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Las primeras proyecciones sobre el comportamiento de la economía venezolana prefiguran una

mejoría en los datos macroeconómicos, aunque no están muy claras las razones que justifican esta
reversión de la tendencia recesiva que se evidencia en el país.

La firma de análisis económico-financiero, Ecoanalítica, previó, de cara a los mercados de América


Latina, que la economía venezolana crecerá 1,3% en 2015, después de una contracción de -2,6% al
cierre de 2014. Quizás, los analistas de esta empresa tienen algún grado de confianza en la
posibilidad de que el Ejecutivo, por fin, tome medidas de ajuste que desentraben el desempeño de
la economía.

Sin embargo, en un reporte para la Alianza Latinoamericana de Consultorías Económicas (Laeco),


la firma venezolana no hace patente ese relativo optimismo al señalar que “el ajuste que se está
aplicando es lento e incompleto, y si bien puede darle oxígeno (fiscal) al Gobierno, no resolverá los
problemas de fondo de la economía. Como hemos insistido Venezuela necesita un plan integral de
largo alcance con objetivos de política de corto, mediano y largo plazo. Para que este plan se
ponga en marcha, hacen falta algunas condiciones, que no están presentes en este momento.
Primero, un equipo de Gobierno que posea un diagnóstico detallado de la situación y concuerde
con el conjunto de medidas que deben tomarse. Segundo, un Gobierno dispuesto a concretar
acuerdos con diferentes agentes (políticos, empresariales y sociales), a efectos de sumar el mayor
consenso posible para la aplicación de este plan. Tercero, el apoyo técnico de organismos
multilaterales especializados en este tipo de ajustes. Estas condiciones mínimas no están
presentes”.

Si en un período sin elecciones, donde el Gobierno no tiene el reto de competir con sus opositores
sin el riesgo de perder posiciones de poder, la administración de Nicolás Maduro no decide
cambios sustantivos en el manejo de la economía, qué puede permitir pensar que, en 2015, las
cosas serán diferentes cuando vienen unas elecciones parlamentarias que parecen vitales para la
continuidad del proyecto chavista en el poder.

Posiblemente, los pronósticos más positivos se afinquen en la variable histórica del mayor gasto
público en período electoral; sin embargo, existen serias dudas de que se tengan los recursos
suficientes para generar un recuperación algo más que modesta, más aun cuando el Ejecutivo no
ha frenado la inyección de recursos a la economía.

Al mismo tiempo, Ecoanalítica prevé que la inflación también bajará, de manera sustantiva en
2015, aunque seguirá siendo, posiblemente, la más elevada del planeta. De acuerdo con los
números actuales de la consultora, el Índice Nacional de Precios escalará 50,6% en 2015, una
inflación incluso inferior a la registrada en 2013. Para el cierre del ejercicio 2014, la empresa
proyecta una inflación de 79,8%.

Igualmente, Ecoanalítica proyecta una baja modesta del indicador de desempleo en 2015 hasta
7,5%, desde un pronóstico de 8,7% al cierre de 2014. Asimismo habrá una relativamente
importante recuperación de la inversión y del consumo, los cuales abandonarán terrenos
negativos. Para 2015, la firma estima que la inversión en el país aumentará 3,3% en el próximo
año, luego de caer -4,9% en el presente ejercicio.

El consumo, por otra parte, se incrementará en un modesto 3%, lejos de la media de 5% de


aumento anual que se registró entre 2011 y 2013, pero una mejoría sustancial si se contrasta con
la proyección de descenso de -5,4% que Ecoanalítica proyecta para este 2014.

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1) Se levantará el control de cambio: Caída de los precios del petróleo, crecimiento del
déficit fiscal, merma en las reservas internacionales, pago de la deuda externa pendiente,
desplome de los inventarios, escasez generalizada y distorsión de precios conforman el
cóctel de factores que obligará al gobierno de Nicolás Maduro a desmontar el control de
cambio el próximo año. En este análisis coinciden los expertos participantes en el Foro
Perspectivas Económicas 2015 organizado por la firma Econométrica, realizado en Caracas
el jueves 20 de noviembre.
2) La economía se impondrá sobre la política: Llegó la hora de la economía. Dominará a la
política y no al revés. Los factores económicos marcarán la pauta en las decisiones que
tomará el Ejecutivo. Así lo sustentan los economistas Francisco Ibarra, Henkel García, José
Guerra, Felipe Pérez Martí y Ángel García Banchs.
3) Impacto social: En el primer trimestre del año una gran conmoción social por colapso
general de la economía: nada funciona, clase media arrinconada, base chavista frustrada y
pérdida de legitimidad de los poderes, considera Pérez Martí, quien fue ministro del
gobierno de Chávez. “La inestabilidad política está vinculada con la caída de los salarios
que marca una alta inflación. No hay exportaciones que compensen la caída del petróleo,
el endeudamiento es costoso y la oferta restringida”, apunta José Guerra, ex gerente de
investigación del BCV.

