con perspectiva de género. Los objetivos de desarrollo del
milenio en América Latina y el Caribe, Retos, acciones y compromisos. Washington, D. C.
, 2004.
16
Tasa cuatro veces mayor que la más baja que es Yucatán con 0.560.
226 MARCELA LAGARDE Y DE LOS RÍOS
homicidio.
Ernestina Ascensión Rosario , mujer náhuatl, anciana de 73 años
originaria de Tetlancingo, en la Sierra de Zongolica, Veracruz, el 25
de febrero de 2007, fue encontrada, por sus hijos maniatada y
gravemente herida. En su larga agonía que duró horas en el hospital,
relató que fue golpeada, maniatada y violada por cuatro militares del
Ejército Mexicano. Ernestina falleció la mañana del lunes. El informe
médico forense detalla que murió por fractura de cráneo, hemorragias
internas y sangrado anal propiciado por una penetración múltiple.
Hasta la fecha sigue sin esclarecerse este gravísimo caso en que las
condiciones de la víctima mujer, anciana, indígena casi monolingüe,
campesina pobre, civil pacífica, fue violentada por militares de
manera tumultuaria en un camino vecinal,. Pero el caso no queda ahí.
Al poco tiempo el Presidente de la República, sin competencia
constitucional para hacerla de ministerio público, declaró que la
indígena murió de gastritis, en un burdo esfuerzo por exonerar a los
militares.
Al mismo tiempo, se sucedían acciones de familiares, de la comunidad
y de organizaciones campesinas e indígenas regionales exigiendo
justicia. En ese ambiente y con la declaración del Presidente de por
medio, intervino la Comisión Nacional de Derechos Humanos y sin
tener funciones de ministerio público, objetó el informe forense de la
autopsia y el dicho de la Procuraduría General de Justicia del Estado
de Veracruz, y sostuvo tras una segunda autopsia, la palabra del
Presiente e informó que la señora Ascensión murió de gastritis y otras
enfermedades de la pobreza. Como si, además de todo, fuese
aceptable que muriera de enfermedades de la pobreza normalizadas.
En este caso, como en otros más, convergen en el hecho violento,
diversos tipos y modalidades de violencia vivida por la señora
Ascensión: física, sexual, psicológica, así como institucional y
feminicida.
La colusión que va desde los soldados hasta quien funge como
Presidente de la República y pasa por el organismo encargado de velar
por los derechos humanos y defender a las personas de actos de la
autoridad que los violenten, implica una total impunidad que
230 MARCELA LAGARDE Y DE LOS RÍOS
22
Masnier, Bénédicte: Cuando las mujeres hayan desaparecido. Feminismo, Cátedra,
2007, Madrid.
232 MARCELA LAGARDE Y DE LOS RÍOS
23
Celia Amorós analiza la política patriarcal derivada de la identificación entre varones y
234 MARCELA LAGARDE Y DE LOS RÍOS
sus pactos seriales patriarcales, entre otros, el de exclusión de las mujeres que implica, de
hecho una violencia y fundamenta otras formas de violencia contra las mujeres. Amorós,
Celia: Violencia y pactos patriarcales. En: Maquieira, Virginia y Sánchez, Cristina:
Violencia y sociedad patriarcal, 39-53, Pablo Iglesias, 1990, Madrid.
Antropología, feminismo y política: Violencia feminicida y derechos humanos… 235
7.2. Feminicidio
“El feminicidio es una de las formas extremas de violencia de género
está conformado por el conjunto de hechos violentos misóginos contra
las mujeres que implican la violación de sus derechos humanos,
atentan contra su seguridad y ponen en riesgo su vida. Culmina en la
asesinato de algunas niñas y mujeres. Hay infinidad de sobrevivientes.
El feminicidio se consuma porque las autoridades omisas, negligentes
o coludidas con agresores, ejercen sobre las mujeres violencia
institucional al obstaculizar su acceso a la justicia y con ello
contribuyen a la impunidad. El feminicidio conlleva la ruptura parcial
del estado de derecho, ya que el Estado es incapaz de garantizar la
vida de las mujeres, de respetar sus derechos humanos, de actuar con
legalidad y hacerla respetar, de procurar y administrar justicia, y
prevenir y erradicar la violencia que lo ocasiona. El feminicidio es un
crimen de Estado” (ML).
24
Las categorías aquí citadas fueron la base para crear las categorías jurídicas que se
encuentran en la Ley General de Acceso de las Mujeres a Una Vida Libre de Violencia,
vigente en México desde el 2 de febrero del 2007.
