Está en la página 1de 3

LUIS ERNESTO PELAEZ MUÑOZ

DERECHO MEDICO
MARTES – NOCHE
UNINAVARRA

ANALISIS DE LA SENTENCIA SC7110-2017


MAGISTRADO PONENTE: LUIS ARMANDO TOLOSA VILLABONA

La sentencia decide recurso de casación contra la sentencia de segunda instancia


proferida por el tribunal superior de distrito judicial de Medellín, sala civil, en proceso
ordinario.
Los actores solicitaban declarar responsable al demandado por negligencia en la
prestación de servicios médicos a Luz Helena Fernández Correa (victima) y el pago de
perjuicios causados a esta y sus familiares.

Esto soportado en que el medico de confianza de la señora Helena, ante las fuertes
migrañas sufridas por ella, le hace la recomendación de extirpar la vesícula y con esto
busca alguna mejora.

En la valoración del especialista, demandado en el proceso objeto de estudio, este es


informado por parte de la paciente que sufría discinesia biliar con antecedentes de
obesidad y que ya habría tenido una cirugía previa infraumbilical por tumor de ovario e
histerectomía, sin embargo, el demandado insiste en la necesidad de continuar con el
procedimiento y no brinda otras alternativas a la paciente.

La señora Helena es efectivamente operada el 15 de abril de 2004 a eso de las 18:00


horas, sin embargo, el 17 del mismo mes y año, la señora debió ser operada nuevamente
debido a un fuerte dolor en su región abdominal, encontrando en la nueva cirugía que se
habría perforado el intestino delgado, ocasionando un shock séptico.

Por su parte, el demandado se opone a las pretensiones de los demandantes alegando


culpa, de igual forma como se evidencia en el desarrollo de la sentencia hubo
consentimiento informado entre la paciente y el especialista del tipo de cirugía y riesgos
de la misma.

Así mismo, de acuerdo a lo visto en clase, nos encontramos frente a un caso de índole
contractual, toda vez que hubo contacto directo entre el médico especialista y la paciente,
en el cual se informó sobre el procedimiento a realizar y los posibles riesgos.
En base a lo anterior, el riego inherente, no genera un daño de carácter indemnizable,
puesto que no procede de un carácter culposo por parte del médico, sino que el surgir del
mismo está contemplado dentro de los riesgos en la cirugía. Por esta razón, cuando se
materializa dicho riesgo inminente y se convierte efectivamente en un daño, este no tiene
carácter de ser indemnizable, puesto que no proviene de un proceder culposo.

Dado que el procedimiento médico para este caso, no depende del resultado, sino de
medio, se entiende que el mismo debe ser realizado con la mayor prudencia y pericia,
teniendo de presente que siempre puede llegar a presentarse complicaciones, en
ocasiones por las condiciones mismas del procedimiento, condiciones especiales de la
víctima o influenciados por terceros, que, desde que el procedimiento sea llevado a cabo
siguiendo los lineamientos médicos en base a la ética y reglamentos del proceder,
acompañados del debido consentimiento informado, darán lugar a que se presente una
exclusión de culpa en base a procederes diligentes y cuidadosos, aplicando siempre los
conocimientos en pro de buscar el mejor tratamiento para los enfermos.

En base a lo anterior, el fallo de primera instancia del 20 de febrero de 2012, el Juzgado


Doce Civil del Circuito, Radicación: 05001-31-03-012-2006-00234-01 Adjunto de Medellín,
desestimó la demanda al no encontrar demostrada la culpa del demandado ni el nexo
causal, sin embargo, Liberty Seguros S.A. y el extremo actor apelan el fallo.

En el fallo de segunda instancia, el tribunal argumenta que la carga de demostrar la culpa


en el ejercicio de la actividad medica correspondía a la parte demandante, sin embargo,
esto no fue cumplido.

Así mismo halla la razón al dictamen emitido por la doctora María Constanza Pérez
Restrepo basado en su conocimiento y estudio científico, restado así mismo
credibilidad a las inferencias contenidas en el experticio del médico Luis Armando
Cambas, presentado por la parte actora, ya que este se basó solo en la historia
clínica.

“Los médicos Joaquín Tiberio Valencia Cárdenas, Luis Ignacio Londoño y Adolfo
León Uribe, calificados debidamente como testigos técnicos, una vez examinaron la
historia clínica y el video de la cirugía, consideraron adecuado el procedimiento, en
tanto acerca de la perforación intestinal producida indicaron que era “inherente o
propia” a la operación.”

En base a lo anterior y otros preceptos el segundo fallo confirma el de primera


instancia.
La corte suprema de justicia por su parte, no casa la sentencia del 9 de julio de 2013,
proferida por el tribunal superior de distrito judicial de Medellín, sala civil en el proceso
ordinario, dadas las explicaciones anteriores.

También podría gustarte