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Querido hijo estamos en huelga.

Felipe disfruta de una rica pizza, su padre muy feliz le preguntó si fue a jugar
futbol, Felipe responde que sí con el bocado a medio masticar, él notó a su
padre muy extraño, sabía que algo pasaba, no era nada bueno, asombrado
de su padre que pasaba mucho tiempo jugando en la consola y no le prestaba
atención.
Felipe se sentía solo, pensaba que sus padres eran extraterrestres, decide
continuar leyendo el libro y dejar de escuchar los gritos de su padre. Cree que
su madre se comportaría mejor, coloca a su madre al tanto de lo que pasaba
con su padre, pero su madre no le prestó atención, se echó a reír como si
Felipe no le preocupara.
Felipe estaba realmente asustado, pasadas las nueve y veinte que era
habitual cenar y fue en busca de sus padres, valla sorpresa, los encontró muy
junticos y abrazados como una pareja de novios, ya habían cenado mientras
que él estaba pasado de hambre, así que decide hablarle a su madre, pero
ella lo ignora, decide esperar …
Al final le pregunta por su cena contando sus dedos, dándole a entender que
todo funcionaba correctamente y se podía preparar su cena, mientras ellos
continuaban viendo tele Felipe fue a la cocina y preparó un bocata y exageró
con el chocolate pues no tenía vigilancia de sus padres. Preocupado y metido
en su cama solo volaban malos presagios por su cabeza.

Michelle Buriticá Bonilla.

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