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República Bolivariana de Venezuela.

Ministerio del Poder Popular para la Educación Superior, Ciencia y


Tecnología.
Misión Sucre, Universidad Bolivariana de Venezuela.
Aldea General en Jefe “José Félix Ribas”.
La Victoria, Estado Aragua.
6to. Semestre Sección Única, Estudios Jurídicos.
Unidad Curricular: Papel Social de la Familia.

TEMA 3
HERENCIA

Profesor Colaborador: Eugenio López.


Triunfadoras:
Beyker González

Enero, 2021
REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA
MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA
LA EDUCACIÓN UNIVERSITARIA
UNIVERSIDAD BOLIVARIANA DE VENEZUELA
ALDEA UNIVERSITARIA GENERAL EN JEFE JOSÉ FELIX RIBAS
PROGRAMA DE FORMACIÓN DE GRADO EN ESTUDIOS JURÍDICOS.

HERENCIA

Autor:

Beyker González,

C.I: V20.068.302

Docente Colaborador:

Eugenio López

6to. Semestre Sección Única

Unidad Curricular: Papel Social de la Familia.

Enero, 2021
APERTURA

(Procedimiento Civil) Término que designa los casos en que se inicia


una acción (divorcio, filiación natural, por ejemplo) o un recurso. V. Casación,
Recurso de revisión.
(Derecho Civil) , (Derecho Comercial) La expresión se utiliza también en
derecho civil y derecho comercial para indicar el punto de partida de una
operación jurídica (así, apertura de una sucesión, del procedimiento de
concordato judicial o de liquidación de los bienes).

Momento de la apertura de la sucesión:


Como expresó la Sentencia de TS, Sala 1ª, de lo Civil, 12 de Marzo de
1987 la apertura de la sucesión de una persona se abre justamente en el
momento de su muerte. Y la Resolución de la DGRN de 11 de marzo de
2003 afirmó:

La apertura de una sucesión siempre es un fenómeno complejo en el que


pueden ser calificados diversos elementos: capacidad, forma, legítimas, y
que en numerosos casos exige la calificación de elementos previos: filiación,
matrimonio, etc.

En el presente tema se trata la apertura de la sucesión. Puede verse

 Vocación y delación de la herencia

 Aceptación de la herencia. Concepto y caracteres

 Aceptación de la herencia. Clases y efectos


Causas de la apertura de la sucesión.
La causa de la apertura de la sucesión, como se ha dicho, de una
persona física es su muerte; este hecho, que se prueba con la certificación
de defunción, desencadena todo el proceso.

Pero a esta situación hay que equiparar la declaración judicial de


fallecimiento; en efecto, el artículo 196 CC dice que firme la declaración de
fallecimiento del ausente, se abrirá la sucesión en los bienes del mismo,
procediéndose a su adjudicación conforme a lo dispuesto legalmente; lo que
ocurre es que, en este caso, como el fallecimiento de la persona concreta no
está plenamente probado, el legislador establece unas medidas de
precaución, por si acaso el tenido por fallecido, realmente está vivo y
aparece, a saber:

 La obligación ineludible de los sucesores, aunque por tratarse de uno


solo no fuese necesaria partición, de formar notarialmente un inventario
detallado de los bienes muebles y una descripción de los inmuebles.

 La prohibición que recae en los herederos de no poder disponer a


título gratuito hasta cinco años después de la declaración del
fallecimiento.

 La suspensión, en el indicado plazo de 5 años, de la entregas de


legados, si los hubiese, no tendrán derecho a exigirlos los legatarios,
salvo las mandas piadosas en sufragio del alma del testador o los
legados en favor de Instituciones de beneficencia.

PUBLICACIÓN Y PROTOCOLIZACIÓN DE TESTAMENTOS CERRADOS:

La persona que tenga en depósito un testamento cerrado, debe


manifestarlo de manera obligatoria ante el Juez de Primera Instancia más
cercano, de manera inmediata cuando tenga conocimiento de la muerte del
testador, a los fines que sea abierto y por ende publicado.
Todo aquel que se crea interesado, puede solicitarle del mismo funcionario
que ordene la entrega del testamento, comprobando la muerte del testador.
Es importante, señalar que en la misma audiencia que se presente la
solicitud, el Juez de Primera Instancia deberá fijar la audiencia respectiva
donde señalará, la consignación, apertura y publicación del testamento.
Con el auto del Juez, es decir con la decisión que tome el Juez se debe
publicar oportunamente por la prensa en aquellos lugares en que la hubiere o
bien por carteles donde no existan periódicos.
En la audiencia y la hora fijada por el Juez de Primera Instancia,  se debe
proceder a su consignación, apertura y publicación del testamento.
Esto se debe realizar en presencia por lo menos de dos testigos.
Es importante indicar que se debe dar preferencia a los testigos que
suscribieron el testamento.
Es necesario, que en esta audiencia se verifique previamente el estado en
que se encuentra el pliego.
Esto se realiza con la finalidad se determinar si existe algún indicio que ese
documento haya sido alterado y los sellos hayan sido violados.
Luego de realizar este procedimiento, se debe levantar un acta donde se
deje constancia la verificación del estado del respectivo pliego.
El acta debe ser firmada por el Juez de Primera Instancia, los testigos, los
interesados que hayan concurrido a este acto y el Secretario del Tribunal de
Primera Instancia.
En esa audiencia el ciudadano Juez ordenará que se expida la respectiva
copia certificada del testamento, así como del acta de consignación, apertura
y publicación. Esto con la finalidad de remitirlo al Registrador (ahora Notario
Público) de la Jurisdicción donde se hubiere otorgado el testamento, para su
protocolización.
Ahora bien, cuando el testamento hubiere sido otorgado en un país
extranjero, ante el Agente Diplomático o Consular de la República, las copias
certificadas se remitirán, por el órgano legal correspondiente.
Esto con la finalidad de protocolizarlo en el Registro respectivo donde ha sido
protocolizada la copia del acta del otorgamiento del testamento.
Cuando el testamento se otorgue ante un funcionario de país extranjero, las
copias certificadas se remitirán para su protocolización a cualquieras de las
Oficinas de Registro del Distrito Capital.

REVOCACIÓN DE LOS TESTAMENTOS:

El testamento recoge los actos de última voluntad del testador; por


tanto, tiene que ser revocable para poder ajustarse a los cambios que en
dicha voluntad puedan producirse. Todas las disposiciones testamentarias
son esencialmente revocables, incluso los casos en que el testador exprese
en el testamento su voluntad o resolución de no revocarlas.

Es importante distinguir dos tipos de requisitos para llevar a cabo la


revocación:

Personales, coincidente con los exigidos para testar en los Art. 662,Art.
670,Art. 673,Art. 688 ,Código Civil.
Formales, regulados en los Art. 738,Art. 739,Art. 743 ,Código Civil.
El Art. 738 ,Código Civil y el apdo. 2 del Art. 739 ,Código Civil hacen
referencia a los supuestos de revocación expresa. En ellos se dispone que el
testamento no puede ser revocado en todo ni en parte, sino con las
solemnidades necesarias para testar y que el testamento anterior recobra su
fuerza si el testador revoca después el posterior y declara expresamente ser
su voluntad que valga el primero. En este sentido, la revocación podrá ser
total o parcial, en función de que afecte a la totalidad del testamento o sólo a
alguna de sus disposiciones. Por otro lado, puede ocurrir que el testador
sustituya el testamento anterior por otro nuevo, o que se limite a revocar un
testamento anterior sin otorgar otro posterior, en cuyo caso tendrá lugar lo
que se conoce como sucesión intestada.

Por su parte, la revocación tácita encuentra su regulación en los Art. 739,Art.


