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Cuatrimestre

CENTRO DE ESTUDIOS AVANZADOS DE LAS AMÉRICAS


MAESTRÍA EN CRIMINOLOGÍA

PATOLOGÍA Y CRIMINOGÉNESIS

DEL DELINCUENTE
PATOLOGÍA Y CRIMINOGÉNESIS DEL DELINCUENTE

ANTOLOGÍA

Esta reproducción se realiza para uso interno exclusivo como un apoyo a los profesores y alumnos del Centro de Estudios Avanzados de las
Américas y no persigue fines de lucro, la compilación está hecha por personal de la institución y supervisada por el representante legal de la
misma en estricto apego a la Ley Federal de derechos de autor; por ello, y en apego al título 5°, capítulo 3°, artículos 123, 124, 125, 126, 127 y
128 a la página última en esta compilación se menciona para dar crédito al autor original de la obra así como a la casa editorial que la ha
publicado, en concordancia con esta idea se sugiere de manera amplia al lector de esta antología y si así lo considera conveniente adquiera la

obra original pues esta reproducción solo tiene un fragmento de la misma .

CENTRO DE ESTUDIOS AVANZADOS DE LAS AMÉRICAS


Río Tíber 12 Col. Cuauhtémoc, Del. Cuauhtémoc c.p. 06500
México D.F. Tel. 52 07 91 01
Tabla de contenido

UNIDAD 1 UNIDAD 3

LA DIRECCIÓN CLÍNICA LA CRIMINODINÁMICA


La Escuela Plurifactorial 2 Aproximación a la personalidad del Homicida a

Criminología 6 través del Piscodiagnóstico de Rorschach 70


La Síntesis Criminológica 10 Trastornos de la Personalidad 75
Explicaciones Psicoanalíticas del Crimen 12 Lo Patológico Social 91

Análisis de Psicología Criminal y


Psicopatología sobre la Conducta Antisocial 97
UNIDAD 2

CRIMINOGÉNESIS UNIDAD 4
Enfoque Criminológico de los Estudios DELINCUENTES CON TRASTORNOS
Victimales 19 MENTALES

Modalidades de la Conducta Humana 29 Fases Intrapsíquicas de la Acción Delictiva 105


Criminalidad y Patología 36 Clasificación de los Trastornos Mentales 128
Historia de la Criminología 49 Agresividad: Modelos Explicativos, Relación

con los Trastornos Mentales y su Medición 133

BIBLIOGRAFÍA 146
1
UNIDAD
A N T O L O G Í A 1

1. LA DIRECCIÓN CLÍNICA
La Escuela Plurifactorial
Criminología
Concepto
La Síntesis Criminológica
Explicaciones Psicoanalíticas del Crimen
A N T O L O G Í A 2

INTRODUCCIÓN
LA ESCUELA El enfoque approach dice que hay varios factores que van a llevar al delito. Entre

PLURIFACTORIAL esta pluralidad de factores heterogéneos tenemos:

a) Los rasgos del delincuente o factor biológico.


b) La vida familiar del delincuente
c) La incidencia en la escuela
d) La organización del tiempo libre

Esta teoría y las demás teorías no solamente investigan los factores biológicos (inciso a) sino también estudian todos los
factores de tipos social o medio ambiente social (incisos b,c,d) con el método inductivo.

Entre los representantes de esta enfoque approach tenemos a: los esposos Glueck, a Healy, Burt, Francis Merris y
Mabel Elliot, Marving Wolfgang y Francis Ferracuti

Healy, William
Utiliza por primera vez la palabra plurifactorial o factor approach en una clínica de Chicago en 1915.
Afirma que es difícil resumir el diagnóstico etiológico del delito, pero establece los siguientes:

DIAGNÓSTICO ETIOLÓGICO DEL DELITO


1. Variables eventualmente hereditarios.
Están en:
 Los males hereditarios. Aunque Healy es uno de los máximos representantes del factor approach, habla de
estos aspectos biológicos. Pero Healy solamente toma como factor determinante la predisposición y no así
al criminal nato.
 Las anomalías mentales.
 La constitución física normal.
 Los conflictos emocionales.

2. El mal ambiente familiar. Aquí Healy ya entra en la sociología familiar. El mal ambiente familiar, donde el desempleo,
el alcoholismo etc., hacen que el joven que vive en ese ambiente llegue a formar una conducta anormal y desviada, si la
madre no tiene una conducta decente también afectará al joven.

3. Amistades inadecuadas. Healy establece de cómo la mala compañía es factor de delincuencia. Aunque no se influirá a
robar, pero como en el caso de la prostitución, en una mayoría de casos, es la amiga la que induce a otra a ir a lugar
donde no suele estar.

4. Condiciones insatisfechas para el desarrollo del niño. Se refiere al medio ambiente donde el niño esta creciendo. En
los cinturones de miseria de las grandes ciudades la gente vive en una sola habitación y como el niño está en una etapa
de socialización, ve todo lo que pasa en el hogar, las riñas y peleas entre sus padres, el coito entre ellos, etc., esto
problemas en la familia causará una serie de traumas en el niño y no se socializará debidamente lo que trae el gran
peligro de un futuro delincuente.

Los problemas a los que esta obligado enfrentar afectarán al niño porque, primero, el niño ya está en una
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Sheldon Glueck, y Eleanor Touroff de Glueck


Los esposos Glueck.

Biografía
Sheldon Glueck, nació un Agosto. 15, 1896, en Warsaw, Pol., Russian Empire y murió un Marzo 10, 1980, Cambridge,
Mass., U.S.
Su esposa Eleanor TouroffGlueck nació en Abril 12, 1898, en Brooklyn, N.Y., U.S y murió un Sept. 25, 1972, Cambridge,
Mass.

Obras
Publican en 1950 su primer libro sobre delincuencia juvenil, llamado Unravely juvenil delincuency.

Método
El método de estudio es el siguiente: forman 500 parejas de delincuentes con no delincuentes, estos últimos es el grupo
de control.

Los parámetros de estudio son:


 Cada delincuente forma pareja con un no delincuente.
 Las edades de la pareja deben ser las mismas.
 La pareja debería haber crecido en el mismo vecindario.

Lo positivo del método es que el estudio se hace en la misma vecindad—mismo medio ambiente—donde crecieron la
pareja de un delincuente y el otro no.
Lo negativo en el estudio y método de la investigación de los Glueck es que se estudia a gente que ya ha cometido algún
delito.

causas de la criminalidad
Las causas de criminalidad –según los Glueck—están en los factores predisponentes.
Sacaron 402 factores de criminalidad. Investigaron la vida en familia, la escuela y el condado donde vivían.
De estos factores toman tres como factores de estudio:
 Vigilancia del joven por su madre.
 La severidad con que la madre lo trata.
 La armonía de la familia.

Los Glueck, a medida que van avanzando en el estudio van deslindando los demás factores.
Tipología
Establece que el 60% de los delincuentes son ectomorfos, el 25 % mesomorfos y un 12% endomorfos.
Toma en cuenta solamente a los delincuentes habituales.

Burt, Cyril Lodowic


Burt, Cyril Lodowic, 1883 - 1971, psicólogo británico. Educado en Oxford y Würzburg, Fue una figura prominente en
psicología.
Burt hizo contribuciones significativas a la psicología educativa, y se observa para su desarrollo del método de análisis de
factores en la prueba psicológica.
Especialista en niñez y su desarrollo mental.
Discutió en el delincuente joven (1925) la importancia de factores sociales y ambientales en delincuencia.
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Estableció 107 factores que desencadenarían en el niño un comportamiento no deseable o desviado.


Acreditado sin embargo inicialmente con la investigación importante referente a la herencia y a la inteligencia, la
evidencia emergió después de que su muerte que indicaba que él había falsificado datos de la investigación.
Aunque estos descubrimientos disminuyeron su reputación, le todavía acreditan para su trabajo importante en psicología
educativa.

Francis Merris y Mabel Elliot


Estudiaron la delincuencia juvenil a través del método empírico—inductivo, y emplean la técnica de la entrevista.
Explican que la conducta desviada se debe a una acumulación o concurso de una pluralidad heterogénea de hecho.
Explican que el niño solo puede superar dos handicaps:
 La muerte del padre o la madre.
 El abandono de la familia o que el padre no tenga empleo o vivienda.

Acumulado estos dos factores por ejemplo el alcoholismo del padre o en su defecto la mala conducta de la madre
causara un comportamiento desviado y criminal. Este concurso de factores lleva al niño a una conducta desviada.

Marving Wolfgang y Francis Ferracuti


Analizan las subculturas. Estas son el mundo del hampa, las mafias, etc., analizan de cómo influyen los valores de la
sociedad la subcultura.
Esta influencia es de dos formas:
 Valores concordantes tolerados. La subcultura y sus valores no rompen con la cultura madre. Aquí están las
bandas, las patotas, etc.
 Valores discordantes no tolerados. Los valores de la subcultura ya rompe con la cultura madre. Estas
subculturas ya tienen sus propios valores. Aquí están las mafias, The death rabbits (1865) (Ver Gangs In New
York, by Martin Scorsese, 2002), el KKK, la Cosa Nostra, etc.

Estas subculturas se manejan como una familia, tienen propias normas—la ley del silencio, por ejemplo—, propios
jueces, se ayudan entre ellos, etc.,

El proceso de desarrollo sería el siguiente:


Bandas  sociedades secretas  subculturas delincuenciales
(-)------------------- criminalidad ------------------------------(+)

CRÍTICAS A LAS TEORÍAS PLURIFACTORIALES


En cuanto a los puntos débiles dicen que no hay un marco teórico al que se pueda recurrir. Hay ausencia sistemática de
un principio ordenador.

Entre sus éxitos podemos citar: la praxis criminal, es decir pueden hacer un estudio empírico de las bandas y el hampa y
los demás factores. Desarrollan grandemente el campo de la ejecución penal y la prognosis (=conocimiento anticipado de
un hecho) del delito.

SNAIDER dice que las teorías plurifactoriales:


 Operan en la mayoría de los caos solo con reclusos.
 Desde el punto de vista metodológico la comparación –método de las teorías plurifactoriales—suele llevar
factores criminógenos que no satisfacen.
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 El principio plurifactorial es una teoría exclusivamente referida a la persona del autor del delito. Solamente se
investiga, psíquica y socialmente, en la persona del autor.
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CRIMINOLOGÍA I. INTRODUCCIÓN
La lucha contra el delito y la preocupación científica por éste
“Parum est improbus coercere fueron los principales objetivos que las ciencias normativas

poena, nisi probos efficias trataron de alcanzar durante la antigüedad y la Edad Media.

disciplina” Tanta era la importancia que estos temas tenían que los más
ilustres filósofos de la época dieron su opinión al respecto del
problema de los delincuentes y el castigo que a estos les debía corresponder; así, se ocuparon largamente del problema:
ARISTÓTELES, HERÁCLITO, HESIODO, PITÁGORAS, PLATÓN, PROTÁGORAS, SÓCRATES.

Pero faltó el sentido científico, presupuesto para la investigación criminológica, para hacer la imprescindible recolección
sistemática de las experiencias.

Ya en la época medieval se tiene el mismo problema, la base filosófica en vez de la científica, como, por ejemplo, en la
Escolástica de SANTO TOMAS DE AQUINO. Con el advenimiento de la Edad Moderna y tomando como guía la
Ilustración, ciertos fenómenos en conexión con el delito comienzan a ser investigados desde el plano físico y psíquico.

Sin embargo no sería sino hasta 1764 cuando saltan por los aires las arcaicas estructuras sobre las que se basa el
'problema criminal', al publicarse la obra de CESARE BONESANA, MARQUES DE BECCARIA "Trattato dei delitti e delle
pene", traducido rápidamente a casi todos los idiomas, lo que supuso una verdadera revolución global en este
campo. Por la misma fecha, 1764, el benedictino gallego fray SARMIENTO ya abogaba por una reforma del sistema
penal y la desaparición de la pena de muerte por no servir a los objetivos de escarmiento.

Tras esta brevísima introducción (por no ser la enseñanza en sí objeto de esta página)se puede afirmar que la
Criminología no se exterioriza de una manera independiente, sistemáticamente cultivada, sino que se deriva de diversas
ramas de la investigación humana, hasta que al final se llega a reunir todas estas piezas dispersas para componer una
disciplina propia CRIMINOLOGÍA.

La Criminología, como tal devino, de forma importante de las ciencias médicas: Medicina Legal, Antropología, Psiquiatría,
Biología y otras. Ya en la antigüedad los médicos se ocuparon de dar respuestas a cuestiones medicolegales aisladas y
así fueron llamados a actuar como expertos en algunos casos (en 1249 se tomo juramento s H. v. LUCCA en Bolonia
para la redacción de dictámenes medicolegales y B. de VARIGNANA [muerto en 1318] practicó la primera autopsia para
la comprobación de un envenenamiento).

Aunque es indudable que LOMBROSO es el padre de la Criminología, no sería justo obviar las importantes
contribuciones realizadas a esta Ciencia por numerosos investigadores durante los decenios anteriores. Así, tenemos a
MOREL, que llegó a reflexiones similares a las de LOMBROSO; JEREMIAS BENTHAN, quien propuso reformas al
sistema legal y penal inglés; HOWARD que con su obra "States of Prisons in England and Wales" (1777), impulsó los
movimientos de reforma. LAVATER, con sus primeras publicaciones en 1775 de Fisonomía y los trabajos de GALL cuya
obra principal apareció en 1882, titulada "Les fonctions du cerveau". GALL señalado como el precursor de la Antropología
Criminal.
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El neurólogo y patólogo BROCA, WILSON y el médico de prisiones THOMSON realizaron investigaciones sobre cráneos
de criminales y presos, encontrando ciertas particularidades. La tesis de la locura moral fue publicada por PRICHARD en
1835. NICOLSON entre 1873 y 1875 publico sus trabajos sobre la vida psíquica del criminal y su tendencia a la locura,
imbecilidad y ausencia de sensibilidad. Otros que proporcionaron fundamento para la doctrina de LOMBROSO fueron
CABANIS, PINEL, ESQUIROL, GRIESINGER, MOREAU de TOUR y, sobre todo, el ya mencionado MOREL (quien
consideraba que el crimen es una determinada forma de degeneración hereditaria en el individuo o incluso en su familia).

GUERRY para el estudio de la criminalidad partió de unos principios completamente distintos a los conocidos o a los
utilizados hasta la fecha, la Estadística, esta rama de la Ciencia también fue utilizada por QUETELET y VON MAYR.
Fueron intentos de llegar a la solución del problema mediante el conocimiento cuantitativo del mismo. En España las
Estadísticas Criminales datan de 1838, aunque ya se venían realizando desde el reinado de Felipe V, siendo reguladas
por disposición de Carlos IV en 1792.

Resumiendo, antiguamente se pensaba que el delito era debido a defectos físicos y mentales y que era hereditario. Tales
afirmaciones, hoy en día, no son tomadas en cuenta, ante la oposición de las explicaciones sociológicas que se oponen
al origen hereditario delito.

II. LOS ORÍGENES DE LA CRIMINOLOGÍA EN HISPANOAMÉRICA


En Hispanoamérica, menos influidos por la tradición, se ofrece una menor resistencia a las innovaciones que vienen
desde Europa y así, desembarcó con fuerza el positivismo criminológico, hacia finales del s. XIX siendo importantísimas
las figuras de GARÓFALO, LOMBROSO y, posteriormente, la de FERRI, desde la gira que realizó por las capitales de la
zona desde 1910.

En 1878, se publica en Argentina la obra de José María Ramos Mejía, "Las neurosis de los hombres célebres en la
historia argentina". En 1893 se publica la obra de Martínez Baca y Vergara "Estudios de Antropología Criminal" (Puebla.
México).

En 1897, el mexicano Macedo publica "La Criminalidad en México"; en 1898 "Los Hombres de Presa", del argentino Luis
María Drago, tal fue el éxito de la misma que, apenas dos años después, aparecía en Italia con prólogo del propio
Lombroso y en 1921 volvía a ser editada, esta vez, bajo el título de "Antropología Criminal".

En 1888 se funda la Sociedad de Antropología Criminal, en Buenos Aires, gracias a la iniciativa de Drago, Pinero y
Ramos Mejía, directores, además, de un Boletín que publicó los primeros estudios de la misma. A dicho Boletín le
continuó la revista "Criminología Moderna", muy influida por elementos anarquistas y socialistas y se comienza a enseñar
Criminología en la Cátedra de Derecho penal de la Universidad de esta ciudad. Un año después, en 1889, se crea, en
Río de Janeiro, la Asociación Antropológica y de Asistencia Criminal.

En 1889 se publica en Argentina la obra "Ciencia Criminal y Derecho penal argentino" de Cornelio Moyano Garcitúa,
quien funda, en 1905, la Cátedra de Criminología en la Universidad Colonial de Córdoba y publica "La Delincuencia
Argentina ante Algunas Cifras y Teorías" (Córdoba. Argentina, 1905). Este autor, junto con Pinero, Ramos Mejía y otros
forman la Comisión encargada de elaborar el Código Penal Argentino de 1906, con acusadas influencias de las nuevas
teorías sobre la criminalidad.
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En Brasil se publican, en 1896, la obra "Criminologia y Direito penal" de Clovis Bevilacqua y, en 1897, la de Afranio
Peixoto, "Epilepsia y delito". En 1898 se funda, en Argentina, la primera revista de Criminología en América Latina:
"Criminología Moderna", por parte de Pietro Gori. Otros autores que publican obras durante este período son Miguel
Macedo (México, 1889); Octavio Beche (Costa Rica, 1890) y Francisco Herboso (Chile, 1892).

Francisco Veyga funda en Buenos Aires, en 1898, el Curso de Antropología Criminal y Luis Montané hace lo mismo en
La Habana, en 1899. Mientras, en ese mismo año en Venezuela, se publica la obra de F. Ochoa "Estudios sobre la
Escuela Penal Antropológica".

Otros países que no quedan al margen de este desarrollo son Bolivia, con la publicación, en 1901, de la obra de Bautista
Saavedra, "Compendio de Criminología" y México, donde Julio Guerrero publica su obra "Génesis del Crimen en México"
(1901).

En 1902, José Ingenieros funda en Buenos Aires la revista "Archivos de Psiquiatría y Criminología" y en 1913 publicará el
primer tratado de Criminología Clínica en el continente

En 1906 las publicaciones de Roumagnac "Los Criminales en México" (México. 1905) y "Crímenes Sexuales y
Pasionales" (México. 1906). El cubano F. Ortiz publica, en 1906, "La Criminalitá dei negri in Cuba", en la revista "Archivo
di Psichiatria" y "Los Negros Brujos", primer trabajo de una serie sobre el "Hampa Afrocubana". En este mismo año, el
costarricense A. Alfaro, publica "Arqueología Criminal", revisión de antiguos causas criminales con alusión a las nuevas
orientaciones criminológicas. Un año después, en 1907, aparece en Uruguay la importante obra de Miranda "El Clima y el
Delito".

En 1907 Antonio Ballde, Director de la Penitenciaría Nacional, propone la creación de un gabinete de Psicología clínica y
experimental destinado al estudio de los delincuentes, así como con otras finalidades científicas de carácter general,
poco después, el 6 de junio, fue creado como Instituto de Criminología, siendo nombrado Ingenieros como su primer
Director, cargo que ocupará hasta 1914 en que es sustituido por Oswaldo Loudet.

En 1912 se realiza la primera recopilación bibliográfica sobre Criminología, en la obra del argentino Eusebio Gómez
"Criminología Argentina" quien publicó, en 1908, "Mala vida en Buenos Aires".

En México, en 1917, se crea la especialidad en Criminología en la Carrera de Leyes. Al poco tiempo, José Almaraz crea
la Escuela de Criminología.

En 1919, Oscar Miró Quesada funda la primera Cátedra de Criminología en la Universidad de San Marcos (Perú). En
Chile, Israel Drapkin funda el Instituto de Criminología a semejanza del que José Ingenieros crea en la Penitenciaría de
Buenos Aires.

III. LA MODERNA CRIMINOLOGÍA HISPANOAMERICANA


En 1933 se funda la Sociedad Argentina de Criminología. En 1934 se crea, en la Universidad de México, la Carrera de
Criminología para médicos y abogados, siendo Quiroz Cuarón el primer licenciado y fundando poco después la Sociedad
Mexicana de Criminología. En la Universidad de Veracruz se forma la Maestría en Ciencias Penales donde se enseña
Criminología.
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Desde finales de la II Guerra Mundial, se asiste a una gran expansión de los postulados de la Criminología Crítica por
Hispanoamérica (en paralelo la teología de la liberación), como frente contra la injusticia social en la que vive el
continente.

Autores de este período se pueden citar al brasileño Roberto Lyra Filho "Criminología" (1964); al venezolano Elio Gómez
Grillo "Introducción a la Criminología" (1966); al colombiano Alfonso Reyes Echandía "Criminología" (1968) o al mexicano
Luis Rodríguez Manzanera "Criminología" (1982). Pero sin olvidar a los argentinos Osvaldo N. Tieghi y a Eugenio Raúl
Zaffaroni, uno de los autores más críticos contra el sistema.

Por Resolución 106/1966, del Rector de la Universidad de Buenos Aires, se crea en dicha Universidad la Licenciatura en
Criminología.

En la actualidad, en México, existen varias maestrías y licenciaturas e incluso, a partir de 1985, el doctorado, impartido
por el Instituto Nacional de Ciencias Penales, fundado en 1976, imparte la maestría en Criminología en cinco semestres
(uno de ellos propedéutico), con 23 asignaturas divididas en tres vertientes: Biología, Psicología y Sociología.

En Venezuela, entre otros, existe el Instituto de Criminología de la Universidad de Zulia, dirigido durante años por Lola
Aniyar.

Además existen Cátedras de Criminología en las Universidades Central de Venezuela, Caracas, Simón Bolívar (como
Instituto), Carabobo (Instituto de Estudios Penales y Criminológicos), Los Andes (Instituto de Ciencias Penales y
Criminológicas).

En Colombia, se enseña Criminología en la Universidad de Medellín y en la del externado, entre otras muchas.
En Panamá, funciona un Instituto de Criminología y en Uruguay, el Centro de Estudios Criminológicos.
Compendios bibliográficos sobre Criminología Hispanoamericana, se pueden citar: el de Luis Marcó del Pont
"Criminología Latinoamericana" (ILANUD, 1983) y el de Rosa del Olmo "América Latina y su Criminología" (3ª edic.
1987).
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LA SÍNTESIS CLÏNICA
LA SÍNTESIS Criminología clínica

CRIMINOLÓGICA CONCEPTO
La Criminología Clínica es la aplicación de la Criminología General al caso
concreto, es el análisis criminológico al nivel del criminal, es decir al nivel de interpretación individual.

Básicamente, la Criminología Clínica consiste en el examen del delincuente; distinguiendo una criminogénesis de una
criminodinámica. Para hacer esto se realiza un estudio criminológico, en que se analiza la peligrosidad del criminal, para
llegar a hacer diágnosis y prógnosis, lo que completaría un verdadero dictamen, opinión o peritaje criminológico.

La función del criminólogo en el mundo actual no se queda tan solo en el análisis de casos y práctica penitenciaria, pero
mencionamos la clínica por tratarse de--uno de los aspectos más interesantes de la Criminología, pues en ella es en la
que se tiene contacto personal con el criminal, y para ejemplificar y afinar el concepto de síntesis.

En la clínica, el criminólogo es el encargado de sintetizar los diversos estudios, es decir, de analizar cada reporte (el
médico, el psicólogo, el social) e integrarlos en un todo armónico, en una coherente aplicación final.
Este resultado final debe contener las características antropológicas, biológicas, psicológicas y sociológicas del criminal,
las peculiaridades criminalísticas del crimen, el estudio de la víctima y la proposición penológica de tratamiento.

Como puede observarse, quedan integrados los siete componentes que hemos propuesto para la síntesis criminológica,
cuidando que quede en todo coherente, y que cada estudio confirme, reafirme y valore los demás.
Así, por ejemplo, si el estudio psicológico nos demuestra que el sujeto es un débil mental profundo y el resultado de
criminalística
prueba que el delito cometido es un fraude realizado con gran ingenio, captamos que algo anda mal, no podemos
concluir que el delito efectuado con astucia fue consecuencia de la deficiencia intelectual del inculpado.

Si biológicamente ese sujeto tiene un síndrome de Down (idiotez mongoloide) , con aberración cromosomática en par 21,
veremos valorando el examen psicológico que afirma la debilidad mental, y si a esto agregamos el estudio social, que
demuestra el nulo rendimiento laboral y escolar del individuo, tendremos una clara conclusión biopsicosocial, y debemos
investigar en donde está el error, pues no coincide el criminal con el crimen, peor aún si la víctima del fraude fuese un
sujeto genial, nos es entonces imposible llegar a una síntesis criminológica.
En el momento actual es difícil encontrar el profesionista que pueda realizar un estudio clínico completo, es decir, que
pudiera aplicar al menos los siete estudios (antropológico, médico, psicológico, social, etc.) necesarios para integrar la
síntesis.

El volumen de conocimientos requeridos es tal, que no alcanzaría humanamente el tiempo para adquirirlos, y menos aún
para estar actualizado en tantas ramas del saber. El criminólogo clínico conoce algunas técnicas de entrevista y examen,
y debe entrar en contacto personal con el criminal (o presunto criminal), pero para una síntesis clínica se requiere de la
participación de varios especialistas.

Es un error el considerar que el criminólogo clínico debe dirigir los centros de observación, diagnóstico o tratamiento; no
dudamos que podría hacerlo, pero esto requiere además conocimientos de administración y manejo de personal.

Tampoco pugnamos porque el criminólogo clínico presida el consejo técnico, esto puede romper el esquema circular para
conducir nuevamente a esquemas piramidales.
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La misión del criminólogo es la síntesis final, con los elementos .aportados por él y por los demás miembros del equipo.
Los criminólogos provenimos de alguna rama especializada (Psicología, Medicina, Derecho, Sociología) y de ahí se parte
hacia lo general; podemos hacer el símil del criminólogo con un director de Orquesta¡ que por lo generales un virtuoso de
algún instrumento, pero no puede serIo de todos, podrá tocar quizá varios, pero no dominar cada uno de ellos, su misión
es integrarlos en un todo armónico, en lograr que entren a tiempo, y que toquen en el mismo tono.

LA SÍNTESIS GENERAL
No debe entenderse que la síntesis se logra tan solo en la clínica ya nivel de interpretación individual, en todo trabajo
criminológico y en todo nivel de interpretación debe buscarse la síntesis. Así, si se estudia la conducta antisocial a nivel
general (la criminalidad); para no quedamos en una escala de simple descripción parcial, se debe ascender a la
búsqueda de factores criminógenos para interrelacionarlos y poder dar explicaciones coherentes.

Así, por ejemplo, si detectamos un barrio altamente criminógeno, investigaremos que hay gran concentración de
población, pero esto no es suficiente, debemos relacionar este dato con factores socio-económicos (pobreza) y estos con
factores socio-culturales (analfabetismo, ignorancia, bajo nivel escolar), y estos con factores biológicos (desnutrición,
enfermedades infecciosas, epidemias), los que producirán factores psicológicos (baja inteligencia, abulia), que a su vez
se relacionan con los sociales.

La baja inteligencia es favorecida por la desnutrición que es causada por ignorancia, la que es producto de la pobreza en
que vive la población que no consigue trabajo por su bajo nivel intelectual, el que no le permite adquirir conocimientos
básicos, y así, se reúnen en barrios o ciudades perdidas donde la ociosidad y promiscuidad aumentan la criminalidad.

Todo lo anterior se relaciona a problemas de injusticia social y económica, al haber una mala distribución de riqueza, falta
de oportunidades, desempleo, explosión demográfica, y en general una mala administración política, provocada a veces
por incompetencia, a veces por corrupción y en ocasiones aunando ambos factores.

Como podemos ver los factores juegan entre sí, se combinan, se entrelazan, forman círculos viciosos, dependen unos de
otros, y no pueden ser remediados o combatidos aisladamente, sino en su conjunto, en su explicación sintética.
Y la explicación sintética es la misión del criminólogo; al igual que en la clínica, al criminólogo general no corresponde
hacer todas las investigaciones, sino llegar a ordenarlas, coordinarlas, relacionarlas, valorarlas hasta lograr la síntesis
final.
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La teoría lombrosiana no explicaba correctamente las causas del


EXPLICACIONES delito, por lo que se buscan las causas en lo más recóndito de la
mente humana. De esta manera nace el Psicoanálisis, cuyo autor
PSICOANALÍTICAS DEL es Sigmund Freud.

CRIMEN
SIGMUND FREUD
Psiquiatra austriaco, nacido en Freiberg (1856-1939), creador de la Teoría del Psicoanálisis y de la doctrina del
subconsciente, expuestas en sus escritos de difusión universal, Estudios sobre la histeria y Tótem y tabú.
Junto a otro psicólogo y neurólogo Brewer, establece la Teoría del Psicoanálisis criminal dentro el cual lo fundamental
es la introspección a análisis del yo interior.
En el Psicoanálisis destaca el cura de la neurosis, BREWER también descubrió las propiedades analgésicas de la
cocaína.

EL PSICOANÁLISIS Y LAS TEORÍAS QUE LA INTEGRAN


El psicoanálisis es una escuela psicológica especializada en el tratamiento clínico de los individuos de tendencias
neuróticas. Se basa en la teoría de que muchos de nuestros deseos, en especial los referentes al sexo (teoría del
pansexualismo) han sido objeto de una represión subconsciente en los primeros años de nuestra vida y por eso sólo
pueden ser tratados sacándolos a luz mediante ciertas técnicas como la libre asociación y el análisis de los sueños.

MÉTODO Y TÉCNICA DEL PSICOANÁLISIS


El método para la introspección de la persona es la entrevista. Para traer el inconsciente hacia el consciente se utiliza
una serie de preguntas al paciente. Otra técnica es la interpretación de los sueños que consiste en simbolizar los sueños
y luego interpretarlos para establecer qué le ha sucedido al paciente en el pasado o que le está por suceder.

TEORÍAS DEL PSICOANÁLISIS


Entre las teorías que integran el Psicoanálisis están:
 el Pansexualismo
 la Teoría de los Instintos
 la Teoría Psicosexual
 la Teoría “Psicodinámica”

EL PANSEXUALISMO
O teoría del Sexo. Afirma que el sexo es el motor de todo accionar humana dentro la sociedad. Describe las relaciones
humanas a través del sexo, no solamente a lo que se llama atracción y amor, sino inclusive en las relaciones de
negocios, de profesiones, etc., Freud dice que todo gira alrededor del sexo.

TEORÍA DE LOS INSTINTOS


Instinto, es el complejo de respuestas no aprendidas que son características de una especie. Complejo, es el término
usado por KARL JUNG para denominar al conjunto de ideas asociadas—reprimidas en parte—que provoca reacciones
emocionales generalmente inconsciente, que influyen en la conducta de individuo.
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La teoría de los instintos dice que hay dos clases de instintos, que son:
 El instinto positivo o Eros, que es el instinto del amor, del sexo. Llamando también instinto de la vida, en
Psicoanálisis es el impulso instintivo hacia la conservación y la reproducción.
 El instinto negativo o Tanatos, que es el instinto de destrucción. Llamado también instinto de muerte, en
Psicoanálisis es el impulso instintivo latente hacia la muerte; se trata de una tendencia agresiva dirigida hacia
personas u objetos o contra la propia persona en forma de autodestrucción.

Este instinto o Tanatos es fundamental en el estudio del Psicoanálisis.


Según esta teoría de los instintos todo hombre tiene un Tanatos y un Eros. El instinto de destrucción Tanatos es un
complejo de culpa o culto al Complejo de Edipo (fijación libidinosa inconsciente del hijo hacia la madre).

Tanatos hace que se cometa un crimen y también por este instinto tratan de paliar un complejo de culpa. Se comete un
crimen porque los inhibidores no detienen ese instinto tanático y además este instinto no se ha socializado debidamente.

Y es así que los delincuentes dejan pistas para ser castigados, por el sentimiento de culpa. Es por eso—y por el
sentimiento de culpa—que siempre vuelven al lugar del delito y por el instinto de Tanatos no quieren quedar impunes.

¿Por qué se actúa de esta manera? Porque dentro la socialización no se ha llegado a superar el instinto tanático o
negativo. Si se supera se tiene predominio del instinto positivo q tiene todo individuo normal.

EL COMPLEJO DE EDIPO
Estado psicológico consistente en una fijación libidinosa inconsciente del hijo hacia la madre y un impulso criminal contra
su padre.

Aparece en el segundo periodo de socialización, después del periodo de destete, en las niñas se llama complejo de
castración. En el periodo de comienzo del Complejo de Edipo existe una falencia delito instinto positivo que hace que el
individuo desarrolle los frenos inhibitorios bastante débiles- Dentro de este periodo juega un papel importante la
libido(Libido significa la impulsión central o deseo sexual instintivo, revelado en el apego del individuo a sus semejantes y
a los objetos. Para Jung la libido es la energía psíquica general; reduciendo así toda la vida mental y aún la humana
toda a la sola dimensión sensual. Para Freud la libido constituye la expresión del instinto creador e integrador de la vida
en oposición al instinto de muerte). Las aberraciones sexuales o desviaciones—que están dentro esta teoría—se deben
al aumento o disminución de la líbido.

Freud en su libro El pequeño Hans establece que el complejo de Edipo se puede desarrollar por las pequeñas mentiras
que le dice su padre: Si te tocas el pene, te lo voy a castrar” o “si mientes mucho, no voy a volver a casa”.
Freud no establece las causas de este complejo, ya que solo toma la niñez de Hans, de 5 a 6 años de edad.

LA TEORÍA PSICOSEXUAL
Freud incluye esta teoría dentro la teoría de la socialización. La teoría psicosexual de Freud divide el desarrollo psíquico
en cinco etapas:

Primero. Oral. El placer es por la boca. Corresponde a la primera etapa de socialización: el destete. Esta es
una etapa muy importante para una correcta socialización. En esta etapa todos los recién nacidos son
amorales y sin religión.
Segundo. Anal. La zona erógena es el ano. En esta etapa de socialización al niño se le enseña el control de
los esfínteres.
A N T O L O G Í A 1 4

Tercero. Fálica. La zona erógena en el hombre es el pene, y en la mujer el clítoris. Dentro la socialización
hay interés por el sexo, pero no como coito sino como curiosidad, además es la etapa de los complejos de
Edipo––en el hombre—y el Complejo de Electra en la mujer.
Cuarto. Latencia. Los instintos quedan latentes para despertar en la adolescencia.
Quinto. Genital. El adolescente descubre el orgasmo, ya conoce el sexo opuesto. Esta etapa es
fundamental para el Psicoanálisis en caso de estudio de delincuentes. Así como una persona disfruta del
orgasmo, así también el delincuente gasta el dinero robado con placer.

APARATO INTRA PSÍQUICO.


Esta formado por tres partes. es decir la psiquis esta formado por tres partes:
 El preconsciente. Está antes del consciente, se lo retrotrae con un simple acto de voluntad.
 El consciente. Es darnos cuenta del momento actual.
 El inconsciente. Es fundamental en el Psicoanálisis. El inconsciente es lo que está oculto dentro de la psiquis,
se lo retrotrae a través de la proyección.
 El inconsciente está formado del consciente, además de los traumas que ha tenido el niño, de los problemas
de socialización, de las peleas de los padres, etc.

Para Freud la causa del delito reside en el inconsciente.

TEORÍA PSICODINÁMICA
Distingue tres instancias mentales:
 El ello. Que es el núcleo original de la persona donde residen los instintos, las pulsiones, etc. El individuo nace
con el ello.
 El yo. Es parte del ello, pero va reflejar lo que es el ello.
 El súper yo. Es el control del yo—y posiblemente también del ello—. Es la proyección paterna.

Según el psicoanálisis cuando las tres instancias están distribuidas correctamente un individuo es normal.

Pero cuando hay alguna desviación de los tres, o al menos de cualquiera de las tres instancias se va establecer una
personalidad anormal. Esta anormalidad se va ver reflejada en el delito.

Indudablemente no solamente tiene que influir estas desviaciones, sino también tiene que existir una mayor proporción
del instinto negativo tanático.

La criminalidad de estos individuos es la destructiva o la de sangre cuando existe una mayor proporción de Tanatos y
una desviación del Yo o del Ello, ya que el súper Yo solo es el control.

POSTULADOS DEL MODELO PSICOANALÍTICO


¿Qué es un postulado? Un postulado es lo que una escuela tiene como base fundamental para desarrollar su teoría.
Mientras que la Tipología son los tipos de criminal ya establecido por alguna teoría.

Los postulados de este modelo son:


 El delito responde a un poderoso determinismo psicológico.
 Concede un significado capital al instinto sexual, o sea, al pansexualismo.
 La teoría psicosexual distingue cinco etapas: oral, anal, fálica, latencia y genital.
 Divide la psiquis en tres instancias mentales. Preconsciente, consciente y el inconsciente.
A N T O L O G Í A 1 5

 El único método que permite captar el significado real de la acción humana es el método introspectivo.

El modelo psicoanalítico tiene tres instancias mentales. El Ello, el Yo y el Súper Yo.


El cuadro psicopatológico queda encuadrado en los conflictos infantiles.
El conflicto mental, represión y delito es respuesta simbólica del comportamiento substitutivo.
Este modelo tiene particular interés en el Complejo de Edipo.
Desde el punto de vista terapéutico el Psicoanálisis pretende hacer de lo retrospectivo, progresivo.

TIPOLOGÍA DEL MODELO PSICOANALÍTICO


Dentro de esta teoría existen dos psicoanalistas que han aportado con la tipología, son ALEXANDER—médico-- y
STAUB que era jurista. Establecen una tipología criminal dividida en dos clases:

 DELINCUENTES CRÓNICOS.
Se llaman también habituales.
El delincuente habitual comprende a:
 carteristas
 descuidistas
 monreros
 cuenteros

 DELINCUENTES SITUACIONALES.
Que comprende a los delincuentes neuróticos, normales y enfermos.
 Delincuente neurótico. El delincuente neurótico no pasa al hecho. Sólo tiene un conflicto psíquico. La
causa del posible delito es la neurosis que sufre.
 Delincuente normal. Pasa al hecho y oculta el hecho. Tiene etiología sociológica. Hay una indebida
socialización dentro la cuarta etapa: la pubertad. Tiene problemas en el hogar, estos problemas son
de tipo pedagógico o educacional.
 Delincuente enfermo. La causa del delito es biológica. Padece de un condicionamiento orgánico
patológico.

LA PSICOLOGÍA INDIVIDUAL DE ALFRED ADLER Y LA RELEVANCIA CRIMINÓGENA DEL COMPLEJO DE


INFERIORIDAD
Alfred Adler es de la Escuela Psicoanalítica de los heterodoxos. Médico y catedrático de las universidades de Zurich,
New York y Columbia. Tuvo una infancia pobre, por lo que se presume que estudio el Complejo de inferioridad. Destaca
en el estudio de las inferioridades orgánicas. También establece el principio de la conducta humana en su libro
Psicología Individual escrita en 1911.

PRINCIPIOS DE LA CONDUCTA HUMANA


 La voluntad de poder. Es la fuerza impulsora por el cual el individuo quiere superarse para lograr un objetivo.
Si existiera un fracaso el individuo logrará superarla con esa voluntad de poder.
 Sentimiento de comunidad. Se forma desde pequeño, desde el nacimiento al venir a la sociedad. La
socialización hace que con el sentimiento de inferioridad podamos establecer una relación de superioridad.
 Sentimiento de inferioridad. Es uno de los motores del progreso individual. Este sentimiento hace que la
persona desee llegar a metas superiores ayudado con la voluntad de poder.
A N T O L O G Í A 1 6

Es un sentimiento positivo que al juntarse con el sentimiento de comunidad impulsa al individuo a la perfección y el
triunfo. No es un sentimiento negativo como el Complejo de Grandeza.

Si este Sentimiento de inferioridad es alterado por factores endógenos o exógenos se llega al complejo de inferioridad.
 Factores endógenos. Son orgánicos. Existe falencia física, es decir, les falta un dedo, no tiene una oreja, o es
gordo, petiso, etc. Si este sentimiento de inferioridad es alterado por estos factores orgánicos, además de la
alteración del sentimiento de comunidad van a permitir el desarrollo del complejo de inferioridad de causa
endógena que ya es un complejo negativo.
 Factores exógenos. Es la alteración del sentimiento de comunidad. Ya existe una inadaptación. El sentimiento
de inferioridad que le impulsas a superarse es inmovilizado y ya no le leva al individuo hacia la superación.

COMPLEJO DE INFERIORIDAD
Conjunto de ideas asociadas negativas y reprimidas inconscientemente que no le permiten al individuo desarrollarse
psíquicamente ni superarse normalmente.

Las causas del complejo de inferioridad podemos describirlas así. Una de ella es una inferioridad física orgánica,
deformación o debilidad de los órganos (factores endógenos) y las condiciones económico—sociales o factores
exógenos.

Las sociedades machistas forman un alto porcentaje de mujeres que tienen el complejo de inferioridad.
Los niños que son mimados y se les consienten todos sus caprichos, mas las pequeñas mentiras de los padres—que
forma una idea no real de ellos—o una mala organización económica va lograr un ambiente que terminará formando
futuros individuos con complejo de inferioridad.

Adler critica el pansexualismo. Para Adler no todo gira alrededor del sexo. Adler acepta relativamente el Complejo de
Edipo. Dice que no hay tal deseo hacia la madre. Posiblemente este deseo se desarrolle porque la madre—en El
pequeño Hans—se baña y duerme con el niño estando ella casi desnuda, con lo que despierta el deseo sexual del niño.

PSICOLOGÍA ANALÍTICA DE KARL JUNG Y EL INCONSCIENTE COLECTIVO


JUNG propone una Tipología psicológica. Donde están los (a) Introvertidos, quienes son los que más posibilidades
tienen de caer en la neurosis. Entre estos individuos están: los pensadores y los sentimentales. Y los (b) extrovertidos.
Entre estos están el intuitivo (las mujeres están aquí ya que se dice que pueden adivinar cosas o sea tienen un “sexto
sentido”) y el sensitivo.
El inconsciente colectivo. Conjunto de vivencias de la humanidad heredadas en su cultura que revive en el individuo.

Etiología delictiva. Desde el punto de vista de la Criminología K. Jung se basa en las reacciones neuróticas. Estas son
causa para la comisión de delitos. Para K. Jung el delincuente es un acomplejado.

POLÍTICA CRIMINAL.
La pena no desalienta al delincuente
Las penas privativas de libertad no se deben aplicar porque el delincuente para K. Jung tiene una aureola de
romanticismo.
Las penas no readaptan al delincuente
Es más difícil readaptar a un ladrón que a un delincuente neurótico.
Para readaptar se debe estudiar los sentimientos de comunidad de cada sociedad, ya que en algunas sociedades el ser
delincuente es una profesión, además de ser un orgullo.
A N T O L O G Í A 1 7

EL PENSAMIENTO SOCIOLÓGICO DE ERICH FROMM


Autor de La crisis del Psicoanálisis, El miedo a la libertad, El psicoanálisis en la sociedad contemporánea. Habla de un
análisis más humanístico y normativo, pero con mucha tendencia social, es decir una tendencia de hallar una relación
entre el hombre y su naturaleza y el ente que lo rodea.
2
UNIDAD
A N T O L O G Í A 1 8

2. CRIMINOGÉNESIS
Enfoque Criminológico de los Estudios
Victimales
Modalidades de la Conducta Humana
Criminalidad y Patología
Historia de la Criminología
A N T O L O G Í A 1 9

INTRODUCCIÓN
ENFOQUE El paradigma positivista en Criminología centró sus valoraciones

CRIMINOLÓGICO DE LOS en el exclusivo análisis del individuo que cometía la acción u


omisión criminosa obviándose con enfoque estereotipado el

ESTUDIOS VICTIMALES significativo papel que en la dinámica delictiva puede jugar el


actuar negligente o provocador del futuro sujeto pasivo del crimen.
Por ello afirmamos que la atención científica sobre el posible aporte al desarrollo del evento delictivo, de la persona
ofendida o dañada por el delito, data de tiempos relativamente recientes, pues solo se materializó aproximadamente en la
segunda mitad del Siglo XX.

Múltiples son las razones que justifican este acercamiento al enfoque victimal en el estudio actual del delito. Una de estas
razones parte de que resulta verdaderamente difícil valorar el suceso criminal sin considerar el comportamiento
precedente del individuo sobre el que recae la acción ilegítima. La práctica criminológica ha evidenciado la imperiosa
necesidad de analizar a la víctima como un complemento insoslayable a los estudios sobre el criminal. Solo con una
visión multilateral del fenómeno delictivo que elimine la histórica preterición victimal, podrá lograrse el justo equilibrio
científico que posibilite una comprensión profunda y una solución viable al problema de la criminalidad.

Ahora bien, la posición criminalcéntrica de la Escuela Positivista Criminológica no puede ser sustituida por un enfoque
unilateral de carácter victimocéntrico. La sobreevaluación de la víctima no solucionaría el problema, como no lo logró la
tradicional y obsoleta visión criminológica anclada en el tendencioso análisis del hombre delincuente; esta posible
hipervaloración victimal solo trasladaría el “polo de atracción” del delincuente al sujeto pasivo del hecho criminoso, sin
lograrse a cambio adelanto científico alguno en los estudios de la criminalidad.

Lo anterior nos acerca a la valoración de la nada pacífica disputa en torno a la dependencia o autonomía de la
Victimología con respecto a la Criminología, polémica surgida tempranamente desde que Beniamin Mendelsohn 1[1]
declarara a la Victimología como ciencia autónoma, escindida de la Criminología.

Nuestra posición parte de considerar que el logro fundamental de la Victimología radica en aportar a la Criminología un
enfoque más interpersonal de los estudios sobre el delito. Su trascendencia principal se apoya en ampliar el discurso
criminológico, sin limitarlo al protagonismo del criminal. “Pretender independizar a la Victimología reproduciría a la inversa
el error subsanado con su surgimiento”.2[2] Así pues, el enfoque victimológico dentro de la Criminología complementa una
interpretación más social del delito, que redundará en un mejor conocimiento del fenómeno criminal. La necesidad de
investigar el proceso criminal en su conjunto devalúa la pretensión autonómica o independizadora de la Victimología.

Otro elemento que se esgrime al valorar las razones del florecimiento de los estudios victimales, parte de un enfoque de
entidad utilitarista, explicable por el evidente fracaso de la posición criminalcéntrica de la Escuela Criminológica Clásica,
en otras palabras, al no demostrar eficacia alguna el culto del delincuente debió ceder terreno a otros derroteros
investigativos que buscaran posibles nuevas soluciones al fenómeno.

1[1] Uno de los fundadores del movimiento victimológico, considerado por un amplio sector doctrinal
como el Padre de la Victimología.
2[2] Ver: Pérez González, E. Victimología: evolución, tendencias y aplicaciones. Ponencia presentada en
“Ciencias Penales ´96”. La Habana. Noviembre de 1996. Pág. 2.
A N T O L O G Í A 2 0

EL CONCEPTO DE VÍCTIMA.
La conceptualización de víctima transita por varias etapas y enfoques disímiles. En su acepción ordinaria y más general
denominamos víctima a toda persona que sufre daño por culpa ajena o causa fortuita. En el plano propiamente
criminológico, el concepto de víctima de un crimen puede ser valorado desde dos ángulos diferentes.

Desde la perspectiva amplia, este concepto incluye a todo el perjudicado por el delito, aún cuando no haya recaído
directamente sobre sus bienes la acción criminal. Incluye al titular del bien afectado y a las víctimas indirectas,
representadas por personas que mantienen relaciones interpersonales de diversa índole con el afectado. Con visión
restrictiva hablamos de víctima solo cuando nos referimos al sujeto pasivo del delito, al titular del bien jurídico lesionado
por el criminal. En este caso se valora solo a la víctima directa del acto antijurídico.

En los comienzos de los estudios victímales se visualizaba el lugar y papel de la víctima a partir de la dinámica
interactuante que se producía en la “pareja criminal”,3[3] es decir, el concepto partía de la correlativa interacción entre el
delincuente y su víctima concreta. Por ello, la víctima solo era concebida como una persona natural. Con la evolución de
la criminalidad y su adecuación a los cambios económicos y tecnológicos se ha hecho necesario ampliar o extender la
visión de la víctima a las personas jurídicas; por cuanto la delincuencia desde hace tiempo comenzó a operar en los
planos cibernético, financiero, económico-especulativo, etc. generando fenómenos como la victimización colectiva, en la
que se desdibuja la tradicional víctima personalizada y se produce una especie de indeterminación y anonimato victimal.

Resumiendo podemos afirmar que desde el punto de vista criminológico, víctima es la persona que individual o
colectivamente haya sufrido daños, tales como: lesiones psíquicas o somáticas, pérdidas económicas o afectación de
cualquiera de sus derechos fundamentales, como resultado de una acción u omisión definida como delito dentro de la
Lev Penal.

El estudio y profundización en el tema victimal resulta de inmensa importancia para el trabajo social y preventivo en las
comunidades. En primer lugar, por la necesidad de mitigar en alguna medida la conmoción física y psíquica que produce
en las personas el delito, por cuanto las consecuencias no solo afectan a las víctimas directas sino también a sus familias
y al entorno social. Podría afirmarse que la victimización original sobre una persona concreta, se multiplica y extiende a
las personas más allegadas (familia, amigos, vecinos, etc.) generando un proceso de extensión victimógeno al entorno
interpersonal inmediato, cuestión que hace trascender la dimensión individual del problema y genera estados de ánimo
colectivos de inseguridad ciudadana, produce el consecuente disgusto poblacional y propicia el deterioro de la sana
cotidianidad comunitaria.

Derivado de lo anterior se destaca la necesidad de profundizar en la victimización, si partimos del criterio de que este
proceso no es un hecho o evento azaroso en su totalidad; pues no todos los individuos enfrentan las mismas
probabilidades de convertirse en víctimas, cuestión explicable a partir de la existencia real de lo que la doctrina conoce
como “predisposición o riesgo victimal”. La víctima debe ser estudiada en su relación dinámica con el criminal y la propia
acción delictiva, superándose el rígido esquema tradicional considerativo de un delincuente clásicamente “negativo y
activo” y de su víctima percibida como “inocente y pasiva”. Estos estudios poseen el mérito de esclarecer la relatividad de
la responsabilidad en el suceso criminal y la dialéctica interpersonal que se establece entre la “pareja penal”.
Precisamente la doctrina victimológica ha elaborado diversas clasificaciones o tipologías de víctimas, en intentos más o
menos acertados y aceptados de caracterizar las acciones victimales y destruir el esquematismo tradicional perceptivo de
una víctima inocente y no provocadora de la conducta delictiva.

3[3]La pareja penal está compuesta por la víctima y el delincuente, ambos con intereses antagónicos.
A N T O L O G Í A 2 1

El primero en desarrollar un sistema de clasificación de las víctimas fue el israelita Beniamin Mendelsohn, 4[4] quién
elaboró la siguiente tipología victimal:
 Víctima totalmente inocente (Víctima ideal)
 Víctima por ignorancia (Víctima irreflexiva e imprudente).
 Víctima tan culpable como el delincuente. (Víctima voluntaria).
 Víctima más culpable que el autor. (Víctima provocadora).
 Víctima como única culpable. (Víctima simuladora).

Otro sistema clasificatorio5[5] reconoce la existencia de:


1. Víctimas Participantes.
Víctimas por imprudencia.
Víctimas provocadoras.
Víctimas voluntarias.

2. Falsas víctimas.
Víctima simuladora.
Víctima imaginaria.

3. Víctimas ocultas.

Conceptualizando someramente cada una de las tipologías anteriores podemos caracterizarlos de la siguiente manera:

1. Víctima Participante: Es la persona que activamente interviene en la dinámica criminal, aparece cuando se
produce un determinado nivel de actividad victimal en la materialización del delito.
Víctima por Imprudencia: Es la persona cuya negligencia e irreflexión conductual aporta las condiciones facilitadoras
de la ejecución delictiva, ejemplo: el incorrecto cuidado de la propiedad, irresponsabilidad en el control de actividades
económicas empresariales, etc.
Víctima Provocadora: Aporta el factor causal anterior inmediato al acto delictivo, implica una actitud agresora
precedente del sujeto pasivo del delito. La conducta provocadora posee múltiples variantes de manifestación, por
ejemplo: actitudes ofensivas personales, injurias verbales, abierto enfrentamiento y animadversión al futuro criminal, etc.
Víctima Voluntaria: Aparece cuando la propia persona convertida en víctima condiciona el proceso de su
victimización a un requisito predeterminado. En ejemplificación de este caso, clásicamente se cita el supuesto de la
eutanasia o “muerte por piedad”, en la que la persona acepta o consiente en su propia muerte en caso de hallarse en una
situación de enfermedad irreversible y dolorosa.

2. Falsas Víctimas: Las personas que aducen, faltando a la verdad, haber sido víctimas de conductas criminales;
en esta categoría se presentan sustanciales diferencias entre víctima simuladora y víctima imaginaria.
Víctima Simuladora: Surge cuando la persona que se aduce víctima, proclama su supuesta condición para dañar
malévolamente al presunto delincuente. En esencia, este comportamiento simulador es en sí mismo un delito de
Acusación Falsa, reconocido en la mayoría de los ordenamientos penales modernos.

4[4]Ver: García-Pablos. A. Manual de Criminología. Introducción y teorías de la Criminalidad. Editado por


la Universidad de la Habana. Tomo I. Pág. 82.
5[5]Peris . J M. (1988). Aproximación a la Victimología. Su justificación frente a la Criminología. En:
Cuadernos de Política Criminal. No. 34. Editoriales de Derecho Reunidas. Madrid. Págs. 105-108.
A N T O L O G Í A 2 2

Víctima Imaginaria: Presunta victimización en la que la persona actúa de buena fe, en la creencia errónea de que ha
sido objeto de una agresión delictuosa. El error puede motivarse por percepciones alteradas producto de inestabilidad
psíquica o viciadas apreciaciones de la realidad.
3. Víctimas Ocultas: Son las que poseen como característica común el de permanecer ocultas, lo que no excluye
que en su “anonimato” puedan pertenecer a cualquiera de las categorías o clasificaciones antes desarrolladas.
Este tipo de víctima no denuncia su daño por diversas razones, que pueden ser por ejemplo:
 Vergüenza ante la publicidad de su ofensa. (Delitos sexuales).
 Prohibición del “Código de Honor” de determinados grupos poblacionales con marcadas subculturas
marginales.
 Subvaloración personal de los derechos de género. (Victimización femenina).
 Temor a la prolongación de su proceso victimógeno, por represalia del ofensor ante la denuncia
primaria.
 Desdibujamiento de la victimización individual y la aparición de la victimización colectiva en ilícitos
tales como: los delitos informáticos, las malversaciones contra la propiedad estatal o de grandes
empresas, etc.

TRATAMIENTO JURÍDICO DE LAS VÍCTIMAS


Las posiciones actuales en relación con el tratamiento jurídico de las víctimas y su papel dentro del proceso penal, no
pueden ser comprendidas al margen de la evolución histórica del rol de la víctima en relación con la respuesta o reacción
ante la agresión ilegítima que representa la acción antijurídica del criminal.

