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CENTRO UNIVERSITARIO
DE LA GUARDIA CIVIL
DUQUE DE SANTOMAURO
MANUAL
LA RECONSTRUCCIÓN
DE SINIESTROS
VIALES José Andrés Campón Domínguez
José Luis San Román García
Pedro Antonio Rodríguez Luque
Vicente Díaz López
Juan Francisco Cocaña Rosco
Daniel García-Pozuelo Ramos
Pedro Fuentes Ortega
Silvia Santos Cuadros
José Luis Vidal Barrientos
Abril 2020
DIRECCIÓN GENERAL
DE LA GUARDIA CIVIL
GUARDIA CIVIL
MANUAL
LA RECONSTRUCCIÓN
DE
SINIESTROS VIALES
Abril 2020
Departamento de Investigación y Calidad
Imprime: Imprenta RONU
Centro Universitario de la Guardia Civil (CUGC) 45370 Santa Cruz de la Zarza (Toledo)
ISBN: 978-84-121575-5-0 (Edición impresa)
Calle de la Princesa, s/n 978-84-121575-3-6 (Edición en línea)
28300 Aranjuez (MADRID)
e-mail: cugc-registro@guardiacivil.org
www.cugc.es
Portada y maquetación: GC Carlos Hernández Lerma Depósito Legal: M-11809-2020
Abril 2020
COEDITA:
Centro Universitario de la Guardia Civil (CUGC) e
Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles (ISVA-UC3M)
PRÓLOGO .............................................................................................................................. 13
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 1
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
Velocidad ................................................................................................................. 40
Aceleración .............................................................................................................. 40
El movimiento rectilíneo uniforme (MRU) ............................................................. 41
Movimiento rectilíneo y uniformemente acelerado (MRUA). ................................ 42
Movimiento parabólico ............................................................................................ 43
Tiro o lanzamiento horizontal .................................................................................. 44
CINÉTICA ......................................................................................................................... 45
Masa ......................................................................................................................... 45
Fuerza ....................................................................................................................... 45
Leyes de Newton ...................................................................................................... 46
4.3.1 Primera Ley de la Inercia................................................................................ 46
4.3.2 Segunda Ley de la Dinámica .......................................................................... 46
4.3.3 Tercera Ley de Interacción ............................................................................. 46
Ecuaciones de equilibrio .......................................................................................... 47
Centro de gravedad ................................................................................................. 47
4.5.1 Centro de masas .............................................................................................. 47
4.5.2 Centro de gravedad ......................................................................................... 49
Momento de inercia ................................................................................................. 50
4.6.1 Definición ....................................................................................................... 50
4.6.2 Teorema de Steiner o teorema de los ejes paralelos ....................................... 51
4.6.3 Momento de inercia de un vehículo ............................................................... 53
Momento de una fuerza con respecto a un punto..................................................... 54
2 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
ÍNDICE
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 3
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
4 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
ÍNDICE
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 5
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
6 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
ÍNDICE
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 7
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
8 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
ÍNDICE
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 9
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
10 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
ÍNDICE
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 11
PRÓLOGO
Prólogo
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 13
CAPÍTULO 1. FUNDAMENTOS MATEMÁTICOS
CAPÍTULO 1
FUNDAMENTOS MATEMÁTICOS
INTRODUCCIÓN
TRIGONOMETRIA
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 15
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
α = s/r Ecuación 1
s
𝛼
Para medir los ángulos se emplean como unidades principales la comparación con: el
giro, revolución o ángulo completo; el ángulo llano; y el cuadrante o ángulo recto. Un ángulo
es una cantidad sin dimensiones.
− Radián: unidad angular natural en trigonometría y unidad del sistema internacional
de medidas. El radián es un ángulo tal que cualquier arco que se le asocie mide
exactamente lo mismo que el radio utilizado para trazarlo (Muñoz & Moya, 2015,
pág. 137). En una circunferencia completa hay 2π radianes (algo más de 6,28).
− Grado sexagesimal: unidad angular que divide una circunferencia en 360 grados.
En el sistema sexagesimal de medida la unidad es el grado sexagesimal, que se
define como la trescientos sesenteava parte de un ángulo completo. Tiene dos
divisores, el minuto que es la sesenteava parte de un grado y el segundo que es la
sesenteava parte de un minuto (Muñoz & Moya, 2015, pág. 137).
− Grado centesimal: unidad angular que divide la circunferencia en 400 grados
centesimales.
− Mil angular: unidad angular que divide la circunferencia en 6400 unidades.
El ángulo recto o cuadrante, en el que su arco es igual a la cuarta parte del perímetro, es
la mitad de un ángulo llano, aquel que subtiende un arco de medio perímetro, y éste la mitad
de un ángulo completo que es aquel que subtiende el arco entero o sea toda la circunferencia.
Un ángulo recto será la circunferencia completa dividida en cuatro partes. Y un ángulo llano la
circunferencia completa dividida por la mitad.
16 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 1. FUNDAMENTOS MATEMÁTICOS
Ángulo llano
Ángulo
recto
Ángulo
circunferencia
completa
G ctan 𝛼
F
se𝑐 𝛼 E
B
r =1 cose𝑐 𝛼
tan 𝛼
sen 𝛼
A cos 𝛼 C D
Figura 3: Representación gráfica de las razones trigonométricas fundamentales
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 17
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
Debido a que las razones trigonométricas son independientes del triángulo con respecto
del cual se calculen, sus valores están tabulados, y se pueden calcular mediante una calculadora
científica. Para hacer cálculos mediante la calculadora, en primer lugar hay que asegurarse de
que la calculadora esté puesta en grados o en radianes, dependiendo de cómo queramos hacer
los cálculos. En la pantalla aparecerá la indicación DEG, si está en grados sexagesimales; o
RAD, si está puesta en radianes. El cambio de uno a otro sistema dependerá del tipo de
calculadora, aunque lo más habitual es que se haga utilizando la tecla MODE y algún número,
según una leyenda que suele aparecer justo debajo de la pantalla (Rodriguez del Rio, 2005, pág.
82).
Las teclas que sirven para calcular seno, coseno y tangente; son sin, cos y tan
respectivamente. Por ejemplo, para calcular el valor de cos (45°), con la calculadora en el modo
DEG, pulsamos 4 + 5+ cos y el resultado que se obtiene, dependiendo del número de decimales
que admita la calculadora es Cos (45°) = 0,707106. Conocido el valor de una razón
trigonométrica, por ejemplo el seno, también es posible calcular mediante la calculadora, el
valor del ángulo. Por ejemplo, si sen α = 0'3451, para calcular el valor del ángulo, utilizamos la
función de la calculadora sin-1 . Esta es la función inversa del seno. Para utilizarla, se pulsa
0'3451 + sin- el resultado que se obtiene es 20,1879.
Signo de las razones trigonométricas
La circunferencia de radio unidad nos permitía medir sobre los ejes cartesianos, X e Y, el
valor del seno y del coseno. Situando el origen de ángulos 0º para el ángulo entre el punto p =
(x, y) = (1,0) y el eje X, y el ángulo 90º para el correspondiente al formado por el punto p 1 =
(x, y) = (0,1) y el eje X. Los signos de estas dos razones en cada uno de los cuadrantes pueden
verse en la Figura 4.
90° π/2
2º Cuadrante 1º Cuadrante
3º Cuadrante 4º Cuadrante
-1
270° 3π/2
Como puede observarse Figura 4, en el primer cuadrante tanto el seno como el coseno
son positivos; en el segundo cuadrante el seno es positivo, pero el coseno es negativo; en el
tercero, tanto el seno como el coseno son negativos y, finalmente, en el cuarto cuadrante el
coseno es positivo y el seno negativo.
18 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 1. FUNDAMENTOS MATEMÁTICOS
90°
𝛽
𝛼
𝛽
180° 𝛼
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 19
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
ctan 𝛽 G ctan 𝛼
H F
I se𝑐 𝛽 r =1 se𝑐 𝛼 E
J B
cose𝑐 𝛽 cose𝑐 𝛼
tan 𝛽
tan 𝛼
𝛽
sen 𝛽
sen 𝛼
𝛼 𝛼
K L cos 𝛽 A cos 𝛼 C D
90°
𝛽
180° 𝛼
20 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 1. FUNDAMENTOS MATEMÁTICOS
90°
𝛽
180° 𝛼
G ctan 𝛼
F
r se𝑐 𝛼 E
=1
B
cose𝑐 𝛼
tan 𝛼
𝛽
sen 𝛼
𝛼
K L cos 𝛽
A cos 𝛼 C D
sen 𝛽
tan 𝛽
cose𝑐 𝛽
J
I se𝑐 𝛽
H
ctan 𝛽 M
Figura 10: Relaciones trigonométricas entre un ángulo y otro al que se le suma uno llano
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 21
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
Por otro lado en el tercer cuadrante, si a 270º se le resta el ángulo α, entonces las
relaciones entre razones trigonométricas serían las siguientes:
sen 𝛼 = − cos (270° − 𝛼) cos 𝛼 = − sen (270° − 𝛼) ctan 𝛼 = tan (270° − 𝛼)
2.4.4 Ángulos del cuarto cuadrante
Dado un ángulo α y su opuesto en el cuarto cuadrante, tal y como puede verse en la
Figura 11, pueden observarse las relaciones entre sus correspondiente razones trigonométricas.
De ella se deduce que las razones trigonométricas estarían relacionadas de la siguiente
forma:
sen 𝛼 = −sin (−𝛼) cos 𝛼 = cos (−𝛼) tan 𝛼 = − tan (−𝛼)
G ctan 𝛼
F
r =1 se𝑐 𝛼 E
B
cose𝑐 𝛼
tan 𝛼
sen 𝛼
𝛽
𝛼 cos 𝛼
A cos
cos𝛼𝛽 C D
sen 𝛽
tan 𝛽
cose𝑐 𝛽 J
se𝑐 𝛽 I
M H
ctan 𝛽
La mayoría de las magnitudes que se utilizan en Física son magnitudes vectoriales. Junto
a ellas, existen otras magnitudes que se denominan escalares. En todo caso el estudio de la
Geometría y del Cálculo Vectorial es completamente necesario para poder comprender los
principios y las técnicas que se utilizan en la reconstrucción de siniestros viales.
22 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 1. FUNDAMENTOS MATEMÁTICOS
Magnitud escalar
Una magnitud física es escalar cuando queda determinada por el número que expresa su
medida. Una cantidad escalar únicamente tiene magnitud, por ejemplo el precio de un
automóvil, la presión de un neumático, la energía, la temperatura, etc. Las cantidades escalares,
por ser números simples, se suman como cualquier número real.
Definición de vector
Una magnitud es vectorial cuando en su determinación se necesita, además de su medida,
una dirección y un sentido, es decir, es imprescindible para representarla un vector. Las
magnitudes vectoriales se indican con una flecha encima del símbolo utilizado 𝑎⃗ y su módulo
se expresa con las barras de valor absoluto |𝑎⃗|.
¿A qué llamamos vector? Un vector es un segmento orientado que viene caracterizado
por las siguientes propiedades (Rodriguez del Rio, 2005, pág. 102):
− Módulo. Es la longitud del segmento medida con una unidad previamente elegida,
es su valor numérico. Se denota por |𝑎⃗|.
− Dirección. Es la indicada por la recta a la que pertenece el segmento y en la que se
apoya el vector.
− Sentido. El indicado por la flecha en uno de sus extremos. El otro extremo del
segmento se llama origen o punto de aplicación del vector. Cada dirección tiene dos
sentidos. Por esta razón se dice que un vector es un segmento orientado, porque
tiene un sentido.
Teniendo en cuenta el punto de aplicación, los vectores pueden ser:
− Fijos, si su punto de aplicación es un punto perfectamente determinado.
− Deslizantes, en el caso, de que su punto de aplicación es un punto cualquiera de la
recta que determina la dirección del vector.
− Libres, en el supuesto, que su punto de aplicación sea un punto cualquiera del
espacio.
Representación gráfica de un vector
Gráficamente, un vector se representa por un segmento rectilíneo con una punta de flecha
en uno de sus extremos. En un vector conviene distinguir los siguientes elementos: el origen o
punto de aplicación, el extremo donde se sitúa la punta de flecha; la dirección, que coincide
con la recta sobre la que se encuentra; el sentido, señalado por la flecha, y el módulo o longitud
del segmento que media entre el punto de aplicación y el extremo.
Módulo
Sentido
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 23
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
𝑎⃗ + 𝑏⃗⃗
𝑎⃗
𝑏⃗⃗
𝑎⃗ + 𝑏⃗⃗
Figura 14: Suma de vectores con una misma dirección y distinto sentido.
24 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 1. FUNDAMENTOS MATEMÁTICOS
𝑎⃗
𝑏⃗⃗
𝑎⃗ + 𝑏⃗⃗
También se puede realizar la suma dibujando uno de los vectores 𝑎⃗ y desde su extremo
otro equivalente a 𝑏⃗⃗ . El vector que une el origen del primero con el extremo del segundo es el
vector suma 𝑠⃗ = 𝑎⃗ + ⃗⃗⃗⃗
𝑏 . El mismo resultado (𝑠⃗) se hubiese obtenido trazando, a partir de O, el
vector 𝑏⃗⃗ y desde su extremo el 𝑎⃗. Esta forma de sumar vectores se llama regla del
paralelogramo.
𝑏⃗⃗
𝑎⃗
𝑎⃗ + 𝑏⃗⃗
𝑠⃗⃗⃗ = 𝑎⃗ + 𝑏⃗⃗
No se afirma en esta igualdad que el módulo de 𝑠⃗⃗⃗sea la suma algebraica de los módulos
de 𝑎⃗ y 𝑏⃗⃗ sino que el efecto físico que produce 𝑠⃗⃗⃗ es el mismo que el de 𝑎⃗ y 𝑏⃗⃗ actuando
simultáneamente.
El módulo de |𝑠⃗⃗⃗|es siempre igual a la expresión abajo inserta, si son dos los vectores
que se suman y siendo el ángulo formado ellos:
2
|𝑠⃗⃗⃗| = √|𝑎⃗|2 + |𝑏⃗⃗| + (2 × |𝑎⃗| × |𝑏⃗⃗| × 𝑐𝑜𝑠 𝜑) Ecuación 2
En el caso de que los vectores tengan la misma dirección y sentido, el ángulo es cero y
su coseno la unidad; por tanto,
2 2
|𝑠⃗⃗⃗| = √|𝑎⃗|2 + |𝑏⃗⃗| + (2 × |𝑎⃗| × |𝑏⃗⃗| × cos 0° = √|𝑎⃗|2 + |𝑏⃗⃗| + (2 × |𝑎⃗| × |𝑏⃗⃗|)
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 25
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
𝑏⃗⃗ 𝑏⃗⃗
𝑎⃗
𝑎⃗ 𝑐⃗ 𝑐⃗
𝑑⃗ 𝑑⃗
𝑠⃗
Figura 17: Suma de varios vectores concurrentes
𝑟⃗ = 𝑎⃗ − 𝑏⃗⃗ = 𝑎⃗ + (−𝑏⃗⃗)
Y gráficamente, de la siguiente forma, tal y como se ve en la Figura 18:
𝑎⃗ 𝑎⃗
𝑏⃗⃗
𝑏⃗⃗ 𝑎⃗+(-𝑏⃗⃗)
-𝑏⃗⃗
Figura 18: Sustracción de vectores.
26 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 1. FUNDAMENTOS MATEMÁTICOS
Si los vectores 𝑎⃗ y 𝑏⃗⃗ son concurrentes el procedimiento es más sencillo, ya que tan solo
se unen sus extremos, obteniendo así el modulo y la dirección del vector diferencia y su sentido
será del menor al mayor o del sustraendo al minuendo.
𝑎⃗ 𝑟⃗ = 𝑎⃗ -𝑏⃗⃗
𝑏⃗⃗ 𝑎⃗
𝑏⃗⃗
𝑎⃗
𝑎⃗
𝑎⃗ 3𝑎⃗
y z
⃗⃗
𝑘
𝑗⃗
𝑗⃗ 𝑖⃗ y
𝑖⃗ x
x
Figura 21: Representación gráfica de los vectores unitarios en el plano (izda) y espacio (dcha)
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 27
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
Componentes de un vector
Las componentes de un vector son las proyecciones de dicho vector sobre los ejes de
coordenadas, que pueden ser bidimensionales o tridimensionales, según se trate de un plano o
del espacio.
3.5.1 Espacio bidimensional
Si se representa un vector 𝑎⃗ en un eje de referencias en el plano formado por los ejes de
coordenadas X e Y, se llama componentes del vector a las proyecciones de 𝑎⃗ sobre los
citados ejes, que determinan los vectores 𝑎⃗𝑥 𝑦 𝑎⃗𝑦 . Matemáticamente se puede expresar como:
𝑎⃗ = 𝑎⃗𝑥 + 𝑎⃗𝑦 Ecuación 3
Gráficamente puede verse que ese vector 𝑎⃗ puede representarte como la suma de sus
dos vectores componentes.
y
⃗⃗
𝒂
⃗⃗⃗⃗⃗
𝒂𝒚
x
⃗⃗⃗⃗⃗
𝒂𝒙
28 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 1. FUNDAMENTOS MATEMÁTICOS
𝑎
⃗⃗⃗⃗⃗𝑧 𝛾 𝑎⃗
𝛽
y
𝑎𝑥
⃗⃗⃗⃗⃗ 𝑎𝑦
⃗⃗⃗⃗⃗
𝛼
DERIVADAS
Se considera una función y = f (x) y dos puntos próximos sobre el eje de abscisas “a” y
“a+h”, siendo “h” un número real que corresponde al incremento de x (Δx).
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 29
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
Tasa de variación
Se llama tasa de variación de la función en el intervalo [a, a+h], que se representa por
“Δy”, a la diferencia entre las ordenadas correspondientes a los puntos de abscisas “a” y “a+h”.
𝛥𝑦 = [𝑓(𝑎 + ℎ) − 𝑓(𝑎)]
Gráficamente, puede verse mejor lo que representa la tasa de variación de una función
cualquiera f (x).
y
s
Q
f(a+h)
f(a+h)-f(a)
P 𝜶
f(a) R
h
a a+h x
Figura 24: Tasa de variación de la función f(x)
Por otro lado, se denomina tasa de variación media en el intervalo [a, a+h], y se representa
por ∆𝑦/ℎ ó ∆𝑦/𝑥, al cociente entre la tasa de variación y la amplitud del intervalo considerado
sobre el eje de abscisas, “h” ó “Δx”, esto es:
𝑓(𝑎 + ℎ) − 𝑓(𝑎)
𝑇𝑉𝑀[𝑎, 𝑎 + ℎ] =
ℎ
La expresión anterior coincide con la pendiente de la recta secante a la función f(x), que
pasa por los puntos de abscisas “a” y “a+h”.
𝑓(𝑎 + ℎ) − 𝑓(𝑎)
𝑚=
ℎ
Ya que en el triángulo PQR resulta que:
𝑓(𝑎 + ℎ) − 𝑓(𝑎)
tan 𝛼 =
ℎ
Función derivada de una función
Se define la derivada de una función 𝑦 = 𝑓(𝑥) respecto de la variable independiente 𝑥,
que se denota por 𝑓′(𝑥), al límite de la razón del incremento de esta función ∆𝑦, en relación
con el incremento de dicha variable ∆𝑥, cuando éste tiende a cero (Piskunov, 1970, pág. 64).
∆𝑦
𝑓 ′ (𝑥) = lim
∆𝑥→0 ∆𝑥
30 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 1. FUNDAMENTOS MATEMÁTICOS
Con la nomenclatura utilizada, la función derivada de una función 𝑓(𝑥) es una función
que asocia a cada número real su derivada, si existe.
𝑓(𝑥+ℎ)−𝑓(𝑥)
𝑓 ′ (𝑥) = 𝑙𝑖𝑚 Ecuación 6
ℎ→0 ℎ
• Ejemplo 1
′ (𝑥)
𝑓(𝑥 + ℎ) − 𝑓(𝑥) (𝑥 + ℎ)2 − (𝑥)2 2ℎ𝑥 + ℎ2
𝑓 = lim = lim = lim = 2𝑥
ℎ→0 ℎ ℎ→0 ℎ ℎ→0 ℎ
y
s
Q
f(a+h)
f(a+h)-f(a)
P 𝜶
f(a) R
h
𝛽
a a+h x
Figura 25: Representación gráfica de la tasa de variación y la derivada de una función en un punto
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 31
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
P
f(a)
𝛽
a x
Figura 26: Representación gráfica de la derivada de una función en un punto
32 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 1. FUNDAMENTOS MATEMÁTICOS
Elementales
1. 𝑓(𝑥) = 𝑘 𝑓 ′ (𝑥) = 0
2. 𝑓(𝑥) = 𝑥 𝑓 ′ (𝑥) = 1
𝑛
3. 𝑓 (𝑥) = 𝑥 𝑓 ′ (𝑥) = 𝑛𝑥 𝑛−1 𝑓 (𝑥) = 𝑔(𝑥)𝑛 𝑓 ′ (𝑥) =
𝑛𝑔(𝑥)𝑛−1 𝑔′(𝑥)
𝑛 1 𝑔′(𝑥)
4. 𝑓(𝑥) = √𝑥 𝑓 ′ (𝑥) = 𝑛 𝑓(𝑥) = 𝑛√𝑔(𝑥) 𝑓 ′ (𝑥) = 𝑛
𝑛 √𝑥 𝑛−1 𝑛 √𝑔(𝑥)𝑛−1
Exponencial
5. 𝑓 (𝑥) = 𝑒 𝑥 𝑓 ′ (𝑥) = 𝑒 𝑥 𝑓 (𝑥) = 𝑒 𝑔(𝑥) 𝑓 ′ (𝑥) = 𝑒 𝑔′(𝑥)
6. 𝑓 (𝑥) = 𝑎 𝑥 𝑓 ′ (𝑥) = 𝑎 𝑥 ln 𝑎 𝑓 (𝑥) = 𝑎 𝑔(𝑥) 𝑓 ′ (𝑥) = 𝑎 𝑔(𝑥) 𝑔′(𝑥) ln 𝑎
7. Potencial exponencial: 𝐷(𝑓 (𝑥) 𝑔(𝑥) = 𝑔(𝑥) 𝑓 (𝑥) 𝑔(𝑥)−1 𝑓 ′ (𝑥) + 𝑓 (𝑥) 𝑔(𝑥) 𝑔′(𝑥)ln𝑓(𝑥)
Logarítmica
1 𝑔′(𝑥)
8. 𝑓(𝑥) = ln 𝑥 𝑓 ′ (𝑥) = 𝑥 𝑓(𝑥) = ln 𝑔(𝑥) 𝑓 ′ (𝑥) = 𝑔(𝑥)
1 𝑔′(𝑥)
9. 𝑓(𝑥) = log 𝑎 𝑥 𝑓 ′ (𝑥) = 𝑥 ln 𝑎 𝑓(𝑥) = log 𝑎 𝑔(𝑥) 𝑓 ′ (𝑥) = 𝑔(𝑥) ln 𝑎
Trigonométricas
10. 𝑓(𝑥) = sen 𝑥 𝑓 ′ (𝑥) = cos 𝑥 𝑓(𝑥) = sen 𝑔(𝑥) 𝑓 ′ (𝑥) = 𝑔′(𝑥) cos 𝑔(𝑥)
11. 𝑓(𝑥) = cos 𝑥 𝑓 ′ (𝑥) = − sen 𝑥 𝑓(𝑥) = cos 𝑔(𝑥) 𝑓 ′ (𝑥) = − 𝑔′(𝑥) sen 𝑔(𝑥)
12. 𝑓(𝑥) = tan 𝑥 𝑓 ′ (𝑥) = 1 + tan2 𝑥 = 1/ cos2 𝑥
𝑓(𝑥) = tan 𝑔(𝑥) 𝑓 ′ (𝑥) = (1 + tan2 𝑔(𝑥)) 𝑔′(𝑥) = 𝑔′(𝑥)/ cos2 𝑔(𝑥)
1 𝑔′(𝑥)
13. 𝑓(𝑥) = sen−1 𝑥 𝑓 ′ (𝑥) = √1−𝑥2 𝑓(𝑥) = sen−1 𝑔(𝑥) 𝑓 ′ (𝑥) =
√1−𝑔2 (𝑥)
−1 𝑔′(𝑥)
14. 𝑓(𝑥) = cos −1 𝑥 𝑓 ′ (𝑥) = √1−𝑥 2 𝑓(𝑥) = cos −1 𝑔(𝑥) 𝑓 ′ (𝑥) = −
√1−𝑔2 (𝑥)
1 𝑔′(𝑥)
15. 𝑓(𝑥) = tan−1 𝑥 𝑓 ′ (𝑥) = 1+𝑥 2 𝑓(𝑥) = tan−1 𝑔(𝑥) 𝑓 ′ (𝑥) = 1+𝑔2 (𝑥)
Reglas de derivación
16. Suma: ℎ′ (𝑓(𝑥) + 𝑔(𝑥)) = 𝑓 ′ (𝑥) + 𝑔′ (𝑥)
17. Resta: ℎ′ (𝑓(𝑥) − 𝑔(𝑥)) = 𝑓 ′ (𝑥) − 𝑔′ (𝑥)
18. Producto: ℎ′ (𝑓(𝑥) × 𝑔(𝑥)) = 𝑓 ′ (𝑥) × 𝑔(𝑥) + 𝑓(𝑥) × 𝑔′ (𝑥)
19. Cociente: ℎ′ (𝑓(𝑥)/𝑔(𝑥)) = (𝑓 ′ (𝑥) × 𝑔(𝑥) − 𝑓(𝑥) × 𝑔′ (𝑥))/𝑔2 (𝑥)
20. Producto por un número: ℎ′ (𝑎 × 𝑓(𝑥)) = 𝑎 × 𝑓′(𝑥)
21. Composición (Regla de la cadena): ℎ′ (𝑔(𝑓(𝑥))) = 𝑔′(𝑓(𝑥)) 𝑓′(𝑥)
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 33
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
INTEGRALES
∫ 𝑓(𝑥) 𝑑𝑥
Donde:
• 𝑓(𝑥)es el integrando o función a integrar.
• dx es diferencial de x, e indica cuál es la variable de la función que se
integra.
Si 𝐹(𝑥) es una primitiva de 𝑓(𝑥)se tiene que:
Donde C es la constante de integración y puede tomar cualquier valor numérico real. Para
comprobar que la primitiva de una función es correcta basta con derivar esta última.
Linealidad de la integral indefinida
La integral de una suma de funciones es igual a la suma de las integrales de esas funciones.
La integral del producto de una constante por una función es igual a la constante por la
integral de la función.
∫ 𝑘𝑓(𝑥) 𝑑𝑥 = 𝑘 ∫ 𝑓(𝑥) 𝑑𝑥
34 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 1. FUNDAMENTOS MATEMÁTICOS
Elementales
1. ∫ 𝑘𝑑𝑥 = 𝑘𝑥 + 𝑐
𝑥 𝑛+1
2. ∫ 𝑥 𝑛 𝑑𝑥 = +𝑐
𝑛+1
𝑑𝑥
3. ∫ = ln 𝑥 + 𝑐
𝑥
𝑥 𝑘𝑥
4. ∫ 𝑘 𝑑𝑥 = +𝑐
ln 𝑘
5. ∫ 𝑒 𝑥 𝑑𝑥 = 𝑒 + 𝑐 𝑥
Trigonométricas
6. ∫ sen 𝑥 𝑑𝑥 = − cos 𝑥 + 𝑐
7. ∫ cos 𝑥 𝑑𝑥 = sen 𝑥 + 𝑐
8. ∫ tan 𝑥 𝑑𝑥 = −ln(cos 𝑥) + 𝑐
9. ∫ ctan 𝑥 𝑑𝑥 = ln(sen 𝑥) + 𝑐
10. ∫ sec 𝑥 𝑑𝑥 = − ln(sec 𝑥 + tan 𝑥) + 𝑐
11. ∫ cosec 𝑥 𝑑𝑥 = ln(cosec 𝑥 − ctan 𝑥) + c
12. ∫ sec 2 𝑥 𝑑𝑥 = tan 𝑥 + 𝑐
13. ∫ cosec 2 𝑥 𝑑𝑥 = ctan 𝑥 + 𝑐
14. ∫ sec 𝑥 tan 𝑥 𝑑𝑥 = sec 𝑥 + 𝑐
15. ∫ cosec 𝑥 ctan 𝑥 𝑑𝑥 = − cosec 𝑥 + 𝑐
Fracciones y raíces
𝑑𝑥 𝑥
16. ∫ √𝑘 2 = sin−1 𝑘 + 𝑐
−𝑥 2
𝑑𝑥 1 𝑥
17. ∫ 𝑘 2 +𝑥 2 = 𝑘 tan−1 𝑘 + 𝑐
𝑑𝑥 1 𝑥
18. ∫ = 𝑘 sin−1 𝑘 + 𝑐
𝑥√𝑥 2 −𝑘 2
𝑑𝑥 1 𝑥−𝑘
19. ∫ 𝑥 2 −𝑘 2 = 2𝑘 ln 𝑥+𝑘 + 𝑐
𝑑𝑥 1 𝑘+𝑥
20. ∫ 𝑘 2 −𝑥 2 = 2𝑘 ln 𝑘−𝑥 + 𝑐
𝑑𝑥
21. ∫ = ln(𝑥 + √𝑥 2 ± 𝑘 2 ) + 𝑐
√𝑥 2 ±𝑘 2
1 1 𝑥
22. ∫ √𝑘 2 − 𝑥 2 𝑑𝑥 = 2 𝑥√𝑘 2 − 𝑥 2 + 2 𝑘 2 sin−1 𝑘 + 𝑐
1
23. ∫ √𝑥 2 ± 𝑘 2 𝑑𝑥 = 2 √𝑥 2 ± 𝑘 2 ± 𝑥 ln(𝑥 + √𝑥 2 ± 𝑘 2 ) + 𝑐
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 35
CAPÍTULO 2. DINÁMICA
CAPÍTULO 2
DINÁMICA
INTRODUCCIÓN
La física clásica ha tenido, normalmente, como objeto de estudio diferentes materias tales
como la mecánica, la luz, el calor, el sonido, la electricidad y el magnetismo.
La mecánica es la parte de la física que estudia el movimiento y el equilibrio de los
cuerpos, así como de las fuerzas que los producen. La mecánica puede subdividirse, entre otros
sectores, en estática y dinámica. Esta última se divide a su vez en dos partes (Beer & Johnston,
1983, pág. 435):
− Cinemática que trata de la geometría del movimiento relacionando
desplazamientos, velocidades, aceleraciones y tiempos, sin tener en cuenta las
causas que lo producen.
− Cinética que estudia la relación existente entre la masa de un cuerpo, las fuerzas
que actúan sobre él y el movimiento que realiza en relación con las causas que lo
producen.
Las leyes de la física son generalizaciones procedentes de las observaciones de los
resultados experimentales. Una ley es, en general, un hecho, una verdad restringida por la
aplicación de los principios a circunstancias particulares de instrumentación y medio; concreta
la medida de las magnitudes físicas permitiendo, en fin, establecer relaciones de variación entre
unas y otras. Estas leyes se expresan, normalmente, como ecuaciones matemáticas que
posteriormente se utilizan para realizar predicciones respecto a otros fenómenos y para verificar
el margen de validez de las mismas.
Para comprender los principios y leyes de la física, aplicables a la reconstrucción de
siniestros viales, se necesitan conocimientos sobre matemáticas, especialmente cálculo
diferencial e integral. Generalmente, la mejor forma de comprender la dinámica y las técnicas
matemáticas es mediante la resolución de problemas reales y prácticos en este campo,
simultáneamente o posteriormente a la adquisición de los conocimientos teóricos.
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 37
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
¿Cómo se podría determinar si un vehículo va más rápido que otro? Para responder a esa
cuestión se necesita conocer lo que es la rapidez. De no ser así lo primero que hay que hacer es
definirla. Esta definición deberá ser operativa, de modo que se pueda medir y comparar.
Una magnitud física es una propiedad medible de un sistema físico, es decir, a la que se
le pueden asignar distintos valores como resultado de una medición o una relación de medidas.
Las magnitudes físicas se miden usando un patrón que tenga bien definida esa magnitud, y
tomando como unidad la cantidad de esa propiedad que posea el objeto patrón.
Si se intenta definir la rapidez de un cuerpo, se llegara a la conclusión de que se trata de
una relación entre el espacio que recorre y el tiempo que tarda en hacerlo, es decir que para esta
definición se ha recurrido a otras magnitudes físicas, el espacio recorrido y el tiempo empleado.
Son magnitudes fundamentales aquellas cuyas unidades se eligen arbitrariamente
tomándose como base de los sistemas de unidades y no tienen una ecuación que las defina. La
longitud, la masa y el tiempo son las primeras magnitudes fundamentales. A las magnitudes
que se definen a partir de otras se les denomina magnitudes derivadas, así pues la velocidad es
una magnitud derivada.
Si magnitud es todo aquello susceptible de medida, medir es comparar dos magnitudes
de la misma especie, una de las cuales, se toma como patrón y se denomina unidad. En otras
palabras una unidad es una cantidad arbitraria que se adopta para comparar con ella cantidades
de su misma especie.
Las unidades deben cumplir unas ciertas condiciones:
− Constantes.
− Universales.
− Fáciles de reproducir.
Una vez definidas las magnitudes se le deben asignar a cada una de ellas una unidad de
medida. Se denomina sistema de unidades al conjunto de éstas que resulta de escoger
determinadas unidades simples. El sistema de unidades más utilizado, y prácticamente el único
a utilizar en este manual, es el Sistema Internacional de Unidades (SI), también conocido como
Giorgi ampliado (G) o Sistema MKS porque sus tres primeras unidades fundamentales son: el
metro, el kilogramo-masa y el segundo.
Para fijar unidades derivadas, basta considerar la fórmula de la magnitud, expresando las
unidades simples en el sistema que se desee adoptar. Algunas de las magnitudes derivadas, que
con más frecuencia se utilizan en la reconstrucción de siniestros viales, son:
38 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 2. DINÁMICA
Se ha de tener especial cuidado, al operar con fórmulas físicas, de emplear las magnitudes
adecuadas, pues si empleamos unidades distintas en los miembros de una ecuación, el resultado
carece de sentido.
CINEMÁTICA
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 39
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
También puede decirse que se trata de la derivada de la función de posición con respecto
al tiempo.
Aceleración
En muchos tipos de movimientos, como ocurre con los vehículos, la velocidad cambia
constantemente a media que transcurre el tiempo. Para conocer mejor el movimiento de los
cuerpos, es necesario definir una nueva magnitud que relacione el cambio de velocidad con el
intervalo de tiempo en que se produce. A dicha magnitud se la denomina aceleración. El vector
aceleración media es la diferencia vectorial de dos velocidades en un determinado intervalo de
tiempo:
𝑣⃗ − ⃗⃗⃗⃗⃗
𝑣0 ∆𝑣⃗
𝑎𝑚 =
⃗⃗⃗⃗⃗⃗ =
𝑡 − 𝑡0 ∆𝑡
40 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 2. DINÁMICA
t
Figura 27: Grafica de la velocidad en un MRU
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 41
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
Relación espacio y tiempo. Teniendo en cuenta que para este movimiento, 𝑣 = cte, y
recordando la definición de velocidad, podemos escribir que:
𝑠2 − 𝑠1
𝑣=
𝑡2 − 𝑡1
y por tanto: 𝑠2 − 𝑠1 = 𝑣 × (𝑡2 − 𝑡1 ), ecuación que proporciona la distancia recorrida
entre los instantes t1 y t2. La posición en un instante t, conocida la velocidad y la posición inicial
s1, viene dada por la fórmula (MRU):
𝑠 = 𝑠1 + 𝑣 × (𝑡2 − 𝑡1 ) Ecuación 11
Es decir, en el caso de que el origen de los espacios no coincida con el de los tiempos,
o lo que es lo mismo, que al comenzar a contar el tiempo t, el móvil tenga un desplazamiento
inicial s1 a partir del origen, la ecuación que nos determina la distancia desde el punto s2 al punto
de origen, es decir, su desplazamiento vectorial (s) tomado en la recta de la dirección del
movimiento.
Y si en el instante inicial el móvil se encontraba en el origen, coincidiendo ahora posición
y distancia recorrida, la expresión anterior se reduce a:
𝑠 = 𝑣 × (𝑡2 − 𝑡1 )
Al no haber variación de dirección, ni de velocidad, no existe aceleración normal ni
tangencial.
Movimiento rectilíneo y uniformemente acelerado (MRUA).
En este movimiento la velocidad no es constante, sino que varía regularmente. Es un
movimiento cuya trayectoria es una recta y su aceleración constante, sus ecuaciones son:
𝑣𝑓 = 𝑣𝑖 + 𝑎 × 𝑡 Ecuación 12
1
Si, 𝑠0 = 0 y 𝑣𝑖 = 0 , entonces: 𝑠 = 2 × 𝑎 × 𝑡 2
42 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 2. DINÁMICA
Movimiento parabólico
Se puede resolver fácilmente si se desprecia el rozamiento del aire. Se descompone en
movimiento horizontal con velocidad constante y movimiento vertical uniformemente
acelerado hacia abajo con 𝑎⃗ = ⃗g⃗.
En todo lanzamiento de proyectiles tomamos como sistema de referencia (O, X, Y) cuyo
origen O coincide con el punto de lanzamiento:
𝑣⃗ 𝑣𝑥
⃗⃗⃗⃗⃗
𝑣𝑦
⃗⃗⃗⃗⃗ 𝑣𝑥
⃗⃗⃗⃗⃗
𝑣0
⃗⃗⃗⃗⃗ 𝑣𝑥
⃗⃗⃗⃗⃗
𝑣𝑦
⃗⃗⃗⃗⃗
h 𝑣⃗
𝑣0𝑦
⃗⃗⃗⃗⃗⃗⃗
𝛼0 𝑣0𝑥
⃗⃗⃗⃗⃗⃗⃗
o 𝛼0 x
𝑣0𝑥
⃗⃗⃗⃗⃗⃗⃗ s 𝑣0𝑦
⃗⃗⃗⃗⃗⃗⃗
𝑣0
⃗⃗⃗⃗⃗
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 43
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
𝑣0
⃗⃗⃗⃗⃗
𝑣0
⃗⃗⃗⃗⃗
𝑣𝑦
⃗⃗⃗⃗⃗
𝑣⃗
h
o x
s
44 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 2. DINÁMICA
2 × 𝑦⁄
siendo t el tiempo empleado en llegar al suelo, 𝑡 = √ 𝑔 , por tanto,
2×ℎ
𝑆 = 𝑣0 × √ Ecuación 17
𝑔
CINÉTICA
Es la parte de la física que estudia el movimiento de los cuerpos considerando las causas
que lo originan o modifican, es decir, las fuerzas. Para comprender las leyes de Newton por
completo y poderlas aplicar, se deben definir primero los conceptos de fuerza y masa.
Masa
La masa es una magnitud física, así como una propiedad fundamental de la materia, que
expresa la inercia o resistencia al cambio de movimiento de un cuerpo. De manera más precisa
es la propiedad de un cuerpo que determina la aceleración del mismo, cuando este se encuentra
bajo la influencia de una fuerza dada. Es una propiedad intrínseca de los cuerpos que determina
la medida de la masa inercial y de la masa gravitacional. La unidad utilizada para medir la masa
en el Sistema Internacional de Unidades es el kilogramo (kg).
No debe confundirse con el peso, que es una magnitud vectorial que representa una
fuerza cuya unidad utilizada en el Sistema Internacional de Unidades es el newton (N), si bien
a partir del peso de un cuerpo en reposo, que es atraído por la fuerza de la gravedad, se puede
conocerse su masa al conocerse el valor de la gravedad.
Fuerza
La fuerza se define en función de la aceleración que produce sobre el cuerpo patrón, así
la fuerza necesaria para producir una aceleración de 1 m/s2 sobre el cuerpo patrón es por
definición un Newton (N).
Un medio o agente cómodo para ejercer fuerzas sobre objetos determinados lo constituye
un muelle. En los muelles ordinarios y para pequeños alargamientos la fuerza ejercida es
proporcional al alargamiento. Esto se conoce como la ley de Hooke. Así pues, podemos llevar
a cabo experimentos para observar cómo se combinan varias fuerzas.
Se observa experimentalmente que las fuerzas se suman como vectores; es decir, la
aceleración resultante se encuentra sumando las aceleraciones vectoriales que cada fuerza
produciría si estuviese actuando aislada. Si dos fuerzas iguales actúan en sentidos opuestos
sobre el mismo cuerpo, la aceleración es nula.
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 45
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
Con unos muelles calibrados se puede medir la fuerza ejercida por la atracción
gravitatoria de la Tierra sobre un objeto, a la que se denomina Peso. Cuando el peso de un
cuerpo es la única fuerza que actúa sobre el mismo, su aceleración es de 9’81 m/s2 hacia la
Tierra, siendo por tanto, el peso del cuerpo patrón de 9’81 N.
Leyes de Newton
La mecánica clásica o newtoniana es una teoría del movimiento basada en las ideas de
masa y fuerza y las leyes que relacionan estos conceptos físicos con las magnitudes cinemáticas,
posición, velocidad y aceleración, ya estudiadas. Las relaciones fundamentales de la
mecánica clásica están contenidas en las leyes de Newton del movimiento.
4.3.1 Primera Ley de la Inercia.
Un cuerpo permanece en su estado inicial de reposo o movimiento con velocidad
uniforme a no ser que se ejerza una fuerza de desequilibrio externa. Esta ley se conoce como la
Ley de la Inercia porque, para variar el estado de reposo o de movimiento rectilíneo uniforme,
es preciso aplicar una fuerza neta; es decir, los cuerpos presentan una resistencia, denominada
inercia, a variar estos estados. Se puede afirmar que todo cuerpo continúa en su estado de reposo
o de movimiento uniforme sobre una línea recta a no ser que se le obligue a variar dicho estado
mediante fuerzas que actúen sobre él.
4.3.2 Segunda Ley de la Dinámica
La aceleración de un cuerpo es inversamente proporcional a su masa y directamente
proporcional a la fuerza externa resultante que actúa sobre él, o de otra forma, la variación del
movimiento es proporcional a la fuerza motora a que se le somete y se realiza en el sentido de
la recta en la que la fuerza actúa.
La expresión matemática de la segunda ley de newton es:
𝑑𝑝⃗ 𝑑𝑣⃗
𝐹⃗ = =𝑚
𝑑𝑡 𝑑𝑡
es decir, la resultante de las fuerzas 𝐹⃗ que actúan sobre una partícula es igual a la variación
de su cantidad de movimiento respecto del tiempo. Sin embargo, la mayoría de las veces
seguiremos utilizando la expresión:
𝐹⃗𝑛𝑒𝑡𝑎 = ∑𝑛𝑖=0 ⃗⃗⃗
𝐹𝑖 = 𝑚𝑎⃗ Ecuación 18
Al igual que cualquier vector, los vectores aceleración y fuerza neta resultante pueden
expresarse en función de sus componentes cartesianas.
4.3.3 Tercera Ley de Interacción
Las fuerzas se presentan siempre en parejas, de tal forma que, si un cuerpo A ejerce una
fuerza sobre un cuerpo B, el cuerpo B ejercerá una fuerza igual pero opuesta sobre el cuerpo A
o expresado de otra forma, a toda acción que actúa sobre un cuerpo en reposo se opone siempre
una reacción igual pero de sentido contrario.
Como corolario se puede añadir que un cuerpo sobre el que actúan dos fuerzas
simultáneamente describirá la diagonal de un paralelogramo en el mismo tiempo que describiría
los lados del mismo mediante la acción de dichas fuerzas por separado.
46 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 2. DINÁMICA
Ecuaciones de equilibrio
Un objeto se encuentra en equilibrio bajo la acción de un conjunto de fuerzas si se
encuentra:
– En reposo y permanece en reposo o equilibrio estático.
– En movimiento con velocidad constante o equilibrio en traslación.
Velocidad constante quiere decir que tanto la magnitud como la dirección y sentido
permanecen constantes. Las condiciones de equilibrio de un sólido rígido bajo la acción de
fuerzas coplanares son:
a) Equilibrio de fuerzas. La suma vectorial de las fuerzas que actúan sobre un cuerpo
debe ser igual a cero.
∑𝑛𝑖=0 ⃗⃗⃗
𝐹𝑖 = 0 ∑𝑛𝑖=0 ⃗⃗⃗⃗⃗
𝐹𝑖𝑥 = 0 ∑𝑛𝑖=0 ⃗⃗⃗⃗⃗⃗
𝐹𝑖𝑦 = 0
b) Equilibrio de momentos. La suma de los momentos que actúan sobre el objeto debe
ser cero.
𝑛
∑ ⃗⃗⃗⃗⃗
𝑀𝑖 = 0
𝑖=0
Centro de gravedad
En Física, el centroide, el centro de gravedad y el centro de masas pueden, bajo ciertas
circunstancias, coincidir entre sí. En estos casos, se suelen utilizar los términos de manera
intercambiable, aunque designan conceptos diferentes. El centroide es un concepto puramente
geométrico, mientras que los otros dos términos se relacionan con las propiedades físicas de un
cuerpo. Para que el centroide coincida con el centro de masas, el objeto debe tener densidad
uniforme, o la distribución de materia a través del objeto debe tener ciertas propiedades, tales
como simetría. Para que un centroide coincida con el centro de gravedad, el centroide debe
coincidir con el centro de masas y el objeto debe estar bajo la influencia de un campo
gravitatorio uniforme.
El centro de masas (CdM), por definición, es aquel punto que se encuentra exactamente
en el centro de la masa de un objeto, por lo que es denominado frecuentemente centro de
gravedad (cdg), sobre todo cuando nos referimos a un cuerpo rígido.
4.5.1 Centro de masas
El centro de masas de un sistema discreto es el punto geométrico que dinámicamente se
comporta como si estuviese sometido a la resultante de las fuerzas externas al sistema. El
cálculo del CdM de un sistema de masas discreto se haría utilizando la siguiente fórmula:
∑𝑛
𝑖=1(𝑟⃗𝑖 ×𝑚𝑖 )
𝑅⃗⃗𝐶𝑑𝑀 = ∑𝑛
Ecuación 19
𝑖=1 𝑚𝑖
Mientras que el cálculo del CdM de un sistema de masas continuo se haría utilizando esta
otra fórmula en la que se utilizarían técnicas de integración:
∫ 𝑟⃗𝑑𝑚 1
𝑅⃗⃗𝐶𝑑𝑀 = = ∫ 𝑟⃗𝑑𝑚 Ecuación 20
∫ 𝑑𝑚 𝑚
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 47
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
Como casos particulares en un sistema continuo se pueden apuntar dos casos: por un lado,
un cuerpo con una distribución de masa homogénea y por otro lado, un cuerpo con una
distribución de masa no homogénea.
Distribución de masa homogénea: Si la masa está distribuida homogéneamente, la
densidad será constante por lo que se puede sacar fuera de la integral haciendo uso de la
equivalencia 𝑑𝑚 = 𝜌𝑑𝑉.
𝜌 ∫ 𝑟⃗𝑑𝑉 1
𝑅⃗⃗𝐶𝑑𝑀 = = ∫ 𝑟⃗𝑑𝑉 Ecuación 21
𝜌 ∫ 𝑑𝑉 𝑉
48 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 2. DINÁMICA
CdG CdG
P
T h
P
T
P L L P
1 1 2
2
Batalla (B)
Figura 31: Centro de Gravedad de un vehículo
El centro de gravedad influye en la estabilidad de los cuerpos de tal manera que cuando
la resultante de todas las fuerzas que actúan sobre él, sale de la base de sustentación del cuerpo,
éste pierde el equilibrio.
A los efectos de la estabilidad de los vehículos, se intenta en los diseños que el CdG, se
halle lo más bajo posible. En los turismos se encuentra entre los 50 y 60 centímetros sobre el
plano vertical, dependiendo de la clase de vehículo.
Existen diversos métodos para calcular el CdG de un vehículo, para lo cual se necesitan
tres cotas. La situación longitudinal del CdG, viene dada por las formulas:
𝐵 × 𝑃1
𝐿1 =
𝑃𝑇
𝐿2 = 𝐵 − 𝐿1
Siendo:
– P1 = Peso sobre el eje delantero
– P2 = Peso sobre el eje trasero
– PT = Peso del vehículo en vacío (Tara) 𝑃𝑇 = 𝑃1 + 𝑃2
– B = Batalla del vehículo (Distancia entre ejes) 𝐵 = 𝐿1 + 𝐿2
Mediante procedimientos similares, utilizando básculas independientes en cada eje o en
cada rueda, según los casos, existen métodos para situar el CdG en altura y en el frontal del
vehículo. Para cálculos que requieran una gran exactitud, es necesario realizar las mediciones
con el vehículo cargado en las mismas condiciones en que ocurrió el siniestro, dado que la carga
de los vehículos y su situación puede hacer variar notablemente la posición del CdG, y afectar
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 49
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
F
F
Figura 32: Efectos de la alineación de la fuerza de impacto con el cdg del vehículo
Si esta fuerza se ejerciera por una línea que no pasa por CdG, el vehículo sufrirá un
movimiento de rotación que tendrá como centro al CdG y se dirigirá en el mismo sentido en el
que actúa la fuerza.
Momento de inercia
La inercia es la propiedad de la materia de resistir a cualquier cambio en su movimiento,
ya sea en dirección o velocidad. Esta propiedad se describe claramente en la Primera Ley del
Movimiento de Newton.
Cualquier cuerpo que efectúa un giro alrededor de un eje, desarrolla inercia a la rotación,
es decir, una resistencia a cambiar su velocidad de rotación y la dirección de su eje de giro. La
inercia de un objeto a la rotación está determinada por su Momento de Inercia, siendo este la
resistencia que un cuerpo en rotación opone al cambio de su velocidad de giro.
4.6.1 Definición
El momento de inercia es una medida de la inercia rotacional de un cuerpo. Esta variable
refleja la distribución de masa de un cuerpo o de un sistema de partículas en rotación, respecto
a un eje de giro. El momento de inercia solo depende de la geometría del cuerpo y de la posición
del eje de giro; pero no depende de las fuerzas que intervienen en el movimiento. Cuanta mayor
distancia hay entre la masa y el centro de rotación, mayor es el momento de inercia.
Dado un sistema de partículas y un eje arbitrario, el momento de inercia del mismo se
define como la suma de los productos de las masas de las partículas por el cuadrado de la
distancia mínima r de cada partícula a dicho eje. Para hallar el momento de inercia de una serie
de masas puntuales tenemos que calcular la cantidad:
𝐼 = ∑𝑛𝑖=1 𝑥𝑖2 𝑚𝑖 Ecuación 22
50 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 2. DINÁMICA
Donde:
− I es el momento de inercia respecto de un eje paralelo al anterior.
− IC es el momento de inercia del sistema respecto de un eje que pasa por el centro de
masas.
− M es la masa total del sistema.
− d es la distancia entre los dos ejes paralelos.
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 51
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
52 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 2. DINÁMICA
donde:
– 𝑚𝑣 𝑣𝑎𝑐𝑖𝑜 (kg) es la masa en vacio del vehículo.
– 𝑚𝑣 𝑐𝑎𝑟𝑔𝑎𝑑𝑜 (kg) es la masa total del vehículo en el momento del impacto.
– 𝐴 (m) es la anchura total del vehículo (vía máxima).
– 𝐿 (m) es la longitud total del vehículo.
Teniendo en cuenta que los valores de la constante geométrica y la constante de masa se
han obtenido empíricamente y se detallan en la Tabla siguiente.
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 53
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
Tabla 2: Datos de las constantes utilizadas para el cálculo del momento de inercia
Tipo de vehículo 𝑲𝒈 𝑲𝒎 𝒓𝟐
Todos 0,407 (13,1) 0,696 0,85
Turismo berlina 0,450 (13,8) 0,769 0,86
Pickup 0,429 (13,4) 0,750 0,92
Turismo utilitario 0,382 (12,2) 0,656 0,76
Furgoneta 0,385 (12,3) 0,642 0,90
Por lo tanto, un momento es representado por un vector que pasa a través del centro de
rotación y es perpendicular tanto al vector fuerza como al vector distancia. Para un análisis
bidimensional, tanto el vector fuerza como el vector distancia están en el plano del papel, y por
lo tanto el vector momento está siempre dirigido perpendicularmente a la página, con una línea
de acción que pasa por el punto de interés. Como solo tiene una orientación y una línea de
acción, un momento es a menudo tratado como una cantidad escalar en el análisis
bidimensional. A partir de la definición del productor vectorial, la magnitud del momento,
también denominado módulo del momento o momento de torsión, se calcula como:
|𝑀| = 𝑟 × 𝐹 × 𝑠𝑖𝑛 𝜃 Ecuación 26
Su dirección, según la regla del sacacorchos, define la tendencia al giro del objeto o
segmento interesado. Aunque hay varias distancias diferentes que pueden ser utilizadas para
conectar el vector fuerza y el punto de rotación, no importa cual se elija ya que el momento
calculado es independiente de este factor.
54 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 3. INTRODUCCIÓN A LA DINÁMICA DEL VEHÍCULO
CAPÍTULO 3
INTRODUCCIÓN A LA DINÁMICA DEL VEHÍCULO
1. FUERZA DE ROZAMIENTO
𝑭𝒏𝒐𝒓𝒎𝒂𝒍
𝑭𝒆𝒙𝒕𝒆𝒓𝒊𝒐𝒓
𝑭𝒓𝒐𝒛𝒂𝒎𝒊𝒆𝒏𝒕𝒐
Microrrugosidades
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 55
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
Peso
𝑭𝒏𝒐𝒓𝒎𝒂𝒍
Si ejercemos una fuerza horizontal en el bloque que descansa sobre la mesa horizontal de
la Figura 36, el bloque no se desplaza si la fuerza horizontal no es lo suficientemente grande.
Evidentemente, siempre que la fuerza horizontal aplicada sea lo suficientemente pequeña,
la mesa ejercerá una fuerza igual y opuesta que se opondrá a la aplicada. Esta fuerza paralela a
la superficie de la mesa recibe el nombre de fuerza de rozamiento. A su vez, el bloque ejerce
una fuerza de rozamiento igual y opuesta sobre la mesa, que tiende a arrastrar a ésta en la
dirección de la fuerza horizontal ejercida. Esta fuerza de rozamiento es debida a la unión entre
las moléculas del bloque y la mesa en los lugares en donde las superficies están en estrecho
contacto. A primera vista parece lógico que la fuerza máxima de fricción debe ser proporcional
al área de contacto entre las dos superficies. Sin embargo, experimentalmente resulta que en
una buena aproximación es independiente de ésta área y simplemente proporcional a la fuerza
normal ejercida por una superficie sobre la otra.
La fuerza máxima de fricción estática 𝐹⃗𝑒 𝑚𝑎𝑥 es, por tanto, proporcional a la fuerza normal
entre las superficies.,
𝐹𝑒 𝑚𝑎𝑥 = 𝜇𝑒 × 𝑁 𝜇𝑒 = 𝐹𝑒 𝑚𝑎𝑥 /𝑁 Ecuación 27
56 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 3. INTRODUCCIÓN A LA DINÁMICA DEL VEHÍCULO
𝝎
𝑭𝒙
𝑹𝒓
∆𝒙 𝑭𝒛
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 57
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
Siendo:
– ⃗⃗ = Componente normal del peso
𝑁
– R = Radio
– δ = Coeficiente de resistencia a la rodadura.
En la Tabla 3 se muestran valores orientativos del coeficiente de resistencia a la rodadura.
Tabla 3: Coeficientes de rodadura frecuentemente empleados
2. FUERZA DE FRENADA
Cuando se actúa sobre los frenos de un automóvil con las ruedas apuntando hacia el
frente, se aprovecha la resistencia de rozamiento que ofrecen los neumáticos al movimiento
relativo huella-carretera para conseguir la deceleración buscada. De la misma manera, cuando
se circula por una curva o cuando un fuerte viento transversal incide sobre el costado de un
vehículo, se logra mantener la trayectoria deseada gracias a la resistencia del neumático a
deslizar lateralmente.
2.1 La resistencia al movimiento: incidencia de la adherencia y rozamiento
El mecanismo mediante el cual el esfuerzo motor actúa sobre la propulsión del vehículo
es bien conocido: el motor hace girar las ruedas motrices; éstas no pueden deslizarse sobre la
carretera a causa de la existencia de rozamiento entre neumático y calzada.
Son, por lo tanto obligadas a arrastrar el vehículo, y su fuerza debe ser mayor que la
resistencia opuesta al movimiento por los elementos que, en la hipótesis de un movimiento
rectilíneo y uniforme, son los siguientes:
– La resistencia de rodadura.
– La resistencia del aire.
– El peso.
58 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 3. INTRODUCCIÓN A LA DINÁMICA DEL VEHÍCULO
La explicación del movimiento del vehículo que se ha dado supone que la rueda no puede
deslizarse sobre la calzada. Si el esfuerzo motor aplicado es tal que 𝐹 𝑃 × 𝑎 , siendo P el
peso soportado por las ruedas motrices, y 𝑎 el coeficiente de adherencia del neumático sobre
la calzada, el desplazamiento se producirá en forma de patinaje (huella de fricción), girando las
ruedas sobre el pavimento.
Durante un frenazo, con huella de frenada o deslizamiento, si el esfuerzo de frenada
aplicado F es superior a 𝑃 × 𝑎 , la rueda quedará bloqueada.
Se observa que si un frenado brusco consigue bloquear las ruedas, el vehículo se deslizará
y experimentará, debido al rozamiento de deslizamiento, un esfuerzo de retardo igual a 𝑃 ×
𝑑 , pero en este caso, 𝑑 es el coeficiente de rozamiento dinámico, mientras que cuando las
ruedas giran, el límite de e es el coeficiente de rozamiento estático. El frenado con las ruedas
girando puede, por lo tanto, producir una deceleración superior a la que se produce cuando el
vehículo se desliza, o lo que es lo mismo, cuando las ruedas están bloqueadas.
La transformación de la energía cinética se hace sólo con el calor de rozamiento de
neumático-calzada, además de la disipación de la energía por el motor, en tanto que si las ruedas
no están del todo bloqueadas y la frenada es más progresiva, se añade el calor de rozamiento de
las zapatas con el disco de la rueda. Por supuesto, cuando se aprieta el pedal de embrague, a la
vez que el freno, la distancia de parada es mayor al no contar con la pérdida de energía a través
del motor.
Como ya se conoce, hay dos clases de adherencia, la longitudinal, en el sentido del
movimiento del vehículo, y la transversal, que impide que el mismo se desplace
transversalmente, efecto importante en especial en las curvas.
Cuando se bloquean las ruedas disminuye considerablemente la adherencia lateral y de
aquí la importancia de no frenar en el interior de las curvas o en suelos mojados.
2.2 Resistencia a la rodadura
Al hacer rodar un cuerpo sobre una superficie horizontal se observa que el cuerpo después
de más o menos tiempo, se para, lo que indica la existencia de un par de fuerzas de resistencia
a la rodadura de sentido contrario al que hace girar el cuerpo.
Ello es debido a que, por no ser absolutamente rígidos el cuerpo que rueda y el suelo en
que se apoya, la rueda queda como encajada en éste en sus sucesivas posiciones, siendo mayores
las reacciones del suelo contra la rueda en la parte anterior que en la posterior, resultando en
definitiva, una fuerza de reacción como la de la Figura 38, que origina el par de resistencia a la
rodadura.
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 59
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
𝑺𝒆𝒏𝒕𝒊𝒅𝒐 𝒅𝒆 𝒈𝒊𝒓𝒐
𝑴𝒐𝒎𝒆𝒏𝒕𝒐
𝒅𝒆 𝒈𝒊𝒓𝒐 (𝑴𝒓 )
𝑴𝒓
𝑵𝒓
60 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 3. INTRODUCCIÓN A LA DINÁMICA DEL VEHÍCULO
𝒚 𝐹𝑧
𝒙
𝐹𝑦
𝐹𝑥
𝑫𝒊𝒓𝒆𝒄𝒄𝒊ó𝒏
𝑑𝑒 𝑎𝑣𝑎𝑛𝑐𝑒
𝑯𝒖𝒆𝒍𝒍𝒂 𝒅𝒆𝒇𝒐𝒓𝒎𝒂𝒅𝒂
𝑫𝒊𝒓𝒆𝒄𝒄𝒊ó𝒏 𝒕𝒆ó𝒓𝒊𝒄𝒂
𝜹 Á𝒏𝒈𝒖𝒍𝒐
𝐄𝐬𝒇𝒖𝒆𝒓𝒛𝒐
𝐷𝑖𝑟𝑒𝑐𝑐𝑖ó𝑛 𝑟𝑒𝑎𝑙 𝑑𝑒 𝑎𝑣𝑎𝑛𝑐𝑒 𝑑𝑒𝑙 𝑣𝑒ℎí𝑐𝑢𝑙𝑜
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 61
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
𝝁
𝒁𝒐𝒏𝒂 𝒅𝒆
𝒂𝒅𝒉𝒆𝒓𝒆𝒏𝒄𝒊𝒂 𝒁𝒐𝒏𝒂 𝒅𝒆 𝒅𝒆𝒔𝒍𝒊𝒛𝒂𝒎𝒊𝒆𝒏𝒕𝒐
𝒐 𝒅𝒆𝒓𝒓𝒂𝒑𝒂𝒋𝒆
Figura 41: La adherencia de un neumático puede asimilarse a un elipsoide: si utilizamos mucho una
componente, estaremos agotando la otra
Por otra parte, el coeficiente de rozamiento presenta valores variables en función de una
serie de parámetros como, por ejemplo, el ángulo de deriva. La dependencia entre y se
representa en la siguiente gráfica:
𝝉
𝒁𝒐𝒏𝒂 𝒆𝒔𝒕𝒂𝒃𝒍𝒆 𝒁𝒐𝒏𝒂 𝒊𝒏𝒆𝒔𝒕𝒂𝒃𝒍𝒆
Figura 42: Coeficiente de rozamiento transversal en función del ángulo de deriva del neumático.
A la vista de esta gráfica puede extraerse una consecuencia negativa para la conducción:
el coeficiente de rozamiento transversal aumenta hasta alcanzar un máximo, momento a partir
del cual comienza a decrecer.
62 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 3. INTRODUCCIÓN A LA DINÁMICA DEL VEHÍCULO
𝟎, 𝟖
𝟎% 𝟏𝟓 − 𝟑𝟎% 𝟏𝟎𝟎% 𝝀
𝑹𝑶𝑫𝑨𝑫𝑼𝑹𝑨 𝑳𝑰𝑩𝑹𝑬 𝑹𝑼𝑬𝑫𝑨𝑺 𝑩𝑳𝑶𝑸𝑼𝑬𝑨𝑫𝑨𝑺
Figura 43: Gráfica del coeficiente de rozamiento longitudinal en función del coeficiente de deslizamiento del
neumático
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 63
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
64 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 3. INTRODUCCIÓN A LA DINÁMICA DEL VEHÍCULO
de la vía. Una vez determinado el peso de la rueda lastada, por ejemplo con el mismo
dinamómetro utilizado en el arrastre, resulta inmediato determinar el coeficiente de rozamiento.
En este caso normalmente será imposible efectuar la medida a la velocidad media de los
vehículos implicados en el siniestro.
2.6.3 Examen minucioso de la superficie de la vía
Este examen minucioso, riguroso y exhaustivo del tipo de firme (hormigón, asfalto,
empedrado, etc.), medida de las inclinaciones longitudinales y transversales en la dirección de
las huellas, temperatura de la zona y otras variables climatológicas permite determinar el
correspondiente coeficiente de rozamiento a través de la consulta en las tablas de coeficientes
dinámicos de rozamiento. Los valores usuales de para distintos tipos de firme y condiciones
diversas se presentan en las siguientes tablas:
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 65
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
Piedra compacta
Nueva, lisa..................................................... 0,75 1,00 0,70 0,90 0,65 0,90 0,60 0,85
Pulida por el tráfico....................................... 0,50 0,70 0,45 0,65 0,30 0,50 0,25 0,50
Grava
Apisonada, con riego asfáltico....................... 0,55 0,85 0,50 0,80 0,40 0,80 0,40 0,60
Suelta.............................................................. 0,40 0,70 0,40 0,70 0,45 0,75 0,45 0,75
Escorias
Piedra
Hielo
Nieve
Reja metálica
Con ranuras..................................................... 0,70 0,90 0,35 0,75 0,25 0,45 0,20 0,35
Fuente: Instituto de Tráfico de la Universidad del Noroeste.
66 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 3. INTRODUCCIÓN A LA DINÁMICA DEL VEHÍCULO
Donde:
− P (N) = peso del vehículo.
− superficie = coeficiente de rozamiento del neumático sobre la superficie.
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 67
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
El trabajo realizado por esta fuerza de rozamiento a lo largo de la trayectoria marcada por
las huellas de frenada es:
𝑊rozamiento = d × P × superficie = d × m × g × superficie
Esta fórmula sólo es aplicable cuando la velocidad final del vehículo es cero.
2.8 Frenada real y Proceso de frenado
Al representar la evolución en el tiempo de la deceleración real en el caso de una frenada
de emergencia en la que las ruedas se bloquean hasta la detención del vehículo, se obtiene la
Figura 44.
𝑫𝒆𝒄𝒆𝒍𝒆𝒓𝒂𝒄𝒊ó𝒏
𝒕𝟎 𝒕𝟏 𝒕𝟐 𝑻𝒊𝒆𝒎𝒑𝒐
Figura 44: Gráfica de la deceleración real con respecto al tiempo obtenida en un caso de frenada de
emergencia
Una frenada real transcurre de la siguiente manera: una vez que el conductor se ha
percatado del peligro existente (PPR), ha decidido la acción a tomar (PED), en este caso una
frenada a fondo y, acciona el sistema de frenado, instante representado con t0 en la gráfica, el
mecanismo de los frenos tarda un tiempo hasta que es capaz de ejercer la fuerza que conduce
al bloqueo en el instante t1. A partir de este momento se obtiene una deceleración que se
mantiene aproximadamente constante hasta el instante en que se deja de actuar sobre los frenos
en el instante t2.
Por tanto, previamente a que el sistema de frenado actúe plenamente y se produzca el
bloqueo de ruedas, y desde que ya se han accionado los frenos, transcurre un intervalo de tiempo
en que los frenos no ejercen toda su fuerza, es el llamado tiempo de respuesta del sistema de
frenado. No confundir con el tiempo de reacción del conductor, durante el cual no se está
accionando el freno. Este tiempo de respuesta de los frenos puede oscilar de 0,2 a 0,6 segundos,
dependiendo del buen estado del circuito de frenos. Se ha obtenido empíricamente un valor de
0,25 segundos para la respuesta de los frenos montados en vehículos nuevos.
68 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 3. INTRODUCCIÓN A LA DINÁMICA DEL VEHÍCULO
Por lo cual, el espacio recorrido en este tiempo durante el cual actúan los frenos con
intensidad creciente antes de bloquear las ruedas, ha de ser añadido a la longitud de la huella
de frenado medida por las marcas dejadas en el pavimento, con el fin de obtener con mayor
precisión la velocidad a la que circulaba un vehículo antes de comenzar a frenar.
El proceso real de frenado puede modelizarse como formado por dos etapas con valores
de deceleraciones claramente diferenciadas:
− El tiempo de respuesta del sistema mecánico con aceleración (deceleración)
creciente lineal (t0 a t1).
− El campo parcial de deceleración total media con aceleración constante (t1 a t2).
Estas dos etapas pueden apreciarse mejor en la Figura 45.
𝑫𝒆𝒄𝒆𝒍𝒆𝒓𝒂𝒄𝒊ó𝒏
𝝁𝒈
𝟏
𝝁𝒈
𝟐
𝒕𝟎 𝒕𝟏 𝒕𝟐 𝑻𝒊𝒆𝒎𝒑𝒐
Los cálculos que hay que realizar, según esta modelización, también constan de dos
fases:
Primera fase. Calcular la velocidad considerando tan solo la longitud medida de las
huellas de frenada (d).
1 1 2
× 𝑚 × 𝑣 2 𝑎𝑛𝑡𝑒𝑠 𝑑𝑒 𝑏𝑙𝑜𝑞𝑢𝑒𝑜 = m × 𝜇 × 𝑔 × 𝑑 + × 𝑚 𝑣𝑟𝑒𝑠𝑖𝑑𝑢𝑎𝑙 𝑝𝑜𝑠𝑡𝑏𝑙𝑜𝑞𝑢𝑒𝑜
2 2
de donde,
2
𝑣𝑎𝑛𝑡𝑒𝑠 𝑑𝑒 𝑏𝑙𝑜𝑞𝑢𝑒𝑜 = √2 × 𝜇 × 𝑔 × 𝑑 + 𝑣𝑟𝑒𝑠𝑖𝑑𝑢𝑎𝑙 𝑝𝑜𝑠𝑡𝑏𝑙𝑜𝑞𝑢𝑒𝑜 Ecuación 31
Para la aceleración (a) debida a la frenada previa al bloqueo de ruedas se adopta un valor
medio de 1/2 × 𝜇 × 𝑔 correspondiente a la recta con la que se ha modelizado gráficamente
esta fase. El valor de tiempo de respuesta del sistema de frenado (t) en condiciones óptimas
puede considerarse igual a 0,25 segundos.
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 69
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
70 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 3. INTRODUCCIÓN A LA DINÁMICA DEL VEHÍCULO
𝝁
𝐋𝐢𝐦𝐢𝐭𝐞 𝐬𝐮𝐩𝐞𝐫𝐢𝐨𝐫
𝐚𝐜𝐭𝐮𝐚𝐜𝐢ó𝐧 𝐀𝐁𝐒
𝑽𝒂𝒍𝒐𝒓 𝒎𝒆𝒅𝒊𝒐 𝝁
𝐋𝐢𝐦𝐢𝐭𝐞 𝐢𝐧𝐟𝐞𝐫𝐢𝐨𝐫 𝒇𝒓𝒆𝒏𝒂𝒅𝒂 𝒄𝒐𝒎𝒑𝒍𝒆𝒕𝒂
𝐝𝐞𝐣𝐚 𝐚𝐜𝐭𝐮𝐚𝐫 𝐀𝐁𝐒
𝑻𝒊𝒆𝒎𝒑𝒐
Figura 46: Gráfica de la evolución de a lo largo del tiempo en un vehículo equipado con ABS y en caso de
bloqueo de ruedas
𝑹𝒂𝒎𝒑𝒂 ⃗⃗
𝒗 𝑷𝒆𝒏𝒅𝒊𝒆𝒏𝒕𝒆
𝑭𝒓
𝑷𝒔𝒆𝒏𝜶 𝑭𝒓 𝑷𝒔𝒆𝒏𝜶
⃗⃗
𝒗
𝑭𝒓
𝑭𝒓 𝜶 𝑷 𝑷
𝜶
Figura 47: Esquema de fuerzas sobre un vehículo que desliza por una rampa
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 71
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
De forma empírica, se observa que para inclinaciones inferiores al 20% (0,2), se obtiene
una buena aproximación sumando o restando, en cada caso, la inclinación en tanto por uno
directamente al coeficiente de rozamiento. Con lo cual, las anteriores expresiones quedarían
simplificadas como sigue:
𝜇 𝑐𝑜𝑟𝑟𝑒𝑔𝑖𝑑𝑜 = 𝜇 + 𝑒𝑖𝑛𝑐𝑙𝑖𝑛𝑎𝑐𝑖ó𝑛 (Rampa y peralte positivo) Ecuación 35
72 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 3. INTRODUCCIÓN A LA DINÁMICA DEL VEHÍCULO
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LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
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CAPÍTULO 3. INTRODUCCIÓN A LA DINÁMICA DEL VEHÍCULO
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LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
Figura 50: la zona de pista donde se desarrolló el ensayo de deceleración efectiva que comparará Vericom vs
Sensor Mobile (izda) y la zona del circuito donde se desarrollaron el resto de ensayos tenidos en cuenta para el
presente estudio (dcha)
76 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 3. INTRODUCCIÓN A LA DINÁMICA DEL VEHÍCULO
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 77
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
manualmente "Empezar" y hasta que se pulsa manualmente "Parar". Es por eso que habrá que
hacer un trabajo de filtrado de información en las mediciones de Sensor Mobile de manera
ofimática. Seguidamente, se muestran los pasos de configuración y extracción de datos
haciendo uso de la aplicación Sensor Mobile.
1.- La frecuencia de muestreo, se refiere al número de veces 2.- El software oferta dos posibilidades en su página
por segundo que cambia el nivel de una señal digital. Esos principal. Realizar la medición de las aceleraciones que
miles de cambios por segundo se convierten en las ondas de detecta en tiempo real, o cargar las gráficas de las pruebas
aceleración que identificaremos más adelante. ya registradas.
3.- Una vez que se ha activado el proceso de medición de 4.- Después de seleccionar los sensores, ya se puede pasar
datos en tiempo real, se deben seleccionar los sensores del al apartado que oferta la posibilidad de iniciar las
dispositivo móvil que van a activarse. O bien el mediciones, clicando sobre la gráfica del sensor del
acelerómetro o bien opcionalmente el GPS. acelerómetro, tal y como se indica en la ilustración.
5.- El paso anterior, activará una nueva página que dará 6.- Es el momento de empezar a acelerar el vehículo para
acceso al menú: Empezar / Pausar / Parar / Reiniciar. alcanzar la velocidad deseada de la prueba. Se va
Clicando sobre el comando Empezar, el software comenzará mostrando la leyenda de colores que identifican a cada uno
a registrar valores de aceleración en los tres ejes (x,y,z). de los tres ejes y el módulo resultante
78 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 3. INTRODUCCIÓN A LA DINÁMICA DEL VEHÍCULO
7.- Después de haber ejecutado la frenada de emergencia, y 8.- Detenido el registro de datos, es hora de guardar el
una vez que el vehículo se ha detenido completamente, clicar archivo de mediciones en formato (*.csv), compatible con
en el comando "Pausar/Parar". cualquier tipo de hoja de cálculo.
9.- Al volver a la página principal del software, podemos 10.- Se localiza el archivo grabado, que se identifica con la
cargar la prueba finalizada clicando en el menú "Cargar fecha y hora de la prueba, procediendo a su apertura en
gráficas". Para acotar el momento concreto. modo gráfica.
11.- Es hora de localizar la zona de la medición relativa a 12.- Se filtra la medición del eje de aceleración longitudinal
la deceleración efectiva, en este caso, representada por un (en este caso "x" de traza roja), desactivando el resto de ejes
dibujo característico del tipo ilustrado. para no entorpecer la selección de la zona de interés.
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 79
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
13.- Haciendo zoom en la zona de inicio de la frenada, se 14.- De igual forma, se localiza el punto concreto de la
localiza el tiempo exacto que le corresponde a ese punto, deceleración máxima en el intervalo de frenada final, y
tomando nota de esa lectura de tiempo (T1=23,29 s). siempre antes de caer la pendiente de la recta hasta la
aceleración 0 m/s2 y velocidad 0 km/h. Se toma nota del
tiempo asignado a ese punto (T2=25,43 s).
80 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 3. INTRODUCCIÓN A LA DINÁMICA DEL VEHÍCULO
Figura 55: Rotando 180º la tablet, se invierte el sentido del registro de deceleraciones (+) a deceleraciones (-)
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LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
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CAPÍTULO 3. INTRODUCCIÓN A LA DINÁMICA DEL VEHÍCULO
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LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
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CAPÍTULO 3. INTRODUCCIÓN A LA DINÁMICA DEL VEHÍCULO
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LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
86 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 3. INTRODUCCIÓN A LA DINÁMICA DEL VEHÍCULO
– Todas las aplicaciones utilizadas para los ensayos, están diseñadas para el sistema
operativo Android, son libres y ofrecen la posibilidad de registrar los datos en la
memoria interna del dispositivo móvil, manteniendo un formato de conversión
compatible con cualquier hoja de cálculo, permitiendo analizar los resultados de
una manera más sencilla y mecánica.
A la vista de los ensayos realizados y de los resultados obtenidos cualquier investigador
puede determinar científicamente el coeficiente de rozamiento de los neumáticos de un
determinado vehículo con una aplicación gratuita en una tableta o teléfono móvil.
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 87
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
𝑺𝒂𝒈𝒊𝒕𝒂
𝑨 𝑩
𝑪𝒖𝒆𝒓𝒅𝒂
Donde:
– R es el radio de la curva.
– C la longitud de la cuerda.
– S la de la sagita.
4.2 Velocidad límite al trazar una curva peraltada
Para compensar la fuerza centrífuga en las curvas de las carreteras se construyen los
peraltes, que se colocan para que su inclinación sea la suficiente para anular la fuerza centrífuga
a una determinada velocidad y sin que, al mismo tiempo su inclinación suponga peligro de
resbalamiento hacia el interior de la curva para aquellos vehículos que circulen a velocidades
inferiores. El método simplificado parte del siguiente esquema de fuerzas sobre un vehículo
que describe una curva peraltada:
𝒚
𝑥
𝒎𝒗𝟐 𝒄𝒐𝒔𝜽/𝑹
𝑹 = 𝒓𝒂𝒅𝒊𝒐 𝒅𝒆 𝒈𝒊𝒓𝒐 𝒎𝒗𝟐 𝒔𝒆𝒏𝜽/𝑹
𝑭𝒄 = 𝒎𝒗𝟐 /𝑹
𝑭𝒓
𝑭𝒓
𝟐 𝑚𝑔𝑐𝑜𝑠𝜃
𝟐
𝒎𝒈𝒔𝒆𝒏𝜽
𝜽
Figura 63: Esquema simplificado de las fuerzas que actúan en un vehículo al tomar una curva peraltada.
88 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 3. INTRODUCCIÓN A LA DINÁMICA DEL VEHÍCULO
Cuando el vehículo comienza a derrapar por fricción lateral, el equilibrio de fuerzas queda
como sigue:
𝐹𝑐𝑒𝑛𝑡𝑟í𝑓𝑢𝑔𝑎 × cos 𝜃 = P × sen 𝜃 + 𝐹𝑟𝑜𝑧𝑎𝑚𝑖𝑒𝑛𝑡𝑜
𝑚 × 𝑣2
× cos 𝜃 = m × g × sen 𝜃 + μ × N
𝑅
𝑚 × 𝑣2 𝑚 × 𝑣2
× cos 𝜃 == m × g × sen 𝜃 + μ × (m × g × cos 𝜃 + sen 𝜃)
𝑅 𝑅
𝑣2
× (cos 𝜃 − μ × sen 𝜃) = g × (sen 𝜃 + μ × cos 𝜃)
𝑅
𝑠𝑖𝑛 𝜃+𝜇×𝑐𝑜𝑠 𝜃
𝑣𝑙𝑖𝑚𝑖𝑡𝑒 = √𝑅 × 𝑔 × ( ) Ecuación 38
𝑐𝑜𝑠 𝜃−𝜇×𝑠𝑖𝑛 𝜃
Obsérvese que en el caso que la curva no este peraltada la expresión sería la misma, pero
introduciendo como valor del peralte cero.
• Ejemplo 9
Un coche viaja por una carretera horizontal describiendo una curva de 60 m de radio. Si
el coeficiente de fricción estática es e = 0,60, ¿cuál es la velocidad máxima a la que puede ir
el coche sin salirse de la carretera? 𝑭𝒄
𝑭𝒓
𝑹𝒈𝒊𝒓𝒐
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 89
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
𝐅𝐜 = Fuerza centrifuga
𝑭𝐫 = Fuerza de rozamiento
90 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 3. INTRODUCCIÓN A LA DINÁMICA DEL VEHÍCULO
𝑵𝒐 𝒗𝒖𝒆𝒍𝒄𝒂 𝑽𝒖𝒆𝒍𝒄𝒂
𝑭𝒓 = 𝒎𝒗𝟐 /𝑹
𝟐
𝑭𝒓 = 𝒎𝒗 /𝑹
𝑷 = 𝒎𝒈 𝑷 = 𝒎𝒈
𝜽 𝜽
Figura 66: Equilibrio de un vehículo al trazar una curva, con vuelco (dcha.) y sin vuelco (izda.)
Esta situación es debida a que el momento respecto al punto de rotación generado por las
fuerzas centrífugas, sobrepasa el momento que realiza el peso del vehículo respecto a este
mismo punto.
Las fuerzas implicadas en este equilibrio serían:
𝑚×𝑣 2
𝐹𝑐𝑒𝑛𝑡𝑟í𝑓𝑢𝑔𝑎 = 𝑃 = m×g (Sin peraltes)
𝑅
𝑅×𝑑
𝑣𝑙𝑖𝑚𝑖𝑡𝑒 𝑣𝑢𝑒𝑙𝑐𝑜 > 3,11 × √
ℎ𝑐𝑑𝑔
Fórmulas que son aplicables a curvas sin peraltes, pues si lo hay, la fórmula sería:
𝑑+ℎ𝑐𝑑𝑔 ×𝑖
𝑣𝑙𝑖𝑚𝑖𝑡𝑒 𝑣𝑢𝑒𝑙𝑐𝑜 = √𝑅 × 𝑔 × ( ) Ecuación 42
ℎ 𝑐𝑑𝑔 −𝑑×𝑖
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 91
CAPÍTULO 4. COLISIONES: MECÁNICA DEL IMPACTO
CAPÍTULO 4
COLISIONES: MECÁNICA DEL IMPACTO
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 93
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
12353-1:1996(E), puede expresarse como la resta del vector velocidad postcolisión al vector
velocidad de precolisión (Tomasch, 2004, pág. 98):
⃗⃗⃗⃗⃗1 = ⃗⃗⃗⃗⃗
∆𝑣 𝑣1′ − ⃗⃗⃗⃗⃗
𝑣1 Ecuación 43
Como corolario de esta relación se puede concluir que en una colisión entre un vehículo
pesado o ligero, el cambio en la velocidad del vehículo pesado es menor que el cambio de
velocidad correspondiente al vehículo ligero. Mientras que en la colisión entre vehículos de
masas similares, el cambio en sus velocidades durante la colisión será aproximadamente el
mismo.
• Ejemplo 10: Calculo de la Delta V en una colisión colineal
94 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 4. COLISIONES: MECÁNICA DEL IMPACTO
Donde:
− v⃗⃗⃗⃗:
1 vector velocidad de aproximación del vehículo 1.
Donde:
− v1′ : velocidad postimpacto del vehículo 1.
− v2′ : velocidad postimpacto del vehículo 2.
− v1: velocidad preimpacto del vehículo 1.
− v2: velocidad preimpacto del vehículo 2.
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 95
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
Durante un impacto real, una parte del trabajo de deformación es devuelto elásticamente,
mientras que la mayoría se utiliza para producir una deformación permanente en el vehículo.
En este tipo de colisiones, la velocidad relativa postimpacto disminuye. El impulso durante la
fase de restitución es menor que el existente durante la fase de compresión. (Limpert, 1994,
pág. 475).
El Coeficiente de Restitución es un parámetro de la colisión, que caracteriza la perdida
de energía debida al impacto entre los vehículos, globalmente considerado pero es posible
relacionarlo directamente con uno de los vehículos en particular. Generalmente, cuanto
mayores sean las deformaciones permanentes observadas en los vehículos menor es el
coeficiente de restitución (ENFSI, 2015, pág. 22).
𝟏, 𝟎
𝑪𝒐𝒆𝒇𝒊𝒄𝒊𝒆𝒏𝒕𝒆 𝒅𝒆 𝒓𝒆𝒔𝒕𝒊𝒕𝒖𝒄𝒊ó𝒏
𝟎, 𝟖
𝟎, 𝟔
𝟎, 𝟒
𝟎, 𝟐
𝟏𝟎 𝟐𝟎 𝟑𝟎 𝟒𝟎 𝟓𝟎 𝟔𝟎 𝟕𝟎 𝟖𝟎
96 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 4. COLISIONES: MECÁNICA DEL IMPACTO
Donde:
− v1: Velocidad preimpacto del vehículo 1 (m/s).
− v2: Velocidad preimpacto del vehículo 2 (m/s).
− m1: Masa del vehículo 1 (Kg).
− m2: Masa del vehículo 2 (Kg).
− e: coeficiente de restitución (adimensional).
1.5 Perfil de deformación
Se encuentra definido por el perímetro a lo largo de la forma que la deformación
permanente ha dejado en un vehículo que ha sufrido un impacto. Este perfil puede ser medido
mediante diversas técnicas, tal y como se ha visto en el Capítulo dedicado a la Metodología de
medición, y tomando un total de cuatro o seis medidas. Esencialmente, la profundidad de las
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 97
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
estaciones de medición del perfil se obtiene comparando la forma del vehículo deformado por
el impacto con la forma y el perfil del vehículo original sin deformación.
1.6 Rigidez
Rigidez es un término que describe la relación entre la fuerza aparente de deformación y
la deformación permanente, asumiendo que la fuerza de deformación se incrementa linealmente
con la profundidad de la deformación (Wood D. P., 1995, pág. 280).
Cuando dos vehículos colisiones se ponen en juego innumerables fuerzas, las que
deforman, tuercen y rompen el plástico, los metales y los tejidos humanos. Sin embargo,
ninguna de ellas tiene entidad suficiente, como regla general, para afectar al momento global
del sistema.
Para que estos conceptos y principios puedan aplicarse a colisiones reales entre vehículos
automóviles se deben asumir como ciertas las siguientes condiciones (Hidalgo López, 2005,
pág. 35):
− La duración del impacto de los dos cuerpos es pequeña y durante ese tiempo se
desarrollan grandes fuerzas entre los dos cuerpos. Como consecuencia adicional no
98 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 4. COLISIONES: MECÁNICA DEL IMPACTO
27
0°
Figura 68: Eje de coordenadas para aplicación del PICOMOL
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 99
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
D C
Aplicando ahora la Ecuación 48, según sus proyecciones sobre los ejes de coordenadas x
e y, quedarían las siguientes ecuaciones:
Eje x: 𝑚1 𝑣1 𝑐𝑜𝑠 𝛼 + 𝑚2 𝑣2 𝑐𝑜𝑠 𝛽 = 𝑚1 𝑣1′ 𝑐𝑜𝑠 𝛾 + 𝑚2 𝑣2′ 𝑐𝑜𝑠 𝜃 Ecuación 49
El método de estimación de los ángulos de entrada debe hacerse midiéndolos sobre una
fotografía o representación gráfica de las posiciones que los vehículos ocupan en el momento
del impacto, que se puede conseguir tomando fotografías cenitales de los vehículos deformados.
100 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 4. COLISIONES: MECÁNICA DEL IMPACTO
Como, en este caso, no existe proyección sobre el eje y, la versión escalar sería la
proyección sobre el eje x, siendo los ángulos 0º y 180 º:
m1 v1 cos 0° + m2 v2 cos 180° = m1 v1′ + m2 v2′
Según los datos del supuesto v1′ = v2′ = 0m/s y sustituyendo en la expresión anterior se
tiene que:
m1 v1 = m2 v2 v2 = m1 v1 /m2
m1 v1 1000 × 25
v2 = = = 12,5m/s = 45 Km/h
m2 2000
En este caso la velocidad del vehículo 2 tiene sentido contrario a la que llevaba el otro
vehículo.
Este es uno de los casos particulares de colisión entre vehículos que tiene un
procedimiento de resolución más sencillo, ya que solamente aplicando el principio de
conservación del momento lineal pueden obtenerse las velocidades de impacto de ambos
vehículos.
2.2 Principio de Conservación del Momento angular
El momento angular es la tendencia de un objeto que está rotando para mantenerse
girando a la misma velocidad sobre el mismo eje de rotación. Matemáticamente, el momento
angular de una masa puntual se define como el momento de su cantidad de movimiento, o lo
que es lo mismo, el producto vectorial de su vector posición por su vector de cantidad de
movimiento:
L̅ = r̅ × p̅
El impulso entre dos vehículos que colisionan puede que no pase a través de sus ejes y
sus centros de gravedad, en cuyo caso los vehículos experimentarán un cambio en su velocidad
angular y rotarán después del impacto. El impulso rotacional puede expresarse como (Limpert,
1994, pág. 469), cuando se produce una rotación en torno a un eje de simetría:
t1
̅̅̅̅̅̅
∫ M cdg × dt = Icg ̅̅̅̅
ω1 − Icg ̅̅̅̅
ω2
t2
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 101
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
Al igual que en el caso del momento lineal, el Principio de Conservación del Momento
Angular exige que el momento angular total del sistema sea igual al momento angular total del
sistema después del impacto, lo cual puede expresarse matemáticamente:
𝐼1 𝜔 ̅2 = 𝐼1 ̅𝜔̅̅1̅′ + 𝐼2 ̅̅
̅1 + 𝐼2 𝜔 𝜔̅̅2′ Ecuación 51
3. TIPOLOGÍAS DE LA ENERGÍA
Un cuerpo tiene energía cuando tiene una capacidad para realizar un trabajo. Existen
diferentes tipos de energía que pueden verse involucrados en una colisión real entre vehículos:
− Energía Cinética (Ec), es la energía que posee un objeto de una determinada masa
en movimiento al circular a una velocidad determinada.