740,Art. 741 ,Código Civil en los cuales se establece que el testamento
anterior queda revocado de derecho por el posterior perfecto, si el testador
no expresa en éste su voluntad de que aquél subsista en todo o en parte;
igualmente, que la revocación producirá su efecto aunque el segundo
testamento caduque por incapacidad del heredero o de los legatarios en él
nombrados, o por renuncia de aquél o de éstos, y que con el reconocimiento
de un hijo no pierde su fuerza legal aunque se revoque el testamento en que
se hizo o éste no contenga otras disposiciones, o sean nulas las demás que
contuviere.

Particularmente, respecto de la revocación de testamentos, la voluntad que


se exige para dejar subsistente un testamento anterior puede ser, no sólo la
expresa, sino también la que se deduzca del tenor de ambos testamentos
cuando, aplicando las reglas de interpretación, aparezca evidente la
intención del testador de mantener o conservar el testamento anterior. Así, y
a título de ejemplo, la TS, Sala de lo Civil, nº 547/2009, de 28/07/2009, Rec.
1010/2005 establece que la interpretación del testamento deberá llevarse a
cabo buscando la verdadera voluntad del testador; la interpretación de los
testamentos es competencia de los tribunales de instancia siempre que se
mantenga dentro de los límites racionales, no sea arbitraria y no siente
conclusiones ilógicas o contrarias a la voluntad del testador o a la ley; y en
ella debe primar el sentido literal de los términos empleados por el testador,
pero cuando aparezca claramente que su voluntad fue otra, puede
prescindirse del sentido literal y atribuir a la disposición testamentaria un
alcance distinto.

Respecto a la revocación real o material del testamento cerrado, es preciso,


como así contempla el Art. 742, Código Civil, distinguir dos situaciones:

Si el testamento se ubicase en el domicilio del testador, se presumirá


revocado en caso de que apareciese con las cubiertas rotas, con los sellos
quebrantados o con las firmas borradas, raspadas o enmendadas.
En el supuesto de que se encontrase en poder de otra persona, si el
testamento apareciese con la cubierta rota o los sellos quebrantados, se
entenderá que el vicio procede de ella y sólo será válido si se probase su
autenticidad. Sin embargo, si las cubiertas y los sellos estuvieren íntegros
pero las firmas se hallasen borradas, raspadas o enmendadas, el testamento
será válido a menos que se justifique que el pliego fue entregado en esta
forma por el mismo testador.
El principal efecto que produce la revocación es el de privar de eficacia el
testamento o las disposiciones a las que se extienda la revocación, sin
embargo, el testamento anterior conservará plena eficacia si el segundo
testamento no reuniere los requisitos exigidos para su validez.

Por último, conviene considerar lo contenido en el Art. 737 ,Código Civil, es


decir, se tendrán por no puestas las cláusulas derogatorias de las
disposiciones futuras, y aquellas en que ordene el testador que no valga la
revocación del testamento si no la hiciere con ciertas palabras o señales. Ello
supone que nuestro ordenamiento no admite las denominadas cláusulas
derogatorias, que son definidas como aquellas disposiciones testamentarias
por las que el testador priva de eficacia a cualquier acto revocatorio de su
testamento, ni las cláusulas “ad cautelam”, consideradas como disposiciones
mediante las cuales el testador priva de validez a cualquier acto revocatorio
de un testamento anterior que no fuese hecha mediante ciertas fórmulas,
palabras o señales.

Es importante, señalar que la revocación, va a producir sus efectos aun


cuando el testamento que la contenga quede sin ejecutarse por la muerte o
incapacidad del heredero o legatario instituido o porque renuncie a la
herencia o al legado. Es decir, que si el heredero que aparece en el
respectivo testamento renuncia a la herencia, que sea abierta por la muerte
del testador, pero que la designación de tal heredero, que no es legitimado,
había sido revocada, en este caso específico se aplicará la revocación que
realizo el testador y no aplica para este caso la renuncia a esa herencia.
Son absolutamente nulas, aquellas disposiciones o cláusulas que impliquen
renuncia absoluta o relativa de parte del testador, de su derecho de revocar
en todo o en parte el testamento. Es importante indicar que la revocación,
son aquellas que establece la ley, para llevarlas a cabo. Aquí se deben tomar
dos  aspectos que son indispensables: La voluntad del testador y lo
concerniente a la ineficacia de las mismas por razones sobrevenidas, luego
de redactado el testamento, a pesar de la existencia y validez del
testamento.
Dentro de las razones se pueden mencionar las siguientes:

 Por cuanto ignoraba que tenía

 Por renuncia del favorecido.

 Por enajenación de la totalidad o parte de la cosa legada.

 Por transformación de la cosa legada en otra diferente.

 Por haber incumplido la condición suspensiva.


 Por no hacer uso del derecho de retracto.

 Por perecimiento de la cosa legada.

 Por conmoriencia del favorecido y el testador.

Las disposiciones a titulo universal o particular hechas por quien  al tiempo


de su testamento no tenían o ignoraba tener hijos o descendientes, aun
solamente concebidos, son revocables por la existencia de un
hijo, descubierta o verificada esta después de su muerte del testador.
La ley realiza la salvedad en que el testador haya previsto en el mismo
testamento, o en otro posterior o anterior, no revocado ni siquiera
tácitamente, el caso de existencia o supervivencia de hijos o supervivencia
de hijos o descendientes de estos.
Queda sin efecto toda disposición testamentaria, si el favorecido no ha
sobrevivido al testador o incapaz.
En este sentido la legislación venezolana manifiesta que los descendientes
del heredero o legatario premuerto o incapaz, participarán de la herencia en
el caso de que la representación se hubiere admitido en su provecho, si se
tratar de sucesión ab-intestato, salvo que el testador haya dispuesto otra
cosa, o que se trate de legados de usufructo o de otro derecho personal por
su naturaleza.
La disposición testamentaria caduca para el heredero que renuncie a ella.

ACEPTACIÓN Y REPUDIACIÓN DE LA HERENCIA:

La aceptación es el negocio jurídico, unilateral, cuyos elementos son


la declaración de voluntad de querer ser heredero, el objeto es el contenido
de la herencia, y la causa, la transmisión - adquisición del contenido
hereditario. La renuncia o repudiación es la contrapartida de la aceptación
Nuestro C.C. las regula en gran medida de forma conjunta en la sección 4ª
del título III del Libro III del Código Civil, arts. 988 y SS, ya que ambas
decisiones del sucesor constituyen manifestaciones de voluntad de sentido
antagónico, pero de igual significado, en relación con la condición de
heredero.

Fallecido el causante se produce la apertura de la herencia, momento en el


cual reciben la vocación todos los potenciales destinatarios de la herencia, y,
asimismo reciben la delación aquellos de los bocados que sean preferentes
según lo que corresponda. Una vez recibida la delación puede efectuarse la
aceptación o repudiación de la herencia.

Existen dos sistemas fundamentales en orden a la transmisión de la


herencia; es decir, para determinar el momento en que se realiza la
adquisición y perfección del derecho hereditario:

a) El romano: que establece como elemento esencial de dicha transmisión la


aceptación de la herencia, la delación atribuye el llamado «ius delationis»,
que es el derecho de convertirse en heredero aceptando la herencia o no
hacerlo repudiándola.

b) El germánico: la adquisición de la herencia se produce «ipso iure», por


ministerio de la ley, sin necesidad de aceptación, que viene a ser una
renuncia del heredero a la facultad de repudiar, por tanto el heredero
adquiere la herencia por la delación.

En cuanto al sistema seguido por nuestro C.C., algunos autores como Gª


Valdecasas han defendido que nuestro C.C. sigue la tesis germanista,
basándose en los arts. 657 «Los derechos a la sucesión de una persona se
transmiten desde el momento de su muerte«,
661 «Los herederos suceden al difunto por el hecho sólo de su muerte en
todos sus derechos y obligaciones«,

440.1″La posesión de los bienes hereditarios se entiende transmitida al


heredero sin interrupción y desde el momento de la muerte del causante, en
el caso de que llegue a adirse la herencia«.

