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PRESENTACION

NOMBRE: ELIAN NUÑEZ

MATRICULA: 2020-1034

TECNICO SUPERIOR EN LOGISITCA

MATERIA: HIATORIA SOCIAL DOMINICANA

SECCION: 40

TEMA: EL DESCUBRIMIIENTO DE AMERICA


Introducción
El descubrimiento se asocia con el momento más restringido que los antropólogos llaman
contacto. Es decir, los instantes iniciales, de adquisición de nuevos conocimientos geográficos o
culturales, y del principio de una nueva situación. El encuentro, en cambio, va más allá. No
tiene límites cronológicos. Hay encuentro entre Colón y los pueblos de América cada vez que
una sociedad colonial o republicana se relaciona con otra indígena.

El viaje del Descubrimiento (primer viaje)

La Santa María era capitaneada por el mismo Colón; la Pinta quedó a las órdenes de Martín
Alonso Pinzón, y la Niña, a las de Vicente Yáñez Pinzón. El 3 de agosto de 1492 las naves
zarparon del Puerto de Palos para dirigirse a las Islas Canarias, donde se aprovisionaron
de agua y víveres, y el 6 de septiembre partieron rumbo al oeste.
El tiempo empezó a transcurrir y no aparecían las tierras buscadas. El desencanto cundió, y entre
el 6 y el 7 de octubre Colón debió enfrentar un motín que empezó primero en la Santa María y
luego se extendió a las otras naves, incluyendo entre los amotinados a los hermanos Pinzón,
quienes dieron a Colón tres días de plazo para arribar a alguna parte. De lo contrario, deberían
regresar. Para suerte de Colón, en esos primeros días de octubre empezaron a aparecer algunos
indicios de que estaban cerca de su meta. En su Diario de Viaje, que conocemos gracias a la
transcripción que hizo Fray Bartolomé de Las Casas, Colón anotó con fecha jueves 11 de octubre
lo siguiente: "Vieron los de la carabela Pinta una caña y un palo, y tomaron otro palillo labrado a
lo que parecía con hierro, y un pedazo de caña y otra hierba que nace en tierra, y una tablilla. Los
de la carabela Niña también vieron otras señales de tierra y un palillo cargado de escaramujos.
Con estas señales respiraron y se alegraron todos... y porque la carabela Pinta era la más velera e
iba adelante del Almirante, halló tierra e hizo las señas que al Almirante había mandado. Esta
tierra la vio primero un marinero que se decía Rodrigo de Triana".
Las primeras exploraciones
La expedición llegó a la isla de Guanahani, de la cual se tomó posesión rebautizándola como San
Salvador; los indígenas que la habitaban eran pacíficos y casi de inmediato iniciaron un
intercambio con los marineros.
Dos días después del descubrimiento, Colón ordenó el zarpe para seguir explorando. El 24 de
octubre descubrió la isla de Cuba, a la que llamó Juana. El 12 de noviembre llegó a otra isla
grande, a la que denominó Española (Santo Domingo). Allí la Santa María encalló sin que
pudiera ser rescatada y el 16 de enero de 1493 ordenó el Zarpe de regreso a España.

El Segundo Viaje
El 25 de septiembre de 1493, se inicia el Segundo Viaje de Cristobal Colón y volvió a zarpar, pero
esta vez con diecisiete barcos (5 naves y 12 carabelas), y con mil quinientos hombres
con dirección a "las Indias" desde el puerto de Cádiz acompañado por el aragonés hermano
Bernardo Boyl (Fray Bernardo Boil, quien iba a cargo de algunos religiosos franciscanos) a quien
el papa Alejandro VI ( oriundo de Valencia, España) había dado a través de sus bulas papales
todos los poderes pontificios para erigir iglesias, predicar y aplicar las penitencias que encontrará
conveniente
El objetivo de este viaje fue explorar, colonizar, encontrar el camino hacia India y Catay y
predicar la fe católica por los territorios que habían descubierto, bajo el cobijo de las bulas
alejandrinos que protegían los territorios descubiertos de las reclamaciones portuguesas.
Descubrimientos geográficos en el Segundo viaje de Cristóbal Colón
Con la ayuda de los vientos alisios, el almirante Colón y su tripulación lograron arribar a las
Antillas en solamente veintiún días. A las primeras islas que Colón encontró las llamó Dominica y
Marigalante. Luego, la flota llegó a Guadalupe y allí los españoles supieron que los habitantes de
la isla eran los caribes.
Luego de Guadalupe, la flota continuó su viaje y descubrió Santa María de Monserrate
(Monserrate), Santa María la Antigua (Antigua), San Jorge (San Kitts), Santa Cruz (Santa Cruz),
las Once Mil Vírgenes (islas Vírgenes) y San Juan Bautista (Puerto Rico). Este viaje se dedicó a
consolidar el dominio sobre La Española. El 11 de marzo de 1,496 regresó a España, llegando a
Cádiz el 11 de junio.