− Energía Potencial (Ep), es la energía que posee un cuerpo en relación a su posición
en un determinado campo, por ejemplo el gravitatorio.
− Energía de Rozamiento (Er) es la energía que se desprende por trabajo de la fuerza
de fricción normal a las superficies en contacto.
− Energía de Deformación (Ed), es la energía absorbida por los materiales y la
estructura de cada uno de los vehículos y que produce un cambio en su forma,
generalmente, en forma de acortamiento y compresión.
− Energía Calorífica (Eh), para detener el vehículo se ha utilizado el sistema de
frenado y por el rozamiento de los forros o zapatas contra los discos o tambores,
estos desprenden calor.
De acuerdo con el Principio de Conservación de la Energía (PCE), la energía ni se crea
ni se destruye, tan sólo se transforma o, expresado de otra forma, la cantidad total de energía en
cualquier sistema físico aislado, sin interacción con ningún otro sistema, permanece invariable
con el tiempo, aunque alguno de los diferentes tipos de energía pueden transformarse en otra
forma de energía. Así por ejemplo, un vehículo en movimiento, dotado de una determinada
energía cinética, se detiene por la aplicación del sistema de frenado, transformando esa energía
cinética en energía de rozamiento en los neumáticos y calorífica en el sistema de frenado y en
el rozamiento entre los neumáticos y el pavimento.
Por lo tanto, después del impacto en una colisión entre vehículos la energía cinética no
siempre se conserva. Esto ocurre solamente cuando es nula la resultante de las fuerzas exteriores
que actúan sobre el sistema, y además el trabajo de las fuerzas interiores es nulo (Aparicio
Izquierdo, García Gracia, Martínez Sáez, Paez Ayuso, & Gómez Méndez, 2002, pág. 195).
3.1 Energía cinética
La energía cinética es la que se desarrolla con una vinculación directa con la velocidad y
con la masa del objeto móvil. Si un cuerpo de masa m se mueve a una velocidad v,
manteniéndose al mismo nivel de altura, su energía cinética se puede expresar calcular como:
102 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 4. COLISIONES: MECÁNICA DEL IMPACTO
𝐸𝑐 = 1⁄2 × 𝑚 × 𝑣2 Ecuación 52
Un automóvil que tiene una masa de 1000 kg se mueve por una carretera horizontal a 120
km/h. ¿Cuál será la energía cinética de este automóvil? Primero se debería deducir que al
moverse por una carretera horizontal no hay perdida ni ganancia de altura y por lo tanto no
existe energía potencial, sino que toda la energía mecánica del motor se convierte en energía
cinética, que como se ha definido es la energía generada por el movimiento de un cuerpo y
depende directamente del cuadrado de la velocidad:
1 120 2
Ec = 1⁄2 × m × v 2 = 2 × 1000Kg × ( 3,6 ) m/s = 555.555,56 J
Siendo:
− Ecr: energía cinética de rotación (J).
− I: momento de inercia del vehículo respecto a un eje cualquiera (Kg m2).
− ω: velocidad angular (radianes/s).
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 103
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
La rotación se produce alrededor de un eje vertical que no pasa por su centro de gravedad,
sino que dista un metro, aplicando el teorema de Steiner:
I = I0 + m × d2 = 3083,94 + (1500 × 1) = 4583,94 Kg m2
Como ejemplo del cálculo de la energía potencial en siniestros viales, a veces, incluso en
las campañas de prevención se pide la respuesta a la siguiente cuestión: ¿Cuál sería la altura del
piso del cual se dejaría caer un vehículo para que su impacto fuera semejante energéticamente
a la colisión de ese mismo vehículo a 120 km/h con una obra de fábrica de hormigón
indeformable?
Aplicando el principio de conservación de la energía igualando la Energía cinética a la
potencial equivalente:
1
Ec = × m × v 2 = m × g × h = Ep
2
Simplificando y despejando:
120 2 m2
v2 ( ) ( 2)
3,6 s
h= = = 56,69 m
2 × g 2 × 9,8m/s 2
De donde puede decirse que la energía que recibe un vehículo por un impacto a 120 Km/h
con una obra de fábrica equivale a arrojar ese mismo vehículo desde lo alto de un edificio de
56,69 metros o veinte pisos de altura.
104 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 4. COLISIONES: MECÁNICA DEL IMPACTO
De este modo, la energía disipada por un vehículo por el rozamiento de sus neumáticos
sobre una superficie a lo largo de una trayectoria vendrá determinada por la siguiente expresión:
Wr = Er E r = Fr × d Er = N × μ × d
𝐸𝑟 = 𝑚 × 𝑔 × 𝜇 × 𝑑 Ecuación 55
Si se sabe que tras la colisión un vehículo, de masa total 1500 Kg, recorre frenando una
distancia de 20 metros con sus neumáticos sobre un pavimento de asfalto con un coeficiente
de adherencia 0,80, se puede calcular la energía consumida a consecuencia del rozamiento:
Er = m × g × μ × d = 1500 Kg × 9,81m/s2 × 0,8 × 20m = 235.440 J
Aplicando el PCE, se puede calcular su energía cinética y a partir de ella su velocidad de
circulación.
1
Er = Ec Er = m × g × μ × d = m × vc2 = Ec
2
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 105
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
Siendo:
− Erg: energía de rozamiento disipada en el giro (J).
− %m: proporción de peso del total del vehículo en el eje que realiza el giro (Kg).
− g: aceleración de la gravedad (m/s2).
− μ: coeficiente de rozamiento entre el neumático y el suelo.
− α: ángulo girado (radianes).
− r: radio de giro (m).
106 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 4. COLISIONES: MECÁNICA DEL IMPACTO
Una variante de esta expresión puede expresarse del siguiente modo, donde se considera
que el vehículo realiza el giro sobre su CdG, situado aproximadamente en la mitad de la batalla
(b/2), y los grados de giro (α) se expresan en modo sexagesimal multiplicando por el factor
(π/180º) para convertir la expresión a radianes:
𝑏 𝜋×𝛼
𝐸𝑟𝑔 = 𝑚 × 𝑔 × 𝜇 × × Ecuación 58
2 180°
Donde:
− Erg: energía de rozamiento disipada en el giro (J).
− m: proporción de peso del total del vehículo en el eje que realiza el giro (Kg).
− g: aceleración de la gravedad (m/s2).
− μ: coeficiente de rozamiento entre el neumático y el suelo.
− b: batalla o distancia entre el eje delantero y trasero (m).
− α: ángulo girado (grados sexagesimales).
− r: radio de giro (m).
No debemos olvidar ajustar en ambas expresiones el coeficiente de rozamiento–
adherencia si existe una pendiente o rampa en el trayecto que realiza el vehículo el giro, al igual
que ocurría con la expresión para estimar la energía disipada por el vehículo en trayectoria
recta:
Erg = %m × g × (μ ± θ) × α × r
De donde:
𝑏 𝜋×𝛼
𝐸𝑟𝑔 = 𝑚 × 𝑔 × (𝜇 ± 𝜃) × × Ecuación 59
2 180°
Donde la pendiente (θ) se expresa en tanto por uno y suma cuando se trata de una rampa
hacia arriba y resta cuando se trata de una pendiente hacia abajo.
• Ejemplo 17: Cálculo de la Energía de Rozamiento en un giro
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 107
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
Figura 72: Posición de impacto (izda) de los vehículos y sus posiciones finales (dcha) después de la colisión
v = √(2 × μ × g × d) + (m × μ × g × α × b)
45
v = √(2 × 0,4 × 9,8 × 20) + (9,8 × (π × ) × 3) = √156,8 + 23,09 = 13,41m/s = 42,28 Km/h
180
En este caso se ha considerado que el giro del vehículo se realiza sobre un eje vertical que
pasa por su centro de gravedad del vehículo. Por lo tanto el movimiento compuesto que se ha
analizado sería la combinación del giro realizado y el desplazamiento lineal del centro de
gravedad desde la POI hasta la posición final.
108 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 4. COLISIONES: MECÁNICA DEL IMPACTO
También puede distinguirse entre choque unidimensional o choque frontal que es el que
tiene lugar cuando las partículas chocan a lo largo de la línea que une sus centros. En este caso
las partículas se mueven antes y después del choque sobre la recta que une sus centros.
𝐴𝑛𝑡𝑒𝑠 𝑑𝑒𝑙 𝑖𝑚𝑝𝑎𝑐𝑡𝑜 𝐷𝑒𝑠𝑝𝑢é𝑠 𝑑𝑒𝑙 𝑖𝑚𝑝𝑎𝑐𝑡𝑜
Choque bidimensional u oblicuo, es el que tiene lugar cuando las partículas no chocan
según la línea que une sus centros y en consecuencia sus velocidades después del choque
cambian de dirección.
𝐴𝑛𝑡𝑒𝑠 𝑑𝑒𝑙 𝑖𝑚𝑝𝑎𝑐𝑡𝑜 𝐷𝑒𝑠𝑝𝑢é𝑠 𝑑𝑒𝑙 𝑖𝑚𝑝𝑎𝑐𝑡𝑜
El problema de choque es: dadas las masas m1 y m2 de los cuerpos y sus velocidades
𝑣1 y 𝑣2 , determinar las velocidades 𝑣1′ y 𝑣2′ después del choque.
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 109
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
La 𝑚1 ⃗⃗⃗⃗⃗ 𝑣2 = 𝑚1 ⃗⃗⃗⃗⃗
𝑣1 + 𝑚2 ⃗⃗⃗⃗⃗ 𝑣1′ + 𝑚2 ⃗⃗⃗⃗⃗
𝑣2′ Ecuación 48, como es un choque
unidimensional, se convierte en escalar al poder sustituir los vectores velocidad por su módulo.
Expresando las igualdades enunciadas:
𝑚1 𝑣1 + 𝑚2 𝑣2 = 𝑚1 𝑣1′ + 𝑚2 𝑣2′
1 1 1 2 1 2
𝑚1 𝑣12 + 𝑚2 𝑣22 = 𝑚1 𝑣1′ + 𝑚2 𝑣2′
2 2 2 2
De las anteriores obtenemos:
𝑚1 × (𝑣1 − 𝑣1′ ) = 𝑚2 × (𝑣2′ − 𝑣2 )
2 2
𝑚1 × (𝑣12 − 𝑣1′ ) = 𝑚2 × (𝑣2′ − 𝑣22 )
Por división, y considerando que la diferencia de cuadrados es suma por diferencia,
obtenemos:
𝑣1 + 𝑣1′ = 𝑣2 + 𝑣2′
O de otra forma
𝑣1 − 𝑣2 = 𝑣1′ − 𝑣2′
donde 𝑣1 − 𝑣2 y 𝑣1′ − 𝑣2′ representan a la velocidad relativa del primer cuerpo con
respecto al segundo, antes y después del choque. En el choque perfectamente elástico se verifica
que la velocidad relativa de uno de los cuerpos con respecto al otro es, antes del choque, igual
y de signo contrario a la de después del choque.
De esta ecuación obtenemos:
𝑣1′ = 𝑣2 + 𝑣2′ − 𝑣1 y 𝑣2′ = 𝑣1 + 𝑣1′ − 𝑣2
Valores que sustituidos en lo anterior dan:
𝑚1 × (𝑣1 −𝑣2 − 𝑣2′ + 𝑣1 ) = 𝑚2 × (𝑣2′ − 𝑣2 )
𝑚1 × (𝑣1 − 𝑣1′ ) = 𝑚2 × (𝑣1 + 𝑣1′ − 𝑣2 − 𝑣2 )
110 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 4. COLISIONES: MECÁNICA DEL IMPACTO
𝑣⃗1 𝑣⃗2 𝑣⃗ ′
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 111
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
Las leyes que en Física tienen máximo interés son las leyes de conservación, que enuncian
las condiciones en las que una determinada magnitud física (masa, carga,...) permanece
constante en el transcurso de un fenómeno. Entre ellas están las referidas a la conservación de
112 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 4. COLISIONES: MECÁNICA DEL IMPACTO
la masa y de la energía, que fueron agrupadas por Einstein en una sola que se refiere a la
conservación, en un sistema aislado, del conjunto de ambas magnitudes, y las que se refieren a
la conservación del momento lineal y angular (Burbano de Ercilla, Burbano García, & Gracia
Muñoz, 2003, pág. 152). Su aplicación conjunta permite resolver una amplia gama de casos de
colisiones reales entre vehículos.
5.1 Caso general de colisión angular entre vehículos
Los parámetros básicos cinemáticos de un vehículo en una colisión, o sea su velocidad de
circulación, su velocidad de impacto, su velocidad postimpacto y el cambio que experimenta
su velocidad a consecuencia del impacto (Delta V), pueden, en una primera aproximación
calcularse con el uso conjunto de los principios de conservación expuestos.
De acuerdo con el Principio de Conservación del Momento Lineal y según las
proyecciones sobre ambos ejes se obtienen las siguientes ecuaciones:
Eje x: m1 × v1 × cos α + m2 × v2 × cos β = m1 × v1′ × cos γ + m2 × v2′ × cos θ
Eje y: m1 × v1 × sen α + m2 × v2 × sen β = m1 × v1′ × sen γ + m2 × v2′ × sen θ
Con arreglo al Principio de Conservación de la Energía se tiene la siguiente ecuación:
1 1 1 1
𝑚1 × 𝑣12 + 𝑚2 × 𝑣22 = 𝑚1 × 𝑣1′2 + 𝑚2 × 𝑣2′2 + 𝐸𝑑1 + 𝐸𝑑2 Ecuación 60
2 2 2 2
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 113
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
Figura 77: Configuración del impacto y posiciones finales del caso planteado
114 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 4. COLISIONES: MECÁNICA DEL IMPACTO
A continuación, se remite el proceso con la fase postimpacto del vehículo 2, pero teniendo
en cuenta que se trata de un desplazamiento angular:
v2′ = √2 × μ2 × g × d2 = √2 × μ2 × g × (π × α × R⁄180°)
v2′ = √2 × 0,4 × 9,8 × (π × 60° × 20/180°) = √164,2 = 12,81 m/s = 46,13 Km/h
Se plantean las dos ecuaciones del Principio de Conservación del momento lineal, antes
y después del impacto, sobre los ejes:
m1 × v1 × cos α + m2 × v2 × cos β = m1 × v1′ × cos γ + m2 × v2′ × cos θ
m1 × v1 × sen α + m2 × v2 × sen β = m1 × v1′ × sen γ + m2 × v2′ × sen θ
Para la estimación de los ángulos de entrada y salida se acude al croquis elaborado sobre
la colisión:
El ángulo de entrada del vehículo 1 es 190º, mientras que el del vehículo 2 es de 280º. En
cuanto al ángulo de salida del vehículo 1 es 210ª, mientras que el correspondiente al vehículo
2 es de 240º.
1000 × v1 × cos 190° + 1200 × v2 × cos 280° = 1000 × 5,42 × cos 210° + 1200 × 12,81 × cos 240 °
1000 × v1 × sen 190° + 1200 × v2 × sen 280° = 1000 × 5,42 × sen 210° + 1200 × 12,81 × sen 240°
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 115
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
116 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 4. COLISIONES: MECÁNICA DEL IMPACTO
impacto que coincide hasta su posición final que dista 10 metros. Por las huellas presentes en
la calzada ambos conductores en la fase de postimpacto han accionado a fondo el pedal de
freno, por lo que teniendo en cuenta las condiciones de la vía, seca y en perfecto estado de
conservación, el coeficiente de rozamiento neumático- asfalto tiene un valor de 0,8.
Aplicamos la fórmula del PICOMOL en su versión vectorial:
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 117
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
Aplicándolo a la anterior
𝑣1 = 9,92 𝑚/𝑠 𝑣1 = −2,32 𝑚/𝑠
Las dos soluciones para la velocidad de impacto del vehículo de la derecha nos dicen que
o bien viajaba a 9.9188 m / s de izquierda a derecha o viajaba a 2.3188 m / s de derecha a
izquierda.
Al insertar ambos valores en la ecuación para 𝑉1 los resultados serían:
𝑉1 = −0,28 𝑚/𝑠 𝑉1 = 7,88 𝑚/𝑠
La realidad de la colisión dicta que el vehículo de la izquierda no podría estar viajando
hacia la izquierda, es decir, una velocidad negativa, y luego viajar a la derecha después del
impacto. Por lo tanto, la solución final debe ser:
𝑉1 = 7,88 𝑚/𝑠 𝑣1 = −2,32 𝑚/𝑠
118 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 4. COLISIONES: MECÁNICA DEL IMPACTO
31200
𝑣𝑐 = √ = ±10,20 𝑚/𝑠
300
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 119
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
120 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 4. COLISIONES: MECÁNICA DEL IMPACTO
El material necesario para aplicar esta técnica son dos cintas métricas y una plomada.
Como línea de referencia para la realización de las mediciones se coloca en el suelo una
de las cintas métricas o se señala una línea recta con tiza u otro material de pintura.
Figura 80: Medición de una distancia a una determinada altura con respecto a una referencia
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 121
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
Con la otra cinta métrica y la plomada se realizan las medidas de la deformación (la
plomada, como es lógico, se usa para que las mediciones coincidan con la línea de referencia).
Se va anotando el valor de la deformación así como su posición en el vehículo, información
que nos da la cinta métrica usada como referencia. Es conveniente realizar un croquis, ya que
se facilita la comprensión de los datos, para quien los toma y para futuros usuarios de las
mediciones.
– Dos cintas métricas y un nivel
En este método, el nivel sustituye a la plomada y permite realizar las mediciones de forma
más rápida y precisa, pero con la misma técnica explicada en el caso anterior.
– Dos cintas métricas y una cuerda
Para aplicar este método se requieren una cinta métrica y una cuerda.
La cuerda hace las veces de línea de referencia y se coloca a la altura a la que se vayan a
realizar las mediciones. Si bien en este caso sólo se necesita una cinta métrica y no se requiere
la plomada, se presenta la dificultad de fijar correctamente la cuerda y, al igual que en el caso
el anterior, también hay que medir la distancia de la cuerda a una referencia sin deformar del
vehículo. Además, hay que ir midiendo sobre la cuerda la distancia a la que realizamos la
medición de la deformación.
6.1.2 Medición con una estructura
Los principios de medición a utilizar son los mismos que en los sistemas manuales,
simplemente se trata de sustituir las cintas de medición, la cuerda y la plomada por estructuras
más o menos sofisticadas en su diseño, por este motivo su utilización es más adecuada en la
realización de las investigaciones complementarias sobre el vehículo en el desguace o depósito.
122 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 4. COLISIONES: MECÁNICA DEL IMPACTO
– Estructura metálica
Se utiliza una estructura formada por dos soportes verticales que pueden ser unidos por
una barra nivelada a diferentes alturas en la cual se sostienen hasta seis barras de medición.
Figura 83: Estructura metálica utilizada para medir la deformación de un vehículo (izda) y sistema improvisado
con el armazón de la señalización móvil (dcha).
Se trata de una variación del anterior, y para aplicar este método se requiere utilizar una
plancha de madera, u otro material, con una estructura que le permita mantenerse en posición
vertical, lo que se consigue mediante una serie de agujeros dispuestos en la plancha a diferentes
alturas.
De nuevo, se coloca la plancha a una distancia conocida del perfil deformado y se puede
proceder a medir con una cinta métrica la distancia perpendicular a las deformaciones en el
vehículo. La plancha debería tener unas dimensiones de 2 metros de anchura y 1,5 metros de
altura y de esta forma también se pueden medir deformaciones en laterales y aunque afecten
a zonas mayores basta con cambiar de posición la plancha.
6.1.3 Perfil de deformación
Para aplicar este método se utiliza un tablero de madera, plástico o poliespan que se coloca
a una altura determinada o bajo el vehículo, dependiendo de la altura a la que haya que realizar
la medición.
El perfil de la deformación se copia en el material con la ayuda de una plomada. Una vez
copiada la deformación se puede medir cuando se quiera, y no es necesario tener el vehículo
disponible, lo cual no es siempre posible.
6.2 Protocolo de mediciones de las deformaciones de un vehículo
Las mediciones del perfil de deformación de un vehículo implicado en un siniestro vial
son útiles para el cálculo de la energía de deformación necesaria para producir esos daños, por
ese motivo en el caso de utilización de la técnica tradicional de mediciones manuales con
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 123
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
estructuras específicas o con cinta, plomada o nivel, para realizar con éxito la recogida de estos
datos, se debe disponer de un protocolo de medición de la deformación de un vehículo que
aborde la forma de realizar esas mediciones. El protocolo que se va a desarrollar en este trabajo
está basado en un protocolo básico publicado a finales de los años ochenta, con las
modificaciones recogidas en las instrucciones de varios programas informáticos y de algunos
trabajos de revisión y ampliatorios:
− Protocolo básico de medición (Tumbas & Smith, 1988, págs. 159-181).
− Programa Crash (Tsongos, 1986, págs. 114-131)
− Programa AiDamage (AiDamage, 2011, págs. 22-33).
− Revisiones y ampliaciones del protocolo (Neades, Review of Measurement
Protocols Applicable to Speed from Damage Programs, 2001; Daily & Shigemura,
2005; Neades & Shephard, Review of Measurement Protocols Applicable to Speed
from Damage Programs, 2009)
Simultáneamente, es necesario conocer una serie de definiciones estandarizadas
relacionadas con las dimensiones del vehículo:
− Longitud es la máxima dimensión medida longitudinalmente entre los puntos
salientes en su parte frontal y en su parte trasera, incluidos los parachoques y sus
accesorios si forman parte de su diseño y equipo estándar.
− Anchura es la dimensión máxima medida entre los puntos transversales del
vehículo, excluidos los espejos laterales, solapas flexibles y luces de posición o
intermitentes, pero incluidos los parachoques y sus accesorios si forman parte de su
diseño y equipo estándar.
Estos y otros parámetros sobre todos los modelos de vehículos están disponibles en
diferentes fuentes, bases de datos, catálogos, datos y manuales del fabricante, o revistas y
páginas web especializadas (NHTSA, 2016; Zal, 2016; CARSP, 2016).
A continuación se expone una forma sistemática de realizar esta toma de datos,
comenzando con las reglas generales aplicables a todos los supuestos y pasando, después, a
tratar las colisiones frontales o traseras, las laterales y los impactos con elementos esbeltos o
postes.
6.2.1 Reglas generales
En el Manual del programa Crash3 las mediciones necesarias para tener una completa
definición del daño recibido por un vehículo en un impacto eran (Tsongos, 1986, pág. 1.114):
− La anchura del área deformada.
− La extensión del daño en diferentes posiciones dentro del área deformada.
− La localización del punto medio del área dañada con respecto al centro de masas
del vehículo.
La determinación de la dirección de la fuerza principal de impacto es de suma importancia
para la reconstrucción del siniestro pero es bastante complicado hacerlo con gran precisión. Por
ello, los coeficientes de rigidez lateral se calculan a partir de ensayos de impacto localizados
entre los ejes delantero y trasero.
Si un impacto a la altura de las aletas delantera o trasera afecta también órganos
mecánicos de los ejes rodantes correspondientes, esto debe tenerse en cuenta, ya que esas partes
124 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 4. COLISIONES: MECÁNICA DEL IMPACTO
del automóvil tienen una mayor rigidez (puede documentarse con fotografías de la zona
afectada).
Si existen deformaciones producidas por un posible impacto secundario, estas
deformaciones también deben medirse, disponiéndose sí de la mayor información posible para
caracterizar completamente el siniestro.
Como premisa, hay que tener en cuenta que, vistos desde arriba, los vehículos en la
actualidad no son rectángulos perfectos sino que sus esquinas son cada vez más redondeados y,
en el plano vertical, aparecen también superficies curvas en búsqueda de un buen
comportamiento aerodinámico.
6.2.2 Determinar el plano vertical de la deformación
Normalmente, la identificación del plano vertical de la deformación y su situación en el
frontal, el lateral o la parte trasera no entraña ninguna dificultad porque basta observar donde
se encuentra situado el daño. La importancia de su definición reside en que indirectamente
implica la aplicación de unos determinados coeficientes de rigidez.
Figura 84: Determinación del plano vertical de la deformación frontal (izda.) y lateral (derecha)
Sin embargo, existen casos en los que la simple observación del lugar donde se localiza
el daño no ofrece por si sola la capacidad para determinar este plano, por ejemplo cuando la
deformación afecta a una esquina de forma prácticamente igual por un lado que por el otro.
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 125
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
− Por ultimo si los dos criterios anteriores no pudieran aplicarse con suficiente
precisión habría que utilizar el área de mayor contacto para determinar el plano
vertical. Si la longitud de contacto a lo largo del frontal o la parte trasera del
vehículo supera a la longitud de contacto a lo largo del lateral se considerará un
plano frontal o trasero respectivamente, mientras que en el caso contrario se trataría
de un impacto lateral.
Con la aplicación priorizada de estos criterios se consigue determinar el plano vertical de
la deformación e, indirectamente, conocer los coeficientes de rigidez a aplicar en el cálculo de
la correspondiente energía de deformación.
6.2.3 Establecer la anchura del perfil deformado
Para establecer esta anchura hay que entender, previamente, las definiciones de daño
directo y de daño inducido:
− La deformación por daño directo es cualquier daño ocasionado en un área del
vehículo por el contacto con el otro vehículo u objeto que provoca la deformación.
− La deformación por daño inducido se produce en las zonas próximas, pero
externas, al área de contacto directo.
En el esquema se pueden apreciar estas dos zonas para un impacto fronto-lateral. En
cambio la medida de la anchura deformada en los choques frontales y traseros, para las
configuraciones de Figura 87 en las que la deformación afecta a toda la anchura de la parte
frontal o trasera del vehículo, no se tomará sobre los vehículos deformados sino que será
necesario consultar los datos de catálogo o medir en un vehículo igual sin deformar la anchura
frontal o trasera.
Figura 86: Daño directo e inducido en la deformación causada a un vehículo en una colisión
El Manual original del programa Crash establecía que solamente se debía incluir el daño
directo en los cálculos realizados en el programa. Sin embargo, es evidente que es necesaria
una cantidad de energía para conseguir la deformación del área de daño inducido, por este
motivo las versiones posteriores de esa aplicación y, el propio protocolo aquí seguido,
establecieron que se debe tener en cuenta en la medición de campo, tanto el daño directo como
el inducido (Neades & Shephard, 2009, pág. 7).
En una colisión frontal de un vehículo con una barrera en una prueba de impacto a 49,5
Km/h produce un daño directo y un daño inducido. A partir de la aplicación del método de
Campbell para el cálculo de la energía de deformación solamente al daño directo la velocidad
de impacto, en este caso coincidente con la DeltaV, se estimó en 36,37 Km/h, mientras que se
tenía en cuenta tanto el daño directo como el daño inducido, los cálculos ofrecían un resultado
de 48,28 Km/h, cifra muy próxima a la real (Campbell, 1974, pág. 8).
126 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 4. COLISIONES: MECÁNICA DEL IMPACTO
La inclusión del daño inducido es importante para medir la energía de deformación en las
colisiones con objetos estrechos o esbeltos tales como árboles, postes, farolas o pilares de
puentes. También es importante tener en cuenta el daño inducido en las colisiones frontales y
traseras, mientras que el daño inducido continuo al daño directo no tiene una gran contribución
en los supuestos de impactos laterales (Tumbas & Smith, 1988, pág. 163).
Es muy frecuente, entre diferentes autores y programas de reconstrucción (Tumbas &
Smith, 1988, pág. 169; Daily & Shigemura, 2005, pág. 7), distinguir entre la anchura de campo
(Lcampo) del daño del ancho (L) utilizado en el programa CRASH. Esta diferencia surgió de la
observación de que la anchura del final no deformada es a menudo reducida en anchura por la
fuerza del choque, particularmente cuando:
− El impacto ha sido con un objeto estrecho o se trata de un impacto parcial con un
objeto más amplio.
− Hay un importante componente lateral de la Fuerza de Impacto, incluso en el caso
de tratarse de un impacto frontal completo.
Como consecuencia de lo anterior, el perfil del daño se basa en la anchura L, pero el
programa CRASH utiliza la anchura del vehículo original no deformado cuando hay daño, ya
sea directo o ya sea directo e inducido, en toda la anchura del extremo del vehículo. Esta
conversión de Lcampo en L se traducirá en un aumento, mayor o menor, en el área de
deformación, en la energía absorbida así como en el valor de Delta-V.
En conclusión, en la medición de la anchura de la deformación hay que tener en cuenta
tanto el daño directo como los daños inducidos contiguos que existan a un plano vertical de
deformación dado en los que se haya producido un desplazamiento de la estructura del vehículo.
Sin embargo, se tienen que excluir del cálculo de la deformación los daños o el desprendimiento
de piezas en el techo o en el lateral que no estén a continuación del daño directo.
6.2.4 Establecimiento de una línea de referencia
Para poder medir la profundidad de la deformación en toda la anchura del plano vertical
se tiene que definir una línea de referencia, que se posicionará con respecto a una parte del
vehículo sin deformar. Se intentará que la línea de referencia sea tangente a la superficie original
del vehículo. En los casos de vehículos muy deformados, donde sea difícil establecer una línea
de referencia tangente a la superficie original, se tomarán todas las medidas respecto de líneas
de referencia no tangentes.
− Línea tangente. Puede establecerse esta línea, tanto para colisiones frontales o
laterales, independientemente de conocer la longitud o la anchura del vehículo,
pero siempre es mejor tener estos datos, con carácter previo a la aplicación del
presente protocolo, y así poder establecer el punto extremo del vehículo donde
situar la línea tangente, que en todo caso debe ser perpendicular al eje longitudinal
del vehículo.
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 127
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
Figura 88: Línea de referencia no tangente en una deformación frontal (derecha) y lateral (izquierda)
En ambos casos, hay que buscar otro vehículo igual sin deformar o utilizar los datos
extraídos de una base de datos o de un catálogo, público o privado, para determinar sin
dificultad los valores reales de la deformación, teniendo en cuenta que, además, se necesitan
como datos: la batalla del vehículo, la longitud total del vehículo, la anchura de la vía en el eje
delantero y trasero y los voladizos delantero y trasero.
128 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 4. COLISIONES: MECÁNICA DEL IMPACTO
La toma de estos datos es interesante para compararlos con los del vehículo sin deformar.
También es importante caracterizar la dirección de la fuerza principal de impacto. Ello puede
hacerse a través del estudio de las deformaciones exteriores, de los movimientos de los
ocupantes en el interior, del análisis de los elementos resistentes intervinientes en la
deformación o las supuestas trayectorias precolisión.
En resumen, debe trazarse una línea de referencia, preferiblemente tangente al contorno
del vehículo original, para poder realizar las mediciones.
6.2.5 Determinar las estaciones de medición
Una vez determinada la altura a la que deben realizarse las mediciones, anchura de la
zona deformada y línea de referencia, ya se puede proceder a la medición de la profundidad de
la deformación. Para trazar y medir el perfil de la deformación deben realizarse diferentes
mediciones en toda la anchura de la deformación.
Las mediciones se realizan a intervalos equidistantes, correspondiéndose la primera y
última medición con el punto inicial y final de la zona deformada. La medida se realizará
únicamente hasta el punto en que hay continuidad virtual a lo largo del perfil de deformación.
El número de estaciones de medición (Ci) equidistantes a realizar a lo largo de toda la
anchura (L) del perfil de deformación depende de su forma y dimensiones (Tumbas & Smith,
1988, pág. 165):
− Dos estaciones se pueden tomar cuando el perfil es plano recto o angular, pero sin
entrantes ni salientes, tal como un impacto angular o frontal complete con una
barrera en un crash-test. Este supuesto es una excepción en el caso de colisiones
entre vehículos.
− Cuatro estaciones se deberían tomar cuando, en un perfil irregular, la anchura de la
deformación es menor de 40 cm.
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 129
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
En conclusión, las mediciones se realizarán tomando seis estaciones de medida, salvo que
se trate de un perfil irregular con una anchura menor de 13 cm en el que se tomaran cuatro
estaciones o un perfil regular y plano en el que tan solo se medirán las deformaciones en sus
extremos.
6.3 Fijar la altura a la que realizar la medición de las deformaciones
En casi ninguna colisión se llega a observar una deformación uniforme en el plano vertical
de deformación, por lo que los daños y la profundidad de la deformación varían dependiendo
de la altura a la que se realicen las mediciones. En el impacto de un vehículo con una barrera o
un muro vertical las variaciones son pequeñas, pero se hacen claramente mayores en los
impactos entre vehículos.
La regla general para las colisiones frontales y traseros establece que las mediciones se
realizarán a la altura de los paragolpes, ya que se piensa que en ese nivel se produce la mayor
transferencia de fuerza en el impacto.
130 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 4. COLISIONES: MECÁNICA DEL IMPACTO
Cuando las deformaciones varíen con la altura se tendrá en cuenta lo siguiente (Daily &
Shigemura, 2005, pág. 25):
− Si la máxima deformación se ha producido a la altura del paragolpes, las mediciones
de la deformación se realizarán a esta altura.
− Si la diferencia entre las profundidades de deformación es inferior a 13 centímetros,
se tomará como altura de medición la altura del paragolpes.
− Si la diferencia es superior a 13 centímetros, se recomienda tomar medidas de la
profundidad de la deformación a diferentes alturas y extraer una media de la
deformación. En ocasiones, y según criterio del reconstructor, en lugar de una
media aritmética será necesario otro criterio de ponderación de la deformación.
Los criterios expuestos son empíricos y basados en la simple creencia de que la rigidez
de la resistencia a las fuerzas de impacto no se caracteriza por la profundidad máxima o mínima
que se produce en una estación de medición en la que la variación vertical está presente. Más
bien, la fuerza de impacto es la que está asociada de alguna forma con la media de las dos
mediciones de profundidad consecutivas.
El análisis energético de la deformación no es aplicable a los casos severos de
deslizamiento debajo de la estructura de otro vehículo, por ejemplo cuando un vehículo se
desliza debajo de un semirremolque donde solamente se ha producido una apertura de la parte
superior del capó como si se tratase de un abrelatas, sin ningún contacto con el parachoques.
De la misma forma, si no se han deformado elementos estructurales, como son los largueros y
traviesas, puente motor, etc., y sólo han sido afectados el capó, radiador, etc., no se podrán
aplicar los métodos energéticos para el cálculo de la velocidad de colisión.
En los choques laterales las deformaciones se miden a la altura del piso del vehículo. Si
la deformación varía con la altura se aplican los criterios expuestos anteriormente para choques
frontales y traseros.
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 131
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
𝒅 𝒂
𝒂𝒃/𝟐 𝒕
𝒕′ 𝒃 𝑫
En la Figura 92 se muestra un ejemplo de localización del centroide del área dañada que
incluye el daño inducido para el impacto de barrera desactivado descrito anteriormente. El
algoritmo del programa CRASH localizaba la línea de acción de la Fuerza de Impacto (Fx) a
través del centroide del área dañada, lo que puede observar en la figura referida como la recta
de aplicación del vector Fx.
132 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 4. COLISIONES: MECÁNICA DEL IMPACTO
Utilizando los conceptos de anchura de campo (Lcampo) y anchura (L) del programa
CRASH, se puede calcular el desplazamiento (D) de la línea de aplicación real de la Fuerza de
Impacto (Daily & Shigemura, 2005, pág. 9):
− El desplazamiento (D) es la distancia lateral desde la mitad de la anchura de campo
Lcampo al eje del vehículo que pasa por el centro de masas.
− Se utiliza la posición del perfil deformado del vehículo sobre un perímetro no
deformado de un vehículo original.
− Se puede determinar la localización del centroide del área deformada con respecto
al eje de simetría del vehículo.
− Hay que tener cuidado cuando se determina D si el perfil vertical no es uniforme.
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 133
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
Y esto hará que el impulso de la colisión calculado pase por la verdadera línea de acción
de la Fuerza de Impacto.
6.5 Deformación frontal
Teniendo en cuenta lo expuesto anteriormente, la profundidad de la deformación es la
distancia entre el perfil o superficie sin deformar del vehículo y el perfil deformado. Si las
mediciones se han efectuado sin, el paragolpes, este hecho deberá ser tenido en cuenta en el
momento de determinar la medida de la deformación, ya que, de no tenerlo en cuenta, se
sobrestimará la energía absorbida. De nuevo hay que recordar que para obtener datos fiables
será necesario disponer de una base de datos o un catálogo detallado con todas las medidas del
vehículo sin deformar o, en su defecto, de un vehículo de la misma marca y modelo sin
deformar.
Las colisiones frontales, y por extensión las traseras, pueden ser divididas de forma
general, de acuerdo a la deformación que producen en los vehículos, como impactos completos
e incompletos.
6.5.1 Impacto frontal completo
En este tipo de impacto, hay un daño directo en todo el frontal del vehículo y la estructura
dañada de esta forma puede o, eventualmente, no puede haber desbordado su original
perímetro, tal y como puede observarse en la Figura 94.
a) Impacto sin desviación lateral
La anchura del perfil dañado, a veces, es mayor que la del vehículo original, cuando se
observa la deformación desde un ángulo normal al plano de la deformación. Esto se debe a la
compresión de la estructura final del frontal en su centro y el desbordamiento hacia los lados
formando segmento de longitud superior a la sección del perfil del vehículo en el plano de
deformación. Este fenómeno se denomina “efecto champiñón”, por la forma que adopta
finalmente el frontal deformado.
134 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 4. COLISIONES: MECÁNICA DEL IMPACTO
Figura 94: Deformación de un vehículo por un impacto frontal completo sin desviación lateral
En estos casos la estructura lateral, que desborda el perfil original, se ignora ya que la
anchura del daño, L, se basa en los extremos de la estructura frontal. Si las medidas de la
profundidad de la deformación deben tomarse al nivel del parachoques, la anchura de la
deformación (L) será la distancia entre los puntos donde las esquinas del parachoques se
proyectan a la línea de base. En la Figura 95 se puede ver un vehículo con un impacto frontal
completo sin ningún desplazamiento lateral.
Normalmente, son las esquinas del parachoques las piezas que se utilizan para definir la
anchura de la deformación, y aunque esto parece bastante simple, en los casos reales de
vehículos deformados por una colisión no siempre puede resultar evidente donde se encuentran
las esquinas después del impacto. El problema surge, principalmente, porque los parachoques
no son barras planas que terminan abruptamente en los extremos sino que son piezas con formas
redondeadas. Por este motivo, se ha establecido como criterio una convención que define la
esquina del parachoques como el punto donde existe un radio a 45º que lo une con su extremo.
En resumen, los pasos a realizar en este supuesto son los siguientes (Daily & Shigemura,
2005, pág. 18):
− El daño directo coincide con la anchura total del vehículo.
− Localizar las esquinas del frontal dañado.
− La anchura de la deformación (L campo) es la distancia entre las esquinas, ignorando
los extremos de la estructura que sobresalen por los lados.
− Para propósitos de cálculo, Lcampo es igual a la anchura original del vehículo (L) sin
deformar.
− Dividir la anchura Lcampo por 5 para obtener seis estaciones de medición (Ci).
− Numerar las estaciones Ci de izquierda a derecha (C1 en la esquina izquierda y C6
en la esquina derecha).
− La distancia del desplazamiento de la línea de aplicación de la Fuerza de impacto
al eje de simetría del vehículo en este caso es nula (D = 0). se debe calcular teniendo
en cuenta sus efectos sobre el momento de giro del vehículo.
b) Impacto con desviación lateral
Esta es una tipología diferente de deformación por daño directo total en el frontal del
vehículo que se produce cuando la estructura en contacto es desviada hacia adentro o
desplazada hacia fuera de su perímetro original.
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 135
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
La única diferencia entre este y el caso anterior se halla en el hecho que el desplazamiento
final es que una esquina del daño está hacia atrás y hacia dentro desde su posición original
mientras que la otra está hacia atrás y hacia afuera de su posición original, es decir, ambas están
desplazadas en la misma dirección lateral dirección, o bien a la derecha o bien a la izquierda,
tal y como puede verse en la Figura 95.
Figura 95: Deformación de un vehículo por un impacto frontal completo con desviación lateral
Este perfil de deformación se obtiene extendiendo la línea de base más allá de la ubicación
original de la esquina y procediendo como anteriormente usando los extremos del daño incluso
si una esquina está fuera de su posición original. Debido a que el perfil de la deformación se
basa sólo en daño directo, el desplazamiento (D) será la distancia lateral entre el punto medio
de este daño directo (Lcampo) y la línea central del vehículo.
En conclusión, los pasos a realizar en este supuesto son los siguientes (Daily &
Shigemura, 2005, pág. 19):
− El daño directo coincide con la anchura total del vehículo.
− Localizar las esquinas del frontal dañado.
− La anchura de la deformación (L campo) es la distancia entre las esquinas, tal como
se observa en la Figura 95, ignorando los extremos de la estructura que sobresalen
por los lados.
− Dividir la anchura Lcampo por 5 para obtener seis estaciones de medición (Ci).
− Numerar las estaciones Ci de izquierda a derecha (C1 en la esquina izquierda y C6
en la esquina derecha).
− Para propósitos de cálculo, Lcampo es igual a la anchura original del vehículo (L) sin
deformar.
− La distancia del desplazamiento de la línea de aplicación de la Fuerza de impacto
no es nula y es igual a la distancia entre la recta que pasa por la mitad de la anchura
(Lcampo) y el eje de simetría longitudinal del vehículo (D).
La diferencia fundamental entre este supuesto y el anterior se encuentra en la posición de
las esquinas y el desplazamiento de la línea de acción de la Fuerza de Impacto que producirá
un par de fuerzas y por lo tanto un giro postimpacto al vehículo.
6.5.2 Impacto frontal parcial
En este caso el daño directo no afecta al frontal por completo. Se han identificado, al
menos, tres tipologías de impactos frontales parciales (Tumbas & Smith, 1988, pág. 169), en
los cuales es necesario sobre todo atender a la distancia de desplazamiento (D) de la línea de
aplicación de la Fuerza de Impacto.
136 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 4. COLISIONES: MECÁNICA DEL IMPACTO
En este tipo de impactos es necesario localizar del centroide de este perfil de deformación,
en el que está aplicada la dirección de la Fuerza de Impacto. En la Figura 97 se puede ver como
evidente que la fuerza que causó el daño fue aplicada al frontal del vehículo y actuó a una
determinada distancia lateral a la línea central de su eje de simetría longitudinal.
En este caso no se puede argumentar la existencia de un desplazamiento nulo, como se
hacía cuando el impacto afectaba a todo el frontal, ya que esta simplificación minimiza
sistemáticamente los efectos de la rotación del vehículo en la fase postimpacto. Si se aplica el
procedimiento de cálculo de esta distancia, tal y como se ha expuesto arriba, y aplicando la
fórmula:
𝐷𝑐 = 𝐷𝑡 + (𝐷𝑑 − 𝐷′ )
Donde:
Dt = el punto medio de la totalidad de la anchura de deformación.
Dd = el punto medio de la anchura del daño directo.
D' = el desplazamiento para el centroide del perfil, localizado entre C3 y C4.
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 137
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
138 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 4. COLISIONES: MECÁNICA DEL IMPACTO
Figura 99: Vehículo con una deformación debida a un impacto con un elemento esbelto
Los problemas derivados de los impactos con postes y elementos esbeltos, tanto en
impactos frontales como en colisiones laterales, se estudian en un epígrafe específico que se
trata al final de este Capítulo.
c) Desplazamiento unilateral de una sola esquina
En este caso el daño es menor que la anchura del frontal o de la parte trasera del vehículo.
Esta deformación es típica de un impacto parcial que produce que la anchura del daño directo
e inducido no excede la anchura del frontal.
Figura 100: Impacto frontal parcial con desplazamiento unilateral de una sola esquina
Los pasos a realizar en este supuesto son los siguientes (Daily & Shigemura, 2005, pág.
20):
− El daño directo afecta parcialmente a la anchura total del vehículo.
− Si existiese algún daño con forma de bolsa habría que ignorarlo.
− Localizar la esquina dañada en el frontal dañado.
− La anchura de la deformación (L campo) es la distancia entre la esquina deformada y
el final del perfil de la deformación, tal como se observa en la Figura 100.
− Dividir la anchura Lcampo por 5 para obtener seis estaciones de medición (Ci).
− Numerar las estaciones Ci de izquierda a derecha (C1 está en la esquina izquierda
si es la deformada y C6 esta en la esquina derecha si fuera esta la deformada).
− Para propósitos de cálculo, Lcampo es igual a la anchura (L) a utilizar en algunos
algoritmos.
− La distancia del desplazamiento de la línea de aplicación de la Fuerza de impacto
(Dc). no es nula y es igual a la distancia entre la recta que pasa por la mitad de la
anchura del daño directo y el eje de simetría longitudinal del vehículo. Nótese que
en este caso no se utiliza la mitad Lcampo.
Cuando el impacto implica una esquina y la anchura de campo Lcampo es menor que la
distancia entre los dos puntos extremos del perfil de daño tomados tal como aparecerían antes
del impacto en un original del vehículo, en el programa CRASH se utiliza este último valor ya
que es una distancia mayor que puede obtenerse: en primer lugar, restando a la anchura total
original del vehículo la anchura Lcampo o, en su defecto, midiendo esa distancia a lo largo del
perímetro del área dañada.
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 139
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
Figura 101: Vehículo con un impacto lateral en el que se puede observar arqueamiento
Se demostró, a partir de los primeros trabajos en la materia a mitad de los años setenta
del pasado siglo, que los cambios en la estructura asociados con este fenómeno conllevaban un
consumo de energía de deformación que no podía obviarse en los cálculos. Por este motivo para
los casos que excedía un límite de arqueamiento, en concreto 10 centímetros, se tenían que
introducir medidas correctoras. A continuación se expondrán los dos posibles casos de
deformación lateral del chasis del vehículo con un cierto grado de arqueamiento.
140 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 4. COLISIONES: MECÁNICA DEL IMPACTO
Los pasos a realizar en este supuesto son los siguientes (Daily & Shigemura, 2005, pág.
28):
− El vehículo que tiene el impacto lateral recibió el daño directo entre sus ejes.
− Determinar si existe arqueamiento: primero, midiendo la distancia entre las
esquinas desplazadas y sus posiciones originales denominadas A1 y A2 y, segundo,
si en cada extremo la distancia es menor de 10 cm, entonces no existe arqueamiento.
− El área dañada y delimitada por el perfil de deformación es denominada el yugo.
− Los puntos donde comienza el perfil de deformación que circunvala el área
deformada se denomina Puntos de Deflexión o desviación.
Las mediciones se realizan uniendo los puntos de deflexión como línea de referencia y
midiendo la profundidad de las cuatro estaciones centrales, ya que la profundidad en los
extremos, al estar situados en los puntos de deflexión, es nula.
b) Impacto con arqueamiento
Si un vehículo sufre un fuerte impacto lateral y se arquea de tal forma que la distancia de
arqueamiento, medida entre sus esquinas reales y las esquinas ideales del vehículo sin
deformar, es superior a 10 centímetros, tal y como puede verse en la Figura 102, se considera
que el vehículo ha sufrido un arqueamiento que debe tenerse en cuenta para el cálculo de la
energía de deformación.
Existen dos formas de tener en cuenta la energía absorbida en el arqueamiento: la primera,
utilizando una constante de arqueamiento y, la segunda, mediante el reajuste de la línea de base
de mediciones.
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 141
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
c) Constante de arqueamiento
La primera de las formas de abordar el problema es incluir como anchura de deformación
sólo el daño directo e inducido, siguiendo el método general, pero aumentando los valores de
la profundidad de deformación por medio de una constante que tiene en cuenta el arqueamiento
del vehículo.
Figura 103: Vehículo con impacto en el lateral con arqueamiento medido por adición de una constante
142 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 4. COLISIONES: MECÁNICA DEL IMPACTO
Figura 104: Vehículo con arqueamiento medido con una línea de base reajustada
Básicamente, en este supuesto se utilizan los mismos pasos que en el supuesto anterior
para realizar las mediciones de la profundidad del perfil de la deformación (Daily & Shigemura,
2005, pág. 33):
− Este procedimiento alternativo se desarrolla por la dificultad en la realidad de una
investigación para determinar si el desplazamiento es mayor o menor de 10 cm.
− No es necesario determinar si existe arqueamiento o no.
− Usar el punto medio del parachoques delantero y trasero si no están dañados para
trazar una línea de referencia. Si estuviera dañado, se utilizaría el centro de la
estructura por encima del parachoques en el punto que no esté deformada.
− Determina la distancia de desplazamiento del eje de simetría longitudinal del
vehículo con la línea de referencia trazada de acuerdo con el punto anterior. Esta
distancia se denomina Dos, tal y como puede observarse en la Figura 104.
− Establecer una línea de base reajustada, teniendo en cuenta que es paralela a la línea
de referencia, en el extremo dañado del vehículo y a una distancia igual a la mitad
de la anchura del vehículo con la adicción de la Dos.
− Dividir Lcampo por cinco para obtener seis estaciones de medición (Ci)
En este caso las medida de la profundidad de la deformación se toman desde la línea de
base reajustada y serán las que se utilicen en la fórmula que permite el cálculo de la Energía de
Deformación.
6.6.2 Embolsamiento lateral
Con esta denominación se hace referencia a un supuesto en el que el extremo del daño
directo está detrás de la estructura lateral debido a una acción de embolsado causada por el
objeto que ha resultado impactado, tal y como puede verse en laFigura 105.
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 143
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
La peculiaridad del embolsamiento se resuelve teniendo en cuenta que la profundidad de la deformación dentro
del área embolsada en C1 se mide y representa, como puede verse en la Figura 105, entre la línea de base del
vehículo original y ese punto interior dentro del perímetro deformado.
144 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 4. COLISIONES: MECÁNICA DEL IMPACTO
barreras móviles o contra otros vehículos, siempre con una anchura de contacto próxima a las
del vehículo que colisiona con ellos. Por este motivo los coeficientes de rigidez son
completamente fiables cuando el perímetro de contacto de impacto con el objeto debe ser
superior al 25 % de la anchura del vehículo que ha colisionado con él. En caso contrario, el
investigador debe tener en cuenta que es posible que tenga que introducir elementos correctores
en el perfil de deformación y en la superficie afectada para controlar el rango de error en el
cálculo de la Energía de Deformación. Hay que recordar que la otra fuente que puede inducir a
error en ese cálculo es la determinación de la dirección de la fuerza principal de impacto
(PDOF).
En colisiones entre vehículos y elementos esbeltos frontales se pueden observar dos
tipologías diferentes, en las que se pueden realizar correcciones empíricas para compensar las
fuentes de error anteriormente citadas.
6.7.1 Impacto central hacia adentro
En este tipo de colisiones las esquinas se curvan hacia dentro quedando situadas dentro
del área que ocuparía la planta del vehículo sin deformar (Daily & Shigemura, 2005, pág. 22):
− Existe daño directo e inducido a lo largo de la anchura del vehículo.
− Localizar las esquinas en el perfil de la deformación. La distancia entre estas
esquinas constituye Lcampo.
− Dividir Lcampo por 5 para conseguir seis estaciones de medida equidistantes. Las
estaciones C1 y C6 son las esquinas izquierda y derecha, respectivamente.
− A efectos de cálculo, L es igual a la anchura del vehículo no deformado.
− El desplazamiento con respecto al eje de simetría del vehículo es aproximadamente
nula.
− La profundidad máxima del perfil de la deformación debería ser localizada y
medida si no coincide con una de las estaciones de medida.
Figura 106: Vehículo con una deformación debida a un impacto con un elemento esbelto
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 145
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
Figura 107: Vehículo con una deformación debida a un impacto con un elemento esbelto con las esquinas hacia
afuera
De nuevo, la corrección que se introduce es tener en cuenta que para efectos de cálculo
se introduce como anchura de la deformación la anchura completa del vehículo.
Los primeros avances para conseguir un modelo de la deformación que se produce en una
colisión entre vehículos tienen como punto de partida las trabajos realizados en Europa por el
grupo Fiat entre los años 1962 y 1968 (Locati, 1964, pág. 2.2).
En 1968, Emori fue de los primeros investigadores en analizar el comportamiento
dinámico de impacto de los vehículos en colisiones frontales y traseras con el objetivo de
mejorar la seguridad pasiva de sus ocupantes (Emori, 1968, pág. 2). Para su análisis utilizó los
datos de una serie de crash test llevados a cabo en 1957, y consiguió mostrar que la profundidad
de la deformación dinámica debida al impacto frontal en vehículos automóviles podía ser
considerada como linealmente dependiente de la fuerza aplicada.
146 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 4. COLISIONES: MECÁNICA DEL IMPACTO
k M
M1 M2
k1 k2
Figura 108: Modelo de impacto de Emori de colisión contra barrera (izda) y entre vehículos (dcha)
Donde:
− Cmax: Deformación permanente máxima (cm)
− vimp: Velocidad de impacto (Km/h)
A partir de estos estudios se desarrollaron diversos modelos tanto en Estados Unidos de
Norteamérica como en Europa.
7.1 Modelo de Campbell
Poco tiempo después, Campbell desarrolló una relación empírica entre la deformación
residual y la velocidad de impacto en barrera, a partir de los datos obtenidos en los crash test
llevados a cabo por General Motors empresa para la que trabajaba (Energy Basis for Collision
Severity, SAE Technical Paper 740565, 1974, pág. 2115).
60 V = b 0+ C b 1
Velocidad de Impacto (km/h)
50
Incremento de la
velocidad de
40 b1 impacto
30
C
20
Incremento de la
10 deformación
b0
10 20 30 40 50 60
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 147
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
Donde:
− vimp: Velocidad de impacto (Km/h)
− b0: Velocidad límite sin deformación permanente (Km/h)
− b1: Pendiente de la recta (Km/h/cm)
− C: Deformación permanente tras el impacto (cm)
Se denomina velocidad límite sin deformación permanente (b0) a la velocidad máxima
a la que se puede verificar la colisión sin que se produzca una deformación permanente
observable en el vehículo.
Por lo tanto, hasta un cierto valor de la velocidad de impacto del vehículo las
deformaciones producidas serán elásticas, recuperando los elementos deformados su forma
original una vez que desaparezca la fuerza generada en la colisión. A partir de ese valor de
velocidad, las deformaciones serán plásticas, representando esta situación el punto de comienzo
de la recta sobre el eje de ordenadas y determinado, por tanto, el valor del coeficiente b o. El
otro coeficiente, b1, representa la pendiente de la recta.
Estos dos coeficientes, b0 y b1, se obtuvieron originalmente para vehículos de los años
setenta de la marca General Motor en ensayos de colisión frontal y sus valores son diferentes
para cada modelo de vehículo. Aunque en el trabajo original se citaban los vehículos
específicos, estos se distribuían según cinco categorías que son las que se utilizan para obtener
actualmente los coeficientes y aplicarlos a un vehículo actual (Campbell, 1974, pág. 3).
Tabla 8: Valores de los coeficientes de Campbell según las categorías de vehículos originales
La forma más usual de obtención del coeficiente b0 era la extrapolación de la recta hasta
cortar el eje Y de la gráfica de la Figura 109. Respecto de los ensayos realizados por Campbell,
la pendiente b1 se mostraba constante en el intervalo comprendido entre 24 y 97 Km/h.
El problema de utilización de este método en la actualidad se encuentra en la
determinación de valores realistas de los coeficientes para los modelos de vehículos modernos.
En un trabajo publicado recientemente se compararon los resultados de aplicar a la fórmula de
Campbell con los coeficientes de la Tabla 8 a una serie de doce experimentos de colisión de
tres modelos actuales de vehículos de las marcas Toyota, Honda y Ford y el resultado fue que
los cálculos se quedaron entre un 73,4 y un 92,3 % de su valor para el Toyota, entre un 69,8 y
un 95,4 % para el Honda y entre un 63,4 y un 71,3 % para el Ford (Zuchowski, 2015, pág. 101).
148 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 4. COLISIONES: MECÁNICA DEL IMPACTO
En todos los casos la fórmula de Campbell con sus correspondientes coeficientes minusvalora
la velocidad de impacto debido a las mejoras en los materiales utilizados y en el diseño de la
estructura de los vehículos modernos.
7.2 Modelo de McHenry
Raymond McHenry utilizó, al año siguiente, el trabajo de Campbell para el programa
CRASH que, en uno de sus módulos, calculaba la velocidad de impacto a partir del perfil de
deformación residual del vehículo. En la década de los setenta, la Calspan Corporation creó el
programa CRASH (Caslpan Reconstruction of Accident Speeds on the Highway) para la
Agencia de Seguridad Vial norteamericana (NHTSA) para realizar los cálculos de las
velocidades de impacto de los vehículos que servían como parámetros de entrada otro programa
llamado SMAC (Simulation Model of Automobile Collisions) que permitía simular la colisión
de forma completa en dos dimensiones.
En este modelo se propuso una dependencia lineal entra la fuerza que actúa en el vehículo
y la deformación permanente de acuerdo con la siguiente expresión:
𝐹 = 𝐴 + (𝐵 × 𝐶) Ecuación 64
Donde:
− F: Fuerza de resistencia durante el impacto y la deformación del vehículo (N/m).
− A: Coeficiente de rigidez (N/m).
− B: Coeficiente de rigidez (N/m2).
− C: Deformación permanente del vehículo (m).
El coeficiente de rigidez A representa la fuerza máxima que admite la estructura del
vehículo sin deformación permanente. El coeficiente B es la pendiente de la recta de la gráfica
que relaciona linealmente la fuerza y la deformación residual del vehículo. Los valores de A y
B son específicos para cada modelo de vehículo, y que se obtienen a partir de ensayos de
colisión.
Fuerza de resistencia (F)
𝐅 = 𝐀 + (𝐁 × 𝐂)
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 149
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
Se puede observar que existe un valor de la fuerza para el que no hay deformación
permanente, existiendo, únicamente, deformación elástica. Esto es equivalente a lo que ocurría
con la velocidad en el caso del método de Campbell, es decir, hay una velocidad máxima a
partir de la que se comienzan a producir deformaciones permanentes. Una vez que se supera
ese valor de la fuerza la dependencia es lineal entre la fuerza y la deformación
Los dos coeficientes de McHenry son equivalentes a los coeficientes de Campbell, y es
posible obtener el valor de los coeficientes A y B, a partir del valor de b0 y b1. Para obtener los
coeficientes A y B en función de b0 y b1 hay que igualar la energía cinética del vehículo antes
del impacto con la energía absorbida por la deformación del vehículo, deformación tanto
elástica como plástica. Las expresiones, así obtenidas, serían las siguientes (McHenry &
McHenry, Crash Damage Analysis, 2014, pág. 8).
b0 × b1 ×Ms b1 2 ×Ms
A= B=
L L
2
A2 b0 ×Ms B×L A
G = 2×B = ∆V = √ M (c + B)
2×L s
Donde:
− A: Coeficiente de rigidez (N/m).
− B: Coeficiente de rigidez (N/m2).
− C: Deformación permanente del vehículo (m).
− Ms: masa estándar de los experimentos de colisión (Kg).
− G: Constante de integración (N).
− L: longitud del área deformada en el perfil (m)
Para una colisión frontal, tomando como referencia los ensayos realizados por Campbell,
los valores de ambos conjuntos de coeficientes serían los expuestos en la Tabla 9. Hay que
hacer notar que están expresados en las unidades semejantes a las de la tabla original, pero no
en las definidas por el Sistema Internacional.
Tabla 9: Valores de los coeficientes de Campbell y sus equivalentes de McHenry
b0 b1 Masa A B G
Vehículos GM
(Km/h) (Km/h /cm) (Kg) (Kg/cm) (Kg/cm2) (Kg)
71-72 Tamaño estándar grande 11,02 0,56 2041 48,65 2,45 480,87
73-74 Tamaño estándar grande 12,07 0,57 2041 54,39 2,58 576,49
73-74 Intermedio 12,07 0,57 1814 49,92 2,37 528,43
71-74 Compacto 4,83 0,86 1542 27,39 4,87 77,30
71-74 Subcompacto 4,83 0,86 1134 23,03 4,11 65,22
El vehículo implicado en una colisión se modela como un sistema compuesto por una
masa y un muelle en el que, éste último, es el encargado de absorber la energía cinética al
deformarse durante la colisión. McHenry utiliza la relación proporcional entre la fuerza
desarrollada durante el impacto y la deformación, en lugar de la propuesta por Campbell, que
relaciona velocidad de impacto y deformación.
150 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 4. COLISIONES: MECÁNICA DEL IMPACTO
Cuando la fuerza no es perpendicular la superficie del vehículo, sino que forma con ésta
un ángulo (α), se define una fuerza equivalente a la normal de la siguiente manera:
𝐹𝑛 = 𝐹𝛼 × 𝑐𝑜𝑠 𝛼 Ecuación 65
Los valores de los coeficientes fueron generalizados para diversos tipos de vehículos y
para las tres configuraciones básicas de impacto (Noga & Oppenheim, 1981; Tsongos, 1986,
pág. 1.56), en la Tabla 10 se pueden consultar estos coeficientes en unidades del Sistema
Internacional.
Tabla 10: Coeficientes del modelo de McHenry para ocho categorías de vehículos
FRONTAL
A (𝑵/𝒎) 52487 44968 55038 60778 56427 66497 83339
B (𝑵/𝒎𝟐 ) 321269 293927 382788 232407 252914 861275 341776
TRASERO
LATERAL
A (𝑵/𝒎) 13369 24307 30037 24828 30731 .... ….
B (𝑵/𝒎𝟐 ) 252914 457979 389624 341775 321269 .... ….
– Ejemplo 20: Cálculo de la Energía de Deformación a partir del perfil de deformación con modelo
McHenry
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 151
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
Un vehículo de masa 1500 kg ha sufrido una colisión frontal coalineada que le ha dejado
el siguiente perfil de deformación permanente: L = 1,5m, C1 = 50 cm; C2 = 40 cm; C3 = 35 cm;
C4 = 30 cm; C5 = 20 cm; C6 = 10 cm. Como dato adicional se sabe que la batalla del vehículo
es 2,5 m y el ángulo de su PDOF con el eje, ya que se trata de un impacto colineal, es cero (α =
0).
Con la batalla consultamos en Tabla 10 su categoría, en este caso la segunda, y como es
una colisión frontal los coeficientes serían A= 44968 N/m y B = 293997 N/m2.
L A B
Edef = 5
× ( 2 × (C1 + 2C2 + 2C3 + 2C4 + 2C5 + C6 ) + 6 × (C12 + 2C22 + 2C32 + 2C42 +
5×A2 1,5 44968
2C52 + C62 +(C1 × C2 )+(C2 × C3 )+(C3 × C4 )+(C4 × C5 )+(C5 × C6 )) + 2×B
) = 5
× ( 2
×
293997
(0,5 + 0,8 + 0,7 + 0,6 + 0,4 + 0,1) + × (0,25 + 0,32 + 0,245 + 0,18 + 0,08 + 0,01 +
6
(0,2) + (0,14) + (0,105) + (0,06) + (0,02)) + 17195,08) = 0,3 × (22484 × (3,1) + 48999,5 ×
(1,61) + 17195,08) = 49735,4 J
O bien utilizando una hoja de cálculo diseñada con el citado modelo, en la que utilizando
la masa del vehículo también se puede calcular la velocidad equivalente en barrera (EBS):
152 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 4. COLISIONES: MECÁNICA DEL IMPACTO
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 153
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
Las expresiones que se utilizarán son las correspondientes al modelo de Prasad que son
las siguientes:
Perfil con dos mediciones:
𝑑0 × 𝑑1 𝑑12 𝑑02
𝐸𝑑𝑒𝑓 = 𝐿 ( × (𝐶1 + 𝐶2 ) + × (𝐶12 + (𝐶1 × 𝐶2 ) + 𝐶22 ) + ) Ecuación 70
2 6 2
Existe una relación entre los coeficientes de McHenry y los correspondientes al modelo
de Prasad de acuerdo con los siguientes valores:
A = d0 × d1 B = d1 2
En el trabajo de Prasad se ofrecen los valores de sus coeficientes d0 y d1 para un gran
número de vehículos, pero no se sistematizan estos valores para las categorías definidas de la
NHTSA (Prasad, 1990, págs. 8-10). La tabla de coeficientes de Prasad del Manual de CRASH3
es básicamente la misma que se corresponde con la anterior versión pero realizando el cambio
de valores de los coeficientes McHenry a los de Prasad de acuerdo con las fórmulas arriba
expuestas (Noga & Oppenheim, 1981; Tsongos, 1986, pág. 1.56).
154 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 4. COLISIONES: MECÁNICA DEL IMPACTO
Tabla 11: Tabla Coeficientes del modelo de Prasad, do y d1, para ocho categorías de vehículos
FRONTAL
TRASERO
LATERAL
do (√𝑵) 26,69 36,06 48,31 42,64 54,43 .... ….
d1 (√𝑵/𝒎) 504,90 679,43 626,68 586,94 569,06 .... ….
Para el caso de colisiones laterales y traseras, las expresiones son únicas para todos los
tipos de vehículos.
− Impactos traseros: vimp = 19,94 × Cmed + 1,19 ± 4,4Cmed
Ecuación 76
− Impactos laterales: vimp = 246,3 − 131,26 √3,53 − Cmed ± 4,4Cmed
Ecuación 77
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 155
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
Donde:
− Vimp: Velocidad de impacto (m/s).
− Dmed: Deformación media del vehículo (m).
Estas relaciones entre la velocidad de impacto y la deformación media se pueden utilizar
para comprobar los resultados obtenidos por otros métodos o como una primera aproximación
para obtener un rango de velocidades de impacto.
A partir de varios ensayos con motocicletas que impactan lateralmente contra un vehículo
se pudo determinar la siguiente expresión empírica (Limpert, 1994, pág. 564):
𝑣𝑖𝑚𝑝 = 38,36 × 𝐶𝑚𝑒𝑑 + 4,6 Ecuación 78
Donde:
− Vimp: Velocidad de la motocicleta antes del impacto (m/s).
− Cmed: Distancia en que se ha reducido la batalla de la motocicleta (m).
Esta expresión solamente puede ser utilizada cuando la velocidad de impacto de la
motocicleta sea superior a 25 Km/h.
Este método empírico, máxime cuando la fecha de publicación del trabajo de
investigación que lo sustenta tiene más de una década, tan solo puede utilizarse para realizar
una primera estimación de la velocidad de impacto o como método de comprobación de los
resultados obtenidos por otros métodos teóricos o empíricos.
7.5 Velocidad Equivalente en Barrera
Se define la velocidad equivalente de barrera (Equivalent Barrier Speed, EBS; Velocity,
EBV), como la velocidad a la que un vehículo debería haber golpeado una barrera rígida para
absorber la misma cantidad de Energía de Deformación como la que ha generado la
deformación observada tras el impacto real (Fricke & Baker, Traffic Accident Reconstruction,
1990, págs. 70-13). La EBS intenta cuantificar la energía requerida para causar el daño
observado después de una colisión (Cheng, Tanner, Chen, Durisek, & Guenther, 2005, pág. 91).
A partir de esta definición puede obtenerse la siguiente expresión:
2𝐸𝑑𝑒𝑓
𝐸𝐵𝑆 = √ Ecuación 79
𝑚
Donde:
− Edef: Energía de deformación del vehículo (J).
− m: Masa del vehículo impactado (Kg).
La EBS sirve para estimar la severidad de la colisión y para comparar la energía absorbida
por diversos vehículos en diferentes colisiones.
1
𝐸𝑑𝑒𝑓 = 𝑚 × (𝐸𝐵𝑆)2
2
La EBS es de gran utilidad para comparar la energía absorbida por diversos vehículos en
diferentes colisiones o, en otras palabras, para determinar la severidad de un determinado
156 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 4. COLISIONES: MECÁNICA DEL IMPACTO
impacto. Evaluar la severidad de un impacto será útil para conocer la probabilidad de que los
ocupantes del vehículo sufran lesiones importantes.
7.6 Velocidad Equivalente a la Energía
El concepto de Velocidad Equivalente a la Energía (EES) apareció en los años ochenta
del siglo pasado y fue definido como la medida de la velocidad que será transformada en energía
de la deformación durante la colisión (Berg, Walz, Muser, Bürkle, & Epple, 1998, pág. 58) o,
en otras palabras, la EES es una medida de la energía cinética disipada por el vehículo durante
la fase de contacto, convirtiéndose en energía de deformación. Posteriormente, la Organización
Internacional de Estandarización (International Organization for Standardization, ISO/DIS
12353-1:1996(E)), por su parte, define la EES como la velocidad a la que un vehículo específico
necesitaría impactar con cualquier objeto fijo rígido para disipar la energía de deformación
correspondiente a la deformación permanente observada en el vehículo.
La definición clásica de la EES, deducida del principio de conservación de la energía, es
la siguiente:
WDef = 1⁄2 m EES 2
Donde:
− Wdef: trabajo realizado en la deformación (J).
− M: masa del vehículo (kg)
La distribución de la Energía de la Deformación entre los dos vehículos en una colisión
depende de las masas de los mismos y de la profundidad de la deformaciones que han sufrido
(Burg & Rau, 1981, pág. 309).
EES1 m2 × C1 Ed
=√ EES2 = √
EES2 m1 × C2 C
m2 (C1 + 1)
2
Donde:
− m1, m2: masa de los vehículos.
− C1, C2: Profundidad media de la deformación de cada vehículo.
− Ed: Energía de deformación ocasionada en la colisión.
Además, si se conoce el valor de la EES de uno de los vehículos, la correspondiente al
otro vehículo puede calcularse a través de la siguiente expresión:
Ed − m1 × EES12
EES2 = √
m2
La relación de la velocidad con la energía cinética no es lineal, como se ha visto. Por este
motivo, dada una determinada Delta V cuanto mayor sea la velocidad de impacto mayor será
la EES. Estas dos variables, Delta V y EES, asumen valores iguales solamente en el caso de
un vehículo que después de la colisión se queda completamente parado sin rebote. En la Figura
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 157
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
En el caso de una colisión frontal entre dos vehículos de igual masa con un solape del
plano de impacto completo, se supone que son iguales las características de las fuerzas de
deformación de las dos estructuras deformadas de los vehículos, ya que ambos colisionan con
su frontal. Para ambos vehículos, los valores de Delta V y EES son iguales y para cada vehículo
la Delta V es igual a la EES (Berg, Walz, Muser, Bürkle, & Epple, 1998, pág. 67).
m1 = m2 v1 = 80 Km/h v2 = −20 Km/h
1
v1′ = v2′ = (v + v2 ) = 30 Km/h
2 1
∆v1 = ∆v2 = 50 Km/h EES1 = EES2 = 50 Km
∆v1 = EES1 ∆v2 = EES2
En el caso de una colisión trasera por alcance es realista suponer que la parte trasera del
vehículo impactado tiene una estructura más débil que el frontal del vehículo que le golpea. Por
este motivo, la deformación en la parte trasera disipa más energía que el frontal y su valor de la
EES es mayor. Teniendo en cuenta que las dos masas son iguales, los valores de su Delta V son
iguales para ambos vehículos. Para el vehículo impactado la EES es mayor que la Delta V,
mientras que para el vehículo que lo golpea con su frontal la EES es menor que la Delta V
(Berg, Walz, Muser, Bürkle, & Epple, 1998, pág. 67).
158 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 4. COLISIONES: MECÁNICA DEL IMPACTO
m1 = m2 v1 = 80 Km/h v2 = 20 Km/h
1
v1′ = v2′ = (v + v2 ) = 50 Km/h
2 1
∆v1 = ∆v2 = 30 Km/h EES1 = 25 Km EES2 = 34 Km
∆v1 > EES1 ∆v2 < EES2
Figura 114: Colisión trasera por alcance del vehículo 1 que impacta con el vehículo 2
N = 202
Velocidad Equivalente a la Energía
(EES)
Esta relación ha sido expuesta y explicada al tratar el modelo de Wood sobre la Energía
de Deformación y aparentemente muestra una tendencia que podría modelarse linealmente.
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 159
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
Si se generaliza esta expresión a los vehículos automóviles reales, hay que tener en cuenta
que sólo una parte de su estructura global está constituida por estructuras que absorben energía
durante una colisión, por eso Pugsley propuso la siguiente relación (Wood D. , Collision speed
estimation using a single normalized crush depth impact speed characteristic, Paper SAE
920604, 1992, pág. 14):
𝐸𝐵𝑆 2 𝐸𝑑 𝜎𝑢 𝜙𝑛 𝐶
= =𝜆× × × Ecuación 82
2 𝑚𝑡 𝜌𝑒 1+𝛽 𝐿
Donde:
− λ, n: Parámetros dependientes del tipo de estructura
− σ: Resistencia de tracción del material (N/m2)
− e: Densidad de los elementos que absorben energía
− ϕ: (Aσ /A0) Superficie transversal perfil (Aσ) dividido por Área total del perfil (A0).
− mt: Masa total del vehículo incluidos ocupantes y carga (kg).
160 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 4. COLISIONES: MECÁNICA DEL IMPACTO
− β: Relación de masas (mne /me), masa de los elementos que no absorben energía
(mne) y masa de los elementos estructurales que absorben energía (me).
− C: profundidad de la deformación experimentada por la estructura (m).
− L: longitud total del vehículo (m).
De la misma forma se pueden sustituir expresiones y parámetros para conseguir una
formula de la EBS desarrollada de acuerdo con este modelo:
σef C
EBS = √2 × ×
ρef L
Esta expresión puede ajustarse empíricamente de acuerdo con técnicas estadísticas para
que quede así:
2×𝐸𝑑 𝜎𝑒𝑓 𝐶 𝑗 𝜎𝑢 𝜙𝑛 𝐶 𝑗
𝐸𝐵𝑆 = √ = 𝐾1 + 𝑖 × × ( ) = 𝐾1 + (𝑖 × 𝜆 × × )×( ) Ecuación 83
𝑚𝑡 𝜌𝑒𝑓 𝐿 𝜌𝑒 1+𝛽 𝐿
Donde:
− K1: Coeficiente para tener en cuenta la velocidad máxima que no provoca
deformación permanente
− i,j: Parámetros que dependen del tipo de vehículo
En los vehículos reales la capacidad efectiva de absorción de energía y la relación entre
la tensión y la densidad son función de la resistencia última de los materiales a la tracción,
torsión y la cizalladura. Estos materiales son los que absorben energía durante la colisión, de
acuerdo con su forma geométrica, la relación entre la masa que absorbe energía y la masa que
no absorbe energía y de la deformación normalizada, aunque también influyen otros parámetros
como la temperatura, la corrosión y la conservación del material.
7.7.1 Estimación de la energía total absorbida en una colisión
Conociendo las medidas de las deformaciones de dos vehículos implicados en la misma
colisión se puede conocer la energía total absorbida en el choque a partir de la energía absorbida
calculada para uno de los vehículos:
̅̅̅
C2
Edtot = Ed1 × (1 + )
̅̅̅1
C
Donde:
− Edtot: Energía de deformación total absorbida (J)
− Ed1: Energía de deformación absorbida por el vehículo 1 (J)
− ̅̅̅1 : Deformación media del vehículo 1 (m)
C
− ̅̅̅2 : Deformación media del vehículo 2 (m)
C
Esta formulación propuesta por Zeidler se basa en la premisa de que el valor medio de la
fuerza de impacto es la misma calculada para la profundidad de deformación de cada vehículo
(Wood D. , Collision speed estimation using a single normalized crush depth impact speed
characteristic, Paper SAE 920604, 1992, pág. 20).
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 161
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
8. METODOLOGIA ACTUAL
Se han visto a lo largo de este Capítulo diversos conceptos y modelos relacionados con
los métodos energéticos de cálculo de las velocidades de impacto, pero expuestas las
limitaciones de los diferentes modelos y las dificultades de algunos modelos para encontrar
los parámetros necesarios para su empleo, conviene desarrollar una metodología realista,
científicamente sólida y que sea posible utilizar en la investigación policial de siniestros viales.
8.1 Expresiones energía a partir de la deformación residual
Las expresiones que se utilizarán son las correspondientes al modelo de Prasad que son
las siguientes:
Perfil con dos mediciones:
𝑑0 × 𝑑1 𝑑12 𝑑02
𝐸𝑑𝑒𝑓 = 𝐿 ( × (𝐶1 + 𝐶2 ) + × (𝐶12 + (𝐶1 × 𝐶2 ) + 𝐶22 ) + ) Ecuación 84
2 6 2
162 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 4. COLISIONES: MECÁNICA DEL IMPACTO
Cuando la fuerza (PDOF) no es perpendicular la superficie del vehículo, sino que forma
con ésta un ángulo (α), hay que realizar una corrección de las tres expresiones anteriores de la
siguiente manera:
𝐸𝑑𝑒𝑓𝛼 = 𝐸𝑑𝑒𝑓 × (1 + 𝑡𝑎𝑛2 𝛼) Ecuación 87
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 163
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
Los valores de esta tabla pueden utilizarse en las ecuaciones del modelo de Prasad para
obtener la cantidad de Energía Deformada en función de las mediciones realizadas en un perfil
de deformación de un vehículo implicado en una colisión. Algunos trabajos han realizado
comparaciones de los resultados ofrecidos por CRASH 3, con el modelo de McHenry y diversos
tipos de coeficientes, el programa WINSMASH y estos coeficientes y la aplicación de
coeficientes obtenidos a partir de los datos de la NHTSA y el error es bastante variable, aunque
puede afirmarse que ha sido considerablemente reducido si lo comparamos con los datos de las
tablas de coeficientes elaboradas en 1981.
8.2.2 Método de cálculo de los coeficientes específicos de un vehículo
Prasad desarrollo un método para calcular los coeficientes de su modelo para cada
vehículo específico a partir de los datos de la NHTSA en experimentos de colisión con ese tipo
de modelo (Prasad, 1990, pág. 4), ya que la utilización de los valores de la tabla anterior fueron
desarrollados con modelos de los años setenta y ochenta del siglo pasado y no se corresponden
con las características y materiales empleados en los vehículos actuales.
Se pueden calcular los coeficientes de rigidez para el vehículo a partir de datos de ensayos
contra barrera, los cuales se encuentran recogidos en bases de datos como pueden ser las
confeccionadas por la NHTSA (National Highway Traffic Safety Administration). En estas
bases de datos están recogidos los datos característicos de cada experimento de colisión como
son la velocidad de impacto, las deformaciones o la masa en vacío del vehículo.
a) Datos de múltiples experimentos de colisión frontal
De acuerdo con el modelo de Prasad, se puede establecer la siguiente relación:
2 × Ed
√ = d0 + d1 × Cm
L
𝛼
𝑑1 = tan 𝛼
d0
Deformación permanente residual C (m)
164 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 4. COLISIONES: MECÁNICA DEL IMPACTO
√2 × Ed1 − √2 × Ed2
2 × Ed1 L L
d0 = √ − (d0 × C1 ) d1 =
L C1 − C2
20 × β 2
−b0 × α + √(b0 × α)2 − 2
3 (b0 − vimp )
b1 =
2 × β⁄
3
La solución negativa no es tenida en cuenta ya que el valor de la pendiente b 1 tiene que
ser positivo. Si se dispone de varios ensayos se pueden calcular diferentes valores de b1 y extraer
una media, además de comprobar que sean valores coherentes.
d) Datos de múltiples experimentos de impacto lateral o trasero
En el caso de experimentos de impacto lateral o trasero para la determinación de los
coeficientes se lleva a cabo un desarrollo energético basado en el principio de conservación de
la energía:
mb 2 2 2 2
Ecolision = Eseparacion + Eabsorbida vef = √m (vb1 − vb2 ) + (vveh1 − vveh2 )
veh
20 × β 2 2 )
−b0 × α + √(b0 × α)2 − (b0 − vEf
3
b1 =
2 × β⁄
3
Donde:
− vb1: Velocidad de colisión de la barrera (m/s)
− vb2: Velocidad de separación de la barrera (m/s)
− vveh1: Velocidad de colisión del vehículo (m/s)
− vveh2: Velocidad de separación del vehículo (m/s)
− vEf: Velocidad efectiva absorbida en la colisión (m/s)
− mb: Masa de la barrera (kg)
− mveh: Masa del vehículo (kg)
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 165
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
166 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 4. COLISIONES: MECÁNICA DEL IMPACTO
Este método es complementario y sirve para corroborar los datos obtenidos por el modelo
matemático expuesto en este trabajo, no debería emplearse como método único por muy
experimentado y habilidoso que sea el investigador que lo emplee.
8.2.4 Aplicación de programas informáticos para el cálculo de la EES
La Energía de Deformación puede calcularse utilizando hojas de cálculo, programas
específicos o módulos de programas de reconstrucción o simulación de siniestros viales. El
programa WINSMASH de la NHTSA utiliza tanto coeficientes específicos para cada modelo
como los valores por defecto expuestos en la Tabla 12.
Figura 118: Capturas de pantalla del programa PC-Crash para el cálculo de la Energía de Deformación
PC-Crash también permite utilizar tanto los coeficientes específicos como los datos por
defecto y ofrece como dato derivado la EES del vehículo deformado.
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 167
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
Figura 119: Posición de impacto (izda) de los vehículos y sus posiciones finales (dcha) después de la colisión
168 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 4. COLISIONES: MECÁNICA DEL IMPACTO
v = √(2 × μ × g × d) + (m × μ × g × α × b)
− Para el vehículo 1:
0,75 0,75 0,01 0,01
0,38 = 48º b = 2,58 m.
4
48
v1′ = √(2 × 0,38 × 9,8 × 21,7) + (9,8 × (π × 180) × 2,58) = 13,03m/s = 46,92 Km/h
− Para el vehículo 2:
= 0,8 x 0,75 = 0,6 d = 16,4 m = 51º b= 2,445 m.
45
v2′ = √(2 × 0,6 × 9,8 × 16,4) + (9,8 × 0,6 × (π × ) × 2,445) = 14,35 m/s = 51,65 Km/h
180
Dónde:
− Ec: Energía cinética (½ m v2).
− Er: Energía de rozamiento (* m * g * d).
− Erg: Energía de rozamiento de giro ( ½ * m * g * * b).
− m: Masa del vehículo.
− v: Velocidad tras la colisión
− d: Distancia recorrida horizontalmente por el centro de masas del vehículo desde el
punto de colisión hasta la posición final.
− g: Aceleración de la gravedad, consideramos 9,81 m/s2
− : coeficiente de fricción neumático suelo.
− : Ángulo girado.
− B: Batalla del vehículo.
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LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
Para la estimación de los ángulos de entrada y salida se acude al croquis elaborado sobre
la colisión:
El ángulo de entrada del vehículo 1 es 193º, mientras que el del vehículo 2 es de 273º. En
cuanto al ángulo de salida del vehículo 1 es 209ª, mientras que el correspondiente al vehículo
2 es de 196,78º.
La masa del vehículo 1 es de 1175 kg, incluido el ocupante, y las del vehículo 2 es de
1046 kg en las mismas condiciones.
1175 × v1 × cos 193° + 1046 × v2 × cos 273° = 1175 × 13,03 × cos 209° + 1046 × 14,35 × cos 196,78 °
1175 × v1 × sen 193° + 1046 × v2 × sen 273° = 1175 × 13,03 × sen 209° + 1046 × 12,81 × sen 196,78°
Este problema y el sistema de ecuaciones pueden resolverse utilizando una hoja de cálculo
introducido en el procesador de texto o importado desde un programa compatible.
8.3.3 Cálculo de las Energías de Deformación
A continuación trataremos de calcular la energía consumida en la deformación de los
vehículos a partir de las medidas de deformación tomadas sobre los mismos. Para ello
utilizaremos el método de Prasad.
L d0 × d1 d21
Edef = ×( × (C1 + 2C2 + 2C3 + 2C4 + 2C5 + C6 ) + × (C12 + 2C22 +
5 2 6
5×d20
2C32 + 2C42 + 2C52 + C62 +(C1 × C2 )+(C2 × C3 )+(C3 × C4 )+(C4 × C5 )+(C5 × C6 )) + )
2
170 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 4. COLISIONES: MECÁNICA DEL IMPACTO
2 63,3×808,4878
𝐄𝐝𝐞𝐟 = ×( × (0,094 + 2 × 0,418 + 2 × 0,658 + 2 × 0,472 + 2 × 0,242 +
5 2
808,4878 2
0,092) + × (0,0942 + 2 × (0,4182 + 0,6582 + 0,4722 + 0,242) + 0,0922 + (0,094 ×
6
0,418) + (0,418 × 0,658) + (0,658 × 0,472) + (0,472 × 0,242) + (0,242 × 0,092)) +
5×63,32
) =153969,65 J
2
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 171
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
E cinética
1
2
1
1175 24,49 2 13,032 1046 5,06 2 14,35 2 = 158319,357 J
2
172 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 5. BIOMECÁNICA
CAPÍTULO 5
BIOMECÁNICA
ANTECEDENTES HISTÓRICOS
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 173
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
de la curva es improbable que existan asociadas lesiones graves de cerebro (Gurdjian, Roberts,
& Thomas, 1966).
Figura 122 Curva de tolerancia de la Universidad estatal de Wayne para impactos frontales
174 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 5. BIOMECÁNICA
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 175
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
1.1.1 Biomecánica
Biomecánica es una palabra compuesta que, etimológicamente, procede de “bio”, –
prefijo de origen griego que significa vida–, y de “mecánica”, –en griego μηχανική-, término
que Aristóteles utilizo para referirse a artefactos construidos por el hombre, pero que a partir de
Descartes fue aplicado a la teoría destinada a explicar las obras de la Naturaleza como si fuesen
obras mecánicas y, más específicamente, como si fuesen máquinas.
En términos generales, la Biomecánica es la parte de la Biología que investiga la
explicación mecánica de los fenómenos vitales, o dicho de otra forma, es la ciencia que estudia
los efectos de las fuerzas mecánicas en los organismos vivos. En definitiva, esta ciencia intenta
aplicar los principios y métodos de la mecánica al estudio de la estructura y función de sistemas
biológicos.
El cuerpo humano se ha de entender como un sistema biológico sujeto a leyes físicas, y
ser tratado como tal. Si consideramos que un gesto humano implica movimiento, entonces este
fenómeno se puede analizar a través de la aplicación de las leyes de la Mecánica Clásica.
Decimos que hay movimiento cuando, como consecuencia de la aplicación de diferentes tipos
de fuerzas, la totalidad o alguno de los segmentos corporales varían su posición transcurrido un
tiempo determinado. Al analizar el movimiento en la persona, la Biomecánica trata de evaluar
la efectividad en la aplicación de las fuerzas para asumir los objetivos con el menor costo para
aquellas y la máxima eficacia para el sistema corporal.
Como una segunda y más cercana definición de lo que es la Biomecánica, podríamos
afirmar que es una ciencia teórica cuya finalidad consiste en el establecimiento de las leyes que
rigen los movimientos del cuerpo humano en todo tipo de actividades de la vida cotidiana.
A modo de conclusión, se puede decir que la Biomecánica es aquella parte de la ciencia
que aplica las leyes del movimiento mecánico a los sistemas vivos, especialmente al aparato
locomotor, que intenta unir, en los estudios humanos, la mecánica al estudio de la anatomía y
de la fisiología, y que cubre un gran abanico de sectores a analizar desde estudios teóricos del
comportamiento de segmentos corporales a aplicaciones prácticas en el transporte de cargas.
1.1.2 Disciplinas integradas en la Biomecánica
En un ámbito más reducido, que aquí más interesa, la Biomecánica es la ciencia que trata
de describir los mecanismos traumáticos, explicando las lesiones producidas en el organismo
humano, mediante la integración de diferentes disciplinas, entre otras, la epidemiología, la
Física y la Ingeniería.
La Epidemiología describe los fenómenos lesivos según su número, gravedad o tipo. La
Física trata de reproducir las fuerzas que han causado determinadas deformaciones y de ello
deducir las lesiones producidas, todo esto mediante el estudio de las leyes que rigen el
movimiento de los cuerpos y la energía cinética producida en ese movimiento. La Ingeniería
trata de reducir la producción de siniestros con la seguridad activa, y mediante la seguridad
pasiva las consecuencias lesivas del siniestro sobre las personas.
