Está en la página 1de 5

LA CRISIS CIVICO-MILITAR EN ESTADOS UNIDOS

Nombre

Docente
Asignatura
Universidad
2021

1
Un principio básico para el normal funcionamiento del estado-nación democrático

es la subordinación del poder militar al poder político, o el “control civil” sobre el

estamento militar. Pero al mismo tiempo, los mandos militares precisan contar con

un margen de actuación que permita el empleo de las fuerzas y medios puestos a

su disposición, sin injerencias de los líderes políticos que impongan condiciones

de detalle sobre el planeamiento y la conducción de las operaciones militares o la

organización de las fuerzas. La conciliación de estos dos aspectos puede provocar

indeseables tensiones en las relaciones entre el poder militar y el poder político,

con importantes consecuencias.

La crisis actual en el ámbito cívico-militar no es un tema de ayer, esta va desde

hace muchos años. Ha estado sucediendo desde al menos el comienzo de la

administración Clinton, donde, tuvo lugar un debate sostenido y razonablemente

intenso entre académicos, periodistas e incluso un alma intrépida ocasional en

uniforme sobre el estado de las relaciones cívico-militares en Estados Unidos.

Además de ello, se debe ver con claridad el mal uso del personal, unidades e

instalaciones militares. Esto deja ver la gran disposición que tienen los militares a

ser utilizados como apoyo político por parte del comandante en jefe.

Los expertos en relaciones cívico-militares coinciden en señalar al modelo

“separatista” de Huntington como el prevalente en EEUU a lo largo de su historia,

frente al modelo “fusionista” de Janowitz. El modelo huntingtoniano, que aboga por

la separación de los ámbitos de competencia propios de civiles y militares, sin

2
embargo, no parece el que rige las actuaciones tanto de los líderes civiles como

de los militares en el contexto de las guerras no convencionales.

Teniendo en cuenta el documento proporcionado como lectura: “Las fuerzas

armadas de hoy no solo no son estratégicamente efectivas, sino que también raya

en ser estratégicamente disfuncionales. A juzgar por las experiencias operativas

recientes, puede que ni siquiera sea eficaz desde el punto de vista militar. El

ejército es aparentemente competente en una cosa: operaciones de combate

convencionales contra enemigos convencionales.”

Además, para tener una idea clara de la parte estratégica en estas relaciones:

El anti-intelectualismo arraigado, la predisposición a la acción sobre la

reflexión y la preferencia por la reconfortante simplicidad de las actividades

tácticas y técnicas contribuyen a la escasez de pensamiento estratégico y

asesoramiento por parte de los líderes militares. De lo contrario, las

operaciones de caza y muerte orientadas a las masas, intensivas en

potencia de fuego y culturalmente insensibles dejarían de caracterizar

nuestros esfuerzos contraproducentes en Irak y Afganistán. De lo contrario,

los profesionales uniformados no hubieran perpetrado la tortura

estratégicamente catastrófica de los detenidos en Abu Ghraib, Guantánamo

y otros lugares. De lo contrario, el actual aumento de tropas en Irak no sería

glorificado como una "estrategia"

3
Todas ellas son medidas que van en detrimento de la seguridad y autoprotección

de las fuerzas contrainsurgentes. Y son contrarias a principios de la cultura

estratégica norteamericana, como son el alto valor que conceden a la vida

humana y a evitar las bajas entre las tropas propias, para lo que maximizan el

empleo de la tecnología.

Al final, la ineficacia de las autoridades civiles puede resultar en un nuevo ciclo de

intervenciones en el ámbito militar. La presión es para que se den los golpes

militares, la contribución de Estados Unidos en la militarización es una ausencia

civil y una presencia militar mayor.

La existencia de unas adecuadas relaciones entre los máximos líderes civiles y

militares es imprescindible para el adecuado empleo del poder militar de acuerdo a

los objetivos políticos establecidos, ambas partes precisan que las relaciones de

estos bandos sean lo más funcionales posibles para asegurar la convergencia

entre los fines definidos en la estrategia de la nación y las acciones militares

desarrolladas en la zona de operación en forma de combates. Su importancia es

tal, que las relaciones cívico-militares deben considerarse una característica

esencial en la política de seguridad nacional.

BIBLIOGRAFIA

 Deare Craig, La militarización en América Latina y el papel de Estados

Unidos, 2008.

4
 Rumsfeld, D. (2002). Transforming the Military. Foreign Affairs, Vol. 81, No.

3, May-Jun 2002, 20-32.

 Nix, D. (2012). Amrican Civil-Military Relations. Samuel P. Huntington and

the Political Dimensions of Military Professionalism. Naval War College

Review, Spring 2012.

 Cepeda Luis (2015) Estados Unidos y las Relaciones Civico-Militares: De la

transformación Militar al paradigma de contrainsurgencia, UNED.

También podría gustarte