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Los Tres Héroes Sicainos

El 18 de abril de 1882, Huyuycan y Piracato, distrito de Sicaya (Huancayo), en el valle del


Mantaro, una memorable batalla de la resistencia andina encabezada por el coronel
Vicente Samaniego y la guerrillera Joaquina Ávila viuda de Lindo, y sus tres hijos contra la
expedición chilena invasora del coronel Estanislao del Canto.
Los combatientes quechua hablantes opusieron una cruenta resistencia para impedir el
ingreso del regimiento chileno, conformado por 800 soldados, al Valle del Mantaro,
Avelino Cáceres, para organizar la resistencia guerrillera en el Valle del Mantaro.
Destrucción de puentes
Hasta antes de este fatídico encuentro bélico, ya se tenían varios batallones y más aún,
ya habían ejecutado exitosamente la destrucción de tres puentes para trabar el
desplazamiento de los invasores: el puente La Mejorada (hoy La Breña), el puente
Chongos y el puente de Huaripampa.
En la destrucción del puente La Mejorada intervinieron los hermanos, experimentados
armeros, Eulogio y Nicéforo Leyva y un niño de 13 años, Vicente Gutarra, aceptado por su
como voluntario y que ayudaría decisivamente en la tarea de romper, en horas de la
media noche, con comba y cincel, uno de los extremos del puente y conseguir al río
Mantaro.
Una patrulla chilena, emplazada en el otro extremo, alcanzó tardíamente a darse cuenta
de la operación y disparar contra los guerrilleros, pero estos consiguieron eludir los
disparos y salir rampando del área de peligro.
Los resistentes, al amparo de la oscuridad y camuflados con ponchos campesinos
cruzaron el puente Viso sobre el río Cunas, ubicado en el límite de Pilcomayo y
Huamanqaqa Chico, y no bien terminaron de trasponer el puente fueron sorprendidos por
un patrulla chilena y hechos prisioneros.
La batalla
En la noche del desastre patriota del 18 de abril, el estado mayor del Batallón Libres de
Sicaya conformado por el coronel Vicente Samaniego, los capitanes Tomás Gutarra Solís
y Enrique Rosado Zárate y el teniente José Gavino Esponda Tassa, resolvieron
trasladarse a Chongos Bajo para unirse al Batallón Los Emponchados del Alto Cunas,
liderado por Ceferino Aliaga, y juntos enfrentar a los invasores.
recuerdamos que el Batallón Libres de Sicaya salió al encuentro de la columna invasora,
produciéndose el choque en las Pampas de Huyucan y Pirataco.
Los sobrevivientes de esta gloriosa jornada guerrillera recuerdan que Ávila minutos antes
de sostener el choque con los invasores, alentó a sus combatientes con la siguiente
proclama: "¡Adelante valientes sicaínos!, morir defendiendo nuestra patria es más
glorioso que permitir en Huancayo la presencia del enemigo invasor".
Inmolación
Junto a ella cayeron sus tres hijos, así como Felipe Esponda Tassa, hermano del teniente
José Gavino Esponda, uno de los líderes de la resistencia sicaína; sargento primero
Alejandro Castillo, vencedor de Tarapacá, Higinio Chihuán, Manuel Cuadros, Basilio
Jiménez, Felix Lazo y Pablo Maraví, entre otros.
Los principales jefes del Batallón Libres de Sicaya fueron capturados vivos. Las columnas
de los invasores, con sus preciados trofeos de guerra ingresaron a su cuartel improvisado
en Huancayo con el nombre de "Chacabuco", donde de inmediato los sometieron a
torturas para obligarlos a que delaten a los integrantes de la resistencia, lo que no
consiguieron.
Luego de un juicio sumario, el coronel Vicente Samaniego, los capitanes Tomás Gutarra
Solís y Enrique Rosado Zárate, líderes del Batallón Libres de Sicaya fueron condenados a
muerte, con excepción de Esponda, por encontrarse herido de bala.
Los torturadores se ensañaron particularmente con Samaniego, por ser el jefe de los
guerrilleros de esta zona del Valle del Mantaro, al que le ofrecieron perdonarle a cambio
de la rendición del Batallón Libres de Sicaya.
Samaniego
Samaniego les respondió: "Nosotros como ellos (los caídos en Huyucan y Piracato),
debemos morir peleando, ustedes harían igual viendo su suelo mancillado".
El primero se suscitó, el 22 de abril de 1882, fecha fijada para la ejecución, los
condenados fueron llevados desde el cuartel Chacabuco por la antigua calle Real de
Huancayo hasta la plaza Huamanmarca (hoy Centro Cívico).
A la altura de la plaza Constitución, un jefe chileno ensayó un saludo a Samaniego y este
le apostrofó: "Con qué derecho se permite un jefe chileno saludar a un soldado
peruano!" El segundo tuvo lugar en la plaza Huamanmarca, cercada por los 800
soldados del regimiento enemigo. Un jefe invasor advirtió que no se tolerarían
expresiones a favor de los condenados y quien lo haga sería pasado por las armas.
Fusilados
Aún en su celda, el capitán Rosado, uno de los condenados, le pidió al teniente Esponda,
que no sería fusilado por encontrarse herido:"‘Teniente, entregue este poncho a mi
querida hermana Santosa y dígale que he muerto fusilado en defensa de la patria".
Luego de ser sacados de sus celdas y colocados frente al pelotón de fusilamiento, los
condenados son vendados y obligados a sentarse para ser fusilados. Pero, el capitán
Rosado les increpa: "Un peruano no muere sentado ni vendado, sino de pie y
descubierto. Quedan otros como yo que sabrán vengar mi sangre. ¡Viva el Perú!...
¡Muera Chile!".
Joaquina Avila FRASE:"¡Adelante
valientes sicaínos!, morir defendiendo
nuestra patria es más
glorioso que
permitir
en

Huancayo la presencia del enemigo invasor".


VICENTE SAMANIEGO VIVAS

FRASE CUNADO FUE TORTURADO Y DOBLEGADO A RENDIRSE :


"Nosotros como ellos (los caídos en Huyucan y
Piracato), debemos morir peleando, ustedes harían
igual viendo su suelomancillado".

FRASE DEL SALUDO CHILENO A UN PERUANO :


"Con qué
derecho se permite un jefe chileno
saludar a un soldado

ENRIQUE ROSADO
ZARATE
FRASE EN LA PRISION APUNTO DE SER FUSILADO :
Teniente, entregue este poncho a mi querida
hermana Santosa y dígale que he muerto
fusilado en defensa de la patria".
FRASE DEL FUSILAMIENTO PI PI PI: "Un
peruano no muere sentado ni vendado,
sino de pie y descubierto. Quedan otros
como yo que sabrán vengar mi sangre.
¡Viva el Perú!... ¡Muera Chile!".

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