 Sin embargo, para la mayoría de la doctrina en nuestro C.C. se sigue el


sistema romano, criticando la tesis anterior en el sentido de que la expresión
«derechos a la sucesión» del art. 657 se refiere, no a la transmisión, sino
al ius delationis o derecho a suceder;

-el art. 661 ha de interpretarse sistemáticamente pues no se refiere al


problema de si es o no es necesaria la aceptación sino al del momento en
que se abre la sucesión;

-el art. 440 establece una mera ficción a efectos posesorios.

Los defensores de la tesis romana se basan en los antecedentes históricos,


el efecto retroactivo de la aceptación y la transmisión del ius delationis (art.
1006 C.C.) que implica que el llamado no ha adquirido la herencia.

ACEPTACIÓN: Es un acto por el cual la persona a cuyo favor se defiere la


herencia, por testamento o abintestato, manifiesta su decisión de tomar la
cualidad de heredero.

REPUDIACIÓN: Es el acto en virtud del cual el llamado a la sucesión declara


formalmente que rehúsa la herencia a su favor deferida.

 Como caracteres esenciales de la aceptación y repudiación cabe señalar los


siguientes:
1. Es un negocio jurídico (aunque el Código Civil habla de acto en el art.
988) unilateral no recepticio, porque ni la voluntad del aceptante, ni del
repudiante, se une a ninguna otra, ni para su perfección necesita
ponerse en conocimiento de nadie.
2. Inter vivos: mortis causa lo es del testamento, ya que la regulación
que establece es para después de la muerte del testador, pero el
declarar, admitir, o rechazar la herencia son negocios inter vivos, ya
que lo que establecen no es para cuando muera el declarante.
3. Voluntario y libre: el art. 988 C.C. señala » La aceptación y
repudiación de la herencia son actos enteramente voluntarios y
libres«. No obstante, el principio de voluntariedad quiebra en los
supuestos que la doctrina denomina de aceptación necesaria
recogidos en los art. 1001 y 1002 del C.C., y en los de
adquisición ipso iure en los que parece excluirse la aceptación a
beneficio de inventario como el art. 957 C.C. en caso de herencia
deferida por ley al Estado.
4. Produce efectos retroactivos 989 C.C. «Los efectos de la aceptación y
de la repudiación se retrotraen siempre al momento de la muerte de la
persona a quien se hereda«
5. Puro e indivisible 990 C.C «La aceptación o la repudiación de la
herencia no podrá hacerse en parte, a plazo, ni condicionalmente«.
6. Irrevocable: art 997 C.C.» La aceptación y la repudiación de la
herencia, una vez hechas, son irrevocables, y no podrán ser
impugnadas sino cuando adoleciesen de algunos de los vicios que
anulan el consentimiento, o apareciese un testamento desconocido«.
Por tanto, será impugnable la aceptación (repudiación cuando
adolezcan según el art. 1265 de error, violencia, intimidación o dolo, o
cuando aparezca un testamento desconocido.
7. Neutro: ni oneroso ni gratuito.
Para que exista una aceptación/repudiación válida de la herencia son
necesarios los siguientes requisitos:

a) que la herencia esté en condiciones de ser aceptada, por haber muerto la


persona de cuya sucesión se trate, o se firme la declaración de fallecimiento
si estaba ausente.

b) que se realice por el llamado a la herencia estando cierto de su derecho a


la misma art. 991 C.C. «Nadie podrá aceptar ni repudiar sin estar cierto de la
muerte de la persona a quien haya de heredar y de su derecho a la
herencia«.

c) que el aceptante/repudiante tenga la necesaria capacidad, lo cual se


expone más adelante.

HERENCIA YACENTE:

La herencia yacente es la situación en la que se encuentra el


patrimonio de la persona fallecida, desde que se produce la muerte y hasta
la aceptación de la herencia por parte de los herederos.

Artículo 1.060 del Código Civil de Venezuela.- Cuando se ignora quién es el


heredero, o cuando han renunciado los herederos testamentarios o ab-
intestato, la herencia se reputa yacente y se proveerá a la conservación y
administración de los bienes hereditarios por medio de un curador.
Artículo 1.061 ejusdem. – El Juez de Primera Instancia con jurisdicción en el
lugar donde se haya abierto la sucesión, nombrará el curador, a petición de
persona interesada o de oficio.
Artículo 1.062 ejusdem.- El curador está obligado a hacer formar el inventario
de la herencia, a ejercer y hacer valer los derechos de ésta, a seguir los
juicios que se le promuevan, a administrarla, a depositar en un instituto
bancario el dinero que se encuentre en la herencia y el que perciba de
la venta de los muebles y, de los inmuebles, y, por último, a rendir cuenta de
su administración.
 El curador nombrado deberá dar caución por la cantidad que fije el Tribunal,
sin lo cual no podrá entrar en el ejercicio de sus funciones.
Si la caución dada no hubiere sido suficiente a cubrir las resultas de la
curatela, el Juez será responsable de los daños y perjuicios sobrevenidos a
los interesados.
Artículo 1.063 ejusdem.- Las disposiciones del parágrafo 3º de esta Sección
sobre inventario, sobre la manera de administrar la herencia y rendición de
cuentas por parte del heredero beneficiario, son comunes a los curadores de
las herencias yacentes.
Artículo 1.064 ejusdem.- El Juez deberá emplazar por edicto y por
la imprenta si fuere posible, a los que se crean con derecho a la herencia,
para que comparezcan a deducirlo.
Artículo 1.065 ejusdem.- Pasado un año después de fijados los edictos a que
se refiere el artículo anterior, sin haberse presentado nadie reclamando
fundadamente derecho a la herencia reputada yacente, el Juez que haya
intervenido en las diligencias de su administración provisional, declarará
vacante la herencia, y pondrá en posesión de ella al
empleado fiscal respectivo, previo inventario y avalúo que se hará de
acuerdo con el curador.

HERENCIA A BENEFICIO DE INVENTARIO:

La aceptación de la herencia a beneficio de inventario, es una


aceptación modal para proteger al heredero, común tanto para la herencia
testamentaria como ab-intestato, si bien transforma al sucesor en heredero y
propietario de la herencia, exactamente igual a como sucede con la
aceptación pura y simple de ésta, tiene por objeto y por finalidad
fundamentales impedir evitar la confusión de patrimonios que determina la
aceptación pura y simple. Ello explica, por lo demás, que si el llamado a la
herencia manifiesta su voluntad de aceptar en forma beneficiaria y luego no
cumple las restantes formalidades exigidas por la Ley o incurre en alguna
irregularidad sancionada con la perdida de dicho beneficio, ese sucesor
quedará como heredero puro y simple, puesto que su aceptación es
irrevocable.

Justificación

Tiene como propósito principal proteger y amparar al heredero, pero al


lograr ese fin, también protege y ampara a los acreedores y legatarios de la
herencia, en efecto, de no existir el beneficio de inventario cada vez que el
pasivo de la herencia exceda del correspondiente activo o que la situación
neta del patrimonio hereditario parezca dudosa, la persona llamada para la
sucesión en la generalidad de los casos optará por repudiarla a fin de
evitarse el riesgo de tener que responder con sus bienes propios, deudas y
cargas de la herencia, ahora bien tal comportamiento no solo representa
desventaja para los acreedores de la herencia, sino que empeora su precaria
situación, puesto que el caso tendría en definitiva que ser resuelto.

