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Tarea 3 Cartilla digital

Elaborado por:
Yaqueline Andrea Salazar tapias
Ruth sarita ortega pinta, códigop: 1006851015

Grupo: 283

Tutor
Jairo Nicolas Lozano

Universidad Nacional Abierta y a distancia


Psicología
ecsah
22 de marzo del 2021
PSICOLOGIA AMBIENTAL

RESUMEN

El presente trabajo pretende describir los elementos fundamentales para la comprensión de la

Psicología Ambiental como disciplina dentro de las ciencias del comportamiento. Se

presentan las generalidades metodológicas, los enfoques teóricos más representativos y las

posibilidades que en el campo de la investigación y la acción social, tiene esta disciplina

psicológica, aún desconocida, a pesar de su gran desarrollo, fundamentalmente en los

países anglosajones, desde los años setentas.

Palabras clave: Psicología ambiental.

La experiencia humana es, en gran parte, tributaria del lugar en donde ocurre las sensaciones, los

recuerdos y los sentimientos de nuestro pasado y presente, están ligados a las experiencias

que hemos tenido, y estas están ligadas a los lugares alrededor de los cuales se desarrolla

nuestra existencia.
La Psicología Ambiental se basa en el estudio de la relación del individuo con el medio ambiente

dentro del cual evoluciona. El medio ambiente no es un espacio neutro y excepto de

valores, él es culturalmente marcado. El medio ambiente vehicula significaciones que son

parte integrante del funcionamiento cognitivo y comportamental del individuo. La relación

a un espacio dado es, más allá del presente; tributaria de su pasado y del futuro: el contexto

ambiental, objeto de percepciones, de actitudes y de comportamientos desplegados en su

seno, toma toda su significación en referencia a la dimensión temporal.

La hace referencia no solamente al espacio, sino a la historia del lugar, la cual está ligada a la

historia de los individuos. La Psicología Ambiental se interesa tanto al contexto como a la

manera en la cual el lugar de vida es apropiado por aquellos que lo habitan. El medio

ambiente no es únicamente un espacio neutro, tiene una verdadera función ya que él es

parte integrante del comportamiento humano. El marco de vida en el cual los individuos

viven y se desarrollan, procura de la identidad al individuo y lo sitúa tanto en el ámbito

social, como económico y cultural. El medio ambiente nos informa sobre los individuos,

sobre sus valores e intereses. Esta noción comprende tanto el medio ambiente natural

(ecosistemas, recursos naturales, fenómenos naturales), como el medio ambiente construido

o acondicionado (hábitat).

En Psicología Ambiental, las nociones de espacio y de lugar son muy importantes, incluso

centrales, porque ellas permiten reconocer el nivel de control de los individuos sobre el
medio. Existen cuatro niveles de interacción del individuo con su medio, teniendo fuertes

implicaciones en la investigación medio ambiental (Moser & Uzzell, 2003):

Nivel 1. Micro-Ambiente. Espacio privado o individual

Se trata de los lugares de los cuales tenemos el control total, importantes para el bienestar

individual. Es el lugar de permanencia, de estabilidad (sentimiento de seguridad), en donde

se desarrolla la vida privada. Se trata del espacio personalizado, delimitado por barreras

físicas o simbólicas, pero, sobre todo, protegido de la intrusión del otro. Si se trata de un

lugar permanente que produce apegos, hablamos de territorios primarios, pero si se trata de

un lugar transitorio, hablamos de territorios secundarios.

Nivel 2. Ambiente de proximidad. Espacio semi-público o semi-privado

Es el espacio de proximidad, el espacio es compartido lo mismo que el control. El apego afectivo

puede ser fuerte o no según si el espacio es hostil o no; de ser esto último, se producen

inversiones afectivas si hay correspondencias, intereses, no solamente sobre el carácter

físico (bello, confortable), sino social igualmente (existencia de lazos sociales).

Nivel 3: Macro-Ambiente. Espacio público

El control es mediatizado y sobre todo es delegado. Se trata de un agregado de individuos en un

espacio común. La ciudad se convierte en el espacio de la variedad, de la diversidad de

elecciones, de facilidad de encuentros. A partir de la edad media, la ciudad estaba

concebida como un lugar asegurador, un lugar de oportunidades. Desde la industrialización


y la extensión de las ciudades, estas se convirtieron en lugares de anonimato. En

consecuencia, las desviaciones son toleradas y surge entonces un sentimiento de

vulnerabilidad, de inseguridad a causa de la delincuencia, de la polución y de la

aglomeración.

Nivel 5: Ambiente global. Dimensión planetaria

El control está fuera de las posibilidades individuales. Podemos observar la emergencia de

comportamientos llamados ecológicos. Aparición de la noción de bien común.

