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 Edad Antigua (3.300 a.C. – 476 d.

C): desde la invención de la escritura hasta la caída del Imperio Romano de


Occidente (476). 
 Edad Media (476 – 1492): desde la caída del Imperio Romano de Occidente hasta el descubrimiento de
América (1492).
 Edad Moderna (1492 – 1789): desde el descubrimiento de América hasta la Revolución Francesa (1789).
 Edad Contemporánea (1789 – actualidad): desde la Revolución Francesa hasta la actualidad.

La forma de gobierno de la Edad Media era puramente mente teocrática, y era la


iglesia católica, motivada por la obra de San Agustín Civitate Dei (Ciudad de Dios),
quien se encarga de administrar los asuntos del Estado.

Entonces, ya superada la edad media se abre paso al siglo XVI, en donde el hombre
buscaba quedar finalmente emancipado de la autoridad religiosa. Sin embargo, esto
era muy complicado, pues frente a ese deseo del hombre de liberarse, el se
enfrentaba una institución que abarcaba grandes zonas de Europa, y tenia como
marco de regulación social a la fe y a la moral. Lo cual era único garante del perdón
y la salvación de Dios. En auqella época las personas era sumamente crédulas, de
esta manera quien este en contra de la iglesia, está, asimismo, en contra de Dios.

Es en este escenario en el que aparece Martín Lutero, un monje agustino, quien


pone en duda el papel de la iglesia medieval, a partir de unas posiciones teológicas
que tuvieron gran impacto en la religión y el rompimiento con la tradición
medieval.

Lutero se aventuró solo una vez a ir más allá de la fronteras del Sacro Imperio
Germánico y fue cuando hiso su peregrinaje a Roma de la que volvió con una gran
cantidad de anécdotas antipapales (Roper, 2017, p.16). Esto porque fue allí donde
el monje agustino se dio cuenta de los abusos de la iglesia frente a las indulgencias,
anatas (pagos que se hacían a la Curia romana) y el aumento de la burocracia papal.
En este contexto, el Papa León X le otorgó la posibilidad a Alberto de Brandeburgo
de vender una nueva indulgencia en su territorio, para la recolecta de fondos con
los que se iban completar la construcción de la Basílica de San Pedro. Fue allí, en el
año 1517, que el monje alemán publica las noventa y cinco tesis en las puertas de la
catedral de Wittenberg, en donde denuncia a los predicadores de indulgencias. Así,
por ejemplo, dice “¿Por qué el Papa, cuya fortuna es hoy más abundante que la de
los más opulentos ricos, no construye tan sólo una basílica de San Pedro de su
propio dinero, en lugar de hacerlo con el de los pobres creyentes?” (Lutero, Tesis
86).

En este contexto, la vida del monje corría peligro, ya que producto de sus tesis fue
acusando de hereje. Sin embargo, Lutero contaba con el protectorado del príncipe
Federico el Sabio de Sajonia, quien se oponía a que enjuiciaran a aquel de manera injusta.
No obstante, en el añ o 1521, Lutero es citado a comparecer a la  “dieta de Worms-dieta del
imperio” en donde se le obligo a retractarse de todos sus escritos. Este fue un momento
incó modo para Lutero, quien ante las acusaciones contesta: “no puedo ni quiero
retractarme de cosa alguna, pues ir contra la conciencia no es justo ni seguro. Dios
ayú dame. Amén.”

El aporte de Lutero en el pensamiento político va íntimamente ligado a sus reflexiones


teoló gicas en torno a la justificació n, la “sola fe”, la “sola gracia”, la salvació n como don de
Dios, lo cual va a desafiar la autoridad de la institució n eclesiá stica del siglo XVI. Cuando
Lutero tuvo un encuentro con la gracia de Dios, se dio cuenta que no necesitaba de un
poder impersonal que mediara como un agente de reconciliació n, pues el perdó n era don
de Dios, por lo tanto, no se adquiría por medio de indulgencias, sino que era través de la
“sola gratia” y “sola fide” que el hombre podía llegar a ser justificado. Estas confesiones y
escritos ponían en peligro el poder de un sistema político eclesial, toda vez que, para
Lutero, el papado representaba una tiranía de Roma, esto porque, tanto “el argumento de
que el poder papal no estaba limitado por ley alguna (…) no solo habían puesto en peligro
la misió n espiritual de la iglesia, sino también (…) la autoridad secular” (Wolin, 1960,
p.158).

En suma, la Reforma de 1517 es un hito en la historia política de occidente. Esta


revolució n parte de unos argumentos teoló gicos los cuales radican en reconocer que el
hombre como individuo puede tener una relació n directa con Dios, lo cual permite una
mayor legitimidad al poder terrenal. Lo anterior, toda vez que se genera una
diferenciació n de las esferas del gobierno espiritual y del gobierno civil (temporal), lo que 
provoca unas fisuras en la relació n iglesia-Estado y la destrucció n de la iglesia universal.
Aquí es importante resaltar el papel que cumplió la imprenta como medio de divulgació n
de los escritos de Martín Lutero, que denuncian el abuso del poder tirá nico y despó tico
del papado al pueblo europeo, dejando así, un movimiento reformador que pone a
convulsionar la autoridad de la iglesia cató lica en el siglo XVI. De esta forma, ademá s de
las evidentes repercusiones teoló gicas, representó , asimismo, una completa revolució n
política.

https://semperreformandaperu.org/2017/05/08/la-reforma-protestante-y-
latinoamerica-por-daniel-caballero/

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