La ley admite que el heredero puede pedir que se le admita el beneficio del
inventario, no obstante prohibición del testador (Art.1.024 C.C.V), porque no
es licito gravar ni aumentar las responsabilidades que éste contrae con la
aceptación, por tanto, una disposición testamentaria de esta naturaleza se
considera contraria a la ley.

En el derecho, la aceptación de la herencia con beneficio de inventario


consiste en la declaración escrita del heredero por ante el juez de primera
instancia en lo civil del lugar donde se abrió la sucesión, se publicará en
extracto en el periódico oficial o en otro a falta de éste, y se fijará por edictos
en la puerta del tribunal

Diferencia entre la condición de heredero y la condición de beneficiario


del inventario.

La primera ocurre, cuando el heredero manifiesta que desea aceptar la


herencia bajo beneficio de inventario y cumple con los requisitos exigidos por
la ley.

La segunda, se refiere a las personas que sólo pueden aceptar bajo


beneficio de inventario, y entonces, aunque sus representantes acepten de
manera pura y simple aquellas personas no pierden el derecho de alegar los
beneficios de la aceptación bajo beneficio de inventario, la razón de ello es
que estos sujetos no actúan por sí, sino a través de su representante, por
tanto, aunque haya habido aceptación pura y simple respecto de ellos, la
aceptación se considera hecha bajo beneficio de inventario pero deben
manifestarlo dentro del plazo de un año a partir de haber recobrado su
capacidad.

Personas a quienes se concede el beneficio de inventario

La aceptación a Beneficio de Inventario, es facultativa, por tanto,


puede ser invocada por cualquiera de los sucesores llamados (universales) a
recoger una universalidad de bienes dejados por el causante. La herencia
puede aceptarse pura y simplemente o a beneficio de inventario”. Se refiere,
a los sucesores mayores de edad y tienen la libre administración de sus
bienes, porque si fuesen menores de edad, bajo la patria potestad o bajo
tutela, o mayores sujetos a curatela, gozan de pleno derecho de esta ventaja,
tal como lo dispone el Art. 998 y 999 C.C.V.

Este beneficio no puede invocarlo en ningún caso el legatario, porque son los
herederos y no el legatario quienes representan el patrimonio del causante, y
en tal concepto están obligados proporcionalmente a satisfacer las deudas
dejadas por el de cujus.

Se convierten de pleno derecho en herederos beneficiarios, así


tenemos:

 La herencias deferidas a los menores y a los entredichos (Art. 998


C.C.V), ahora bien, cuando el padre o en su caso la madre, no quiera o
pueda aceptar una herencia, legado o donación para el hijo, deberá
manifestarlo al tribunal, y este, a solicitud del hijo, de alguno de sus
parientes, o aún de oficio, podrá autorizar la aceptación, nombrando un
curador especial que represente al hijo (Art. 268 C.C.V).

 Los inhabilitados no pueden aceptar sino con el consentimiento de su


curador y a beneficio de inventario, si el curador se opusiese a la aceptación
puede el tribunal a solicitud del inhabilitado, autorizarle para que acepte bajo
dicho beneficio (Art. 999 del C.C.V).

 Las herencia deferidas a los establecimientos públicos o a sus otras


personas jurídicas, no podrán aceptarse sino por sus respectivas
direcciones, conforme a sus reglamentos y a beneficio de inventario (Art.
1000 C.C.V).
Formalidades de la aceptación a beneficio de inventario (requisitos,
forma y plazos para deliberar).

Teniendo esto por objeto asegurar que los acreedores y legatarios sepan
el carácter y responsabilidad del heredero si acepta, los interesados
presentes suscribirá el inventario y en caso de no saber hacerlo o no poder
hacerlo, no habrá necesidad de que un tercero firme por ellos, pero se hará
constar la mencionada circunstancia.
Aníbal Dominic, señala que no basta pedir que se forme el inventario, es
menester que el heredero lo haga practicar y que efectivamente se practique,
a fin de que haya constancia legal de los bienes de la herencia, así como de
los créditos activos y pasivos de ella.

No hay que confundir al inventario con el beneficio de inventario, ya que


puede hacer inventario de la herencia y el heredero aceptar pura y
simplemente o comportarse éste de modo que aun queriendo aceptar con
beneficio de inventario, deba ser estimado como heredero puro y simple;
recíprocamente puede haber declaración y no formarse el inventario,
produciéndose todos los efectos de la aceptación pura y simple, ya que la
aceptación a beneficio de inventario, precisa de dos requisitos concurrentes:
la declaración solemne acompañada de la formalización del inventario.

La aceptación con beneficio de inventario es siempre declaración de querer


aceptar la herencia, no reserva de deliberar si aceptarla o no, por lo que
debe decirse que mientras transcurren los plazos para formalizar el
inventario o para emitir la declaración hay un verdadero término, para
deliberar que no compromete y durante el cual el llamado no se reputa como
heredero pero si como curador de derecho de la herencia (Art.1.032 C.C.V). 
Verificada la aceptación, la cualidad de heredero se adquiere definitiva e
indeleblemente; y el heredero beneficiado no es menos heredero que el puro
y simple, consecuencialmente no puede renunciar a la herencia, pero sí al
beneficio.

Se castiga con pérdida del derecho de aceptar la herencia bajo beneficio de


inventario cuando el heredero voluntariamente y con mala fe al realizar el
inventario omite u oculta algún objeto cualquiera perteneciente a la herencia
(Art. 1.035 del C.C.V).

Termino para realizar el inventario

En cuanto a los términos, de acuerdo con el principio de que la


facultad de aceptar, sólo prescribe con el transcurso de diez (10) años (Art.
1.011 C.C.V) y de que todo interesado puede obligar al llamado a que se
pronuncie en el sentido de que si acepta o renuncia, hay que distinguir si el
heredero se encuentra en posesión real de la herencia, pues parece
razonable tratar con más rigor a quién tiene la disponibilidad de las cosas
hereditarias que a quien no las tiene.

A) Si el heredero tiene la posesión real de los bienes de la herencia:

El heredero deberá hacer el inventario dentro de los tres (3) meses a contar
desde la apertura de la sucesión, o desde que se sepa que se la ha deferido
aquella herencia (Art. 1.027 C.C.V) en este último caso, corresponde
indudablemente al sucesor probar el día en que se supo su llamamiento.

Ejemplo: 
Supongamos que el sucesor tiene noticia el 1ero de Marzo de su
llamamiento a la herencia o sea, el día que se abre la sucesión y que el 1ero
de Abril siguiente entre en la poción material de los bienes; es decir, un mes
después. En este caso, el término de tres meses para hacer el inventario
¿empezará el 1ero de marzo o el 1ero de abril? El legislador al dictar el Art.
1.027 C.C.V ha partido del supuesto de que el sucesor se encuentra ya en
posesión de la herencia el día que se abre la sucesión, o en el que tiene
noticia de su llamamiento y tal verdad es esto que el caso en que el sucesor
no se encuentra en la posesión material de la herencia, está previsto y
regulado en otros artículos. 
El termino comienza a correr desde el día de la apertura de la sucesión o del
que se tiene noticia, si desde aquel día el sucesor se encuentra en la
posesión de hecho de la herencia; en el caso contrario, el término no puede
correr sino desde el día en que se entró en la posesión.
Esta disposición en su Art. 1.027 C.C.V contiene una derogación al principio
general consagrado en el Art. 1.011 C.C.V según el cual el llamado a una
sucesión puede declarar si acepta o no mientras no prescriba por el
transcurso de diez (10) años, el derecho de aceptar.
Agrega el Art. 1.028 del C.C.V que si el heredero que se halle en la posesión
de la herencia no ha principiado en los tres (3) meses dichos a hacer el
inventario, o si no lo ha concluido en el mismo término o en la prórroga que
haya obtenido, se considera aceptación pura y simple la herencia.
Después de haber terminado el inventario el heredero que no haya hecho la
declaración preceptuada en el Art. 1.023 C.C.V, tendrá un plazo de cuarenta
(40) días, a contar desde la conclusión del inventario, para deliberar sobre la
aceptación o repudiación de la herencia (Art. 1.029 del C.C.V) ya que de lo
contrario, su silencio se considera, también con toda lógica, como aceptación
pura y simple de la herencia.

