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¿Qué es la Biblia?

Parte 6: Hijo, por Rob Bell


Entonces Dios dijo: "Toma a tu hijo, tu único hijo, a quien amas, a
Isaac, y vete a tierra de Moria. Ofrécelo allí...".
Génesis 22

Este pasaje es un clásico ejemplo de la clase de historia bíblica que


hace que mucha gente pregunte: ¿Qué tiene una historia como esta
sobre un hombre llamado Abraham y su hijo para enseñarnos? Y
para ser más específico: ¿Qué clase de Dios le pediría a un hombre
que sacrifique a su hijo?

Esa es la pregunta ¿no es así? Escribo esta sección porque hay una
respuesta. Una respuesta clara, inequívoca y sencilla a esa pregunta,
aquí mismo en esta historia.

Para llegar a esa respuesta primero tendremos que pasar algún


tiempo en la historia de la religión, entonces nos daremos cuenta de
algunos detalles de la historia, y luego responderemos a la pregunta.

Entonces, la historia de la religión, en un párrafo:


Los primeros humanos llegaron a la conclusión de que su
supervivencia como especie dependía de cosas como comida y agua.
Y para que los alimentos crecieran necesitaban sol y agua en la
proporción adecuada. Mucha agua y las plantas se ahogan, no la
suficiente y se mueren. Mucho sol y las plantas se marchitan, no lo
suficiente y se mueren también. Estas observaciones básicas llevaron
a la gente a la conclusión de que eran dependientes de fuerzas
invisibles que no podían controlar para su supervivencia. (Lo cual
fue un salto monumental en ese momento...). Surgió la creencia (uso
esa palabra deliberadamente) de que estas fuerzas, o estaban de tu
lado o no lo estaban. ¿Y cómo mantener a estas fuerzas de tu lado? La
próxima vez que tuvieras una cosecha, tomarías una parte de esa
cosecha y la ofrecerías en un altar como muestra de tu gratitud.
Porque necesitabas a las fuerzas (dioses y diosas) de tu lado. Ahora,
imagina lo que pasaba cuando las personas ofrecían un sacrificio y
entonces no llovía, el sol no brillaba, los animales todavía tenían
enfermedades o eran incapaces de tener hijos. Llegaron a la
conclusión de que obviamente no estaban ofreciendo... dilo conmigo
ahora...SUFICIENTE. Así que ofrecieron más. Y más y más. Porque lo
que la religión había incorporado a ella, desde el principio, era algo
llamado ansiedad. Uno nunca sabía a qué atenerse con los dioses.
Los dioses están enojados, los dioses son exigentes, y si no suplicas
te castigarán trayendo calamidad. ¿Pero qué pasaba si las cosas iban
bien? ¿Qué pasaba si había llovido la cantidad justa y el sol brillado
sólo la cantidad necesaria? ¿Y si parecía que los dioses estaban
contentos contigo? Pues bien, entonces necesitabas ofrecer un
agradecimiento. ¿Pero cómo saber si habías demostrado tu gratitud
apropiadamente? ¿Cómo saber si había sido SUFICIENTE? Si las
cosas iban bien nunca sabrías si habías agradecido lo suficiente, y si
iban mal, bueno, claramente no lo habías hecho... lo suficiente.
Ansiedad de cualquiera de las dos maneras. (Por eso el libro de
Levítico es tan revolucionario, llegaremos a eso más tarde…). Ahora,
quédate conmigo, porque aquí es donde las cosas se ponen mejor: Ya
sea que las cosas fuesen bien o no, la respuesta siempre era sacrificar
más. Dar más. Ofrecer más. Debido a que nunca sabías a qué atenerte
con los dioses. Así que les ofreces una parte de tu cosecha. Ofreces
una cabra. Tal vez un cordero o una vaca. Tal vez algunas vacas. O
algunos pájaros. La naturaleza misma de la religión primitiva
(¿Primitiva, y no la de ahora? Más sobre esto dentro de poco...) era
que todo se intensificaba debido a que la ansiedad de complacer a los
dioses te mantenía ofreciendo más. ¿Y cuál era la cosa más valiosa
que podías ofrecer a los dioses para mostrar qué tan comprometido
estabas para obtener su favor? Un niño. Por supuesto. ¿Puedes ver
cómo el sacrificio de niños se esconde en los bordes del Antiguo
Testamento? Es adonde la religión te lleva. A ofrecer lo que es más
valioso.

Ahora, la historia de Abraham.

Cuando Dios le dijo a Abraham que ofreciera a su hijo, él no se


sorprendió, porque

temprano a la mañana siguiente, Abraham se levantó y cargó su


burro

Abraham va directo allí. El no argumenta, no protesta, no arrastra los


pies. Él sabe claramente qué hacer y por eso lo hace.
Por supuesto. Así es como Abraham entendía que funcionaba la
religión. Los dioses te exigían lo que era más valioso. Y si no se lo
dabas, pagarías el precio. Así era el mundo en ese momento.
(Horrible, lo sé).
Entonces Abraham salió y

llegó al lugar al tercer día


Así que durante tres días él y su hijo viajaron, tres días en los que su
hijo estaba tan vivo como muerto. (Mmmmmm).