Además, los especialistas de esta ciencia multidisciplinar, tienen que contar con
conocimientos de Anatomía y Fisiología del cuerpo humano, de Ingeniería Mecánica,
Ortopedia, Antropología fisioterapéutica, Ergonomía e Informática. Dependiendo de la
orientación y de los objetivos de las líneas y de los proyectos de investigación se toman en
consideración aspectos fundamentales de las distintas áreas de conocimiento arriba reseñados.
176 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 5. BIOMECÁNICA
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LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
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CAPÍTULO 5. BIOMECÁNICA
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LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
Hay diversas variedades del tejido conjuntivo formado por los elementos básicos arriba
descritos. Los nombres dados a los diferentes tipos reflejan el componente predominante o la
organización de la estructura del tejido:
− Tejido óseo
− Tejido cartilaginoso
− Tejido conjuntivo propiamente dicho.
− Tejido conjuntivo de propiedades especiales: adiposo, elástico, reticular o
hemocitopoyético, y mucoso.
El cuerpo humano ha sido comparado con un complejo sistema de palancas óseas, unidas
por charnelas articulares a modo de bisagras, ambas con una gran variedad de configuraciones
distintas. Toda esta estructura es movida por los músculos, que actúan mediante la contracción,
siguiendo las leyes de la mecánica.
Teniendo en cuenta el marco y los objetivos en los que se han de encuadrar el desarrollo
de estas materias, a continuación se van a desarrollar los tres tipos de tejidos de mayor interés
en la Biomecánica: el tejido óseo, el tejido cartilaginoso y el tejido muscular. Además, por su
aplicabilidad en el estudio de los efectos de las colisiones en los ocupantes de los vehículos, se
tratarán brevemente las articulaciones.
1.2.1 Tejido Óseo
El tejido óseo es un tipo especializado de tejido conjuntivo formado por células y material
intercelular calcificado denominado matriz ósea. Este tipo de tejido es uno de los más
resistentes y rígidos del cuerpo humano. Es el constituyente principal del esqueleto, sirve de
180 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 5. BIOMECÁNICA
soporte a las partes blandas y protege órganos vitales, como los contenidos en el cráneo, tórax
y columna vertebral. Aloja y protege la médula ósea, generadora de células sanguíneas.
Proporciona apoyo a los músculos esqueléticos, transformando sus contracciones en
movimientos útiles. Constituye un sistema de palancas que amplía las fuerzas generadas en la
contracción muscular.
El hueso es un tejido compuesto y poroso, constituido por colágeno mineralizado. Su
principal función es dotar de resistencia y rigidez al sistema musculo-esquelético. Las fuerzas
que actúan sobre el tejido óseo modifican permanentemente su forma, de tal manera que la
presión condiciona su reabsorción y la tensión da lugar a una nueva formación ósea. Además
de cumplir estas funciones, los huesos actúan como un depósito de calcio, fosfato y otros iones.
Figura 124: Estudio del esqueleto humano realizado por Leonardo Da Vinci
El esqueleto humano está formado por un conjunto de 206 huesos, con un peso
aproximado medio de 9 kg en total. El esqueleto proporciona el marco estructural para el apoyo
y protección de los diferentes órganos del cuerpo. Además, los huesos proveen los puntos de
sujeción a la musculatura responsable del movimiento corporal y la locomoción.
La nomenclatura ósea es de origen vario, ya procediendo de su forma (cuboide,
trapecio,…), ya por su situación (metatarsiano, frontal, …), ya por su tamaño (hueso grande del
carpio,…). Por su configuración general, se dividen en largos, anchos y cortos.
La estructura del hueso puede analizarse considerando las partes de un hueso largo, que
son los que tienen mayor longitud que ancho. Este tipo de huesos constan de las siguientes
partes:
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LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
− Cartílago articular es una fina capa de cartílago hialino que recubre la epífisis en las
zonas donde el hueso forma articulación con otro hueso. El cartílago reduce la
fricción y absorbe las fuerzas de choque en las articulaciones que se mueven
libremente.
− Periostio es una membrana que rodea la superficie del hueso sin cubrir al cartílago
articular. Está compuesto por dos capas. Una capa fibrosa externa formada por
tejido conjuntivo denso no modelado que contiene los vasos sanguíneos, vasos
linfáticos y nervios que pasan por el hueso. La capa osteogénica interna contiene
fibras elásticas, vasos sanguíneos y varios tipos de células óseas. El periostio es
esencial para el crecimiento en diámetro, la reparación y nutrición del hueso.
También sirve como punto de unión para los ligamentos y tendones.
− Cavidad medular, o médula, es el espacio del interior de la diáfisis que contiene la
médula amarilla grasa de los adultos.
− Endostio recubre la cavidad medular conteniendo a células osteoprogenitoras.
El hueso está compuesto por una matriz ósea que representa alrededor de un 98% y células
específicas que corresponden a un 2%. Están formados aproximadamente por un 25% a un 30%
por agua, y el resto es el llamado material de dos fases:
A diferencia de otros tejidos conjuntivos, la matriz del hueso contiene abundantes sales
minerales, sobre todo una forma cristalizada de fosfato tricálcico (CaCO3) y una cierta cantidad
de carbonato cálcico. Estas sales cristalizan a medida que se depositan sobre la trama formada
por fibras de colágeno de la matriz, y el tejido se endurece. Este proceso se denomina
calcificación o mineralización. Aunque la dureza del hueso depende de las sales minerales
inorgánicas cristalizadas, sería muy quebradizo sin las fibras de colágeno. Las sales minerales
182 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 5. BIOMECÁNICA
− Cartílago hialino. Contiene como sustancia fundamental un gel elástico. Este tipo
de cartílago, en el organismo, tiene un aspecto blanco azulado y brillante. El
cartílago hialino es el más abundante en el organismo, proporcionándole
flexibilidad y sostén. Además, en las articulaciones, reduce la fricción y absorbe
los impactos.
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 183
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
El cartílago puede soportar una tensión considerablemente mayor que el resto de los
tejidos conjuntivos.
1.2.3 Tejido muscular
La Miología es la parte de la Anatomía que se encarga del estudio de los músculos, los
clasifica y los relaciona con otros tejidos y diferentes elementos.
El número de músculos varía, según los autores, por las dificultades de delimitación de
cada cuerpo muscular. Así, mientras Chaussier admite 346 músculos, según Sappey los cifra en
501. La masa muscular del organismo representa, aproximadamente, las tres séptimas partes
del peso total del cuerpo. Esta masa posee una densidad media de 1055 gramos por centímetro
cúbico. Los músculos contienen entre un 74% y un 78% de agua y un gran número de sustancias
albuminoideas, extractivas y minerales.
El músculo es uno de los tejidos fundamentales que constituyen el organismo. Es un tejido
especializado en contraerse para provocar los movimientos del cuerpo del ser humano y de sus
partes. Su propiedad principal es que se acorta rápida y reversiblemente, de manera que ejerce
una tracción. El músculo constituye la mayor parte del cuerpo humano. Es también el elemento
principal de la pared de los órganos huecos.
Está constituido por células alargadas, denominadas fibras musculares, que se
caracterizan por la presencia de gran cantidad de filamentos citoplasmáticos específicos. Las
células musculares tienen origen mesodérmico y su diferenciación ocurre principalmente en un
proceso de alargamiento gradual, son síntesis simultánea de proteínas filamentosas.
En Anatomía descriptiva, los músculos se dividen en largos, anchos y cortos. Los
primeros se encuentran dispuestos longitudinalmente alrededor de los miembros y forman dos
capas: la superficial y la profunda. Los músculos anchos ocupan generalmente las paredes de
las grandes cavidades viscerales. Los músculos cortos se encuentran en todas las partes donde
los movimientos son poco extensos y requieren mucha fuerza.
Los músculos se pueden clasificar morfológicamente como: estriado esquelético, liso o
estriado cardiaco. Desde el punto de vista funcional pueden ser voluntarios o involuntarios. En
una clasificación mixta tendríamos que:
− Músculo estriado esquelético sería voluntario.
− Músculo liso sería de carácter involuntario.
− Músculo cardíaco sería, también estriado, pero involuntario.
Los músculos estriados están en su mayor parte, en conexión directa o indirecta con el
esqueleto, sobre el que actúan, y por este motivo se les llama músculo-esqueléticos. Mientras
que los músculos no estriados se denominan músculos viscerales.
184 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 5. BIOMECÁNICA
Figura 126: visión anterior y posterior del mapa muscular del cuerpo humano
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LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
186 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 5. BIOMECÁNICA
Los protagonistas y antagonistas, junto con los agonistas, forman un delicado juego,
gracias al cual, ejerciendo una oposición regulada los movimientos ganan en finura y
perfección. La fuerza muscular es una función de la sección transversal del músculo, esto es la
sección fisiológica del mismo.
1.2.4 Articulaciones
La Artrología es la parte de la Anatomía que estudia las articulaciones. En Fisiología, la
articulación es la unión de dos o más huesos por superficies cuya configuración es recíproca.
Todas las articulaciones se componen esencialmente de superficies óseas, ligamentos,
cartílagos de incrustación y cápsula sinovial. Las superficies articulares ofrecen formas diversas
y por ellas se clasifican las articulaciones. Los ligamentos sirven para mantener en contacto las
primeras, regularizar sus movimientos y proteger la sinovial. Los cartílagos articulares o de
incrustación recubren las superficies de contacto impidiendo su desgaste y contribuyendo por
su elasticidad a prevenir los efectos de los impactos. La membrana sinovial forma la parte más
interna de la pared blanda articular y contribuye por su secreción a facilitar los movimientos.
Las articulaciones son el punto de apoyo sobre el que se mueven los huesos. La función
articular está íntimamente relacionada con la orientación y forma de las articulaciones y
también con la solidez y disposición de los ligamentos correspondientes. Para que el
movimiento sea realizado satisfactoriamente se necesita la integridad del juego articular y la
seguridad en la ejecución de sus movimientos. Estas dos características aseguran la movilidad
del organismo. La integridad está en función de la exacta adaptación de las superficies
articulares, es decir, un contacto íntimo entre ellas. Las superficies de los cartílagos articulares
deben estar bien lisas y debe existir buena lubricación sinovial. La solidez depende de la
cápsula articular, que forma un manguito fibroso inextensible, así como de los ligamentos extra
e interarticulares, de los músculos y tendones musculares y de la presión atmosférica.
La presión atmosférica influye porque en todos los componentes de la articulación, y
sobre todo el cartílago articular están muy expuestos a las fuerzas mecánicas de presión
(músculos, gravedad, etc.), cuando la articulación hace sus movimientos. Todo esto también
depende de la resistencia interna de cada articulación, que también varía de un individuo a otro.
Esta es la explicación científica de por qué a determinadas personas le duele una articulación
cuando se avecina un cambio meteorológico que conlleva un incremento o decremento
significativo de la presión atmosférica.
Bichat formó cinco géneros de articulaciones, incluyendo en el primero las que gozan de
todos los movimientos; en el segundo, las que sólo les falta el de rotación; en el tercero, las que
ejecutan los de oposición en un solo sentido; en el cuarto, las que están reducidas al de rotación;
y en el quinto, las que no tienen más que el de deslizamiento. En la actualidad, las articulaciones
se dividen en tres grandes clases, según sean fijas, móviles o mixtas. Las primeras se llaman
hidartrosis, las segundas sinártosis o suturas, y las últimas anflártrosis. La distinción en género,
dentro de cada clase, se basa únicamente en la forma de las superficies articulares.
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LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
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CAPÍTULO 5. BIOMECÁNICA
movimientos de los animales y la fuerza y estructura tanto de sistemas vivos como artificiales.
Estas leyes se aplican tanto a nivel atómico como a nivel molecular, y permiten interpretar los
fenómenos de calor y temperatura, así como las propiedades de los fluidos.
Desde el punto de vista mecánico, es importante recordar que la estática es el estudio de
los cuerpos que permanecen en reposo o en equilibrio como resultado de las fuerzas que actúan
sobre ellos, mientras que la dinámica es el estudio de los cuerpos en movimiento. La dinámica
se divide, por una parte, en cinemática que estudia las relaciones que existen entre los
desplazamientos, velocidades y aceleraciones en el movimiento traslacional o rotacional; y por
otra parte, en cinética que es la parte de la ciencia que trata de los cuerpos en movimiento y de
las fuerzas que actúan para producirlo.
1.3.1 El sistema de coordenadas
Para poder tener una completa representación del movimiento humano es necesario
realizar un análisis tridimensional. Este análisis requiere con carácter previo definir un sistema
de coordenadas, que de ordinario se compone de unos ejes anatómicamente alineados:
medio/lateral (medial/lateral, ML), anterior/posterior (AP) y superior/inferior (SI).
Un sistema de coordenadas tridimensional se forma por la concurrencia simultánea de
tres planos, que determinan tres ejes que confluyen en un punto denominado origen. En nuestro
sistema de coordenadas se persigue describir el movimiento humano, por lo cual es conveniente
colocar el origen en el centro de masas o de gravedad del cuerpo humano, que se encuentra
aproximadamente por delante de la segunda vértebra sacra, levemente por encima de la altura
del ombligo.
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 189
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
En el cuerpo humano, hay tres planos anatómicos perpendiculares, que están situados
como planos cardinales, a saber:
− El plano frontal que divide al cuerpo en porciones anterior y posterior (plano xy).
− El plano sagital que divide al cuerpo en mitades derecha e izquierda (plano yz).
− El transversal u horizontal que divide al cuerpo en porciones superior e inferior
(plano xz).
Este sistema de coordenadas y planos de referencia facilitan la descripción del
movimiento de los segmentos corporales y permiten la localización exacta de cualquier punto
en el espacio. Para establecer un punto en el espacio es necesario trazar tres planos cuya
intersección determina sus coordenadas características (X, Y, Z).
En la Figura 129 se expone la terminología NATO/OTAN para designar las direcciones
de las fuerzas en el cuerpo humano.
Obsérvese que la regla de la mano derecha no se aplica en esta convención que solo afecta
a las direcciones de las aceleraciones positivas para el eje y. La industria de automoción, así
como otros grupos, aplican la regla de la mano derecha para designar las fuerzas en el cuerpo,
así que se debe aplicar esta prevención cuando se utilicen fuentes diversas.
1.3.2 El centro de gravedad o centro de masas
El concepto de centro de masas de un objeto debe ser usado constantemente en el proceso
de aplicación de los principios de la Mecánica al movimiento humano. El centro de gravedad
(cdg) se relaciona con el peso que es una fuerza vectorial, mientras que el centro de masas (CM)
con la masa que es una magnitud escalar.Por lo tanto una persona en la tierra o en marte tendrá
la misma masa corporal y centro de masas, mientras que el cdg que depende de la aceleraci ́on
gravedad no ser ́a el mismo en la tierra que enla Luna.
El centro de masas del cuerpo humano con las extremidades extendidas, como en la
posición ordinaria de pie se encuentra dentro de la pelvis. El centro de gravedad (cdg) es el
punto que representa el centro de la masa total, se desplazará al agregar o sustraer peso de
alguna parte del cuerpo.
190 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 5. BIOMECÁNICA
Estaticamente, el cdg del cuerpo se encuentra en la parte anterior de la vértebra Sacra S2.
Este punto, también, puede variar su posición de una persona a otra dependiendo de la
constitución, la edad y el sexo, también varía en una persona dada cuando la disposición de los
segmentos cambia, como al caminar, al correr o sentarse.
Como porcentaje promedio, las diferencias anatómicas entre el hombre y la mujer
también condicionan la posición del cdg, en el hombre suele estar a un 60 % de su talla mientras
que en la mujer está algo más bajo, a un 55%.
1.3.3 Fuerza
Otro de los conceptos más importantes en la Mecánica es el de fuerza. Cualquiera que se
acerque al concepto de fuerza puede tener una idea intuitiva de lo que es, pero encontrar una
definición formal no es una tarea tan sencilla. A los propósitos de este trabajo, se puede definir
como fuerza a un impulso o una tracción que resulta de la interacción entre dos objetos, o en
otras palabras, es la causa o propiedad que produce, impide o modifica el movimiento.
Si la velocidad de un cuerpo no es constante, deducimos que debe actuar sobre el cuerpo
una fuerza resultante o neta. Nuestro problema siguiente es desarrollar una medida cuantitativa
de la misma. Podemos hacer esto definiendo el módulo, dirección y sentido de la fuerza en
función de la aceleración que produce sobre un objeto concreto que podemos denominar nuestro
cuerpo patrón. La fuerza necesaria para producir una aceleración de 1 m/s2 sobre el cuerpo
patrón de 1 kg es por definición un newton (N).
Los cuatro factores que caracterizan a una fuerza son:
− Magnitud.
− Línea de acción o dirección.
− Sentido.
− Punto de aplicación.
Se debe realizar una distinción entre la masa y el peso de un cuerpo. La masa de un objeto
se define como la cantidad de materia que compone ese cuerpo. El peso de un objeto es la
atracción que ejerce la fuerza de gravedad sobre su masa. La fuerza de gravedad que actúa
siempre sobre los objetos se dirige verticalmente hacia el centro de la tierra, esto establece la
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 191
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
Figura 131: Representación esquemática de las fuerzas presentes en una pierna humana
192 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 5. BIOMECÁNICA
Figura 132: Momento de la fuerza de reacción del suelo con respecto al centro de rotación del tobillo
Porcentaje del total Localización del Centro de Masas Momento de inercia tomado
Parámetros de los
del peso del cuerpo (% de la longitud del segmento a desde el Centro de Masas
segmentos del cuerpo
(%) partir del terminal próximo) (kg x m2)
Cabeza y cuello 7,9 43,3 0,029
Tronco 48.6 n.a n.a
Extremidades sup. 4,9 51,2a 0,335
Brazo 2,7 43,6 0,040
Antebrazo y mano 2,2 67,7 0,058
Antebrazo 1,6 43,0 0,018
Mano 0,6 50,6b 0,002
Extremidades inf. 15,7 43,4c 1,785
Muslo 9,6 43,3 0,298
Pierna y pie 5,9 43,3 0,339
Pierna 4,5 43,4 0,143
Pie 1,4 43,8d 0,007
a. Medido a partir del eje del hombro.
b. Medido desde la unión PIP del dedo largo.
c. Medido al maléolo medio.
d. Medido a partir del talón.
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 193
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
Los modelos matemáticos multicuerpos que intentan reproducir el cuerpo humano para
su utilización en programas de simulación de siniestros o de investigación biomecánica utilizan
elipsoides para reproducir cada una de sus partes y segmentos.
1.3.6 Resistencia de materiales biológicos
El comportamiento de un material, tanto biológico como inerte, sometido a una carga
mecánica depende de cuatro propiedades básicas: elasticidad, plasticidad, fractura y viscosidad.
Las propiedades que describen el comportamiento mecánico se definen a través de ecuaciones
constitutivas, que son tan numerosas como diversos los materiales desarrollados. Sin embargo,
algunas simples relaciones entre tensión y deformación proporcionan una adecuada descripción
de las propiedades mecánicas de muchos materiales.
− Elasticidad
La elasticidad es la capacidad que tienen los cuerpos o materiales de recobrar su forma y
tamaño original cuando las fuerzas que actúan sobre él, deformándolo, dejan de hacerlo o se
encuentran libres de esfuerzo.
Muchos materiales poseen un comportamiento linealmente elástico que sigue la ley de
Hooke, cuyo enunciado es el siguiente: las deformaciones o cambios de volumen producidos
en los cuerpos, son directamente proporcionales a las fuerzas o pares de fuerzas que los
produjeron, siempre que no se rebase el límite de elasticidad.
𝐹 = 𝑘 × ∆𝑙
donde k es la constante elástica o muelle y l es la longitud del material.
Cuando se aplica una fuerza a un cuerpo, éste responde con una deformación directamente
proporcional, por lo tanto, la fuerza aplicada siempre hace referencia a la unidad de área sobre
la cual actúa. Este corresponde al concepto de tensión o esfuerzo, es decir, la fuerza por unidad
de área y se expresa en MPa.
La deformación generada es la relación entre el tamaño inicial y final, expresada en
porcentaje. Esta Ley incluye el principio de superposición, según el cual el sumatorio de las
fuerzas es igual a la suma de las deformaciones, y el principio de independencia del tiempo, a
consecuencia del cual se concluye que la deformación es instantánea y no varía con aquel.
Considerando lo anterior, se definen cuatro tipos de solicitaciones mecánicas diferentes:
− Axial, de compresión o de tracción. Se conoce como tal al fenómeno de la variación
temporal de la longitud de un cuerpo, por efecto de una fuerza. La comprensibilidad
es el fenómeno de disminución del volumen de un cuerpo, al aplicar a su superficie
externa presiones hacia el interior del cuerpo. Estas fuerzas producen
deformaciones de acortamiento o alargamiento, de acuerdo con su sentido.
194 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 5. BIOMECÁNICA
− Torsión. Cuando la resultante de las fuerzas tangenciales a una sección no pasa por
su eje de simetría, se produce un momento de torsión que intenta hacer girar esta
sección respecto a la inmediatamente contigua, provocando deformaciones
angulares.
Estudio específico de la tracción y la compresión. Es el esfuerzo producido por fuerzas
opuestas aplicadas perpendicularmente a las superficies de aplicación. Cuando las fuerzas están
dirigidas hacia el cuerpo, el esfuerzo es de compresión y cuando están dirigidas hacia fuera,
desde el cuerpo, el esfuerzo es de tracción.
Si un material es sometido a tracción, es decir, si el mismo es solicitado desde sus
extremos en direcciones opuestas, de modo similar a como se ilustra en la Figura 135 expuesta,
la longitud del mismo aumenta y eventualmente, si la fuerza es grande, el material puede
romperse. Se puede estudiar la conexión entre los efectos de las fuerzas y las deformaciones
que las mismas causan sobre una muestra de material.
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 195
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
Donde E es una constante característica del material que forma el objeto y que se
denomina módulo de Young o módulo de elasticidad. En rigor, esta relación solo vale en la
llamada zona lineal o de proporcionalidad. A partir de lo anterior, se define el esfuerzo (σ)
como:
𝜎 = E×ε
Donde:
− Esfuerzo es la fuerza realizada por unidad de superficie σ = F/A
− Deformación unitaria (ε) es la proporción entre el alargamiento o el acortamiento
sufrido en relación con la longitud original, ε = ∆L/Lo.
El esfuerzo se mide en Pascales (N/m2), mientras que la deformación es adimensional.
Los ensayos mecánicos de los materiales permiten definir la curva de
tensión/deformación. La pendiente de esta curva en su tramo lineal se denomina módulo
elástico de Young y se expresa en MPa. En la Figura 136 expuesta se muestra una curva a típica
de la deformación con respecto al esfuerzo.
196 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 5. BIOMECÁNICA
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 197
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
198 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 5. BIOMECÁNICA
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 199
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
− Fractura
El concepto de resistencia supone que una fuerza se aplica uniformemente sobre toda la
sección del material, pero la presencia de una hendidura, orificio o grieta, hace que las
trayectorias se agrupen de manera tal que la distribución de tensiones esté mucho más
concentrada en el extremo de esta irregularidad. Este es el concepto de concentración de
tensiones elásticas y condiciona la fractura del material.
La teoría básica de la fractura lineal de un sólido isotrópico, es formulada por Griffith,
que considera que ésta corresponde a la creación de nuevas superficies en el material, hecho
que requiere del aporte de energía. De este modo, se puede calcular la tensión necesaria para
romper simultáneamente todos los enlaces interatómicos sobre un plano, cuyo valor está
comprendido entre E/5 y E/20, siendo E el módulo elástico de Young del material. No obstante,
la resistencia a la fractura habitual se suele situar en valores que oscilan entre E/1000 para un
material frágil y E/100 para un material dúctil, debido al fenómeno de concentración de
tensiones que originan las hendiduras o grietas. De esta forma, se establece que una hendidura
se propaga cuando el incremento de energía elástica producida por la tensión aplicada es igual
o mayor que la energía necesaria para crear una nueva superficie de grieta. La ecuación de
Griffith permite determinar la tensión máxima de trabajo del material cuando se conoce el
tamaño mayor de las hendiduras que presenta, es decir, la resistencia a la fractura de un material
está determinada por el tamaño y orientación de su grieta más amplia.
La teoría de Griffith sólo es aplicable a los materiales linealmente elásticos, y no a
aquellos en que se presenta una deformación plástica, debido a que ésta hace disminuir la
concentración de tensiones. Orowan e Irwin modifican la ecuación de Griffith dando lugar a la
teoría de la mecánica de la fractura lineal elástica, válida cuando la zona plástica a nivel de la
punta de la hendidura es muy pequeña.
La tenacidad de fractura es la resistencia que ofrece el material a la propagación de una
hendidura. De este modo, si la hendidura se propaga en forma rápida, la tenacidad a la fractura
es baja y el material se considera frágil. En cambio, si el material soporta la presencia de una
hendidura y su propagación requiere un gran aumento de carga mecánica, la tenacidad de
fractura es elevada. Todos estos conceptos son fundamentales para evaluar el comportamiento
frente a la fractura de cualquier material.
− Viscosidad
El comportamiento elástico implica la recuperación de las dimensiones iniciales de un
sólido al momento de retirar la carga, es decir, existe un movimiento transitorio de materia. En
el extremo opuesto se encuentran los fluidos viscosos, en que los átomos y moléculas se
trasladan disipando energía y la deformación no se restaura al quitar la carga. De esta forma, se
considera que el tiempo de relajación de un sólido elástico ideal tiende a infinito pues recupera
inmediatamente su forma original al retirar la carga y el de un líquido viscoso tiende a cero.
La mayoría de los materiales tienen un comportamiento intermedio, que se denomina
viscoelástico lineal, que se puede describir determinando el tiempo de relajación y lo presentan,
entre otros, los polímeros, elastómeros y tejidos biológicos. En los materiales linealmente
viscoelásticos, el tiempo de relajación varía en función del tiempo de carga, lo cual dificulta el
cálculo de su módulo de elasticidad. Este problema se puede resolver aplicando una tensión
constante y observando como varía la deformación con el tiempo, que corresponde al concepto
de fluencia, o bien, empleando una deformación constante y verificando como varía la tensión
200 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 5. BIOMECÁNICA
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 201
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
Figura 137: (a) Esfuerzo asociado a una deformación por tracción dada en un metal dúctil, (b) Gráfica
esfuerzo-deformación de un material frágil como el hueso. El punto de fractura D (no representado) está muy
cerca del punto de esfuerzo máximo C. Obsérvese que las pendientes en la región lineal de la curva no son las
mismas para la tracción y la compresión.
Las fuerzas que actúan sobre el tejido óseo son tensión, compresión y torsión. Además,
pueden ser aplicadas de forma perpendicular a la superficie ósea, como fuerza normal, o de
forma oblicua, como fuerza de cizallamiento.
Los huesos largos, formados fundamentalmente por tejido cortical, son elásticos y poco
plásticos, por lo que su resistencia es mayor cuando la fuerza se aplica de manera vertical al
sentido de la carga. Cuando la fuerza actúa de forma oblicua la fase plástica se acorta y el hueso
se fractura con mayor rapidez.
En los huesos integrados por tejido esponjoso, la resistencia es mayor cuando la fuerza se
aplica a lo largo de su eje vertical. Estos huesos al ser menos densos, son más plásticos y menos
elásticos, por lo que pueden resistir deformaciones mayores. En los huesos esponjosos las
fracturas se producen con variaciones de longitud de alrededor de un 7%, en cambio, en los
huesos corticales bastan modificaciones de alrededor de un 2%.
Centrándonos tan sólo en su carácter estructural, el hueso posee además la capacidad de
adaptarse a las influencias mecánicas a las que se encuentra sometido, variando tanto su
microestructura interna como su forma externa.
Se pueden enumerar las siguientes leyes mecánicas para el sistema óseo:
a) Leyes de la reconstrucción o de las transformaciones del tejido óseo
A mediados del siglo XIX parecía claro que el alineamiento óseo trabecular estaba
regulado por las trayectorias de las tensiones principales, fue entonces cuando Wolff planteó su
teoría que fue ampliamente cuestionada por la comunidad científica de la época. Wolff,
basándose en el hecho de que las direcciones de tensión principal son perpendiculares, pensaba
que las trayectorias del alineamiento óseo trabecular debían interrelacionarse de forma
perpendicular, por lo que propuso un dibujo alternativo, a los que se aceptaban como válidos
en su época, en el que las trayectorias incidían formando 90º. Aunque esta teoría (“trajectorial
theory”) implicaba un modelo experimental de la respuesta del hueso esponjoso al estado
tensional, Wolff tenía en mente un modelo que relacionaba las tensiones y las deformaciones
de una manera única, o utilizando otras palabras, un modelo constitutivo continuo. Roux
incorporó las ideas de Wolff dentro de su teoría estableciendo una “función de adaptación” de
estructuras biológicas y órganos. Dicha función respondía a la idea de la resolución de un
problema de optimización de diseño mecánico: máxima resistencia con mínimo material y,
202 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 5. BIOMECÁNICA
según Roux, la misma no sólo se podía aplicar a huesos, sino también a cualquier otro sistema
biológico. En general, el trabajo de Roux fue aceptado como prueba matemática de la ley de
Wolff.
− La Ley de Wolff, según la cual, las trabéculas óseas son capaces de reorientarse
ante nuevas circunstancias, dentro de la máxima economía, manteniéndose en un
campo de casi perfección matemática de acuerdo con principios clave de la
ingeniería y a través de un simple proceso de absorción y aposición ósea.
Figura 138: Julius Wolff nació en Friedland, Alemania en la región de Prusia Occidental el 21 de marzo de
1836. Fue el fundador del Instituto Universitario de Ortopedia de Berlín y una de las figuras más
extraordinarias que dio a la Medicina el siglo XIX. Este anatomista y cirujano, presentó en 1860 su tesis
doctoral bajo el título “De artificiale ossium productione in animalibus”, desde entonces dedicó su vida al
estudio de los huesos, de la estructura ósea, y de la adaptación del hueso a las fuerzas mecánicas. Su trabajo
culminó con la publicación de su tratado “La ley de la remodelación ósea” en 1892.
− La Ley de Roux, que confirma la ley anterior, dice que la reorientación de los
sistemas trabeculares tiene lugar de acuerdo con la acción de las distintas fuerzas
de tracción y de presión, siempre dentro de la máxima economía de material.
b) Ley de la elasticidad de Hooke
Esta ley ha sido enunciada con carácter general para todo tipo de materiales arriba, pero
aplicable al tejido óseo podría enunciarse como que “existe una relación aritmética constante
entre la fuerza de tracción que actúa y la elongación ósea que produce”. La fuerza necesaria
para alargar un cuerpo hasta el doble su longitud se denomina “módulo de elasticidad de
Young” y para el hueso es de 2000 kg/mm2. El punto de rotura ante fuerzas de tracción
sobreviene siempre antes y es, por tanto, fracción de este módulo. En el hueso aislado el punto
de rotura sobreviene con tracciones de 10 kg/mm2 y equivale, por consiguiente, al 1/200 del
módulo de Young para el tejido óseo.
La fuerza de tracción genera una deformación de alargamiento que se acompaña de la
disminución del área de sección, fenómeno que se expresa por la relación de Poisson, antes
enunciada. Esta relación sólo es válida para materiales isotrópicos, que son aquellos que tienen
idénticas propiedades en todas direcciones, mientras que los anisotrópicos no cumplen esta
condición. En los materiales anisotrópicos, como el hueso, esa relación no es válida ya que
pueden presentar contracciones diferentes de acuerdo con la dirección analizada. La relación
de Poisson es una medida de la capacidad de un material para resistir un cambio de volumen o
de forma.
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 203
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
c) Leyes de presión
Una presión dentro de los límites fisiológicos, mantenida en el tiempo, y de forma
intermitente, es importante para que se produzca la adecuada nutrición del cartílago de
crecimiento. Las leyes de crecimiento óseo también hacen incidencia en la importancia de las
presiones y tracciones sobre el cartílago para su correcto crecimiento. Cuando las fuerzas actúan
sobre el tejido óseo son de presión, se han venido admitiendo clásicamente dos leyes:
− Ley de Wolff, ya enunciada arriba, según la cual las partes óseas sometidas a
presión experimentan un estímulo que produce su crecimiento, o, en otras palabras,
el hueso es depositado y reabsorbido de acuerdo con la tensión que soporta. Si la
carga en un hueso en particular se incrementa, el hueso se remodelará a sí mismo
en un determinado periodo de tiempo para hacerse más fuerte para resistir esa clase
de cargas. La afirmación inversa, también es verdad si la carga en un hueso decrece,
ese hueso se adaptará igualmente para hacerse más débil. Otra consecuencia de esta
ley es que establece que cada cambio en la forma y la función de un hueso, o en su
función solamente, es seguido por unos ciertos cambios definidos en su arquitectura
interna e igualmente define una alteración en sus leyes matemáticas. Los
astronautas que pasan mucho tiempo en el espacio retornan a la Tierra con huesos
más delgados, porque la gravedad no ha estado ejerciendo, durante ese tiempo,
carga alguna sobre sus huesos. Sus cuerpos han reabsorbido la mayoría del mineral
que previamente estaba en sus huesos. Algunos especialistas asiáticos de artes
marciales golpean materiales densos con sus piernas para que sus huesos se
endurezcan y de esta forma añadir una mayor contundencia a sus golpes.
− Ley de Heuter-Volkmann o de Delpech, que dice que las partes óseas sometidas a
presión sufren atrofia, en tanto que no la reciben experimentan un crecimiento
acentuado. Se refiere al crecimiento longitudinal. Las zonas de cartílago de
crecimiento sometidas a presiones de tracción excesivas presentan inhibición del
crecimiento. Las zonas libres de presiones tienen un crecimiento acentuado.
A las anteriores hay que añadir otras dos más recientes:
− Ley de Jores que afirma que las fuerzas de presión, al actuar sobre el hueso,
estimulan su crecimiento, siempre que no sobrepasen determinado umbral, pasado
el cual motivan su atrofia.
− Ley de Steinder que dice que la resistencia del tejido óseo a las fuerzas de presión
es menor en situaciones dinámicas, ya que entonces la magnitud de la fuerza se ve
incrementada por un nuevo factor, proporcional a la masa del cuerpo en movimiento
y al cuadrado de la velocidad a que se efectúa el movimiento.
1.4.2 Sistema muscular
La vertiente más importante de la función muscular es su contractilidad. Entre los
distintos principios que gobiernan la acción muscular hay que invocar la “ley del todo o nada”,
en tanto que la fibra muscular no es capaz de dar una respuesta gradual; o bien se contrae al
máximo o no efectúa contracción alguna.
Otro principio que hay que tener en cuenta es el denominado de inervación recíproca de
Sherrington, según el cual existe una correlación funcional en la inervación de los distintos
músculos del aparato locomotor de forma que al contraerse un grupo muscular su antagonista
se relaja de forma simultánea. El trabajo de un músculo equivale al producto de la superficie de
su sección multiplicada por el acortamiento sufrido por el músculo al contraerse, esto es, según
204 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 5. BIOMECÁNICA
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 205
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
Otro término similar al anterior es el de trauma, del que se encuentran hasta dos diferentes
definiciones, a saber:
− Herida, golpe o lesión del cuerpo. Lesión duradera producida por un agente
mecánico, generalmente externo.
− Un trauma puede ser también mental cuando la persona se encuentra bajo un estrés
extremo o un evento psicológicamente angustioso fuera del espectro de la
experiencia humana usual, que muy a menudo envuelve un sentido intenso de
miedo, terror, y desamparo e impotencia. Este choque emocional suele dejar una
huella duradera en el subconsciente.
Pero en el sentido que interesa en este módulo, el trauma es una herida o lesión
caracterizada por una alteración estructural o un desequilibrio fisiológico causado por la
exposición aguda a energía mecánica, térmica, eléctrica o química; o por la ausencia de
elementos esenciales, como calor u oxígeno.
1.5.1 Lesión
Se entiende por lesión cualquier alteración patológica en la textura de los órganos tales
como llaga, contusión, inflamación, tumor, o cualquier otro daño o perjuicio. La Sociedad de
Ingeniería de la Automoción (SAE) define la lesión como la perturbación física, el daño, o la
destrucción de una estructura biológica que imposibilita o impide su normal funcionamiento
(SAE, 2011, pág. 7).
En España y desde una perspectiva eminentemente jurídico-penal, la Fiscalía General del
Estado, en su Circular número 2/1990 de 5 de diciembre, define a la lesión como toda alteración
del bienestar físico y mental.
Desde el punto de vista médico legal, los conceptos de daño y lesión quedan aunados en
una nueva perspectiva fruto de la conjunción de las doctrinas jurídica y médica. Así, por lesión
se entiende toda alteración anatómica o funcional del organismo de carácter físico o psíquico,
o bien, toda alteración de la integridad corporal, física o psíquica (Gisbert Calabuig & Verdú
Pascual, 1998)
Finalmente, se estima que la definición que mejor encaja con lesión es aquella que la
caracteriza como cualquier alteración somática o psíquica que, de una forma u otra, perturbe,
amenace o inquiete la salud de quien la sufre, o menoscabe la integridad personal del afectado
ya en lo orgánico, ya en lo funcional (Aroca Bernabeu, 2005, pág. 48). Es suficiente cualquier
merma en la integridad individual con independencia de sus repercusiones prácticas en uno o
más campos de la actividad humana (Rodriguez Jouvencel, 2000).
Las lesiones se producen cuando una determinada estructura corporal ve superado su
límite de resistencia por la energía y aceleraciones a que ha sido sometida. De nuevo acudiendo
al documento SAE J885 encontramos los siguientes conceptos y sus correlativas definiciones
(SAE, 2011, pág. 7).:
− Nivel de Lesión (Injury Level), relación entre la severidad del trauma y su amenaza
a la vida o a los impedimentos físicos o funcionales, por ejemplo, la Escala
Abreviada de Lesiones (AIS).
− Criterios de Lesión (Injury Criterion), relación numérica entre los parámetros
medibles en la Ingeniería y el nivel de lesiones.
206 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 5. BIOMECÁNICA
Para que un cuerpo en movimiento pueda perder velocidad, su energía cinética debe ser
trasmitida a otro cuerpo. Esta transferencia de energía ocurre también en caso de un siniestro
vial, y afecta de igual forma a los cuerpos de las personas que viajan como conductores u
ocupantes de los vehículos implicados en el mismo. La transformación de la energía cinética,
tanto en el espacio como en el tiempo, es determinante para reducir la severidad de las lesiones
y puede suponer la diferencia entre sobrevivir o no.
La Biomecánica del trauma utiliza los principios de la Mecánica para estudiar la respuesta
y los niveles de tolerancia de los tejidos biológicos bajo condiciones extremas de carga. A través
del conocimiento de los factores mecánicos que influyen en la función y estructura de los tejidos
humanos se pueden concebir las medidas para aliviar o, incluso, eliminar esas lesiones. Los
estudios de Biomecánica del trauma tratan una amplia variedad de materias tales como
Anatomía, clasificación de las lesiones, mecanismo de las lesiones y criterios de severidad de
las lesiones. El enfoque multidisciplinario necesario en la Biomecánica del trauma se muestra
en un abanico de problemas a resolver en cada región corporal que buscan respuesta en diversas
áreas de conocimiento que van desde la Anatomía a la Ingeniería.
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 207
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
208 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 5. BIOMECÁNICA
serían los riñones a nivel de la unión de su pedículo. En este caso el pedículo sería
el que se estabilizaría con el cuerpo y el riñón seguiría hacia delante. Se producen
dos fuerzas de desgarro cuando dos órganos o partes de un órgano se aceleran o
desaceleran al mismo tiempo, pero a diferente velocidad. La aceleración-
desaceleración, entendida como la velocidad a la que un cuerpo en movimiento
incrementa o disminuye su movimiento, desempeña un rol fundamental en el
desarrollo de múltiples lesiones.
− Mecanismos mixtos, cuando se produce una combinación entre los mecanismos
lesiónales directos e indirectos, produciéndose lesiones a consecuencia de la
resistencia mecánica del cuerpo y, simultáneamente, por la superación de los límites
de resistencia dinámica que poseen cada uno de los órganos. La interrelación de
este tipo de mecanismo suele presentarse en ocupantes que han sufrido un vuelco
lateral (tonel) o longitudinal (campana), por caída del vehículo a un precipicio, por
un giro importante del vehículo, bien sobre su centro de gravedad o sobre cualquiera
de sus ejes, por proyección de un ocupante fuera del vehículo a consecuencia de un
impacto o por vuelco repetido.
Si atendemos a los diferentes tipos de esfuerzos a que se pueden someter a determinados
órganos o partes del cuerpo, tal y como se ha expuesto arriba, los mecanismos de lesión que se
observan en las victimas de los siniestros viales se pueden encuadrar en alguno de los cinco
siguientes, bien sean solos o combinados:
− Flexión: suele producir fracturas transversales.
− Extensión: puede producir también fracturas transversales y luxaciones articulares.
− Tracción: suele producir desgarros cutáneos, musculares o luxaciones.
− Compresión: Se debe a la aplicación de una fuerza en sentido longitudinal tal como
se produce en el caso de un nadador que se tire de cabeza a una zona con poca agua.
Es un mecanismo que explica las fracturas por estallido de cuerpo vertebral. Es la
lesión o rotura de los tejidos por aplicación de una fuerza, que se produce cuando
se supera la capacidad de los tejidos de absorber energía sin producir alteraciones
estructurales significativas. El espectro de lesiones puede ir desde la deformación
sin secuelas hasta el estallido visceral o vertebral. La sobrepresión o compresión
extrema se produce cuando la magnitud de la energía y su superficie de aplicación
produce una ecualización de las presiones de las paredes de una cavidad, sin un
aumento correspondiente en las cavidades adyacentes, se produce una ruptura de la
pared de la cavidad en su punto más débil. El ejemplo clásico es la rotura
diafragmática por compresión abdominal excesiva. Las lesiones por compresión
ocurren cuando la parte anterior del tórax y abdomen cesan en su movimiento hacia
delante y la parte posterior continúa su viaje hacia adelante. Los órganos están
atrapados. El movimiento posterior continúa hacia delante con lo cual, las
estructuras anteriores impactadas se ven atrapadas por la columna vertebral y la
pared torácico-abdominal posterior.
− Torsión: suele producir fracturas espiroidea, llamada también fractura por torsión,
ya que este mecanismo de producción afecta a la diáfisis de los huesos largos. Caso
típico del esquiador, cuyo esquí queda atrapado fijo, produciéndose un giro brusco
de su cuerpo de su cuerpo sobre la pierna que actúa de eje. Muchas de las fracturas
calificadas, frecuentemente, como oblicuas son en realidad espiroideas. En estas
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 209
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
últimas, los fragmentos suelen acabar en bisel y la línea de fractura dibuja una
espiral sobre la superficie externa del hueso.
210 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 5. BIOMECÁNICA
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 211
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
siniestro vial y actualmente se utiliza para todo tipo de lesiones, independientemente del origen
o causa que las ha motivado. Actualmente, es general, en bastantes partes del mundo, que la
Escala AIS se aplique directamente para registrar todo tipo de lesiones en bases de datos
especializadas en Traumatología. Hoy en día, la mayor parte de usuarios de la escala AIS no
son especialistas clínicos, sino que son organizaciones gubernamentales, universidades,
investigadores y la industria del automóvil. El sistema de clasificación AIS fue diseñado para
distinguir entre los tipos de trauma de importancia clínica y los tipos de trauma de interés para
diseñadores de vehículos e ingenieros de diseño. A lo largo del tiempo se ha demostrado que
esta escala de lesiones es una buena base de información útil para realizar cálculos sobre la
probabilidad de muerte.
En 2005 sufrió su quinta revisión, en 2008 se publicó una nueva revisión, y la última
actualización fue en 2015, aunque ha habido un documento de clarificación en 2019. Se trata
de la escala de medición de severidad de las lesiones más utilizada en el mundo. Las revisiones
de la clasificación de las lesiones intentaron conseguir un marco en el que fuera posible medir
la severidad de las lesiones más allá de la probabilidad de muerte, por ejemplo, llevar a cabo
predicciones sobre la probabilidad de sufrir minusvalías, secuelas o daño funcional. Predecir
las secuelas permanentes o la incapacidad era uno de los objetivos de la revisión 2005 del
sistema AIS. Sin embargo, hasta la fecha, ha habido pocos datos empíricos que avalen el posible
uso de la AIS en términos de probabilidad de daño permanente.
La AIS tiene dos componentes (AAMM, 2017): en primer lugar, el descriptor de la lesión,
a menudo denominado “código predot”, que es un único identificador numérico para cada lesión
descrita; y, en segundo lugar, la puntuación de severidad, llamado como “código postdot”.
Descripción de la lesión
La escala de lesiones AIS es una técnica para asignar una evaluación numérica o una
puntuación de severidad de las lesiones traumáticas en orden a cuantificar la severidad de una
lesión particular anatómicamente localizada. Este procedimiento es útil para cuantificar la
severidad de una colisión particular.
La AIS clasifica la severidad sobre la base de la parte del cuerpo lesionada y la magnitud
de la lesión en esa región anatómica. Esta escala asigna una severidad de la lesión de uno a seis
para cada una de ellas, de acuerdo a la severidad de cada región anatómica independientemente
considerada. La AIS 1 es la lesión menor, por ejemplo una abrasión o contusión de la piel, y la
AIS 6 es la lesión de la máxima severidad, tal como una deformación masiva en el cráneo. Las
lesiones están subclasificadas de acuerdo con la región del cuerpo.
212 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 5. BIOMECÁNICA
Por ejemplo, una puntuación AIS 3 para un trauma en la cabeza puede reflejar una lesión
de diferente severidad que una puntuación AIS 3 de otra región del cuerpo, tal como las
extremidades. A continuación, se exponen dos regiones corporales diferentes a efectos de la
clasificación AIS:
Tabla 17: La severidad de la lesión en la escala AIS para dos regiones anatómicas
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 213
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
NIVEL DE
ESTRUCTURA
REGIÓN CORPORAL ESTRUCTURA ANATÓMICA ESPECÍFICA AFECTACIÓN
ANATÓMICA
LESIONAL
R T S N
Los primeros dos caracteres de S (00):
02. Dermoabrasión
04. Contusión
06. Llagas
08. Desgarros
10. Amputación
20. Quemadura
30. Aplastamiento
40. Desollarse
1. Cabeza 1. Global (en su conjunto)
50. Herida sin otra precisión
2. Cara 2. Vasos
60. Herida penetrante 1 Leve
3. Cuello 3. Nervios
90. Traumatismo de origen no mecánico 2 Moderado
4. Tórax 4. Órganos (incluidos los
3 Grave no vital
5. Abdomen músculos y los ligamentos)
A continuación las lesiones específicas son 4 Grave vital
6. Columna vertebral 5. Esqueleto (incluidas las
descritas por otros dos caracteres consecutivos 5 Supervivencia
7. Miembros articulaciones)
(00) que utilizan los números 02 y siguientes incierta
superiores 6. Cabeza – Duración de la
6 Lesión máxima
8. Miembros inferiores pérdida de consciencia
Cabeza – duración de la pérdida de conocimiento
9. Indeterminado (DPC)
(DPC)
02. Duración de la PC
04.
06. Grado de consciencia
08.
10. Conmoción
Columna Vertebral
02. Columna cervical
04. Columna dorsal
06. Columna lumbar
214 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 5. BIOMECÁNICA
expuestas abajo. Estas diferencias se han introducido para evitar los errores en la atribución de
lesiones a las regiones corporales adecuadas para el cálculo de la ISS.
En la clasificación AIS 90 se incluyen dos tipos de instrucciones para poder realizar la
codificación. El primer tipo, entre paréntesis, facilita sinónimos o una mayor información
descriptiva en relación con un diagnóstico lesional específico. Esto debe ayudar al codificador
a acompañar la información lesional dispuesta con el código AIS apropiado. El segundo tipo
de instrucción aparece para enmarcar y guiar al codificador para conseguir la utilización
apropiada de los códigos específicos.
Como complemento a estas instrucciones, las reglas de codificación abajo expuestas se
aplican a todas las regiones corporales. Estas reglas deben ser aplicadas sin excepción para
poder asegurar una codificación uniforme:
1. En caso de duda sobre la severidad de una lesión, de acuerdo con el conjunto de documentos
disponibles, se anotará el código menor, es decir, la puntuación AIS menos severa para cada
tipo de herida.
2. La AIS 6 es utilizada únicamente para las lesiones definidas como tales en la clasificación.
La utilización de la AIS 6 no es un pronóstico arbitrario sobre la muerte del paciente. Una
lesión AIS 5 no debe considerarse jamás como una AIS 6.
3. Las lesiones descritas como probables, posibles, o bajo sospecha no serán codificadas como
tales si no son incluidas en el historial médico.
4. La escala AIS no atribuye ningún código a las consecuencias de la lesión, sino a la lesión
en si misma considerada.
5. Los “cuerpos extraños” no son lesiones y no tienen ningún código.
6. Los actos quirúrgicos y otras intervenciones terapéuticas no son utilizadas para determinar
la gravedad de una lesión.
7. Las lesiones bilaterales son codificadas separadamente para cada órgano, por ejemplo, los
riñones, las orejas y las extremidades. Otros casos, por ejemplo, el maxilar, la mandíbula,
la caja torácica, son codificados como una estructura única.
8. Una fractura abierta, por definición, significa que existe una herida exterior a consecuencia
de la fractura. Esta herida está implícita en el código para la fractura abierta, y no puede ser
codificada de forma independiente.
9. En un sentido estricto del término, aplastamiento es una descripción de la etiología, y no de
la lesión. En este contexto, tiene como significado la destrucción de los ojos, los vasos y los
tejidos, lo cual es una lesión severa.
10. Cuando una lesión vascular es descrita como una sección, o se presume que hay ruptura
total, se codificará como tal. Si la sección es descrita como incompleta se utilizará un código
AIS menos severo que la sección completa. Por ejemplo, sección de la aorta se codifica
como 5 2 02 08. 5; mientras que una herida en la aorta con sección incompleta se codifica
como 5 2 02 06. 4.
11. En caso de lesiones múltiples en el tórax acompañadas de hemo y/o neumotórax único o
bilateral, se ha de aumentar una sola vez el nivel AIS de la zona tórax para tener en cuenta
estas consecuencias.
12. Cuando la pérdida de sangre proveniente de más de una lesión supera el 20%, se atribuirá
la más severa de las lesiones asociadas.
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 215
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
216 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 5. BIOMECÁNICA
Tabla 19: La severidad de la lesión en la escala AIS para cinco regiones anatómicas
REGIÓN ANATÓMICA
AIS CABEZA TÓRAX ABDOMEN COLUMNA EXTREMIDADES
Laceración
Fractura simple de Esguince Esguince
1 Dolor de cabeza Superficial pared
costilla leve leve
Abdomen
Laceración o
Inconsciente FX 2-3 costillas FX leve sin
2 contusión del bazo, FX simple tibia o pelvis
Menos de 1 hora FX esternón afectación médula
riñon o hígado
Ruptura disco con
Inconsciente +3 FX costillas con Laceración grave Dislocación de rodilla
3 daño de l a raíz del
1-6 horas neumotórax del bazo o riñón FX fémur
nervio
Amputación o deformación
Inconsciente +3 FX costillas con Laceración grave Rotura parcial de la por encima de la rodilla
4
6-24 horas hemoneumotórax del hígado médula espinal Fractura pélvica
(cerrada)
Inconsciente
Laceración Ruptura de riñón, Fractura pélvica
5 más de 24 h. Tetraplejia
Aorta (sección parcial) hígado o colón (abierta)
Gran hematoma
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 217
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
una fiel descripción numérica de la gravedad de todas las lesiones en pacientes con
traumatismos en más de una de las áreas corporales (Baker, O'Neill, Haddon, & Long, 1974).
Con la Escala de Baker se puede hacer un análisis exacto de la mortalidad y de los factores
relacionados con ella. Su importancia fundamental radica en la posibilidad de determinar de
una manera objetiva la gravedad de los distintos tipos de traumatismos y, así, evaluar el
tratamiento de urgencia de los politraumatizados, identificar los tipos más serios de siniestros,
asignar prioridades, y además establecer las medidas preventivas adecuadas.
El sistema de clasificación denominado ISS es una escala numérica que se consigue
sumando los cuadrados de los tres valores más altos de la escala AIS, según cada región
anatómica de acuerdo a la siguiente fórmula:
𝐼𝑆𝑆 = (𝐴𝐼𝑆1 )2 + (𝐴𝐼𝑆2 )2 + (𝐴𝐼𝑆3 )2 Ecuación 89
Donde AIS1, AIS2, y AIS3 representan los tres valores superiores de daño (AIS) de las
diferentes regiones anatómicas interesadas en el impacto. Esto ofrece un resultado que varía
entre 1 y 75. El valor máximo de 75 es el resultado de tres lesiones puntuadas como AIS 5, o
una o más de lesiones AIS 6. Todas las lesiones AIS 6 tienen atribuido automáticamente un ISS
de 75. La probabilidad de morir se asigna en función de la puntuación alcanzada en el ISS.
2.2.1 Procedimiento de cálculo del ISS
Tal y como se ha definido arriba, la puntuación ISS es la suma de los cuadrados de las
tres puntaciones AIS más elevadas correspondientes a unas regiones corporales específicas. Las
seis regiones corporales utilizadas a efectos de cálculo de la ISS son las siguientes:
1. Cabeza o cuello
2. Cara
3. Tórax
4. Abdomen o zona pélvica
5. Miembros o cintura pélvica
6. Externas (toda la superficie cutánea)
Hay que tener en cuenta una serie de reglas a la hora de realizar el cálculo de la ISS:
– Las lesiones de la cabeza o del cuello comprenden las lesiones cerebrales y de la
columna cervical, además de las fracturas de cráneo y de la columna vertebral.
218 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 5. BIOMECÁNICA
– Las lesiones de la cara incluyen aquellas que interesan la boca, las orejas, los ojos,
la nuez y la piel de la cara.
– Las lesiones del tórax y del abdomen comprenden todo tipo de lesiones de los
órganos internos que se encuentran en el interior de ambas cavidades. Las lesiones
de tórax incluyen además las que afecten al diafragma, a la caja torácica, y a la
columna dorsal. Las lesiones de la columna lumbar están incluidas dentro de la zona
pélvica.
– Las lesiones de los miembros, de la cintura escapular, o de la cintura pélvica
comprenden los esguinces, las fracturas, las luxaciones y las amputaciones a
excepción de aquellas que afecten a la columna vertebral, al cráneo y a la caja
torácica.
– Las lesiones externas incluyen las llagas, contusiones, abrasiones y las quemaduras
independientemente de su localización en la superficie del cuerpo.
Hay que hacer notar que las regiones corporales de la ISS no tienen por qué coincidir
necesariamente con las utilizadas en la escala AIS. Por ejemplo, la región de la columna
vertebral de la AIS está divida en tres regiones corporales de la ISS: la columna cervical
pertenece a la región de la cabeza y el cuello de la ISS, la columna dorsal está en la región del
tórax, y la columna lumbar está en la región del abdomen y de la zona pélvica.
– Ejemplo 21: Aplicación del procedimiento de cálculo del ISS:
En la siguiente tabla se exponen los datos que describen la severidad de las lesiones de
una persona politraumatizada:
AIS MÁS CUADRADO DE LA
ISS de la región corporal LESIÓN CODIGO AIS
ELEVADA AIS
Contusión cerebral 1 4 06 02.3
CABEZA /
Sección completa de la arteria 4 16
CUELLO 3 2 02 12.4
carótida interna
CARA Llaga en la oreja 2 1 06 00.1 1
TÓRAX Fractura en dos costillas 4 5 04 20.2 2
ABDOMEN Hematoma retro peritoneal 5 4 38 00.3 3 9
MIEMBROS
Fractura de fémur 3 9
EXTREMIDADES
EXTERNAS Abrasiones múltiples 9 1 02 00.1 1
Aplicando la:
ISS = (AIS1 )2 + (AIS2 )2 + (AIS3 )2
ISS = (4 )2 + (9 )2 + (9 )2 = 16 + 9 + 9 = 34
Este resultado permite realizar comparaciones globales de la gravedad de las lesiones que
presentan las víctimas de siniestros viales.
Algunas de las críticas vertidas sobre el sistema ISS son, de nuevo, que si se aplica igual
puntuación a todas las regiones corporales, se está infra estimando la severidad de las lesiones
en la cabeza. Como el ISS es habitualmente utilizado como sistema de puntuación global de la
severidad AIS es obvio que tiene sus limitaciones. Por ejemplo, las puntaciones de severidad
(AIS 1-6) están basadas en la subjetiva opinión de un pequeño grupo de expertos. Como sucedía
con la escala AIS, la ISS no considera el efecto de múltiples lesiones dentro de una sola región
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 219
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
220 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 5. BIOMECÁNICA
Posteriormente, a lo largo del siglo XX se llevaron a cabo sucesivas revisiones de este sistema,
que fue denominado Clasificación Internacional de Enfermedades (International Classification
of Diseases, ICD). A las siglas ICD se añade el numeral de la revisión que corresponda.
En 1998, el ICD-9 empieza a jugar un nuevo y preeminente rol en las investigaciones de
siniestros viales en Estados Unidos por ser utilizado en el Sistema de Información de Colisiones
Mortales (Fatal Crash Reporting System, FARS) y en los datos de mortalidad de Causas
Múltiples de Muerte (Multiple Cause of Death, MCOD). FARS-MCOD es la primera base de
datos con lesiones codificadas en un sistema estándar internacional y reemplazará a la base
FARS a causa del incremento de información facilitada por el código ICD-9.
La ICD es una clasificación de diagnósticos de propósito general, y sus materias
relacionadas, para todas las condiciones de salud e incluye códigos de diagnósticos para la
naturaleza de las lesiones y para las causas externas de esas lesiones. El ICD no incorpora una
dimensión explícita de la gravedad de la lesión. El ICD es ampliamente utilizado para clasificar
las condiciones de salud en sus facetas clínica, administrativa, de promoción de la salud pública
y de investigación en los Estados Unidos y en todo el mundo. La Matriz de Barell es el marco
de trabajo de los códigos de lesiones ICD-CM para regiones anatómicas tipo, aunque no
considera la severidad relativa. Debido a su amplio uso, ha habido un gran interés en evaluar la
severidad de las lesiones basándose en la taxonomía de la ICD (WHO, 2019).
2.3.1 El índice ICD-10
El ICD-10 es la mayor revisión acometida del estándar internacional del ICD, que
actualmente cuenta con alrededor de 69.000 hechos codificados (Who, 2016). Se ha concebido
con flexibilidad para poder añadir nuevos códigos. Estas revisiones se llevan a cabo cada 10 o
20 años. Los cambios con respecto al ICD-9 se centran en el código de la estructura, la
organización de la lesión y las reglas de codificación. Además este sistema de códigos permite
la interoperatividad y el intercambio de datos a nivel nacional e internacional.
En este sistema de clasificación, las lesiones tienen asignado una secuencia de caracteres,
que tiene una longitud de 3 a 7 caracteres. El primer dígito es una letra, los siguientes dos
dígitos son númericos, mientras que los dígitos cuarto a séptimo pueden ser alfanuméricos.
A continuación, se expone un ejemplo de código de lesiones en el ICD-10:
− “N” o Código Numérico de Naturaleza de la lesión = S06.2
− Descripción = Traumatismo cerebral difuso
− S = Traumatismos
− 06 = Traumatismo intracraneal
− 2 = Un dígito numérico cualificador en detalle.
2.3.2 La compatibilidad entre los índices ICD y AIS
En 1986, un equipo dirigido por Mackenzie publicó una tabla de conversión entre los
índices ICD y AIS, y un método para realizar esta tarea. La tabla traduce los códigos ICD-9-
CM de diagnóstico de salida en códigos de severidad AIS para regiones anatómicas. Con la AIS
85, era posible, aplicando ciertas hipótesis, conectar los diagnósticos lesionales de la AIS con
las rúbricas de la ICD. La repetición de este paso con la AIS 1990 ha permitido, de la misma
forma, tener un nuevo sistema de conversión disponible.
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 221
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
A pesar de sus limitaciones, las escalas AIS e ISS todavía tienen un amplio uso. Este es
debido en parte al esfuerzo por establecer en la revisión de 1985 un nexo entre los códigos AIS
e ICD-9-CM. En esa revisión, se añadió una tabla de conversión que relaciona el código
específico ICD con el código AIS. Consecuentemente, es posible desarrollar los índices ISS y
NISS a partir de los Códigos ICD-9-CM..
Se han realizado simplificaciones en la tabla de conversión para permitir una mejor
aproximación a los índices AIS, sin embargo, es posible que una revisión de los registros
médicos puedan conducir a diferentes puntuaciones AIS.
Este epígrafe ha sido fruto de los trabajos de recopilación publicados (Prasad P. , 1999)
y que han sido convenientemente actualizados con los criterios que actualmente utilizan las
diferentes instituciones citadas.
Criterio de lesión en la cabeza
En 1955, a partir de las investigaciones llevadas a cabo por Gurdjian y sus colaboradores,
quienes utilizaron sus observaciones diarias sobre la prevalencia de conmociones
concomitantes en los casos de fractura de cráneo para relacionar la frecuencia de lesiones
cerebrales y la información basada en colisiones con cadáveres. La curva de la gráfica resultante
está basada en el resultado medio de la aceleración traslacional de la cabeza. Concluyó que
medir la tolerancia del cráneo a las cargas de fractura sirve para realizar una inferencia efectiva
de la tolerancia a las lesiones cerebrales (Gurdjian, Webster, & Lissner, 1955).
Los primeros criterios de tolerancia para lesiones en la cabeza fueron establecidos por
Lissner y sus colaboradores en 1960. Estos criterios se representaron de forma gráfica en lo que
se ha denominado como la Curva de Tolerancia de la Universidad Estatal de Wayne (Wayne
State Tolerance Curve, WSTC). Se estableció una relación entre la magnitud de la aceleración
traslacional antero-posterior y la duración de la carga. Esta curva está basada en los datos de
fracturas de cráneo en cadáveres, en animales y en datos extraídos de pruebas realizadas con
voluntarios. Esta curva, además, establece un umbral entre impactos que suponen lesiones
fatales y no fatales en la cabeza (Lissner, Lebow, & Evans, 1960).
Unos años después, se llevó a cabo en Japón un análisis de la validez de la curva WSTC
con experimentos de impactos en animales y en cráneos de cadáveres humanos. Sin embargo,
fueron Ruan y Prasad quienes consiguieron una justificación teórica de la curva WSTC
utilizando el método de elementos finitos para modelar el cráneo y el cerebro. Es este estudio,
las curvas de isotensión para el cráneo y el cerebro eran una función de la aceleración media de
la cabeza y de su tiempo de duración (Ruan & Prasad, 2001).
En 1966, Gadd analizó los datos básicos biomecánicos en que se basaba la curva WSTC,
y otros conjuntos de datos sobre experimentos con seres humanos, para proponer el concepto
de índice de severidad para evaluar el potencial lesivo en la cabeza. Luego, la base para el
establecimiento del criterio de lesión en la cabeza (HIC) se encuentra en las investigaciones
llevadas a cabo por Gadd a comienzos de la década de los sesenta, a partir de las Curvas de
222 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 5. BIOMECÁNICA
Tolerancia (Gadd, 1966). La curva WSTC fue reformada por Gadd, quien simultáneamente
desarrolló lo que, posteriormente, se denominó el Índice de Severidad de Gadd (Gadd Severity
Index, SI).
𝑡
𝑆𝐼 = ∫𝑡 2 𝑎(𝑡)2,5 𝑑𝑡 < 1000 Ecuación 90
1
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 223
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
debería restringirse a un máximo de 15 ms. Ellos también hallaron una curva de riesgo de
lesiones en la cabeza que relacionaba la probabilidad de lesiones en la cabeza frente al HIC
(Prasad & Mertz, 1985).
1000 HIC
representa un
16% de riesgo de
HIC
Figura 140: Curva de correlación entre el Riesgo de lesiones y el índice HIC a 15 ms.
Cuando el HIC supera el valor de 1000 se considera que ha alcanzado el umbral a partir
del cual se esperan lesiones en los ocupantes. Un nivel del HIC sobre 1450 corresponde con un
nivel del 50% de riesgo de fractura de cráneo, mientras un nivel del HIC de 700 corresponde
un 5% de riesgo de que suceda lo mismo.
Sin embargo, el Departamento de Transporte de Canadá adoptó la duración del HIC a 15
ms, aunque se estableció el límite del HIC en 700. En Europa, el Protocolo de Evaluación y
Limites Biomecánicos que EuroNCAP aplica en sus crash test a los conductores de vehículos
con airbag los siguientes límites (EuroNCAP, 2019, pág. 7):
– Límite máximo de comportamiento: HIC 15 = 500, con una a resultante = 72 g para un
5% de riesgo de lesiones en la cabeza superiores o iguales a AIS 3.
– Límite mínimo de comportamiento: HIC 15 = 700 con una a resultante = 80 g para un
20% de riesgo de lesiones en la cabeza superiores o iguales a AIS 3.
El Reglamento número 94 de la Unión Europea, sobre prescripciones uniformes relativas
a la homologación de vehículos en lo que concierne a la protección de los ocupantes en caso de
colisión frontal, establece que los criterios de los resultados exigidos sobre los maniquíes
instalados en los asientos delanteros exteriores, deben satisfacer como requisito que el criterio
de resultado de la cabeza (Head Performance Criterion, HPC) debe tener un valor inferior o
igual a 1000 con una aceleración resultante de la cabeza que no superará los 80 g durante
más de 3 ms, siendo que esta última corresponderá a un cálculo acumulativo que excluirá el
movimiento de retroceso de la cabeza. Utiliza la denominación criterio de resultado de la cabeza
y las siglas HPC, pero se está refiriendo al HIC. Mientras que el Reglamento número 95 de la
Unión Europea, sobre prescripciones uniformes relativas a la homologación de vehículos en lo
que concierne a la protección de los ocupantes en caso de colisión lateral, en su punto 5.2
dedicado a los criterios de resistencia, establece que estos criterios que se determinan para el
224 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 5. BIOMECÁNICA
Viendo la Figura 141 es obvio que en una colisión un HIC de 200 se relaciona con un
AIS menor a la unidad. Un AIS menor que la unidad se corresponde con lesiones leves. Este
gráfico, tal y como se ha dicho arriba, no es válido para colisiones laterales.
Se debería enfatizar que el HIC no fue concebido para evaluar el riesgo de lesiones en los
tests de impactos laterales. Uno de los motivos evidentes es que la cabeza no es tan flexible en
el movimiento en la dirección transversal como en la dirección longitudinal. Por lo tanto, el
valor límite del HIC para una carga transversal debe ser bastante inferior a 1000.
Existen otros criterios de daño en la cabeza como JTI (J - Tolerance Index), RMB
(Revised Brain Model), EDI (Effective Displacement Index), MSC (Maximum Strain Criterion).
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 225
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
226 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 5. BIOMECÁNICA
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LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
228 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 5. BIOMECÁNICA
Donde:
– Gr es el mayor de los picos de aceleración lateral soportados tanto por las costillas
superiores como por las inferiores.
– Gls el menor pico de aceleración en la médula espinal (o aceleración lateral en la
duodécima vértebra torácica T12).
El límite establecido por la NHTSA para el índice TTI en la normativa americana FMVSS
214 alcanza el valor de 90 g´s para un vehículo de pasajeros con dos puertas laterales y 85 g´s
para vehículos de cuatro puertas. Sin embargo, la validez de este criterio de lesión torácico es
cuestionado. El TTI no representa de forma funcional ningún mecanismo de lesión torácica y
no tiene base biomecánica. Se trata de un modelo estadístico, que puede no predecir
correctamente las lesiones bajo condiciones distintas a las de los ensayos concretos en los que
está basado.
Por otra parte, en 1993, se propuso que la aceleración media de la columna vertebral
(ASA, Average Spine Acceleration) predecía mejor la gravedad de las lesiones que el pico de
aceleración de la columna y el TTI. Teniendo en cuenta que el tórax o el abdomen son cuerpos
en su mayoría viscosos, cuanto mayor es la velocidad de impacto mayor es la tasa del cambio
de velocidad de la columna, puesto que a mayor velocidad de impacto los elementos inerciales
y viscosos del cuerpo ofrecen mayor resistencia. Ocurre lo contrario con los elementos elásticos
(huesos) en el tórax. Se considera que los elementos de inercia y viscosidad en el tórax dominan
a los elásticos, de forma que la ASA es un criterio biomecánicamente válido (Cavanaugh, Zhu,
Huang, & King, 1993).
También existen criterios de lesión torácica basados en la fuerza experimentada en esta
zona. Sin embargo, al igual que ocurre con los criterios biomecánicos basados en la aceleración,
los criterios de fuerza son sólo útiles como indicadores de la gravedad general del impacto, pero
no se pueden utilizar para identificar áreas locales de tensión elevada.
La deformación del tórax en respuesta a la aplicación de una carga se usa extensamente
como un indicador del riesgo de lesión. Varios estudios determinaron que el desplazamiento
posterior del esternón respecto de la columna (compresión torácica) normalizado por la
distancia inicial anteroposterior entre estas dos estructuras tenía una mejor correlación que la
fuerza máxima aplicada en el tórax. Estas investigaciones recomendaban utilizar la siguiente
expresión para estimar el valor de la gravedad de lesión en la escala AIS en función de la
compresión torácica:
𝐴𝐼𝑆 = −3,78 + (19,56 × 𝐶)
Donde C es la compresión torácica. Según esta ecuación, una compresión del 30% se
asocia con lesiones AIS 2, mientras que una compresión del tórax del 40% se corresponde con
lesiones AIS 4. Las lesiones graves en los órganos internos se producen a partir de compresión
del tórax del 40% y se recomienda un máximo del 32% para mantener la estabilidad de la caja
torácica y proteger los órganos internos.
El Reglamento número 94 de la Unión Europea sobre prescripciones uniformes relativas
a la homologación de vehículos en lo que concierne a la protección de los ocupantes en caso de
colisión frontal establece que los criterios exigidos de los resultados sobre los maniquíes
instalados en los asientos delanteros exteriores, deben satisfacer como requisito que el criterio
de compresión del tórax (ThCC, thorax compression criterion) no será superior a 42 mm.
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 229
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
Además, el criterio de viscosidad (VC) para el tórax no será superior a 1,0 m/s. Utiliza estas
siglas, pero se está refiriendo a la deformación máxima admisible de la caja torácica.
El Reglamento número 95 de la Unión Europea sobre prescripciones uniformes relativas
a la homologación de vehículos en lo que concierne a la protección de los ocupantes en caso de
colisión lateral en su punto 5.2 dedicado a los Criterios de resistencia dice que los criterios de
resistencia que se determinan para el ensayo de colisión deben responder a los siguientes
criterios de resistencia del tórax:
Siendo esta expresión el máximo del producto instantáneo de la compresión relativa del
tórax respecto de su mitad, y la velocidad de compresión hallada por diferenciación temporal,
filtrando la señal de los captadores con frecuencia 180 Hz. El criterio viscoso no debe de superar
1 m/s (VC< 1 m/s). Los tejidos blandos son viscoelásticos, es decir, sensibles tanto a la
compresión instantánea como a la velocidad de compresión. Lau y Viano, en 1981,
descubrieron que ante una compresión máxima constante, aumentaban las lesiones en órganos
internos conforme aumentaba la velocidad de impacto. También observaron que, a una
determinada velocidad de impacto, aumentaba la gravedad de las lesiones conforme aumentaba
la compresión torácica. Estas investigaciones les permitieron definir el criterio de viscosidad.
Este criterio predice de forma efectiva el riesgo de lesión de los tejidos blandos.
El VC no siempre es aceptado como un criterio de lesión. Por ejemplo, la norma europea
sí que especifica un valor máximo permisible para el VC en materia de protección del ocupante
en caso de impacto, mientras que los ensayos llevados a cabo en Estados Unidos generalmente
no cuentan con un requerimiento basado en la viscosidad.
Cabe destacar que el desarrollo de criterios de lesión suele basarse en experimentos
llevados a cabo con cadáveres. Sin embargo, las muestras de cadáveres habitualmente no
presentan lesiones en los tejidos blandos. Las fracturas costales y otras lesiones en los tejidos
duros, para los cuales el VC puede no ser un buen criterio de predicción, son mucho más
comunes y casi siempre se utilizan para definir el grado de lesión general en los ensayos de
laboratorio.
El criterio de viscosidad en un impacto lateral se mide de la misma forma que en un
impacto frontal, pero en lugar de utilizar la distancia anteroposterior, la distancia usada para la
normalización de la compresión se mide lateralmente. Dependiendo del investigador, la
componente de compresión del VC se normaliza utilizando bien el hemitórax, bien el tórax
completo.
Dado que la velocidad de compresión torácica es típicamente mayor para un ocupante en
el lado impactado durante un impacto lateral que para un ocupante con retención en un impacto
frontal, el VCmax generalmente predice mejor las lesiones en ensayos de impacto lateral que en
ensayos de impacto frontal.
230 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 5. BIOMECÁNICA
Según el criterio de protección del abdomen, la máxima fuerza que puede recibir el
abdomen en un choque lateral, detectada por un conductor filtrado a 600 Hz, no debe superar
2,5 kN (F < 2,5 kN).
El Reglamento número 95 de la Unión Europea sobre prescripciones uniformes relativas
a la homologación de vehículos en lo que concierne a la protección de los ocupantes en caso de
colisión lateral, en su punto 5.2 dedicado a los Criterios de resistencia en el apartado dedicado
a la resistencia abdominal establece que el criterio de comportamiento del abdomen será que
la fuerza máxima sobre el abdomen (APF), debe ser inferior o igual a una fuerza interna de 2,5
kN, o su equivalente en una fuerza externa de 4,5 kN.
Finalmente, existe otro sistema de medición del daño torácico denominado Índice
Torácico Combinado (Combined Thoracic Index, CTI), criterio que utiliza para la evaluación
del daño torácico una combinación del valor del pico de la deceleración y la deflexión máxima
en el pecho, y que tiene en cuenta los efectos combinados de sistemas de retención como
cinturones de seguridad y las aceleraciones sufridas por el ocupante (Morgan, y otros, 1994):
𝐴𝑚𝑎𝑥 𝐷𝑚𝑎𝑥
𝐶𝑇𝐼 = + Ecuación 95
𝐴𝑖𝑛𝑡 𝐷𝑖𝑛𝑡
El valor máximo que puede alcanzar CTI es igual a 1. Diversos autores encontraron
limitaciones a este criterio. Por ejemplo, un estudio demostró que la aceleración medida en la
vértebra torácica T1 era una buena aproximación de la aceleración del centro de gravedad del
torso en dummies pero sólo bajo ciertos sistemas de retención. Se demostró que la compresión
máxima del tórax producía una predicción del riesgo de fractura torácica más precisa que la del
CTI, es decir, el incluir la aceleración en el criterio de lesión torácica es lo que provocaba la
reducción de efectividad del CTI para predecir la ocurrencia de lesión. Por estas razones, el CTI
no se utiliza en la actualidad en la evaluación de sistemas de retención.
Cabe destacar que gran parte de los datos en los que se basa el desarrollo de criterios de
tolerancia de lesión en general, procede de cadáveres humanos. Estos especímenes son
realmente útiles cuando se estudia la tolerancia a la fractura en los huesos. Sin embargo, la
autólisis (muerte celular) post-mortem rápidamente degrada la víscera abdominal. La falta de
circulación en el cadáver también limita el estudio de los impactos en la zona visceral
abdominal. De ahí, que muchos de los estudios sobre el abdomen se basen en experimentos con
modelos de animales para tratar de salvar las limitaciones anteriores. Estos estudios proveen
información útil. No obstante, dichos resultados se encuentran limitados por las diferencias
anatómicas entre modelos humanos y animales que, en muchos casos, son difíciles de
extrapolar.
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 231
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
232 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 5. BIOMECÁNICA
Donde:
– Mc = 225 Nm
– Fc =35,9 kN
Los valores críticos a compresión y flexión se basan en los datos de resistencia aportados
por investigaciones de los años setenta (Yamada, 1970) en las que la máxima fuerza solo podía
alcanzar el valor de 8 kN, con lo cual el TI actuaba como el valor de control del momento
máximo de flexión. Investigaciones posteriores (Nyquist, 1986), indicaban que situar el valor
del momento crítico en 225 Nm era demasiado conservador para un varón 50% percentil. El
momento medio de fractura a flexión para esta clase de varón estaba cercano a 300 Nm. Como
resultado de esto, el Índice de la Tibia adoptado en la regulación europea se incrementó hasta
el valor 1,3.
El Protocolo de Evaluación y Limites Biomecánicos que EuroNCAP aplica en sus crash
test establece los siguientes límites para ocupantes adultos (EuroNCAP, 2019, pág. 8):
– Límite superior de comportamiento:
Índice de la Tibia: 0,4
Compresión de la tibia: 2 kN
– Límite inferior de comportamiento:
Índice de la Tibia: 1,3 (10% de riesgo de fractura)
Compresión de la tibia: 8 kN
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 233
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
A título de ejemplo abajo se expone una tabla con la distribución de lesiones entre el
conductor y el pasajero del asiento delantero (Pedley & Thakore, 2004):
234 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 5. BIOMECÁNICA
Tabla 22: Estudio de implicación de cada región anatómica en función de la situación del ocupante en el
interior del vehículo
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 235
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
Figura 142: Fases de una colisión: a la izquierda la primera fase con aceleraciones contrapuestas a
consecuencia de la fuerza de inercia; a la derecha la segunda fase en la que el cuerpo rebota y comienza a
moverse en la misma dirección que el vehículo.
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CAPÍTULO 5. BIOMECÁNICA
Se puede aceptar que las leyes de la mecánica clásica pueden ser aplicadas a cada masa
separadamente. Un cuerpo humano será modelizado como un conjunto formado por tres partes
principales: cabeza, tórax y pelvis. Las fuerzas que afectan a un cuerpo humano podrían ser
descritas de acuerdo a la Segunda Ley de Newton como:
𝑚 𝑐𝑎𝑏𝑒𝑧𝑎 × 𝑎𝑐𝑎𝑏𝑒𝑧𝑎 = 𝐹𝑐𝑎𝑏𝑒𝑧𝑎
𝑚 𝑡ó𝑟𝑎𝑥 × 𝑎𝑡ó𝑟𝑎𝑥 = 𝐹𝑡ó𝑟𝑎𝑥
𝑚 𝑝𝑒𝑙𝑣𝑖𝑠 × 𝑎𝑝𝑒𝑙𝑣𝑖𝑠 = 𝐹𝑝𝑒𝑙𝑣𝑖𝑠
De nuevo debemos realizar dos simplificaciones a raíz de las que se acepta que:
− La aceleración o deceleración del vehículo no depende de la aceleración o
deceleración de los ocupantes.
− La deformación del vehículo no depende de los ocupantes y sistemas de seguridad.
Se analizará una colisión frontal sencilla en la que el interior del vehículo no ha resultado
deformado y la cantidad global de energía transmitida a los ocupantes es una medida invariable
e igual a la energía cinética existente al inicio de la colisión.
Estas simplificaciones nos permiten analizar, analíticamente, las características de la
deformación del vehículo y las menores aceleraciones/deceleraciones de la cabeza, tórax y
pelvis de los ocupantes durante la colisión. La meta de estos análisis es el establecimiento de
parámetros con los valores más bajos posibles para las aceleraciones o deceleraciones de los
ocupantes utilizando el desplazamiento total hacia delante de los ocupantes.
Es aceptable que las velocidades, aceleraciones y distancias de desplazamiento del
vehículo y ocupantes son función del tiempo:
– Aceleración de vehículo: a fzx (t);
– Velocidad del vehículo: v fzx (t);
– Distancia de desplazamiento del vehículo: s fzx (t);
– Aceleración del ocupante: a Occx (t); (puntos de la línea base de la cabeza, el tórax y
la pelvis)
– Velocidad del ocupante: v Occx (t); (puntos de la línea base de la cabeza, el tórax y
la pelvis)
– Distancia de desplazamiento del ocupante: s Occx (t); (puntos de la línea base de la
cabeza, el tórax y la pelvis)
– El mayor desplazamiento posible del cuerpo: (puntos de la línea base de la cabeza,
el tórax y la pelvis)
En la fase inicial de la colisión los ocupantes se mueven hacia delante a causa de la inercia.
Como el vehículo después de la colisión retrocede, el mayor desplazamiento posible del cuerpo
se reduce.
A partir de lo anterior se puede presentar un modelo matemático para el análisis del
movimiento. Se asume que la aceleración es una medida fija y permanece constante. Los
ocupantes tienen una cierta masa (cabeza, tórax y pelvis) que se desplaza, es decir, que va a
cubrir una cierta distancia:
𝑠 = 𝑠𝑖𝑛𝑡𝑒𝑟𝑖𝑜𝑟 𝑡𝑜𝑡𝑎𝑙 + 𝑠𝑓𝑧 𝑡𝑜𝑟𝑎𝑥 𝑟𝑒𝑏𝑜𝑡𝑒 + 𝑠𝑡𝑜𝑟𝑎𝑥 (𝑇𝑖𝑛𝑖𝑐𝑖𝑜)
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LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
donde:
– 𝑠𝑖𝑛𝑡𝑒𝑟𝑖𝑜𝑟 𝑡𝑜𝑡𝑙 , distancia en el interior del coche desde el tórax del cuerpo hasta el
obstáculo más próximo,
– 𝑠𝑓𝑧 𝑡𝑜𝑟𝑎𝑥 𝑟𝑒𝑏𝑜𝑡𝑒 , distancia, que el vehículo cubre, hasta el momento de la colisión en
el que el tórax golpea a un obstáculo.
– 𝑠𝑡𝑜𝑟𝑎𝑥 (𝑇𝑖𝑛𝑖𝑐𝑖𝑜) , distancia que el tórax cubre en el momento inicial de la colisión.
El tiempo requerido para alcanzar el punto final y la dispersión final de la energía cinética
es igual a:
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CAPÍTULO 5. BIOMECÁNICA
Cada tipología de colisiones de automóviles, -no se tratan aquí otro tipo como atropellos,
colisiones con bicicletas o motocicletas-, tiene una dinámica propia, de acuerdo con la cual los
movimientos e impactos de los ocupantes les producen distintos tipos de lesiones.
Colisión frontal
En una colisión frontal entre dos vehículos, ambos sufren un choque en su parte frontal;
entre un vehículo y un obstáculo fijo, el vehículo sufre un choque frontal (UNE, 1990).
Ahondando un poco más en este concepto, la colisión frontal puede ser definida como el
impacto de un vehículo con otra unidad de tráfico, o con cualquier tipo de objeto, bien con toda
la zona anterior, - colisión completa o estrictamente frontal-, o bien con una zona parcial, -tipo
colisión parcial, desplazada, -offset- o angular-.
En esta colisión se reduce la velocidad de las unidades de tráfico implicadas, lo que sirve
de base para determinar el comportamiento y magnitud de las aceleraciones y el cambio de
velocidad, -Delta V o ΔV-, que soportarán sus ocupantes. Este parámetro denominado
variación, cambio o incremento de la velocidad, o simplemente delta V, ya ha sido definido.
En las colisiones frontales que se producen en los experimentos de colisión (crash test),
se determina que la distancia de detención de un vehículo tipo a una velocidad de impacto de
50 km/h, contra una barrera indeformable, es de unos 60 cm. Se ha determinado, como regla
general, que por cada 2’5 cm de deformación de la estructura se calcula un aumento en la Delta-
V de 1,6 km/h por término medio. En el caso de una colisión a 50 km/h se estima que el valor
de la deceleración alcanza unos 15 g’s, y en la práctica real ese valor se encuentra en un rango
que oscila entre 18 a 28g’s.
Teniendo en cuenta la posición del conductor se puede afirmar que en una colisión
frontal, y con el diseño actual de los vehículos, su impacto con las distintas estructuras del
habitáculo sería secuencial, de tal forma que el primer contacto lo sufriría en las rodillas, con
una velocidad pequeña. Esa velocidad aumentará según vaya aumentando el tiempo del impacto
y la distancia entre la zona del organismo y la estructura con la que impactará, así tendríamos
como conclusión que el impacto del tórax y la cabeza contra el volante y la zona del parasol,
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LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
respectivamente, serían las que contemplaran unas velocidades más altas en comparación con
otras zonas del organismo.
Siguiendo con el ejemplo de la colisión frontal a una velocidad de 50 km/h, y sin que el
conductor hiciera uso del cinturón de seguridad, observaríamos como su cabeza, que impactaría
contra el parabrisas proyectándose a través del mismo hacia fuera unos 15 cm, sufriría una
deceleración media de 60 g’s con un pico máximo de unos 90 g’s. Si el choque fuera contra el
marco del parabrisas o contra el pilar delantero, menos deformable, su distancia de deformación
sería de unos 2 cm y provocaría una aceleración sobre la cabeza de unos 500 g’s.
Si los ocupantes de los vehículos que colisionan no hacen uso del cinturón de seguridad,
seguirán su trayectoria hasta que impacten contra algún obstáculo que frene su desplazamiento,
-salpicadero, parabrisas, volante en el caso de los ocupantes delanteros y respaldos de los
asientos anteriores en los ocupantes de la zona posterior-, o saldrán proyectados hacia el exterior
del vehículo dependiendo de la fuerza del impacto, e incluso, en niños, se puede dar el caso que
impacten contra el parabrisas como consecuencia de rebasar los respaldos de las plazas
anteriores.
El desplazamiento sufrido por los ocupantes, haciendo uso del cinturón de seguridad,
puede desarrollarse de modo general bajo dos formas muy distintas: en primer lugar, hacia
delante y arriba; y en segundo lugar, hacia abajo y por debajo.
5.1.1 Proyección hacia delante y arriba
El conductor sufre un desplazamiento hacia arriba y por encima del volante, al tender el
cuerpo a proyectarse en una dirección oblicua y hacia la parte superior del habitáculo. La cabeza
por efecto de la inercia, llega a impactar con el parabrisas, el marco de alrededor, pilar delantero,
volante y espejo retrovisor. La columna cervical absorbe la energía y dependiendo de la
posición del cuello se pueden producir lesiones cervicales de diverso tipo, que condicionan
lesiones inestables de columna o lesiones medulares altas.
Como consecuencia de la evolución normal de esta tipología de siniestros viales, el
conductor o los ocupantes pueden sufrir el siguiente cuadro de lesiones, el cual dependerá
igualmente de la velocidad de impacto y de las aceleraciones desarrolladas en la fase del
siniestro:
– Traumatismo craneoencefálico.
– Fractura costal, pudiendo desarrollar hemorragia como consecuencia de que un
hueso pueda determinar la laceración de la artería costal.
– Traumatismo torácico (externo, frontal, lateral o posterior, pudiendo determinar a
su vez:
• Contusión del miocardio.
• Neumotórax.
• Lesiones de grandes vasos sanguíneos.
– Lesiones abdominales debidas al impacto del volante, penetración de objetos, o
aceleraciones de los órganos.
También puede desarrollarse la denominada lesión de la bolsa de papel. En este tipo de
lesiones, el conductor como mecanismo reflejo defensivo, anticipándose al siniestro, haciendo
una inspiración profunda, guarda el aire, y al recibir el impacto puede provocar el estallido de
los pulmones en la ausencia de una fractura costal.
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CAPÍTULO 5. BIOMECÁNICA
De esta forma, Alonso señala las siguientes lesiones como prototípicas de la colisión
frontal:
– Traumatismo craneoencefálico por impacto contra el parabrisas o volante. La
extremidad cefálica destaca por el hecho de que constituye una gran concentración
de vísceras con un destino sensorial y una encrucijada aerodigestiva.
– Fractura-luxación de cadera, por impacto del salpicadero sobre la rodilla cuando
ésta se encuentra flexionada, aproximadamente en 90º.
– Traumatismo torácico por impacto de la parrilla costal contra el volante, con la
consiguiente repercusión visceral.
5.1.2 El efecto submarino
El conductor sufre un desplazamiento hacia abajo y por debajo del volante, denominado
efecto submarino o, simplemente inmersión, a lo largo del cual se produce un impacto inicial
de las rodillas contra el salpicadero. Esta inmersión es un proceso en el que el cinturón de
seguridad desliza por encima y hacia afuera de la zona anterior superior iliaca, y se traduce en
lesiones en el abdomen y la columna. En la imagen inferior puede observarse esta evolución
con especial detalle de la cadera del ocupante.