El tercer viaje

En mayo de 1496 partió una tercera tentativa de Colón, al mando de una flota de seis barcos, para
demostrar que había llegado a Asia viajando hacia el oeste. Además de encontrarse con que los
españoles de América se habían rebelado contra su autoridad, quizás el mayor descubrimiento de
este viaje fuese la desembocadura del río Orinoco. Al ser una corriente de agua dulce tan
poderosa sólo podría provenir no de una isla, sino de una enorme extensión, de un nuevo
continente, ya que era evidente que no era Asia. Pero en la cabeza de Colón sólo cabía
la geografía clásica que afirmaba que las tierras no cubiertas por el mar (África, Asia y Europa)
estaban unidas formando un todo sólo separadas por mares y por un gran océano que es el que
había cruzado por tercera vez entre Europa y Asia. Colón concluyó que estas nuevas tierras no
eran otra cosa sino el Paraíso Terrenal descrito en la Biblia.
Este viaje termina sin que el Almirante encuentre Cipango (Japón) ni las costa de China, e
incluso ante las noticias de rebeliones y abusos, los reyes enviarán desde España a poner orden a
Francisco de Bobadilla, quien empezó por retirarle a Colón toda su autoridad en aquellas tierras y
terminó por encarcelar a Colón y sus hermanos. De hecho, el viaje de vuelta a la península en el
año 1500 lo hizo Colón preso y encadenado.

Cuarto viaje de Colón


El Estrecho de Malaca era el lugar que buscaba Colón en su cuarto viaje, creía que había llegado a
Asia, y lo necesitaba para llegar a las Indias.
Pese a los problemas por la pérdida de sus poderes, inició el viaje, aunque con una serie de
prohibiciones, como la de tocar tierra en La Española. El objetivo de este viaje fue encontrar un
estrecho (el Estrecho de Malaca) que le permitiera llegar a las Indias, al oeste de las Antillas, ya
que se veía que éstas no lo eran aunque no podían quedar muy lejos de las tierras por él
descubiertas. Salió del puerto de Cádiz con dos carabelas y dos navíos (La Capitana, La
Gallega, La Vizcaína y el Santiago de Palos) el día 11 de Mayo. Pasando por Canarias, llegó a las
Indias en 30 días.
Por los problemas surgidos en La Española, Nicolás de Ovando, nuevo gobernador de la colonia,
no permitió que Colón desembarcase a pesar de una inminente tempestad y que cambiase uno de
sus buques por otro de mejores condiciones. Colón capeó como pudo el temporal y pasó a
Jamaica, aunque la tormenta no le dejó hasta el 12 de septiembre, 88 días de tormenta.
Siguiendo al oeste, descubriendo la isla de Guanaja, en la costa de Honduras, encontró una
embarcación con mercaderes mayas que le ofrecieron cacao. En la Punta Cajina (hoy Punta
Trujillo) los tripulantes bajaron a tierra para asistir a la primera misa católica celebrada en la
tierra firme de América; siguiendo al este los sorprendió un huracán, durante varias semanas las
4 naves fueron sacudidas por la tormenta y el 12 de septiembre doblaron un cabo. Allí se calmó la
tormenta y Colón lo bautizó como Cabo Gracias a Dios (en la costa de Nicaragua) por decir
«Gracias a Dios que al fin salimos de esas honduras» y de allí navegó hacia el sur.
Varios viajes siguieron a estas expediciones. Hoy se conocen como los Viajes Menores, los cuales
permitieron reconocer la existencia del continente Americano y explorar toda la costa
de Venezuela.

