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Rol: 1726-2019. Tribunal: Corte de Apelaciones de Valparaíso(CVAL).

Partes: De Mayo con


Palacios y otros. Fecha: 05/11/2019. Cita Online: CL/JUR/6315/2019

Texto Completo:
Valparaíso, cinco de noviembre de dos mil diecinueve.
VISTO:
Se reproduce la sentencia en alzada, excepto el párrafo final del considerando trigésimo
segundo, que se elimina.
Y TENIENDO ADEMÁS PRESENTE:
PRIMERO: Que, en causa Rol de Ingreso Civil N° 1.726 2019 se han alzado en contra de la
sentencia definitiva librada el día 23 de junio de 2019, por el Juez del Tercer Juzgado de Letras de
Viña del Mar, don Esteban Andrés Gómez Barahona, en proceso Rol C 5294 2017, que, en cuanto
al fondo, acogió la demanda civil de indemnización de perjuicios dirigida en sede contractual por
doña María Isabel De Mayo Quilodrán, en contra de doña María Cecilia Palacios Trujillo y de la
sociedad Servisalud S.A., nombre de fantasía Clínica Los Carrera, y también la demanda de la
misma especie fundada en las normas de responsabilidad civil extracontractual incoada por don
Jorge Luis Villarroel Herrera, doña Victalina del Carmen Quilodrán Alguilar y doña Rocío Pascal
Villarroel De Mayo, cónyuge, madre e hija de aquella actora, respectivamente, en contra de doña
María Cecilia Palacios Trujillo , con costas:
1° El abogado don Miguel Olivares López, por los demandantes María Isabel De Mayo
Quilodrán, Jorge Luis Villarroel Herrera, Victalina del Carmen Quilodrán Alguilar y Rocío Pascal
Villarroel De Mayo, quien limita su arbitrio de apelación sólo respecto del monto de la
indemnización del daño moral establecido a favor de dichos actores, que asciende a las siguientes
cantidades dinerarias: 1.1. Doce millones de pesos ($12.000.000.), a pagar por la demandada
María Cecilia Palacios Trujillo a la demandante María Isabel de Mayo Quilodrán; 1.2. Doce millones
de pesos ($12.000.000.), a pagar por la demandada Servisalud S.A. a la misma actora 1.3. Cinco
millones de pesos ($5.000.0000.), a pagar por la demandada María Cecilia Palacios Trujillo al
demandante Jorge Villarroel Herrera 1.4. Un millón quinientos mil pesos ($1.500.000) a pagar por
la misma demandada a la demandante Victalina del Carmen Quilodrán Alguilar y 1.5. Dos millones
quinientos mil pesos ($2.500.000) a pagar por la misma demandada a la demandante Rocío Pascal
Villarroel De Mayo; todo ello aumentado con los reajustes e intereses según lo razonado en el
considerando cuadragésimo primero de la sentencia impugnada.