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LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
Colisión trasera
En la colisión trasera entre dos vehículos, uno de ellos sufre un choque trasero y el otro
un choque frontal, tal y como puede observarse en la Figura 146:
En un choque por alcance, el vehículo impactante transfiere al que está detenido una
energía en forma de movimiento de aceleración. El cambio de velocidad Delta-V que
experimenta el vehículo impactado no es igual la aceleración que sufre el vehículo y ni la que
se le transmite al ocupante.
Atendiendo ahora a la biodinámica de traumatismo por latigazo cervical, aún para
colisiones a baja velocidad, aquellas que se producen a velocidades inferiores a 16 km/hora, las
aceleraciones máximas actuantes con ocasión del impacto son ya considerables, tanto que un
Delta V de 7,8 km/h imprime una aceleración de 4,3 g´s en la fase de extensión del cuello.
A medidados del siglo pasado se demostró que en una colisión por alcance a 32 km/h, la
cabeza del maniquí, que hace de conductor del vehículo golpeado, sufre una aceleración hacia
delante de 11,4 g´s. Un sujeto humano en una colisión a 16 km/h observa un impacto en su
cabeza de un cuarto de la que sufre un maniquí. Luego, en consecuencia, la cabeza humana es
violentamente hiperextendida y se acelerada sobre 3 g´s. Severy, en estudios posteriores, puso
de manifiesto que la velocidad del ocupante es mayor que la del vehículo; a una velocidad de
12,8 km/h la aceleración del ocupante era de 2´5 veces la del vehículo; otros investigadores han
demostrado que puede llegar a ser unas cinco veces mayor. En colisiones entre 3 g´s y 10 g´s los
ligamentos cervicales experimentan elongaciones por encima de la tolerancia fisiológica. Una
velocidad de impacto de 32 km/h le puede transmitir a la cabeza una aceleración máxima de
hasta 12 g´s durante la extensión del cuello (Severy, Mathewson, & Bechtol, 1955).
La tolerancia de un adulto sujeto al sillón a una aceleración hacia delante es alta, 45 g´s
para un intervalo de 0,1 s, aunque experiencias de la Fuerza Aérea Estadounidense demuestran
que no existen problemas de salud para personas sometidas a 82,6 g´s medidas en el pecho.
Esta colisión presenta un tipo diferente de desarrollo biomecánico al expuesto en el
apartado anterior. Suele ocurrir cuando un vehículo está detenido y sufre un impacto por detrás
por otro vehículo, o bien circulando el vehículo es golpeado por otra unidad de tráfico que,
circulando a mayor velocidad, le alcanza en la parte posterior. El cuerpo tiende a dirigirse hacia
delante por transmisión de la energía del vehículo incidente a los ocupantes del vehículo
alcanzado. El tórax es acelerado hacia delante junto con el respaldo del asiento, sin embargo,
la cabeza retarda este movimiento respecto al tronco, porque no es acelerada con la misma
magnitud que el resto del cuerpo, produciéndose de esta forma una hiperextensión hacia atrás
en el supuesto que el reposacabezas no haya sido elevado adecuadamente. Este mecanismo
lesional es conocido como latigazo cervical.
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CAPÍTULO 5. BIOMECÁNICA
La Figura 147 muestra el desarrollo de una colisión por alcance trasero y en ella se puede
observar, esquemáticamente, el movimiento conjugado cabeza–cuello en diferentes instantes.
De este modo, se tendría:
– La postura inicial del conjunto cabeza–cuello.
– La retracción máxima entre los segmentos cabeza–cuello.
– La velocidad angular máxima es hacia delante–atrás.
– La hiperextensión.
Las vertebras C5-C6, C6-C7 y C7-D1 son las que se ven sometidas a una especial tensión,
con variaciones según el grado de aceleración a la que se ve sometida la cabeza.
Colisión lateral
En una colisión lateral entre dos vehículos, uno de ellos sufre un impacto lateral mientras
que el otro presenta un impacto frontal (UNE, 1990). En este tipo de colisiones los ocupantes
sufren una aceleración que le aleja del punto de impacto. Se trata en realidad, de una aceleración
como oposición a la deceleración.
Figura 148: Crash test de impacto lateral y simulación del mismo, teniendo en cuenta el movimiento que sufre
el maniquí durante este tipo de colisiones.
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CAPÍTULO 5. BIOMECÁNICA
– Lesiones torácicas
El impacto del ocupante con la puerta del vehículo puede causar fractura de clavícula,
costillas, o contusión torácica, alcanzando a la caja torácica y a su contenido. Cuando la
intrusión provoca un contacto con la parrilla costal, que es muy vulnerable en estos impactos,
se pueden producir lesiones a nivel del tórax óseo e incluso en las vísceras intratorácicas. Las
lesiones costales, en ocasiones, se asocian a otras producidas en el estómago, hígado, bazo,
diafragma.
Una lesión que se puede presentar con ocasión del impacto lateral es el desgarro de la
arteria aorta. Este tipo de heridas está provocada por la desaceleración brusca durante el choque,
y se debe al movimiento del sujeto y de sus órganos internos, especialmente el corazón, al que
está fijada la aorta. El ocupante que ocupa el asiento próximo al lado donde se produce el
impacto tiene casi 15 veces más probabilidad de sufrir este tipo de lesión que los ocupantes que
lo hacen en el lado contrario. De igual forma, cuando el choque es lateral el riesgo de que se
presente este cuadro es 18 veces mayor que cuando el impacto es frontal o posterior.
– Lesiones vertebrales
Cualquier segmento del raquis puede resultar afectado, aunque es el cuello el que está
particularmente expuesto a causa de los mecanismos de aceleración/deceleración que tienen
lugar en el curso de este tipo de impactos, en donde además de las fuerzas actuantes en sentido
flexo-extensor, se imprimen igualmente importantes movimientos de torsión sobre el eje del
raquis, y en general sobre los tres ejes del espacio, lo que puede dar lugar a daños importantes
sobre la estructura anatómica afectada durante el choque, dada la tolerancia limitada de estas
partes anatómicas.
No obstante, es la columna cervical la que está sujeta a un mayor daño potencial,
pudiéndose producir lesiones que en general son más graves y distintas que en el caso del
impacto posterior.
– Lesiones abdominales
En las lesiones abdominales y en las producidas en las vísceras contenidas en esta
cavidad, -por ejemplo, lesiones en hígado, bazo, intestino, o renales-, toma un papel importante
el mecanismo de cavitación, al margen de que puedan se lesionadas por el efecto de un impacto
directo.
– Lesiones pélvicas
Según Ramet y Vallet, las fracturas de las palas ilíacas o de las ramas de la pelvis están
muy ligadas a los choques laterales, ya que la intrusión de la superficie lateral al impactar contra
la cadera del ocupante situado en ese lado, ocasiona una compresión con fractura, ya en el punto
de apoyo en la pala ilíaca o a distancia, a nivel de los puntos débiles, ramas ilíacas e
isquiopubianas. A su vez las lesiones pélvicas, en la separación de sus fragmentos pueden
causar daños en recto, vejiga y uretra. Las lesiones referidas han tomarse en especial
consideración en el caso de las mujeres ante un eventual embarazo.
– Lesiones en los miembros inferiores.
En el caso del choque lateral violento, se ven especialmente favorecidas dado el reducido
espacio del habitáculo a nivel de los pies. La amplitud de la deformación provoca que las
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CAPÍTULO 5. BIOMECÁNICA
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LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
Traumatismo craneoencefálico
La cabeza se ha considerado, tradicionalmente, la parte más crítica a proteger del cuerpo
en caso de colisión, debido a la general irreversibilidad de las lesiones que afectan al cerebro.
Entre el cráneo y la cara suman un porcentaje superior a la mitad de las lesiones que se causan
en todos los diferentes tipos de siniestros de tráfico.
6.1.1 Anatomía básica de la cabeza
El craneoencéfalo está formado por un estuche que protege unas vísceras que realizan
funciones importantes y vitales, además, de muy frágiles y sensibles a los traumatismos. Este
estuche tiene unas partes blandas, que son el cuero cabelludo y las cubiertas periósticas,
rodeando el cráneo, que es la parte dura, ósea y más protectora del contenido craneal, con una
forma pseudoesférica, cimentada sobre unos pilares o arbotantes, con base en regiones
temporales y mastoides y otro desde delante hacia atrás por línea media. La superficie interna
del cráneo o estuche óseo es lisa, excepto en la base, donde es rugosa y en algunos casos
cortante. El contenido craneal está formado por el cerebro o sesos, bañado en líquido
cefalorraquídeo (LCR) y cubierto por las meninges. El cerebro tiene morfología que se adapta
a la morfología de ese estuche craneal.
Figura 149: Representación de la cabeza humana con la vista de una sección transversal
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CAPÍTULO 5. BIOMECÁNICA
fuerte alrededor de él. El cráneo está compuesto de ocho huesos que forman una
estructura cerrada, a modo de cúpula arquitectónica, a los que hay que añadir los
catorce huesos que conforman la cara y los dientes. La cámara está formada por los
siguientes huesos: etmoides. esfenoides, frontal, dos temporales, dos parietales, y
un occipital.
– Meninges. Tres membranas denominadas meninges protegen y soportan el cerebro
y la médula espinal. Una de las funciones de las meninges es separar el cerebro y la
médula espinal de los huesos que los rodean. Están formadas por tejido conectivo,
y forman parte de un conjunto de vasos sanguíneos y una funda de nervios. Cada
una de las meninges se denomina: duramadre, aracnoide y piamadre.
– Fluído cerebrospinal (cerebrospinal fluid, CSF). El espacio entre meninges y los
ventrículos del cerebro están rellenos con un fluido incoloro que aporta algunos
nutrientes al cerebro y sirve de amortiguador hidráulico al cerebro frente a todo tipo
de impactos. Cerca de unos 140 ml de CSF circulan constantemente alrededor de
toda la superficie exterior del cerebro sirviendo de tope y ayudando a soportar el
peso del cerebro.
– Sistema nervioso central, (central nervous system, CNS). Macroscópicamente, el
CNS está formado por el cerebro y la médula espinal, y microscópicamente, es una
gran red de neuronas y tejidos conectivos que varían en su color y función principal.
La materia gris está compuesta principalmente por cuerpos celulares nerviosos
concentrados en la superficie y el interior del cerebro, mientras que la materia
blanca está compuesta por células nerviosas que conectan unas partes del CNS con
otras. La densidad de una y otra materia es diferente.
– El cerebro. El cerebro se encuentra morfológicamente dividido en dos hemisferios
y se adapta perfectamente a la cavidad craneal. Es una masa de tejido gris-rosáceo
que se estima está compuesta por unos 100.000 millones de células nerviosas o
neuronas. La longitud media del cerebro es 165 mm (6,5 in), y tiene un diámetro
transversal de 140 mm (5,5 in). A causa de las diferencias de tamaño, su peso medio
es de 1,36 kg (3 lb) para un varón y un poco menos para una mujer. El cerebro
constituye el 98% del peso del CNS y el cerebro de un adulto supone un 2% del
peso total del cuerpo. El cerebro puede dividirse estructural y funcionalmente en
cinco partes: cerebrum, cerebelo (cerebellum), cerebro medio o mesencéfalo
(midbrain), protuberancia o puente de Varolio (pons), y bulbo raquídeo o médula
oblongada (medulla oblongata). Además, tiene cuatro ventrículos, tres membranas,
dos glándulas, doce pares de nervios craneales y un gran número de arterias y venas.
El cerebelo resulta esencial para coordinar los movimientos del cuerpo. Es un centro
reflejo que actúa en la coordinación y el mantenimiento del equilibrio. El tono del
músculo voluntario, como el relacionado con la postura y con el equilibrio, también
es controlado por esta parte del encéfalo. Así, toda actividad motora, desde jugar al
fútbol hasta tocar el violín, depende del cerebelo. La médula coordina actividades
como los latidos del corazón, la respiración y la masticación sin que tengamos que
pensar en ellas. Contiene muchas neuronas que se conectan con la médula espinal
y por lo tanto con el resto del cuerpo.
– Médula espinal. Significa el 2% del peso del Sistema Nervioso Central (SNC) y
tiene una longitud media de 45 cm. En la médula espinal tienen su origen 31 pares
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CAPÍTULO 5. BIOMECÁNICA
Cada vértebra está formada por una parte anterior o cuerpo, y un anillo posterior por
donde pasan la médula espinal y las raíces nerviosas. El punto donde las vértebras se unen una
con la otra son los procesos articulares, los cuales hacen posible que la columna se mueva en
distintas direcciones. Las vértebras se encuentran unidas juntas por el tejido blando,
anteriormente por los ligamentos y los discos intervertebrales y posteriormente por ligamentos
y por unas cápsulas de unión.
Entre los cuerpos vertebrales se encuentran los discos intervertebrales, que unen un
cuerpo vertebral con otro, y cuya función es absorber las fuerzas que se aplican sobre la
columna. Si observamos un disco intervertebral en un corte transversal, vemos que está
constituido por dos partes, el anillo fibroso que es la parte más externa y fuerte, y que conectan
un cuerpo vertebral con otro; y el núcleo pulposo de consistencia elástica y que es responsable
de absorber las fuerzas que se ejercen sobre la columna.
La anatomía y la función del disco se ven afectadas por la edad. La degeneración del disco
comienza a una edad muy temprana, tan solo a los 25 años. El sistema de engranaje de las
vértebras le proporciona a la columna su flexibilidad, especialmente en el movimiento hacia
delante, a la vez que le sirve de limitador del movimiento en la rotación hacia atrás. Las
superficies de unión de las vértebras están dotadas con un cartílago articular y son lubricadas
por el líquido sinovial. Hay tres ligamentos vertebrales que se encuentran a lo largo de la
longitud completa de la columna, pero ésta se mantiene en la postura erecta por la musculatura
esquelética.
La médula espinal corre a través de un túnel formado por los elementos posteriores de
cada vértebra, este túnel es llamado canal espinal. Las raíces nerviosas salen de la médula
espinal y emergen a través de una apertura lateral formada por vértebras adyacentes llamada
foramen.
6.2.2 Tipología lesional en la columna vertebral
La mayoría de los autores distinguen entre las lesiones que afectan únicamente a la
columna cervical y aquellas otras que afectan a la columna vertebral, en general. Ahondemos
más en esta clasificación bimembre:
– Lesiones en la Columna Cervical.
En primer lugar tenemos aquellas lesiones que se producen por impacto directo sobre la
cabeza, en los que la fuerza es transmitida directamente a la región cervical.
Por otro lado, existen una serie de mecanismos que producen lesiones debidas a
movimientos de flexión o extensión forzada sin impacto directo sobre la cabeza:
• Lesiones por hiperflexión.
• Lesiones por hiperextensión.
• Lesiones por hiperflexión e hiperextensión.
El esguince cervical es un tipo de lesión cuyo mecanismo de producción es el denominado
“latigazo cervical” que son los movimientos realizados por el cuello tras un golpe posterior con
hiperextensión y posterior hiperflexión de la columna cervical. Es decir, como consecuencia
del impacto por alcance sufrido por el vehículo, la inercia provoca el movimiento hacia adelante
del tronco de los ocupantes del vehículo colisionado, pues es el segmento corporal libre que
más masa posee, mientras que la cabeza mantiene su posición; posteriormente, la cabeza sigue
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CAPÍTULO 5. BIOMECÁNICA
A continuación se desarrollan las principales partes y órganos que componen esta región
anatómica:
– Parrilla costal. Tiene una estructura de jaula compuesta por las doce vértebras
torácicas, el esternón y los doce pares de costillas. El esternón está constituido por
tres partes, el manubrio o mango, el cuerpo y el proceso xifoideo o apófisis xifoides,
unidas entre sí por cerradas articulaciones. Las costillas son huesos curvos y planos
que configuran la mayor parte de la caja torácica Existen tres tipos de costillas: en
primer lugar, las costillas verdaderas (vertebrocostales) que son las siete primeras,
así denominadas porque se insertan directamente en el esternón a través de sus
propios cartílagos costales; en segundo lugar, las costillas falsas
(vertebrocondrales) las que ocupan los lugares 8ª, 9ª y 10ª, en este caso los
cartílagos se unen a la costilla inmediatamente superior; por eso, su conexión con
el esternón es indirecta; y finalmente, las costillas flotantes (vertebrales, libres) que
ocupan los lugares 11ª y 12ª, en este caso los cartílagos rudimentarios de estas
costillas no se unen ni siquiera de forma indirecta con el esternón, ya que terminan
en la musculatura abdominal posterior, por tanto no entran a formar parte de la
pared anterolateral de la caja torácica. Los cartílagos costales prolongan las costillas
en sentido anterior y contribuyen a la elasticidad de la pared torácica. Las costillas
cubren algunos de los órganos de la parte superior abdominal. El diafragma, un
músculo fino con forma de esfera, es el límite de la cavidad torácica separando los
contenidos torácicos y los abdominales. De esta forma quedan protegidos, en
diferentes grados, el hígado, el estómago, el bazo, el páncreas y los riñones.
– Corazón. El corazón es un órgano muscular hueco subdividido en cuatro cavidades,
dos atrios (aurículas) derecho e izquierdo y dos ventrículos, derecho e izquierdo,
separados por sus respectivos tabiques o septum. El espacio entre el saco pleural
derecho e izquierdo es denominado mediastino. Esta encajado en dos sacos en
capas, el pericardio, la capa interior que guarda toda la continuidad a lo largo de la
superficie del corazón. Las dos capas del saco están completamente separadas y así
forman el espacio del pericardio. Su tamaño corresponde al de un puño y su peso
en el adulto viene a ser unos 5 gramos por kilo de peso, aunque varía bajo la
influencia de diversas circunstancias tales como la edad, así en el recién nacido es
proporcionalmente mayor que en el adulto, 7 gramos por kilo de peso, después va
disminuyendo proporcionalmente hasta alcanzar aproximadamente a la edad de 5
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CAPÍTULO 5. BIOMECÁNICA
frecuentes y tenían más pronta recuperación que los que aparecían en aquellos siniestros en los
que no se portaba el cinturón
Se pueden reducir las lesiones torácicas a las más corrientes en los siniestros viales
(Rodriguez Jouvencel, 2000):
– Contusión torácica.
– Compresión torácica.
– Fractura de costillas.
– Fractura de esternón.
Las funciones de esta zona orgánica, también son muy importantes por lo que su
alteración puede costar la vida, ya que con el tórax se respira y se mantiene la circulación, estas
funciones se pueden deteriorar por las lesiones siguientes:
– Neumotórax.
– Hemotórax.
– Hemoneumotórax.
– Contusión torácica.
– Fracturas costales.
La aparición de lesiones neurológicas concomitantes con alteraciones de tórax,
promueven una deficiencia respiratoria y por tanto de aporte de oxígeno al cerebro que perpetúa
y agrava la lesión neurológica.
La disposición de estos órganos hace que el pulmón "envuelva" a otras estructuras
actuando como colchón de protección frente a las desaceleraciones, aunque no puede evitar los
desgarros sufridos por los grandes vasos como la aorta, que provoca la mayor causa de muerte
por lesión torácica.
Otras lesiones torácicas que en muchas ocasiones pasan desapercibidas y que se
diagnostican cuando la vida se encuentra en franco peligro son las que se denominan lesiones
torácicas cerradas, la peor diagnosticada es el desgarro cardíaco que provoca entre el 10 al 15%
de las muertes y que pasa en muchas ocasiones desapercibidas, la rotura aórtica se realiza la
mayoría de las ocasiones en la zona del istmo a unos 2,5 cm distales a la aparición de la arteria
subclavia y también provoca un cuadro de hipovolemia de muy mal pronóstico.
Lesiones abdominales
El abdomen es un compartimiento cerrado por el peritoneo, que tiene en su interior una
gran cantidad de vísceras, tanto macizas como huecas, que a su vez tienen distintos fluidos en
su contenido. Estas especiales características confieren a las lesiones que presenta esta región
anatómica un especial interés.
6.4.1 Anatomía básica del abdomen
La definición clásica del abdomen incluye todos los órganos y vísceras que se encuentran
por debajo del diafragma, por encima de la cintura pelviana y rodeada por el peritoneo.
La cavidad abdominal es el espacio situado en el tronco, por debajo del diafragma,
ocupado totalmente por los órganos abdominales. El diafragma forma su pared superior y la
separa de la cavidad torácica. La pared anterior está constituida por las expansiones tendinosas
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 259
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
de los tres músculos anchos del abdomen y por los rectos abdominales. En la composición de
las paredes laterales entran las porciones musculares de los tres músculos anchos del abdomen.
La pared posterior está compuesta por la porción lumbosacra de la columna vertebral, el
músculo psoas mayor y el músculo cuadrado lumbar. La pared inferior la forman los coxales y
el diafragma pelviano. En su mitad superior, la cavidad abdominal está sostenida por detrás por
el raquis dorso lumbar y cerrada por delante por el cuadro óseo que constituye el reborde
inferior de la parrilla costal. En su mitad inferior, la pelvis ósea está constituida por los dos
huesos iliacos y el sacro. Finalmente, la cavidad abdominopelviana está cerrada por músculos
y aponeurosis.
El peritoneo constituye un saco seroso cerrado que sólo en las mujeres se comunica con
el medio exterior a través del pequeño orificio de las tubas uterinas. Como todo saco seroso, el
peritoneo consta de dos láminas: la parietal, el peritoneo parietal y la visceral, peritoneo
visceral. La primera tapiza las paredes abdominales y la segunda envuelve las vísceras
formando su cubierta serosa, en una extensión mayor o menor. Ambas láminas están
íntimamente aplicadas una a la otra, quedando entre las mismas, estando la cavidad abdominal
cerrada, una pequeña hendidura denominada cavidad abdominal que contiene una pequeña
cantidad de líquido seroso que lubrica la superficie de los órganos facilitando, de esta suerte, el
deslizamiento de cada uno en las proximidades de los órganos vecinos. Al penetrar el aire
durante las intervenciones quirúrgicas, por ejemplo, las dos láminas se separan y entonces la
cavidad más o menos voluminosa. El peritoneo parietal tapiza por dentro, en forma continua,
las paredes anterior y lateral del abdomen, extendiéndose después por la cara inferior del
diafragma y por la pared abdominal posterior. Aquí, se encuentra con las vísceras y,
replegándose sobre estas últimas, continúa directamente en el peritoneo visceral que envuelve
a las mismas.
Los principales órganos sólidos son el hígado, el bazo, los riñones y el páncreas, mientras
que los principales órganos huecos son el estómago, el intestino delgado y el intestino grueso.
Las otras estructuras que conforman el abdomen son los músculos, los vasos sanguíneos y la
piel.
– Hígado y vesícula biliar: El hígado está situado en la parte derecha del abdomen,
sobrepasa la línea media para avanzar hacia la izquierda por delante del esófago
abdominal. Está formado por dos lóbulos principales: derecho e izquierdo, y pesa
por término medio 1500 g (3,3 lbs) en el varón y 1,3 kg (2,9 lbs) en la mujer.
260 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 5. BIOMECÁNICA
Presenta dos caras, una superior y otra inferior. El borde anterior aflora a nivel del
límite inferior de la parrilla costal. El hígado recibe sangre de la arteria hepática y
de la vena porta procedente del intestino. Drena hacia la vena cava inferior por las
venas suprahepáticas. Esta soportado por cinco ligamentos que se soportan en el
diagrama.
– Páncreas: El páncreas es una glándula de secreción tanto externa, porque contribuye
a la digestión, como interna, ya que asegura esencialmente la glucorregulación. Es
alargado transversalmente, situado por delante de la columna vertebral. Es oblicuo
hacia arriba y a la izquierda. Mide aproximadamente 18 cm de longitud y pesa sobre
90 g. Comprende, de derecha a izquierda, cuatro porciones: la cabeza, el istmo, el
cuerpo y la cola.
– Bazo: El bazo es una glándula vascular sanguínea, desarrollada en la extremidad de
la arteria esplénica y drenada por la vena esplénica. Se halla profundamente situado
bajo la cúpula izquierda del diafragma, por entero bajo las costillas. Pesa alrededor
de 200 g y se proyecta sobre la pared siguiendo una superficie elíptica cuyo eje
mayor corresponde a la décima costilla; verticalmente, se extiende, desde el borde
inferior de la octava costilla hasta el borde inferior de la oncena. Presenta tres caras
y tres bordes, siendo el borde anterior característicamente dentado. El bazo,
envuelto por el peritoneo, es móvil.
– Estómago: Es una bolsa muscular lisa, en forma de J, que se extiende desde el
cardias hasta el píloro y ocupa la mayor parte de la cavidad subfrénica izquierda del
abdomen. Está constituido por dos partes, una vertical, situada a la izquierda de la
columna vertebral y otra horizontal, más pequeña, acodada sobre la primera en
ángulo recto, que pasa a la derecha de la línea media. La porción vertical comprende
por arriba la gran tuberosidad o cámara de aire subdiafragmática y por abajo el
cuerpo del estómago. La porción horizontal termina con el antro prepilórico. El
estómago tiene dos caras, anterior y posterior, y dos bordes: la curvatura menor y
la curvatura mayor. El píloro mira hacia abajo, hacia atrás y hacia la derecha,
constituido por un potente esfínter, está situado al lado derecho de la primera
vértebra lumbar. La pared del estómago está constituida por tres túnicas: el
peritoneo, la muscular con tres capas de afuera a dentro, −longitudinal, circular y
oblicua−, y finalmente la mucosa.
– Intestino delgado: El intestino delgado comienza en el píloro y termina en el colon
derecho por un orificio esfinteriano. De una longitud de 5-9 m en el cadáver, más
corto en el sujeto viviente. Tiene un calibre de 2-3 cm. Comprende de arriba abajo
tres partes: el duodeno, el yeyuno y el íleon. A excepción de la parte inicial, la
irrigación arterial del duodeno está asegurada por la arteria mesentérica superior;
las venas son tributarias del sistema porta.
– Intestino grueso: El colon describe un marco que encuadra el abdomen y está
formado por cinco porciones: colon ascendente, colon transverso, colon
descendente, colon sigmoideo y el recto. El colon está recubierto parcialmente o en
su totalidad, según esté pegado totalmente o no, por una hoja peritoneal. La capa
muscular externa se halla repartida en tres cintillas longitudinales; la capa interna
es circular. La mucosa es prácticamente idéntica a la del intestino delgado. El recto
es la porción terminal fija del colon.
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 261
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
– Los riñones. Están localizados en la parte dorsal del abdomen, uno a cada lado de
la columna vertebral, posterior al peritoneo y rodeado de una masa de gras y tejido
conectivo. El riñón derecho es generalmente más ligero y más bajo que el izquierdo
debido al tamaño del hígado en ese lado. El riñón es elipsoide en forma, y los tres
diámetros son aproximadamente 115, 65, y 25 mm (4,5, 2,6, y 1,0 in). Su peso
varía desde los 130 a los 150 g y no se encuentra soportado por una estructura
ligamentosa. Los riñones forman estrictamente parte del sistema urogenital y están
fuera del peritoneo. Sin embargo, a los efectos del estudio biomecánico de las
colisiones, son órganos importantes en la cavidad abdominal. Como el hígado y el
bazo, son considerados órganos sólidos, en oposición al estómago y los intestinos,
que no lo son.
6.4.2 Tipología lesional en el abdomen
Las lesiones abdominales se pueden clasificar en dos grupos principales: en primer lugar
tenemos las lesiones de vísceras huecas y vasculares, y en segundo lugar, las lesiones de las
vísceras macizas.
Las lesiones abdominales que aparecen en este tipo de siniestros son variables. El
abdomen se comporta como una cámara elástica que contiene diferentes órganos bañados en
líquido peritoneal, esto provoca que se comporte según el Principio de Pascal, de tal forma que
una presión ejercida sobre cualquier zona se difunda con igual intensidad en este caso por el
resto de la cavidad, aplicándose a todas las vísceras, pudiendo sufrir así las secuelas.
Determinados órganos abdominales son grandes y se encuentra llenos de sangre como el
hígado y el bazo sin estructuras rígidas que los mantengan, lo que les hace extremadamente
delicados, siendo órganos diana en el caso de la valoración abdominal a este tipo de pacientes.
También diferentes órganos huecos como el estómago, con cámara de aire, o los músculos
abdominales pueden amortiguar algo los impactos. El abdomen se considera la tercera zona
más dañada en los siniestros de tráfico.
En cuanto a la variación de las lesiones según se utilice el cinturón o no, en Australia se
realizó un estudio sobre las lesiones abdominales aparecidas en siniestros con víctimas sujetas
y sin cinturón, en los que portaban cinturón, se diagnosticaron mayor número de roturas
diafragmáticas que en los otros casos, posiblemente debido a la mala colocación de los
cinturones en su banda abdominal y la distribución de la presión del golpe por todo el abdomen.
También se observó mayor número de lesiones en mujeres, obesos y personas de talla baja, en
los últimos dos casos por distribución y propagación del golpe y por mala colocación de la
banda abdominal.
Las lesiones que se derivan del cinturón de seguridad son pocas, desde la aparición del
cinturón de “tres puntos de anclaje”, a diferencia del “cinturón abdominal” o el de tipo “banda
cruzada”, la mortalidad en los siniestros de tráfico ha disminuido. La Universidad de
Yokohama, observó esta diferencia en choques frontales, pudiendo demostrar un aumento en
la gravedad de las lesiones de los no portadores de cinturón de seguridad.
El choque de carga que soporta el cinturón de seguridad puede multiplicar entre 20 a 50
veces el peso del organismo, la única zona orgánica capaz de soportar estas tensiones es la
pelvis, por lo que la colocación de la banda abdominal de los cinturones debe colocarse pasando
entre las espinas ilíacas antero–superiores para ser efectivo. En las embarazadas esta banda debe
colocarse en la raíz de los muslos para evitar desgarros y traumatismos uterinos y fetales.
262 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 5. BIOMECÁNICA
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 263
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
Es parte del esqueleto apendicular, tiene un total de 31 huesos en cada miembro inferior,
lo cual hace un total de 62 huesos, se dividen por regiones, de arriba abajo:
– Pelvis: la cadera o cintura pélvica está formada por un solo hueso llamado hueso
coxal, como también hueso ilíaco o innominado. Es un hueso par, asimétrico, en
forma de cuadrilátero; se articula por delante con el homónimo del lado opuesto a
través del pubis y que circunscribe junto con el hueso sacro, con el que se articula
por detrás, la llamada cavidad pelviana; presenta para su estudio en tres porciones:
Íleon: o parte superior, es la porción más grande y forma la llamada cresta ilíaca.
Pubis: o parte central y anterior que sirve para la articulación con el hueso
contralateral y que además contribuye a formar el agujero isquio-pubiano. Isquion:
o parte inferior y que también contribuye a la formación del agujero isquio-pubiano.
En la cara externa de este hueso aproximadamente en el punto de unión de las tres
porciones, se puede observar una superficie articular en forma de cavidad llamada
cavidad cotiloidea y que le sirve para unirse al fémur. En la superficie interna de la
cavidad pelviana, podemos observar un orificio grande que se divide en dos
estrechos, superior e inferior, el primero de estos estrechos se divide a su vez en
pelvis mayor y pelvis menor.
– Muslo. El muslo tiene forma de cono truncado invertido. Los músculos del muslo
están rodeados por una capa circular de grasa y piel. El fémur: hueso par largo,
dirigido oblicuamente de arriba abajo y de afuera adentro, incurvado en arco de
concavidad posterior, ligeramente torcido alrededor de su eje. En términos de
respuesta a los impactos, el fémur es de un interés primario porque es el que soporta
una mayor carga.
– Rótula o rodilla: hueso corto asimétrico aplanado de delante atrás de tipo
sesamoideo, pero de carácter constante, más ancho por arriba que por debajo;
triangular de base superior, se ubica en el tendón del músculo cuádriceps, es par y
presenta una cara posterior articular con la tróclea femoral y una cara externa que
le da un aspecto de eminencia a la región de la rodilla.
– Pierna. Es una parte aproximadamente cilíndrica en su forma, con el diámetro de
su parte inferior menor que el de su parte superior. La pierna se compone de dos
huesos: la tibia y el peroné. La tibia es el hueso más voluminoso de la pierna, es
par, largo, asimétrico y presenta para estudio un cuerpo prismático con tres caras y
dos extremos, el Superior se articula por arriba con el fémur y el peroné, y el
inferior, por debajo con el hueso astrágalo del tarso, a través de la polea astragalina
ubicada en el tobillo, y con el peroné por la escotadura peronea. Presenta una
eminencia en su región ínfero-interna que hace prominencia a simple vista en el
tobillo y que es llamada maléolo interno. El peroné es un hueso delgado, largo par
y asimétrico, que presenta para su estudio un cuerpo con tres caras y dos
extremidades, la superior también llamada cabeza del peroné, se articula con la
tibia, y la inferior se articula con la tibia y con el astrágalo. Presenta una eminencia
que también se observa a simple vista, pero en la parte externa del tobillo. Los
huesos del tobillo comienzan por el tarso es un macizo de huesos cortos,
asimétricos, pares e irregulares que se localiza en la parte posterior del pie, se parece
al carpo excepto por la cantidad y forma de los huesos que lo forman, se articulan
por detrás con la tibia y el peroné y hacia adelante con los huesos metatarsianos del
264 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 5. BIOMECÁNICA
pie; presenta siete huesos en cada miembro inferior que se distribuyen en dos
porciones.
– Pie. La parte esquelética del pie consiste en tres partes, el tarso, metatarso, y las
falanges. Hay siete huesos en el tarso, de los que el más largo es el calcano seguido
por el talo. La superficie superior del talo es convexa y se articula con la tibia y la
fíbula para formar el tobillo. Los metatarsianos son cinco huesos en cada pie, que
son largos, asimétricos y pares. Por su parte, las falanges son catorce huesos largos
en cada pie. Estos huesos son pares y asimétricos. Se distribuyen en grupos de tres
en cada dedo a excepción del dedo gordo donde sólo hay dos. Se denominan como
terceras, segundas y primeras desde proximal o posterior a distal o anterior según
la posición anatómica, y de esta misma forma se articulan unas con otras.
6.5.2 Tipología lesional en los miembros inferiores
Las lesiones en las extremidades inferiores pueden clasificarse de la siguiente forma
(Rodriguez Jouvencel, 2000):
– Lesiones en pelvis.
– Lesiones de la articulación coxofemoral.
• Fractura luxación posterior.
• Fractura luxación central.
– Lesiones en el fémur.
• Fractura de cuello de fémur.
• Fractura de la extremidad inferior del fémur.
– Lesiones en rodilla.
• Fractura de rótula.
• Fractura en cadera (fractura de rótula, cuello femoral, fractura–luxación de
cadera).
– Lesiones de la pierna y el pie.
• Fractura de tibia y/o peroné.
• Traumatismo tibio–tarsiano.
• Fracturas bimaleolares.
• Fractura luxación tibiotarsiana.
• Lesiones complejas de aponeurosis y mortaja.
De la observación del interior de los vehículos siniestrados se pueden deducir los
siguientes mecanismos productores de lesiones en las extremidades inferiores (Grattan &
Hobbs, 1968):
– Dislocación posterior de la unión de la cadera. Esta lesión se causa por un impacto
axial en la rodilla. La fuerza se transmite a través del fémur a la unión de la cadera,
produciendo una fractura del aspecto posterior del acetábulo y la dislocación de la
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 265
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
266 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 5. BIOMECÁNICA
que es un hueso par, plano, de forma triangular con base superior y vértice inferior,
que se encuentra en la cara postero – superior del tórax y que se articula con la
clavícula y con el húmero.
– Brazo: El húmero es el principal hueso del brazo. Es un hueso largo, par y no
simétrico. Presenta como todos los huesos largos un cuerpo alargado, casi
rectilíneo, irregularmente cilíndrico en su parte superior y prismático triangular en
su mitad inferior. Tiene, además, tres caras (interna, externa y posterior) y tres
bordes. Se encuentra articulado en su epífisis superior por la escápula y en la
inferior aplanada de delante a atrás, presenta una superficie articular llamada tróclea
humeral.
– Antebrazo: el antebrazo está constituido por dos huesos dispuestos paralelamente
entre sí: por un lado, el cúbito por dentro, y por otro lado, el radio por fuera. El
cúbito es un hueso largo par no simétrico, encorvado ligeramente por delante en su
extremo superior para acercarse al radio. En su extremo superior, que es más
voluminoso, presenta una apófisis llamada olecranon, que es la responsable de dar
la eminencia al codo. El radio es un hueso largo par asimétrico, situado por fuera
del cúbito, menos voluminoso y más corto de los huesos del antebrazo, presenta
cuerpo prismático con tres caras (anterior, posterior y externo) y dos extremos de
los cuales el superior tiene superficies articulares en su cúpula para el cóndilo del
húmero y para la cavidad sigmoidea del cúbito. En el extremo inferior presenta
superficies para la cabeza del cúbito y para los huesos escafoides y semilunar del
carpo ubicados en la muñeca.
– Mano: la mano comprende 27 huesos distribuidos en tres grandes grupos: carpo,
metacarpo y dedos.
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 267
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
• Humero-radio-cubital
– Articulaciones de la muñeca:
• Radio-cubital: Superior, inferior e interóseo
• Carpianas: carpianas propias y carpo-metacarpianas.
– Articulaciones de la mano:
• Intermetacarpianas
• Metacarpofalángicas.
• Interfalángicas.
6.6.2 Tipología lesional en los miembros superiores
Las extremidades superiores suelen sufrir fracturas en cadena. Estas pueden encajarse en
dos tipos distintos:
– Fractura “baby–car”, producida por cizallamiento del codo del conductor de
automóvil pequeño, asomado por la ventanilla por falta de espacio, y que recibe un
golpe exterior. Se combinan las siguientes lesiones: fracturas de la parte media de
la diáfisis humeral, fractura conminuta del olécranon y luxación del codo.
– Fractura del húmero–olecranon.
268 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 6. EL ATROPELLO DE PEATONES
CAPÍTULO 6
EL ATROPELLO DE PEATONES
INTRODUCCIÓN
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 269
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
270 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 6. EL ATROPELLO DE PEATONES
Total Total Muertos Heridos Total Muertos Heridos Total Muertos Heridos
1990 3232 706 2526 14206 480 13726 17438 1186 16252
1991 3027 615 2412 13720 440 13280 16747 1055 15692
1992 2760 593 2167 12039 336 11703 14799 929 13870
1993 2456 607 1849 11544 497 11047 14000 1104 12896
1994 2216 521 1695 11765 487 11278 13981 1008 12973
1995 2228 520 1708 11697 480 11217 13925 1000 12925
1996 2107 504 1603 11842 456 11386 13949 960 12989
1997 2120 466 1654 11624 501 11123 13744 967 12777
1998 2105 492 1613 11798 503 11295 13903 995 12908
1999 2189 458 1731 10933 448 10485 13122 906 12216
2000 2088 451 1637 11410 447 10963 13498 898 12600
2001 1964 469 1495 11094 377 10717 13058 846 12212
2002 1848 433 1415 11056 343 10713 12904 776 12128
2003 1860 424 1436 10742 363 10379 12602 787 11815
2004 1603 340 1263 10518 343 10175 12121 683 11438
2005 1551 348 1203 10073 332 9741 11624 680 10944
2006 1552 317 1235 10518 296 9918 12070 613 11753
2007 1523 287 1236 9906 304 9602 11429 591 10838
2008 1324 236 1088 9822 266 9556 11146 502 10644
2009 1247 201 1046 9640 269 9371 10887 470 10417
2010 1218 193 1025 9705 278 9427 10923 471 10452
2011 1007 158 849 10440 222 10218 11447 380 11067
2012 1123 139 984 10718 198 10520 11841 337 11504
2013 945 154 791 11399 224 11175 12344 378 11966
2014 919 132 787 11944 204 11740 12863 336 12527
2015 839 120 719 13683 247 13436 14522 367 14155
2016 929 137 792 14210 252 13958 15139 389 14750
Basta observar los cinco años para comprobar que mientras en vías interurbanas la
tendencia sigue siendo una bajada sostenida, en las vías urbanas en los últimos tres años se ha
roto esa tendencia observándose una tendencia al alza en las víctimas de atropellos.
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 271
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
Tipologías de atropellos
La tipología de atropellos a peatones que establece el cuestionario estadístico de siniestros
viales de la citada Orden Ministerial INT/2223/2014, según la acción llevada a cabo por el
peatón, es la siguiente:
– Saliendo entre vehículos aparcados.
– En la calzada delante de la parada del bus.
– Cruzando la calzada justo antes de una intersección
– Cruzando la calzada justo después de una intersección
– Cruzando la calzada en intersección
– Cruzando la calzada en sección.
– Caminando o parado en la acera o refugio.
– Caminando por la acera o arcén.
– Parado en la calzada o arcén.
– Trabajando en la calzada o arcén.
– Reparando el vehículo.
– Servicio auxilio en carretera.
– Precipitación a la vía (puente, edificio,…).
– Irrumpe en la calzada corriendo jugando.
– Auxiliando siniestro anterior.
– Se desconoce.
Realmente, más que una tipología de atropellos lo que se establece en la base de datos
sobre víctimas de siniestros viales en España es una clasificación de los escenarios básicos de
atropello que se pueden observar en nuestro país.
Desde un punto de vista científico, tomando como criterio definidor de la clasificación la
localización del punto de contacto entre el peatón y el vehículo, se considera que existen,
fundamentalmente, dos categorías de atropello: por un lado, tendríamos las colisiones con los
laterales del vehículo (Sideswipes), y por otro lado las colisiones con el frontal del vehículo
(Frontal Collisions). Esta última se encuentra dividida en tres diferentes subtipos: en primer
lugar, las colisiones frontales en las que en centro de gravedad del peatón se encuentra por
debajo del parachoques; en segundo lugar, las colisiones en las que el centro de gravedad del
peatón se encuentra entre el parachoques y la parte superior del frontal, y finalmente, aquellas
en las que el centro de gravedad del peatón se encuentra por encima de la parte superior del
frontal (Wood D. P., 1995, pág. 78) .
En una investigación en profundidad sobre atropellos a peatones llevada a cabo en los
Estados Unidos de Norteamérica, denominada Pedestrian Injury Causation Study (PICS), uno
de las materias que fue objeto de estudio fue la distribución de la frecuencia de impactos de los
peatones en cada una de las partes de contacto del vehículo. En la Figura 155 se exponen los
porcentajes correspondientes a cada zona, resaltando que los atropellos con el frontal del
vehículo constituyen, aproximadamente, el 80% de los atropellos reales recogidos en la base
de datos PICS (Ravani, Schmidt, & Brougham, 1980; Ravani, Brougham, & Mason, 1981, p.
793).
272 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 6. EL ATROPELLO DE PEATONES
Figura 155: Distribución porcentual de las áreas de contacto entre el vehículo y peatón
En el año 2000 en Estados Unidos, según el estudio sucesor del PICS denominado PCDS,
los porcentajes eran prácticamente los mismos. Los porcentajes de victimas están en negro,
mientras que los de los fallecidos se reflejan en rojo (NHTSA, 2001):
7,3% (1,7%)
17%
(2,9%) de las áreas de contacto entre el vehículo y peatón
Figura 156: Distribución porcentual
Visto lo anterior, se desarrollan a continuación las categorías descritas por Wood, a las
que se ha sumado una categoría más. Esa tipología adicional, pese a su baja significación
estadística, no es desdeñable, y se trata de los atropellos producidos por vehículos que circulan
marcha atrás y que golpean a los peatones con su parte posterior.
2.1.1 Colisiones con el lateral del vehículo
El contacto entre un peatón y el lateral de un vehículo en movimiento generalmente
genera en el peatón una rotación como si fuera una peonza sin que llegue a adquirir una
velocidad longitudinal significativa. En estas circunstancias, el peatón como norma general cae
al suelo cerca del punto de impacto en la calzada y con un ligero desplazamiento lateral. Sin
embargo, si el impacto lateral es con el lateral de la aleta frontal del vehículo, especialmente
cuando el vehículo se trata de un turismo, además de una rotación del peatón sobre su eje,
causara que la parte superior de su cuerpo se tuerza por encima de la aleta y el capó, forzando
la cabeza, los hombros, los brazos y el torso superior.
2.1.2 Colisiones con el frontal del vehículo
Las colisiones frontales pueden dividirse en tres subcategorías basados la posición
relativa del punto de impacto del vehículo y la altura del peatón. Esta relación puede ser
establecida en términos de localización del centro de gravedad del peatón (CdG) y del frontal
del vehículo, generalmente, a la altura del parachoques.
Estas tres subcategorías de colisiones frontales serian: en primer lugar, las que el CdG
está por debajo de la parte inferior del frontal del vehículo; en segundo lugar, aquellas en las
que el CdG queda entre la parte inferior y superior del frontal del vehículo; y finalmente,
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 273
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
aquellas en las que el CdG se encuentra por encima de la parte superior del frontal del vehículo
que lo golpea.
Las primeras dos subcategorías de colisiones frontales se corresponde con la proyección
hacia delante (Forward Projection) de la clasificación de Ravani, mientras que la tercera
categoría, más compleja, comprende cuatro tipologías diferentes de aquella clasificación
(Ravani, Schmidt, & Brougham, 1980; Ravani, Brougham, & Mason, 1981, p. 793): Volteo
sobre la aleta (Fender Vault), trayectoria de Envolvimiento (Wrap Projection), Volteo sobre el
techo (Roof Vault) y Salto Mortal (Somersault). Esto es así, porque la tercera subcategoría
incluye colisiones donde hay que tomar en cuenta diferentes grafos de libertad de movimiento
para el peatón. Esta subcategoría, generalmente, implica un peatón adulto y el la más frecuente
en la vida real, suponiendo aproximadamente un 45 % del total de los atropello.
− Peatón con el centro de gravedad por debajo del parachoques.
En esta subcategoría, las colisiones más comunes implican niños pequeños y turismos,
aunque también pueden darse casos en los supuestos de atropellos de personas bajas por parte
de vehículos pesados. Como supuestos anómalos se incluirían también los supuestos de
peatones sentados o medio tumbados al ser atropellados por vehículos normales.
El contacto inicial con el parachoques y el frontal del vehículo es por encima de la cintura,
a la altura de la parte superior del cuerpo del peatón, los brazos y la cabeza, aunque no se
encuentran interesadas las piernas. El impacto proyecta la parte superior del cuerpo del peatón
a la misma velocidad que el vehículo, mientras las piernas se encuentran momentáneamente
sometidas a la inercia. El movimiento resultante es una rotación del peatón hacia abajo y hacia
la superficie de la calzada.
Rotación
Fuerza
Movimiento
− Peatón con el centro de gravedad entre el parachoques y la parte superior del frontal.
En esta subcategoría, el impacto, que ahora pasa a través del centro de gravedad, acelera
el cuerpo completo de la víctima a la velocidad del vehículo que lo golpea, y esencialmente lo
proyecta hacia delante en un vuelo horizontal. En este tipo de colisión, son la pelvis, el
274 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 6. EL ATROPELLO DE PEATONES
abdomen y la parte superior del torso del peatón, las partes inicialmente golpeadas por el
vehículo y las que sufren las correspondientes lesiones. Cuando se encuentran implicados
vehículos pesados, el frontal del vehículo puede ser lo suficientemente alto para que la cabeza
resulte golpeada, también, en este primer impacto. En los supuestos más comunes, la parte
superior del frontal del vehículo está por debajo del nivel de la cabeza, y este primer impacto
produce un efecto de pivote en la cabeza que se dirige con la cara hacia abajo golpeando la
superficie del capó o del cristal de parabrisas del vehículo.
Si el vehículo frena después del impacto, generalmente no golpeará de nuevo al peatón,
cuya posición final se encontrará delante de la posición final del vehículo. Sin embargo, se
producirán nuevas lesiones cuando la víctima golpee el suelo y rebote, deslice o ruede.
− Peatón con el centro de gravedad por encima de la parte superior del frontal.
En esta subcategoría, el CdG del peatón está más alto que la parte superior del final del
frontal del vehículo, que generalmente coincide con la parte superior del frontal del capó del
mismo. En este tipo de colisión, las piernas del peatón son generalmente golpeadas hacia el
aire, mientras que el torso, la parte superior del cuerpo, y la cabeza son lanzados girando hacia
abajo al encuentro de la parte superior del capó del vehículo y el cristal de su parabrisas.
Rotación
Movimiento
Fuerza
Para un vehículo existen otras posibles formas de atropellar a un peatón, que tan solo
serán citadas a continuación: desmembramiento del cuerpo o de alguna de sus partes,
arrollamiento, arrastre, transporte y aplastamiento total o parcial.
Factores de interés en relación con la estrategia del conductor y del peatón
2.2.1 La estrategia de conducción
La estrategia de conducción viene definida por las decisiones y el estilo de conducción
que adopta un determinado conductor de acuerdo con sus conocimientos, sus capacidades, su
estado físico y anímico y las circunstancias de la vía.
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 275
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
El orden no implica una jerarquía de valoración, sino tan solo una relación de los factores
implicados en la elección de una determinada estrategia de conducción con el objetivo de
hacer la exposición lo más clara posible:
– Tiempo de reacción
En Psicología, el tiempo de reacción es el intervalo que transcurre entre un estímulo
sensorial y su correspondiente reacción voluntaria, que puede ser más o menos automática. Es
el tiempo que se requiere, a partir de la percepción, para tomar el control del vehículo realizando
operaciones tácticas o estratégicas, o en otras palabras, es el tiempo requerido para decidir lo
que hacer y comenzar a hacerlo.
En relación con los puntos definidos con anterioridad, el tiempo de reacción sería el que
transcurre entre el punto de percepción real, donde el conductor se da cuenta de la situación de
peligro; y el punto de ejecución de la decisión, donde el conductor ya ha decidido y comienza
a ejecutar la maniobra evasiva.
La utilidad del tiempo de reacción a efectos de conocer el mecanismo de producción del
atropello es doble: por un lado, sirve para comparar la mejor reacción posible, teniendo en
cuenta las circunstancias en las que se produjo el suceso, con las maniobras evasivas realmente
llevadas a cabo, ayudando de esta forma a evaluar los conocimientos y habilidades de un
conductor o un peatón; y por otro lado, se utiliza para establecer la posible deceleración o
distancia de parada de un vehículo a una velocidad determinada.
Desde un punto de vista “ex post” tan importante como la rapidez en la percepción del
peligro y la inmediata realización de una acción evasiva será la correcta evaluación de las
posibilidades que tiene el conductor y una precisa ejecución de dicha maniobra. El grado de
conocimientos y pericia que tenga el conductor sobre la forma de actuar en estas circunstancias,
también es un factor a tener en cuenta a la hora de valorar su acción.
La jurisprudencia alemana, desde hace décadas tiene en cuenta el tiempo de reacción,
bajo la denominación “Tiempo de susto”. Por este motivo sus Tribunales estiman que, por regla
general, el conductor puede tardar en reaccionar o frenar 0,8 segundos, sin que esta tardanza se
le reproche como imprudente. Por el contrario, la tardanza en reaccionar condicionada por la
embriaguez no favorece al conductor. Luego, de aquí se deduce que es necesario llevar a cabo
un estudio de evitabilidad del suceso como primer paso para determinar el reproche penal al
conductor a título de imprudencia.
– Retardo del sistema de frenado
Es el tiempo que transcurre desde que el conductor pisa el pedal del freno hasta que la
rueda bloquea o alcanza su máxima eficacia. Diversos ensayos reales indican que, para turismos
con el sistema de frenado en buen estado, el tiempo de respuesta está comprendido entre 0,25
y 0,6 segundos.
– Visibilidad
La capacidad de ver un peatón en la noche depende de varios factores: por un lado, las
ropas claras permiten, normalmente, visualizar antes al peatón; por otro lado, los reflexivos en
las ropas mejoran considerablemente la visibilidad nocturna de los peatones, y finalmente, el
tipo y la intensidad de la iluminación de la vía, el tipo de luces que este utilizando el vehículo
para iluminar la calzada, y la presencia o la ausencia de otros vehículos también tienen su
276 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 6. EL ATROPELLO DE PEATONES
influencia en la visibilidad de los peatones por parte del conductor de un vehículo. También
puede afirmarse que, la inmensa mayoría de las veces, el peatón puede ver o detectar la
presencia de un vehículo antes que el conductor del vehículo lo detecte a él.
Allen dirigía un equipo que llevo a cabo un estudio sobre la visibilidad nocturna de los
peatones y la estimación de su propia visibilidad que tenían los peatones por la noche. Las
conclusiones a las que llegó este equipo le permitió afirmar que la visibilidad real de los
peatones que visten con ropas oscuras era de 53 metros. A parecidos resultados llegaron los
experimentos realizados por el Instituto de Tráfico de la Universidad del Noroeste
(Northwestern University Traffic Institute). Si los peatones utilizaban algún tipo de reflectante
eran percibidos a 105 metros, es decir, al doble de la distancia anterior.
Un dato imprescindible con el que se debe contar para enjuiciar un atropello nocturno, es
volver al lugar de los hechos en el arco horario en el que sucedió el siniestro y realizar
fotografías y grabaciones videográficas. Se entiende que las circunstancias climatológicas
deben ser también semejantes a las que existían el día del suceso.
2.2.2 Estrategia del peatón
Bajo este concepto se reúnen una serie de decisiones y elecciones características de su
deambular, por ejemplo: el lugar por donde transitaba (arcén, calzada, acera, berma,…); la
dirección de su movimiento; el tipo de ropas que vestía; el modo de cruzar angularmente o
transversalmente y el cruzar la calzada cumpliendo la normativa o infringiéndola. El estudio
de la estrategia del peatón aporta información sobre una serie de factores que influyen de forma
determinante en el análisis jurídico del atropello, especialmente en lo que afecta a la
evitabilidad del mismo por parte del conductor.
En nuestro país, el 30 % de los peatones que han sufrido un siniestro estaban bajo los
efectos del alcohol, dato este que demuestra la interrelación de las decisiones tomadas por los
peatones y el resultado conseguido.
Como ejemplo de un razonamiento judicial basado en un estudio de la evitabilidad del
atropello se expondrá el contenido en la Sentencia de la Audiencia Provincial de La Coruña de
16 de enero de 1996 que contiene los siguientes datos: “En el caso presente no existe base para
apreciar la invocada culpa exclusiva de la víctima, en cuanto en absoluto se ha demostrado la
pretendida irrupción de la infortunada anciana en la calzada, sino más bien todo lo contrario,
incluso partiendo del informe parcial en que el defensor de la aseguradora ha puesto tanto
énfasis. En efecto, si la distancia a recorrer por la peatón, desde el lugar de partida hasta la
acera, era aproximadamente de 2,25 metros (1.25 de arcén y 1 de calzada hasta llegar al lugar
del atropello), calculando el perito que la velocidad media de una persona de edad (la fallecida
tenía 81 años a la sazón) puede estar en 4,5 kilómetros por hora, equiparables a 1,25 metros por
segundo, estima que tardó unos dos segundos y si el vehículo circulaba a razón de 50 kilómetros
por hora (que parece ser velocidad no discutida) avanzaba 13,38 metros por segundo, por lo
que lógicamente el vehículo se hallaba a más de 27 metros de distancia de la peatón cuando
esta inició el cruce, distancia más que suficiente para poder detener el automóvil y evitar el
atropello si realmente circulaba a 50 kilómetros por hora. A lo anterior debe añadirse que el
tramo de la vía donde se produjo el atropello es recto, como así se infiere del apartado de
descripción del terreno que figura en el atestado levantado al efecto, con el que viene a coincidir
lo que aparece en el acta notarial de 31 de enero de 1995. En consecuencia, nada impedía al
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 277
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
conductor tener perfecta visibilidad a su frente, y poder observar a la anciana que se disponía a
cruzar”.
Esta Sentencia ha realizado un buen estudio de evitabilidad, pero al no utilizar
convenientemente los conceptos tratados en el punto anterior no todos los datos que emplea
son coherentes. Si nos damos cuenta del tiempo disponible para que el conductor hiciese algo,
2 segundos, a partir de que la anciana comienza a cruzar la calzada, el conductor solo dispone
de 1 segundo si descontamos su tiempo de reacción. En este tiempo el conductor habría tenido
que darse cuenta de la acción del peatón, evaluarla como un peligro, tomar la decisión de
realizar una maniobra evasiva y ejecutarla. Realizados unos simples cálculos cinemáticos
vemos que un vehículo con un sistema convencional de frenado necesita 14 metros para
detenerse si circula a una velocidad de 50 km/h., luego el razonamiento de la Sentencia es
incorrecto. Si partimos que el vehículo se encuentra a 27 metros del punto de atropello, y en el
primer segundo mientras reacciona avanza 13,38 metros, le quedan por delante 13,62 metros
que sería insuficiente porque necesitaría, 14 metros. Aun con todo, las conclusiones finales, y
el resultado son aparentemente correctos, aunque la misma Sentencia es escéptica sobre los
datos al afirmar que la distancia era “más que suficiente para poder detener el automóvil y evitar
el atropello si realmente circulaba a 50 kilómetros por hora”.
Análisis de las fases de un atropello
Comprender la secuencia de hechos, tanto el impacto o contacto inicial y como los
subsiguientes que se desarrollan posteriormente, es un importante paso en un adecuado y
constructivo análisis de un siniestro vial en el que se encuentra implicado un peatón, tal y como
se hubiera analizado cualquier otra colisión de vehículos de motor. Sin embargo, el atropello a
peatón como siniestro vial no es fácil de comprender en su conjunto. Las evidencias físicas
evaluables no son a menudo documentadas adecuadamente en los atropellos comparándolas
con otros tipos de siniestros.
Comprender la secuencia de eventos es la cuestión crítica en los atropellos a peatones
porque la mayoría de las evidencias más importantes en este tipo de siniestros son transitorias.
Una laguna en algunos de los datos más significativos pone al analista de siniestros o
reconstructor en la difícil posición de tener que realizar algunas asunciones sin la información
completa, lo que posteriormente tendrá necesariamente que repercutir en las conclusiones
finales que estarán carentes de soporte y quizás basadas en simplificaciones imposibles.
Sin una comprensión de los diferentes hechos que se suceden en un atropello de peatones,
no merece la pena realizar simplificaciones sobre posibles acciones del cuerpo del peatón o
del vehículo implicado.
Los peatones atropellados pueden aparecer, en la carretera justamente como una
narración: “el chico se introdujo en la calzada, y fue golpeado por el vehículo y quedo tendido
por allí”. Al analizar el atropello al completo, sin embargo, uno aprende que hasta lo
aparentemente sencillo como determinar la forma como “entró el chico en la calzada andando”
son generalmente algo más complicado.
Se deben realizar las consiguientes consideraciones sobre las siguientes incógnitas: por
donde entró el peatón en la calzada, como se introdujo en ella, donde se encontraba cuando fue
golpeado por el vehículo y que relación angular existía entre la trayectoria del peatón y la del
vehículo. Se debe determinar a qué velocidad se desplazaba el peatón. Las velocidades de un
peatón que camina son frecuentemente relacionadas con la carga que pudiera estar llevando el
278 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 6. EL ATROPELLO DE PEATONES
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 279
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
280 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 6. EL ATROPELLO DE PEATONES
Percepción
Reacción Resultado
Detección
Decisión Cambio de velocidad o
Identificación
Respuesta dirección
Análisis
Asumiendo que hubiera una observación e identificación del peatón, es durante esta
primera parte de este intervalo cuando el peatón se mueve a la posición en o cerca de la calzada
donde puede ser visible para el conductor y posteriormente se clasificado como un peligro. Esta
no es la posición donde el peatón o el vehículo es realmente visto y reconocido por la otra parte,
sino que se trata del lugar donde ellos realmente están en la primera posición que es
potencialmente visible para el otro. Una vez en esta posición, el siguiente paso es que ellos vean
y reconozcan al otro como lo que son, para el conductor del vehículo o para el peatón: un peligro
potencial.
Por ejemplo, un peatón puede entrar en la calzada, pero el conductor puede estar mirando
por el espejo hacia atrás. El peatón, al mismo tiempo, puede está mirando al tráfico en la
dirección opuesta o, en el caso de un niño, puede estar mirando a una pelota botando por la
carretera. En estos ejemplos, ambos implicados están en posiciones donde ellos son visibles
para el otro, pero ellos no han visto al otro, todavía.
Como el conductor mira hacia delante, el observará primero al peatón, quizás, tan solo
como una simple forma o figura. Esta observación conlleva un periodo posterior de análisis por
parte del conductor. El conductor tiene que identificar lo que ha visto (en este ejemplo, un
peatón) y a continuación hacer una serie de suposiciones sobre las siguientes acciones del
peatón.
Seguramente, si el niño está corriendo detrás de un balón u otro juguete para entrar de
lleno en la trayectoria del vehículo, dando la sensación de no mirar al vehículo que se le acerca,
un conductor atento pude deducir, rápidamente, las siguientes acciones del niño en un futuro
inmediato.
Si, por el contrario, el conductor se enfrenta con un adulto que duda o está parado y
parece que quiere tomar contacto visual con el conductor, ¿puede que el conductor piense que
el peatón esperará en esa posición hasta que el conductor pase?
Si el peatón adulto en este ejemplo, ha comunicado mal sus intenciones al conductor y
comienza a avanzar hacia la trayectoria del vehículo, entonces la presunción previa del
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 281
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
conductor ha resultado errónea. El conductor debe detectar los cambios momento a momento
e identificar cualquier nueva intención del peatón y evaluar las posibles nuevas acciones del
peatón. Cuando se detecta algún cambio, la fase de percepción del hecho comienza de nuevo.
c) La posición de ejecución de la decisión (PED) es aquel momento y lugar en el que el
conductor o el peatón reacciona ante el estímulo exterior, es decir, adopta una decisión
para hacer frente al peligro o situación anormal que ha percibido e inicia su ejecución,
generalmente, en forma de maniobra evasiva. Entre el punto de percepción real y el
punto de ejecución de la decisión, el conductor identifica al peatón como tal y hace un
juicio de previsibilidad del nivel de riesgo que le pueden suponer las acciones siguientes
del peatón. Generalmente la pregunta será ¿Va a cruzar?. La evaluación de este riesgo
está íntimamente relacionada con la decisión sobre qué acción realizar en el supuesto
que realmente el peligro llegue a confirmarse y la secuencia desemboque en una
situación de emergencia.
En el ejemplo del adulto dubitativo que permanece quieto, el conductor puede pensar que
el peatón no tiene una prioridad alta o no supone un peligro inminente y podría seguir
observando la calzada localizar otros posibles peligros que podrían provocarle un nivel superior
de atención. En el caso de el niño que se precipita dentro de la calzada, el conductor asignaría
razonablemente lo que puede ser denominado un alto “nivel de amenaza” por encima de otros
vehículos menos peligrosos o hechos que se desarrollan a su alrededor.
En este punto, el conductor que afronta un peatón adulto parado ha realizado una elección
de las acciones que podrían generarle peligro y asume que el peatón considera el vehículo como
un peligro y la fase de percepción del hecho finaliza para el conductor.
La elección del conductor, su reacción (las siguiente parte de esta fase) puede ser volver
a la conducción –manteniendo un ojo avizor sobre el peatón- aunque buscando otras posibles
situaciones peligrosas que pudieran darse.
Imagine ahora, sin embargo, que el conductor afronta el peligro constituido por un niño
que entra corriendo en la calzada. El conductor, que ha visto e identificado el peligro, le asigna
un relativo nivel de prioridad. El conductor debe tomar una decisión, comenzando así la fase
de reacción. Se enfrenta con dos posibles alternativas: un cambio de velocidad y/o un cambio
de dirección.
d) La acción evasiva es la maniobra o conjunta de ellas que emplea el conductor o peatón
para evitar la producción del siniestro.
Los diferentes tipos de maniobras evasivas fundamentales se pueden enunciar de la
siguiente forma:
– Deceleración (progresiva o detención brusca).
– Aceleración
– Giro a la derecha.
– Giro a la izquierda.
– Marcha atrás.
– No hacer nada.
Algunos otros autores añaden a las anteriores: tocar el claxon y dar destellos de luz
intensiva. La primera, en realidad, no se trata de una acción del conductor encaminada a evitar
el atropello sino para alertar al peatón para que perciba su presencia y realice la acción evasiva
282 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 6. EL ATROPELLO DE PEATONES
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 283
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
Una vez que ellos han pasado el PNE, también denominado punto clave, y eliminando
cualquier acto de intervención exterior, se producirá de alguna forma el contacto y, posterior,
impacto.
f) El punto de atropello o impacto (POI) es aquel momento y lugar en el que se consuma
el siniestro vial y que corresponderá a la posición en la que se produce el primer
contacto entre el cuerpo del peatón y el vehículo.
284 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 6. EL ATROPELLO DE PEATONES
– Impactos secundarios
Seguidamente al impacto inicial, las acciones y dinámicas del peatón y el vehículo dictan
el grado en que el peatón es acelerado por el vehículo que lo golpea y, posteriormente, envuelto
o lanzado encima del vehículo.
Este “envolvimiento” puede no ser tan pronunciado en el caso de vehículo con el frontal
romo y recto (pej. furgonetas) o en aquellos casos en que el peatón golpeado es un niño
pequeño cuyo centro de masas es por debajo del plano horizontal del capó del vehículo que lo
ha atropellado.
Es durante la fase de aceleración del peatón en el atropello cuando el vehículo
esencialmente realiza un movimiento de cuchara elevando al peatón del suelo y acelera el
cuerpo del peatón en un movimiento ascendente de rotación.
Después de ser lanzado hacia arriba, el peatón es también proyectado en el aire o hay un
movimiento hacia/encima del vehículo. Una “proyección hacia delante” es un ejemplo de una
situación donde el peatón se mueve inmediatamente en la misma dirección que el vehículo que
lo ha golpeado y no experimenta la aceleración de giro encima en el capó.
Cuando ocurre el contacto inicial entre el frontal del vehículo, generalmente en el área
del parachoques, y el peatón, con frecuencia en las piernas, se genera un componente tangencial
de la aceleración que produce un giro al peatón. En el caso de un vehículo con el típico frontal
recto (pontoom), el movimiento del peatón hacia el capó, típicamente, ocurre dentro de los
primeros 100 milisegundos como se muestra en la Figura 160.
Después del impacto inicial y el comienzo de la aceleración de giro del cuerpo del peatón,
la percepción que queda es, típicamente, que el peatón es “lanzado al aire y contra el
parabrisas”. En realidad, a menos que el peatón este, inicialmente, corriendo hacia el vehículo
que le golpea, el peatón no tiene componente de velocidad en el sentido del parabrisas del
vehículo. Lo que se observa es una repentina aceleración de giro y después un efecto de rampa
donde el cuerpo del peatón está siendo empujado por el contorno del vehículo que lo atropella
como si el vehículo pasase a través de la situación del peatón en el momento del impacto.
Se asume que el peatón camina de este a oeste en frente de un vehículo que se acerca por
el sur con dirección norte. El peatón tiene un vector velocidad en dirección oeste. El vehículo
tiene un vector velocidad hacia el norte. Cuando el peatón es golpeado, el impacto le produce
el cuerpo del peatón un movimiento aparente de moverse hacia el parabrisas del vehículo que
se encuentra al sur del borde anterior del capó del vehículo que se desplaza hacia el norte.
De hecho, lo que está realmente ocurriendo es que el coche se mueve hacia el norte a
través de la situación del peatón en el momento del impacto. El impacto primero acelera la parte
baja del cuerpo. En el caso de un peatón adulto, la aceleración esta típicamente por debajo del
centro de masas del cuerpo.
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LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
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Figura 160: Trayectoria de cada una de las partes del cuerpo del peatón en milisegundos a partir del
impacto inicial
Esta aceleración por debajo del centro de masas causa una rotación del peatón tal que la
parte baja del cuerpo se mueve hacia arriba y hacia el norte en el mismo sentido que el vehículo
mientras la parte superior del cuerpo continúa moviéndose lateralmente en el sentido oeste: la
dirección en la que el peatón estaba caminando.
A causa de la combinación de la velocidad de desplazamiento lateral, hacia el oeste, y la
aceleración de giro a partir del impacto, el cuerpo del peatón adquiere un componente de
velocidad en lo que puede ser descrito como una dirección oeste-suroeste.
Como resultado de la aceleración de giro y desde que la parte baja del cuerpo se mueve
hacia fuera y debajo de la parte superior, la parte superior del cuerpo gira hacia el capó del
vehículo. Asumir que el cuerpo permanece como una sola masa dañada después del impacto,
esa masa es acelerada por el coche a una velocidad no superior a la del vehículo en el momento
del impacto y en la dirección del vehículo en ese momento.
Para propósitos analíticos posteriores, la velocidad de impacto del vehículo que atropella
al peatón no es menor que la del peatón después del impacto. Se puede, entonces, determinar la
velocidad del peatón y a partir de ahí la velocidad del vehículo que lo atropella de la manera
que se describe en este trabajo posteriormente. El vector de la velocidad original del peatón
debe todavía estar estimado para el análisis global.
El peatón en el ejemplo tiene una velocidad en el momento del impacto en la dirección
oeste. Aunque la masa y velocidad del vehículo es mucho más grande que las correspondientes
al peatón, el componente de energía cinética del peatón tendrá un efecto en las acciones del
peatón después del impacto y debería, por este motivo, ser estudiado.
286 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 6. EL ATROPELLO DE PEATONES
Las posiciones exactas de los hombros y la cabeza del peatón contactan contra el capó y
el cristal del parabrisas dependiendo de la relación que guardan la altura del peatón y el frontal
del vehículo, la altura del parabrisas por encima del suelo, y la longitud del capó a partir del
final de la parte frontal superior del capó y la base del cristal del parabrisas. Los capós bajos
unido a peatones altos significan que la víctima es lanzada contra el vehículo muy cerca del
cristal del parabrisas. En colisiones con altas o moderadas velocidades de impacto, la distancia
que media entre el suelo a la altura del frontal del vehículo y el punto del vehículo donde golpea
la cabeza recibe el nombre de Distancia de Perimétrica de Envolvimiento (WAD, Wrap-Around
Distance) es superior a la altura total del peatón.
– Transporte
Cronológicamente, hay un breve periodo de tiempo, sin tener en cuenta el diseño del
frontal del vehículo que lo atropella, donde el peatón es “cogido” por el frontal del vehículo
mientras se mueve en la dirección en la que el vehículo se estaba moviendo cuando golpea al
peatón y acelera hasta la velocidad del vehículo o a una muy próxima a ella.
Generalmente, el peatón es transportado encima del capó del vehículo exhibirá algún
movimiento relacionado con su componente de velocidad inicial. En el ejemplo, el vector de
velocidad oeste influirá en la dirección del peatón algunos grados hacia el oeste a través del
capó del coche. Este movimiento del peatón es menos observable cuanto más rápido se esta
moviendo el vehículo que lo atropella y es más acusado cuando las velocidades de impacto son
bajas. La detectabilidad de este movimiento puede también ser limitada por el diseño del
automóvil.
El resultado final es que el peatón es golpeado y girado hacia el capó del vehículo. El
perfil del capó altera o detiene la velocidad original de rotación del cuerpo y después hace un
efecto de pala o de rampa sobre el cuerpo de tal forma que el vehículo se moverá bajo la parte
superior del cuerpo elevando el cuerpo fuera del suelo hasta el incremento de altura horizontal
entre el capó y el suelo.
Si el vehículo que atropella al peatón le comunica suficiente velocidad y el cuerpo es
transportado encima del capó hacia el parabrisas, esto causa un efecto adicional de cuchara que
puede elevar el cuerpo en el parabrisas por si mismo. Una vez que el cuerpo esta en el
parabrisas, si la velocidad de impacto del vehículo es lo suficientemente elevada, el cuerpo será
transportado hacia o por encima del techo.
La fase del movimiento sobre el vehículo se haya completa, y asumiendo que el cuerpo
no es lanzado por alguna parte del vehículo tal como el parabrisas, el cuerpo empieza a
descender y moverse hacia el suelo. El movimiento hacia el suelo, en términos simples, es el
resultado o bien de que el vehículo continúa detrás del cuerpo a un velocidad superior a la que
el cuerpo puede alcanzar bien de que el vehículo decelera en una proporción superior a la del
cuerpo.
2.3.3 Vuelo
Si el cuerpo es de alguna forma lanzado desde el capó al parabrisas, habrá alcanzado el
mismo el mismo vector de velocidad que el vehículo que lo atropella. Si el cuerpo se mueve
hacia el parabrisas, habrá alcanzado aproximadamente la misma velocidad que el vehículo e,
inicialmente, el mismo vector velocidad. Si el cuerpo no es atrapado por el cristal del
parabrisas, y el diseño convexo del mismo rechaza el cuerpo a un lado del vehículo y sale
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 287
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
despedido, el cuerpo tendrá una dirección de salida diferente a la del vehículo en el momento
de la separación, aunque tendrán probablemente la misma velocidad. Si el cuerpo es lanzado al
parabrisas y por encima del techo, no tendrá probablemente la misma velocidad que la del
vehículo.
Alternativamente, si el coche empieza a detenerse, generalmente como resultado de la
aplicación de los frenos, el vehículo probablemente decelerará más deprisa que el cuerpo,
mientras el cuerpo está todavía en el aire o en el vehículo. El vehículo, asumiendo un valor de
un coeficiente de rozamiento medio sobre la calzada de 0,69 decelerará a 6,7 m/s2. El cuerpo
desliza sobre la superficie del vehículo decelerando a través del capó a un coeficiente de
rozamiento cercano a un valor de 0,3 o una proporción de deceleración de 2,9 m/s2.
Dadas las circunstancias, claramente no pasará mucho tiempo antes de que el cuerpo se
esté moviendo más rápido que el vehículo que está decelerando y se deslizará hacia delante por
el frontal del vehículo a la calzada o por el suelo hacia delante, asumiendo que el cuerpo no es
atrapado por o en el vehículo.
Mientras el cuerpo está en el aire, se puede aplicar un ajuste necesario a la velocidad del
lanzamiento para explicar la pérdida de velocidad que sufre el cuerpo como consecuencia de la
fricción con el aire durante su fase de vuelo.
De este modo, diversas investigaciones, partiendo de experimentos con paracaidistas,
realizan ajustes entre la velocidad estimada por métodos los teóricos como demuestran las
siguientes expresiones para poder estimar la velocidad de atropello en Km/h.
a. Velocidades Teóricas por encima de 98 Km/h.
𝑣𝑡𝑒𝑜𝑟𝑖𝑐𝑎
𝑣 = 𝑣𝑡𝑒𝑜𝑟𝑖𝑐𝑎 + (1,22 + 0,33 × ( − 27,432)) × 𝑡𝑣𝑢𝑒𝑙𝑜 × 3,6
3,6
b. Velocidades Teóricas por debajo de 98 Km/h.
𝑣 = 𝑣𝑡𝑒𝑜𝑟𝑖𝑐𝑎 × (1 + 𝑡𝑣𝑢𝑒𝑙𝑜 × 0,046)
2.3.4 Movimiento sobre el suelo
– Rebote
El siguiente fenómeno experimentado por el peatón será una abrupta aceleración negativa
cuando el cuerpo impacta en el suelo. El cuerpo puede, entonces, volver a volar brevemente, y
de nuevo retorna al suelo y experimenta otra abrupta deceleración.
– Rodamiento
El cuerpo puede caerse o rodar alguna distancia en el suelo. Puede también deslizar otra
distancia. Cada tipo de movimiento y el grado de deceleración experimentado por el cuerpo
durante ese movimiento es una función de la velocidad del cuerpo y el ángulo en el que es
golpea por primera vez el suelo como también el valor del coeficiente de rozamiento del cuerpo
y la superficie del suelo relativa al cuerpo o sus ropas, por ejemplo una carretera de pavimento
asfaltico que presenta una capa de hielo.
288 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 6. EL ATROPELLO DE PEATONES
– Deslizamiento
El cuerpo humano en algunos casos, se detiene más rápido que el vehículo que se haya
frenando a partir de su primer contacto. En este caso, el cuerpo podría quedarse enganchado
bajo el frontal del vehículo en un impacto secundario y será arrastrado por el vehículo algunas
distancias hasta que el coche alcanza su posición final.
Las Posiciones finales (PF) son las que adoptan los vehículos, personas y objetos cuando
llegan a la inmovilidad después de la secuencia de eventos descrita.
Tipologías de trayectorias
Existe una relación, que se puede expresar mediante un modelo matemático, en cada uno
de los patrones biocinemáticos expuestos entre la velocidad de impacto del vehículo, la
velocidad de salida del peatón y la distancia de proyección de este último.
La tipología de atropellos más frecuentemente repetida, e incluso muchas veces la única
empleada, es la que utiliza como criterio diferenciador las trayectorias postatropello del cuerpo
del peatón De esta forma, los movimientos del cuerpo del peatón sobre el vehículo y hacia el
suelo pueden ser clasificados de acuerdo a cinco patrones distintos (Ravani, Brougham, &
Mason, 1981; Eubanks & Haight, 1992a):
– Trayectoria de envolvimiento (wrap trajectory).
– Volteo sobre la aleta (fender vault).
– Volteo sobre el techo (roof vault).
– Salto mortal (somersault).
– Proyección hacia delante (forward projection).
Si se vuelve sobre el esquema de equilibrio anteriormente representado, las primeras dos
subcategorías de colisiones frontales se corresponde con la proyección hacia delante de la
clasificación arriba expuesta (Ravani, Brougham, & Mason, 1981), mientras que la tercera
categoría, más compleja, comprende las otras cuatro tipologías de aquella clasificación, que
aquí se han clasificado bajo la etiqueta común de trayectoria de envolvimiento.
En estas últimas cuatro tipologías, el peatón puede desarrollar inicialmente una
trayectoria de envolvimiento sobre el vehículo, pero en función de la velocidad de impacto, de
la deceleración del vehículo, del punto de impacto en el vehículo y de la localización relativa
del centro de gravedad del peatón respecto al capó, se pueden producir una serie de
modificaciones que acaben provocando como resultado una, u otra, de las cuatro posibilidades.
Aunque la clasificación anterior no es exhaustiva, aproximadamente, el 80% de los casos
de atropello frontal recogidos en el Estudio de Causas de la Lesiones a Peatones (Pedestrian
Injury Causation Study, PICS), llevada a cabo en San José (California) a finales de los años
setenta, pueden ser clasificados dentro de una de las cinco trayectorias básicas. También, se
observó que la trayectoria biodinámica postimpacto del peatón estaba influenciada por alguna
o algunas de las variables de la colisión, tales como la geometría y la configuración del vehículo,
los movimientos previos y la posición del peatón, la velocidad de impacto del vehículo y la
ausencia o presencia de maniobra de frenada del vehículo. En la investigación PICS se constató
que de un total de 300 casos de atropello frontal considerados, 241 presentaban datos
suficientes, y que por lo tanto podrían ser correctamente clasificados dentro de alguna de las
cinco trayectorias biodinámicas. En la Figura 161 siguiente se muestran los porcentajes de
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 289
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
distribución de las diferentes trayectorias en la muestra (Ravani, Brougham, & Mason, 1981,
p. 795).
1,7%
Salto mortal
Proyección 34,4%
Envolvimiento 45,2%
Figura 161: Porcentajes de cada tipo de trayectoria postimpacto seguidas por los peatones en casos reales de
atropello
Según Haight y Eubanks, que siguen en este punto a Ravani, se pueden describir y
caracterizar estos cinco tipos de trayectorias de la siguiente forma.
2.4.1 Proyección hacia delante
La proyección hacia delante es la segunda categoría de trayectoria más común y la más
común trayectoria en la que están implicados niños. El término es generalmente utilizado para
definir una colisión donde el centro de masas del peatón está por debajo de borde anterior del
capó del vehículo al impactar.
En una proyección hacia delante, el torso superior del peatón es acelerado rápidamente
en la misma dirección de la fuerza de impacto proyectando el cuerpo delante del vehículo. El
peatón alcanza la misma velocidad que tiene el vehículo que lo atropella y posteriormente,
cuando el vehículo que lo golpea decelera, cae a la carretera y se mueve hasta su posición final.
290 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 6. EL ATROPELLO DE PEATONES
La proyección hacia delante se puede también observar cuando el cuerpo del peatón es
cortado más que envuelto sobre el capó. El centro de masas del peatón está por encima del
borde anterior del capó, pero la energía generada por el impacto fue insuficiente para acelerar
las piernas para que perdieran el contacto con la calzada.
Esta categoría de atropello usualmente implica que los vehículos no está frenando a fondo
durante la secuencia del atropello o cuando la frenada no se produce hasta después del impacto.
La intrusión puede ocurrir en este tipo de siniestros incluso a baja velocidad.
Si el vehículo frena después del impacto, generalmente no golpeará de nuevo al peatón,
cuya posición final se encontrará delante de la posición final del vehículo. Sin embargo, se
producirán nuevas lesiones cuando la víctima golpee el suelo y rebote, deslice o ruede.
La característica principal de este tipo de atropellos es que fundamentalmente sólo existe
un único impacto del peatón con el vehículo. Además, se suele observar esta tipología en los
siguientes supuestos que han quedado reflejados en la Figura 162:
Cuando el vehículo que atropella al peatón es un vehículo pesado o una furgoneta,
en los que el diseño de su frontal es aproximadamente vertical
Cuando un vehículo, tipo turismo o todoterreno, colisiona contra un niño que
presenta, morfológicamente, una talla pequeña.
Cuando en el instante del atropello, el vehículo se encuentra acelerando. En este
caso debido a la transferencia de pesos en este proceso, se produce una elevación
de la carrocería sobre el eje delantero con respecto al eje trasero.
Las lesiones producidas por el contacto directo con el vehículo y aquellos que se derivan
el contacto con la carretera no están, generalmente, en el mismo lado del cuerpo.
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 291
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
En el referido trabajo PICS, la velocidad media de impacto para atropellos, que tengan
como patrón la trayectoria de envolvimiento, es aproximadamente de 30 km/h. El contacto entre
la cara o la cabeza del peatón con el parabrisas como aparece en la siguiente página no es
generalmente observado en velocidades por debajo de 40 km/h. Los peatones no son,
generalmente, sobrepasados en los casos reales clasificados de acuerdo a esta categoría (Ravani,
Brougham, & Mason, Pedestrian post-impact kinematics and injury patterns, 1981, p. 794).
2.4.3 Trayectoria de volteo sobre la aleta
La categoría de trayectorias de volteo sobre la aleta se da tanto para vehículo frenados
como aquellos que no lo están. El peatón es, generalmente, alcanzado por y volteado sobre la
aleta. La velocidad perpendicular del peatón o el diseño del vehículo normalmente influyen
sobre el cuerpo del peatón para que salga por el lateral del vehículo. También la localización
del primer contacto muy cerca de una de las esquinas del frontal del vehículo influye en la
cinemática del atropello.
292 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 6. EL ATROPELLO DE PEATONES
En este tipo de trayectorias, generalmente, solo hay un punto de contacto entre el peatón
y el vehículo generalmente a la altura de la rodilla y la pelvis, no existiendo por lo tanto contacto
secundario del torso y la cabeza contra el capó o el cristal. También puede observarse un giro
del peatón sobre su propio eje, antes de caer e impactar con la superficie de la vía.
2.4.4 Trayectoria de volteo sobre el techo
El volteo sobre el techo lo encontramos en aquellas situaciones en las que un peatón con
un centro de masas más alto que el borde anterior del capó es lanzado al aire como resultado de
la velocidad de impacto y/o el diseño del vehículo que es lo suficientemente alto para que el
centro de masas del peatón sobrepasa la línea del techo del vehículo.
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 293
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
Esta trayectoria es también común en los casos donde el vehículo está acelerando después
del impacto o en aquellos supuestos que se producen a una alta velocidad de impacto donde el
vehículo no se detiene hasta la fase post-impacto. En los trabajos publicados, los volteos sobre
el techo no son comunes a velocidades por debajo de 32 km/h. La velocidad media aproximada
para esta categoría en los ensayos llevados a cabo en el estudio PICS estuvo, normalmente,
sobre 60 km/h (Ravani, Brougham, & Mason, Pedestrian post-impact kinematics and injury
patterns, 1981, p. 799).
2.4.5 Salto mortal
La trayectoria de salto mortal es una variante del envolvimiento, aunque en aquella
energía suministrada al peatón es suficiente para causarle un giro o varios sobre su propio eje
en el vuelo en el aire. En este vuelo, además de un desplazamiento hacia atrás, se produce un
giro con pivote sobre su cabeza antes de impactar en la calzada.
294 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 6. EL ATROPELLO DE PEATONES
La dinámica de los peatones cuando son atropellados por un vehículo, la biodinámica del
cuerpo humano en estos eventos y la consiguiente distribución de las lesiones sufridas están
influidas por factores diversos, tales como la velocidad del impacto, la tipología del vehículo,
la rigidez y geometría del frontal del vehículo, la edad y la talla del peatón y la posición del
peatón con relación al punto de impacto con el frontal del vehículo. En definitiva no hay que
insistir en la complejidad de esta tipología concreta de hechos lesivos.
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 295
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
La comprensión del mecanismo lesional del peatón atropellado no es solo importante para
diseñar mejores sistemas de protección, o eliminar materiales dañosos para su integridad física,
sino que también es un conocimiento crítico en la gestión de las lesiones de las personas
atropelladas en las salas de emergencias hospitalarias, de dónde se deduce que los hospitales
que atienden a los lesionados deben estar integrados en la alimentación de datos y en el acceso
a su explotación en una base de datos sobre este tipo de siniestros viales.
De todos los caminos posibles para avanzar en el conocimiento de la biomecánica lesional
del peatón atropellado, aquí se presta atención a dos de ellos: por un lado, se pueden realizar
estudios epidemiológicos, más o menos extensos en la cantidad y calidad de la muestra, junto
a estudios de investigación en profundidad y, por otro lado, se puede llevar a cabo un análisis
biomecánico de cada región anatómica afectada para conocer los mecanismos lesionales y los
principales parámetros que intervienen en la mayor o menor lesividad en casa registro
anatómico. El resultado final que se pretende establecer es una serie de valores límite que
permitan comparar la realidad, los experimentos con maniquíes o con PMHS, las simulaciones
de ambos y los test de impacto actualmente en vigor en Europa.
Acercamiento epidemiológico a las lesiones observadas
La distribución estadística de las lesiones observadas en los peatones atropellados según
la región corporal afectada ha sido objeto de bastantes estudios epidemiológicos realizados por
investigadores de diferentes países desde los años ochenta y principios de los noventa, y que
ha sido completada con los datos más recientes publicados.
Con la información contenida en las bases de datos en profundidad elaboradas en Europa
en el proyecto Aprosys (Carter & Neal-Sturgess, 2008, pág. 640), en Estados Unidos de
Norteamérica en el estudio PCDS (Chidester & Isenberg, 2001, pág. 7), en Alemania en el
estudio de la Universidad de Hannover (Kalliske & Friesen, 2001, pág. 5) y en Japón un estudio
llevada a cabo por JARI (Mizuno, 2005, pág. 3) se ha confeccionado la
Tabla 26 en la que se exponen los porcentajes de lesiones en diferentes zonas corporales
del cuerpo de los peatones causados por una colisión con un vehículo de motor.
Tabla 26: Resumen de estudios epidemiológicos de lesiones causadas a peatones atropellados
296 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 6. EL ATROPELLO DE PEATONES
Del análisis de la información contenida en estas bases de datos se puede concluir que
las lesiones más frecuentes en los atropellos se localizan en la cabeza, una media del 28 %, y
en las extremidades inferiores, con un valor porcentual de 35,6 %.
En Francia, el registro de traumatismos de Rhône cuenta con datos sobre 3289 atropellos
ocurridos en el periodo comprendido entre 1996 y 2007 (Martin, Lardy, & Laumon, 2011, pág.
140). De esa base de datos puede extraerse que parte anatómica del cuerpo humano se vio
afectada sobre el total de registros, estando los resultados distribuidos de la siguiente forma
cabeza (38,7 %), tórax (8,54 %), el abdomen (2,98%), pelvis (8,79%), brazos (26,45%) y
piernas (49,56%).
En la Figura 167 se puede ver el esquema de las zonas corporales representativas que
resultan lesionadas (círculos verdes) en un atropello de un peatón adulto por el frontal de un
vehículo, mostrando las trayectorias de la cabeza con respecto a coches pequeños (trazo
discontinuo) y grandes (trazo continuo), los cambios de localización del impacto de la cabeza
a dos velocidades de impacto distintas (20 Km/h-40 Km/h). También se puede ver la
representación gráfica de la Distancia de Envolvimiento Alrededor del Capó (Wrap Around
Distance, WAD), en trazo discontinuo que es la distancia desde el suelo al punto de impacto
en el capo o en el parabrisas siguiendo el perfil del frontal del vehículo (Yang, 2005, pág. 104).