El Nombre de Honduras

De acuerdo al historiador Robustiano Vera, debe Honduras su nombre a las honduras o fondos,
que los primeros pilotos hallaron en sus costas y porque al abandonarlas exclamaron: ¡Líbrenos
Dios de estas honduras!" Antes, el territorio hondureño era conocido como Hibueras o Higueras.
Algunos españoles llegaron a llamarle 'Nueva Extremadura'.
En 1858, el arqueólogo norteamericano, Ephraim George Squier en su libro "Los Estados de
América Central" relata que Hernán Cortés, inspirado en las noticias recibidas acerca de la
existencia de los reinos vastos y poblados al sur del imperio de Moctezuma... emprendió una
expedición a Honduras, que en ese momento era llamado Hibueras o Higueras.
Asimismo, el geógrafo francés Elisée Reclus en 1891, asegura que el nombre de Honduras, data
de los tiempos del descubrimiento. Según Reclus, Colón en 1502 corrió grandes riesgos, cuando
navegó entre los cabos Caxinas y Gracias a Dios. Sin embargo, el francés asegura que "el nombre
actual de Honduras fue dado a la costa no por Colón, sino por Bartolomé de las Casas, que en su
descubrimiento de las Indias Occidentales por los españoles, habla de la tierra de "Hondure",
como si ese nombre era de origen indio". Veinte años más tarde, en la famosa expedición hecha
por Hernán Cortés a través de Yucatán, el territorio hondureño, era conocido por los españoles
con el nombre de Hibueras o Higueras, y también había sido llamado "Nueva Extremadura".

Cristóbal Colón

Nacido en Génova, Italia, en 1451, hijo de Doménico Colón y de Susana Fontanarrosa. Murió el


20 de mayo de 1506 en Valladolid.
No se conocen datos acerca de su infancia ni tampoco de su educación, y lo más probable es que
haya adquirido sus conocimientos en disciplinas tales como la Geometría en forma autodidacta.
Se calcula que hacia los 21 años ya era capitán de una galera, y que entre 1472 y 1476 fue corsario,
actividad de guerra que por esos años era considerada lícita. Entre 1476 y 1485 permaneció en
Portugal, donde se involucró en el ambiente que generaba el proceso de expansión marítima
protagonizado por ese país.
Sus estudios lo llevaron a proyectar un arriesgado viaje hacia la India, meta a la que se dirigían
los esfuerzos portugueses. En este empeño descubrió América el 12 de octubre de 1492.
El proyecto colombino
La idea de Colón era que se podía llegar a la India navegando hacia el oeste, es decir, a través del
Océano Atlántico. Se ha insistido, erróneamente, en que quería demostrar la esfericidad de la
Tierra.
Colón basaba sus cálculos en una curiosa mezcla de datos emanados de obras tales como el
Imago Mundi, del Cardenal Pierre DAilly; la Historia Rerum Ubique Gestarum, de Eneas Silvio
Piccolomini (Papa Pío II); y en los datos que sobre la extensión del Atlántico había hecho el
geógrafo Paolo Toscanelli.
Su esperanza era llegar a las islas de Cipango, Japón, y Catay , China, territorios que tiempo atrás
habían sido visitados mediante otra ruta por el viajero Marco Polo.
Acude a los Reyes Católicos
Colón presentó su proyecto en Portugal, pero fue rechazado, y como su hermano Bartolomé
corrió igual suerte en Inglaterra, decidió ir a España y el 20 de enero de 1486 se entrevistó con los
Reyes Católicos en Alcalá de Henares. Los monarcas se interesaron por la idea, pero el dictamen
de una junta de sabios, encabezada por Fray Hernando de Talavera, fue desfavorable para el
marinero.
Castilla apoya la empresa
A inicios de 1492, Colón volvió a entrevistarse con Isabel la católica y nuevamente fue remitido a
una junta de sabios que, por segunda vez, rechazó el proyecto. Así, los Reyes despidieron al
navegante. Cuando Colón se disponía a abandonar Granada, fue detenido por un alguacil de la
Corte, quien tenía órdenes expresas de retornar con él ante los Reyes.
Los cronistas atribuyen a Luis de Santángel una intervención directa en favor de Colón ante la
Reina. En apoyo de su amigo Colón, Santángel argumentó que el costo del proyecto no era tan
elevado y que de llevarse a cabo se prestaría un servicio a la Iglesia llevando la palabra de Dios a
tierras lejanas. A estos argumentos que calaron hondo en el espíritu de Isabel agregó otro: el
acrecentamiento del poder de los reinos de España.
El mismo Santángel ofreció facilitar el dinero que se requería para organizar la expedición. Isabel
aceptó y no fue necesario que tocara sus joyas, como dice la leyenda iniciada por Hernando Colón
en la biografía que escribió sobre su padre.
Los preparativos
El siguiente paso para la realización del viaje fue fijar las condiciones económicas en que se
emprendería. El 17 de abril de 1492 se firmaron las Capitulaciones de Santa Fe. Llegar a estos
acuerdos no fue fácil, pues como dice el padre Bartolomé de Las Casas en su Historia de las
Indias: "Hacía más difícil la aceptación de este negocio lo mucho que Cristóbal Colón, en
remuneración de sus trabajos y servicios e industria pedía".
En dichos documentos, se le concedió a Colón el oficio de Almirante de la Mar Océana en forma
vitalicia y hereditaria, y se le nombró Virrey y Gobernador de las tierras que pudiese descubrir.
También, se acordó entregarle la décima parte de todas las ganancias que se obtuvieran y el
derecho de contribuir con la octava parte de los gastos, recibiendo igual proporción de las
ganancias.
A disposición de Colón fueron puestas dos carabelas, la Pinta y la Niña, y una nao, la Santa
María; asimismo, se reclutó a los tripulantes y también se eximió del cobro
de derechos de aduana al cargamento que llevaban las naves y se extendieron a Colón el
nombramiento de capitán mayor de la armada y una carta de presentación al Gran Khan, el
gobernante de China, o a cualquier otro príncipe de la India.