Aduce dicha apelante, en lo medular, que al fijar el quantum indemnizatorio del daño moral en
cantidades tan mínimas el sentenciador de primer grado se habría apartado de los criterios
doctrinarios y jurisprudenciales imperantes y, sobre todo, de la regla que señala que la apreciación
del perjuicio moral debe efectuarse en concreto; en la especie, que debió tenerse en cuenta que la
demandante María Isabel De Mayo Quilodrán es estilista, su marido trabajador dependiente, su
madre dueña de casa y su hija estudiante, es decir, todos ellos son personas que viven de sus
propios sueldos, mientras que la doctora Palacios Trujillo y Servisalud son propietarias de
cuantiosos bienes; que también debió considerarse que la indemnización el daño en referencia
tiene carácter punitivo y que la culpa con que actuaron ambas demandadas es gravísima, por lo
que pide que el tribunal ad quem "(...) revoque la sentencia en sus partes considerativa y resolutiva
apeladas y resuelva concretamente: Que la suma a la que debe ser condenada la demandada para
indemnizar los perjuicios morales, debe alzarse a las sumas pedidas en la demanda"; es decir,
$250.000.000., para la demandante de lo principal, $50.000.000., para el marido de la misma;
$25.000.0000., para su madre y $50.000.000 para la hija, o, en subsidio, "(...) la suma que el
Tribunal estime, superior en todo caso, a las sumas fijadas por el Tribunal que dictó la sentencia
apelada de segunda instancia."2° El abogado don Alfredo Silva Villarroel, en representación de
doña María Cecilia Palacios Trujillo, quien pide a este tribunal de alzada que acoja el arbitrio de
apelación, revoque la sentencia apelada y rechace las demandas indemnizatorias; ello, en lo
sustancial, toda vez que sobre la base de haber estimado el juzgador que dicha demandada, en su
calidad de médico tratante y cirujano principal del equipo que realizó las operaciones, incumplió el
deber de información regulado en el artículo 10 de la Ley N° 20.584 (motivación vigésimo cuarta),
además, el de contar con la certificación de especialidad médica de cirugía plástica y reconstructiva
(consideración vigésimo sexta) y de no observar la lex artis en la intervención practicada a la
paciente doña María Isabel De Mayo Quilodrán, fue condenada a pagar a ésta, en sede
contractual, siete millones noventa y siete mil once pesos ($7.097.711) por concepto de daño
emergente; seis millones ciento cincuenta y siete mil setecientos noventa y un pesos ($6.157.791)
a título de lucro cesante; y doce millones de pesos ($12.000.000.) por daño extrapatrimonial;
asimismo, en sede extracontractual doña María Cecilia Palacios Trujillo fue condenada a pagar a
título de daño moral a los actores, Jorge Luis Villarroel Herrera la cantidad de cinco millones de
pesos ($5.000.0000), Victalina del Carmen Quilodrán Alguilar un millón quinientos mil pesos
($1.500.000.) y Rocío Pascal Villarroel De Mayo dos millones quinientos mil pesos ($2.500.000.),
en circunstancias que la dicha profesional cumplió cabalmente con los débitos causados por el
contrato de prestación de servicios médicos que la vinculaba a la señora De Mayo Quilodrán,
especialmente con lo preceptuado en los artículos 10 y 14 de la Ley N° 20.584 y en el Decreto 31
del Ministerio de Salud, de 26 de noviembre de 2012, lo que acreditó mediante los formularios de
consentimiento informado debidamente suscritos por la paciente, y en la Ficha Clínica por el
codemandado, no objetados en la causa, sin perjuicio que tal deber de información se cumplió
también de manera verbal en los controles efectuados a misma. Agrega que el tribunal a quo
determinó que la doctora María Cecilia Palacios efectuó a la señora Demayo Quilodrán una cirugía
reparadora o reconstructiva y, por consiguiente que debió contar con la especialidad de cirujana
plástica y reparadora a diferencia de estética y de embellecimiento fundando la carencia de dicha
especialidad en una norma jurídica reglamentaria, a saber, en el Decreto N° 8, de 01 de julio de
2013, del Ministerio de Salud, la que, por lo demás, no fue invocada por la demandante en la litis
(considerando vigésimo primero), está orientada a regular las entidades públicas o privadas
certificadoras de especialidades y subespecialidades de la salud y no se encontraba vigente al
momento de las prestaciones materia del proceso; es decir, al mes de enero de 2014, pues su
artículo 14 dispone que rige a contar del 1 de enero de 2015, por lo no era aplicable a la doctora
Palacios. Argumenta que, sin perjuicio de ello, la especialidad puede acreditarse por otros medios,
como por la existencia de convenio con FONASA para otorgar las prestaciones de que se trate,
como es el que la doctora Palacios tiene desde el 1 de junio de 2000, como lo atesta la certificación
de 29 de mayo de 2019, en el que se contienen las prestaciones médicas que se cuestionan.