Trayectorias de la cabeza
40 Km/h
Vehículo pequeño
Regiones 20 Km/h
del cuerpo
lesionadas
WAD
Vehículo grande
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 297
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
Tabla 27: Porcentaje de partes del vehículo y calzada que impactan con el peatón
Distribución de las de las partes de los vehículos que golpean a los peatones atropellados AIS (2-6)
USA Australia Japón
Lugar o parte donde se produce
EUROPA 1994-1998 1985-1998 1987-1998 MEDIA
la lesión
(n=521) (n=783) (n=240)
Parachoques 21,0% 20,9% 19,8% 23,0% 28%
Capó / aleta 15,1% 21,6% 13,2% 14,0% 7,25%
Borde frontal capó /aleta 9,7% 13,8% 17,6% 8,5% 2,45%
Cristal parabrisas 16,0% 17,2% 5,5% 4,5% 6,65%
Marco parabrisas /pilar A 8,1% 8,7% 36,3% 7,7% 4,2%
Panel frontal 2,5% 4,4% 0% 5,0% 3,9%
Otros 4,3% 7,0% 1,6% 12,4% 11,5%
Contacto indirecto 1,0% 0,6% 0% 6,9% 35,6%
Superficie de la calzada 13,0% 5,9% 4,9% 9,8% 0,45%
Desconocido 9,4% 0,0% 1,1% 8,2% 8,8%
TOTAL 100 % 100 % 100 % 100 % 100,00%
Figura 168: Distribución de las lesiones corporales y las zonas del vehículo y la carretera que las producen
La Figura 168 muestra que las extremidades inferiores son las partes del cuerpo que más
frecuentemente resultan lesionadas en los peatones (32,7 %). Dentro de las lesiones que se
producen en las extremidades inferiores las de rodilla son las más graves a causa de los elevados
niveles de incapacidad que acarrean y los largos periodos de rehabilitación que necesitan en su
recuperación. Las lesiones en la cabeza (32,5 %), que pueden acarrear la muerte, y las lesiones
en las extremidades superiores (15,9 %) son también muy frecuentemente observadas en este
tipo de siniestro.
298 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 6. EL ATROPELLO DE PEATONES
El examen de las diferentes áreas del frontal del vehículo en consideración a su influencia
en las lesiones muestra que el 15,6 % de las lesiones son causadas por el cristal del parabrisas
y su marco, el 13,3 % por la parte superior del capó o las aletas, el 6,9 % por el por la parte
superior del frontal y el 15,3 % por el parachoques. Estos porcentajes suman el 83%, y el resto
hasta alcanzar el total comprende los casos desconocidos y las lesiones causadas por otras partes
del vehículo. Si lo referimos a las lesiones individualmente consideradas, por ejemplo la cabeza,
se observa que el 36,4 % de las lesiones son causadas por el parabrisas y su marco y el 17,3 %
son debidas al capó. En cambio en lo que a la cadera se refiere el 40,1 % de las lesiones a
situadas en esta región corporal son debidas a la parte superior del frontal del vehículo, mientras
que el 44,2 % de las lesiones en las piernas son consecuencia del impacto con el parachoques.
Aparece como evidente el efecto que tienen los parámetros de diseño del vehículo, tales
como la altura, el ángulo de ataque y la rigidez del parachoques o la longitud y la rigidez del
capó, en la severidad de las lesiones causadas a los peatones.
Pero la Figura 168 solo ofrece una imagen estática de las partes del vehículo y de la
calzada que producen las lesiones, es necesario conocer es misma imagen a lo largo de los
últimos cincuenta años para apreciar cómo influyen se los materiales y el diseño de los
vehículos en la lesividad de los peatones atropellados y si existe un desplazamiento.
Utilizando la información de GIDAS y la Universidad de Hannover se puede ver que los
vehículos diseñados y fabricados en los años setenta afectaban mucho a la cabeza y a las
extremidades inferiores (Otte, Road Safety: Reliable Data – Effective Policies, 2013, pág. 36).
Se trata del porcentaje total de casos en los cuales se encontraba afectada la parte anatómica
correspondiente.
Figura 169: Regiones anatómicas afectadas por vehículos diseñados en los años setenta
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 299
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
En los vehículos correspondientes a los años noventa bajan significativamente todas las
regiones anatómica, siendo la muestra considerablemente mayor al constar de 1074 casos (Otte,
Road Safety: Reliable Data – Effective Policies, 2013, pág. 38).
Figura 170: Regiones anatómicas afectadas por vehículos diseñados en los años noventa
Desde los noventa hasta el presente, en los diseños se ha hecho un importante esfuerzo
sobre la prevención de los traumatismos de cabeza, pero el resto de la anatomía no ha mejorado
mucho. La muestra consta de 780 casos (Otte, Road Safety: Reliable Data – Effective Policies,
2013, pág. 40).
300 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 6. EL ATROPELLO DE PEATONES
14,93 % 28,53 %
2,82 % 2,60 %
1,23 % 1,35 %
2,40 % 2,81 %
1,21 % 1,97 %
1,20 % 1,71 %
8,59 % 8,70 %
25,33 % 24,87 %
Los atropellos son más frecuentes en las vías urbanas, pero los ocurridos en las carreteras
y autovías tienen resultados más graves desde el punto de vista de la integridad física del peatón.
En los heridos graves, las lesiones en las extremidades inferiores cobran cada vez una gran
importancia, pero son las heridas en la cabeza las que causan la mayor mortalidad. En las
victimas muertas en vías urbanas las lesiones en cabeza se encuentran cerca del 40 %, y esto
tenido en cuenta que existe un porcentaje del 23 % de lesiones sin clasificar (Guerra, 2006, pág.
13).
Análisis de las lesiones producidas por registros anatómicos
Los estudios biomecánicos identifican los mecanismos lesionales debidos a los diferentes
impactos con el vehículo, aunque hay pocos que incluyan los impactos contra el suelo en su
contenido.
El mecanismo lesional puede definirse como una descripción de los cambios mecánicos
y fisiológicos que ocasionan el daño anatómico y funcional.
A continuación se desgranan de forma sintética los resultados de estos estudios sobre la
estructura y composición de cada una de las regiones anatómicas en que se suele descomponer
el cuerpo humano, las lesiones más habituales en los peatones y los mecanismos lesionales.
3.2.1 La cabeza
La cabeza se compone de una estructura ósea, denominada cráneo, que rodea y protege
al contenido intracraneal integrado por el cerebro, el cerebelo y el tronco del encéfalo.
Las lesiones más frecuentemente observadas en la cabeza de los peatones, a consecuencia
de los Traumatismos Craneoencefálicos (TCE), son las fracturas craneales, incluyendo las
laceraciones, las contusiones, los diferentes tipos de hematomas intracraneales y el Daño
Axonal Difuso (DAI) (Fahlstedt M. , 2015, pág. 7).
Las lesiones de la cara son heridas, raspaduras, cortes o lesiones debidas a la proyección
en el parabrisas de un vehículo ligero, lo que explica también las heridas en los párpados, así
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 301
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
como heridas más graves del globo ocular. En cambio, las fracturas de la cara, al margen de las
clásicas fracturas nasales, no se encuentran en gran número; las fracturas del macizo facial se
asocian con frecuencia con lesiones masivas del cráneo (Rodriguez Jouvencel, 2000, pág. 140).
Estos traumatismo se producen por el impacto directo de una parte del vehículo sobre la
cabeza o más frecuentemente por el choque de la cabeza contra el suelo u otro obstáculo
cualquiera. Cuando esto sucede se pueden observar tres tipos distintos de mecanismos de
lesión (Yang, 2005, pág. 5; Fahlstedt M. , 2015, pág. 12):
Lesiones frente al impacto craneal: lesiones por impacto.
Lesiones de contra golpe: el cerebro golpeando la tabla interna de la bóveda
craneana del lado opuesto al choque, por un mecanismo indirecto de agitación.
Lesiones de desaceleración
La cabeza del peatón con el contacto del frontal del coche está sujeto a un impacto de
fuerza directa y a una aceleración angular, así pues el peatón puede tener una lesión compleja
de cráneo-cerebro originada por la respuesta combinada de impacto.
Las fracturas del cráneo son de todos los tipos clasificados medicamente y están bastante
bien repartidas. Se han descrito situaciones en que los daños han sido tan importantes que se
etiquetaron como fracturas múltiples de cráneo con lesiones de tejido cerebral. Estas lesiones
vitales explican por sí solas la tasa de mortalidad de este grupo (Rodriguez Jouvencel, 2000,
pág. 140).
Por otro lado, si un peatón es golpeado por un móvil, mientras se desplaza a gran
velocidad, la masa encefálica que tiene la consistencia de gel, se aplasta o comprime contra las
paredes internas de la bóveda craneal, produciéndose de esta forma contusiones hemorrágicas
de los lóbulos frontales y temporales de una parte, del tronco cerebral por otra parte. De la
misma forma, cuando la cabeza es objeto de una carga de inercia en una aceleración angular,
habrá un movimiento relativo entre el cráneo y el cerebro.
Las lesiones en la cabeza dependen, principalmente, de la duración del impacto y de su
localización en el cráneo, así como de la rigidez de la zona superficial de contacto de la parte
superior del capo y el parabrisas, de tal forma que cuando la fuerza de impacto sobrepasa el
nivel de tolerancia, el hueso craneal se fractura
Las lesiones de la cara son heridas, raspaduras, cortes o lesiones debidas a la proyección
en el parabrisas de un vehículo ligero, lo que explica también las heridas en los párpados, así
como heridas más graves del globo ocular. En cambio, las fracturas de la cara, al margen de las
clásicas fracturas nasales, no se encuentran en gran número.
El impacto sobre el suelo sobreviene después de la fase de vuelo y puede agravar o crear
lesiones craneofaciales.
3.2.2 El cuello
La columna vertebral es la principal estructura portante de la cabeza y el torso. Se divide
en siete vértebras cervicales, doce torácicas y cinco lumbares. El cuello es la estructura formada
por esas siete vertebras y el conjunto de músculos que unen el tronco con la cabeza (Schmitt,
Niederer, & Walz, 2010, pág. 96).
La cinemática del peatón al ser golpeado por un vehículo puede llevar a pensar que la
columna vertebral, en general, y su zona cervical, en particular, pueden estar sometidas a
302 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 6. EL ATROPELLO DE PEATONES
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 303
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
Figura 173: Lesiones principales producidas de las extremidades inferiores del peatón a consecuencia del
atropello
Sin lugar a dudas, son unas de las lesiones más comunes en los atropellos a peatones no
mortales, también en España como se observa en la Figura 172. Las tipologías lesionales en
las extremidades inferiores más comunes en este tipo de atropellos son las fracturas de huesos
largos (fémur, tibia y peroné), las lesiones de rodilla y los esguinces o fracturas del tobillo o del
pie. Estas lesiones son la consecuencia normal del impacto en la pierna del peatón de alguna de
las partes del frontal del vehículo, tales como el parachoques, el capó y la parte superior del
frontal. Este tipo de impacto y la subsiguiente aceleración transmitida a las extremidades
inferiores tiene como resultado que se observen mecanismos complejos de lesión.
304 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 6. EL ATROPELLO DE PEATONES
El análisis del atropello a peatones está seriamente limitado por la falta de información
recogida o documentada en que basar este análisis. Cuando la información no se ha recogido o
de cualquier otra forma no está disponible, las técnicas descritas para calcular la velocidad de
impacto del vehículo no pueden ser aplicadas porque los datos necesarios simplemente no se
tienen. Hay también algunos supuestos donde las técnicas expuestas no pueden aplicarse al
conjunto de hechos a partir de un atropello determinado.
En aquellos casos donde la información está disponible o puede obtenerse, estas técnicas
pueden mostrarse efectivas para determinar la velocidad de impacto de un vehículo que ha
atropellado a un peatón.
La información sobre atropellos llevados a cabo en experimentos controlados se ha
añadido, para su análisis adicional por el lector, como Apéndice B. Este apéndice detalla los
resultados de los cálculos conseguidos utilizando algunas de las técnicas descritas aquí para
determinar la velocidad de impacto del vehículo para su comparación con la velocidad real a
que se realizaron esos test de impacto.
Modelos teóricos físico-matemáticos
Para la reconstrucción analítica del caso, se suelen utilizar las ecuaciones del movimiento
de una partícula, idealizando el comportamiento de un peatón proyectado, que tras describir un
tiro parabólico por el aire se desliza sobre una superficie hasta alcanzar su posición final.
En la mayoría de los casos, los métodos particulares expuestos a continuación al ser
aplicados a casos reales de atropello muestran un valor de la velocidad de impacto que se
encuentra dentro de un aceptable rango de error, si se compara con los múltiples experimentos
llevados a cabo con cadáveres humanos, con material biológico, con maniquíes instrumentados
y en simulaciones informáticas.
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 305
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
√2𝜇𝑝 𝑔(𝑆−𝜇𝑝 ℎ0 )
𝑣𝑝 = (𝑐𝑜𝑠 𝜃+𝜇𝑝 𝑠𝑒𝑛𝜃)
306 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 6. EL ATROPELLO DE PEATONES
2𝜇𝑝 𝑔(𝑆 − 𝜇𝑝 ℎ0 )
𝑣𝑝_𝑚í𝑛𝑖𝑚𝑎 = √
(1 + 𝜇𝑝2 )
La velocidad máxima a la que puede salir el peatón para recorrer una determinada
distancia es igual a la que tiene un vuelo sin altura, es decir, cuando el peatón ha ido deslizando
sobre el suelo desde el inicio del atropello. Este límite tiene como condición un determinado
valor del ángulo de proyección, que normalmente está muy alejado de los valores observados,
por lo cual habitualmente se utiliza la fórmula siguiente (Searle & Searle, The Trajectories of
Pedestrians, Motorcycles, Motorcyclists etc following a Road Accident,, 1983, p. 279; Searle,
The physics of throw distance in accident reconstruction, (No. 930659). SAE Technical Paper.,
1993, pág. 76).
𝑣𝑝_𝑚𝑎𝑥𝑖𝑚𝑎 = √2𝜇𝑝 𝑔𝑆
Por esta razón, el perfil del vehículo afecta significativamente a la trayectoria postimpacto
del peatón, y es por esto, por lo que la eficacia de la proyección será analizada en los casos de
transporte y proyección.
En una primera aproximación a la estimación de la velocidad de proyección del peatón,
se pueden simplificar las formulas anteriores no teniendo en cuenta la altura de salida h0, (Searle
& Searle, The Trajectories of Pedestrians, Motorcycles, Motorcyclists etc following a Road
Accident,, 1983):
2𝜇𝑝 𝑔𝑆
𝑣𝑝_𝑚í𝑛𝑖𝑚𝑎 = √(1+𝜇2 )
𝑝
𝑣𝑝_𝑚𝑎𝑥𝑖𝑚𝑎 = √2𝜇𝑝 𝑔𝑆
Se considera que como valores del coeficiente de rozamiento del peatón sobre el suelo
pueden utilizarse 0,66 ó 0,79, dependiendo de si se trataba de asfalto o de hierba,
respectivamente, y entendiendo que no existían grandes diferencias, en ambos casos, tanto si
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 307
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
la superficie estaba seca como si estaba mojada (Searle & Searle, The Trajectories of
Pedestrians, Motorcycles, Motorcyclists etc following a Road Accident,, 1983, p. 279).
En una trayectoria de envolvimiento hay que introducir una corrección de +10 % para
niños y + 20 % para adultos para calcular la velocidad del vehículo a partir de la velocidad
mínima, en aplicación de una corrección empírica basada en los experimentos de Appel, aunque
teniendo en cuenta todo tipo de trayectorias posibles, la velocidad media de impacto del
vehículo es un 6% más alta que la mínima (Searle, The physics of throw distance in accident
reconstruction, (No. 930659). SAE Technical Paper., 1993, pág. 73).
El uso de este método para el cálculo analítico de este tipo de siniestros ha sido validado
con datos de atropellos reales en el Reino Unido y los resultados han sido buenos, dentro de
unos límites aceptables de error, siempre que el coeficiente de rozamiento aplicable haya sido
ponderado adecuadamente (Field, 2003, pág. 26).
Método de Eubanks
Utilizando la solución de una ecuación cuadrática se puede calcular la velocidad de
impacto del vehículo (Eubanks & Hill, Pedestrian accident reconstruction and litigation,
1992b):
−𝑏 ± √𝑏 2 − 4𝑎𝑐
𝑣𝑝 =
2𝑎
Los valores de a, b y c aplicados a la ecuación cuadrática general previamente descrita
tienen en cuenta un movimiento del peatón en tres fases y proporcionan una velocidad de
impacto para un vehículo que ha atropellado a una persona.
1
𝑎=
2𝜇𝑝 𝑔
𝑑ℎ𝑜𝑜𝑑 2ℎ0
𝑏= +√
𝑣𝑝_𝑝𝑟𝑒𝑖𝑚𝑝𝑎𝑐𝑡𝑜 𝑠𝑒𝑛𝜃 𝑔
𝑐 = −𝑆
En este caso el significado de las variables utilizadas eran los siguientes:
θ = ángulo entre la velocidad preimpacto del vehículo y la trayectoria de proyección
del peatón.
dhood= la distancia del punto inicial de contacto en el vehículo al lateral del vehículo
por el que sale el peatón.
v p_ preimpacto = velocidad preimpacto del peatón.
h0 = el punto más alto de contacto con el vehículo, punto de salida del peatón.
Respecto a la eficiencia de la proyección que supone la relación entre la velocidad de
impacto del vehículo y la velocidad de salida del peatón en un atropello con trayectoria de
envolvimiento se puede definir como la relación entre la altura del cdg del peatón (d0) y el borde
superior del capó (h0) del vehículo.
ℎ0
Eficiencia de la proyección (EP) = × 100%
𝑑0
308 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 6. EL ATROPELLO DE PEATONES
Este modelo es adecuado para las trayectorias típicas de envolvimiento, considerando que
la relación entre la velocidad de salida del impacto del peatón está relacionada directamente
con la velocidad del vehículo a través de la siguiente formula:
1
𝑣𝑣 = 𝑣 (𝑡 )
𝐸𝑃 𝑝 𝑝
Donde EP es definido como factor de impacto (Wood D. , 1991, pág. 140; Aronberg &
Snider, 1994, pág. 446; Toor & Araszewski, 2003) o como, ya se ha dicho, eficiencia de
proyección (Eubanks & Hill, 1992b).En todo caso este parámetro tiene una naturaleza empírica.
Aplicando la relación del momento se definió la relación entre las velocidades de entrada
del vehículo y de salida del peatón (Happer, Araszewski, Toor, Overgaard, & Johal, 2000, pág.
7).
𝑚𝑣
Eficiencia de la proyección (EP) = × 100%
𝑚𝑣 +𝑚𝑝
Esta relación muestra que la velocidad de proyección está relacionada con la velocidad
de atropello del vehículo a través de sus respectivas masas. La EP se aproxima al 100 % solo
cuando la masa del vehículo es significativamente mayor que la masa del peatón. Se estima que
la EP puede variar entre el 80 % y el 100 % en la trayectoria de proyección horizontal y entre
el 50 % y el 90 % en la trayectoria de envolvimiento (Happer, Araszewski, Toor, Overgaard, &
Johal, 2000, pág. 8).
En este análisis, a través de la ecuación cuadrática, se asume una eficiencia de la
proyección absoluta y además los valores del coeficiente de rozamiento para el peatón (µp) son
determinados por la experiencia de los usuarios y no han sido predeterminados por el autor.
− Modelo de Batista generalizado con la pendiente de la vía
Searle afirmó que no era difícil tener en cuenta el ángulo de la pendiente de la vía (α) en
su desarrollo (The physics of throw distance in accident reconstruction, (No. 930659). SAE
Technical Paper., 1993, pág. 72), simplemente se tenía que reemplazar la aceleración de la
gravedad (g) por la expresión [g (cosα+µsenα)]. La altura h0 debe ser medida de forma normal
a la superficie inclinada de la vía.
Como se ha visto también el modelo anterior tenía en cuenta la pendiente de la vía, aunque
luego no desarrollaba completamente el modelo para tenerla en cuenta (Han & Brach, 2001,
pág. 4).
Como en el modelo de Searle, para idealizar el movimiento del peatón en un atropello
realizó las siguientes simplificaciones (Batista, 2008):
El impacto vehículo-peatón es simétrico y todos los eventos suceden en un solo
plano.
La velocidad inicial del peatón es cero.
Después del lanzamiento el peatón es considerado como una partícula de masa.
La superficie del suelo es plana.
El rozamiento entre el peatón y el suelo es constante.
No se tiene en cuenta la resistencia del aire.
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 309
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
Se parte del cálculo del tiempo total, teniendo en cuenta que el tiempo inicial (t0) oscila
sobre 0,2 s:
𝑣𝑝 (cos 𝜃 + 𝜇𝑠𝑒𝑛𝜃)
𝑡𝑝 = 𝑡0 +
𝑔(𝑐𝑜𝑠 𝛼 + 𝜇𝑠𝑒𝑛𝛼)
E igualmente la Distancia total puede definirse con la expresión siguiente, teniendo en
cuenta que la distancia de contacto son aproximadamente 2 m:
𝑣𝑝 (cos 𝜃 + 𝜇𝑠𝑒𝑛𝜃)
𝑆 = 𝑠0 + 𝜇ℎ0 +
𝑔(𝑐𝑜𝑠 𝛼 + 𝜇𝑠𝑒𝑛𝛼)
De donde se llega a la definición de la velocidad de proyección del peatón en base a la
siguiente ecuación, teniendo en cuenta que la pendiente p = tan (α) medida en tanto por uno:
A partir de esa velocidad de proyección del peatón se puede calcular la velocidad del
vehículo en relación con sus masas y teniendo en cuenta la EP:
1 + 𝑚𝑝 𝑣𝑝
𝑣𝑣 = ( )
𝑚𝑐 𝐸𝑃
Batista, también, formuló una versión generalizada de las ecuaciones de Searle:
1 (𝜇𝑝 +𝑝)
𝑣𝑝_𝑚á𝑥𝑖𝑚𝑎 < 𝜇 √2𝑔 (𝑆 − 𝑠0 − 𝜇𝑝 ℎ0 ) (𝜇𝑝 ≤ 1 ∪ 𝜃 > 𝜃∗ )
𝑝 √1+𝑝2
310 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 6. EL ATROPELLO DE PEATONES
Para aplicar este método, en primer lugar se calcula la distancia de caída (df):
𝜇 𝑆
𝑑𝑓 = (2𝜇𝑝 ℎ0 ) − 2ℎ0 √𝜇𝑝2 − ( 𝑝 ⁄ℎ )
0
Coeficiente de Rozamiento
Asfalto 0,45-0,60
Hormigón 0,45-0,65
Césped-hierba 0,45-0,70
Hay que hacer notar que en este caso, por el método experimental utilizado de hacer
deslizar un cuerpo humano sobre la superficie, se trata del valor del coeficiente de rozamiento,
por este motivo es menor que el hallado por otros autores cuando lo utilizan como coeficiente
de retardo.
Modelo de Eubanks
Este modelo se aplica al caso de un peatón que es proyectado horizontalmente con un
ángulo de salida de cero grados. La fórmula obtenida se puede aplicar los atropellos en que
estaba implicado un vehículo pesado de frontal recto y atropellos en que estaban implicados
niños y vehículos grandes (Eubanks & Haight, Pedestrian involved traffic collision
reconstruction methodology, 1992a, p. 46).
−𝑏±√𝑏 2 −4𝑎𝑐
𝑣𝑝 = 2𝑎
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 311
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
2ℎ0
𝑏=√
𝑔
𝑐 = −𝑆
O en una sola expresión, quedaría:
2𝑔𝑆
𝑣𝑝 = (−𝜇𝑝 )(√2𝑔ℎ0 − √2𝑔ℎ0 + )
𝜇𝑝
El resultado de vp calculado a través de este método debe coincidir con los resultados del
modelo de Collins, ya que solo varían en la forma de exposición de las ecuaciones.
El valor del coeficiente de rozamiento por deslizamiento para el peatón se determinaba
por las experiencias de los usuarios y no fue abordado por los autores. Además, se tienen que
tener en cuenta la Eficiencia de la Proyección y el rozamiento del aire, en su caso, para obtener
la velocidad de impacto del vehículo.
Modelo de Hague
Si se vuelve a utilizar la fórmula de la velocidad máxima de proyección del peatón, pero
ajustándola al coeficiente de rozamiento del vehículo (Field, 2003):
𝑣𝑚á𝑥𝑖𝑚𝑎 = √2 × 0,88 × 𝜇𝑣 × 9,81 × 𝑆
Se ha introducido la sugerencia de Hill para considerar que, por término medio, el valor
del coeficiente de rozamiento del peatón es un 88 % del que tendría el vehículo que lo atropelló.
Además considera que la Eficiencia de la Proyección tiene un valor de 80 %. Al comparar la
velocidad calculada con los experimentos llevados a cabo se puede observar que sobreestima
la velocidad tanto del peatón como del vehículo, aunque puede servir como límite superior.
En la conferencia ITAI de 2001, se presentó la siguiente fórmula para calcular la
velocidad máxima de deslizamiento de un peatón que ha caído desde la altura (h0) de su centro
de gravedad (Hague, 2001, pág. 102).
𝑣𝑝_𝑚á𝑥𝑖𝑚𝑎 = √2𝜇𝑝 𝑔𝑆 + 𝜇𝑝 √2𝑔ℎ0
El primer término a la derecha es la ecuación normal para determinar la perdida de
velocidad de un cuerpo que desliza por el suelo, mientras que el segundo término a la izquierda
refleja la perdida de velocidad debida a la caída desde la altura máxima alcanzada (h0) y es
simplemente el producto del coeficiente de rozamiento por la velocidad vertical de impacto del
objeto.
Además, Hague ofrece un conjunto de coeficientes de rozamiento obtenidos por
experimentación con ropa de algodón y de nilón en diferentes superficies (Hague, 2001, pág.
104).
312 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 6. EL ATROPELLO DE PEATONES
Tabla 29: Coeficientes de rozamiento de un peatón en función del material de su vestimenta y de la superficie
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 313
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
Los gráficos resultantes establecen una velocidad superior y una inferior. Se pueden,
también, determinar las ecuaciones de las líneas contenidas en los gráficos. Las velocidades
mostradas en los gráficos se refieren a la velocidad del vehículo más que a la del peatón.
El valor de vmáxima es similar al encontrado para adultos mientras que vmínima es menor que
cualquiera de los datos empíricos.
314 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 6. EL ATROPELLO DE PEATONES
Método de Searle
Se trata de una corrección experimental de la fórmula que se expuso como resultado del
modelo físico desarrollado a partir de la consideración del movimiento de una partícula. Con
los datos procedentes de los experimentos de atropellos a maniquíes se procede a una
redefinición del planteamiento. Si los efectos del rozamiento del impacto vertical son el 63 %
de los calculados teóricamente, entonces la distancia alcanzada para H = 0 se convierte en:
2
(𝑣𝑝ℎ + 2,8𝜇𝑝 𝑣𝑝ℎ + 0,4𝜇𝑝2 𝑣𝑝2 )
𝑆=
2𝜇𝑔
1 14𝜇𝑝
En este caso particular, un ángulo de 𝑎𝑟𝑐𝑡𝑔 (5−2𝜇 2 ) minimizará la velocidad de
2 𝑝
proyección del peatón con este valor (Searle, The physics of throw distance in accident
reconstruction, (No. 930659). SAE Technical Paper., 1993, pág. 74):
2 2𝜇𝑝 𝑔𝑆
𝑣𝑝_𝑚𝑖𝑛𝑖𝑚𝑎 =
2 +√0,25+1,67𝜇 2 +0,04𝜇 4
0,5+0,2 𝜇𝑝 𝑝 𝑝
Se hace notar que las unidades de medida del resultado de la ecuación anterior son
kilómetros por hora, midiéndose el parámetro S en metros y la deceleración del vehículo av
en unidades de aceleración de la gravedad (g).
Modelo de Rau
A través del análisis de la base de datos de investigaciones en profundidad sobre
atropellos llevado a cabo en Alemania por la Universidad de Hannover se consiguió establecer
la siguiente relación (Rau, Otte, & Schulz, 2000, pág. 145; Depriester, Perrin, Serre, &
Chalandon, 2005, pág. 7):
𝑆 = 0,0052𝑣𝑣2 + 0,0783𝑣𝑣
De donde la velocidad de impacto del vehículo sería:
−0,0783±√0,0061+0,0208𝑆
𝑣𝑣 = 0,0104
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 315
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
Modelo de Wood-Simms
En 2004, se publicó una primera versión de este modelo estadístico (Wood, Simms, &
Walsh, Confidence limits for impact speed estimation from pedestrian projection distance,
2004, pág. 221) en el que consideraban inadecuada la relación lineal entre la velocidad de
proyección del peatón y la raíz cuadrada de la distancia de proyección y optaban por una
regresión que utiliza una ley de potencia de la forma:
𝑣𝑣 = 𝐶(𝑆 − 𝑆0 )𝐷
El valor de S0 se eligió para maximizar la correlación de la regresión y los parámetros del
modelo que se incluyen en la Tabla 31 (Wood & Simms, Pedestrian and Cyclist Impact, a
biomechanical perspective, 2009, pág. 70).
Tabla 31: Valores de los parámetros trayectoria de envolvimiento
Usando esta relación de regresión, se compararon los valores obtenidos en cada distancia
de proyección con los datos de los experimentos disponibles y mediante una función de Student
t se comprobó que no había diferencias significativas entre las velocidades de colisión de los
test y las que ofrece el modelo con un nivel de confianza del 95 %.
Al año siguiente el mismo equipo revisó sus resultados para conseguir una velocidad de
colisión del vehículo que utilizaba la misma relación anterior, pero en la cual habían cambiado
ligeramente los coeficientes de la velocidad media de acuerdo con esta nueva tabla (Wood,
Simms, & Walsh, Validated models for pedestrian impact and projection, 2005, pág. 6):
Tabla 32: Valores de los parámetros trayectoria de envolvimiento
316 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 6. EL ATROPELLO DE PEATONES
Niños n = 39 𝑺 = 𝟎, 𝟎𝟖𝟖 × 𝐕 𝟐 𝑹𝟐 = 𝟎, 𝟖𝟎
𝑆
𝑣𝑝_𝑛𝑖ñ𝑜 = √0,088
Modelo de Toor
En un primer trabajo alcanzaron una fórmula basada en un análisis estadístico de una
amplia muestra de casos de atropello y el resultado fue el siguiente (Happer, Araszewski, Toor,
Overgaard, & Johal, 2000, pág. 6; Toor, Araszewski, Johal, Overgaard, & Happer, 2002, pág.
5) :
𝑣𝑣 = 11,4√𝑆 − 0,4
Con un error de ± 10,5 km/h para el percentil 85 de la muestra.
Dos años más tarde, se analizaron los datos de 359 atropellos a peatones aportados por
diversas fuentes para revisar y validar modelos estadísticos anteriores (Toor, Araszewski, Johal,
Overgaard, & Happer, 2002, pág. 8).
𝑣𝑣 = 11,3√𝑆 − 0,3
Con un error estimado de ±10,5 km/h en el intervalo de los percentiles 15 a 85 y de ±14
km/h en el intervalo de los percentiles 5 a 95.
Un año más tarde, los mismos autores publicaron una ley de potencia que vinculaba la
velocidad de atropello del vehículo con la distancia de proyección horizontal (Toor &
Araszewski, Theoretical vs empirical solutions for vehicle/pedestrian collisions, SAE paper
2003-02-0883,, 2003, pág. 121)
𝑣𝑣 = 8,25 𝑆 0,61
Con un error estimado de ± 7,7 km/h en el intervalo de los percentiles 15 a 85 y de ±12,2
km/h en el intervalo de los percentiles 5 a 95.
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 317
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
Modelo de Simms-Wood
En cambio para la trayectoria postimpacto de proyección horizontal la relación empírica
es la siguiente (Wood, Simms, & Walsh, 2004, pág. 222).
𝑣𝑣 = 𝐴√𝑆 + 𝐵
Donde ahora los valores a utilizar son los que se establecen en la Tabla 34 tabla (Wood
& Simms, Pedestrian and Cyclist Impact, a biomechanical perspective, 2009, pág. 70).
Tabla 34: Coeficientes de la regresión lineal para el modelo de proyección horizontal
Un año después, el mismo equipo revisó sus resultados para conseguir una velocidad de
colisión del vehículo que utilizaba la misma relación anterior, pero en la cual habían cambiado
ligeramente los coeficientes de la velocidad media de acuerdo con Tabla 35 (Wood, Simms, &
Walsh, Validated models for pedestrian impact and projection, 2005, pág. 6).
Tabla 35: Valores de los parámetros trayectoria de proyección horizontal
318 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 6. EL ATROPELLO DE PEATONES
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 319
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
Con vehículos más modernos, la relación entre el punto de impacto de la cabeza del
peatón sobre el parabrisas y la velocidad del vehículo puede establecerse en base a experiencias
realizadas, tanto con maniquíes como por PMHS (Toor, Araszewski, Johal, Overgaard, &
Happer, 2002, pág. 2):
Figura 177: Relación entre la altura de impacto de la cabeza del peatón y la velocidad de impacto del vehículo
De este modo, los daños analizados sólo incluyen colisiones que presentan una velocidad
aproximada de impacto de hasta 80 Km/h. Por consiguiente, las tendencias presentadas de
daños en un vehículo sólo pueden emplearse para velocidades de impacto cuyo valor no sea
superior a 80 Km/h.
En todo caso este método solo permite hacer una primera estimación y en ningún caso
puede servir para establecer conclusiones.
4.3.3 Estimación la velocidad de impacto a partir de las lesiones causadas al
peatón.
Las lesiones sufridas por los peatones como consecuencia de un atropello se pueden
emplear para ayudar a la reconstrucción del siniestro. De este modo, el objeto de varios estudios
e investigaciones ha consistido en relacionar las lesiones específicas sufridas por el peatón con
un rango de velocidad de impacto más probable, procesos éstos que siguen abiertos en los
trabajos de investigación.
De todos estos estudios se pueden extraer una serie de conclusiones fundamentales:
La severidad de la lesión se incrementa con la velocidad de impacto.
El impacto inicial con el vehículo siempre suele ser más severo que contra el suelo
tras la fase biomecánica del atropello.
Los peatones más jóvenes (niños) y los más mayores (ancianos) son las personas
con mayor probabilidad de sufrir lesiones de mayor gravedad.
Otros factores que influyen en las lesiones producidas a los peatones, amén de la
velocidad de impacto, son las características del propio peatón y las estructurales del vehículo.
Aunque no existen relaciones específicas entre velocidad de impacto y lesión. Si que se pueden
extraer algunas tendencias generales como se muestra en la siguiente tabla (Toor, Araszewski,
Johal, Overgaard, & Happer, 2002).
320 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 6. EL ATROPELLO DE PEATONES
Lesiones Severas que suelen ser fatales para la vida > 55 Km/h
Estas tendencias de lesión son muy genéricas y proporciona sólo una estimación
aproximada de la velocidad de impacto del vehículo. Dependiendo de las circunstancias
específicas del impacto y de la geometría del vehículo, lesiones severas (fractura de huesos)
pueden producirse a velocidades relativamente bajas (20 Km/h), y también es posible que un
peatón implicado en siniestros viales a alta velocidad resulte con lesiones menores. Los datos
de lesiones son insuficientes para estimar con precisión la velocidad de impacto, pero si pueden
servir de apoyo para otras técnicas.
Según Limpert, los análisis de las estadísticas de atropello a peatones muestran que la
probabilidad de recibir lesiones mortales es de un 3,5 % a 25 km/h, 37 % a 50 km/h y 83 % a
66 km/h. La severidad de las lesiones, puede expresarse mediante la fórmula siguiente teniendo
en cuenta la Escala abreviada de lesiones (Abbreviated Injury Scale, AIS):
𝐴𝐼𝑆𝑝 = 0,0044 × (𝑣𝑐 )2
donde vc es la velocidad de impacto (mph), por lo que luego habría que convertir a
kilómetros por hora la velocidad estimada.
La severidad de las lesiones asociadas con la colisión secundaria entre el peatón y el suelo
puede aproximarse a la fórmula:
𝐴𝐼𝑆 = 0,9 + 0,0009 × (𝑣𝑐 )2
Recordamos que la severidad de las lesiones AIS varía entre 0 (sin lesión) a 6 (mortal).
El análisis de la primer fórmula indica que para vc = 0, es decir sin impacto, pero en la
segunda un peatón que simplemente se cae al suelo puede sufrir lesiones leves por lo que la
AIS en la segunda fórmula para vc, toma un valor de 0,9.
Probabilidad del peatón de
resultar muerto o herido
Velocidad de Impacto
(Km/h)
Figura 178: Probabilidad que tiene un peatón de resultar muerto o herido grave en un atropello según la
velocidad de impacto del vehículo
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 321
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
Finalmente, tomando los datos de un estudio realizado por IDIADA sobre atropellos a
peatones en la ciudad de Barcelona se exponen las siguientes relaciones entre velocidades de
circulación, velocidades de impacto, indicadores de tolerancia y riesgo de lesión (Barrios,
2005):
Tabla 37:Relación velocidad, tolerancia al impacto y riesgo
322 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 6. EL ATROPELLO DE PEATONES
Donde:
POI. Punto de impacto o atropello.
PF. Posición Final del vehículo que atropella al peatón.
PED. Posición en la que el conductor comienza a ejecutar la maniobra evasiva de
frenado de emergencia del vehículo.
PPR. Posición en la que el conductor percibe el ECRIT relacionado con el peatón
y comienza el tiempo de reacción.
t1 (TR). Tiempo de reacción del conductor desde que percibe el peligro hasta que
acciona los frenos. Es variable, oscilando según la edad, estado físico y psíquico
entre 0,4 a 2 segundos. Empíricamente en una persona en condiciones normales se
estima entorno a 0,75 segundos.
t2 (TRF) Tiempo de retardo del sistema de frenado. Frenada antes de patinar, es el
intervalo de tiempo en que los frenos no ejercen toda su fuerza, oscila entre 0,2 a
0,6 segundos, dependiendo del buen estado del circuito de frenos. Empíricamente
y a partir de los datos proporcionados se estimará en 0,25 segundos.
t3 (B). Frenada antes de marcar, es el intervalo de tiempo en dónde el calor va
aumentando debido al deslizamiento hasta que estas comienzan a degradarse
dejando una marca oscura sobre el pavimento.
t4 (C1). Marcaje de huellas antes del atropello.
t5 (C2). Marcaje de huellas después del atropello.
S1 . Es espacio que transcurre a la velocidad de circulación (Vi) durante el tiempo
de reacción (TR). Es un cálculo fundamental para aplicar MOSES ya que es el
espacio que media entre el PPR y el PED, y sirve como referencia para calcular el
espacio del PPP al PED que es el objeto de estudio a efectos de determinar el grado
de atención a la conducción.
S2. Es el espacio que transcurre durante la activación del sistema de frenado
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 323
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
S3. Es el espacio en el cual el vehículo ha bloqueado las ruedas por la frenada, pero
todavía no deja huella visible. Oscilando entre 1 a 4 metros siendo difícil de precisar
debido la posibles marcas que deja desaparecen rápidamente como consecuencia
del viento o del paso de otros vehículos. Para el cálculo de las velocidades se estima
en 1 metro.
S4 Huella de frenada anterior al atropello.
S5 Huella de frenada posterior al atropello.
Vi Velocidad de circulación inicial. Durante la fase de reacción se mantiene la
hipótesis según la cual el vehículo circula a velocidad constante.
Vi Velocidad inicio de la frenada severa. Es la velocidad que lleva al comienzo de
la activación del sistema de frenado.
Vb Velocidad inicio del bloqueo de las ruedas, aunque todavía no deje huella visible
de frenada.
Vimp. Velocidad de impacto. Es la velocidad que tiene el vehículo en el momento
del atropelllo.
Vf Velocidad final. Esta velocidad es nula ya que el vehículo acaba en reposo total.
Aplicando el Principio de conservación de la Energía al sistema, sin tener en cuenta la
velocidad del peatón, ni su distancia de proyección:
1 2
× 𝑚𝑣𝑒ℎ × 𝑣𝑖𝑚𝑝𝑎𝑐𝑡𝑜 = 𝑚𝑣𝑒ℎ × 𝜇 × 𝑔 × 𝑑
2
La velocidad de impacto vimpacto se calcula utilizando la siguiente ecuación
𝑣𝑖𝑚𝑝𝑎𝑐𝑡𝑜 = √2 × 𝜇 × 𝑔 × 𝑑
Donde:
– vimpacto = Velocidad de impacto del vehículo (m/sg)
– µ = Coeficiente de rozamiento neumático/superficie de la calzada
– g = Coeficiente de gravedad (m/sg2)
– d = distancia de la huella de deslizamiento, en este caso S5
Si se tiene en cuenta la deceleración sufrida desde el inicio la frenada severa (𝑣𝑖 ) hasta
el bloqueo de ruedas (𝑣𝑏 ) y se aplica la ecuación abajo inserta, se observa que faltan dos datos,
el valor de la aceleración (a) y el del tiempo (t).
𝑣𝑖 = 𝑣𝑏 + (𝑎 × 𝑡)
324 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 6. EL ATROPELLO DE PEATONES
𝐷𝑒𝑐𝑒𝑙𝑒𝑟𝑎𝑐𝑖ó𝑛
𝜇𝑔
1
𝜇𝑔
2
𝑡0 𝑡1 𝑡2 𝑇𝑖𝑒𝑚𝑝𝑜
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 325
CAPÍTULO 7. SINIESTROS VIALES CON IMPLICACIÓN DE CICLISTAS
CAPÍTULO 7
SINIESTROS VIALES CON
IMPLICACIÓN DE CICLISTAS
INTRODUCCIÓN
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 327
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
arrastran un coche de niño o de una persona con discapacidad o cualquier otro vehículo sin
motor de pequeñas dimensiones, los que conducen a pie un ciclo o ciclomotor de dos ruedas, y
las personas con discapacidad que circulan al paso en una silla de ruedas, con o sin motor”.
Para la Orden Ministerial INT/2223/2014, de 27 de octubre, por la que se regula la
comunicación de la información al Registro Nacional de Víctimas de Accidentes de Tráfico, en
su Anexo II apartado A) punto 2 se considera que “un vehículo está implicado en un accidente
de tráfico cuando concurren una o varias de las circunstancias siguientes:
a) Entrar el vehículo en colisión con:
− Otro u otros vehículos, en movimiento, parados o estacionados.
− Peatones.
− Animales.
− Otro obstáculo.
b) Sin haber entrado en colisión, haber resultado, como consecuencia del accidente,
fallecidos o heridos el conductor y/o algún pasajero del vehículo, o haberse
ocasionado sólo daños materiales.
c) Estar el vehículo parado o estacionado en forma peligrosa, de modo que constituya
uno de los factores del accidente.
d) Sin haber sufrido el vehículo o sus ocupantes directamente las consecuencias del
accidente, constituir el comportamiento del conductor o de alguno de los pasajeros
uno de los factores del accidente.
e) Haber sido arrollado el conductor o un pasajero del vehículo por otro en el momento
en que subía o descendía de él, o después de haber caído desde el vehículo a la vía,
en cuyo caso ambos vehículos se consideran implicados en el accidente”.
Mientras que la misma Orden Ministerial, en su Anexo II, apartado A) número 3 establece
que se consideran “personas implicadas en un accidente de tráfico los ocupantes de los
vehículos definidos en el punto anterior y también los peatones cuando resulten afectados por
un accidente de tráfico o su comportamiento haya sido uno de los factores del mismo, conforme
a las siguientes circunstancias:
f) Conductor: Toda persona que, en el momento del accidente, lleva la dirección de un
vehículo implicado en un accidente de tráfico. En vehículos que circulen en función
de aprendizaje de la conducción, es conductor la persona que está a cargo de los
mandos adicionales.
g) Pasajero: Toda persona que, sin ser conductor, se encuentra dentro o sobre un
vehículo, o es arrollada mientras está subiendo o bajando del vehículo. Los
conductores que han dejado de llevar la dirección del vehículo y son arrollados
mientras suben o bajan del mismo se consideran pasajeros.
h) Peatón: Toda persona que, sin ser conductor ni pasajero, se ve implicada en un
accidente de circulación. Se consideran peatones quienes empujan o arrastran un
coche de niño o de una persona con movilidad reducida o cualquier otro vehículo sin
motor de pequeñas dimensiones, los que conducen a pie un ciclo, ciclomotor o
motocicleta; las personas que se desplazan en silla de ruedas, con o sin motor; las
personas que se desplazan sobre patines u otros artefactos parecidos; las personas que
se encuentran reparando el vehículo, empujándolo o realizando otra operación fuera
328 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 7. SINIESTROS VIALES CON IMPLICACIÓN DE CICLISTAS
del mismo; los conductores o pasajeros que, tras haber abandonado sus vehículos, son
arrollados mientras se alejan de los mismos caminando”.
Por este motivo, de acuerdo con la normativa española, un ciclista que utiliza una bicicleta
por una vía de uso común en España puede sufrir diferentes tipos de siniestros viales:
− Como conductor de un vehículo, bicicleta como ciclo de dos ruedas a pedales o con
pedaleo asistido, puede sufrir una colisión con otro vehículo, incluidos aquellos que
sean de motor y los que no lo sean.
− Como conductor de un vehículo, en el caso de caída sobre la vía o de salida de la
misma con la sola implicación de su vehículo, en ambos casos con o sin colisión
con un objeto dentro o fuera de la plataforma.
− Como ocupante de una bicicleta, en los casos excepcionales que la normativa
permite esta opción, puede resultar implicado en el siniestro vial y, en su caso,
resultar víctima de la colisión u otra tipología de siniestros viales.
− Como peatón cuando resulte atropellado por otro vehículo, sea o no de motor,
cuando conduzca a pie su bicicleta, cuando se encuentre reparándola o tras haber
abandonado su bicicleta son arrollados alejándose de la misma.
Además, el ciclista, como conductor de un vehículo, puede atropellar con su bicicleta a
un peatón y causarle la muerte o lesiones de diversa gravedad, pero en este caso la víctima
principal del siniestro vial se consideraría al peatón, aún en el supuesto de producirse lesiones
el ciclista a consecuencia del impacto o de la posterior caída.
Luego, a modo de conclusión, en la mayoría de los supuestos no puede hablarse,
propiamente, de atropello a ciclista, sino de colisión de un vehículo con una bicicleta o con un
ciclo de dos ruedas. De la misma forma, en los siniestros viales en los cuales solo está implicada
una bicicleta, hay que referirse a la salida de vía de un vehículo o a una caída de un conductor
de una bicicleta, fuera o dentro de la vía. Solamente puede utilizarse la referencia al atropello
cuando el ciclista o el ocupante de una bicicleta tengan la consideración de peatón, al menos, a
efectos estadísticos o cuando sea la bicicleta, como vehículo, la que atropelle a un peatón.
Estadística
La tendencia global de los ciclistas víctimas de siniestros viales en España es claramente
descendente hasta 2008, a partir de ese año puede observarse un repunte de en las cifras que ha
significado un retroceso de una década. Si se atiende a la cifra de fallecidos, la tendencia global
hasta 2006, en el que comienzan a observarse dientes de sierra con fluctuaciones en torno a los
70 fallecidos anuales, pero con desigual aplicación en vías interurbanas y urbanas, pues
mientras 2016 marca un mínimo histórico en las primeras para las segundas se observa un
importante rebote que le lleva a superar la cifra de ciclistas muertos en 1995 (DGT, 2017, págs.
59-62).
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 329
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
Tabla 38: Ciclistas fallecidos y heridos graves hospitalizados como víctimas de siniestros viales ocurridos en vías
interurbanas y urbanas
En 2016, los usuarios de bicicletas se vieron implicados en 7673 siniestros en los que
fallecieron 67 ciclistas, nueve más que el año anterior, resultaron heridos hospitalizados 736
personas, lo que supone un 12,9% más que el año anterior, y 6635 fueron heridos no
hospitalizados.
La Tabla 38 tiene diferentes lecturas que pueden verse mejor de una forma gráfica. De
esta forma si se observan solo las cifras totales de víctimas, ya sean fallecidos o heridos
hospitalizados, se tendría un primer periodo de descenso 1993-2000, un estancamiento de 2001-
2008 y un repunte en el periodo 2009-2016. En cambio sí solo se observan las cifras de
fallecidos la tendencia es bastante más plana con una continua tendencia al descenso. Es
evidente que en el conjunto de los ciclistas víctimas de un siniestro vial, la tendencia la marca
el número de heridos hospitalizados y no la cifra de fallecidos, cuyo número, dentro del
estancamiento, puede sufrir ligeras modificaciones al alza o a la baja sin afectar prácticamente
a la tendencia global.
En el correspondiente Plan Estratégico o en un Plan de Acción específico dedicado a los
ciclistas el número de heridos graves hospitalizados es un indicador más fiable que el número
de fallecidos para realizar un análisis de la situación y evolución de la siniestralidad de este
colectivo dentro de los objetivos generales de seguridad vial.
330 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 7. SINIESTROS VIALES CON IMPLICACIÓN DE CICLISTAS
2500 160
140
2000
120
1500 100
80
1000 60
40
500
20
0 0
Figura 181: Comparación anual de las cifras totales de víctimas y heridos graves hospitalizados (eje izquierdo)
con el número de fallecidos (eje derecho)
1200
1000
800
600
400
200
Figura 182: Comparación de los ciclistas victimas de siniestros viales en zona interurbana y en zona urbana
Al comienzo del periodo la línea de las victimas totales sigue milimétricamente a la línea
de víctimas en zona interurbana, puede comprobarse esta afirmación en lo acaecido entre los
años 2000-2002, pero a partir del año 2010 es la línea de las víctimas en zona urbana la que
determina la tendencia de las víctimas totales. Este importante cambio de tendencia, debería
haber llevado aparejado un cambio en la Estrategia de Seguridad Vial respecto al colectivo
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 331
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
ciclista que llevase a adoptar medidas prioritariamente urbanas, frente a otras posibles en zonas
interurbanas.
En la actualidad, concretamente en el año 2016 en España, los usuarios de bicicletas que
fueron víctimas de un siniestro vial alcanzaron la cifra de 7438 personas, de los cuales 67
fallecieron, 736 resultaron heridos hospitalizados y 6635 fueron heridos no hospitalizados. La
mayoría de las víctimas se produjeron en vías urbanas (70,7 %), donde también se provocaron
la mayoría de los heridos no hospitalizados ciclistas (73,13%). Sin embargo, el número mayor
de ciclistas fallecidos se produjo en vías interurbanas, ya que 40 hallaron la muerte en este tipo
de vía frente a los 27 que lo hicieron en una vía urbana (DGT, 2017, págs. 59-62).
Desde el punto de vista estadístico, sería necesario relativizar esas cifras absolutas
comparando la evolución de las tasas de fallecidos y heridos usando la bicicleta con la evolución
del número de habitantes. Si se atiende a las tasas anuales de ciclistas que resultaron muertos
en un siniestro vial por millón de habitantes en el año 2001 la cifra alcanzó un valor de 11,43
que tres lustros después había caído hasta el 1,16, con una evolución en la última década que
puede observarse en la Figura 183.
8,00
7,00 6,89
6,00
5,49
5,00
4,00 3,97
3,34
3,00
2,13
2,00
1,57
1,41 1,15 1,20
1,13
1,16
1,00
0,00
2004 2006 2008 2010 2012 2014 2016 2018
El indicador nacional que debería utilizarse para estimar el nivel de riesgo de fallecer
conduciendo una bicicleta, siguiendo la recomendación del Consejo Europeo de Seguridad en
el Transporte (European Transport Safety Council, ETSC), se hallaría dividiendo el número de
ciclistas muertos en un año entre la distancia media recorrida por persona en bicicleta en ese
país. Solamente tres países europeos registran sistemáticamente el número de billones de
kilómetros recorridos de media por persona en bicicleta anualmente (Steriu, 2012, pág. 6) y
otros dos lo hacen esporádicamente.
332 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 7. SINIESTROS VIALES CON IMPLICACIÓN DE CICLISTAS
Tabla 39: Tasa de ciclistas fallecidos en siniestros viales por billón de kilómetros recorridos
PAIS 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 MEDIA Km/persona
Noruega 11,5 n.c n.c n.c 10,1 n.c n.c n.c 11,0 n.c 11,0 171,1
Dinamarca 19,6 17,2 15,8 18,8 13,6 10,4 18,8 17,8 8,5 9,9 12,1 521,3
Holanda 17,3 15,1 15,9 13,1 12,7 15,4 13,4 13,2 12,3 11,6 12,4 863,2
Suecia n.c n.c n.c n.c n.c 14,4 n.c n.c n.c n.c 14,4 198,9
Reino Unido 33,1 30,2 25,7 32,4 34,3 31,7 32,5 24,2 21,0 22,1 22,4 79,1
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 333
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
1200
800
800 800 780
700 710
600
400
200
0
2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016
España es, además, un caso peculiar dentro del panorama europeo, en cuanto al uso de la
bicicleta se refiere, así en el año 2016 ha aumentado un 20 % las ventas de bicicletas de carretera
y un 64 % el de bicicletas ebikes (mixtas montaña y camino), mientras que las dos que
tradicionalmente más se vendían en el mercado español, las bicicletas de montaña y las
infantiles han decrecido un 4 % y un 0,4 % respectivamente. Las ventas de bicicletas urbanas
están creciendo pausadamente en torno al 5 % en 2016, porque en España no se ha generalizado
a muchos municipios las medidas de promoción del uso de la bicicleta adoptadas por ciudades
como Barcelona, Sevilla o Vitoria (CONEBI, 2017, pág. 70).
0 10 20 30 40 50 60 70 80 90 100
Diariamente Semanalmente Algunas veces al mes Menor frecuencia Nunca o casi Nunca NS/NC
334 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 7. SINIESTROS VIALES CON IMPLICACIÓN DE CICLISTAS
0 10 20 30 40 50 60 70 80 90
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 335
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
Algún estudio a nivel internacional, ha constatado que circular en bicicleta por la tarde o
al anochecer, cuando cambian normalmente las condiciones de iluminación, provoca un
aumento en el riesgo de lesiones (City of Toronto, 2003, pág. 33). Sin embargo en España se
ha observado que, en función de la luminosidad, hay diferencias significativas entre las
proporciones de ciclistas fallecidos y heridos hospitalizados y el grupo de las víctimas que no
son ciclistas. Para los ciclistas el porcentaje de siniestros viales en pleno día es del 91% y en
el crepúsculo y la noche del 9% y para los no ciclistas el porcentaje de sucesos en pleno día es
del 66% y en el crepúsculo y la noche del 34% (DGT, 2017, pág. 35). En un estudio anterior,
que diferenciaba en el grupo de los ciclistas víctimas entre los que resultan muertos o heridos
graves según lo fueran en carretera y en zona urbana se podía observar que en vía interurbana
circular de noche sin luces aumenta en los ciclistas el riesgo de resultar muerto, mientras que
en zona urbana circular al atardecer o de noche en una zona iluminada produce el mismo
aumento del riesgo, tal y como puede observarse en la Figura 189 (Guerra, 2006, pág. 40).
336 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 7. SINIESTROS VIALES CON IMPLICACIÓN DE CICLISTAS
79,1
74,9
85,1
80
0 10 20 30 40 50 60 70 80 90 100
Las condiciones meteorológicas tiene poca influencia en los siniestros en los que se
encuentran involucrados ciclistas, así en un estudio llevado a cabo en Portugal se observó que
el 90,4 % de estos hechos lesivos tenían lugar con buenas condiciones meteorológicas (Vilaça,
Silva, & Coelho, 2017, pág. 1118) mientras que en Londres ese mismo dato alcanzo el
porcentaje del 91 %, teniendo en cuenta a además que la calzada estaba seca en el 81 % de este
tipo de hechos (Talbot, Reed, Barnes, Thomas, & Christie, 2014, pág. 17). En España
analizando los datos estadísticos correspondientes a los cinco últimos años puede afirmarse que
los meses que registran mayores índices de accidentalidad son aquellos con mejores
condiciones climatológicas, así julio es el mes en que mayor porcentaje de ciclistas resultan
víctimas de un siniestro y agosto es el mes más letal y el que más heridos graves registra.
Congruentemente, la mayoría de los siniestros viales siniestros y víctimas suceden bajo
condiciones de buen tiempo, 92,4% y 92,5%, respectivamente en el año 2013, por lo que la
superficie de la calzada está seca y limpia. La condición atmosférica más peligrosa en 2013 fue
la niebla intensa, con un porcentaje de 3,7% de los ciclistas fallecidos.
El 94% de los fallecidos y heridos hospitalizados en bicicleta en vías interurbanas en el
periodo 2014-2016 se produjeron en siniestros viales ocurridos en carreteras convencionales.
Analizando el tipo de vía y el trazado vemos que, en primer lugar, el 41% de esas víctimas se
ocasionaron en siniestros viales ocurridos en carreteras convencionales en un tramo de trazado
recto; en segundo lugar, el 27% de los casos sucedió en carreteras convencionales en un tramo
con trazado en curva y, finalmente, el 16% de las víctimas se ocasionó en intersecciones de tipo
T, Y, X o + situadas en carreteras convencionales (DGT, 2017, pág. 28).
Con respecto a la comisión de infracciones, se ha observado que circular en bicicleta en
estado de ebriedad causa un mayor riesgo de lesión (Warnica, 2015, pág. 7). En el estudio de
siniestralidad de Londres solamente se detectaron un 6 % de ciclistas bajo la influencia de
sustancias tóxicas, repartido al 2 % entre alcohol, drogas y medicamentos (Talbot, Reed,
Barnes, Thomas, & Christie, 2014, pág. 31). En España, los resultados de las analíticas
practicadas a 22 conductores de bicicletas sobre un total de 40 registrados, dio como resultado
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 337
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
que 7 de ellos habían consumido alcohol, drogas o ambas sustancias, lo que supone un 31,7 %
de los casos analizados y un 17,5 % del total (INTCF, 2017, pág. 15).
En España, la falta de uso del casco en los ciclistas heridos en siniestros viales en vías
interurbanas ha disminuido entre el año 2007 y el año 2016. Los fallecidos sin casco en el año
2007 fueron 36 de 67 ciclistas fallecidos, mientras que en el año 2016 han sido 9 de 40 ciclistas
fallecidos. En 2007 no utilizaban el casco un 45% de los heridos hospitalizados y en 2016 ese
porcentaje se ha reducido al 13%; en el caso de los heridos no hospitalizados. La tendencia es
positiva ya que el porcentaje de no uso del casco ha pasado del 25% al 9% (DGT, 2017, pág.
35).
En Australia, al preguntar en un estudio llevado a cabo entre ciclistas sobre el número de
siniestros viales en los que se habían visto involucrados en los últimos cinco años, el 46 % de
los encuestados no había tenido ninguno, el 20 % uno, el 13 % dos y el 21 más de dos durante
ese periodo (Biegler, 2012, pág. 15). Habría que estudiar si en porcentaje que alcanza a uno de
cada cinco ciclistas en Australia de una cierta propensión a la siniestralidad es extensible a otros
países y analizar profundidad las condiciones y causas de esta tendencia.
Se puede dibujar un perfil de la víctima típica de un siniestro vial en bicicleta ocurrido en
las vías interurbanas españolas, a semejanza de otros realizados en otros países (Thompson &
Rivara, 2001, pág. 2008), y que probablemente cumpliría las siguientes circunstancias:
− El ciclista es varón y tiene entre 35 y 70 años.
− La estación del año es verano.
− Se trata de un fin de semana.
− Se trata de una mañana, en un horario comprendido entre las 11 y las 13 horas.
− Las condiciones lumínicas son buenas en horario diurno.
− Se trata de una vía urbana, que no es un carril-bici, y si fuese una vía interurbana se
trataría de una carretera convencional.
− Hay un vehículo de motor implicado.
− El conductor del vehículo de motor por distracción ha alcanzado a un ciclista o no
ha respetado la separación lateral al adelantarlo.
− El ciclista lleva una bicicleta de montaña o una de carretera.
− El ciclista no ha cometido ninguna infracción.
De acuerdo con los datos del Instituto para la Investigación y el Análisis de datos sobre
Siniestros Viales (Institute for Traffic Accident Research and Data Analysis, ITARDA),
aproximadamente el 90% de las colisiones entre turismos y bicicletas, en los que hay lesiones
graves o fallecidos, ocurren a una velocidad del vehículo de 40 km/h (11,1 m/s) o menor, y a
una velocidad de la bicicleta de 20 km/h (5,56 m/s) o inferior (Katsuhara, Miyazaki, Kitagawa,
& Yasuki, 2014, pág. 671).
Tipologías de siniestros viales en los que están implicadas bicicletas
La Orden Ministerial INT/2223/2014 citada no establece una tipología específica para los
siniestros viales en los que están implicadas bicicletas por lo que implícitamente las considera
un vehículo más a efectos de colisiones, principalmente, y de otros tipos de siniestros de menor
338 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 7. SINIESTROS VIALES CON IMPLICACIÓN DE CICLISTAS
importancia relativa a la frecuencia con que son observados. Del análisis de la norma y de la
estadística oficial analizada puede establecerse la siguiente tipología básica de siniestros viales
en los que está implicada, el menos, una bicicleta:
− Colisión con un vehículo de motor.
− Colisión con un objeto fijo de la vía o su entorno o con un obstáculo en la calzada.
− Caída sobre la calzada o sobre el terreno fuera de ella.
− Atropello como peatón, cuando lleve la bicicleta al paso o se encuentre bajado de
la misma.
− Atropello a peatón por parte de una bicicleta.
A nivel internacional, en un estudio llevado a cabo en Australia se preguntó a los ciclistas
sobre el tipo de siniestro vial en el que se habían visto implicados y si había existido una pérdida
de control previo a la colisión (Biegler, 2012, pág. 30).
Número de casos
Otros
Impacto con un peatón
Pérdida de control antes de la colisión
Impacto con un ciclista
Impacto con un objeto
Impacto con un vehículo
Pérdida de control sin colisión
0 10 20 30 40 50 60 70
Figura 190: Tipologías de siniestros viales en los que se han visto implicados ciclistas en Australia
Estadísticamente, en España se puede constatar que las colisiones con vehículos de motor
son los siniestros viales más frecuentes para los ciclistas, seguidos por las salidas de vías y los
vuelcos en la calzada, mientras que los atropellos a peatones por parte de bicicletas solamente
constituyen un 5 % de todos los siniestros viales en que se encuentra implicados ese tipo de
vehículos. Por deducción, las colisiones con objetos y las caídas dentro y fuera de la vía se
encuentran, en gran parte, en el indeterminado epígrafe nominado como “otro tipo de siniestro”.
Figura 191: Distribución porcentual de los fallecidos y heridos hospitalizados, ciclistas y no ciclistas, en vías
interurbanas en el periodo 2014-2016
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 339
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
A continuación, se profundiza en los tres primeros tipos de siniestros viales, que son
principal y genuinamente, en los que los ciclistas y sus bicicletas tienen la consideración de
usuarios vulnerables de la vía. En el supuesto cuarto, en la que el ciclista esta pie a tierra su
consideración es como peatón y su caso ha sido ya tratado en el capítulo anterior, mientras que
el último caso constituye una tipología específica de atropello a peatón en el que el vehículo
implicado es un ciclo de dos ruedas.
340 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 7. SINIESTROS VIALES CON IMPLICACIÓN DE CICLISTAS
Este criterio se ha añadido para tener en cuenta que vehículo es el que impacta con el otro,
a la hora de poder estudiar determinados escenarios típicos de esta tipología de siniestros viales.
– Reglas de nomenclatura de cada tipo de colisión
La aplicación de los criterios de tipología de las colisiones anteriores debe hacerse de
forma ordenada y secuencial de acuerdo con las siguientes reglas:
1) Dirección de la colisión (1º Criterio). Se trataría de determinar si se trata de una colisión
longitudinal o angular.
2) Ángulo de la colisión (2º Criterio). Si la colisión es angular, hay que ver si se está ante
un impacto ortogonal u oblicuo.
3) Partes afectadas en el vehículo (3º Criterio). Hay que especificar si se trata de una
colisión frontal, trasera o lateral.
4) Ejes (4º Criterio). En los casos de colisión longitudinal, frontal o trasera, hay que
distinguir si se trata de una colisión centrada o descentrada.
5) Localización del impacto (5º Criterio). En el supuesto de colisiones longitudinales
frontales o traseras descentradas la localización del impacto puede situarse a la izquierda
o a la derecha. En el supuesto que sea descentrada hay que distinguir el impacto
completo, izquierdo (L) o derecho (R), de la rozadura izquierda (con el código M) y la
rozadura derecha (con el código N).Una colisión angular oblicua frontal puede
clasificarse en izquierda, si es la parte izquierda de un vehículo la que impacta
frontalmente en ángulo con la parte izquierda del otro, o en derecha, si lo hacen las
partes situadas a la derecha de cada vehículo. En cambio, una colisión angular oblicua
trasera puede clasificarse en izquierda, si es la parte izquierda de un vehículo la que
impacta frontalmente en ángulo con la parte izquierda del otro, o en derecha, si lo hacen
las partes situadas a la derecha de cada vehículo. En el supuesto de una colisión angular
ortogonal o lateral hay que determinar si se trata de una colisión central si el eje del
vehículo que impacta perpendicularmente lo hace en el centro del lateral del otro
vehículo, o de una colisión delantera o trasera, si lo hace en la parte delantera o trasera
del otro vehículo respectivamente. A una colisión angular oblicua lateral se le aplica el
mismo criterio de diferenciación.
6) Vehículo que es impactado (6º Criterio). Siempre se tiene en cuenta el vehículo que
resulta impactado por su parte trasera. Si es el vehículo de dos ruedas el que impacta al
otro vehículo (V) en la nomenclatura se tiene en cuenta a este último, pero si es el
vehículo el que impacta al vehículo de dos ruedas (T) será al contrario.
El algoritmo de aplicación de las reglas anteriores que permite usarlas de forma casi
automática es el mismo que el expuesto arriba para las colisiones entre automóviles, salvo que
hay que añadir un sexto criterio sobre el tipo de vehículo que es impactado en la colisión.
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 341
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
Figura 194: Algoritmo de aplicación de las reglas de clasificación de las colisiones con vehículos de dos ruedas
342 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 7. SINIESTROS VIALES CON IMPLICACIÓN DE CICLISTAS
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 343
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
Figura 195: Frecuencia porcentual de las áreas en las que las bicicletas contactan con los vehículos (izquierda)
y en la que los vehículos impactan con las bicicletas (derecha) (n =702 casos).
344 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 7. SINIESTROS VIALES CON IMPLICACIÓN DE CICLISTAS
Figura 196: Colisión frontal de una motocicleta con la parte trasera de una bicicleta
En cualquier caso, sea cual sea el vehículo que ha impactado con el ciclista y su bicicleta
se pueden aplicar los principios básicos de biomecánica, análisis de las lesiones y
reconstrucción técnica expuestos a lo largo de este Capítulo para las colisiones con todo tipo de
automóviles y turismos.
1.4.2 Colisión con un objeto fijo de la vía o su entorno o con un obstáculo en la
calzada
Los objetos fijos de las vía interurbanas se reducen a las barreras de seguridad, ya sean
metálicas o de hormigón, y los de las proximidades de la vía, tales como árboles y farolas se
han reducido mucho en los últimos años en España. Aun así todavía quedan y seguirán
quedando elementos y obstáculos que pueden ser susceptibles de ser impactados por una
bicicleta o por el cuerpo de un ciclista.
Al analizarlos de cara a la posible reconstrucción técnica de los hechos, cabe señalar que
las características que más van a influir en la dinámica de la colisión y en la gravedad de las
lesiones del ciclista son las siguientes:
– Tipo de material. La mayor o menor rigidez del material y su capacidad de
absorción de energía frente al impacto de una bicicleta o el cuerpo del ciclista
determina la gravedad de las lesiones que sufrirá.
– Perfil longitudinal hay que diferenciar entre elementos dispuestos
longitudinalmente al eje de la calzada (barreras de seguridad, muros de fincas,…)
de aquellos otros que no lo están o ni tan siquiera tienen un perfil longitudinal
suficiente para ser tomado en consideración.
– Altura. La mayor o menor altura del elemento va a ser decisivo de cara al análisis
de la dinámica de impacto de la bicicleta y los posteriores movimientos del cuerpo
del ciclista.
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 345
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
En cambio en las calles y vías urbanas el catálogo de posibles objetos y elementos en las
proximidades de las vías y de los carriles-bici es muy extenso y sería prácticamente inabarcable
cualquier intento de sistematización y clasificación de los mismos.
Podría plantearse la existencia de otros obstáculos en la calzada tales como animales,
objetos de medianas dimensiones o sustancias deslizantes que provocarían la caída del ciclista
sobre la calzada. Teniendo en cuenta que en estos casos la colisión, en sí misma, no provoca
lesiones al ciclista y que de haberlas estas ser producirían en la posterior caída e impacto con el
suelo serán a
– Colisión con barrera metálica de seguridad
Las barreras metálicas de seguridad, conocidas popularmente como guardarrailes o
biondas, se colocaron a raíz del gran número de vuelcos y colisiones con elementos próximos
a la vía que eran provocados por las salidas de vía. Su diseño se realizó pensando en los
vehículos automóviles ligeros de cuatro ruedas, pero no en motoristas, ciclistas o usuarios de
ciclomotores. Con estas barreras, los vehículos volvían o se mantenían en la calzada, evitando
mediante la absorción de energía que se produjeran lesiones por colisiones, vuelcos o caídas a
distinto nivel.
De acuerdo con la Orden Circular 35/2014 de la Dirección General de Carreteras del
Ministerio de Fomento, sobre criterios de aplicación de sistemas de contención de vehículos se
definen:
– Las barreras de seguridad son dispositivos (sistemas) que se sitúan a lo largo de los
márgenes exteriores de una carretera o en la mediana para evitar que los vehículos
346 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 7. SINIESTROS VIALES CON IMPLICACIÓN DE CICLISTAS
Figura 199: proyección del ciclista por encima de la barrera de seguridad en una colisión
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 347
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
348 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 7. SINIESTROS VIALES CON IMPLICACIÓN DE CICLISTAS
0,2
Ns/Nc
0
0,3
Otros
5,3
4,8
Como ciclista golpea, choca o atropella a alguien
3
23,8
Un tercero colisionó con usted
14,2
70,9
Cayó o chocó solo, sin implicación de terceros
77,5
0 10 20 30 40 50 60 70 80 90
2015 2011
Figura 200: “¿Cómo se produjo su siniestro vial?” Respuestas a la encuesta entre ciclistas de los tipos de
siniestros viales que han sufrido
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 349
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
350 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 7. SINIESTROS VIALES CON IMPLICACIÓN DE CICLISTAS
Figura 202: Proyección lateral inferior del cuerpo del ciclista por deslizamiento
– Proyección lateral superior. En este caso la proyección lateral del cuerpo del
ciclista se produce por encima de su centro de gravedad debido a una causa interna
o externa que produce una rotación lateral de la bicicleta de abajo a arriba.
Establecidas las diferentes tipologías siniestros viales en las que con mayor habitualidad
se hayan implicados ciclistas, hay que dar un paso más hacia delante en este análisis en
profundidad para abordar los aspectos biomecánicos de este tipo de sucesos.
ESTRATEGIAS DE CONDUCCIÓN
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 351
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
Figura 204: La distribución acumulativa de las lesiones de los ciclistas relativas a velocidades medias de
circulación del vehículo
352 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 7. SINIESTROS VIALES CON IMPLICACIÓN DE CICLISTAS
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 353
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
En relación con la Posición de Percepción Posible (PPP) en el supuesto que nos ocupa
es la posición donde se produce el Evento Crítico siendo visible el ciclista para el conductor,
es decir, donde es posible que el conductor viera al ciclista y su bicicleta. Mientras que la
Posición de Percepción Real (PPR), entendida como el momento y lugar en el cual el conductor
o peatón percibió, realmente, por primera vez el peligro o la situación anormal, se sitúa donde
354 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 7. SINIESTROS VIALES CON IMPLICACIÓN DE CICLISTAS
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 355
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
Oscuras 24 0-49
Derecha
Claras 49 24-73
Cortas
Oscuras 18 0-37
Izquierda
Claras 37 18-61
Oscuras 37 18-91
Derecha
Claras 73 49-122
Largas
Oscuras 37 18-91
Izquierda
Claras 73 49-122
c) Acción evasiva
El Evento Crítico (ECRIT) es aquel que produce, o debía producir, en los conductores, o
personas implicadas en el proceso del siniestro vial, una activación de su nivel de alerta debido
al importante aumento del riesgo objetivo de verse abocado a una colisión o a un impacto, en
otras palabras, es el evento que desencadena la ejecución de maniobras evasivas tendentes a
impedir que el siniestro tenga lugar.
En este caso, la acción evasiva es la maniobra o conjunto de ellas que emplea el conductor
del vehículo para evitar el impacto con la bicicleta. Los diferentes tipos de maniobras evasivas
fundamentales se han enunciado de la siguiente forma: deceleración (progresiva o frenada
brusca), aceleración, giro a la derecha o a la izquierda, marcha atrás o no hacer nada.
En el estudio sobre evitabilidad del conductor del vehículo hay que tener en cuenta la
velocidad y la maniobra realizada por la bicicleta, ya que la rapidez con la que se puede producir
el evento crítico en las colisiones con bicicletas es muy elevada.
356 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 7. SINIESTROS VIALES CON IMPLICACIÓN DE CICLISTAS
En las caídas sobre la vía y en las salidas de vía con posterior caída, el evento crítico
consiste en la pérdida del control de la bicicleta por parte del ciclista, tanto en lo que afecta a
su trayectoria plana como en su equilibrio vertical. En este caso las maniobras evasivas son
difíciles de establecer y determinar, contando solamente con los restos y evidencias sobre la
vía.
La posición de ejecución de la decisión (PED) es aquel momento y lugar en el que el
conductor o el ciclista reacciona ante el estímulo exterior, es decir, adopta una decisión para
hacer frente al peligro o situación anormal que ha percibido e inicia su ejecución, generalmente,
en forma de maniobra evasiva. Entre el punto de percepción real y el punto de ejecución de la
decisión, el conductor identifica al ciclista como tal y hace un juicio de previsibilidad del nivel
de riesgo que le pueden suponer las acciones siguientes del ciclista. Hay que tener en cuenta
que el ciclista puede realizar maniobras con mucha rapidez. La evaluación de este riesgo está
íntimamente relacionada con la decisión sobre la acción realizar en el supuesto que realmente
el peligro llegue a confirmarse y la secuencia desemboque en una situación de emergencia.
La Posición de no Escape (PNE) es aquél momento y lugar en el cual el siniestro vial
resulta inevitable, es decir, el impacto se producirá ya independientemente de la voluntad del
conductor. Su importancia es vital para el análisis jurídico de la conducta del conductor del
vehículo, sobre todo en relación con el deber de cuidado subjetivo, que exige que la conducta
del ciclista sea evitable siempre que no exista vulneración de la norma de cuidado por parte del
conductor.
Estrategia del ciclista
El ciclista, también, toma decisiones que influyen en la evolución de los eventos que
concurren en el propio siniestro vial, como por ejemplo el lugar por donde transitaba (arcén,
calzada, acera, berma,…); la dirección de su movimiento; el tipo de ropas que vestía; el modo
de cruzar angularmente o transversalmente y el cruzar la calzada cumpliendo la normativa o
infringiéndola.
El estudio de la estrategia del ciclista aporta información sobre una serie de condiciones
que influyen de forma determinante en el análisis jurídico del siniestro, especialmente en lo
que afecta a la evitabilidad del mismo por parte del conductor.
En el estudio realizado en Sevilla sobre ciclistas victimas de siniestros viales se detectaron
las siguientes condiciones de riesgo en 83 casos lo que suponía el 68 % de las víctimas: los
ciclistas no utilizaban cascos protectores (33 casos 27%), usaban cascos con música o radio (23
casos 19%), circulaban en el ocaso (21 casos, 17%), un entorno y medioambiente desfavorable
(lluvia, obras,…) (15 casos 12%), fallos mecánicos de las bicicletas (14 casos, 11%), consumo
de alcohol (11 casos 9%) y entablar competiciones entre bicicletas (10 casos 8%) (González
Pérez, Wideberg, & Gonzalez-Perez Somarriba, 2016, pág. 4).
2.2.1 Previaje
En cualquier caso, el previaje del ciclista debe investigarse a través de testimonios,
directos e indirectos, sobre sus circunstancias psicofísicas, permanentes (enfermedades,
patologías,..) o temporales (alcohol, medicamentes, descanso en la noche anterior,…).
En las entrevistas realizadas a los ciclistas que habían tenido algún siniestro en las
ciudades europeas que participaban en el Proyecto ADONIS, algunos afirmaron que si habían
tomado alcohol, aunque normalmente fue el día anterior y solo se trataba de algunas bebidas de
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 357
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
baja graduación. En cambio, no habían consumido ningún tipo de medicación (Thomsen, J.;
Thorson, O., 1998, pág. 6).
2.2.2 Viaje
El investigador debe intentar determinar los eventos previos al siniestro y las condiciones
de los diversos subsistemas viales (Biegler, 2012, pág. 5):
– Propósito principal del viaje del ciclista, como por ejemplo, viajes diarios, ocio o
deporte.
– Frecuencia con la que el ciclista ha recorrido la ruta en los últimos 12 meses.
– Tiempo total y distancia de viaje esperados.
– El tiempo y la distancia que llevaba circulando en bicicleta en el momento del
siniestro vial.
– Horas de sueño y descanso en las veinticuatro horas anteriores.
– Consumo de alcohol, drogas o medicamentos en las horas previas al viaje en
bicicleta.
– Presencia de un evento estresante en las veinticuatro horas previas o venideras
– Si se monta en grupo, número de ciclistas en el grupo, la experiencia de montar en
grupo del participante, la familiaridad del participante con los otros ciclistas del
grupo. Además, debería averiguarse si el grupo circula a mayor velocidad que el
participante y si este se encontraba cómodo con el ritmo.
En Europa, la mayoría de los viajes en bicicleta en todos los países que participaron en el
Proyecto ADONIS estaban relacionados con el trabajo, seguidos por los viajes para hacer
deporte o compartir el tiempo de ocio con amigos. El patrón de viaje no varió mucho entre
países. Tampoco la duración del viaje, ya que la mayoría de los viajes en bicicleta no superaron
los 5 kilómetros en distancia o los 20 minutos en tiempo. La mayoría de los ciclistas estaban
solos, no tenían prisa, en general, estaban de buen humor y montaban su propia bicicleta con la
que estaban muy familiarizados (Thomsen, J.; Thorson, O., 1998, pág. 6).
Dado que los ciclistas pueden mantener altas velocidades en entornos urbanos, es posible
que la velocidad de los propios ciclistas influya en la gravedad y resultado de la lesión. En las
zonas de limitación de velocidad de 30 a 50 km/h en Japón, la velocidad de impacto del ciclista
era menor de 10 km/h en el 90% de los siniestros viales, sin embargo esto puede variar en otras
ciudades debido al diseño de la infraestructura y la densidad del tráfico (Kröyer, 2015, pág. 24).
2.2.3 Preimpacto
Generalmente, en la secuencia general de eventos de un impacto de un vehículo con un
ciclista el ECRIT se analiza como si fuese una colisión entre vehículos cuando el ciclista circula
a altas velocidades y como si fuese un peatón cuando lo hace a velocidades bajas.
En cuanto a las condiciones a investigar en esta fase se pueden recordar las siguientes
(Biegler, 2012, pág. 5):
– Condiciones climáticas en el momento del siniestro.
– Opinión del ciclista sobre la contribución de las condiciones climáticas al siniestro.
– Condiciones de iluminación en el momento del siniestro.
– Opinión del ciclista sobre la contribución de las condiciones de iluminación al
bloqueo.
358 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 7. SINIESTROS VIALES CON IMPLICACIÓN DE CICLISTAS
– Si las luces de las bicicletas están encendidas y si es así, ya sea delantera o trasera,
su color, ya sea intermitente o fijo.
– Presencia de reflectores de bicicleta.
– Ropa del ciclista, por ejemplo, por encima de la cintura, debajo de la cintura,
protectora, reflectante, calzado, gafas.
– Reseñar el uso del casco. Datos del casco, modelo, marca, homologación y color.
– Casco: si permaneció abrochado y en posición después del impacto y, si está
dañado, la ubicación y las dimensiones del daño.
– Condiciones de la vía.
– Si circula por una vía pavimentada o sin pavimentar, o si se trata de un carril-bici.
– Límite de velocidad para el ciclista y el vehículo.
– Si circula con una bicicleta todoterreno fuera de la carretera ya sea en bicicleta, hay
que aclarar si se trata de una vía compartida o no compartida con peatones, de un
sendero o de un sendero específico para bicicleta de montaña.
– Estado de la superficie de la vía, por ejemplo, seco, resbaladizo, grava.
– Presencia y naturaleza de los restos o sustancias sobre la carretera o en la superficie
de la vía.
– La opinión del ciclista sobre si la superficie del camino o de la ruta contribuyó al
siniestro.
– Dirección de la mirada del ciclista antes de la colisión, por ejemplo, en un punto
mirando hacia adelante, en la calle lateral o en otra bicicleta.
– Si la visibilidad está obstruida por algún obstáculo, y si es así por qué.
– La opinión del ciclista sobre si la visión obstruida contribuyó al siniestro.
– Condiciones de funcionamiento de la bicicleta.
– Marca de bicicleta, modelo, año de fabricación.
– Categoría de bicicleta (por ejemplo, carretera, montaña, BMX)
– Neumáticos de bicicleta (por ejemplo, carretera, montaña), frenos (por ejemplo,
mano, pie).
– La opinión del ciclista sobre si el mal funcionamiento de la bicicleta o un problema
mecánico contribuyeron a la colisión.
– Si hubo otros usuarios de la vía implicados y cómo contribuyeron a la colisión.
– Otros factores contribuyentes, por ejemplo, llegar tarde, tener prisa o establecer una
competición.
– Uso de un teléfono móvil o un equipo de audio portátil en el momento de la
colisión, en uno o en ambos oídos, ya sea escuchando música o una conversación,
y a qué volumen.
– Opinión del conductor sobre cualquier otro factor contribuyente que no haya sido
discutido.
– Movimiento de la bicicleta en el momento de la colisión, por ejemplo, circulaba
recto estaba parada o estaba girando.
– Si la colisión o caída involucró solo la bicicleta del participante o si incluyó otro
vehículo o persona. Naturaleza del vehículo o persona implicado, por ejemplo,
automóvil, bicicleta, peatón.
– Si se produce una caída de la bicicleta, si lo fue por abajo (bicicleta caída lateral y
deslizado) o por un arriba (lateral o catapultado por encima del manillar).
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 359
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
Para realizar la reconstrucción técnica de una colisión en la que está implicado un ciclista
con otro vehículo, o simplemente para estimar adecuadamente las velocidades de impacto de la
bicicleta y del otro vehículo implicado, es fundamental conocer el desarrollo biomecánico de
la secuencia de eventos que sufre el ciclista a lo largo de la evolución completa del siniestro
vial, principalmente a partir del momento del impacto y hasta que alcanza su posición de reposo.
El mismo planteamiento es necesario realizar en los supuestos de colisiones con objetos,
generalmente fijos, dentro de la plataforma o fuera de ella y de caída sobre la vía o fuera de
ella, ya que los conocimientos sobre la biomecánica del impacto en el cuerpo humano pueden
ser útiles en la reconstrucción técnica de estos casos.
Las fuentes de datos de los cuales se puede extraer el comportamiento biomecánico del
cuerpo de un ciclista en cada una de las diferentes tipologías de siniestros viales en los cuales
puede verse implicado son muy variadas: experimentos con maniquíes o con cadáveres, videos
de casos reales grabados por cámaras a bordo o de seguridad, datos de investigaciones en
profundidad sobre casos reales y simulaciones de impactos en el cuerpo de los ciclistas con
programas informáticos.
Como limitaciones actuales a los datos obtenidos de las fuentes anteriores se han apuntado
los siguientes (Wood & Simms, 2009, pág. 59):
– Las pruebas con maniquíes no reproducen el comportamiento preciso de un ser
humano, aunque se ha avanzado mucho en mejorar su biofidelidad gracias a los
experimentos con cadáveres.
– En las pruebas con cadáveres los sujetos tienden a limitarse a las personas mayores
que pueden no representar la forma, la masa y la rigidez de la población más amplia
360 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 7. SINIESTROS VIALES CON IMPLICACIÓN DE CICLISTAS
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 361
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
Los ciclistas, después de una colisión con un vehículo, pueden impactar con este o con el
suelo en múltiples posiciones, circunstancias y orientaciones y, a veces, también pueden golpear
o ser golpeados por un tercer vehículo, así como con árboles, biondas, y bordillos, entre otros
objetos y obstáculos. Además, los ciclistas pueden ser proyectados a distancias considerables
después del impacto y la distancia total de proyección se utilizará con frecuencia como una
variable para realizar la reconstrucción técnica de la colisión.
3.1.1 Factores de influencia en la cinemática del ciclista
El movimiento de los ciclistas durante el impacto determina qué regiones del cuerpo se
lesionan y el origen de estas lesiones. Sin embargo, el movimiento de los ciclistas durante y
después del impacto del vehículo es clave para comprender los mecanismos de lesiones
resultantes y para informar el diseño mejorado del vehículo. La cinemática de las colisiones en
las que están implicados ciclistas se caracteriza por un alto grado de variabilidad (Wood &
Simms, 2009, pág. 31).
Varios trabajos de investigación han estudiado la cinemática de peatones y ciclistas según
la geometría del vehículo. Se ha llegado a la conclusión que las zonas de impacto de la cabeza,
así como la velocidad de impacto y el ángulo eran diferentes entre las colisiones con ciclistas
y los atropellos a peatones. De donde se deduce que los datos y la información de los
experimentos y las pruebas de homologación aplicables a los peatones no son directamente
aplicables a los ciclistas (Maki, Kajzer, Mizuno, & Sekine, 2003, pág. 938; Bourdet, y otros,
2012, pág. 1).
La cinemática del cuerpo de una persona que circula en una bicicleta e impacta con un
vehículo depende de los siguientes factores (EEVC , 1984, pág. 54; Katsuhara, Miyazaki,
Kitagawa, & Yasuki, 2014, pág. 672):
– Velocidad del vehículo. Las reconstrucciones de este tipo de siniestros en Alemania
mostraron que el 75,6% de los casos ocurrieron con una velocidad de colisión de
hasta 50 km/h, con una velocidad promedio de 35 km / h. (Van Schijndel, De Hair,
Rodarius, & Fredriksson, 2012, pág. 804). A mayor velocidad más alto golpeará en
el parabrisas o en el techo la cabeza del ciclista y consecuentemente mayores serán
sus lesiones, en función de la dureza relativa de la zona con la que impacte.
– Velocidad de la bicicleta. Si bien la velocidad de un peatón es a menudo
insignificante en relación con la del automóvil, una bicicleta circula mucho más
rápido, de hecho, su velocidad en vías interurbanas puede ser a veces de 50-70
km/h, y por lo tanto debe tenerse en cuenta en este tipo de situaciones. En cuanto
a la velocidad transversal, en el caso de un impacto lateral descentrado con una
velocidad de la bicicleta superior a 5 m/s, el cuerpo del ciclista es, frecuentemente,
lanzado contra el suelo por el lateral del vehículo sin tocar con su cabeza el cristal
del parabrisas (Bourdet, y otros, 2012, pág. 1).
– El diseño, la altura y el tamaño del vehículo a motor. Dado que la altura relativa de
la víctima y la estructura delantera del vehículo motorizado influyen en los
mecanismos de la colisión, es lógico que el tipo de vehículo, o para ser más preciso,
la estructura delantera del vehículo, influya en los mecanismos de impacto y en las
lesiones resultantes (Kröyer, 2015, pág. 22). La distancia de envolvimiento (Wrap
Around Distance, WAD) proporciona una medida útil de los componentes del
frontal del vehículo que entran en contacto con la cabeza del ciclista.