236 MARCELA LAGARDE Y DE LOS RÍOS
25
Esta tipificación del feminicidio se encuentra en: Ley General de Acceso de las Mujeres
a Una Vida Libre de Violencia y tipificación del feminicidio como delito de lesa
humanidad. Iniciativas aprobadas por la H. Cámara de Diputados. Comisión Especial
para Conocer y Dar Seguimiento a las Investigaciones Relacionadas con los Feminicidios
en la República Mexicana y a la Procuración de Justicia Vinculada. Cámara de Diputados
del H. Congreso de la Unión. LIX legislatura, México, 2006.
Antropología, feminismo y política: Violencia feminicida y derechos humanos… 237
26
La Ley concretó jurídicamente un gran paso para enfrentar la violencia contra las
mujeres. En el Dictamen de su aprobación se señala que se trata de ”…. la primera ley en
Iberoamérica que desde la perspectiva de género y de los derechos humanos de las mujeres,
desarrollo las diferentes modalidades de la violencia: violencia en la familia, violencia en la
comunidad, violencia laboral, violencia docente, violencia institucional y violencia
feminicida, además de que establece los mecanismos de erradicación de cada una de ellas”.
238 MARCELA LAGARDE Y DE LOS RÍOS
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Antropología, feminismo y política: Violencia feminicida y derechos humanos… 239
JOSEBA ZULAIKA
Centro de Estudios Vascos. Universidad de Nevada
conlleva una densidad de deseo tal que rompe las normas ordinarias
de reciprocidad. Nuestro vecino es de pronto un “extraño” con el que
tenemos que convivir diariamente y al que no podemos entender. La
responsabilidad ética hacia ese vecino cambia radicalmente cuando
aceptamos que un aspecto intrínseco de su persona es el exceso de su
deseo inconsciente.
Más allá de las relaciones de vecindad, también el entendimiento de la
cultura cambia drásticamente desde esta perspectiva. En palabras de
Slavoj Zizek, “‘Entendemos’ una cultura ajena de forma efectiva
cuando podemos identificar sus puntos de fracaso: cuando somos
capaces de discernir no el significado oculto positivo, sino más bien el
punto ciego, el punto muerto que la proliferación de significados
intenta ocultar” (Zizek, 1997:50). Un multiculturalismo fácil ignora
precisamente este núcleo traumático del otro. Un ejemplo de
semejantes puntos ciegos en la situación cultural vasca actual sería los
famosos alardes de Hondarribia e Irún que dividen a dos pueblos de
forma radical y violenta en base a argumentos anclados en la tradición
y la ley; ningún argumento del otro bando hará que uno cambie de
opinión. No digamos nada sobre el punto muerto sistemático de la
política vasca en base a argumentos de identidad cultural e histórica.
Entendemos a esta sociedad cuando llegamos a ver por qué el punto
muerto de su política es insuperable. Es decir, “no deberíamos
concentrarnos en su forma específica (en la peculiaridad de “sus
costumbres”, etc.); más bien deberíamos intentar abarcar lo que elude
su comprensión, el punto en el cual el Otro está en sí dislocado, no
cogido por su ‘contexto específico’… Entiendo al Otro cuando caigo
en la cuenta de cómo el problema que me estaba molestando a mí (la
naturaleza del secreto del Otro) está también molestándole al Otro
mismo. La dimension del Universal emerge así cuando dos
carencias—la mía y la del Otro—coinciden” (Zizek, ibid.). Esto nos
lleva a diferenciar entre la responsabilidad de conocer a otras mentes
y la responsabilidad de sin más renococer la existencia de otras
mentes en su impenetrabilidad enigmática mientras se hallan inmersas
en fantasías que señalan los impasses de su deseo (Santner, 2001:23).
Estas fantasías muestran a menudo la paradoja del superego que,
como en el caso del radicalismo político vasco, se aferra a las normas
de la comunidad primaria a base de transgredirlas porque, “lo que
Etnografías del deseo: bases teóricas 251
‘mantiene juntos’ a una comunidad más fuertmente no es tanto la
identificación con la Ley que regula el circuito ‘normal’ diario de la
comunidad, sino más bien la identificación con una forma específica
de transgresión de la Ley, de la suspension de la Ley (en términos
psicoanalíticos, con una forma específica de goce)” (Zizek, 1994:55).
En esta perspectiva psicoanalítica, el superego es la agencia obscena
que ordena la transgresión como forma específica de placer.
Tal vez haya que postular que hay comunidades selectas cuyo
comportamiento excluyente expresa una estructura deferente de deseo.
