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ÁLVARO FERNANDO GARCÍA RESTREPO

Magistrado ponente

STC11835-2019
Radicación n.° 68001-22-13-000-2019-00295-01
(Aprobado en sesión de cuatro de septiembre dos mil diecinueve)

Bogotá, D.C., once (11) de septiembre de dos mil


diecinueve (2019).-

Decide la Corte la impugnación formulada frente al


fallo de 6 de agosto de 2019, proferido por la Sala Civil
Familia del Tribunal Superior del Distrito Judicial de
Bucaramanga, dentro de la acción de tutela promovida por
Ricardo Gutiérrez Parra contra el Juzgado Sexto de
Familia de la misma ciudad, trámite al que fue vinculada
la parte demandada del juicio declarativo a que alude el
escrito de amparo.

ANTECEDENTES

1. El gestor del amparo reclama la protección


constitucional de sus derechos fundamentales al debido
proceso y a «tener un familia y no ser separada de ella»,
presuntamente conculcados por la autoridad judicial
accionada, con ocasión del proceso de custodia y cuidado
Rad. n°. 68001-22-13-000-2019-00295-01

personal de la menor Paula Andrea Gutiérrez Suárez (PAGS),


que promovió frente a Jhisell Lorena Suárez Vega.

Reclama, entonces, para la protección de las mentadas


prerrogativas, que se ordene al Juzgado Sexto de Familia de
Bucaramanga, (i) el «restablecimiento del derecho de visitas en
cabeza conjunta de la menor [referida] y su padre»; (ii) que «se revisen
las actuaciones judiciales y administrativas derivadas de la
vulneración del mismo, con el fin de compulsar copias disciplinarias y
penales de las posibles faltas de funcionarios que por acción u omisión
permitieron la vulneración prolongada del derecho conjunto de visitas y
del derecho fundamental de la menor a tener una familia y no ser

separada de ella»; (iii) que «se aplique sanción ejemplar y no solo


requerimiento formal a la señora Jhisell Suárez por la vulneración al
régimen de visitas, con el fin de que se abstenga de reincidir en

próxima ocasión»; y, (iv) que «se contemple este caso bajo la luz de la
jurisprudencia acá citada y si el juez tiene conocimiento de alguna que
la derogue, hacerlo saber en su sentencia» (fl. 5, cdno. 1).

2. Para respaldar su queja expone, en síntesis, que


mediante sentencia del 7 de mayo del año en curso,
complementada el día 14 siguiente, el Despacho accionado
otorgó a la progenitora la custodia de la niña PSGS,
ratificando «como cuota mensual de alimentos a cargo del padre, lo
pactado en la diligencia celebrada el 14 de enero de 2019 en la

Defensoría de Familia del ICBF», y estableciendo el régimen de

visitas a su favor.

Asevera que la madre de la menor ha incumplido con


el régimen de visitas establecido, pues él no ha tenido
comunicación telefónica con su hija, y fueron pocos los días
que compartió con ésta en las pasadas vacaciones, situación

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Rad. n°. 68001-22-13-000-2019-00295-01

que puso de presente ante el estrado querellado en sendas


oportunidades, sin que aún haya obtenido una respuesta, lo
que, en su sentir, vulnera las garantías superiores
invocadas, toda vez que no existe «equilibrio en la copaternidad
de la menor», es precario el régimen de las visitas regulado en

el fallo memorado, y, la señora Jhisell Lorena Suárez Vega


«insiste en quebrantar de forma absoluta la relación padre-hija», sin que

la autoridad judicial accionada tome decisión alguna al


respecto (fls. 1 al 10, ibídem).

RESPUESTA DEL ACCIONADO Y LOS VINCULADOS

a.) Jhisell Lorena Suárez Vega, demandada dentro


del pleito objeto de revisión constitucional, alegó que el actor
ha desatendido el pago de los alimentos decretados a favor
de la niña, motivo por el que carece del derecho a visitarla
(fls. 64 y 65, cdno. 1).

b.) La Defensora de Familia adscrita al Despacho


acusado expresó, que la solicitud de protección es
improcedente, comoquiera que el accionante cuenta con la
«acción administrativa o judicial idónea y expedita para exigir y/o
trabajar el cumplimiento del régimen de visitas establecido por la Juez