Una cuestión importante es la que se refiere a la relación entre investigación y praxis social.

Saegert (1987) propone tres prototipos de enfoques de la relación entre acumulación

de conocimiento y cambio social:

– Un modelo tecnológico, que se interesa a la colecta de información y está dirigida a la toma de

decisiones.

– Un modelo interpretativo que pone el acento en los procesos sociales producidos por la

investigación misma.

– Un modelo transformativo, síntesis de los dos modelos precedentes, que busca conocer para

cambiar.

En estos tres tipos de enfoques, la autora se interesa más en el rol del investigador que en las

posibilidades de la producción de conocimiento científico. No obstante, en general, el


desarrollo de la está estrechamente ligado a las necesidades sociales, ella es inductiva y se

basa, casi exclusivamente, en estudios de terreno.

Por su parte, Stokols (1990) expone tres perspectivas que, según él, definen las diferentes

estrategias de la explicación-intervención frente a los problemas de la relación individuo-

medio ambiente:

– Una perspectiva minimalista que ignora o minimiza las consecuencias de la relación individuo-

medio físico.

– Una perspectiva instrumentalista que pone el acento en el medio ambiente físico, entendiendo

este como fuente de éxito económico, y

– Una perspectiva espiritualista que considera el medio ambiente como un fin en sí mismo, es

decir, como oportunidades simbólicas y afectivas.

Enfoques teóricos de la Psicología Ambiental

La Psicología Ambiental se ha desarrollado alrededor de tres perspectivas teóricas:

Perspectiva Determinista

Se interesa al impacto directo del medio sobre las percepciones, las actitudes y los

comportamientos de los individuos. Los trabajos en esta perspectiva se desarrollan


alrededor de los siguientes temas: nivel de estimulación, la sobrecarga ambiental y nivel de

adaptación (Wohlwill). [sociallocker]

Perspectiva Interaccionista

Sugiere que el individuo se sitúa en su medio según sus necesidades, expectativas y competencias

personales, en interacción con los limites (físicos y sociales), intentando de esta manera

alcanzar sus objetivos, manipulado el medio y estando manipulado por él. Los trabajos en

esta perspectiva se desarrollan alrededor de los siguientes temas: estrés y control, estrés y

adaptación, elasticidad comportamental (Moser), mapas mentales (Lynch) y evaluación

ambiental.

Perspectiva Transaccionista o también llamada Sistémica

Expone que ni el individuo, ni el medio se caracterizan separadamente, es decir, el medio existe en

la medida que el individuo lo percibe. Los trabajos en esta perspectiva se desarrollan

alrededor de los siguientes temas: los sitios comportamentales, (Barker), “Affordance”

(Gibson) y la teoría de lugar (Canter; Proshansky).

Representaciones, prácticas e identidad socio-espacial en medio urbano

En el contexto de profundas mutaciones tanto en el plano del acondicionamiento urbano como el

de las modalidades de inserción social, ¿Cómo se desarrollan las prácticas urbanas, la

construcción de territorios y de identidades?


El estudio de las representaciones socio-espaciales ofrece una luz original, favoreciendo una

comprensión de las relaciones entre el individuo, el grupo social y el medio urbano. En esta

perspectiva las prácticas urbanas son consideradas como indicadores de la relación entre el

individuo y la ciudad.

Las problemáticas son así fundadas sobre: 1) La construcción individual y social de significados

del espacio urbano y de su desglose en unidades coherentes; 2) La identificación de grupos

sociales asociados; y 3) La dinámica de construcción identitaria a partir de estrategias de

diferenciación social, a través de inversiones ambientales específicas. Nos interesamos a la

importancia relativa a la morfología urbana, a la disposición societal, y al acceso a la

urbanidad en la dinámica de procesos intra e interindividuales de construcción de relaciones

a las diferentes escalas del medio ambiente urbano.

Las representaciones sociales ocupan una posición central entre contextos ideológicos y sociales,

por una parte, y las prácticas cotidianas por otra parte. Punto de articulación entre lo

psicológico y lo social, las representaciones sociales dan cuenta de la manera como el

sujeto interpreta la realidad a la cual está confrontado (Moscovici, 1961; Jodelet, 1989;

Abric, 1994). La condición de producción de una representación social depende al mismo

tiempo de la ideología, de los valores societales y de las practicas desarrolladas con

relación al objeto.
Comportamientos ecológicos

El conflicto entre representación y práctica impuesta, así como los hábitos comportamentales,

permiten descontar a largo plazo la instalación de comportamientos deseables. En la

perspectiva de responsabilidad individual, es importante identificar los medios apropiados

concernientes a la sensibilización sobre la problemática ambiental y la transmisión de

valores pro-ambientales en el seno de pequeños grupos y comunidades, así como el llamado

al sentido moral y a los principios éticos. Todo esto con el fin de suscitar y mantener los

comportamientos que preserven los bienes comunes (Gardner & Stern, 1996).