Afirma que la cirugía de la especie mastopexia reconstructiva y pexia de muslos es reparadora o
reconstructiva, y constituye para el médico una obligación de medios y no de resultados, como lo
sería una estética o de embellecimiento; que la médico demandada es idónea para su realización y
que se cumplió cabalmente la lex artis; que a este respecto el tribunal debió restar valor a las
declaraciones y al documento emitidos por el médico Hernán Lechuga Farías, quien no tiene la
calidad de cirujano plástico, sino de cirujano infantil, y ponderar y dar prevalencia probatoria al
informe y declaraciones de un testigo mejor calificado, como lo es el doctor Claudio Mac Lean,
cirujano especialista en cirugía plástica y reconstructiva, cirugía general y medicina de urgencia,
probanzas que se pretirieron. En cuanto los perjuicios, afirma que no habiéndose configurado
responsabilidad por parte de la demandada doctora Palacios, no pueden devenir daños
indemnizables, reprochando la forma de cuantificación judicial del lucro cesante efectuada sobre la
base de un tiempo anterior a la intervención y que no pudo establecerse que los ingresos de la
demandante bajaron en la forma que se tuvo por establecida. En fin, y en lo pertinente a la acción
indemnizatoria incoada por el cónyuge, madre e hija de la paciente en el primer otrosí del libelo de
demanda, insiste en la inexistencia de un hecho ilícito que dé lugar a responsabilidad por parte de
la demandada doctora María Cecilia Palacios Trujillo; que tal demanda carece de fundamentos,
sobre todo, en cuanto los demandantes invocan la condición de víctimas por rebote, el que hacen
consistir en el supuesto padecimiento de la víctima directa, es decir, en el daño sufrido por la
paciente. En virtud de lo señalado, en la parte petitoria del escrito de apelación esta parte solicita
que el tribunal de alzada revoque la sentencia apelada y rechace las demandas y, para el caso que
las confirme, rebaje el monto fijado a título de lucro cesante y también, en forma prudencial, el
daño moral fijado tanto respecto de la demanda interpuesta en lo principal como en el primer otrosí,
y no se condene en costas a su parte por haber tenido motivo plausible para litigar.
3° La abogado doña Susana Maturana Tolosa, en representación de la demandada Servisalud
S.A., nombre de fantasía Clínica Los Carreras, quien solicita la revocación de la sentencia apelada,
en cuanto condenó a esta parte a pagar a la actora Isabel De Mayo la cantidad de siete millones
noventa y siete mil setecientos once pesos ($7.097.711) por concepto de daño emergente; seis
millones ciento cincuenta y siete mil setecientos noventa y un pesos ($6.157.791) por lucro
cesante; y doce millones de pesos ($12.000.000) a título de daño extrapatrimonial, más reajustes e
intereses y, en consecuencia el rechazo de la demanda deducida en contra de esta demandada,
con costas. Argumenta que en el considerando decimoctavo la sentencia explicita que entre la
actora y Servisalud S.A. se estipularon como prestaciones los servicios hospitalarios, como un día
de cama, derecho a pabellón, diversos medicamentos e insumos y servicios de recuperación; todo
ello, en la estadía de la demandante en sus dependencias para la intervención quirúrgica realizada
el 06 de enero de 2014; y para la intervención realizada el 10 de marzo del mismo año se
establecieron como prestaciones un día de cama, servicio de hispatología, derecho a pabellón,
diversos medicamentos e insumos y servicio de recuperación, todos los cuales fueron satisfechos,
según se acreditó en el proceso, por lo que no ha habido incumplimiento contractual de parte de
esta demandada y, por ende, ninguna obligación de indemnizatoria ha surgido en su contra.
