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LA OBEDIENCIA UN

HABITO QUE VALE LA


PENA CULTIVAR.
La obediencia es y será la principal puerta para acceder a toda clase de
bendiciones. 
1. Definición de Obediencia según un diccionario de la lengua castellana: 
Acción de acatar la voluntad de la persona que manda, de lo que establece una
norma o de lo que ordena la ley.

2. Definición según el Concepto Bíblico: 


La obediencia a Dios es considerada una virtud y se la define como acatar su
voluntad, aceptar sus designios, someterse a su autoridad; es por tanto una actitud
que el ser humano debe aprender, no viene de manera innata, es algo que debemos
desarrollar con el paso del tiempo. La disciplina, constancia y motivación son tres
elementos que nos ayudarán a ser más obedientes.
Numerosos son los pasajes bíblicos que nos hablan de la obediencia sus beneficios y
consecuencias.
Romanos 6:15-18. 
Romanos 6:15-18 Reina-Valera 1960 (RVR1960)
Siervos de la justicia
• 15 ¿Qué, pues? ¿Pecaremos, porque no estamos bajo la ley, sino bajo la
gracia? En ninguna manera.
• 16 ¿No sabéis que si os sometéis a alguien como esclavos para obedecerle,
sois esclavos de aquel a quien obedecéis, sea del pecado para muerte, o sea de
la obediencia para justicia?
• 17 Pero gracias a Dios, que aunque erais esclavos del pecado, habéis
obedecido de corazón a aquella forma de doctrina a la cual fuisteis entregados;
• 18 y libertados del pecado, vinisteis a ser siervos de la justicia.
Aquí nos dice que uno se hace siervo de aquel a quien obedece, en este caso
al pecado o a Dios…, es mejor hacerse siervo de Dios.
Santiago 4:7-8.

• 7 Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros.


• 8 Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros. Pecadores, limpiad las
manos; y vosotros los de doble ánimo, purificad vuestros corazones.

Aquí nos enseña que no podemos servir a Dios a la distancia, debemos


acercarnos a Él, al hacerlo Él se acercará a nosotros. Este acercamiento
sólo es posible a través de la obediencia.
Filipenses 2:5-11. 
5 Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús,
6 el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse,
7 sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres;
8 y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y
muerte de cruz.
9 Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre,
10 para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y
debajo de la tierra;
11 y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.

• El mismo sentir que hubo en Cristo debe haber en nosotros, un sentir de obediencia a tal punto de
sacrificarnos por Dios; hacer que nuestra carne muera para que nuestro espíritu viva y gobierne.

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