El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ha presentado su memoria y cuenta en un mensaje a


la nación televisado a todo el país, seis días después del plazo máximo otorgado por la
Constitución. Ese detalle, criticado por la oposición, parecía de menor importancia porque se
esperaban anuncios concretos para enfrentar la caída del precio del petróleo —cuya venta
representa el 96% de las divisas del país—, después de que la gira de principios de año a China,
Rusia y Oriente Medio culminara sin el aporte de dinero en efectivo necesario para paliar la crisis.
El gobernante no solo evadió esos anuncios, sino que en un pasaje de su discurso, de poco más de
tres horas, reconoció que enfrentaría dificultades por esa razón. “El barril de crudo cayó de 96 a 40
dólares, pero no nos faltarán los recursos. El petróleo nunca volverá a los 100 dólares, pero Dios
proveerá. Jamás le faltará a Venezuela”, agregó.
El presidente convirtió el mensaje anual de la nación en el anuncio de la campaña electoral para
2015. En poco menos de tres horas cargó contra sus adversarios, volvió a declararse como víctima
de un complot que busca derrocarle y buscó conectarse con el alicaído electorado chavista en un
año clave: en el segundo semestre del año habrá elecciones de diputados a la Asamblea Nacional y
el oficialismo se ha propuesto el objetivo de mantener el control de la mayoría calificada. A partir
del 1 de febrero el gobierno aumentará 15% el salario mínimo y las pensiones, incrementará más
de 100 por ciento las precarias becas que se entregan a los estudiantes de educación media (de
200 bolívares a 500 bolívares mensuales, que representan unos tres dólares al cambio del valor del
dólar en el mercado negro) y se comprometió a levantar 400.000 nuevas viviendas. Todo eso está
reunido bajo el rótulo de inversión social, que el gobierno exhibe como su gran compromiso con
las mayorías más afectadas por la inflación de 63% en un año, la más alta del mundo.

Maduro cumplió con lo que en la víspera había adelantado su entorno: no habrá un cambio de
modelo, ni se tomarán decisiones distintas a las contenidas en ese vademécum escrito por su
antecesor Hugo Chávez, llamado Plan de la Patria, que establece el camino al socialismo de
inspiración cubana y que el jefe de Estado tiene como su Biblia personal. “No enfrentaremos esta
crisis con las fórmulas del Fondo Monetario Internacional, ni con un gobierno de derechas”,
manifestó.

El presidente anunció un nuevo esquema cambiario sobre el que no dio detalles. En todo
momento evitó pronunciar la palabra devaluación, pero todo indica que así será. En la actualidad
en Venezuela hay cuatro marcadores del precio del dólar estadounidense: una cotización de Bs
6.30 por dólar para alimentos y medicinas, otro de Bs 12 (llamado Sicad I) con el que se cobran los
consumos con divisas en el exterior y todas las importaciones no prioritarias; otro de Bs 50
(llamado Sicad II) una subasta para particulares y empresas de montos limitados de divisas, y un
cuarto, de Bs 175, que es el verdadero marcador de la economía para la reposición de costos.
Maduro ha anunciado que se mantendrá el control de cambios vigente desde 2003, con un dólar a
Bs 6.30 para lo que denominó “importaciones prioritarias”, y unificará las tasas cambiarias del
Sicad I y II para que funcionen de acuerdo con la lógica del mercado. Los detalles serán anunciados
por el gabinete económico, pero de momento esta decisión representa una devaluación
encubierta y el fin del subsidio de los viajes al extranjero. Es quizá el menor costo político que está
dispuesto a asumir el Ejecutivo en un año crucial para mantener su poder político. Quienes viajan
al exterior no superan el 3% de la población.

El gobierno también prometió respuestas para el desabastecimiento y la escasez. Esta semana


comenzará a inspeccionar distribuidoras y comercializadora, para evitar que acaparen productos,
en un esfuerzo por terminar de controlar toda la cadena de comercialización. También inaugurará
en las próximas semanas más de 30 locales de Pdval, la red estatal de supermercados y abastos
dependiente de la petrolera estatal Petróleos de Venezuela.

El tema del aumento de la gasolina ha vuelto también al ruedo. Maduro dijo que el combustible se
regala y que es hora de empezar a cobrarlo. El presidente admitió que ya tenía una propuesta de
aumento que será presentada en los próximos días el vicepresidente Jorge Arreaza. “Pero no hay
apuro”, aclaró.

Durante el mensaje a la nación la agencia Reuters publicó un reportaje que demuestra los
esfuerzos que está haciendo Caracas para conseguir dinero líquido. Citgo Petroleum, filial de
refinación en Estados Unidos de Pdvsa, ha puesto parte de sus activos como garantía para la
emisión de bonos y la contratación de un crédito por un total de 2.500 millones de dólares.

Hasta el mes pasado la petrolera venezolana tenía en venta su complejo de refinerías, que tiene
capacidad para procesar 750.000 barriles por día, y recibió ofertas de al menos cuatro firmas
interesadas. Al final ha preferido utilizar su unidad como vehículo financiero para captar dinero.

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