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ENSAYO: ALIMENTOS MODIFICADOS GENÉTICAMENTE Y LOS CULTIVOS

TRANSGÉNICOS

DAYANA MARCELA MAYA


ALBA CRISTINA MIMALCHIG

ÓSCAR JULIÁN SÁNCHEZ

UNIVESIDAD DE CALDAS
FACULTAD DE INGENIERIAS
INGENIERIA DE ALIMENTOS
BIOTECNOLOGIA
2020
Los alimentos representan la fuente de energía y nutrientes más importante para el ser vivo
ya que está directamente relacionada con la supervivencia. Así mismo, la comida puede ser
una fuente de experiencias hedónicas exquisitas y tiene fuertes connotaciones culturales;
sin embargo, la distribución de este recurso no se ajusta a las necesidades de la población y
es así como en muchos países en vía de desarrollo la nutrición es uno de los principales
problemas a solucionar.
Los alimentos genéticamente modificados (OGM), son aquellos en los que el material
genético (ADN) ha sido alterado de una forma que no es la natural con el fin de mejorar
una o varias de sus cualidades. Teniendo en cuenta la historia de los alimentos modificados
genéticamente y su situación actual tienen entidades tanto en contra como a favor, se han
observado manifestaciones de entidades como Greenpeace y anti-OGM quienes se han
dedicado a combatir las granjas dedicadas específicamente al cultivo de alimentos
genéticamente modificados.

Si el desarrollar los alimentos GM va encaminado a solucionar problemas como la


creciente expansión de la población humana y por ende una baja disponibilidad de
alimentos generando desnutrición principalmente en países en vía de desarrollo, esto se
debería evidenciar generando buenas políticas de distribución equitativa de alimentos en los
países ya que por más producción de alimentos que haya, el hambre en el mundo no dejará
de ser un problema presente. En este sentido los altos rendimientos en cultivos transgénicos
se deberían evidenciar en la erradicación del hambre en el mundo.

El segundo desafío que se pretende enfrentar con los cultivos transgénicos es la


disminución de tierras cultivables, según la FAO para el año 2050 la producción de
alimentos por persona disminuirá  considerablemente, pasando de 0.242 hectáreas a 0.18
hectáreas y la solución más alentadora es tener un mayor rendimiento de cultivo por
hectárea, no obstante esta alternativa tiene  diversos factores que la complican como: el
aumento de la demanda de biocombustibles; la acelerada urbanización; la degradación de
tierras que trae consigo la desertificación y salinización; limitación del agua y recursos
naturales y claro está las consideraciones socioeconómicas.

Los bosques del mundo son y serán entonces deforestados para la propagación de
monocultivo de semillas resistentes a plagas comunes, y además son aplicadas grandes
cantidades de plaguicidas, que afectan los campos nativos y las pequeñas plantaciones
cercanas del campesino que cultiva semillas naturales, sumado a esto, ocurre la
contaminación de fuentes hídricas, que sirven de beneficio para personas y animales. Esto
sin contar la posible inmunidad que podrían desarrollar las plantas a los insectos

que propagan enfermedades o alteraciones indeseadas en los cultivos, necesitando


posteriormente químicos más fuertes y más agresivos para los ecosistemas y por tanto,
realizando un daño inoficioso al medio ambiente, y que tarde que temprano, se puede
obtener una peor plaga que no solo afecte a este cultivo, sino al convencional de peor
manera. Con ello se refleja una gran pérdida de dinero en los agricultores, no solo
colombianos, sino de todas partes del mundo, en donde ellos han tenido que solicitar
préstamos de grandes sumas de dinero para comprar las “nuevas” semillas resistentes,
porque simplemente las semillas que normalmente cultivan requieren de grandes
inversiones en fertilizantes y plaguicidas y su productividad es reducida, dejando más
pérdidas que ganancias para ellos.

Por último, existe un cuello de botella en las técnicas tradicionales desarrolladas para


mejorar los cultivos convencionales, es decir hay una fase de la cadena de producción de
alimentos que ralentiza el proceso de producción global. El cultivo convencional se basa en
el cruce sexual de dos líneas parentales con el fin de lograr una característica deseada, para
esto se seleccionan las mejores especies, el problema radica en el tiempo en que el rasgo
deseado logra expresarse, por ejemplo, en el trigo tarda entre 10 -15 años y esto hace que la
crianza convencional de semillas sea muy limitada. Por el contrario, el uso de la
biotecnología moderna hace posible producir de forma rápida nuevas variedades de plantas
con características mejoradas y en mayor cantidad, así que se utilizan diferentes técnicas
como la transferencia directa del ADN, que consiste en un bombardeo de micropartículas.
A pesar de todas las ventajas que conlleva la utilización de los alimentos GM es importante
conocer los posibles efectos que conllevan en el consumidor como alergias,
envenenamientos, mutaciones, toxicidad, etc. y los efectos económicos que acarrean.
Algunos efectos adversos que se han evidenciado en algunos consumidores son: toxicidad,
alergenicidad y peligros genéticos; haciéndose más frecuente los brotes de alergias tal es el
caso de consumidores de maíz "Starlink", producto que ha sido modificado de manera que
la misma planta pueda producir insecticida.

Un tema que genera gran incertidumbre son dichos efectos adversos que puede presentar el
consumo de alimentos transgénicos, la falta de información y de estudios que certifiquen o
no un posible daño en los consumidores, ligado a creencias éticas de que lo natural es
saludable y a la falta de  normatividad en cuanto a alimentos transgénicos como lo es el
rotulado, genera dudas y desconfianza en aquellos consumidores poco familiarizados con
este tipo de productos en el mercado en cuanto a que tan beneficioso pueda ser el consumo
de tales alimentos, lo anterior aplica sobre todo en países donde la tasa de natalidad
aumenta y la desnutrición es uno de los principales problemas con los que se enfrentan día
tras día, estos son países en vía de desarrollo o tercermundistas, caracterizados por la falta
de educación de sus habitantes y en los cuales el arraigo cultural es predominante.

Finalmente, en concordancia con lo ya mencionado en el desarrollo de este trabajo, la


opinión de las autoras también es importante, por lo que expresamos estar completamente
de acuerdo con la modificación genética de los alimentos siempre y cuando esta traiga
consigo beneficios para la humanidad y en cuanto a que se destinen a la nutrición de
poblaciones vulnerables y más necesitadas de alimentos en el mundo, como una forma de
solidarización con ellos. No compartimos en lo más mínimo la ideología de las
multinacionales dedicadas a la manipulación genética de alimentos, a sabiendas de que sus
avances en esta rama de la ciencia se llevan a cabo con el único objetivo de enriquecerse
aún más sin el ánimo de ayudar a la sociedad que lo necesita. Para concluir, como no se
puede controlar a las multinacionales que hacen el desarrollo e investigación científica en
cuanto a este tema, lo mínimo que se espera por parte de ellos es más información y
estudios confiables y veraces a cerca de los beneficios y consecuencias del consumo de los
alimentos transgénicos. Aunque si lo pensamos mejor, si los OMG tienen consecuencias
desfavorables para la salud, jamás se nos informará la verdad si para ellos la mentira se
traduce en riqueza.

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