B) Si el heredero No tiene la posesión real de los bienes de la herencia:


Si el sucesor no se encuentra en posesión real de los bienes de la herencia,
ni se ha inmiscuido en su administración se puede hacer la declaración de
que acepta la sucesión a beneficio de inventario o de que solicita la
formación de éste para luego decir sobre el particular, mientras no haya
prescrito su facultad de aceptar la herencia (Art.1.030 C.C.V).
Al sucesor declarar al tribunal su deseo de aceptar la herencia a beneficio de
inventario, cuenta con tres (3) meses como lapso para concluir el inventario,
y la posibilidad de solicitar prorroga por tres meses más, conforme al Art.
1.027 C.C.V, si no concluye el inventario en este lapso se tendrá como
heredero puro y simple.
Concluido el inventario el heredero tiene un lapso de cuarenta (40) días para
aceptar, si concluido el lapso no lo declara así, se considerara que repudia la
herencia.
No obstante, en el supuesto de que la autoridad judicial haya fijado a dicho
sucesor un plazo fatal a los efectos de aceptar o repudiar la herencia, de
acuerdo con las previsiones del Art. 1.019 C.C.V, si el interesado quiere
aceptarla pero a beneficio de inventario, tanto su solicitud para que se inicie
la formación de éste, como también su declaración de aceptación
beneficiaria, tienen que llevarse a cabo dentro del mismo término que el juez
respectivo le haya concedido para aceptar o repudiar la herencia, además
que dentro de ese lapso debe estar concluido el inventario (Art. 1030 C.C.V).
En dicha hipótesis, pues, si expira el plazo fijado por la autoridad judicial sin
que el sucesor haya hecho manifestación alguna de carácter definitivo la
herencia se tiene por Repudiada, pero si manifestó su voluntad de aceptar
bajo beneficio de inventario y no concluyó el inventario se le tiene como
aceptante puro y simple Art. 1030 C.C.V) como consecuencia del carácter
irrevocable de la aceptación.
Efectos del Beneficio de Inventario

1. El heredero con este beneficio es heredero, puesto que con esta opción de
aceptar a beneficio de inventario no sufre ningún cambio en su carácter de
"heredero", ya que esta aceptación no podría deducirse como una aceptación
condicional subordinada, su existencia a un saldo activo, pues constituye una
aceptación definitiva que con el mismo título que la aceptación pura y simple
confirma al sucesible el carácter de heredero, por tanto dejará éste de
adquirir la propiedad de los bienes del de cujus pero entendido que lo
adquirirá con la deducción de las deudas que los gravan; consecuentemente
mientras estas no sean pagadas no habrá bienes hereditarios para él tal
como lo declara el principio “Bona non dicuntur nisi deducto aere alieno”, es
decir “no puede hablarse de bienes sino se ha deducido aquello que es
ajeno”.

2. No está obligado al pago de las deudas de la herencia ni al de los legados,


sino hasta la concurrencia del valor de los bienes que haya tomado, y poder
libertarse de una y otras abandonando los bienes hereditarios a los
acreedores y a los legatarios (Art. 1.036 C.C.V)

Pérdida o Cesación del Beneficio de Inventario.

El beneficio de inventario puede cesar o perderse por las siguientes


causas:
A. Por Renuncia Voluntaria del Heredero:

1. Por renuncia al beneficio de la herencia.


2. Por renuncia al beneficio, pero para continuar como heredero puro y
simple.
Aun cuando el C.C.V no puntualice en ninguno de sus artículos que el
beneficio de inventario cesa con la renuncia expresa o tácita a ese beneficio
es evidente que al heredero si es capaz le es permitido renunciar por tratarse
de un beneficio introducido a su favor, por tanto, la aceptación a beneficio de
inventario es revocable.

B. Por Causa de Tipo Legal:

1. Cuando omite en forma dolosa algún bien dela herencia. De acuerdo


con el artículo 1.035 C.C.V, decae el beneficio de inventario cuando el
heredero es culpable de haber omitido conscientemente y con mala fe, en el
inventario, algún objeto perteneciente a la herencia.
2. Cuando se apropia u oculta algún bien de la herencia. Dispone el
artículo 1.021 C.C.V que los herederos que hayan sustraído u ocultados
bienes pertenecientes a la herencia perderán el derecho a repudiarla y
quedarán constituidos en herederos puros y simples. La ocultación puede
referirse a cosas corporales de la herencia; dinero o títulos al portador
dejados por el causante, joyas, entre otros o a cosas incorporales como
créditos debidos a aquél y en particular lo que el mismo heredero adeudaba.
Exígele, en los artículos indicados, que proceda a sabiendas, es decir, que
no haya ignorancia de parte del heredero, que puede no saber que los
valores retenidos por el mismo pertenecen a la masa hereditaria y que haya
mala fe, que es, que exista el propósito de apropiárselos con perjuicio de los
acreedores o de otros heredero, pues podría suceder que los hubiese
sustraído y obligado a pagar alguna disposición testamentaria, que le
hubiese encomendado.

    3.  Cuando enajena bienes de la herencia sin la debida autorización


judicial.
Según los artículos 1.041 y 1.042 del C.C.V, pierde de hecho el beneficio de
inventario el heredero que venda bienes hereditarios sin la observación de lo
prescrito en los artículos citados, ya sea en cuanto a las formalidades
procesales de la venta.

Al vender el heredero beneficiario los inmuebles de la herencia se excede de


las facultades de administrador, procede como propietario, y es justo que se
le considere como heredero simple. El requisito de la autorización judicial
está preceptuado para que los acreedores sepan oportunamente la
enajenación que se proyecta, y puedan oponerse a ella, o pedir que se
deposite o garantice el precio a fin de que se aplique al pago de las deudas
de la herencia, según se prescribe en el artículo 1.043 del C.C.V. 

La venta hecha libremente por el heredero es no obstante válida, la Ley no la


declara nula, pues que se limita a privar del derecho de aceptar a beneficio
de inventario al heredero vendedor, y es de principio que la nulidad no
presume, ni puede suplirse por el oficio del Juez.
Los acreedores pueden, sin embargo, anularla, si prueban en uso de la
Acción Pauliana, instituida en el artículo 1.279 del C.C.V, que fue hecha en
fraude de los derechos que les corresponden, a este recurso deberán acudir
forzosamente cuando el beneficiario es declarado heredero puro y simple, y
sea por sí mismo insolvente.

Para la venta de bienes muebles, exíjase también la autorización judicial por


idénticos motivos, así son advertidos los acreedores de las enajenaciones
predichas, que aunque no manda la ley que se les notifiquen previamente,
pueden saber desde que son objeto de diligencias judiciales que requieren
algún tiempo para ser sustanciadas.
HERENCIA VACANTE:
Cuando no existen herederos legítimos, o si los hubiere, cuando
renuncian a recibir los bienes relictos, o cuando los llamados por el testador
no tengan interés en adquirirlos, la herencia se declara vacante pasando
entonces esos bienes a poder del fisco.

A pedido de cualquier interesado o del Ministerio Público, se debe declarar


vacante la herencia si no hay herederos aceptantes ni el causante ha
distribuido la totalidad de los bienes mediante legados. Al declarar la
vacancia, el juez debe designar un curador de los bienes.