Américo Vespucio por la Ruta de Colón

Maravillado por los relatos de Colón - para quién trabajó arduamente en la fabricación de
embarcaciones de sus otras expediciones - Vespucio decidió integrar, como navegante, la
aventura que comandó Alonso de Ojeda en 1499. Se sabe que la expedición partió en mayo de ese
año desde Cádiz, y que además de Ojeda, iba Juan de la Cosa, marinero y aprendiz del segundo
viaje de Colón, y quien más tarde alcanzaría fama como cartógrafo. Era una flota española de
cuatro naves que pretendía seguir la ruta del tercer viaje de Colón. Tiempo después Vespucio
abandonó la expedición se lanzó a otras aventuras.
Un continente llamado América
Fue en 1507 cuando el Nuevo Mundo Empezó a ser conocido como América. Esta iniciativa la
tomó el destacado humanista alemán Waldseemüller, llamado Hylacomylus, quien, dos años
después de la muerte de Colón, además de reescribir las cartas de Vespucio, les añadió un
planisferio que incluía los países descubiertos, completamente separados de Asia.
En 1507 Waldesmüller publicó las "Quattuor Americi navigationes" y su propia "Cosmographiae
introductio" como anexo al "Atlante" de Ptolomeo. En esta cosmografía, el alemán sugirió que el
continente del Sur se denominara tierra Americus, o América, por Américo Vespucio, que lo
había descubierto. Pese al éxito final de la idea, debido en parte al mantenimiento de la tradición
en sucesivas reediciones de Ptolomeo, el descubrimiento de las mencionadas contradicciones en
los textos atribuidos a Vespucio generó más tarde, por parte de los historiadores españoles y
portugueses, la acusación de que se había limitado a usurpar los méritos de otros navegantes.
Además de esto, se había impreso y puesto en circulación una carta sin fecha en que Vespucio
describía el viaje que realizara con Ojeda a las costas de las Perlas y Trinidad. Esto, sumado al
error introducido en el mapa, fue causa de que el nuevo continente fuera conocido con el nombre
de América, derivado del de un nombre que sólo exploró lo que otros habían descubierto.
Años más tarde, Waldseemüller se dio cuenta de su error y trató de subsanarlo, pero el nombre
de América gozaba ya de aceptación general. Inicialmente, esta denominación correspondía sólo
a América del Sur. La central y la del norte se añadieron tiempo después.