Reprocha el razonamiento judicial expresado en la motivación vigésima novena del fallo apelado,
en cuanto le atribuyó a Servisalud S.A., falta de diligencia y culpa infraccional por no revisar, de
manera continua, los antecedentes profesionales del personal que practica o practicó cirugías en
sus dependencias, sin importar si fueren o no dependientes suyos y su experiencia para ser
acreditados; ello, no obstante que esta demandada sí cumplió cabalmente con la normativa legal y
reglamentaria sanitaria correspondiente al año 2014 y con todas las obligaciones contractuales
asumidas respecto de la paciente demandante, según lo atesta la ficha clínica de la paciente.
Afirma la inaplicabilidad a la especie de las normas del Decreto N° 8/2013, del Ministerio de Salud,
sustentándose en análogas argumentaciones que las vertidas al respecto por la demandada María
Cecilia Palacios Trujillo, señalando que esta profesional ostenta el título de médico cirujano con
especialidad en cirugía y una vasta experiencia en el área. Replica asimismo la fundamentación
hecha valer por la demandada señora Palacios Trujillo respecto del deber de información que a
ésta le asistió de acuerdo a las prescripciones de la Ley N° 20.584, y cuyo incumplimiento le
atribuye la sentencia, con incidencia para Servisalud S.A., el que niega, como también el
incumplimiento de la lex artis, aduciendo al respecto que en el considerando vigésimo se da por
establecido que la cirugía practicada a la actora señora De Mayo Quilodrán es de naturaleza
reparadora reconstructiva, en la cual el médico asume una obligación de medios, que trasunta dar
una hipótesis diagnóstica y tratamientos compatibles con la sintomatología o requerimiento de
salud del paciente, lo que se realizó a través de la cirugía programada para el día 06 de enero de
2014, con observancia a la lex artis; que la segunda operación no es producto de la de dicho 06 de
enero de 2014, sino que se practicó a voluntad de la paciente, quien quiso corregir la posición de
sus mamas, aun después de habérsele explicado las posibles consecuencias y complicaciones de
esta segunda operación, las que figuran descritas en la literatura médica y fueron consignadas en
el informe elaborado por el médico señor Mac Lean. Finalmente, esta apelante recrimina la
extensión de los perjuicios que la sentencia la obliga a indemnizar, señalando respecto del rubro
daño emergente, cuya reparación se cuantificó en $14.195.442, con inclusión del pago que hizo la
demandante por la cirugía de 10 de marzo de 2014, en circunstancias que esta intervención no es
consecuencia de la de 06 de enero del mismo año, la que, por lo demás, fue completamente
exitosa, obedeciendo las complicaciones al propio estado patológico de la paciente. En lo tocante
al lucro cesante, formula idénticas defensas que las esgrimidas por la demandada doctora Palacios
Trujillo y respecto del daño moral, insiste en la improcedencia de una condena a su parte, por no
haber incurrido la misma en ningún incumplimiento contractual. Sobre la base de tales alegaciones,
pide que el fallo sea revocado y, para el caso que fuere confirmado, se reduzca la cantidad
dineraria fijada por el sentenciador a título de lucro cesante y de daño emergente, y se rebaje
también, en forma prudencial, el daño moral, eximiéndola de las costas por haber tenido motivo
plausible para litigar.
