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JORGE LARROSA El profesor artesano. Materiales para conversar sobre el oficio Meveduo /perfiles Elprofesor artesano... = Jorge Larrosa n una extraa idea de utopia pedagégica que tiene algo de profesion de fe en la escuela y en Ia educacidn. En su Defensa de la escuela, Simons y Masschelein hablan del amor (y del profesor amateur), pero no de la fe (0 solo indirectamente), pero hay otro tex- to en el que desarrollan una idea de la “utopia escolar” que si tiene que ver con una especie de creencia. Habria ahi, quizés, una idea de la profesién de fe del profesor en la que este no solo se compromete dblicamente con su materia de estudio (como el profesor que “pro- sn el texto de Derrida sobre la universidad) sino se compromete también con las nuevas generaciones y quizé, sobre todo, con la escuela: En lugar de proyectar una utopia hacia el futuro, apuntamos a una uto- ia al pensamiento sobre la escuela, no como una der cualquier cosa significa que Ia capacidad de aprender es incondi- cional y, ademas, que lo que una persona puede aprender no esta pre- “cualquiera puede aprender no hay predestinay race con un destino predeter implica més bien que hace falta aprender para dar sede la escolarizacién (.).L lugar donde cus Todastas cits se alan cote as peas 265-27 ygp ay, Capitulo 05 « Del amor y de la fe ©, al final del texto: Que “cualquiera puede aprender cualquier cosa” es la idea utdpica que subyace la escuela y no la que presenta un escenario posible pata el fu idea sun punto de partida fascinante, irreal e inescapable. Adoptar esa idea utdpica en educaci ca cuestionar radicalmente la idea de que el futuro de s predeterminad ina, esa de que el futuro no est predeterminado, de que todo esta abierto, de que no hay nada dado en la naturaleza humana, de que ni el origen ni destino son determinantes, de que el ser humano se define a si mismo ‘n.cada momento de su historia, subyace también, lo Freire en el hombre com t de mundos, y alla fe j ‘igualdad de las inteligencias y en que se puede aprender sin ma La cuestién de la fe det profesor podria r “brecha del tiempo” de Hannah Arendt (ese intervalo entre pasado y el futuro que se formula en Ia introduccin a la serie de tex- tos entre los que esta “La crisis en la educacién”), Por ejemplo: Observado desde el punto de vista del hombre, que siempre vive en el in- tervalo entre pasado y futuro, po Wo, un flujo de porque esta partido por la mitad, en el punto se yergue; y “su” punto de mira no es al co a diferencia del mundo y de la cultura en que hemos nacido, solo pu heredarse ni transmitirse desde el pasado; cada n i6n, cada nuevo ser humano, sin duda, en la medida en que se reel pasado y el futuro. En Entree pasado 7 La sgul se apts. a7 El profesor artesano... «Jorge Larrosa inserte entre el pasado infinito y un futuro infinito, debe descubrirlo de ‘nuevo y pavimentarlo con laboriosidad. La escuela, desde ese punto de stitucién que algunas sociedades han creado para materializar y dar forma a esa brecha del tiempo en Ja que cada nueva generacién (cada nuevo ser humano) vie~ mundo y en la que tiene la posibitidad de definirse a si mi ‘Tal vez la escuela sea la materializacién de dad en tanto que la idea de que “cualquiera puede aprender cuala cosa’, la idea de que “el hombre es un constructor de mundos” 0 la idea de que “no hay ninguna diferencia natural entre las inteligencias humanas” suponen, todas ellas, que el pasado no es determi que el futuro esté abierto. Sin embargo, esa fe que, segtin dice Masschelein, esta inscrita en la idea misma de escuela y de educacién, s pro- fesores que hacen, con su trabajo de cada sea es- cuela, Porque son los (compartida y disputada), los que hacen (y al mismo can”) que una iglesia sea una iglesia (y no otra cosa) y que los dioses tengan consistencia; los que hacen (y verifican) que un parlamento sea un parlamento (y no otra cosa) y que la democracia sea “verdade- Tamente” democracia; los que hacen que un tribunal sea realmente un tribunal y que la justicia sea merecedora de su nombre; los que hacen (y verifican) que una escuela sea realmente una escuela (y no una fé- brica, un hogar o un shopping) y que la educacién sea verdaderamente edueacién (y no, por ejemplo, adquisicién de competencias ttiles 0 sa- tisfaccién de necesidades emocionales). Y, tal vez, a partir de ahi se podria pedir a los estudiantes que vuelvan a Paulo Freire, a Joseph Jacotot 0 a cualquiera de los grandes pedagogos (podriamos pensar en Comenio, en Pestalozzi, en Montessori, en Maka~ renko, en Freinet) y que trataran de pensar, en relacién a alguno de ellos, Ia forma que tienen sus profesiones de fe (en la escuela y en la educacién) ¥y de qué manera esas declaraciones tienen efectos de realidad (en la es cuela y en la educacién) en tanto que todos ellos (asi como sus seguido= 1e8) se convierten en inventores de procediimientos para verificarla, 1218 _Capitulo 05 « Del amory de la fe El profesor sin materia {Con Jan Masschelein, Maarten Simons, Laura Fontan, Nicolas Rios y Eric Ortega) Para volver al amor al oficio y, sobre todo, a qué tipo de amor podria asunto fundamental de esta parte del seccidn titulada “Una cues- Defensa de Ia escuela, de Simons y Masschelein, esa en la que hablan del profesor amateur como de alguien que ama sui materia y por eso quiere compartitla con los alumnos. Para retomar el asuinto en clase, pedi a los estudiantes, como ejercicio, que formu- Jasen algunas preguntas al texto y que las enviasen a sus