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La industria suele ser una fuente emisora de ruido que además al ser producido en sitios cerrados,

y al ser acumulativo y provenir de muchas fuentes, puede convertirse en un problema importante.


Para reducirlo hay que considerar tanto el controlarlo mediante barreras acústicas, como el
disminuirlo en origen. El ruido es una forma de contaminación que puede afectar a la salud,
además sí estas actividades productoras de ruido se realizan por la noche cuando el resto de los
ruidos disminuyen, pueden ser muy molestas para la población que duerme. El sonido se mide en
decibelios (dB), siendo el umbral de sensación sonoro 0 dB, punto a partir del cual el oído humano
es capaz de recibir señales acústicas, hasta el umbral doloroso que está situado en 120 dB. El nivel
de ruido al que la población está expuesta oscila entre los 35 y los 85 dB, considerándose los 65 dB
como el límite superior de tolerancia o aceptabilidad para el ruido ambiental. El aumento
demográfico y el desarrollo industrial, ha sido acompañado de un aumento del nivel de ruido en la
ciudades. El ruido tiene respecto a la salud física un efecto que es semejante a los asociados con el
miedo y la tensión; así, existe aumento en el número de pulsaciones, modificación del ritmo
respiratorio, de la presión arterial, de la tensión muscular, de la resistencia de la piel, de la
agudeza de la visión, de la vasoconstricción periférica, etc., los principales efectos del ruido son los
siguientes: Pérdidas de audición. Alteración del sueño y el descanso. Cansancio, fatiga, estrés.
Interferencias en las comunicaciones, irritabilidad y agresividad. Alteración de la capacidad de
atención y concentración mental. Disminución del rendimiento de actividad. CONTAMINACIÓN DE
AGUAS Se entiende por contaminación acuática la acción y el efecto de introducir materias o
formas de energía, o inducir condiciones en el agua que de modo indirecto, impliquen una
alteración perjudicial de su calidad en relación con sus usos posteriores o con su función ecológica.
Los problemas causados dependerán de la naturaleza de la sustancia contaminante, así, el agua
potable puede ser no apta o menos apta para el consumo, o presentar un riesgo sanitario
potencial para los consumidores; también este agua puede ser no apta para ciertos procesos de
producción, o tener efectos tóxicos sobre los componentes del ecosistema, alterando los
equilibrios medioambientales, y pudiendo acumularse en la masa de agua o en los seres vivos,
actuando sobre la capacidad de regeneración de la masa de agua afectada. Las aguas residuales
pueden ser de origen urbano, agrícolas, ganaderas, industriales, sanitarias, pluviales, y de
refrigeración. Las aguas residuales afectan a los ecosistemas causando la destrucción de
ecosistemas acuáticos de agua dulce y salada; produciendo enfermedades en seres humanos y
animales. Los productos tóxicos que contienen las aguas residuales industriales (como insecticidas,
metales pesados…) se introducen en las cadenas alimentarias y pueden producir efectos letales.
Las moléculas fosfatadas que contienen ciertos detergentes pueden desequilibrar algunos
ecosistemas acuáticos cerrados (lagos, embalses…) produciendo fenómenos de eutrofización, y
destruyendo su capacidad natural de regeneración. La velocidad de las reacciones químicas, la
solubilidad de los gases, el consumo de oxígeno disuelto para la descomposición de la materia
orgánica, son procesos que dependen de la temperatura. Al aumentar la temperatura del agua,
aumenta la velocidad de multiplicación de las bacterias, cuando las condiciones del medio son
favorables y no hay factores limitantes. Además, hay que considerar que las acciones sinérgicas de
los contaminantes son mayores a altas temperaturas. Aguas residuales, domésticas o industriales,
aceites, alquitrán, insecticidas, ACTIVIDADES AGRARIAS 19 detergentes y fertilizantes consumen
más rápidamente oxígeno del agua a altas temperaturas, aumentando su toxicidad relativa. Los
aspectos más importantes a controlar en los posibles impactos a las aguas continentales son:
Abastecimiento: definiendo con claridad la fuente de abastecimiento, si se trata de la red pública,
o de pozos, manantiales, embalses…, así como las licencias o permisos de abastecimiento con los
que cuente la empresa. Consumo: hay que tener en cuenta el volumen y tipo de consumo, la
utilización del agua, los aforos y tratamientos previos que se realicen. Carga contaminante: hay
que considerar el permiso de vertido y su validez, el caudal y la carga contaminante del vertido.
Para analizar ésta, hay que tener en cuenta la actividad productiva y los siguientes parámetros del
agua: temperatura, pH, conductividad eléctrica, DBO, DQO, sólidos en suspensión, grasas y
aceites, hidrocarburos totales, fenoles, sulfuros y sulfatos, y metales pesados. Sistemas de
tratamiento y destino de aguas residuales: se deben tener en cuenta el proceso de depuración de
las aguas residuales y su destino final (depuradora propia o comarcal, vertido directo a cauces
públicos o al mar…). Aguas pluviales: las aguas pluviales si no están contempladas en las
instalaciones de la empresa pueden producir arrastres de contaminantes y transporte de estos a
zonas no contaminadas. En la gestión de las aguas es fundamental racionalizar el uso de estas,
reutilizando en lo posible los recursos disponibles y segregando las corrientes de aguas residuales
para optimizar los costos de tratamiento de los efluentes contaminados, reduciendo el volumen
de aguas a depurar. La racionalización en el consumo de agua implica reducir al mínimo que sea
posible el consumo, reutilizando el recurso siempre que sea factible. CONTAMINACIÓN DE
SUELOS. RESIDUOS. ENVASES Y EMBALAJES Un suelo está contaminado cuando su calidad natural
ha sido alterada por la presencia de componentes de caracter tóxico y peligroso cuyo origen esté
relacionado con actividades humanas, con el consiguiente desequilibrio de las funciones que le
son propias. Las principales actividades que producen contaminación en los suelos son:
vertederos, emplazamientos industriales, áreas de desguace de vehículos, estaciones de servicio,
industrias que han cesado su actividad (ruinas industriales). La contaminación de suelos puede
producir lixiviados que se incorporan al ciclo hidrológico. Un residuo es un desecho generado en
actividades de producción, los residuos producidos por la industria pueden ser asimilables a
residuos urbanos (RSUs), residuos sólidos inertes, residuos tóxicos y peligrosos (RTPs) y residuos
radioactivos. Se denomina RESIDUO INERTE a aquel que no experimenta transformaciones físicas,
químicas o biológicas significativas; los residuos inertes no son solubles, ni combustibles, ni
reaccionan física ni químicamente de ninguna otra manera, ni son biodegradables, ni afectan
negativamente

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