SEGUNDO: Que en la primera instancia quedaron asentadas, entre otras, las siguientes
circunstancias fácticas: a) A la actora María Isabel De Mayo Quilodrán se le practicaron dos
intervenciones quirúrgicas por la médico cirujano doña María Cecilia Palacios Trujillo; la primera, el
día 06 de enero de 2014, consistente en pexia de mamas y muslos, destinada a corregir los efectos
de una cirugía bariátrica a la que se había sometido anteriormente, consistentes en abdomen en
delantal, ptosis mamaria y ptosis de muslo severos; y la segunda, el día 14 de enero de 2014,
dirigida a corregir la posición de los implantes mamarios y subsanar algunas anormalidades
corporales que sobrevinieron a la paciente luego de la primera operación; b) Ambas intervenciones
fueron realizadas en las dependencias de la demandada SERVISALUD S.A, nombre de Fantasía
Clínica Los Carrera; c) Las intervenciones quirúrgicas antedichas se ejecutaron en virtud de sendos
contratos de atención médica que doña María Isabel De Mayo Quilodrán celebró con la médico
cirujano María Cecilia Palacios Trujillo y Servisalud S.A.; d) Luego de la segunda intervención, la
paciente señora De Mayo Quilodrán experimentó diversas complicaciones y lesiones, por lo que
hubo de practicarse por otro médico y en un establecimiento de salud diverso, una extracción de
prótesis en la mama derecha y aseo en la zona; e) Los demandantes don Jorge Luis Villarroel
Herrera, doña Victalina del Carmen Quilodrán Alguilar y doña Rocío Pascal Villarroel De Mayo, son
el cónyuge, madre e hija, respectivamente, de la demandante María Isabel De Mayo Quilodrán.
TERCERO: Que, con relación a la demanda civil de indemnización de perjuicios dirigida en
sede contractual por doña María Isabel De Mayo Quilodrán, en contra de doña María Cecilia
Palacios Trujillo, y en particular, respecto de las peticiones concretas formuladas por esta apelante,
en el sentido que se revoque la sentencia de primer grado, que la condenó a reparar los perjuicios
demandados por aquélla, procede hacerse cargo de la controversia existente entre los litigantes
respecto la naturaleza jurídica de la obligación asumida por la médico demandada en virtud del
contrato de salud a través del cual se comprometió a practicarle a la actora la cirugía de
mastopexia reconstructiva de mamas e instalación de implantes y pexia de muslo, esto es, si dicho
débito tiene la naturaleza jurídica de obligación de resultado, o bien, de medios, pues, mientras la
actora le atribuye la primera calificación jurídica, los demandados la segunda.
CUARTO: Que, desde el punto de vista conceptual y según nuestra doctrina, las obligaciones
de resultado, llamadas también determinadas, son aquellas en que la prestación del deudor
consiste en arribar a una meta precisa y determinada, o bien, en la realización de un hecho
específico; mientras que las de medios, denominadas asimismo obligaciones generales de
prudencia y diligencia, son aquellas en que la prestación del deudor se reduce al desarrollo de una
actividad determinada, desplegando la prudencia o diligencia necesarias para lograr el fin que se
pretende, pero sin garantizar su logro. Entonces, mientras que los débitos de resultado la
prestación está concretada estrictamente, por cuanto el deudor se compromete al logro de un fin
preciso, de manera que sólo podrá estimarse liberado si efectivamente alcanza el mismo,
tratándose de las obligaciones generales de prudencia o diligencia el compromiso del deudor
consiste en realizar lo mejor de su parte para obtener el fin convenido; o sea, se garantiza al
acreedor nada más que la observancia del máximo de prudencia y diligencia y, por ello, la
obligación se estima cumplida desde el momento en que el deudor despliega dicha conducta,
independientemente del hecho que el fin pactado se alcance o no.