comparieros para que trabajaran con ellas La que més nos interes6 a todos, la cuestion del profi aparecié en la pregunta que nos mandé Laura Fo En el oficio de profesor se une profesor de al tién de am mor por los estudiantes. del libro que hemos lefdo se dice: “Junto al ‘amor por la vex a causa de él, el profesor también ensé ie en el libro ambos amores estén ur rmular mi pregunta. Mi cuest snte por la materia en la que esta c estudiante”. A separarlos para fundament Fue aqui donde intervino Nicolés Rios, chileno, profesor de histor que escribié que su primera respuesta a la pregunta ace de existir un profesor sin materia seria que no, que para cexistir un profesor sin materia, que lo que quiere transmitir, que no pod profesor I profesor artesano... «Jorge Larrosa ichas de sus companeras de clase, no lo tiene tan claro. ¥ entonces escuela en Chile estan las profesoras de educacién difere 1 aula junto al profe la asignatura. Entiendo s especificas, sino en dificultades ‘6 necesidades para el les poco preci- sa, :D6nde esté aqui la materia? Creo 12 materia que siempre esté met ie refiero a la materia en la que el alu a solo aparece en oF otro lado, creo que hay yes la dificultad. Son especi ‘obstéculo para que el alt ier otro tipo de profesor podria saber, y esto las jue hacen y conocen. La materia creo que jista en esa materia (las dificultades las necesidades de aprendizaje) le permaite al maestro difer alalumno, leerlo, estudiarlo, “aificultades para aprender”, haby s las tenemos y cas. En este sent . habria en la dificultad para aprender el efecto de una injusticia s ‘de amor en el seno ver estas cuestiones, a, en el caso de un haber materia en el senti- feria en la dificultad es experto: n estudiantee “oyent@™ interesado en la fi- losofia de Ia educacién, con el siguiente scrltoyy w1- y hablamos del Cuando h ‘qué- nos olvidamos de a rrendizaje, Porque no es lo mismo aprender matematicas qu as naturales en vez de dibujo. Podemos decir que la materia deter- xdo en que va a transmitirse ~o encar 1 consiguiente, la forma en que sera percibi 1a profesora diferen: na forma de evitarlo es tratando la cuestién Propongo, entonces, que juguemos a que considerados en general -psicolégica. Sen diar, con fallida~ q que subya transmi no es descabellado pens. mi uede no haber nadie mejor que el profesor suempefioen estudio hace Podemos pensar, entonces, en ui jetido fuese convert Ios errores de Una materia que, como comentaba Ni 1a en la que el alumno yer fesor dite ls “en general” sino que dispone de un tipo muy preciso de ma El profesor artesano... Jorge Larrosa ja, al mismo tiempo, por la disciplina escolar y el alumno ropiedad, deberiamos fe aqui el profe- ial de geografia”. La cuestién qued6 asi planteada y, después de conversar un poco, que el juego de la “errorologia” que nos proponia Eric era eso, ut go, porque lo que hacfa era dividir al profesor de una materia en el in- terior de si mismo haciendo que uno de ellos se centrara en la materi desde el punto de vista de su transmisién mientras que el otro lo hi- ciera desde el punto de vista de su adquisicién o, dicho de otro modo, desde el punto de vista del alumno. En el medio estaria, desde luego, a materia, y lo que haria el “profesor diferencial de geogr: amar la geografia, desde luego, pero atender a ella, digamos, desde el punto de vista de los que cometen errores en su manera de Introd cirse en ella, La cuestién, dije, continuaba siendo si es posi profesor sin materia y, por tanto, si lo que en Chile se llama “profesor diferencial” serfa, estrictamente hablando, un profes En ese sentido, recordé una conversacién que habia tenido con una sora de “préeticas” en una facultad de educacién. Lo que ella ha- ‘a disefar, orientar y evaluar las practicas que los alumnos ha- ‘en escuelas como parte de su formacién profesional y, por tanto, no era estrictamente profesora de nada. Sin embargo, ella decia que no era, desde luego, una disciplina de conocimiento, pero que ella era udiosa de las maneras de trabajar tanto de los profesores en ejerci- indiferente que los alunos se iniciaran como “profesores de historia” © como “profesores de matematicas”. De hecho, ella trabajaba en la facultad de histor istoriadora y profesora de histo- ria, y lo que hacia era trabajar sobre las maneras en que la historia se ia de estudio y, por qué no decilo, en materia de ensefianza y aprendizaje. Uno de los participantes conté la historia de una profesora de inglés ero cuando empez6 a trabajar en una es cuela de las consideradas “diffciles” y “conflictivas” se encontré cont que dedicaba més tiempo a conversar con sus alumnos sobre sts pro= as en la escuela) que a ensefar In« Capitulo 05 « Del amor y deta fe és; Hegé ala jn de que allf no podia ensefiar inglés y con- luy6 que no podia “ser profesora” y que la situacién de la escuela y de sus alumnos la habia convertido en “otra cosa que profesora”. en general” o en el “especi aprendizaje” (el profesor diferencial que habia provocado la conversa~ cién), sino que podria verse también, quiz4, en todos esos profesores ‘moral, la educacién emocio- nal o la educacién en valores; en los que tra tienen que ver con “aprender esto 0 aquello las identidades y de los comportamientos como, por ejemplo, cacién sexual o la educacién alimentaria; o en todas las escolares que tienen que ver con problematizar escolarmente. nes de la vida cotidiana de los chicos. desde el punto de vista de una escu todos", y que tal vez eso de las “

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