Conquista de Honduras
La conquista española implica tres momentos importantes:
 1. El Militar:
En que los españoles se revelaran superiores (armas de fuego, acero, caballos, división indígena
y enfermedades)
 2. El Económico
Que implica la explotación del indígena y su conversión en tributo forzado a la corona y a los
conquistadores
 3. El ideológico-Espiritual
Consiste en la imposición de la cultura invasora y la aceptación de la razones que manifestación
para la instauración del nuevo tipo de sociedad.
Honduras estaba habitada por pueblos indígenas producto de las migraciones que poblaron el
continente americano. Entre estos pueblos destacaban los Mayas, Lencas, Chorotegas y Chortís,
entre otros. Estas culturas alcanzaron distintos niveles de progreso en los diversos campos
del conocimiento humano. Aplicaban técnicas de gran perfección en los tejidos y la cerámica.
Desarrollaron un intenso y variado comercio.
Los Mayas alcanzaron un alto desarrollo científico en las matemáticas y la astronomía; además
de la arquitectura y la escultura, que emplearon en la construcción de grandes ciudades.

Conquista del territorio Hondureño 


Realizado el descubrimiento, la primera expedición de conquista fue organizada por Gil González
Dávila, quien arribó a la costa de Honduras en 1524, proveniente de Santo Domingo. Se dirigió al
Valle de Olancho en busca de oro. Allí se encontraron con las fuerzas enviadas desde Nicaragua
por Francisco Hernández de Córdoba, a las cuales lograron derrotar.
Otra expedición había sido enviada por Hernán Cortés, al mando de Cristóbal de Olid para que
averiguara si por estos rumbos se hallaba el ``estrecho dudoso´´ que comunicaba a los dos
grandes océanos. Al llegar a Honduras, Olid intentó romper sus nexos con Cortés, quien contra el
sublevado mandó tropas al mando de Francisco de las Casas, lo que resultó un fracaso. González
Dávila cayó en manos de las tropas enviadas a su encuentro por Cristóbal del Olid. No obstante el
dominio de éste duro poco porque en un descuido suyo De las Casas y González Dávila lograron
capturarlo, y luego lo juzgaron y condenaron a muerte.
Cortés, sin noticias de sus hombres, decidió partir el mismo hacia Honduras por tierra. A su
llegada logró imponer un poco de orden y fortalecer la dominación española para lo cual
importó plantas, ganado y provisiones de Cuba y Jamaica. Cuando Cortés debió regresar
a México, dejó como su lugarteniente a Hernando de Saavedra, quien organizó varias incursiones
al interior del país, una de ellas a Olancho, en donde fracasó ante la sublevación de los indígenas.
La Audiencia de Santo Domingo nombró a Diego López de Salcedo como gobernador de
Honduras en 1526 y su presencia fue nefasta al incrementar la esclavitud de los indígenas y a su
muerte asume el mando Andrés de Cereceda, quien logra formar un bando a su favor y uno en
contra.
Pedro de Alvarado recibió el ofrecimiento de gobernar Honduras, pero al final al Corona nombró
a Francisco de Montejo. Alvarado que deseaba entrar en Honduras le ofreció a Montejo el
territorio de Chiapas a cambio del de Honduras.
A pesar del rechazo de la corona, el pacto se realizó, y el conquistador Alvarado se presentó en
Honduras al mando de una tropa de ochenta soldados españoles y alrededor de tres mil
indígenas. Los nativos de las planicies del río Ulúa pusieron resistencia, pero sin éxito. Para 1536
Pedro de Alvarado funda San Pedro Sula, pero luego parte a España y deja en su lugar a Juan de
Chávez, fundador de Gracias a Dios.
Alvarado-Montejo y ordenó al segundo asumir de nuevo la gobernación de Honduras. Como en
ese momento no podía viajar a Honduras, Montejo envía a Alonso de Cáceres para que asuma el
mando temporal. En marzo de 1537 Montejo llegó a Gracias a Dios, donde logró imponer su
poder. Conquistó San Pedro Sula y Naco, mientras Alonso de Cáceres partió a completar la
conquista del valle de Comayagua. Cuando Montejo creía tener todo el territorio bajo su control,
los indígenas del sur se preparaban para combatir.