QUINTO: Que, sin perjuicio de las voces disidentes al respecto, en los últimos lustros la
aplicación de la categoría obligacional en referencia se ha ido asentando paulatinamente en
nuestro Derecho, especialmente en el ámbito del ejercicio de las profesiones liberales y, sobre
todo, de las actividades profesionales de los médicos, sosteniéndose por la corriente mayoritaria
que, tratándose de cirugías plásticas estrictamente estéticas o de belleza, la obligación que asume
el médico con la paciente es de resultados; mientras que, cuando es reparadora o reconstructiva,
es de medios. SEXTO: Que, aun reconociendo el vasto interés que reviste la discusión dogmática y
jurisprudencial sobre este tópico, en el caso sub lite pierde relieve, habida consideración que se ha
acreditado en el proceso que la doctora señora Palacios Trujillo incumplió los deberes propios e
inherentes su calidad de médico tratante y cirujano principal del equipo que realizó las
intervenciones quirúrgicas a la demandante doña María Isabel De Mayo Quilodrán; sobre todo, el
deber de información completa y veraz que sobre ella pesaba de acuerdo a las disposiciones de la
Ley N° 20.584 y a la naturaleza del contrato que la vinculaba con la paciente, cuya prescindencia
no puede exculparse, si se consideran los nocivos efectos que sobrevinieron a la mastopexia
reconstructiva de mamas y pexia de muslos realizada a la misma, de los que da cuenta la
consideración trigésimo tercera de la sentencia apelada, cuando señala que la paciente sufrió
"daño corporal o fisiológico, que implica la anormalidad anatómica y consecuente anormalidad
estética, ello por la necrosis de mama en areola derecha, orificio fistuloso en zona inferior, de la
mama derecha, y disfunción del sistema urinario por tracción del mayor izquierdo, daño fisiológico
que si bien no es permanente, se tendrá en cuenta que la actora debió realizarse varias cirugías
reconstructivas de mamas y que, a la fecha, se encuentre pendiente la cirugía reconstructiva de su
sistema urinario por tracción del labio mayor izquierdo, lo que implica una operación a realizarse
denominada lifting de muslos, en segundo lugar este también consiste en elpretium doloris o daño
moral en sentido clásico..." SÉPTIMO: Que, además de los razonamientos consignados en los
basamentos vigésimo cuarto a vigésimo sexto del fallo impugnado, resulta imprescindible tener
presente a este mismo respecto el Principio de la Buena Fe, en su dimensión objetiva, que en el
campo de la contratación se manifiesta durante en todo el íter contractual; a saber, desde las
negociaciones preliminares o tratativas hasta la fase de terminación del contrato, incluso en la fase
postcontractual, e impone a los contratantes el deber de comportarse correcta y lealmente en sus
relaciones mutuas, antes, durante y después que el contrato ha producido todos sus efectos. Este
módulo, criterio, parámetro o regla legal flexible de conducta, cuya determinación o concreción
queda entregada, en cada caso, a la prudencia, sabiduría y discreción del juez, en nuestro Derecho
tiene valor normativo, porque el artículo 1.545 de nuestro Código Civil dispone que "Los contratos
deben ejecutarse de buena fe, y por consiguiente obligan no sólo a que en ellos se expresa, sino a
todas las cosas que emanan precisamente de la naturaleza de la obligación, o que por la ley o la
costumbre pertenecen a ella."OCTAVO: Que, en virtud de los razonamientos contenidos en las
motivaciones que preceden, y habida consideración que se acreditaron los demás supuestos de la
responsabilidad civil contractual, se confirmará el fallo apelado, en cuanto condena a la
demandada doña María Cecilia Palacios Trujillo a indemnizar a la actora doña María Isabel De
Mayo Quilodrán los perjuicios materiales y morales sufrido a causa del incumplimiento contractual
demandado.
NOVENO: Que, con todo, y en lo atinente al lucro cesante, la deficiencia probatoria en que
incurrió la demandante, a quien ha correspondido la carga de la prueba relativa a la existencia y
extensión de este rubro indemnizatorio (artículo 1698 del Código Civil) y, teniendo especialmente
en cuenta que los documentos consistentes en 12 Formularios N° 29 de declaración mensual y
pago simultáneo de impuestos de la actora, correspondientes a los meses enero a diciembre de
2013, como las deposiciones prestadas en el juicio por las testigos Ana Isabel Aguilera Painequeo
y Mónica Jeanete Pavez Beltran, trascritas en la consideración trigésimo segunda el fallo en
alzada, no resultan bastantes para acreditar el monto de tales daños patrimoniales, y que, aun sus
dolencias, la demandante prosiguió explotando su giro comercial, se morigerará la suma dineraria
fijada a este título en la sentencia en alzada, con declaración que se reduce la cantidad de pesos a
pagar por la demandada María Cecilia Palacios Trujillo a la actora doña María Isabel De Mayo
Quilodrán, a título de lucro cesante, al monto que se expresará en lo resolutivo de este fallo.