LA PARTICIÓN:

La partición de la herencia es un procedimiento que tiene por objetivo


poner fin a la comunidad que recae sobre la herencia que quedó al fallecer
una persona, reemplazando la cuota que cada heredero o heredera tiene en
la misma, por bienes determinados que se entregan a cada uno de ellos.

Se sale de la comunidad mediante la partición, la cual viene a ser la


institución a la que puede acudir cualquier coheredero, quien en cualquier
momento puede ejercitar la correspondiente acción. No es otra cosa que la
división o liquidación a los herederos en proporción a los derechos que
pudieran corresponderles dentro de la herencia, adjudicándoles así su cuota
parte a cada coheredero, poniéndole fin a una comunidad. 

Pueden pedir la partición los Herederos, los Legatarios de la parte alícuota.


Los cesionarios de unos u otros, el cónyuge viudo, los acreedores de la
herencia, los acreedores del heredero y los herederos del heredero; sin
olvidar lo dispuesto para los herederos sometidos a condición. Y la pueden
pedir siempre que sean capaces, aplicándose en el caso de menores y
ausentes (piden la partición sus representantes legítimos).

Operaciones Previas a la Partición:


1. Formación de la Masa. Se consigue que todos los elementos activos y
pasivos del caudal hereditario se reúnan, aun cuando no exista o no
se hallen en posesión de los herederos.
2. Estimación de los Bienes. Se valoran los Bienes hereditarios  con
arreglo al valor que tengan en el momento de la partición con sus
aumentos y disminuciones para dar homogeneidad a bienes de
naturaleza diversa.

Realizadas  las operaciones anteriormente señaladas, se procede a formar


lotes donde es importante tener en cuenta la Igualdad que implica una
distribución de los bienes de forma proporcional en las cuotas, no
entendiéndose, por tanto; como igualdad meramente cuantitativa. Para el
caso de que la cosa sea indivisible o desmerezca mucho con su división, lo
que no impide la adjudicación de bienes pro indiviso a los herederos
conforme a las reglas de la copropiedad o condominio.
Formulados ya los lotes, se procede a las adjudicaciones de los bienes con
sus respectivos títulos

TIPOS DE PARTICION: 

Como he señalado en las dos partes anteriores de este tema "LA


PARTICION", la doctrina patria señala tres tipos de partición, que paso a
señalar: 

1. Partición Judicial Contencioso. La Partición Judicial Contenciosa, es


aquella que es tramitada, a través del procedimiento ordinario previsto
en el artículo 777 y siguientes del Código de Procedimiento Civil, de
donde se origina la sentencia respectiva, dictada al final del proceso
contencioso.
2. Partición Extra-Judicial Amistosa. La partición extra-judicial deviene de
un acuerdo de voluntades expresados por los comuneros sin la
intervención contraria ni posterior de los Órganos Jurisdiccionales, se
puede decir, que esta partición es un verdadero contrato cuya validez
entre las partes, se produce con el simple consentimiento válidamente
emitidos por ellos, de acuerdo a lo previsto en los artículos 1140 y
1141 del Código Civil.
3. Partición Judicial no Contenciosa. la Partición Judicial No
Contenciosa, ésta refiere a aquella partición en donde las partes
ocurren por ante un Órgano Jurisdiccional, a los fines de que éste,
reciba el acuerdo de voluntades respecto a la partición amigable de
sus bienes, y que el mismo, homologue dicho acuerdo, una vez haya
sido impartida la aprobación por dicho Órgano Jurisdiccional, es decir,
que dicho acuerdo no se quede en un simple contrato entre partes,
sino que, sea un acto sometido a la convalidación de una decisión
verdaderamente jurisdiccional.

El maestro Duque Sánchez, ha señalado, en cuanto a la Partición Judicial no


contenciosa, lo siguiente:

“Esta partición tiene su fundamento en la facultad o libertad que tienen los


coherederos o copartícipes de disponer y distribuirse los bienes de que son
copropietarios o comuneros en la forma que a bien tengan, sin necesidad de
intervención judicial, ni nombramiento de partidor, cuidándose solamente del
cumplimiento de determinadas normas legales de obligatoria observancia…”.

 EFECTOS DE LA PARTICION:

El efecto fundamental de la partición de la herencia es que cada coheredero


sea reputado como sucesor exclusivo e inmediato de todos los bienes que
integran su cuota, concluida la partición, se entregaran a cada uno de los
coparticipes los documentos relativos a los bienes y derechos que se le
hayan adjudicado. 

LA COLACIÓN E IMPUTACIÓN:

Supongamos como antesala, que un padre de familia, en vida, tiene


cuatro hijos, y que poco a poco, le ha estado donando sus bienes a uno solo
de sus hijos; por lo cual, el legislador buscando la equidad, entre todas las
partes, buscó la manera, para que aquellos hijos a los que nunca había
donado nada, al momento de su muerte, también se beneficien de esos
bienes, que repetimos, en vida le donó el padre a uno solo de sus hijos. Para
lo cual crea la figura de la COLACIÓN.

Art. 1.083 C.C. “El hijo o descendiente que entre en la sucesión, aunque sea
a beneficio de inventario, junto con sus hermanos y hermanas, o los
descendientes de unos y otras, deberá traer a colación todo cuanto haya
recibido del de cujus por donación, directa o indirectamente, excepto que el
donante haya dispuesto otra cosa”.

¿Quiénes pueden solicitar la colación?

Como establece el encabezado del Art. 1.083 C.C. Sólo la pueden solicitarla
los hijos o descendientes (que entren en la sucesión); es decir que todos los
demás herederos o legatarios no tienen posibilidad de solicitarla. Que un
heredero entre a la sucesión significa, que cualquiera de los llamados a
heredar que haya aceptado la herencia, está obligado a devolver los bienes
que le haya donado su causante a la masa hereditaria; pero, obsérvese, que
al final del artículo, éste nos da una especie de excepción “Excepto el caso
en que el donante haya dispuesto otra cosa”; pero a esta excepción
tenemos, por otra parte, que hacerle una excepción también, y, es que esa
figura que utiliza el donante (causante) no puede ir en contra de la legítima.
Si volvemos al ejemplo inicial, donde el padre que tenía cuatro hijos y
contaba entre sus bienes con cuatro apartamentos del mismo valor y en vida
donó (legalmente) a uno de éstos tres de los inmuebles, colocando en los
respectivos documentos de donación la coletilla “por esta donación, mi hijo
no estará obligado a hacer la colación correspondiente al momento de mi
muerte”; pero, fijémonos, que el de cujus tan solo tenía cuatro inmuebles,
que representaban todos sus bienes, y donando tres de éstos, estará
violando con ello el principio de la legítima.

Caso contrario ocurriría si sólo hubiere donado dos de los apartamentos y en


dicha donación se hubiere de igual forma colocado la excepción del final del
artículo 1.083 C.C. porque de no haberlo hecho tiene que devolverlos,
siempre y cuando haya aceptado la herencia el heredero a quien le fueron
donados; porque de rechazarla, no entrará a la legítima, por cuanto se tendrá
como que no fue llamado a la herencia. Recordemos que la persona en vida
puede disponer de un 50 % de sus bienes, el otro 50 % corresponden a sus
herederos forzosos.

La colación (Art. 1.083 C.C.). Es la obligación en que se encuentran los


COHEREDEROS DESCENDIENTES DE UN ASCENDIENTE COMÚN, que
concurran con otros a la sucesión, de aportar a la masa hereditaria
determinadas liberalidades recibidas del causante antes de la muerte de
éste, a fin de que los otros herederos participen proporcionalmente en
ellas. Cuando hablamos de herederos, debemos pensar que por lo menos
han de ser dos, las personas que vayan a heredar, porque de ser solamente
uno, no tendría sentido esta figura.