En tiempos remotos de la historia humana, en el régimen de la Comunidad Primitiva; la víctima, sus familiares y sus
allegados dentro del Clan,6[6] jugaban la función dominante en la respuesta o reacción vengativa ante la infracción o
agresión de otro individuo. La víctima era la encargada de administrar y dosificar las penas en esa embrionaria justicia
humana. Según las acertadas palabras del renombrado criminólogo García-Pablos de Molina, la víctima “disfrutó del
máximo protagonismo -su edad de oro- durante la justicia primitiva, siendo después drásticamente neutralizado por el
sistema legal moderno”.7[7]

La libre actuación reactiva-vindicativa de la víctima ante la agresión ilegítima e injusta comenzó a valorarse como
derecho de venganza excesivo; situación que obligó a los primitivos legisladores a formular las diferentes variantes de la
conocida Ley del Talión,8[8] que definía un criterio de proporcionalidad, imponiendo limites a la acción vengativa de la
víctima. El ejercicio arbitrario de la venganza privada fue restringido buscando la proporcionalidad entre el daño-sanción y
el daño original causado, determinaciones de equilibrio que aún se vislumbran en la base de la técnica penal
contemporánea.
En la historicidad del papel de la victima resulta distinguible un segundo momento calificado como NEUTRALIZACIÓN. 9[9]
Este periodo, del cual persisten algunas manifestaciones en la actualidad, se asocia al acto monopolizador estatal en

6[6]Palabra gaélica que significa descendencia en común


7[7]García-Pablas de Molina, A. (1994). Criminología. Una introducción a sus fundamentos teóricos para
juristas. Editora Tirant lo Blanch, Valencia. Pág. 38.
8[8] Ley que propugna identificar proporcionalmente la pena y la ofensa, funciona como limite de la
venganza privada. Aparece en varias legislaciones antiguas, tales como: la Ley Mosaica (los Diez
Mandamientos), el Código de Hammurabi, en la Ley de las XII Tablas, etc. A partir de esta última se hizo
pública la máxima más popular de esta Ley, nos referimos a la que plantea: “Ojo por ojo y miembro por
miembro”.
9[9] García-Pablos De Molina, A. Criminología. Una introducción a sus fundamentos teóricos para juristas. Obra Citada. Pág. 38.
A N T O L O G Í A 2 3

relación con la reacción penal; esta situación suprime la venganza privada y crea la ficción jurídica que consiste en
subrogar al Estado en el papel de víctima. En otras palabras, el Estado asume que el acto antijurídico del delincuente
atacó en primer lugar al ordenamiento jurídico sustentador de esa organización política-económica y jurídica; lo que
amerita la consideración del Estado como primera y principal víctima del crimen y sobre esta base la pretensión punitiva
solo corresponde a él, creándose así la justicia centralizada; el ejercicio del “ius puniendi” se configura como monopolio
exclusivo del Estado. Se difumina o desdibuja hasta desaparecer el papel y los intereses de la víctima directa, de la
persona individual que sufrió directamente el ataque antijurídico; se excluye con carácter casi absoluto a la víctima de la
respuesta social al delito y se le convierte en algo accesorio, completamente ajeno a la contienda penal.

“En este sentido la Criminología ha sido clara en establecer que el conflicto le es expropiado por el Estado al ofendido, en
donde su interés a nivel sustantivo se ve reemplazado por el abstracto bien jurídico tutelado y su derecho a la acusación
se ve suprimido en aras de la persecución estatal promovida por la vigencia del principio de oficialidad de la acción
penal”.10[10]

La neutralización de la víctima en la Justicia Penal se justifica a partir de razones muy variadas, entre las que se destaca
la necesidad de pacificación de la relación víctima-delincuente, de distanciar a la víctima del criminal, con la loable
pretensión de garantizar una justicia desapasionada e imparcial, lejana de todo enfrentamiento interpersonal y de la
carga de subjetividad pasional que imprimía la víctima en el proceso de justicia.

Obviamente consideramos fundada la anterior pretensión de serenidad y objetividad en la administración de justicia, pero
nos distanciamos ostensiblemente de considerar irrelevante el papel que debe jugar la víctima en el proceso penal; nos
oponemos a concebirla como mero pretexto de acción penal, o como uno de los testigos de la acusación sin llegar a ser
sujeto de derecho dentro del sistema jurídico-penal.

Esta situación de irrelevancia victimal en el proceso penal y el consecuente refuerzo de los sentimientos desprecio y
humillación vivenciados comúnmente por la víctima en su relación con las instancias del control penal formal (policía,
fiscalía, órganos judiciales, etc.); se denomina doctrinalmente como victimización secundaria, produciéndose así en un
mismo individuo-víctima dos procesos victimógenos secuenciales: el primario y el secundario.

 La Victimización Primaria
Es la resultante del padecimiento delictivo directo y se traduce en efectos físicos, psíquicos, económicos y de rechazo
social, y

 La Victimización Secundaria.
Proceso derivado del “maltrato” a que es sometida la víctima por parte del Sistema Legal, se produce por la potenciación
del impacto del crimen original a consecuencia de la acción de las agencias del Control Social Formal. Está constituido
por el daño que experimenta la víctima de un delito como consecuencia de su interacción con el sistema judicial (policías,
fiscales, jueces, abogados, etc.). Pongamos para su mejor comprensión, un ejemplo común en los Tribunales: una mujer
víctima de violación es sometida al interrogatorio de la defensa de su ofensor y las preguntas del abogado en
cumplimiento de su función garantista, tienden a tergiversar la intervención de esa mujer en el delito, tratando ese
defensor de demostrar; que se produjo la violación como consecuencia de un acto provocador o de excitación sexual de
esa mujer. A la afectación originalmente causada por el delincuente se suma ese cuestionamiento del defensor, que daña

10[10] Cubero Pérez, F.(1998). La tutela efectiva de los derechos de la víctima en el Proceso Penal Costarricense. En: Revista de la Asociación de Ciencias Penales
de Costa Rica. No. 15. Diciembre 1998. Año 10. Pág. 5.
A N T O L O G Í A 2 4

indefectiblemente a la víctima, cubriéndola de vergüenza y generando el consecuente rechazo de esta persona hacia ese
proceso legal en que supuestamente se le está haciendo justicia a su caso.

Un tercer momento histórico en el tratamiento del tema victimológico comenzó a partir de la segunda mitad del pasado
siglo, más concretamente después de culminada la 2da Guerra Mundial, atribuyéndosele este interés creciente por el
papel de la víctima a disímiles razones, que como explicamos anteriormente, son catalogadas por algunos autores como
enfoques utilitaristas del problema victimológico. “Está claro que en la actualidad, se insiste en el estudio de la víctima por
el fracaso del estudio del criminal, y no debe extrañar el que, a la victimología en general, se le atribuya como objeto
principal aquel de ofrecer una mejor comprensión del fenómeno criminal”.11[11] Esta posición parte del hecho innegable de
que las acciones represivas y preventivas sobre el criminal carecen de efectos apreciables, no han aportado soluciones
reales; por ello la ciencia penológica y criminológica ha decidido preocuparse de otros aspectos del hecho criminal, es
decir, comienza a interesarse por el medio social de ocurrencia del crimen y de la situación de la víctima y su papel real
en el mismo; de modo que esta última se responsabilice con un comportamiento que no favorezca la conducta criminal y
que en el mejor de los casos haga desistir al criminal de su acción delictiva.

Otro sector doctrinal de este nuevo movimiento victimológico persigue una redefinición de la función legal del sujeto
pasivo del delito a partir de un enfoque dinámico e interaccionista de la víctima y sus relaciones con el delincuente,
asumiendo la superación por los poderes judiciales de su visión estereotipada y estática del fenómeno criminal y el
consecuente reconocimiento de la víctima como parte del proceso penal, devolviéndole el escamoteado control informal
del conflicto; sustanciándose este último con las formalidades definidas por las leyes y reconociéndole mayor margen de
acción a la víctima dentro del proceso.

EL RIESGO VICTIMAL.
Los estudios doctrinales victimológicos han centrado su atención en la consideración de que ciertas personas y
determinados sectores poblacionales son más proclives a convertirse en víctimas de un hecho criminal. El reconocido
criminólogo mexicano Luis Rodríguez Manzanera expresó: “La victimización no es un evento al azar, puede calcularse la
probabilidad de ser víctima de acuerdo a tiempo y espacio, así como a características personales y sociales” 12[12]. Lo
anterior nos reafirma en el criterio de que existen sujetos con gran predisposición victimal, que ostentan una especial
“fuerza de atracción”13[13] para la acción delictiva, a partir de una peculiar situación o propensión a ser víctimas, lo que
también se conoce como victimidad.14[14]

Los análisis teóricos en relación con la predisposición a sufrir victimización se han orientado a sistematizar diversas
clasificaciones sobre los factores victimógenos o de riesgo victimal y en algunos casos la relación de estos factores con
determinados tipos de delitos. Una estructuración detallada al respecto lo constituyó la elaborada por G. Gullotta,15[15] el
cual distingue varios grupos de factores predisponentes específicos, organizados de la siguiente manera:
1) Factores de origen.
 Factores innatos. (enfermedades congénitas, sexo, etc.)
 Factores adquiridos. (enfermedades que ha padecido el sujeto y que dejan secuelas físicas y psíquicas).

11[11]Peris Riera, JM. Obra Citada. Pág. 98.


12[12]Rodríguez Manzanera, L. La Prevención Victimal. Ponencia presentada en el Curso Internacional de
Criminología. La Habana Julio de 1987. Pág. 6.
13[13]Debe ser interpretada como la vulnerabilidad o riesgo de una persona a convertirse en víctima.

14[14]Conjunto de características de un individuo o grupo humano que lo(s) predisponen a convertirse en víctimas de algún crimen.

15[15]Guilotta, G. La víctima. Guifré. Varese. Italia. 1976. Pág. 23 y sgtes.


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2) Factores temporales
 Factores permanentes (con efectos para todo el periodo vital del individuo)
 Factores temporales (cuando funciona por determinado tiempo).
 Factores ocasionales o pasajeros (de duración breve y aparición esporádica).

Otra clasificación a tener en cuenta se atiene al contenido del factor de riesgo 16[16] y es la que organiza los factores
victimales predisponentes en tres grandes grupos:

1. Factores bio-fisiológicos: Incluyen el sexo, la edad, la raza, etc.


2. Factores de orden psicológico: Sobresalen las desviaciones sexuales tales como la homosexualidad, los
estados psicopatológicos alienantes, los rasgos del carácter, por ejemplo: el carácter negligente e
imprudente de la víctima, etc.
3. Factores de orden social: Incluye situaciones familiares, peculiaridades ambientales, profesiones
específicas (ejemplo: taxistas, policías, prostitutas, etc.).

La clasificación más atinada, en nuestro criterio es la sostenida por García—Pablos, 17[17] criminólogo español que
estructura los factores predisponentes a la victimización en tres grandes grupos:

A). FACTORES OBJETIVOS Y SITUACIONALES.


Se deducen de varias estructuras victimógenas de carácter urbanístico, espaciales, ambientales, etc. Resulta innegable
que existen zonas de las grandes ciudades que se convierten en áreas de alto índice de criminalidad debido a razones
tales como: el ambiente agresivo y marginal de ese territorio. Residir en esas áreas obviamente aumenta el riesgo de
victimización. Otro ejemplo radica en los diseños arquitectónicos y espaciales de zonas de común acceso como parques
de recreación que por su extensión no permiten organizar mecanismos de vigilancia y autoprotección seguros.

B). FACTORES PERSONALES.


Se materializan en dificultades que presenta la persona en el orden físico, psíquico o social, cuestiones que aumentan su
vulnerabilidad a la victimización. Ejemplo: debilidad física por escasa o avanzada edad, proyección social de alta
solvencia económica y material, pertenencia a grupos tales como los homosexuales que generan determinada
agresividad e intolerancia social, etc.

C). FACTORES ASOCIADOS AL ESTILO DE VIDA DE LA PERSONA.


Partimos de conceptualizar el estilo de vida, desde la óptica criminológica, como el conjunto de rutinas conductuales del
individuo en los planos ocupacional, familiar y de ocio. Este estilo de acciones cotidianas puede aproximar y exponer al
individuo a eventos delictivos; pues una persona que acostumbre a relacionarse continuamente con extraños, posee
más probabilidades de ser víctima de un delito que otro individuo que no lo haga.

La connotación victimógena del estilo de vida posee diversas aristas de manifestación, por ejemplo: cuando la futura
víctima hace ostentación de su riqueza al portar gran cantidad de joyas, crea así la oportunidad de ser objeto de un Robo
con Violencia. Otra muestra ilustrativa se constituye por la reiterada asistencia de algunos sectores de la juventud a áreas

16[16]Peris Riera, JM. Obra Citada. Pág. 116.

17[17]García-Pablos de Molina, A. Manual de Criminología. Tomo 1. Obra citada. Pág. 89 y sgtes.


A N T O L O G Í A 2 6

de recreación nocturna donde impera la violencia, la agresividad y hasta el consumo de drogas; en este caso los jóvenes
asumen riesgos que los involucran en cuadros situacionales de entidad victimógena, a partir de estilos de recreación
inadecuados.

Especial atención merece otra arista analítica del riesgo victimal, que complementa lo abordado hasta el momento. Nos
referimos al estudio de los grupos de riesgo victimógeno, partiendo de la consideración de que la predisposición a ser
víctima de los delitos no se distribuye homogéneamente en el entramado de clases y sectores sociales, pues existen
algunos substratos poblacionales más vulnerables a ello.

Por lo general, los estudios de este sentido apuntan a considerar como grupos poblacionales de alto riesgo victimal, entre
otros, a los siguientes:

Las mujeres: Resultan víctimas principalmente de delitos sexuales, violencia intrafamiliar, actitudes machistas-
despreciativas, acoso sexual en el ámbito laboral, etc.
Los menores de edad: Víctimas de violencia en el hogar, de maltratos físicos familiares y escolares. Pueden sufrir
abandono material por parte de familiares marginales y antisociales. Son posibles sujetos pasivos de delitos tales como:
corrupción de menores, estupro, abusos lascivos, abandono de menores, etc.
Los ancianos: En lamentables casos son receptores de maltrato familiar, abandono material familiar, escasa atención
social y víctimas de despojos patrimoniales de su propia familia y de extraños.

El análisis victimológico de elementos de riesgo que hemos desarrollado hasta el momento posee una indudable utilidad
para la prevención de la victimización, pues uno de los mayores logros de estos estudios se centra en la conclusión de
que no basta solo con la Prevención Criminal, sino que además se hace indispensable la Prevención Victimal.

LA PREVENCIÓN VICTIMAL.
La política preventiva tradicional desde hace bastante tiempo ha caído en un descrédito de efectividad; quedó atrás la
utópica creencia de que podíamos reducir la criminalidad por medio de la represión penal, orientada en el mejor de los
casos a la supuesta rehabilitación del criminal, en un total desprecio y olvido por el papel de la víctima y de la seria
posibilidad de controlar preventivamente el delito a partir de la reducción de comportamientos propiciatorios de la
victimización y por ende del delito.

El campo de la Prevención Victimal complementa indefectiblemente a la originaria y tradicional Prevención Criminal; se


amplía sensiblemente el espectro preventivo y como consecuencia se logra una reducción de las tasas de criminalidad.
Con la Prevención Victimal se despliega una labor de enseñanza a los miembros de la colectividad para evitar convertirse
en víctimas, lográndose con ese aprendizaje de autoprotección, la eliminación de muchos delitos.

Así pues, la Prevención Victimal puede ser interpretada como el conjunto de actividades orientadas a evitar que ocurra la
victimización; estas actividades pueden tener entidad individual o colectiva, pero siempre estarán dirigidas a interrumpir el
camino riesgoso seguido por la víctima, camino conceptualizado por Rodríguez Manzanera18[18] como “Iter Victmae” o
camino de la víctima; todo lo anterior en clara analogía con el concepto de “Iter Criminis”, que define al camino de
ideación y ejecución seguido por el criminal.
La verdadera prevención se materializaría con la suspensión de la confluencia del “Iter Criminis” y el “Iter Victmae”,
lográndose que ambos caminos no se intercepten en la ejecución criminal. Actuar sobre estas dos vías exige variantes o
propuestas diferentes en cuanto a: fuerzas especializadas, formas, instrumentos y estrategias preventivas.

18[18] Rodríguez Manzanera, L. Iter Criminis o Iter Victimae. Editorial Porrúa. México. 1985. Pág. 32.
A N T O L O G Í A 2 7

La Criminología más actualizada dirige sus esfuerzos a complementar la Prevención Criminal con la incidencia
profiláctica sobre la víctima potencial (Prevención Victimal). Para ello parte del criterio de que “el crimen es un fenómeno
altamente selectivo, no casual, ni fortuito o aleatorio: busca el lugar oportuno, el momento adecuado.., y la víctima
propicia, también. La condición de víctima (...) tampoco depende del azar o de la fatalidad, sino de ciertas circunstancias
concretas, susceptibles de verificación”.19[19] Todo esto nos reafirma en la seguridad de que el crimen puede ser evitable
a partir de Programas de Prevención peculiarmente dirigidos a neutralizar y eliminar los riesgos de victimización mediante
una precisa y científica labor de disuasión a nivel individual, de colectivos y social, en esos sectores o grupos humanos
susceptibles de victimización.

De lo anterior se deduce que la verdadera Prevención Victimal se dirige a la estructuración y puesta en práctica de
programas que ataquen la victimogénesis, previamente diagnosticada por estudios individualizadores de las
predisposiciones victimales más claras a nivel individual, por territorios y de grupos poblacionales. Especial importancia
adquiere la labor divulgadora e informativa en el contexto de la Prevención Victimal, mediante la cual se provee o
pertrecha a los miembros de la comunidad de un conjunto de recomendaciones prácticas para evitar las situaciones o
actitudes victimógenas.

Los Programas Preventivos Victimales deben contener iniciativas de acción y protección con vistas a reducir las
oportunidades y circunstancias que favorecen la acción criminal. Ejemplo de medidas prácticas y de carácter simple,
podemos citar:
 No hacer ostentación publica de joyas y dinero.
 Evitar caminar de noche por lugares oscuros y de poca visibilidad.
 Portar la menor cantidad de dinero.
 No aceptar invitaciones de desconocidos.
 Evitar situaciones de enfrentamiento o conflicto con otras personas, etc.

De otra parte resulta importante también la Prevención Victimal en el nivel comunitario, cuestión que puede lograrse
mediante la creación de asociaciones de vecinos, cuidado y vigilancia organizada y compartida de áreas comunes,
desarrollo de la solidaridad comunitaria, etc., todo ello complementando las acciones preventivas de carácter individual.

CONCLUSIONES
1. Con el florecimiento de los estudios victimales, la Criminología ha enriquecido sensiblemente su campo de
estudio, creándose una visión más multilateral y dinámica del suceso criminal. La óptica victimológica
posibilita una interpretación más social del delito y propicia el estudio de los factores que inciden en la
predisposición victimal.
2. La relevancia victimal en la respuesta al delito ha transitado por diversas etapas de la historia humana; de un
protagonismo materializado en la venganza privada, pasando por un período de total abandono o
neutralización, hasta llegar a nuestros días en que juega un insuficiente e injustificable rol secundario; a pesar
del renacimiento teórico de los estudios sobre la víctima, acaecido en la segunda mitad del Siglo XX.
3. Doctrinal y prácticamente se reconoce la existencia de ciertos sectores poblacionales y de determinados
individuos que son proclives a convertirse en víctimas de los sucesos criminales; este conjunto de
características predisponentes es denominado victimidad.

19[19]García-Pablos de Molina, A. Criminología, Una introducción a sus fundamentos teóricos para juristas. Obra Citada. Pág. 46.
A N T O L O G Í A 2 8

4. La Prevención Victimal se dirige a combatir la victimogénesis y constituye un complemento preventivo


fundamental de la tradicional Prevención Criminal; generándose así la ampliación del espectro preventivo de
la lucha contra la delincuencia.
5. El conocimiento cada vez más amplio de los estudios y teorías victimológicas propicia la modificación de las
políticas socioeconómicas dirigidas a reducir la victimización y capacita a los agentes de cambio social de
nuestras comunidades para educar a la población y lograr la potenciación de la capacidad de Prevención
Victimal en nuestra sociedad.
A N T O L O G Í A 2 9

El comportamiento del hombre tiene una serie de características


MODALIDADES DE LA expresadas en tres modalidades que hasta el momento son

CONDUCTA HUMANA aceptadas por los círculos científicos, como los canales por excelencia
en los que se manifiesta toda acción humana en este mundo. El
movimiento observado en la vida de todos los hombres es resultado de una actividad relacionada con su evolución
fIlogenética, con su actuar externo y con su vida interna impregnada de cierto desarrollo histórico biográfico. De esta
manera, consideramos como elementos situacionales los contextos social y cultural, las circunstancias políticas, las
condiciones ambientales y cualquier otra situación en la cual se lleva a cabo el comportamiento humano, éste es
manifestado con pensamientos, sentimientos, expectativas, etcétera, o por medio de movimientos músculoesqueléticos;
de igual forma, pueden manifestarse alteraciones en la tasa cardiaca, en la sudoración, en la tensión muscular, en la
respuesta galvánica de la piel.

Es decir, ante un multifacético mundo terrenal, los hombres sólo pueden pensar, actuar y regular su equipo biológico, lo
cual los dirige a regular las funciones biológicas de su cuerpo, a realizar un acto externo o a llevar a cabo una serie de
actividades internas analíticas de retrospección y proyección de historias y proyectos de vida. Las anteriores formas
pueden agruparse en la facultad que tiene el hombre de pensar, actuar expresivamente y regular las manifestaciones de
sus órganos biológicos; esta modalidad es denominada triple sistema de comportamiento, que incluye los aspectos
fisiológico, motor y cognoscitivo.

En cualquier análisis filosófico, psicológico, social o biológico es fundamental tener presente las modalidades en que
ocurre el comportamiento humano, pues así podremos, por un lado, construir categorías analíticas que permitan
interpretar, de la mejor manera, el comportamiento humano en sus variados aspectos, mientras que, por otro, será
factible conocer las relaciones existentes entre las tres modalidades, de tal forma que tengamos información sobre el
funcionamiento coordinado de todas las clases y de la generalización que puede haber entre ellas, así como de los
cambios en una modalidad producto de las variaciones en el sistema y de la especificidad situacional que mantiene los
distintos modos de comportamiento. En relación con esto último, existen evidencias de una falta de concordancia entre la
modalidad motora, cognoscitiva y fisiológica, como acertadamente lo menciona Montero cuando dice que cabe destacar
que el razonamiento moral es una competencia cognitiva necesaria pero no suficiente para la acción moral. La
consistencia entre el razonamiento moral y la conducta moral es uno de los grandes retos que tienen las personas que
trabajan en ese campo (Montero, 1992, p. 15).

En consecuencia, es esencial tener en cuenta -al realizar una interpretación analítica del comportamiento humano-la
forma de expresarse éste, pues desde una perspectiva teórica, empírica, y hasta funcional, es cada vez más evidente la
necesidad de separar con fines de análisis exclusivamente las tres modalidades de respuesta. Tal separación obedece a
dos razones principalmente: la primera tiene que ver con aspectos de tipo práctico y alude a la utilidad que puede tener
esta distinción en la configuración de la conducta humana dentro de una taxonomía social que pretende discriminar entre
diferentes comportamientos de los miembros de una sociedad, en función del grado de cohesión que tienen con los
intereses comunes de la colectividad, esto es, distinguir el grado en que participa cada modalidad de respuesta en la
consumación o aparición de un hecho social, ya sea en su naturaleza individual o grupal. De este modo, para llevar a
cabo lo anterior, debemos efectuar un análisis lógico empírico del balance relativo en que cada modalidad del
comportamiento humano influye en la generación de determinado hecho social.

La segunda razón es de índole más teórica, pues está relacionada con el grado en que las tres modalidades de
comportamiento funcionan de manera coordinada, así como la influencia que pueden tener las variaciones en una
modalidad con los cambios en otra, esto es, los cambios que podemos observar en el actuar humano como
consecuencia de las modificaciones en el razonamiento humano o las transformaciones sufridas en el equipo biológico
A N T O L O G Í A 3 0

de la especie. Si bien en párrafos anteriores hablamos de una falta de concordancia entre la trilogía, esto no invalida la
postura teórica de suponer que la generalización puede ocurrir entre las distintas modalidades como producto de los
cambios en una de ellas; más aún, como han mencionado varios autores (Cone, 1979; Cone y Hawkins, 1977; Buros,
1980), es probable que la falta de equiparación o concordancia se deba a la disparidad de métodos utilizados en la
observación de las tres modalidades del comportamiento humano. Por ejemplo, en la observación de la modalidad
cognoscitiva hemos empleado muy frecuentemente los métodos de retrospección, de historias de vida, de entrevista a
profundidad, de interpretación de los símbolos, etcétera, mientras que para la modalidad motora hemos usado el método
de la observación directa o el registro de los productos permanentes, como es común en criminalística al recoger las
evidencias y tomar las huellas dejadas en el lugar del crimen.

De igual manera, al observar el sistema fisiológico, existen también múltiples métodos e instrumentos enfocados a
examinar los cambios ocurridos en las funciones fisiológicas del equipo biológico del ser humano, aspecto fundamental
en el derecho penal para detectar estados alterados como resultado del consumo de una droga y que de este modo sea
factible fortalecer o debilitar la inimputabilidad de un hecho delictivo. En conclusión, como vemos, es posible que la
ausencia de concordancia en el triple sistema, observada hasta el momento, sea resultado de la gran variedad de
métodos utilizados en su medición; por ello, es imposible tener información fidedigna acerca de la forma como
interactúan o se sincronizan las tres modalidades de la conducta humana a lo largo de su existencia.

Aunado a lo anterior, actualmente ha sido agregado otro problema a la de por sí discutida área de conocimientos del
comportamiento humano: el relacionado con los principios generales que rigen al triple sistema de comportamiento. El
interés en este tema ha estado centrado en determinar si la modalidad cognoscitiva, la motora y la fisiológica son regidas
por los mismos principios o, si por el contrario, una de esas modalidades o varias, trasciende en cierta medida las leyes
ontológicas y epistemológicas que gobiernan a las restantes modalidades. De toda esta discusión, la única luz más o
menos intensa que emerge de la controversia concierne a que todo comportamiento humano es expresado por medio de
tres canales de respuesta relacionados íntimamente: el motor, el cognoscitivo y el fisiológico. Lo único que todavía queda
pendiente de esclarecer de modo convincente es lo relativo a la naturaleza de cada modalidad, aspecto que trataremos
en el apartado siguiente.

Naturaleza de las tres modalidades de la conducta humana y su relación con los conceptos jurídicos
A lo largo de la historia se han utilizado diversos conceptos jurídicos que tienen relación con el comportamiento humano;
de hecho, uno de los propósitos entre muchos de estos conceptos es regido mediante la base de que el Estado tiene
como objetivo de su existencia mantener una disciplina social, al establecer un conjunto de normas: En este sentido, es
evidente la relación tan estrecha que existe entre ciertas concepciones del hombre y las reglas que determina el hombre
para controlarse.

Modalidad motora del comportamiento humano


La naturaleza de la modalidad motora de la conducta humana abarca las actividades observables eferenciales,
objetivamente, que tienen vínculos con la musculatura estriada del cuerpo humano y cuyos efectos en el medio ambiente
son observados en la duración, en la frecuencia de ocurrencia de la conducta y en los productos permanentes que dejan
las actividades eferenciales (Bellack y Hersen, 1978).
Este tipo de modalidad es la que tradicionalmente y aún hasta hoy día ha sido de mayor interés del derecho penal y de
sus disciplinas relacionadas, pues, por ejemplo, como señala Vela, para que exista el delito es necesario no sólo que
exista un acontecimiento en el mundo exterior, sino también que haya un sujeto del derecho penal al que podamos
atribuir esa conducta calificada y reprochársela como violatoria de los ideales de paz y armonía sociales que el sistema
penal busca alcanzar por medio de la tutela (Vela, 1973, p. 3).
De esa manera es obvio que la existencia de un delito presupone, por un lado, un acontecimiento externo -ya sea una
A N T O L O G Í A 3 1

conducta de acción o de omisión- y, por otro, que podamos atribuir la conducta a un sujeto del derecho penal, como es el
hombre. Cuando se conjugan estos elementos, el sujeto humano y la realización de una conducta externa 20 de acción o
de omisión que le es reprochable por ser violatoria de los valores ideales que la ley busca -esto es, realiza una conducta
típica y antijurídica, es el momento de iniciar la búsqueda de la configuración de esta conducta como delictiva o no. De
este modo, es evidente que el punto medular de la acción penal es la aparición de una conducta externa o motora del ser
humano que viola los ideales plasmados en las leyes penales.

A lo largo de su existencia, la conducta motora del ser humano se presenta de forma continua en un espacio y en un
tiempo; sin embargo, la conducta motora no sólo se presenta en un lugar determinado y en un tiempo específico, sino
también aparece de una manera particular, esto es, de una forma especial. por ejemplo, una agresión física puede
consistir en el uso exclusivo de los puños para atacar o en la utilización de los puños y las piernas para golpear a la
víctima. Es evidente, pues, que todo comportamiento motor ocurre en un contexto tanto temporal como situacional, así
como de un modo particular dentro de un sistema sociocultural que determinan el lugar, el tiempo y la topografía con la
que se manifiesta aquél. Estas tres propiedades de la conducta -la temporalidad, la geografía y la topografía constituyen
un aspecto muy importante en la delimitación de los hechos delictivos, pues el tiempo, el lugar y la forma son
dimensiones del delito que estudiamos (entre otras, como veremos más adelante), para determinar la gravedad de la
falta cometida.

Generalmente, estas dimensiones son estudiadas con la finalidad de precisar con exactitud ciertos elementos de la
conducta que poseen un valor incalculable en la reconstrucción de los hechos delictivos, como: a) frecuencia o número
de ocasiones de aparición de la conducta motora, b) tiempo que tardó en aparecer la conducta desde que ocurrió la
causa inmediata que lo originó (latencia), c) ritmo o frecuencia de aparición por unidad de tiempo, d) intensidad o
esfuerzo en la ejecución de una conducta, e) duración o tiempo que se mantuvo la conducta, f) cantidad de elementos
que intervinieron, g) variedad de la conducta, h) componentes utilizados en la realización de la conducta, e i) productos
permanentes en el lugar de los hechos dejados como rastro de la conducta, etcétera.

Los elementos anteriores y muchos otros que sería innecesario mencionar los utiliza especialmente la criminalística para
descubrir el cómo, cuándo, dónde, con qué y para qué de un crimen, así como para descubrir al autor de la conducta
delictiva y explicar y reconstruir el crimen. Para llevar a cabo lo anterior, es primordial-como señala Sotelo- obtener
pruebas físicas que permitan establecer los hechos del crimen, la identidad del criminal, la exoneración de los inocentes,
la culpabilidad del criminal y la mejor forma de aprehender al criminal (Sotelo, 1992, p. 61).
Algunas de las maneras utilizadas para obtener información del rastro de la conducta motora han sido las narraciones de
los testigos presénciales de los acontecimientos, mediante descripciones verbales que permitan reconstruir los hechos
(Clifford y Davies, 1994), otras han sido el registro de los productos permanentes que han dejado rastro del actuar del
sujeto o los sujetos involucrados en él o los hechos antijurídicos, con la finalidad de encontrar el instrumento del delito,
huellas digitales o huellas de pisadas, marcas de llanta u otras claves o pistas.

Desde luego, la modalidad motora del comportamiento humano es pieza medular del derecho penal, conforme es el
eslabón inicial de la cadena de la integración jurídica del delito, cadena en la que aquél es el único facultado para
establecer la norma del deber ser; precisamente por esta última característica, el derecho tiene la facultad de dictar leyes
que tengan como propósito regir la conducta humana que atente contra la sociedad. Una vez identificado el hecho
delictivo, la conducta motora y los resultados físicos de su ejecución pasan a ser de interés de la criminalística, que como
ciencia fáctica busca verificar científicamente el hecho delictivo, así como descubrir al presunto actor del acto, con el
propósito de imponerle una sanción.

20
Llamada también conducta motora.
A N T O L O G Í A 3 2

Modalidad fisiológica del comportamiento humano


La modalidad fisiológica de la conducta humana posee una naturaleza que engloba la actividad del sistema nervioso,
incluidas las reacciones neuroendocrinas. Ejemplos de esta modalidad son la tasa cardiaca, la respuesta galvánica de la
piel, la piloerección, la tensión muscular y algunas reacciones neuroendocrinas (como las catecolaminas, la hormona
tiroides, las esteroides, etcétera).

Esta modalidad fisiológica motivó una gran discusión, en la que, por un lado, algunos afirmaban que los aspectos
fisiológicos del ser humano interactúan muy estrechamente con la modalidad motora y cognoscitiva, por lo cual no había
necesidad de considerarla una modalidad diferente. Por otro lado, algunos otros consideraban que la modalidad
fisiológica no debía reducirse a meras funciones de los distintos subsistemas fisiológicos, por lo cual debía ser estimada
con cierta independencia de las relaciones mutuas que comparte con la modalidad motora y cognoscitiva (Fernández-
Ballesteros, 1981).

En la actualidad, esta última postura ha sido adoptada en la mayoría de los círculos científicos, pues cada vez es más
necesario realizar estudios que proporcionen información sobre cuál es la relación entre la conducta humana y las bases
biológicas de ésta; este acercamiento entre las ciencias humanas y las ciencias biológicas constituye hoy día uno de los
principales centros de interés en el mundo científico, como acertadamente lo han mencionado algunos autores, entre
ellos, Carrobles (1981).
Las respuestas fisiológicas del ser humano pueden clasificarse según los sistemas biológicos que la producen en
respuesta del sistema somático, del sistema nervioso autónomo, del sistema nervioso central y del sistema endocrino y
bioquímico. En cada uno de estos sistemas existen múltiples respuestas que abarcan una amplia gama de la modalidad
fisiológica de la conducta humana; tales respuestas aparecen en el siguiente cuadro:

RESPUESTAS DEL RESPUESTAS DEL RESPUESTAS DEL RESPUESTAS DEL


SISTEMA SOMÁTICO SISTEMA NERVIOSO SISTEMA NERVIOSO SISTEMA ENDOCRINO
AUTÓNOMO CENTRAL Y BIOQUÍMICO
RESPUESTAS SISTEMA RESPUESTAS RESPUESTAS DE
ELECTROMIOGRÁ- CARDIOVASCULAR ENCEFALOGRÁFICAS LAS HORMONAS
FICAS (EMG) 1 Tasa cardiaca
2. Presión sanguínea
3. Flujo Sanguíneo
RESPUESTAS
MOVIMIENTOS TEMPERATURA RESPUESTAS
DE LOS
OCULARES (EOG) CORPORAL EVOCADAS NEUROTRANSMISORES
1. Respuestas medias
evocadas
2. Variaciones negativas
contingentes
RESPIRACIÓN EXCITACIÓN SEXUAL
PLETISMOGRAFÍA
DE PENE Y VAGINA
RESPUESTAS
ELECTRODÉRMICAS
1. Nivel de resistencia
de la piel (SRL)
2. Nivel de conductancia
A N T O L O G Í A 3 3

de la piel (SCL)
3. Nivel de potencial de
la piel (SPL)
4. Respuesta de resisten-
cia de la piel (SRR)
5. Respuesta de conduc-
tancia de la piel (SCR)
6. Respuesta del poten-
cial de la piel (SPR)
RESPUESTA
PUPILOGRÁFICA
RESPUESTAS
GASTROINTESTINALES
MOTILIDAD y PH

SALIVACIÓN

Cuadro: Tipos de respuestas incluidas en la modalidad fisiológica del comportamiento humano.

La modalidad fisiológica de la conducta humana es de capital importancia para determinar la imputabilidad del acto motor
realizado por el sujeto, ya que los actos antijurídicos son de interés para el derecho penal, al ser ejecutados de manera
intencional, dolosa o imprudencia!. De esta forma, hablamos de imputabilidad cuando una persona tiene la capacidad
penal, es decir, cuando tiene la madurez necesaria para medir las consecuencias normales de sus actos. Obviamente,
para que una persona posea el conjunto de condiciones mínimas de salud y desarrollo, al ocurrir la acción motora anti-
jurídica, que lo capacite a responder de ella, es imprescindible que haya un desarrollo biológico adecuado que permita al
individuo realizar juicios acertados en lo referente a la facultad de comprensión (Vela, 1973, p. 20).

En caso de no haber logrado ese desarrollo biológico mínimo o que se vea afectado temporalmente por alguna causa,
será anulada la facultad de entendimiento; por tal motivo, si durante esa etapa inmadura o de afectación temporal el
individuo realiza un acto motor que viole una ley penal, su conducta no será imputable y, por tanto, no deberá ser sujeto
de punición. Así, la imputabilidad tiene sentido en la integración del propio delito, conforme el juicio de reproche que
determina la culpabilidad puede realizarse únicamente a un sujeto imputable; pero si no hay imputabilidad, no podrá
haber culpabilidad y, como menciona Vela, la ausencia de esta última provocará la inexistencia del delito.

Esto es, existirá una causa de inimputabilidad, lo cual quiere decir que aunque una persona haya realizado una conducta
típica y antijurídica, ésta carece de la capacidad para autodeterminarse conforme al sentido de la facultad de
comprensión de la antijuridicidad de su conducta, sea porque la ley le niega dicha facultad o porque, al producirse, el
resultado típico es incapaz de autodeterminarse (Vela, 1973, p. 44).

Modalidad cognoscitiva del comportamiento humano


La polémica principal en relación con el comportamiento humano ocurre en la modalidad cognoscitiva, ya que hasta al
momento no hemos encontrado una respuesta contundente a la pregunta acerca de si la modalidad cognoscitiva está
regida por los mismos principios generales que gobiernan a la modalidad motora y a la fisiológica, o si los procesos
cognoscitivos suponen manifestaciones producto del desarrollo f1logenético y de la historia social de la humanidad. Otro
asunto que sigue siendo polémico en cuanto a la modalidad cognoscitiva consiste en si ésta no es un epifenómeno de lo
biológico y, por consiguiente, responde a modificaciones biológicas específicas, o si ambos aspectos suponen
actividades interactuantes sin relaciones causales. En esta disputa otras voces se han levantado y recomiendan tener
A N T O L O G Í A 3 4

cuidado porque, de seguir así, hay el peligro de regresar al dualismo cartesiano de mente y cuerpo, aspecto superado en
la interpretación del comportamiento humano. Al equiparar el término mente, como sinónimo de lo cognoscitivo, estamos
a un paso de regresar a suponer que hay una sustancia pensante, llamada alma o espíritu, y una sustancia extensa, sin
la cual no podemos imaginar un cuerpo, denominado materia.

Como resultado de esa disputa, han sido múltiples los significados que ha adoptado la modalidad cognoscitiva; por
ejemplo, desde el punto de vista personológico, lo cognoscitivo se reduce al estudio de los rasgos, como fue al principio
del siglo en la criminología, cuando hablábamos de diversos tipos de delincuentes con base en las características de
personalidad más sobresalientes, lo cual llevó a clasificar a los individuos según algunos constructos hipotéticos; uno de
los representantes más notables de esta postura fue Lombroso. Mientras que en la personología lo cognoscitivo es
reducido a rasgo de personalidad, en el estructuralismo lo equiparamos con las estructuras mentales desarrolladas como
un efecto de la evolución ontogenética del individuo.

Desde una aproximación teórica que parte de la informática, la modalidad cognoscitiva es vista como los procesos y
estrategias con los cuales los humanos reciben, reconvierten y formulan la información que reciben del exterior. Por el
contrario, para la escuela soviética, la modalidad cognoscitiva tiene que ver exclusivamente con las funciones superiores
del pensamiento, por lo cual es reducida a un proceso sólo humano, como ya lo había mencionado Descartes. Según
comenta Vargas, el animal no piensa, pues no habla ni se adapta, pero Descartes sugiere que aquél no es sino materia y
su actividad sólo puede explicarse por el concurso de las fuerzas físicas (Vargas, 1972, p. 263).

Como conclusión es posible mencionar que la modalidad cognoscitiva del comportamiento humano se ha
conceptualizado con base en constructos, estructuras, procesos, estrategias, funciones y contenidos que por definición
ejercen un efecto en el individuo o la persona. El elemento en común de todas las conceptualizaciones, unas por un lado
y otras por otro, es tratar de trascender la idea simplista de que la modalidad cognoscitiva alude a todo "lo que piensan y
sienten las personas"; por tal motivo, su interés está centrado en el estudió de íos procesos, como: a) las atribuciones y
las creencias, esto es, la forma como las personas seleccionan, discriminan, valoran, califican y explican el mundo físico
y su entorno social; b) la imaginación, que corresponde a la manera como los individuos se representan a su mundo
exterior e interior; c) las estrategias y las autoinstrucciones, las primeras de las cuales abarcan a la logística de
pensamiento que el sujeto utiliza en la solución de sus problemas cotidianos, y las segundas incluyen las indicaciones
que la persona se suministra a sí misma para regular su comportamiento, y d) las expectativas, esto es, la forma como
las personas se preparan para recibir determinado evento, ya sea interno o proveniente del ámbito social.

Por otra parte, además de la preparación para recibir algo, la actividad humana en lo cognoscitivo está regulada por los
autoelogios que el sujeto obtenga en respuesta a la realización de determinada meta; de tal manera, en este proceso
estudiamos los elementos relacionados tanto con la anticipación o la expectativa, como con las consecuencias
autoproducidas.

La modalidad cognoscitiva y su papel en la integración del delito


Independientemente de cómo sean interpretadas la modalidad cognoscitiva y los aspectos a los que demos mayor
atención, desde una perspectiva jurídica lo importante es saber si una persona es culpable, o sea, si cometió una acción
intencional o imprudencial, con la finalidad de aplicar la pena respectiva. Así, como la modalidad motora de la conducta
humana es el elemento principal que pone en movimiento el aparato jurídico ante la comisión de una conducta antisocial,
con la finalidad de encontrar al sujeto al que podamos atribuir el hecho, la modalidad cognoscitiva de la conducta humana
también desempeña un papel muy importante, en lo que Solís denomina integración jurídica del delito, que consiste en
determinar si un individuo capaz (es decir, imputable) obró dolosa o imprudencialmente; en caso de que así lo sea, para
los fines legales corresponde imponerle una pena como retribución que el Estado aplica al actor consciente de una
A N T O L O G Í A 3 5

conducta dañosa, para evitar que vuelva a producirla o (que otros le imiten. Es bien cierto que la culpabilidad alude, no a
la calidad del acto en sí mismo, sino a la del individuo y a la dirección mental que imprimió a su acción, a la significación
psíquica en el agente, pero, para las finalidades penales, es concepto esencial al integrar la noción de delito (Salís, 1985,
p. 41).

De esta manera -como dice Vela, -la culpabilidad debe tener como punto de referencia el contenido psíquico de la
conducta de un individuo determinado, que es autor de una conducta típica y antijurídica, de tal forma que se le apliquen
las consecuencias que la ley ha previsto para quien es responsable de haber cometido el delito, es decir, para la
irnposición del castigo o sanción para el culpable y responsable (Vela, 1973, p. 137). Evidentemente, la culpabilidad no
es una propiedad intrínseca a la conducta humana, sino una característica asignada con base en el sujeto que realizó el
acto conductual externo y la valoración hecha de éste, en función de las capacidades cognoscitivas volitivas presentadas
en la persona al realizar el acto antijurídico.
A N T O L O G Í A 3 6

Las aportaciones de la psiquiatría a la criminología se refieren básicamente a dos


CRIMINALIDAD aspectos:

Y PATOLOGÍA 1. la búsqueda de explicaciones a los enigmas del crimen y del criminal;


2. la rehabilitación del criminal encarcelado. Hacia el final del siglo XIX, la
búsqueda de explicaciones de la conducta criminal condujo a la identificación de defectos orgánicos en cierto
tipo de criminales y al concepto de que "relacionado con el crimen y la degeneración hay un cerebro con
características propias".

Este concepto propuesto por Lombroso, sobre la base de hallazgos anatómicos y fisiológicos, tuvo en su tiempo muchos
seguidores.

Al principio de este siglo, los psiquiatras fijaron su atención en la deficiencia mental y algunos pensaron que éste era un
factor capaz de explicar una gama extensa de acciones criminales. En un trabajo clásico, Fernall mantuvo que cada débil
mental particularmente, si no lo es en grado profundo, es un criminal en potencia que únicamente requiere de un
ambiente apropiado y una oportunidad para manifestar su criminalidad. Pocos psiquiatras estuvieron en desacuerdo con
este autor cuando afirmó: "la debilidad mental es la madre del crimen, de la degeneración y del pauperismo". El uso
generalizado de las pruebas de inteligencia de Simon y Binet hizo posible la identificación de un número elevado de
débiles mentales, del 25% al 98% en la población de varias prisiones. Sin embargo, otros investigadores no confirmaron
estos hallazgos, Murchisson comparó la inteligencia de criminales encarcelados con la de adultos de la población en
general y no encontró diferencias notables. Hoy en día, eliminando el error de la generalización, se reconoce que los
deficientes mentales tienen inclinación a cometer cierta clase de acciones criminales.

Los líderes de la psiquiatría forense norteamericana, Benjamin Karpman y W. A. White, comenzaron sus estudios hace
más de 50 años. El primero identificó a un grupo especial de ofensores con personalidad antisocial: impulsivos y
agresivos, que no se sienten culpables por sus acciones reprobables y que son incapaces de formar ligas estables de
afecto con otras personas. El término "personalidad psicopática" equivalente al término "locura moral", usado casi un
siglo antes por Prichar, entró al lenguaje psiquiátrico y criminológico y más tarde ha sido, tal vez desventajosamente,
sustituido por el de "personalidad sociopática", muy usado en nuestros días.

En la tercera y cuarta década de este siglo las teorías ambientalistas comenzaron a tomar fuerza. Entonces, se inculpó a
la sociedad hacia esta época, el psicoanálisis había rebasado los límites de la medicina y las explicaciones propuestas
por Freud acerca de los motivos inconscientes y los órganos infantiles de la conducta neurótica se trasladaron al campo
de la criminología.

Hoy se reconoce que la criminalidad es un fenómeno complejo que tiene múltiples determinantes: la herencia, la familia,
el vecindario, la injusticia social, las condiciones generales del mundo, incluyendo el cambio social y la deshumanización
de la vida en grandes poblaciones urbanas.

La idea de que una porción significativa de criminales sufre defectos o desórdenes mentales en formas y grados
diversos, se apoya en estudios científicos del problema, uno de ellos hoy visto como clásico es el de Bernar Glueck,
quien examinó a una población numerosa de prisioneros en Sing Sing, Nueva York; este investigador encontró que 58%
de ellos sufría alguna forma de desorden mental. En 1972, Karl Manninger, apoyándose en el punto de vista de que los
criminales sufren con frecuencia desorden psicopatológico, recomendó a la barra americana de abogados que "cada
tribunal tenga acceso a un psiquiatra y que en cada institución correccional se haga en cada caso un reporte psiquiátrico
antes de conceder la libertad preparatoria o de la transferencia entre instituciones".
A N T O L O G Í A 3 7

En algunos países se han puesto en práctica programas de tratamiento y rehabilitación para ciertos ofensores con el fin
de curarlos y después devolverles la libertad. Esta ha sido una tarea en que legistas, criminólogos y psiquiatras han unido
sus esfuerzos.

Las aportaciones de la psiquiatría al conocimiento del crimen y del criminal son de dos tipos: unos están basados en los
estudios clínicos neuropsicológicos y otros en el estudio psicodinámico minucioso de casos individuales. Me refiero en
primer lugar a los estudios clínicos epidemiológicos.

La personalidad de sujetos que cometen múltiples homicidios, difiere de la personalidad de quienes cometen un
homicidio durante un acto delictivo de otra clase o de los autores de crímenes pasionales del tipo más común. Sherver
Trasier estudió a 65 multihomicidas y encontró que la mayor parte de ellos tiene un sistema delirante encapsulado, una
"paranoia focal".

Aproximadamente en 30% de los homicidas existen datos psicopatológicos evidentes, clasificables como trastornos
psicológicos. La esquizofrenia tiene entre ellos la representación más numerosa: un homicidio brusco, impulsivo,
aparentemente sin motivo, tal vez la respuesta al mandato de una voz alucinante es característico. En general, predecir
la comisión de actos violentos por parte de enfermos esquizofrénicos es particularmente difícil. En otros homicidas, la
depresión melancólica es el factor operante. Quienes matan a uno o más miembros de la familia y continuación se
suicidan, son generalmente enfermos melancólicos. Un hecho que se representa a reflexión es que las historias de
quienes posteriormente cometen un homicidio es frecuente identificar la presencia de ideas suicidas. Identificación
suicida o intentos de suicidio son antecedentes más comunes de lo esperado entre quienes realizan actos criminales
violentos. MacDonald describe que 16 de 100 recluidos por el delito de haber proferido amenaza de muerte relataron
haber hecho intentos de suicidio. Por otra parte, los autores de crímenes violentos y entre los ofensores sexuales no es
frecuente identificar a sujetos con desórdenes psicopáticos del carácter. En la pedofilia, el índice de homicidios es más
elevado que en otras desviaciones sexuales.

Tanto los requisitos electroencefalográficos de superficie como aquellos que implican la aparición de electrodos
profundos aportan algunos datos. Un estudio de Sayed puso de manifiesto anomalías electroencefalográficas en 65% de
32 homicidas insanos. Estas anomalías se encontraron mucho menos frecuentemente entre los miembros de un grupo
de control. El hallazgo más común fue "ondas lentas en forma difusa". No hay que perder de vista que de 50 a 60% de
los individuos con personalidad psicopática tiene alguna anormalidad electroencefalográfica, en tanto que anomalías
semejantes se encuentran en 10% a 30% de enfermos mentales y 30% de enfermos esquizofrénicos.

Falconer y sus colaboradores han dado a conocer que 38% de las personas que sufren epilepsia del lóbulo temporal
muestran una agresividad que es patológica. Sin embargo, aunque generalmente se reconoce que hay una relación entre
las alteraciones del lóbulo temporal y la conducta violenta, algunos neurólogos opinan que esta relación es ligeramente
más alta en la población epiléptica que en la no epiléptica. Las investigaciones en el campo de la neuropatología y de la
neurofisiología no dejan dudas en cuanto a que el sustrato neurofisiológico de las perturbaciones de la conducta violenta
radica en las formaciones cerebrales del lóbulo temporal y sus conexiones, incluyendo el hipocampo, la amígdala, el
hipotálamo y la formación reticular. Si bien los estudios de cerebros de criminales agresivos muestran ocasionalmente
cambios en el sistema límbico, estos cambios son discretos, están ausentes en muchos casos y podía tratarse sólo de
artefactos.

Se ha discutido el papel que desempeñan las hormonas de la agresividad. En un estudio reciente Kreuz y Rose
encontraron cierta correlación entre conducta agresiva y niveles elevados de testosterona en la sangre de prisioneros
varones, de 20 a 35 años; conviene mencionar que estrógenos y otras hormonas sexuales femeninas como los
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gestógenos disminuyen la actividad sexual excesiva en el varón y atenúan su conducta violenta, en tanto que en las
mujeres, se puede observar en los días que preceden a la menstruación un aumento de agresividad.

La relación entre hormonas sexuales masculinas y conducta violenta es clara; sin embargo, estudios en individuos que
han cometido actos violentos no son convincentes del todo, porque es imposible separar cambios hormonales discretos,
de una variedad de factores psicológicos ambientales. Por otra parte, estos factores por sí mismos tienen efectos
poderosos en la producción de hormonas.

Las investigaciones de las bases genéticas de la criminalidad, muestran que los parientes de un criminal tienen un riesgo
mayor de ser criminales. Los estudios de gemelos monozigóticos y dizigóticos muestran que en cuanto a perturbaciones
de la conducta la concordancia es mayor entre los primeros que entre los segundos.

En 1965 Jacobs y sus colegas publicaron los resultados de un estudio de cromosomas en la población de una institución
carcelaria para delincuentes peligrosos en Carsteirs, Escocia. En 9 de 315 varones encontraron un cariotipo XYY. Los
XYY tuvieron como promedio de estatura mayor de diez y medio centímetros; se dijo que en estos sujetos la historia
familiar no explicaba su vida criminal y se infirió que el cromosoma Y extra era el "causante de los conflictos de estos
sujetos con la ley". Es de notarse que en la población, en tanto que en una muestra de niños recién nacidos es mucho
menor, aproximadamente 1 por mil. Se incluyó que el riesgo que tienen estos individuos XYY de desarrollar conducta
criminal es mayor que el promedio. Muchos otros estudios siguieron al reporte original en Europa y en los Estados
Unidos.

En conjunto, estos estudios muestran que entre 13,500 sujetos estudiados en instituciones penales para delincuentes
peligrosos y en instituciones psicológicas, 147, es decir, 10.9 por 1,000 eran XYY. Estos datos indican que el riesgo de
individuos con un cromosoma Y extra, de encontrarse un día en institución carcelaria o psiquiátrica es mayor.

Resumiendo: el cariotipo XYY, la sobreproducción de testosterona, el daño cerebral mínimo y los desórdenes del lóbulo
temporal, son anomalías que se encuentran en 10% a 50% de las personas que han sido aprehendidas y se les
encuentra culpables de crímenes. Sin embargo, es difícil establecer en forma general el papel que desempeñan en la
conducta criminal los factores orgánicos, requiere más investigaciones precisar su papel; sin embargo, en casos
individuales no puede pasarse por alto la presencia de factores orgánicos como los señalados anteriormente.

Se han llevado a cabo estudios psiquiátricos con un enfoque diferente a partir de la hipótesis de que en muchos casos
hay motivos inconscientes que pueden explicar la acción criminal. Los casos estudiados minuciosamente son
relativamente pocos y el método de estudio no permite sacar conclusiones; no obstante, se trata de una hipótesis valiosa
cuando se trata de ahondar en las raíces individuales del crimen; en todo caso, las explicaciones psicodinámicas
derivadas del estudio de algunos individuos pueden conducir a investigaciones futuras como muestras más numerosas y
representativas.

En general, los crímenes que hasta ahora han intrigado a los psiquiatras no son las pequeñas ofensas, sino los grandes
crímenes y particularmente aquellos "sin sentido" cuya comisión sugiere la participación de móviles irracionales.

Los motivos de muchos homicidas no son misteriosos: en algunos casos son la culminación de un cálculo frío y es claro
que sus autores buscan una ganancia material. Hay otros homicidios como los que ocurren más a menudo bajo el influjo
de la intoxicación alcohólica, en el curso de un asalto, o de una pelea trivial de los cuales se podría decir que son
"accidentales" y comprensibles en el contexto de las circunstancias que les rodeen.
A N T O L O G Í A 3 9

Un punto de vista psicodinámico generalmente aceptado es que muchos de los crímenes graves de los jóvenes y de los
adultos, tales como homicidios, violaciones, etc., se asientan sobre el antecedente de que el culpable ha tenido
experiencias infantiles excepcionales que destruyen su fe y le generan sentimientos profundos de desamparo y
posteriormente poderosos impulsos de revancha. Se ha atribuido importancia a las experiencias infantiles que resultan de
la brutalidad del padre y el abandono de la madre; en muchos de estos casos, son comunes el odio a la autoridad y a
valores de los adultos.

Las frustraciones que sufre un niño tienen influencia en su proclividad a la agresión y a la violencia; el niño inicia su
desarrollo dependiendo totalmente de su madre, y sin ella no satisface sus necesidades, se siente frustrado y
atemorizado. Después se vuelve terco, desafiante y hostil. A veces ocurre que incorpora reglas y restricciones y las
aporta como propias y se vuelve disciplinario, cruel, sádico y suspicaz.

Por otra parte, el origen de la ternura está en la liga infantil con la madre, ya que en relación con la madre el niño aprende
a recibir y dar ternura. Muchos adolescentes tienen un tabú a la ternura, evitan expresarla en el medio de los de su grupo
de edad y en cada oportunidad se muestran duros, desconsiderados y crueles, es como si para ellos ser tierno fuera
equivalente a mostrarse femeninos y les pusiera en peligro de no poder afirmar su masculinidad.

Hay otro aspecto acerca de las raíces infantiles de la violencia y del crimen: las culturas, las subculturas y las familias,
difieren en cuanto a los métodos que ponen en juego para suprimir la conducta inaceptable de los niños. Un patrón de
disciplina consiste en hacer uso de la humillación, es decir, suscitar en el niño sentimientos de venganza y minusvalía.

Otro patrón se basa en forma predominantemente de suscitarle sentimientos de culpabilidad. En el desarrollo humano, la
vergüenza precede en la aparición a la culpa y se acompaña del impulso a desaparecer o hacer desaparecer al ofensor.

El sentimiento de culpa emerge más tardíamente hacia los cuatro años y se liga con el impulso a la expiación. En el joven
y en el adulto sensibilizados, especialmente a través de experiencias infantiles de humillación y de vergüenza, la
violación puede desencadenarse por motivos aparentemente triviales, porque alguien "me miró feo" le hizo "quedar en
ridículo", etc.

La infancia de ciertos jóvenes que cometen homicidios "sin sentido", trascurrió en el seno de una familia desintegrada
que no les ofreció la oportunidad de identificarse con modelos positivos estables, sino solamente pobreza emocional y
violencia primitiva. Aunque muchos de estos jóvenes fueron en realidad abandonados por sus madres, muestran una
peculiar renuencia a culpar a la madre de su abandono y tienen en cambio la fantasía de que su madre es buena y que el
verdadero villano es su padre, cruel o ausente.