Sexta de Familia»; también «puede acudir a la Fiscalía General de la


Nación a formular la correspondiente denuncia penal por ejercicio
arbitrario de la custodia, en caso de configurarse el comportamiento de
la madre de la niña como tipo penal» (fls. 71 y 72, ibídem).

c.) El Instituto Colombiano de Bienestar Familiar


informó, que el gestor radicó solicitud de restablecimiento

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Rad. n°. 68001-22-13-000-2019-00295-01

de derechos ante la Regional Santander, ante lo cual el 27


de junio pasado el equipo psicosocial procedió a realizar la
verificación de las garantías de la menor señalada,
concluyendo que para esa época el régimen de visitas se
estaba cumpliendo (fls. 73 y 74, ídem).

d.) Por su parte, el Juzgado Sexto de Familia de


Bucaramanga alegó, que mediante auto del 29 de julio del
año que avanza, se pronunció frente a las denuncias del
actor sobre el incumplimiento de las visitas, determinación
en la que «vuelven a hacerse unas precisiones para mayor
comprensión de los padres, previendo solucionar así las diversas

situaciones presentadas». De otro lado precisó, que el


accionante puede instaurar un nuevo proceso con el fin de
obtener la custodia de su menor hija (fls. 76 y 77, ibídem).

e.) La Procuraduría 161 Judicial II para la Defensa


de los Derechos de la Infancia, la Adolescencia y la Familia
de la citada ciudad argumentó, que «a la fecha los derechos
fundamentales de la niña P.A.G.S., están siendo transgredidos por la
señora Suárez Vega, siendo necesario su protección a través de la
presente acción constitucional, al considerar que no han sido eficientes,
ni idóneas las respuestas de las autoridades; y que –según éste- la
intervención del funcionario judicial fue “tímida”, no vinculante,
recordando a los padres que debían cumplir la sentencia. Por lo que se
considera que es necesario tomar otras medidas más contundentes
para la garantía de los derechos de la niña y no dejarlo al arbitrio de la
progenitora» (fls. 80 al 82, ídem).

LA SENTENCIA IMPUGNADA

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Rad. n°. 68001-22-13-000-2019-00295-01

El Tribunal Constitucional de primera instancia negó la


salvaguarda pretendida, tras advertir que «el incumplimiento de
parte de la accionada en cuanto al régimen de visitas fue puesto en
conocimiento del juzgado, por lo que se ordenó la práctica de un estudio
social al domicilio de la menor de edad Paula Andrea, a fin de verificar la
ocurrencia de las afirmaciones sostenidas por el accionante. Lo anterior
se llevó a cabo el 3 de julio del año que avanza, registrándose en el
informe que no existen elementos de juicio para considerarse que haya
que tomar medidas de garantía de derechos respecto de la menor, como
se reclama por el señor Ricardo Gutiérrez. Con idéntico propósito, se
requirió a la accionada para que se pronunciara respecto de lo afirmado
por el actor, quien indicó al Juzgado que las visitas en periodo escolar se
cumplieron en la forma establecida y, en vacaciones se llevaron a cabo
conforme con lo solicitado por el actor».

De otro lado, destacó que:

«el competente para hacer cumplir el régimen de visitas es el juez


de familia que profirió la decisión, ello a fin de verificar el acatamiento de
su orden, tal como ocurrió en el caso en concreto en el que se cuenta con
un pronunciamiento de parte del juzgado respecto de las pretensiones de
la acción de tutela promovida, el cual, no resulta en modo alguno
arbitrario sino que obedece al estudio de los elementos de juicio
recaudados con ocasión de la solicitud presentada por el accionante, a
quien en dicho sentido, no se le han vulnerado los derechos alegados, en
tanto la juez de conocimiento del proceso de familia en el que tienen
origen los reparos, ha tramitado sus peticiones y resuelto sobre las
mismas con fundamentos objetivos y de derecho, por lo cual no le es
viable al juez de tutela invadir la competencia del juez conocedor del
proceso» (fls. 93 al 96, ibídem).

LA IMPUGNACIÓN

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El promotor replicó el anterior fallo, con idénticos


argumentos a los planteados en la demanda de amparo (fls.
102 al 106, ídem).