Este enfoque está centrado en lo constatado recientemente acerca de la necesidad de una mejor

toma en cuenta de factores humanos en la gestión de riesgos ecológicos y de situaciones

extremas. Este enfoque busca comprender las determinantes individuales y societales de las

percepciones, juicios, evaluaciones y representaciones de riesgos ambientales físicos y

sociales.

Este tipo de investigación se basa en las modalidades de la interrelación entre las representaciones

y las prácticas sociales y espaciales, con las complejas estructuras ambientales dentro de las

cuales ellas se desarrollan (la ciudad, el barrio o el ambiente de algún lugar específico).

Ellas deben buscar describir e identificar las formas de vida y comportamientos (vida

social, uso del hábitat, apropiación, civilidad, inseguridad) en función de la percepción,

evaluación y la representación de los espacios concernidos, y determinar igualmente la

incidencia de las características urbanas y/o ambientales sobre el comportamiento.


Finalmente, podemos decir que las posibilidades de aplicación de los resultados de la investigación

en Psicología Ambiental son muy importantes. Ellas son, ante todo, susceptibles de guiar

las políticas públicas y particularmente los programas de desarrollo en las siguientes áreas:

– Procesos de acondicionamiento del medio construido

– Proceso de acondicionamiento de espacios naturales, parques y jardines

– Preservación del medio ambiente (comportamientos ecológicos)

– Elaboración de programas de formación y de útiles pedagógicos destinados a la educación

ambiental

– Prevención de conductas de riesgo

– Atención en situación de desastre ambiental

– Condiciones de riesgo ambiental: estrés ambiental, ruido, contaminación, aglomeración


ECOLOGIA HUMANA Y ECOLOGIA AMBIENTAL

Es muy importante tener claros los contenidos de una verdadera ecología ambiental y de una

certera ecología humana, pues de su compenetración y sinergismo saldrán las pautas para

dejar de depredar el planeta y, principalmente, para interactuar con él en beneficio mutuo y

de las generaciones futuras.

En la formulación de las anteriores premisas se pueden detectar algunas inconsistencias de orden

lógico y antropológico que es conveniente no perder de vista. Un primer comentario que se

puede hacer a estas posturas, presentadas como verdaderos axiomas, es que al captar el

valor del bienestar y el progreso de la vida humana y no humana en un mismo plano, y al

separar la utilidad del mundo no humano de los propósitos del hombre, se hace violencia a

la realidad y a la experiencia.

Es cierto que es necesario incidir en las estructuras económicas, tecnológicas e ideológicas, pero en

un sentido diverso al planteado por la ecología profunda: las nuevas políticas nacionales e

internacionales han de ir paralelas a la verdad encerrada tanto en el hombre como en el

mundo no humano; es decir, lejos de soportarse en planteamientos relativistas y que

ignoren la ley natural deben estar sustentadas en la ecología humana.

Por lo anterior, se puede afirmar que tales interferencias hombre-naturaleza dependen no tanto de

la densidad humana como del nivel cultural alcanzado, y es aquí donde se deben buscar las

soluciones a los problemas generados y las precauciones para evitar que sigan ocurriendo,

con efectos deletéreos para ambas partes. Otra característica que hace distintas a la ecología

general de la ecología humana es su proyección divergente: la primera mira más al origen

de las especies y a las consecuencias derivadas de él, mientras que la segunda está más
orientada al futuro del hombre, a su porvenir. En la ecología general se estudian las

relaciones entre los ecosistemas vivientes, mientras que la ecología humana tiene también

la perspectiva de las relaciones interpersonales y culturales. Si con el descuido de la

primera ecología se producen crisis ambientales, con la negligencia en la ecología humana

se llega a trances mucho más graves: crisis humanas y desastres culturales, Como los que

estamos viviendo

EL medio social como estructura psicológica

Una conducta se considera socialmente competente y adecuada dependiendo del contexto social en

el que se inscribe. Esto significa que para poder analizar conductas hemos de conocer el

contexto sociocultural específico en el que la conducta a estudiar se inserta. Por ejemplo, la

puntualidad es algo ineludible si se desea obtener un trabajo en algunos países, pero, sin

embargo, esa exigencia no existe –u ocupa un lugar secundario– en otros. Dos elementos

clave del contexto sociocultural que nos pueden abrir paso hacia su estudio podrían ser los

siguientes:

 1. La especificidad cultural: “El énfasis en las normas sociales va más allá de los

determinantes situacionales hasta llegar a los determinantes culturales de las conductas

sociales. Los estudiosos de las habilidades sociales, particularmente en Europa, han

reconocido la naturaleza específicamente cultural de su trabajo y, por tanto, la no

aplicabilidad de ciertos criterios y técnicas a otras culturas” (Furnham, 1985). No obstante,

aún existen muy pocos estudios transculturales sobre el déficit en las habilidades sociales

que nos permitan establecer paralelismos y divergencias sólidos entre diferentes culturas.