En otros casos, es aparente que la madre no supo o no pudo dar apoyo y mantener en el niño viva la fe y la esperanza
de que sus deseos serían satisfechos. Una consecuencia es que en el curso de su desarrollo estos niños no adquieren
un sentimiento firme de identidad y su conducta moral es débil y está mal integrada.

Es frecuente que la víctima del homicida juvenil sea un hombre adulto, símbolo del padre, y también es frecuente que la
víctima haya suscitado en el homicida una reacción desproporcionada a un regaño o a un comentario derogatorio.
Sin embargo, no obstante el trasfondo de desintegración familiar y de violencia que rodea a muchos niños, éstos no se
vuelven homicidas. ¿Cómo lograron evadirse de las consecuencias? No conocemos la respuesta; en términos muy
generales, el papel principal del padre es apoyar los controles internos y reforzar las inhibiciones sociales del niño y el de
la madre es darle ternura y recibirla. No cabe duda de que con base en disposiciones biológicas hay grandes diferencias
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en las respuestas de los niños y las circunstancias que les rodean y que las mismas experiencias adversas influyen en
diferentes niños en formas distintas.

En algunos casos criminales, el exhibicionismo desempeña un papel importante. El delincuente necesita demostrar a la
sociedad símbolo de imagen paterna, que tiene la fuerza necesaria para desquitarse del mal que le hizo cuando fue niño.

Otra hipótesis psicodinámica útil para comprender a algunos criminales es que cuando aún conscientemente el criminal
trata de eludir las consecuencias de sus actos, en él operan fuerzas inconscientes que le impulsan a buscar castigo. La
puesta en juego de estas tendencias autopunitivas explicaría esos casos en el que un delincuente es atrapado a causa
de que comete errores inexplicables. No se trata de simples descuidos, sino de algo más absurdo que puede
interpretarse como una traición a sí mismo; la influencia es que está en juego un poderoso deseo de ser castigado.

Es parte de la naturaleza humana sentir culpa cuando se trasgreden valores que se han aceptado. La carencia de esta
capacidad de sentir culpa caracteriza a las personalidades psicopáticas. El sentimiento de culpa explica por qué un
"crimen perfecto" es en todo caso infrecuente; la necesidad inconsciente de ser castigado puede ser una fuerza
propulsora más poderosa que el deseo conciente de evadir la ley, de ahí que en los anales de la criminología se relatan
numerosos casos de criminales que planean sus casos minuciosamente y no obstante cometen errores y dejan indicios
que permiten a la policía aclarar los hechos y aprehender a sus autores.

No es infrecuente que ciertos criminales se expongan a ser detenidos por visitar el escenario de su crimen. Esto puede
relacionarse tanto con la necesidad de ser castigado, como por la necesidad, también inconsciente, de retar al destino
proclamando al mundo que se es poderoso.

Se ha explorado la relación entre el sexo y la violencia, ambos están muy relacionados. Cierto grado de agresividad es
un ingrediente de la sexualidad. El sentimiento de autoestima del varón está arraigado en su poder sexual y el sadismo
se expresa en forma perversa. Sadismo y masoquismo están involucrados en algunos crímenes, en los cuales una
simbólisis sadomasoquista entre atacante y víctima es aparente. La víctima provoca al victimario creando las
circunstancias que suscitan el que se le ataque. Aparentemente, las tendencias sádicas del atacante encuentran un
adjetivo adecuado en los sentimientos masoquistas de la víctima y viceversa.

Delincuencia y sociedad
La conducta antisocial se genera y se manifiesta en el medio social. Los móviles y las metas de un individuo así como
sus inhibiciones y sus controles, son el producto de su interacción con otros: lo que una persona ve, cree, experimenta,
hace y desea, depende en gran parte de la posición que ocupa en la sociedad.

Nuestra personalidad social codetermina con disposiciones biológicas nuestras actitudes, nuestras costumbres y también
nuestros valores y nuestras expectativas; en el proceso de pertenecer a nuestros grupos, aprendemos a actuar en la
forma que la sociedad demanda de nosotros.

El que el niño y después el joven se comporten en forma socialmente aceptable o inaceptable depende en parte del
concepto que se ha formado acerca de sí mismo y este concepto está a su vez determinado por la perspectiva desde la
cual es visto por otras personas significativas.
Además de las influencias que pueden trazarse a la sociedad en general, el proceso de socialización tiene variaciones
que dependen de la estructura de la familia, la personalidad de los padres, la autoridad que ejercen, los valores y metas
presentados en la casa y en la escuela.
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Hay condiciones generales de la sociedad que no favorecen el desarrollo armónico de los individuos; el cambio
acelerado, el hacinamiento, las dificultades para el trasporte, el deterioro del medio natural, etc.; no propician una vida
saludable. Las tensiones sociales que dependen de pobreza, el hacinamiento, la insalubridad, la desnutrición, el
desempleo y sobre todo el aislamiento social, debilitan física y psicológicamente a las personas y les generan
sentimientos de frustración, rechazo y desamparo. En las familias miserables son débiles los vínculos internos y los
vínculos con grupos sociales. El conjunto genera hostilidad y puede inclinar la balanza en la dirección de la conducta
antisocial y la criminalidad.

Ciertos grupos no están incorporados en estructuras sociales durables y las personas que forman parte de ellos, están
sujetas a tensiones especiales. Merton dice que en sociedades en las cuales se pone el mayor énfasis en metas de éxito
y poder, muchos individuos no encuentran caminos socialmente aceptables para alcanzar esas metas, y no es de
sorprenderse que quienes no logran el éxito se subestiman a sí mismos, envidian a quienes lo han alcanzado y pueden
sentirse inclinados a obtener por medios ilícitos lo que la sociedad les niega.

La sociedad mantiene un control sobre los individuos, en parte por sus normas, valores y prejuicios que son trasmitidos
por la familia y el grupo social y en parte por los mecanismos que establece para castigar a quienes se desvían.

En las áreas urbanas, la delincuencia y el abuso de las drogas son esencialmente fenómenos de grupo. Muchos
delincuentes juveniles aprenden a conducirse como tales con el apoyo de la subcultura de los de su grupo de edad.

El término inadaptación es muy usado para referirse a las desviaciones. Es un concepto útil pero tiene la desventaja de
presuponer que los arreglos sociales son siempre buenos y que la gente debe aceptarlos. En realidad, un delincuente
puede estar bien adaptado a su medio, pero puede no ser competente para funcionar en la sociedad convencional. El
concepto de competencia social, que le define como la capacidad de actuar eficazmente tanto en las funciones que le
son asignadas por la sociedad, como en otras a las cuales aspira. La competencia depende de que uno se perciba a sí
mismo como capaz de contender o que tenga un buen nivel de autoestima. La competencia es favorecida por los
estímulos que le permitan al niño un buen desarrollo cognitivo y la aceptación de metas ideales. Es claro que la pobreza
y todo lo que va con ella obstaculiza el logro de la competencia como meta de desarrollo. Una proporción importante de
los pobres son más vulnerables y más propensos a ciertas formas de delincuencia porque son incompetentes.

No hay que perder de vista que ocultas por las funciones manifiestas e intencionadas que constituyen ostensiblemente su
razón de ser, las instituciones tienen funciones latentes, no intencionales, que ni siquiera son advertidas por la mayor
parte de los miembros de la sociedad. Por ejemplo, la función manifiesta de los reclusorios es rehabilitar a quienes han
demostrado incapacidad de vivir en la comunidad, pero su función latente es aislarlos y sobre todo troquelarlos como
delincuentes crónicos cada vez menos capaces de funcionar armónicamente en la comunidad.

El síndrome de "deterioro social" descrito en algunos asilos para enfermos mentales, caracterizado por abandono,
pasividad, retraimiento y explosiones de violencia, es consecuencia del descuido, el aislamiento y el trato impersonal; es
también consecuencia de las condiciones que privan en algunos establecimientos penitenciarios, donde además suelen
fructificar todos los abusos e indignidades.

Sin pretender ahondar en las raíces sociales de la violencia y de las condiciones que la promueven, cabe señalar algunos
hechos: la frustración de ambiciones poderosas, el medio y el odio aunados a la pérdida de la fe en que la sociedad
puede dar satisfacción suscita violencia. En los grupos siempre hay individuos que están más dispuestos que otros a
actuar con violencia y la contagian a otros.
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Hay sin duda factores no psiquiátricos ni sociales que están en la raíz de las personalidades violentas, pero también
ocurre que como parte de la educación que se da a los hijos se instalan en sus mentes actitudes que les condicionan
para reaccionar con violencia cuando son atacados sus símbolos vitales o cuando se hieren sus sentimientos de
autoestima.

Se ha denunciado, justificadamente, la ligereza con que la sociedad trata a la conducta violenta y el crimen, los medios
de comunicación y en especial la TV muestran todos los días actividades criminales con el fin de producir excitación en el
público.

A muchas personas, la vista de estas acciones les despierta fantasías dormidas y también es posible que por ver
escenas violentas en forma repetida, se experimente una habituación a la violencia y se desvanezca la repugnancia a
verla como solución de los conflictos humanos. Es claro que los medios de comunicación no crean la violencia, sólo
responden al hecho de que la violencia y el sadismo fascinan a muchas personas. En realidad muchas personas desean
la violencia: les divierte y les gusta. Una hipótesis psicodinámica es que las víctimas y los asesinos que nos repugnan,
también nos atraen, porque expresan nuestra violencia oculta. "La sociedad odia a sus criminales, pero parece amar sus
crímenes".

Predicción de la conducta criminal


¿Puede la psiquiatría contribuir a la predicción de la conducta criminal? La respuesta a esta pregunta tiene gran interés,
si bien no es posible identificar con certeza, con base en aspectos de la infancia, a la persona potencialmente criminal;
algunos indicios pueden definirse desde entonces en casos excepcionales. Si un niño muestra con hechos su inclinación
a las amenazas y a los ataques violentos a otros niños, y sufre la tríada infrecuente pero característica formada por
enuresis, inclinación a torturar animales y porimánica, se le puede pronosticar un futuro criminal.

Los esposos Glueck han intentado predecir la delincuencia juvenil en la época en la cual los niños ingresan a la escuela,
mediante unas tablas que toman en cuenta las condiciones de la vida familiar tales como la clase de disciplina a la que
van sujetos los niños y el afecto, a falta de afecto de los padres. Estos autores piensan que el carácter queda fijo antes
de los seis años y que en esos primeros años es cuando operan las fuerzas que inclinan al desarrollo de una
personalidad que predispone a la conducta antisocial y el crimen. Las tablas de los esposos Glueck han resultado
notablemente atinadas.

Singer, quien ha estudiado la relación entre la delincuencia y las configuraciones familiares, dice que la configuración que
es más usualmente encontrada en familias con hijos antisociales se caracteriza por ser muy restrictiva al establecer
reglas, floja para hacerlas cumplir y débil para castigar al niño cuando las trasgrede. Esta configuración más que otras,
parece abrir un canal antisocial que conduce a la delincuencia.

La predicción de la delincuencia en la adolescencia temprana, se ha basado en el nivel de socialización alcanzado;


ciertas formas de conductas definidas como predelincuentes, hostilidad hacia los adultos, conflicto de autoridad,
incapacidad de aceptar la disciplina escolar, entre otros. El concepto que el joven tiene de sí mismo parece ser muy
importante. "Los malos muchachos" tienen entonces y continúan teniendo una imagen desfavorable de sí mismos y de
los demás, y piensan que todos los detestan y en realidad no les dan ninguna importancia.
Según Abramson la violencia en la familia, la falta de identificación con el padre, porque éste ha fallado o dado al niño un
trato brutal, el domino de la madre, el aislamiento, la timidez excesiva y las fantasías recurrentes de poder y revancha,
son factores concurrentes en muchos casos. Habría que añadir otros datos: abandono de la escuela, poca capacidad
para tolerar la frustración y tendencias suicidas. Hay pocas dudas en cuanto a que la génesis de la violencia está en la
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familia, posiblemente en la falta de una figura masculina fuerte con la cual identificarse y en el dominio exagerado o el
rechazo de la madre sobre el hijo.

Abramson estudió, basándose en una amplia documentación, el caso de Lee Harvey Oswald, el asesino de John F.
Kennedy. La imagen que nos presenta es la de un individuo que se sintió impotente e insignificante, incapacitado para
tolerar frustraciones y descargar su agresión por canales legítimos. El estudio revela su envidia, su anhelo de llamar la
atención, su fantasía de triunfo y logros grandiosos, y como antecedentes relevantes a su crimen, sus impulsos suicidas,
sus amenazas de violencia y su poderosa necesidad de rechazar a quienes lo habían rechazado a él. Escogió como
víctima a la persona que representaba todo lo que él quiso haber sido.

La predicción de la peligrosidad
La función social de la justicia sería más fácil, si la apreciación del potencial de una persona para causar daño corporal a
otros, es decir, si fuera confiable la predicción de su peligrosidad.

Hemos dicho que la ley podría manejar mejor a los delincuentes si pudiera separar a aquellos que tienen capacidad para
volver al seno de una sociedad que ha tenido buenas razones para rechazarlos, de los que no tienen esa capacidad y
usar medidas de seguridad apropiadas para neutralizar la peligrosidad de ciertos ofensores. Podrían concentrarse los
esfuerzos en la rehabilitación selectiva de quienes ofrecen mejores posibilidades de reintegrarse a la vida social.

Aún cuando no hay otra ciencia que esté mejor equipada que la psiquiatría para predecir la peligrosidad de los enfermos
mentales y de los delincuentes, sus recursos distan mucho de ser satisfactorios. Un ejemplo de ello es que el centro de
Massachusetts para la predicción de la peligrosidad, acertó en 34.7% de los casos, y en 65.3% de los restantes no se
confiaron en predicciones.

Desde el punto de vista criminológico, es peligroso quien ha infringido daño corporal grave mediante la aplicación
intencionada de la fuerza. El dato más importante para juzgar de la peligrosidad de un sujeto es su conducta en el
pasado: si alguien que sufre un desorden mental es peligroso. Se considera peligrosas a aquellas personas que en el
pasado han tenido episodios de violencia explosiva, ya sea que su agresividad sea suscitada por provocaciones mínimas
o facilitada por el abuso del alcohol. También sabemos que son peligrosos ciertos enfermos paranoicos que se sienten
acosados por sus perseguidores imaginarios. También los que son ciertos enfermos esquizofrénicos, melancólicos,
epilépticos y psicópatas. En cada caso es variable el peligro que representan. La capacidad del sujeto para refrenar sus
impulsos y las circunstancias que le rodean, son también importantes para predecir su peligrosidad.

Es un error pensar que el simple hecho de sufrir un desorden mental convierte a una persona en peligrosa. La gran
mayoría de los enfermos mentales carece de peligrosidad, como lo demuestra el reducido número de incidentes violentos
graves que ocurren en los hospitales psiquiátricos. Por ejemplo, la confusión mental hace a una persona más que
peligrosa, vulnerable e indefensa. La severidad de un desorden mental y la irresponsabilidad y peligrosidad no corren
parejas y deben evaluarse por separado.

Ciertos hechos observados reiteradamente permiten establecer criterios para estimar la peligrosidad. Los crímenes
violentos son primeramente un fenómeno de jóvenes y con frecuencia las circunstancias inclinan la balanza. En un
ambiente social hay fuerzas criminogénicas y una población "en riesgo". En cierto modo, la violencia es una forma de
interacción social; la cultura provee los mecanismos que disparan la agresión humana, del mismo modo que provee los
mecanismos que la inhiben.
A N T O L O G Í A 4 4

El consumo de alcohol y otras drogas, en particular las anfetaminas, pueden agravar el peligro de que un sujeto ejerza
violencia contra otros. Sin embargo, para que el uso del alcohol y el de las anfetaminas se asocien con actos violentos,
es necesaria una predisposición particular. Un hecho establecido es que las personalidades psicopáticas son
incorregibles. Muchos psicópatas cometen las cosas más temibles. La peligrosidad de los débiles mentales superficiales
depende no sólo de la pobreza y superficialidad de sus juicios, sino también de su sugestibilidad, ya que con frecuencia
son inducidos al crimen. Para considerar que una persona es peligrosa deben ser realmente graves los actos que, se
anticipa, está en disposición de llevar a cabo y deben ser muchas las probabilidades de que los cometa. "La
predictibilidad razonable del acto peligroso" requiere que este acto pueda ocurrir en un acto inmediato y que el peligro,
más que una mera posibilidad, sea virtualmente certidumbre.

En la criminología se han hecho pocos esfuerzos para establecer síndromes. Sin embargo, hay dos condiciones cuyos
elementos se presentan juntos y explican una proporción importante de acciones criminales; uno de ellos es el
"descontrol episódico" y el otro "la personalidad piscopática".

K. Menninger fue el primero que hizo referencia a un síndrome de descontrol conductual episódico. Más recientemente,
Frank Ervin y sus colaboradores han publicado una serie de trabajos sobre el tema.

El síndrome de "descontrol episódico" se caracteriza por explosiones de agresividad que parecen eludir todo control y se
expresa ya sea directamente o con una deflexión discreta de la meta o con una mitigación de la fuerza. El descontrol
tiene carácter episódico y es seguido de una recuperación más o menos rápida. Después, la agresión puede ser
deplorada, desconocida, negada u olvidada.

Con la explosión, los controles y las estructuras de la realidad son trasgredidas por el impulso irracional que se libera en
forma súbita y no estructurada. Si estas personas son examinadas después de su acción violenta, se ve que tienen un
buen contacto con la realidad y se les considera sanas, es decir, que no hay amnesia genuina que siga la descarga, sino
más bien el sentimiento de que lo que ha ocurrido fuera ajeno y que la capacidad cognitiva se hubiera súbitamente
desconectado de la función motora. No es raro que estos impulsos se dirijan contra la propia persona.

Durante la crisis, la persona que la sufre pierde contacto con el ambiente. A veces la crisis es precedida por un
automatismo o un aura y también ocurre que después de la crisis sufre depresión, distenia, somnolencia o un estado de
relajación o euforia. En la mayoría de los casos, la violencia consiste en una explosión dirigida contra objetos, paredes,
muebles, personas o contra ellos mismos, sin que haya alteración de la conciencia, ni durante la crisis, ni antes, ni
después. En algunos sujetos, las explosiones se desencadenan con la ingestión de una cantidad reducida de alcohol y
sufren "lagunas" mentales.

Dentro de este síndrome se incluyen casos caracterizados por asalto o agresión contra la esposa o los hijos, embriaguez
patológica con violencia irracional, conducta sexual impulsiva, incluyendo ataques a personas e historia de numerosas
infracciones de tráfico y accidentes automovilísticos serios.

Se piensa que en estos casos hay, por lo menos, como elemento del síndrome, una disfunción cerebral. En la historia
hay antecedentes de traumatismo en la cabeza, desórdenes convulsivos de la infancia y signos neurológicos discretos.

Se señala la relación entre el síndrome y el más típico de la epilepsia del lóbulo temporal, el descontrol puede ser
expresión de una anormalidad en el sistema límbico, sin las crisis psicomotoras convencionales.
A N T O L O G Í A 4 5

El desarrollo episódico explica el mecanismo de algunos crímenes violentos, mas no son motivación que puede ser muy
variada o no ser identificable.

El carácter antisocial
El término carácter psicopático, personalidad psicopática o antisocial, se refiere a individuos cuyo comportamiento debido
a la estructura del carácter es incompatible con el bienestar de los demás. Su conducta recurrente, en pugna con los
ordenamientos y restricciones de la sociedad, carece a los ojos de un observador de objetivo de modificaciones
adecuadas.

En efecto, el psicópata es impulsivo. Sus acciones están determinadas por la necesidad de satisfacer en forma inmediata
sus deseos y su vida está dominada por impulsos fugaces que no dejan lugar para el planeamiento, la reflexión y la
previsión. Algunos pueden comportarse bien, pero al cabo de un tiempo corto, repiten inexorablemente sus faltas y
abandonan sus responsabilidades.

Esta irresponsabilidad característica es aparente en diversas áreas de su vida y se relaciona con su impulsividad y su
peculiar incapacidad para prever a largo plazo las consecuencias de sus actos. A pesar de que el psicópata conoce y
puede estar familiarizado con los aspectos éticos convencionales, no puede aplicarlos y no siente culpa. Sin embargo,
hay un grupo de psicópatas que se distingue de los demás porque sí tienen capacidad para experimentar sentimientos de
culpa.

Tras una fachada que a menudo refleja calor y sinceridad, el psicópata oculta el egocentrismo y su carencia de
sentimientos. Incapaz de amar, ni de establecer vinculaciones afectivas estables y profundas, utiliza como objetos a sus
padres y sus familiares y amigos.

Una característica es su escasa capacidad para experimentar remordimientos genuinos. En general, los psicópatas no
suelen sentir culpa ni vergüenza en circunstancias en que sentirlas sería natural e inevitable. Sus declaraciones de
arrepentimiento son simples ajustes oportunistas diseñados para resolver por el momento situaciones de apuro. Sus
actos subsecuentes no dejan duda acerca de ello y sus promesas no duran más que sus palabras.

Es interesante mencionar que en general los psicópatas no parecen tener impulsos sexuales y agresivos más poderosos
que los de otras personas, aunque en ellos su expresión está menos sujeta a restricciones. La mayoría de los psicópatas
tienen una orientación heterosexual, pero sus relaciones eróticas son superficiales e impersonales, y aun sin tener
tendencias homosexuales específicas, su falta de inhibiciones y su oportunismo hacen que algunos consientan tener
relaciones de este tipo con fines de lucro o explotación. Las anomalías sexuales no son componentes de la personalidad
psicopática.

Aunque los psicópatas abusan de sus objetos amorosos, las tendencias sádicas pueden ser poderosas en sujetos que no
tienen la estructura global de carácter psicopático. La convergencia de ambas tendencias, cuando ocurre, convierte al
sujeto en la más grave amenaza.

Una característica importante del comportamiento criminal no psicópata es que sus actos están orientados hacia el logro
de ciertas metas y sus motivaciones son comprensibles. Además, el delincuente psicópata es capaz de establecer ligas
estrechas con otros delincuentes y se adhiere a un "código del bajo mundo" cuya violación le hará sentirse culpable. Es
importante no confundir la conducta antisocial circunscrita de algunos adolescentes con el comportamiento psicopático.
A N T O L O G Í A 4 6

La conducta antisocial puede obedecer a causas diversas y no puede ser precisamente identificada como psicopática. La
conducta antisocial es frecuentemente una reacción a graves deficiencias en el ambiente familiar y social.

Muchos psicópatas típicos no llegan a cometer crímenes graves, se contentan con obtener beneficios en forma
oportunista. En general, son más bien estafadores, seductores, pequeños delincuentes, etc.

Aunque como hemos señalado, los psicópatas son generalmente hábiles y no carecen de simpatía y de talento, es
infrecuente que usen habilidades con perseverancia. Llama la atención que siendo sujetos dotados intelectualmente,
fracasen reiteradamente en cada intento de organizar su vida sobre bases constructivas.

El psicópata es generalmente un sujeto que sabe manipular a las personas, da la impresión de tener buen juicio y no
pocas veces tiene una inteligencia brillante. Su identificación es fácil cuando se tiene información acerca de su
comportamiento en un trayecto largo de su vida. El estilo psicopático, la repetición de los actos antisociales, la carencia
de móviles razonables y la incapacidad para rectificar sus características, como lo es también la forma de interacción con
la familia, los amigos y la sociedad.

No se conoce con certeza la causa del carácter psicopático. La herencia y los defectos de desarrollo cerebral
temporalmente adquiridos parecen desempeñar un papel. En cuanto a la primera, hay observaciones suficientes para
pensar que desempeña el papel más importante. Esta suposición adquiere particularmente fuerza en casos específicos
en los que siendo muy similar el ambiente familiar para los hijos de una pareja, sólo uno de ellos es psicópata y en él no
hay datos que sugieran patología cerebral adquirida.

Algunos autores han señalado anomalías electroencefalográficas difusas en una proporción sensible de casos. Sin
embargo, hay casos típicos en los que no se encuentran anormalidades electroencefalográficas y el examen neurológico
más minucioso no permite inferir la presencia de daño cerebral.

Tanto un consentimiento excesivo o rechazo están presentes en la bibliografía infantil de algunos psicópatas, faltaría
explicar por qué estas mismas circunstancias no inducen el defecto en sus hermanos.

El defecto central parece afectar al núcleo profundo de la personalidad, las fuentes básicas de la emoción y del juicio. La
experiencia del psicópata es diferente a la de los demás, desde el principio.

La psicología no cuenta con recursos eficaces para el tratamiento de personalidades psicopáticas. El electrochoque, el
coma insulínico, la lobotomía prefrontal fueron usados en el pasado y las psicodrogas son actualmente usadas sin éxito.

El psicoanálisis y otras formas de psicoterapia han dado resultados muy pobres. Aun cuando se observen algunos
cambios favorables, estos son a menudo ilusorios y se desvanecen rápidamente; la terapia ambiental ha dado solamente
resultados transitorios.

Es difícil que los padres se desprendan de la idea de que su hijo psicópata puede cambiar. Hay familias que se arruinan
en el proceso de intentar salvar a quienes desafortunadamente no tienen salvación por ahora. Hoy en día, el carácter
psicopático es irreductible y el optimismo, aunque restringido de algunos expertos, no es convincente.

Cleckey, a quien impresiona el desastre que cada psicópata deja por su camino, se limita a promover el reconocimiento
de la personalidad psicopática como enfermedad y recomienda el establecimiento de medios legales para proteger a la
sociedad. La solución es establecer instituciones especiales donde sea posible el control y la prevención de las
A N T O L O G Í A 4 7

actividades destructivas de los psicópatas y en donde por medios sencillos y humanos se les permita desarrollar sus
habilidades, dando a cada uno el margen de libertad que pueda manejar sin perjuicio de los demás.

La psiquiatría y la rehabilitación del delincuente


La evidencia es que, no obstante que el derecho penal se orienta por una filosofía humanista, aun en países avanzados
los regímenes penitenciarios dejan mucho que desear. Se han dado pruebas de que tras de sus funciones correctivas
aparentes, tienen funciones ocultas, de brutalizar al ofensor, fortalecerle su sentido de identidad criminal y reforzar sus
tendencias antisociales.

Puesto que ni aun países con la tradición humanista en el campo y grandes recursos han podido resolver
satisfactoriamente el problema, es de pensarse que no es fácil la solución. Programas como los que ya ponen en práctica
en nuestro país mediante un sistema de reclusorios modernos y la aplicación de normas mínimas para el trato de los
delincuentes orientado a su rehabilitación y reintegración a la sociedad, requieren entre otras cosas la colaboración de
diversas disciplinas. En un sistema centrado en el ofensor y diseñado para cambiar su conducta antisocial, la
participación del psiquiatra es importante, su contribución puede ser particularmente valiosa para introducir en un
escenario en el cual la disciplina ha de ser firme, los principios de terapia ambiental y de la terapia de grupos.

De poco servirán las modernas instalaciones si el personal de los reclusorios no es debidamente seleccionado y
adiestrado, y si no es posible suscitar en él el genuino respeto por los delincuentes como seres humanos y la
preocupación sincera por su bienestar. El imperativo "Debes ser moralmente condenado y castigado" debe ser cambiado
por el principio "Debes cambiar". Es claro que los controles externos son indispensables, pero se ejercen con la
expectativa que eventualmente esos controles pueden ser internalizados por un número de delincuentes.

Hemos dicho que el psiquiatra intenta comprender la vida de un criminal, no por juzgarlo ni para excusarlo, sino para
ayudarle a cambiar. La experiencia es que el contexto interpersonal en el cual se cumple una sentencia, es un factor
importante en el resultado. No es lo mismo una pena impuesta por un padre que goza infligiendo dolor a su hijo, que sea
la misma pena impuesta por un niño a quien el padre percibe como alguien que es firme, pero que está interesado en su
bienestar.

Como es sabido, la meta de la psicoterapia es precisamente ayudar a una persona a reconocer su responsabilidad y a
cambiar. Del mismo modo, si alguien es responsable de actos delictivos debe cambiar, para que pueda resumir su papel
en la sociedad. Si el recluso llega a pensar que el psiquiatra está realmente preocupado por él como persona, tiene en
sus manos un instrumento de ayuda.

Un propósito central de un programa terapéutico es el esfuerzo para proveer a la persona con mecanismos más maduros
para lidiar con las tensiones psicológicas y las compulsiones que desempeñan un papel en la producción de su conducta.

Los métodos de la psicoterapia en grupos ofrecen mejores posibilidades. La preocupación por ayudar a reos liberados es
un aspecto crítico para su reajuste en la sociedad.

Aun cuando los programas terapéuticos sean rudimentarios, es importante no perder el enfoque diferente de aquel que
se ha comprometido con el castigo del delincuente. En este momento la cuestión crítica no es si los métodos basados en
los principios científicos o de la psiquiatría son suficientemente buenos, puesto que no hay otros mejores. Los críticos
que piensan que una prisión manejada bajo lineamientos terapéuticos sería como un lugar de recreo, no han
comprendido el problema ni tampoco la solución que se ofrece.
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El reconocimiento de la importancia de los factores psicosociales en la determinación y mantenimiento de la delincuencia


ha tenido algunos resultados prácticos. Uno de ellos es el desarrollo de la actitud más humana en el interior de los
reclusorios, que se traduce por un contacto menos áspero entre el personal de vigilancia y los reclusos y la puesta en
práctica de medidas y reformas que han mejorado la calidad de vida en estas instituciones. La terapia ocupacional puede
facilitar la reintegración a la sociedad de algunos delincuentes, si es que se identifica y se separa a quienes tienen la
capacidad de rehabilitarse, de quienes no la tienen. Esto permite reducir la reincidencia y las secuelas del
encarcelamiento prolongado.

Conclusiones
1. Las aportaciones de la psiquiatría forense a la criminología se refieren básicamente a la búsqueda de
explicaciones a los enigmas del crimen y del criminal y a la importancia de la aplicación de la psicoterapia en la
rehabilitación del criminal.
2. La criminalidad es un fenómeno complejo que tiene múltiples determinantes biopsicosociales.
3. Los trastornos psicopatológicos van muy ligados a cada tipo de criminal y su delito.
4. La conducta violenta radica en un alto porcentaje en disfunciones del lóbulo temporal y sus conexiones.
5. En cuanto a la herencia, muestran que los parientes de un criminal tienen un riesgo mayor de ser criminales,
habiendo gran concordancia en gemelos monocigotos.
6. Los individuos con cariotipo XYY tienen un riesgo mayor de desarrollar conducta criminal que el promedio.
7. Se ha atribuido que las frustraciones, experiencias infantiles excepcionales, que destruyen la fe, generando
sentimientos de revancha, tienen influencia en su proclividad a la violencia.
8. La familia desintegrada disfuncional e incompleta es fuente de factores criminógenos.
9. Un delincuente puede estar bien adaptado a su medio, pero puede no ser competente para funcionar en la
sociedad convencional.
10. Los medios de comunicación y en especial la televisión, muestran todos los días actividades criminales, con el
fin de producir excitación en el público.
11. La psiquiatría forense ayuda a la predicción de la conducta criminal y su peligrosidad.
12. Debe considerarse la personalidad psicopática como enfermedad y recomendar el establecimiento de medios
legales para proteger a la sociedad.
13. La meta de la psicoterapia en la rehabilitación del delincuente es ayudarlo a reconocer su responsabilidad y
cambiar, ya sea en forma individual, en grupo o familiar.
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INTRODUCCIÓN
HISTORIA DE LA Antes de iniciar el estudio de nuestra materia, son indispensables

CRIMINOLOGÍA algunas someras observaciones relacionadas con el ser y su intelecto.

A través de los siglos el hombre se ha ido condicionando de acuerdo con las costumbres, vivencias y enseñanzas de
cada época en general, y de acuerdo con cada grupo social en particular. Una vez que en nuestras mentes se van fijando
experiencias o hechos, terminamos aceptándolos y muy difícilmente podemos hacer abstracción de lo que es la realidad,
pues el concepto de existencia se va aferrando y trasmitiendo de generación en generación, a tal punto que no puede
aceptarse fácil mente cualquier cambio de mentalidad, por más que se nos pretenda demostrar con factores o
circunstancias renovadoras que tiendan a mostrarnos una visión verdadera.

La razón, por simplista que sea, es que el hombre tiende a ser tradicionalista, conservador en sus creencias, y superar el
arraigo de miles de años no es tarea fácil; al fin y al cabo hemos soportado todo un proceso, cuya evolución ha sido muy
lenta si comparamos y tenemos en cuenta los millones de años que nos preceden.

¿Cómo poder cortar ese cordón umbilical que nos mantiene ligados a nuestro pasado, cómo concebir que lo inculcado
durante tanto tiempo podamos dejarlo de lado, liberarnos de ese lastre y lanzarnos a conquistar las metas innovadoras y
progresistas que la ciencia ha ido descubriendo y revelando ante nosotros, sin que en lo profundo de nuestro ser y
particularmente de nuestra conciencia se nos vaya creando un conflicto que debemos librar y conciliar a base de
esfuerzo, de estudio y sobre todo de objetividad?

Nuestro punto de partida ha de ser el tratar por todos los medios de despojarnos del arraigo conceptual y estar
dispuestos a aceptar la crítica, el debate, la controversia que, desde luego, no podrá enriquecer- se sino con la
investigación, cuyo aporte y renovados elementos de juicio nos permitirán tener una conciencia objetiva para
proyectarnos no solo a seguir conviviendo dentro de nuestro grupo social, sino a contribuir a su perfeccionamiento y por
ende al bienestar común.

1. ORIGEN DEL HOMBRE


Debemos en este aparte referirnos a las teorías que sobre el particular se han tratado, dado que la criminología está
intrínsecamente relacionada con la conducta del hombre; en consecuencia, mal podríamos hablar del comportamiento
del ser humano sin previamente exponer lo relativo a su origen.

Por ello presentamos lo que los estudiosos de las dos corrientes han venido planteando hasta ahora sobre el origen del
hombre, significando que el debate de los idealistas y los materialistas aún no se agota y que la discusión sobre este
tema es de nunca acabar, debido al antagonismo de sus proposiciones filosóficas.

2. LA TEORÍA IDEALISTA
También hemos de reconocer honestamente nuestra crasa ignorancia en lo referido a esta teoría, por lo cual nos
anticipamos a ofrecer nuestras disculpas por los yerros en que podamos incurrir.

La fuente consultada ha sido la Sagrada Biblia, de la Editorial Católica, S.A., donde, a partir de su página primera,
aparece consigna do lo siguiente:
Al principio creó Dios los cielos y la tierra que estaba confusa y vacía y las tinieblas cubrían la haz del abismo, pero como
el espíritu de Dios se cernía sobre la superficie de las aguas, Dios dijo: . . . Haya Luz, y hubo luz; y viendo que la luz era
buena la separó de las tinieblas; a la luz la llamó día y a las tinieblas noche, y hubo tarde y mañana, quedando un poco
cansado aquel día.
A N T O L O G Í A 5 0

Al siguiente, ordenó que hubiera firmamento, separando aguas de aguas las que estaban debajo y las que estaban
encima, y viendo Dios que el firmamento era bueno lo llamó cielo. Un poco más cansado dejó las cosas así por ese día.

Al tercer día mandó que las aguas se juntaran y dejaran sitio seco, a lo seco llamó tierra y ala reunión de las aguas
mares; después hizo que brotara hierba verde, hierba con semilla y árboles frutales, cada uno con su fruto; después
ordenó que hubieran lumbreras para separar el día de la noche y servir de señales a las estaciones, días y años, creó
también dos grandes luminarias una para presidir el día y otra para la noche.

Después ordenó que hiervan de animales las aguas y vuelen sobre la tierra aves bajo el firmamento, creó después los
grandes monstruos del agua y todos los animales que bullen en ella, y todas las aves aladas según su especie y al
bendecirlos les dijo: procread y multiplicaos y henchid las aguas del mar y multiplíquense sobre la tierra las aves.

Después hizo que en la tierra brotaran seres animados según su especie, ganados, reptiles y bestias y como notando
que algo le faltaba dijo: hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza para que domine sobre los peces del mar, las
aves del cielo, los ganados de la tierra y sobre cuantos animales se muevan sobre ella.

La Biblia nos relata cómo Dios crea al hombre de barro y con un soplo le dio vida; a su vez, de una de las costillas del
hombre crea a la mujer, y los bendice.

Al séptimo día había acabado los cielos y la tierra y todo lo creado; bendijo entonces ese día séptimo y lo santificó porque
en él descansó Dios de cuanto había creado.

El siguiente pasaje bíblico hace referencia al suceso de la serpiente y la manzana; cómo Eva, seducida por el reptil come
del fruto prohibido y hace que Adán lo pruebe, hecho que hizo que se abrieran los ojos de ambos y notándose desnudos,
cosieron unas hojas de higuera y se hicieron unos ceñidores. Al ser descubiertos por el Creador, el hombre tan solo atinó
a decir:... “la mujer queme diste por compañera me dio de él y comí”...; Dios se enfurece, regaña a la serpiente y la
conjura a ser el peor de los ganados: “...te arrastrarás sobre tu pecho y comerás el polvo todo el tiempo de tu vida”.

A la mujer la sentencia: “...multiplicaré los trabajos de tus preñeces, parirás con dolor los hijos y buscarás con ardor a tu
marido que te dominará”.

Al hombre lo condena: “.. .Por tí será maldita la tierra, con trabajo comerás de ella todo el tiempo de tu vida, con el sudor
de tu rostro comerás el pan, hasta que vuelvas a la tierra, pues de ella has sido tomado; ya que polvo eres y al polvo
volverás”. Ambos fueron arroja dos del jardín del Edén.

Eva y Adán tuvieron dos hijos: Caín, el mayor, que era labrador, y Abel el pastor; de este tronco común, según esta
teoría, fueron surgiendo todos los hombres que paulatinamente poblaron la Tierra.

3. LA TEORÍA MATERIALISTA
Los seguidores de esta corriente señalan que la Tierra y la vida en ella surgieron así: una gran esfera errante en el
espacio infinito sufre una gran explosión, de su desintegración se forman los planetas de nuestra galaxia. 5.000 millones
de años es el tiempo en que se calcula se presentó el fenómeno. Miles de años de enfriamiento y surge la primera
manifestación de vida vegetal y animal, que hace posible su reproducción mediante el estímulo del elemento agua.
La vida animal surge del mar con cierto tipo de vertebrados, que un día logran su adaptación en la superficie; monstruos
marinos que con el tiempo se transforman en poderosas aves al desarrollar alas que les permiten el desplazamiento a
través del aire; luego la aparición de los mamíferos, la cual, según los antropólogos, ocurre en la época terciaria, en la
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zona tropical de un extenso continente, hoy desaparecido en las profundidades del Océano Indico. De aquellos
mamíferos surgió una determinada especie de monos antropomorfos, nuestros antepasados.

Estaban totalmente cubiertos de pelo, con barba, orejas puntiagudas, vivían en las copas de los árboles para protegerse
de las otras especies, y para ello se juntaban en manadas.

Las manos para entonces desarrollaban funciones distintas de las que realizaban los pies; mediante ellas pueden asirse
a los troncos para trepar por ellos, a la vez que les permiten recolectar su alimento. Adaptándose poco a poco a caminar
en forma erguida, y adoptando cada vez más la posición vertical, se inicia la transición definitiva del mono al hombre. Sin
embargo y aunque nos parezca extraño, aún representa para nosotros dificultades; la espina dorsal sufre y sigue
creándonos un sinnúmero de dolencias; paulatinamente hemos ido superando los malestares, pero para ello es
necesario todo un proceso de aprendizaje que confrontamos al observar el desenvolvimiento en el niño: durante los
primeros meses es incapaz de erguirse, se arrastra, sus manos están ocupadas en los movimientos de desplazamiento y
tan solo cuando después del año puede empezar a caminar erguido, se aprecia su desarrollo. ¿Por qué? Porque solo
hasta entonces sus manos tienen mayor libertad, y eso le permite creatividad, imaginación: pinta, elabora y cada vez más
su mente es estimulada y perfeccionada.

Lo mismo ocurrió con nuestros antepasados: en la medida que pudieron liberarlas y utilizarlas en función distinta del
desplazamiento, recogen alimentos, se asen de garrotes, arrojan piedras, las manipulan para convertirlas en armas
punzantes, cortocontundentes, con lo cual ya no solo tienen la posibilidad de defenderse sino, también de encontrar
medios de subsistencia en la caza de “los animales para procurar- se alimento. El consumo de carne y las proteínas que
por ese medio se obtienen, permiten el desarrollo de su cerebro en forma paulatina.

Las otras especies no solo les suministran alimento sino también abrigo al poder utilizar sus pieles, hecho significativo
que les permitió desplazamiento a sitios hasta entonces inhóspitos para ellos.

Entonces el siguiente paso en el desarrollo de estos antropoides fue la necesidad de comunicación, lo que obtienen
después de un largo proceso de perfeccionamiento de la laringe, empezando con sonidos guturales hasta llegar a la
modulación del lenguaje articulado que, a su vez, permite el perfeccionamiento de los demás órganos de los sentidos.

De acuerdo con esta teoría, la vida surge del mar, evoluciona con determinadas especies, y de los antropoides, nuestros
remotos antepasa dos, surgió el hombre, con formaciones culturales diferentes de acuerdo con su hábitat y desarrollo, y
en atención a cada grupo o región.

Particular importancia en el desarrollo de nuestros antepasados tuvo el descubrimiento del fuego, que no solo les
permitió preparar sus alimentos, sino que les procuró calor y les sirvió aun como medio de defensa contra los animales
de las otras especies.
Igualmente importantes fueron la domesticación de animales, la agricultura, el trabajo de los metales, la alfarería, el
hilado de tejidos y la navegación, que dieron lugar a otro gran avance en procura de transformar la naturaleza y ponerla
al servicio del hombre en desarrollo. Este ser, capaz ya de razonar, cada vez adquiere mayor destreza para superar los
peligros, las necesidades, pero en todo ello juega papel importante la experiencia, para ese entonces base de los
conocimientos. Por ello, quien más haya acumulado ese grado de pericia, generalmente el hombre mayor, el senil
(senador), es la persona respetada y respetable, tomándose por derecho propio en los consejeros, guías, en los encarga
dos de señalar los derroteros al resto de sus conciudadanos. Es así como el Consejo de Ancianos es el encargado de
imponer las normas de comportamiento y el señalamiento de las conductas que han de considerarse como infracciones,
normas que han de ser acatadas por todos los miembros del grupo social so pena para el trasgresor de aplicársele el
A N T O L O G Í A 5 2

destierro, la tortura, la mutilación o la muerte, primeras formas de castigo y expiación relacionadas con el crimen y la
criminalidad (prohibición)

A contrario sensu, encontramos en la corriente idealista otra forma de exposición de por qué el hombre comete
conductas desviadas, resaltando que este fenómeno ha sido motivo de eterna preocupación e importancia que, hasta hoy
día, sigue atrayendo la atención de los estudiosos e investigadores 2 (CHARLES DARWIN, El origen del hombre, Madrid,
EDAF Ediciones, Distribuciones, S.A., 1980) (DESMOND MORRIS, El Mono desnudo, Barcelona, Edit. Plaza y Janés,
1985), (FEDERICO ENGELS, La transformación del mono en hombre)

4. CONCEPTOS DE ALGUNOS PENSADORES DE LA ANTIGÜEDAD


Con fundamento en las narraciones bíblicas que consignan la muerte de Abel por parte de su hermano Caín, se ha
sostenido que el crimen es tan antiguo como la misma sociedad, y por ello no nos extrañarnos de que, para no contrariar
los principios religiosos o no ir en contra de la concepción divina del bien y del mal, muchos pensadores pertenecientes al
idealismo hayan elaborado sus propias manifestaciones, cuyo resumen exponemos a continuación, ya como contribución
a la explicación dentro de este marco idealista del fenómeno, ya como aporte a lo relativo al derecho penal. Veamos:

ESOPO (siglo VI a.C.): “Los crímenes son proporcionados a la capacidad del que los comete, a mayor
peligrosidad más terribles han de ser”.
ISÓCRATES (436-338 a.C.): “Ocultar el crimen es tener parte en él” (antecedente figura del encubrimiento).
PROTÁGORAS (485-415 a.C.): “Nadie castiga al malhechor porque ha hecho un mal, pues el mal solo lo hace
la furia irrazonable de la bestia. El castigo debe ser racional y no emplear represalias por un mal pasado que ya
no puede deshacerse”.
SÓCRATES (470-399 a.C.): “...Conócete a tí mismo... La virtud es la disposición última y radical del hombre,
aquello para lo cual ha nacido, y esa virtud es ciencia. El hombre malo lo es por ignorancia, el que no sigue el
bien (buen camino) es porque no lo conoce, por eso la virtud ha de enseñarse y aprenderse. “La justicia, entre
otras virtudes, no es más que sabiduría. Debe enseñarse a los criminales cómo no cometer más infracciones,
dándoles la instrucción y formación que les hace falta”.
HIPÓCRATES (460-377 a.C.): “Si las enfermedades proviniesen de los dioses los más enfermos serían los
pobres, pues careciendo de medios no pueden hacer ofrendas, por el contrario, los ricos son quienes con
mayor frecuencia enferman. “Todo vicio es fruto de la locura y el crimen como vicio es también producto de la
locura”.

Su teoría de los humores:


1. Predominio sangre: carácter sanguíneo, impulsivo.
2. Predominio bilis: colérico.
3. Predominio flema: —moco— flemático, parco, reservado.
4. Bilis negra: melancólico.

Para HIPÓCRATES el clima ejercía influjo en los hombres:


a. Vientos fríos del norte, traen costumbres fieras.
b. Los de oriente, la ira.
c. Occidente, depravaciones.
d. Las variaciones del clima.., cólera...
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PLATÓN (427-347 a.C.): Atribuía el crimen al medio ambiente. “...La pobreza y miseria son factores criminógenos. Hay
que castigar no porque alguien delinquió, sino para que los demás no delincan...”. Principio fundamental de la penología,
la prevención por medio del castigo.

ARISTÓTELES (384-322 a.C.): Conviene con PLATÓN en que la pobreza es un factor que influye en la criminalidad,
pero le da mayor importancia a lo superfluo, lo innecesario, que para procurárnoslo recurrimos a la criminalidad. Agrega
este pensador que las pasiones llevan al virtuoso a cometer delitos.

TOMÁS DE AQUINO (1225-1274): “...La miseria engendra rebelión y delito”, coincidiendo con los anteriores en que la
pobreza es factor criminógeno.

Aun cuando las tesis propuestas por cada uno de los filósofos de la época tenían gran validez, la explicación no
satisfacía. Si la idea predominante era que “todos somos hijos de Dios”, ¿qué puede haber ocurrido para que se presente
ese desequilibrio? ¿Cómo explicar que Dios cuida a unos y no a otros? Con base en tales premisas se erigen diversas
teorías que pretenden explicar por qué el hombre delinque (LUIS RODRÍGUEZ MANZANERA, Criminología, 5 ed.,
México, Edit. Porrúa, S.A., 1986)

LA DEMONOLOGÍA. De acuerdo con el comportamiento de cada quien, los seres van siendo colocados del lado del Dios
bueno o del Dios malo; el Dios bueno protege al inocente, el malvado obra impulsado por el demonio. Tal la teoría
prevalente en la Edad Media.

Cuando las personas son malas, el demonio se posesiona de ellas, por eso cometen crímenes. El concepto de maldad,
desde luego, era el que el grupo dominante imponía: no creer en Dios, no amar al prójimo y sí demasiado a las mujeres
(sinónimo de carne y diablo); por ello al infractor, en principio, se lo trata de ayudar a sacar el diablo, mediante el
exorcismo, que consiste en rezos, baños de agua fría o caliente, golpizas que generalmente producían la muerte del
exorcizado, aunque las más de las veces el infeliz terminaba en la hoguera.

El enfermo, o el que se tildaba de insano de la mente, era igualmente considerado como poseído por el demonio y se le
aplicaban igualmente castigos bárbaros como las pedreas, y todos aquellos citados anteriormente (La Iglesia sostiene
que un individuo sobrenatural y no una entidad abstracta, es el origen de todas las manifestaciones del mal: “Posesión
Diabólica”, Lecturas Dominicales, El Tiempo, julio 6 de 1986, pág. 8)

La astrología. Al lado de los dioses también se les daba mucha importancia a los astros. Así, la conjunción de estos al
momento del nacimiento, se interpretaba como una predestinación astral. Júpiter con Marte o Venus determinaban no
solo el presente sino el futuro de las personas, llegándose a afirmar que el delincuente lo era desde la cuna por la
influencia de los astros. Y aun cuando parezca mentira, miles de años después siguen en cierta forma vigentes estas
teorías, al extremo de encontrar día a día en periódicos considerados como “serios” los famosos horóscopos, donde ya
hay para la suerte, el amor, el trabajo, etc.

La quiromancia. Se pretende explicar igualmente el destino de los seres interpretando las líneas de la mano.

ARISTÓTELES decía al respecto: “Las líneas no están escritas sin ninguna razón en la mano de los hombres, sino que
provienen de la influencia del cielo en su destino”. El profeta Moisés decía: “La ley del Señor será escrita en tu frente y en
tu mano...”.
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Como podemos apreciar, la quiromancia y la astrología están hermanadas.


Derivadas de las anteriores, surgen y permanecen vigentes hasta nuestros días la lectura del Tarot, la chocolomancia, la
cigarrillomancia, la tabacomancia y demás prácticas supersticiosas, que solo sirven para ilusionar y apartar de la realidad
a las personas y de paso aprovecharse de su pobre condición (‘La astrología y la quiromancia están hermanadas, y son
grandes las discusiones acerca de su carácter científico. El Tiempo, 6 de mayo de 1985, págs. 3 y 4. “Con Usted”) (Se
comprobó que el 55% de los jóvenes entre los 13 y los 18 años creen en la astrología y consultan los horóscopos, los
cuales no poseen ninguna credibilidad. El Tiempo, abril 2 de 1987, pág. 7B)

5. QUÉ ESTUDIA LA CRIMINOLOGÍA


Desde el momento en que el hombre fue adquiriendo conciencia de sus problemas y de la necesidad de asociarse para
enfrentar la naturaleza a fin de transformarla y satisfacer sus particulares necesidades, esos pequeños o grandes grupos
fueron estableciendo ciertos patrones de conducta, de comportamiento, reglas de vida, pues no de otra manera podrían
lograr la armonía, la paz social.

Uno de los mecanismos empleados fue la obligación, el sometimiento a esas normas de comportamiento impuestas por
el grupo en general; desde luego, hablamos de una sociedad comunista primitiva, que con el tiempo se va modificando.

La distribución del trabajo, el manejo de las fuerzas productivas y los medios de producción, y particularmente su
distribución, con el tiempo establecieron cambios sustanciales, hasta en la forma de determinar una conducta contraria al
grupo social, así como la designación del infractor.

Encontrándose así que lo que para una sociedad es prohibido en otra es perfectamente aceptado, aun cuando tales
conductas causen a la colectividad un daño. Así mismo analiza la realidad social, el fenómeno criminalidad, y cómo y por
qué reaccionan los grupos sociales.

En consecuencia, la criminología está llamada a estudiar, investigar y cuestionar aquellas conductas que un grupo social
considera como desviadas; al mismo tiempo, por qué ciertas conductas no son considera das contrarias pese a
representar un daño, lo mismo que lo referido a los infractores.

Por ello, la criminología se apoya y recurre a otras disciplinas cuyos aportes han sido invaluables en su estudio. A
continuación nos referimos a algunas de ellas (ÁLVARO O., PEREZ, Curso de criminología, 2 ed., Bogotá, Edit. Temis,
1986, págs. 3 y 4)

La psicología. Algunos la definen como la ciencia de la conducta, su estudio se centra en las mal llamadas
“enfermedades mentales” (inimputables).

La criminología ha recibido importantes aportes al explicarle las reacciones que desencadenan ciertas actitudes como,
por ejemplo, la agresión que produce frustración.

La sociología. Como la anterior, su objeto de estudio es el hombre pero no analizado en forma individual sino en su
interrelación con los demás, los procesos grupales que le permiten a la criminología estudiar la problemática de las
grandes urbes o de la migración

La antropología. Se ha considerado como la ciencia que estudia al hombre, y para ello plantea algunas subdivisiones
tales como:
A N T O L O G Í A 5 5

1. Antropología física. Estudio del hombre desde el punto de vista ecológico, su desarrollo en el mundo físico que
lo rodea —valles, montañas, mares—.
2. Antropología cultural. Referida a la formación y desarrollo de los patrones de comportamiento de los diferentes
grupos (culturales), conjunto de normas, actitudes, valores y creaciones de un grupo, las buenas maneras, la
forma de vestir, su folclor, la convivencia en sociedad, comportamiento en la mesa, conductas sexuales, etc.
3. Antropometría. Referida a la medición del cuerpo humano. Al igual que la criminología, las disciplinas antes
mencionadas son consideradas como ciencias causales explicativas, pues investigan el origen de un hecho
humano, su desenvolvimiento natural, su dinámica; en consecuencia, su campo para efectos de estudio e
investigación es ilimitado.

 La estadística. Las cifras obtenidas por medio de las encuestas. Investigaciones de campo han
permitido que se la considere como la ciencia auxiliar por excelencia.
 La economía. En la medida que estudia los procesos de producción, distribución e ingresos de la
sociedad políticamente organizada.
 La política. Entendida no simplistamente como el arte de gobernar, sino como la relación de poder
entre la clase gobernante y la gobernada.
 La medicina y la Criminalística. Son ciencias aplicativas, en la medida que forman un conjunto
técnico que, nutriéndose de otras ciencias, enseñan la manera de responder los interrogantes
prácticos que se les plantean.

El médico, por medio de la información recopilada va conociendo la serie de afecciones de las personas, cómo y por qué
se originaron, y en esa medida podrá responder al interrogante del paciente formulándole la medicina correspondiente
Ahora bien: dentro del mundo del derecho, el médico también da respuesta a los interrogantes formulados, al establecer
de qué murió determinado sujeto: disparo, golpe, cuchilla da, infarto (peritación médico-legal).

La criminalística se entiende como el arte de investigar: las técnicas de investigación, el seguimiento de rastros, huellas,
recolección de los mismos, balística, documentoscopía, etc.

El derecho penal. La desobediencia a los dictados de comportamientos impuestos por un determinado grupo social en un
momento histórico se denominó “delito”, Y ese juicio de valor se le otorgó a la figura contenida en la costumbre, en una
ley, en un código, en un decreto, considerándose delincuente al que mataba, robaba, conspiraba, abortaba. El delito, en
consecuencia, es una fórmula abstracta que cada sociedad o los intereses dominantes de cada época han erigido en una
figura punible, considerando que tales conductas son inmorales o perjudiciales para ese determinado grupo social y que,
por tanto, deben ser jurídicamente reprimibles.

El derecho penal, entonces, ha sido considerado como una ciencia normativa que se ocupa de aquellos comportamientos
tipo de conducta plasmados en disposiciones legales; pero al contrario de la criminología, cuyo campo de acción es el
hombre mismo, el derecho penal está dominado por una camisa de fuerza que es la norma, la ley.

PRECURSORES DE LA CRIMINOLOGÍA
Numerosos pensadores han señalado postulados criminológicos o propuestas que hoy seguimos retomando. A algunos
de ellos nos referimos a continuación.

TOMÁS MORO (Sto. Tomás Moro, Sir Thomas More, 1478-1535). Abogado, político, se enfrentó a Enrique VIII al no
aceptar el alza de impuestos y luego oponiéndose a que el rey figurara como cabeza de la Iglesia, por lo cual este lo hizo
decapitar. Luego sería santificado.
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En 1516 publica su obra La utopía, lugar que no existe. “...país ideal donde todo el mundo es feliz, trabajando en
armonía, se divierten, juegan, comparten, viven...”.

Postulado criminológico: “La guerra, la ociosidad, los errores de la educación, influyen en el incremento de los delitos. El
Estado debe encaminar sus esfuerzos para combatir esas causas, pues el delito es justamente tal manifestación. Hay
que acabar con la miseria, impulsar la educación, asegurar la estabilidad social, es lo que conduce a una vida ideal”.

