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Pionero de las relaciones públicas modernas: Conocido como Edward Bernays, fue un

publicista, periodista e inventor de la teoría de la propaganda y las relaciones públicas. Judío


de nacionalidad austríaca, fue sobrino de Sigmund Freud, y utilizó ideas relacionadas con el
inconsciente en Norteamérica para la persuasión del self en el ámbito publicitario masivo.
Propaganda, su libro más célebre, se publicó en 1928.

Actividades desarrolladas:

Bernays destacó además por ser pionero en las investigaciones situacionales al momento de
llevar a cabo una acción estratégica, buscando aumentar la competitividad empresarial. Esto
se debe al conocimiento e interés por estudiar la fuerza de la opinión pública y sus
consecuencias. Por ello, en 1923 publicó el primer libro sobre la profesión, llamado
Crystallizing Public Opinion, donde habla sobre la fuerza que tiene la opinión pública, y cómo
ésta puede influir tanto en el éxito como en el fracaso de ciertas instituciones. Además, resalta
que es ésta la que juzga el actuar de las organizaciones. Esta es la primera vez en la historia
que se utiliza el término asesor de relaciones públicas. De profundas convicciones sionistas, él
y varios otros judíos influyentes y poderosos transformaron la cultura y la razón de ser del
pueblo estadounidense de forma irreversible hasta convertirlo en lo que es hoy día.

Aportaciones:

Sentó las bases de las relaciones públicas como una profesión basada en un cuerpo teórico que
él mismo definió y estableció, unido a conocimientos científicos que implementó

Integró la práctica de las relaciones públicas a la empresa moderna y a las organizaciones, con
las teorías, métodos y la aplicación de las ciencias sociales, antropológicas, económicas,
políticas, informativas y de los estudios de la conducta del individuo y sociedad ante ciertos
impactos, beneficiándose siempre a la empresa y a sus públicos.

Tuvo la visión de que las relaciones públicas constituían un mecanismo social que se podría
usar para mejorar la sociedad y las organizaciones.

Contempló la ética y la deontología profesional como una parte integral de las relaciones
públicas, a la búsqueda de la responsabilidad social como su principal propósito, logrando que
su cliente actuase correctamente y, a su vez, el público lo supiese.

Fue uno de los primeros en reconocer la valiosa contribución que las mujeres podían hacer a
las relaciones públicas

Con la creación de esta profesión, cientos de universidades en todo el mundo se dispusieron a


difundir sus aportes científicos, incluso países como la Federación Rusa y China.

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