En opinión de Rosenzweig, éste es el caso de los judíos que, como
resultado de la pérdida de la patria y deterritorialización de la
diáspora, carecen de los lazos ordinarios a las cosas que constituyen
los objetos libidinales primarios para hacer de la tierra soñada de la
promesa algo “sagrado”, es decir, algo que se desea de forma
incondicional, infinitizada. “Para Rosenwig, esta infinitización del
deseo es en el fondo la afirmación de un impasse fundamental, una
negativa a llegar a un arreglo con respecto al impedimento interno del
deseo” (Santner, 2001:110). El problema de ciertas comunidades que
se sienten elegidas es que se encuentren dislocados con respecto a los
tiempos actuales. Su problema radica en la estructura propia de un
deseo infinitizado.
4. DESEO Y VIOLENCIA
¿Es el fenómeno contemporáneo del terrorismo algo más que
discurso? ¿No sucede con el terrorismo lo que sucede con el set lógico
de Frege, es decir, que el mero hecho de contar hace que existan los
componentes del set? Esta sospecha ha suscitado a menudo la
pregunta de si existe en el terrorismo algo que no sea mero discurso,
algo que vaya más allá del mero nombrar y contar. Desde la
perspectiva del deseo existen ciertamente objetos reales en la
subjetividad del terrorista que van más allá del discurso. De esta
forma, la comprensión del fenómeno contemporáneo del terrorismo
requiere, más allá de la tabuización de esa forma de subjetividad,
saber leer la conexión profunda entre deseo y violencia.
Escribir sobre terrorismo implica tener que enfrentarse a un elemento
252 JOSEBA ZULAIKA
Lo que debe ser tenido en cuenta es la lógica paradójica del deseo por
el cual la ausencia se vuelve exceso y por la cual la interpretación
establecerá lo que la evidencia significa (éxito o fracaso, martirio o
catástrofe). La premisa de que la interpretación es obra del deseo
implica la aceptación de que uno no lo sabe todo, de que la evidencia
no nos dice cómo deber ser leído. Sólo con la ayuda de la intrusión del
deseo de uno mismo puede el análisis interpretar lo que los datos nos
están proporcionando. El deseo del nativo, su real lacaniano, sólo
puede ser entendido a través del deseo del etnógrafo. También en la
etnografía, como en la ficción detectivesca, no es la evidencia la que
debe ser tomada literalmente, como lo hace el policía que mira a la
literalidad de los hechos, sino que más bien “el deseo debe ser tomado
literalmente” (ibid., 178). Intrínseco al deseo es la ruptura interna que
resulta de la ausencia de un significante final y que exige
interpretación. Para entender lo que sucede en una corrida de toros, un
campo de futbol, una iglesia, o en la violencia política, el etnógrafo
tiene que empezar por contemplar la lógica del deseo, según la cual la
ausencia se vuelve exceso. Esto require tomar al sujeto cultural como
un lugar autónomo de investigación y no como mero reflejo de las
relaciones de poder o como sedimento de fuerzas históricas y sociales.
El deseo del sujeto habla y escribe en el lenguaje diario, pero sus
proposiones más significativas se caracterizan a menudo por la
insuficiencia del lenguaje para decir la verdad entera, tales como se
desprenden de la disposición del terrorista al suicidio. En otras
palabras, el deseo puede registrarse negativamente en el discurso a
base de negarse a hablar o razonar (ibid., 14).
El discurso del amante está íntimamente relacionado con el deseo.
Roland Barthes describe este discurso del sujeto amoroso sumergido
en su realidad hipnótica como de extrema soledad y abandono. El
mundo nunca podrá entender la locura del amante, siempre a la espera
del objeto amado en un estado absurdo de animación suspendida, el
exceso emocional subjetivo que no puede esconder y que le hace estar
dispuesto a abrazar incluso la muerte. El análisis del deseo amoroso
nos lleva a la paradoja del amante: tiene que tapar con una máscara de
discreción la pasión interna que le devora al mismo tiempo que tiene
que señalar con el dedo a la máscara que oculta el exceso interior y
que demanda un espectador obligado para la oblación amorosa
Etnografías del deseo: bases teóricas 255
(Barthes, 1978:42-43).