Aboga por la proporcionalidad de las penas, criticando cómo Inglaterra impone pena de muerte por igual: “a quien roba
un pan, o al terrible asaltante de los caminos” (TOMÁS MORO, Utopía, México, Edit. Porrúa, 1975)

CHARLES DE SECONDAT (Barón de Montesquieu, 1689-1755). Su obra El espíritu de las leyes, publicada en 1748, en
la que propone la independencia del poder judicial respecto al ejecutivo, la abolición de las penas inútiles y excesivas, y
de la tortura.

“Que se examinen las causas de la corrupción de las costumbres, y veremos que obedecen más a la impunidad que a la
moderación de las penas”. Como hombre de leyes, propone: “...El buen legislador debe preocuparse más por prevenir el
delito que por castigarlo” (Luis RODRÍGUEZ MANZANERA, ob. cit., págs. 198-199), señalando que el espíritu de la ley
debe ser el de evitar el delito.

JUAN JACOBO ROUSSEAU (Ginebra, 17 12-1778). En 1755 publica el Discurso sobre el origen y fundamento de la
desigualdad entre los hombres. En 1762, El contrato social.

“El primer hombre a quien, cercando un terreno, se le ocurrió decir: esto es mío, y halló gentes bastante simples para
creerle, fue el verdadero fundador de la sociedad civil. Cuántos crímenes, cuántas guerras y cuántos horrores habría
evitado al género humano aquel que hubiese gritado a sus semejantes, arrancando las estacas de la cerca y cubriendo el
foso: «Guardaos de escuchar a este impostor; estáis perdidos si olvidáis que los frutos son de todos y la tierra de nadie».

El incremento delincuencial es una muestra de la desorganización social de un Estado...” (RODRÍGUEZ MANZANERA,


ob. cit., págs. 198-199)

JOHN HOWARD (1726-1790). Habló sobre las condiciones deplorables de las prisiones en Inglaterra. Apresado por
piratas camino a Lisboa para ayudar a las víctimas de un terremoto, sufre en carne propia el escarnio de la prisión, y una
vez liberado -se dedica a narrarle al mundo la geografía del dolor (cárceles): dramas, miseria, promiscuidad, vicios,
enfermedades, lo cual repercutió para que se reformara el sistema penitenciario (RODRÍGUEZ MANZANERA, ob. cit.,
págs. 190-191)

CESARE BONNESSANA (Marqués de Beccaria, 1738-1794). A los veintiséis años “el divino marqués” publica en latín su
libro De los delitos y de las penas, causando gran conmoción en el grupo de intelectuales de su época.
“Para que cualquier pena no sea violencia de uno o de muchos contra alguien en particular, debe ser esencialmente
pública, pronta, necesaria, la mejor posible dadas las circunstancias, proporcional a los delitos y dictadas por las leyes...”.
“Es mejor prevenir los delitos que penarlos...” (CESARE BECCARIA, De los delitos y de las penas, Madrid, Alianza
Editorial, S. A., 1982)

JEREMIASBENTHAM (1784=1 832). Su obra más conocida, El Panóptico (pan - todo. Óptico - visión). Establecimiento
circular con torre de vigilancia en medio, donde el guardián tiene el control de todos los vigilados. En tal establecimiento
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ha de obtenerse: 1 0) Dulzura (supresión del sufrimiento corporal). 2°) Severidad (no puede estarse mejor que afuera en
libertad). 3°) Economía (no debe haber gastos innecesarios en su manejo).
Propone la cárcel ideal, en la que deben imperar el trabajo, el estudio, el orden y la paz, para lograr la readaptación de
los delincuentes. El panopticum es, pues, la representación arquitectónica de la disciplina’ (DARÍO MELOSSI, “Istituzioni
di controle sociale”, citado por LOLITA ANIYAR, La realidad contra los mitos, pág. 192)

EUGENE FRANÇOIS VIDOCQ (1775-1857). Terrible antisocial a los treinta y cinco años, es considerado como el
hombre con mayor habilidad para fugarse de las prisiones. Su pasado, más tenebroso aún, transcurrió en medio de
pandilleros que educaban a sus hijos para el asesinato; en vez de regalarles muñecos o carritos, les obsequiaban las
calaveras de sus víctimas para que se fueran acostumbrando a la muerte, para que se familiarizaran con ella.

Un día se retira, pero sus excompinches comienzan a atormentarlo y extorsionarlo con la amenaza de que si no pagaba
lo delataban a la policía; desesperado busca contactos con esta y se pone a su servicio a cambio de que no vuelvan a
encarcelarlo.

Con estos argumentos convence a la policía: “... solo los criminales pueden combatir el crimen.., un ladrón que se siente
a salvo, no tiene compasión con sus colegas...”. VIDOCQ es autorizado para organizar un cuerpo policíaco y crea la muy
famosa Sureté (Seguridad), cuerpo de policía de Francia.

VIDOCQ estableció la parada, ronda de presos, y en los patios o re cintos a los presos se les hace caminar en círculo,
mientras secretamente son observados por los funcionarios policiales a fin de educar su memoria y gravar los rostros de
los delincuentes; así, al encontrar rostros semejantes, debe encarcelarse a los sujetos, pues es posible que sean
delincuentes. Este es un fiel reflejo de las ideas de los fisonomistas, a los que hemos de referirnos para entender el
porqué del manejo de las facciones’ (W. WERHNER, Historia de la criminología, Edit. Barcelona, 1974)

Los fisonomistas. Estudian la apariencia externa de los individuos y las relaciones entre dicha apariencia y su ser interno.
SAN JERÓNIMO decía: “La cara es el espejo del alma y los ojos, aun cuando callen, confiesan los secretos del
corazón...”.
De los fisonomistas ha surgido la expresión “tiene cara de...”. Ellos señalan que el rostro de las personas puede revelar
su carácter delincuencial. “El mismo San Jerónimo aconsejaba observar directa mente a los ojos de las personas para
conocerlas”.

La fisonomía como disciplina surge en el siglo XVI, atribuyéndose- le a GIOVANNI BATTISTA DELLA PORTA (1535-
1616), artista, quien acostumbraba a modelar el barro y el mármol, desarrollando una técnica de observación.

DELLA PORTA sostiene que existe interdependencia entre el cuerpo y el alma, hallando anomalías en la cabeza, la
frente, las orejas, la nariz, los dientes, que atribuye a caracteres delincuenciales.

Siguiendo la antigua tradición destaca el valor de la expresión de los ojos; y estudia la psicología de la risa y el llanto. Sus
trabajos son elaborados después de observar en forma directa a los detenidos en las cárceles y analizando autopsias de
asesinados y de criminales ajusticiados.

JEAN GASPAR LAVATER (1741-1801). Pastor protestante. En 1776 publica Fragmentos fisionómicos para conocimiento
del hombre y del amor al hombre, donde hace una serie de comparaciones con los anima les; cuando la persona se
asemeja a un perro, un conejo, un cerdo, le otorga las características psicológicas que se les atribuyen a tales animales.
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Tal llegó a ser la influencia de los fisonomistas en el siglo XVIII, que en Nápoles se impuso la costumbre de señalar en
las sentencias:

“Oídos los testigos de cargo y descargo y vista su cara y cabeza, te condeno a prisión, horca, etc...” (JESÚS MONTERO,
Estudios criminológicos, La Habana, 1952)

La frenología. Derivada un tanto de la anterior, plantea otra forma de estudio: Phren-inteligencia Logos-tratado. Pretende
encontrar la sede de las funciones sicológicas alrededor del cerebro.

FRANCOIS JOSEPH GALL (1758-1828). Considerado como el creador de la frenología. Sus pretensiones son las de
encontrar el carácter y los sentimientos de las personas en la configuración externa del cráneo. Así, en algún lugar del
cerebro ha de hallarse el instinto criminal y para su estudio se trazan mapas del cerebro.

El conejillo de Indias por excelencia en ese momento son justamente los reclusos, y estos frenólogos van a analizarlos,
especialmente los condenados a muerte (FIELDING H. GARRISON, Historia de la medicina, México, Edit.
Interamericana)

MARIANO CUBÍ Y SOLER (1801-1875). Treinta años antes que LOMBROSO establece una teoría: “Hay criaturas
humanas que nacen con una desmedida tendencia a la destructividad, acometividad o combatividad, donde la parte
moral y la razón son defectuosas.

“Por eso están constituidos naturalmente como ladrones, violado res, asesinos, estafadores, etc..., se ha descubierto que
cuando las partes laterales de la cabeza son mucho más abultadas que las superiores, producen, por una ley o modo de
proceder natural, un irresistible impulso a robar, estafar, engañar, sin que ningún temor ni corrección huma nos puedan
impedirlo” (Máximo CUBÍ y SOLER, Sistema completo de frenología, Venedona, España, 1844)

Médicos de las prisiones. La abundante literatura que sobre el crimen y los criminales va saliendo se pone de moda, y un
sinnúmero de médicos que tienen acceso a las prisiones comienzan a hacer sus propias investigaciones y publicaciones,
particularmente en el siglo XIX.

PHILIPPE PINEL (1745-1826). Fundador de la Psiquiatría; fundó el manicomio de Salpetriere, mayor centro de Francia;
se enfrentó a los médicos de su época, considerando la sangría y la práctica de zambullir a los enfermos en agua helada,
como delirios médicos’ (MICHEL FOUCAULT, Historia de la locura, Breviarios, México, Fondo de Cultura Económica,
1982)
JEAN DOMINIQUE ESQUIROL (1772-1840). Investigó sobre la esquizofrenia y descubrió los principios de la alucinación
(OCTAVIO ORELLANA WIARCO, Manual de criminología, México, Edit. Porrúa, 1982, págs. 68, 69)

BENEDICTAUGUSTMOREL (1809-1873). Autor de un Tratado de las degeneraciones de la especie humana, en el que


afirma la existencia de dos principios:
a. Evolución - Avance del hombre.
b. Involución - Retroceso.

GASPAR VIRGILIO. En 1874, dos años antes de publicar LOMBROSO su obra, publica la Naturaleza enfermiza del
delito, en la cual utiliza el término de “criminal nato”.
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Allí analiza, desde el punto de vista antropológico, a casi 300 condenados a los que clasifica por lugar de nacimiento y
tipo de delito, para formular que se debe a enfermedades congénitas, orgánicas, y hace especial referencia a los
aspectos climáticos y meteorológicos como incidentes de criminalidad.

MÉDICO LUCAS (1805-1885). Expresa por primera vez el concepto de “atavismo”.

CHARLES ROBERT DARWIN (1809-1882). Naturalista inglés. En 1871 publica el Origen del hombre. Sostiene que las
funciones físicas y psíquicas evolucionan a través de una expresa adaptación al medio, que el hombre está íntimamente
relacionado con otros animales y que sobre él actúan los mismos impulsos biológicos.

Del cúmulo de observaciones hace referencia a una especie de orangután, que con respecto a los otros animales
similares, obra en forma diferente con agresividad, vagancia, inadaptación, insociabilidad, y des cribe en ellos un
particular rasgo que los caracteriza: las malformaciones cerebrales (Orellana Wiarco, ob. cit.)

Escuela positivista (Siglo XIX).


AUGUST COMTE (1798-1857). Considerado como el padre del positivismo, a partir de él justamente se inicia el interés
por clasificar las ciencias. El postulado de esta escuela se basa en el culto a los hechos, a los fenómenos, a lo dado;
toman patrones de las ciencias naturales y pretenden trasladarlos al derecho penal.

La primera pregunta que se hacen los positivistas es cómo poder controlar el fenómeno (criminalidad) y prevenirlo; la
prevención no es nada diferente de la preparación y disposición que anticipadamente se haga para evitar que algo
acontezca. ¿Cómo podemos prevenir la muerte por inundación, o la fiebre, o el contagio? Pues teniendo un previo
conocimiento, experiencias que nos vayan suministrando datos, factores que nos permitan facilitar la acción o decisión
oportuna y correcta.

Así podemos pronosticar las causas por las cuales nos duele la cabeza o el estómago, por qué se muere la gente, por
qué delinque, por qué los cambios meteorológicos, los eclipses, etc.; si hallamos él por qué de la fiebre por una ingestión
etílica, un tumor o una úlcera, de un tiro o una puñalada, o por qué el río crecido lo arrastró, con tal conocimiento
aplicaremos el correctivo y como consecuencia lógica podremos controlar el problema.

Con base en las anteriores premisas, la escuela positivista propone la necesidad de profundizar en el estudio natural del
delito y sus causas, lo que permitirá descubrir las medidas correctivas para combatir el fenómeno, pretendiendo incluso
que un día se podría llegar a predecir quién y en qué forma delinquirá; más aún, el número de delitos que se darían en
cada época o región.

EZEQUÍAS MARCO CÉSAR LOMBROSO (1835-1909). Nació en Verona, Italia. A los quince años escribe dos
monografías sobre la historia de Roma y un ensayo sobre la agricultura de la Roma antigua. Ingresa en la Facultad de
Medicina y se gradúa con su tesis sobre el cretinismo en Lombardía, aunque en forma lejana, empieza a vislumbrar- se el
problema del “agua mala” que producía el bocio, y su cura mediante el uso del yodo, y la profilaxis, buenos acueductos,
etc.; desde entonces la sal que comemos es sal yodada.

Empieza sus trabajos en el hospital de Pavía y se le permite trabajar en la sección de “enfermos mentales”. En 1859 Italia
entra en guerra y LOMBROSO se alista como médico con las tropas. Ese mismo año hace un descubrimiento muy
importante para el futuro de la humanidad, cual fue que el alcohol no solamente servía para beber, sino igual mente para
salvar vidas, por ser un poderoso desinfectante, ya que muchas de las muertes en la guerra no eran causadas tanto por
las heridas como por la infección.
A N T O L O G Í A 6 0

En 1863 regresa nuevamente a su universidad y continúa el trabajo en la sección de psiquiatría a la vez que se vincula
con la cátedra, presentando como novedad el llevar sus enfermos a la misma. En ese mismo año escribe su trabajo
Medicina legal de los enajenados mentales.

En 1865, cuando contaba treinta años de edad, LOMBROSO resuelve dedicarse solamente a investigar y escribir, pese a
que hasta entonces ha logrado la publicación de unos doce libros. De 1865 a 1868 escribe La acción de los astros y los
meteoros sobre la mente humana, por el cual le otorgan el primer premio del Instituto Lombardo. En ese mismo año se
reintegra a su labor de médico, como jefe de la sección de enfermedades nerviosas en Pavía.

En su proceso de investigación y apuntes encuentra algo en particular que está de moda: la teoría de DARWIN; su obra
el Origen y evolución de las especies en verdad ha apasionado al médico y se ha maravillado de ella. A la sazón (1871)
surge un acontecimiento que marca todo un hito en a vida de LOMBROSO: ha conocido, por la facilidad que tenía como
médico de prisiones, a un individuo de apellido Villella, famosísimo bandido que finalmente fue apresado por las
autoridades; el médico lo observa durante un tiempo, y poco a poco va acercándose a él hasta lograr su aceptación, casi
como un amigo lejano. Villella era particularmente asocial; ni siquiera admitía comunicación con sus amigos, ni a sus
mismos compañeros de reclusión; sin embargo al médico lo acepta y termina por contarle anécdotas y pasajes de sus
“hazañas”, pero cuando más importante se tomaba la investigación, Villella murió y Lombroso resuelve hacerle la
necropsia.

Lo que allí descubrió fue sobremanera significativo para el médico, pues encontró en el cadáver una serie de anomalías,
particularmente deformidades craneanas, que él denominó “Foseta Occipital Media”. Al retomar a DARWIN, recuerda
cómo en su obra este naturalista hace referencia a unos antropomorfos cuyo cerebro tenía mucha similitud con lo que él
había encontrado y cómo D narra que estas especies actuaban en forma completamente diferente de otras especies de
monos: estos eran vagos, terriblemente ociosos, vivían del saqueo y del pillaje, raptaban a las hembras de los otros
grupos y, en fin, todas las manifestaciones que, guardadas las proporciones, LOMBROSO había encontrado en los
relatos de Villella.

Con tales premisas, empieza a elaborar su teoría; edifica las diferentes hipótesis y comienza a trabajar sobre ellas. Así,
centra su estudio en la población reclusa y va acumulando una serie de datos que al confrontarlos le arrojan asombrosas
conclusiones; mientras más anormalidades tenían tales personas, más notables y graves eran los delitos cometidos.

Para LOMBROSO allí está la respuesta (causa) del porqué el hombre delinque, y la razón no puede ser otra que esa
fuerza biológica que impulsa a determinados individuos en forma irresistible a cometer conductas delictivas, surgiendo el
concepto el “atavismo”.
A mayores observaciones va haciendo nuevos descubrimientos, al punto de decir que el delincuente es un epiléptico, no
solo por las convulsiones que sufre, sino igualmente por los accesos de furia, amnesia, vértigo.

LOMBROSO, en atención a sus observaciones, va haciendo una serie de clasificaciones de sus analizados, tales como:
 Anatómicos. Por tener menor capacidad craneana, el rostro con una altura mayor de la normal, maxilar
inferior muy desarrollado, frente huidiza y estrabismo.
 Fisiológicos. La utilización muy frecuente de tatuajes, generalmente con motivos de odio u obscenidades;
observaba igualmente que estas personas poseían mayor agilidad que el Común de las gentes, muy
sensibles a algunos estímulos olfativos o meteorológicos y magnéticos, pero al mismo tiempo encontró
que tenían defectos auditivos y visuales.
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 Psíquicos. Insensibilidad física al frío o al calor; frialdad humana con que asesinaban o cometían los
delitos, pero a su vez tenían manifestaciones de ternura y afecto hacia los animales, así como también
una particular tendencia a la venganza, a la crueldad, y especialmente a la ebriedad y el juego.
 Sociales. La utilización de una jerga propia en sus expresiones verbales o en su escritura a base de
jeroglíficos, así como una instintiva tendencia a la asociación, de acuerdo con sus especialidades
delictivas.

LOMBROSO también se refiere a otras clasificaciones, tales como la del criminal nato, el pasional o de ímpetu, los
ocasionales, los locos. De sus tantas observaciones y estudios, basándose en datos estadísticos, pretende demostrar la
importancia e influencia del clima, la geología, la educación, la religión, la organización política.

Igual que con Villella, Lombroso tuvo oportunidad de estudiar a otro tenebroso bandido de nombre Berzinni, multiasesino
de mujeres, a las que estrangulaba y despedazaba, bebiéndose su sangre; este otro significativo hecho vino a reforzar su
concepto de atavismo delincuencial.

Todo el cúmulo de sus observaciones e investigaciones es publicado por L0MBROSO el 15 de abril de 1876, fecha
considerada como la oficial del nacimiento de la Criminología. Su trabajo lo intituló Tratado antropológico experimental del
hombre delincuente.

Aquel mismo año LOMBROSO participa en el concurso para ser aceptado como profesor de Medicina Legal en la
Universidad de Turín, y para ello presenta dos trabajos: “La medicina legal del cadáver”, y “Tanatología forense”, que no
solo le merecieron elogios, sino el nombramiento como profesor titular; pero a la vez se gana el más espantoso boicoteo,
justamente por todos aquellos que aspiraban y no pudieron detener la cátedra. Así, las materias más importantes se las
colocan a la misma hora, no le facilitan ni salón ni laboratorio, y tampoco le permiten el acceso de sus pacientes, por lo
cual tiene que dar sus clases fuera de la universidad.
En dos pequeños cuartos que alquila en el viejo convento de los frailes franciscanos, LOMBROSO sigue sus estudios,
atendiendo gratuita mente a los desquiciados y pagando a los delincuentes para que le permitan observarlos. En 1878
funda su curso libre de psiquiatría y antropología criminal fuera de la universidad, y como resultado innovador obtiene que
los estudiantes en masa dejen la universidad y vayan con él al convento a recibir sus enseñanzas. Publica una nueva
edición de su anterior obra, ahora con el título de El hombre delincuente, la que de inmediato obtiene un éxito mundial,
siendo traducida a varios idiomas.

La seriedad y el apasionado interés de LOMBROSO se manifiesta en todas sus observaciones; es así como, en compañía
de su amigo LASCHI, visita en Turín el Museo de la Patria, donde observa que cada uno de aquellos próceres tenía
características, rasgos en común de criminales natos, surgiendo de tal análisis un trabajo: “El crimen político y las
revoluciones”, y, con él, una nueva categoría: la del delincuente político.
Años después el profesor BENIGNO DI TULLIO, desarrollando tal teoría, llega a manifestar que “los criminales políticos
son sicóticos, con delirios reformatorios”, lo cual le mereció severas críticas.

Un día de 1879, mientras LOMBROSO se hallaba embebido en sus observaciones y escritos, se aparece a su puerta un
joven que a la sazón contaba con 23 años de edad, pero que ya había tenido oportunidad de revolucionar el derecho
penal, y había dejado sus estudios de posgrado en París, para decirle al médico: “Soy ENRICO FERRI, deseo, si me lo
permite, trabajar con usted” (GINA LOMBROSO DE FERRERO, Vida de Lombroso, México, Edición Botas, 1940),
(CONSTANCIO BERNALDO DEQUIROS, Criminología, Edit. José Ma. Cajica, 1957), (CESARE LOMBROSO, L’uomo
delinquente, citado por ABELARDO RIVERA LLANO y RODRÍGUEZ MANZANERA)
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ENRICO FERRI. Nació el 25 de febrero de 1856 en San Benedetto Po, Mantua, y murió el 12 de abril de 1929.
Su admirado maestro ROBERTO ARDIGÓ, célebre filósofo positivista, lo impresionó a tal grado que allí encontró su
definitiva orientación.

En la Universidad de Bologna es discípulo del maestro PIETRO ELLERO, quien era más partidario de que el derecho
penal cumpliera funciones preventivas que imponer una pena como función retributiva.

En 1877 presenta una tesis para demostrar que el libre albedrío es una ficción y que debe sustituirse la responsabilidad
moral por una responsabilidad social. La obra causa asombro, es premiada, pero a su vez es motivo de profundo disgusto
entre algunos de los doctrinantes.
Después de Bologna pasa a Pisa para estudiar con el máximo exponente del derecho penal italiano clásico, el maestro
FRANCESCO CARRA, quien a los pocos días decía: “En lugar de aprender de nosotros, Ferri ha venido a enseñarnos”.

En el mismo año de 1879, que empieza a trabajar con LOMBROSO, el maestro ELLERO es nombrado en la Corte de
Casación y para ser reemplazado pronuncia su voto por FERRI, quien unánimemente es aceptado. Así, tres años después
de salir de esa universidad como estudiante, FERRI regresa como profesor. ¡Había pasado un año con CARRARA, otro
con QUATREFAGES, uno con LOMBROSO y apenas cumplía 23 años de edad.

En 1886 va a Roma, en 1890 regresa a Pisa, esta vez a ocupar el puesto dejado por el maestro CARRARA; después de
muchas vicisitudes y de su contribución a patrióticas causas, en 1912, al crearse en Roma el Instituto de Derecho Penal,
fue llamado para dirigirlo; luego empieza a trabajar con tenacidad en el nuevo Código Penal italiano, participando en cada
una de las comisiones, pero no tuvo oportunidad de ver su realización, pues murió en 1929, y justamente en 1930 se
publica el denominado “Código Rocco-Mussolini”.

“No hay delito sino delincuentes”. En esta frase podría resumirse el pensamiento ferriano y de la Escuela Positivista. Si
bien FERRI acepta como causas de la delincuencia la explicación antropológica de LOMBROSO, paralelamente coloca los
factores sociológicos, señalando que son inseparables, así como los factores físicos son igualmente inherentes.

La influencia de FERRI fue determinante en la Escuela Positivista, y en consecuencia, conforme sus tesis, el delito se
produce por la conjunción de tres clases de fuerzas o factores:
1. Individual: la raza, la herencia, el temperamento.
2. Física : temperatura, suelo, altitud.
3. Social : interrelación, contacto entre los grupos.

Pero para FERRI ninguna de las tres causas podía desligarse, siempre estaban presentes, no podía existir predominio de
una u otra, pues según su dicho sería tanto como entrar a discutir qué es lo que más influye en la vida, si el corazón o la
atmósfera, o si por el contrario se requiere de ambos factores.

FERRI desecha la teoría del libre albedrío de la Escuela Clásica, afirmando la responsabilidad por la peligrosidad del
agente y el daño causado.

A su vez, resalta la influencia de las clases dominantes como condicionadora del orden jurídico, y en tal virtud las
conductas criminales se adecuan a sus conveniencias o intereses, y que es necesario buscar la forma de atenuar o
aminorar las desigualdades más visibles entre la clase dominante y la dominada, poniendo de manifiesto que a través de
la historia se da la disminución en las desigualdades como hecho predominante. Ejemplo:
 En la sociedad civil: la relación amo-esclavo.
A N T O L O G Í A 6 3

 En la religiosa: ortodoxos - herejes.


 En la política: lucha de la burguesía-aristocracia-clero- proletarios-burgueses.

También habla FERRI de su teoría sobre la ley de saturación criminal, señalando que cada sociedad solo puede admitir
un número determinado de delitos, al igual que un líquido solo admite una cantidad de cuerpos en suspensión, para cuya
demostración da el ejemplo de la sal depositada en un vaso con agua. Plantea igualmente lo referido a los sustitutos
penales, como el conjunto de medidas que debían de adoptarse para prevenir la delincuencia. Con su maestro ELLERO,
repite: “es más importante prevenir que reprimir, y es preferible, antes que actúe ese ser peligroso, sacarlo de
circulación”.

Estudia y clasifica los personajes de las obras de teatro. En SHAKESPEARE, señala como criminal nato a Macbeth por
su epilepsia y sus visiones fantasmales; criminal loco a Hamlet por la perturbación del sentido moral, sin afectarse su
inteligencia ni su voluntad; criminal pasional a Otelo, el homicida por celos (JUAN COMAS, Manual de antropología física,
México, Unam, 1956), (FRANCISCO VALENCIA Y RANGEL, El crimen, el hombre y el medio, México, Ediciones Cicerón,
1938), (ENRICO FERRI, Sociología criminal, Madrid, Centro Editorial de Góngora. Versión española de Antonio Solo y
Hernández)

RAFAEL GAROFALO (1851-1934). Nació en Nápoles, en un hogar especialmente conservador y por ende católico.
Cuando LOMBROSO abrió su cátedra de antropología, este jurista, dedicado desde hacía mucho tiempo a la
magistratura, resolvió acudir a dichas clases y fue entonces aceptado por aquel para que le colaborara.
Es justamente a GAROFALO a quien se debe la divulgación del nombre de “Criminología” dado a nuestro estudio, pues
fue él quien, en 1885, publicó su obra justamente con ese título, tomado de la raíz latina criminis-crimen, delito, y de la
griega logos-tratado. Para GAROFALO es la disciplina que estudia el delito, o ciencia del delito.

Como jurista y magistrado centra su estudio en el análisis de la personalidad de quienes debía sentenciar, encontrando
que, por regla general, los condenados demostraban ser de sentimientos bajos, faltos de piedad y probidad. Que estos
no creían en Dios ni en el pudor (sinónimos), y que el delito era justamente la ofensa a esos tres sentimientos. Con base
en tales apreciaciones, elabora igualmente su clasificación:

Asesinos: los faltos de piedad.


Ladrones: aquellos que no son probos.
Asesinos y ladrones, salteadores y violentos, en los que resalta la ausencia de piedad y probidad. Señalando que el
criminal actúa por deficiencia moral, hace otras clasificaciones: cínicos, violadores, raptores, estupradores, sicópatas
sexuales, que a su entender no merecían ninguna consideración, siendo por ello partidario de la pena de muerte;
manifestación que le causó varios disgustos con el mismo FE RRI y que lo llevó a publicar un escrito que tituló Contra la
corriente.

Como lo señala el profesor venezolano ELIO GÓMEZ GRILLO, “si Lombroso concibió la criminología como antropología
criminal y Ferri como sociología jurídica, el enjambre conceptual de uno y otro lo armonizó Garofalo”.

En 1885, justamente cuando GAROFALO publica su obra Criminología, se lleva a cabo en Roma el primer Congreso
Internacional. Allí, en las sesiones de trabajo, LOMBROSO expone lo referente a la cuestión biológica, mientras que la
parte jurídica es tratada por FERRI y GAROFALO. El Congreso es todo un éxito, el positivismo causa verdadera euforia,
pero en medio de tanto brillo y tan buenos resultados para los expositores, surge la voz de otro médico, de apellido
ALBRECHT, quien, en forma airada y contrariando cualquiera de los postulados hasta ahora presentados, dice que “el
criminal es el normal, mas no el enfermo o el loco, y es normal, pues actúa obedeciendo a sus instintos biológicos, es
A N T O L O G Í A 6 4

egoísta y antepone sus deseos y necesidades a los de los demás hombres. Mientras ese otro, el que se considera por la
mayoría como normal, es el verdadero anormal, ya que sacrifica sus intereses so pretexto de hacerle bien a los demás, y
paradójicamente, dice, son los anormales (honrados) quienes ejercen coacción sobre los otros por no ajustarse a sus
reglas represivas, de sacrificio y frustración. “Lo que nos hace recordar a Robespierre cuando, refiriéndose a los terribles
criminales, preguntaba: ¿acaso los consideráis tan malos? ¿No veis que otros harían otro tanto si pudiesen? (OCTAVIO
ORELLANA WIARCO, Manual de criminología; México, Edit. Porrúa, S. A., 1982)

EMILE DURKHEIM (1858-1917). En forma similar al doctor ALBRECHT se pronuncia DURKHEIM cuando dice: “No ha
existido sociedad alguna en el espacio ni en el tiempo que no haya tenido delito; por consiguiente, el delito no es otra
cosa que una manifestación propia y normal de la vida en sociedad.

“La criminalidad es un fenómeno normal que deriva de la estructura misma de la sociedad como producto cultural; como
producto social, evoluciona y se transforma en la misma medida que lo hace la misma sociedad; por ello, el estudio de la
criminalidad solamente se podrá realizar analizando la cultura que lo ha producido en un tiempo y espacio determinados”
(ÉMILE DURKHEIM, Las reglas del método sociológico, Buenos Aires, Edit. Pléyade, 1977)

LAMBERT ADOLPHE QUETELET. Astrónomo, demógrafo, sociólogo y catedrático belga, es considerado como el
fundador de la Estadística.
En 1835 escribe su obra Física social, en la que señala que “los hechos humanos y sociales se rigen por las reglas
generales que gobiernan la naturaleza”; para concluir que el delito es una función social, producido por hechos sociales
detectables y determinables estadística- mente, y que la sociedad lleva en cierto sentido el germen de todos los delitos
que serán cometidos, y en la misma forma están presentes elementos que facilitarán su desarrollo.

Los delitos —continúa este profesor— se cometen año tras año con absoluta precisión y regularidad, no solo en su
número sino en el tipo, y agrega que existe una serie de factores que intervienen en su comisión, tales como el
pauperismo, la situación geográfica, el analfabetismo, el clima, elaborando así su famosa “Ley Térmica” que, en términos
generales, podemos resumir en la forma siguiente:

1. En invierno se comete el mayor número de delitos contra la propiedad.


2. Los delitos contra las personas se cometen en mayor número en el verano, pues el calor excita las pasiones humanas.
3. En la primavera tienen mayor ocurrencia los delitos sexuales, asociando el fenómeno a la época de la brama (celo) de
los animales.
4. Con respecto al sexo, dice QUETELET que el hombre comete el mayor número de delitos entre los 14 y los 25 años,
mientras que la mujer lo hace entre los 16 y los 27 (CONSTANCIO BERNALDO DE QUIROS, Criminología, México, Edit.
Cauca, 1957)

GABRIEL TARDE. Señalaba este autor que el hecho social es un fenómeno intersíquico, o sea de relación entre
conciencias. En toda sociedad, decía, se presentan los hechos una y mil veces; de tal repetición es que podemos
formular leyes de carácter científico. Ejemplo:

1. En física, el fenómeno de las vibraciones.


2. En biología, la herencia.
3. En psicología, el recuerdo.
4. En ciencia social, la imitación.
A N T O L O G Í A 6 5

Para TARDE, todo fenómeno social tiene su base en la imitación; por ello, lo individual se convierte en colectivo;
agregaba que el delincuente es un ser inadaptado al medio social, donde sus manifestaciones imitativas lesionan a la
sociedad (GABRIEL TARDE, La criminalidad comparada, Madrid, Edit. La España Moderna, s. f.)

Entre los furibundos opositores de la teoría lombrosiana encontramos a JUAN ALEJANDRO EUGENIO LACASSAGNE
(1834-1924), médico francés, fundador de la Escuela de Lyon (ALBERTO SENIOR, Sociología, México, Edit. Feo.
Méndez Otero, 1974), (ÁLVARO O., PÉREZ P., Curso de criminología, 2 ed., Bogotá, Edit. Temis, P. 31)

A continuación y en forma muy breve, nos referiremos a algunos personajes cuyas ideas nos aportan elementos de juicio
para el estudio de nuestra materia:

Louis PASTEUR. Señalaba este notable científico francés, que un microbio solo puede proliferar en un medio adecuado,
y que si el criminal es un microbio, en un medio social no propicio, simplemente su actitud será inocua, pero si encuentra
un medio apto, producirá una terrible virulencia; concluyendo que “el medio social es el que hace factible la manifestación
de las conductas antisociales del individuo, por ello, las sociedades tienen los criminales que se merecen”
(CONSTANCIO B., DE QUIROS, Las nuevas teorías de la criminalidad, Editor J. Montero, La Habana, 1946, págs. 70 y
71)

PAUL AUBRY. Escribió su obra El contagio del asesino en 1895, y en ella señalaba los agentes sociales que propician el
contagio, como son: la prisión, las malas lecturas, el espectáculo de las ejecuciones (pena de muerte).

ERNESTKRETSCHMER (1888-1964). Principal exponente de la Escuela Alemana de la Biotipología, ciencia del tipo
humano, entendiendo como tipo la categoría de hombres constituida por el dominio de un órgano o función.

A continuación haremos referencia a algunas de las clasificaciones utilizadas por KRETSCHMER:


Leptosómico. Del griego Lepto - delgado, Soma-cuerpo, cuyas características describe este autor así: cuerpo
delgado, cabeza pequeña, nariz puntiaguda, poca grasa, cuello alargado, con representación geométrica
vertical. Según el autor, estos individuos son propensos a cometer delitos de inteligencia, como la estafa.
Tipo atlético. Gran desarrollo de su esqueleto y musculatura, tórax y cabeza grandes; lo representa
geométricamente como un triángulo invertido, y lo señala con tendencias epilépticas, carácter violento y su
especialidad los delitos contra la propiedad como el hurto agravado; igualmente destaca que su inclinación
delincuencial se manifiesta preferentemente entre los 35 y los 45 años.
Pícnico. Del griego Puknos-ancho. Característica: abdomen prominente, tendencia a la obesidad y aspecto
fláccido, cabeza redonda ancha y pesada, extremidades cortas. Representado con un círculo; sus
características especiales, períodos depresivos seguidos de euforia; atenta contra la integridad personal y las
autoridades, contravenciones y suicidio ampliado (privar de la vida a sus más allegados y luego quitarse la
propia).
Displástico. Carente de armonía, con características exageradas, tales como gigantismo, obesidad eunucoide.
Tipo mixto. Los más frecuentes, resultante de la combinación de los otros tipos, respecto de los cuales
KRETSCHMER hace énfasis en que se trata de tipos producidos por factores hereditarios.
Esquizotímicos. Con constitución leptosómica, que a su vez subdivide en:
1. Hiperestésicos: nerviosos, irritables, idealistas.
2. Intermedios: fríos, enérgicos, sistemáticos, serenos.
3. Anestésicos: apáticos, solitarios, indolentes, extravagantes.
Señala que el siguiente paso es convertirse en esquizoides, y al agravarse mentalmente se
convierten en esquizofrénicos
A N T O L O G Í A 6 6

Ciclotímicos. Constitución pícnica, extrovertidos, aunque cambian de un extremo al otro, alegría-tristeza; la


subdivisión es:
1. Hipomaníacos: continuo movimiento, alegría.
2. Sintónicos: realistas, prácticos, humoristas.
3. Flemáticos: tranquilos, silenciosos, tristes.
De avanzar se convierten en cicloides, y al agravarse, en ciclofrénicos maníaco-depresivos.
Tipo viscoso. Constitución atlética, tranquilos por lo general; pasivos unos, resentidos otros; amabilidad,
fluctuando entre el leptosómico y el pícnico.

RIEDL. Publicó los resultados del análisis de 900 reclusos por especialidades y de acuerdo con las anteriores
clasificaciones, así (ERNEST KRETSCHMER, Constitución y carácter, Barcelona, Edit. Labor, 1947)

Leptosom. Atléticos Pícnicos Otros


300 Defraudadores 41.3% 12.0% 16.6% 30.10%
300 Ladrones 35.0% 24.7% 14.3% 26.00%
300 Contra las personas 16.0% 43.5°/o 3.5% 37.00%

CONSIDERACIONES FINALES
Aun cuando algunos tratadistas sostengan lo contrario, la teoría positivista de la Escuela Antropológica Criminal, pese a
las controversias desatadas, logró reinar durante un siglo.

Encontramos esa explicación, entendiendo que en los regímenes fascistas, que aplaudían y estimulaban esos
postulados, existía un particular interés, pues de aceptarse que el delincuente lo era por haber nacido así y no existiendo
posibilidad de cura, lo mejor era encarcelarlo antes de que llegara a cometer delitos; y en cuanto a los delincuentes
políticos, considerados los peores enemigos del sistema, cuya sicopatía era igualmente incurable, basados en tales
afirmaciones encontraban el escudo y la justificación para perseguirlos e incluso aplicarles la pena de muerte, muchas
veces en forma extralegal. No nos extrañaría que persistiese la idea de las teorías lombrosianas y que en algunas
latitudes se siga creyendo en sus postulados y se pretenda sostener su validez, incluso costeando innumerables
investigaciones (SIEGFRIED LAMNEK, Teorías de la criminalidad, “Las teorías biológicas de la criminalidad son
apropiadas para apoyar ideologías reaccionarias y racistas, lo que se demostró en el fascismo italiano y especialmente
en el alemán” (pág. 23).
Por ahora señalemos que es inaceptable la existencia de un criminal “tipo”, y que lo estudiado de la escuela lombrosiana
muestra que dicha teoría se construyó sobre bases científicas falsas, utilizando métodos aplicables a las ciencias
naturales que descuidaron lo referido a la expresión cultural, y que el determinismo sobre el cual se empeñaron en hablar
es indemostrable (LAMNEK, ob. cit., pág. 23)

En el escrito que próximamente publicaré, analizo algunos de los temas estudiados por la Escuela Antropológica
Criminal, exponiendo los diferentes puntos de vista. Como quiera que esta parte del escrito va dedicada al libro que se
publicará con participación de los profesores de criminología que aceptamos crear la Asociación de Criminología
“ALFONSO REYES ECHANDÍA”, y siendo que el trabajo que se me asignó se refiere a la historia de la criminología, a
continuación me permitiré hacer un pequeño boceto de las diferentes corrientes que dentro del mundo de la criminología
fueron surgiendo.

Escuela Sociológica de Chicago o Escuela Sociológica Angloamericana. Las primeras manifestaciones de esta escuela
las encontramos en los postulados de EDWIN SIJTHERLAND, autor de la obra Delito de cuello blanco, quien plantea que
A N T O L O G Í A 6 7

no debe seguirse buscando afanosa mente las causas de la delincuencia, sino que al fenómeno hay que analizarlo desde
el punto de vista sociológico y estudiando los mecanismos de control utilizados por cada grupo en particular.

Es importante resaltar que esta escuela no tenía formación jurídica sino sociológica, proyectando su estudio para explicar
la dinámica social de la criminalidad, considerando que la principal causa del delito radica en la desorganización social y
en los conflictos que por tal hecho allí resultan.

En la década de los años sesenta, el mundo se estremece ante hechos de todo orden que sacuden a las sociedades: el
“rock and roll” de Elvis Presley, los Beatles, los movimientos hipies; también guerras por doquier: Vietnam, Medio Oriente,
Sud África; movimientos de negros, rebelión de los ghettos, Angola, la rebelión de los presidiarios; y también surge el
triunfo de la Revolución Cubana. Así mismo dentro de los Estados Unidos hay, no una ola, sino un maremoto de
vandalismo, saqueo, pillaje, extorsiones.
Lo anterior es muy discutido, y los investigadores HOOD y SPARKS, de la Escuela Sociológica, se proponen estudiar las
causas fundamenta les del aumento delictivo en la ciudad de Chicago.

Para ello, por supuesto, es indispensable tener un marco de referencia universo a fin de poder determinar cuál sería la
muestra representativa. Recurren a los organismos policivos que les suministran las cifras de la criminalidad oficial,
explicándoles que allí no está la cifra total, o sea la criminalidad real, pues hay una criminalidad oculta correspondiente al
fenómeno de la inmunidad: en los Estados Unidos el fiscal debe acusar para que haya un proceso, pero igualmente
puede amnistiar a algunos infractores si estos suministran la suficiente prueba que permita condenar a los considerados
como “peces gordos”.

En tal evento, al testigo delator se le brinda toda clase de seguridades, incluyendo cambio de nombre (identidad),
empleo, y demás.

La policía les informó que, por las mismas razones, cuando se cometía un hecho delictivo pero el infractor no era
identificado, por razones de su sistema procedimental tampoco entraba estadísticamente en la lista de delitos de la
Criminalidad Oficial; e, igualmente, que podía darse el caso en el cual la víctima, por razones personales, no comunicara
a las autoridades sobre los atropellos sufridos, como en el caso de las violaciones sexuales.

Para lograr establecer esos índices de criminalidad oculta los investigadores elaboraron una serie de encuestas, en las
que, desde luego, primeramente se les garantizaba a las personas encuestadas el anonimato.
Encuestas de autoincriminación. En el formulario, muy bien trabajado y distribuido en tal forma que permitiera el mayor
cubrimiento:
zonas de diferentes sectores residenciales, barrios, fábricas, escuelas, universidades y demás, se les preguntaba si el
encuestado o alguien allegado a él había incurrido en algunas de las conductas, por ejemplo, contra el patrimonio: hurtos
(así fuesen pequeños, realizados en las grandes tiendas), estafas; venderle a alguien objetos cuyo valor se cobraba por
encima del real, comprarles a reducidores objetos, comprar artículos de contrabando así fuera en los tales
Sanandresitos, conducir embriagado, pasarse semáforos en rojo, no acatar las disposiciones
de tránsito, agredir física o verbalmente a alguien, injuriar o calumniar al vecino o compañero de trabajo, aprovecharse de
la necesidad y prestar dinero con interés superior al legalmente autorizado, participar en cualquier forma en los casos de
aborto, girar cheques sin fondos, y muchísimas otras conductas.

Encuestas de victimización. Al encuestado se le preguntaba todo lo contrarío, o sea si él o alguno de sus allegados había
sido víctima de algún hecho delictivo, y en lo posible si logró identificar a su agresor y cómo era este.
A N T O L O G Í A 6 8

Al tabular las técnicas de investigación utilizadas, los sociólogos se llevaron una gran sorpresa con los resultados o
conclusiones de la misma, cual fue que aproximadamente el 98¾ de las personas habían cometido algún delito.

En consecuencia, la teoría del criminal nato de la Escuela Antropológica Criminal era errada, no era cierto que existiera
un prototipo con características especiales o definidas como delictuosas, pues todos en una u otra forma cometíamos
conductas desviadas. Mientras que estos investigadores ampliaron el universo para su trabajo, los de la Escuela
Antropológica Criminal lo habían hecho estudiando una mino ría del fenómeno —las personas en reclusión—. Por ello
llegó a afirmarse muy razonadamente que el estudio de la criminología era un estudio miserable, porque su objeto de
estudio había sido el analizar la parte miserable de la colectividad (LAMNEK (ob. cit., pág. 20), señala que el médico
penitenciario inglés Charles Boring ya había demostrado que no había diferencia significativa entre grupos de presidiarios
o no presidiarios)
3
UNIDAD
A N T O L O G Í A 6 9

3. LA CRIMINODINÁMICA
Aproximación a la Personalidad del Homicida
a través del Psicodiagnóstico de Rorschach
Trastornos de la Personalidad
Lo Patológico Social
Análisis de la Psicología Criminal y
Psicopatología sobre la Conducta Antisocial

Introducción
APROXIMACIÓN A LA Conocer las causas de por qué una persona, o
varias, agreden y ocasionan daños a otros, ha
PERSONALIDAD DEL HOMICIDA A sido y es, una problemática donde diversos
investigadores, sean criminólogos, psiquiatras,
TRAVÉS DEL PSICODIAGNÓSTICO psicólogos, etc., han plasmado sus criterios y

DE RORSCHACH consideraciones a partir de experiencias previas


A N T O L O G Í A 7 0

que esos propios autores han tenido, ya sea en la práctica clínica o investigativa, se trata de llegar a la comprensión de la
criminodinámica del delito contra la vida (Rodríguez Manzanera, 1993) para contribuir a arrojar luz sobre el problema
humano más trágicamente atractivo (Hernard, 1963).

En ocasión de celebrarse en el Instituto de Medicina Legal de Ciudad de la Habana, el “Taller Sociedad, Salud y
Violencia” en 1995, al abordarse el fenómeno del homicidio, se enumeraron toda una serie de factores para la explicación
de la conducta agresiva, a saber, factores sociales (Shelley, 1990), psicológicos (Jímenez de Asuna, 1947), biológicos
(Volacka et. al., 1992) y victimales (Fattah, 1967), y aunque se reconoció la pobreza de estudios en Cuba excepto el de
Amieiro hecho en 1988 (Amieiro Rodríguez, 1988) ,además de la necesidad de profundizar más en el análisis de este
fenómeno, también quedó plasmado que la conducta agresiva no puede verse como consecuencia de estos factores por
separado, sino todo lo contrario. Pero también, quedó plasmado que tampoco puede verse la conducta agresiva asociada
a una entidad nosológica en específico, sino que se debe valorar la posible incidencia de todos los factores antes
mencionados.

Acorde a nuestro perfil profesional nos es afín desarrollar esta problemática, centrándonos en los factores psicológicos.

El Dr. Ernesto Pérez González en su intervención en el Taller al que hicimos referencia con anterioridad, resumió las
observaciones hechas por distintos autores en cuanto a rasgos psicopatológicos que dan proclividad a la agresión en
sujetos no psicóticos, enumerándolos de la siguiente forma (Pérez González, 1995).

Alcoholismo y drogadicción; propensión a la frustración; impulsividad de origen neurótico o psicoorgánico; pobreza de


patrones morales; aprendizaje por modelación de conductas violentas; pobre identidad propia y participación disocial en
grupos; pobres capacidades para la relación y sensibilidad interpersonal.

Adicionalmente la Dra. Teresita García Pérez en su investigación “La autopsia psicológica como método de estudio de
las víctimas de homicidio y asesinato”, constató que las características psicológicas que con mayor frecuencia se daban
en los victimarios eran las siguientes: dominantes, impulsivos, activos, caprichosos, tercos, optimistas y fríos (García
Pérez, 1998).

Pero también en el campo de las técnicas proyectivas, ha habido diversidad de autores que han expuesto sus hallazgos
a partir de la aplicación de determinadas pruebas, como por ejemplo, Machover, TAT, etc, incluyendo el Psicodiagnóstico
de Rorschach.

Indudablemente la obtención de información por esta vía es de mucha utilidad en el estudio del fenómeno del homicidio.
Conocer los conflictos, motivos, rasgos de personalidad del agresor, sin dudas auxilia y complementa el examen clínico
facilitando la comprensión psicológica del comportamiento humano ante la ocurrencia de determinado evento.

Aún cuando reconocemos la utilidad de las distintas pruebas para el examen psicológico del homicida, es nuestro interés
detenernos en el Psicodiagnóstico de Rorschach.

En nuestra experiencia práctica, esta prueba tiene características peculiares que la hacen más eficaz que otras, ya sea
porque él probando al desconocer la trascendencia de sus respuestas, no puede prepararse para engañar al examinador,
la tarea a realizar es tan abierta que no permite preparar las respuestas y mucho menos que mantenga un seguimiento
de lo que debe o no responder. Cualquier respuesta tiene una connotación y no hay alternativa a la distorsión.
A N T O L O G Í A 7 1

Así por ejemplo en un estudio experimental relativamente reciente que llevaron a cabo Ganellen y colaboradores
(Ganellen, Wasyliw e col., 1996), estos pudieron constatar el poder del Rorschach para detectar fingidores de psicosis.

Pretendemos exponer nuestros hallazgos que son frutos de la aplicación de esta prueba a más de 50 autores de hechos
muy violentos con un componente de peligrosidad alto en sus ejecuciones. En nuestra exposición señalaremos aquellos
resultados que en nuestro criterio son relevantes para esta población y que nos aproxima a la personalidad del homicida
y por ende contribuyen favorablemente a estudiar criminológicamente a un sujeto acusado de cometer un delito de tal
magnitud (Pascual del Roncal, 1949).

Desarrollo.
Comenzaremos por referirnos a ¿cómo se comportaron en la ejecución de la prueba?.
Presencia de tensión, ansiedad, bajo número de respuestas, fracasos, nivel de elaboración de las respuestas no acordes
al nivel escolar, entre otros aspectos.

Son sujetos que suelen hacer preguntas sobre la prueba, como por ejemplo, ¨¿para qué es esta prueba?”

Está bien “x respuesta”?” “¿Qué tu crees?”.Todo este comportamiento descrito, en el fondo lo que implica es inseguridad,
reserva, defensa.

Teniendo en cuenta el comportamiento de los distintos indicadores de la prueba como son la localización, determinantes,
el contenido y la frecuencia, además de otros indicadores, los resultados indican que estos sujetos en general, tienen una
inteligencia normal, con adecuados recursos psicológicos e intelectuales para llevar a cabo tareas de complejidad media,
con capacidad suficiente para percibir lo obvio, sintonizado con la realidad y aunque rígidos en sus asociaciones
mentales, presentan plenas posibilidades de conservar en su memoria, informaciones y acciones complejas.

Los intereses están ceñidos al placer individual, a lo inmediato. Prácticamente están ausentes los intereses sociales y
culturales. Por regla general, son narcisistas.

Su mundo afectivo es inestable e inmaduro, la capacidad empática es muy débil, no hay patrones sólidos conformados
en cuanto a las relaciones sociales. Es muy característico el desprecio hacia los demás, el desinterés hacia los demás,
de ahí que el acatamiento de las normas de convivencia social, cuando más, es para obtener beneficios particulares.

En general son personas dominantes, en este sentido son impulsivos, con un componente orgánico de base en un
porcentaje considerable de casos, también son agresivos.

Estos hallazgos tienen bastante similitud con resultados publicados en libros precedentes por distintos autores y que C.
Piotrowski (1997) menciona y corrobora también.
Es interesante comentar que dada las características de la población estudiada, es decir, sujetos autores de hechos muy
violentos, con el ingrediente adicional de que esos hechos, repercutieron socialmente por la brutalidad con que se
ejecutaron, no fueron pocos los casos donde se rumoró la posibilidad de que esos individuos estaban locos.

Sin embargo, en ninguno de los casos estudiados, se pudo constatar, signos patognomónicos correspondientes con el de
un trastorno psicótico, lo cual contradice el refraneo popular de que “hay que estar loco para cometer un hecho tan
repugnante”.
A N T O L O G Í A 7 2

Los elementos encontrados ilustraron que cuando el sujeto presentaba alguna patología, esta no era eximente de
responsabilidad penal.

A continuación, comentaremos dos casos que son representativos de la explicación anterior.

En la exploración clínica realizada a ambos previa a la aplicación de la prueba, se pudo obtener toda una serie de
información que no hacen sino corroborar los hallazgos teóricos y prácticos de distintos autores sobre las características
de estas personas, a saber, proclives a la agresión, carentes de culpa, actitud demandante para con los demás, carencia
del sentido del deber, proclives al consumo habitual de bebidas alcohólicas y ocasionalmente drogas, vida marginal,
entre otros antecedentes de sus respectivos funcionamientos, psicológico y social, habituales.

Caso No. 1
 Sujeto que mata a otro. El occiso tenía relación de pareja con la ex cónyuge del victimario. Antes de ocurrir el
hecho existía una relación de “amistad” entre los tres, donde el victimario se beneficiaba, económicamente, de
la relación entre la ex cónyuge y el occiso, pero al no aceptar el victimario las condiciones que le quería
imponer la ex cónyuge en el “negocio”, decide ajustarle las cuentas y al no lograr su propósito mata a la pareja
de la mujer y toma de rehén a un niño, que es hijo de él con la ex cónyuge, sin ocurrir males mayores.

Respuestas.
 Lámina I
“¿Esta es la posición correcta?”...(se ríe y mira por detrás de la lámina).”Puede tener parecido a un murciélago”.
Es vista en posición “A”, con una localización global. Hay Crítica al Objeto.
 Lámina II
“¿Para qué es esto?”, “¿Qué me harán?”
“... dos cabezas de patos con sus cuellos”.
Es vista en posición “A”, localizada en el detalle rojo superior. Hay Simetría y Comentarios.
 Lámina III
(Se ríe y enseña la lámina hacia el explorador).“Dos cabezas, cuellos, cuerpo, pantalón, lo que están haciendo no sé”.
Es vista en posición “A” localizada en el área oscura que popularmente se perciben figuras humanas.
 Lámina IV “¿Qué es esto, un bicho o una planta?”
Es vista en posición “A” con una localización global. Hay Respuesta en “O”.
 Lámina V
(Se ríe) Pudiera ser un murciélago o una mariposa.
Es vista en posición “A” localizada globalmente. Hay Respuesta en “O”.
 Lámina VI
“¿Qué es esto?”. “Dos muelitas, dos ojitos de cangrejo”.
Es vista en posición “A”. Localizada en detalle infrecuente, área inferior central con utilización del espacio en blanco.

 Lámina VII
Fracaso.
 Lámina VIII
“Esto de aquí dos osos”.
Es vista en posición “A”. Localizada en detalle lateral popular.
 Lámina IX (Está atento al orden en que se le entregan las láminas). “Una guitarra”.
Es vista en posición “C”. Localizada en detalle central que abarca el espacio en blanco.
 Lámina X
A N T O L O G Í A 7 3

(Comenta, “¿Quién es la persona que hace todo esto?”). “Una flor”.


Es vista en posición “C”. Localizada en toda el área central incluyendo detalle rojo que lo bordea. Hay Crítica al Objeto.
 Análisis
Inteligencia normal, (observar la cantidad de respuestas globales, la buena calidad formal, la cantidad de respuestas
populares y originales positivas), tiene posibilidades de establecer asociaciones mentales complejas.
Pedante, suspicaz, hipervigilante, con dificultades en sus relaciones interpersonales, (observar disminución de las
respuestas de detalle), centrado en sí mismo, narcisista, agresivo, indiferente afectivamente, (observar que no hay
respuestas de color y están disminuidas ostensiblemente las respuestas humanas), cautelosa adaptación al medio.

 Caso No. 2
Sujeto que mata a otro, teniendo como antecedentes que la víctima lo había insultado públicamente, entonces él espera
la ocasión y estando acostado y en estado de embriaguez, el victimario lo agrede con un tubo y posteriormente lo
descuartiza ayudado por su amante, quien era concubina del occiso.
Aunque se recoge influencia alcohólica, hubo eficiencia de su conducta durante la ejecución del hecho, así como la
nitidez y la organización del recuerdo posterior. Se descartó turbación de la conciencia.

Respuestas.
 Lámina I
“Se me parece a un murciélago”. Es vista en posición “A”, con una localización global.
 Lámina II
(Pregunta, ¿“Y esto qué es?”). “Pueden ser dos mujeres sin cabezas”.
Es vista en posición “A”. Se localiza en el área oscura, detalle frecuente. Hay Mutilación.
 Lámina III
“Aquí se me parecen dos mujeres haciendo algo, como cocinando”.
Es vista en posición “A”, localizada en el área oscura que popularmente se perciben figuras humanas.
 Lámina IV
(Comenta, “Está extraño, está difícil”).
“Es un animal”.
Es vista en posición “A”, globalmente. Hay Shock al Gris.
 Lámina V
“Esto es una mariposa”. Es vista en posición “A” y de forma global.
 Lámina VI
“Esto puede ser como esos animalitos que vuelan y que pican” ... “un caballito del diablo”.
Es vista en posición “A”. Es localizada en el detalle superior de la lámina.
 Lámina VII
(Hace gestos de desaprobación). “Un pedazo de carne picoteado”.
Es vista en posición “A”, global.
Respuesta de Complejo.
 Lámina VIII
“Esto son dos ratones comiéndose una tela”. Es vista en posición “A”, global. Respuesta de Complejo.
 Lámina IX
Fracaso.
 Lámina X
(Hace gestos denotando intranquilidad).
“Esto de aquí es un pedazo de carne que esta guindando”.
Es vista en posición “A”, localizada en el detalle rojo.
A N T O L O G Í A 7 4

 Análisis.
Evaluado con una inteligencia normal sin llegar a sobresalir con predominio de un razonamiento concreto.
Se evidencia grandes dificultades en su esfera de relaciones, (disminución de respuestas de detalles), impulsivo, con
capacidad para percibir lo obvio, lo evidente.
Dificultades en la adaptación al medio (bajo número de respuestas populares); hay un componente elevado de
agresividad.
Criminológicamente hay respuestas, como las Respuestas de Complejo, que son expresión de cómo el sujeto proyecta
los hechos.