Finalidad de la colación: Lograr la igualdad de trato entre los coherederos


hijos o descendientes del de cujus a los fines de la partición de los bienes
hereditarios.

Fundamento: Es la presunta voluntad del causante, el cual al donar


pretende dar, al futuro heredero, un anticipo de lo que le corresponde en la
sucesión, esto implica que tales donaciones deben tenerse en cuenta al
momento de su muerte, ya que el causante pudo haber DISPENSADO de la
obligación de colacionar al coheredero descendiente y donatario, siempre
que se respeten los límites de la legítima. En otras palabras, el padre no hizo
más, en vida, que darle una parte de lo que le correspondía a la persona del
heredero en cuestión.

El heredero forzoso tiene a su favor la figura de la legítima; pero ¿cómo


puede calcular éste esa legítima, para saber si está dentro de los supuestos
que la Ley le da para solicitar la colación? Lo puede hacer de la siguiente
manera:

REUNIÓN FICTICIA: Consiste en sumar el valor de los bienes del testador al


momento de su muerte, deducir las deudas y luego agregar, ficticiamente, el
valor de los bienes de que haya dispuesto el causante a título de donación
durante los últimos diez (10) años de su vida. Formada así la masa
hereditaria, se calcula la porción de la cual el causante haya podido disponer,
para comprobar, si hay o no, lesión a la cuota de reserva. Es un ejercicio
meramente ideal que sólo sirve para el cálculo.

Requisitos de la colación:

Personas obligadas a colacionar:

La obligación de colacionare corresponde únicamente al hijo o


descendiente que sea heredero y suceda en conjunto con sus hermanos o
descendientes de éstos. En conclusión están obligados a colacionar en
primer lugar los hermanos coherederos y en segundo lugar los sobrinos de
estos que sucedan por derecho de representación. Por lo tanto, para estar
obligados a colacionar deben concurrir la triple cualidad de:

a) Ser Hijo o Descendiente;

b) Ser Donatario, y;
c) Ser Coheredero.

Por lo tanto solamente estos que acabamos de mencionar podrán solicitar


ese derecho de colacionar. Es decir, sólo están obligados a colacionar los
mismos sujetos que pueden solicitarla.

EJEMPLOS DE COLACIÓN:

1) Caso normal:

 Un causante deja a sus tres hijos: Un inmueble, un vehículo y una moto,
respectivamente. Los tres aceptan la herencia, por lo que cada uno está
obligado a traer dichos bienes a la masa hereditaria (Art. 1.083 C.C.), salvo
que alguno de dichos bienes haya sido donado con la excepción que expresa
el último punto del artículo 1.083 y que la misma no perjudique la legítima de
los demás.

Art. 1.086 C.C. “Las donaciones hechas al descendiente del heredero, se


considerarán hechas con la dispensa de la colación.

El ascendiente que suceda al donante, no estará obligado a la colación”.

Debemos entender como descendiente del heredero al hijo de éste; es decir,


el causante que en este caso es el abuelo, le hace a su nieto una donación
directa, que se considerará con la dispensa de que nos habla el Art. 1.083; lo
cual ocurrirá con todas las donaciones que hagan los abuelos a sus nietos;
siempre y cuando esa donación no afecte a la legítima, el nieto no estará
obligado a llevarla a colación.

En el segundo caso que nos plantea el artículo, hecha la donación en


cuestión por el abuelo a su nieto, éste, premuere a su padre; lo que significa
que el bien que era del nieto pasa a su ascendiente, en el supuesto que no
tenga descendiente; caso en el cual, el padre no tendrá la obligación de
colacionar el bien que su padre le haya donado a su hijo muerto. Si en
cambio, la donación hubiere sido hecha directamente a él, estaría obligado a
colación.

Art. 1.087 C.C. “Igualmente el descendiente que suceda en nombre propio al


donante, no estará obligado a traer a colación las cosas donadas a su propio
ascendiente, aun en el caso de haber aceptado su herencia.

Si sucede por derecho de representación, debe traer a colación lo que se


haya dado al ascendiente, aun en el caso de que haya repudiado la herencia
de éste”.

Para colacionar y/o heredar, debemos tomar en cuenta dos puntos de vista:
Si se hereda en nombre propio o si hereda por representación.

¿Cuándo heredamos en nombre propio?

En este caso los descendientes directos, son aquellos que por estar en la
primera línea de sucesión son los primeros llamados a heredar. Si el
heredero directo renuncia a su derecho de suceder, se entenderá como que
nunca fue llamado y se llamará a su descendiente (hijo) siempre y cuando no
haya coherederos, puesto que de haberlos, el hijo, de quien renunció a la
herencia no tendría ningún derecho a la misma. Pero en este caso, el nieto
pasa a ocupar el puesto de su padre y si al padre, previamente, le hubieren
donado un bien, por el hecho de que su hijo lo haya sustituido como
heredero, no se tendrá que obligar con dicho bien a colacionar, porque el
bien es del padre, a menos claro está que afecte la legítima.

El primer aparte del Art. 1.087 C.C. Obsérvese la diferencia; Si el nieto entra


de forma directa no está obligado a colacionar los bienes; pero si entra por
representación, vale decir, muere el padre, caso en el cual el hijo tiene
derecho a beneficiarse de sus bienes, pero el artículo refiere a si haya
renunciado a la herencia debe colacionar todos los bienes que el causante le
haya donado a su padre, quien murió. Es decir, el nieto se verá obligado a
colacionar los bienes que le hayan donado a su padre. Caso contrario al otro,
donde el padre no muere si no que renuncia a la herencia, por lo cual entra
en nombre propio y no en representación como en este caso, que lo que se
supone es que está asumiendo la personalidad jurídica de la persona a quien
le correspondía heredar, por lo tanto tendrá que devolver a la masa
hereditaria todos los bienes tal como lo hubiese hecho el padre de no haber
muerto.

Art. 1.088 C.C. “Las donaciones en favor del cónyuge de un descendiente, se


presumen hechas con la dispensa de la colación.

Si las donaciones se han hecho conjuntamente a dos cónyuges, uno de los


cuales sea descendiente del donante, sólo la porción de éste está sujeta a
colación”.

Si el causante, antes de morir, dona un bien al cónyuge de uno de sus


descendientes, lo cual, como sabemos no entra en la comunidad conyugal;
éste no estará obligado a colacionar.

En el primer aparte, el artículo refiere que el bien fue donado a ambos


cónyuges, supóngase que un inmueble como regalo de bodas, hecho por el
causante en vida; al momento de la muerte de éste, sólo el descendiente del
de cujus estará obligado a colacionar su 50 %.

Otro ejemplo: El causante donó a su primer hijo un inmueble cuyo valor es de


100 millones de bolívares; a su hijo dos y, a su cónyuge (viuda del de cujus)
nunca donó nada; la cantidad líquida de masa hereditaria dejada fue de 90
millones de bolívares, por lo que el hijo dos solicita la colación de ese
inmueble donado a su hermano; el cual al entrar a la masa hereditaria se
dividirá entre dos, recuérdese el texto del artículo 1. 083 C.C. Terceras
personas no entran en la colación.

Excepciones de la colación: Arts. 1.090 al 1.095 C.C.


Bienes que no están obligados a colacionar los coherederos:

Art. 1.090 C.C. “Lo dejado por testamento no queda sujeto a colación, salvo
el caso de disposición en contrario y de lo establecido en el Art. 1.108”

Lo dejado en testamento no entra en la colación por que no fue dado en


donación.

Art. 1.091 C.C. “No se debe traer a colación los gastos de manutención,
curación, educación, instrucción ni los ordinarios por vestido, matrimonio ni
regalos de costumbre”.

Nuestros padres nos han mantenido hasta pasada la mayoría de edad, dado
educación, vestido, calzado, etc. Por que esa es su obligación, no una
donación.