362 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 7. SINIESTROS VIALES CON IMPLICACIÓN DE CICLISTAS
– La masa del vehículo. Los resultados de algunos estudios muestran que la masa del
vehículo no tiene una influencia decisiva en las lesiones en la cabeza y en el tórax,
pero solo si la velocidad del vehículo no es muy alta. Como valor umbral se
consideran 40 km/h, valor a partir del cual las lesiones aumentan su gravedad. La
influencia de la masa es mayor en el impacto lateral. (Carollo, Naso, & Virzi-
Mariotti, Injury and Throwing Distance in Teenage Cyclist-Vehicle Crash, 2016,
pág. 179).
– La masa del ciclista, en términos generales, no tiene influencia en la cinemática del
cuerpo del peatón. La masa de la bicicleta generalmente es bastante baja y no juega
un papel tan importante en las orientaciones de impacto de las colisiones entre
ciclistas y vehículos de motor (Wood & Simms, 2009, pág. 32).
– Tipo de colisión y posición de impacto. La posición de la bicicleta a la hora de
impactar con el vehículo de motor tiene importancia a la hora de determinar los
movimientos postimpacto del ciclista. En este caso, el vehículo puede impactar con
el frontal, la parte trasera o con el lateral de la bicicleta. Los cuatro tipos más
habituales de colisiones son: primero, vehículo impacta en el lateral de la bicicleta,
el mismo caso que impacta con su rueda trasera, frontalmente con su rueda delantera
y el caso de la bicicleta que impacta lateralmente con un vehículo.
– Dirección de impacto. La cinemática del ciclista de dos ruedas en las colisiones
fronto-laterales depende de las direcciones y los ángulos de impacto. Debido a la
forma alargada de las bicicletas, casi el 40% de los casos de impacto lateral nominal
son impactos oblicuos, aunque esto es más frecuente en adultos que en niños (Wood
& Simms, 2009, pág. 33).
– Las direcciones de impacto oblicuo pueden producir una combinación de los
mecanismos de lesión. Cuando la parte superior del cuerpo de un ciclista impacta
la parte superior del capó, una velocidad relativa más alta puede provocar un
impacto más oblicuo en la cabeza que en el caso de los peatones. No es posible
establecer, sobre la base del conocimiento actual, si esto puede ocasionar lesiones
más severas en la cabeza debido a la aceleración angular de la cabeza.
– La postura del ciclista sobre la bicicleta, según su diseño, uso y configuración. La
altura del centro de gravedad y la posición sentada del ciclista son también
importantes factores a tener en cuenta a la hora de determinar las trayectorias
postimpacto del cuerpo del ciclista. El centro de gravedad del cuerpo del ciclista
puede estar aproximadamente al mismo nivel sobre el suelo que el de un peatón
adulto de pie. Por lo tanto, el factor más importante que influye en el movimiento
del ciclista después del impacto es su posición inicial con respecto al vehículo de
motor (Wood & Simms, 2009, pág. 32). Además, su cinemática, desde el inicio del
impacto, se encuentra muy influida por la posición de la pierna del ciclista en el
momento que es golpeada por el vehículo (Bourdet, y otros, 2012, pág. 1). La altura
del ciclista y la bicicleta, así como la posición determinan la posición de su centro
de gravedad en el momento del impacto.
Las colisiones frontales con ciclistas pueden dividirse, como ya se hizo con los atropellos
a peatones, en tres subcategorías basados la posición relativa del punto de impacto del vehículo
y la altura del peatón. Estas tres subcategorías de colisiones frontales serian:
– Las que el CdG está por debajo de la parte inferior del frontal del vehículo.
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 363
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
– Aquellas en las que el CdG queda entre la parte inferior y superior del frontal del
vehículo.
– Aquellas en las que el CdG se encuentra por encima de la parte superior del frontal
del vehículo que lo golpea.
Las primeras dos subcategorías de colisiones frontales se corresponde con la proyección
hacia delante (Forward Projection) de la clasificación de Ravani, mientras que la tercera
categoría, más compleja, comprende cuatro tipologías diferentes de aquella clasificación
(Ravani, Schmidt, & Brougham, 1980; Ravani, Brougham, & Mason, 1981, p. 793): Volteo
sobre la aleta (Fender Vault), trayectoria de Envolvimiento (Wrap Projection), Volteo sobre el
techo (Roof Vault) y Salto Mortal (Somersault). En estas últimas cuatro tipologías, el cuerpo
del ciclista puede desarrollar inicialmente una trayectoria de envolvimiento sobre el vehículo,
pero en función de la velocidad de impacto, de la deceleración del vehículo, del punto de
impacto en el vehículo y de la localización relativa del centro de gravedad del conjunto
bicicleta-ciclista respecto al capó, se pueden producir una serie de modificaciones que acaben
provocando como resultado una, u otra, de las cuatro posibilidades.
Para un vehículo existen otras posibles formas de colisionar o atropellar a un ciclista, que
tan solo serán citadas a continuación: desmembramiento del cuerpo o de alguna de sus partes,
arrollamiento, arrastre, transporte y aplastamiento total o parcial.
La posición del ciclista en el momento de una colisión con un vehículo puede afectar su
resultado lesivo final. La posición lateral es más lesiva que la frontal, de hecho los valores de
HIC obtenidos por las simulaciones muestran que, durante el impacto lateral, los valores son
más altos ya que la cabeza del ciclista impacta inmediatamente el capó de un vehículo tipo
pickup y la bicicleta que podría pensarse que absorbe algo del impacto, en realidad no lo hace.
Algo diferente sucede en el impacto frontal y trasero. En estos casos, el vehículo impacta
principalmente con la rueda de la bicicleta que absorbe el impacto, además el punto de impacto
en el vehículo se encuentra en las proximidades del paragolpes y el ciclista es proyectado de
una manera diferente, porque se encuentra a una distancia mayor del capó del vehículo, esta
distancia aparentemente insignificante es en realidad determinante en la lesividad (Carollo,
Naso, & Virzi- Mariotti, Injury and Throwing Distance in Teenage Cyclist-Vehicle Crash,
2016, pág. 179). Este simple detalle nos da una idea de la importancia del análisis biomecánico
individualizado de los tres tipos más habituales de colisiones entre una bicicleta y un vehículo
de motor.
3.1.2 El frontal del vehículo impacta en el lateral de la bicicleta
En este tipo de colisión, denominada angular ortogonal lateral, la parte frontal del
vehículo impacta con el lado izquierdo o derecho de la bicicleta que circula en una dirección
perpendicular o casi perpendicular a la del vehículo. En Goteburgo (Suecia) se llevó a cabo un
estudio que, entre otras conclusiones, observó una alta frecuencia de las colisiones fronto-
laterales entre vehículos y bicicletas (Kroon, 1990).
En este caso, la evolución biomecánica del ciclista es similar al tipo más frecuente de
impactos peatonales (EEVC , 1984, pág. 55). En el caso de un ciclista adulto en una bicicleta
convencional, la fuerza de impacto del vehículo turismo con un parachoques por debajo del
centro de gravedad del conjunto ciclista-bicicleta provoca una trayectoria postimpacto de
envolvimiento sobre el capó y el cristal parabrisas.
364 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 7. SINIESTROS VIALES CON IMPLICACIÓN DE CICLISTAS
Figura 205: Evolución biomecánica del cuerpo de un ciclista en una colisión del frontal de un vehículo
Las etapas que componen la fase de impacto y postimpacto de una colisión de un vehículo
con una bicicleta y un ciclista son las siguientes aunque como a todo siniestro vial habría que
añadir las fases de previaje, viaje y preimpacto:
– Contacto.
– Impacto – aceleración del cuerpo del peatón.
– Movimiento sobre capó o el techo del vehículo.
– Movimiento de salida del vehículo hacia el suelo.
– Movimiento sobre el suelo.
No todas las fases pueden ser definidas fácilmente por la localización de hitos específicos
sobre el terreno y no todos los pasos ocurren en cada colisión. Para la mayoría de los supuestos,
un peatón golpeado por el frontal de un vehículo en movimiento experimentará los eventos en
el orden listado arriba.
La descripción de la evolución biomecánica de este tipo de colisiones se realiza teniendo
en cuenta la literatura científica sobre la materia (EEVC , 1984, pág. 55; Wood & Simms, 2009,
pág. 31; Katsuhara, Miyazaki, Kitagawa, & Yasuki, 2014, pág. 678); las grabaciones de casos
reales, tomadas tanto desde la perspectiva del conductor del vehículo como del ciclista, los
crash test llevados a cabo con maniquíes y cadáveres y las simulaciones informáticas de este
tipo de impactos.
a) Impactos del cuerpo del ciclista y de la bicicleta con el vehículo
Como regla general en el caso de una colisión entre un vehículo y una bicicleta, hay tres
subcategorías de contactos entre el cuerpo del ciclista y el vehículo, al igual que sucedía en el
atropello a un peatón. El primer impacto se produce entre la pierna o el pie del ciclista y el
parachoques del vehículo. A continuación se produce un segundo impacto de la parte final del
capó contra el muslo del ciclista y su región pélvica. Como resultado de estos dos impactos,
principalmente el primero, la parte superior del cuerpo y la cabeza comienzan a girar hacia su
lateral y hacia abajo en dirección al vehículo, lo que desemboca en un tercer impacto, cuando
la cabeza golpea el cristal del parabrisas y, a menudo, el techo del vehículo.
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 365
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
Primer impacto
El parachoques impacta con la pierna del ciclista. La posición relativa de la altura del
parachoques con respecto a la altura del ciclo de pedalada determina su trayectoria posterior.
La cinemática posterior del cuerpo del ciclista depende de la duración del impacto, el ángulo
de la bicicleta con el vehículo, el coeficiente de rozamiento entre las ruedas de la bicicleta y el
suelo y, más importante, la altura relativa del impacto en la pierna del ciclista, así como las
posiciones relativas de las piernas en el ciclo de pedaleo.
Figura 206: El momento del primer impacto en una colisión con un ciclista
La posición sentado del ciclista en el momento del impacto a veces puede inducir una
rotación de su cuerpo alrededor de su eje longitudinal. Esto sucede habitualmente en el caso de
vehículos de diseño, parachoques y centro de gravedad bajo, porque esta menor altura en
relación con el torso del ciclista obliga a que el muslo de la pierna del lado por el que es
golpeado forme aproximadamente un ángulo recto con su eje. La parte inferior de la pierna y,
en cierta medida, los brazos son acelerados por el automóvil en un instante anterior al resto del
cuerpo. Por lo tanto, la dirección de rotación es tal que la parte posterior del tronco y la cabeza
del conductor se vuelven contra el capó del automóvil. Por lo tanto, el parachoques y la
estructura delantera del automóvil aceleran las piernas del conductor, movimiento al que
también puede contribuir la inercia de la estructura principal del vehículo de dos ruedas (EEVC
, 1984, pág. 55).
Impactos secundarios
En los casos de proyección de envolvimiento en ciclistas al primer impacto del
parachoques con la pierna del ciclista le siguen otro impacto del borde delantero del capó con
la parte superior de la pierna y la pelvis y luego la parte superior
del cuerpo envuelve el capó en un movimiento de secado llegando a impactar la cabeza,
generalmente con el parabrisas o, incluso, el techo.
Esto se muestra claramente en las diferentes etapas en que pueden dividirse las pruebas
de impacto realizadas con cadáveres sobre bicicletas alcanzados por un vehículo turismo en un
ángulo oblicuo (Wood & Simms, 2009, pág. 40).
366 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 7. SINIESTROS VIALES CON IMPLICACIÓN DE CICLISTAS
Figura 207: Vehículo impacta oblicuamente con un cadáver en bicicleta con volteo sobre la aleta,
A consecuencia de ese contacto inicial, entre el frontal del vehículo y la pierna del ciclista,
se genera una componente tangencial de la aceleración que produce un giro a su cuerpo. Esta
aceleración por debajo del centro de masas causa una rotación del peatón tal que la parte baja
del cuerpo se mueve hacia arriba y en el mismo sentido que el vehículo mientras la parte
superior del cuerpo continúa moviéndose lateralmente en el sentido contrario.
El compromiso de la pelvis también afecta a la cinemática del ciclista. En los casos de
pruebas de impacto en las que el vehículo era tipo sedán, las piernas del ciclista entraron en
contacto con la parrilla mientras que la pelvis se movía en diagonal sobre el capó. Este
movimiento produce un giro de la parte superior del cuerpo y motiva que el impacto de la
cabeza sobre el cristal del parabrisas fuese en la posición con la cara hacia arriba. Mientras que
en los casos en los que el vehículo era tipo SUV, la pelvis se enganchó en el borde frontal del
capó a los 70 ms. Después de ese instante, la parte superior del cuerpo se mantuvo en
movimiento y flexionada. El ciclista giro para impacta con la cabeza con la cara hacia abajo
(Katsuhara, Miyazaki, Kitagawa, & Yasuki, 2014, pág. 682).
El torso del ciclista impacta, normalmente, en el capó o en una de las aletas del vehículo.
En algunos casos, esta relación puede ser tal que la parte superior del cuerpo del ciclista no
golpee en ningún lugar en el vehículo, cayendo directamente al suelo por un lateral del vehículo.
En una simulación de una colisión entre un vehículo tipo sedan circulando a 40 km/h que
impacta lateralmente con una bicicleta con una velocidad transversal de 20 km/h con un
desplazamiento lateral del centro de gravedad de la cabeza del ciclista 200 mm del eje
longitudinal del vehículo se distinguen los siguientes impactos: a los 40 ms, las piernas del
ciclista reciben el impacto lateral de la parrilla del frontal del vehículo; a los 80 ms, la pelvis
desliza a lo largo del capó mientras las piernas se mantienen en contacto con la parrilla; a los
120 ms, la parte inferior de las piernas se despega de la parrilla mientras la parte superior del
cuerpo se retuerce sobre su eje y el ciclista queda boca arriba de espaldas al capó y, finalmente,
a los 160 ms, la cabeza impacta en el cristal del parabrisas. La trayectoria de la cabeza había
trazado una línea recta hasta los 80 ms y, partir de ese instante, dibujó un arco (Katsuhara,
Miyazaki, Kitagawa, & Yasuki, 2014, pág. 673)
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 367
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
Las pruebas de cadáveres de ciclistas golpeados por vehículos muestran que el muslo y
la pelvis se deslizan sobre el capó después del impacto, y luego la parte superior del cuerpo
golpea el capó mientras gira sobre la pelvis y, también, se observó en estas pruebas que la
cabeza y los hombros del ciclista mantuvieron una orientación casi horizontal hasta 100
milisegundos después del impacto (Wood & Simms, 2009, pág. 42), tal y como sucede en la
simulación descrita arriba y mostrada en la Figura 208.
En la realidad, el lugar donde se produce el impacto en la cabeza dependerá de la
velocidad y de los parámetros de configuración del vehículo. Este punto de impacto puede estar
en el capó, en las partes superiores de las aletas, en el parabrisas, en el marco del parabrisas o
en el techo (EEVC , 1984, pág. 55).
368 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 7. SINIESTROS VIALES CON IMPLICACIÓN DE CICLISTAS
que explicaría, parcialmente, el menor riesgo de lesiones de los ciclistas comparados con los
peatones (Wood & Simms, 2009, pág. 41).
La relación entre la velocidad del vehículo y la de la bicicleta será decisiva para que la
cabeza y el tronco del ciclista se desvíen de la línea que discurre desde el primer punto de
impacto en la pierna y los sucesivos impactos en la pelvis el torso y la cabeza.
En la simulación que se muestra en la Figura 208 la cabeza del ciclista se movió
diagonalmente hacia el cristal del parabrisas, teniendo en cuenta que a los 80 ms la parte
superior del cuerpo comenzó a girar a 80 ms, la trayectoria de la cabeza cambió ligeramente su
dirección, sin embargo, su desplazamiento fue casi insignificante (Katsuhara, Miyazaki,
Kitagawa, & Yasuki, 2014, pág. 673). En otra simulación con modelos de multicuerpos en la
que un vehículo que circula a 30 km/h impacta perpendicularmente con un ciclista que viajaba
a 15 km/h, ese desplazamiento lateral del centro de gravedad de la cabeza con respecto al eje
longitudinal del vehículo fue de 67 cm. Se puede formular como estimación que el
desplazamiento de la dirección lateral es aproximadamente igual a la velocidad transversal
multiplicada por el tiempo necesario para alcanzar el contacto con la cabeza (Wood & Simms,
2009, pág. 42).
En las colisiones reales, no es inusual en la realidad que debido a esa velocidad transversal
del ciclista su cabeza no llegue a impactar con el vehículo y que salga por el lateral del vehículo
impactando directamente con el suelo, este tipo de trayectorias de salida por un lateral
Transporte
Finalmente, hay un breve periodo de tiempo, en el cual, el ciclista es transportado por el
frontal del vehículo mientras se mueve en la dirección en la que el vehículo se estaba moviendo
cuando le impacto y su cuerpo acelera hasta alcanzar la velocidad del vehículo o a una muy
próxima a ella.
Figura 209: Transporte del cuerpo del ciclista encima del vehículo
En esta fase, el cuerpo empieza a descender y moverse hacia el suelo, tal y como puede
verse en la Figura 209. El movimiento hacia el suelo, en términos simples, suele ser el resultado
de la deceleración mayor del vehículo en comparación a la del ciclista. Al final, su cuerpo sale
despedido aproximadamente a la altura del capó del vehículo y a una velocidad muy próxima
a la del vehículo por lo que, inicialmente al menos, adquiere el mismo vector velocidad.
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 369
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
Sin embargo, en la trayectoria posterior del cuerpo de tipo salto mortal son posibles más
contactos con el capó u otras partes del vehículo, si el vehículo no está frenando con la suficiente
intensidad.
En el caso de la salida del ciclista con una trayectoria de volteo sobre la aleta, de volteo
sobre el techo o de salto mortal, el cuerpo tendrá una dirección de salida diferente a la del
vehículo en el momento de la separación, no tendrá probablemente la misma velocidad que la
del vehículo ni por supuesto su mismo vector.
b) Fase de vuelo postimpacto
En la mayoría de los casos de proyección con envolvimiento del ciclista, existe un
movimiento de rotación del cuerpo durante esta fase de vuelo que tiene, generalmente, dos
efectos en el contacto posterior con el suelo: el primero es que debido a las fuerzas centrífugas,
el cuerpo del ciclista generalmente se extiende en lugar de flexionarse al impactar contra el
suelo, y el segundo es que la velocidad de impacto con el suelo es diferente para las distintas
regiones del cuerpo del ciclista (Wood & Simms, 2009, pág. 47).
c) Impactos contra el suelo
El impacto contra el suelo es muy variable, tanto para los casos de proyección con
envolvimiento como para los de proyección hacia adelante, por lo cual predecir cuál va a ser el
comportamiento del cuerpo y su cinemática después del contacto con el suelo es difícil. Con
esta premisa, utilizando grabaciones en video de la cinemática de contacto de los cuerpos de
ciclistas y peatones proyectados por vehículos en casos reales y en experimentos preparados
puede realizarse una descripción general de esta fase. La posible secuencia comenzaría con los
pies siendo la primera parte del cuerpo en golpear con el suelo, seguiría con un movimiento de
balanceo que tiene como resultado el impacto de la cadera y luego el contacto de la cabeza con
el suelo, todo ello sucede en una rápida sucesión de hechos (Wood & Simms, 2009, pág. 47).
En el proyecto APROSYS los datos sobre colisiones entre vehículos y ciclistas permiten
hacerse una idea de la lesividad relativa de los impactos contra el suelo comparada con la debida
a los correspondientes al vehículo. Los impactos primarios con el vehículo causan el 48 % de
las lesiones mientras los golpes contra el suelo son responsables del 42 % restante, lo cual
significa que la proporción se mueve en torno al 1.1 entre vehículo y suelo. El contacto con el
suelo para los ciclistas como fuente de lesiones debe ser objeto de un estudio detallado en la
reconstrucción técnica de cada caso real abordado.
En el caso de un vehículo modelo sedan que circula a 40 km/h e impacta con una bicicleta
que se movía transversalmente a 20 km/h, el impacto de las piernas del ciclista se produce a los
600 ms del primer contacto. Posteriormente, el cuerpo del ciclista sigue girando y el hombro
toca el suelo a los 760 ms y, finalmente, la cabeza golpea el suelo a los 770 ms. En este caso,
el modelo utilizado en la simulación predijo la aparición de una fractura craneal (Katsuhara,
Miyazaki, Kitagawa, & Yasuki, 2014, pág. 678).
A velocidades más altas puede haber una influencia más sustancial en la lesividad del
ciclista por parte del suelo. El impacto oblicuo de la cabeza en el suelo y los posibles resultados
de la aceleración angular pueden ser factores importantes para determinar la gravedad de las
lesiones cerebrales (EEVC , 1984, pág. 58).
370 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 7. SINIESTROS VIALES CON IMPLICACIÓN DE CICLISTAS
Los diferentes tipos de movimientos que pueden producirse sobre el suelo serían:
− Rebote
El siguiente fenómeno experimentado por el peatón será una abrupta aceleración negativa
cuando el cuerpo impacta en el suelo. El cuerpo puede, entonces, volver a volar brevemente, y
de nuevo retorna al suelo y experimenta otra abrupta deceleración. Este movimiento es una
función de la velocidad del cuerpo y del ángulo en el que es golpea por primera vez el suelo.
− Rodamiento
El cuerpo puede, según las condiciones en los que impacte con el suelo por primera vez,
rodar a lo largo de una determina distancia sobre el suelo. Cada tipo de movimiento y el grado
de deceleración experimentado por el cuerpo durante este tipo de movimiento depende de
diferentes factores tales como el tipo de ropa que viste el ciclista, la existencia de rebotes o el
tipo de superficie del suelo.
− Deslizamiento
El cuerpo humano puede también deslizar otra distancia. El valor del coeficiente de
rozamiento del cuerpo depende del tipo de superficie del suelo y de la tipología y el material de
sus ropas En algunos casos, debido a ese deslizamiento se detiene más rápido que el vehículo
que se haya frenado a partir de su primer contacto. En este caso, el cuerpo podría quedarse
enganchado, bajo el frontal del vehículo en un impacto secundario, y sería una determinada
distancia hasta que el vehículo alcance su posición final.
Las Posiciones finales (PF) son las que adoptan los vehículos, personas y objetos cuando
llegan a la inmovilidad después de la secuencia de eventos descrita. En este caso, el cuerpo del
ciclista queda tendido sobre el suelo, dentro o fuera de la calzada.
3.1.3 El frontal del vehículo impacta en el frontal de la bicicleta
En este tipo de colisión la bicicleta circula en dirección opuesta a la del vehículo y el
impacto se produce entre los frontales de ambos. La velocidad de aproximación (closing speed)
es la suma de las velocidades de los dos vehículos. La masa de la bicicleta es pequeña
comparada con la del vehículo, por lo tanto, el cambio de velocidades a consecuencia del
impacto es muy superior en el cuerpo del ciclista (EEVC , 1984, pág. 56).
En esta tipología, después del primer impacto de la rueda delantera con el parachoques
del vehículo el cuerpo del ciclista presenta una tendencia a elevar su centro de gravedad y se
produce un momento de giro que tiene como resultado la proyección del ciclista por encima del
manillar. La cabeza es la parte más adelantada del cuerpo y, posiblemente, la primera que
impacta con el capó o con el cristal del parabrisas. Las piernas pueden llegar a quedar atrapadas
por los pedales o por el manillar durante la secuencia de la colisión y esto puede inducir una
rotación hacia adelante del tronco.
En caso de que el impacto se dirija primero al área del parabrisas, la carga axial del cuerpo
a menudo conduciría a fracturas severas en la parte inferior del cráneo y en la columna cervical.
Este tipo de lesiones suelen ser letales incluso a bajas velocidades. En esta situación, el cambio
de velocidad total del cuerpo del ciclista es el parámetro más importante junto a la rigidez de
las estructuras impactadas. En este caso el uso del casco por parte del ciclista puede ser vital.
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 371
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
Figura 210: Impactos del cuerpo del ciclista sobre un vehículo y daños observables después de la colisión
372 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 7. SINIESTROS VIALES CON IMPLICACIÓN DE CICLISTAS
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 373
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
Figura 212: Simulación de una colisión de un ciclista contra una barrera de seguridad metálica
La Figura 212 muestra una serie de capturas de pantalla a lo largo del tiempo (120 ms) de
la simulación realizada con MADYMO del caso. La reconstrucción muestra como al impactar
la rueda delantera con el bordillo se eleva la altura del centro de gravedad de la bicicleta
apreciable en el sillín y el ciclista se desplaza hacia adelante. Simultáneamente el manillar de
la bicicleta comienza a raspar a lo largo de la barrera. Esta acción combinada produce que el
ciclista salga, en principio, por encima del manillar y, posteriormente, lateralmente por la parte
alta de la bicicleta sobrepasando la altura de la barrera de seguridad. Al otro lado de la barrera
la cabeza del ciclista impacta con uno de los postes de acero de anclaje de la barrera, y su torso
con la parte superior de la propia barrera, acabando sobre el suelo fuera de la calzada. Las
lesiones sufridas por el ciclista son consistentes con la cabeza y el pecho que impactan en la
entrada de la cesárea sin vigilancia. Después de golpear el poste, el jinete fue rotado y arrojado
sobre la barandilla, golpeando el suelo.
Las evidencias disponibles en la escena, el testigo y el informe de la policía no fueron
suficientes para lograr una determinación precisa de la velocidad del ciclista en el punto de
pérdida de control. Sin embargo, en base a un estudio analítico y la simulación realizada, la
velocidad del ciclista en el punto de pérdida de control se estimó en alrededor de 35 km/h. La
cinemática del ciclista obtenida en la simulación es coherente con las lesiones sufridas, que
consistieron en una fractura deprimida del frontal del cráneo frontal y varias costillas
fracturadas. En este caso, el ciclista impactó con un poste de acero de la barrera de seguridad,
que es mucho más rígido que la estructura exterior de un vehículo, por este motivo, las fracturas
en la cabeza y las costillas tenían más probabilidades de ocurrir a una velocidad de impacto de
35 km/h o, incluso, más baja (Pang, 2008, pág. 513).
3.2.2 Colisión con un muro o una obra de fábrica de hormigón
En el caso de una colisión contra un muro que no sea alto, la cinemática del cuerpo del
ciclista sería similar a la descrita en el impacto y, sobre todo, en el postimpacto con una barrera
de seguridad. El cuerpo del peatón es proyectado por encima del muro con una fase de vuelo,
un impacto en el suelo, que será la fuente principal de las lesiones, y finalmente, un movimiento
sobre el suelo hasta acabar en la posición final.
En cambio si el muro es indeformable y lo suficientemente alto, entonces la proyección
hacia delante del cuerpo del ciclista se ve frenada completamente por el propio muro, tal y como
puede verse en la Figura 213.
374 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 7. SINIESTROS VIALES CON IMPLICACIÓN DE CICLISTAS
Después del primer contacto de la rueda de la bicicleta con el muro, esta comienza a
deformarse. La inercia produce un desplazamiento hacia adelante del cuerpo del ciclista. La
bicicleta al quedar detenida en su rueda delantera sufre un momento de giro alrededor de esta y
la rueda trasera y el sillín comienzan a elevarse, lo cual acelera el movimiento hacia adelante
del cuerpo del ciclista. La cabeza es la parte del cuerpo que primero impacta con el muro, y el
cuerpo ha experimentado un cierto nivel de giro y de encogimiento que se deshace con ese
impacto. El ciclista impacta con el muro prácticamente con todo su cuerpo desde los pies,
pasando por las rodillas, las extremidades superiores y la cara. La bicicleta ha seguido girando
alrededor de la rueda delantera y en un momento determinado puede desligarse del ciclista y
salir rebotada hacia atrás o hacia el lado.
3.2.3 Colisión con un elemento esbelto
En las calles hay varios obstáculos con los que una bicicleta puede colisionar después de
perder el control. El mobiliario urbano, a veces, se diseña para romperse o ceder cuando son
golpeados por automóviles para minimizar el riesgo de lesiones a sus ocupantes, pero en el caso
de las bicicletas, debido a su pequeña masa, no serán capaces , normalmente, de deformar
estas estructuras en un grado apreciable. Por lo tanto, el riesgo de tener una lesión es mucho
mayor para estos tipos de obstáculos. En las vías interurbanas y los caminos rurales, los árboles
y las cercas también pueden causar lesiones si el ciclista impacta con ellas de manera violenta
(EEVC , 1984, pág. 58).
Figura 214: Colisión de una bicicleta contra un árbol con proyección lateral del ciclista
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 375
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
de masa y el ciclista combinado está por encima del eje delantero, creando un momento de
rotación hacia delante alrededor del eje delantero y del manillar. Un ciclista ligeramente unido
a la bicicleta, por ejemplo solamente apoyado en los pedales y sosteniendo ligeramente las
empuñaduras del manillar, será expulsado de la bicicleta ya que la bicicleta queda parada por
el obstáculo y la inercia hace que el cuerpo del ciclista intente continuar con su movimiento.
En otras palabras, las fuerzas aplicadas a la bicicleta y, prácticamente, sin conductor pueden ser
relativamente livianas y, por lo tanto, pueden producir solo un daño estructural limitado. El
ciclista proyectado, por el contrario, puede impactar a la misma velocidad con el objeto, en
este caso un árbol, o continúa hacia delante para finalmente golpear contra el suelo (Broker &
Hill, 2006, pág. 107).
Caída sobre la calzada o sobre el terreno fuera de ella
Un estudio holandés realizó pruebas para analizar la estabilidad y manejabilidad de
diferentes tipos de bicicletas. En una de las pruebas, los ciclistas tuvieron que seguir una sección
de la vía que consistía en un tramo de calzada recta con pendiente hacia abajo inmediatamente
seguida por un giro brusco a la izquierda. Los ciclistas tenían que intentar mantenerse entre dos
líneas situadas a 0,15 m de distancia. El porcentaje de tiempo pasado fuera del trazado prescrito
se utilizó como medida del rendimiento. Al descender, la velocidad aumentó debido a la
pendiente, lo que hizo que la curva fuera más difícil de tomar y, por lo tanto, tanto la estabilidad
como la maniobrabilidad de la bicicleta eran fundamentales para mantener el trazado. El
rendimiento de la bicicleta de carreras y el modelo estándar con manillar alto difiere
significativamente del de los otros dos modelos de bicicletas utilizados. Con estos otros
modelos, la desviación del trazado totalizó aproximadamente el 25 por ciento del tiempo. Para
la bicicleta de carreras, esto fue casi el 50 por ciento, mientras que para la bicicleta con manillar
alto, este dato fue del 40 por ciento. De estos estudios se desprende que el diseño de la bicicleta
influye en la estabilidad y la maniobrabilidad, y por lo tanto puede ser un factor a tener en
cuenta al analizar los siniestros viales (EEVC , 1984, pág. 95), especialmente, en los casos de
caída, perdidas de control y salidas de vía.
3.3.1 Caída por encima del manillar
Si la bicicleta resulta bloqueada en su rueda delantera su tendencia es a girar sobre ese
punto elevándose la rueda trasera y el sillín, lo que produce un movimiento de giro del ciclista.
Las causas que pueden motivar ese bloqueo de la rueda delantera pueden ser varias:
− Una frenada de emergencia en la que solamente funciona con eficacia el freno
delantero, ya sea porque el ciclista solo ha accionado ese freno o porque el trasero
no ha funcionado correctamente.
− Debido al mal estado de la calzada y a la existencia de algún tipo de irregularidad
(bache, surco, hoyo,…) que produce que se clave la rueda delantera.
− Debido a un obstáculo en la calzada o fuera de ella con suficiente altura para
bloquear o detener la rueda delantera deformándola, tal y como un bordillo, una
piedra o un animal.
− El encaje de algún tipo de pieza de madera o metal entre los radios de la rueda
delantera que los rompe o bloquea.
376 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 7. SINIESTROS VIALES CON IMPLICACIÓN DE CICLISTAS
En la siguiente secuencia de imágenes se puede observar un caso real de una caída por
encima del manillar por la acción de una escobilla metálica de limpiaparabrisas que se introduce
entre los radios de la rueda delantera y produce su bloqueo:
Figura 215: Caída de la bicicleta por encima del manillar por acción de un elemento metálico
En una simulación matemática de una caída (Broker & Hill, 2006, pág. 113), como la
que se observa en la Figura 215, a los 200 milisegundos del bloqueo de la rueda delantera, la
trasera comienza elevarse y el conjunto bicicleta-ciclistas gira sobre la rueda delantera. A los
400 milisegundos el cuerpo del ciclista ha superado la vertical sobre la rueda delantera y la
parte del cuerpo que avanza por delante es la cabeza. A los 600 milisegundos, si el ciclista sigue
fuertemente agarrado a la bicicleta y por lo tanto unido solidariamente con ella, la cabeza del
ciclista casi ha girado un ángulo recto hacia adelante. Finalmente, en torno a los 800
milisegundos la cabeza del ciclista impacta en el suelo y tras un rebote lo hace la espalda así
como el resto del cuerpo.
En el momento del impacto de la cabeza del ciclista contra el suelo, el cuello sufre una
importante carga a compresión por su peso ya que se encuentra en una posición próxima a la
vertical. También, el hombro y la clavícula pueden sufrir esa carga a compresión que puede ser
la causa de alguna fractura. El posterior giro sobre el apoyo de la cabeza hace que golpee la
espalda, los glúteos y, posteriormente, las piernas.
No suele haber grandes desplazamientos sobre el suelo del cuerpo del ciclista, a menos
que este suelte el manillar de la bicicleta y salga proyectado, casi horizontalmente, contra el
suelo, tal y como puede verse en la Figura 201.
3.3.2 Caída lateral por arriba
Cuando la bicicleta pierde agarre o el ciclista pierde el control lateral de la bicicleta y esta
se detiene por alguna causa, la inercia provoca que el cuerpo del ciclista continúe con su
movimiento y salga proyectado lateralmente. Este tipo de caídas es más frecuente en bicicletas
de montaña.
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 377
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
Una vez lanzado al aire el cuerpo del ciclista no existe diferencia con el tipo anterior de
caída. Esta proyección consta de dos fases: una primera, de vuelo y, una segunda, de impacto
contra el suelo y movimientos sobre el mismo.
3.3.3 Caída lateral por abajo con derrape
Las bicicletas, como vehículo de dos ruedas, tienen que mantener el equilibrio vertical en
el sentido longitudinal de avance y en el lateral, especialmente, al negociar las curvas. Este tipo
de caídas es frecuente en bicicletas de carretera, ya que tienen muy poco peso y sus ruedas son
extremadamente estrechas y por lo tanto tienen poco agarre.
En la Figura 216 puede apreciarse la evolución de una pérdida de control en curva, debido
a un bache parcheado en la calzada, seguida de una caída sobre el lateral de la bicicleta y
posterior deslizamiento de la misma y del cuerpo del ciclista.
Figura 216: Caída de un ciclista sobre la calzada por pérdida de control con derrape lateral
Las causas que provocan la pérdida de control o el derrape lateral de la bicicleta pueden
ser muy variadas: mal estado de la calzada, sobrepasar el ángulo de inclinación máximo para
tener agarre lateral, algún problema mecánico repentino en la bicicleta, una persona o animal
que se atraviesa, etc…
En este tipo de caídas el impacto contra el suelo no se produce con una gran velocidad
angular por lo que no provoca un mecanismo lesional grave, en cambio la trayectoria de
deslizamiento por el suelo es proporcional a la velocidad longitudinal que tenía el ciclista y
puede provocar importantes abrasiones y contusiones. El principal problema de este tipo de
caídas viene determinado por la presencia de obstáculos en las proximidades de la calzada
(barreras de seguridad, árboles, muros,…) con los que el cuerpo del ciclista puede impactar a
gran velocidad.
378 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 7. SINIESTROS VIALES CON IMPLICACIÓN DE CICLISTAS
La dinámica de los ciclistas cuando una bicicleta colisiona con un vehículo de motor, la
biodinámica del cuerpo humano en estos eventos y la consiguiente distribución de las lesiones
sufridas están influidas por factores diversos, tales como la velocidad del impacto, la tipología
del vehículo, la rigidez y geometría del frontal del vehículo, la edad y la talla del peatón y la
posición del peatón con relación al punto de impacto con el frontal del vehículo. En definitiva
no hay que insistir en la complejidad de esta tipología concreta de hechos lesivos.
En cada tipo de colisión o siniestro, se producen diferentes lugares de impacto en el
cuerpo del ciclista, en algunas tipologías esos impactos se producen con el vehículo o con el
suelo, mientras que en otras se producen con el suelo y otros objetos diferentes de la vía o de
su entorno e, incluso, con la propia bicicleta. Estas pueden causar diferentes patrones de
lesiones a los ciclistas.
En relación con las colisiones en las que están implicados ciclistas, los mecanismos de
producción de lesiones se refieren a los movimientos, contactos e impactos que ocurren durante
este tipo de colisiones, a las fuerzas que se generan en esos impactos cuando el cuerpo del
ciclista entra en contacto con el vehículo de motor o con el suelo y a los factores que influyen
en estos mecanismos (Kröyer, 2015, pág. 19).
La comprensión del mecanismo lesional del ciclista, que sufre una caída o se ve
implicado en una colisión con un vehículo de motor, no es solo importante para diseñar mejores
sistemas de protección, o eliminar materiales dañosos para su integridad física, sino que
también es un conocimiento crítico en la gestión de las lesiones de los ciclistas en las salas de
emergencias hospitalarias, de dónde se deduce que los hospitales que atienden a los lesionados
deben estar integrados en la alimentación de datos y en el acceso a su explotación en una base
de datos sobre este tipo de siniestros viales.
Los atropellos mortales a peatones ocurren, habitualmente, cuando la velocidad de
circulación del vehículo está entre 40 y 50 km/h, mientras que las colisiones mortales en
bicicleta ocurren a lo largo de un amplio abanico de velocidades de circulación del vehículo
que van desde los 25 a los 90 km/h. Este dato acarrea importantes consecuencias a la hora de
medir la eficacia de las medidas en materia de política de límites de velocidad (Kröyer, 2015,
pág. 106), ya que cambios en las limitaciones de velocidad en casco urbano deberían traducirse
en una reducción apreciable de los atropellos y, sobre todo del número de personas fallecidas a
consecuencia de los mismos, pero no necesariamente una reducción en el número de ciclistas
fallecidos aunque posiblemente si en el número de siniestros viales de esta tipología registrados.
Sin embargo, el parámetro de mayor importancia en la producción de lesiones no es, por
supuesto, la velocidad de desplazamiento, sino la velocidad relativa entre el cuerpo del ciclista
y la del automóvil, en el momento del impacto y para cada parte del cuerpo (EEVC , 1984, pág.
54). Si se aplican los conceptos generales de reconstrucción, no depende individualmente de
las velocidades de impacto del vehículo y la bicicleta, sino del incremento de velocidad (Delta
∆V) que sufre el ciclista a consecuencia del impacto.
De todos los caminos posibles para avanzar en el conocimiento de la biomecánica
lesional del ciclista atropellado, aquí se presta atención, como ya se hizo con los peatones
anteriormente, a dos de ellos: por un lado, se pueden realizar estudios epidemiológicos, más o
menos extensos en la cantidad y calidad de la muestra, junto a estudios de investigación en
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 379
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
profundidad y, por otro lado, se puede llevar a cabo un análisis biomecánico de cada región
anatómica afectada para conocer los mecanismos lesionales y los principales parámetros que
intervienen en la mayor o menor lesividad en casa registro anatómico.
Acercamiento epidemiológico a las lesiones observadas
La lectura de diversos trabajos y estudios sobre las lesiones que sufren los ciclistas en los
siniestros viales revela varias diferencias en esta materia al compararlas con las que se observan
en los peatones atropellados por un vehículo de motor. En concreto, hay importantes diferencias
en el resultado y la severidad de las lesiones que se producen a consecuencia de los diversos
tipos de impactos que se producen a lo largo de la secuencia completa del siniestro. Los ciclistas
son menos propensos a sufrir lesiones fatales, pero la mayor parte de las lesiones graves que se
les infligen ocurren en entornos de baja velocidad (Kröyer, 2015, pág. 106).
En Suecia, las bicicletas se han convertido en la causa más común de lesiones graves
producidas en siniestros viales en los últimos años. En 2009, un tercio de las víctimas de
siniestros viales ingresados en los hospitales suecos eran ciclistas. En Bélgica y Suecia, los
ciclistas suponen alrededor del 10 % de todos los muertos en siniestros viales (Fahlstedt M. B.,
2012, pág. 788).
La gravedad de las lesiones se debe, esencialmente, a la energía experimentada durante
el impacto, y esta energía está directamente relacionada con la velocidad, tanto del ciclista como
del vehículo implicado, y con su masa, la del conjunto ciclista y bicicleta y la del vehículo.
4.1.1 Distribución de las lesiones por regiones anatómicas
No existe unanimidad al clasificar las lesiones observadas en ciclistas que han sufrido un
siniestro vial, ni en la forma de registrarlas ni en los porcentajes de personas que resultan
lesionadas en una determinada región anatómica con respecto al total de personas lesionadas.
Así en estudios llevados a cabo en Europa en 1980 se afirmó que las extremidades superiores e
inferiores son los que con mayor frecuencia resultan afectados, seguidos por la cabeza. En
cambio, otros estudios europeos apunta a la cabeza como el área del cuerpo que resulta
lesionada con mayor frecuencia, aunque la muestra se realizó mayoritariamente con ciclistas
que fueron lesionados con una mayor gravedad (+ AIS2) (EEVC , 1984, pág. 39).
Esta variabilidad es evidente al observar la Tabla 42 en la que se han plasmado los
porcentajes recogidos en varios estudios en América, Oceanía y Europa, así como su evolución
en el tiempo en el caso de Alemania (Rivara, Thompson, Thompson, & Rebolledo, 1997, pág.
483; Amoros, Chiron, Ndiaye, Thélot, & Laumon, 2009, pág. 80; Otte & Haasper, 2005, pág.
290; Biegler, 2012, pág. 33).
Tabla 42: Distribución de lesiones en varios estudios europeos
380 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 7. SINIESTROS VIALES CON IMPLICACIÓN DE CICLISTAS
0 10 20 30 40 50 60 70 80 90 100
Cabeza Cara Cuello Tórax Espalda Abdomen Ext. Inf. Ext. Sup Cuerpo completo Desconocidas
Figura 217: Distribución de las partes afectadas de los ciclistas en función de la lesividad y el tipo de vía
Los siniestros viales en los que está implicada al menos una bicicleta, como muestran con
tozudez las series estadísticas ofrecidas por la Dirección General de Tráfico, son más frecuentes
en las vías urbanas, pero los ocurridos en las carreteras y autovías tienen resultados más graves
desde el punto de vista de la integridad física del ciclista (DGT, 2017, págs. 59-62).
A principios de este Siglo, en un estudio elaborado en España se determinó la distribución
de lesiones sufridas por ciclistas en siniestros viales ocurridos en el periodo 1998-2002,
distinguiendo entre vías urbanas y vías interurbanas (Guerra, 2006, pág. 8). No existe
diferenciación de las lesiones según las diferentes tipologías de siniestros aquí contempladas.
16,78 31,32
% %
5,52 5,32
% %
2,05 1,89
% %
3,49 4,85
% %
1,84 2,87
% %
1,08 1,82
% %
14,30 16,99
% %
20,87 13,99
% %
CUERPO COMPLETO 9,38 10,64 INTERURBANO
% %
DESCONOCIDO 24,69 10,30 URBANO
% %
Figura 218: Distribución de lesiones sufridas por los ciclistas en España (1998-2002)
Las tres regiones anatómicas más frecuentemente golpeadas y lesionadas del cuerpo de
un ciclista eran la cabeza y las piernas con cerca de un 50 % de los casos observados en vías
interurbanas y un 40 % en vías urbanas (Guerra, 2006, pág. 44).
En los heridos graves, las lesiones en las extremidades inferiores cobran cada vez una
gran importancia, pero son las heridas en la cabeza las que causan la mayor mortalidad.
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 381
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
Hay que hacer notar el alto porcentaje de lesiones en la cabeza que se producen en las
vías interurbanas, que es casi el doble que en las vías urbanas, lo cual puede ser una de las
posibles explicaciones a la mayor mortalidad en aquellas vías frente a estas. En las victimas
muertas en vías urbanas en España en el periodo 1998-2002, las lesiones en cabeza se
encuentran cerca del 40 %, y esto teniendo en cuenta que existe un porcentaje del 23 % de
lesiones sin clasificar (Guerra, 2006, pág. 44).
En el periodo 2006-2015, en el caso de los ciclistas fallecidos en España tanto en vías urbanas como
interurbanas, la más frecuente es la lesión cerebral, el 30,8% de las lesiones, tal y como puede verse en la
Figura 219, lo que supone 12 puntos porcentuales más que las lesiones cerebrales en los
no ciclistas. Las lesiones cerebrales con fractura supusieron el 15,7% de las lesiones de los
ciclistas fallecidos, 6 puntos porcentuales más que para los fallecidos no ciclistas y las lesiones
cerebrales con lesión interna fueron el 15,1% de los casos. (DGT, 2017, pág. 60)
Figura 219: Distribución porcentual por localización y mecanismo de las lesiones en ciclistas fallecidos en el
periodo 2006-2015 (181 altas y 740 lesiones)
Figura 220: Distribución porcentual por localización y mecanismo de las lesiones en ciclistas heridos en el
año 2015 (3.727 altas y 7.418 lesiones)
382 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 7. SINIESTROS VIALES CON IMPLICACIÓN DE CICLISTAS
Como conclusión, todos los estudios y trabajos citados indican que las lesiones a los
ciclistas están distribuidas por todo el cuerpo y sus extremidades. Las extremidades superiores
e inferiores son las partes más frecuentemente afectadas de los ciclistas, pero no las que mayor
gravedad presentan. Las lesiones que tienen una mayor importancia desde el punto de vista
lesivo son las que afectan a la cabeza en su conjunto, realmente aparecen como las que mayor
mortalidad producen en los ciclistas tanto en España como en el resto del mundo. Las lesiones
en la cabeza son más frecuentes que las que afectan al tronco y el abdomen.
4.1.2 Tipos de lesiones observadas en ciclistas
En el estudio realizado en Francia, en Rhône entre 1996 y 2006, con un total de 14432
víctimas registradas, las heridas más frecuentes, en todos los heridos independientemente de su
gravedad, fueron en orden de frecuencia: las contusiones, las fracturas, las heridas y los
esguinces o las distensiones (Amoros, Chiron, Ndiaye, Thélot, & Laumon, 2009, pág. 57). En
la
Tabla 43 se puede ver los detalles de los datos de ese estudio, en la segunda columna se
puede ver el porcentaje que supone cada tipo de lesión sobre el total de lesiones registradas, en
la tercera se pueden consultar el número de víctimas que sufrieron ese tipo de lesión y, en la
última, el porcentaje de victimas que sufrieron ese tipo de lesión.
Tabla 43: Naturaleza de las lesiones registradas en el estudio francés de Rhône
En este estudio se constató que la gravedad de las lesiones de los ciclistas era mayor en
los siniestros en los que había implicado un vehículo que en aquellos que habían experimentado
ellos solos. Además la gravedad de las lesiones fue mayor en el ámbito interurbano que en el
urbano (Amoros, Chiron, Ndiaye, Thélot, & Laumon, 2009, pág. 3).
En la misma fecha de inicio del estudio anterior, se realizó otro con respecto a ciclistas
que utilizaban bicicletas de montaña y todoterreno en los centros de atención de emergencias
de la ciudad de Seattle (Washington), entre marzo de 1992 y agosto de 1994, en el que se
incluyeron tanto los datos sanitarios procedentes de los hospitales como de los forenses. Los
resultados sobre los diferentes tipos de lesiones que presentaban los ciclistas objeto de la
muestra son los siguientes (Rivara, Thompson, Thompson, & Rebolledo, 1997, pág. 484):
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 383
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
Otros
Cerebro
Órganos internos, vasos y nervios
Lesiones dentales
Esguinces
Fracturas, dislocaciones
Laceraciones
Contusiones
Abrasiones
0 10 20 30 40 50 60 70
Figura 221: Tipos de lesiones registrados en ciclistas que utilizan caminos y bicicletas todoterreno
Ambos trabajos aportan datos coherentes entre sí, salvo en el caso de las abrasiones que
pueden ser identificadas como quemaduras en el estudio francés y cuyo número y porcentaje es
extremadamente bajo.
Una vez vistas las lesiones que se producen los ciclistas en los siniestros viales en los que
se ven involucrados conviene analizar qué partes del vehículo, de la calzada o del entorno de la
vía las originan.
4.1.3 Origen de las lesiones a los ciclistas
Los estudios biomecánicos identifican los mecanismos lesionales debidos a los diferentes
impactos con el vehículo, aunque hay pocos que incluyan los impactos contra el suelo en su
contenido.
Respecto al origen de las lesiones, en Alemania en los años setenta del siglo pasado el
análisis de 136 casos de ciclistas permitió concluir que la superficie de la calzada era
responsable del 31 % de las lesiones, mientras que el parachoques, el borde del capó y el cristal
del parabrisas lo era del 8 %, 10 % y 14 % respectivamente (Wood & Simms, Pedestrian and
Cyclist Impact, a biomechanical perspective, 2009, pág. 14).
Algo diferente aportó un estudio británico llevado a cabo en la década siguiente, con 753
casos de lesiones no fatales y 166 fatales, se estableció que la superficie de la carretera parecía
ser la causa de lesiones en el 60% de los casos, el contacto con el vehículo de motor en un 23%
y contacto con la bicicleta en 6,24 % (EEVC , 1984, pág. 60) .
Hay un acuerdo casi unánime en señalar que la importancia relativa de la bicicleta como
fuente de lesiones del ciclista es prácticamente nimia. La severidad de las lesiones que causa es
generalmente leve (Roland, Hunter, Stewart, & Campbell, 1979; Wood & Simms, 2009) y
además su frecuencia es siempre baja comparada con el vehículo y la vía.
Los datos más recientes del proyecto APROSYS muestran que muchas lesiones no se
pueden atribuir fácilmente a una parte o pieza específica del vehículo. Sin embargo, en los casos
en que pudo determinarse el origen, aproximadamente 10% de las lesiones fueron por impacto
de la cabeza con el parabrisas y 2% con el pilar A; por otro lado, alrededor del 9% de las
lesiones fueron por impacto del muslo con el capó; el 14% fueron por impacto de la rodilla el
384 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 7. SINIESTROS VIALES CON IMPLICACIÓN DE CICLISTAS
borde delantero del capó y el 11% fueron lesiones en la parte inferior de la pierna infligidas por
el parachoques. Aproximadamente el 42% de las lesiones ciclistas se atribuyeron al impacto
con el suelo (Wood & Simms, 2009, pág. 15).
Análisis de las lesiones producidas por registros anatómicos
A continuación se desgranan de forma sintética las lesiones más habituales en los ciclistas
y sus mecanismos lesionales en cada una de las regiones anatómicas en que se suele
descomponer el cuerpo humano.
4.2.1 La cabeza
La importancia de las lesiones de cabeza de los ciclista viene dada por su contribución
como causa directa de muerte más que por su frecuencia estadística, de hecho Otte afirma que
el 70 % de los siniestros viales mortales de ciclistas son debidos a lesiones en la cabeza (1989,
pág. 2).
Las lesiones en las cabezas de los ciclistas causadas por colisiones con vehículos son
todas de naturaleza dinámica y, generalmente, ocurren a altas velocidades. Debido a la falta de
protección y restricción del ciclista, todas las lesiones se producen a consecuencia de impactos,
ya sean con el vehículo o ya sean con el suelo (Warnica, 2015, pág. 15).
Los mecanismos de las lesiones por ciclismo en la cabeza son difíciles de analizar porque
a menudo se combinan varios tipos de lesiones (Depreitere, y otros, 2004, pág. 561). Las
lesiones en esta región anatómica son, generalmente, el resultado de un impacto directo o de un
impacto indirecto aplicado a la cabeza y el cuello cuando el torso se detiene o se acelera
rápidamente. En cualquier caso, la cabeza sostiene una aceleración lineal y angular combinada.
Aunque las fracturas de cráneo generalmente no existen en la carga indirecta, se encontró una
lesión cerebral grave en animales de experimentación. En la actualidad, los impactos con
contacto con la cabeza (aceleración predominantemente lineal) y la carga inercial de la cabeza
(aceleración rotacional predominante) se han postulado como los dos mecanismos principales
de la lesión en la cabeza. Se considera que la aceleración de rotación produce lesiones cerebrales
tanto focales como difusas, mientras que la aceleración lineal produce lesiones cerebrales
focales (King, Yang, Zhang, Hardy, & Viano, 2003, pág. 1)
En Sevilla, durante el período 2007-2014, recibieron tratamiento médico un total de 908
ciclistas victimas de todo tipo de siniestros viales. Se produjeron fracturas faciales relacionadas
con bicicletas en 122 pacientes (13%), 88 hombres (72%) y 34 mujeres (28%), con un
porcentaje del 6% entre todas las fracturas faciales. En este estudio, las fracturas mandibulares
fueron las más frecuentes en lesiones de bicicleta (49%) y las fracturas condilares con un 63 %
fueron las fracturas mandibulares más frecuentes relacionadas con el ciclismo (González Pérez,
Wideberg, & Gonzalez-Perez Somarriba, 2016, pág. 1).
Si vuelve la vista a los criterios de lesión en la cabeza, una persona lesionada tiene una
alta probabilidad de sobrevivir si el HIC ≤ 1000, según se puede comprobar en la gráfica de la
Figura 222 (Raslavičius, Bazaras, & Keršys, 2017, pág. 564).
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 385
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
Figura 222: Relación entre los valores de la Escala AIS y el criterio HIC para impactos en la cabeza
Para una velocidad de impacto de 40 km/h el HIC fue de 805, que se corresponde con un
nivel AIS2, lesión moderada de la cabeza. Este valor del HIC significa que un ciclista tiene
altas posibilidades de supervivencia. Si la velocidad del vehículo aumenta a 50 km/h se produce
un correlativo incremento del HIC a 908, mientras que si la velocidad se sitúa en 60 km/h eleva
el HIC a 1670, lo cual supone un nivel superior a AIS5. En conclusión si un ciclista es golpeado
por un vehículo que viaja a 60 km/h, sus posibilidades de sobrevivir son reducidas (Raslavičius,
Bazaras, & Keršys, 2017, pág. 566).
4.2.2 El cuello
En un conjunto de simulaciones de colisiones entre vehículos y bicicletas, los valores
máximos de la fuerza de tracción del cuello a diferentes valores de velocidad del vehículo son
2,04 kN para 40 km/h, 2,41 kN para 50 km/h y 2,65 kN para 60 km / h. Los valores de la fuerza
de cizallamiento del cuello varían, respectivamente, dentro del rango de 0,5-1,0 kN
(Raslavičius, Bazaras, & Keršys, 2017, pág. 566).
4.2.3 Las extremidades superiores
Las fracturas más comunes que se producen los ciclistas en los siniestros son las que
afectan, directa o indirectamente, a las extremidades superiores. Si el ciclista no tiene tiempo
para extender un brazo para amortiguar su caída, aterrizará con el hombro y se produciría
frecuentemente una fractura de la clavícula, que a menudo se presenta asociada con la
separación de la articulación acromioclavicular. Si por el contrario, el ciclista intenta amortiguar
su impacto con los brazos extendidos, sería su muñeca la que sufriría el golpe y, frecuentemente,
sería el escafoides el hueso afectado.
4.2.4 El tórax
Los impactos en el tórax pueden producir fracturas en la parrilla costal, en las costillas y
la espina dorsal, así como lesiones en la pleura, los pulmones, el diafragma o el contenido del
mediastino.
Los ciclistas pueden sufrir fracturas en las costillas a impactos a una velocidad
relativamente baja cercana a los 20 km/h, aunque son el resultado como promedio de impactos
a velocidades en el rango entre los 40 y los 60 km/h.
386 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 7. SINIESTROS VIALES CON IMPLICACIÓN DE CICLISTAS
Los niños parecen ser más propensos que los adultos a golpearse y salir despedidos por
encima del manillar de tal manera que se producen lesiones abdominales (EEVC , 1984, pág.
58) y en el tórax (Carollo, Virzi-Mariotti, & Scalici, 2014, pág. 146) . Debido a la baja tolerancia
del abdomen del niño al alto nivel de carga resultante de este tipo de impacto, se puede hacer
muy poco con la bicicleta para evitar estas lesiones. Los niños y adolescentes a veces usan sus
bicicletas en terrenos de juego, parques y otros lugares fuera de las vías y carreteras, donde hay
mayores probabilidades de impactar con contactar obstáculos fijos donde producirse este tipo
de lesiones (EEVC , 1984, pág. 58).
Si se toma como criterio de lesión la aceleración en el centro de gravedad del tórax y la
cabeza las personas no pueden someterse a valores por encima de los 60 g y de los 80 g,
respectivamente, por un tiempo superior a 3ms. En diferentes configuraciones de colisiones
entre un vehículo y un ciclista (frontal, lateral, trasero) a diferentes velocidades de impacto del
vehículo (20 Km/h, 30 Km/h, 40 Km/h, 50 Km/h), la aceleración en el tórax de los ciclistas
superan el valor límite en la configuración frontal a todas las velocidades y en la configuración
trasera excepto a 20 Km/h. En cambio en la configuración lateral ninguna simulación supera el
valor límite, aunque a 50 Km/h se aproxima mucho a los 60 g. Esto es debido a la capacidad
del tronco para flexionar en el contacto directo del tórax con el vehículo (Carollo, Virzi-
Mariotti, & Scalici, 2014, pág. 145).
4.2.5 Abdomen y pelvis
En los casos de colisión del frontal de un vehículo modelo sedan con el lateral de una
bicicleta las piernas del ciclista, que van flexionadas se enganchan con la parrilla del frontal
mientras que la pelvis se mueve en diagonal sobre el capó. En el mismo supuesto pero con un
vehículo todoterreno SUV, la pelvis contacta con el borde frontal del capó a los 70 ms
(Katsuhara, Miyazaki, Kitagawa, & Yasuki, 2014, pág. 682).
En otro estudio realizado con simulaciones informáticas, se ha determinado que las
variaciones en la velocidad del vehículo dentro del rango de 40 km/h a 60 km/h conducen a
variaciones en los valores de aceleración que actúan sobre la pelvis bajo el siguiente patrón:
318 m/s2 (32 g), 375 m/s2 (38 g), 494 m/s2 (50 g) (Raslavičius, Bazaras, & Keršys, 2017, pág.
566).
4.2.6 Las extremidades inferiores
Los datos sobre siniestros viales en Japón muestran que es el borde anterior del capó el
causante de las fracturas de fémur, tibia y peroné en ciclistas, mientras que en los peatones estas
lesiones eran producidas por el parachoques (Maki, Kajzer, Mizuno, & Sekine, 2003, pág. 935).
En la reconstrucción técnica de los siniestros viales en los que están implicados ciclistas,
especialmente en los casos de colisiones con vehículos, la cantidad y calidad de los datos
obtenidos en el trabajo de campo, tanto en la inspección ocular de la escena de los hechos como
en las investigaciones posteriores sobre los vehículos y las personas. Todos los indicios y
evidencias recogidos a lo largo del proceso configuraran un puzle con cuyas piezas de
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 387
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
Figura 223: Piezas necesarias para realizar una reconstrucción técnica de un siniestros vial en el que esta
implicada una bicicleta
388 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 7. SINIESTROS VIALES CON IMPLICACIÓN DE CICLISTAS
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 389
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
𝑣𝑖𝑚𝑝 = √𝜇 2 × ℎ + 2 × 𝜇 × 𝑔 × 𝑆 − 𝜇 × ℎ
Donde:
Vimp = velocidad de impacto del vehículo (km/h)
μ = coeficiente de rozamiento
h = altura del centro de gravedad (m)
S = distancia de proyección (m)
g = aceleración de la gravedad (m/s2)
390 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 7. SINIESTROS VIALES CON IMPLICACIÓN DE CICLISTAS
Posteriormente, se alcanzó una ecuación cuadrática que también tenía en cuenta la altura
del centro de gravedad para obtener la velocidad de impacto del vehículo (Collins & Morris,
1979, pág. 241):
−𝑏 ± √𝑏 2 − 4𝑎𝑐
𝑣𝑖𝑚𝑝 =
2𝑎
Donde
1 √ℎ
𝑎= ×𝜇 𝑏= 𝑐 = −𝑆
254 7,97
√2 × 𝜇 × 𝑔 × 𝑆
𝑣=
(cos 𝜃 + 𝜇 × sin 𝜃)
Donde:
g = constante universal de gravitación (9,8 m/s2)
µ = coeficiente de rozamiento
θ = ángulo de proyección (grados)
Esta expresión se podía llegar a minimizar por procedimientos matemáticos quedando
como:
2×𝜇×𝑔×𝑆
𝑣𝑚𝑖𝑛 = √
1 + 𝜇2
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 391
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
Distancia
Schmidt Collins Limpert Fugger Searle(1983) Wood(1997)
Tipo de Tipo de de
(1971) (1979) (1999) (2000) Máx-Mín Máx-Mín
vehículo bicicleta proyección
Km/h Km/h Km/h Km/h Km/h Km/h
(m)
Montaña 6,91 34 15 % 30 25 % 29 28 % 27 25 % 28 34 25 36
Sedan Carretera 6,45 33 18 % 29 28 % 27 32 % 26 28 % 27 33 24 35
Touring 7,25 35 13 % 31 22 % 30 26 % 28 22 % 29 35 26 37
Montaña 9,79 40 0% 39 3% 37 8% 33 3% 34 41 27 43
SUV Carretera 8,41 38 6% 35 13 % 33 17 % 30 13 % 31 38 25 40
Touring 8,45 38 6% 35 13 % 33 17 % 30 13 % 31 38 25 40
Montaña 8,84 38 4% 36 10 % 34 14 % 31 10 % 32 39 29 41
Monovolumen Carretera 7,92 36 9% 33 17 % 32 21 % 29 17 % 30 36 27 40
Touring 8,51 38 6% 35 12 % 33 17 % 31 12 % 32 38 28 40
392 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 7. SINIESTROS VIALES CON IMPLICACIÓN DE CICLISTAS
b) Proyección horizontal
Si se analiza en el plano teórico la relación entre la velocidad de proyección y la velocidad
de impacto de un vehículo de frontal plano (pickup, furgón, autobús o camión), cuando este
último embiste lateralmente a un ciclista, tomando como variables únicamente la distancia
desde el Punto de Impacto (POI) a la Posición Final del cuerpo del ciclista y la estimación del
valor medio del coeficiente de rozamiento de las ropas del ciclista contra el suelo.
Como premisas del caso planteado se han formulado las siguientes (García A. , 2018, pág.
2):
La posición del cuerpo embestido es próxima a la de sentado o en cuclillas, con la
masa más concentrada al centro de masa, que el caso del peatón parado y erecto.
No hay contacto de los pies con el suelo. El contacto de la bicicleta con el piso,
determina que ésta vuelque y tome contacto con el mismo, deslizándose en toda o
casi toda la trayectoria. El ciclista normalmente se desprende de la bicicleta,
realizando una trayectoria parabólica de vuelo, seguida de un impacto contra el
suelo y un desplazamiento por el mismo, por deslizamiento, rodadura, o
combinación de ambos.
En los casos enunciados, la componente vertical de la cantidad de movimiento -
reflejada en velocidad de proyección del peatón-, transferida por el móvil a
consecuencia del impacto, es inexistente o de muy bajo valor, lo que permite no
considerarla, sin introducir un gran error en los resultados derivados.
En efecto, el caso del ciclista embestido por un móvil frontal permite atenuar, sino
eliminar, las incertidumbres del problema de Searle. La altura acotada del centro de masa del
ciclista, un punto de contacto muy próximo a éste, y vínculo débil entre el ciclista y el suelo,
son elementos que permiten considerar que el ángulo de proyección no es precisamente
desconocido; es cero o próximo a cero. Que el ángulo inicial sea cero, permite deducir que el
número de rebotes es también nulo.
Puede plantearse entonces que la velocidad de impacto del vehículo es (García A. , 2018,
pág. 3):
𝑆
𝑣 = 𝜇 × √2 × 𝑔 × (√ℎ + √ℎ + )
𝜇
Donde:
h = altura respecto del suelo del centro de masa del ciclista embestido en el
momento del impacto.
S = distancia total recorrida por el cuerpo desde el punto de impacto al de reposo.
g = constante de gravitación universal.
µ = coeficiente de rozamiento.
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 393
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
proyección del cuerpo del ciclista, entendida como la medida de la distancia lineal desde el
punto de impacto (POI) hasta la posición final del cuerpo del ciclista.
a) Envolvimiento
Los casos reales registrados por Otte entre ciclista y peatones proyectados una
determinada distancia permiten hacer pensar que se puede utilizar la distancia de proyección
como variable dependiente en un modelo estadístico para determinar la velocidad de impacto
del vehículo. En la Figura 224 se muestran todos estos casos, distinguiendo entre peatones y
ciclistas, y la curva teórica máxima de velocidad de impacto del vehículo a partir de un modelo
de deslizamiento horizontal del cuerpo (Wood & Simms, 2009, pág. 59).
Figura 224: Relación entre la distancia de proyección y la velocidad de impacto del vehículo para peatones y
ciclistas.
Está claro que la relación entre la velocidad de impacto del vehículo y la distancia de
proyección es muy similar para peatones y ciclistas (Wood & Simms, 2009, pág. 56). No
obstante hay que señalar, al menos, dos diferencias en esta relación cuando se comparan
peatones con ciclistas:
La influencia de la altura del borde superior del capó en la distancia de proyección
es mayor para ciclistas que para peatones, concretamente un aumento del 25% en
la distancia de proyección para velocidades de impacto de 30 km/h [7]),
probablemente debido a la altura más alta de la posición de la pelvis de los ciclistas
en el momento del impacto (Wood & Simms, 2009, pág. 56).
El desplazamiento lateral del ciclista es mayor que el de los peatones, mientras que
la distancia longitudinal no varía de forma significativa, tal. Una de las causas
probables es que las distancias transversales son influenciadas mucho por la
distancia entre el primer punto de contacto del ciclista en el vehículo y el eje
longitudinal del vehículo (Chen, Yang, & Otte, 2010, pág. 5). Además, la mayor
velocidad transversal del ciclista con respecto al peatón también aumenta la
componente transversal.
La similar distancia de proyección longitudinal para peatones y ciclistas, así como la
diferente proyección transversal de unos y otros puede verse en la siguiente gráfica (Chen,
Yang, & Otte, 2010, pág. 5):
394 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 7. SINIESTROS VIALES CON IMPLICACIÓN DE CICLISTAS
Figura 225: Relación entre la velocidad de impacto del vehículo y la distancia longitudinal (eje izquierda) y
transversal (eje derecho), tanto para peatones como para ciclistas.
Uno de los trabajos recopilatorios realizados con las distancias de proyección de ciclistas
permite hacer un primer acercamiento a la relación existente entre las dos variables planteadas
a través de una gráfica (Eubanks & Haight, 1990, pág. 147).
Figura 226: Relación de la distancia de proyección del ciclista con la velocidad de impacto
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 395
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
Figura 227: Relación entre la velocidad de impacto y la distancia de proyección para diferentes orígenes de
datos: siniestros viales, cadáveres y maniquíes.
Figura 228: Distancia de proyección del ciclista y la bicicleta en función de la velocidad de impacto
En 1990, para realizar una reconstrucción técnica de un caso real se llevó a cabo una
pequeña serie de pruebas de impacto de colisiones entre vehículos y bicicletas, preferentemente
en la configuración de alcance del frontal del vehículo a la parte trasera de la bicicleta, con el
resultado de la siguiente ecuación de regresión entre la velocidad de impacto del vehículo y la
distancia total de proyección del cuerpo del ciclista (Eubanks & Haight, 1990, pág. 153)
𝑣 = 1,077305 × 𝑆 + 16,57617
396 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 7. SINIESTROS VIALES CON IMPLICACIÓN DE CICLISTAS
70
60
Velocidad de Impacto (Km/h)
y = 1,0773x + 16,576
50
40
30
20
10
0
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31 32 33 34 35 36 37 38 39 40 41 42 43 44 45 46 47 48 49 50
Figura 229: Línea de regresión entre la velocidad de impacto del vehículo y la distancia total de proyección del
cuerpo del ciclista
Donde:
μp = coeficiente de rozamiento del neumático del vehículo sobre la vía.
En un estudio realizado en Alemania en 2002 se estableció, en base a una amplia muestra
de 518 casos de colisiones, una relación estadística entre la distancia de proyección del cuerpo
del ciclista y la velocidad de impacto del vehículo que impacta frontalmente en el lateral de la
bicicleta (Otte, 2002, pág. 445)
−0,1117±√0,01574×𝑆+0,01247
𝑆 = 0,1117 × 𝑣 + 0,003936 𝑣 2 𝑣= 0,00787
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 397
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
Esta relación entre la velocidad de impacto del vehículo y la distancia de proyección del
cuerpo del ciclista puede verse en las siguientes gráficas. Los puntos que aparecen en la primara
gráfica son la relación concreta de cada uno de los casos reales representados. La segunda
gráfica se ha insertado para que sirva de rápida forma de estimación de la velocidad de impacto
en función de la distancia de proyección medida en un determinado siniestro vial.
100
90
Velocidad de impacto del vehículo
80
70
60
(Km/h)
50
40
30
20
10
0
1 2 3 4 5 6 7 8 9 1011121314151617181920212223242526272829303132333435363738394041424344454647484950
Figura 230: Colisiones entre el frontal del vehículo y el lateral de la bicicleta (n=518)
398 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 7. SINIESTROS VIALES CON IMPLICACIÓN DE CICLISTAS
desplazamientos relativos del cdg de la bicicleta con respecto al eje de simetría del vehículo
(Mukherjee, Chawla, Mohan, Chandrawat, & Agrawal, 2006, pág. 343)
Figura 231: Variación de la distancia de proyección según la situación relativa del lateral de la bicicleta
Los cambios repentinos en las pendientes de estas curvas, que de otra manera serían
monótonamente variables, pueden asociarse con cambios cualitativos en la cinemática del
ciclista en ciertos puntos. En la mayoría de las simulaciones, el ciclista impactó en el capó o el
parabrisas. A velocidades de impacto del vehículo superiores a aproximadamente 13 m/s, el
ciclista se proyecta a una mayor altura y pasa por encima del techo del automóvil. Este cambio
cualitativo hace que la curva de la distancia de proyección cambie su pendiente. A velocidades
muy bajas, por debajo de unos 5 m/s, el ciclista no llega a impactar con el vehículo (Mukherjee,
Chawla, Mohan, Chandrawat, & Agrawal, 2006, pág. 343).
En un estudio con 105 simulaciones con Madymo de colisiones entre vehículos y ciclistas
se consiguieron las siguientes relaciones entre la velocidad de impacto (Km/h) para la distancia
de proyección del cuerpo del ciclista (m) y para la distancia postcolisión de la bicicleta (Fanta,
Jelen, & Purš, 2010, pág. 105):
Ciclista: 𝑆 = 2.36 × 𝑣 − 14,85
Bicicleta: 𝑆 = 2.94 × 𝑣 − 25,5
La distancia postcolisión de la bicicleta siempre fue más larga que la distancia de ciclista
del ciclista en nuestras simulaciones.
Uno de los últimos modelos estadísticos en ver la luz, utilizó una mezcla de experimentos
con maniquíes y simulaciones informáticas para obtener la siguiente relación en la que la
velocidad aparece en Km/h y la distancia en metros (Fanta, Boucek, Hadraba, & Jelen, 2013,
pág. 110):
𝑣 = 25,935 + 0,5335 × 𝑆 − 0,0016 𝑆 2
Esta relación fue objeto de comparación con los experimentos y trabajos de autores e
investigadores anteriores obteniendo una buena adaptación de los resultados individualizados a
la relación hallada (Eubanks & Haight, 1990; Green, 2001; Broker & Hill, 2006).
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 399
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
De nuevo hay que recordar que estas relaciones estadísticas están basadas en resultados
obtenidos en unas determinadas condiciones (velocidades de impacto de vehículo y bicicleta),
en una determinada configuración de colisión y con las limitaciones derivadas de cada uno
de los procedimientos utilizados (maniquíes, cadáveres, casos reales).
b) Proyección horizontal
Wood (1997) distingue si el cuerpo se desplazó a través del capó (el centro de masa está
sobre el borde delantero del vehículo) o si se proyectó horizontalmente hacia adelante (el centro
de masa está debajo del borde delantero del vehículo), las ecuaciones proporcionan
estimaciones de impacto superior e inferior velocidad, en este caso para la proyección
horizontal:
𝑣𝑖𝑚𝑝 = 𝐾 √𝑆
Donde los valores de K para una trayectoria de envolvimiento serían un mínimo de 3,01
y un máximo de 4,72.
En la fórmula físico matemática hallada a consecuencia de los cálculos realizados para
determinar físicamente la velocidad de impacto a partir de la distancia de proyección, el valor
de la altura del cdg del ciclista-bicicleta (h) está normalmente en el orden de 1 metro, con una
dispersión de ± 0,2 metros. Esta variación, para distancias de proyección (7 < S < 20) y
coeficientes de rozamiento (0,3 < µ < 0,6), ocasiona diferencias en la velocidad de impacto que
en cada caso difieren en menos del 3 %, por lo que podría despreciarse esta altura sin introducir
un error apreciable en los resultados. Asumiendo la simplificación de considerar nulo el valor
de h e introduciendo un factor de corrección, la expresión general quedaría de la siguiente
manera (García A. , 2018, pág. 4):
𝑣 = (0,7 + 0,27 × (0,6 − 𝜇) + 0,006 × 𝑆) √2 × 𝑔 × 𝜇 × 𝑆
La incertidumbre se reduce a la determinación del valor del coeficiente de rozamiento
(µ). Al respecto, la consideración de baja probabilidad de un desplazamiento por rodadura,
implica la consideración de los valores de rozamiento más altos de los rangos dados por los
estudios y experimentos realizados al respecto, en el orden de 0,5. La velocidad calculada es
velocidad de proyección del ciclista embestido; esto implica que el factor de eficiencia
empleado para la estimación de la velocidad del vehículo adquiere un valor de 1, es decir, la
velocidad de impacto del vehículo resulta igual a velocidad de proyección del ciclista. En
400 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 7. SINIESTROS VIALES CON IMPLICACIÓN DE CICLISTAS
Figura 233: Puntos de impacto de la cabeza en una colisión con el frontal de una bicicleta
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 401
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
Figura 234: Puntos de impacto de la cabeza de un ciclista joven en una colisión con el lateral de su bicicleta
En las figuras anteriores se comparan los puntos de impacto de la cabeza de los ciclistas
con los que presentaron peatones en las mismas condiciones. Las simulaciones ofrecen siempre
una superior WAD para los ciclistas que para los peatones, lo cual es coherente con la teoría y
con las condiciones habituales de configuración de sus colisiones (mayor velocidad de la
bicicleta y centro de gravedad más alto). La mayoría de los impactos de los ciclistas se
encuentran entre el área 1500 y el área 2500 en el cristal del parabrisas, mientras que la de los
peatones se encuentran en el área WAD 1000 del capó y en el límite del área WAD 1500
(Carollo, Virzi-Mariotti, & Scalici, 2014).
En otro estudio diferente llevado a cabo en China, cuando la velocidad de impacto del
vehículo se ajustó a 40 km / h, el valor promedio de WAD fue de 2260 mm, mientras que la
velocidad de impacto de la cabeza y el ángulo de impacto fueron 35 km/h y 40°
respectivamente. La matriz completa de ensayos realizados con su correspondiente WAD se
puede comprobar a continuación (Peng, Peng, & Han, 2015, pág. 96).
Tabla 45: Valor WAD calculado a diferentes condiciones iniciales
En otro estudio chino independiente se halló que los valores medios del WAD de una
muestra de casos reales de ciclistas estaba en 1972 mm (Jin & Meichuan, 2012, pág. 472).
Todos estudios son coherentes en cuanto a resultados en las relaciones de la velocidad de
impacto como promedio con los valores del WAD.
Los resultados de las reconstrucción de casos reales de colisiones de vehículos con
ciclistas demuestran que el WAD está influenciado por diversos factores y circunstancias: la
geometría de la estructura frontal del vehículo, la velocidad de impacto, la velocidad la altura
del ciclista, la altura del sillín de la bicicleta, etc.
En otro trabajo llevado a cabo con simulaciones de colisiones de ciclistas con diferentes
tipos de vehículos, en concreto sedán, Pick-up y SUV, se analizaron las diferentes distancias
402 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 7. SINIESTROS VIALES CON IMPLICACIÓN DE CICLISTAS
de impacto de la cabeza. Las simulaciones realizadas con pick-up y SUV destacan las mismas
zonas de impacto (WAD 1000) con una velocidad de 20 km/h. La cabeza del ciclista golpea el
capó en las áreas entre 1000 WAD y WAD 1500 con velocidades de 40 a 50 km / h. El ciclista
adolescente terminará en el área de impacto entre WAD 1500 y 2500 en caso de una colisión
con un sedán, con la excepción de la velocidad de 20 km/h, tal y como también se muestra en
la Figura 233 (Carollo, Naso, & Virzi- Mariotti, 2016, pág. 178).
Figura 235: Diferentes puntos de impacto de la cabeza de los ciclistas en función de los tipos de vehículos
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 403
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
Donde:
𝑣𝑖 velocidad inicial.
𝑣𝑓 velocidad final, en este caso, nula.
Además,
∆𝐿 ∆𝐿 2 × ∆𝐿
∆𝑡 = = 𝑣 +𝑣 =
𝑣̅ ( 𝑖 𝑓
⁄2) 𝑣𝑖 + 𝑣𝑓
Donde:
∆𝐿 deflexión máxima de la horquilla de la bicicleta.
𝑣̅ velocidad media.
Utilizando las fórmulas anteriores:
𝑚 𝑣𝑖 − 𝑣𝑓 𝑚 (𝑣𝑖 − 𝑣𝑓 ) 𝑚 × (𝑣𝑖2 + 𝑣𝑓2 )
𝐹= × = × =
𝑔 ∆𝑡 𝑔 2 × ∆𝐿 2 × 𝑔 × ∆𝐿
𝑣𝑖 + 𝑣𝑓
Esta ecuación no tiene una aplicación directa, pero si la fuerza aplicada en un caso y otro
son semejantes, entonces ∆L en uno y otro caso deben ser también semejantes.
c) Distancia de proyección o arrastre de la bicicleta
La distancia de proyección o, en su caso, de arrastre de una bicicleta es un dato útil para
conocer tanto la trayectoria post-colisión de la misma como la energía disipada durante toda
esta fase post-colisión e, indirectamente, la velocidad de salida del impacto con el vehículo.
En una colisión con un vehículo, tanto el ciclista como la bicicleta se ven afectados por
el impulso, y se ha observado que la distancia de proyección de las bicicletas es mayor que para
los ciclistas (Otte, 1980), como se puede observar en la Figura 228, probablemente debido al
mayor coeficiente de restitución del vehículo/bicicleta y menor fricción para la bicicleta en el
impacto con el suelo si se compara con los impactos vehículo/ciclista y ciclista/tierra,
respectivamente. Por lo tanto, las distancias de proyección del ciclista y la bicicleta podrían
usarse para calcular la velocidad de impacto del vehículo, pero las pruebas escalonadas
muestran mayores variaciones en las distancias de proyección de la bicicleta en comparación
con las distancias de proyección de maniquíes o cadáveres utilizados como ciclistas sustitutos
(Wood & Simms, 2009, pág. 53; Huijbers & Janssen, 1988, pág. 201).
Colisiones con obstáculos
La trayectoria balística es la trayectoria de vuelo que sigue un proyectil sometido
únicamente a su propia inercia y a las fuerzas inherentes al medio en el que se desplaza,
principalmente la fuerza gravitatoria. Un ciclista cuando su bicicleta colisiona con un obstáculo
(vehículo, muro, barrera de seguridad,..) y sale despedido con una velocidad inicial y con un
determinado ángulo sigue una trayectoria balística.
Cuando sobre el cuerpo tan solo actúa la gravedad, la trayectoria balística es una parábola.
Sin embargo, la presencia de otras fuerzas, tales como la resistencia aerodinámica (atmósfera),
la fuerza de sustentación, la fuerza de Coriolis (efecto de la rotación terrestre), etc. hace que la
trayectoria real sea algo diferente de una parábola. En este caso no se tendrán en cuenta los
efectos de la resistencia aerodinámica en el cuerpo del ciclista.
404 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 7. SINIESTROS VIALES CON IMPLICACIÓN DE CICLISTAS
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 405
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
𝑔 2
𝑦 = 𝑦0 + 𝑥 tan 𝜃 − 𝑥
2𝑣02 𝑐𝑜𝑠 2 𝜃
406 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 7. SINIESTROS VIALES CON IMPLICACIÓN DE CICLISTAS
estabilidad requiere que la proyección vertical del centro de gravedad del conjunto esté dentro
de la base del soporte; durante tareas más dinámicas, como trazar una curva, la proyección del
centro de gravedad puede caer fuera de la base del soporte, pero debe permanecer dentro de
algún rango de la base del soporte. Por extensión lógica, será importante investigar la relación
del centro de gravedad con el centro de presión durante el avance dinámico del conjunto ciclista-
bicicleta por la carretera.
Se establece un equilibrio lateral cuando el ciclista se inclina para trazar una curva:
Donde:
θ es el ángulo de inclinación
R es el radio de giro medido desde el centro de masas G del sistema ciclista-
bicicleta.
ac es la aceleración centrípeta del centro de masas G del sistema ciclista-bicicleta.
m es la masa del sistema ciclista-bicicleta.
g es la aceleración de la gravedad (9,8 m/s2)
L es la distancia desde el punto G al punto P de contacto efectivo entre la bicicleta
y el suelo.
N es la Fuerza Normal entre la bicicleta y el suelo.
F es la Fuerza de Rozamiento entre la bicicleta y el suelo, en la dirección de ac.
Como no hay aceleración en la dirección vertical, la suma de las fuerzas verticales es
nula, por lo tanto:
𝑁 = 𝑚×𝑔
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 407
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
Si calculan los momentos de las fuerzas en equilibrio alrededor del punto P donde la rueda
contacta con el suelo, se obtiene una ecuación de equilibro que debe ser nula porque la bicicleta
no está girando alrededor de ese punto:
𝑁 × 𝑠𝑖𝑛𝜃 × 𝐿 − 𝐹 × 𝑐𝑜𝑠𝜃 × 𝐿 = 0
Si se combinan las tres ecuaciones expuestas en este epígrafe se puede encontrar una
expresión para el ángulo de inclinación θ, que sería la siguiente:
𝑣2
tan 𝜃 =
𝑅×𝑔
Si se sobrepasa el ángulo para la velocidad correspondiente se pierde el equilibrio o a la
inversa si se lleva una determinada velocidad a la entrada de la curva y no se inclina la bicicleta
lo suficiente se sobrepasa la condición de equilibrio y se pierde la estabilidad.
En un experimento piloto se descubrió que los ciclistas expertos utilizan menos el manillar y
usan menos potencia para conducir que los ciclistas no expertos, lo que sugiere que el esfuerzo
utilizado para el control así como la variación del control pueden usarse para distinguir la
habilidad del ciclista (Cain, 2013, pág. 84).
5.3.2 Equilibrio longitudinal
Las situaciones críticas de frenado con bloqueo de la rueda delantera ocurren,
principalmente, en siniestros viales en los cuales está implicada una sola bicicleta. Aunque los
estudios basados en datos de servicios de atención médica encontraron que esta tipología
representa más del 60% de los siniestros viales de ciclistas en los que estos resultan lesionados,
se carece de información detallada sobre las circunstancias en que se producen (Maier, 2015),
aun así con los datos disponibles se puede afirmar que en alrededor del 40 % de los casos el
ciclista estaba frenando.
Para realizar un análisis del proceso de frenado, desde la Mecánica clásica, tendremos en
cuenta el siguiente esquema, que se trata del comienzo de un proceso de frenado de emergencia
o el caso de una frenada suave:
408 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 7. SINIESTROS VIALES CON IMPLICACIÓN DE CICLISTAS
Figura 239: en el valor límite de la aceleración de frenada la reacción en la rueda trasera se anula
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 409
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
410 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 8. SINIESTROS VIALES CON IMPLICACIÓN DE V2RM
CAPÍTULO 8
SINIESTROS VIALES CON IMPLICACIÓN DE
VEHÍCULOS DE DOS RUEDAS MOTORIZADOS (V2RM)
INTRODUCCIÓN
En este Capítulo se expondrá una completa metodología de la investigación y
reconstrucción técnica de los diferentes tipos de siniestros viales en los que puede haberse visto
involucrada una motocicleta o un ciclomotor. El motivo de este tratamiento diferenciado se
halla en su gran complejidad y en su relativa independencia de análisis con respecto a los otros
tipos de colisiones que conforman el grueso de los siniestros, así como por constituir un
colectivo resistente a la bajada de víctimas y por esta causa ser objeto de tratamiento preferente
en la Estrategia de Seguridad Vial 2011-2020 (ESV en adelante).
Siguiendo el orden de exposición aplicado tanto a peatones como ciclistas, en la
investigación de este tipo de sucesos es necesario comenzar estableciendo unas definiciones
básicas, para pasar a tratar los aspectos biodinámicos de este fenómeno y finalizar con los
métodos y técnicas reconstructivas de esta tipología específica.
Conceptos y definiciones
El Real Decreto Legislativo 6/2015, de 30 de octubre, por el que se aprueba el texto
refundido de la Ley sobre Tráfico, Circulación de Vehículos a Motor y Seguridad Vial, (LSV
en adelante) en su anexo establece las siguientes definiciones:
9. Vehículo. Aparato apto para circular por las vías o terrenos a que se refiere el artículo
2.
10. Ciclomotor: Tienen la condición de ciclomotores los vehículos que se definen a
continuación:
a) Vehículo de dos ruedas, con una velocidad máxima por construcción no superior a 45
km/h y con un motor de cilindrada inferior o igual a 50 cm3, si es de combustión interna, o bien
con una potencia continua nominal máxima inferior o igual a 4 kW si es de motor eléctrico.
b) Vehículo de tres ruedas, con una velocidad máxima por construcción no superior a 45
km/h y con un motor cuya cilindrada sea inferior o igual a 50 cm3para los motores de encendido
por chispa (positiva), o bien cuya potencia máxima neta sea inferior o igual a 4 kW para los
demás motores de combustión interna, o bien cuya potencia continua nominal máxima sea
inferior o igual a 4 kW para los motores eléctricos.
c) Vehículos de cuatro ruedas, cuya masa en vacío sea inferior o igual a 350 kilogramos
no incluida la masa de baterías para los vehículos eléctricos, cuya velocidad máxima por
construcción sea inferior o igual a 45 km/h, y cuya cilindrada del motor sea inferior o igual a
50 cm3para los motores de encendido por chispa (positiva), o cuya potencia máxima neta sea
inferior o igual a 4 kW para los demás motores de combustión interna, o cuya potencia continua
nominal máxima sea inferior o igual a 4 kW para los motores eléctricos.
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 411
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
412 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 8. SINIESTROS VIALES CON IMPLICACIÓN DE V2RM
Ciclomotores Motocicletas
AÑOS
Total Interurbana Urbana Total Interurbana Urbana
1993 361 244 117 587 412 175
1994 380 264 116 480 305 175
1995 386 268 118 479 335 144
1996 388 249 139 457 320 137
1997 440 267 173 460 307 153
1998 507 321 186 424 287 137
1999 515 329 186 388 271 117
2000 474 276 198 392 289 103
2001 463 269 194 370 263 107
2002 383 210 173 401 293 108
2003 391 220 171 367 266 101
2004 361 186 175 400 304 96
2005 313 174 139 472 358 114
2006 308 175 133 481 368 113
2007 248 141 107 632 471 161
2008 183 105 78 495 359 136
2009 156 88 68 438 325 113
2010 100 54 46 386 279 107
2011 74 37 37 348 251 97
2012 66 42 24 303 208 95
2013 54 34 20 301 203 98
2014 53 21 32 287 188 99
2015 56 28 28 329 247 82
2016 54 26 28 343 234 109
2017 49 26 23 359 251 108
La evolución de este indicador puede verse en la Tabla 46. Con respecto a los fallecidos
en motocicleta puede verse que en un comienzo las cifras fueron descendentes hasta 2001 en
que empieza a invertirse la tendencia para alcanzar un máximo de 632 personas muertas en
2007. Desde este año hasta 2014 las cifras han sido permanentemente más bajas hasta situarse
en un mínimo de 287 personas muertas, lo que supone 45 % de aquella cifra máxima. En los
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 413
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
dos últimos años la cifra de fallecidos ha rebotado con intensidad para situarse en los mismos
niveles que en 2011.