Resumen.
Un análisis resumido de ambos casos, nos permite plantear, la ausencia de signos patognomónicos correspondientes al
de un trastorno psicótico, a saber, ausencia de “Contaminación”, “Autorreferencia”, “Confabulación”, ni respuestas de
Movimiento negativo, (M-), unido a ello una calidad formal adecuada en sus respuestas.

En cambio se acentúan como aspectos esenciales las dificultades en las relaciones con el medio, la percepción
sobreestimada de sí mismo, afectividad inmadura, poca identificación con los demás y agresividad.

Son sujetos con una inteligencia promedio adecuada, con posibilidades para percibir lo obvio y con una capacidad
amnéstica conservada.

En ambos casos, la interpretación de los resultados traducen la presencia de un trastorno psicopático.

Conclusiones.
1. Los hallazgos encontrados por nosotros en la aplicación del Psicodiagnóstico de Rorschach, corroboran la utilidad de
esta prueba en la aproximación a la personalidad del homicida, además de corroborar criterios de otros autores en la
materia.
2. Contribuye esta prueba a una mejor apreciación criminológica de conjunto de los delitos de homicidio, al lograr
profundizar en el factor psicológico del homicida como elemento criminogénico.

INTRODUCCIÓN
TRASTORNOS DE Desde la perspectiva de la nosología psiquiátrica la afección más

LA PERSONALIDAD prevalente en las personas que han sufrido una lesión cerebral son los
cambios en la personalidad. Los familiares son los primeros en
reflejarlo: "mi hija ya no es la misma", "mi marido ahora se comporta como si fuera un niño", etc. Aparecen rasgos de
personalidad nuevos u otros que sí estaban presentes pero se exageran hasta la caricatura. No está clara la
neurobiología de estos trastornos pero sus efectos son con frecuencia devastadores: cambios de rol social y conflictos en
su entorno familiar y laboral.
A N T O L O G Í A 7 5

A diferencia de lo episódico de los trastornos neuróticos e incluso de algunos psicóticos, los trastornos de la personalidad
duran toda la vida, pues hacen que determinados rasgos de la personalidad del enfermo sean tan rígidos e inadaptados
que llegan a causar problemas laborales y sociales, daños a uno mismo, y probablemente a los demás.

La personalidad paranoide se caracteriza por ser suspicaz y desconfiada. La esquizoide ha perdido la capacidad e
incluso el deseo de amar o de establecer relaciones personales, mientras que la esquizotípica se caracteriza por el
pensamiento, el habla, la percepción y el comportamiento extraños. Las personalidades histriónicas se caracterizan por la
teatralidad de su comportamiento y de su expresión, relacionadas en parte con el siguiente tipo, la personalidad
narcicista, que demanda la admiración y la atención constante de los demás.

Las personalidades antisociales (antes conocidas como psicopatías), se caracterizan por tener un comportamiento
irresponsable y nocivo para los demás. Los límites son inestables en su autoimagen, estado de ánimo y comportamiento
para con los demás, y los evitadores son hipersensibles al posible rechazo, la humillación o la vergüenza.

La personalidad dependiente es pasiva hasta el punto de ser incapaz de tomar una decisión propia, forzando a los demás
a tomar las decisiones. Los compulsivos son perfeccionistas hasta el extremo, e incapaces de manifestar sus afectos.
Por último, los pasivos-agresivos se caracterizan por resistirse a las exigencias de los demás a través de maniobras
indirectas, como la dilación o la holgazanería.

GENERALIDADES
Antes de hablar de los trastornos de la personalidad primero definiremos lo que es personalidad que no es mas que el
total de rasgos emocionales y cualidades del comportamiento que caracterizan a la persona en la vida diaria bajo
condiciones normales. Los desordenes de la personalidad son una variante de esas cualidades y rasgos que se salen de
los rangos normales, pero solo cuando estas cualidades de la personalidad son inflexibles e inadaptadas, y causan tanto
un importante deterioro funcional como un distres subjetivo son considerados desordenes de la personalidad. El paciente
muestra patrones inflexibles e inadaptados de cómo perciben y relacionan con el entorno y con ellos mismos.

Clasificación
Se clasifican en tres grupos:
Grupo A: Está constituido por sujetos extraños o extravagantes, los cuales poseen trastornos de personalidad de tipo
esquizoide, esquizotípico y paranoide.
Grupo B: Constituido por sujetos inmaduros, los cuales poseen trastornos de tipo hitriónico, narcisista, antisocial y límite.
Grupo C: Constituido por sujetos temerosos, los cuales poseen trastornos de tipo evitadores, dependientes, compulsivos,
pasivo-agresivos. En este grupo también se incluyen los llamados “otros trastornos de la personalidad”, entre los cuales
podemos mencionar los trastornos pasivo-agresivo y depresivo.

Diagnóstico, Signos y Síntomas


 Antecedentes de dificultades de larga duración en diversas esferas de la vida.
 Egosintónico.
 Rigidez.
 Ansiedad, como protección subyacente.
 Falta de empatía con los demás.
 Fijación en la etapa del desarrollo: inmadurez.
 Dificultades en las relaciones interpersonales: amor y trabajo.
A N T O L O G Í A 7 6

Epidemiología
 Prevalencia: 6-9%.
 El trastorno del temperamento es un análogo precoz.
 El trastorno de la personalidad comienza a manifestarse en la adolescencia tardía o al inicio de la juventud.
 Afecta por igual a ambos sexos.
 Antecedentes inespecíficos de trastornos psiquiátricos familiares.

Transmisión genética parcial de algunos trastornos de la personalidad.


Etiología
En la etiología de esta enfermedad existen varios factores, los cuales presentaremos a continuación.
Factores genéticos: la evidencia de que el factor genético contribuye a la aparición de estos trastornos, proviene de un
estudio de 15000 gemelos. En este estudio se demostró que la coincidencia en trastornos de la personalidad fue mayor
en gemelos homocigóticos que en gemelos dicigóticos.

Por ejemplo en el grupo A se ha encontrado que en personas con esquizofrenia sus parientes tienen una mayor
incidencia de trastornos de personalidad del tipo esquizotípico que los grupos controlen.

El grupo B también tiene base genética, como en el caso de pacientes con trastorno de personalidad limítrofe se
encuentran historias familiares de depresión. Por otro lado se ha encontrado una fuerte relación de los trastornos de tipo
histriónico con el Síndrome Briquets.

En los trastornos del grupo C puede que haya algún tipo de relación genética pero no tan marcada como en los grupos
anteriores.

Factores temperamentales: estos factores identificados en la niñez pueden estar asociados a desordenes de
personalidad en la edad adulta. Ejemplo de esto es el niño que tiene un temperamento temeroso puede desarrollar
trastornos de personalidad del tipo evitador. También niños ansiosos guiados por una madre temerosa son más
vulnerables que un niño guiado por una madre tranquila. Otros factores que influyen son la cultura y el ambiente.

Factores Biológicos:
 Hormonas: Personas que tienen comportamiento impulsivo muchas veces muestran niveles elevados de
testosterona, 17-estradiol y estrógeno.
 Monoaminoxidasa de las plaquetas: Niveles de MAO están asociados a pacientes esquizotípicos. También en
estudiantes universitarios que pasan mucho tiempo en actividades sociales están asociados a niveles bajos de
MAO.
 Neurotransmisores: Niveles altos de endorfinas endógenas están relacionados con personas flemáticos-
pasivas. Por otro lado niveles bajos de 5-HIAA están asociados a conductas suicidas y personas que son
compulsivas y agresivas. La dopamina produce en el sistema nervioso cierta psicoestimulación.
 Electrofisiología: Pacientes con trastorno limítrofe y antisociales se han visto cambios en las ondas lentas del
EEG.
 Factores Psicoanalíticos: Wilhem Reich introdujo el término “character armor” para describir estilos de defensa
que la persona usa para protegerse de los impulsos internos y ansiedad interpersonal en relaciones
significativas.
A N T O L O G Í A 7 7

Este aporte ha sido la base de la conceptualización de la personalidad y desordenes de la personalidad que se usa
actualmente.
El sello de cada personalidad esta determinado por estos mecanismos de defensa características de la persona.

Mecanismo de defensa:
 Fantasía.
 Disociación.
 Aislamiento.
 Proyección.
 Agresión pasiva.
 “Acting out.”

PERSONALIDAD DEPENDIENTE
Este trastorno de la personalidad por dependencia se inicia precozmente y, aunque los datos epidemiológicos son
dispares, se considera uno de los trastornos de la personalidad más extendidos en ambos sexos. Se cree que la
ansiedad de la separación en la infancia, así como padecer una enfermedad crónica, puede predisponer a este trastorno.

Este trastorno de la personalidad se caracteriza por el doblegarse pasivamente ante los deseos de los mayores y de
otros, y de una respuesta débil e inadecuada ante las demandas de la vida cotidiana. La falta de vigor puede
manifestarse en las esferas intelectual o emocional; hay poca capacidad para gozar.

El DSM-IV presenta una serie de criterios diagnósticos de la personalidad dependiente mencionados a continuación:
Criterios Diagnósticos del DSM-IV
Necesidad generalizada y excesiva de ser cuidadoso, comportamiento sumiso y dependiente y temor a la separación,
desde comienzos de la edad adulta y en diversos contextos. Indicado por 5 o más signos:
 Incapaz de decidir sobre cuestiones cotidianas, sin recibir de otros una exagerada cantidad de consejos y
seguridades.
 Deja que los otros tomen las decisiones.
 Dificultad de mostrarse en desacuerdo con los demás.
 Le cuesta iniciar proyectos.
 Se ofrece voluntariamente a hacer cosas desagradables, a fin de ganar la aprobación de otros.
 Incomodidad cuando está solo, debido al temor de ser incapaz de cuidar de sí mismo.
 Busca con urgencia otra relación como fuente de cuidado y apoyo cuando concluye una relación estrecha.
 Se inquieta sin fundamento por el miedo a quedar librado a sus propios recursos.

Aparte de éstos criterios diagnósticos presentan otras características:


 Se siente siempre inseguro e incapaz de asumir responsabilidades importantes de su vida.
 Intenta que los demás las tomen por él.
 Antes de decidirse por algo, por intrascendente que sea, necesita oír reiteradamente el placer de otras
personas, a las que llega a agobiar pidiéndoles consejo.
 Convencimiento de que todo el mundo es mejor que él.
 Relaciones de gran dependencia con los demás y angustia por imaginar que éstos puedan abandonarle.
 Obedientes y nunca se atreven a expresar sus opiniones si no coinciden con las ajenas.
 Falta de confianza en sí mismos.
A N T O L O G Í A 7 8

 Pobre autoimagen.
 Hipersensibles a las críticas.
 Miedo a la soledad.
 Tienen tendencia a manipular inconcientemente a las personas de quienes dependen para sostener y reforzar
los lazos de dependencia.
 Viven presas de un sentimiento de insuficiencia, jamás valoran sus propios logros y se angustian ante la idea
de tener que actuar por su cuenta. Como consecuencia casi nunca tienen la ocasión de sentirse gratificados.
Presentan a menudo trastornos depresivos, de ansiedad y de adaptación. Es frecuente la coexistencia de otros
trastornos de la personalidad, especialmente el límite, el evitativo, y el histriónico.

Tratamiento: Estos pacientes responden bien a las terapias analíticas. Las terapias conductistas y en especial el
entrenamiento asertivo, permiten obtener resultados favorables con relativa rapidez.

TRASTORNO ANTISOCIAL
Existen en la sociedad unos individuos cuya conducta es insólita y han intrigado por muchos años a jueces, abogados,
criminalistas y psiquiatras.

Se les han llamado “psicópatas”, “sociópatas” y también “personalidades psicopáticas”, dando un sentido más restringido
a esta última denominación que usualmente se aplica a todos los trastornos de personalidad.

Muchas personas demuestran una conducta antisocial y sin embargo, no reúnen los criterios diagnósticos para ser
incluidos en el trastorno de personalidad antisocial.

Las conductas antisociales son consecuencia de causas complejas de orden psiquiátrico o socio-cultural. En cambio la
conducta de los sujetos que sufren un trastorno de personalidad antisocial, no es un síntoma causado por otros
problemas psiquiátricos o socio-culturales sino que es la expresión primaria del trastorno. Estos sujetos no tienen una
conducta antisocial por tal o cual motivo sino porque ésta es un patrón permanente, inherente a sus rasgos de
personalidad.

Los últimos cálculos dan una prevalencia, en los Estados Unidos de 3% en los hombres y de menos de 1% en las
mujeres. Se da principalmente en la clase baja. En las poblaciones carcelarias se ha encontrado una prevalencia de
personalidades antisociales que alcanzan hasta el 75%.

Los familiares de primer grado del paciente antisocial tienen mas riesgo de padecer este trastorno, así como el abuso de
sustancias y los trastornos por somatización; estos últimos son mas frecuentes entre los parientes femeninos, mientras
que el trastorno antisocial se da mas entre los masculinos.
En la historia infantil hay figuras maternas demasiado tolerantes y padres excesivamente débiles, pero la emergencia del
trastorno es tan temprana que a veces es difícil distinguir entre causas y efectos en la interacción familiar paternofilial. De
hecho, la prevalencia familiar del trastorno habla mas a favor de la intervención de factores genéticos que de una
alteración exclusiva de los procesos de socialización por prácticas educativas inconvenientes.

Cleckley da la siguiente enumeración de los síntomas característicos del trastorno:


 Encanto superficial y buena inteligencia.
 Ausencia de ideas delirantes y de otros signos de pensamiento irracional.
 Ausencia de nerviosismo o de manifestaciones psiconeuróticas.
 Falta de confiabilidad.
A N T O L O G Í A 7 9

 Falta de veracidad, insinceridad.


 Falta de remordimiento o de vergüenza.
 Conducta antisocial inadecuadamente motivada.
 Juicio pobre e incapacidad de aprender de la experiencia.
 Egocentrismo patológico e incapacidad de amar.
 Pobreza general en las relaciones afectivas mayores.
 Pérdida específica de la introspección.
 Falta de respuesta a las relaciones interpersonales.
 Conducta fantástica y repulsiva con la bebida y a veces sin ella.
 El suicidio es raramente llevado a cabo.
 Vida sexual impersonal, trivial y pobremente integrada.

Robins quién también ha estudiado detenidamente estos trastornos, da los siguientes datos acerca del % con que estos
sujetos presentan síntomas o trastornos de la conducta en las distintas áreas vitales.
Historia Laboral 85%
Historia Marital 81%
Irresponsabilidad Financiera 79%
Arrestos 75%
Abuso del Alcohol 72%
Problemas escolares 71%
Impulsividad 67%
Conducta sexual 64%
Adolescencia Salvaje 62%
Vagabundeo 60%
Beligerancia 58%
Aislamiento Social 56%
Ausencia de Culpabilidad 40%
Quejas somáticas 31%
Uso de “alias” 29%
Mentira Patológica 16%
Uso de drogas 15%
Intento de suicidio 11%

En cuanto a la coexistencia con otros trastornos de la personalidad, los más frecuentes son los trastornos límite,
histriónico y narcisista.

La psicoterapia analítica clásica no es muy útil en estos casos a causa de la estructura del ego y del super-ego de estos
pacientes.

Criterios Diagnósticos del DSM-IV


Patrón generalizado de desprecio y violación de los derechos de los demás desde los 15 años, indicado por 3 o más
signos:
 No acatamiento de las normas sociales de comportamiento lícito.
 Actos antisociales que exponen al arresto.
 No valoración de la verdad.
 Impulsividad, no planificación del futuro.
A N T O L O G Í A 8 0

 Irritabilidad y agresividad.
 Desprecio temerario por su seguridad y la de los otros.
 Irresponsabilidad.
 Incapacidad para mantener un trabajo.
 No remordimientos, es indiferente o se encuentra justificado por haber herido, maltratado o robado a otro.
 El Individuo tiene por lo menos 18 años.
 Existe evidencia de trastorno de la conducta con inicio antes de los 15 años.
 No aparece exclusivamente durante el curso de la esquizofrenia o episodio maníaco.

TRASTORNO HISTRIÓNICO DE LA PERSONALIDAD


Este trastorno es más común entre las personas separadas o divorciadas que entre las casadas y se da mas a menudo
en las mujeres. Pueden surgir en familiar sobreprotectoras, pero también en condiciones de privación afectiva.

Criterios Diagnósticos del DSM-IV:


Según el DSM-IV es un patrón generalizado de excesiva emotividad y búsqueda de atención, desde la edad adulta y en
diversos contextos. Indicado en 5 o más signos:
 Incomodidad si no es el centro de atención.
 Comportamiento seductor o provocador sexualmente inapropiado.
 Expresiones emocionales rápidamente cambiantes y superficiales.
 Recurre al aspecto físico para llamar la atención.
 Estilo discursivo excesivamente impresionista y carente de detalles.
 Autodramatización, teatralidad y expresión emocional exagerada.
 Sugestionable.
 Considera que las relaciones son más íntimas de lo que en realidad son.

O sea, que el individuo con un trastorno histriónico de la personalidad presenta 3 puntos claves:
 Excesiva emocionalidad.
 Necesidad de ser siempre el centro de la atención.
 La sugestionabilidad.

Buscan constantemente ser admirados por los demás y adoptan conductas inapropiadamente seductoras o provocativas,
mostrando además una preocupación exagerada por su atractivo físico. En la biografía existen traumas de naturaleza
sexual; al ser extravertidas y al estar insaciablemente necesitadas de afecto, son cálidas y seductoras, establecen con
facilidad relaciones poco elaboradas y dan señales equívocas, que dan pie a malos entendimientos. Facilidad para hacer
amistades, pero son poco elaboradas y pasa rápidamente de lo que él cree gran intimidad al olvido o desprecio más
absoluto.
Los cambios en las relaciones interpersonales no le afectan tan profundamente como a los que padecen un trastorno
límite de la personalidad.

Egocéntricas y muy subjetivas en sus juicios, manifiestan cambios bruscos de humor y dan muestras de ser suspicaces e
hipersensibles. Carecen de estabilidad emocional.

Todas sus relaciones pecan de superficiales y, con frecuencia, se ven envueltos en conflictos; poco considerados,
manipuladores, parecen poco sinceros y actúan de forma aparatosa y teatral. Se inventan fantasías de tipo romántico.
A N T O L O G Í A 8 1

La escasa tolerancia a la frustración y la necesidad de gratificaciones inmediatas hace que se sientan fácilmente
decepcionados y tristes y que abandonen pronto tareas que han emprendido con entusiasmo. La impulsividad los lleva a
tomar decisiones demasiado rápidas. Su lenguaje es vehemente y vacuo; emiten opiniones contundentes pero jamás dan
razones que las fundamenten.

Se expresa a veces, en forma de episodios distímicos, de intentos de suicidio instrumentales, de síntomas de conversión
y de trastornos de conducta que se inician en la edad juvenil.

Estos pacientes presentan con frecuencia trastornos depresivos y somatizaciones; también pueden padecer fenómenos
de conversión. A veces alcanzan unos grados de ansiedad tan elevados que pueden confundirse con crisis de pánico.

La coexistencia con otros trastornos de personalidad es frecuente, principalmente los trastornos límite, narcisista,
antisocial y dependiente.

Los intentos de suicidio para llamar la atención son frecuentes; sin embargo, no se conoce con exactitud el riesgo real de
suicidio.

PERSONALIDAD LIMÍTROFE
El DSM-IV lo clasifica dentro del grupo II, es decir el de personas que parecen teatrales, emotivas o volubles.

Se diagnostica al principio de la edad adulta y tienes una prevalencia del 2%. En las familias donde uno de los miembros
padece este trastorno, el riesgo para los familiares de primer grado es 5 veces mayor que entre la población general.
Asimismo el riesgo familiar es mayor para los trastornos por abuso de sustancias y los trastornos afectivos.

Es un patrón generalizado de inestabilidad de las relaciones interpersonales, la autoimagen y los afectos, y notoria
impulsividad, desde comienzos de la edad adulta y en diversos contextos y está indicado por 5 o más signos:

Criterios Diagnósticos del DSM-IV:


 Esfuerzos frenéticos por evitar el abandono real o imaginario (no incluye los comportamientos suicidas o
automutilantes mencionados en el criterio 5).
 Relaciones interpersonales inestables e intensas, con alternancia entre idealización y desvalorización
extremas.
 Alteración de la identidad; autoimagen de sí mismo marcado e inestable.
 Impulsividad en no menos de 2 áreas que le puedan causar perjuicios (gastos, abuso de sustancias, sexo,
otras).
 Recurrentes amenazas, gestos o comportamientos suicidas o automutilantes.
 Inestabilidad afectiva debido a marcada reactividad del estado de ánimo.
 Sentimientos crónicos de vacuidad.
 Ira inapropiada, intensa o dificultad para controlarla.
 Ideación paranoide o síntomas disociativos severos transitorios relacionados con estrés.

Este trastorno de la personalidad presenta una sintomatología alternante (histriónica, obsesiva, antisocial y psicótica) a
una velocidad que hace inoperante los tratamientos; inestabilidad, respecto a la vivencia de la autoimagen, de las
relaciones interpersonales y del estado de ánimo e impulsividad.
A N T O L O G Í A 8 2

Los individuos con este trastorno presentan alteraciones de la imagen de sí mismos y dudan a menudo de sus objetivos o
de sus preferencias sexuales. Los sentimientos de vacío les invaden constantemente y son muy sensibles a los cambios
en sus relaciones interpersonales que, por otra parte, suelen idealizar o despreciar sin motivos aparentes; se implican tan
intensamente que las rupturas acostumbran a ser motivo de descompensaciones, a veces graves.

También realizan esfuerzos excesivos para evitar el abandono, ya sea real o imaginado. A menudo amenazan con
autolesionarse o con el suicidio y en no pocas ocasiones lo ponen en práctica. En algunos casos llegan a automutilarse y
después no recuerdan nada, como si hubiesen pasado por un episodio disociativo. Se calcula en el 8-10 % la tasa de
suicidios consumados, más frecuentes entre los adultos jóvenes. También son comunes las conductas temerarias o
potencialmente autodestructivas: consumen tóxicos, conducen con peligrosidad, presentan episodios bulímicos, son
despilfarradores, se adiccionan al juego y se involucran en relaciones sexuales poco seguras. La evolución de este
trastorno es muy variable y va desde el suicidio hasta la recuperación total. Entre los factores de buen pronóstico figuran
el nivel alto de inteligencia, el talento artístico y la capacidad de imponerse una autodisciplina.

PERSONALIDAD PARANOICA
Paranoia es un desorden de la personalidad caracterizado por desconfianza y sospechas de que un grupo de personas
trama algo contra ella. El paciente mantiene un estado continuo de sospecha y de suspicacia, sin motivos aparentes.
Tiene la idea de que le van a hacer daño.

Esta enfermedad tiene mayor incidencia en varones que en mujeres. Es común poder observar su inicio en la vida adulta
temprana. Puede estar asociado a otras patologías del sistema neurológico o psiquiátrico; pero no es un requisito. Para
poder hacer el diagnóstico de Paranoia, debe cumplirse 4 o más de los criterios que se han plasmado. Podemos
catalogar a estos individuos como extremadamente sensibles emocionalmente. Tienden a anticiparse a cualquier
sorpresa posible (podríamos asociarlo a algún cuadro pasional para no ser lastimados; Méndez). Además, podemos
observar una resistencia y dificultad para expresar emociones cálidas o de afecto. Tratan, por lo general, de establecer
una independencia física y emocional. En todo momento busca detalles irrelevantes para hacer conjeturas de “el plan
contra él”. Podemos describir su comportamiento con esta frase: “ Ve el árbol, pero no ve el bosque”. El juicio es
inconsistente en cuanto a sus miedos y temores. Al entablar una conversación, y el paciente abra el compás para
conversar de sus miedos, se puede observar claramente la inconsistencia y el juicio irracional típico.

Etiología
En esta enfermedad psiquiátrica, no podemos ver ninguna alteración orgánica. Si se ha podido observar una relación
entre traumas de infancia con un habiente hostil por el comportamiento de los padres do predecibles. Se cataloga el
comportamiento como un estado realístico de la niñez que ha continuado hasta la edad adulta. Se han reportado pocos
casos, ya que esta patología es difícil de identificar y no todos los pacientes van voluntariamente a un médico.

Tratamiento
El tratamiento se basa en un concepto básico de terapia.

Aproximación Terapéutica
Es una psicoterapia de soporte la más recomendada. En ésta, se disminuyen los eventos patológicos o manifestaciones
apaciguándolas. Es necesaria que sea continua.
A N T O L O G Í A 8 3

Podemos tener tres tipos de aproximaciones terapéuticas. Uno, que sería la psicoterapia individual, en donde el médico
le da seguimiento y vigilancia periódica. La segunda, es la Autoterapia, y la tercera, es la terapia con medicamentos.

Psicoterapia Individual
Es frecuente que a estos pacientes le moleste estar en grupo, por eso se prefiere la confidencialidad y la privacidad.
Durante la terapia es necesario hacer aclaraciones firmes y cierto tipo de acusaciones; no permitir ni dar rienda suelta al
pensamiento irracional. Esto debe ser con sumo cuidado, sin humillar al paciente; en forma gentil. El médico debe tomar
el control de la terapia sólo con el consentimiento mutuo de él y el paciente. No desviarse a lo jocoso ni jovial, siempre
mantener el aspecto profesional y objetivo. No es recomendable evadir al paciente, es importante escucharlo con
paciencia y sus quejas. El abordaje debe ser simple y breve, así se asegura la continuidad de las visitas del paciente a la
consulta. Como se mencionó anteriormente, mantener la relación Confianza, objetividad y profesionalismo en todo
momento. Otro aspecto de importancia, es el nunca ponerle un reto al paciente que sea extremo. Esto podría llevar al
paciente a una depresión, por ver un tipo de incapacidad para mejorar. El uso de “La Razón” no es muy útil con estos
pacientes, ya que el pensamiento no está sujeto a lo racional, sino a lo irracional, “lo que ellos quieren ver”. Méndez. El
médico debe ser en todo momento honesto, y no indagar al paciente más de lo necesario; es importante para no poner
en peligro la cooperación del paciente.

Autoterapia
Esta terapia no es recomendable en ninguna forma. NO se tiene experiencia en este campo, pero se hace destacar el
peligro que es un paciente no llevado adecuadamente. Tanto para los familiares, la sociedad y para él mismo.

Medicamentos
Usualmente están contraindicados en este desorden. Puede inducir a desconfianzas a las personas que lo apoyan y al
médico que las prescribe.
Se pueden utilizar para minimizar los fenómenos de ansiedad, intranquilidad, agitación; siempre y cuando interfieran con
la actividad diaria. En este caso se puede usar una dosis leve de Diazepam.
En casos de cuadros psicóticos, agitación severa, pensamiento irracional que pueda causar daño, se puede utilizar
Tioridazina o Haloperidol.

TRASTORNO ESQUIZOIDE DE LA PERSONALIDAD


El inicio de este trastorno se sitúa al principio de la edad adulta, aunque en la infancia ya se ha detectado la dificultad de
relación y la falta de expresividad emocional en los ámbitos familiar y escolar. Prevalencia 0,4-0,9 %. Más frecuente entre
los varones.
No hay pruebas de una relación genética del trastorno con la esquizofrenia.
En indiferencia por las relaciones sociales. Dificultad para expresar sentimientos de cualquier tipo. Ensimismados,
ausentes.

A primera vista pueden parecer personas simplemente tímidas o introvertidas, aunque suelen tener reacciones
emocionales intensas y, a veces, consiguen una adaptación social aceptable. Todo parece indicar que las personas con
trastorno esquizoide no manifiestan sus emociones por el mero hecho de que no las tienen. Su mundo interior diríase que
está vacío. Como máximo, en situaciones en las que se encuentran especialmente cómodos y relajados, pueden
verbalizar estados de malestar en relación con sus dificultades para las relaciones sociales.
A N T O L O G Í A 8 4

Esta conducta extraña y solitaria es comparable con la del esquizotípico, pero en el esquizoide la alteración parece ser
por defecto, mientras que en aquél es de tipo cualitativo, con distorsiones perceptivas y cognitivas. Dificultad o
incapacidad para disfrutar de las cosas agradables. Los acontecimientos vitales importantes parecen no inmutarle y
tampoco sabe reaccionar con rabia o simplemente enfadarse cuando las circunstancias lo requieren.

En la esfera social carecen de amigos y de relaciones o como mucho, sólo llegan a cierto grado de intimidad con algún
familiar muy allegado si consiguen depositarle su confianza.

Estas deficiencias, unidas a su escaso interés por las cuestiones sexuales, contribuye a que estas personas suelan
permanecer solteras. Les resulta difícil reconocer las emociones en los demás, se muestran inexpresivos, fríos y
distantes y acostumbran a provocar reacciones de indiferencia. Carecen de habilidades sociales.

En el ámbito laboral se muestran indecisos y ambiguos en sus objetivos. Poco participativos y raramente se les ve
integrados en un grupo. En su interior se sienten en desacuerdo con su autoimagen. Tienden a ocuparse en actividades
solitarias que no requieran interacción alguna y, en ciertos casos, son capaces de obtener buenos resultados, aunque
suelen pecar de fantasiosos. En las tareas de tipo mecánico o abstracto es, al parecer, donde mejor se desenvuelven.

Las personas con un trastorno esquizoide de la personalidad pueden padecer fobias y vivencias autorreferenciales y, en
casos de estrés intenso, presentar episodios psicóticos breves, de minutos u horas. Frecuente el consumo de tóxicos.

Las depresiones mayores constituyen una posible complicación.


En cuanto a la asociación con otros trastornos de la personalidad, los más frecuentes son los esquizotípico, paranoide y
evitativo.

Criterios diagnósticos del DSM-IV:


Patrón generalizado de indiferencia a las relaciones sociales con limitado espectro de expresiones emocionales en
relaciones interpersonales, desde comienzos de la edad adulta y en diversos contextos. Indicado en 4 o más signos:
 No desea relaciones estrechas, incluidas las familiares.
 Elige actividades solitarias.
 Escaso interés en relaciones sexuales con otra persona.
 Pocas actividades le resultan placenteras.
 No tiene amigos, aparte de los familiares directos.
 Indiferencia a elogios o críticas.
 Frialdad emocional, desapego.
 No se produce exclusivamente durante el curso de la esquizofrenia, un trastorno del estado de ánimo con
características psicóticas, otro trastorno psicótico o un trastorno generalizado del desarrollo, y no obedece a los
efectos directos de una enfermedad médica.

NARCISISMO
Descripción :
Como lo indica el nombre, las personas narcisistas se preocupan en exceso de sí mismas. Manifiestan un patrón de
grandiosidad a través de la fantasía o de la conducta. Sus conocidos los describen como personas arrogantes y
jactanciosas. Menos del 1% de la población sufre de este trastorno.
A N T O L O G Í A 8 5

Grandiosidad
Las personas con este trastorno no sólo creen que son superiores a las demás sino que también se sienten especiales y
excepcionalmente únicas. Piensan que tienen derecho a ser tratados de manera especial por ser quiénes son. Pueden
envidiar a otras personas al tiempo que creen que otros los envidian a ellos. Pueden exagerar sus logros y talentos.

Necesidad de admiración
Las personas con este trastorno buscan constantemente la admiración, adulación y refuerzo de parte de los demás.
Pueden ser ambiciosos, pero no ambicionan el éxito, sino la admiración y la fama.

Falta de empatía
Las personas con este trastorno tienen buenas destrezas sociales al comenzar las relaciones sociales. Pueden ser muy
encantadoras con el fin de ganar la admiración de otras personas. Sin embargo, se concentran tanto en sí mismas que
no logran sentir empatía por los demás.

Preocupación por lo fantástico


Las personas narcisistas sueñan frecuentemente con la fama y la fortuna.

Expectativas excesivamente altas


Cuando estas personas no logran alcanzar las metas que se han fijado a sí mismas, se sienten intensamente fracasadas,
lo cual les produce a su vez sentimientos de vergüenza e inutilidad. En general, responden furiosamente a las críticas.

Clínicamente se presenta en toda psicopatología y normalidad, pero es detectado más claramente en las que Freud
llamó en un primer momento "neurosis narcisísticas", fundamentalmente en las parafrenias (esquizofrenias) y en la
melancolía. Alteraciones marcadas por un déficit en relación al Alter (Otro) simbólico, que es manifestada por lo que se
denomina regresión, o sea una vuelta torsionada sobre lo anterior en estados que aparentemente fueran superados por
el recorrido libidinal.

1. En las esquizofrenias: se destaca la pérdida del interés por el mundo circundante, y en forma más evidente en los
estados catatónicos, donde se dan en el marco de un mutismo: negativismo y abolición de la función de la palabra,
generalmente acompañada de inhibición motora. Al acto regresivo, el sujeto torna todo su ser hacia una indefensión tal
que le impide alimentarse por sus propios medios.
También pueden observarse ideas delirantes místicas o megalómanas, o bien eróticas, en donde los objetos ya no son
recreados en la fantasía, sino "alucinados" en lo real. La posibilidad de anexar palabras en su discurso está notoriamente
alterada. Representación y afecto se disocian y toman caminos diferentes, apareciendo el fenómeno alucinatorio
(manifestación clara del narcisismo secundario), que recrea el momento mítico, primario de satisfacción.
2. En el caso de las melancolías: lo regresivo depende a su vez de una elección narcisística anterior de objeto, en donde
él mismo y el sujeto ya aparecen como fusionados. Desaparecido el objeto, la enfermedad se muestra. Manifiestamente,
tenemos entonces a un Objeto que ahora lo vemos formando parte claramente de un Sujeto, podríamos decir
"materializado". El suicido aparece entonces como el triunfo de la Pulsión de Muerte, al igual que en el mito: se mata al
objeto, pero el que realmente muere es el sujeto. Es decir que de alguna manera siempre ambos estuvieron muertos
(jamás pudieron acceder a una diferencia que les abriera camino). Los autoreproches y la futilidad de la vida remiten a la
decepción del narcisismo, que estaría mostrando la imposibilidad del goce pleno.
Narcisismo es negación, defensa originaria ante el desamparo, ante la menesterosidad. Es reclamo de completud, de
autosuficiencia, de algo que colme la fisura por la cual el ser (el Deseo) se escapa y fluye sin tener en cuenta que este
fluencia, este re-correr huellas en camino es lo que define al ser y al desear. Por un recogimiento, por un modo peculiar
A N T O L O G Í A 8 6

de encierro, el narcisismo se presenta como la posibilidad imposible de evitar el desvalimiento en que el otro nos deja,
por la no coincidencia puntual entre lo que se reclama de ese otro, y lo que éste en realidad otorga.

El Narcisismo se toma a sí mismo como objeto de deseo; pues bien, la palabra Deseo, proviene del latín de-siderare,
término de la lengua oracular que remite a su complementario con-siderare que significa: indagar auguralmente a una
estrella; de-siderare por el contrario alude a una ausencia, una lamentación y una búsqueda. Narciso no busca en el
afuera un complemento de su Deseo (sea este homo o heterosexual) porque hay una sub-versión patológica del Deseo,
que deja de ser aquí búsqueda, motor de sustituciones, para convertirse en cristalización inmóvil que lleva (y en cierto
modo ya es) a la muerte. Aquí la muerte triunfa en vida negando la ausencia y haciendo presente una forma de quietud
de lo estático no perturbado por carencia alguna reconocida como tal sino, por el contrario, negada en la ficción cerrada y
completante de un ser casi cósico, indicador de una totalización enmascaradora, último recurso al que se pide engaño,
velando así a una muerte que nunca se quita los velos.

Tratamiento
En el caso de otros trastornos de la personalidad, la terapia breve puede producir cambios permanentes. Sin embargo, la
terapia breve no ha producido tales resultados en el caso del narcisismo. Por lo general, el primer tratamiento que se da
es psicoterapia orientada a la comprensión interna; estas dos terapias tardan varios años en producir efectos visibles. La
psicoterapia orientada a la comprensión interna, también conocida como terapia psicodinámica, intenta darle a la persona
una mejor comprensión de sus problemas con la intención de que esto le permita modificar el comportamiento. La
psicoterapia orientada a la comprensión interna analiza los aspectos de la personalidad e intenta relacionarlos con
conflictos ocurridos durante la niñez. Al igual que con otros trastornos de la personalidad, la buena relación entre
paciente y terapeuta es crucial para su funcionamiento efectivo. Los terapeutas tratan de empatizar con los sentimientos
y decepciones de sus pacientes, lo cual motiva al paciente a desarrollar las mismas destrezas.

En realidad, Narciso y el Narcicismo en sí, no mueren nunca, y si es cierto que Eco perseguía a Narciso por valles y
montañas incansablemente, así también, todo amor objetal posterior guardará algo así como el reflejo, la letanía, o el Eco
de Narciso.

PERSONALIDAD ESQUIZOTIPICA
Las personas con personalidad esquizotípica son consideradas excéntricas y raras. Aproximadamente el 3% de la
población tiene personalidad esquistoípica, y esto parece ser más común en los hombres que en las mujeres; este
trastorno se desarrolla típicamente al principio de la edad adulta. Las personas corren el riesgo de desarrollar problemas
de ansiedad, depresión y otros estados de ánimo angustiosos. Hasta un 40 ó 50% de las personas que sufren de este
trastorno también padecen de un trastorno depresivo y, ocasionalmente, desarrollan y presentan tendencias suicidas.

La personalidad esquizotípica no se considera un trastorno de la personalidad en la CIE-10, sino como una variante de la
esquizofrenia y es tratada como tal con fármacos antipsicóticos. Sin embargo, en el DSM-IV, el sistema americano de
clasificación, se le considera un trastorno de la personalidad caracterizado por excentricidad, lenguaje extravagante y
manierismos que provocan dificultades al relacionarse con los demás, incluso simplemente durante las conversaciones.

Los rasgos principales de la personalidad esquizotípica son:


 Incomodidad extrema en las relaciones sociales
 Las personas con personalidad esquizotípica se sienten muy incómodas en las relaciones interpersonales
íntimas, hasta con personas conocidas. No tienen interés en formar amistades o en establecer relaciones
A N T O L O G Í A 8 7

sexuales. Su incomodidad se percibe en la medida en que se muestran fríos e indiferentes cuando interactúan
con otras personas.
 Apariencia y pensamientos extraños
 Se dice que su apariencia y comportamiento son raros. Es posible que se quejen de síntomas extraños tales
como dolor en la sangre y en los huesos. Muchos creen ser clarividentes o telepáticos, o poseer un sexto
sentido.
 Ideas sospechosas o paranoides
 Las personas con personalidad esquizotípica sospechan de todo y piensan que los demás hablan de ellos.
 No es raro que el trastorno esquizotípico se dé con otros trastornos de la personalidad, especialmente el
esquizoide, el paranoide, el evitativo y el límite.

TRASTORNO POR EVITACIÓN


La evitación tiene tres características principales:

 Inhibición social
Las personas con este trastorno evitan participar en ambientes sociales aunque deseen establecer relaciones sociales.
Aún cuando logran establecer una relación, se aferran mucho a ella y temen que se rompa. Por lo general se convierten
en introvertidos debido a la incomodidad que sienten en situaciones sociales. Debido a su inhibición social, evitan
ocupaciones que requieran mantener contacto significativo con otras personas.

 Sentimiento de incompetencia
Las personas que sufren de este trastorno se consideran a sí mismas socialmente indeseables. Desean
desesperadamente agradar a los demás pero su falta de autoestima, su hipersensibilidad y su temor a ser rechazados
los aleja de participar en relaciones sociales hasta saber con seguridad que serán aceptados.

 Hipersensibilidad a las evaluaciones negativas


Dado que temen pasar vergüenza en situaciones sociales, es posible que eviten las actividades ocupacionales porque
temen ser víctimas de criticismo, desaprobación y rechazo. Las personas con este trastorno sienten una desconfianza
básica hacia los demás y piensan que son observados y criticados continuamente.
Menos de 1% de la población padece de este trastorno.

Criterios diagnósticos del DSM-IV:


Patrón generalizado de evitación social, sentimientos de inadecuación e hipersensibilidad a la valoración negativa, desde
la edad adulta y en diversos contextos. Indicado por 4 o más signos:
 Evita las ocupaciones que impliquen relaciones interpersonales por miedo a la crítica.
 No desea relaciones con otros, a menos que está seguro de agradar.
 Limitación en las relaciones íntimas por temor a ser avergonzado o ridiculizado.
 Inquietud a ser rechazado en situaciones sociales.
 Se inhibe en situaciones personales nuevas.
 Se considera a sí mismo socialmente inepto, sin atractivo personal o inferior a los demás.

Patrón generalizado de evitación social, sentimientos de inadecuación e hipersensibilidad a la valoración negativa, desde
la edad adulta y en diversos contextos. Indicado por 4 o más signos:
 Evita las ocupaciones que impliquen relaciones interpersonales por miedo a la crítica.
 No desea relaciones con otros, a menos que está seguro de agradar.
A N T O L O G Í A 8 8

 Limitación en las relaciones íntimas por temor a ser avergonzado o ridiculizado.


 Inquietud a ser rechazado en situaciones sociales.
 Se inhibe en situaciones personales nuevas.
 Se considera a sí mismo socialmente inepto, sin atractivo personal o inferior a los demás.
 Reticente a correr riesgos personales o participar en cualquier actividad nueva, porque puede resultar
embarazoso.

El miedo a ser juzgados negativamente.


Intenso malestar en el contexto social.
Viven preocupadas por sí mismas y en constante tensión emocional.
La pobre autoimagen.
Actitudes de hipervigilancia y reacciones inapropiadas debido a las lecturas equívocas que hace de las
reacciones ajenas.

Cualquier situación en la que pueda cuestionarse su imagen les genera una gran ansiedad: no sólo temen ser
desaprobados, sino también su propio descontrol ante la mínima señal de ello.

Mecanismos utilizados: negación y proyección.


Los otros lo ven como un individuo tímido, retraído y callado; en realidad, lo que está intentando es pasar inadvertido por
el temor que tiene a no saber qué hacer o qué decir.

Gran retraimiento social.


Aunque ellos desean afecto y aceptación, tienen gran dificultad para establecer relaciones íntimas, ya que sólo son
capaces de acercarse a aquellos de cuya aprobación están completamente seguros.

Les angustia encuentros con personas nuevas.


Poco soporte social, muy a menudo, se refugian en conductas de dependencia de la familia.

Profesionalmente, la falta de seguridad les impide aceptar nuevas responsabilidades o trabajos que impliquen
relacionarse con gente nueva, aunque sea en detrimento de una posible promoción laboral. Si se ven obligados a ello,
son proclives a poner excusas o incluso pueden presentar quejas somáticas erráticas.

Estos pacientes suelen desarrollar trastornos afectivos y de ansiedad, especialmente fobia social y ansiedad
generalizada. También un trastorno de personalidad por dependencia y pueden tener rasgos del trastorno límite y de los
trastornos del grupo I.

PERSONALIDAD PASIVO-AGRESIVA
Esta estructura de personalidad se aplica a los individuos que buscan suplir sus necesidades controlando y manipulando
a los demás a través de una conducta pasiva. Hay agresividad porque el individuo la expresa presionando y maniobrando
A N T O L O G Í A 8 9

a los demás pero esta agresividad no es manifestada ya que emplea para ello métodos pasivos como la obstrucción, el
aplazamiento, la testarudez y la ineficacia.

Criterios Diagnósticos de Personalidad Pasivo-Agresiva


DSM-III
Los siguientes son característicos del funcionamiento habitual y a largo plazo del individuo y no están limitado a períodos
de enfermedad.
 Resistencia a las demandas de realizaciones adecuadas en el funcionamiento ocupacional y social.
 Resistencia expresada indirectamente a través de por lo menos dos de los siguientes:
 Aplazamiento
 Ocio
 Testarudez
 Ineficiencia intencional
 “olvidar”
 Como consecuencia de A y B, ineficiencia social y ocupacional, contundentes y duraderas (incluyendo los
papeles de mujer de hogar y de estudiante) por ejemplo: ineficiencia intencional que impidió un ascenso en el
trabajo.
 Persistencia del patrón de conducta incluso en circunstancias en que es posible una conducta más
autoafirmativa y afectiva.
 No reúne los criterios para cualquier tipo de Trastornos de Personalidad, y por debajo de los 18 años no reúne
los criterios de Trastornos de Oposición.

PERSONALIDAD MÚLTIPLE
Consiste en la existencia en un mismo individuo de dos o más personalidades distintas. Generalmente la personalidad
original no tiene conciencia de la existencia de las otras personalidades. Las distintas personalidades son muy diferentes
y a veces opuestas.

La transición de una personalidad a otra es muy repentina y muchas veces se hace en forma dramática. La transición
puede ser inducida por el estrés psicosocial y también por hipnosis.

Es más frecuente en la mujer que en el hombre. Se admiten como factores predisponentes los traumas emocionales
severos en la infancia. El inicio puede darse en la temprana infancia o más tarde. Raramente se diagnostica antes de la
adolescencia.

Criterios Diagnósticos de Personalidad Múltiple


DSM-III
La existencia dentro del individuo de dos o más personalidades distintas, cada una de las cuales es dominante en un
tiempo particular.
La personalidad que es dominante en un tiempo particular determina la conducta del individuo.
Cada personalidad individual es compleja e integrada con sus propios patrones de conducta y relaciones sociales.
Tratamiento
El estudio científico del tratamiento del Trastorno de Personalidad Múltiple está todavía en desarrollo.
Se han preconizado muy variadas técnicas: psicoanálisis, hipnosis, conductismo, intervención familiar, narcoanálisis. En
todo caso los distintos procedimientos están encaminados a obtener la fusión, integración, unificación de la personalidad.

OBSESIVO COMPULSIVO
A N T O L O G Í A 9 0

La personalidad obsesiva compulsiva se caracteriza por perfeccionismo e inflexibilidad. La persona se vuelve preocupada
por patrones incontrolables de pensamientos y acciones. Los síntomas pueden causar una angustia extrema e interfieren
con el adecuado funcionamiento ocupacional y social de la persona.

Algo importante de señalar es que éste trastorno no se debe confundir con el Trastorno Obsesivo-Compulsivo que se
caracteriza por obsesiones y compulsiones ya que éstas personas no las tienen. Sus preocupaciones no son lo
suficientemente intensas como para ser consideradas obsesiones por lo que la palabra que mejor describiría a la
personalidad obsesivo-compulsiva sería perfeccionismo.

Las personas que lo sufren están predispuestas a la depresión, sobre todo a medida que envejecen y al ir reflexionando
sobre sus vidas se dan cuenta de que no han hecho o no son todo lo que en un principio deseaban ser o hacer.

Este trastorno de la personalidad afecta aproximadamente al 1% de la población y se presenta en una relación de 2


hombres por cada mujer.

Los tres rasgos predominantes de este trastorno son:


 Perfeccionismo: las personas tienen normas éticas muy firmes e inflexibles que, según ellos todos debemos
seguir. Tienen temor a delegar responsabilidades por temor a que las tareas no se hagan de acuerdo con sus
especificaciones exactas. Al no estar dispuestos a aceptar la imperfección, el trastorno los obliga a tener
mucha disciplina y organización.
 Preocupación por el orden: prestan demasiada atención a los detalles, listas, reglas y horarios hasta el punto
en que el objetivo general se pierde. Se pueden preocupar tanto con el proceso que lleva a una meta que
nunca la alcanzan.
 Control personal e interpersonal: tienen dificultad en expresar emociones reconfortantes ya que sería un signo
de debilidad emocional y mental que es lo que ellos desprecian. En lugar de eso, valoran el control mental y
emocional. Muchos de sus pensamientos empiezan con la palabra “debería”. En vez de sentir, piensan lo que
se conoce como intelectualización (analizar las cosas en exceso con el propósito de distanciarse de la emoción
asociada).

Criterios Diagnósticos (DSM-IV)


 Marcada inflexibilidad y preocupación con seguimiento del orden, perfeccionismo y control mental e
interpersonal como se indica en al menos cuatro de lo siguiente:
 Marcada preocupación con detalles, listas, orden, organización, reglas y horarios.
 Marcado perfeccionismo que interfiere con la finalización de la tarea.
 Devoción excesiva hacia el trabajo.
 Devoción excesiva e inflexible cuando se refiere a ética, moral o valores.
 No puede deshacerse de objetos que no usa, de un valor bajo y que no tienen valor sentimental.
 Insiste en que otro trabajen y realicen las tareas exactamente como deberían hacerlo.
 Ve el dinero como algo para acumular, como un tesoro.
 Testaduro e inflexible.

Etiología de la delincuencia
A N T O L O G Í A 9 1

LO PATOLÓGICO
Tomando al delito como un acto de conducta específico que daña a alguien y viola
SOCIAL las normas mínimas de convivencia humana garantizadas por los preceptos
contenidos en las leyes penales, al describir los tipos de conducta que la ley
reprueba y castiga, la etiología de la delincuencia sería para Solís (1985) el estudio de la totalidad de las causas o
factores que originan el conjunto de delitos, como hecho colectivo; sin embargo sólo cabe hablar propiamente del estudio
de las causas de la conducta humana y después del tipo de ésta que, al violar normas garantizadas penalmente, toma el
nombre de crimen o delito, en los adultos (p. 69). El medio natural en que ocurre la criminalidad o delincuencia. es la vida
social; por ello, su estudio pertenece a la sociología criminal.

Haciendo una integración de las múltiples causas que originan la conducta delictuosa, Solís especifica que como son
muchas las causas de la conducta delictuosa y de la naturaleza más variada, no podemos conceder importancia a unas y
negárselas a otras. Sólo negaremos importancia a algunos factores cuando obtengamos resultados concretos después
de investigar la criminalidad en cierta época, y para hacer afirmaciones aplicables a toda humanidad, necesitamos contar
con pruebas suficientes. Por tanto, no es certero atribuir genéricamente los delitos a la influencia exclusiva de una causa,
ni de un grupo especial de causas (pp. 80 y81).
Respecto a este tema, Solís termina diciendo que:

a. Todo delito obedece a una acusación adecuada y es el resultado proporcional de ella


(acusación adecuada).

b. En la realización del delito influyen concurrentemente causas endógenas y exógenas,


en constelación (concurrencia causal).

c. Cuando una causa hace su aparición influyendo en un sujeto (individual o colectivo),


facilita la sucesión de otras causas, que finalmente originan en el delito (brote causal).

d. Las causas existentes, en un momento dado, enlazan, combinan y refuerzan su acción


mutuamente, tendiendo a la producción del resultado delictuoso (combinación causal).

e. La acción delictógena de las causas exógenas revela la existencia de causas


endógenas latentes (detección causal).

f. La acción de cada causa de delincuencia es de importancia circunstancial y, por ello,


variable en tiempo, espacio y modo (importancia circunstancial).

g. La combinación de causas de la criminalidad, que actúan en constelación, es variable


en tiempo, espacio y modo, y ello hace cambiar también su acción y los resultados
(constelación variable).

h. La intensidad de acción de las causas de la criminalidad no es equilibrada, pues en


cada constelación, algunas causas actúan destacadamente y otras tienen una de acción
secundaria y aun indirecta, predominando unas y otras en casos diversos (intensidad
variable).

i. Cuanto más reiteradamente obre una causa sobre el mismo sujeto, con más facilidad
producirá éste su acción delictiva (reiteración causal).

j. Si una constelación causal ha producido el efecto criminal, éste tomará la función de


causa de nuevos fenómenos, de la repetición de otros y la intensificación de algunos
más, preexistentes, que forman una misma cadena (causa-efecto-causa).

Lo patológico social
A N T O L O G Í A 9 2

Solís (1985) establece que lo normal convencionalmente es lo más común y que es anormal lo excepcional. En otro
sentido dicho autor toma lo normal como promedio, lo usual, lo acostumbrado, independientemente de que sus
resultados sean considerados útiles, buenos, convenientes o precisamente lo contrario. En relación con el concepto de lo
patológico, en uno de sus sentidos lo define Solís como: las condiciones socialmente indeseables y las tendencias que
por analogía pueden ser conceptualizadas como enfermedades sociales, como la delincuencia. Sin embargo, aclara que
a veces lo indeseable, las enfermedades, la delincuencia, los vicios, etcétera, llegan a ser tan frecuentes en una
sociedad, de modo permanente, que son tomadas como completamente normales: así, la sistemática violación criminal
de la ley por los gobernantes en las dictaduras resulta normal por ser usual, frecuente, soportable por la sociedad y aun
deseable para ciertos sectores.

Solís afirma también que para que un sociólogo pueda saber si un fenómeno es normal o no, necesita establecer por la
observación: si el hecho es general en el pasado y en el presente y si registra cambios. En el primer caso, tiene derecho
a tomar el fenómeno como normal y si éste ha aumentado o se va desvaneciendo extremadamente, será considerado
mórbido. Por otra parte, cuando una sociedad se desarrolla en cualquier sentido, es normal que la delincuencia
evolucione también en cierto grado; pero si ésta crece mucho más o mucho menos que la colectividad, caerá en lo
patológico, cuyo sentido hay que investigar. Por eso, hay aspectos aparentemente raros pero explicables: al
industrializarse una zona cualquiera, parece que su criminalidad aumenta a menudo, lo cual nos hace pensar que sería
patológico lo contrario; aún más, cambian los antiguos delitos de sangre, para predominar los de tipo económico.

De lo anterior inferimos que el constante cambio y la complicación de las condiciones de vida, tanto físicas como
psíquicas, sociales, económicas, climáticas, etcétera, explicarían que la conducta falle; pero aún más, lo maravilloso es
que, en circunstancias tan difíciles, los individuos no fallen. De este cabe afirmar que, contra el sentido común, no es
extraño que haya delincuencia y otros aspectos llamados de patología social, cuando la existencia transcurre en la forma
necesaria para producir la conducta patológica. Es decir, lo habitual sería -lo anormal y debería admiramos que, en tales
situaciones, los individuos sé comporten de manera conveniente al interés social.

Es importante siempre tener en cuenta que la sociedad no es estática, sino dinámica. Y hacer esta aseveración como
dato del problema de la delincuencia explica que el ajuste entre el individuo y esa sociedad es logrado en raras
ocasiones. Así, la dinámica social favorece la aparición de los morbos sociales, lo que se ve confirmado al comparar
sencillamente la vida de la ciudad con la del campo, pues, comportando cada una su patología propia, estadísticamente
es más variada y cuantitativamente más importante la urbana.

En resumen, parece que la delincuencia es normal en toda sociedad y que su aumento desproporcionado o su aparente
disminución, estudiados en forma debida, nos revelarán lo verdaderamente patológico. En relación con esto, Solís
(1985)21 menciona una serie de ideas sobre lo patológico de la delincuencia, que consisten en:

a. Al comprobarse que en toda sociedad y en toda época histórica ha existido el fenómeno de la criminalidad,
éste puede ser considerado normal en la vida social humana.

b. La intensidad con que ocurre varía con cada comunidad y en cada época.

c. Toda sociedad experimenta la influencia de hechos positivos (orden, comodidad, cultura, etcétera) y ellos
permiten, aunque no condicionan, el funcionamiento equilibrado de la sociedad.

d. En el equilibrio relativo, parece que cuando predominan los factores positivos tendemos a evolucionar y si son
negativos tendemos a retroceder.

21
Q. H. Solís (1985), Sociología Criminal México: Porrúa, pág. 129.
A N T O L O G Í A 9 3

e. Estadísticamente es normal todo fenómeno mientras esté comprendido en la zona de normalidad, y patológico
cuando se presente fuera de dicha zona en exceso o defecto.

f. Las comparaciones entre fenómenos iguales de sociedades diferentes sólo podremos hacerlas con éxito
cuanto mayores sean las similitudes grupales o la comprensión de sus diferencias (p. 129).