CONSIDERACIONES

1. Se recuerda que la acción de tutela es un


mecanismo particular establecido por la Constitución
Política de 1991 para la protección inmediata de los
derechos fundamentales de las personas, frente a la
amenaza o violación que, en cuanto a ellos, pueda derivarse
de la acción u omisión de las autoridades públicas o de los
particulares, sin que se constituya o perfile en una vía
sustitutiva o paralela de los medios ordinarios de defensa
que la misma norma superior y la ley consagran para la
salvaguarda de tal clase de derechos.

De igual manera es necesario destacar que, en línea de


principio, esta herramienta constitucional no procede
respecto de providencias y actuaciones judiciales, salvo en el
evento excepcional en el que el juzgador adopte una
determinación o adelanta un trámite en forma alejada de lo
razonable, fruto del capricho o de manera desconectada del
ordenamiento aplicable, con vulneración o amenaza de los
derechos fundamentales del respectivo ciudadano, caso en
el cual es pertinente que el juez de tutela actúe con el
propósito de conjurar o prevenir el agravio que con la
actuación censurada se pueda causar a las partes o
intervinientes en el proceso.

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Rad. n°. 68001-22-13-000-2019-00295-01

2. En el presente caso, la controversia gira en torno


a determinar, si el Juzgado Sexto de Familia de
Bucaramanga incurrió en causal de procedencia del
amparo, al supuestamente omitir verificar el cumplimiento
del régimen de visitas impuesto en la sentencia del 7 de
mayo del presente año, dentro del juicio de custodia y
cuidado personal de la menor PAGS, que fue adelantado por
el accionante contra Jhisell Lorena Suárez Vega.

3. Tienen trascendencia para la decisión que se está


adoptando los siguientes elementos de juicio, a saber:

3.1. Ricardo Gutiérrez Parra, acá accionante, promovió


el juicio declarativo en comento, con el propósito de obtener
la custodia y cuidado personal de la hija en común entre las
partes, asunto que culminó con sentencia del 7 de mayo de
los corrientes, la que fue complementada el día 14 siguiente,
y en la cual la sede judicial acusada: i) dispuso que «la
custodia de la menor... será ejercida en forma exclusiva por su

progenitora»; ii) ratificó «como cuota mensual de alimentos a cargo


del padre, lo pactado en la diligencia celebrada el 14 de enero de 2019

en la Defensoría de Familia del ICBF»; iii) ordenó que «todo el grupo


familiar sea sometido a terapias de sicología, para aprender a manejar
las diferencias que existen entre los padres por los parámetros del

manejo de crianza de la hija»; y, iv) reguló «el régimen de visitas [a

favor] del padre», el cual quedó establecido de la siguiente

manera: «martes y jueves de 5:30 pm a 7:30 pm, fines de semana


cada 15 días desde el viernes a las 5:30 pm hasta el domingo o festivo
6:00 pm, y llamadas telefónicas (…) los días entre semana que no se

vieran», y en vacaciones «sólo por una semana en junio, una en

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diciembre y una en enero», precisando que «se mantendrá mientras


el padre cumpla con la obligación de pagar la cuota alimentaria, y
queda obligado a recoger y entregar a la menor en el domicilio de la
madre, y si no cumple con estas disposiciones se podrán limitar las

visitas, previa cita a la Comisaría de Familia».

3.2. El demandante, aquí interesado, informó al


Juzgado criticado que la madre de la menor no estaba
cumpliendo con el régimen de visitas en la forma prevista en
la sentencia y su complementación.

3.3. En auto del 29 de julio del año que avanza, el


Despacho resolvió lo siguiente:

«Frente al memorial presentado por el señor Ricardo Gutiérrez a


folios 205 y 206 del expediente, en el que pone de presente el
incumplimiento de parte de la progenitora de la hija menor Paula
Andrea, es preciso indicar que se ordenó en auto del 28 de junio
pasado, que se practicara un estudio social al domicilio de la menor,
cuyo resultado se observa a folios 208 a 209, donde a través de la
trabajadora social adscrita a este Despacho se procuró verificar la
ocurrencia o no de las afirmaciones del escrito referido.