En vías interurbanas, las cifras de fallecidos en motocicleta comienzan bajando hasta
alcanzar un punto de inflexión mínimo en 1999 y desde ahí hasta el año 2007 estuvieron
subiendo con cierta continuidad alcanzando el máximo del periodo con una cifra de 471
muertos. A partir del año 2008 se inicia otro periodo de bajadas que finaliza el año 2014 con
una cifra mínima de 188 personas muertas. Los dos últimos años se observa un retroceso por
un aumento del 30% en la cifra de fallecidos, seguido de una ligera bajada.
En las vías urbanas, la cifra de personas fallecidas sigue una tendencia a la baja, más o
menos constante, que comienza en 1993 con una cifra máxima de 175 muertos y finaliza en
2015 con una cifra mínima de 82 fallecidos. El último año el repunte de en este número llevó a
un aumento del 33 %.
Si en la Tabla 46 se atiende al número de fallecidos en ciclomotor se observa un comienzo
ascendente de la tendencia que alcanza un máximo total en 1999 con 515 personas muertas. A
partir de esa fecha, con la entrada del nuevo siglo los fallecidos en ciclomotores han descendido
de forma constante hasta situarse en su mínimo, en 2014, en 53 personas muertas, lo que supone
un 10 % de la cifra máxima. En los dos últimos años puede verse un estancamiento con ligero
rebote en estas cifras.
En las vías interurbanas, la tendencia ha seguido la directriz de la línea global hasta que
en 2014 se ha marcado un mínimo de 21 personas fallecidas en ciclomotor, lo que supone una
reducción del 93 % con respecto al máximo marcado en 1999 con 329 muertos. En ese mismo
año las cifras de fallecidos en vía urbana superaron a la de muertos en zona interurbana
permaneciendo en esa situación relativa en los dos años posteriores.
En las vías urbanas, el máximo número de personas fallecidas con una cifra de 198 se
sufre en el año 2000, mientras que el mínimo con 20 personas muertas se alcanza en 2013, lo
cual supone una reducción del 90 % hasta colocar la cifra en un esperanzador 10 % de la cifra
máxima.
1.2.2 Tasas relativas de fallecidos en V2RM
Las cifras absolutas de víctimas son siempre importantes porque detrás de ellas hay graves
problemas de salud o pérdidas de personas reales, pero desde un punto de vista estadístico las
tasas relativas aportan una mayor información sobre la evolución de un problema y sus
circunstancias.
En 2016 las motocicletas representaron el 9,5% de la totalidad del parque y los
ciclomotores el 6% del mismo. El parque de motocicletas ha aumentado desde 2007 a 2016 a
un ritmo anual del 4%, la misma variación que en 2015-2016. El parque de ciclomotores ha
decrecido durante los últimos diez años a un ritmo anual del 2% (DGT, 2017, pág. 6). De esta
forma, si se observa en la Tabla 47 la evolución de la tasa de fallecidos en motocicleta en vías
interurbanas por millón de vehículos del parque total y por millón de motocicletas en el parque
se puede ver que se han reducido cuatro veces la primera y seis veces la segunda.
414 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 8. SINIESTROS VIALES CON IMPLICACIÓN DE V2RM
Tabla 47: Número de muertos en motocicleta por millón de vehículos del parque
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 415
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
Tabla 48: Número de muertos en ciclomotor por millón de vehículos del parque
416 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 8. SINIESTROS VIALES CON IMPLICACIÓN DE V2RM
Tabla 49: Conductores y pasajeros de V2RM heridos hospitalizados en vías interurbanas y urbanas
Ciclomotores Motocicletas
AÑOS
Total Interurbana Urbana Total Interurbana Urbana
1993 4779 1625 3154 5042 2007 3025
1994 4595 1572 3023 4427 1788 2639
1995 5027 1787 3240 4302 1768 2534
1996 4987 1735 3252 4053 1561 2492
1997 5497 2001 3496 3769 1557 2212
1998 6233 2490 3743 3246 1540 1706
1999 6177 2401 3776 2767 1461 1306
2000 5165 1979 3186 2158 1228 930
2001 4604 1882 2722 2031 1247 784
2002 4239 1749 2490 2240 1386 854
2003 3965 1798 2167 2161 1366 795
2004 3452 1321 2131 2140 1222 918
2005 3347 1300 2047 2677 1591 1086
2006 3185 1403 1782 3152 1893 1259
2007 2555 1125 1430 3478 2092 1386
2008 2023 873 1150 3099 1783 1316
2009 1464 605 859 3035 1619 1416
2010 1014 406 608 2530 1431 1099
2011 958 374 584 2618 1377 1241
2012 771 279 492 2459 1252 1207
2013 818 267 551 2512 1152 1360
2014 638 156 482 2583 1125 1458
2015 669 198 471 2599 1180 1419
2016 625 167 458 2681 1214 1467
2017 618 166 452 2784 1250 1534
En cambio las cifras globales de heridos graves en motocicletas están lejos de ser
positivas. El mínimo de la serie histórica abordada se produjo en 2001 con 2031 víctimas,
mientras que en 2016 y 2017 se ha vuelto a una tendencia ascendente que ha marcado este
último año una cifra de 2784 personas heridas graves lo que supone volver a niveles peores de
los alcanzados en 2011 o en 2005. Es la siniestralidad urbana la que de nuevo marca la tendencia
global con un imparable crecimiento anual tan solo roto con un leve descenso en 2015. Desde
2013 el número de víctimas en vías urbanas ha superado a las registradas en zona interurbana.
Si en lugar de mirar las cifras absolutas de heridos graves en ciclomotor se observan, en
la Tabla 50, las cifras relativas de heridos por millón de vehículos de parque total de vehículos
se puede concluir que los motivos para el optimismo en este caso se confirman claramente
porque el mínimo histórico global con 18,77 se ha alcanzado en el año 2017 fruto de un mínimo
histórico en vías urbanas y una bajada en vías interurbanas. Si se atiende a las cifras relativas
al parque de ciclomotores las tasas son aún menores y de nuevo el mínimo histórico se alcanza
el año 2017, lo cual no resulta extraño porque desde 2015 la cifra global de ciclomotores en
España se ha situado por debajo del nivel existente en 2002.
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 417
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
Parque Heridos graves Tasas por millón veh. Tasas por millón parque
AÑO Parque de ciclomotores parque ciclomotores
de
S ciclomotores
vehículos Total Interurbana Urbana Total Interurbana Urbana Total Interurbana Urbana
1993 17.809.987 ND 4779 1625 3154 268,33 91,24 177,09 ND ND ND
1994 18.218.924 ND 4595 1572 3023 252,21 86,28 165,93 ND ND ND
1995 18.847.245 ND 5027 1787 3240 266,72 94,81 171,91 ND ND ND
1996 19.542.104 ND 4987 1735 3252 255,19 88,78 166,41 ND ND ND
1997 20.286.408 ND 5497 2001 3496 270,97 98,64 172,33 ND ND ND
1998 21.306.493 ND 6233 2490 3743 292,54 116,87 175,67 ND ND ND
1999 22.411.194 ND 6177 2401 3776 275,62 107,13 168,49 ND ND ND
2000 23.284.215 ND 5165 1979 3186 221,82 84,99 136,83 ND ND ND
2001 24.249.871 ND 4604 1882 2722 189,86 77,61 112,25 ND ND ND
2002 25.065.732 2.044.242 4239 1749 2490 169,12 69,78 99,34 82,73 34,13 48,59
2003 25.169.452 2.143.593 3965 1798 2167 157,53 71,44 86,10 73,49 33,33 40,16
2004 26.432.641 2.242.046 3452 1321 2131 130,60 49,98 80,62 58,25 22,29 35,96
2005 27.657.276 2.311.773 3347 1300 2047 121,02 47,00 74,01 52,35 20,33 32,02
2006 29.054.061 2.343.124 3185 1403 1782 109,62 48,29 61,33 46,79 20,61 26,18
2007 30.318.457 2.430.414 2555 1125 1430 84,27 37,11 47,17 34,67 15,27 19,41
2008 30.969.224 2.410.685 2023 873 1150 65,32 28,19 37,13 27,10 11,69 15,40
2009 30.855.969 2.352.205 1464 605 859 47,45 19,61 27,84 20,17 8,34 11,84
2010 31.086.035 2.290.207 1014 406 608 32,62 13,06 19,56 14,24 5,70 8,54
2011 31.269.081 2.229.418 958 374 584 30,64 11,96 18,68 13,74 5,36 8,38
2012 31.203.203 2.169.668 771 279 492 24,71 8,94 15,77 11,39 4,12 7,27
2013 30.916.836 2.107.116 818 267 551 26,46 8,64 17,82 12,56 4,10 8,46
2014 30.976.047 2.061.044 638 156 482 20,60 5,04 15,56 9,99 2,44 7,55
2015 31.389.683 2.023.211 669 198 471 21,31 6,31 15,00 10,53 3,12 7,42
2016 32.106.520 1.987.470 625 167 458 19,47 5,20 14,27 9,79 2,62 7,18
2017 32.929.004 1.961.523 618 166 452 18,77 5,04 13,73 9,57 2,57 7,00
418 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 8. SINIESTROS VIALES CON IMPLICACIÓN DE V2RM
Heridos graves Tasas por millón veh. Tasas por millón parque
Parque de Parque de motocicleta parque motocicletas
AÑOS
vehículos motocicletas
Total Interurbana Urbana Total Interurbana Urbana Total Interurbana Urbana
1993 17.809.987 1.278.695 5042 2007 3025 283,10 112,69 169,85 221,40 88,13 132,83
1994 18.218.924 1.287.850 4427 1788 2639 242,99 98,14 144,85 188,68 76,20 112,47
1995 18.847.245 1.301.180 4302 1768 2534 228,26 93,81 134,45 175,42 72,09 103,33
1996 19.542.104 1.308.208 4053 1561 2492 207,40 79,88 127,52 158,54 61,06 97,48
1997 20.286.408 1.326.333 3769 1557 2212 185,79 76,75 109,04 140,08 57,87 82,21
1998 21.306.493 1.361.155 3246 1540 1706 152,35 72,28 80,07 111,93 53,10 58,82
1999 22.411.194 1.403.771 2767 1461 1306 123,47 65,19 58,27 87,95 46,44 41,51
2000 23.284.215 1.445.644 2158 1228 930 92,68 52,74 39,94 64,11 36,48 27,63
2001 24.249.871 1.483.442 2031 1247 784 83,75 51,42 32,33 56,46 34,66 21,79
2002 25.065.732 1.517.208 2240 1386 854 89,37 55,29 34,07 58,90 36,44 22,46
2003 25.169.452 1.513.526 2161 1366 795 85,86 54,27 31,59 56,73 35,86 20,87
2004 26.432.641 1.612.082 2140 1222 918 80,96 46,23 34,73 50,22 28,68 21,54
2005 27.657.276 1.805.827 2677 1591 1086 96,79 57,53 39,27 53,60 31,86 21,74
2006 29.054.061 2.058.022 3152 1893 1259 108,49 65,15 43,33 52,71 31,66 21,06
2007 30.318.457 2.311.346 3478 2092 1386 114,72 69,00 45,71 49,63 29,85 19,78
2008 30.969.224 2.500.819 3099 1783 1316 100,07 57,57 42,49 40,01 23,02 16,99
2009 30.855.969 2.606.674 3035 1619 1416 98,36 52,47 45,89 37,73 20,13 17,61
2010 31.086.035 2.707.482 2530 1431 1099 81,39 46,03 35,35 30,06 17,00 13,06
2011 31.269.081 2.798.043 2618 1377 1241 83,72 44,04 39,69 29,92 15,74 14,18
2012 31.203.203 2.852.297 2459 1252 1207 78,81 40,12 38,68 27,63 14,07 13,56
2013 30.916.836 2.891.204 2512 1152 1360 81,25 37,26 43,99 28,10 12,89 15,21
2014 30.976.047 2.972.165 2583 1125 1458 83,39 36,32 47,07 28,06 12,22 15,84
2015 31.389.683 3.079.463 2599 1180 1419 82,80 37,59 45,21 26,89 12,21 14,68
2016 32.106.520 3.211.474 2681 1214 1467 83,50 37,81 45,69 26,00 11,77 14,23
2017 32.929.004 3.327.048 2784 1250 1534 84,55 37,96 46,59 25,41 11,41 14,00
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 419
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
420 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 8. SINIESTROS VIALES CON IMPLICACIÓN DE V2RM
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 421
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
Según el estudio europeo SARTRE4 sobre las actitudes de seguridad vial, los
motociclistas europeos de varios países informaron que bebían y montaban, aunque había
diferencias regionales significativas en la frecuencia entre los países del norte, este y sur de
Europa. En general, la bebida y la conducción declaradas fueron mayores entre los siguientes
grupos: varones; aquellos con mayor exposición (cantidad de conducción); aquellos que tendían
a subestimar su riesgo de estrellarse; personas que habían estado involucradas en un choque
anterior o habían incurrido en una sanción por conducir bajo la influencia del alcohol
(Papadimitriou, Theofilatos, Yannis, Cestac, & Kraïem, 2014).
1.3.2 Modelo español
En 2013, año de la inflexión en las cifras entre las vías urbanas y las interurbanas, las
motos representaban sólo el 9% del parque automovilístico español pero los motoristas
protagonizaron el 22% de los siniestros viales con víctimas y representaron el 18% de los
fallecidos, estos datos han empeorado en los tres últimos años.
Los siniestros más comunes sin contrario y los más típicos en carretera son las salidas de
vía por velocidad inadecuada y los derrapes (Fundación Linea Directa, 2014, pág. 10). La
distribución tipológica en España de los siniestros viales en vehículos 2RM apuntan a la
importancia estadística de las salidas de vía, tal y como puede observarse en la
Tabla 52 (DGT, 2017).
Tabla 52: Conductores y usuarios fallecidos y heridos hospitalizados (2012-2016)
Las circunstancias y condiciones de este tipo de siniestros, junto a un perfil del conductor
de la motocicleta y del vehículo en el caso de colisiones se han establecido en base a los datos
estadísticos oficiales (DGT, 2017, pág. 19), a los estudios especializados y monográficos
realizados (IDIADA, 2010), a las encuestas y estudios sociológicos (IPSOS, 2018) y a los datos
de las compañías de seguros y sus fundaciones (Fundación Mutua Madrileña, 2011),
(Fundación Linea Directa, 2014). De esta forma pueden establecerse algunas de las
características y tendencias que cada componente del sistema vial presenta en los casos de
siniestros viales en los que están implicados vehículos 2RM.
a) Subsistema humano
El subsistema humano en este tipo de siniestros viales está conformado por todas las
personas que se han visto involucradas en el mismo, y siempre, como mínimo está presente el
conductor de la motocicleta o ciclomotor.
En un estudio patrocinado por la DGT en 2012 se estableció, como consecuencia de
entrevistas realizadas a conductores de motocicletas, que aproximadamente el 75% de los
422 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 8. SINIESTROS VIALES CON IMPLICACIÓN DE V2RM
titulares de las mismas las utilizaban regularmente, mientras un 21% no la usaban en ese
momento y un 4% no las había utilizado nunca (DGT, 2017, pág. 19).
Estas cifras han sido confirmadas recientemente por otro estudio que afirma que más del
60% de los motoristas españoles viajan en moto por placer, porque disfrutan de ello; y que algo
menos del 40% lo hacen porque les resulta práctico. El disfrute con la motocicleta guarda
relación con el tipo de vehículo y con la cilindrada. Disfrutan especialmente los que conducen
motocicletas de gran cilindrada con más de 500cc (IPSOS, 2018, pág. 13). El uso de la moto
en vacaciones y fines de semana es característico de quienes poseen motos de gran cilindrada
(IPSOS, 2018, pág. 14). Por el contrario, entre los conductores de ciclomotores predomina el
sentido práctico
Las personas que usaban con frecuencia la motocicleta pueden incluirse en cuatro grupos
(DGT, 2017, pág. 19):
– Grupo 1: Personas que conducen con frecuencia tanto los días de diario como los
fines de semana. Supone el 43% del colectivo que utiliza motocicleta. El perfil más
frecuente de este grupo es el siguiente: utilizan motos de cilindrada media (500cc a
750 cc) tipo naked o touring, la usan casi todos los días de diario y fines de semana
en desplazamientos tanto dentro como fuera del municipio de residencia, con un
kilometraje medio anual de hasta 20.000 km, para hacer gestiones o como
instrumento de trabajo y, además del casco obligatorio, utilizan chaqueta,
protección de espalda y guantes.
– Grupo 2: Personas que no conducen ningún o casi ningún fin de semana pero sí
conducen con frecuencia los días de diario. Supone el 32% del colectivo que utiliza
motocicleta. El perfil más frecuente de este grupo es el siguiente: usan motos de
hasta 500 cc tipo scooter, todos o casi todos los días de diario, habitualmente en
desplazamientos dentro del municipio con pocos kilómetros en cada
desplazamiento, llegando a realizar un kilometraje medio anual de hasta 5.000 km.
La emplean como medio de desplazamiento para ir al trabajo/centro de estudios y
usan el casco como elemento de protección obligatorio para motoristas.
– Grupo 3: Personas que no conducen ningún o casi ningún día de diario pero si
conducen con frecuencia los fines de semana. Supone el 20% del colectivo que
utiliza motocicleta. El perfil más frecuente de este grupo es el siguiente: utilizan
motos de alta cilindrada (más de 500 cc), tipo custom, touring, deportiva o sport; la
emplean algunos fines de semana, en desplazamientos tanto dentro como fuera del
municipio de residencia con un kilometraje medio anual de hasta 5.000 km, peo
hacen muchos km en cada desplazamiento; la usan como medio de desplazamiento
relacionado con el ocio y, además del casco, utilizan otras prendas de protección
acordes al tipo de conducción que realizan (conducción por campo, deportiva,
largos desplazamientos).
– Grupo 4: Personas que sólo conducen esporádicamente los días de diario o los fines
de semana. Supone el 5% del colectivo que utiliza motocicleta. El perfil más
frecuente de este grupo es el siguiente: utilizan motos de hasta 500 cc tipo custom,
touring o trail y usan el casco como elemento de protección obligatorio para
motoristas.
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 423
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
Dos de cada tres conductores de motocicletas son varones, es decir, alrededor del 68%
son varones mientras que las mujeres alcanzan el 32% (IPSOS, 2018, pág. 4). Por este motivo
no es extraño que el 89% de los usuarios de motocicletas y ciclomotores fallecidos o heridos
hospitalizados en siniestros viales ocurridos en vías interurbanas en los años 2012 a 2016
fueron hombres y el 11% mujeres (DGT, 2017).
En 2010, la edad de los conductores de motocicletas superaba mayoritariamente la edad
de 44 años, ya que superaba esta cifra de edad un 39,9 % del total, mientras que en la franja de
edad de 35 a 44 años había un 31,9 % y descendía a un 25,2% en el intervalo de 25 a 34 años
para acabar con tan solo un 3% de conductores que tenían entre 18 y 24 años (IDIADA, 2010,
pág. 15). En el reciente estudio antes citado se determina que en la actualidad el 55% de los
entrevistados, conductores habituales de motocicletas, son mayores de 40 años (IPSOS, 2018,
pág. 4). Si se estudian en profundidad los datos contenidos en la Tabla 53 y las distribuciones
de edad de los conductores que tienen permisos, específicos o genéricos, para conducir
motocicletas se puede ver que la mayor cifra de conductores en posesión del permiso A se sitúa
en la franja de edad de 45 a 49 años, pero la mayoría de los que poseen el permiso A2 se
encuentran en la franja comprendida entre los 25 y los 29 años (DGT, 2017). Esto hace pensar
que la tendencia al alza en el número de conductores de motocicletas de gran cilindrada no va
a decaer en los próximos años.
Tabla 53: Censo de conductores distribuido por clases agregadas y edad (Año 2018)
Total
CLASES AM A1 A2 A B B+E C1 C1+E C C+E D1 D1+E D D+E LVA LCM censo
15 a 17 años 33461 6133 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 409 0 33749
18 a 20 años 65674 16875 9079 266 250734 122 130 1 1 1 0 0 0 0 112 1 273093
21 a 24 años 130097 13601 33281 11197 621586 4342 281 0 7528 3467 48 14 103 34 14 0 636562
25 a 29 años 249187 13150 68433 57738 934884 21561 604 2 25826 18199 38 29 3592 2058 8 0 965603
30 a 34 años 134182 11007 58182 146227 1069362 51082 1236 7 49182 40689 18 36 9705 9165 11 0 1130429
35 a 39 años 121064 18170 43902 258538 1366669 96761 977 250 80362 74715 39 99 16253 21697 11 3 1484856
40 a 44 años 118233 31804 28958 424338 1596851 153972 11689 3612 95531 113395 67 242 20964 47444 31 2 1797367
45 a 49 años 99744 35537 16694 483856 1484944 192307 30155 9285 62797 137948 92 232 15042 90660 71 4 1733041
50 a 54 años 84244 32329 9969 459283 1368669 199287 46645 14278 40885 139060 98 217 9996 106512 154 2 1625193
55 a 59 años 71872 24418 4876 461196 1204010 207816 26670 3307 19146 133394 47 150 4537 77864 344 3 1468966
60 a 64 años 60483 7035 1622 423587 991426 187752 9547 1961 7169 97660 43 117 1681 50682 504 1 1232876
65 a 69 años 57280 5776 553 363508 806895 166858 2549 1829 1613 44097 15 82 314 21304 865 0 1026409
70 a 74 años 59629 4416 223 358612 631572 158491 760 1519 363 23340 11 59 58 9374 1260 1 845372
Más de 74 años 285145 5266 155 548411 689369 216359 166 465 73 11042 0 17 14 4647 3890 1 1188007
Se desconoce 4142 0 0 2 2 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 4144
TOTAL GENERAL 1574437 225517 275927 3996759 13016973 1656710 131409 36516 390476 837007 516 1294 82259 441441 7684 18 15445667
Con esas edades en el colectivo de motoristas no es extraño que las personas que más sufren
este tipo de siniestros sean las que tienen una edad comprendida entre los 35 y los 44 años.
Una tendencia que, en las vías interurbanas, se ha mantenido a lo largo del intervalo 2012-
2016, tal y como se puede concluir con la información vertida en la Tabla 54 (DGT 2017).
424 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 8. SINIESTROS VIALES CON IMPLICACIÓN DE V2RM
Tabla 54: Fallecidos y heridos hospitalizados en vías interurbanas (2012-2016), usuarios de motocicletas y
ciclomotores según edad y género.
De hecho desde el punto de vista de las aseguradoras, el perfil del motorista que más
siniestros viales sufre cada año en España es el de un hombre, mayor de 35 años y al volante de
un ciclomotor en el interior de una población. (Fundación Linea Directa, 2014, pág. 10).
Al igual que en la conducción de automóviles, los dos primeros años de conducción de
motocicletas son los que registran las mayores cifras de siniestralidad. La experiencia en la
conducción de motos que se adquiere con los años y la mayor prudencia son las principales
razones por las que la frecuencia de siniestralidad disminuye a medida que aumenta la edad del
conductor. Por ello, al igual que ocurre con los automóviles, los dos primeros años de
conducción son críticos en la siniestralidad (Fundación Mutua Madrileña, 2011, pág. 4).
b) Subsistema tecnológico
En 2010, el parque de ciclomotores y motocicletas español podía ser dividido
porcentualmente en ciclomotores (37 %), motocicletas trail/todoterreno/todocamino (17,6%),
cruiser/custom (15,4%), deportivas (11,7%), naked (9,2%) y touring (8,5 %), aunque estos
datos variaban levemente de los registrados en la estaciones de ITV. De esta última fuente se
obtuvo que en 2007, el kilometraje medio anual recorrido por una muestra significativa de las
motocicletas que pasaron la ITV en estaciones situadas en la geografía española el 13 % hacían
hasta 2000 km anuales, el 31% recorrían entre 2001 y 5000 km anuales, el 37 % realizaban
entre 5001 y 10000 km al año, el 13% hacían entre 10001 y 15000 km anuales, un 5%
realizaban entre 15001 y 20000 km al año y el resto recorrían más de 20000 km al año
(IDIADA, 2010, pág. 16).
En la actualidad, la mitad de los motoristas conducen ciclomotores y motocicletas de
hasta 125 cc, de hecho el 36 % de los mismos conducen motocicletas de entre 50 y 125 cc, este
porcentaje baja al 16 % para motocicletas desde 126 cc hasta 250cc, vuelve a bajar al 10% en
el siguiente escalón de motocicletas entre 251cc y 500cc y sube levemente en las motocicletas,
de entre 501 y 750cc, hasta el 16 % mientras que las superiores a esa cilindrada suponen otro
10 % (IPSOS, 2018, pág. 7).
Los registros del parque de motocicletas que publica la DGT tienen datos diferentes a los
presentados anteriormente, ya que un porcentaje del total de motocicletas no circulan
habitualmente, entre otras razones porque se encuentran estacionadas en garajes. En cualquier
caso la antigüedad y la cifra actual del parque de motocicletas siguen siendo significativas a la
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 425
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
800
268
246
600 214
181
400 153
134 110 137
612 118 118
543 131
464
200 413
333 288 250 237 275 260
209
0
2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016
Figura 240: Serie histórica de usuarios de motocicletas y ciclomotores fallecidos en vías urbanas, interurbanas
y ambas. 2006-2016
426 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 8. SINIESTROS VIALES CON IMPLICACIÓN DE V2RM
Figura 241: Distribución geográfica de los usuarios de motocicletas y ciclomotores fallecidos y heridos en vías
urbanas e interurbanas.
Figura 242: Fallecidos y heridos hospitalizados (2012-2016) usuarios de motocicletas y ciclomotores en vía
interurbanas, según mes y hora del siniestro vial
Los fines de semana en los periodos comprendidos entre las 11 y las 13 horas y las 17 y
las 18 horas se producen la mayor parte de los siniestros viales en los cuales los usuarios de
motocicletas y ciclomotores resultan fallecidos y heridos hospitalizados (DGT, 2017, pág. 36).
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 427
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
Figura 243: Fallecidos y heridos hospitalizados (2012-2016) usuarios de motocicletas y ciclomotores en vía
interurbanas, según día de la semana y hora del siniestro vial
Con los datos disponibles de las aseguradoras, las 12 del mediodía es la peor hora del día;
el viernes, el día más problemático de la semana y mayo, el mes en el que se producen más
siniestros de este tipo (Fundación Linea Directa, 2014, pág. 10).
En vías interurbanas, en función de la luminosidad hay diferencias significativas entre las
proporciones de usuarios de motocicletas y ciclomotores fallecidos y heridos hospitalizados, el
porcentaje en pleno día es del 77% y en el crepúsculo y la noche del 23% (DGT, 2017, pág.
37).
En total tres de cada cuatro motoristas (75%) considera muy importante la existencia de
defectos en la calzada y en el estado de la vía como posible causa de siniestros viales. Este
tipo de defectos, que los motoristas califican de “trampas” en la calzada, van desde marcas de
pintura que resbalan hasta tapas de alcantarillado pasando por los baches. La existencia de
estos y otros defectos es considera importante sobre todo por los conductores de motocicletas
de gran cilindrada. Además, el 72 % de los motoristas considera que los guardarrailes de las
carreteras son una de las principales causas de la muerte de los motoristas que sufren un
siniestro vial (IPSOS, 2018, pág. 10).
d) Subsistema socio-normativo
Actualmente en España existen 4 tipos de carné de moto: AM, A1, A2 y A. Además, el
carné de coche B también habilita a los conductores para conducir los mismos vehículos que
las licencias AM y A1.
428 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 8. SINIESTROS VIALES CON IMPLICACIÓN DE V2RM
Permite conducir ciclomotores de dos o tres ruedas y cuatriciclos ligeros, aunque podrá estar limitado a la conducción de ciclomotores de tres ruedas
y cuatriciclos ligeros. La edad mínima para obtenerlo será de quince años cumplidos. No obstante, hasta los dieciocho años cumplidos no autorizará a
conducir los correspondientes vehículos cuando transporten pasajeros.
Autoriza para conducir motocicletas con una cilindrada máxima de 125 cm³, una potencia máxima de 11 kW y una relación potencia/peso
máxima de 0,1 kW/kg y triciclos de motor cuya potencia máxima no exceda de 15 kW. La edad mínima para obtenerlo será de 16 años
cumplidos.
Permitea conducir motocicletas con una potencia máxima de 35 kW y una relación potencia/peso máxima de 0,2 kW/kg y no derivadas de
un vehículo con más del doble de su potencia. La edad mínima para obtenerlo será de 18 años cumplidos.
Autoriza para conducir motocicletas y triciclos de motor. La edad mínima para obtenerlo será de 20 años cumplidos pero hasta los 21 años no
autorizará a conducir triciclos de motor cuya potencia máxima exceda de 15 kW.o de conducción de la clase A2 autoriza para conducir
motocicletas con una potencia máxima de 35 kW y una relación potencia/peso máxima de 0,2 kW/kg y no derivadas de un vehículo con más del
doble de su potencia. La edad mínima para obtenerlo será de 18 años cumplidos.
El permiso de conducción de la clase B autoriza para conducir triciclos y cuatriciclos de motor. La edad mínima para obtenerlo será de dieciocho
años cumplidos. No obstante, hasta los veintiún años cumplidos no autorizará a conducir triciclos de motor cuya potencia máxima exceda de 15
kW. Aquellas personas que estén en posesión del permiso de la clase B en vigor con una antigüedad superior a los tres años, podrán conducir dentro del
territorio nacional las motocicletas cuya conducción autoriza el permiso de la clase A1.
Figura 244: Permisos de conducción que autorizan a conducir ciclomotores y motocicletas en España
CONDUCTOR
2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016
MOTOCICLETA
Ninguna infracción 1266 1112 1167 1089 1100 1018 1171 1135 1245 1308
Alguna infracción 3016 2579 2500 2294 2279 2067 2075 1873 1920 2001
Se desconoce 323 310 295 341 340 326 358 664 680 762
TOTAL 4605 4001 3962 3724 3719 3411 3604 3672 3845 4071
De acuerdo con los datos de las aseguradoras, los conductores de motocicleta son
responsables solamente en el 25% de los siniestros viales en los que se ven implicados con otros
vehículos. En este aspecto no existen apenas diferencias en función del sexo del conductor
(Fundación Mutua Madrileña, 2011, pág. 2). Las cifras de otro informe independiente
confirman que en 2 de cada 3 colisiones entre una motocicleta y un turismo, el responsable es
el conductor del vehículo de cuatro ruedas. Un hecho que crece año tras año, ya que, sólo en
los últimos cinco, ha aumentado en casi 4 puntos porcentuales desde el 62% de 2009 al 66% de
2013 (Fundación Linea Directa, 2014, pág. 10).
El 95% de los motoristas siempre lleva el casco y más de un 60% respetan siempre las
señales de circulación (IPSOS, 2018, pág. 11).
En vías interurbanas, los fallecidos sin casco en el año 2016 supusieron un 2% de los
casos, en los usuarios de motocicletas, y 4% del total de casos, en los de ciclomotores. En los
heridos hospitalizados, los porcentajes de no uso fueron de 1% y 5%, respectivamente (DGT,
2017, pág. 44).
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 429
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
INFRACCIÓN 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016
Velocidad excesiva 1597 1248 1264 1028 999 862 877 950 966 985
No mantener la distancia de seguridad 202 186 193 176 181 160 161 340 357 401
Invadir parcialmente el sentido contrario 147 130 123 76 90 79 66 102 111 126
Adelantar antirreglamentariamente 195 167 147 139 112 89 93 99 121 93
No respetar la señal de stop 17 19 18 6 6 11 9 18 15 17
No respetar un paso de peatones 1 1 0 1 0 3 0 7 4 6
No respetar otra regulación de prioridad 58 53 44 49 56 53 53 87 99 113
Circular en sentido contrario o por lugar
7 3 5 4 5 3 4 17 23 27
prohibido
Otras infracciones 786 954 704 810 827 964 810 246 213 223
430 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 8. SINIESTROS VIALES CON IMPLICACIÓN DE V2RM
A nivel internacional, en el estudio citado llevado a cabo en Estados Unidos por Hurt en
la década de los ochenta del siglo pasado la mayor parte de los siniestros viales en las que
estaban implicadas motocicletas, tanto en vías urbanas como interurbanas, fueron colisiones
con vehículos de turismo, a continuación los siniestros viales en los que estaban implicadas solo
motocicletas y el impacto era con la calzada o con los objetos que formaban su infraestructura
(Hurt, Ouellet, & Thom, 1981, pág. 80). Estas afirmaciones han sido contrastadas con un
estudio en profundidad llevado a cabo en Francia en la primera década de este Siglo con una
muestra amplia y representativa (Serre, Masson, Martin, Perrin, & Thollon, 2010, pág. 8), sin
embargo cuando se reduce la muestra a solo los casos de muerte, los porcentajes de cada
tipología de siniestros se redistribuye perdiendo importancia las colisiones con vehículos de
cuatro ruedas y aumentando el porcentaje de siniestros viales en los cuales está implicada solo
la motocicleta o cuando esta pierde el control e impacta con objetos fijos o animales.
Tabla 58: Tipologías de siniestros viales en los que se han visto implicados V2RM
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 431
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
10,00%
Otro tipo 19,00%
1,00%
Vuelco 7,00%
40,00%
Salida de vía 31,00%
7,00%
Atropello a peatón 0,30%
14,00%
Colision lateral 24,00%
16,00%
Colisión frontal 7,00%
0,00% 5,00% 10,00% 15,00% 20,00% 25,00% 30,00% 35,00% 40,00% 45,00%
Figura 245: Distribución porcentual de los fallecidos y heridos hospitalizados, en vehículos de dos ruedas y el
resto, en vías interurbanas en el periodo 2012-2016
Se descarta desarrollar el atropello de un V2RM a un peatón, por más que es una realidad
que existe y genera muertos y heridos. En un trabajo de investigación llevado a cabo en
Barcelona en los peatones fallecidos por este tipo de hechos, entre 2005 y 2014, se estudiaron
38 casos a partir de los informes de las autopsias practicadas en su Instituto de Medicina Legal.
Los resultados mostraron que la lesión cerebral traumática (62.85%) es la principal causa de
muerte en peatones atropellados por este tipo de vehículos. La lesión más frecuente fue la
hemorragia subaracnoidea, en el 71,4% de los casos, seguida de contusiones cerebrales y
fracturas de la base del cráneo (65,7%). Por el contrario, las fracturas pélvicas y las fracturas
de tibia solo aparecieron en el 28,6% de todos los casos (Rebollo-Soria, Arregui-Dalmases,
Sanchez-Molina, Velazquez-Ameijide, & Galtés, 2016, pág. 80).
A continuación, se profundiza en las colisiones de V2RM y vehículos de motor de cuatro
ruedas.
1.4.1 Colisión de un V2RM con un vehículo de motor
No existe una norma estándar internacional o nacional específicamente dedicada al
análisis y descripción de las diferentes tipologías de siniestros viales en los que se pueden ver
involucradas motocicletas, ciclomotores y bicicletas.
En consecuencia, es necesario buscar una referencia alternativa para establecer la
tipología de colisiones entre un vehículo ligero y una motocicleta o un ciclomotor o una
bicicleta. Si se consideran vehículos de dos ruedas vehículos, aunque no sean automóviles, tanto
las motocicletas como los ciclomotores y las bicicletas, no es difícil extender los criterios y la
terminología utilizada en las colisiones entre automóviles a estos vehículos, aunque sea
introduciendo algunas matizaciones.
– Vehículo que resulta impactado
Para determinar que vehículo impacta y que vehículo es impactado se toma como
referencia el vehículo pesado y el tipo concreto.
432 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 8. SINIESTROS VIALES CON IMPLICACIÓN DE V2RM
VEHÍCULO DE DOS RUEDAS IMPACTA AL OTRO VEHÍCULO DE DOS RUEDAS (T) ES IMPACTADO POR
VEHÍCULO (V) EL OTRO VEHÍCULO
Este criterio se ha añadido para tener en cuenta que vehículo es el que impacta con el otro,
a la hora de poder estudiar determinados escenarios típicos de esta tipología de siniestros viales.
– Reglas de nomenclatura de cada tipo de colisión
La aplicación de los criterios de tipología de las colisiones anteriores debe hacerse de
forma ordenada y secuencial de acuerdo con las siguientes reglas:
1) Dirección de la colisión (1º Criterio). Se trataría de determinar si se trata de una colisión
longitudinal o angular.
2) Ángulo de la colisión (2º Criterio). Si la colisión es angular, hay que ver si se está ante
un impacto ortogonal u oblicuo.
3) Partes afectadas en el vehículo (3º Criterio). Hay que especificar si se trata de una
colisión frontal, trasera o lateral.
4) Ejes (4º Criterio). En los casos de colisión longitudinal, frontal o trasera, hay que
distinguir si se trata de una colisión centrada o descentrada.
5) Localización del impacto (5º Criterio). En el supuesto de colisiones longitudinales
frontales o traseras descentradas la localización del impacto puede situarse a la izquierda
o a la derecha. En el supuesto que sea descentrada hay que distinguir el impacto
completo, izquierdo (L) o derecho (R), de la rozadura izquierda (con el código M) y la
rozadura derecha (con el código N).Una colisión angular oblicua frontal puede
clasificarse en izquierda, si es la parte izquierda de un vehículo la que impacta
frontalmente en ángulo con la parte izquierda del otro, o en derecha, si lo hacen las
partes situadas a la derecha de cada vehículo. En cambio, una colisión angular oblicua
trasera puede clasificarse en izquierda, si es la parte izquierda de un vehículo la que
impacta frontalmente en ángulo con la parte izquierda del otro, o en derecha, si lo hacen
las partes situadas a la derecha de cada vehículo. En el supuesto de una colisión angular
ortogonal o lateral hay que determinar si se trata de una colisión central si el eje del
vehículo que impacta perpendicularmente lo hace en el centro del lateral del otro
vehículo, o de una colisión delantera o trasera, si lo hace en la parte delantera o trasera
del otro vehículo respectivamente. A una colisión angular oblicua lateral se le aplica el
mismo criterio de diferenciación.
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 433
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
6) Vehículo que es impactado (6º Criterio). Siempre se tiene en cuenta el vehículo que
resulta impactado por su parte trasera. Si es el vehículo de dos ruedas el que impacta al
otro vehículo (V) en la nomenclatura se tiene en cuenta a este último, pero si es el
vehículo el que impacta al vehículo de dos ruedas (T) será al contrario.
El algoritmo de aplicación de las reglas anteriores que permite usarlas de forma casi
automática es el mismo que el expuesto arriba para las colisiones entre automóviles, salvo que
hay que añadir un sexto criterio sobre el tipo de vehículo que es impactado en la colisión.
Figura 247: Algoritmo de aplicación de las reglas de clasificación de las colisiones con vehículos de dos ruedas
434 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 8. SINIESTROS VIALES CON IMPLICACIÓN DE V2RM
Hurt et al. (1981) investigaron varios aspectos de 900 siniestros viales con motocicletas
implicadas en el área de Los Ángeles. Además, analizaron otros 3.600 informes de este tipo de
siniestros en la misma área geográfica. Descubrieron que aproximadamente tres cuartas partes
de estos hechos eran colisiones con otros vehículos, que generalmente se trataban de
automóviles de pasajeros, mientras que aproximadamente en una cuarta parte de este tipo de
siniestros solo estaba implicada la propia motocicleta cayendo sobre la vía o colisionando con
algún objeto fijo en el ambiente.
Existen algunos estudios especializados en que permiten hacerse una idea de la frecuencia
con la que cada una de las áreas de la motocicleta resulta afectada como resultado de una
colisión con un vehículo de motor (Hurt, Ouellet, & Thom, 1981, pág. 80; Serre, Masson,
Martin, Perrin, & Thollon, 2010, pág. 10; Piantini, 2016, pág. 840). En la Figura 248 pueden
verse un gráfico con los porcentajes de impactos en cada parte señalada, haciendo notar que en
el estudio francés el 8,4 % de impacto lateral que se sitúa a la izquierda se corresponde con los
impactos en ambos lados, pero este dato no aparece desagregado individualmente para cada
lateral.
80,6 % 75 %
30,5 %
1,5 % 2,1 %
Figura 248: Frecuencia porcentual de las áreas en las que las motocicletas contactan con los vehículos:
Francia 2010 (n=161) (izquierda-gris); Estados Unidos 1981 (n=900 casos) (centro-amarillo) e Italia 2016 (n
= 40) (derecha-verde).
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 435
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
Thollon, 2010, pág. 10; Piantini, 2016, pág. 840). En la Figura 249 puede observarse la
distribución de los impactos en los vehículos de motor que han colisionado con V2RM.
22,1 % 27,5 %
17,1 % 30 % 30 %
19,7 % 12,5 %
Figura 249: Impactos sufridos por vehículos de motor que han colisionado con V2RM. A la izquierda en gris el
estudio francés y a la derecha en verde el estudio italiano.
Con los datos de investigaciones en profundidad, se han creado en Francia una serie de
escenarios de siniestros viales en motocicleta, que presentan similitudes en el Evento Critico y
en las circunstancias de esas, y que permiten estudiarlos individualmente de acuerdo con su
nivel estadístico de relevancia (Liers, 2014, pág. 13).
Tabla 59: Escenarios de siniestros viales en los que se encuentran implicados V2RM
436 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 8. SINIESTROS VIALES CON IMPLICACIÓN DE V2RM
1.4.2 Colisión de una motocicleta con un objeto fijo de la vía o su entorno o con
un obstáculo en la calzada
Los datos aportados por el proyecto MAIDS, confirmados por el proyecto SMART,
indican que las colisiones de V2RM con un objeto fijo juegan un papel de índole menor en las
áreas urbanas ya que solo suponen un 4,2% del total de siniestros de este tipo de vehículos, pero
esta cifra se lanza hasta 19,7% en el caso de las áreas interurbanas, lo que sitúa a esta tipología
inmediatamente detrás de las colisiones de vehículos de motor y V2RM (ACEM, 2004, pág.
25).
Los obstáculos que, con mayor frecuencia, son impactados por las motocicletas y los
motoristas son las barreras de seguridad, los árboles, las farolas y la infraestructura de la vía
en general (Smart Project, 2012, pág. 27).
El escenario típico de este tipo de colisiones lo constituyen aquellas situaciones en las
cuales la motocicleta se sale de la vía en una curva (Rogers & White, 1995; FEMA, 2000, pág.
19) colisionando con una barrera de seguridad en un ángulo agudo, entre 10º y 45º (Quincy,
Vulin, & Mounier, 1988), con su conductor deslizando con el suelo (Smart Project, 2012, pág.
27) e impactando total o parcialmente con uno de los postes de sujeción.
En concreto, el proyecto MAIDS, que estudiaba siniestros en V2RM en ámbito urbano
principalmente, cuantifica que de todos los hechos incardinables en esta tipología el 29,6% se
produjeron en curva (ACEM, 2004, pág. 72). Además, en otro estudio en el mismo país se pudo
determinar que la mayoría ocurrían en curvas a la izquierda, concretamente en un 53 % de los
casos, mientras que en curvas a la derecha bajaba hasta el 7%. (Berg, y otros, 2005, pág. 2).
En Alemania, se observó que las colisiones de un V2RM con un obstáculo ocurrían que
seguían a una salida de vía por la derecha o la izquierda alcanzaban el 30 % de todos los casos
(Schuller, 1982).
En cambio, cuando se investigó en Francia durante un año un tramo de 940 kilómetros
de autopista se observó que estos siniestros ocurrían en curva, pero en los carriles de salida o
entrada (Quincy, Vulin, & Mounier, 1988, pág. 23).
En varios estudios se ha determinado que la posición erguida es la más frecuentemente
observada en el momento del impacto con la barrera de seguridad, seguida por el deslizamiento
de la motocicleta junto al motorista y, en tercer lugar, el deslizamiento de ambos por separado
(Quincy, Vulin, & Mounier, 1988; Berg, y otros, 2005, pág. 2), tal y como puede observarse en
la Figura 250.
42 % 51 %
34 % 45 %
24 % 4%
Figura 250: Posición tumbado deslizando separados, posición deslizando juntos y posición erguida datos a la
izquierda (Quincy, Vulin, & Mounier, 1988) y a la derecha (Berg, y otros, 2005)
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 437
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
438 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 8. SINIESTROS VIALES CON IMPLICACIÓN DE V2RM
En España, la Norma UNE 135900 estandariza los pretiles de las barreras de seguridad y,
desde 2005, incorpora un procedimiento de evaluación del comportamiento de este tipo de
estructuras desde la perspectiva de la protección de los motoristas (García, y otros, 2009). De
hecho, la definición de los dispositivos de protección de motoristas en esa norma sería
“cualquier dispositivo instalado en una barrera de seguridad o pretil, o en su entorno inmediato,
que tiene como finalidad reducir las consecuencias lesivas que, sobre el cuerpo de un
motociclista puede producir, bien el impacto contra una barrera de seguridad o pretil, o bien el
paso a través de ellos” (UNE, 2008). Esta norma está siendo aplicada con un notable éxito en
numerosos tramos de carreteras que son habitualmente utilizados por motoristas.
1.4.3 Colisiones y caídas en las que solo está implicada una motocicleta
En un estudio en profundidad llevado a cabo en España sobre una muestra de 242
siniestros viales en las que estaban implicadas motocicletas se clasificaron porcentualmente los
hechos con arreglo a la Tabla 60 (García, y otros, 2009).
Tabla 60: Clasificación tipológica de siniestros viales V2RM
Como puede observarse las caídas supusieron el 57 % de todas las posibles tipologías
determinadas en ese estudio, lo que ofrece una idea clara de la importancia de su estudio
biomecánico y del análisis de sus causas.
Los vehículos V2RM son, por definición, vehículos de una trayectoria simple y única
sobre dos ruedas por lo que pueden convertirse en inestables por diversos motivos,
principalmente en las frenadas, aceleraciones y cuando la superficie de la calzada produce una
pérdida de adherencia en los neumáticos. Estas acciones son especialmente críticas cuando se
negocia una curva con un determinado ángulo de inclinación de la motocicleta (Huang &
Preston, 2004, pág. 11).
La inestabilidad, por definición, de estos vehículos, junto a su sensibilidad mayor al
diseño, al trazado y al estado de conservación de la vía, les hace más proclives a las caídas que
a otros vehículos, incluso aunque tengan dos ruedas.
Al intentar clasificar los tipos de caídas de los conductores de motocicleta, especialmente
de cara a su análisis biomecánico posterior, se han tenido en cuenta estudios recientes (Lloyd,
2016), de tal forma que existirían, principalmente, tres tipologías de caídas en motocicleta:
– Por delante del manillar con volteo y trayectoria de vuelo
– Lateral con salida por abajo deslizando
– Lateral con salida por arriba con una trayectoria de vuelo
Estos tres tipos no serán necesariamente todos los posibles que se pueden observar, al
menos teóricamente, pero es muy probable que la inmensa mayoría de las caídas de una
motocicleta puedan clasificarse en alguna de estas tres clases.
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 439
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
Deberá ser el estudio biomecánico el que determine los sucesivos impactos del cuerpo
del conductor o de los usuarios de las motocicletas en cada una de estas tres tipologías, para
poder establecer su posible coherencia y correlación con las lesiones observadas en la realidad
en cada caso.
ESTRATEGÍAS DE CONDUCCIÓN
De nuevo hay que estudiar, por una parte, las decisiones y el estilo de conducción que
adoptan los motoristas que se encuentran implicados en colisiones con otros vehículos y en
siniestros viales en solitario y, por otra, las decisiones y estilo de conducción de los conductores
de vehículos en relación con los posibles conflictos y situaciones conflictivas con motocicletas.
Esta información conforma los antecedentes y el conocimiento de fondo que los investigadores
precisan para comenzar a investigar los siniestros viales en los que están implicados V2RM.
En Alemania, una investigación en profundidad sobre siniestros viales de V2RM se hace
aporta unos interesantes datos sobre sus causas (Liers, 2014, pág. 6), que pueden servir como
punto de partida de la exposición sobre como las decisiones y estilos de conducción pueden
contribuir a las causas de este tipo de siniestralidad.
Otras causas
Conducción lado a lado
Giros, cambios de sentido, cambios de marcha,…
Habilidad para conducir
No respetar la prioridad del otro vehículo
Error durante el adelantamiento
Distancia de seguridad insuficiente
Otros errores (falta de atención,…)
Velocidad inadecuada
0 5 10 15 20 25 30 35 40 45 50
Figura 252: Principales causas de los siniestros viales de V2RM (azul) comparadas con el resto de usuarios de
la vía (naranja)
440 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 8. SINIESTROS VIALES CON IMPLICACIÓN DE V2RM
De aquí, como puede verse a simple vista en la Figura 252, los principales factores que
deberían estudiarse en relación con la estrategia de conducción son:
– Velocidad.
– Visibilidad, y prioridad de paso.
– Distracción.
– Distancia de seguridad.
– Habilidad y experiencia en la conducción.
– Maniobra evasiva: frenada y capacidad de frenada.
– Adelantamientos y conducción en paralelo.
A estos habría que añadir el consumo de alcohol y drogas, tanto por parte del conductor
de la motocicleta como por parte del conductor del vehículo. Como factores añadidos hay que
tener en cuenta el sueño, el cansancio y la fatiga, que a veces aparecen de forma independiente
y, otras, de forma asociada al consumo de alcohol o drogas y a las actividades recreativas y de
ocio.
Por razones de protagonismo se tratarán estos hechos y factores, en primer lugar, en
relación con el conductor de la motocicleta, y, a continuación, convenientemente matizados
para el conductor del vehículo en los casos de colisiones con estos.
Estrategia del conductor de la motocicleta
Parece evidente que el conductor de una motocicleta tiene mayores requisitos para
mantener su vehículo estable, en la trazada correcta y responder adecuadamente a las
situaciones anómalas o desviadas del tráfico si se compara con otros conductores del resto de
vehículos, especialmente los turismos. Además, aunque puede no ser considerado un usuario
vulnerable de la carretera, realmente si se piensa con atención, es posiblemente el más
vulnerable de todos, porque su propia velocidad, muy superior a la que puedan alcanzar los
ciclomotores, las bicicletas y los peatones, es un factor que agrava las lesiones que conductor y
los usuarios de las motocicletas.
Del análisis de la información disponible en la base de datos de investigaciones en
profundidad alemana, llamada GIDAS, se ha llegado a la conclusión que los principales
problemas de los V2RM son los siguientes (Liers, 2014, pág. 14):
– Pobre percepción (visibilidad).
– Pérdida de control en siniestros viales en solitario
– Velocidad excesiva e inapropiada
– Frenada insuficiente.
– Frenada errónea, especialmente en curvas
Generalizando y ampliando los aspectos señalados, se puede afirmar que su forma de
conducir y la maniobra evasiva que pueda realizar un motorista frente a cualquier hecho o
fenómeno que pudiera constituir un Evento Crítico se encuentra influida y, en su caso, limitada
por sus decisiones sobre la velocidad de circulación, su capacidad psicofísica para conducir, el
estilo de conducción y la distancia de seguridad con el vehículo que le precede, su capacidad
para ser visto y percibido por el resto de los conductores, su visibilidad sobre los vehículos, la
vía y su entorno, su habilidad y experiencia en la conducción y por las características y la
capacidad de frenada de su motocicleta.
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 441
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
Estos factores afectan tanto a las colisiones entre vehículos y motocicletas como a los
siniestros viales que los vehículos V2RM puedan sufrir en solitario, pero el grado de afectación
de cada elemento o factor puede ser considerablemente diferente en uno y otro caso.
2.1.1 Velocidad de circulación
Existe una evidente relación directa entre la velocidad de impacto de la motocicleta con
el otro vehículo u objeto y la gravedad de las lesiones sufridas por su conductor y acompañante,
pero esta relación podría no ser tan evidente con la mayor frecuencia de siniestros viales a
mayor velocidad de circulación.
En una investigación en profundidad alemana al analizar los informes policiales se
apreció que los principales factores en este tipo de siniestros son la velocidad excesiva y la
inapropiada. De un total de 47 casos donde se pudo estimar la velocidad de la motocicleta antes
del impacto, en 43 casos se estimó que la velocidad era inadecuada. El límite de velocidad
máximo era como media de 85,6 Km/h mientras que la velocidad media de circulación se
estimó que era 99,1 Km/h, lo que supone una diferencia estadísticamente significativa. Además,
de estos 43 casos, en 7 se estableció que el motorista había consumido alcohol, en 3 había
tomado drogas y en 5 de ellos había consumido tanto alcohol como drogas (Grzebieta, Jama,
Bambach, Friswell, & Favand, 2010, pág. 18).
En Estados Unidos la influencia de la velocidad en los siniestros mortales donde están
implicadas motocicletas es alrededor del doble que la que tiene en los automóviles o camiones
ligeros. Además la velocidad excesiva es responsable de casi dos tercios de las muertes en
siniestros en los que solo está implicada la propia motocicleta. Con carácter general, se ha
establecido la relación existente entre el incremento de siniestros viales y el incremento de la
velocidad media de circulación en un tramo de la vía, pero esta relación es estadísticamente
más robusta en el caso de las motocicletas. (Lin & Kraus, 2009, pág. 717).
2.1.2 El consumo de alcohol o drogas tóxicas
El consumo de alcohol o drogas por parte del conductor de la motocicleta es un factor
relevante en todos los siniestros viales en los que están implicados V2RM (Huang & Preston,
2004, pág. 9; Ouellet & Kasantikul, 2006, pág. 11; Grzebieta, Jama, Bambach, Friswell, & Favand,
2010, pág. 3). Como causa de esta relación se han apuntado a los efectos devastadores que tiene
sobre su capacidad de conducción, ya que este consumo influye en el equilibrio, la coordinación
psicomotora y el juicio, lo que es especialmente crítico para conducir un vehículo de
características altamente dinámicas y que se convierte rápidamente en inestable en
circunstancias adversas (Grzebieta, Jama, Bambach, Friswell, & Favand, 2010, pág. 18) y les
lleva a la pérdida de control de la motocicleta (Lin & Kraus, 2009, pág. 716). Esta última
tendencia podría explicar el aumento de las salidas de vía y, en su caso, al impacto con las
barreras de seguridad u otros obstáculos, lo cual ha sido comprobado por estudios realizados en
simuladores de conducción (Colburn, Meyer, Wrigley, & Bradley, 1994, pág. 119).
El resto de drogas, distintas del alcohol, especialmente en combinación con él, también
incrementan el riesgo de sufrir un siniestro vial en motocicleta (Grzebieta, Jama, Bambach,
Friswell, & Favand, 2010, pág. 18).
442 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 8. SINIESTROS VIALES CON IMPLICACIÓN DE V2RM
1000 60,00%
900
50,00%
800
700
40,00%
600
500 30,00%
400
20,00%
300
200
10,00%
100
0 0,00%
2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016 2017
Figura 253: Datos estadísticos del Instituto Nacional de Toxicologia y Ciencias Forenses sobre consumo de
alcohol y drogas por parte de los conductores de motocicletas fallecidos (elaboración propia)
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 443
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
infracciones entre los dos grupos (Mortimer, 1984, pág. 65; Mortimer, 1988, pág. 195). En esta
línea, se puede entender mejor que aquellas personas que conducen una motocicleta sin tener
el permiso de conducción legalmente válido para hacerlo tienen un riesgo mayor de tener un
siniestro y mayores probabilidades de sufrir lesiones de mayor gravedad (Hurt, Ouellet, &
Thom, 1981; Lin & Kraus, 2009, pág. 717).
Otro dato importante, lo aporta un estudio comparativo realizado por Oullet y Kasantikul
en el que llegan a la conclusión que la clave para la prevención del siniestro en moto esta diez
segundos antes del posible impacto con una buena anticipación del conductor frente a un Evento
Crítico más que en la habilidad en la maniobras evasivas una vez que el Evento Crítico ha
sucedido realmente (2006, pág. 13).
En cambio parece pacífico que a menor experiencia en la conducción existe un mayor
riesgo de sufrir un siniestro vial y las lesiones correspondientes (Lin & Kraus, 2009, pág. 716).
Los peligros y riesgos a los que hacen frente los conductores de motocicletas y el resto de los
conductores no son idénticos. De hecho más el setenta por ciento de los peligros y situaciones
arriesgadas que mencionan los conductores que no tienen experiencia en la conducción derivan
del comportamiento de otros conductores y usuarios de la vía, más que de la configuración, las
circunstancias y el entorno de la vía (Grzebieta, Jama, Bambach, Friswell, & Favand, 2010,
pág. 26).
No solo es importante la experiencia genérica en la conducción de motocicletas, el
conocimiento y la experiencia con la motocicleta concreta que se conduce en el momento del
siniestro es una circunstancia relevante. Así, los motoristas que conducen motocicletas
prestadas tienen mayor probabilidad de tener un siniestro, especialmente por la noche, cuando
intentan realizar un giro, conducen a bajas velocidades o cometen una infracción (Dandona,
Kumar, Raj, & Dandona, 2006, pág. 187).
2.1.4 Capacidad de visión y percepción del motorista
Al ponerse un casco para conducir una motocicleta es obvio que por sus limitaciones
físicas se deteriora la capacidad de visión, tanto cuantitativamente sobre su campo de visión
como cualitativamente sobre la nitidez y claridad del mismo, y correlativamente los niveles de
percepción del conductor. Además, cuando se ha conducido una motocicleta con un casco
durante un cierto tiempo se experimenta una sensación de cansancio en el cuello que conlleva
una cierta rigidez en el mismo y la dificultad a velocidades medias y altas de girar la cabeza
para mirar.
Al usar un casco en una motocicleta, el campo de visión horizontal y vertical se reduce si
uno no permite que el sujeto mueva la cabeza, en concreto disminuye hasta los 6,5º grados en
el plano horizontal y hasta los 57,7º en el plano horizontal vertical, lo que supone una
disminución correlativa del 3% y del 22 %, respectivamente (Bogerd, y otros, 2010, pág. 3).
Al analizar los datos del estudio Hurt et al. (1981) sobre casos reales de siniestros viales
en los que estaban implicadas motocicletas, se concluyó que en el 11 % del total de casos tenían
relación con el campo de visión del conductor (McKnight, McPherson, & Knipper, 1980).
La reducción del campo de visión del conductor podría ser compensada con el
movimiento de su cabeza. Para ello, un estudio evaluó la rotación de la cabeza de los
conductores durante los cambios de carril en vías normales de tráfico con condiciones
diferentes debidas al uso de dos cascos distintos y a no usar ninguno. Los resultados indican
444 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 8. SINIESTROS VIALES CON IMPLICACIÓN DE V2RM
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 445
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
información de las encuestas de opinión sobre el uso de la motocicleta en España y con los
datos estadísticos sobre siniestros viales de este tipo de vehículos.
Tradicionalmente, se ha señalado que el riesgo de sufrir lesiones por parte de los
motoristas es mayor para los jóvenes, pero a finales de la pasada década se ha comenzado a
observar en Estados Unidos una tendencia en la cual los conductores que superan los cuarenta
años son el grupo de mayor crecimiento anual en las cifras de fallecidos en motocicleta (Lin &
Kraus, 2009, pág. 718). Este desplazamiento de las franjas de edad de las personas fallecidas
en siniestros viales en motocicleta también ha sido claramente observado en España y está
relacionado con la asunción de riesgos, por el desplazamiento del riesgo percibido en relación
con la utilidad que el conductor obtiene con su nivel de riesgo.
El riesgo percibido por los conductores de motocicletas ha sido asociado con diferentes
variables como la edad, la experiencia, el género, la distancia recorrida y la región geográfica
(Mannering & Grodsky, 1995). De la misma forma, el uso que se hace de la motocicleta y la
correspondiente asunción de riesgos puede representar una válvula de escape para la tensión
diaria y para bajar la agresividad, una expresión de independencia, o un deseo de impresionar
al resto de la gente (Hodgdon, Bragg, & Finn, 1981).
Algunos autores han señalado que la estrategia de conducción de los motoristas y las
decisiones normalmente asociadas a ella les hacen especialmente vulnerables a los siguientes
problemas y defectos en la calzada (Huang & Preston, 2004, pág. 12):
– Los baches, especialmente los hoyos profundos.
– Los cambios en el nivel de adherencia y rozamiento en las superficies de la calzada.
– Las superficies desiguales.
– Las tapas de las alcantarillas.
– Los restos de gravilla.
– Los derrames de líquidos.
– Las marcas viales.
Estas circunstancias adversas de la vía, a las que pudieran sumarse otras de índole
climatológica, se convierten en críticas en el caso de maniobra evasiva, especialmente, a la hora
de frenar encima de una motocicleta.
2.1.7 Frenado
El tiempo disponible como media para que un conductor de una motocicleta realice una
maniobra evasiva, por ejemplo una frenada, suele situarse en 1,9 segundos. Si un ser humano
normal tiende a necesitar unos dos segundos para percibir, decidir y ejecutar una maniobra
evasiva completa, cualquier retraso en la percepción del Evento Crítico, cualquier duda en la
decisión o cualquier fallo en la ejecución impedirán el éxito de la maniobra evasiva (Hurt,
Ouellet, & Thom, 1981, pág. 140).
Las características de una motocicleta determinan que cualquier acción de frenar
ejecutada de forma incorrecta o inadecuada tendrá efectos adversos más severos en los
motoristas con menos experiencia y menos habilidades avanzadas para conducir, por lo que
aumenta en ellos el riesgo de sufrir impactos y sus correlativas lesiones (Huang & Preston, 2004,
pág. 11).
Los estudios en profundidad aportan cifras sobre la implicación de la acción de frenar en
la génesis, desarrollo y finalización de los siniestros viales en motocicleta (Liers, 2014, pág. 9):
446 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 8. SINIESTROS VIALES CON IMPLICACIÓN DE V2RM
– Tres cuartos de los motoristas habían tenido una colisión, de ellos el 19 % había
tenido dos.
– Suelen colisionar habitualmente con otros vehículos, especialmente turismos.
– El 17 % de las motocicletas siniestradas estaban frenando antes del impacto, pero
tres cuartos de los motoristas no habían frenado antes de colisionar.
– La velocidad de circulación media de los motoristas estaba en 56 Km/h, y la
velocidad de impacto media fue de 43 Km/h.
– Muchas veces cuando los motoristas frenan en motocicletas dotadas con ABS como
reacción a un Evento Crítico, sin embargo no son capaces de conseguir todo el
potencial que ofrece este sistema. Se ha determinado que solamente el 30,8% de los
conductores consiguen un grado de eficacia superior al 80%, mientras que el 26,4
% se queda entre el 60 % y el 89% y un 16,6 % no es capaz de alcanzar el 40 %.
Uno de los principales problemas a la hora de frenar es saber utilizar toda la capacidad de
frenado de la motocicleta, especialmente con un correcto uso del freno delantero (Hurt, Ouellet,
& Thom, 1981, pág. 140). Un estudio británico realizado en la década de los ochenta se observó
el comportamiento de los motoristas en las intersecciones y cruces para investigar su forma de
frenar encima de la motocicleta. Descubrieron que cuando frenaban normalmente, el 36% de
los motoristas utilizaban solo el freno trasero y el 11% utilizaba solo el freno delantero. Incluso
ante un Evento Crítico o una situación de emergencia, el 19% utilizó solo el freno trasero y el
35% usó solo el freno delantero (Sheppard, Hester, Gatfield, & Martin, 1985, pág. 7).
Sobre la hipótesis de la contribución de los defectos mecánicos de la motocicleta al
deterioro de la capacidad de frenado, en un estudio llevado a cabo se determinó que más de dos
terceras partes de las motocicletas que habían sufrido un siniestro vial no presentaba ningún
tipo de problema mecánico que contribuyese a ese desfavorable efecto, pero en una pequeña
parte de los casos se observaron neumáticos en malas condiciones, circunstancia que aumenta
la distancia de frenado. Como conclusión se pudo establecer que el estado mecánico de la
motocicleta no juega, de hecho, un papel relevante en esta materia (Grzebieta, Jama, Bambach,
Friswell, & Favand, 2010, pág. 26). No obstante siempre hay que comprobarlo en la inspección
ocular y en el estudio del estado de la motocicleta.
Estrategia del conductor del vehículo de motor
Existe una práctica unanimidad para señalar que el principal problema para el conductor
del vehículo de motor implicado en un siniestro vial con una motocicleta es haberla percibido
a tiempo para haber intentado evitar los hechos.
De hecho puede decirse que este problema junto al comportamiento del motorista
asumiendo altos niveles de riesgo en su estilo de conducción, incluido el consumo de alcohol o
drogas, son las dos causas concomitantes principales en esta tipología de siniestros (Huang &
Preston, 2004, pág. 8).
El proyecto MAIDS, llevado a cabo en diversos países europeos entre 1999 y 2000, reunió
datos sobre 921 casos de siniestros viales en los que estaban implicados V2RM y en los que se
llegaron a evaluar alrededor de 2000 variables. Se determinó que el 37 % de las causas de estos
siniestros se podían imputar al conductor del vehículo V2RM mientras que la mitad de ellas se
podían atribuir al conductor del otro vehículo (ACEM, 2004). Datos que sorprendentemente,
son casi idénticos a los recogidos veinte años antes en el que esos porcentajes fueron el 41 % y
el 51 % respectivamente (Hurt, Ouellet, & Thom, 1981).
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 447
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
Si se analizan los casos en los que existió una atribución causal al conductor del otro
vehículo se puede observar en la Figura 254 que el 72 % de ellas se localizan en el momento
de la percepción de la motocicleta y su conductor en la fase de preimpacto (ACEM, 2004).
4% Otros errores
8%
37%
Error en la ejecución
Error en la decisión
Error en la percepción
Figura 254: Proyecto MAIDS, distribución de las causas a cada subsistema (Dcha.) y estudio de detalle de las
causas atribuibles al conductor V2RM y al conductor del otro vehículo (Izda.) con arreglo a la teoría del PIEV.
Puede afirmarse, en base a los datos presentados, que la falta de percepción del conductor
del otro vehículo de la presencia, movimiento y trayectoria de la motocicleta es una de las
causas más frecuentes de las colisiones entre vehículos y motocicletas. De hecho, en dos tercios
de estas colisiones los conductores de los otros vehículos afirman no haber visto la motocicleta
o no haberla visto a tiempo para evitar la colisión (Hurt, Ouellet, & Thom, 1981; Huang &
Preston, 2004, pág. 8).
Se han descrito dos grupos de factores que pueden producir que los conductores de otros
vehículos fallen a la hora de percibir las motocicletas y a los motoristas (Hancok, Wulf, Thorn,
& Fassnacht, 1990): por un lado, la visibilidad sensorial que serían las cualidades físicas del
vehículo que se aproxima y que permite distinguirlo de su entorno y, por otro lado, la visibilidad
cognitiva que sería el grado en el cual la experiencia y actitudes del conductor afectan a la
relevancia que atribuye al vehículo que se aproxima.
2.2.1 La percepción de la presencia y movimiento de la motocicleta
Sin pretender ser exhaustivos los factores que pueden afectar a la visibilidad sensorial del
conductor podrían enumerarse de la siguiente forma:
– Las motocicletas tienen una menor visibilidad que otros vehículos en razón de su
tamaño (Huang & Preston, 2004, pág. 8) y de la poca superficie frontal que ofrecen
al conductor cuando se aproximan a él (Bogerd, y otros, 2010, pág. 3).
– El contraste de colores entre la motocicleta y el motorista y su entorno más
inmediato (Bogerd, y otros, 2010, pág. 3).
– Los problemas visuales permanentes o temporales del propio conductor del
vehículo (Huang & Preston, 2004, pág. 9), tales como la capacidad visual, la
amplitud del campo visual o la ceguera nocturna.
– Las circunstancias relativas a la densidad del tráfico, especialmente cuando es
denso (Huang & Preston, 2004, pág. 8).
– Los obstáculos interiores del vehículo conducido, tales como obstrucciones por la
carga u objetos o los puntos ciegos debidos a los pilares, los pasajeros o las áreas
de no visibilidad en los retrovisores (Huang & Preston, 2004, pág. 9).
448 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 8. SINIESTROS VIALES CON IMPLICACIÓN DE V2RM
– Los factores climatológicos externos, tales como la lluvia, la niebla, la nieve o los
deslumbramientos, o los obstáculos externos, tales como árboles, postes o vallas,
pueden impedir o dificultar la percepción clara del motorista (Huang & Preston,
2004, pág. 9).
Estos factores deben ser investigados, a través de la metodología MITOS de inspección
ocular de la escena del siniestro y de la toma de manifestaciones a implicados y testigos, y
verificados y contrastados con las evidencias disponibles.
2.2.2 La actitud hacia los conductores de motocicletas
Los factores que pueden afectar a la percepción y subsiguiente comprensión del conductor
del vehículo del peligro, que pudiera suponer una motocicleta cuyo movimiento se acerca y
cuya trayectoria podría cruzarse con la suya, podrían enumerarse de la siguiente forma:
– Los conductores de vehículos tienen una menor familiaridad con las motocicletas
que con otros vehículos (Hurt, Ouellet, & Thom, 1981), esto puede deberse a la
menor frecuencia con que se encuentran las motocicletas frente a los turismos en el
tráfico diario (Huang & Preston, 2004, pág. 8) y el hecho de que las expectativas de
encontrarse con una son menores en la mente del conductor del vehículo.
– Las propias circunstancias psicofísicas del conductor del vehículo que impliquen
una rápida comprensión de la situación, tales como la fatiga (Bogerd, y otros, 2010,
pág. 3)o el sueño, o la ingesta de bebidas alcohólicas o drogas tóxicas.
– Una posible falta de empatía de los conductores de vehículos con respecto a las
necesidades y demandas de los conductores de V2RM, lo que puede contribuir a la
falta de urgencia y motivación para la búsqueda y respuesta apropiada a la presencia
y movimiento de motocicletas (Crundall, Humphrey, & Clarke, 2008).
– Se ha llamado la atención sobre los casos en los cuales el conductor del vehículo
percibe al V2RM aproximándose pero falla al estimar el riesgo que supone para una
posible colisión, por ejemplo sobrestimando el tiempo y la distancia a la que se
encuentra, y decide iniciar una maniobra que puede implicar atravesar o interceptar
la trayectoria del V2RM (Shahar, Clarke, & Crundall, 2011).
Estos factores son difícilmente demostrables para un investigador de siniestros viales, por
lo que su importancia en la investigación de casos reales concretos es menor, pero no obstante
su relevancia viene dada por su posible estudio macroestadístico y científico para poder
determinar algunas de las medidas preventivas aplicables a los siniestros viales en los que están
implicados V2RM.
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 449
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
amplia variedad de objetos naturales y producto de la ingeniería (Janík & Komáreková, 2012,
pág. 72). En estas circunstancias realizar un estudio de los movimientos en el momento del
impacto y en la fase postimpacto del cuerpo del conductor de la motocicleta y establecer
modelos genéricos aplicables a cada una de las tipologías de siniestros previamente definidas
no puede dejar de ser un ejercicio descriptivo basado en numerosas simplificaciones.
Los conocimientos sobre la Biomecánica del motociclista, en este caso, intentan cubrir
un doble objetivo: por una parte, la información que se pueda aportar en esta materia resultara
esencial en la investigación y reconstrucción del evento y, por otra parte, permitirá la adopción
y el desarrollo de medidas de protección de los motoristas.
Se pretende establecer las líneas maestras de un modelo biomecánico que permita evaluar
la cinemática del cuerpo del conductor asociada a cada una de las posibles tipologías de
siniestros viales en los cuales está implicada una motocicleta. Los conocimientos que aporten
este tipo de modelos pueden ser importantes para los investigadores que participan en el
análisis y reconstrucción de tales eventos.
Colisión de una motocicleta con otro vehículo
La primera de las tipologías a abordar es la colisión de una motocicleta con otro vehículo,
con cinco configuraciones principales de impacto: por un lado, las tres posibles en las que el
frontal del vehículo impacta con el lateral, el frontal o la parte trasera de la motocicleta; por
otro lado, el caso del frontal de la motocicleta que impacta con el lateral y la parte trasera del
vehículo, y, finalmente, las colisiones entre el lateral del vehículo y el lateral de la motocicleta.
3.1.1 Factores de influencia en la cinemática del motorista
El movimiento del cuerpo del motociclista después del impacto de una motocicleta contra
un obstáculo o una parte de un automóvil está determinado por un sistema de fuerzas y
reacciones que actúan sobre el cuerpo del conductor. En la fase inicial de la colisión, este
sistema de fuerzas consiste en la inercia y las fuerzas de gravedad derivadas de la masa del
motociclista y las fuerzas de reacción ejercidas por la motocicleta en el cuerpo del conductor.
Las reacciones están presentes en todas las áreas de contacto entre el conductor y la motocicleta.
El motociclista descansa en la motocicleta en varios lugares, considerados por los autores como
puntos únicos de contacto entre estos dos objetos, con el supuesto de que estos puntos están
situados en los centros de las áreas reales de contacto (Prochowski & Pusty, 2013, pág. 372).
A
B
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C
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𝑷𝒛 D
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𝑭𝑫𝑿
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𝑭𝑫𝒁
Figura 255: Fuerzas ejercidas sobre un motorista en el momento del impacto con un vehículo o un objeto
450 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 8. SINIESTROS VIALES CON IMPLICACIÓN DE V2RM
A la vista del modelo teórico planteado los movimientos cinemáticos del cuerpo del
conductor, según las diferentes tipologías y configuraciones de impacto, vendrían
determinados por los siguientes factores y circunstancias:
– La posición del motociclista. Es semejante a la del ciclista, ya que va a horcajadas
sobre la motocicleta con una pierna a cada lado y con el cuerpo en posición de
sentado sobre el sillín. No obstante, las alturas y ángulos de la posición varían en
función del tipo, del diseño y de los apoyos de la motocicleta.
– La interacción del motorista con la motocicleta. Dependiendo de la dirección de la
fuerza de inercia el cuerpo del conductor experimentara restricciones a su
movimiento a la altura de la rodilla y el muslo o por el contrario podrá salir
libremente de la motocicleta.
– La interacción del cuerpo del motorista con el vehículo. En función de la
configuración de impacto y de la parte del vehículo que impacte con la motocicleta
el cuerpo del motorista golpeara el vehículo con alguna o algunas partes de su
cuerpo, lo que determinará una parte importante de sus movimientos a lo largo de
la fase completa de la colisión.
– La velocidad de la motocicleta. Influye en la magnitud del momento aplicado al
cuerpo del motorista y también en la energía y velocidad con la que la cabeza y el
cuerpo impactan primariamente con el vehículo o con el obstáculo. También tiene
una gran influencia en algunas tipologías de colisión para que no exista impacto
primario en el vehículo y que el impacto del cuerpo de motoristas sea directamente
contra la calzada.
– La velocidad del vehículo. Aporta energía cinética a la colisión haciéndola más
violenta para el motorista y aportando un incremento de la ∆𝑣 de impacto.
– La aceleración o deceleración de la motocicleta en el momento del impacto. Una
deceleración en el momento del impacto, generalmente, hunde la suspensión
delantera y acrecienta el movimiento de giro del conductor sobre el punto de
contacto del manillar. Una deceleración previa puede trabar la motocicleta e incluso
por el derrape de la misma modificar la posición y los ángulos de impacto haciendo
aún más complejo el estudio y la reconstrucción del caso.
– La aceleración o deceleración del vehículo en el momento del impacto. La
deceleración produce que la motocicleta se separe del vehículo, mientras que la
aceleración puede producir en algunas tipologías de colisión que el vehículo arrolle
a la motocicleta y se quede trabada en los bajos del vehículo.
3.1.2 El frontal del vehículo impacta en el lateral de la motocicleta
A partir de una grabación de video de una colisión entre el frontal de un turismo tipo
berlina y el lateral de una motocicleta se pueden describir la biodinámica que siguen los dos
vehículos y el cuerpo del motorista. La secuencia tiene grandes semejanzas con la que se
describió para la misma configuración de impacto con un ciclista, pero en este caso el mayor
peso de la motocicleta y, generalmente, la mayor velocidad de esta produce efectos diferentes
en la trayectoria postcolisión. En este caso se trata de un impacto en que el frontal del vehículo
impacta entre las dos ruedas con todo el lateral de la motocicleta. El primer contacto se produce
entre el parachoques del vehículo y la parte inferior de la pierna del motorista así como la
estructura de la motocicleta. A continuación, la parte superior del cuerpo del motorista
comienza a girar sobre el punto de contacto de la pierna y la cabeza se dirige hacia el capó y el
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 451
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
parabrisas del vehículo pudiendo existir un contacto previo de la pelvis con la parte superior
del capó. La motocicleta sale proyectada hacia adelante, por lo que generalmente, alcanza una
distancia de proyección mayor que el cuerpo del motorista. Este, por su parte, inicia una breve
fase de transporte sobre el capó del vehículo, su torso y su cabeza impactan sobre el capó o el
cristal del parabrisas, y su centro de gravedad comienza a elevarse lo cual es visible por la altura
que alcanzan sus piernas. El cuerpo del motorista abandona el contacto con el vehículo, lo cual
se hace más rápido si el vehículo está frenando, e inicia una fase de vuelo. El cuerpo impacta
contra el suelo y se desplaza sobre él hasta alcanzar su posición de reposo.
Figura 256: Secuencia completa de una colisión entre el frontal de un vehículo y el lateral de una motocicleta
452 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 8. SINIESTROS VIALES CON IMPLICACIÓN DE V2RM
simulaciones mostraron que la mayor parte de los impactos de las cabezas de los
ocupantes de la motocicleta se registraron sobre el capó un 28,77%, mientras que
en el parabrisas ese porcentaje fue del 16,51% y en el pilar a del 6,6%.
Los daños observados en la motocicleta y los puntos de impacto en el vehículo determinan
las posiciones relativas que tenían esos dos vehículos y deberían servir para explicar la
biodinámica posterior y los sucesivos impactos de los cuerpos de los ocupantes del vehículo de
dos ruedas.
3.1.3 El frontal del vehículo impacta en el frontal de la motocicleta
El impacto del frontal del vehículo con el frontal de la motocicleta se produce,
generalmente en dos situaciones diferentes. La primera, y más frecuente, se produce cuando el
vehículo gira a la izquierda y corta la trayectoria de una motocicleta que se acerca,
especialmente en intersecciones y en aparcamientos. En este caso, los ejes de ángulos vehículos
forman un ángulo diferente del llano, por lo que habitualmente se producen, sobre todo en la
motocicleta, importantes pares de fuerza que la hacen girar. La segunda tipología de esta
modalidad de colisión es el resultado de un adelantamiento fallido que hace que las trayectorias
del vehículo y la motocicleta se alineen. En este caso, los ejes de ambos vehículos se encuentran
paralelos o casi paralelos, por lo que apenas se producen giros y la motocicleta prácticamente
queda parada delante del frontal del vehículo.
La descripción secuencial de la primera configuración, comienza con el giro del vehículo
y la aproximación del V2RM. El contacto se produce, generalmente, cuando el vehículo está
girando por lo que su eje forma un determinado ángulo con el eje del V2RM. El primer impacto
se produce entre la rueda y la aleta delantera del V2RM y el parachoques del vehículo de cuatro
ruedas. Como consecuencia adicional de ese primer impacto y del ángulo formado es posible
que el conductor y, en su caso el acompañante del V2RM, no llegue a contactar con el vehículo
sino que salte por encima del capó para caer directamente sobre el suelo, después de una fase
de vuelo. Durante esta fase de vuelo se produce una tendencia al giro del cuerpo del conductor
sobre su propio eje a forma de salto mortal, lo cual se traduce en que se produce un impacto
con la cabeza, el cuello y la parte superior de la columna vertebral. Después de ese impacto con
el suelo el cuerpo del conductor rueda sobre su espalda sobre el suelo para acabar en una
posición decúbito supino. Esta secuencia completa puede verse abajo.
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 453
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
Figura 257: Secuencia completa de una colisión angular entre el frontal de un vehículo y el frontal de una
motocicleta
En el caso, de una colisión frontal alineada entre un vehículo y una motocicleta se puede
ampliar esa descripción volviendo a utilizar experimentos de simulación, en este caso con
elementos finitos, de un impacto frontal de una motocicleta con un vehículo. Además en esta
investigación se realizaron experimentos de colisión reales con motocicletas que portaban
maniquíes como conductores. En ambos tipos de experimentos el maniquí comienza a curvarse
a partir de la posición vertical original alrededor de los 80-90 ms. Tanto en la simulación como
en los experimentos a escala completa, el maniquí comienza a doblarse desde la posición
vertical inicial entre 80 y 90 ms después del impacto entre los dos frontales. La cabeza del
maniquí se mueve hacia la línea de unión entre el capó y el parabrisas, pero se evita el impacto
de la cabeza cuando la motocicleta y el maniquí comienzan a alejarse del otro vehículo debido
al impacto de las carrocerías. La inclinación del maniquí y la altura ganada por la pierna derecha
es mayor en la simulación. En otros casos, también se observa una variación similar entre la
simulación y el experimento en el movimiento de la cabeza a pesar del movimiento consistente
del torso (Chawla & Mukherjee, 2007, pág. 436).
Si acudimos a experimentos de colisión detallados, la profundidad del análisis se hace
mayor y los detalles aportados se incrementan. En concreto, la colisión se produce a una
velocidad de impacto de 43,6 km/h y se analizan los movimientos cinemáticos del conductor y
la respuesta estructural de la motocicleta. Si se toma como momento cero el primer impacto
entre la motocicleta y el vehículo, la secuencia completa puede describirse así. El primer
impacto se produce entre la rueda de la motocicleta y el vehículo en el instante 0 ms. A los 20
ms la rueda delantera comienza a deformarse. También comienza a observarse por debajo de
los 50 ms la deformación del vehículo. Después de 50 ms, la rueda y la suspensión delantera
han alcanzado el punto de máxima deformación y, en este momento, la suspensión trasera
comienza a recuperarse con lo que el cuerpo del motorista comienza a ser lanzado hacia delante.
A los 100 ms, la rueda trasera comienza a elevarse y el motorista alcanza su máxima distancia
con sus extremidades inferiores todavía en la posición de contacto con el lateral de la
motocicleta. La cabeza y el casco del motorista alcanzan la vertical del punto de impacto.
Cuando se cumplen los 130 ms, la rotación de la rueda se incrementa y el abdomen del motorista
pivota sobre el manillar y la cabeza se lanza adelante y abajo. La secuencia completa dura 840
ms (Hamzah, 2014, pág. 2).
3.1.4 El frontal del vehículo impacta con la parte trasera de la motocicleta
Las colisiones del frontal del vehículo con la parte trasera se producen porque el
conductor del vehículo va demasiado cerca de una motocicleta sin cumplir con la distancia de
seguridad. En este caso, debido a su menor masa, las motocicletas se detienen más rápidamente
454 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 8. SINIESTROS VIALES CON IMPLICACIÓN DE V2RM
que los vehículos más grandes. Esto hace que sea importante dejar al menos cuatro segundos
de distancia entre un vehículo y una motocicleta para evitar una colisión con la parte trasera de
la misma. También pueden producirse por un cambio de carril de la motocicleta sin darse cuenta
que por el mismo circula un vehículo. En el casco urbano, no es infrecuente que los vehículos
alcancen a las motocicletas que están detenidas en la cola de una retención o en la entrada a una
glorieta.
En este caso el movimiento de giro se produce a la inversa que cuando es la rueda
delantera la que impacta primero. Es la rueda trasera la que sufre el impacto y por lo tanto el
momento que sufre el conductor de la motocicleta le hace elevar sus piernas y, posteriormente,
sus caderas. A partir de este momento es crucial la aceleración o deceleración del vehículo. Si
está decelerando el cuerpo del conductor tiende a elevarse hacia arriba con las piernas por
delante, llegando incluso a alcanzar la vertical o dar un salto mortal atrás. Si el vehículo está
acelerando el cuerpo de motorista puede golpear con su espalda el capó y el cristal del
parabrisas del vehículo y la cabeza o el casco del motorista el maco superior del cristal del
parabrisas o el techo. La posición del cuerpo del conductor en el impacto secundario con la
calzada en esta tipología de colisiones es vital para la gravedad de las lesiones experimentadas
por el conductor. La motocicleta suele salir proyectada después del impacto y deslizar una
considerable distancia hasta su posición final en función de la velocidad del vehículo que la
haya impactado.
Figura 258: Secuencia completa de una colisión entre el frontal de un vehículo y la parte trasera de una
motocicleta
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 455
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
las caderas del motociclista. Los principales componentes de las fuerzas y reacciones que actúan
sobre el motociclista en el momento del contacto entre la rueda de la motocicleta y el automóvil.
Como resultado de estas fuerzas (Prochowski & Pusty, 2013, pág. 372):
– El conductor se mueve a lo largo del eje de la motocicleta debido a la acción del
componente longitudinal de la fuerza de inercia.
– La inclinación hacia delante del cuerpo del motorista aumenta bajo la influencia,
entre otras cosas, del momento del componente longitudinal de la fuerza de inercia
y del componente longitudinal de la fuerza de reacción ejercida por el tanque de
combustible en las caderas del motorista.
– Las caderas del motorista se levantan en relación con la motocicleta como resultado
de la acción del componente vertical de la fuerza de reacción ejercida sobre ellas
por el tanque de combustible. Esta interacción produce una reducción en la
velocidad de movimiento del torso del motorista y una inclinación de su cuerpo
en la dirección del movimiento de la motocicleta (Carmai, Koetniyom, Sungduang,
Kassim, & Ahmad, 2018, pág. 238).
En la secuencia de una colisión real, mostrada en la Figura 259, pueden apreciarse los
movimientos del motorista desde el impacto hasta su posición de reposo en el suelo.
Figura 259: Secuencia completa de una colisión angular entre el frontal de un vehículo y el frontal de una
motocicleta
456 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 8. SINIESTROS VIALES CON IMPLICACIÓN DE V2RM
– (50 ms). Las caderas del motociclista se elevan por la reacción del tanque de
combustible. El movimiento vertical de elevación de las caderas del motorista se
observa junto con una inclinación simultánea de su cuerpo en la dirección del
movimiento motocicleta.
– (75 ms). El casco del motorista entra en contacto con el borde del techo del
vehículo. Durante el experimento realizado, el ángulo de inclinación del torso del
motociclista cambió de 30° al inicio del impacto a 60 ° a los 80 ms, es decir,
inmediatamente después del impacto del casco del motorista contra el vehículo. La
inclinación del torso afecta la ubicación del punto de impacto de la cabeza del
motorista contra el vehículo. Ese impacto fue seguido por la flexión de la cabeza
hacia atrás, lo que significó un cambio en el valor del ángulo de flexión de la
columna cervical (Carmai, Koetniyom, Sungduang, Kassim, & Ahmad, 2018, pág.
238), lo cual es determinante para explicar las posibles lesiones observadas con
posterioridad a la ocurrencia de uno de estos impactos.
– (90 ms) Los hombros del motorista golpean el borde del techo del vehículo.
– (130 ms). La cabeza del motociclista se mueve sobre el borde del techo del
vehículo.
3.1.6 El frontal de la motocicleta impacta con la parte trasera del vehículo
Cuando el frontal de la motocicleta alcanza a la parte trasera de otro vehículo, siempre
hay una situación de mayor velocidad relativa de la motocicleta, ya sea porque el otro vehículo
está parado, ha frenado o circula a una velocidad menor. También los cambios de carril de los
vehículos en vías de calzadas separadas pueden dar lugar a este tipo de colisiones.
En cualquier caso la dinámica de esta tipología es semejante a la descrita en las dos
anteriores que pasaría por el impacto, por el desplazamiento hacia delante de la pelvis y la
rodilla hasta alcanzar el depósito de combustible y luego por el movimiento del torso y la cabeza
arriba y adelante, por el impacto de la cabeza contra el vehículo, la elevación del tronco y las
piernas, el vuelo y, finalmente, los movimientos sobre el suelo. Los movimientos del segundo
ocupante de la motocicleta en su caso, son ligeramente diferentes y tiene en este tipo de colisión,
una mayor tendencia al vuelo y menor al impacto con el vehículo, aunque si con el cuerpo del
conductor de la motocicleta, tal y como puede apreciarse en la siguiente secuencia.