Factores que influyen sobre el índice de la delincuencia


Tomando en consideración la multiplicidad de factores que influyen en el índice de delincuencia, Solís (1985) afirma que
uno de ellos alude al espacio en que se consuma la infracción, que al ser estudiado revela los siguientes resultados:

a) La mujeres, los discapacitados, los jóvenes y los ignorantes delinquen en lugares cercanos a aquellos que les
son familiares (escuela, trabajo, vivienda, etcétera).
b) La llamada criminalidad de adultos se desarrolla en lugares distantes, ya que, según parece, cuanto más sean
personas muy entradas en la delincuencia profesional, más evitarán ser localizadas.
c) Los miserables y errantes familias de los delincuentes, o los vagos y los menores, al no tener hogar, escuela o
trabajo fijo, cometen sus hechos en lugares muy variables.

Los planos sobre las zonas citadinas en que hay mayor delincuencia y de las llamadas zonas criminógenas tienen valor
sólo para una ciudad y una época determinadas, por las variaciones espaciales observadas de ciudad en ciudad y de
época en época. Pero el conjunto de planos pueden orientar respecto a las zonas que en una región o en todo el mundo
pueden considerarse relacionadas con la criminalidad. En América Latina hay la experiencia de que en las zonas que
circundan los mercados existe mayor delincuencia que en otras, lo que, unido a la experiencia mundial de la delincuencia
en los centros de vicio y lugares cercanos, pueden dar un criterio para localizar las zonas criminógenas.

Cabe agregar a ello los suburbios de las ciudades, donde gente pobre que vive cerca de barrancas, lomas, cuevas, ríos y
otros accidentes del terreno, parecen propiciar la comisión de delitos sexuales violentos; todo ello alude a los crímenes,
pero también a sus causas, a los actores y a las familias de los infractores. Los delincuentes ya formados cambian de
casa y aun de zona con cierta frecuencia, pues carecen de lazos permanentes hasta con su familia.

En una gran ciudad, las zonas residenciales de familias muy ricas tienen menor delincuencia que las áreas de grandes
edificios multifamiliares rentados, de comercio o de industria. A su vez, las zonas comerciales parecen tener más que
áreas exclusivamente industriales, y las zonas de pobreza y vicios más que todas las anteriores. Esto parece tener
correlación con la delincuencia, la estabilidad familiar interna, el tiempo que las familias viven en un mismo lugar, si las
viviendas son rentadas o adquiridas en condominio, la homogeneidad de la población en un lugar determinado, la
densidad de la población, el tamaño de la ciudad, y el conocimiento y trato que unos tengan con los otros.

También parecen tener una relación directa los barrios más pobres, deteriorados o descuidados, con las aglomeraciones
de delincuentes o las zonas criininógenas. Es decir, tales barrios tienen importancia como factores criminógenos y al
mismo tiempo como lugares donde se desarrollan actividades intensamente criminales. Aunque en apariencia existen
zonas criminógenas bien marcadas en los planos, siempre hay indefinición en los límites, porque su influencia afecta a
las colonias o barrios vecinos, a donde llegan sus actividades o molestias, aunque sean con menor intensidad.

El barrio forma parte del ambiente social en que actúa cada persona, aunque las amistades existan también fuera del propio
barrio. Este espacio comprende calles, callejones y demás vías de acceso; las casas y edificios, con su destino particular; y los
centros de reunión, sean de vicio, de comercio, de educación, religión, deporte, etcétera, que ejercen influencia en el
A N T O L O G Í A 9 4

conglomerado y el aspecto general. También forman parte de él los diversos tipos de relaciones desarrolladas entre sus
habitantes. Según Solís (1985), existen varios tipos de barrios criminógenos:

a. Aquellos donde hay pobreza y donde se asocian los centros de vicio.

b. Las colonias elegantes, donde hay casas de lenocinio.

c. Los miserables que carecen de condiciones mínimas de habitabilidad y de uno, varios o todos los servicios.

d. Los comerciales, que son los más importantes, donde el comerciante roba en el peso o en los cambios y sus
habitantes defraudan, se insultan, se golpean o se matan, sólo en favor de los intereses materiales.

En lo referente a las características de las zonas, éstas son: la heterogénea condición de sus habitantes, que hace fácil la
promiscuidad; la abundancia de centros de vicio (alcoholismo, prostitución y drogas), protegidos o no por la policía; la
mezcla de pobreza, abandono y desaseo, y las relaciones sociales un tanto violentas debidas al vicio o a pasiones
permanentes.

El barrio influye en el número, tipo y calidad de los delitos cometidos; por ello, parece tener importancia también, que
facilita o dificulta el control de las autoridades y la protección que puedan dar contra la delincuencia. Por eso son
relevantes los suburbios de las ciudades, ya que en ellos se construyen las nuevas secciones residenciales o en ellos
viven personas que viven de la caridad pública o de la asistencia social y que no tienen más sentido de la solidaridad
social que el resultante de sus propias necesidades cuando piden a otros que les atiendan o cuando reciben el respaldo
que les induce a cometer delitos aceptados en su pequeña comunidad.

Así, a menudo vemos en los suburbios grandes espacios abiertos y abandonados, sin servicios municipales o como
tiraderos de basura, donde viven seres que trabajan eventualmente, sin instrucción alguna, ni ideales, con un feo y sucio
aspecto personal, que se mezclan con los desperdicios de materiales y no tienen control de tipo legal o humano, piedad,
ni más norma que el propio egoísmo, dentro de la mayor miseria. Hay otros suburbios que tienen poblaciones muy
heterogéneas.

Así, de cualquier modo afecta a la conducta de las personas el lugar donde viven y la clase de población que les rodea,
pues las influencias extrafamiliares son mayores a medida que avanza la edad hasta la madurez. Si falta la vida familiar o
es poco atractiva, las amistades y el barrio toman mayor importancia y si éste es agradable y confortable, el individuo,
como sucede en el hogar, permanece más tiempo en él; pero si es de aspecto pobre, sucio, descuidado y tiene
relaciones molestas, entonces huye.

Sin considerar el lugar donde ocurre el delito y centrando la atención sobre la educación y la escolaridad, Solís (1985)
afirma que muchos de los criminales, los más miserables y desvalidos, nunca concurrieron a la escuela; muchos hicieron
parte de su primaria, hecho explicable bajo la perspectiva de que existe entre los delincuentes una fuerte incidencia de
deficiencia mental; algunos más estudiaron primaria o secundaria, y pocos son los que han estudiado una carrera
profesional.

Por cuanto al entrenamiento productivo, muchos tienen un conocimiento definido de un oficio u ocupación, otros son
trabajadores mediocres, pocos son semicalificados y muy pocos son calificados. Hemos encontrado que la educación
recibida por los delincuentes tiene una profunda relación con su peligrosidad, es decir, con la posibilidad de reiteración
criminal, pues quienes han crecido en un medio de vicio o de criminalidad lo toman como cosa normal y, aunque lo
repruebe la sociedad, ellos lo seguirán ejecutando, empleando para ello todos los medios posibles. Y como pocas
escuelas imparten educación que regule las relaciones del educando con otras personas, la serie de conocimientos
A N T O L O G Í A 9 5

técnicos y científicos es utilizada para perfeccionar sus actividades criminales.

En lo referente a los aspectos económicos, Solís (1985) reporta haber encontrado que la mayoría de los delincuentes
proceden, por lo general, de las clases con más bajos recursos económicos; sin embargo, hemos visto que los
miserables, que carecen de lo indispensable, sólo pueden ocuparse del problema inmediato: la comida siguiente. Ello
implica que los más pobres, a causa de su desnutrición, muchas veces ni siquiera logran conjuntar las fuerzas para
dedicarse a una actividad, cualquiera que sea, de una manera sostenida. No obstante, por las características de los
oficios que ejercen22 son, junto con los niños mimados que no tienen gobierno respecto a puntualidad, alimentación,
asistencia a la escuela, cumplimiento de tareas escolares, etcétera, candidatos a la delincuencia.

Para Solís (1985), la delincuencia evoluciona, pues una es la provocada por la miseria y las crisis económicas y otra es la
del auge; y si en las épocas de prosperidad aparece en las estadísticas menor delincuencia, es no sólo por la realidad
que cualquiera puede constatar, sino también porque la policía y los jueces son menos estrictos durante ellas, y los ricos,
los profesionistas y las personas cultas cometen delitos por medios más difíciles de descubrir, usando buenos
defensores, influencias políticas y medios económicos (y hasta tecnológicos) para evitar ser condenados. Por estas
razones debemos tener mucho cuidado cuando interpretamos la evolución de la criminalidad en una sociedad; no
obstante, a continuación bosquejaremos la evolución de la delincuencia.

En cuanto al sexo del infractor, Solís (1985) ha notado que en condiciones normales predominan los delincuentes
varones adultos. Según varios países, la femenina varía entre 5 y 20%, mientras no haya perturbaciones graves en la
vida general. En la conducta antisocial de los menores varía el predominio del varón o de la mujer, según las épocas,
pero en general parece también predominar la masculina. Lo anterior es atribuido a la influencia de las diferencias
somatopsicosociales, además de cuantitativas, entre los sexos. También parecen determinar el hecho: el carácter, la
mayor iniciativa dinámica, la agresividad, el afán de mando y otras cualidades del varón, que lo hacen por obtener
mejores situaciones incluso al ofrecer su protección a la mujer; en cambio, ésta, en muchos pueblos más protegida,
conservadora, obediente y pasiva, aferrada a las condiciones de sacrificio que le impone el hogar, el varón y la atención
constante que debe a su familia, todo lo cual la mantiene con frecuencia al margen de caer en la delincuencia (p. 246).

Aun en el caso de que la mujer sustituya al hombre en el trabajo, en tiempo de paz e incluso durante la guerra, sólo
alcanza un máximo que apenas sobrepasa un poco la mitad de la delincuencia masculina, si bien influye la ocupación de
la mujer moderna que trabaja fuera del hogar, pero todavía se dedica a las labores más estables y pacíficas, en las
oficinas y en las escuelas, donde tiene pocas oportunidades de entrar en conflicto y, por tanto, de delinquir. Las
condiciones de la mujer determinan que cometa el abandono de niños, el perjurio, las injurias, el encubrimiento y el robo,
y que sus delitos estén relacionados principalmente con el cuidado y la educación de sus hijos. Participa poco en los
delitos de fuerza, allanamiento de morada, lesiones, asaltos, robo y daños materiales.

Desde la perspectiva de la edad, Solís (1985) hace notar que el vértice estadístico superior suele ocurrir antes de los 25
años, lo que es explicable desde el momento en que, hacia los 13 años aparecen, exteriormente visibles, las
características del cambio biopsicosocial del adolescente. Y en este momento, a diferencia de los anteriores, ya ni la
víctima ni la policía ni el Ministerio Público ni los jueces pretenden exculpado y muchas veces ni protegerlo, sino

22
Que requieren poca o ninguna inversión, que con un poco de esfuerzo pueden resultar placenteros, que
carecen de sitio fijo, patrón y horario, que reciben directamente la influencia de la vida pública, etcétera.
A N T O L O G Í A 9 6

perseguirlo y causarle dolor. Entonces comienza el aumento estadístico de la antisocialidad juvenil.

En otro sentido, la imputabilidad es la base de la culpabilidad y cabe esperar que, si no hay capacidad de predecir las
últimas consecuencias de los propios actos, el dolo no aparecerá como el deseo de causar un daño con todos sus
efectos. Por el contrario, la imprudencia es una característica común en los actos de todos los menores de edad,
mientras absorben la educación paterna y escolar y adquieren tanto el desarrollo biopsíquico como la experiencia,
durante su crecimiento. Al faltar la imputabilidad y la culpabilidad, no podemos considerar completo el concepto de delito
y, por tanto, no es válido hablar de él, de delincuencia ni de delincuentes, cuando se trata de menores de edad.

Así, la edad es de gran importancia general en los delitos cometidos, pero vuelve a tener especial significación en la
senectud, a pesar de su escasa incidencia estadística. La conducta de los senectos tiene grandes similitudes con la de
los adolescentes, pero con la gravedad de la decadencia y en una mezcla de sentimientos más o menos matizados por
los altos valores y por las más graves decepciones; se trata de una época de decadencia grave, de involución del
organismo y del psiquismo, así como de la potencialidad económica y social del anciano, en términos tanto cuantitativos
como cualitativos.
A N T O L O G Í A 9 7

1. Marco de Referencia.
ANÁLISIS DE PSICOLOGÍA CRIMINAL
Se toman como marco de referencia

Y PSICOPATOLOGÍA SOBRE LA algunas anotaciones de psicopatología


criminal aplicada para matizar el análisis
CONDUCTA ANTISOCIAL que se presenta en este documento sobre
uno de los delincuentes más peligrosos que
existen actualmente en México.

Se harán acotaciones investigadas sobre el “modus vivendi” y el “modus operandi”, para finalmente realizar una
correlación de las principales características conductuales señaladas del Sr. Alfredo Ríos Galeana con los elementos
descritos en delitos en contra de bienes patrimoniales y de ellos, el robo con violencia dirigido hacia instituciones
bancarias, conocido típicamente como asalta bancario.

En esta conducta antisocial se pueden presentar acciones delictivas asociadas, sin embargo, esencialmente la intención
primordial del agresor es la afectación a terceros, donde la conducta materializada implica daños y sustracción voluntaria
de propiedades patrimoniales.

2. Planteamiento.
Para iniciar con el análisis, se hace a continuación una breve descripción del padecimiento conductual conocido
actualmente como “Trastorno Antisocial de la Personalidad”, antes, llamado personalidad antisocial o psicopatía, entre
otros.

Este padecimiento es una manifestación clínica específica de un trastorno primario en la adopción y adaptación de un
individuo a las normas y/o reglas disciplinarias o sociales. Su manifestación siempre se puede considerar como conducta
antisocial presentándose sin que importe la situación o las personas que van a ser afectadas. Es también un cuadro
clínico generalmente irreductible. Es común encontrar este tipo de personalidad en sujetos que están en instituciones
penitenciarias o en algunos hospitales psiquiátricos.

El psicópata es una persona que padece un trastorno antisocial de la personalidad, es altamente agresivo e impulsivo,
carece de sentimientos de culpa y es incapaz de crear lazos duraderos de afecto con otros seres humanos.

“La personalidad psicopática es una personalidad anómala que posee una desarmonía intrapsíquica congénita, por lo
cual episódicamente presenta reacciones desequilibradas afectivas, caracterológicas y delictuosas, que proporcionan en
ocasiones al sujeto sufrimiento y angustia y perturban al medio ambiente social en el que se desenvuelve”. (R. Tocaven)

El trastorno antisocial de la personalidad lo presentan delincuentes precoces y multi-reincidentes. El delincuente


desalmado es quizás el que presenta mayormente los rasgos característicos de este padecimiento. En este sentido, este
trastorno es en esencia el cuadro nosológico cuya sintomatología general es perfectamente aplicable al sujeto de nombre
Alfredo Ríos Galeana.

3. Sintomatología general:
 Incapacidad para adaptarse y para adoptar normas y reglas disciplinarias.
 Falta total de responsabilidad y a las consecuencias que ésta le acarrea.
 Gran facilidad para manipular a otras personas y conseguir ganancias a su costa.
 Marcada impulsividad y necesidad de satisfacer sus deseos de manera inmediata.
A N T O L O G Í A 9 8

 Ausencia de sentimientos de culpa.


 Afectividad distorsionada, frialdad y poca resonancia afectiva.
 Facilidad para urdir mentiras y crear realidades diferentes para impresionar.
 Marcada dificultar para relacionarse a niveles profundos con personas cercanas.
 Sexualidad promiscua, bizarra y aberrante. Roles sexuales de cualquier tipo.
 Marcado egocentrismo, deseos extremos de llamar la atención.
 Funciones mentales superiores (inteligencia) dentro de límites normales.
 Es frecuente el consumo de sustancias tóxicas, sin hacerse dependiente.
 Incapacidad para asimilar la experiencia; el castigo no ayuda al cambio conductual.
 Rendimiento escolar pobre.
 Ausencia de psicosis y neurosis; sólo por cuadros sicóticos de origen tóxico.
 Conducta anormal que se presenta desde la infancia.
 Actitudes de traición a compañeros ante la percepción de amenazas externas.
 Desempleo laboral bastante inconstante.

4. Perfil del Asaltante Bancario en México. (Generalidades)


A efecto de relacionar algunos datos referidos se da a continuación una descripción general del perfil del asaltante de
nuestro país:
Edad entre 25 y 45 años.
Personas en plenitud de facultades físicas, comúnmente ágiles.
La violencia es un rasgo común de la personalidad.
Historial delictivo previo. En ningún caso el asalto bancario es su primer acto.
Gran resentimiento social.
Búsqueda de refugio o de evasión en algún tipo de droga.
Graves problemas de relaciones interpersonales en la esfera afectiva.
Primeros grados de escolaridad primaria (promedio)
Imposibilidad de integrarse a empleos remunerados honrados.
Incidencia en la vocación al delito.

Al pertenecer a organizaciones de tipo informal no tienen una estructura definida (estática), y esta característica les
otorga una serie de ventajas, tales como el poder integrarse como grupos muy dinámicos y movibles; es decir, pueden
intercambiarse los roles durante la comisión del atraco, aún cuando tienen normalmente una tarea previamente asignada
y planeada.

Así pues, no necesariamente uno sólo amenaza y el otro roba, sino que se adaptan a las circunstancias en las que se
desarrolla el asalto lo que les permite llevar a cabo sus objetivos en forma eficaz.

En la realización de un atraco se planea el objetivo-blanco, sus vías de escape y los movimientos que se presentan. Los
ataques son precisos y rápidos y los planes se van ajustando a las necesidades emergentes.

Se utilizan armas de grueso calibre, con mayor preferencia por las semiautomáticas. En nuestro país los asaltantes
generalmente hacen uso de las armas que portan aunque no sea necesario.

Los asaltos bancarios no son producto de la crisis económica. La generalidad de los ladrones no lleva una vida familiar
estable, no son padres de familia ni víctimas del desempleo. Son personas que ven la posibilidad de obtener una gran
A N T O L O G Í A 9 9

cantidad de dinero de la manera más fácil, aprovechándose de las fallas de seguridad, tanto de las autoridades de
seguridad pública como de los dispositivos de protección de las propias instituciones bancarias.

5. Alfredo Ríos Galeana / Antecedentes Generales


Catalogado como enemigo público número uno, aparte de los múltiples asaltos cometidos y comprobados se le atribuyen
no menos de 100 asesinatos de policías de diferentes corporaciones. El doctor de nombre José María Domínguez
Ramírez, ha sido uno de los cirujanos plásticos que ha cambiado el rostro a Alfredo Ríos Galeana.

Fue en 1951 en Arenal de Álvarez, Guerrero, situado a 87 Km de Acapulco, rumbo a la Costa Grande (Zihuatanejo),
donde nació Alfredo Ríos Galeana, hijo de Sabino Ríos Benítez y María Galeana Ibarra. Su padre se dedicaba al cultivo
de cocoteros en tanto que su progenitora era diseñadora.

Un año después de su nacimiento, murió su padre y la situación se tornó adversa. Su madre entonces tuvo que trabajar
ya no como diseñadora, sino como costurera en una tienda de ropa de la localidad y luego en la ciudad de Acapulco,
Guerrero.

Alfredo Ríos Galeana difícilmente concluye la educación primaria y llega a la edad de los 17 años en que se ve obligado
junto con su madre, a emigrar a la ciudad de México. Sin ninguna real preparación académica y al cumplir la mayoría de
edad, decide ingresar al Ejército Mexicano. Su estatura, 1.85 metros, y sus 90 kilogramos de peso hacen que
rápidamente se distinga entre el resto de la tropa y a la edad de los 22 años alcanza el grado de sargento segundo.

Empleando el mismo adiestramiento que recibió en el Ejército, se dedica a cometer algunos delitos menores. Sin
embargo, el 17 de octubre de 1974 es capturado por agentes del otrora servicio secreto mexicano y así queda fichado
por primera vez. No obstante llega a un arreglo con sus captores y acepta trabajar para ellos.

Recomendado por sus mismos explotadores, ingresa a la Policía Municipal del Estado de México a pesar de contar con
antecedentes delictivos, y de figurar como desertor del Ejército.

En aquella época el entonces Gobernador, Carlos Hank González, decidió crear “las fuerzas del estado”. Por lo tanto se
dispuso que se buscara en todas las policías de la entidad a los elementos más aptos y más capaces.

En total fueron más de 2 mil candidatos los que se probaron, uno de ellos era Alfredo Ríos Galeana quien siempre
practicó varias disciplinas deportivas, entre las que jugaba un papel preponderante, el levantamiento de pesas.

El nuevo gobernador, Jorge Jiménez Cantú dispuso que se dotara a esta “elite” de pistolas Mágnum 357, metralletas M1,
equipos antimotines, máscaras antigás, radios transmisores-receptores, etc. Un total de 84 unidades motorizadas forman
un nuevo grupo, que recibió el nombre de “Batallón de Radio Patrullas del Estado de México”. Alfredo Ríos Galeana, de
integrante del batallón, llegó a ocupar el cargo de comandante del BARAPEM.

Cuando por decreto del gobernador Alfredo del Mazo González, se determina la desaparición del BARAPEM, Alfredo
Ríos Galeana ya no formaba parte de la corporación pues renunció en el año de 1978.
Desde entonces formó su banda de asaltantes y se afirma que ha dirigido no menos de 100 asaltos a instituciones
bancarias y otro número similar de fábricas, dependencias oficiales, comercios, residencias, etc.
A N T O L O G Í A 1 0 0

Es detenido nuevamente en 1981 por agentes de la División de Investigación para la Prevención de la Delincuencia,
conocida como “DIPD” y presentado en rueda de prensa por Arturo Durazo Moreno y Francisco Sahagún Baca. El ya
famoso asaltabancos aceptó haber cometido multitud de atracos violentos y participado en numerosas balaceras.

También admitió no sólo haber asaltado en el D.F. sino en diversos estados de la República, los más recientes cometidos
en el Estado de Hidalgo. Confesó igualmente llevar a cabo varios asaltos en forma simultánea en distintos puntos del
país.

Amante de la música vernácula y con mediana voz, le gustaba sentirse admirado y para ello se hizo su primera operación
plástica. Se vistió de charro y bajo el nombre de Alfredo del Río llegó a grabar un disco de larga duración con varios
temas rancheros.

A mediados de los 70`s había sido capturado y llevado al penal de Tula, Hgo. Donde al poco tiempo se escapó. Meses
después fue nuevamente capturado en el Estado de México y se le recluyó en el penal de Barrientos, donde la historia se
repitió, pues su estancia no duró más de dos meses.

Durante el lapso de 1982 a 1985, sufre nuevas transformaciones a través de la cirugía plástica, nombre y profesión, pues
ya no se trata del cantante de palenques, sino de todo un ingeniero civil titulado, llamado Luis Fernando Gutiérrez
Martínez.

La recaptura de Alfredo Ríos Galeana ocurrió el 8 de febrero de 1985. La investigación policial en este operativo estuvo a
cargo de uno de los mejores investigadores de delitos con que se cuenta en la actualidad, el Lic. José Luis Aranda
Zorrivas, quien como comandante de la Policía Judicial del Distrito Federal en ese año y al mando de un grupo de
agentes especiales logra detectar uno de los domicilios de este peligroso criminal en una “casa de seguridad” localizada
en Plaza Aragón en el Estado de México, lugar donde además se encontraba uno de sus leales y cercanos
colaboradores, Leonardo Montiel Ruiz.

Lamentablemente, una vez más y como consecuencia de las deficientes medidas de seguridad adoptadas en su
reclusión, Alfredo Ríos Galeana logra fugarse espectacularmente un año, nueve meses y 14 días después de haber sido
encarcelado en el dormitorio nueve del Reclusorio Sur en el Distrito Federal, (22 de noviembre de 1986)

Su fuga es ejecutada por dos “células” (grupos comandos de siete personas cada uno, entre hombres y mujeres), que a
sangre y fuego, armados con metralletas, escopetas recortadas, ganchos, granadas y pistolas semiautomáticas, irrumpen
violentamente en el área de juzgados luego de “volar” parte de ellos con una granada.

6. “Modus Operandi” de Alfredo Ríos Galeana


En este apartado se describen los datos obtenidos sobre una de las formas típicas de “operar” de Alfredo Ríos Galeana
en la comisión de sus ataques.

Del análisis de esta descripción pormenorizada, se podrá observar que aparecen referidas prácticamente todas las
características conductuales correspondientes a la clasificación hecha sobre los “Asaltos a Grandes Empresas,
Instituciones y Consorcios” bajo el esquema de estudio de la Psicología Criminal.
Alfredo Ríos Galeana, se mantiene comúnmente aislado y sólo aquellas personas muy allegadas a él lo conocen y tratan
personalmente, los demás únicamente logran contacto mediante un escrito, una grabación o terceras personas (los más
cercanos) Se considera que cuenta con una cartera de trabajo de cerca de 3 mil delincuentes dispuestos a colaborar al
primero de sus llamados.
A N T O L O G Í A 1 0 1

Cuando decide asaltar un banco o alguna empresa, alquila un departamento, o una vivienda, o un local desde donde
puede estudiar con calma todos los movimientos del sitio elegido. Al mismo tiempo, observa las vías de acceso y escape
al lugar, la circulación vehicular, el horario de entrada y salida de los empleados, el número de éstos y de vigilantes, así
como la disposición de las oficinas interiores mediante la elaboración de croquis detallados.

En ese lugar permanece todo el tiempo que considere necesario (pueden ser varias semanas), hasta que recaba toda la
información requerida para planear y lograr bien su objetivo.

Una vez con los datos obtenidos, recurre a su “cartera de trabajo” y mediante una cuidadosa selección, escoge a
aquellos que considera más aptos para llevar a cabo el golpe. La acción que deberá ejecutar cada hombre será detallada
claramente, sin dudas ni confusiones. Habrá quien ocupe el lugar de algún francotirador que cuide las espaldas a los que
huyen con el botín. Otro u otros estarán a cargo de conducir los vehículos para la llegada y la huída. Algunos más
estarán colocados en posiciones estratégicas en otros autos para realizar el “trasplante” de vehículos.

De los que tendrán que penetrar al inmueble, a unos les corresponderá mantener inmovilizados a los ahí presentes y
alguien más se apoderará del dinero y de manera cronométrica se ejecutará el robo.

Para entrar en contacto con quienes ejecutarán el asalto, recurrirá a algún llamado telefónico en clave, un telegrama
criptográfico, o una breve carta en la que les informará el papel que les tocará desempeñar durante el atraco. No indicará
en esa fecha el sitio exacto ni el objetivo concreto del asalto, sólo se limitará a entregarles un croquis por medio de
alguno de sus allegados en el que aparecerá la distribución interior de las oficinas y sin nombres, las calles o avenidas
que se encuentran alrededor del banco o la empresa, así como la circulación vehicular.

Media hora antes de ejecutar el asalto, deberán ser robados los vehículos que se utilizarán para tal efecto y 15 minutos
antes de que se lleve a cabo, serán citados a corta distancia del sitio elegido donde se les entregará nuevamente por
medio de una tercera persona las últimas indicaciones donde ya aparecerá de manera concreta el nombre del banco o la
empresa y su ubicación exacta.

Todo esto se realiza con la única finalidad de evitar al máximo que se filtre información que pueda afectar el propósito
planeado. Llegado el momento, como un solo hombre y conscientes de qué acciones deberán asumir cada uno de los
participantes, se consumará el atraco.

De acuerdo a las indicaciones, algunas veces el reparto del botín es inmediato, pero otras será tiempo después y los
integrantes tendrán que esperar sin ninguna replica, aunque para ello, antes reciben determinada cantidad para “los
gastos”.

Cabe aclarar que en los últimos asaltos, Alfredo Ríos Galeana ya no participa físicamente en los momentos del incidente,
sino que solamente se limita a observar desde su punto de vigilancia para supervisar que sus instrucciones sean
cumplidas al pie de la letra, de tal suerte que cuando algo resulta mal por alguien que no acató debidamente sus
órdenes, interviene él mismo para ayudar a sus hombres o de plano para “rematar” a alguno que resultara herido y
llegara a crear problemas.
Ejecutado el plan y si no hubo contingencias, se reunirán en algún punto y será repartido el botín, siempre de acuerdo a
las órdenes de Alfredo Ríos Galeana.

Conforme al resultado del plan y por el comportamiento que hayan tenido los participantes en el atraco, serán tomados
en cuenta para el próximo golpe.
A N T O L O G Í A 1 0 2

7. Análisis psicológico criminal y psicopatológico sobre la conducta antisocial y/o delincuencial


Las características de la conducta antisocial encontradas en la persona de nombre Alfredo Ríos Galeana como presunto
responsable del delito de robo con violencia son:

Clasificación: Asalto a grandes empresas, instituciones bancarias y consorcios.


Características Conductuales
1. Planeación. Minuciosidad para desarrollar un detallado plan de ataque.
2. Intencionalidad. Capacidad manifiesta de “querer y entender” la acción.
3. Violencia física. Daños patrimoniales y personales hacia víctimas, dirigidos.
4. Armas escogidas. “Expertise” en la selección de los implementos.
5. Intimidación. Violencia moral manifiesta durante la comisión del acto.
6. Ventaja. Conducta previsora perfectamente aplicada al incidente.
7. Asociación. Relación criminal estrecha con participantes durante el acto.
8. Jerarquización. Estructura orgánico-funcional informal pero eficiente.
9. Roles especificados. Liderazgo asumido, o bien, asignación de tareas específicas.
10. Mecanismos de seguridad. Huída cubierta por “muros” de contención y apoyo.

8. Clasificación de antisociales y aplicación criminológica


De acuerdo a una clasificación criminológica positivista, Alfredo Ríos Galeana presenta todas las características de un
sujeto “endocriminal preponderante”, donde la dinámica antisocial es de adentro hacia fuera. Los factores endógenos
dominan su personalidad y lo impulsan a delinquir irreductiblemente. No espera la oportunidad para infringir la ley, sino
que la busca.

Caracterología Morfológica Criminal


Tipo sumario: (+3.75)-(+2.50) = Us (+1.25) = Braquitipo
En la tabla de aplicación criminológica anexa se describen matricialmente los elementos identificados en la persona
estudiada de nombre: Alfredo Ríos Galeana.

Datos Generales
Alfredo Ríos Galeana
Ex Sargento de Ejército y Ex policía del Estado de México. Se le busca por múltiples delitos de Robo con violencia a
Instituciones Bancarias, Empresas y Comercios, como por múltiples delitos de homicidio y otras conductas ilícitas
asociadas.
Fecha de Nacimiento: 28 Octubre de 1951
Lugar de Nacimiento: Arenal de Álvarez, Guerrero.
Edad Actual: 43 años
Estatura: 1.85 mts.
Peso: 90 kilos
Tez: Morena clara
Domicilio registrado: Mongolia # 24 El Molinito, Edo. De Méx.
Hijo de: Sabino Ríos y María Galeana.
Nieto de: Mariano Ríos y Otilia Benítez.
Sabe leer: Sí
Sabe escribir: Sí
S.M.N. Clase 1951
Matricula: 6655193
A N T O L O G Í A 1 0 3

Conocimientos: Oficinista, chofer, peluquero y motociclista.


Referencia Identificada: Roberto Bautista García, domicilio conocido en San Antonio Zomeyucan, Edo. de México.

Síntesis (2005)

Alfredo Ríos Galena se hizo delincuente por presión policíaca. Detenido por primera vez en 1974, agentes del servicio
secreto lo dejaron en libertad a condición de que compartiera con ellos el fruto de sus futuros hurtos. Así lo hizo hasta
que se convirtió él mismo en policía.

A pesar de ser desertor del Ejército y de que fue fichado el 13 de Octubre de 1974, poco después lo contrató el
BARAPEM, el tristemente célebre cuerpo de asaltantes con uniforme que asoló los barrios obreros del Estado de México.

Todavía patrullero cometió lo que es oficialmente su primer atraco el 10 de enero de 1978 a la sucursal del Banco
Internacional en pleno Naucalpan. Una semana después abandonó el batallón policíaco y se entregó de tiempo completo
a la delincuencia.

El momento más escandaloso de la carrera de Alfredo Ríos Galena fue el asalto al ahora ya inexistente Banco de
Cédulas Hipotecarias (BCH), en Paseo de la Reforma de la Ciudad de México, el 16 de diciembre de 1984. Ríos Galeana
fingió ser portador de un regalo para el gerente de la casa matriz. Como vestía elegantemente, el vigilante hizo confianza
al mensajero, lo que aprovechó el asaltante para reducirlo y hacer entrar a cuatro miembros de su banda.
Con herramientas manejadas diestramente violaron la bóveda. Se llevaron un botín de más de 200 millones de pesos.

Se le detuvo en 1985 y vivió muy cómodamente en el reclusorio sur durante cerca de dos años. Gozaba de permanente
visita conyugal.

Organizó su fuga, que se consumo en 1986 y desde entonces, casi veinte años después, no se sabía nada de él, hasta
que por un error que cometió en la localidad donde vivía en California, Estados Unidos, fue identificado y trasladado a
México en este 2005.
4
UNIDAD
A N T O L O G Í A 1 0 4

4. DELINCUENTES CON
TRASTORNOS MENTALES
Fases Intrapsíquicas de la Acción Delictiva
Clasificación de los Trastornos Mentales
Agresividad: Modelos Explicativos, Relación
con los Trastornos Mentales y su Medición

FASES INTRAPSÍQUICAS El acto delictivo representa para el jurista, todo un material


de estudio; para el psicólogo, no es más que una fase
DE LA ACCIÓN DELICTIVA explícita en que culmina y se descarga un proceso
A N T O L O G Í A 1 0 5

psíquico de paulatina carga delictógena, cuyos momentos iniciales se remontan en el pasado individual.

Todo delito pasa por diversos estadios intrapsíquicos que pueden ser o no conscientes.

Las circunstancias inherentes al sujeto son independientes del delito, inclusive pueden ser anteriores al mismo. Son las
llamadas "circunstancias subjetivas" que se refieren a condiciones anímicas que movilizan la acción en un momento
dado. Para entender el proceso del delito tomemos como ejemplo a una persona hambrienta que contempla un oloroso
pan en una vitrina:

El delito se inicia con las siguientes fases:


1. La Tendencia.- En esta primera fase surge a veces difusamente o con precisión la idea delictógena, están presentes
en el pensamiento la finalidad y objetivos prohibidos pero logrables para poner en marcha el proceso delictógeno. Surge
primero lo que los escolásticos llamaban la tentación.

2. El Deseo.- Es impulso a la satisfacción de una necesidad. En esta fase, la tendencia cobra fuerza y claridad del objeto
prohibido. Al sujeto empieza a gustarle la idea.

3. Deliberación Conflictual.- En ésta fase aparece una antítesis. El sujeto entra en una deliberación conflictual, piensa en
el pro y contra del delito. La idea delictiva puede ser rechazada o puede ser ejecutada convirtiéndose en un delincuente.
Es capaz de sufrir dos procesos: el primero, quedar anulada en el agente; y, segundo, salir de él y proponer a otro el acto
delictivo.
En un individuo que se debate entre satisfacer su hambre, cometer el delito de robar el pan o retirarse de allí y postergar
una necesidad apremiante para él, seguramente que se impondrá la necesidad instintual, antes que las normas
establecidas en la sociedad. Esta situación del robo con rotura de la vitrina, es diferente de aquella en que rompe una
vitrina para robar una joya. Las condiciones psicológicas son diferentes. En la apreciación del delito deben tenerse en
cuenta estos elementos.

4. Decisión.- Esta fase se denomina también de resolución, porque el sujeto se transforma en delincuente potencial, por
tener el propósito de "lo voy a hacer". El sujeto piensa, cuándo, dónde y cómo realizar el acto delictivo, y los medios que
mejor aseguren el éxito de la acción.
Esta preparación no siempre es consciente y se efectúa en muchos individuos, una vez formulada la idea y resuelta la
duda. Se sienten aliviados de su angustia (catarsis) y satisfechos sin llegar al hecho delictivo. Es importante considerar,
estos antecedentes para saber si el delito fue premeditado o no.

5. La Acción o Ejecución.- Es el paso a la ejecución del objetivo propuesto. Es de mucho interés tanto para el psicólogo
como para el juez, pues constituye el límite entre el predelito y el delito propiamente dicho.

FACTORES DE LA CRIMINALIDAD
Primero, hagamos una diferencia terminológica, entre la causa y el factor. Cuando analizamos la criminalidad no
debemos hablar de causas sino de factores, si analizamos individualmente un hecho criminal, hablamos de la causa que
produjo ese efecto en un sujeto determinado. Sin embargo, hay autores que utilizan como expresiones sinónimas, la
causa y el factor. A nivel conductual estudiamos los factores: crímino-impelentes y crímino-repelentes; los factores
predisponentes, preparantes y desencadenantes y los factores endógenos y exógenos. Estos factores van a favorecer la
comisión de conductas antisociales que están calificadas como delitos.

FACTORES CRIMINO-IMPELENTES Y CRIMINO-REPELENTES.


A N T O L O G Í A 1 0 6

Los factores crímino-impelentes, estimulan una conducta antisocial; mientras los factores crímino repelentes, van a servir
como inhibidores. Enunciamos aquella ley que expresa que a toda acción corresponde una reacción; en Criminología,
para llegar a la conducta antisocial, tenemos dos hipótesis:

1. Cree que el sujeto tiene activantes comunes, casi normales, pero comete una conducta antisocial porque los
inhibidores son muy escasos, y al no tener obstáculo, el sujeto llega a la conducta desviada.
2. Se presenta cuando los inhibidores son varios y suficientes, pero el sujeto está tan activado, tiene una enorme
predisposición a la conducta antisocial, que pasa por encima de los inhibidores, los anula, y llega al delito.

Los inhibidores pueden ser jurídicos, políticos, económicos, físicos, morales, religiosos, etc., es más, un mismo factor
puede ser al mismo tiempo o en diferentes sujetos un impelente o repelente.

El factor religioso es inhibidor y debe funcionar y operar como repelente, en ocasiones se convierte en un activante.
Pensemos en la santa inquisición: los católicos, en nombre de dios, mataron a mucha gente.

Nosotros creemos en la eficacia de los factores crimino-repelentes; por ejemplo, cuando el vértigo de la velocidad (factor
crimino-impelente) se apodera de nosotros y vamos a un exceso de velocidad, al ver una patrulla de la policía,
inmediatamente bajamos la velocidad. Observamos, entonces como funciona el inhibidor y nos desactiva.

Para un adecuado dictamen criminológico, debemos tener en cuenta tanto factores crimino-impelentes como los crimino-
repelentes. La peligrosidad del sujeto sólo puede fijarse conociendo, valorando y comparando ambas fuerzas.

Para el tratamiento es fundamental considerar qué inhibidores se refuerzan y qué activadores deben eliminarse. La
terapia no puede reducirse simplemente a desactivar los crimino-impelentes y crear o reforzar los inhibidores.

En ocasiones los factores crimino-impelentes no son eliminables (pensemos en enfermos incurables), hay casos en los
que no conviene eliminarlos, pues no todos los activantes son en sí nocivos; así, la agresividad bien encaminada es
benéfica, el impulso sexual es normal, etc. En estos casos, toda la energía debe canalizarse hacia algo útil.

Por otra parte, no siempre es adecuado reforzar o crear inhibiciones, pues podemos lograr un efecto contrario al
deseado; pensemos por ejemplo que una violenta represión policíaca puede llevar a una escalada de violencia.

La sociedad presiona en tal forma al delincuente, tratando de inhibirlo, que produce el efecto contrario, es decir lo lanza al
delito.

Mientras más violentamente es presionado el infractor, reacciona con mayor violencia; y mientras es más violento, la
reacción social es peor, llegándose a un mecanismo de retro-alimentación y a una escalada de violencia.
FACTORES PREDISPONENTES, PREPARANTES Y DESENCADENANTES
La comprensión de estos factores nos permite conocer la secuencia seguida hasta llegar a cometer un hecho y saber la
dinámica criminal. A los factores criminógenos se los ha dividido de acuerdo a su función, en predisponentes,
preparantes y desencadenantes.

Factores Predisponentes.- Predisponer quiere decir disponer anticipadamente algunas cosas o el ánimo de las personas
para un fin determinado. Los factores predisponentes son de naturaleza endógena, y pueden ser biológicos o
psicológicos.
A N T O L O G Í A 1 0 7

Factores Preparantes.- Estos factores son generalmente exógenos, vienen de afuera hacia adentro, como la provocación
en una pelea, el alcohol, etc.

La influencia del alcoholismo en los delitos violentos, es evidente. Este factor realiza una doble función que es importante
conocer: acentúa los activantes, además tiene la fundamental característica de aniquilar los inhibidores. Analicemos
brevemente.

El alcohol acentúa todos los factores que llevan hacia el crimen, así: el sujeto con unas dosis en su organismo se torna
más alegre o más triste si tiene esta predisposición. Si es un sujeto depresivo, al cuarto alcohol ya estará llorando; si es
un sujeto agresivo estará deseando pelear. Quiroz Cuarón explica el alcoholismo en tres etapas: la del león que siempre
es el todo poderoso, la del mono que es gracioso, y la del cerdo en el suelo.

El alcoholismo en la primera etapa, acrecienta su natural agresión, aumenta el instinto sexual; a la tercera dosis se siente
mucho más excitado e incitado a todos los niveles. Desaparecen, al mismo tiempo, los inhibidores: el sujeto puede
realizar cosas que jamás haría en público: es capaz de hacer un strip-tease, o manejar a 120 kilómetros por hora, porque
ya no hay freno, ha perdido sus inhibidores.

El alcohol es factor preparatorio del delito en razón de las conocidas alteraciones psicosomáticas que produce, a saber:
fallas en el sistema perceptivo, obnubilamiento en la ideación, deficiencias en la capacidad atentiva, hiperemotividad, y,
en general, relajamiento paulatino de los frenos inhibitorios con el consiguiente aumento de la agresividad.

Factor Desencadenante.- Este factor precipita los hechos, es el punto final del drama. Es la gota que derrama el vaso; en
ocasiones, puede ser el más absurdo o el más desconcertante. Por desgracia, este factor es el que más se tiene en
consideración, igual que la opinión pública. En ocasiones los jueces lo utilizan principalmente para sus decisiones.

El factor desencadenante puede ser interno o externo, la agresión verbal o física, el "corto circuito" de un cerebro
dañado, la muerte de un ser querido, la alucinación del psicótico, etc. Analicemos un ejemplo:

Un trabajador, pequeño, inteligencia normal, soltero, vivía solo con su madre, introvertido, de buen humor, muy tranquilo,
su trabajo consistía en anotar quién entraba y quién salía. Había también un trabajador que contrastaba con él (alto),
todos los días entraba y le daba una palmada en la nuca diciendo: Buenos días, enano.

El día anterior al crimen, este trabajador le pidió a su novia matrimonio; la novia, reacciona burlándose de él; su
respuesta es: "Cuando crezcas me avisas y es posible que me case contigo", y se va riendo. El individuo se siente
defraudado, pasa la noche bebiendo, llega sin dormir al trabajo y muy temprano empieza a pasar lista a los que llegan,
con un total automatismo. Al llegar, el corpulento sujeto le saludó en forma habitual con un golpe en la nuca. El hombre
responde atacándole y asesinándole. En la crónica roja se destaca el escándalo periodístico: "Salvaje trabajador mata a
su compañero por decirle enano". Analizando los factores, vemos que nuestro sujeto había llegado a su límite; bastaba
un pretexto para hacerlo explotar y la víctima fue el sujeto que tuvo la mala suerte de desencadenarlo.

El factor desencadenante es mínimo: una broma cotidiana que, en este caso, no fue soportada, y produjo una reacción
desproporcionada.
DINÁMICA
Si un sujeto tiene una escasa predisposición criminal, necesitará de una enorme preparación para el delito, así: un sujeto
con una pequeña predisposición (normal) de camino a su casa, es asaltado por un grupo de delincuentes, el factor
desencadenante es tan intenso, que el sujeto reacciona con una conducta que, en principio, puede ser antisocial. En
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contraste, un sujeto con excesiva predisposición al delito, un criminal psicópata, que va a una cantina, se toma un par de
tragos (factor preparante), se siente "muy hombre", en esos momentos entra un sujeto que le queda mirando sin quererlo
ofender. El psicópata reclama por la mirada y va a la agresión. La reacción es brutal ante el factor desencadenante que,
en este caso, es mínimo.

FACTORES ENDÓGENOS Y EXÓGENOS


Los factores criminógenos se dividen en dos: factores exógenos y factores endógenos. Los factores exógenos son
aquellos que se producen fuera del individuo. Los factores endógenos, son aquellos que están dentro del individuo y se
encaminan hacia afuera.

A los factores exógenos, Ferri los denominó telúricos (temperatura, lluvia, precipitación pluvial, fases lunares, terremotos,
temblores, ciclones, etc.)

Tenemos los factores sociales: la familia, barrio donde se vive; si la familia está integrada o desintegrada, cuántos hijos
tiene, la pandilla con la que el sujeto se reúne, clase social a la que pertenece. etc.

Igualmente influyen los factores sociales, el medio donde vive el sujeto antisocial, y cómo influyó la sociedad en
conducirle al delito, su ambiente cultural y económico; debemos estudiar a su familia, si está integrada o no, cómo es su
biografía, cómo ha vivido, qué posibilidades de satisfacer sus necesidades tiene, dónde trabaja, etc. Cuando terminemos
de realizar éste estudio, podremos decir por qué cometió ese sujeto un hecho antisocial, y decir que tan responsable es.
Mientras tanto no hacemos justicia, ni podremos jamás aplicar una sanción. El estudio criminológico del sujeto debería
ser previo a la sanción, no posterior. Dentro de los trastornos de la personalidad, los que presentan mayores rasgos de
peligrosidad son: los paranoides, esquizoides, esquizotípico, límite e histriónico.

PELIGROSIDAD
Los que sufren de estos trastornos de personalidad pueden ir desde el excéntrico inofensivo hasta el asesino de sangre
fría. En los últimos años se ha estimado que por lo menos la mitad de los que buscan ayuda para un problema psíquico
exhiben señales de esta clase de trastornos.

Garófalo, (1878) introdujo el concepto de peligrosidad a la Criminología, para después desdoblar el concepto en dos:
capacidad criminal y adaptabilidad social.

La capacidad criminal considera a la perversidad constante y activa de un delincuente y la cantidad de mal, que se puede
esperar del mismo.

La adaptabilidad social, es la capacidad del delincuente para adaptarse al medio en que vive.
Se reconocen cuatro formas clínicas de estado peligroso, a partir de estos conceptos de Garófalo.
1. Capacidad criminal muy fuerte y adaptabilidad muy elevada. Es la forma más grave (cuello blanco, político,
financiero, industrial, etc.)
2. Capacidad criminal muy elevada y adaptabilidad incierta. Es la forma menos grave, pues su inadaptación atrae
la atención sobre ellos (criminales profesionales, delincuentes marginados, etc.)
3. Capacidad criminal poco elevada y adaptación débil (constituye la clientela habitual de las prisiones,
principalmente inadaptados psíquicos)
4. Capacidad criminal débil y adaptabilidad elevada (tienen reacciones ligeras de estados de peligro delincuentes
ocasionales y pasionales)
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Como podemos observar, en el primer caso presenta un estado peligroso crónico, los dos intermedios un estado
peligroso marginal, y el último un estado peligroso episódico.

Podemos decir que la peligrosidad es la potencialidad del agente humano para atentar contra las leyes de la evolución
social. Esto justifica las medidas preventivas. A base de una comprobación científica del estado de peligrosidad antes de
que se haya cometido el delito. La peligrosidad-causa y la temibilidad-efecto, se miden por los índices psicológicos,
biológicos, antropológicos y sociales del individuo, por el análisis de la vida anterior y de la vida posterior al momento de
la delincuencia; y por el estado de los móviles, circunstancias y densidad antisocial del delito cometido.

La peligrosidad puede sospecharse a través de la reconstrucción del comportamiento social anterior al crimen, tomando
en cuenta aquellas reacciones minuciosas que se ha presentado de una manera repetida, circunstancial, o periódica,
desde la niñez del individuo. No se trata, de una anamnesis criminológica, sino de la sistematización de las formas y
particularidades del comportamiento social, en función del medio. Este examen, a más de proporcionarnos elementos de
estimativa individual, facilita el entendimiento de muchas características sociales, es decir, enfatiza las particularidades
del medio.

EL DIAGNÓSTICO
El objetivo del diagnóstico psicológico es precisar el grado de peligrosidad del sujeto en estudio. Para llegar al
diagnóstico, aparte de los especializados, (médico, social) deben realizarse los diagnósticos parciales, uno de capacidad
criminal y otro de adaptación social.

Para conocer el grado de adaptación y de adaptabilidad (o inadaptabilidad) del sujeto, se tienen en cuenta los aspectos
dinámicos de la personalidad, así como la situación del sujeto, su status, aptitudes físicas, sensitivas, emocionales,
intelectuales, etc.

PRONÓSTICO
Generalmente el pronóstico hace referencia a la reincidencia, trata de predecir si un sujeto que ha cometido una
conducta antisocial volverá a realizarlo.

En este aspecto es importante manifestar que hay dos tipos de reincidencia, una genérica y otra específica:
1. La genérica, es aquella cuando el reincidente comete una conducta antisocial diferente a la que realizó
anteriormente.
2. La específica, es aquella cuando el hecho cometido es el mismo, es similar al primero.

TRATAMIENTO
Es el conjunto de normas y técnicas que se utilizan para reestructurar la personalidad alterada del delincuente y hacerlo
un hombre de bien en el núcleo familiar y social. Generalmente al hablar de tratamiento se piensa en tratamiento
carcelario, lo que indudablemente es un error, pues debe entenderse que éste es el último recurso clínico. Este debería
ser cuando se encuentra en libertad, evitando hasta donde sea posible el encerrar al sujeto. Este debe aplicarse para el
diagnóstico y pronóstico, ya que para el estudio del sujeto, no es necesario privarle de libertad. El tratamiento debe ser
biopsicosocial.
PSICOLOGÍA DEL TESTIMONIO
La psicología del testimonio representa el crisol donde se funden los resultados de la Psicología Experimental y de la
Psicología Jurídica. La Psicología Experimental nos ilustra, sobre las diversas alteraciones de los fenómenos
psicológicos, aún fuera del campo de la patología mental. Demuestra lo defectuoso del testimonio humano y con que
facilidad se comete un error involuntario. Por otro lado, la Psicología Jurídica señala las frecuentes manifestaciones de
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que se vale la actitud criminal para impedir la búsqueda de la verdad, prueba de esta manera, el falso testimonio. De allí
la necesidad imperativa de valorar la psicopatología del testimonio; de su crítica psicojurídica metódica para evitar los
múltiples errores judiciales. Al testimonio, se lo ha definido como la narración oral o escrita, espontánea o provocada,
acerca de un acontecimiento que se desea enterar o confirmar. El testimonio de una persona en relación a un
acontecimiento depende de los siguientes factores:

1. PERCEPCIÓN DEL SUJETO


La forma de comprender los acontecimientos, depende de las condiciones externas e internas de observación. Es decir,
nuestras sensopercepciones tienen un componente objetivo y un subjetivo, constituye en si una vivencia, una experiencia
psíquica compleja en la que intervienen y se fusionan formando una estructura, una unidad, una "Gestalt" ya que el
cerebro no es una máquina fotográfica que registra pasivamente los acontecimientos externos, sino un órgano plástico
que bajo la influencia de la afectividad prepara las impresiones que recibe y produce representaciones. El testimonio no
es un simple recuerdo, es el cimiento, es el resultado de la creación que incluye un juicio que se ha desarrollado bajo el
estímulo de la afectividad.

A. FACTORES QUE INFLUYEN EN LA PERCEPCIÓN:


1. Grado de agotamiento psíquico. Influye en el sujeto perceptor. De esto depende la precisión y la extensión de la
percepción. La capacidad de aprehensión de estímulos varía de acuerdo a las horas del día, existiendo mayor capacidad
por la mañana y por la noche disminuye bajo la influencia de la digestión.

2. El hambre produce efectos análogos al agotamiento; con una percepción retardada, debilidad en la atención y
retención de recuerdos. Por ejemplo, un obrero que regresa por la noche a su casa fatigado y hambriento, es un mal
testigo, ya que pueden ocurrir situaciones importantes sin que las observe debido a que su atención está en el hogar que
le espera, para brindarle descanso y satisfacer su hambre.

3. Los hombres somos más aptos para la percepción en general que las mujeres, las mujeres son más minuciosas que
los varones para apreciar los detalles.

4. Hay mayor percepción de los términos inicial y final de un acontecimiento son percibidos con mayor precisión y
claridad, de las actividades intermedias. Fenómenos que debemos tomar muy en cuenta en el testigo.

5. Las impresiones ópticas son testimoniadas con mayor facilidad que las acústicas; y el resto de impresiones
sensoriales, son reproducidas con gran vaguedad. Por lo tanto, es preferible recurrir a su reconocimiento y no a su
evocación.

6. Los datos cuantitativos en relación a testimonios son, en general, más imprecisos que los cualitativos. Hay una
tendencia generalizada a sobreestimar los números inferiores a diez y las pausas de tiempo menores de un minuto. En
cambio las pausas superiores a diez y los números o espacios grandes tienden a ser subestimadas. En los testimonios
de hechos ocurridos pasado los seis años existe la inclinación a cortar el tiempo.

7. En la gente privada de sueño, se observa síntomas fisiológicos leves, como visión doble, manos temblorosas, y un
umbral bajo de dolor. Este antecedente es importante averiguar para los fines pertinentes.

8. En la percepción pobre, la evocación disminuye, porque la percepción del hecho fue demasiado débil para producir la
impresión suficiente. Esto puede ocurrir por condiciones externas, como el ruido, la obscuridad o alguna otra
circunstancia que interfiera la observación. Por eje.: si vemos a un hombre en un automóvil a distancia de unos 20 metros
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y sólo fue perceptible durante el tiempo que tardó el automotor en recorrer dicha distancia, será difícil recordar qué
aspecto tenía ese hombre porque nunca lo vio bien. Y, sin embargo, este tipo de identificación de un testigo ocular,
contribuye para declararlo culpable.

9. La percepción pobre, puede deberse también a algún defecto del observador. Puede estar distraído, bajo estrés, no
prestar atención, etc. Es un problema, cuando es llamado a testificar sobre un delito, un accidente u otro hecho casual.
Este fenómeno es común en la mayoría de la gente, que no recuerda nombres y caras de determinadas personas que les
fueron presentadas, porque no prestaron atención.

B. LA AFECTIVIDAD Y SUS EFECTOS EN LA PERCEPCIÓN


1. Catatímia, o predisposición perceptiva. A menudo vemos, oímos, saboreamos, olemos, etc., lo que esperamos o lo que
encaja con nuestras ideas preconcebidas. De modo que vemos las cosas como quisiéramos que fuesen, y en
determinadas circunstancias las vemos como quisiéramos que no fuesen. Es decir, la catatímia es una deformación
afectiva de la realidad, por lo general sobrevaloradas de acuerdo a nuestro estado afectivo. El conocimiento y la forma de
nuestras expectativas influyen en nuestras percepciones para juzgar a los demás. Por eje.: dos personas pueden afirmar
exactamente lo mismo en igual tono de voz hosco. Si el un sujeto tiene la imagen agradable y el otro como una persona
de mal carácter, pensará que el primero está bromeando y que el segundo es agresivo, y su propia reacción emocional
será totalmente diferente hacia uno u otro. Este ejemplo es notorio en la familia con los hijos consentidos.

2. Deseo positivo como negativo, (celos) de que algo ocurra puede dar a creer que ese algo ha ocurrido ya.
En ambos casos se crea lo que se ha denominado "la sugestión de la espera", en virtud de la cual la conciencia anticipa
el tiempo y da por realizado lo que aún no lo ha sido o sólo ha sido en parte. Precisamente por "la sugestión de la
espera" se explican los resultados tan diferentes que se observan en los experimentos acerca de la fidelidad del
testimonio, realizadas sin previa advertencia del sujeto y con los sujetos que han sido previamente advertidos. Todos los
prestidigitadores y los médiums saben que cuanto más prolonguen la espera de los espectadores, tanto más fácilmente
tomarán éstos como real la simple apariencia del fenómeno anunciado.