DÉCIMO: Que, en cuanto a la demanda civil de indemnización de perjuicios entablada en sede
contractual por doña María Isabel De Mayo Quilodrán en contra de Servisalud S.A., que también
fue acogida por la sentencia en alzada, amén de lo expresado por el juez de primer grado en los
considerandos vigésimo séptimo a trigésimo del fallo apelado, procede adicionar que el
establecimiento de salud demandado incurrió en culpa in vigilando o culpa en la vigilancia, siendo
responsable de los actos que realizan médicos y demás personas que prestan servicios en sus
dependencias, no pudiendo tener asidero alguno las alegaciones hechas valer en estrados por esta
apelante, significativas de que la naturaleza del acto jurídico que la unía a la actora correspondía a
un contrato de hospedaje y que, consecuentemente, Servisalud S.A., estaba obligada a prestarle a
la paciente únicamente servicios de hotelería, lo que salta a la luz de la sola consideración del
frondoso catálogo de exigencias del más diverso orden al que están sometidos la instalación y
funcionamiento de los establecimientos de la especie y las actividad de personas que laboran a su
alero, y su consecuente supervigilancia por la autoridad sanitaria. Más todavía, es útil tener en vista
en este punto el reseñado principio de la buena fe objetiva, cuya concurrencia y efectos aprecian a
in abstracto, esto es, prescindiendo el juzgador de las persuasiones creencias, o intenciones
psicológicas de los contratantes, labor que en este caso el juez de primera instancia realizó a la luz
de las probanzas acopiadas al juicio.
UNDÉCIMO: Que, en virtud de las consideraciones que anteceden, se confirmará también el
fallo apelado, en cuanto condena a la demandada Servisalud S.A., a indemnizar a la actora doña
María Isabel De Mayo Quilodrán los perjuicios materiales y morales sufridos por ésta a causa del
incumplimiento contractual demandado; empero, con declaración que se reduce el monto de la
indemnización fijada a título de lucro cesante, a la cantidad que se dirá en lo resolutivo. Ello, en
razón de los mismos fundamentos que sostienen la morigeración de este monto indemnizatorio
respecto de la demandada María Cecilia Palacios Trujillo y que figuran en la motivación novena de
este fallo.
DUODÉCIMO: Que, en lo tocante al acogimiento de la acción indemnizatoria de los daños
morales fundada en las normas de responsabilidad civil extracontractual incoada por don Jorge
Luis Villarroel Herrera, doña Victalina del Carmen Quilodrán Alguilar y doña Rocío Pascal Villarroel
De Mayo, en contra de doña María Cecilia Palacios Trujillo, que la médico demandada solicita al
tribunal de apelación revocar en razón de no haberse configurado la comisión de un hecho ilícito
por su parte y porque "(...) no cabe hacer lugar a lo pedido por este rubro, en razón de que el
mismo sólo obedece a los supuestos padecimientos de víctima directa y/o a la personal e
injustificada interpretación de los actores de que la paciente ha sido víctima de una negligencia
cuando lo que podemos visualizar es que una persona ha padecido una patología determinada y
enfrentando las consecuencias de un estado patológico", es dable señalar que en las motivaciones
trigésimo sexta a cuadragésima del fallo impugnado el tribunal a quo, tras deslindar el instituto del
denominado daño por repercusión o rebote mal llamado daño indirecto cuya reparación
corresponde a las víctimas mediatas del hecho ilícito, y luego de reconocer la legitimación de los
actores para reclamar judicialmente la indemnización de tal rubro, en sus calidades de parientes
directos y víctimas secundarias de la víctima inicial, concluye que "queda establecido que el daño
moral experimentado por estos demandantes es resultado de la cirugía de 6 de enero de 2014
practicada a doña María Isabel de Mayo Quilodrán, así como de la cirugía posterior de 10 de marzo
de 2014, que fuera consecuencia de la primera..." , por lo cual acoge dicha demanda, la que en
virtud de tales motivaciones este tribunal confirmará.