Historia tradicional del Cacique Lempira

Lempira fue un importante líder de la resistencia indígena contra la dominación española. Su


zona de operaciones fue un extenso y áspero territorio en la mitad sur de lo que ahora es el
departamento de Lempira en Honduras.
El cronista Antonio de Herrera describe a Lempira —cuyo nombre significa "Señor de la Sierra"—
como "de mediana estatura, espaldudo y de gruesos miembros, bravo y valiente y de buena razón,
nunca tuvo más de dos mujeres y murió de 38 a 40 años".
En el año de 1537, después de la muerte del cacique Entepica, de quien fue lugarteniente,
Lempira logró convocar a 200 pueblos para que pelearan unidos contra los españoles, incluyendo
a la tribu de los Cares, tradicionales enemigos de la tribu de los Cerquines a la que pertenecía
Lempira.
Lempira logró persuadir a 30,000 hombres para luchar por su libertad, y ofreció ser su capitán
para conducirlos a la victoria, prometiendo afrontar los mayores peligros, porque consideraba
inaceptable que tantos hombres valientes fueran sometidos por unos pocos extranjeros.
Los guerreros se posicionaron en sitios altos y fortificados, llamados "peñoles" por los españoles,
a los que conducían a toda la comunidad con abundantes provisiones.
Los principales peñoles de la alianza indígena fueron el cerro Gualapa, el pico de Congolón, el
cerro de Coyocutena, el Peñón de Cerquín, el cerro de El Broquel y las lomas de Gualasapa.
Pero el atrincheramiento más importante fue sin duda el Peñón de Cerquín, dirigido por el
propio Lempira. El gobernador español de la provincia, Francisco Montejo, entendió que si se
quería avanzar en el proceso de la conquista había que apoderarse de esta fortaleza, para lo cual
designó al capitán Alonso Cáceres, quien con sus hombres sitió al peñol durante seis meses; pero
los indios —que estaban con sus mujeres e hijos bien aprovisionados de víveres— resistieron
valientemente el sitio, causando numerosas bajas españolas con sus fechas provistas de agudas
piedras de pedernal.
Viendo la valiente resistencia indígena el capitán Alonso Cáceres decidió tomarse la fortaleza por
medio de la traición. Para ello dispuso que un soldado se aproximase con su caballo a una roca
donde Lempira estaba de pie, y que, mientras le hacía proposiciones de paz, otro soldado
cabalgando a la grupa, le disparara con su arcabuz. La estratagema se cumplió al pie de la letra, y
al morir el capitán indígena, la numerosa tropa que lo acompañaba se dispersó por los montes, y
poco después se rindió a los españoles.
El cronista Herrera narra así el episodio de la traición: "el capitán Cáceres ordenó que un soldado
se pusiese a caballo, tan cerca que un arcabuz le pudiese alcanzar de puntería, y que este le
hablase, amonestándole, que admitiese la amistad que se le ofrecía; y que otro soldado estando a
las ancas, con el arcabuz le tirase; y ordenado de esta manera, el soldado trabó su plática y dijo
sus consejos y persuasiones, y el cacique le respondía que "la guerra no había de cansar a los
soldados ni espantarlos, y que el que más pudiese vencería"; y diciendo otras palabras arrogantes,
más que de indio, el soldado de las ancas le apuntó cuando vio la ocasión, y le dio en la frente, sin
que le valiese un morrión, que a su usanza tenía, muy galano y empenachado".
Por tradición se sostiene que Lempira cayó en el sitio de Piedra Parada, cerca del Pico Congolón,
aunque también hay otro sitio conocido como Piedra Parada cerca de Erandique; pero
las investigaciones en el terreno conducen a pensar que el héroe indígena pereció en el propio
Peñón de Cerquín.