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 457
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
Figura 260: Secuencia completa de una colisión entre el frontal de un vehículo y la parte trasera de una
motocicleta
458 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 8. SINIESTROS VIALES CON IMPLICACIÓN DE V2RM
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LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
Figura 261: Secuencia completa de una colisión en la posición de deslizamiento con una barrera de seguridad
metálica
460 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 8. SINIESTROS VIALES CON IMPLICACIÓN DE V2RM
punto de impacto con la barrera sin pasar por encima o debajo de la misma; el motorista fue
redirigido a más de 3 m del punto de impacto y se detuvo al lado de y el motorista fue
redirigido a más de 3 m del punto de impacto y se detuvo en el arcén o en un carril de la
carretera (Bambach, Grzebieta, & McIntosh, Motorcycle crashes into roadside barriers stage
2: Crash mechanics and injury causation, 2010, pág. 15).
El ángulo de impacto medio en todas las posturas de colisión fue de 15,4 y los ángulos
de impacto promedio para las posturas vertical y deslizante de colisión fueron aproximadamente
iguales. Los motociclistas que pasaron por encima o por debajo de la barrera tendían a impactar
en ángulos más grandes que la media. Los motorista que fueron redirigidos tendían a impactar
la barrera en ángulos más bajos que la media (Bambach, Grzebieta, & McIntosh, 2010, pág.
15). En otras palabras cuanto mayor sea el ángulo más probabilidad existe que la respuesta del
cuerpo del motorista sea atravesar la barrera, si existe espacio por debajo, y cuanto más se
aproxime a los 15º mayores serán las posibilidades de ser rebotado y redirigido por la barrera.
Los factores que más influyen en la biomecánica del impacto del cuerpo de un motorista
contra una barrera de seguridad son:
– Los postes de las barreras de seguridad son probablemente la causa real de la
lesiones de los motoristas por encima de la contribución de los elementos
longitudinales de la valla, porque en estos impactos siempre se habrán desprendido
de su vehículo y deslizado a lo largo de la calzada hasta el momento del impacto.
Se ha calculado que si un motorista colisiona con una barrera de seguridad en un
ángulo de 15º con un ancho de 45 cm, el ciclista tiene un 70% de probabilidad de
impactar directamente con los postes de sujeción de la barrera. La probabilidad es
aún mayor para los motoristas que se encuentran deslizando o rodando en el
momento del impacto o los que impactan en ángulos aún más bajos. Obviamente,
esta probabilidad aumentará a medida que disminuya el espacio entre postes
consecutivos y, por lo tanto, los sistemas con postes ampliamente espaciados
podrían considerarse menos peligrosos para los motoristas, sin embargo, los
sistemas de barrera, así diseñados, podrían tener un efecto perjudicial en la
contención y el redireccionamiento de otros vehículos (Berg, y otros, 2005).
– La altura del sistema de barrera de seguridad también se ha identificado como una
de sus características, especialmente cuando los conductores golpean las barreras
cuando aún están encima de su motocicleta, ya que el entorno de la vía más allá de
la barrera puede ser peligroso para su integridad.
3.2.2 Colisión con un muro o una obra de fábrica de hormigón
Si se compara las colisiones de una motocicleta con una barrera metálica y con una barrera
de hormigón (tipo newjersey), las primeras suponen un riesgo mayor de muerte para el
motorista que las segundas (Gibson & Benetatos, 2000). El riesgo de muerte en una collision
con una barrera metálica se ha situado en el 12%, mientras que una barrera de hormigón es del
8%, que sigue siendo superior al riesgo asociado a una colisión con un vehículo de motor que
está situado en el 4,8% (Grzebieta, Jama, Bambach, Friswell, & Favand, 2010, pág. 9; Smart
Project, 2012, pág. 20).
Esta idea puede ser contraria a la lógica, ya que parece que la rigidez y la dureza de las
barreras de hormigón deberían ser más peligrosas y lesivas para los motoristas que las barreras
metálicas menos rígidas y más deformables. Sin embargo, su superficie continua es preferible
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 461
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
a las superficies no continuas o con espacios libres para ángulos de impacto pequeños ya que
proporcionalmente no absorben tanta fuerza de impacto. Esto se debe al hecho de que las
barreras con una superficie continua permiten el redireccionamiento deslizante y, en cierto
modo, suave de la víctima y permiten una mayor distribución de las fuerzas de contacto en una
gran área del cuerpo (Grzebieta, Jama, Bambach, Friswell, & Favand, 2010, pág. 21).
462 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 8. SINIESTROS VIALES CON IMPLICACIÓN DE V2RM
lógico, junto con las características del objeto del impacto, las colisiones a mayor velocidad
aumentan sustancialmente el riesgo de muerte (Janík & Komáreková, 2012, pág. 72). Por lo
tanto, es más probable que los objetos pequeños y rígidos, como los postes, causen lesiones más
graves, ya que concentran las fuerzas del impacto en una pequeña área del cuerpo humano. La
configuración del impacto determina la parte del cuerpo que se golpea, y por lo tanto influye
en la gravedad de las lesiones sufridas por el motociclista (Smart Project, 2012, pág. 14).
Figura 263: Secuencia completa de una colisión de una motocicleta con un poste de señalización vertical
Un estudio canadiense concluyó que los tipos de objetos más lesivos para un motorista
que impactara con ellos, eran en orden creciente los postes, árboles, las barreras de seguridad,
y las alcantarillas o bordillos (Janík & Komáreková, 2012, pág. 72). Deducido de un conjunto
de investigaciones norteamericanas se llegó a la conclusión de que el riesgo de que un motorista
muera como resultado de un impacto con un árbol en lugar de impactar una barrera de seguridad
metálica es 2 veces superior, o sea, el doble. De manera similar, el riesgo de morir al golpear
un poste de señalización vertical, un poste de servicio público u otro tipo de soporte es 1,5
veces mayor que el riesgo de morir al golpear la misma barrera de seguridad metálica. En el
caso de las barreras de hormigón, el riesgo de morir al impactar con un árbol se eleva a 3,5
veces y a un 2,6 veces en los casos de postes o señales si se compara con una colisión con la
barrera de hormigón (Gibson & Benetatos, 2000; Grzebieta, Jama, Bambach, Friswell, &
Favand, 2010, pág. 21).
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 463
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
464 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 8. SINIESTROS VIALES CON IMPLICACIÓN DE V2RM
⃗⃗⃗⃗ = 𝒎 × 𝒂
𝑭 ⃗⃗ = ⃗⃗⃗⃗⃗
𝑭𝒇 + ⃗⃗⃗⃗⃗
𝑭𝒓
⃗⃗⃗⃗
𝑷 = 𝒎 × ⃗𝒈
⃗⃗
⃗⃗⃗⃗⃗⃗
𝑵𝒇 ⃗⃗⃗⃗⃗
𝑭𝒇 ⃗⃗⃗⃗⃗
𝑭𝒓
⃗⃗⃗⃗
𝑁𝑟
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 465
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
Hay que tener en cuenta otros factores que pueden ayudar a la tendencia a elevarse de los
vehículos de dos ruedas en los supuestos de frenada fuerte:
– En una pendiente en bajada, es mucho más fácil que se produzca el fenómeno
descrito y el despegue de la rueda trasera. Para tratar de reducir esta tendencia, el
motorista puede atrasar su cuerpo sobre los pedales para tratar de mantener el centro
de masas del conjunto lo más atrás posible.
– Cuando la fuerza de frenado aumenta, el centro de masas tiende a moverse hacia
adelante en relación con la rueda delantera, a medida que el cuerpo del motorista
avanza en relación con motocicleta y la horquilla delantera se comprime bajo carga,
cambiando geometría de la motocicleta, transfiriéndose parte de la carga hacia la
rueda delantera.
– Al final de una maniobra de frenada fuerte, cuando el conductor se detiene sin
caerse, la suspensión de la rueda delantera se descomprime y empuja el cuerpo del
motorista hacia hacía atrás.
Los valores de µ varían mucho dependiendo de varios factores:
– El material del que está hecho el terreno o la superficie de la carretera.
– Si la calzada está húmedo o seco.
– La rugosidad de la calzada.
– La dureza del terreno o de la calzada.
– La velocidad del vehículo, con un rozamiento que se reduce cuando circula a menos
de 50 km/h.
El coeficiente de rozamiento para las motocicletas, generalmente, oscila entre los valores
0,2-1,0, donde 0,25 representa una motocicleta con un carenado. Este tipo de motocicletas es
probable que se deslice más lejos que una motocicleta estilo crucero, que tiene más
componentes externos que oponen una mayor resistencia al deslizamiento. Por este motivo, se
adopta comúnmente un coeficiente de rozamiento medio de 0,5 para todo tipo de motocicletas.
Los intervalos máximo y mínimo del valor del coeficiente de rozamiento de una motocicleta en
una superficie se pueden consultar en la Tabla 61 (Lloyd, 2016, pág. 2).
Tabla 61: Coeficientes de rozamiento de motocicletas en diferentes superficies
466 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 8. SINIESTROS VIALES CON IMPLICACIÓN DE V2RM
El movimiento del cuerpo del motorista es muy semejante al descrito para el caso del
impacto con el lateral de un vehículo. En primer lugar el cuerpo del motorista se desplaza hacia
adelante por la acción de la fuerza de inercia hasta que sus piernas hacen tope con el depósito
de la gasolina. En ese momento se produce una elevación del centro de gravedad del conductor
y un movimiento hacia delante y hacia abajo de la cabeza lo que produce el giro del torso sobre
las manos que están sujetas sobre el manillar. Cuando la motocicleta se detiene
longitudinalmente y aumenta su tendencia al giro se acelera el movimiento de giro del cuerpo
del motorista que sale proyectado por encima del manillar cayendo al suelo e impactando con
los brazos o con la cabeza en el suelo. El movimiento sobre el suelo, generalmente, consiste en
rodar sobre la espalda para quedar en la misma dirección que llevaba sentado o tendido.
3.3.2 Caída lateral por arriba
Las caídas laterales por arriba suelen ocurrir durante una aceleración o una frenada. La
secuencia de eventos que llevan a estas caídas comienza cuando la fuerza longitudinal en el
neumático trasero, ya sea por aceleración o frenado, consume una cantidad de tracción
longitudinal disponible que deja a la motocicleta con una tracción lateral disponible
insuficiente para mantener su estabilidad lateral. Este efecto se acrecienta en las curvas, cuando
es vital para la motocicleta disponer de tracción lateral suficiente para poder continuar
realizando la trazada de la curva. También puede ocurrir durante una frenada lineal, si el
conductor frena con la fuerza suficiente para bloquear la rueda trasera. En cualquier caso, la
rueda trasera comienza a deslizarse lateralmente, la motocicleta desarrolla una rotación de
guiñada y la motocicleta y el conductor comienzan a inclinarse alejándose de la dirección de
desplazamiento. Si el ciclista suelta el acelerador o el freno trasero mientras esto ocurre,
entonces la fuerza longitudinal en la rueda trasera disminuirá rápidamente y dará como
resultado un aumento repentino en la tracción lateral disponible. Este aumento repentino en la
fuerza lateral en el neumático trasero puede llevar a la motocicleta y al ciclista a la dirección
opuesta a la inclinación inicial. El piloto a menudo se proyecta hacia arriba y sale lanzado por
el lateral de la motocicleta en la dirección de la fuerza de inercia (Rose, Carter, Pentecost, &
and Hashemian, 2017).
Después de una fase de vuelo generalmente no muy larga, el cuerpo del motorista impacta
con el suelo lateralmente con el hombro y la cabeza y posteriormente desliza hasta detenerse,
siempre y cuando no tenga otro impacto secundario con otro obstáculo o poste.
3.3.3 Caída lateral por abajo con derrape
La caída lateral por abajo con derrape es consecuencia de una dinámica típica causada
por un freno trasero excesivo. Cuando un vehículo de dos ruedas está en equilibrio dinámico,
la fuerza de fricción lateral que actúa sobre los neumáticos proporciona los valores necesarios
para equilibrar el momento generado por la carga vertical. Si se considera una motocicleta
entrando en una curva a una velocidad excesiva. Tan pronto como el motorista presiona con
fuerza en el freno trasero para reducir la velocidad del vehículo en la curva y mantener la
trayectoria, se genera una fuerza de rozamiento longitudinal. Normalmente, la presencia de
rozamiento longitudinal en la curva también afecta el comportamiento lateral del vehículo de
manera que se alcanza el equilibrio con un ángulo de deslizamiento lateral mayor que el
necesario en condiciones normales. En otras palabras, la fuerza lateral proporcionada a los
neumáticos se reduce en presencia de fuerza longitudinal y rozamiento longitudinal, por lo que
en estas condiciones la motocicleta tiende a aumentar el deslizamiento lateral. Si el motorista
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 467
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
no suelta el freno, la rueda trasera puede bloquearse y el deslizamiento trasero continúa hasta
que el ángulo de balanceo es tan grande que cualquier intento por parte del motorista de
recuperar la posición estable es inútil. La motocicleta está, ahora, fuera de control y termina
cayendo lateralmente. Posteriormente, la motocicleta se desliza por su lateral junto con el
motorista (Bonci, De Amicis, Longhi, & Lorenzoni, 2017, pág. 2066).
El cuerpo del motorista cae al suelo sin violencia y comienza a rozar con su superficie
con la pierna y la cadera del lateral hacia el que cae. Es posible que el pie, la rodilla y parte de
la pierna quede momentáneamente aplastada contra el suelo por la propia motocicleta hasta que
ambos se separen. Es posible que no exista ese atrapamiento de la pierna y que haya un golpe
en el brazo y el hombro del lateral por el que cae, para finalmente golpear con la cabeza en la
calzada. La motocicleta en este tipo de caída tiene tendencia a deslizar una distancia mayor que
el motorista, teniendo en cuenta el equipo que vista, y de los posibles impactos secundarios que
tengan tanto la motocicleta como el motorista.
La evidencia de las posiciones finales de reposo de la motocicleta y el conductor se puede
utilizar para establecer si el conductor estuvo implicado en una eyección de la motocicleta por
arriba o por abajo. En una caída por abajo, la motocicleta tenderá a deslizarse más lejos que el
conductor, mientras que en una caída por arriba, el conductor es lanzado fuera de la
motocicleta, recorriendo una distancia adicional sobre el suelo en una dirección similar a la
motocicleta, antes de hacer contacto con el suelo e iniciar el deslizamiento. Por lo tanto, en una
caída por debajo, la posición de reposo final del conductor puede estar más allá de la posición
final de la motocicleta. Además, en las caídas con mayor energía en la eyección es más probable
que el conductor se deslice y se caiga, lo que resulta en una mayor distancia recorrida desde la
ubicación de la eyección de la motocicleta, así como lesiones adicionales como lo demuestran
las fracturas, laceraciones y contusiones en varias regiones del cuerpo (Lloyd, 2016, pág. 2).
Una vez realizado el análisis biomecánico de las fases de cada una de las tipologías de
siniestros viales de motocicletas que han sido objeto de estudio, llega el momento de contrastar
los posibles contactos del cuerpo del conductor y, en su caso, el acompañante de la motocicleta,
tanto con el vehículo como con otros objetos o con el suelo, con las lesiones observadas en las
personas que han sufrido alguno de aquellos tipos de siniestros.
468 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 8. SINIESTROS VIALES CON IMPLICACIÓN DE V2RM
En España, en la primera década del Siglo XXI en el 72% de los siniestros viales en los
que esta implicada una motocicleta se producen heridos, mientras que en los vehículos de
turismo esta cifra es del 11,5% (Fundación Mutua Madrileña, 2011, pág. 2).
A nivel general, los estudios en profundidad sobre la materia afirman que el tórax, la
cabeza y las extremidades inferiores son las regiones anatómicas que más frecuentemente
resultan lesionadas en el grupo de las personas usuarios de motocicletas que resultan fallecidas
(Bellati, Cossalter, Lot, & Ambrogi, 2006, pág. 9; Bambach, Grzebieta, & McIntosh, 2010, pág.
23; Molinero, y otros, 2013, pág. 10). Sin embargo, cuando se miran todos los siniestros, sea
cual sea la gravedad de su resultado, las regiones corporales más lesionadas fueron las
extremidades inferiores y las extremidades superiores (ACEM, 2004; Forman, 2011, pág. 117).
Además, la pelvis y las extremidades superiores son a menudo objeto de lesiones graves debido
a la posición a horcajadas que lleva el conductor y sus interacciones con las diversas partes de
la motocicleta tanto en la maniobras evasivas como posteriormente en el impacto (Janík &
Komáreková, 2012, pág. 72).
A nivel europeo, hay varios proyectos y estudios que obtuvieron datos sobre las regiones
afectadas de los conductores de V2RM que habían sufrido un siniestro vial, en varios países
a comienzos de este siglo, y en los que se registraban las lesiones de los usuarios que habían
sido valoradas como superiores a AIS-1 y de los cuales se deduce que las extremidades
inferiores, seguidas por las extremidades superiores, son las más habituales. En la Figura 267
se exponen gráficamente dos estudios en profundidad sobre lesiones de cualquier gravedad que
corroboran la afirmación anterior, por más que exista una importante diferencia en los
porcentajes recogidos, quizás fruto de una diferente metodología.
Cabeza Cabeza
Cuello 18,4% (n=628) Cuello 11 %
1,1% (n=38) 4%
Columna Columna
Tórax Tórax
5,0% (n=171) 7,4% (n=254) 10 %
10 %
Extremidades sup Extremidades sup
24,3% (n=830) Abdomen 45 % Abdomen
4,1% (n=140) 5%
Pelvis
Pelvis
2,2% (n=75)
Figura 267: Distribución de lesiones de cualquier gravedad por regiones anatómicas en motoristas: izquierda
en Europa (ACEM, 2004, pág. 108), derecha en Francia (Serre, Masson, Martin, Perrin, & Thollon, 2010, pág.
6)
Sin embargo si se observan solamente las lesiones sufridas por los pasajeros de las
motocicletas, con exclusión de los conductores de las mismas, la cabeza se sitúa por delante de
las extremidades superiores (ACEM, 2004, pág. 118), lo cual puede estar directamente
relacionado con el uso del casco en los acompañantes dentro del casco urbano
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 469
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
Cabeza
Cuello 24,2% (n=55)
0% (n=0)
Columna
Tórax
4,4% (n=10)
3,5% (n=8)
Extremidades sup
18,1% (n=41) Abdomen
3,1% (n=7)
Pelvis
1,3% (n=3)
Extremidades inf.
32,2% (n=73)
Cuerpo completo
13,2% (n=30)
Figura 268: Distribución de lesiones de cualquier gravedad por regiones anatómicas en acompañantes en
motocicleta en Europa (ACEM, 2004, pág. 118)
Si se analizan las lesiones de mayor gravedad por regiones anatómicas los datos anteriores
para todas las lesiones varían considerablemente. En un estudio conjunto de la base de datos
en profundidad española DIANA y la del Hospital Universitario de Munich (LMU) con 66
casos de fallecimientos en motocicleta, los resultados fueron que el tórax, la cabeza y el
abdomen eran las partes más frecuentemente afectadas por las lesiones de mayor gravedad
(Molinero, y otros, 2013, pág. 10), datos que fueron contrastados con un estudio francés previo
con una muestra mucho mayor (Serre, Masson, Martin, Perrin, & Thollon, 2010, pág. 6), tal y
como puede verse en la
Cabeza
Cabeza
Cuello 29 % Cuello 44 %
4,5 %
Columna Columna
Tórax Tórax
0,5 % 10 %
47 % 50 %
Pelvis Pelvis
Figura 269: Distribución de lesiones de mayor gravedad por regiones anatómicas en motoristas: izquierda en
Alemania y España (Molinero, y otros, 2013, pág. 10), derecha en Francia (Serre, Masson, Martin, Perrin, &
Thollon, 2010, pág. 6)
En el estudio en profundidad más reciente llevado a cabo en Florencia los datos son
totalmente coherentes con los dos expuestos gráficamente en la Figura 269. Así, la cabeza
(40.0%), el tórax (70.0%), el abdomen (20.0%), la columna vertebral (2.5%), y los miembros
470 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 8. SINIESTROS VIALES CON IMPLICACIÓN DE V2RM
inferiores (37.5%) fueron las regiones del cuerpo donde se observó al menos una lesión
MAIS3+. El noventa por ciento de los motoristas sufrieron lesiones en el tórax. La cabeza fue
la segunda región con una alta frecuencia de lesiones graves, 16 de 40 personas con lesiones
MAIS3 +, seguida de las extremidades inferiores (Piantini, 2016, pág. 843).
La mayoría de los casos grabados en las bases son colisiones con otros vehículos (73%),
de los cuales los turismos son también mayoritarios (56%). En la base LMU casi todos los casos
son colisiones con otros vehículos, mientras que en DIANA los casos más frecuentes son
siniestros en los cuales está implicado solamente un V2RM (Molinero, y otros, 2013, pág. 10).
Al comparar las regiones anatómicas donde sufren las lesiones los conductores y usuarios
de los ciclomotores con los conductores y usuarios de motocicletas se observa que los primeros
solo tiene más lesiones en la cara y la zona externa, mientras que los segundos tiene más
lesiones en el tórax, el abdomen, la columna y los miembros superiores (Serre, Masson, Martin,
Perrin, & Thollon, 2010, pág. 7). En general, las fracturas represen el 63% de todas las lesiones,
seguidas de las lesiones internas (15%) y las heridas abiertas (7%) (Forman, 2011, pág. 117).
En concreto, cada tipo de lesión puede enumerarse, sin pretensión de exhaustividad, de la forma
siguiente:
– Contusiones
– Fracturas cerradas y abiertas.
– Dislocaciones
– Lesiones vasculares
– Esguinces
– Lesiones en los ligamentos y tendones
– Lesiones sistema nervioso
– Lesión cerebral traumática.
Respecto a los tipos de lesión, se registraron 393 (39.8%) heridas, 314 (31.8%)
contusiones, 156 (15.8%) fracturas cerradas, 56 (5.7%) fracturas abiertas, 30 (3.0%) )
dislocaciones, 17 (1,7%) lesiones vasculares, 17 (1,7%) esguinces, 9 (0,9%) lesiones de
ligamento, 7 (0,7%) lesiones de tendones y 5 (0,5%) lesiones nervioso (Debieux, Chertman,
Mansur, Dobashi, & Fernandes, 2010, pág. 354).
En números absolutos, los conductores de motocicletas ahora representan más muertes
que los pasajeros de cualquier otro tipo de vehículo involucrado en una colisión de barreras de
seguridad (Gabler, 2007, pág. 2). Algunas regiones anatómicas del cuerpo parecen lesionarse
con mayor frecuencia cuando se produce un impacto con una barrera de seguridad. Este es el
caso de la columna vertebral con el 26,7% de estos casos en comparación con el 5,6% para
todos los siniestros viales, y el abdomen con el 13,3% en comparación con el 4,8%, mientras
que las extremidades superiores e inferiores, así como el tórax se lesionan con menos frecuencia
que en promedio (Smart Project, 2012, pág. 15).
Al examinar la ubicación de las lesiones que suelen ser sufridas por los motoristas
durante los impactos con barrera de seguridad. Afirma que los tipos típicos de lesión observadas
son (Grzebieta, Jama, Bambach, Friswell, & Favand, 2010, pág. 3):
– Fracturas.
– Fracturas abiertas.
– Lesiones internas graves.
– Amputaciones.
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 471
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
Los impactos con los postes de las cercas de seguridad pueden causar lesiones graves a
través de la desaceleración del torso, la fractura de las extremidades u, ocasionalmente, la
decapitación. Además, los bordes irregulares de las vigas o cables de alambre proporcionan
numerosas superficies potencialmente lacerantes que sirven para acentuar el riesgo de lesiones
del ciclista. Las áreas más probables del cuerpo se lesionan en motociclistas debido a los
impactos de las vallas de seguridad. Estas son, en orden, las piernas, la cabeza y el tórax
(Grzebieta, Jama, Bambach, Friswell, & Favand, 2010, pág. 3)
La cabeza
Las lesiones en la cabeza son el tercer tipo más común de lesiones registradas en los
siniestros viales de V2RM, pero son más graves, por supuesto, que las lesiones de las
extremidades inferiores o superiores y muestran puntuaciones AIS más altas (Molinero, y otros,
2013, pág. 10). En algunos estudios las consideran la principal causa de muerte en los siniestros
viales en motocicleta (Lin & Kraus, 2009, pág. 711), sin embargo en otras investigaciones son
las lesiones torácicas las que ocupan este lugar.
Entre los motociclistas ingresados en el hospital, las lesiones más comunes en la cabeza
son las conmociones cerebrales, seguidas de contusiones o hemorragias cerebrales, fracturas
faciales y fracturas de cráneo (Lin & Kraus, 2009, pág. 711). En el estudio en profundidad de
Florencia 22 motoristas del total de 40 casos motociclistas sufrieron 82 lesiones en la cabeza.
El 64.6%) a órganos internos y 31.7% a cráneo. El cráneo sufrió lesiones principalmente en la
base (69,2%, 18/26) y la bóveda (26,9%, 7/26). El cerebro es el órgano interno de la cabeza
más sujeto a lesiones (96.2%, 51/53), mientras que las lesiones en el tronco encefálico y el
cerebelo fueron menos comunes. (Piantini, 2016, pág. 849).
Tabla 62: Distribución de la tipología de lesiones en la cabeza
TIPOS DE LESIONES NÚMERO PORCENTAJE
Contusión 15 28,3 %
Hemorragia intraventricular 10 18,9 %
Hematoma subdural 9 17,0 %
Hemorragía subaracnoidea 7 13,2 %
Hematoma intracerebral 4 7,5 %
Laceración 3 5,7 %
Neumoencéfalo 2 3,8 %
Otras lesiones 3 5,7 %
TOTAL 53 100 %
Entre los traumatismos craneales AIS3 + que podrían asignarse a un mecanismo de lesión,
el 48% de estos están asociados con un mecanismo de impacto traslacional, y el 37% está
asociado con un mecanismo de rotación (Molinero, y otros, 2013, pág. 10). Las lesiones
cerebrales son frecuentemente causadas por fuerzas de desaceleración, particularmente con
cinética rotacional. A medida que las partes fijas y no fijas del cuerpo, como el cráneo y el
cerebro, se mueven de manera diferente, pueden producirse lesiones por desaceleración, como
la lesión vascular multifocal, la lesión cerebral por conmoción cerebral o la lesión axonal difusa.
Las lesiones cerebrales como las fracturas de la base del cráneo y los hematomas intracraneales
se observan con mayor frecuencia en pacientes con lesión cervical superior que en aquellas con
lesión cervical media y baja (Lin & Kraus, 2009, pág. 711).
472 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 8. SINIESTROS VIALES CON IMPLICACIÓN DE V2RM
El primer contacto con el vehículo ha sido responsable del 55% de las lesiones en la
cabeza. El porcentaje residual se atribuyó al impacto secundario con la infraestructura. El cristal
del parabrisas fue la principal fuente de lesiones, seguido de los pilares y la puerta. Para los
impactos secundarios, el suelo de la calzada fue el elemento más lesivo. En cualquier caso en
la
OBJETO CON EL QUE NÚMERO PORCENTAJE
IMPACTA
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 473
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
Tabla 64: Distribución de objetos y elementos causantes de lesiones en la cabeza a los usuarios de las
motocicletas
474 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 8. SINIESTROS VIALES CON IMPLICACIÓN DE V2RM
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 475
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
En siniestros viales con implicación un solo V2RM, los motoristas que chocan contra
objetos fijos se enfrentan a más de un 90% de riesgo de lesión espinal. Los objetos fijos
comunes que generan alguna lesión de la columna vertebral fueron los postes, las farolas y las
barreras de seguridad. Además, este estudio ha demostrado que la lesión espinal entre los
motociclistas se correlaciona con el modo de configuración de la colisión. A pesar de que la
configuración de colisión con impacto lateral y frontal ocurrió con más frecuencia, el motorista
impactado en su parte trasera muestra el mayor riesgo de lesión espinal (Zulkipli Z. H., 2012,
pág. 238; Janík & Komáreková, 2012, pág. 72).
Las extremidades superiores
Las extremidades superiores son, después de las inferiores, las que mayor proporción de
lesiones leves registran (Piantini, 2016, pág. 849). En un trabajo de investigación llevado a cabo
en hospitales de Maryland, el treinta y cinco por ciento (759 de 2.151 pacientes) involucrados
en siniestros viales a bordo de una motocicleta sufrieron lesiones en las extremidades
superiores. Las lesiones distales se asocian con tasas de mortalidad más bajas, posiblemente
debido a un efecto de zona de deformación de las extremidades superiores distales que evita la
región de la cabeza y el cuello del impacto directo en las lesiones de cabeza. Las lesiones de la
cintura escapular fueron más comunes (n=433), seguidas de fracturas de antebrazo (n=272). La
tasa de mortalidad fue del 4% (n=87) para todas las admisiones de pacientes por estos hechos.
Las lesiones de las extremidades superiores son comunes en los CCM. Los pacientes con CCM
con lesiones en las extremidades superiores tienen más probabilidades de requerir servicios de
476 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 8. SINIESTROS VIALES CON IMPLICACIÓN DE V2RM
rehabilitación. En concreto, las probabilidades de requerir rehabilitación después del alta fueron
1, 82 veces más elevadas que cuando se sufrió cualquier lesión de otro origen en las
extremidades superiores (Paryavi, y otros, 2015, pág. 1021).
El tórax
Las regiones del tórax, la cabeza y las extremidades inferiores fueron las regiones
corporales más gravemente lesionadas entre el grupo con lesiones fatales. A modo de
recordatorio, la región torácica analizada consta de 12 costillas por lado y el esternón. Protege
las vísceras torácicas como el corazón, los pulmones y los grandes vasos.
Con respecto a los siniestros viales fatales o graves, el tórax es la región del cuerpo que
con mayor frecuencia obtiene la valoración máxima AIS (MAIS) (Molinero, y otros, 2013,
pág. 43). De hecho, las lesiones de tórax representaron el 49% del total de las de mayor
gravedad (AIS3 +) y el 81% de los motoristas recibieron al menos una lesión de tórax AIS3+.
Se ha observado que es probable que esta área registre lesiones potencialmente mortales, es
decir, alrededor del 30% de las lesiones de tórax a velocidades medias o altas tienen un valor
AIS igual o superior a 4 (Bambach, Grzebieta, & McIntosh, 2010, pág. 23).
En una investigación sobre este tema, el 23,5% de los motoristas involucrados en
colisiones con barreras de seguridad y el 16,7% de los implicados en caídas sufrieron al menos
una lesión en el tórax (Daniello & Gabler, Characteristics of injuries in motorcycle-to-barrier
collisions in Maryland. , 2012, pág. 95).
En el estudio en profundidad australiano con una muestra de 70 motoristas victimas de
siniestros viales, 40 recibieron una lesión en las costillas, 45 tuvieron
hemo/neumo/hemopneumo/tórax, 36 registraron al menos una lesión pulmonar, 20 tuvieron
lesiones concurrentes en las costillas y los pulmones con sangrado intratorácico, y 10 de esos
20 también tuvieron lesiones en otras vías torácicas órganos o vasos. Todas estas lesiones
fueron clasificadas por encima de AIS3. Además, hubo 13 lesiones de aorta (desgarros,
laceraciones, cortes transversales y rupturas), que generalmente son lesiones críticas. La
velocidad mínima de impacto para la ruptura aórtica fue de 63 km/h (Bambach, Grzebieta, &
McIntosh, 2010, pág. 27). Estos datos son coherentes con los observados en Italia y que son
mostrados en la Figura 259 (Piantini, 2016, pág. 848).
Tabla 68: Tipología de lesiones torácicas registradas en usuarios de V2RM
Las fracturas de clavícula no representan una gran amenaza para la vida, sin embargo las
secuelas y discapacidades asociadas a la lesión pueden ser graves. La pérdida de funcionalidad
asociada con esta lesión es elevada, tanto a corto como a largo plazo. Aproximadamente entre
un 7% y un 10 % de los conductores de motocicletas sufren al menos una fractura de clavícula
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 477
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
en los siniestros viales en las que están implicadas (Daniello & Gabler, Characteristics of
injuries in motorcycle-to-barrier collisions in Maryland. , 2012, pág. 95).
En relación con el tórax se consideran los siguientes mecanismos de lesiones (Molinero,
y otros, 2013, pág. 40):
– Trauma directo.
– Trauma indirecto: impacto en otras partes del cuerpo y luego transmitido al tórax,
excluyendo los impactos en la columna vertebral.
– Mecanismos inerciales por aceleración o desaceleración con ausencia de impacto.
Los conductores y pasajeros de motocicletas que sufrieron lesiones torácicas AIS2+ en
la base de datos MAIDS se analizaron para determinar los mecanismos de lesión. En oposición
a lo observado en el cuello y la columna vertebral, no se observa trauma indirecto entre los
ocupantes lesionados. Solo se encontraron dos mecanismos de lesión, impacto directo en
costillas e impacto en el esternón.
Las puertas, los parachoques y los pilares fueron las partes del vehículo que causaron más
lesiones a los motoristas, así como el impacto secundario en la calzada y en otros elementos
de la infraestructura. La distribución completa del estudio llevado a cabo en Florencia se
muestra a continuación (Piantini, 2016, pág. 848).
Tabla 69: Distribución de objetos y elementos causantes de lesiones torácicas a los usuarios de las motocicletas
OBJETO CON EL QUE IMPACTA NÚMERO PORCENTAJE
Parachoques frontal 15 15,96%
Cristal del parabrisas 6 6,38%
Puerta 19 20,21%
Pilar 13 13,83%
Marco del cristal del parabrisas 3 3,19%
Capó 7 7,45%
Otras partes del vehículo 5 5,32%
Calzada 19 20,21%
Barrera de seguridad 2 2,13%
Poste/farola 1 1,06%
Bordillo 1 1,06%
Otro elemento de la infraestructura 3 3,19%
TOTAL 94 100%
El tórax es la región del cuerpo que más protección necesita. Esta conclusión no solo se
basa en el alto porcentaje de lesiones graves, sino también en el hecho según el cual las lesiones
de tórax podrían poner en riesgo la vida de las personas (Piantini, 2016, pág. 849).
El abdomen
El abdomen presenta un porcentaje significativo de lesiones MAIS3 +, en la mayoría de
los estudios por detrás del tórax y la cabeza. En el estudio en profundidad de Florencia, 15 del
total de 40 motoristas sufrieron 28 lesiones abdominales. El 82% de las lesiones se localizaron
en los órganos internos y el 11% a los vasos. El bazo (43.5%), el riñón (26.1%) y el hígado
(17.4%) fueron los órganos internos más frecuentemente lesionados, sufriendo principalmente
hematomas y laceraciones (Piantini, 2016, pág. 247).
478 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 8. SINIESTROS VIALES CON IMPLICACIÓN DE V2RM
Las causas principales de estas lesiones fueron los impactos con otros vehículos (68.0%),
con la infraestructura (21.5%) y con su propio V2RM (10.5%). Los parachoques, el marco del
cristal del parabrisas y las puertas fueron las partes del otro vehículo que con mayor frecuencia
ocasionaron lesiones, así como el manillar del V2RM. En términos de infraestructura, el terreno
adyacente a la calzada fue el más peligroso (33.3%). En la Tabla 71 se puede consultar en
detalle los datos (Piantini, 2016, pág. 247).
Tabla 71: Distribución de objetos y elementos causantes de lesiones en el abdomen a los usuarios de las
motocicletas
La pelvis
Durante años, los investigadores han sabido que el tanque de gasolina juega un papel en
el potencial de lesión pélvica del conductor. Los estudios de tipos anteriores de motocicletas
han demostrado que los tanques de combustible que se elevan abruptamente desde el sillín
inmediatamente delante del conductor contribuyen a lesiones pélvicas graves en impactos
frontales (Hurt, Ouellet, & Thom, 1981, pág. 220).
Una de las lesiones que puede servir para distinguir al conductor de una motocicleta de
un pasajero de la misma son las contusiones y laceraciones alrededor del escroto, el perineo y
la región inguinal, conocidas como lesiones en el tanque de combustible (Janík & Komáreková,
2012, pág. 72).
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 479
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
Figura 270: Evidencias sobre la motocicleta y tipo de fractura observada en un motorista que ha golpeado el
tanque de la gasolina (Serre, Masson, Martin, Perrin, & Thollon, 2010, pág. 24)
Se ha demostrado que el potencial de lesión aumenta para la pelvis a medida que aumenta
el ángulo vertical del tanque de gasolina de la motocicleta y aumenta el Delta-V del impacto.
La fuerza promedio aplicada en la pelvis aumentó exponencialmente a medida que aumentó
el ángulo del tanque de gas. Este es un dato importante ya que una gran cantidad de diseños
actuales de motocicletas deportivas tienen tanques de gasolina que se elevan drásticamente
desde el asiento y, por lo tanto, están ubicados directamente frente a la pelvis del motorista
(Wobrock, 2006, pág. 371).
480 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 8. SINIESTROS VIALES CON IMPLICACIÓN DE V2RM
La complejidad de los siniestros viales en los que está implicada algún vehículo V2RM,
adjetivación sobre la que hay un amplio acuerdo, viene determinada por sus características
técnicas como vehículo y por el hecho de que después del impacto el cuerpo del conductor y,
en su caso, del ocupante se separan del V2RM siguiendo trayectorias postimpacto diferentes
en las que pueden interaccionar de múltiples maneras tanto con el otro vehículo implicado como
con la superficie del suelo donde finalmente acaban reposando.
Las circunstancias y condiciones que provocan esa complejidad pueden enumerarse, sin
pretender agotar todos los posibles aspectos, de la siguiente forma:
– Desde el punto de vista de la ingeniería mecánica, los V2RM son muy diferentes a
los vehículos de cuatro ruedas (Hurt, Ouellet, & Thom, 1981, pág. 14), el propio
modelo físico de la motocicleta, su estabilidad y la forma de conducirla, frenarla y
dirigirla es completamente diferente a los correspondientes al vehículo de cuatro
ruedas.
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 481
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
– La posición del conductor del vehículo V2RM es similar a la del ciclista, pero
completamente diferente a la de un peatón o cualquier otro conductor de otros
vehículos. Esta posición y el centro de gravedad del conductor y, en su caso, del
ocupante presentan variaciones según la marca y el modelo de motocicleta.
– Las interacciones posteriores del motorista, de la motocicleta y del otro vehículo
dependen considerablemente del punto de impacto y de la gran variedad de
orientaciones que los vehículos pueden presentar en la colisión (Arregui, 2015, pág.
15), que se han intentado clasificar sistemáticamente en este capítulo.
– La cinemática y la biodinámica postimpacto es muy compleja, ya que los pequeños
cambios en las variables de entrada afectan extraordinariamente al desarrollo del
siniestro, a los posibles impactos con el otro vehículo y a las posiciones finales de
las personas y vehículos implicados (Arregui, 2015, pág. 15).
Por los argumentos arriba enumerados y otros factores que hacen aumentar los niveles
de incertidumbre en los datos de entrada y en los cálculos posteriores, se debería tener en cuenta
que en las reconstrucciones de siniestros viales en los que están implicados vehículos V2RM
existen una serie de limitaciones que podrían citarse de la siguiente manera:
– La inspección ocular de la fase preimpacto del V2RM es diferente a la de los
vehículos de cuatro ruedas y al ser menos frecuente el personal investigador no
tiene tanta experiencia y destreza al llevarla a cabo. Conseguir niveles de calidad
adecuados en la información procedente de la escena del siniestro es
considerablemente más difícil que en las colisiones en las que no están implicadas
motocicletas.
– Existe una importante dependencia de la variabilidad de los datos en relación con
los resultados finales obtenidos, así pequeñas diferencias en la geometría de los
vehículos implicados se traducen en grandes variaciones en las trayectorias
(Arregui, 2015, pág. 15)
– Existen pocos experimentos de colisión de motocicletas Oullet) por lo que los
modelos matemáticos y empíricos están menos desarrollados que los
correspondientes a vehículos de cuatro ruedas
– Los maniquíes y los modelos matemáticos no reproducen con fidelidad
biomecánica la cinemática de los cuerpos de los motoristas implicados (Arregui,
2015, pág. 15)
– Los datos y modelos utilizados en la fase de preimpacto y postimpacto para las
deceleraciones y maniobras de la motocicleta tienen que ser objeto de
simplificaciones que, en determinadas circunstancias, pueden introducir un elevado
grado de incertidumbre en los resultados
En términos generales, una motocicleta pierde su velocidad en tres momentos diferentes:
durante la fase de frenado o deslizamiento previa al impacto, en el impacto por transformación
de la energía cinética en energía de deformación, y por el deslizamiento o movimiento posterior
al impacto. Los valores típicos o tabulados de desaceleración se pueden usar para los cálculos
de pérdida de velocidad previa y posterior al impacto, pero el análisis de las deformaciones y
daños causados por la colisión es mucho más complejo.
El análisis de velocidad en siniestros viales en los que están implicados de motocicleta
sigue siendo tanto arte como ciencia. A pesar de que la cantidad de información disponible sea
suficiente en términos de cantidad y calidad, la reconstrucción de la velocidad requiere una
482 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 8. SINIESTROS VIALES CON IMPLICACIÓN DE V2RM
selección juiciosa de una variedad de métodos y técnicas para estimar la velocidad que se intenta
exponer de forma ordenada a continuación.
Modelos empíricos
Estos métodos empíricos solo permiten realizar las primeras aproximaciones a la
estimación de la velocidad de la motocicleta y del otro vehículo en el momento de la colisión
entre ellos.
Como primera referencia se necesita conocer cómo se puede medir la deformación de una
motocicleta que ha sufrido un impacto en su frontal y a consecuencia del mismo por la
deformación de la horquilla delantera se ha producido una disminución de la longitud de su
batalla.
El procedimiento para determinar el acortamiento de la batalla de la motocicleta (∆𝑏)
consistiría en los siguientes pasos:
– Obtener el dato de la batalla (b) original de la marca y modelo de motocicleta,
considerada como la longitud entre el eje delantero y el eje trasero a las alturas del
centro de las respectivas ruedas.
– Situar de pie la motocicleta después del impacto y marcar el eje trasero y el
delantero por su proyección lateral en el suelo
– Medir la distancia del eje delantero al eje trasero sobre el suelo, que se denominará
acortamiento de la batalla (∆𝑏) y será la deformación tenida en cuenta para
formulas y ecuaciones.
– Comprobar midiendo con cinta directamente de tornillo central de la rueda del eje
delantero a tornillo central de la rueda del eje trasero la distancia anterior.
En el caso de disponer solamente de fotografías de la motocicleta dañada por el impacto
y fotografías o dibujos a escala de la motocicleta original, la medición se haría en un programa
de dibujo técnico o fotogrametría escalando cada fotografía y superponiéndolas para poder
realizar la medición con la herramienta destinada a tal fin del programa informático utilizado.
Figura 271: Proceso gráfico de medición del acortamiento de la batalla de una motocicleta
Este procedimiento gráfico puede utilizarse para comprobar los datos de campo obtenidos
en la medición y para documentar las mediciones realizadas. Solamente se podrá utilizar como
método único cuando no sea posible acceder directamente a la motocicleta siniestrada o sea una
investigación pericial retrospectiva.
5.1.1 Solamente a través de los daños en la motocicleta
Severy, dirigió a finales de los años sesenta, una serie de siete experimentos de colisión
de motocicletas de la época contra barreras rígidas, en un intento por relacionar la cantidad de
deformación de la horquilla de la motocicleta con su velocidad al impactar con un vehículo o
con un objeto.
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 483
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
484 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 8. SINIESTROS VIALES CON IMPLICACIÓN DE V2RM
Donde:
– A es una constante de valor 5,74 Km/h cm.
– B es una constante de valor 5,08 Km/h.
– ∆𝑏𝑚𝑐 es la disminución de la batalla de la motocicleta debida a la deformación de
la horquilla delantera en centimetros.
Las regresiones obtenidas tienen un coeficiente de determinación en torno a 0,684, lo que
indica que el ajuste de los modelos con los ensayos puede calificarse como aceptablemente
bueno, no obstante hay que tener en cuenta el limitado número de experimentos de la muestra.
En el año 2009, se volvieron a estudiar los datos publicados correspondientes a 43
experimentos de colisión contra barrera de V2RM, de ellos 25 eran ciclomotores y 18
motocicletas, con modelos de 14 marcas diferentes cuyos años de fabricación variaban desde
1980 a 2009. Todos estos ensayos fueron seleccionados de forma que la velocidad de impacto
oscilo entre los 10 km/h a los 76 km/h y la horquilla delantera del V2RM no se rompió sino
que solo se deformó, tampoco se quebró la rueda delantera (Wood, Glynn, & Walsh, 2009,
pág. 737).
En primer lugar se midió la energía específica (𝐸𝑚𝑐 /𝑀𝑚𝑐 ) de cada colisión en función
de la deformación observada en la motocicleta. Una vez que se consiguieron los datos
correspondientes a todos los ensayos se obtuvieron la siguientes expresiones, en Julios por
kilogramo, para las motocicletas y los ciclomotores (Wood, Glynn, & Walsh, 2009, pág. 744).
𝐸𝑚𝑐
Motocicletas: = 733,3 × (∆𝑏𝑚𝑐 + 0,1)1,98
𝑀𝑚𝑐
𝐸𝑚𝑐
Ciclomotores: = 569,6 × (∆𝑏𝑚𝑐 + 0,1)1,81
𝑀𝑚𝑐
Donde:
– ∆𝑏𝑚𝑐 es la disminución de la batalla de la motocicleta debida a la deformación de
la horquilla delantera en metros.
Para hallar la velocidad de impacto de la motocicleta solo se tenía que igualar la Energía
cinética con la Energía específica y utilizar la expresión, que nos devuelve su valor en metros
por segundo:
𝐸𝑚𝑐
𝑣𝑚𝑐 = √2 × ( )
𝑀𝑚𝑐
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 485
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
Donde:
– A es una constante de valor 137,97 Km/h cm.
– B es una constante de valor 14,22 Km/h.
– ∆𝑏𝑚𝑐 es la disminución de la batalla de la motocicleta debida a la deformación de
la horquilla delantera en metros.
Las regresiones obtenidas tienen un alto coeficiente de determinación 𝑟 2 , lo que indica
que el ajuste de los modelos con los ensayos puede calificarse como bueno (Francois, 2014 ,
pág. 6), no obstante hay que tener en cuenta el limitado número de experimentos de la muestra.
Además como limitación añadida debe observarse que los experimentos de colisión eran con
barreras rígidas y no con vehículos o estructuras similares a los mismos.
En conclusión, estas fórmulas se pueden utilizar como primera aproximación a la
estimación de la velocidad de impacto de la motocicleta y su uso es especialmente útil cuando
no se haya tenido la oportunidad de medir las deformaciones del vehículo y solamente se cuente
con los datos referentes al acortamiento de la batalla de la motocicleta.
5.1.2 A través del estudio de los daños en la motocicleta y en el vehículo impactado
A raíz de las críticas realizadas a la fórmula de Severy, se intentó introducir la
deformación del vehículo como variable a partir de nuevos experimentos de colisión realizados
con motocicletas más modernas.
Limpert aportó varias ecuaciones para determinar la velocidad de una motocicleta que
impacta con su rueda delantera en un vehículo, la última de las cuales combinaba la reducción
de la batalla de la motocicleta con la penetración máxima de la deformación en el vehículo para
dar como resultado la velocidad de la motocicleta en kilómetros por hora (Limpert, 1994)
Donde:
– ∆𝑏𝑚𝑐 es la disminución de la batalla de la motocicleta debida a la deformación de
la horquilla delantera en centímetros.
– 𝐶𝑚𝑎𝑥 es la máxima deformación por intrusión en el vehículo en centímetros.
– 𝑀𝑚𝑐 es la masa de la motocicleta en kilogramos.
Además de introducir como dato la deformación máxima del vehículo y vistas las
diferencias existentes en el resultado final entre los impactos de la motocicleta en las zonas
duras del vehículo (pilares y ejes) y en las zonas blandas (aleta, puertas o lateral trasero), se
consideraba necesario introducir valores constantes diferentes para unas zonas y otras. En las
zonas duras se añaden 10 cm a cada lado de los pilares y los ejes para considerar la zona del
impacto como dura.
Fruto de este esfuerzo, se consiguió un modelo CAARS más sofisticado que establecía la
velocidad de la motocicleta en el momento del impacto con arreglo a los siguientes términos
(CAARS, 2004):
𝑣𝑚𝑐 = (𝐴 × ∆𝑏𝑚𝑐 ) + (𝐶𝑚𝑎𝑥 × 𝐵) + 𝐷
486 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 8. SINIESTROS VIALES CON IMPLICACIÓN DE V2RM
Donde:
– A es una constante de valor 1,2672 Km/h cm (zonas blandas) y 1,5840 Km/h cm
(zonas duras)
– B es una constante de valor 1,1404 Km/h cm (zonas blandas) y 1,2038 Km/h cm
(zonas duras).
– D es una constante de valor 3,2186 Km/h (zonas blandas) y 7,2420 Km/h (zonas
duras).
– ∆𝑏𝑚𝑐 es la disminución de la batalla de la motocicleta debida a la deformación de
la horquilla delantera en centímetros.
– 𝐶𝑚𝑎𝑥 es la máxima deformación por intrusión en el vehículo en centímetros.
El porcentaje de error en el uso del modelo CAARS se encuentra comprendido en el rango
que va desde el 22,28 % al -35,75%, sin embargo, la inmensa mayoría de los resultados de los
experimentos realizados se encuentran dentro de un rango de error de ±15 % (Ogden &
Kloberdanz, 2012, pág. 13).
En 2008, en la Conferencia de ARC-CSI se realizaron una serie de experimentos de
colisión entre motocicletas y vehículos de cuatro ruedas y se publicó un modelo que contenía
la siguiente formula (ARC-CSI, 2008; Ogden & Kloberdanz, 2012, pág. 10):
𝑣𝑚𝑐 = (𝐴 × (∆𝑏𝑚𝑐 + 𝐶𝑚𝑎𝑥 ) + 𝐵
Donde:
– A es una constante de valor 0,9208 Km/h cm (zonas blandas) y 1,0058 (zonas
duras)
– B es una constante de valor 16,2929 Km/h (zonas blandas) y 23,6895 Km/h (zonas
duras).
– ∆𝑏𝑚𝑐 es la disminución de la batalla de la motocicleta debida a la deformación de
la horquilla delantera en centimetros.
– 𝐶𝑚𝑎𝑥 es la máxima deformación por intrusión en el vehículo en centímetros.
El porcentaje de error en el uso de esta ecuación se encuentra comprendido en el rango
que va desde 16,86% a -15,21%, sin embargo, la inmensa mayoría de los resultados de los
experimentos realizados se encuentran dentro de un rango de error de ±10 % (Ogden &
Kloberdanz, 2012, pág. 12).
En 2018, se volvió a revisar la relación de la velocidad de impacto de la motocicleta, en
kilómetros por hora, con la disminución de la batalla de la motocicleta y con la máxima
longitud de penetración de la deformación en el vehículo, pero esta vez se establecieron cuatro
zonas diferentes de impacto los ejes, los pilares, las puertas y las aletas (Peck, Manning, Bartlett,
Dickerson, & Deyerl, 2018):
𝑣𝑚𝑐 = (𝐴 × (∆𝑏𝑚𝑐 + 𝐶𝑚𝑎𝑥 ) + 𝐵
Donde:
– A es una constante de valor 1,3686 Km/h cm (eje), 0,8617 Km/h cm (pilar), 0,9504
Km/h cm (puerta) y 0,7983 Km/h cm (aletas).
– B es una constante de valor 27,8899 Km/h (eje), 31,3821 Km/h (pilar), 14,9186
Km/h (puerta) y 36,9343 Km/h (aletas).
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 487
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
488 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 8. SINIESTROS VIALES CON IMPLICACIÓN DE V2RM
cuales la deformación no alcanza ese valor (Francois, 2014 , pág. 8), pero a costa
de la precisión y exactitud de la estimación.
– La limitación superior de la velocidad de impacto se debe a que el conjunto
delantero de la motocicleta, horquilla y rueda, no puede haberse roto en el impacto
y por lo tanto debe haber sufrido una deformación plástica (McNally & Bartlett,
2002, pág. 22). Observando el parque de motocicletas vemos que en su mayoría la
deformación máxima posible del conjunto delantero está acotado en deformaciones
menores a los 0,4 m, ya que por encima de esa distancia la rueda impacta contra el
bloque del motor y cambia la relación con la deformación permanente observada
(Francois, 2014 , pág. 8).
– Los diseños y los materiales empleados en la rueda delantera y la horquilla de la
motocicleta pueden afectar a la exactitud y precisión de esta metodología (McNally
& Bartlett, 2002, pág. 22), ya que el uso del aluminio en lugar del acero puede
modificar los valores de las constantes a emplear en las correspondientes
ecuaciones. Cuanto más rigidez presente el conjunto delantero de la motocicleta
más deformación se observará en el vehículo impactado y se modificará el
equilibrio de la energía disipada en el impacto en esas deformaciones (Ogden &
Kloberdanz, 2012, pág. 12).
Cuando se utilizan hojas de cálculo con todas las ecuaciones y valores detallados, la media
y la desviación estándar de la totalidad de los resultados se encuentran en unos valores
francamente buenos siempre y cuando la metodología haya sido empleada de forma adecuada
y las mediciones realizadas de las deformaciones sean precisas.
Con este primer análisis como referencia, existen otros métodos teóricos y experimentales
que pueden aplicarse a las colisiones entre motocicletas y vehículos para calcular las
velocidades de impacto y otros datos de interés en relación con el modelo MOSES.
Aplicación del Principio de Conservación del Momento Lineal a las
colisiones entre motocicletas y vehículos
Durante un largo periodo de tiempo ha existido cierta controversia sobre la posibilidad y
oportunidad de utilizar correctamente el Principio de Conservación del Momento Lineal
(PICOMOL) para estimar la velocidad de las motocicletas implicadas en una colisión con un
vehículo de motor (Masory, Bartlett, & Wright, 2012 , pág. 1), afortunadamente esta discusión
está superada, aunque las aportaciones realizadas por diferentes autores e investigadores han
servido para matizar y afinar las condiciones y circunstancias en las que es adecuada la
aplicación del citado principio.
En uno de los manuales de reconstrucción de siniestros viales se puede leer que
“ocasionalmente el análisis de los momentos puede utilizarse”, aunque esta técnica
“raramente… funciona bien” a la hora de calcular con precisión la velocidad de impacto de la
motocicleta (Fricke & Riley, 1990).
En 1990, otros conocidos autores norteamericanos escribieron que un análisis de los
momentos “podía algunas veces utilizarse en siniestros viales en los que estaban implicadas
motocicletas” y daban un ejemplo gráfico de un diagrama de momentos vectoriales de una
colisión entre una motocicleta y un automóvil (Brown & Obenski, 1990).
En algún manual de investigación de siniestros viales específico para aquellos en los que
están implicadas motocicletas colocó el PICOMOL como uno de los métodos para calcular la
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 489
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
velocidad de ambos vehículos en el momento del impacto, a la vez que afirmó que generalmente
es complicado utilizar el análisis de momentos lineales entre vehículos con grandes diferencias
de peso, ya que incluso con una proporción de dos a uno puede ser problemático (Fricke &
Riley, 1990; Obenski & Hill, 2002, pág. 122).
Ese mismo año, un trabajo clave presentado en el Instituto de Gestión y Tecnología
Policial (IPTM) de la Universidad del Norte de Florida analizó en detalle la aplicación de los
principios de conservación del momento lineal y angular a los siniestros viales en los que
estaban implicados. De acuerdo con este estudio, el uso del análisis de sensibilidad permite al
investigador determinar si se debería aplicar la técnica del análisis del momento lineal o si se
debería renunciar a su empleo en favor de otros métodos de cálculo de la velocidad (McNally
& Bartlett, 2002).
En una investigación comparativa, entre los datos obtenidos sobre la velocidad de impacto
de una motocicleta y un automóvil en tres experimentos de impacto utilizando el PICOMOL,
el programa informático SMAC y el programa informático PC-Crash, se concluyó que el
método de análisis de momentos funcionaba bien en los tres experimentos bajo todas las
condiciones. Sin embargo, cuando solo se está moviendo un vehículo en el momento de la
colisión, por ejemplo el impacto entre una motocicleta en movimiento y un vehículo parado o
casi parado, es muy sensible a pequeñas variaciones en los parámetros correspondientes al
vehículo en movimiento (Deyerl & Cheng, 2007).
En base a lo anterior se formulan las siguientes recomendaciones y cautelas para utilizar
adecuadamente el PICOMOL a la reconstrucción técnica de colisiones entre vehículos y
vehículos V2RM:
– La frecuente proporción desfavorable de masas pueden impedir una reconstrucción
exacta y precisa (Obenski & Hill, 2002, pág. 122), incluso con una proporción de
dos a uno en esa relación de masas. en cambio, hay que reconocer que puede ser
una herramienta útil en estos casos cuando se usaba con cautela y se adopta como
criterio de verificación un análisis de la sensibilidad del análisis del momento lineal
a los cambios en las variaciones de las configuraciones de impacto y las trayectorias
postimpacto (Niederer, 1990).
– Los ángulos de entrada y salida son datos muy sensibles cuando las trayectorias de
aproximación son próximas a la colinealidad o sea cuando esos ángulos son
pequeños (Fricke & Riley, 1990).
– Vehículos en movimiento. Cuando ambos vehículos se están moviendo, este
método es más sensible a los cambios o variaciones en la velocidad de impacto del
vehículo que tiene mayor masa (Deyerl & Cheng, 2007).
– Desplazamiento postimpacto a distancias pequeñas del punto de impacto. Cuando
la distancia del desplazamiento postimpacto es menor a quince metros se convierte
en una variable sensible a los cambios.
El primer método teórico para calcular las velocidades de circulación e impacto de un
vehículo de motor y de una motocicleta que han colisionado en alguna de las posibles
configuraciones que se han detallado en este Capítulo es aplicar el Principio de Conservación
del Momento Lineal (PICOMOL).
490 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 8. SINIESTROS VIALES CON IMPLICACIÓN DE V2RM
Figura 272: Colisión entre un motorista conduciendo una motocicleta y un vehículo de motor
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 491
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
una desviación estándar de 0,140 y a continuación combinaron estos datos con los
de otras investigaciones publicadas y este nuevo análisis dio un valor de 0,48 con
una desviación estándar de 0,134 (Bartlett, Baxter, & Robar, 2007). En otro
conjunto de experimentos con motocicletas con carenados laterales de plástico el
resultado fue un coeficiente de rozamiento medio de 0,45 con una desviación
estándar de 0,09 (Peck, Focha, & Gloekler, 2014). Por este motivo se utilizará con
carácter general el valor de 0,5 para este coeficiente.
– Coeficiente de rozamiento del cuerpo del conductor durante su trayectoria (𝜇c ). Los
investigadores que analizaron el movimiento de los peatones sobre la calzada
determinaron un rango de valores para este coeficiente que va desde los 0,37 a los
0,75 (Bambach & Grzebieta, 2014, pág. 15). En concreto, Searle utiliza un valor de
0,66 en el caso de un peatón atropellado que sigue una trayectoria sobre una
superficie de asfalto. Sin embargo, para la trayectoria completa de un motociclista
desde el punto de impacto hasta su posición final se puede utilizar un coeficiente de
rozamiento medio de 0,6.
En este caso, es necesario comprobar que la solución alcanzada tiene coherencia interna
con los valores de la Energía de Deformación del vehículo y de la motocicleta y con el
coeficiente de restitución de la colisión. Además, es recomendable utilizar otro método de
cálculo para verificar si la solución alcanzada concuerda con el resto de evidencias y
testimonios recogidos a lo largo de la investigación.
Estudio del movimiento de rotación del vehículo impactado
En algunas configuraciones de impacto de la motocicleta en otro vehículo permite
calcular su velocidad de impacto analizando en profundidad la rotación sufrida por el vehículo.
Cuando la motocicleta impacta en un punto del vehículo en una dirección que se encuentra a
una distancia perpendicular al eje longitudinal o transversal que pasa por su centro de gravedad
entonces hace rotar el vehículo sobre su centro de gravedad o sobre el punto medio del eje del
vehículo más alejado del punto de impacto.
De acuerdo con los principios de la mecánica de cuerpos rígidos, cuando se aplica una
fuerza de colisión a un vehículo de manera que la fuerza resultante no pase a través del centro
de masa de uno o ambos vehículos en colisión, esa fuerza genera un momento que tiende a
producir una rotación a uno de ellos o a ambos objetos en colisión.
En aquellas colisiones donde se ha producido la documentación adecuada del giro
postcolisión de los vehículos, se pueden completar los cálculos de velocidad basados en esta
rotación. La precisión de los cálculos, al igual que con todos los cálculos de reconstrucción,
depende de la calidad de la información disponible para el investigador (McNally & Bartlett,
2002, pág. 9)
Para poder analizar la rotación de los cuerpos sólidos, en primer lugar hay que calcular
el momento de inercia del cuerpo de que se trate en relación con un eje situado en el centro de
rotación del mismo. La determinación del momento de inercia de masa para un objeto de forma
geométrica homogénea es bastante sencilla. Sin embargo, debido a la complicada forma y
distribución masiva de los vehículos de motor, es mejor utilizar una formula teórica con la
corrección de un coeficiente empírico, por ejemplo para turismos esta es la expresión utilizada
por PC-Crash y V-Crash (Spit, 2000, pág. 18).
492 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 8. SINIESTROS VIALES CON IMPLICACIÓN DE V2RM
Donde:
– 𝑚𝑣 (kg) es la masa en vacio del vehículo.
– 𝑏 (m) es la batalla del vehículo.
– 𝐿 (m) es la longitud total del vehículo.
Esta relación es válida para vehículos con una masa total comprendida entre los 700 kg y
los 1500 kg.
Para vehículos de masa superior y camiones, los programas de simulación PC-Crash y V-
Crash utilizan la relación teórica clásica que asimila el vehículo a una lámina rectangular de
dimensiones exactas a su planta rectangular, de tal forma que la ecuación sería (Spit, 2000, pág.
18):
𝐴2 +𝐿2
𝐼𝑐𝑑𝑔 = 𝑚𝑣 × Ecuación 98
12
Donde:
– 𝑚𝑣 (kg) es la masa en vacio del vehículo.
– 𝐴 (m) es la anchura total del vehículo (vía máxima).
– 𝐿 (m) es la longitud total del vehículo.
Sin embargo, llegado a este punto, hay que diferenciar dos casos posibles: por un lado, el
caso de una motocicleta que impacta en un ángulo perpendicular o casi perpendicular con el eje
longitudinal del vehículo y, por otro lado, el supuesto en el que el ángulo en lugar de ser
ortogonal sea menor de 90 grados.
5.3.1 Colisión de una motocicleta frontal angular ortogonal lateral con otro
vehículo
En el caso de un impacto de la parte frontal una motocicleta con el lateral de un vehículo,
tal y como puede verse en la Figura 273, la fuerza aplicada (⃗⃗⃗𝐹𝑖 ) que se encuentra desalineada
con respecto al centro de gravedad del vehículo una cierta distancia (𝑑𝑖 ), producirá un momento
(M) alrededor del eje perpendicular al plano del vehículo situado en su centro de gravedad y
una fuerza resultante aplicada en ese mismo punto (⃗⃗⃗ 𝐹𝑖 ). Esta fuerza y el correspondiente
momento producirán un movimiento de traslación lineal y otro de rotación al vehículo (Ogden
& Kloberdanz, 2012, pág. 3).
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 493
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
y y
𝒅𝒊
⃗⃗⃗⃗
𝑭𝒊
⃗⃗⃗⃗
𝑭𝒊
x x
𝑴 = 𝒅𝒊 𝑭𝒊
𝒅𝒊
⃗⃗⃗⃗
𝑭𝒊
Figura 273: Configuración de la colisión del frontal de una motocicleta ortogonalmente con el lateral de un
vehículo
Donde:
– 𝑚𝑣 (kg) es la masa del vehículo.
– 𝑚𝑚 (kg) es la masa de la motocicleta junto a la del conductor dependiendo de las
circunstancias del impacto.
– 𝑑𝑖 (m) es la distancia del punto de impacto de la motocicleta en el vehículo a su
cdg.
– 𝐼𝑣 (kg m2) es el momento de inercia del vehículo sobre su cdg.
– 𝜃 (rad) es el angulo que gira el eje longitudinal vehículo desde su posición inicial
hasta su posición final.
– 𝜇𝑣 es el coeficiente de rozamiento de los neumáticos del vehículo sobre la superficie
en la que gira.
494 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 8. SINIESTROS VIALES CON IMPLICACIÓN DE V2RM
En las ecuaciones utilizadas existen dos elementos que hay que estimar de una forma
adecuada en función de las circunstancias del impacto de la motocicleta y de las características
del vehículo y del giro realizado sobre la superficie de la vía:
– Si el cuerpo del conductor de la motocicleta impacta con el costado del vehículo
objetivo, entonces debería considerarse el peso total del conductor con el peso de
la motocicleta en el impacto. Si hay evidencia de deformación del manillar o del
tanque debido al contacto del conductor de la motocicleta con la motocicleta, pero
no hay contacto entre el conductor y el vehículo, entonces se agrega entre un tercio
(1/3) y dos tercios (2/3) del peso del conductor al peso de la motocicleta.
Finalmente, el peso del conductor no se tiene en cuenta, si su cuerpo es proyectado
al aire sin impactar con el vehículo y sin entrar en contacto con los componentes de
la motocicleta, principalmente el tanque de la gasolina y el manillar, durante esa
proyección.
– En el rozamiento debido al movimiento rotacional se tiene en cuenta la distribución
del peso del vehículo, así como si las ruedas están bloqueadas o giran libremente a
medida que el vehículo gira debido a la fuerza de impacto. Se ha establecido una
curva que relaciona la cantidad de giro con el coeficiente de rozamiento rotacional
para vehículos que no tienen los frenos aplicados en el impacto (Keifer, Conte, &
Reckamp, 2007).
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 495
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
0,8
RAZÓN DE ROZAMIENTO (n = fr / f)
0,7
0,6
0,5
0,4
0,3
Vehículo grande
0,2 Vehículo medio
Vehículo pequeño
0,1 Curva combinada
Figura 274: Grafica de normalización del coeficiente de rozamiento en giros debido al movimiento rotacional
(Keifer, Conte, & Reckamp, 2007)
⃗⃗⃗⃗⃗⃗⃗⃗⃗⃗⃗⃗⃗
𝑃𝐷𝑂𝐹
Eje 𝑑𝑖
⃗⃗⃗⃗⃗
𝑉𝑉
𝑐𝑑𝑔
𝑑𝑟
𝜃
⃗⃗⃗⃗⃗⃗⃗⃗⃗⃗⃗⃗⃗
𝑃𝐷𝑂𝐹
⃗⃗⃗⃗⃗
𝑉𝑚
Figura 275: Planteamiento del caso general de impacto de una motocicleta en el lateral de un vehículo
496 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 8. SINIESTROS VIALES CON IMPLICACIÓN DE V2RM
aplicado al vehículo hace que el eje más cercano al punto de impacto de la motocicleta se
deslice, mientras que el centro del eje más alejado actúa como punto de pivote.
Cuando se produce este tipo de movimiento de giro del vehículo se puede calcular el
momento transmitido por la motocicleta al vehículo de la siguiente manera:
𝑀 = 𝑏 × 𝑚𝑣 × µ𝑣
Donde:
− M: Momento de giro provocado por los neumáticos que se deslizan lateralmente
− 𝑚𝑣 : Peso en el eje más cercano al punto de impacto de la motocicleta en el lateral
del vehículo
− b: Distancia entre ejes del vehículo
− µ𝑣 : Coeficiente de rozamiento del neumático con la calzada
El segundo paso de este análisis rotacional consiste en calcular la velocidad angular del
vehículo inmediatamente después del impacto. Esto puede realizarse aplicando el Principio de
Conservación de la Energía de la siguiente forma:
1
× (𝐼𝑐𝑑𝑔 + 𝑚𝑣 × 𝑑𝑟2 ) × 𝜔2 = 𝑀 × 𝜃
2
Las variables en la ecuación anterior incluyen el valor del momento de inercia para el
automóvil, que puede estimarse razonablemente como ya se ha explicado anteriormente.
Después se aplicará el Teorema de Steiner para determinar el momento de inercia del vehículo
mientras gira sobre uno de sus ejes, en lugar de girar sobre su centro de masas.
Despejando la velocidad angular del vehículo, se tiene que su valor en este caso sería:
2×𝑀×𝜃
𝜔=√
𝐼𝑐𝑑𝑔 + 𝑚𝑣 × 𝑑𝑟2
Donde:
− 𝜔: Velocidad angular del vehículo en radianes/segundo
− 𝑀: momento del vehículo debido a la fuerza de impacto cuando gira sobre la mitad
del eje más alejado al punto de impacto de la motocicleta.
− 𝑚𝑣 : Masa del vehículo
− 𝐼𝑐𝑑𝑔 : Momento de inercia del vehículo
− 𝜃: Ángulo de rotación del vehículo en radianes.
− dr: Distancia del eje más alejado desde el contacto hasta el centro de masas.
El tercer paso en este análisis es determinar la cantidad de momento aplicada al automóvil
durante la colisión para producir una determinada velocidad angular. Esto se puede conseguir
aplicando la Segunda Ley de Newton al giro, de la siguiente forma:
𝑀 × ∆𝑡 = 𝐼𝑒𝑗𝑒 × (𝜔𝑓 − 𝜔𝑜 )
Usando el valor del momento que actúa sobre el vehículo para producirle una rotación,
se puede determinar la cantidad de fuerza que actúa sobre el vehículo dividiendo ese momento
por distancia de aplicación de la fuerza, que se determina midiendo la distancia (𝑑𝑝𝑑𝑜𝑓 )
perpendicular desde la recta marcada por la dirección de fuerza principal (PDOF) hasta el centro
de masas del vehículo.
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 497
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
Donde:
′
− vm (m/s) velocidad postimpacto de la motocicleta.
− β (rad) ángulo de entrada de la motocicleta en el POI.
− θ (rad) angulo de salida de la motocicleta desde el POI.
Con este método alternativo, utilizando el momento de la fuerza de impacto de la
motocicleta y el momento de inercia del vehículo, se puede llegar a calcular la velocidad de
impacto de la motocicleta.
Modelos teóricos físico-matemáticos de proyección del conductor de la
motocicleta
Para la reconstrucción analítica de una colisión de un vehículo con un V2RM, y para
algunas otras colisiones con barreras de seguridad, se suelen utilizar las ecuaciones del
movimiento de una partícula, idealizando la proyección del comportamiento del cuerpo del
conductor u ocupante del V2RM, que tras describir una trayectoria parabólica por el aire se
desliza o rebota sobre una superficie hasta alcanzar su posición final.
498 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 8. SINIESTROS VIALES CON IMPLICACIÓN DE V2RM
Con todo para poder aplicar esta metodología es necesario plantear una serie de premisas
y cautelas a la hora de poder emplearlo:
− Cuanto más limpia y sin rozamiento sea la eyección del conductor u ocupante de la
motocicleta y cuantos menos obstáculos tenga en su trayectoria hasta su total
detención más precisos serán los resultados obtenidos por este método. De hecho,
el informe MAIDS afirmó que bastantes conductores de V2RM botan, ruedan o
deslizan desde el punto de impacto hasta su posición final, con un pequeño
porcentaje que tienen impactos secundarios con otros objetos antes de alcanzar su
posición final (Molinero, y otros, 2013, pág. 12).
− No se puede aplicar a aquellos casos en los cuales la cabeza o el cuerpo del
conductor u ocupante de la motocicleta ha impactado plenamente con el vehículo o
con otro obstáculo que le ha impedido completar su trayectoria.
− Si el impacto secundario del cuerpo no es al comienzo de la trayectoria, se puede
utilizar esta metodología como primera aproximación a su velocidad de salida, ya
que no se podría tener en cuenta la energía cinética que se ha consumido en este
segundo impacto.
− No se debería aplicar esta metodología, si la marca y el modelo de motocicleta, por
su diseño o configuración, ha retenido de forma considerable los muslos, las rodillas
y los tobillos del conductor u ocupante del V2RM.
5.4.1 Método de cálculo del vuelo del motociclista
Los conductores y usuarios de V2RM utilizan cascos para proteger sus cabezas de forma
obligatoria, lo cual tiene como consecuencia que si se ven envueltos en un siniestro vial y son
proyectados fuera de la motocicleta es muy probable que el casco sea una de las partes que
impacte con el suelo después de la fase de vuelo del cuerpo de la persona implicada. Las
evidencias de pintura del casco sobre la calzada determinan por lo tanto con bastante exactitud
la distancia de vuelo recorrida por el cuerpo. Esto permite aplicar el análisis del movimiento
modelizándolo como si se tratase de una partícula de masa igual a la del cuerpo situada en su
centro de gravedad, aunque existe un parámetro que introduce incertidumbre en esta
metodología que sería el ángulo de salida del cuerpo en el momento del impacto.
Se ha desarrollado el análisis detallado de este movimiento, con carácter general, en la
Cinemática y, con carácter especifico, en el caso del cuerpo de un ciclista.
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 499
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
Se puede calcular la distancia (d) real del recorrido del motorista proyectado, en función
de la ubicación de la expulsión, generalmente entre el final de las marcas de frenada del
neumático y la ubicación del impacto de la cabeza del motorista con el suelo, identificado por
transferencia de pintura del casco o la recogida de fibras de ropa o tejido corporal en la calzada
(Lloyd, 2016). La distancia horizontal recorrida vendría dada por:
𝑣 × cos 𝜃
𝑑= × (𝑣 × sin 𝜃 + √(𝑣 × sin 𝜃)2 + 2 × 𝑔 × ℎ)
𝑔
El ángulo de eyección (θ) es el ángulo de salida para que, dada una velocidad inicial, el
cuerpo del motorista recorra una determinada distancia. Es uno de los principales elementos de
incertidumbre en esta fórmula. La altura máxima (ℎ𝑚𝑎𝑥 ) alcanzada por el centro de gravedad
del cuerpo del motorista es otro de los elementos de incertidumbre en el análisis realizado para
determinar la velocidad de impacto
𝑣 2 × sin2 𝜃
ℎ𝑚𝑎𝑥 =
2×𝑔
La resistencia al aire se considera insignificante, por lo tanto, el ángulo y la velocidad en
la eyección se consideran iguales al ángulo y la velocidad de impacto. La velocidad de impacto
total se deriva de sus componentes de velocidad vertical, angular y de desplazamiento.
5.4.2 Modelos de envolvimiento
Estas fórmulas, o sus diversas variantes, son aplicables a los casos en los que el cuerpo
del ciclista sigue una trayectoria postimpacto que se puede clasificar como envolvimiento o
volteo. Además en este caso no se tiene en cuenta la distancia de vuelo, sino toda la distancia
recorrida por el cuerpo del conductor del V2RM, ya sea en vuelo o sobre la calzada, deslizando
o rebotando. Se exponen en orden cronológico.
– Método de Schmidt
Este método se puede aplicar principalmente a los casos en los cuales el frontal del
vehículo impacta con el lateral de la motocicleta y, además, siendo una de las primeras
aproximaciones que se realizaron resultó bastante ajustado cuando se aplicó en experimentos
reales a los ciclistas (Schmidt & Nagel, 1971, pág. 160):
𝑣𝑖𝑚𝑝 = √𝜇 2 × ℎ + 2 × 𝜇 × 𝑔 × 𝑆 − 𝜇 × ℎ
– Método de Searle
La velocidad máxima a la que puede salir el cuerpo del motociclista para recorrer una
determinada distancia es igual a la que tiene un vuelo sin altura (Searle & Searle, 1983, p. 279;
Searle, 1993, pág. 76) :
𝑣𝑝_𝑚𝑎𝑥𝑖𝑚𝑎 = √2𝜇𝑝 𝑔𝑆
500 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 8. SINIESTROS VIALES CON IMPLICACIÓN DE V2RM
2𝜇𝑝 𝑔(𝑆 − 𝜇𝑝 ℎ0 )
𝑣𝑝_𝑚í𝑛𝑖𝑚𝑎 = √
(1 + 𝜇𝑝2 )
𝑆
𝑣 = 𝜇 × √2 × 𝑔 × (√ℎ + √ℎ + )
𝜇
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 501
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
Donde:
h = altura respecto del suelo del centro de masa del ciclista embestido en el
momento del impacto.
S = distancia total recorrida por el cuerpo desde el punto de impacto al de reposo.
g = constante de gravitación universal.
µ = coeficiente de rozamiento.
Modelos estadísticos aplicables de proyección del conductor de la
motocicleta
Estos modelos basan sus investigaciones en relacionar la distancia de lanzamiento de un
ser humano (atropellos reales, cadáveres, maniquíes) con la velocidad de salida de un impacto
o con la velocidad del vehículo que le impactó. A través de técnicas y modelos estadísticos,
como por ejemplo la regresión lineal, se determinan las expresiones que pueden estimar dicha
variable. Básicamente, son los mismos que se expusieron para las bicicletas en el Capítulo
anterior, con algunos comentarios y adaptaciones a los V2RM.
5.5.1 Modelos de envolvimiento
El modelo utilizado para alcances de bicicletas (Eubanks & Haight, 1990, pág. 153) puede
aplicarse a V2RM, preferentemente en la configuración de alcance del frontal del vehículo a la
parte trasera del V2RM. La ecuación de regresión entre la velocidad de impacto del vehículo y
la distancia total de proyección del cuerpo del conductor del V2RM:
𝑣 = 1,077305 × 𝑆 + 16,57617
Uno de los últimos modelos estadísticos en ver la luz, utilizó una mezcla de experimentos
con maniquíes y simulaciones informáticas para obtener la siguiente relación en la que la
velocidad aparece en Km/h y la distancia en metros (Fanta, Boucek, Hadraba, & Jelen, 2013,
pág. 110):
𝑣 = 25,935 + 0,5335 × 𝑆 − 0,0016 𝑆 2
5.5.2 Modelos de proyección horizontal
Acudiendo de nuevo al trabajo realizado por García en relación con el impacto en
bicicleta y con las mismas premisas y consideraciones realizadas, la expresión general quedaría
de la siguiente manera (García A. , 2018, pág. 4):
𝑣 = (0,7 + 0,27 × (0,6 − 𝜇) + 0,006 × 𝑆) √2 × 𝑔 × 𝜇 × 𝑆
La incertidumbre se reduce a la determinación del valor del coeficiente de rozamiento
(µ), que se considera puede situarse en el orden de 0,5. Esto dejaría la formula anterior solo
dependiente de la distancia de proyección, con un error total menor al 5 %, para distancias
superiores a 7 metros y velocidades mayores de 25 km/h, lo cual se cumple también en la
mayoría de las colisiones entre vehículos y motocicletas.
502 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 9. LA RECONSTRUCCIÓN CON PROGRAMAS INFORMÁTICOS
CAPITULO 9
LA RECONSTRUCCIÓN CON PROGRAMAS
INFORMÁTICOS
INTRODUCCIÓN
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 503
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
504 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 9. LA RECONSTRUCCIÓN CON PROGRAMAS INFORMÁTICOS
punto de vista sistemático estos dos conjuntos de aplicaciones serían una aplicación previa de
los programas de reconstrucción de siniestros propiamente considerados.
Estos programas no son más que hojas de cálculo, con un mayor o menor grado de
sofisticación. Los cálculos realizados son los derivados de las leyes generales de la física. Estos
programas utilizan los mismos procedimientos matemáticos que pueden ser realizados a mano
o con ayuda de una calculadora científica. La ventaja del uso de estos programas esta en la
rapidez de obtención de los resultados, así como la evitación de errores simples a la hora de
realizar las operaciones matemáticas.
Tomando como ejemplo uno de ellos, que es de difusión gratuita en Internet, veremos
que los cálculos que ofrece son los siguientes:
− Conversión de unidades del sistema métrico al sistema americano.
− Cálculo del factor de arrastre.
− Cálculos debidos a una trayectoria curva (velocidad límite, derrape,...).
− Velocidad a partir de las huellas (frenada, derrape,...).
− Velocidad a partir de los daños. (Método de la energía, método del momento linear,
método mixto).
− Ecuaciones para el vuelco y la caída derivadas del tiro parabólico.
− Cálculos cinemáticos espacio-tiempo.
− Gráficos de los datos y resultados.
− Fotogrametría bidimensional.
Como ejemplos de este tipo de programas se pueden citar, entre otros:
− COMPUTE-A-CRASH (CAC) v.3
− ARC v. 2.52
− A-I-CALC
− CARS
− COLLIDE
− CAR
− RECONSTRUCTOR 98
Según nos indican Day y Hargens en la utilización de este tipo de programas hay que
adoptar las siguientes precauciones:
− Es necesario comprender cuales son los principios físicos que soportan las fórmulas
utilizadas y como se puede llegar a ellas. Utilizar las formulas sin comprender
completamente su significado y las limitaciones del método empleado para hallarlas
produce disfunciones en el resultado final.
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 505
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
PROGRAMAS DE SIMULACIÓN
506 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 9. LA RECONSTRUCCIÓN CON PROGRAMAS INFORMÁTICOS
Estos programas nos suelen facilitar una simulación del siniestro, y su resultado se reduce
a una serie de informes y gráficas con los parámetros físicos del siniestro. 20.1.4.- Programas
de simulación biomecánica Estos programas se utilizan para simular los movimientos y
colisiones del cuerpo humano en el interior de un vehículo que sufre un siniestro. Tienen como
finalidad determinar cómo los ocupantes de un vehículo se lesionan durante un siniestro, y si
utilizaban o no los cinturones de seguridad, y el efecto del reposacabezas. Es necesario contar
con información de la deceleración del vehículo y de las propiedades de su interior, la
características antropométricas de sus ocupantes (estatura, peso,…) y la postura inicial en el
vehículo. Los resultados incluyen gráficas y datos numéricos de la biomecánica del siniestro,
así como vídeos con el movimiento de los ocupantes del vehículo.
Dinámica del vehículo
Estos programas son utilizados para estudiar la respuesta de un vehículo a los esfuerzos
realizados por el conductor para frenar, acelerar y girar la dirección en uno u otro sentido. Son
bastante útiles para ilustrar cual será la respuesta durante un giro brusco de volante o durante
una maniobra de cambio de trayectoria recta. Por este motivo quizás la finalidad principal de
estos programas en la investigación de siniestros es estudiar y reproducir los efectos que una
determinada maniobra evasiva tiene en el comportamiento de un determinado vehículo. Como
finalidad secundaria, también pueden ser utilizados para estudiar la fase postimpacto, teniendo
en cuenta además que los vehículos pueden realizar una deceleración no uniforme causada por
las rotaciones. Tienen en común con los programas de análisis general, que cumplen con las
leyes de la física, pero además se tienen en cuenta principios de ingeniería generalmente
aceptados.
En la aplicación de este tipo de programas hay que tener en cuenta los siguientes factores
que limitan sus resultados:
− Son programas de simulación, enseñan visualmente lo que físicamente puede ser y
lo que no puede ser. No ofrecen soluciones únicas y es probable que su mejor
utilización consista en alcanzar un conjunto de posibles soluciones para confrontar
con otros datos disponibles y, sobre todo, con las evidencias recogidas en el lugar
del siniestro.
− El modelo de neumático de la mayoría de los programas de simulación dinámica de
un vehículo tiene una serie de problemas que a continuación se enumeran: primero,
la complejidad del modelo no es excesiva, salvo algunos casos específicos;
segundo, la inmensa mayoría de los modelos asumen que el neumático está
completamente inflado; tercero, los procedimientos implementados se adaptan mal
a su utilización en superficies duras. Las versiones actuales de algunos programas
han avanzado en la complejidad de las fuerzas tomadas en consideración en los
neumáticos con modelos más completos. También existen estudios sobre la
influencia de los neumáticos desinflados en el desarrollo de una simulación,
modelizando incluso la posibilidad extrema de un reventón.
− La gran mayoría de los programas de esta clase han de ser utilizados con muchas
precauciones en la investigación de todo tipo de vuelcos. Algunos de los programas,
como SMAC, no consideran la transferencia de carga por lo que no predicen el
vuelco. Otros como VTS, EDSVS y EDVTS usan la altura del centro de gravedad
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 507
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
508 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 9. LA RECONSTRUCCIÓN CON PROGRAMAS INFORMÁTICOS
Casi todos los programas que utilizan coeficientes asumen que el terreno tiene una
configuración horizontal, o simplemente son modelos en dos dimensiones. Los efectos de las
transferencias de cargas y la influencia de la suspensión en la colisión son ignorados. Estas
simplificaciones producen que estos programas sean más fiables cuando son utilizados en
regímenes de fricción bajos.
La gran ventaja que ofrecen este tipo de programas es la rapidez con que llevan a cabo
los cálculos lo que permite una análisis iterativo de todos las circunstancias del siniestro hasta
que se llega una solución aceptable. Una de las primeras precauciones que debe tenerse a la
hora de exponer los resultados a que se llega con este tipo de programas es descartar que solo
exista una solución posible a la forma en que pudo producirse un siniestro. Ha de trabajarse con
un rango de posibilidades. Cuanto más detallada sea la investigación material del siniestro,
menor será el rango de soluciones. Una utilidad francamente positiva de este tipo de programas
es realizar comprobaciones de hipótesis con el objetivo de descartarlas o corroborarlas.
Aunque muchos de los inconvenientes de este tipo de programas pueden inferirse de los
procesos de depuración de los algoritmos de SMAC y CRASH, a continuación se hace una
exposición sistemática de los problemas que puede presentar su uso:
− El llegar a conclusiones erróneas puede producirse por la falta de comprensión de
cómo trabajan realmente estos programas.
− La calidad y cantidad de los datos necesarios para utilizar este tipo de programas
es muy elevada.
− Algunos programas de este tipo necesitan que algunos datos sean interpretados por
el usuario antes de introducirlos. Estos datos son cruciales en los correspondientes
modelos que soportan los algoritmos de cada programa. Como ejemplo pueden
citarse, las posiciones de impacto de los vehículos, el centro de impactos o
parámetro similar, los ángulos de incidencia y los deslizamientos, las trayectorias
entre el punto de colisión y las posiciones finales, la frenada de cada rueda y algunos
características de los daños finales en los vehículos. Cuantos más parámetros deje
un programa a la interpretación del usuario mayor sensibilidad tendrán los
resultados a los errores involuntarios o a las manipulaciones interesadas.
− La utilización de datos estándar para una determinada categoría de vehículos,
asumiendo por defecto los datos de un vehículo modelo ideal, producen
desviaciones que en determinados casos pueden ser significativas. La utilización de
tablas o bases de datos no individualizadas pueden producir los mismos efectos. El
conocimiento de las características técnicas avanzadas (localización exacta del
centro de gravedad, factor de suspensión, características inerciales, ...) de cada
modelo de vehículo aumenta la calidad final de los resultados de la reconstrucción
o simulación por ordenador.
− Las pruebas que apoyan estos programas has sido llevados a cabo entre 15 km/h y
60 km/h, luego los resultados que ofrecen en este rango de velocidades de impacto
es superior en fiabilidad a los intervalos que caen fuera del mismo. Este tipo de
programas tiene dificultades cuando uno de los vehículos durante el impacto queda
dividido en dos partes. Igualmente tienen dificultades cuando la línea de daños
alcanza el compartimento de los ocupantes. En todos estos casos la tendencia es a
sobrestimar la delta-V, y por lo tanto a aumentar la severidad de la colisión.
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 509
LA RECONSTRUCCIÓN DE SINIESTROS VIALES
510 Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020
CAPÍTULO 9. LA RECONSTRUCCIÓN CON PROGRAMAS INFORMÁTICOS
PROGRAMAS DE RECONSTRUCCIÓN
En estos programas se introducen los datos conocidos a través de la información obtenida
en el lugar del siniestro (posiciones finales, impacto, comienzo de frenada) y del perfil de daños
de la deformación de los vehículos, y el programa facilita datos relativos a las velocidades de
impacto y pre-impacto (ej.: comienzo de frenada).
Algunos programas que se pueden citar en ese apartado son los siguientes:
− CRASH
− M-CRASH
− EDCRASH
− CRASHEX
Centro Universitario de la Guardia Civil e Instituto de Seguridad de los Vehículos Automóviles - Abril 2020 511
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