DECIMOTERCERO: Que, en lo concerniente al recurso de apelación entablado por los actores
María Isabel De Mayo Quilodrán, Luis Villarroel Herrera, Victalina del Carmen Quilodrán Aguilar y
Rocío Pascal Villarroel De Mayo, encaminado a que el tribunal de alzada revoque la sentencia y
aumente el monto de la indemnización del rubro daño moral establecido a favor de ellos a las
cantidades peticionadas en la demanda, a saber, a doscientos cincuenta millones de pesos para la
demandante principal, en sede contractual, y en sede extracontractual, a cincuenta millones para el
Luis Villarroel Herrera, veinticinco millones para Victalina del Carmen Quilodrán Aguilar y cincuenta
millones para Rocío Pascal Villarroel De Mayo, o a la cantidad de pesos superior que se determine,
esta Corte de Apelaciones no acogerá dicha apelación, atendidos los fundamentos consignados al
respecto en la sentencia en alzada y en las motivaciones de este fallo.
DECIMOCUARTO: Que, en lo relativo a las costas de la causa, se revocará el fallo apelado,
declarando en su lugar que se exime del pago de estas cargas procesales a ambas partes
demandadas, por no haber sido las mismas totalmente vencidas en la litis.
Por estas consideraciones y de conformidad, además, con lo dispuesto en los artículos 186,
187, 223 y 227 del Código de Procedimiento Civil se declara que:
I. Se revoca la sentencia definitiva pronunciada el día 23 de junio de 2019, en causa Rol C 5294
2017, del Tercer Juzgado de Letras de Viña del Mar, sólo en cuanto condena en costas a las
demandadas María Cecilia Palacios Trujillo y a Servisalud S.A., nombre de fantasía Clínica Los
Carrera y, en lugar, se establece que se exime de las mismas a ambas, por no haber sido
totalmente vencidas.
II. Se confirma la misma sentencia en cuanto acoge la demanda civil de indemnización de
perjuicios dirigida, en sede contractual, por doña María Isabel De Mayo Quilodrán, en contra de
doña María Cecilia Palacios Trujillo, con declaración que se rebaja el monto fijado a título de
indemnización del lucro cesante a la cantidad de dos millones de pesos ($2.000.000.), más
reajustes e intereses, según lo establecido en el fallo apelado.
III. Se confirma la misma sentencia, en cuanto acoge la demanda civil de indemnización de
perjuicios dirigida, en sede contractual, por doña María Isabel De Mayo Quilodrán en contra de la
sociedad Servisalud S.A., con declaración que se rebaja el monto fijado a título de indemnización
del lucro cesante a la cantidad de dos millones de pesos ($2.000.000.), más reajustes e intereses,
según lo establecido en el fallo apelado.
IV. Se confirma la misma sentencia en cuanto acoge la demanda de indemnización de
perjuicios fundada en las normas de responsabilidad civil extracontractual, incoada por don Jorge
Luis Villarroel Herrera, doña Victalina del Carmen Quilodrán Alguilar y doña Rocío Pascal Villarroel
De Mayo, en contra de doña María Cecilia Palacios Trujillo.
Redacción: Abogado Integrante, doña Sonia Maldonado Calderón.
Pronunciado por la Primera Sala de la C.A. de Valparaíso integrada por Ministra Rosa Aguirre
C., Fiscal Judicial Juana Del Transito Latham F. y Abogada Integrante Sonia Eujenia Maldonado C.
Valparaíso, cinco de noviembre de dos mil diecinueve.

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