Así mismo se requirió a la progenitora de la menor para que se


pronunciara frente a las afirmaciones del solicitante, y en respuesta
presentó escrito que aparece a folios 210 a 224 en el que hace una
referencia a los puntos mencionados como incumplimiento, aduciendo
que en período escolar se ha respetado las visitas de la niña los martes
y jueves, y que en período de vacaciones fue el padre quien escogió los
días en que se la llevaba.
Explica que ante la negativa del padre a retirar a la niña de la
EPS Medimás para pasarla a Colsanitas, como fue ordenado por el
ICBF, la madre tuvo que afiliarla a medicina prepagada en Axa

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Rad. n°. 68001-22-13-000-2019-00295-01

Colpatria y pedir allí las citas con sicología, pues la propuesta del
padre es muy costosa para ella, siendo así que tiene la primera cita el
12 de junio.

Con lo anterior, se considera que fueron suficientemente


explicadas las situaciones de controversia que han surgido entre los
padres luego de que fuera emitida la sentencia de este despacho».

Y enseguida precisó:

«Respecto de los escritos que aparecen a folios 227 y 228,


presentados por el demandan[te], es necesario precisarle que en efecto,
tal como se ordenó, se realizó el seguimiento al caso, y para ello se
realizó el día 3 de julio la visita social al domicilio de la menor, que se
encuentra anexo al expediente desde el 4 de julio pasado.

Y como allí se indica, se observó que la menor estaba ‘…en buen


estado, alegre y cantando con unos videos que reproduce en el
televisor…’, luego no existen por parte del Juzgado elementos de juicio
para considerar que haya que tomarse medidas de garantía de
derechos respecto de la menor, como allí se reclama.

Tampoco hay lugar a atender lo solicitado en el escrito que se


anexa a folio 229, en cuanto a aclarar el fallo disponiendo que se oficie
al rector de la institución educativa a que asiste la menor, indicando
que el padre tiene derecho y deber de participar en el proceso educativo
de la niña, y que no se le ha prohibido ver a la menor, por cuanto es
claro que el régimen de visitas y contacto del padre con la menor no
incluyó el derecho a visitarla en el horario escolar directamente en el
colegio, sino que, como se aclara en esta providencia, en períodos
escolares el padre podrá tener la visita ordinaria, cada quince días,
además de tenerla consigo los martes y jueves en el horario indicado
de 5:30 pm a 7:30 pm., solamente».

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Rad. n°. 68001-22-13-000-2019-00295-01

4. Bajo el anterior panorama, el fallo impugnado


habrá de revocarse, toda vez que el Juzgado Sexto de
Familia de Bucaramanga no ha atendido de fondo, ni en la
forma que corresponde, la solicitud que el interesado le
formuló en aras de hacer cumplir el régimen de visitas que
reguló respecto de su menor hija a través de providencia del
7 de mayo del año en curso, y que fue complementada el día
14 siguiente, dentro del proceso de custodia y cuidado
personal censurado, toda vez que, tal y como se ha dicho en
anteriores oportunidades, lo pertinente es dar apertura a un
incidente donde se escuche a las partes, y de ser necesario,
se decreten los medios de prueba necesarios que permitan
adoptar las medidas conducentes para su cumplimiento.

5. En efecto, la Sala en pretérita oportunidad, al


analizar un caso de similar situación fáctica al presente,
advirtió sobre la necesidad de que el juez de familia asuma
un rol protector y vigilante de los derechos fundamentales
de los niños, niñas y adolescentes, aun cuando en el
ordenamiento exista otro tipo de acciones y autoridades que,
en el plano legal y no en la praxis, pudieran intervenir en la
problemática objeto de análisis, dado precisamente el
carácter prevalente de tales prerrogativas y el principio de
corresponsabilidad que rige la materia1, el cual obliga al
Estado, particularmente, a tomar «acciones conducentes»

tendientes a garantizar el ejercicio de dichas prebendas por


parte de sus titulares; de ahí que, se concluyó, que el
funcionario judicial no podía ignorar o abstenerse de

1
Al que se debe agregar, por supuesto, el de “exigibilidad de los derechos”, el cual para el Estado se
traduce en “la responsabilidad inexcusable de actuar oportunamente para garantizar la realización,
protección y el restablecimiento de los derechos de los niños, las niñas y los adolescentes. ”

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Rad. n°. 68001-22-13-000-2019-00295-01

atender las peticiones que se le hicieran para hacer cumplir


el régimen de visitas que previamente impuso a través de
decisión judicial.