Art. 1.092 C.C. “Tampoco se traerá a colación las ganancias que el heredero
haya obtenido en virtud de contratos celebrados por el de cujus, con tal de
que éstos no hayan contenido alguna ventaja indirecta en el momento de su
celebración”

Art. 1.093 C.C. “No se debe colacionar por consecuencia de las sociedades
formadas sin fraude entre el de cujus y alguno de sus herederos, si las
condiciones se han establecido por un acto que tenga fecha cierta”.

Siempre y cuando no haya mala fe en asociaciones, negocios entre el


causante y sus herederos; no se puede llevar eso a colación, caso contrario
debe colacionarse, como por ejemplo, que el padre hubiere pagado las
acciones y se las hubiera regalado al hijo, caso en el cual éste deberá
colacionar esa cantidad de dinero a la masa hereditaria.

Art. 1.094 C.C. “El inmueble que haya perecido por caso fortuito y sin culpa
del donatario, no está sujeto a colación”.
Supóngase que el causante dona a uno de sus herederos un inmueble en el
Estado Vargas, el lamentable deslave que sufrió dicha entidad se llevó el
inmueble; y al momento de que muere el causante le piden al hijo a quien se
le donó el inmueble que pereció en el deslave que lo traiga a colación; cosa
que no es procedente pues éste pereció por un caso fortuito o fuerza mayor;
caso contrario sería la destrucción intencional del mismo por parte del
donatario.

Art. 1.095 C.C. “Los frutos y los intereses de las cosas sujetas a colación, se
deberán sólo desde la apertura de la colación.

Los herederos que continúen poseyendo bienes dejados por el de cujus que
produzcan ganancias diarias, está obligado a traerlos a colación y traer
también las ganancias diarias que produzca el bien, así como los intereses
de dichas cantidades de dinero, desde el momento de la apertura de la
herencia”.

CAUSAS POR LAS CUALES SE DEJA DE HACER LA COLACIÓN:

Dispensa concedida por el causante. Art. 1.083 C.C. Si al final del


documento de donación se tomó la previsión de colocarle la dispensa
referida en el Art. 1.083 C.C. y este no va en contra de la legítima. Nombre
del último punto del Art. 1.083, dispensa de la obligación de colacionar el
bien: “Excepto el caso en que el donante haya dispuesto otra cosa”.

Art. 1.094 C.C. (IDENT.)

BIENES COLACIONABLES:

Art. 1.083 C.C. Todos aquellos bienes que hayan sido entregados a los hijos
o sus descendientes y que no hayan sido dispensados.

1) Bienes Inmuebles: Art. 1.097 C.C. “La colación se hace, sea presentando


la cosa en especie, sea haciendo que se impute su valor a la respectiva
porción, a elección del que hace la colación”. El causante dejó a uno de sus
herederos un inmueble, adicionalmente dejó una importante cantidad de
dinero, muy por encima del valor del inmueble; en ese momento la persona
tiene dos pociones (recordemos la imputación) trae el inmueble a la masa
hereditaria o pide que descuenten su valor de su cuota parte
correspondiente.

2) Muebles: Art. 1.106 C.C. “La colación de los muebles se hace por


imputación y atendiendo al valor que tenían cuando se verificó la donación, si
se trata de cosas de consumo o fungibles. En los demás casos de muebles,
la imputación se hará conforme lo dispuesto para los inmuebles en los
artículos anteriores”. En el caso de cosas de consumo o fungibles no los
vamos a devolver, sino que estaremos obligados a pagar las cantidades de
dinero correspondientes a dicho bien consumible o fungible (que perecen).
Para los demás casos se tendrá que decidir, igual que en el caso anterior, si
se entrega el bien como tal o si se pide que se descuente de la cuota parte
correspondiente.

3) Cantidades de dinero. Art. 1.107 C.C. “La colación del dinero se hace


agregando ficticiamente el donado al que haya en la herencia. Si no hubiere
dinero, o si el que hubiere no bastare para dar a cada heredero el que le
corresponda, el donatario puede eximirse de la donación, abandonando,
hasta debida concurrencia, el equivalente en muebles y, a falta de estos, en
inmuebles”.

4) Deudas del heredero con el causante: Art. 1.073 C.C. “Cada uno de los
coherederos traerá colación, según las reglas que más adelante se
establecen, lo que se le haya dado y las cantidades de que sea deudor”.

MODOS DE EFECTUAR LA COLACIÓN:

De conformidad con el Art. 1.097 C.C. hay dos formas:


a) Presentando la cosa en especie: Esto es trayendo la cosa o bien recibido
en donación al caudal hereditario.

b) Haciendo que se impute su valor a la respectiva porción: Imputando el


valor de la cosa a la propia cuota, es decir, el heredero conserva la cosa.

IMPUTACIÓN: Es un concepto que a diario utilizamos; como por ejemplo,


cuando alguien nos dice, me debes equis cantidad de dinero y le
contestamos: impútalo a la deuda que tienes conmigo… y no te debo nada.

La doctrina nos da dos puntos de vista de la imputación:

IMPUTACIÓN PROPIA: Es la obligación del legitimario que pida la reducción


de las donaciones y disposiciones testamentarias hechas por el causante a
favor de otros (coherederos o extraños), de calcular, cuanto ha recibido el
mismo del difunto a título de donación o legado e imputar su cuota a la
legítima. Art. 1.108 C.C. “No obstante las disposiciones de los artículos 1.088
y 1.096, el donatario o legatario que tenga derecho a la legítima, y que pida
la repudiación de las liberalidades hechas a favor de un donatario, de un
coheredero o de un legatario, aunque sea extraño, como excedente de la
porción disponible, debe imputar a su legítima las donaciones y legados que
se le hayan hecho, a menos que se le haya dispensado formalmente de tal
imputación. Sin embargo, la dispensa no tiene efecto en perjuicio de los
donatarios anteriores”.

En este caso es la obligación de cualquiera de los hijos o descendientes, que


al momento de solicitar que alguno de los restantes coherederos traiga a
colación un bien que le fue dado en donación, está obligado igualmente, para
calcular su legítima, a llevar todos los bienes que el causante le haya donado
a su masa patrimonial personal para luego descontarlo como parte de su
legítima. Supóngase que el causante tenía tres hijos (A, B, C). a “A” el padre
le donó en vida un inmueble y un vehículo; de igual manera a “C” le donó (en
vida) un inmueble y una moto; pero “A” se percata de que el apartamento de
“C” es mucho más costoso que el suyo; por lo que pide que “C” traiga a
colación sus bienes; cosa que puede pedir, pero de la misma manera estará
obligado a traer los bienes que a él también le donó su causante a la masa
hereditaria y a contar dichos bienes como si fueran parte de su legítima. “B”
se beneficia que sus coherederos traigan a colación sus bienes.

IMPUTACIÓN VERDADERA: Es un modo de colacionar, tal como se


evidencia en el Art. 1.097 C.C. “La colación se hace, sea presentando la
cosa en especie, sea que se impute su valor a la respectiva porción, a
elección del que hace la colación”.

Por ejemplo, tenemos en este momento, a un padre con tres hijos: A, B y C.


a “A” cuando el padre vivía le donó dos apartamentos; pero, además de
éstos, la herencia cuenta con una cantidad importante de dinero que supera
con creces el valor de los dos apartamentos donados a “A”. “A”, tendrá dos
formas de colacionar esos bienes (apartamentos). La primera, por vía de
imputación, entregando los inmuebles como tal (en especies); y la segunda
posibilidad que tiene es, al saber cuánto le corresponde del dinero que dejó
de cujus, pedir que le descuenten el valor de los inmuebles de esa cantidad y
le den lo que le resta del mismo.

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