3. El Estado Afectivo: deforma el recuerdo. Zillig expuso un grupo de hombres y mujeres en los Estados Unidos a una
serie de observaciones favorables y desfavorables sobre la personalidad de la mujer, extraídas de comentarios de
Schopenhauer y Oscar Wilde. Una semana después celebró otra entrevista con las mismas personas, a las que rogó
expresasen lo más fielmente posible los comentarios expuestos. En las respuestas, las mujeres recordaron mejor los
comentarios favorables para ellas, en tanto que los hombres mostraron tendencia a recordar las observaciones que
descreditaban lo femenino.

C. EL HÁBITO Y SUS EFECTOS EN LA PERCEPCIÓN


1. El hábito nos permite completar las percepciones de la realidad exterior, ya que es suficiente que se hallen presentes
algunos de sus elementos para que nuestro juicio de realidad acepte la presencia del todo (apercepción). Durante el
curso de la vida nos hemos acostumbrado a observar simplemente parte del todo; cuando tratamos de identificar a un
sujeto, es decir estamos entrenados a utilizar maravillosamente el hábito, vivimos más del pasado, que del presente. Se
pregunta sobre la ropa que llevaba un amigo en la última reunión. De tratarse de un individuo que regularmente va
vestido de la misma manera, la respuesta será sencilla, de acuerdo con la realidad; caso contrario, será difícil llegar a un
acuerdo. Si preguntamos detalles particulares como: lleva o no anillo, la corbata era roja, etc., se observará con asombro
una cantidad de lagunas, ya que no existe una percepción de acuerdo con la realidad y que aparecen reproducciones
diferentes según los testigos, ya que lo que uno recuerda perfectamente, el otro ha olvidado.
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2. El pasado interviene más que el presente en nuestras percepciones. Así, un cambio de carácter o de conducta puede
ser notado antes por las personas ajenas que por los familiares, ya que éstos, por su mayor hábito de tratarle, tardan
más tiempo en desprenderse del concepto que de él tienen formado.

2. DE LA MEMORIA (CONSERVACIÓN)
1. Rumor: de acuerdo con los prejuicios y preferencias de los individuos, se deforma, la memoria se altera y la verdad
desaparece. Este fenómeno es más notorio, a medida que aumenta la cadena de rumores. En la transmisión de un
relato, a medida que se repite se va haciendo cada vez más simplificado o breve, pues se omite fechas, lugares, tiempo y
nombres propios.

2. Orgullo, temor, angustia y estados pasionales, actúan deformando y reprimiendo nuestros recuerdos. Nietzsche decía:
"Esto lo he hecho, dice mi memoria". "Esto no puedo haberlo hecho, dice mi orgullo". Finalmente cedió la memoria.

3. Curva del olvido, Ebbinghaus, indica que el olvido es inicialmente rápido, y que la tasa de olvido disminuye
marcadamente después de un cierto tiempo. Olvidamos por una interferencia, de otras informaciones que confunden a
nuestra memoria.

Los experimentos de Loftus con los testimonios de testigos oculares indican que la información recibida después de la
percepción inicial a menudo reemplaza la información original en nuestra memoria y nos predisponemos a jurar que la
segunda impresión es la única. Muchas de las personas que vieron la película de un accidente de tránsito y a quienes se
les preguntó después. ¿Qué velocidad llevaba el coche cuando pasó la señal de stop?, creyeron haber visto una señal de
stop, aunque en realidad habían visto una señal de ceda el paso.

3. DE LA EVOCACIÓN DEL SUCESO


Este factor es muy importante, pues en él intervienen mecanismos psíquicos complejos y una serie de influencias que
vamos a analizar. Veamos el siguiente ejemplo:

Unas 150 personas vieron la película de un accidente de tránsito y se les preguntó sobre el suceso. A quienes les
preguntaron: ¿Aproximadamente a qué velocidad iban los automóviles cuando se estrellaron el uno contra el otro?,
dieron estimaciones de velocidad más elevadas que aquellas otras personas a las que se les preguntó. ¿Cómo iban los
automóviles cuando chocaron? Además, los que oyeron el verbo "estrellarse" afirmaban haber visto vidrios rotos, que los
que habían oído la palabra "choque". De hecho, no se rompió ninguna luna en el accidente. Obviamente, oír la palabra
"estrellarse" daba a esos "testigos" nueva información. Asociando la palabra con una velocidad elevada y un accidente
más grave, "llenaron las lagunas" y extrajeron sus propias conclusiones.

A. LA AFECTIVIDAD Y SUS EFECTOS EN LA EVOCACIÓN


1. Las tendencias afectivas perturban la marcha del proceso evocador. Conocemos la denominada "amnesia emocional",
o "amnesia selectiva", que a consecuencia de un trauma emocional negativo (violación), hace que los sujetos sean
incapaces de recordar la situación desencadenante del choque psíquico. A partir de ese instante se produce una laguna
en la memoria. Debemos diferenciar los casos en que existe no sólo un trauma psíquico, sino un trauma físico, pues en
ellos la amnesia ya no es emocional, sino "conmocional", y va acompañada de otros síntomas cerebrales orgánicos.
2. La represión. Los interrogatorios judiciales por lo común versan sobre situaciones delictivas o, sobre incidentes que
giran alrededor de un núcleo emocional intenso, esto con frecuencia provoca una represión no sólo en los actores, sino
también en los testigos. Por estos motivos, no es método adecuado por parte de los investigadores, obtener datos
veraces forzando, mediante amenazas o sugestiones, las respuestas de los testigos. Cuando un interrogado dice "no
recuerdo", se evidencia un problema para el juez: ¿en realidad no recuerda o no quiere evocar?. Generalmente, se cree
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que cuanto más viva y emotiva ha sido una situación, será más fácil recordar dicho acontecimiento. Si se manifiesta
transigente en aceptar tal contestación para detalles sin importancia, concibe en cambio que ha de ser estricto al obligar
un recuerdo preciso de los detalles básicos. Son justamente estos detalles los que se olvidan, ya que se asocia a otros
hechos que han ocurrido y otros de un modo fragmentario. El olvido es involuntario: en este estado mientras más intente
recordar, más se afianzará el olvido. Esto nos ha sucedido al olvidar un nombre corriente, a pesar de la impresión de
tenerlo "en la punta de la lengua". Cuanto más ha concentrado su atención para recordarlo, más se ha alejado aquél y
sólo habrá surgido espontáneamente al cabo de un tiempo más o menos largo, cuando probablemente ya no era útil su
evocación, y por consiguiente no tenía por qué despertarse la tendencia afectiva que la reprimía. Este fenómeno se
explica en la teoría de Pavlov, por la denominada "inhibición paradójica" y es, casi siempre un signo de fatiga neuronal.

Observamos que el testimonio se vuelve más inexacto cuando el individuo es objeto de presiones, o cuando los testigos
son sometidos a interrogatorios demasiado extensos.

4. FORMA CÓMO DESEA NARRAR EL HECHO


El grado de sinceridad es meramente psíquico. Pensemos en un individuo equilibrado y hábil para resistir la influencia
perturbadora de los factores que hasta ahora hemos visto. Este sujeto ideal, ha podido mirar con toda exactitud los
hechos, fijarlos, conservarlos en su registro subjetivo y reproducirlos con fidelidad bajo el esfuerzo de la evocación
voluntaria. ¿Será ahora capaz de expresarlos de tal modo que quienes escuchan su relato lleguen a verlo y discernir
como él?. He aquí otro obstáculo dentro de la temática, que deberá ser investigado.

5. FORMA CÓMO PUEDE NARRAR EL HECHO


Es decir, el grado de fidelidad y claridad con que el sujeto es capaz de describir y representar a las demás personas,
para que éstas sientan o comprendan como él. Este numeral, es uno de los menos estudiados y quizá de los más
importantes. Vamos a analizar los factores principales:

1. Cultura y Comprensión. Son pocas las personas que poseen la suficiente cultura e inteligencia verbal para dar una
expresión exacta de sus vivencias o experiencias. Si nosotros damos un objeto a una persona, le pedimos que lo
examine y, luego, le solicitamos que nos describa, para que nosotros, sin ver el objeto, lleguemos a una comprensión de
éste. Concluimos, que la comprensión es diferente de su realidad. La causa se debe a que, no ha acertado a trasladar en
palabras todo cuanto ha comprendido. Es poco frecuente la capacidad que le permita describir bien, lo percibido. Por
ejemplo, existen profesores que conocen mucho de la materia, pero no pueden trasmitir a sus alumnos este conocimiento
por falta de metodología.

2. Estado emocional del momento y lugar donde se encuentre el sujeto. Entorpece aún más la situación, si el
interrogatorio se realiza en el despacho del funcionario, o en la sala de audiencia. Si se realiza en la sala de audiencia, la
reacción emocional es muy distinta, ya que en tales circunstancias todo el aparato judicial con su toque de solemnidad
crea una atmósfera emotiva, que pesa aún sobre un hombre mentalmente fuerte y habituado a situaciones semejantes.
En consecuencia no debe asombrar si muchas exposiciones llevadas a cabo en la sala de audiencia presenten
contradicciones o lagunas respecto a aquellas llevadas a cabo durante la instrucción. Las consecuencias que el aparato
judicial obtiene sobre la capacidad cuando rinden testimonio, son complejas en personas emotivas o de bajo nivel mental;
y aun si fuesen, enfermas mentales aparecen, por esta situación de estrés, como que tendrían graves problemas
psíquicos.

Estos antecedentes nos pone en guardia de interpretar, como prueba de culpabilidad, aquellos estados de excitación,
vacilación, enmudecimiento, sonrojo, sudor, etc., que afectan a quienes deben exponer en las salas de audiencia,
especialmente si se sienten, de cualquier manera, en peligro de llegar a ser comprometidos en los hechos. Debemos
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considerar también el caso de los llamados "tartamudos de ocasión" cuyas exposiciones son incompletas por el hecho de
evitar usar palabras que tienen dificultad para pronunciar.

3. Diferencia del relato. Sea éste espontáneo o el obtenido por interrogatorio, repercute en el testimonio. Es
recomendable dejar al testigo que haga la narración y la exposición en forma espontánea. De este relato pueden
inducirse ciertas conclusiones sobre la exactitud de la declaración. Si el Juez tiene que cuestionar la forma de la pregunta
no debe inducirle o sugerir la contestación. Es frecuente oír preguntas: "¿No es...?", o bien: "¿No es cierto que...?", y, a
continuación, la realidad tal como el juez la veía. También las preguntas alternativas - "¿Fue esto así, o de otra
manera?"- son peligrosas, ya que el testigo fácilmente cree que tiene que aceptar una de las dos posibilidades,
habiéndose dado una tercera o cuarta probabilidad. El relato espontáneo resulta más vivo y veraz que el obtenido por
interrogatorio. Pero tiene el inconveniente de ser incompleto e irregular y, además, expresa elementos interpolados que
en nada son útiles. Un reducido porcentaje de testimonios espontáneos describen todo lo que interesa. Toda respuesta
es una reacción mixta en la que ingresan no sólo las vivencias espontáneas del interrogado, sino también las
representaciones y tendencias afectivas evocadas por la pregunta a la que se responde.

Puede acontecer con facilidad que se crea una respuesta falsa por una de estas tres causas:
1. Que la idea implícitamente contenida en la pregunta evoque, por asociación, otra no concordante con la
objetividad a testimoniar.
2. Que la pregunta le haga sentir al sujeto la existencia de una laguna en su memoria, y éste tratará de dar una
respuesta al azar o basada en una deducción lógica.
3. Que la pregunta determine una sugestión directa o coloque al sujeto en condiciones de inferioridad (miedo) que
le impidan dar la contestación debida.

Podemos decir que el testimonio obtenido por interrogación acostumbra dar datos más concretos, pero también menos
exactos que los del relato espontáneo.

ESTUDIO DE LAS PREGUNTAS FORMULADAS EN LOS INTERROGATORIOS JUDICIALES


Preguntas capciosas.- Son aquellas que, para descubrir la verdad, emplean artificios, suposiciones falsas o mentiras.
Tienden a que el interrogado rompa su reserva al creer descubierto lo que oculta o a llevarlo a la confusión con
supuestas contradicciones. Este tipo de pregunta se aprecia cuando a Jesús le increpan: ¿Eres tú el Rey de los Judíos?
a lo que el contesta: "Tú lo dices". A un lado el aludido conocimiento sobrenatural del pensamiento ajeno, el silencio
posterior del interrogador consigue la afirmación capciosa.

Preguntas Impertinentes.- Son las que no se refieren a los hechos o derechos objeto del proceso, son preguntas extrañas
al interrogado.
Preguntas sugestivas.- Son aquellas que contienen en sí la respuesta que ha de darse, en forma directa o de modo
encubierto. Este tipo de preguntas debe evitarse, por ser fuertemente sugestivas, capciosas o impertinentes.

Kretschmer, distingue cuatro tipos de preguntas:


1. Tipo de pregunta sin sugestión: "Le pido, ¿por qué motivo Ud., ha venido aquí?". Este tipo de pregunta tiene la
ventaja de evadir todas las sugerencias, su inconveniente hace perder mucho tiempo, porque el interrogado
divaga y se pierde en los detalles sin importancia.
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2. Tipo: pregunta alternativa: "¿Tiene Ud., algún dolor o no le duele nada?". La ventaja de estas preguntas, es el
ahorro de tiempo ya que delimitan el tema del relato y no suministran sugerencias inadecuadas. De acuerdo a
las contestaciones, se puede realizar diversas preguntas alternativas.
3. Tipo: pregunta sugestiva pasiva: "¿Le duele a Ud. , algo?".
4. Tipo: pregunta sugestiva activa: "¿Cierto que a Ud. , nada le está doliendo?".

Bumke califica como preguntas sugestivas: "¿Tenía el sindicado un bastón en la mano?" "¿Llevaba anteojos?". Si
queremos saber de qué color era un objeto determinado, será preferible al menos como primera pregunta: "¿De que
color era?" en vez de: "¿Era verde, amarilla?" y, peor aún, hacer ver diferentes colores. Así mismo, en las diligencias de
reconocimiento se deberá decir: "¿El autor del hecho es uno de estos?", en vez de: "¿Cuál de éstos es el autor?", porque
en este último caso casi con seguridad el sujeto interrogado dirá que entre las personas que se ve, se encuentra el autor.
También es una pregunta sugestiva o capciosa, interrogar de la manera siguiente o semejante: "¿Cómo explica usted
que en el proceso algunos testigos afirman que lo vieron cometer el delito por el cual se le somete a indagatorio o que
usted es de dicho delito responsable?".

Otro autor considerar, las siguientes clases de preguntas:


1. Afirmativas por presunción. Se le formula una pregunta de presunción que tiene muchas probabilidades de ser
contestada. Así: ¿de qué color era la corbata que llevaba el acusado el día del crimen?, sin antes preguntarle sí llevaba o
no corbata y si le había visto. Este tipo de pregunta implica una gran capacidad sugestiva.

2. Disyuntivas Parciales. Al interrogado le damos la alternativa de decidirse entre dos posibilidades, entre la que puede
hallarse la verdadera. Si preguntamos al testigo si llevaba o no corbata el acusado, podemos recibir respuesta afirmativa;
y entonces, formulamos otra pregunta: ¿La corbata era amarilla o negra? puede suceder que al testigo le pareció de color
azul, más al observar que tiene dos colores a elegir, aceptará silenciosamente su error y por semejanza contestará:
negra. Estas preguntas son frecuentes, a veces de una manera premeditada, por interrogadores que para evitar ser
engañados creen que no hay mejor medio que empezar engañando ellos al testigo.

3. Afirmativas y negativas condicionales. Estas preguntas condicionadas en su doble forma: afirmativa o negativa,
entrañan una sugestión al obligar al sujeto a decidirse entre un sí y un no. Ejemplos:
Condicionada afirmativa: ¿No era negra la corbata que llevaba el acusado?.
Condicionada negativa: ¿Era acaso blanca la corbata?

Por el tipo de preguntas, el testigo advierte implícitamente que se espera de él una afirmación en el primer caso y una
negación en el segundo, y si no está seguro de sí mismo, preferirá contestar de acuerdo con lo que el interrogador
parece esperar de él.

4. Disyuntivas completas. Por el mero hecho de formular explícitamente las dos posibilidades (Era así? o No era así?),
son menos sugestivas que las anteriores.

5. Determinantes. Preguntas con pronombres interrogativos: ¿Cómo?, ¿Cuánto?, ¿Por qué?, merece el calificativo de
imparcial. (Por ejemplo: ¿Cómo iba vestido el acusado?, ¿Dónde vio usted por primera vez a x?, etc.).

MECANISMOS PARA LOGRAR MAYOR OBJETIVIDAD EN LAS RESPUESTAS


El método basado en atemorizar al sujeto con castigos humanos y divinos cuando declare en falso, no es aconsejable.
Podemos decir que el único factor que conviene conocer para resolver este problema es la conciencia moral de los
declarantes, el grado de conciencia a la verdad y a la justicia. Se ha observado un hecho curioso: los testigos más
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moralistas se impresionan más ante las amenazas, la severidad y el ceremonial que se desarrolla durante el
interrogatorio. En cambio, los amorales son indiferentes ante él. Por esta razón, se conceptúa superfluo el juramento e
insuficientes las advertencias acerca de la responsabilidad inherente al acto del testimonio. Sin embargo, es necesario un
previo examen de la personalidad del testigo y de su disposición a testimoniar, con el fin de poder predecir cuál ha de ser
la intención que le guíe al hacerlo.

Si del previo análisis del sujeto se deduce que su testimonio no será imparcial, hay que pensar si esta parcialidad se
deba a un fin: noble (compasión, altruismo), inmoral (venganza, beneficio), o puede ser producto de un deseo egoísta de
quedar bien y comprometerse lo menos posible. Por esta razón, es indispensable un sutil estudio psicológico de estos
"imponderables" que tanto influyen en la obtención de testimonios equívocos y arbitrarios. Deducimos la importancia de
los conocimientos de psicología individual a la situación particular de cada declarante.

Personalidad y Testimonio.- El tipo de personalidad ejerce gran influencia en un testimonio. El valor de la declaración
sólo puede juzgarse conociendo quién ha realizado. Afirmamos que mientras más extrovertido sea el sujeto más fácil
será, dentro de ciertos límites, la obtención del testimonio. El sujeto introvertido proporcionará declaraciones más parcas
e incluso más subjetivas, más constantes, menos influenciables por las circunstancias exteriores y por el tiempo. Se hace
necesario el conocimiento de los tipos de personalidad.

Debemos tomar en cuenta las diferencias individuales, que repercuten en el tipo de testimonio. Estos son: El tipo
objetivo-conservador y el subjetivo-elaborador; el sujeto sensitivo y el apático; los sujetos inestables; el falso insensible y
el falso sensible; los sujetos susceptibles; los sujetos de temperamento eufóricos, hipomaníacos y depresivos; el
observador y el descriptivo; el obstinado y el voluble; el tímido; el narrador; el vanidoso; el mentiroso; los mitómanos; los
fabuladores.

TIPOS DE TESTIGOS:
1. El tipo descriptivo, que anota los aspectos destacados de la imagen y del acontecimiento sin atribuirles significado.
Hay ausencia de emotividad y de atención sistemática.
2. El tipo observador, conduce su atención hacia la escena.
3. El tipo emocional, reproduce sobre todo la emoción que emana de la escena misma.
4. El tipo erudito, anhela sobre todo contar aquello que sabe del objeto y del hecho en general. En consecuencia da una
prueba de memoria, pero no de aptitud para reproducir los detalles.
5. El tipo imaginativo, poético, que descuida la observación y la sustituye por recuerdos personales, con tendencia hacia
la afectividad.

ERRORES DEL TESTIMONIO


1. Hábito. Se reproducen los sucesos, como acostumbran a ocurrir y no como han pasado en realidad.
2. Sugestión, es decir el automatismo causado por la presencia, en las preguntas, de elementos que condicionan la
contestación en un sentido determinado.
3. Confusión temporal, llamada también transposición cronológica. El sujeto cree que ciertos hechos acaecidos antes,
son tomados como sucedidos después de la situación a testimoniar y viceversa. En efecto, en uno de los procesos
psicológicos más inestables e influenciables, los jueces acostumbran pedir a los testigos, fechas de acontecimientos,
esto sirve para aumentar la confusión que pudiese ya existir.
4. Tendencia afectiva. Se forma en el sujeto frente a toda situación haciéndola sentir simpatía o antipatía no sólo hacia
las personas, sino hacia todo lo existente. Teóricamente puede hablarse de vivencias neutras; en la práctica todo lo que
percibimos y recordamos se encuentra íntimamente ligado a un tono afectivo, que hace imposible substraerse a la
influencia deformante (exageración o disimulación) a lo largo del proceso psíquico que culmina en el juicio. Por ejemplo,
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cuando participamos de una discusión, acerca de una jugada de un partido de fútbol, cada uno de nosotros hemos visto
el partido de un modo distinto. Hombres ecuánimes, inteligentes, sostienen puntos de vista contrarios acerca de una
misma jugada; es que las cosas no las vemos ni las creemos como son, sino como quisiéramos que fuesen.

VERIFICACIÓN DE LA APTITUD DE LOS TESTIGOS


Para reconocer si un testigo se encuentra en "capacidad de testimonio", no sólo debe realizarse un examen psíquico y
sensorial. Todo testigo que revelará los hechos que ha "visto", debe ser sometido a un examen oftalmológico para
evaluar su capacidad visual y descartar cualquier enfermedad como puede ser.

1. La miopía.- Significa que el ojo sólo puede enfocar los objetos cercanos pero no los que están a distancia; entonces
ven borroso.
2. La presbiopía.- Los sujetos con este problema, ven las imágenes más claras cuando están bien distanciados, pero en
cambio todo lo que está cerca de sus ojos lo ve borroso
3. El astigmatismo.- Es un problema visual que distorsciona a las imágenes. Las personas no ven bien los ejes
horizontales y verticales.
4. La ambliopía.- Parece existir problema en la transmisión de los mensajes visuales al cerebro. Ambos ojos son
normales, y también lo son las fibras nerviosas ópticas, pero por alguna razón el cerebro no recibe la información visual
de un ojo. Como resultado, la persona afectada tiene una visión borrosa y deformada del mundo. En ocasiones este
problema, va asociado al estrabismo (ojos bizcos). Las personas con esta dolencia usan un solo ojo alternado cada vez.
5. Las cataratas.- Es la opacidad del cristalino o de la cápsula que lo recubre. La luz no puede llegar a la retina. Se
producen como resultado del envejecimiento de los tejidos, cuando existe diabetes, también puede deberse a ciertas
ocupaciones como la de soplar vidrio, en la que los ojos están expuestos a calor y luz intensa.
6. Ceguera nocturna.- Es una dificultad para adaptar la visión durante el crepúsculo o en las horas de la noche.
Debemos también evaluar la capacidad auditiva a testigos que deben informar acerca de datos (ruidos, conversaciones,
etc.). Para confirmar lo anterior, nos valemos de la reconstrucción de los hechos, colocando al testigo en idénticas
condiciones de observación a las que, en su inicio, se le suponían y apreciamos si es capaz de percibir detalles
equivalentes a los que afirma haber discernido. Pero esta prueba tiene el inconveniente de que el testigo acostumbra
colocarse en mejores condiciones de observación; por otra parte, el simple hecho de que esté prevenido sobre lo que va
a testimoniar incita excepcionalmente su capacidad perceptiva y el resto de fenómenos psicológicos. En ocasiones
excepcionales puede resultar de interés la determinación previa de la capacidad gustativa u olfativa de un testigo.

Además, el examen psicotécnico proporcionará los datos más interesantes, para juzgar la fidelidad de la declaración.

LA IMPUTABILIDAD E INIMPUTABILIDAD
La Imputabilidad, es la capacidad para responder; aptitud para serle atribuida a una persona una acción u omisión que
constituye delito o falta. La relación de causalidad moral entre el agente y el hecho punible. La imputabilidad, es "la
capacidad de comprender y valorar el deber de respetar la norma penal y de determinarse espontáneamente". Esto
supone que la inteligencia y voluntad, son cualidades que le permiten conocer su deber jurídico de acatar las normas y
de actuar en armonía con ese conocimiento.

Se dice que "una persona es imputable cuando tiene la capacidad de entender y de querer". La capacidad de entender,
no es la simple aptitud o la capacidad de tomar conciencia de las propias acciones, va más allá y valora la capacidad del
sujeto para darse cuenta del valor social, del acto por él ejecutado y, en consecuencia, de la reacción que ha surgido
entre lo realizado y el mundo circundante. La capacidad de querer, es la aptitud de la persona para determinarse en
forma autónoma, independiente de coacciones, sugestiones o sugerencias externas, (estados emotivos, sentimientos y
pasiones) incontrolables. Toda acción humana para considerarse imputable se requiere que se produzca con
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conocimiento de lo que se hace: conciencia, por una parte y; por otra, decisión de hacerlo y quererlo hacer: voluntad. Sin
estos dos elementos no hay libertad de acción y, por lo tanto, no hay responsabilidad.

INIMPUTABILIDAD
Es inimputable quien al momento de ejecutar el hecho ilícito legalmente descrito, no tiene la capacidad de comprender su
ilicitud; o de determinarse de acuerdo con esa comprensión por falta de madurez psicológica o porque padecía un
trastorno mental a consecuencia del cual actuó mal.

No hay ni dolo ni culpa en la actuación de los inimputables, por la imposibilidad para comprender la ilicitud de su
conducta y para autorregularse; por lo tanto, la pena no tiene razón de ser.

REQUISITOS DE LA INIMPUTABILIDAD
Para hablar de inimputabilidad de un procesado, son indispensables los siguientes elementos:
1. Que exista un hecho punible (delito).
DELITO, etimológicamente proviene del latín delictum, expresión también de un hecho antijurídico y doloso castigado con
una pena. En general, culpa, crimen, quebrantamiento de una ley imperativa. Se define al delito como "todo hecho al cual
el ordenamiento jurídico le asigna como consecuencia una pena". Para el jurista un delito es todo acto, de carácter
voluntario, que se aparta de las normas establecidas por la legislación del Estado, contraviniéndolas de suerte que
encuentra una calificación predeterminada en las leyes de carácter penal.

2. Que padezca de un trastorno mental o inmadurez psicológica, que le impidan comprender su ilicitud y determinarse de
acuerdo con esa comprensión.
TRASTORNO MENTAL, es un término genérico que incluye toda la patología mental, desde los trastornos de la
personalidad, hasta culminar en las psicosis.
No es responsable quien, en el momento en que se realizó la acción u omisión, estaba, por enfermedad, en tal estado
mental que se hallaba imposibilitado de entender o querer. Si el acto ha sido cometido por un alienado mental, debe ser
internado en una casa de salud mental o en un establecimiento especial, para que se pueda rehabilitar y llegar a sus
plenas facultades (toxicómanos, drogadictos etc.).
Tratándose de la embriaguez del sujeto activo de la infracción, o de intoxicación por sustancias estupefacientes, se
tomará en cuenta lo siguiente: concretamente de la embriaguez que derive de caso fortuito o fuerza mayor que prive del
conocimiento al autor en el momento en que cometió el acto, no habrá responsabilidad. Así, si un sujeto va a un bar pide
unos tragos, luego de beber el licor, el sujeto se vuelve irritable, agresivo, ataca a varias personas, como consecuencia
de esto resulta un sujeto muerto. Luego de realizarse la investigación del caso se comprueba que el licor estaba alterado,
con una sustancia tóxica lo que fortuitamente alteró la conciencia y voluntad del bebedor. En este caso la embriaguez
fortuita, determina la inimputabilidad.

LA INMADUREZ PSICOLÓGICA, es la falta de inteligencia del sujeto, ya que la inteligencia se la ha definido como la
facultad de conocer, de comprender, de inventar, resolver problemas. Los conocimientos no son la inteligencia, son parte
de ella. Si estos conocimientos fueran la inteligencia, el indígena, el analfabeto no serían inteligentes; nosotros
observamos cómo nuestros indígenas y analfabetos resuelven problemas económicos y aventajan en los negocios a
muchos sujetos ilustrados. Sabemos que el individuo alcanza su madurez intelectual a los 16 años de edad cronológica.

A esta edad el sujeto tiene el 100% de inteligencia en las personas normales. Mientras más bajo sea el coeficiente
intelectual (CI), más retrasado es el sujeto, y son inmaduros psicológicos, porque no alcanzan el coeficiente intelectual
normal.
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Es importante aclarar que el retraso intelectual o inmadurez psicológica es diferente al trastorno mental, ya que el retraso
mental es un desarrollo intelectual deficiente y no una enfermedad. La inmadurez psicológica debe ser entendida como
un retraso global de la personalidad, fundamentalmente de la inteligencia y voluntad; que le impide al sujeto actuar
libremente y con pleno conocimiento.

Son circunstancias atenuantes todas las que, refiriéndose a las causas ... al estado de capacidad física e intelectual,
disminuyen la gravedad de la infracción en los siguientes casos:

La sordomudez, es causa de inimputablidad, ya que el sujeto no ha alcanzado el desarrollo psicológico global que le
permita comprender la ilicitud de sus actos. Generalmente se da la inimputabilidad cuando la anomalía es congénita.
Partiendo de un criterio etiológico se dan dos clases de sordomudez: congénita y adquirida. Los sordomudos pueden
aprender a hablar con la vista del interlocutor, es decir, viendo a éste; con el tacto, colocando las manos sobre los labios
de quien les habla, y si la sordera no es completa, aun con el oído.

La sordomudez como enfermedad incurable produce sobre la psiques del individuo consecuencias de orden indirecto, ya
que la sordera provoca un aislamiento del ambiente y en consecuencia priva al individuo del aporte de medios materiales
que sirvan de estímulos, que podrían favorecer su desarrollo mental.

Audimutismo.- Llamado también "mudez simple" es la incapacidad de hablar, por falta de aprendizaje del lenguaje por
insuficiencia de las partes del encéfalo necesarias al mecanismo del lenguaje, conservándose sin embargo íntegra la
función auditiva. Las sorderas adquiridas en la edad adulta, no producen inimputabilidad, puesto que el sujeto ha logrado
un desarrollo intelectual completo antes de sufrir la sordera. La audiomudez o apraxia del lenguaje, no es causa de
inimputabilidad, ya que la persona aunque es muda y no puede expresar por escrito, comprende absolutamente todo.

La minoría de edad, es causa de inmadurez psicológica (menor de 16 años), porque es el período durante el cual se
están completando las facultades psicológicas de naturaleza intelectiva y volitiva que le permiten al menor comprender y
discernir entre lo bueno y lo malo de obrar. El menor de 16 años es inimputable porque así lo determina el derecho.
¿Acaso el joven que bordea los dieciocho años, no actúa con conciencia y voluntad?. A no ser que sufra una alteración
psíquica, ya que la voluntad y la conciencia no son funciones ni procesos acabados a una edad determinada, al contrario
están en constante desarrollo, en lo que a voluntad se refiere, "desde la primera infancia hasta los trece años los niños
"normales" adquieren todos los movimientos fundamentales lo cual constituye la premisa y base de los actos voluntarios"

Actualmente, se discute la conveniencia o no de que se establezca la imputabilidad de toda persona,


independientemente de la edad que tenga; porque hay menores con experiencia vital intensiva que los hace madurar
prematuramente y al mismo tiempo hay adultos cuya experiencia vital es mínima y por lo mismo son inmaduros. Con esto
se trata de demostrar que no siempre la edad cronológica es sinónimo de edad mental y este criterio es más acertado y
científico que el determinar por años o edades la madurez psíquica.

Sin embargo, el Dr. Jorge Zavala Baquerizo manifiesta: "aquellos que abogan por suprimir el límite de la inimputabilidad
hasta los 18 años y rebajarlo a 14 ó 15 años, no han meditado que la aplicación del sistema penitenciario a esos
adolescentes en nada favorecería a la sociedad ni al individuo, pues al contrario, los perjudicaría irreversiblemente. Por lo
tanto, lo que el Estado debe preocuparse no es por aumentar o rebajar el límite de la inimputabilidad que nosotros
consideramos correcto hasta los 18 años de edad, sino en atender de manera efectiva a los organismos encargados de
la prevención, educación, reeducación, rehabilitación, etc., de menores".
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3. Que las CONDICIONES PSICOLÓGICAS estén presentes en el momento de realizar el delito. Es decir una exigencia
de carácter temporal consistente de que la conducta debe ser realizada cuando el sujeto se encuentre en la condición
personal precedentemente indicada; y,

4. La necesaria RELACIÓN de CAUSALIDAD entre dicha condición personal psicológico y la relación del hecho
penalmente tipificado, de modo que esa situación le haya impedido conocer la ilicitud de su comportamiento.

LA PSICOLOGÍA JURÍDICA EN EL CAMPO PENAL DE LOS DELITOS CONTRA LAS PERSONAS


En los delitos contra la seguridad pública se alude a las personas que provocan incendios. Este, más que un problema
legal, es un problema psicológico, ya que muchos de los incendiarios son piromaníaticos, que padecen de un "trastorno
impulso de la personalidad de provocar incendios".

Existe expresas disposiciones penales contra quienes atentan al uso de las vías públicas obstaculizando el transporte
terrestre. La experiencia en este sentido nos demuestra que no se trata de conductas antisociales, sino de mecanismos y
forma de lucha de presión y demanda de atención a necesidades sociales, económicas e inclusive infraestructural
(huelgas, levantamiento de los indígenas). Con esta actitud se ha producido una catarsis emocional a nivel social.

Abordaremos los delitos del aborto, homicidio y asesinato, por ser los que directamente tienden a la eliminación física de
las personas.

Aborto.- Generalmente son inducidos, provocados. Estos, a su vez, son terapéuticos legales e ilegales. El Derecho Penal
reprime los ilegales. Para la Psicología los dos casos son temas de estudio y tratamiento con la finalidad de no causar
daño a la madre y al ser que está por nacer, ya que muchas de ellas mueren cada año a consecuencia de abortos
ilegales mal realizados (curetajes). A la Psicología Jurídica le interesa conocer las razones que le inducen a la mujer a
cometer este delito y establecer un fundamento psicológico legal que impida o al menos disminuya la sanción o pena. En
un gran porcentaje se da por la inmadurez, el desequilibrio emocional, y social razones suficientes para practicarse un
aborto inducido.

DELITOS SEXUALES:
VIOLACIÓN.
Es la penetración del miembro viril, por cualquiera de los orificios naturales de la persona, sin su consentimiento. Es
decir, es un acto en el cual se llega al acceso carnal sin la voluntad y consentimiento de la víctima, para lo cual se
emplea la fuerza o intimidación a la víctima. Un tribunal de Justicia de EE.UU., encontró culpable de violación de su
esposa a un sujeto que, después de muchos años de casados, la penetró sin su consentimiento, aunque no hubo fuerza,
ya que ella para evitar el escándalo a sus hijos no opuso resistencia, pero sí expresó claramente su oposición.

Podemos hablar de violación a la mujer por parte de su esposo, ya que al momento del acto la mujer no deseaba
mantener esa relación, por no estar preparada psíquicamente. Antes que producirle placer, le causará disgusto y hasta
rencor a su compañero sexual. Existe simplemente utilización de la mujer para satisfacer necesidades que no son
compartidas, convirtiéndose la mujer en un objeto o instrumento sexual. Es obvio que quien comete este tipo de delitos
debe ser rehabilitado en un centro especial. Al momento se considera que, junto con la pérdida de libertad, el agresor
pagará el daño causado con la pena, presumiendo que la víctima recupera su anterior estado emocional. En la práctica,
la víctima no se recupera fácilmente de su frustración y mantendrá su inestabilidad emocional durante mucho tiempo.
Con un tratamiento psicológico logrará recuperarse emocionalmente.

DELITOS AFECTIVOS
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Otras legislaciones consideran a los delitos afectivos, o lo que en nuestro medio conocemos como atenuantes o
agravantes; la motivación es afectiva y la reacción es emocional o pasional. Un gesto puede ser interpretado como
cariñoso u ofensivo por el mismo sujeto; cuya reacción afectiva se dará emocionalmente o pasionalmente. Algunos
autores a los delitos afectivos los llaman "delitos emocionales"; otros, "delitos pasionales".

Como consecuencia del estado emocional se confunden conceptos y versiones de acuerdo a las conveniencias e
intereses personales, políticos y de otra índole. La imaginación se altera y la realidad es substituida por fantasías que
vivenciamos como reales, con toda su carga afectiva y reacciones de conducta sorprendentes, porque fuera del estado
emocional no creemos ser capaces de realizarlas.

El miedo, la ira, el temor, son estados afectivos que desfiguran la realidad.

EL MIEDO
Al miedo se lo ha definido como recelo o aprensión de que acontezca algo contrario a nuestros deseos.

REACCIONES PSICOSOMÁTICAS DEL MIEDO


1. El miedo, psicológicamente es una vivencia catastrófica ante una situación de peligro. El miedo surge de la capacidad
mental de anticiparse a los peligros. Esta vivencia puede estar acompañada a veces de pérdida de la conciencia.
2. Presenta alteraciones orgánico-funcionales. La hipotonía muscular general es a veces tan intensa que el aterrorizado
puede caer al suelo fulminado por el miedo. La huida es la reacción más frecuente en la conducta, pero si el sujeto se
siente cercado por la amenaza puede desencadenar una gran agresividad, con respuesta psicomotora desordenada,
incontrolable, sufriendo una reacción en corto circuito o psicosis reactiva breve. Es capaz de hacer cosas que
normalmente no haría; el miedo nos puede hacer héroes o villanos. Todo sujeto tiende a defender su integridad
psicobiológica, cuando es sometida a una situación límite de agresión, sea procedente del medio exterior o del interno.
así:
1. La primera respuesta, según Cannon es la "reacción de alarma". Está condicionada al funcionamiento del
sistema nervioso autónomo.
2. La segunda es la "reacción de estrés" descrita por Selye, en cuya producción interviene el sistema hipotálamo,
hipofiso-cortico-suprarrenal.
3. La tercera es la "reacción de respuesta inespecífica", en la cual la persona ataca como mecanismo defensivo.

GRADOS DE MIEDO: terror, pánico y fobia.


Terror.- Es la sensación miedosa de gran intensidad. En las personas normales se presenta cuando son
sorprendidas y no tienen posibilidad de huir.
Pánico.- Es un miedo intenso con pérdida del control. El sujeto trata de escapar como sea, así sea lanzándose
desde cualquier altura. Sufre agitación psicomotora, golpeándose contra las paredes y aún entrando en estado de
estupor con inmovilidad y parálisis. Este miedo se debe a experiencias dolorosas anteriores, que lo mantienen en
estado de alerta. Los medios de comunicación colectiva traen imágenes escalofriantes de asaltos, muertes,
violaciones, secuestros. Con estos antecedentes la gente siente pánico y como un mecanismo de defensa
reacciona instintivamente desarrollando gran fuerza, sin tener conciencia de la realidad objetiva, porque su
conciencia se obnubila ante el peligro. A veces hay amnesia de lo ocurrido.
Fobia.- Es un miedo patológico, irrazonable e incontrolable que el sujeto experimenta ante determinados
objetos, personas o situaciones.

EL MIEDO Y SU REPERCUSIÓN AL CAMPO JURÍDICO


El miedo frente al derecho penal puede producir los siguientes efectos:
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1. El miedo como atenuante del delito, se presenta cuando es provocado injustamente, y puede desencadenar una
reacción fortuita. Así, la reacción del obrero que es cancelado de su trabajo injustamente.
2. Cuando el miedo es tan vehemente que paraliza al sujeto, como en los casos de pánico y terror ante el peligro.
3. El miedo intenso puede obnubilar la conciencia y aún perderla.
4. El miedo hace que el sujeto magnifique la injuria del agresor y reaccione violentamente. Lleva a la legítima defensa.
El miedo genera la venganza. La intención no es dañar a otro, sino la conservación de la propia existencia.

LA VENGANZA
La venganza nace como expresión fundamental del instinto de defensa. La venganza puede ser fuente de falsas
denuncias, acusaciones, imputaciones, etc. La persona al provocar o causar daño a los demás, entiende con ello
castigar, compensar en forma más que suficiente el daño que cree otros le han causado.

Así, se explica el germen de la justicia primitiva " ojo por ojo y diente por diente". Encontramos dos formas de esta
venganza:
1. La venganza directa que va dirigida hacia la persona misma del primitivo ofensor; así, la difamación, la calumnia, la
exclusión de un testamento, la desfiguración del rostro con sustancias corrosivas.
2. La venganza indirecta se encauza hacia otras personas de cuyo daño deberá derivarse sufrimiento para el primitivo
ofensor (represalia). Estas formas de venganza son disimuladas por actos de liberalidad (donaciones o legados
testamentarios de beneficencia) para causar daño a los herederos legítimos. Además, en este tipo de agresión estarían
los chismes detestables, la venganza política, los incendios, las explosiones, los actos de sabotaje, que toman a menudo
formas de venganza indirecta.

EL AMOR
El amor es la atracción que se siente por otra persona, generalmente del sexo opuesto. El amor exige entrega y da lo
mejor de sí en beneficio del otro a cambio de su tenencia; por eso el amor tiende a ser posesivo, exclusivo y agresivo.
Aquí se encontraría la explicación del sadismo, de los celos, del sacrificio, del homicidio, del suicidio, de la conquista y de
la procreación. El amor impulsa a los demás sentimientos vitales a realizar actos heroicos y nobles; pero también le
conducen al delito y a la villanía. Por amor, se han dado los mejores códigos, pero también por él se han violado todas
las normas establecidas, así: se ha llegado a la bigamia, incesto, homicidio piadoso, falsa autoacusación, falso
testimonio, al acto sexual abusivo, estupro, corrupción de menores, violación sexual, violación de correspondencia, etc.

CLASES DE AMOR
De acuerdo al comportamiento de los enamorados, clasificamos al amor en:

1. Amor Tanático.- Es un amor pesimista, triste, desanimado, confuso. Es el amor de los depresivos, que usualmente
terminan suicidándose. Es un amor masoquista que acumula méritos mediante el sufrimiento. Estos enamorados lo
convierten todo en drama, pudiendo llegar a la tragedia. Este fenómeno se aprecia en su genial obra Romeo y Julieta, de
Shakespeare, donde el pacto de muerte es frecuente, teniendo al suicidio como meta final. Este amor se observa en la
vida de Buda. Este príncipe indio pasó su juventud disfrutando de todos los placeres de la vida, hasta el punto de agotar
todas sus apetencias sensuales agresivas y creadoras. Apareció dentro de sí el deseo irrefrenable de sumirse en la Nada
-en el nirvana-, abandonó su familia, su corte y vagando por los bosques se enclaustró para fundar la nueva doctrina que
proclama a la muerte como la máxima forma de felicidad.

2. Amor Tiránico o Sádico.- Este amor es avasallante, su afán es ser obedecido y venerado. Es insaciable, quiere
someter al otro a su voluntad. Antes que gozar con el amor, sufre, ya que supone traiciones donde no existen. Termina
en calumnias, injurias y aún en homicidios.
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Dado el carácter activo de la conducta sensual masculina y el carácter pasivo de la mujer en el coito, se comprende que
el amor masoquista aparezca habitualmente ligado al sexo femenino y el sádico al masculino.

3. Amor Sublime o Creador.- Esta clase de amor anhela la felicidad del amado antes que la propia. Hay entrega total, es
un verdadero amor; la genitalidad se sublima con la sexualidad sana y creadora, pertenece sin duda al tipo más elevado
del valor humano.

4. Amor Instintivo o Carnal.- El sujeto únicamente busca una satisfacción instintiva. Es superficial y pasajero, es el "amor
de los marineros que besan y se van".

5. Amor Idealizado.- Es un amor imposible, soñador, irreal. Es un amor casto y platónico. Es el tipo de amor de Don
Quijote por la bella Dulcinea.

6. Amor Erótico o Lúbrico.- Se inspira en el deseo y el instinto sexual; su razón es el placer físico, no mantiene un vínculo
estable, porque existe la infidelidad. Es un enlace genital apasionado, con estallidos de celos que finalizan con
agresiones físicas. Es propio de mujeres ninfomaníacas y de hombres desenfrenados y sexuales.

7. Amor Intelectualizado.- Estos sujetos se estiman o se aman en el plano intelectual. Se enamoran más de la producción
del amado que del individuo mismo. Son amores interesados más en su obra que en ellos mismos. Son frecuentes los
divorcios o la convivencia de apariencia. Llevan gran vida social pero no tienen calor de hogar.

CURSO Y TERMINACIÓN DEL AMOR


De acuerdo con la clase de amor va a evolucionar en forma diferente. Hay amores breves y amores permanentes. Así,
tenemos:

Los amores de "vaivén", cursan en dos ciclos. Así: el hombre siente un amor vehemente, se interesa por
detalles más insignificantes, su pasión es desenfrenada, la mujer se manifiesta indiferente, luego el hombre
comienza a ser indiferente ante esta circunstancia, la mujer reacciona y empieza a sentir que ama al hombre con
pasión y se preocupa por recuperar su amor.

Forma "explosiva", son sujetos análogos en su modo de experimentar la afinidad y el rechazo, riñen
bárbaramente y se reconcilian apasionadamente, en forma sincronizada. Hay temporadas de amor y entendimiento
sorprendentes, con etapas de desamor, indiferencia e insultos.

EL AMOR PUEDE FINALIZAR POR:


"Agotamiento recíproco". La pareja llega a la fatiga, poco a poco se va alejando, sin discusiones, acaban haciendo una
vida de amigos; viven en la misma casa, no se agreden, pero son indiferentes. Pueden divorciarse, o seguir aparentando
un amor y un hogar que no existe. A la sociedad aparentan una vida de hogar y de plena felicidad.

"Degradación del amor". Se pierde el amor por falta de interés sexual. La cónyuge recurre a engaños, para tratar de
mantener la armonía. Al comienzo surte efecto para, luego, volverse rutinario. El placer cada vez se obtiene menos y,
como sostiene E. Mira y López," primero no saben que hacer después del coito", y después el problema es "que
hacemos para poder lograr el coito".

"Discordancia". En la pareja puede suceder que el uno sigue amando, pero el otro no, no hay pasión y donde no existe
pasión comienza la compasión. Para la pareja vivir esta realidad es difícil.
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"Celos". Son causa de la terminación del amor. El individuo celoso pasa su vida cuidando a su pareja en todos sus actos;
interpreta sus pensamientos, movimientos, miradas, escucha las llamadas telefónicas; revisa sus prendas interiores en
busca de rastros que le permitan confirmar sus sospechas y ve rivales por todas partes.

La ira y el miedo intervienen en los celos. Existen deseos de causar daño al sujeto supuestamente traidor, pero tiene
miedo de ser abandonado. Acude de buena o mala fe al engaño para detener a su amado; esto causa un mayor
alejamiento. Al final se produce la discordia, o el celoso termina haciendo el papel de mártir y aceptando a su compañero,
quien sigue siendo víctima de las actitudes amorosas.

EL AMOR Y SU INFLUENCIA ANTE EL DERECHO


Por amor es posible delinquir, terminar con su vida y la del ser amado (suicidio). Es posible la autoacusación para evitar
la cárcel o daños mayores al ser querido. Es posible el homicidio del cónyuge legítimo en los casos de infidelidad, al cual
se le considera un obstáculo para la continuidad libre del amor infiel. La causa de estas conductas lesivas del ser amado,
es la aberración del amor por inseguridad, que conduce a los celos.

LOS CELOS
Este sentimiento egoísta está inspirado en la duda y la inseguridad. Esta inseguridad motiva rabia y sentimientos
destructivos. Es una reacción pasional altamente criminógena.

PSICOLOGÍA DEL INDIVIDUO CELOSO


La persona celosa sufre un inmenso suplicio por la frustración amorosa, pues siente amor y concibe no ser
correspondido. Siente cólera con deseos destructivos, pero es consciente de su impotencia, lo que lo va excluyendo.

Este sujeto parte de un hecho concreto, de un momento determinado que le inquieta. Recuerda el día y el hecho con el
cual se iniciaron sus celos. Así, una mirada, una llamada, un chiste, un obsequio, etc., son justificativos para que se
desaten los celos. Se inicia el conflicto interno, aparecen las sospechas. El sujeto siente miedo de perder al ser amado;
duda sin pruebas y no cree con pruebas; sospecha y teme el engaño; concibe inhumanos pensamientos de ira y
venganza, que van desde lesiones personales, desfiguración facial, el suicidio, pasando por el suicidio ampliado, hasta el
homicidio del rival y a veces del ser amado, y en muchos hasta de los hijos u otro familiar cercano. Habla de la indignidad
de su compañero y tiende a desquitarse de él con un romance nuevo, que le permita la reivindicación y le cause celos a
su ser amado; su vida se disgrega y adopta actitudes que antes criticaba. Así: fuma, bebe en exceso, abandona sus
obligaciones, acude a fiestas. Se advierte una desbordante coquetería para luego deprimirse, sentirse pecador, culpable
y apoyarse en la religión y la beatitud, lo que le permiten un poco de paz y resignación consigo mismo. El celoso
patológico ha perdido completamente el sentido de la realidad; espía como un ser maligno los actos y pensamientos.

Puede decirse que el amante celoso ha perdido la inteligencia y a pesar suyo hace de todo para no ser amado,
(morbosamente desea ser traicionado) buscando de todas maneras provocar aquello que más teme: el desdén, desamor,
el aborrecimiento por parte de la persona a quien ama.

COMPORTAMIENTO DE LOS CELOSOS


Estos sujetos actúan, de acuerdo con su personalidad y forma de enfrentar la realidad, así:
1. Comportamiento implorante.- Este sujeto llama a la compasión, implora cariño, admite las migajas. Es cobarde, con
una agresividad latente que espera el instante propicio para desquitarse. Adopta una actitud de mártir, se queja sin
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motivo, es constante hasta agotarse, es indiferente si es ofendido y despreciado, él sabe constreñir y lograr que su pareja
se sienta mal y termine con sentimientos de culpa.

2. Comportamiento indiferente.- Se observa en sujetos introvertidos, orgullosos, duros, que sufren sin demostrarlo, son
herméticos y no comentan nada con nadie. Son indiferentes, suprimen las relaciones sexuales, ante un problema no
hablan, se encierran o huyen al hogar paterno.

3. Comportamiento recriminante.- En estos celosos se evidencia la recriminación violenta, insultante, humillante. Puede
llegar a la agresión física. En estos sujetos es común la ironía, risa sarcástica, obteniendo un amor tiránico, orgulloso y
violento a sus conflictivos cónyuges. Es característico de personas impulsivas, agresivas, dominantes.

4. Comportamiento resignado.- El sujeto que se cree engañado se retira de manera resignada, silenciosa y sin reclamos.
No come y se dedica a libar, adopta una actitud masoquista; le da amplia libertad al ser amado, para que no le reproche,
esto le posibilita al otro la infidelidad. Por último, se aleja del que piensa es el traidor, y en su estado depresivo intenta un
suicidio silencioso dejando una carta, donde solicita perdón por su conducta; a su familia pide conformidad y no acusar a
nadie por su audacia. Es un celoso mártir.

5. Comportamiento vengativo.- Aplica la ley del talión: a infidelidad supuesta, infidelidad real; no importa con quien sea, lo
importante es obtener celos en su compañero supuestamente infiel.

6. Comportamiento de superación.- Parte de un análisis, de la situación del cónyuge ofendido, busca una respuesta
lógica y razonable, ausculta la manera adecuada para rescatar el amor. En forma inteligente procura ganarse a su
cónyuge, sin renunciar nunca a la batalla ni darse por vencido. Este tipo de conducta es poco común.

LOS CELOS COMO ATENUANTE


Para que pueda considerarse a los celos como un factor atenuante de responsabilidad penal, se requiere de los
siguientes requisitos:

1. Debe tener un fundamento racional, debe existir una relación o vínculo amoroso formal como: el matrimonio, noviazgo,
unión libre, que de hecho les compromete a guardar lealtad y respeto.
2. La ofensa debe ser comprobable, al individuo a quien celamos con actos provocativos, como: abandono del hogar,
besarse, acariciarse, citarse con otro, coquetear con terceros, prostituirse, etc.
3. La ofensa debe ser voluntaria. Cuando la mujer ha sido violada, o ha actuado contra su voluntad, no puede aducirse
celos, sino que es víctima de delito de violación.
4. La ofensa debe ser injusta. Si el celoso no cumple con sus obligaciones. Así: Abandona el hogar y luego reclama
cuando encuentra a su cónyuge con otro; si su esposo lo ha inducido a la prostitución; si se encuentra separado o
divorciado legalmente no puede alegar celos, porque previamente ha repudiado a su cónyuge y le ha dejado en libertad.
5. No es indispensable que la reacción sea inmediata, la infidelidad no siempre se comprueba en forma directa. Pero
pueden existir ciertos elementos comprometedores como: fotos, cartas de amor, películas, llamadas telefónicas, etc., con
los cuales se comprueba la infidelidad, y por lo tanto la reacción no es inmediata.
6. La reacción del ofendido depende de su personalidad. Hay sujetos que necesitan elaborar la ofensa, y después de un
tiempo de recibirla toman venganza. Esto puede llevar al sujeto a actuar bajo el impulso de la ira, dolor moral, celos
originados en un comportamiento injusto y grave de los ofensores.
A N T O L O G Í A 1 2 6

Para concluir, los celos son la causa de falsas denuncias y falsos testimonios. Sujetos que en otros campos de la
actividad humana pueden manifestarse como tímidos, mediante el incentivo de los celos se transforman en entes para
quienes la mentira, el engaño, la instigación o determinación al delito son las mejores armas para deshacerse de un rival.

La mistificación de la prueba en cualquier clase de proceso va siempre dirigida por éstos sujetos a causar daño al rival,
aunque muy raras veces a la persona amada.

Refiriéndose a los enfermos de celotipia, el profesor Julio Endara, afirma: "son individuos irresponsables penalmente
(inimputabilidad) a pesar de conservar la estructura de la personalidad y el orden formal del pensamiento".

LA IRA
La ira es la pasión que guía a vengar una injuria. Es un apetito o deseo de venganza.
La ira es patrimonio del hombre; con ella se pierde la razón en forma temporal, por esta circunstancia la han llamado
locura breve o transitoria (psicosis reactiva breve). Los animales no sufren de ira porque no pueden perder lo que no
tienen.

Fenómenos que produce la ira, ésta produce cambios somáticos, psicológicos y endocrinos. Las principales
manifestaciones son:

A. Fenómenos somáticos. Se observa una facies de ferocidad, trastornos del lenguaje, las manos se mueven
incontroladamente, llanto, opresión torácica, movimientos incoordinados, micción y defecación involuntarios, insomnio y
anorexia.
B. Fenómenos psicológicos. Los cambios que se producen son de mucha importancia para el Derecho. Los principales
son causados por la rapidez de los procesos sensoperceptivos, con las siguientes manifestaciones:

1. Obnubilación de la conciencia. Hay un bajo rendimiento psíquico, con descenso de los niveles de comprensión
hasta llegar a la "locura transitoria"(psicosis reactiva breve). Causa de inimputabilidad.

2. Impulsividad. Son características de la ira, los actos impulsivos, faltos de raciocinio y ausencia de inhibición.

3. Automatismos, puede realizar actos automáticos, sin errores, el sujeto no recuerda lo sucedido. Son análogos a las
ausencias que se advierte en los epilépticos.

4. Aumento de la propia dignidad, con sensación de indignación, rebelión, aumento de la autoconfianza y obstinación.

5. Pérdida de la memoria y de la conciencia. Si se presentan estos dos fenómenos la ira pasa a ser causa de
inimputabilidad, y no simple atenuante.

C. Fenómenos Endócrinos. Los fenómenos anteriores son producto de la elaboración casual en el cerebro, de hormonas
y sustancias tales como: aumento de la glucosa circulante y aumento de neurotransmisores cerebrales.

Expresión de la Ira: La ira se puede expresar de dos formas:

 Aguda.- La ira se manifiesta en forma directa e inmediata; la respuesta es reactiva a un estímulo sorpresivo
que afecta al ofendido en forma impactante. Esta ira manifiesta, no es peligrosa; por lo tanto, no lleva a la
venganza.
A N T O L O G Í A 1 2 7

 Crónica.- Es una ira de respuesta tardía. Es más grave y peligrosa, por ser más meditada.