Esto dijo la Corte, en su momento:

«3. Ciertamente, la autoridad convocada al decidir en la forma


como lo hizo, en punto de las quejas del accionante y las medidas
coercitivas requeridas, se limitó a señalar que ‘el proceso, actualmente
se encuentra terminado y es susceptible en cualquier momento de
revisión y en caso de incumplimiento a través de los interesados,
deberán instaurar las denuncias y acciones penales pertinentes
(incumplimiento a resolución jurídica)’ (fl. 78 y 79, cdno. 1, Proceso
Rad. 2013-00535); lo que de contera evidencia la incursión en causal
de procedencia del resguardo, comoquiera que de ninguna manera
analizó las particulares del caso, la problemática suscitada respecto de
los padres de la infante, el largo trasegar de uno y otro ante las
instancias judiciales como administrativas, y, lo más importante, que
se trataba no simple y llanamente de la queja respecto de la lesión de
las prerrogativas alegadas por el señor Delgado Rey, sino del perjuicio
directo a los derechos de la infante a tener una familia y a la presencia
de la figura paterna en su vida y cotidianidad.

3.1. Ciertamente, frente a los derechos de los menores de edad,


se torna necesario recordar, que aquellos se encuentran reconocidos
por el artículo 44 del texto constitucional, como por tratados
internacionales que hacen parte del bloque de constitucionalidad,
disposiciones en donde consagran que éstos son sujetos de especial
protección y que por ende, sus prerrogativas deben ser objeto de
protección por la familia, la sociedad y el Estado, a fin de ‘garantizar
su desarrollo armónico e intelectual’.

Ha previsto el artículo 9° del Código de la Infancia y la


Adolescencia que ‘en todo acto, decisión o medida administrativa,

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judicial o de cualquier naturaleza que deba adoptarse en relación con


los niños, las niñas y los adolescentes, prevalecerán los derechos de
estos». Además, en razón del interés superior del menor, todas las
personas se encuentran obligadas a garantizar su «satisfacción integral
y simultánea’.

3.2. Luego entonces, atendiendo los referidos lineamentos, si


bien penalmente existen una serie de sanciones, tal y como lo expuso el
Juzgado aludido por el ejercicio arbitrario de la patria potestad, lo
cierto es que estas penalidades se deben tener como un mecanismo
alterno para hacer efectivos los derechos de los infantes, pues lo cierto
que a más del mandato citado en precedencia, la referida codificación
estipula una corresponsabilidad de todas las autoridades en la
garantía de las prerrogativas de los menores, de allí que era del caso
tomar las medidas pertinentes con el acompañamiento de todas las
entidades involucradas en la protección de aquéllos, para que de una
manera integral2 se cumpla o se modifique el régimen de visitas
establecido en pretérita oportunidad, siendo necesaria entonces, la
apertura de un incidente con el fin de verificar esa puntual temática»
(CSJ STC11867-2016, criterio reiterado en STC8212-2018).

6. Criterio que esta Corporación no solo reiteró, sino


que también reforzó y profundizó posteriormente, al
precisarse que:

«indudablemente, aunque puedan coexistir otras acciones de


índole sancionatorio3, que no en todos los casos llegan a coaccionar al
padre o madre incumplido, si en cuenta se tiene que, por un lado,
muchas veces las peculiaridades de la situación no se logran enmarcar
en los presupuestos para su adelanto, impulso o tramitación 4, y por

2
Entiéndase acompañamiento médico, psicológico, familiar directo no solo de la menor, sino de los
padres biológicos.
3
Demanda ejecutiva, denuncia penal (Ejercicio arbitrario de la custodia de hijo menor – Fraude a
resolución judicial) y querella administrativa (restablecimiento de derechos).
4
Por ejemplo, cuando la autoridad competente determina que la conducta denunciada no encuadra
en el tipo penal que se imputa.

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otro, estas mismas circunstancias en algunas ocasiones pueden tornar


inoperante la realización de las visitas 5, lo cierto es que, para la Corte,
acudir directamente al juez de familia que las reglamentó, resulta ser el
mecanismo más efectivo para hacer respetar o cumplir el régimen
impuesto, cuando, claro está, no se controvierte éste 6, en la medida
que, como se expuso, dicha autoridad tiene el deber constitucional y
legal de proteger, antes que el derecho del progenitor a tener contacto
con su hijo, la prerrogativa ius fundamental del menor a tener una
familia y no ser separado de ella, en prevalencia de su interés superior,
competencia que viene dada por la ley 7, la cual debe ser interpretada a
la luz de los tratados internacionales ratificados por Colombia en la
materia y los principios que la orientan.