Para amantes, terroristas, y otros sujetos atormentados por los excesos
pasionales o espirituales de la subjetividad, el lenguaje mismo se
convierte en máscara. Tenderán a crear códigos secretos para ocultar
sus mensajes y silenciar sus intenciones verdaderas. La enormidad de
sus deseos requiere un lenguaje de decepción. Como ha quedado
ampliamente probado por la miopía contraterrorista americana, nada
más engañoso que una lectura literal de sus mensajes crípticos. Se
necesitan las técnicas del detective que utiliza la propia subjetividad
para desenmascarar el deseo del actor. Si las palabras pueden engañar
fácilmente, no así los cuerpos que dan cabida a los deseos y
ansiedades del sujeto. Una razón fundamental por la que la
antropología cultural ha prestado tanta atención al ritual es
precisamente, como argumentó Roy Rappaport (1979), para evitar las
decepciones del lenguaje. A base de eliminar el engaño y la
ambiguedad del lenguaje, el ritual pretende restaurar la verdad. En
algunos aspectos fundamentales el ritual es performativo y por tanto
no-verbal. Su acción se reduce a señalar de forma indéxica o icónica
la verdad de una situación. El uso del lenguaje mismo es peformativo
en semejante contexto ritual.
Lo que aparece como más llamativo en el terrorismo jihadista después
de septiembre 11 del 2001 es la aceptación de la auto-inmolación
suicida del activista. La disposición a morir siempre ha estado
presente en grupos armados revolucionarios pero el componente
suicida no era el elemento primario de toda la estrategia. El suicidio
como decisión primaria, y con aviones llenos de pasajeros utilizados
como misiles contra edificios, deja claro que no cabe negociación,
metalenguaje entre ambas partes. ¿Cómo leer semejante mensaje
cuando el que lo lanzó ya no está allá para responder? Nos sentimos
indefensos ante semejante decisión del activista dispuesto a inmolarse
a sí mismo y a nosotros. Nada nos aterroriza más que la estructura del
deseo del suicida armado que contradice todas nuestras expectativas
de actuación.
Las explicaciones convencionales del fenómeno del terrrorismo
suicida inciden, como resume Robert Pape (2005), en el fanatismo
religioso, los desajustes psicológicos, el aislamiento social, la pobreza,
256 JOSEBA ZULAIKA
toma toma cuerpo la idea del Estado. En este sentido, el Estado es una
idea reificada, una ilusión colectiva, una red de relaciones de poder
enmascarada como un interés público único, y no necesariamente un
sujeto político unificado. Semejante “magia del Estado”
(Taussig,1997) se basa últimamente en el “poder de una ficción” que
mistifica las relaciones desiguales entre las varias clases y grupos
nacionales. Para los antropólogos en particular, este carácter fictivo de
la ideología estatalista funciona como un poderoso fetiche. Semejante
fantasía es una realidad psíquica en sí misma, “la categoría extraña de
lo objetivamente subjetivo”6. Cuando este fetiche poderoso de la
fantasía del Estado se sobresatura “con la fuerza de una ley sin
significación”, adquiere, en opinión de Aretxaga, “la capacidad de
llevar a la gente a la locura” (Aretxaga, 2005:266). Esto sucede en
particular cuando analizamos las realidades biopolítias que se derivan
de la paradoja de la soberanía que el Estado se arroga para sólo a sí
mismo y que Giorgio Agamben ha resumido en la fórmula: “Yo, el
soberano, que estoy fuera de la ley, declaro que no hay nada fuera de
la ley” (Agamben, 1998:15).
La radicalidad política de grupos como ETA y las paradojas a las que
están sometidas las aspiraciones de nacionalidades sin estado hay que
entenderlas en el contexto de los enigmas laberínticos que presenta la
forma del Estado. En palabras de Aretxaga, el recurso a la violencia
auto-destructiva de grupos como ETA “puede ser la expresión de algo
intrínsecamente loco, o enloquecedor, en la forma misma del estado-
nación. Yo argumentaría que hay algo profundamente desequilibrado
en la forma hegemónica de la política moderna que engendra una
tensión constante entre la lógica de la nacionalidad como comunidad
utópica, fraternal sostenida por actos imaginarios de identificación, y
la práctica de la estatalidad como la fuerza de la ley sostenida por
múltiples relaciones de poder” (Aretxaga, 2005:253). El recurso al
terrorismo es una forma de expresar la incapacidad de superar estas
exigencias conflictivas que derivan de una identidad nacional sin
Estado experimentada como intrínsicamente incompleta y sin solución
aparente de resolución en el futuro.
“No existe el gran Otro”, dice la famosa frase de Lacan. Al hablar del
7 Ver Slavoj Zizek, The Ticklish Subject: The Absent Cetrer of Political Ontology (London:
Verso, 1999); versión en castellano: El espinoso sujeto: El centro ausente de la ontología
política (Buenos Aires: Paidos, 2003), capítulo 6.
260 JOSEBA ZULAIKA
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276 JOSEBA ZULAIKA