LA IRA EN LAS NORMAS LEGALES


La ira es un estado afectivo individual. La personalidad, influye en determinadas circunstancias para que reaccione con
mayor o menor intensidad. Así: cuando a tres sujetos, se les ofende a la madre, veamos como reaccionan:

1. Un sujeto entra violentamente en ira y su reacción no se hace esperar.


2. En un individuo depresivo su reacción es lenta, piensa que todas sus desgracias se las merece y débilmente
preguntará por qué la insultan.
3. Otro, que se crió sin madre porque la abandonó, sentirá que el asunto no le afecta, ni siquiera se inmutará.

La atenuante se basa en el trastorno anímico que acontece a la persona ofendida, siempre que sea grave e injusta; pero
como la gravedad depende no de la ofensa sino de la interpretación subjetiva que le dé el agraviado, es difícil evaluar
este sentimiento en todos los individuos, y proceder con igualdad de normas en todos.

LA IRA COMO ATENUANTE


Para que la ira sea admitida como atenuante debe reunir los siguientes requisitos:
1. Entre el acto que provoca la ira y su reacción, debe existir relación de causalidad psicológica.
2. El delito o reacción debe ser impulsado por la ira y ejecutarse durante este estado afectivo.
3. Debe ser grave, injusto o potencialmente peligroso, contrario al ordenamiento jurídico el factor provocador de la ira; el
hecho lícito realizado en ejercicio de un derecho no sirve como atenuante para alegar ira e intenso dolor.
4. Según la intensidad de la ira, puede desencadenar una pérdida de la conciencia y de la memoria.
5. Si un padre de familia ve a su hijo que es injustamente maltratado, la ira puede manifestarse. No es necesario que el
estado de ira la sienta el sujeto directamente ofendido.
6. Si un sujeto injuria a otro por carta, radio, TV, la reacción puede manifestarse con posterioridad.
7. Se puede argumentar como atenuante el estado de ira, en cualquier delito cometido bajo los efectos de esta reacción:
homicidio, falsedad, lesiones a personas, injuria, violación de domicilio, etc.
8. La reacción ocasionada por el comportamiento grave e injusto debe ir contra la persona que nos ocasionó la ira y no
contra terceras personas.
9. La ira ocasionada por error, es admitida como atenuante.

a) Introducción.
CLASIFICACIÓN DE LOS La nosología es "la parte de la medicina que estudia la

TRASTORNOS MENTALES clasificación, descripción y diferenciación de las enfermedades"


(Diccionario ilustrado, de Ramón García-Pelayo y Gross, Ed.
Larousse, Bs. As., 1988).

Algunos sostienen que la nosología psiquiátrica es un medio para reducir la complejidad diagnóstica y servir a objetivos
de educación médico-general.
Se codifica con números claves o códigos, identificando cada categoría di agnóstica o género, cuya exposición excede el
A N T O L O G Í A 1 2 8

objeto de este trabajo.


Es que el concepto de trastorno mental evolucionó velozmente desde la mitad de este siglo, y hoy se considera que lo
constituyen tanto las reacciones orgánico-psicológicas como su comportamiento interactivo.
Según la definición de la OMS (1979/1985) se lo considera como "una conducta, un síndrome psicológico o un patrón
clínicamente significativo que aparece en el sujeto asociado de modo típico a un síntoma perturbador (distrés) o deterioro
funcional" . Es decir, la ciencia médica avanzó mucho en la interpretación de la fenomenología mental del hombre
(ciencia de la conducta), cuando los códigos (Derecho Penal) tuvieron origen en finales del siglo pasado o principios del
actual, junto con la difusión de la criminología moderna.

b) Clasificación Internacional de los Trastornos


Mentales de la OMS 1975.

1) Psicosis orgánicas.

- Senil y presenil;
- alcohólica;
- debidas a drogas;
- transitorias;
- otras (crónicas).

2) Otras psicosis (funcionales).

- Esquizofrenia;
- afectivas;
- estados paranoides;
- no orgánicas;
- peculiares de la niñez.

I) Esquizofrénicas.

- Simples;
- de tipo hebefrénica;
- de tipo catatónica;
- de tipo paranoide;
- episodio esquizofrénico agudo;
- esquizofrenia latente;
- esquizofrenia residual;
- tipo esquizoafectiva;
- otras;
- sin especificación.

Las psicosis esquizofrénicas se caracterizan por un desorden fundamental de la personalidad, por una distorsión
característica del pensamiento y, con frecuencia, por sentimientos de estar controlado por fuerzas ajenas, ideas
delirantes, alteraciones de percepción, afecto anormal sin relación con la situación actual y autismo.

Franz Exner (Biología Criminal, Ed. Bosch, Barcelona, 1946) decía que "existen psicóticos que durante su trastorno
mental cometen delitos, a los que se denomina «enfermos mentales delincuentes», mientras otros, condenados por algún
A N T O L O G Í A 1 2 9

delito, enferman mentalmente durante su encarcelamiento, por lo que se los llama «delincuentes enfermos
mentalmente»...".

Benigno Di Tullio (Principios de Criminología Clínica y Psiquiatría Forense, Ed. Aguilar, Madrid, 1966), coincidentemente,
sostenía que "en el estado prodrómico de la esquizofrenia son frecuentes los delitos contra la vida... y los delitos
sexuales... donde el impulso patológico determinante está representado por el «impulso imperativo» mientras que la
acción (preparación y ejecución del delito) puede desenvolverse según un esquema «lógico»... como en los delitos
corrientes..., lo que puede confundir al magistrado que puede creer que el sujeto tenía plena capacidad de entender y
querer en el momento del hecho...".

II) Psicosis afectivas.


- Maníacodepresiva, tipo maníaco;
- maníacodepresiva, tipo depresivo;
- maníacodepresiva circular, fase maníaca;
- maníacodepresiva circular, fase depresiva;
- maníacodepresiva circular, mixta;
- maníacodepresiva circular, fase no especificada;
- maníacodepresiva de otro tipo (no especificada);
- otras;
- sin especificación.

Son variantes de la depresión delirante (ideas de culpa, infelicidad, ruina). Puede llegar a ocasionar el homicidio "por
piedad" de los seres queridos más cercanos, seguido de suicidio.

III) Estados paranoides.


- paranoide simple;
- paranoia;
- parafrenia;
- psicosis inducida;
- otros;
- sin especificación.

Consiste en un delirio –generalmente- de persecución o de grandeza. La alteración psicótica frecuentemente lleva al


enfermo a reaccionar con violencia homicida.

3) Trastornos neuróticos de la personalidad y otros trastornos mentales no psicóticos.

- trastornos neuróticos;
- trastornos de la personalidad (psicopatías);
- desviaciones y trastornos sexuales;
- síndrome de dependencia al alcohol;
- dependencia de las drogas;
- abuso de drogas, sin dependencia;
- alteraciones de las funciones corporales originadas por factores mentales; .
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- síntomas o síndrome s especiales no clasificados en otra parte;


- reacción aguda ante gran tensión;
- reacción de adaptación;
- trastornos mentales específicos no psicóticos consecutivos a lesión orgánica del encéfalo;
- trastornos depresivos no clasificados en otra parte; - perturbación de las emociones peculiares de la niñez y de la
adolescencia.
- síndrome hipercinético de la niñez;
- retardo selectivo del desarrollo;
- factores psíquicos asociados con enfermedades.

I) Trastornos neuróticos.
- Estados de ansiedad;
- histeria (formas conversiva y disociativa);
- estado fóbico;
- trastornos obsesivos compulsivos;
- depresión neurótica;
- neurastenia;
- síndrome de despersonalización;
- hipocondría;
- otros trastornos neuróticos;
- sin especificación.

La OMS estableció que las neurosis constituyen un trastorno mental sin base orgánica demostrable. Algunas formas no
tienen mayor incidencia en el comportamiento criminal. En otros casos, como el "neurótico actuante" (sujeto cargado de
tensiones y conflictos), pueden aliviar su agresividad "por medio de la acción" (Donald West, La delincuencia juvenil, Ed.
Labor, 1970).

n) Trastornos de la personalidad (psicopatías).

- Trastorno paranoide de la personalidad;


- trastorno afectivo de la personalidad;
- trastorno esquizoide de la personalidad;
- trastorno explosivo de la personalidad;
- trastorno anancástico de la personalidad;
- trastorno histórico de la personalidad;
- trastorno asténico de la personalidad;
- trastorno de la personalidad con predominio de manifestaciones sociopáticas o asociales;
- otros trastornos de la personalidad;
- sin especificación.

Llamada manía moral, en las psicopatías "todos los sentimientos rectos están abolidos, mientras la inteligencia se
mantiene sin desórdenes" (Tomás Abercromby, Tratado sobre el espíritu, 1656).
Felipe Pinel (1745-1848), médico alienista francés, la llamó "locura moral sin delirio".

J. C. Prichard (1786-1848), en Inglaterra, la llamó "locura moral" (mórbida perversión de los afectos, de la disposición
moral y de los impulsos).
A N T O L O G Í A 1 3 1

Noyes y Kolb (Psiquiatría clínica moderna, Ed. La Prensa Médica, México, 1966) afirman que "...el psicópata típico no
siente cariño hacia nadie, es egoísta, desagradecido, narcisista y exhibicionista...".

Mc Cord atribuye las siguientes características al psicópata:


- es asocial;
- actúa elevado por deseos incontrolados;
- es altamente impulsivo;
- es agresivo;
- siente escasos sentimientos de culpa;
- tiene una desviada capacidad de amor;
- comete "dos veces más crímenes que el criminal promedio".
Pero, obviamente, no significa que "siempre" el psicópata incurrirá en el delito.

m) Retraso mental.
- Discreto (leve);
- de otro grado especificado (moderado, grave, profundo);
- de grado no especificado.

El retraso mental ha sido denominado "oligofrenia" (débilmental o imbécil, con una edad mental de 3 a 7 años; idiota,
cuya edad mental era menor de 3 años), y por estudiosos italianos frenastenia.
Cyril Burt -en The young delinquent-, en 1925, halló "que tanto la estupidez intelectual como la verdadera subnormalidad
mental era tres o más veces más frecuente entre los criminales...". .
Emilio Mira y López (Manual de psicología jurídica, Ed. El Ateneo, Bs. As., 1961) afirma que "todo débil mental, por el
solo hecho de serIo, resulta un sujeto cuyo potencial delictivo se encuentra aumentado...".

Participan en más casos de delitos sexuales y violentos que en delitos de estafa, por ejemplo.
IV) Síndrome de Down.
En Mongolismo y retraso (Tratado de Criminología, Ed. Universidad, Bs. As., 1996, Parte cuarta, Capítulo 1, págs. 354 y
355), el especialista Dr. Osvaldo N. Tieghi, después de describir la morfología del síndrome de Down o mongolismo
(notorias asimetría s faciales, deformidades craneales, cabeza "redonda", ojos "rasgados hacia arriba y afuera", rostro y
nariz aplanados, orejas ovaladas, dientes deformados, cerebro con un peso inferior en un 10 % al promedio...), sostiene:
"Desde el nivel conductual o del aprendizaje y adaptación social, lo que se considera son sus eventuales dificultades de
adaptación y su relación con hechos criminales.

"El síndrome de Down -que es la enfermedad orgánica asociada desde un 10 a un 20 % de los niños moderada y
gravemente retrasados- se presenta en mongoloides que muy rara vez pueden lograr un cociente intelectual mayor de
50.
"El mongolismo, puesto aquí ejemplificativamente, es sólo una de las tantas enfermedades (v. gr., sistemáticas o
infecciosas o traumáticas) asociadas al retraso mental (como el cretinismo o el síndrome de Klinefelter) y que aparecen
en útero, al nacimiento o después de él. Se han observado -entre los retrasados de origen prenatal- casos de
microcefalia, macrocefalia e hidrocefalia".

4) Trastornos en el control de impulsos.

I) Juego patológico.
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Incapacidad progresiva y fracaso crónico del sujeto para ofrecer resistencia al impulso de jugar.

II) Cleptomanía.
Es la "manía de quitar", propensión morbosa al hurto o impulsión irresistible al robo de objetos.

III) Piromanía.
Constituye el impulso irresistible a incendiar, la fascinación que produce tal hecho y su observación.

IV) Trastorno explosivo intermitente.


Son diversos episodios de pérdida de control de los impulsos agresivos. Sin causa suficiente o sin provocación, el indivi-
duo reacciona desproporcionadamente en las crisis.

V) Trastorno explosivo aislado.


Episodio aislado, ocasional y único de irresistibilidad al impulso, con agresión violenta, inesperada o carente de causa
razonable conocida o totalmente desproporcionada. Antiguamente se la llamó "crisis catatímica".

Introducción.
AGRESIVIDAD: La agresión es un problema que tiene cada

MODELOS EXPLICATIVOS, RELACIÓN vez mayor relevancia en la vida moderna.


Frente a la escalada de violencia que
CON LOS TRASTORNOS MENTALES observamos en los medios de comunicación
de masa y en la creciente inseguridad de las
Y SU MEDICIÓN personas ante la eventualidad de un ataque
por parte de antisociales, surgen las
A N T O L O G Í A 1 3 3

preguntas: ¿Por qué el hombre es agresivo?, ¿Esta agresividad es innata o aprendida? ¿Puede ser extirpada de
nuestras sociedades?.

En la presente monografía trataremos de explicar la conducta agresiva a través de los distintos lentes teóricos que
entrega las ciencias de la conducta. El principal objetivo de este informe es entregar una amplia visión sobre variados
aspectos del estudio de la agresividad, por lo que se ha privilegiado la amplitud de enfoques por sobre el desarrollo
exhaustivo de cada tema. Con relación a los objetivos específicos, podríamos nombrar los siguientes:

Describir los principales modelos que han buscado explicar el fenómeno de la agresividad. Entre ellos encontramos la
perspectiva psicoanalítica, la etológica o evolutiva, la biológica, los modelos cognitivos, los del aprendizaje social.
Incluimos, además, una breve reseña del modelo fenomenológico.

 Dar a conocer algunos trastornos mentales relacionados con la agresión.


 Enumerar algunos métodos de medición y evaluación de la agresividad.

Para el logro de estos objetivos, se realizó una revisión bibliográfica general, tras lo cual se sintetizó los contenidos
recogidos, para lograr un esquema general de contenidos. Posteriormente, se buscó bibliografía más específica para
desarrollar los temas presentes en el esquema general.

Marco Conceptual.
Tal como dicen Edmunds y Kendrick citando a Bandura (1980, p.15), introducirse en el tema de la agresividad es entrar
en una "jungla semántica". Se han dado muchas definiciones a la agresión, en las cuales lo común sería la noción que
incorpora Buss de "una respuesta que se vuelve un estímulo nocivo para otro organismo"; el aspecto diferencial sería la
inclusión del concepto de "intención" en el daño producido, el cual por algunos fue considerado innecesario por su
condición mentalista y no es apropiado para un análisis riguroso. El problema es que, obviamente, muchas situaciones
en las cuales un individuo daña a otro no constituyen agresión, debido a la falta de intención. De este modo, Geen (1976,
citado por Edmunds y Kendrick, 1980, p.15), sostiene que el concepto de agresión debe incluir tres aspectos: la
producción de un estímulo nocivo, el intento de dañar y el hecho de que el ataque tenga una probabilidad mayor a cero
de ser exitoso.

Una de las definiciones más aceptadas es la de "la producción de un estímulo nocivo de un organismo hacia otro con la
intención de provocar daño o con alguna expectativa de que el estímulo llegue a su objetivo y tenga el efecto deseado"
(Russell, 1976, citado Edmunds y Kendrick, 1980, p.16)

"the delivery of a noxious stimulus by one organism to another with intent thereby to harm and with some expectation that
the stimulus will reach its target and have its intented effect"

Otra definición de agresión, la cual encontramos en la perspectiva etológica, afirma que " un animal actúa agresivamente
cuando inflige, trata de infligir o amenaza con infligir daño a otro animal. El acto va acompañado de síntomas de conducta
reconocibles y cambios fisiológicos definibles [...]La agresión puede trasladarse hacia objetos no humanos o inanimados,
". (J.D. y Ebling, F.J, 1966, p.2). Es interesante notar aquí la inclusión de la respuesta fisiológica en el concepto de
agresión.

La hostilidad constituiría un concepto relacionado con la agresividad, pero no es sinónima a ella. Sería una actitud, una
"respuesta verbal implícita que envuelve sentimientos negativos (mala voluntad) y evaluaciones negativas de personas y
acontecimientos" (Veness, 1996, p.118). Constituiría una respuesta bastante estable, donde se encuentra una
A N T O L O G Í A 1 3 4

generalización tanto del estímulo como de la respuesta, de modo tal que las respuestas de la víctima para apartar la
hostilidad pueden exacerbarla. Una respuesta puede ser hostil sin ser agresiva, ya no implica realización de actos.
Edmunds y Kendrick(1980) asocian el concepto de hostilidad a la agresión reforzada por el daño realizado al otro. La
hostilidad sería el producto de repetidos castigos por parte de los otros llevaría a un disgusto generalizado por la
humanidad, y a percibir el dolor y la incomodidad de las personas como reforzante; en cambio, la "agresividad
instrumental" sería la disposición a emplear estímulos nocivos como un medio de adquirir refuerzos extrínsecos.

Entonces, según estos autores, se debería asociar "agresividad" con actos que produzcan daño en el otro en búsqueda
de refuerzos extrínsecos y "hostilidad" con actos que produzcan daño en el otro en búsqueda de refuerzos intrínsecos.

Una interesante visión nos entrega Lolas (1991), quien distingue entre los conceptos de agresividad, agresión y violencia.

De acuerdo a esta perspectiva, la agresividad es un término teórico, un constructo que permite organizar determinadas
observaciones y experiencias, que sirve para integrar datos "objetivos" a nivel de conducta motora, fisiología y vivencia (o
subjetividad expresada en el lenguaje). El término agresión se reservaría para conductas agonistas caracterizadas por su
transitividad (la conducta pasa de un agresor a un agredido), su direccionalidad (siempre la agresión tiene un objeto) y
una intencionalidad (el agresor busca dañar, el agredido busca escapar). Por otra parte, la violencia sería la
manifestación o ejercicio inadecuado de la fuerza o poder, ya sea por la extemporaneidad o por la desmesura, no
existiendo intencionalidad por parte del agente o del paciente de la acción. De este modo, existen gestos violentos pero
no agresivos(deportes rudos) y actos agresivos pero no violentos (omisión de gestos de ayuda). La violencia esta
presente en toda nuestra vida y es difícilmente prevenible; la agresividad, en cambio, requiere una intencionalidad que la
hace diferente en sus causas, aunque tal vez no en sus efectos.

Perspectivas teóricas sobre la agresividad.


Perspectiva psicoanalítica
El instinto agresivo.
Freud postuló la teoría del doble instinto, en la cual se concibe al hombre como dotado de "una cantidad o quantum de
energía dirigida hacia la destructividad, en el más amplio sentido, y que debe inevitablemente expresarse en una u otra
forma". (Hill, 1966, p.136). Si se obstruye su manifestación, este deseo sigue caminos indirectos, llegándose a la
destrucción del propio individuo. Posteriormente, se concibió la agresión como un aspecto de deseos que son
biológicamente primitivos, o sea, "los deseos más primitivos o las formas más primitivas de satisfacer deseos dados, son
también más agresivos o más destructivos" (Hill, 1966, p.136). Durante el desarrollo disminuye el carácter primitivo - y
por tanto agresivo - de los deseos, sustituyéndose los comportamientos más primitivos que no brindan satisfacciones por
otros más complejos para lograr disminuir la angustia.

Origen de la cultura y la agresividad


Según Roldán (1993) el mito fundamental propuesto por el psicoanálisis freudiano sobre los orígenes de la cultura,
apartándose de toda la tradición filosófica imperante en occidente, sería su inicio basado en la guerra o en una violencia
originaria; cultura y violencia son para el Psicoanálisis dos realidades que se implican mutuamente. El sentido de
violencia alude a una fuerza vital presente en el origen de la vida. En otros términos incumbe a la lucha por sobrevivir. De
ahí su conexión primordial con al cultura como algo referido también a cultivar.

Para explicar la imposible armonía entre ley y deseo o de su ambivalencia fundamental, Freud recurre al mito del
asesinato del padre. Toda la familia humana debe su génesis a un crimen fundador. De acuerdo a esta concepción:
A N T O L O G Í A 1 3 5

"En los comienzos de la sociedad humana, los individuos vivían en pequeñas hordas bajo la dominación de un hombre
todopoderoso, autocrático, que era el padre de todos. (...) Cuando el padre escogía uno de los hijos como su sucesor, los
otros hijos eran expulsados e la tribu y se organizaban para desafiar y matar al padre. Después de consumado el patricio,
los hijos comenzaban a luchar entre ellos por el poder. Al descubrir que la agresión fraternal era peligrosa, ellos formaron
el primer contrato social, que se basaba en la renuncia a la gratificación instintiva. (...) El amor fraternal fue instituido para
controlar la agresión entre los miembros de la misma sociedad, y la agresión era canalizada en alguna forma declarando
la guerra a otras sociedades, sirviendo así la guerra el propósito de mantener el grupo unido" (Barra, 1998, p.28-29)

Perspectiva etológica o evolutiva.


Las teorías evolutivas de la agresividad consideran que la agresividad humana, como tanta otras conductas, tendría sus
bases en la filogenia. De esta manera, las situaciones de agresión que se dan en animales serían análogas a aquellas
que se presentan en humanos siendo entonces la agresión un producto natural, consustancial al ser humano. Según las
palabras de Lorenz: "no cabe ninguna duda, en opinión de cualquier hombre de ciencia con mente científica, de la
agresión intraespecífica es, en el Hombre, un impulso instintivo espontáneo en el mismo grado que en la mayoría de los
demás vertebrados superiores" (J.D. y Ebling, F.J, 1966, p.5).

La agresión, dentro de este enfoque, lo constituirían "la lucha intra o interespecífica e incluye, aparte de la lucha misma,
los desafíos, amenazas, actitudes de imposición, de apaciguamiento y de sumisión, posturas de defensa, ceremoniales
ritualizados de combate u otras manifestaciones activas o pasivas utilizadas en la lucha en sus sucedáneos"
(Cermignani, 1991, p.25). No se consideraría agresión la relación entre predador y presa.

Clasificación de la agresión.
A través de la etiología, se han identificado diversas formas de conducta agresiva:

Clase Estímulo provocador

1.- Predatoria Objeto natural de presa

2.- Afectiva Intentos de escape, defensivo

3.- Entre machos Machos co-específico, al cual el atacante no se ha acostumbrado

4.-Irritable Ira o furia

5.- Defensa territorial Invasión por intrusos

6.- Maternal Proximidad de amenaza al crío

7.- Instrumental Respuesta aprendida, hay refuerzos por atacar.

8.- De fuga Presencia de agresor al cual no se puede atacar

Además de esta estricta clasificación, se ha acuñado el concepto de "conducta agonista", que denota todo
comportamiento en situaciones de conflicto, incluyendo ataque, defensa y huida. Suele identificarse el aspecto afectivo
de la conducta agresiva con rabia y disgusto, sin embargo, muchas conductas agresivas no están motivadas por tales
afectos. Existe agresión motivada por incentivos, por ejemplo, si la conducta sirve a una finalidad diferente de la
expresión de ira, como el ladrón que agrede a un guardia sin necesariamente estar enojado con éste.

La agresión intraespecífica.
La agresión intraespecífica se refiere a aquella que se da entre individuos de una misma especie. Existirían dos tipos
principales: la hiperestésica, "basada en exceso de impulso, y que en su forma más usual consiste en errores de
A N T O L O G Í A 1 3 6

identificación, tomando una cosa por otra parecida" (Fisher, J. 1966, p.14) y la taxógena, que se daría entre individuos
muy similares dentro de una misma especie que se produciría por la posesión de territorios, por la búsqueda de
compañera sexual o ante la falta de fuentes de alimentación; el resultado final de esta agresión sería llevar a la evolución
de la especie, al permitir sobrevivir a los más fuertes.

Dentro de la forma taxógena de agresión intraespecífica, podemos encontrar la lucha ritual y abierta. La primera es un
encuentro con reglas estrictas y la segunda sería una lucha a muerte; el segundo caso es muy difícil de encontrar.

El comportamiento de los animales sería, esencialmente, un intento de evitar la lucha intraespecífica. La mayoría de las
"armas" que presentan los mamíferos serían instrumentos de agresión interespecífica (defensa o predación de animales
de especies distintas) y no intraespecífica. "Las armas son potencialmente tan peligrosas que el combate se ritualiza
convirtiéndose en despliegue, amenaza, sumisión o aplacamiento, de modo que los combates no suelen ser más que
pruebas de fuerza seguidas de separación y rápida retirada del más débil" (Fisher, 1966, p.36). La lucha abierta sólo se
daría en situaciones de falta de recursos del medio o en animales cautivos e incluso en estas condiciones el más débil
podría escapar y salvar con vida. "Los animales despliegan actitudes agresivas que pueden tener valor para la
supervivencia, pero en condiciones naturales no luchan hasta la muerte con miembros de su propia especia; el conflicto
es ritualizado, de modo que se hace poco daño."(J.D. y Ebling, F.J, 1966, p.6)

En la lucha ritual como en la abierta se produce un conflicto entre los intereses del individuo y los de la especie. Si bien el
individuo no quiere tener rivales y por eso ataca a sus congéneres, si esto se llevara al extremo no quedarían individuos
dentro de la especia. La misma selección natural debe haber preservado formas de comportamiento no demasiado
dañinas: los animales que las poseían deben haberse extinguido. Existiría una inhibición muy grande en el vencedor
animal, que le impide matar a su víctima.

En definitiva, tal como dice Cermignani (1991) "la lucha lleva a la selección de los machos [o de las hembras] más
corpulentos y hábiles, mientras que la ritualización parcial o total de la misma tiende a reducir el gasto de energía y/o a
eliminar las posibilidades de muerte del vencido".

La etología y el comportamiento agresivo en el hombre.


El hombre presentaría comportamientos de agresividad interespecífica: lucha por territorio, ante individuos semejantes
con ligeras diferencias, etc. La diferencia fundamental entre el hombre y los animales sería el grado de destructividad en
su agresión; el que en el hombre la lucha fatal sea más común podría estar asociada al uso de herramientas (ya que las
armas son muy peligrosas y matan rápidamente) o, incluso, el que no existieran los mecanismos de inhibición de la
conducta agresiva intraespecífica.

Según Rapaport(1992) la agresión es un impulso que es propio de la naturaleza del hombre, por lo que tendría
características universales y estaría profundamente enraizado en la historia humana. Este planteamiento considera que
existen dos "pulsiones" opuestas en interacción permanente que serían la construcción-destrucción o síntesis-
desintegración, las cuales serían la base de todos los comportamientos agresivos. En este sentido, la conducta humana
estaría influida por el interjuego de ambos factores y que a poco irían tomando la forma de fuerzas dirigidas a la auto-
preservación y desarrollo o en fuerzas auto-destructivas, a través de formas y modos que podrían estar socialmente
aceptados (competencia, superación, logro) o formas desviadas o patológicas (sadismo, masoquismo, suicidio,
violencia).
A N T O L O G Í A 1 3 7

Desde este punto de vista, la agresión sería un impulso primario, que durante el proceso de la evolución sufre decisivos
momentos de neutralización, desagresivización como transformación y canalización que hacen que su energía sea
canalizada hacia diversos objetivos.

Bases biológicas de la agresión.


Bases estructurales
Función del Hipotálamo en la función agresiva
Los estudios indican que el hipotálamo sería el principal encargado de regular las funciones neuroendocrinas
relacionadas con la agresión. Con respecto a este criterio, el hipotálamo estaría organizado topográficamente en tres
regiones, las cuales una vez estimuladas eléctricamente generarán distintos tipos de agresión: ataques depredatorios,
afectivos y respuestas de fuga. Las tres serían partes de la conducta agonista, que abarca la lucha, el miedo y la fuga.

Así, una estimulación en la porción lateral del hipotálamo provocaría una agresión predatoria; una estimulación en la
porción medial hipotalámica induciría una agresividad afectiva y una en la porción dorsal del hipotálamo resultaría en una
respuesta de fuga.

Función de la amígdala en la función agresiva:


Reacciones defensivas, como ira y agresión, han sido provocadas en diferentes regiones del complejo amigdaloide. Las
lesiones en este complejo producen disminución en la conducta agresiva, disminuyéndose la excitabilidad emocional y
normalizándose la conducta social en individuos con graves trastornos de conducta.

Bases Neuroendocrinas.
Las hormonas gonadales, y sobre todo el andrógeno principal -la testosterona-, fueron consideradas como las más
importantes en la agresión. No obstante, hay también un interés en el eje pituitario-adrenocortical, relacionado con la
agresión; existiría, entonces, una relación evidente entre ambos ejes, el gonadal y el pituitario-adrenocortical y la
agresión.

A esto se le suma la participación de los corticoesteroides en relación a toda conducta agresiva que no sea de carácter
sexual. Los estudios demuestran que la capacidad de experimentar sentimientos agresivos está estrechamente asociada
a la actividad gonadal masculina.

El eje pituitario-adrenocortical parece tener una influencia indirecta sobre la agresión en general y sobre la testorena, en
particular.

Catecolaminas, Serotoninas y otros neurotransmisores


La agresión es una categoría de estrés que altera el metabolismo de las aminas, sin embargo las diferencias individuales
hacen acto de presencia. Parece ser que la adrenalina mediatizaría el miedo y la agresión y la noradrenalina la
irritabilidad. Los autores Welch y Welch ( 1971, citado en Aluja, 1991) encontraron que la síntesis de aminas en el
cerebro estaba en relación con la estimulación ambiental. En condiciones de aislamiento decrecían y en condiciones de
agresión se incrementaban. Pero la estimulación intensa y la agresión a la larga aceleran la disminución de las aminas.

El rol funcional de la serotonina en la agresión aun no está del todo claro. Las primeras investigaciones relacionan niveles
bajos de este neurotransmisor con la agresión. Weil- Malherbe (1971, citado en Aluja, 1991) escribió que una
A N T O L O G Í A 1 3 8

preponderancia absoluta o relativa de catecolaminas biológicamente activas en el cerebro están correlacionadas con el
estado de vigilia , la actividad motora y la agresividad; mientras que la preponderancia absoluta o relativa de la serotonina
activa en el cerebro esta relacionada con la sedación, la ansiedad y a niveles elevados con la excitación, desorientación y
convulsiones. Persky (1985, citado en Aluja, 1991) concluye en su revisión que:

 Niveles bajos de serotonina pueden incrementar ciertos tipos de agresión .


 Niveles altos de serotonina pueden producir ansiedad y desorientación.
 El estrés incrementa la producción de serotonina.

Welch y Welch (1971, citado en Aluja, 1991) indicaron que antes de comenzar una conducta agresiva el sistema nervioso
incrementa la producción de aminas debido a una inhibición de la MAO mitocondrial.

La dopamina parece aumentar las conductas agresivas y al ácido gamma amino butírico ; GABA las inhibiría..

Se ha visto que la acetilcolina incrementa tanto la agresión depredatoria como la afectiva y las sustancias como los
bloqueadores beta adrenérgicos , inhiben la conducta agresiva periférica sin necesariamente alterar la disposición

Hormonas corticoesteroidales.
Algunos corticoesteroides, como la corticoesterona y la cortisona, estarían asociadas a la fisiología de la agresión.
Lischner(1975, citado por Aluja, 1991) afirma que los altos niveles de ACTH disminuyen la agresividad e incrementan el
miedo ante la presencia de un estímulo nuevo o específico, mientras que los niveles hormonales pituatio-adrenocorticales
intermedios parecen que predisponen al animal a ser más agresivo y menos temeroso. Persky (1985, citado por Aluja,
1991) escribe en su revisión que según varios estudios la ACTH funcionaría para disminuir la agresividad a largo plazo,
ya que la administración exógena de esta sustancia tiene un efecto excitador de la cortico-esterona, que aumenta la
agresión. La disminución de la agresión como resultado de un aumento de la actividad adreno-cortical, puede ser el
resultado de la acción de la acción extra-adrenal de la ACTH, pues esta disminuiría la secresión gonadal de testosterona

Modelos cognitivos
Los modelos cognitivo-conductuales centran su atención en como los procesos de procesamiento de información influyen
en la conducta agresiva, especialmente los procesos motivacionales y atribucionales.

Perspectiva atribucional.
Desde esta perspectiva se observa como las atribuciones se relacionan con las tendencias que una persona manifiesta a
realizar acciones o conductas agresivas.

Cuando una persona enjuicia una conducta agresiva, se formulan ciertas interrogantes. Se pregunta si la causa de ella es
externa o interna, si su naturaleza es temporal o estable en el tiempo, si estas son controlables por los sujetos o si no lo
son. Se observa que las respuestas que dan los individuos a estas interrogantes influyen en el comportamiento a través
de la siguiente secuencia: cognición (atribución, ideas al respecto) - afecto y acción (comportamiento o conducta).

Cuando se adjudica una causa externa, no controlable y estable, aumenta la probabilidad de comportamiento agresivo.

Agresión y frustración.
Las conductas agresivas son multideterminadas y entre los distintos factores que la determinan, la frustración ocupa un
lugar fundamental; inclusive, algunos autores plantean que la conducta agresiva tiene como un antecedente necesario
una frustración. La frustración ha sido entendida como contrapuesta a la gratificación, como interferencia a la ocurrencia
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de la satisfacción de la necesidad, tanto psicológica, biológica y social. La frustración implica situaciones bloqueadoras,
amenazantes y de deprivación, que surgen como respuesta tanto a estímulos internos como externos.

La frustración abarca una amplia gama de hechos muy variables y le ocurre a personas muy distintas entre sí, con estilos
y niveles de la organización de la personalidad muy distintos, que incluyen un grado específico de la fuerza del yo y de
tolerancia a la frustración, originando comportamientos y respuestas muy distintivas. Así es como la frustración puede dar
origen a la persistencia en la búsqueda de la satisfacción, como a reacciones defensivas. Por tanto, "la frustración no es
una condición suficiente ni necesaria para la agresión, pero si claramente facilitadora" (Rapaport,1992 , p.34).

Una amenaza de castigo puede disminuir o inhibir una respuesta agresiva. Al acercarse el momento de llevar a cabo la
agresión, la posibilidad de castigo entra en juego por la fuerza relativa que presenta la tendencia a agredir. En relación
con la intensidad de la tendencia a agredir y la intensidad de la tendencia a evitar agredir, la persona mostrará o no una
conducta agresiva.

Ciertas personas pueden ser más propensas a sentimientos y acciones agresivas que otras de una forma innata, pero la
agresión constante es más frecuente en personas que han crecido bajo condiciones negativas, de constante frustración,
por lo que han debido desarrollar una agresión defensiva; la agresión pasa a ser un derivado de la hostilidad y el
resentimiento. Cuando la persona no llega aun acuerdo de sus necesidades frustradas y no encuentra perspectivas de
salida, difícilmente podrá frenar una dinámica agresiva, que constituirá una satisfacción sustitutiva.

Modelos del aprendizaje social


El modelo del aprendizaje social de Bandura plantea que la agresividad es producto de dos procesos, constituyentes de
todo aprendizaje vicario: la adquisición de conductas nuevas se realiza a partir de la observación de modelos
significativos, a través de un proceso de modelado y la mantención de las conductas agresivas se basa en procesos de
condicionamiento operante.

La perspectiva conductual.
La teoría conductual da fundamental importancia, en la explicación de la conducta agresiva, a los factores ambientales
presentes y la relación de estos con la conducta. En este sentido las variables determinantes de la agresión se pueden
clasificar en función del tipo de condicionamiento efectuado, respondiente u operante.

Los aspectos de la conducta agresiva que son susceptibles de ser descritos en término de control respondiente,
corresponden en gran medida a lo que Skiner llama agresión filogenética, para distinguirla de la agresión ontogenética
moldeada directamente por múltiples determinantes. Entre las variables que experimentalmente han sido capaces de
producir agresión se encuentran las siguientes: la administración de choques eléctricos produce agresión incondicionada
a miembros de otra especie, de la misma especie, o a objetos inanimados; los mismos efectos pueden obtenerse con un
fuerte chorro de aire, o interrumpiendo el reforzamiento (extinción).
Los aspectos de la agresión pueden ser condicionados de forma operante, por ejemplo: reforzamiento con comida
permite poner bajo control discriminativo las respuestas agresivas; también se puede hacer lo mismo con agua. También
se ha encontrado que la oportunidad de agredir serviría como reforzador operante en situaciones de naturaleza aversiva.

El gran conjunto de datos experimentales existentes demostrarían la plasticidad de la conducta agresiva y la multiplicidad
de los factores ambientales que la determinan. La importancia de los factores ambientales y la posibilidad de controlarlos
abre la opción de manipular la conducta agresiva, desde este punto de vista la agresión puede disminuirse al mínimo
reduciendo los estímulos desencadenantes (en el caso de la agresión filogenética) y con la construcción de un ambiente
social en el que la agresión no tenga ningún valor de supervivencia por lo que no pueda funcionar como reforzador.
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Agresión social y cambio de conducta.


Según Bandura(1978), el modelo de la conducta desviada de los niños como enfermedad mental y sus estrategias de
tratamiento(institucionalización) pierden validez, por la historia de fracasos continuos de este modelo, en poder "mejorar"
a los individuos, y en convertirlos en unos miembros positivamente activos de su comunidad. La teoría conductual
sugiere un modelo alternativo al de la enfermedad mental, para poder comprender la conducta desviada, que es el
modelo de la deficiencia conductual. En este modelo los problemas de comportamiento se consideran deficiencias de
destrezas esenciales. Estos déficits conductuales se consideran producto de historias de reforzamiento y de enseñanzas
inadecuadas, en lugar de atribuirlos a hipotéticas psicopatologías internas. Se considera que a los individuos con
conducta desviada su medio no le ha proporcionado los medios, las instrucciones, los modelos, ni las contingencias de
reforzamiento suficientes que le permitan desarrollar un conjunto completo de conductas socialmente aprobadas.

De acuerdo con esto los programas de tratamiento basados en el modelo del déficit conductual son elaborados con el fin
de establecer las habilidades importantes que no han sido aprendidas. Debe ser expuesto a un ambiente que le
proporcione los ejemplos las instrucciones y las contingencias de reforzamiento correctivas y necesarias para que
aprenda las conductas adecuadas.

Visión fenomenológica:
Según Zegers (1991), no existiría nada que permita afirmar que el hombre es agresivo por "instinto", pero si se puede
decir que conserva los mecanismos anatómicos y fisiológicos necesarios para la manifestación de conducta agresiva en
función de otras motivaciones, tales como la conservación del individuo. El problema radicaría en que, al no presentarse
mecanismos inhibidores de la agresión intraespecífica, no "somos agresivos por naturaleza, pero podemos serlo de la
peor forma" (Zegers, 1991, p.39).

Una de las condiciones principales para la aparición de la agresión es la falta de espacio. Si bien en los animales se
presentan conductas de defensa del territorio, en los humanos esta defensa tendría otras características, ya que el sitio a
defender sería el "espacio vital", o espacio de experiencia. Este "espacio vital" puede extenderse hasta el infinito y con él
la agresión para conservarlo; la única excepción sería la condición del amor, donde dos personas aceptan vivir dentro del
mismo espacio vital.

Trastornos mentales asociados a la agresividad.


Psicopatía, personalidad desinhibida y agresión.
Antes de estudiar las características de la psicopatía, nos parece interesante entregar las formulaciones teóricas
relacionadas con la psicopatología de la desinhibición, concepto que Aluja (1991) utiliza como factor etiológico integrador
de la psicopatía y otros trastornos relacionados con la falta de control.

Psicopatología de la desinhibición.
El término "psicolopatología de la desinhibición" procede de Gorestein y Newman y pretende integrar en un solo concepto
amplias conductas humanas, que tienen en común síndromes de desinhibición o falta de control, como la psicopatía, la
historia, la hiperactividad infantil, el comportamiento impulsivo, antisocial y alcoholismo.

El término desinhibición se utilizó dándole una connotación de destrucción de procesos inhibitorios que regulaban la
tendencia a responder. Sin embargo, Gorenstein y Newman utilizan el término más que nada desde un punto de vista
descriptivo, para referirse a la desinhibición humana; "se refiere a la conducta humana que ha sido interpretada como
haciendo de disminución de controles en tendencias de respuestas"(Aluja, 1991, p.21). Entre los trastornos
caracterizados por la desinhibición, se encuentra la impulsividad, psicopatía, personalidad antisocial en la adolescencia,
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la hiperactividad en la infancia y el alcoholismo. Estos síndromes se caracterizan por presentar patrones de conducta que
tienden a la obtención de gratificación inmediata a expensas de mayor ganancia a largo plazo. Cabe decir que el
síndrome o trastorno más representativo de la conducta desinhibida es la psicopatía.

Desinhibición como concepto integrador.


Investigaciones hechas por Schulsinger dan pie para decir que existen un componente genético en la psicopatía y
síndromes asociados. Cloninger, Rich y Guze dan datos a favor de que la histeria y la psicopatía son manifestaciones del
mismo proceso etiológico. Otros autores afirman que la hiperactividad puede ser el sustrato conductual de la psicopatía y
el alcoholismo primario.

Los delincuentes psicópatas presentas rasgos y características conductuales que implican impulsividad, agresividad,
búsqueda de estimulación, baja ansiedad y pobre socialización. Los resultados de los estudios de la personalidad del
delincuente a través de la teoría de Eysenck coinciden que en la persona antisocial tiene rasgos entre los cuales se
encuentra la excesiva necesidad de estimulación, bajo nivel de activación cortical y niveles elevados de tolerancia al
castigo.

El control de la agresividad depende del proceso de socialización y estos de los procesos de condicionamiento. Se
postula que los introvertidos tendrían un mayor control de la agresión que los extrovertidos, porque el control de la
agresividad depende del proceso de socialización y éste, de los procesos de condicionamiento y, por lo tanto, los
introvertidos condicionarían más alto que los extrovertidos. De Flores encontró que los extravertidos, al ser altos
buscadores de sensaciones y al ser las conductas agresivas un alto predictor de estimulación, muestran más conductas
agresivas. Estos resultados indican que la agresividad podría estar relacionada con diferencias de personalidad, como lo
son los rasgos de extroversión/introversión y el de psicoticismo.

Conducta antisocial:
La conducta antisocial se ha usado para definir a una persona cuyo comportamiento no se ha ajustado a la normativa
social o moral. Desde el punto de vista psiquiátrico, Schneider empieza a utilizar el término "personalidad psicopática"
como una entridad gnoseológica e integradora.

Al hablar en términos generales de la "conducta antisocial", nos referimos a un concepto muy extenso que se da desde
los rasgos de personalidad psicopáticos hasta los criterios de trastorno de personalidad antisocial del DSM-III (no
presente en el DSM-IV). Estos definen conductas delictivas y a un cierto tipo de delincuente de bajo extracto social.
Con respecto al concepto de psicopatía, Hare y Cox diferencian entre psicópatas primarios, secundarios y disociales. El
psicópata primario es un individuo que presenta un encanto superficial, es inteligente e informal, no presenta delirios ni
pensamiento irracional ni tiene síntomas de manifestaciones psiconeurótica; por otra parte, es insincero e incapaz de
presentar culpa o remordimiento, es egocéntrico en extremo e incapaz de amar, presenta falta de juicio práctico o
incapacidad de aprender de la experiencia y tienen dificultad para seguir un plan de vida estable. Los psicópatas
secundarios serían individuos capaces de mostrar culpa y remordimiento y de establecer relaciones afectivas y su
conducta estaría motivado por problemas de índole neurótica. Los disociales serían individuos que presentan conductas
antisociales y que pertenecen a un mundo marginal y tienen una cultura propia. Tendrían una personalidad "normal" y
serían capaces de funcionar adecuadamente dentro de su grupo, tendiendo lealtad y sentimiento de culpa y de afecto.

Según Blackburn, el psicópata primario sería una persona altamente impulsiva, en contraposición al psicópata
secundario, que se caracterizaría por una baja sociabilidad. Según otros autores, los psicópatas secundarios mostrarían
un déficit afectivo-motivacional parecido al de los esquizofrénicos, caracterizado por la predominancia de conducta
retraída.
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Con respecto a la relación entre personalidad y delincuencia, Eysenck publica en el año 1964 un libro llamado "crimen y
personalidad", en el cual propone que existe una relación entre la conducta delictiva y las dimensiones básicas de la
personalidad propuestas por él, las cuales tendrían una base biológica. La teoría de Eysenck formula que la conducta
antisocial sería el producto de la influencia de variables ambientales sobre individuos con determinadas predisposiciones
genéticas y el aprendizaje por condicionamiento clásico. Eysenck propone el concepto de "consciencia moral", basado en
la estimulación aversiva y el condicionamiento clásico, las cuales se adquirirían por un proceso de aprendizaje en la
infancia. El niño nace sin socializar y no respeta el derecho de los demás. Los educadores castigan ante la presencia de
conductas antinormativas; entonces, éstas apareadas con estímulos aversivos, se condicionará negativamente. El sujeto,
al esperar el castigo, sufriría de ansiedad, lo cual evitaría la aparición de la conducta antisocial.

La dimensión de neuroticismo también estaría relacionada con la conducta antisocial. Según Eysenck, la neuroticidad y la
ansiedad actúan como impulsos poderosos, multiplicando los hábitos antisociales. También propone la variable del
psicoticismo, el cual sería el mecanismo causal de la psicopatía primaria.

Trastorno de la personalidad antisocial (DSM-III):


El DSM-III considera doce criterios, de los cuales hay que cumplir con un número de tres antes de los 15 años; nueve
para después de los 18, de los cuales hay que cumplir un mínimo de 4. El estudio de estos contenidos no apuntos tanto a
rasgos de la personalidad, sino que hacen referencia a un listado de conductas de tipo delictivo y penal.

Los criterios que se aplican a los individuos menores de quince años hacen referencia a la vagancia, expulsiones en la
escuela, fuga del hogar, mentira persistente, relaciones sexuales repetidas y circunstanciales, ingestión de alcohol y
abuso de sustancias, robos, vandalismo, rendimiento escolar mediocre, violación de normas y peleas. Los criterios para
los 18 años son incapacidad para mantener una conducta laboral apropiada, irresponsabilidad como padre, incapacidad
para aceptar normas sociales, incapacidad para mantener una relación de pareja estable, irritabilidad y agresividad,
evaluadas mediante peleas físicas repetidas, incapacidad para planificar, mentira patológica e imprudencia. Cabe decir
que este trastorno es encasillado en el eje II en la multiaxilidad del DSM-III, lo que indicaría una larga evolución,
enraizada en los factores básicos de la personalidad del individuo y resistentes a la intervención psicoterapeútica y
farmacológica.

Evaluación clínica y psicométrica del TAP.


La entidad gnoseológica del TAP viene dado por criterios específicos y operacionales de los manuales de diagnóstico,
tanto para la investigación como para su uso en la clínica. La gravedad del trastorno vendría dado por el grado de
inflexibilidad y desadaptación de los rasgos de la personalidad por la incapacidad social, disfuncionamiento laboral y
malestar personal que comporta. Según el DSM-III, el rasgo esencial es un trastorno "en el que existe una historia de
conducta antisocial continuada y crónica en la que se violan los derechos de los demás" (Aluja, 1991, p.217). El hecho
que el TAP tenga repercusiones judiciales y legales puede inducir al error de que el TAP equivale a la delincuencia.

Esquizofrenia y agresión.
Según Kaplan y Sadock (1987), en el trastorno esquizofrénico la agresión se da principalmente en uno de sus síndromes
clínicos, que es la esquizofrenia catatónica con excitación. La catatonia excitada es un estado de agitación psicomotora
extrema en la cual el individuo habla y grita continuamente. Sus producciones verbales son muchas veces incoherentes y
su conducta parece hallarse influenciada más por estímulos internos que por el ambiente que lo rodea. Este estado
incluye violencia y agresión destructiva para los demás, por lo que esta excitación puede incluso causar la tendencia a
lesionarse ellos mismos.
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La conducta agresiva puede presentarse en el esquizofrénico a través de dos conductas específicas, que son el suicidio
y el homicidio, las cuales se encuentran en un porcentaje mayor en estos enfermos que en el resto de la población. El
análisis de estos suicidios y homicidios impredecibles lleva a la conclusión de que el factor singular más significativos de
muchos de ellos es la experiencia traumática de rechazo. La sensibilidad patológica del esquizofrénico le hace
extraordinariamente vulnerable a todas las tensiones de la vida común. Para el esquizofrénico el rechazo,
particularmente de los miembros de su propia familia, parece ser aún más traumático que la mayor parte de las otras
preocupaciones.

Trastorno de la conducta infrasocializada tipo agresivo.


Según Kaplan y Sadock (1987), los trastornos de la conducta de la lactancia, niñez y adolescencia se caracterizan por la
existencia de pautas repetitivas y persistentes de conducta antisocial, que violan los derechos de los demás y que van
más allá de las travesuras de los niños y adolescentes.

Dentro de estos trastornos específicos de la niñez y la adolescencia se encuentra el trastorno de la conducta


infrasocializada tipo agresivo. Los rasgos esenciales de este trastorno son un fracaso en establecer un grado afectivo
normal, empatía o vínculos con los demás; una pauta de conducta antisocial agresiva, y problemas de conducta en la
escuela. El fracaso en el desarrollo de vínculos sociales se manifiesta por la falta de relaciones sostenidas por amigos,
aunque el niño pueda mantener amistad con un compañero mucho mayor o menor que él, o tener relaciones
superficiales con otros jóvenes antisociales. El niño presenta una falta de interés por los sentimientos, deseos y por el
bienestar de los demás, manifestados por una conducta insensible. Se encuentran ausentes los sentimientos de culpa o
remordimientos.

La conducta antisocial agresiva en el niño puede tomar la forma de intimidación, agresión física y comportamiento cruel
con los compañeros. Hacia los adultos el niño puede verse hostil, verbalmente abusivo, impúdico, desafiante y
negativista. Este niño suele ser un niño que ha experimentado un grave rechazo paterno, a menudo alternado con una
sobreprotección irreal, sobre todo contra las consecuencias de su conducta indeseable. Estos niños no sólo han tenido
una frustración continuada, por sobre todo de sus necesidades de dependencia, sino que no han tenido una pauta de
disciplina consistente. Su conducta general es inaceptable en casi cualquier contexto social y suele ser considerado
como un mal niño.
Generalmente, la situación familiar de este niño revela una grave discordia matrimonial y una pauta estereotipada de
hostilidad verbal y física impredecible. La conducta agresiva del niño rara vez parece dirigida hacia un objetivo definible, y
le proporciona escaso placer, éxito o ventaja sobre sus compañeros o figuras de autoridad.

Trastorno explosivo-intermitente:
Los trastornos del control de los impulsos se caracterizan de la siguiente forma:
 Fracaso en resistir un impulso, una tendencia a llevar a cabo algún acto que es peligroso para el individuo o
para los demás. Puede existir o no existir resistencia consciente al impulso, el acto puede o no ser
predeterminado o planeado.
 Situación creciente de tensión antes de cometer el acto.
 Experiencia de placer, gratificación o alivio en el momento de llevar a cabo el hecho.
 Inmediatamente después el acto, puede existir auto-lamentación, auto-reproche o sentimientos de culpa
auténticos.
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Uno de los trastornos de control de los impulsos es el trastorno impulsivo intermitente. Esta categoría diagnóstica
distingue a los individuos que tienen episodios recurrentes de pérdida significativa de control de los impulsos agresivos.
Durante estos episodios la conducta da lugar a ataques graves o destrucción de la propiedad y es desproporcional a los
estresores psicosociales que la desencadenan. Los signos de impulsividad se encuentran ausentes entre cada ataque.

Se cree que un entorno desfavorable en la niñez es el principal determinante en la aparición de este trastorno. Los
factores predisponentes en la niñez son los traumatismos peri-natales, las crisis epilépticas infantiles, los traumatismos
craneales, la encefalitis y la hiperactividad. Un ambiente en la infancia en el que exista alcoholismo, golpes, amenazas a
la vida o promiscuidad es un factor común a este trastorno. Los factores constitucionales, las primeras experiencias del
desarrollo y los estresores normales constituyen a la eficacia del aparato de control o a la intensidad del impulso. Un
factor en la génesis del trastorno sería una anormal identificación con las figuras paternas o la naturaleza simbólica del
objeto de la violencia. Se ha constatado que una frustración o presión y hostilidad precoces son factores de
vulnerabilidad. Las situaciones que recuerdan inicialmente estas iniciales deprivaciones, así como las personas que
directa o indirectamente suscitan la imagen del padre frustrante se convierten en el blanco de la agresividad destructiva.

Sadomasoquismo:
Según Kaplan y Sadock(1987), existen tipos de personalidad caracterizados por elementos de sadismo, masoquismo o
por una combinación de ambos (sado-masoquismos). En la práctica se encuentra que una misma persona se dan
elementos de conductas sádicas y masoquistas.

El sadismo consiste en el deseo de producir dolor en los demás, ya sea a través de abusos sexuales o a través de
abusos de carácter general. Según Freud, "el sádico conjuraba el miedo de castración y sólo era capaz de alcanzar
placer sexual cuando podía hacer a los demás lo que temía que le iban a hacer a él" (Kaplan y Sadock, 1987, p.398).

El masoquista se caracteriza por alcanzar gratificación sexual mediante el dolor propio. Más comúnmente, el masoquista
busca la humillación y el fracaso más que el dolor físico.

Según Freud, la capacidad del masoquista para alcanzar el orgasmo se encontraba alterada por los sentimientos de
ansiedad y culpa hacia el sexo, que son aliviados por su propio sufrimiento y castigo.

Métodos de medición de la agresividad.


Según Edmunds y Kendrick(1980) existen un sinnúmero de formas de medir la agresión, entre las que se destacan las
técnicas proyectivas. Dentro de éstas, las que han tenido mayor popularidad en la medición de la agresividad
encontramos el Test de dibujo de Frustración de Rosenzweig, el TAT y el test de Rorschach.

Los cuestionarios, escalas e inventarios son las formas más prácticas de medir características de la personalidad. Estos
instrumentos han sido desarrollados de distintas formas, ya sea de una manera intuitiva, de forma empírica o de forma
teórica. Así, podemos encontrar:

Instrumentos desarrollados de manera intuitiva: escala de hostilidad de Iowa, la escala de hostilidad de Cook y Medley, la
escala de hostilidad manifiesta, la escala de hostilidad de Sarason y el cuestionario de agresión y hostilidad de Green y
Stacey.

Instrumentos desarrollados de manera empírica: la escala de agresión y hostilidad de Schultz, la escala de agresividad
de Zaks y Walter y la escala de agresividad sobrecontrolada.
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Instrumentos desarrollados de manera teórica: la escala de necesidad de agresión, el cuestionario de dirección de


hostilidad y el inventario Buss-Durkee

Conclusión.
Tras realizar esta monografía, lo único que se puede afirmar es que no existe ninguna postura puede abarcar
completamente la multitud de factores causales y expresiones de la agresividad. Hasta el momento no existe un modelo
integrador de estas perspectivas en relación a esta conducta específica.

En relación a los trastornos psicopatológicos donde la agresividad tiene importancia fundamental, podemos concluir que
el factor común a todos ellos es la dificultad de los individuos para controlar sus impulsos, específicamente los agresivos.
Es importante notar que la conducta antisocial no es considerada un trastorno del control de los impulsos, sino que sería
una deficiencia conductual específica en relación al grado de socialización del individuo y al aprendizaje de conductas
socialmente aceptadas.

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- TOMÁS, Escobar Raúl, Elementos de Criminología, Editorial Universidad, Buenos
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PARA CUALQUIER DUDA O ACLARACIÓN EN LA PRODUCCIÓN DE ESTA ANTOLOGÍA POR FAVOR


COMUNICARLO A LA DIRECCIÓN:
joaquincastillotm@yahoo.com.mx
A N T O L O G Í A 1 4 7

ESTA OBRA TUVO SU ÚLTIMA ACTUALIZACIÓN EN MAYO DE 2009, Y TERMINÓ SU IMPRESIÓN EN JUNIO DEL
MISMO AÑO.
LA COMPILACIÓN, FORMULACIÓN Y EL DESARROLLO INSTRUCCIONAL DE ESTA ANTOLOGÍA PARA
MODALIDAD NO ESCOLARIZADA, ASÍ COMO EL DISEÑO CURRICULAR ESTUVO A CARGO DE JOAQUÍN
CASTILLO.
joaquincastillotm@yahoo.com.mx

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