En este sentido, la Sala se aparta del raciocinio expuesto por la


Corte Constitucional en la sentencia T-431 de 2016, donde de manera
puntual dicha Corporación estableció que ‘el mecanismo idóneo para
perseguir el cumplimiento del régimen de visitas (…) es el proceso
ejecutivo, el cual puede adelantarse ante el mismo juez para ser
tramitado dentro del mismo expediente del proceso verbal en los
términos del artículo 306 del Código General del Proceso’, en armonía
‘con los artículos 422, 426 y 433 del Código General del Proceso, que
en su orden regulan el título ejecutivo, la ejecución por obligación de
hacer y el procedimiento a seguir cuando la obligación a ejecutar es de
hacer’ (Subraya de la Sala), por cuanto que para esta Colegiatura tal
mecanismo no tiene la idoneidad y la eficacia para lograr dicho
cometido, pues, por un lado, si bien la institución de las visitas puede
ser equiparada a una obligación de hacer, esta, por las vicisitudes que
ya dijimos pueden presentarse, difícilmente podría el juez de familia
5
Piénsese en los casos donde se alegue como factores de desatención violencia intrafamiliar y abuso
o actos sexuales abusivos frente a los menores por parte del progenitor (padre o madre) que tiene
derecho a las visitas.
6
ya que, en caso contrario, lo que procede es su modificación o la definición de uno nuevo a
través de otro proceso.
7
Ya la Guardiana de la Carta Política se había referido al respecto, en los siguientes términos:
“Aclarado que no se trata de cuestionar la medida judicial sino su ejecución, la Sala comprende que
la cláusula general de competencia otorgada a las autoridades de familia para resolver los
conflictos relacionados con el ejercicio de los derechos derivados de la patria potestad, puede
cobijar aquellos que involucren la ejecución del régimen de visitas, permitiendo que los interesados
acudan a solicitar el cumplimiento del mismo a través de requerimientos u otras medidas de
protección” (C.C. T-115/14).

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Rad. n°. 68001-22-13-000-2019-00295-01

forzar su cumplimiento, pues, hasta en la hipótesis más simple, cual es


la del deudor que se niega a ello, no habría la más mínima posibilidad
de dar aplicación a lo previsto en el numeral 3º del artículo 433 del
citado Estatuto Procesal, alusiva a que ‘[c]uando no se cumpla la
obligación de hacer en el término fijado en el mandamiento ejecutivo y
no se hubiere pedido en subsidio el pago de perjuicios, el demandante
podrá solicitar, dentro de los cinco (5) días siguientes al vencimiento de
dicho término, que se autorice la ejecución del hecho por un tercero a
expensas del deudor; así se ordenará siempre que la obligación sea
susceptible de esa forma de ejecución. Con este fin el ejecutante
celebrará contrato que someterá a la aprobación del juez’, en razón a
que a más que al ejecutante no le interesa el pago de unos perjuicios
sino tener contacto con su hijo, la sola idea de autorizar a un tercero
resulta totalmente ilógica y descabellada, por lo perjudicial o
inconveniente que puede resultar para el infante involucrado.

Así las cosas, se reitera, el competente para hacer cumplir el


régimen de visitas impuesto a través de decisión judicial, es el
juez de familia que la profirió, quien previo trámite incidental
donde escuchara a las partes y decretará las pruebas que
estime necesarias, adoptará las medidas que sean conducentes
para su cumplimiento, según su sensato juicio 8» (resalto
intencional) (CSJ STC17234-2017, véase también STC8212-2018).

7. En este orden de ideas, resulta indudable que la


conducta desplegada por el Despacho judicial censurado
frente a la solicitud elevada por el aquí interesado para que
se haga cumplir el régimen de visitas impuesto en el marco
del proceso referenciado, no es razonable, y por ende, la
misma luce defectuosa, lo que justifica la intervención del

8
Esta postura además garantiza que no se judicialice aún más el enfrentamiento o disputa que pueda
existir entre los padres, sino que aboga por que se dé una solución a la problemática que se presente,
a través del funcionario que en pretérita oportunidad con su decisión garantizó las garantías
superiores que le asisten al menor objeto de las visitas.