Cuando llegaron a la montaña, ¿qué le dice a Abraham a su siervo?


(¡Vamos, tú te sabes esta!) (En realidad, yo no la sabría bien si no lo
hubiese releído).

Él le dice

Quédate aquí con el asno, mientras yo y el muchacho vamos por ahí.


Vamos a adorar y luego volveremos.

¿Que...? Abraham va a ofrecer a su hijo, ¿no? De eso se trata la


historia, ¿verdad? Dios le dice a Abraham que ofrezca a su hijo y este
lo hace, o por lo menos demuestra que lo haría, de eso se trata ¿no?

Pero lo que Abraham le dice a su siervo es que él iría a ofrecer a su


hijo y luego ambos volverían. (Todas las luces de tu tablero de
instrumentos deberían parpadear ahora. Hay algo más ocurriendo en
esta historia. Justo debajo de la superficie. La historia en si está
subvirtiendo, rogando que veas algo mucho más importante que está
sucediendo).

Mientras ascienden a la montaña Isaac le pregunta a Abraham de


donde vendrá el sacrificio. Esto es tan morboso, ¿no es así? Porque en
la lectura estándar de la historia él va hacia la muerte debido a que
su papá ama tanto a Dios. (Por favor dime que encuentras esto
totalmente repulsivo. Recuerdo a un conocido predicador que me
contó que cuando su hijo era un adolescente, él lo llevo hasta una
colina y le leyó esta historia. Luego el predicador le dijo a su hijo que
él siempre amaría a Dios más que a él. Él me contó la historia como si
fuera una cosa admirable que hizo para enseñar a su hijo acerca de
la devoción a Dios. Yo quería vomitar). Pero ya hemos visto la
devoción de Abraham. Así que no vamos a comprar ese punto de
vista.
¿La respuesta de Abraham? Dios proveerá.

Astuto. Es una respuesta sin respuesta. Abraham estaba bromeando.


O como sea que le llames.

Y entonces Abraham se dispone a ofrecer a su hijo, pero no lo hace


porque Dios lo detiene y luego ofrece un carnero en su lugar. Fin de la
historia.

Excepto que no lo es.


Un ángel aparece y le dice a Abraham que será bendecido y
En tu simiente serán benditas todas las naciones de la tierra...

Así que, volviendo a la pregunta original: ¿Qué clase de Dios le


pediría a un hombre que sacrifique a su hijo?

Ahora, una respuesta: No este.

Los otros dioses pueden exigir tu primogénito, pero no este Dios.

Así que, si Dios no quería que Abraham ofreciera a su hijo, ¿por qué
la farsa?

Varias respuestas:

En primer lugar, el drama es el punto. Abraham sabe qué hacer


cuando se le dijo que ofreciera a su hijo porque esto era siempre
hacia donde la religión apuntaba. Así que en un primer momento este
dios parece ser como todos los demás dioses. La historia es como las
otras historias sobre dioses que nunca están satisfechos. La primera
audiencia habría escuchado esto antes, habría sido familiar. Pero
entonces no lo es. La historia toma un giro sorprendente que sale de
la nada. Este Dios interrumpe la familiaridad de la historia al
interrumpir el sacrificio. Imagínate a la audiencia primitiva
sobresaltada. ¿Qué? ¿Este Dios detuvo el sacrificio? ¿Eh? ¡Los dioses
no hacen eso!

En segundo lugar, el Dios en esta historia provee. La adoración y el


sacrificio se trataba de tú proveyendo a los dioses. Esta historia es
acerca de este Dios proveyendo a Abraham. ¿Un Dios que da? ¿Que
provee?
En tercer lugar, esto no es una historia acerca de lo que Abraham
hace por Dios, es una historia acerca de lo que Dios hace por
Abraham. Explosivo. Nuevo. Pionero. Una historia acerca de un dios
que no exige nada, sino que da y bendice.

En cuarto lugar, a Abraham se le dijo que Dios solo estaba


comenzando, y que este Dios iba a bendecirlo con tanto amor y favor
que a través de Abraham todos en la tierra serian bendecidos. Este
Dios no está enojado, exigente o desatando ira, este Dios tiene
intenciones de bendecir a todos. Se invita a Abraham a confiar. A
tener fe. A creer. A vivir en estas promesas.

¿Puedes ver cómo cambian las reglas de juego en esta historia?


¿Puedes ver por qué la gente contó esta historia? ¿Puedes ver por qué
perduró? ¿Puedes pensar en otras historias sobre un hijo que estaba
tan vivo como muerto por tres días, pero que luego vivió de tal
manera que la historia sobre él haya confrontado la sabiduría
convencional de la época, la de que los dioses estaban enojados y
exigentes con la del Dios que bendice, da y provee, y que todo lo que
queda por hacer es confiar en que Dios es realmente así?

Así que hay un poco acerca inundaciones, peces, torres e hijos. Y


pensar que es sólo el principio...

Próximo capítulo: ¿Qué es la Biblia? Parte 7: La revolucionaria


naturaleza del libro de Levítico.

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