Los que hay (Rims, 1976; Spinks y Moerdik, 1980; Hall y Beil-Warner, 1978 o Magnusson
y Statin, 1978) permiten sostener la idea de que las habilidades sociales son específicas

culturalmente hablando.

 2. Rol sexual y habilidad social: Si la conducta socialmente hábil de un individuo está en relación

con el contexto social de la interacción personal, es lógico suponer que existen normas

sociales específicas que regulan lo que podríamos considerar conducta social apropiada en

diferentes situaciones. Los valores sociales sugieren conductas diferentes para distintas

edades, sexos o profesiones, así como para subculturas distintas. En el pasado, cuando los

roles de interacción prescritos para los individuos no eran ambiguos, todos sabían muy bien

qué clase de conductas se esperaba de ellos en ciertos momentos. Pero eso se ha perdido en

la compleja y cambiante sociedad de nuestros días en la que, frecuentemente, tanto los

hombres como las mujeres desconocen cuáles son los comportamientos adecuados a su rol

en determinadas situaciones. (Broverman et al., 1979; Solomon y Rothblum, 1985; Trower,

1982).

PSICOLOGIA AMBIENTAL

Aunque la Psicología Ambiental se suele definir por el estudio de la interrelación entre las

personas y los entornos socio físicos, la interrogación que da título a este texto ilustra una

frecuente fuente de tensión en cualquier ámbito, cuyo objeto de estudio se halle en la

interacción de varios elementos (personas, entorno...). Parafraseando el título de un

apartado sobre los fundamentos históricos de la Psicología Ambiental en Brasil, esta

tensión remite al asunto de su identidad y sus incertidumbres. Su autor, José de Queiroz

Pinheiro, se preguntaba entonces: ¿De que “área” estamos tratando aquí?, ¿Psicología (o

Psicología

Social) aplicada a problemas a mbientales? ¿Psicología Socioambiental? ¿Ecología


humana? ¿Ecología social? ¿O Psicología Ambiental? (Pinheiro, 2001, p. 14).

Este tipo de preguntas suelen conducir a descripciones del devenir de las “áreas”, ámbitos,

disciplinas o como se prefieran etiquetar sus objetos y miradas de análisis. Sin ánimo de

verter aquí una historiografía de la Psicología Ambiental, ni tan sólo de sus principales

hitos, proponemos mostrar algunas de sus preguntas, dudas e incertidumbres —visitando

sus

principales perspectivas, indicaciones y agendas de futuro—, en torno a su naturaleza

interdisciplinar. Nuestro objetivo es revelar algunos elementos con que se teje la tensión

entre, la acotación como disciplina y la reivindicación de la interdisciplinariedad, en el

devenir de la Psicología Ambiental.

Para afrontar dicho objetivo se revisan algunas reflexiones vertidas en torno a lo qué es y

hacia dónde va la disciplina. Muchas de estas aportaciones provienen de autores que son

considerados referentes en sus áreas geográficas de influencia, a partir de encuentros,

conferencias, congresos y jornadas o “encargos” en forma de artículos, capítulos de

handbooks o números monográficos de revisión y/o de fundamentación conceptual.

Para ello empezamos con una breve acotación del estudio de la interacción

persona-entorno, con la relación entre disciplinas que la define (primer apartado) y la

presentación de algunos hitos de la historia de la Psicología Ambiental (segundo apartado),

con el fin de mostrar algunos de sus ejes de tensión, los cuales se concretan algo más al

revisar sus agendas de

preguntas y líneas de desarrollo e investigación futuras (tercer apartado) y las

aproximaciones epistemológicas y los métodos con que se plantean (cuarto apartado), para

terminar con un reflexión final (quinto apartado), antes de las conclusiones.


Referencias

- Carrascal, O. E. N. Psicología ambiental: visión crítica de una disciplina desconocida Psicología

Ambiental.

- Gamboa-Bernal, Gilberto A. (2011). Ecología humana y ecología ambiental: binomio clave.

Persona y Bioética, 15(1),5-9. 

- Pérez-Fernández, F. (2004). El medio social como estructura psicológica. Reflexiones a partir

del modelo ecológicodeBronfenbrenner. eduPsykhé.  Vol. 3, No. 2, (pp. 161-177)

- Vidal, T. (2015). Psicología Ambiental ¿Disciplina de la Psicología u objeto interdisciplinario?

(Spanish). On the W@terfront, Vol. 34(3). (pp. 5-26).

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