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Juez de tutela en aras de restablecer la garantía superior al


debido proceso del peticionario.

8. Al margen de lo expuesto conviene recordar, dada


la particular situación que se analiza, que la institución de
las visitas tiene como objetivo primordial «el mayor acercamiento
posible entre padre e hijo, de modo que su relación no sea
desnaturalizada, y se eviten las decisiones que tiendan a cercenarlo...
requiere de modo principalísimo que no se desnaturalice la relación con
los padres... las visitas no deben ser perjudiciales para los menores, pero
tampoco deben desarrollarse de manera de lesionar la dignidad de

quien las pide»9; es por ello, que «cada uno de los padres tiene
derecho a mantener una relación estable y libre de condicionamientos
frente a sus hijos; y tiene, además la facultad de desarrollar su relación
afectiva como la considere pertinente, siempre y cuando no lesione los

intereses prevalentes del menor»10; de ahí que, su función es

buscar el desarrollo integral y armónico de los hijos y, por


ende, para efectos de lo anterior, quien tenga la custodia o
tenencia del menor, debe prestar mayor colaboración para
que exista ese acercamiento entre el otro progenitor y el hijo,
más no aprovecharse de su situación de privilegio, pues de lo
contrario, estaría vulnerando el derecho fundamental de su
descendiente a no ser apartado de quienes conforman su
familia, aspecto que deberá ser apreciado entonces por el
Despacho criticado al momento de adoptar las decisiones que
considere pertinentes para hacer cumplir el régimen de
visitas que reguló en la providencia demarcada con
antelación.

9
CSJ SC, 25 Oct. 1984, GJ CLXXVI. 
10
C.C. T-500/93. Ver en el mismo sentido, T-012/12.

15
Rad. n°. 68001-22-13-000-2019-00295-01

9. Ahora bien, en lo que tiene que ver con el reparo


del actor en cuanto a que es precario el régimen de las visitas
regulado en el fallo tantas veces mencionado, ha de indicarse
que en pasada oportunidad esta Sala tuvo la oportunidad de
revisar esa decisión, y al respecto concluyó que se encontraba
ajustada a la Constitución y a la ley11, motivo por el que dicha
temática se encuentra actualmente agotada.

10. De este modo, se revocará el fallo de tutela de


primera instancia, para en su lugar, otorgar el amparo
reclamado, a fin de que el estrado judicial convocado
proceda a iniciar trámite incidental que corresponde para
resolver la petición del demandante en torno al supuesto
incumplimiento del régimen de visitas impuesto dentro del
juicio declarativo cuestionado.

DECISIÓN

En mérito de lo expuesto, la Corte Suprema de


Justicia, en Sala de Casación Civil, administrando justicia
en nombre de la República y por autoridad de la Ley,
REVOCA la sentencia impugnada, y en su lugar, CONCEDE
el amparo incoado a través de la acción de tutela
referenciada. En consecuencia se dispone:
PRIMERO: ORDENAR al Juzgado Sexto de Familia de
Bucaramanga, que dentro de las cuarenta y ocho (48) horas
siguientes a la notificación del presente fallo, proceda a dar
trámite incidental a la solicitud formulada por el señor
Ricardo Gutiérrez Parra, a fin de poder adoptar las medidas

11
STC9392-2019.

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Rad. n°. 68001-22-13-000-2019-00295-01

u órdenes que sean conducentes para hacer cumplir el


régimen de visitas que reguló a través del fallo proferido el 7
de mayo de 2019, complementado el día 14 siguiente,
dentro el proceso de custodia y cuidado personal de la
menor Paula Andrea Gutiérrez Suárez que aquél promovió
contra Jhisell Lorena Suárez Vega.

SEGUNDO: COMUNÍQUESE telegráficamente lo aquí


resuelto a las partes y, en oportunidad, envíese el
expediente de la tutela a la Corte Constitucional para que
asuma lo de su cargo.

OCTAVIO AUGUSTO TEJEIRO DUQUE


Presidente de Sala

ÁLVARO FERNANDO GARCÍA RESTREPO

AROLDO WILSON QUIROZ MONSALVO

LUIS ALONSO RICO PUERTA

17
Rad. n°. 68001-22-13-000-2019-00295-01

ARIEL SALAZAR RAMÍREZ

LUIS ARMANDO TOLOSA VILLABONA

18

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