Período Colonial en Honduras


Inicio de la actividad económica
La derrota de Lempira, el establecimiento del obispado, por primera vez en Trujillo y después en
Comayagua, así como el fin de la lucha entre las facciones rivales españolas, contribuyeron a la
colonización y al aumento de la actividad económica de Honduras, en la década de 1540. Se
desarrollaron en el país una variedad de actividades agrícolas, incluyendo la cría de ganado y, por
un tiempo, la recolección de grandes cantidades de zarzaparrilla. Pero la actividad económica
más importante de Honduras del siglo XVI fue la exportación de oro y plata.
La actividad minera le dio a Gracias tal importancia, que en 1543 se convirtió en la capital de la
Audiencia de los Confines, creada por Carlos I y que abarcaba toda Centroamérica. Esta decisión
creó resentimiento en los centros más poblados de Guatemala y El Salvador.
En 1549, la capital de la Audiencia fue trasladada a Antigua, Guatemala y así Honduras fue
gobernada por esta Audiencia hasta 1552 y después pasó a depender de la Capitanía General de
Guatemala.
En 1540 se descubrió oro y plata en el valle del Río Guayape. Esto contribuyó al declive de
Gracias y al ascenso de Comayagua como principal centro de Honduras. La demanda de la mano
de obra aumentó, y esto aceleró la declinación de la población nativa. Como resultado de esto,
fueron introducidos en el país los esclavos provenientes de África. Otros depósitos de oro fueron
encontrados cerca de San Pedro Sula y el puerto de Trujillo.
La producción minera comenzó a declinar en 1560, y con ello la importancia de Honduras. A
comienzos de 1569, nuevos descubrimientos de plata revivieron brevemente la economía, lo que
llevó a la fundación de Tegucigalpa, que pronto comenzó a rivalizar Comayagua como la ciudad
más importante de la provincia. El auge de la plata alcanzó su punto máximo en 1584, y
la depresión económica regresó poco después. Esfuerzos de minería en Honduras, se vieron
obstaculizados por la falta de capital, mano de obra y las dificultades del terreno. El mercurio,
vital para la producción de plata, era escaso, además de la negligencia de los funcionarios.
Con la llegada de los colonos castellanos surgieron en América enfermedades desconocidas en el
Nuevo Mundo, como la viruela, la gripe, el sarampión y el tifus, contra las que las poblaciones
nativas no tenían resistencia. Por otro lado, los europeos tomaron contacto con otras
enfermedades propias de América, como la sífilis, que diezmó a la población europea al
propagarse en 1494 desde el sur de Italia (posesión perteneciente a la corona de Aragón).
Encomienda y esclavitud
Con la llegada de los europeos cristianos a América, se originó un intenso debate teológico y legal
sobre la naturaleza de sus habitantes para su incorporación, expulsión o destrucción de los
territorios que serían dominados por el Imperio español. Esta polémica se saldó con la oposición
de la Corona a su esclavitud y la incorporación de los nativos americanos como súbditos de la
Corona con todos sus derechos. Otras potencias europeas como Inglaterra y Portugal no los
consideraron como iguales y en los territorios dominados por ellos el trato sería de esclavitud.
Así, desde comienzos del siglo XVI, teólogos y filósofos como Juan López de Palacios Rubios o
Matías de la Paz desde la Universidad de Salamanca y Martín Fernández de Enciso o Bartolomé
de las Casas desde los propios territorios americanos, enfrentan el problema de la naturaleza de
los nuevos pobladores desde diferentes visiones. Finalmente, en 1537 se promulga la
bula Sublimis Deus del papa Pablo III, en la que se declara a los indígenas como hombres en
todas sus capacidades.
A partir de este momento las leyes de la Corona Española establecieron que los indígenas
americanos (amerindios) no serían sometidos a la esclavitud, sino a un régimen de servidumbre
denominado "encomienda", mediante el cual eran dados a "encomenderos" españoles. El
régimen de encomienda establecía que los indígenas debían trabajar obligatoriamente para el
encomendero, al mismo tiempo que este se obligaba frente a la Corona del cuidado
y "evangelización" de los indígenas. Uno de los críticos más famosos del sistema de encomiendas
fue Fray Bartolomé de las Casas, cuya obra más representativa es la Brevísima relación de la
destrucción de las Indias.
Religión

En contraposición de otros colonizadores a lo largo de la historia, como ingleses, portugueses u


holandeses, los colonizadores españoles desde un primer momento aceptaron a los indígenas
como personas dotadas de alma y por ello centraron parte de su esfuerzo en adoctrinarlos y
convertirlos a su religión.
El papa Alejandro VI, en sus bulas Inter Caetera estableció la obligación de la Corona de Castilla
de convertir a todos sus súbditos, incluidos los amerindios y afroamericanos, al cristianismo, en
su vertiente católica romana. Las tareas para lograr la conversión se realizaron mediante una
gran variedad de procedimientos y una considerable cantidad de misioneros de distintas órdenes
partieron de la Península Ibérica hacia América a tal fin.
Los métodos adoptados para obtener la conversión fueron muy diversos. Una de las fórmulas
empleadas fue la conocida como doctrina. Se trataba del compromiso adquirido por el
conquistador para que fueran evangelizados todos los indígenas que le habían correspondido en
sus repartimientos; los niños debían recibir las enseñanzas religiosas todos los días y los adultos
tres días a la semana. No obstante, el catolicismo latinoamericano tomó formas
peculiares derivadas del fenómeno conocido como sincretismo religioso, mediante el cual las
antiguas religiones y creencias precolombinas y africanas se integraron al cristianismo.

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